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La Historia Militar en el Mundo Antiguo 
Introducción 
 
Mg Esteban Darío Barral 
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires 
 
 
La guerra en el mundo antiguo es muy extensa y abarca un período que 
podíamos marcar entre la primera batalla registrada y con una cierta 
documentación de la misma, la batalla de Meggido (en 1476 a.C), hasta la 
caída del Imperio Romano de Occidente, cuya última batalla importante fue la 
de Chálons o de los campos Cataláunicos (también se la conoce como batalla 
de la llanura de Mauriac, en el 451 d.C.). 
Hablar de guerra en el mundo antiguo conlleva muchas veces en la creencia 
que la misma era un mal endémico en los estados de la antigüedad, sin 
embargo no era mucho más frecuente de lo que lo es hoy en día. La guerra fue 
un elemento estructurante en las distintas sociedades y tal como expresará 
Clastres sobre su visión de la guerra en las sociedades pre estatales, 
condicionaba la posición social de los hombres en base a su función guerrera. 
La Historia Militar de la antigüedad, una de las más complejas y largas, ha 
derivado en el estudio, en muchos casos, sólo en los asuntos estrictamente 
militares o estrictamente sociales con connotaciones político-militares de 
acuerdo al trabajo que se haya realizado. 
Para una mejor comprensión del estudio de la Historia Militar antigua 
podemos establecer que es necesario tener en cuenta ciertos aspectos que 
creemos fundamentales para poder comprender mejor el fenómeno de la 
guerra. 
En primer lugar, debemos comprender que hay terminología y 
consideraciones políticas o militares de lenguaje actual que no encastran 
correctamente en la antigüedad. Hablar de conceptos tácticos o estratégicos en 
todos los niveles como si de un manual militar se tratara es un error en el que 
no podemos caer académicamente, pues no estaríamos comprendiendo el 
contexto socio cultural de la época que analizamos. La táctica y la estrategia 
son aspectos militares que están dentro de las decisiones políticas de un 
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estado, pero siempre teniendo en cuenta la contextualización temporal que 
analizamos. Si analizáramos la toma de la ciudad de Platea por una fuerza 
tebana en el 431 a.C y que dio lugar al inicio de la guerra del Peloponeso, de 
acuerdo a la estructura temporal de Tucídides, en base a conceptos tácticos y 
estratégicos, sin tener en cuenta la decisión política y el por qué de dicha 
acción, el resultado sería muy subjetivo, como también si no tuviéramos en 
cuenta el significado de la guerra en las distintas poleis griegas, el papel 
fundamental que llevaba a una ciudad estado al estado de beligerancia, etc. Es 
decir, los aspectos militares no pueden ser analizados simplemente desde una 
óptica simple y particular sin ver el todo. 
En un segundo lugar, y uno de los errores más comunes en muchos 
historiadores militares, son la limitaciones que los ejércitos de la época tenían, 
o por el contrario, de la sobrevaloración de las mismas. Los soldados o 
guerreros antiguos tenían capacidades físicas que en muchos casos 
sobrepasaban a un soldado regular de los ejércitos actuales y esto era debido 
al contexto en el que éste se desarrollaba físicamente desde que nacía hasta 
su muerte. La masa del trabajo realizado por el hombre antiguo era netamente 
mecánica y de fuerza, auxiliándose en pocos casos de la escasa tecnología 
imperante. Eso le brindaba una adaptación mayor a las inclemencias del 
tiempo y al trabajo físico por excelencia. Si bien es cierto que su estructura 
física era más pequeña, una altura promedio era de 1,65 mts, su entorno de 
trabajo mecánico los hacía fuertes. Si estudiamos la batalla de Maratón en 490 
a.C. nos viene a la mente el nombre de Fidípides, el corredor griego que fue de 
una polis a otra transmitiendo mensajes hasta caer extenuado al costo de su 
vida a las puertas de Atenas, tomando dicha acción como un acto excepcional 
de capacidad física. Sin embargo, pocos hablan de los 10.000 hoplitas 
restantes del ejército griego que cubrieron los 42 kilómetros que hay desde 
Maratón a Atenas antes de que las fuerzas persas de asalto que se 
trasladaban por mar llegaran a su objetivo. Estos hombres marcharon a una 
velocidad y a un ritmo agotador, y con todo su equipo al completo, haciendo 
dudar de cuantas fuerzas militares actuales estén en capacidad de repetir dicha 
acción. Por el contrario, también encontramos ejemplos de exageración en la 
sobrevaloración de las capacidades militares de ciertos ejércitos y se los 
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compara con fuerzas actuales a modo de establecer paralelismos, sin tener en 
cuenta la distancia temporal y de contextos donde unos y otros se 
desarrollaron. 
Esto mismo sucede con los conductores militares, donde incluso se ha 
llegado a establecer una especie de ranking de los mejores generales de la 
historia como si de un concurso de baile se tratara. Si tomamos una lista de los 
diez mejores comandantes, probablemente los nombres de Alejandro, Aníbal y 
Cesar no faltarán en la misma. Se harán comparaciones de Alejandro con 
Napoleón, o de Rommel y Aníbal, sin tener en cuenta la distancia temporal y de 
contextos que separan a unos y otros. Es algo poco serio y probablemente de 
aficionados, pero no del mundo académico. 
Los comandantes militares antiguos se regían por conductas y normas de la 
época que les tocó vivir y con muchísima menos información que un 
comandante del siglo XIX o el XX, de Alejandro a Aníbal había una distancia 
enorme en formas de luchar, en maneras de ver la guerra, en la composición 
de los ejércitos y en muchos aspectos más, como para poder comparar a uno y 
a otro. Ese es otro error fundamental, creer que cuando hablamos del mundo 
antiguo todos los períodos del mismo fueron iguales. Los tiempos cambiaban 
de una manera radical de un período a otro, si bien en forma mucho más lenta 
que en los momentos actuales; sí había cambios, aunque muchas veces la 
información tardara años de llegar de un lugar a otro, meses o tal vez pocos 
días de acuerdo a la distancia, geografía u otros factores a tener en cuenta. De 
la misma manera la información, como base del conocimiento, tardaba mucho 
tiempo en adquirirse y tal o cual procedimiento de combate sólo se conocía 
cuando se enfrentaba a nuevos enemigos. 
Los ejércitos romanos lograron vencer en las guerras de insurgencia1 o 
rebellio,2 tal como la llamaban los romanos, adaptándose a la nueva forma de 
lucha que encontraron en sus provincias. Como nunca antes habían combatido 
de esa forma y contra un enemigo que combatía distinto, los comandantes 
 
