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Resumen_Homo_Sapiens

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Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad 
Autor: Yuval Noah Harari 
 
Resumen 
El contenido propuesto por el autor Yuval Harari está dividido en cuatro partes que considera claves para el 
desarrollo de la humanidad: desde la descripción científica de sus inicios hasta la invención del lenguaje, 
denominado la revolución cognitiva; la revolución agríco​la, punto en el que expone por qué considera que es 
el mayor fraude de la historia; ​la unificación de la humanidad, donde hace una reflexión en torno a tres 
órdenes universales: la economía, la política y la religión; y la revolución científica, en donde da cuenta de 
los avances tecnológicos y su impacto en las ​estructuras socioculturales a partir del diseño inteligente de 
seres vivos. 
 
I. La revolución cognitiva 
La materia, energía, tiempo, espacio, átomos y moléculas son elementos que dan forma al discurso sobre la 
creación del mundo y los organismos vivos que habitan la Tierra desde hace millones de años. La física, 
química y biología son las ciencias que se ocupan del estudio de estas complejas estructuras que nos 
permiten comprender el universo y nuestro funcionamiento como organismos vivos. 
 
Con la aparición del ​Homo sapiens ​, una de las especies de humanos que existieron junto con los neandertales 
y erectus, y debido al descubrimiento del fuego (una fuerza externa que podía ser controlada) y de la 
capacidad de relacionamiento para poder cazar y recolectar de forma ilimitada, este escenario de aparente 
equilibrio sufrió cambios. Es así que sapiens se destacó como el mayor depredador y con esto “... la 
humanidad alcanzó tan rápidamente la cima que el ecosistema no tuvo tiempo de adecuarse.” 
 
Con respecto a nuestras formas de reproducción con otras especies de humano el autor nos indica que existen 
dos teorías: del entrecruzamiento y sustitución. Ser deterministas con una u otra teoría abre un debate político 
sobre el racismo. Punto en el que los científicos no quisieron ahondar en detalle durante décadas y que en la 
actualidad, si bien ya se hicieron algunos descubrimientos importantes sobre nuestra base genética, las 
conclusiones se han mantenido en reserva. 
 
A raíz de esta capacidad de crear lazos entre los miembros de su misma especie, ​Homo sapiens pudo formar 
estructuras sociales complejas, las que llamamos culturas. Su base y motor fue el lenguaje que dio lugar a 
nuevas maneras de pensar y comunicarse. El “... lenguaje es asombrosamente flexible. Podemos combinar un 
número limitado de sonidos y señales para producir un número infinito de frases, cada una con un significado 
distinto. Por ello podemos absorber, almacenar y comunicar una cantidad de información prodigiosa acerca 
del mundo que nos rodea.” De esta manera fue posible coordinar lo que fue clave para la supervivencia y 
reproducción. 
 
II. La revolución agrícola 
La revolución agrícola implicó una explosión demográfica y una marcada jerarquización de la estructura 
social a raíz de la disposición de bienes adicionales. 
Contrariamente a la información que manejamos con respecto al ​status de poder del ​Homo sapiens ​en 
relación con la fauna y flora, el autor expone que fueron el trigo, el arroz y las papas los que domesticaron a 
sapiens ​, forzándolos a establecerse de manera permanente en sus casas junto a sus cultivos. A raíz de las 
prácticas de agricultura no solo se modificaron sus labores, sino que el cuerpo comenzó a cambiar; las manos 
creadas para trepar se refinaron y adaptaron para el uso de herramientas, y las piernas preparadas para correr 
languidecían debido al sedentarismo, provocando una serie de dolencias. Los cultivos dieron frutos y la 
cantidad de comida disponible permitió a ​sapiens ​ multiplicarse exponencialmente. 
El desarrollo del lenguaje en este contexto evolucionó y fue necesario un sistema de almacenamiento para 
procesar la información y transformarla para facilitar su difusión. La escritura, que Harari describe como 
parcial, era un conjunto de signos materiales que representaban únicamente tipos determinados de 
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información y no expresaba todo el espectro del lenguaje hablado. Su objetivo primario no era copiar el 
lenguaje hablado, sino complementarlo. 
 