1 Insurgencia proviene del latín insurgere, supino del verbo isurrectum (levantarse), y que 
puede traducirse como levantarse hacia dentro. Insurrectio, (levantarse) o insurrectionis 
(levantamiento) 
2 Rebellio significa rebelarse como sinónimo de resistencia a algo. 
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romanos debieron adaptarse sobre el terreno, pues el conocimiento aún no 
había llegado a ellos tal como nos llegaría ahora a nosotros a través de un 
manual de contrainsurgencia. Con esto intentamos demostrar que es 
incomparable poner en un mismo plano a un general romano que a un general 
de la Segunda Guerra Mundial, pues el primero debió adaptarse a la guerra a 
medida que la misma se hacía, en tanto que el segundo lo pudo hacer debido a 
su preparación previa y a la información con que contaba y que le permitiría 
adaptarse en mucho menos tiempo. 
Otra manera de caer en error es intentar dar consejos de táctica y lo que 
debiera haber hecho tal o cual general en el desarrollo de una batalla, sin tener 
en cuenta que muchas maniobras que hoy se pueden realizar debido a los 
elementos de mando y control, en el mundo antiguo hubieran sido imposibles. 
Adaptar los principios de la guerra actuales para comprender una campaña 
antigua es otra manerade inducir a errores de apreciación durante el análisis 
de la misma, ya que los mismos no existían como tales, sino que en cada 
período de la guerra antigua hubo principios propios de cada pueblo y que se 
adaptaron de acuerdo a la forma de guerrear que tenían. Hablar de sorpresa 
estratégica durante la batalla de Qadesh en el 1290 a.C, tal como aparece en 
muchos textos sobre la batalla, es una falacia ya que no existió tal cosa, pues 
los ejércitos de la época no buscaban tal efecto sino todo lo contrario, 
enfrentarse al enemigo y batirlo en campo abierto, pues esa era su manera de 
luchar. Las batallas eran más ritualizadas de lo que se presume actualmente, y 
buscar un campo para medirse era más común de lo que se piensa. Ramsés 
no buscaba la sorpresa estratégica, simplemente, porque no tenía idea de que 
era eso. 
En tercer lugar, y uno de los puntos más importantes a tener en cuenta, es lo 
que sucedía en el propio campo de batalla. Para ello haremos un breve 
resumen de la guerra. 
La táctica de combate y los elementos de la misma tal como los conocemos 
ahora, se iniciaron antes del mundo antiguo, específicamente, cuando el 
hombre aprendió a maniobrar en grupo y contra otro grupo humano de 
similares características. El empleo de tácticas de caza para combatir, de la 
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misma forma que la utilización de las armas, fue una larga adaptación del 
hombre al combate. A medida que la tecnología avanzaba, de la piedra al 
bronce y de este al hierro, también avanzaba la manera de maniobrar en el 
campo de batalla, naciendo procedimientos tácticos que se irán puliendo con el 
tiempo. El fuego y el choque serán los principios que rijan los campos de 
batalla de oriente, en tanto que la masa y el choque regirán el mundo 
occidental de la mano de los griegos. 
El paso del nomadismo al sedentarismo permitió contar con un excedente de 
producción tal que les permitió a los diferentes grupos humanos un mayor 
grado de complejidad y estructurar de manera distinta su organización social. 
El comercio entre distintos grupos establecidos fue un elemento fundamental 
para el crecimiento de estas poblaciones, pues el excedente no sólo les 
permitía dicha actividad sino que también acrecentaba el poder en base a la 
capacidad que esto daba. El comercio y el acopio de excedentes en 
mercancías de distinto tipo hicieron necesaria la aparición de las primeras 
organizaciones militares, tanto para su defensa como también para incursionar 
en otro territorio y tomar lo necesario de otros pueblos. 
De esa manera se formó un matrimonio muy difícil de evitar, el del desarrollo 
de un pueblo y el poder militar que podía mostrar. La agrupación social en 
aldeas era una manera de protección del colectivo, pero la erección de 
defensas de las mismas fue un elemento fundamental para poder contrarrestar 
al accionar militar enemigo. Las incursiones con fines de pillaje, de capturar 
prisioneros o adueñarse de la producción económica de otros, era uno de los 
objetivos de las fuerzas militares y que de alguna manera obligaron a 
conformar las primeras fortificaciones. 
Contar con fuerzas militares fue una necesidad imperante. Ahora, contar con 
fuerzas militares es una cosa y contar con una eficiente fuerza militar es otra. 
Las primeras organizaciones militares eran grupos de hombres armados que 
concurrían ante un llamado para satisfacer una necesidad bélica, ya sea, para 
la defensa de un grupo o para incursionar sobre otro grupo social. Pero a 
medida que las sociedades fueron complejizando sus estructuras, también se 
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complejizó el entramado militar que debía sostenerla. Colocar un ejército en 
campaña llevaba implícitas ciertas dificultades a resolver: 
1. La instrucción. 
2. El equipamiento. 
3. La conducción, que requería de hombres con conocimientos para tal 
actividad. 
4. La logística necesaria para poder sostener a una fuerza militar en 
campaña por un breve tiempo. 
Satisfacer estas necesidades no era fácil en las primeras civilizaciones. La 
instrucción militar estaba a cargo de un núcleo de soldados a sueldo que 
debían ser costeados por la ciudad-estado de acuerdo a sus posibilidades, en 
tanto que el resto de los integrantes de una fuerza militar eran, normalmente, 
campesinos que se reclutaban en ciertos períodos para una campaña y que al 
finalizar la misma debían retomar sus tareas. La instrucción de estos era 
mínima y es por ello que las primeras organizaciones militares contaban con 
mayor cantidad de hombres que luchaban en tácticas irregulares por sobre las 
maniobras lineales en un campo de batalla. 
Para conformar una fuerza con posibilidades de éxito en una operación 
militar se requería disciplina y conocimientos militares que eran impartidos por 
los militares a sueldo, pero que tenían una serie de deficiencias difíciles de 
subsanar. La materia prima con la que trabajaban eran básicamente 
campesinos-milicianos, en muchos casos, y dependiendo de las sociedades 
que hablemos, eran propietarios que se costeaban su propio equipo y que 
podían aportar una pequeña parte de su tiempo a la instrucción militar y a la 
guerra. Esto limitaba mucho las decisiones políticas de los gobernantes en 
caso de que fuera necesario ir a la guerra o utilizar la violencia en provecho de 
una estructura social dominante. 
La centralización de las actividades político-militares-sociales en torno al 
palacio, permitió un tejido complejo de relaciones permitiendo a su vez la 