El desarraigo de la naturaleza, el pensamiento egocéntrico y poco sentido de lo colectivo fueron las nuevas 
formas de percibir el mundo que los rodeaba. La preocupación por el futuro, basada en los ciclos estacionales 
de producción y la incertidumbre de la agricultura, fue el fundamento para la creación de los sistemas 
políticos y sociales a gran escala. Los sistemas propiciaban la aparición de una estructura jerárquica, en la 
que los imaginarios colectivos definían subjetivamente los rangos. “La mayoría de las jerarquías 
sociopolíticas carecen de una base lógica o biológica: no son más que la perpetuación de acontecimientos 
aleatorios sostenidos por mitos.” El autor nos propone que este orden imaginado permite que un gran número 
de humanos puedan cooperar de forma efectiva y que esta se mantenga no solo mediante la coerción sino que 
necesita de fieles o embajadores que realmente crean en él. “Con el fin de salvaguardar un orden imaginado 
es obligado a realizar esfuerzos continuos y tenaces, algunos de los cuales derivan en violencia y coerción.” 
 
Terminando el capítulo Harari nos brinda un espacio para reflexionar sobre el patriarcado, la masculinidad y 
feminidad y cómo estas construcciones sociales carecen de base biológica; al igual que la homosexualidad 
considerada una práctica no común o, en algunas sociedades, aberrante. Señala además que los derechos y 
deberes de hombres y mujeres, vinculados a masculinidad y feminidad, varían de una sociedad a otra y que 
las cualidades son intersubjetivas y experimentan cambios. “Las cualidades consideradas masculinas son más 
valoradas que las que se consideran femeninas, y los miembros de una sociedad que encarnan el ideal 
femenino obtienen menos cosas que los que ejemplifican el ideal masculino.” El patriarcado ha sido la norma 
en casi todas las sociedades agrícolas e industriales. 
 
III. La unificación de la humanidad 
Harari nos describe la edad moderna como un periodo de globalización y de hegemonía de los estados 
imperialistas que permitieron la estandarización de los modelos político y económico en una gran extensión 
de territorio. “Los humanos comparten el mismo sistema geopolítico, el mismo sistema económico, el mismo 
sistema legal y el mismo sistema científico.” Desarrolla la idea de un orden universal y de humanidad, 
partiendo de la expansión de los imperios y el comercio intenso. “La gente comenzó a cooperar de manera 
regular con personas totalmente extrañas a las que imaginaban como “hermanos” o “amigos.” 
 
Si bien es cierto que los humanos nos desarrollamos en unanimidad con los sistemas hegemónicos, existieron 
grupos que eran culturalmente distintos. Esta excepción a la regla se llama disonancia cognitiva, la que ha 
sido motor de cambios. “Si las personas no hubieran sido capaces de poseer creencias y valores 
contradictorios, probablementehabría sido imposible establecer y mantener ninguna cultura humana.” 
 
El autor hace una reflexión sobre tres órdenes universales que se expandieron y establecieron como 
cimientos del mundo como lo conocemos hoy en día: 
 
A.- Orden monetario: inició con el trueque en un contexto de comunidades pequeñas e íntimas y de gama 
limitada de productos. Esto se transformó a raíz de la expansión de las ciudades y reinos, el transporte 
eliminó fronteras y dio contexto a la especialización. Se establecieron las bases de una economía compleja 
basada en el dinero por la gran cantidad de productos ofrecidos a una gran cantidad de ​extraños​. 
 
B.- Orden imperial: se caracteriza por gobernar sobre un número importante de pueblos que difieren en 
identidad cultural y territorio. Adicionalmente, mantienen fronteras flexibles y un apetito de conquista 
ilimitado sin alterar su estructura o identidad básica. Esto ha permitido desarrollar diversas culturas en un 
único contexto político y generar una cohesión de segmentos poblacionales de mayor tamaño. 
 