división de las responsabilidades políticas, militares y religiosas. Esto fue 
fundamental para la práctica guerrera compleja y que la diferenciaba 
sustancialmente de la guerra de bandas en las sociedades pre-estatales. 
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Las habilidades militares debían adquirirse a través de una centralización de 
un núcleo duro de combatientes que se debían mantener pagos a expensas del 
estado. Los milicianos debían aprender ciertas técnicas y procedimientos de 
combate que llevaban tiempo, por lo tanto lo mejor era adaptar las cualidades 
de labradores al uso de las armas para lograr una mayor confiabilidad entre los 
combatientes. 
Al ser el hombre reacio a matar a un semejante, el guerrero debe pasar por 
un proceso de entrenamiento tal que le permita ver al enemigo no como un 
semejante, sino como una amenaza. Lograr eso es el primer paso para 
entrenar combatientes. El segundo, es mantenerlos formados en el combate, 
ya que como el hombre es reacio a matar a un semejante, también tiene miedo 
a morir y por lo tanto tiende a escapar del campo de batalla. Esta disciplina era 
muy difícil de lograr entre tropas no profesionales y por lo tanto quedaban los 
mismos expuestos a una rígida disciplina y a códigos de valor sociales que los 
conminaran a mantener su puesto en la formación. 
En los primeros ejércitos de la edad del Bronce, los lanzadores de armas 
arrojadizas eran más numerosos que la infantería de choque, debido en gran 
parte a costumbres regionales de grupos cazadores de donde eran reclutados 
dichos hombres. Pero esto a su vez requería una cierta especialización por lo 
que muchas veces se debería requerir la contratación de mercenarios que eran 
generalmente, quienes poseían la mayoría de las habilidades guerreras. 
Sociedades como la egipcia, hitita o asiria, lograron crear ejércitos con un 
alto grado de complejidad y con un elevado tecnicismo militar que les permitía 
realizar campañas de conquista sobre pueblos vecinos. La logística militar 
necesaria para llevar a cabo operaciones militares fue posible gracias a la 
centralización palacial de la que ya hicimos mención anteriormente; pero fue 
también esa centralización política la que llevó a los ejércitos de la Edad del 
Bronce a no poder mantener los territorios conquistados y ser derrotados por 
pueblos que desarrollaron una cultura guerrera superior. El autoritarismo y la 
estricta jerarquización de las estructuras militares, donde lasdecisiones 
estaban en manos normalmente de una casta guerrera, y donde la 
responsabilidad recaía en el propio soberano, llevó a las principales 
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organizaciones militares a la derrota, debido a que de esa manera no se 
aseguraba una eficiente conducción militar. Otra debilidad de este sistema 
jerarquizado y centralizado era la sucesión real, que hacía muchas veces de 
las intrigas y golpes palaciegos el elemento principal de la política interna, 
descuidando la capacidad militar para terminar con posibles rivales de estados 
vasallos o de provincias rebeldes. 
La logística y el mando y control de las fuerzas eran muy primitivos y por lo 
tanto hacían de las maniobras acciones difíciles de llevar a cabo; cuanto más 
estrecho era el campo de batalla, mejor era para el comandante. Esto llevó a 
conformar dispositivos lineales y a restringir las maniobras en forma frontal, 
pues dicha rigidez estaba en concordancia con la capacidad casi nula de 
redirigir fuerzas en el campo de combate. El comandante planificaba la batalla 
y una vez que la misma comenzaba a desarrollarse ya no tenía manera de 
influir en ella, por lo tanto lo único que le quedaba era la disciplina de sus 
fuerzas y la acción de los mandos subordinados para mantener la línea en 
formación. 
Cuando comenzaba el combate los hombres debían soportar el fuego 
producido por las armas arrojadizas, flechas, hondas y jabalinas; 
posteriormente aguantar el embiste de los carros que también lanzaban 
proyectiles y que intentaban romper la línea formada. La nube de polvo y la 
confusión creaban en los combatientes el terror lógico de la posible muerte, y 
cuando se producía el choque cuerpo a cuerpo quien primero desasiera la 
formación estaba condenado. La mayor cantidad de bajas se producían cuando 
una fuerza rompía su línea e intentaba escapar del enemigo. La falta de 
uniformidad en los milicianos, la ausencia de comunicaciones fiables y la poca 
visibilidad del campo de batalla creaban un ambiente paralizante para la fuerza 
menos entrenada; y es en ese momento cuando se producía la ruptura del 
dispositivo y la derrota de un ejército. 
La guerra primitiva en las sociedades pre-estatales se diferenció de la guerra 
organizada de los primeros estados en la ausencia de una organización apta 
para maniobras y campañas fuera de los raids y las emboscadas que la 
caracterizaron, marcando un posible horizonte militar que las diferenciara. La 
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guerra en las sociedades pre-estatales era un estado permanente de hostilidad 
entre comunidades políticas autónomas (Meggitt)3 con un alto nivel de 
recurrencia a estas prácticas guerreras y no por ello menos violentas o 
sangrientas tal como lo expresaran Keegan o Turney High4 dejando a estas 
sociedades en un plano inferior en sus capacidades guerreras. 
Sin embargo, los campos de batalla del mundo antiguo no se diferenciarían 
de los combates entre bandas, como muchos creen, por la cantidad de muertos 
o la letalidad del modo occidental de hacer la guerra, sino por la capacidad 
prolongada de mantener ejércitos en una operación militar, por el desarrollo 
tecnológico necesario y por la logística atinada. Pero por sobre todas las cosas, 
por la estructuración social y la capacidad intelectual y cultural de un estado 
para desarrollar todo lo anterior. 
Los sumerios fueron los primeros en organizar una civilización tal como hoy 
en día la podemos conocer, ya que no sólo implementaron los primeros 
métodos para trabajar el suelo y llevar a cabo la revolución agrícola, sino por 
sus leyes y su religión que legaron a pueblos posteriores como los asirios y 
caldeos. La organización militar sumeria puede apreciarse en una de las 
principales fuentes de la antigüedad: la estela de los buitres. Una piedra 
caliza tallada de 1,80 metros de alto por 1,30 de ancho y que narra la victoria 
del Rey Eannatum de Lagash sobre Umma. Datada sobre el 2500 a.C., nos 
deja ver que hay una posible organización militar en los ejércitos con una 
especie de formación en falange de una infantería de choque y carros de 
combate con lanceros. De la misma manera, podemos apreciar en el llamado 
estandarte de Ur, 2600 a.C, una caja trapezoidal que en la llamada “cara de la 
guerra” se pueden ver los componentes del ejército sumerio con carros de 
guerra e infantería de choque. 
 
3 Mervyn Meggitt, antropólogo que entre sus tantos trabajos etnográficos también estudió la 
guerra entre los Mae Enga en Nueva Guinea. 
4 Ver las obras de John Keegan Historia de la Guerra y Halbert Turney High The Primitive 
War. 
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Parte de la estela de los buitres donde se aprecia la organización de una proto- 
falange. 
Un ejército compuesto con carros de combate, infantería de choque y armas 
arrojadizas y que podía adoptar formaciones en el campo de batalla, requería 
de disciplina, organización, logística y un mando y control especializado. Esto 
es lo que diferenciaba a los ejércitos de la guerra organizada de los 
compuestos por bandas en las sociedades pre-estatales. La guerra de bandas 
nómades pasaba de esa manera a constituir el monopolio de la violencia de los 
estados, y tal como dijimos anteriormente, las armas que se utilizaban para 
cazar, de la misma manera que los útiles agrícolas, pasarán a utilizarse para la 
guerra debido a la familiaridad de los hombres con las mismas. Es por ello que 
los lanceros y los arqueros predominarán en los campos de batalla de la Edad 
del Bronce. 
A las armas ofensivas siempre se le opusieron ciertas defensas, ya sea para 
protección individual o colectiva. Los hombres de la infantería sumeria estarían 
equipados en apariencia con una pequeña coraza de bronce y un casco de 
cobre que estaría acolchado con fieltro por dentro para proteger la cabeza de 
su usuario. No sabemos si todos los infantes de las fuerzas de choque irían 
equipados de la misma manera o sólo algún núcleo de profesionales 
contratados lo harían así. 
A medida que la tecnología suplía las necesidades del combate las 
estructuras sociales permitían un mayor grado de complejización de la guerra, 
debido a su necesidad obvia de mantener ejércitos con profesionales 
permanentes que nuclearan las levas necesarias para una campaña. La 
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superioridad en armas y organización de los sumerios les permitió a estos 
imponerse sobre sus vecinos que no contaban con una sociedad preparada 
como la de estos. Los estados colindantes incluían a toda la sociedad para 
llevar a cabo una guerra, en forma similar a como lo hacían los grupos pre-
estatales, sin una estructuración y organización debida para llevar a cabo una 
guerra abierta contra un estado como Sumer. A diferencia de los primeros, los 
sumerios preferían involucrar ejércitos más pequeños pero con profesionales 
adiestrados, equipados y organizados para una campaña coherente. El 
resultado en el campo de batalla no se hizo esperar y la totalidad de los 
estados adyacentes cayeron bajo las huestes sumerias uno tras otro. 
Pero a los sumerios les sucedería algo que es propio de la lógica y la 
dinámica de la guerra, tarde o temprano el enemigo aprende de sus derrotas y 
comprende que la mejor forma de luchar es imitando al vencedor. En pocas 
palabras, sin querer se enseña al enemigo a luchar. Y cuando los 
conocimientos militares de los sumerios se expandieron a estados vecinos, el 
poder de sus fuerzas militares quedó sellado. Un ejemplo de ello fue Sargón 
quien hacia el año 2270 a.C al frente del reino de Kish inició una campaña 
contra Uruk a la que conquistó luego de un asedio. Para ello seguramente 
debió contar no solo con los conocimientos propios para combatir en un terreno 
restrictivo como lo es una ciudad amurallada, sino de ciertos conocimientos 
básicos del arte de sitiar ciudades, algo que para la fecha que nos corresponde 
era muy difícil de concretar.5 
Las campañas deSargón lo llevaron a dominar ampliamente la región que 
hoy conocemos como el Golfo Pérsico y probablemente a fundar la ciudad de 
Acad. Su imperio dominó a todos los estados vecinos, y esto fue posible 
gracias a contar con una organización social y administrativa tal que le permitía 
mantener fuerzas profesionales adiestradas para emprender largas campañas 
de conquista. 
 