C.- Orden de las religiones universales: nace con el objetivo de conferir legitimidad sobrehumana a las 
frágiles estructuras existentes “... la religión puede definirse como un sistema de normas y valores humanos 
que se basa en la creencia de un orden sobrehumano.” Harari expone las características de las creencias 
religiosas más influyentes: animismo, politeísmo, monoteísmo, dualismo y budismo. 
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IV. La revolución científica 
La revolución científica, para Harari, se centra en las implicancias de la industrialización hasta los avances 
tecnológicos producidos en la actualidad (como la biomedicina o ​software inteligente), el impacto que esto 
ha generado en nuestro propio hábitat y la incesante búsqueda de la felicidad. 
 
La era de la revolución industrial se caracteriza por el uso de energía basada principalmente en la combustión 
de leña, carbón y petróleo. La electricidad fue el descubrimiento científico que catalpultó la producción de 
maquinarias, afectando de manera significativa las estructuras económicas y sociales. La excesiva demanda 
de materia prima para la producción de bienes o la ejecución de servicios, pone en peligro nuestro planeta al 
consumir de manera irracional los limitados recursos naturales. 
 
Los patrones sociales cambiaron, afectados por la creación y aceptación del horario, la aparición de la urbe, 
la desaparición del campesinado, la aparición y el aumento del proletariado industrial, la atribución de poder 
a la persona común, la democratización, la visibilización de una cultura juvenil y la desintegración del 
patriarcado. Harari explora además, las afectaciones en la estructura familiar y la comunidad local, las que 
fueron reemplazadas por las estructuras estatales y del mercado. “La revolución industrial confirió al 
mercado poderes nuevos e inmensos, proporcionó al Estado nuevos medios de comunicación y transporte…” 
 
La riqueza de una nación radica en el capital humano, los conocimientos técnicos y las estructuras 
socioeconómicas complejas, valor que no puede trasladarse geográficamente a través de la conquista, por lo 
que es preferible mantener un estado de paz que sea propicio para el comercio y la inversión externa, es 
decir, que prevalezca una cultura política con base pacifista. 
 
En este contexto, se plantea la pregunta ¿qué es la felicidad? “La mayoría de las ideologías y programas 
políticos actuales se basan en ideas bastante triviales acerca del origen real de la felicidad humana.” Propone 
que este bienestar subjetivo tiene un vínculo con el poder y que no solo se basa en lo material sino también 
en lo intangible, como son los factores sociales, éticos y espirituales. La felicidad, nos indica Harari, está 
determinada por las expectativas que son construidas por la comunicación y la publicidad. Su estudio se ha 
abordado también desde el campo biológico, que la describe como una descarga momentánea de sensaciones 
placenteras, pero que no duran para siempre. 
 
En cuanto a los avances tecnológicos, las ingenierías genética y biológica quebrantan con impunidad las 
leyes de la selección natural y hacen de la intervención humana una elección deliberada destinada a 
modificar un organismo. Menciona además la ingeniería basada en cíborgs, que permite la combinación de 
partes orgánicas e inorgánicas que dan como resultado, por ejemplo, programas informáticos que pueden 
experimentar una evolución independiente o recrear un cerebro humano completo dentro de un ordenador, 
con circuitos electrónicos que simulan las redes neuronales del cerebro. Si bien el fin de estos complejos 
experimentos mejora el campo de la medicina, los cuestionamientos éticos, políticos e ideológicos al 
respecto siguen generando controversias. 
 
Nos deparará en el futuro una segunda revolución cognitiva: con nuevas capacidades, nuevas emociones y 
tensiones sociales. Sobre esto Harari concluye “... el ritmo del desarrollo tecnológico conducirá pronto a la 
sustitución de sapiens por seres completamente distintos que no solo poseen un físico diferente, sino mundos 
cognitivos y emocionales muy distintos.” 
PTS

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