5 El arte de sitiar ciudades se basaba en una serie de procedimientos que incluían la 
preparación territorial, el cerco, la excavación de trincheras, minar la muralla y contar con 
ciertos ingenios que les permitiera a las tropas de asalto ingresar a la ciudad. Las primeras 
ciudades amuralladas, de acuerdo a los hallazgos arqueológicos realizados hasta el momento, 
datan del 8000 a.C., por lo tanto los conocimientos para contrarrestar las defensas de una 
ciudad deberían haberse ido puliendo y perfeccionando para el 2500 a.C., a un grado tal que la 
mayoría de los ejércitos poseyeran estos conocimientos. 
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La unidad socio-económica básica podría haber sido la aldea a lo largo de 
toda Mesopotamia, conformada a su vez por una cierta cantidad de familias de 
tipo nuclear, donde la religión ocupaba un lugar preponderante dando al templo 
la calidad de elemento recaudador alrededor del cual se constituía la 
comunidad. Esto probablemente no se haya dado en todos los lugares de la 
misma manera y probablemente varió de una región a otra. La aldea dio paso a 
las agrupaciones más grandes que constituyeron las ciudades, tal el caso de 
Uruk que fue el resultado de la fusión de Kullaba y Eanna.6 El rey cumplía 
funciones de sacerdote-soberano y el templo y el palacio pasarán a constituir el 
estado. El excedente de las ganancias agrícolas que no se guardaban como 
reservas, eran para pagar diversos gastos entre ellos a los damgar, los 
soldados profesionales que llevarían a cabo las principales campañas militares. 
Este complejo entramado social va a marcar la diferencia en recursos para ir a 
la guerra. 
Sargón va a realizar, de acuerdo a las crónicas, unas 34 campañas militares, 
muchas de ellas de conquista, aunque la mayoría será de contrainsurgencia 
contra territorios rebeldes. El ejército se conformaba, tal como dijimos 
anteriormente, por un núcleo de infantería profesional equipados con casco, 
coraza, escudo y lanza y con capacidad para combatir en una formación de 
proto-falange. A estos hombres se los acompañaba con un mayor número de 
soldados de infantería miliciana de levas obligatorias y que probablemente no 
estarían ni instruidos, ni equipados como los profesionales. Otras habilidades 
necesarias se debían tercerizar o bien se utilizaban de los hombres reclutados 
en ciudades aliadas o conquistadas, tales como los arqueros, cuyos 
operadores eran en su mayoría mercenarios contratados. Los acadios fueron 
los que en algún momento durante el reinado de Naram-Sin, incorporaron el 
arco compuesto un arma avanzada para la época y que podía llegar a alcanzar 
los 150 metros de efectividad. 
Las tácticas se basaban en la potencia de fuego y en el choque. Se 
utilizaban gran cantidad de arqueros que abrían fuego sobre las 
concentraciones enemigas con el objetivo de desacomodar a la línea de 
 
6 Roux, George. Mesopotamia. Historia política, económica y cultural. Ed Akal. 2002. Pag 146 
14 
 
batalla, posteriormente la infantería pesada arremetía contra las líneas 
dislocadas y abría grandes brechas que terminaban normalmente con la 
derrota del enemigo. Este sistema de combate dio a los acadios la posibilidad 
de la victoria, pero a la muerte de Sargón, se sucedieron una serie de guerras 
insurgentes especialmente en los montes Zagros con los pueblos gutios; los 
que no pudieron ser controlados y terminaron con controlar Acad, destruyendo 
la ciudad y ocupando el norte del territorio, pues en el sur habían pactado con 
los sumerios lo que les permitió a estos resurgir una vez más. 
Los hititas, que crearon un imperio en parte de la actual Siria, lograron 
conformar un ejército altamente móvil cuyo fuerte eran los carros de guerra, 
introduciendo de esta manera esta formidable arma de combate.7 El carro 
estaba tirado por dos caballos y transportaba a un conductor y un arquero, 
aunque muchas veces también llevaba soldados equipados con jabalinas. La 
evolución del carro de guerra fue lenta pero inexorable y estuvo íntimamente 
relacionada con la cría de caballos capaces de tirar con fuerza y velocidad del 
mismo. En principio se cree que los primeros carros eran lentos y pesados, con 
ruedas macizas y tirados por asnos, representando más una base de apoyo 
que un elemento de maniobra y fuego como era el carro hitita. Podemos decir 
que los carros hititas con ruedas de radio fueron una verdadera innovación 
militar para la época ya que los egipcios y todos los ejércitos posteriores 
también lo adoptarían. El carro conjugaba dos acciones importantes para la 
táctica militar: la maniobra y la potencia de fuego. También habían logrado una 
variante en su utilización con lanceros equipados con largas picas para 
contener a una formación enemiga a la distancia, maniobrando y huyendo 
cuando era necesario. El carro desarrolló todo su potencial militar entre el 1600 
y el 750 a.C., permitiendo a una aristocracia militar en varios estados pivotar 
entre su estrategia militar y política, y reinando de manera absoluta en las 
batallas por al menos 1000 años y llegando a extenderse tal práctica hasta 
China y los Estados del Egeo. 
 
7 La introducción del carro de guerra por los hititas está en duda por varios historiadores que 
establecen que fueron los hurritas los primeros en introducir el carro de guerra y que los 
primeros sólo lo hicieron como contramedida después de haber sido derrotados en combate 
por los segundos. 
15 
 
De esta forma el ejército hitita conformaba su fuerza de combate letal en 
base a los carros, en tanto la infantería pesada y la ligera operaban en apoyo 
de estos cuando se desarrollaban las acciones militares. Ambas infanterías 
eran aptas para maniobrar en terrenos donde los carros no podían hacerlo o en 
los asedios donde éste era inútil. Los hurritas desarrollaron formas de combate 
similares y fueron a la batalla con ejércitos con alto grado de tecnicismo y un 
mando y control eficiente basados en una aristocracia ciudadana llamada 
mariannu. Estos se alistaban para conformar la fuerza de choque de los carros 
de guerra en tanto que la infantería operaba también en apoyo a estos. 
Los acadios habían demostrado ser, tal vez, los primeros en desarrollar un 
imperio, que aunque hoy nos parezca un término común en el 2400 a.C era un 
paso enorme ya que el mismo significaba superar el marco de la ciudad-
estado. A partir de ellos, varios estados van a desarrollar fuerzas militares con 
el objeto de intentar expandirse sobre sus reinos vecinos formando verdaderas 
potencias regionales. Uno de ellos es el Egipto faraónico. 
Hacia el 2900 a.C. el llamado Egipto faraónico entró en la región a tener una 
importancia político-militar que iría en aumento de acuerdo a su instrumento 
militar se fuera fortaleciendo.8 Entre el Antiguo Imperio y el Imperio Medio, 
Egipto no lanzó campañas militares contra sus vecinos con el objetivo de 
expandirse. En una zona geográfica compleja y dependiendo en gran parte de 
la situación hídrica del Río Nilo, hasta la invasión de los hicsos no sufriría 
agresiones externas significativas. Pero cuando estos invadieron hacia el fin del 
Imperio Medio, 1600 a.C. aproximadamente, Egipto se convirtió en un estado 
militar. La situación regional a comienzos del segundo milenio ya no lo 
mantenía aislado de los intereses de sus vecinos y por lo tanto debió adoptar 
una fuerza militar tal que le permitieramantener su posición geoestratégica 
favorable en la zona. 
 
8 También se lo conoce como Egipto Imperial, Antiguo Imperio hacia el 2900 e Imperio Medio 
hacia el 1650 a.C. aproximadamente. 
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Mar Mediterráneo
Bajo Egipto
Alto Egipto
Etiopía
Imperio Hitita
Asiria
Mitani
 
El Imperio egipcio y la posterior expansión militar hacia el fin del Imperio Medio 
en el segundo milenio. 
Para fines del segundo milenio los babilonios tras el reinado de Hammurabi 
(hacia el 1700 a.C.) se encontraban dominando toda la región conocida como 
de los dos ríos, pero la posterior invasión de los pueblos casitas llegados de las 
montañas terminó con dicho imperio. Esto alteró la situación geoestratégica de 
la región y Egipto ya no podía quedar al margen de la expansión de los 
aguerridos pueblos montañeses. La guerra no era indiferente a los egipcios ya 
que la misma había estado presente en el valle del Nilo pre-estatal de la misma 
manera que lo había estado en otras regiones. Los hallazgos arqueológicos así 
17 
 
lo demuestran y tal como había sucedido en otros lugares la guerra primitiva 
también tuvo su lugar en la historia egipcia. 
La llegada de los hicsos con poderosas fuerzas de carros de combate arrolló 
a las milicias egipcias del campo de combate y dejó en ellos la marca necesaria 
para desarrollar posteriormente una fuerza militar que los convertiría en una de 
las principales potencias del mundo antiguo. La invasión de los hicsos permitió 
a los egipcios introducir el carro y los caballos, que estos no poseían hasta ese 
momento y además, aprender que debían poseer un eficaz instrumento militar 
si querían mantener su soberanía en la zona. La expulsión posterior de los 
hicsos y la conformación del Imperio Nuevo, 1560 a.C., trajeron aparejadas 
ciertas modificaciones tales como la instalación de una nueva capital, Tebas, y 
la conformación de un ejército regular formado por un núcleo profesional, 
fuerzas mercenarias contratadas y milicias de leva que serían reclutadas de 
acuerdo a la necesidad. 
Durante el Imperio Nuevo a los egipcios se le presentaban ciertos problemas 
de carácter estratégico. Por un lado, se debían ampliar las fronteras para crear 
lo que podemos denominar como profundidad estratégica, cuyo objetivo 
principal era el de mantener una zona de amortiguación lejos de las fronteras. 
En segundo lugar, esa expansión militar era necesaria para ganar nuevos 
territorios y proveer de materias primas y mano de obra; las mismas estaban 
dadas por la consecución de territorios que poseían minerales en minas que 
debían ser explotadas, para ello era necesaria la mano de obra, que muchas 
veces era esclava y otras contratada. En tercer lugar, la expansión les permitía 
el control de las principales rutas comerciales. Así la situación y para lograr 
tales objetivos era necesario conformar una eficiente maquinaria militar capaz 
de poder llevarlos a cabo. 
El Ejército egipcio, nos referimos al establecido en el Imperio Nuevo y no en 
períodos anteriores, contaba como dijimos anteriormente con fuerzas militares 
estacionadas profesionales, que ocupaban en muchos casos puestos militares 
de frontera y fortalezas, tal como ha quedado demostrado por los hallazgos en 
Nubia, y de fuerzas que eran levadas en caso de una campaña. También se 
18 
 
recurría a fuerzas mercenarias para fortalecer ciertas operaciones militares que 
requirieran el empleo de estas fuerzas especializadas. 
En ése período parece que gran parte de las fuerzas profesionales 
provienen de una mayor afluencia de voluntarios, muchos de los cuales han 
heredado la profesión de sus padres o de otro miembro de la familia; también 
se observa una gran presencia de tropas mercenarias reclutadas entre 
diferentes grupos étnicos con aptitudes especiales propias de su sociedad. 
Entre estos combatientes estarían los arqueros, lanzadores de honda y de 
jabalinas, es decir, de mano de obra especializada que se debía tercerizar. 
Esto hace suponer que la guerra seguía siendo estacional, de acuerdo a los 
períodos de siembra y cosecha, que era cuando se realizaban las levas de 
campesinos para conformar las fuerzas del faraón. 
Estos milicianos a tiempo estacional, contarían con una preparación militar 
muy específica pero no especializada, la que quedaría en manos de los 
profesionales y los mercenarios. El entrenamiento militar de los profesionales 
era duro y basado en una rígida disciplina, la que también se imponía a las 
milicias, y se dirigía a mantener una buena forma física y de combate. 
Ejercicios de lucha cuerpo a cuerpo y maniobras de marchas agotadoras eran 
normales dentro de la preparación física de los combatientes.9 Los hombres 
recibían tierras y parte de los botines conquistados, lo que hacía de la vida 
militar una profesión nada despreciable ya que muchos ex soldados llegaban a 
tener hasta esclavos, algo que no todos los ciudadanos estaban en condiciones 
de poseer. 
La infantería era el arma líder en el ejército egipcio, al revés de lo que 
muchos piensan que eran los carros de combate, tal como sucedía, por 
ejemplo, con los hititas. Se puede inferir por los textos de la batalla de Megido y 
Qadesh que el ejército egipcio se dividía en Cuerpos de Ejército, donde cada 
uno llevaba un nombre como Amón o Ra. Cada Cuerpo poseía un número de 
hombres cercanos a los 5.000, aunque como sucede en todos los ejércitos del 
mundo y de todos los tiempos, su cuadro de organización sería variable y 
 
9 En el papiro Anastasi I se puede observar el entrenamiento a que se sometía un recluta 
cuando era enviado y acuartelado para una campaña militar. 
19 
 
probablemente nunca llegara a contar con los efectivos completos. A estos 
hombres de infantería, se les sumaban unos 500 carros por Cuerpo, es decir 
unos 1000 hombres más. 
La infantería se formaba alrededor de Compañías de 200 hombres cada una 
que a su vez se dividían en Secciones de 50 hombres. No se sabe a que 
respondía esta articulación y organización puesto que la infantería luchaba en 
orden de falange y por fuera de ella la infantería ligera especializada en 
escaramuzas y con armas arrojadizas. No solo los egipcios adoptaban estas 
formaciones cerradas en falange, ya hemos visto como los ejércitos acadios 
también lo hacían. En toda lucha los hombres tienden a juntarse, o mejor dicho 
a apelotonarse, buscando normalmente la protección de otros ya que el 
principal temor de un soldado que lucha en una multitud y con armas de filo y 
punzantes es quedar aislado. Es por ello que la adopción de la falange en 
ejércitos poco profesionales era una solución más práctica que táctica. El 
hombre tiende a huir y evitar matar tanto a un semejante como evitar perder la 
propia vida, y mantener una formación cerrada es la mejor opción para evitar la 
deserción en pleno combate. La disciplina y la conformidad al grupo humano 
con el que se adquiere un compromiso corporativo hacen el resto. 
Los mandos medios debieron ser tropas profesionales experimentadas que a 
base de una rígida disciplina impartida y a órdenes sencillas, lograban 
mantener la formación de la infantería en la lucha. No sabemos la adopción 
concreta de formaciones de combate que los soldados egipcios estaban en 
capacidad de realizar, como por ejemplo adoptar una formación en cuadro para 
contrarrestar el ataque de los carros enemigos. Podemos presuponer que esta 
formación de falange debería tener variaciones tácticas y procedimentales 
necesarias para las circunstancias que debieran enfrentar, esto se puede inferir 
de la articulación en compañías y secciones, aunque la misma podría 
responder a cuestiones netamente administrativas y no tácticas. 
Las tropas especializadas combatían fuera de formaciones rígidas y 
básicamente con armas arrojadizas, siendo laprincipal el arco y las flechas. 
Estas aptitudes estaban en manos de mercenarios, ya que eran los únicos que 
poseían estas habilidades debido al tiempo que requería adquirirlas como tales. 
20 
 
Los mercenarios que luchaban en varias campañas terminaban 
especializándose y convirtiéndose en una estructura indispensable para una 
operación militar de envergadura. La función de estos estaría dada en combatir 
en forma de escaramuzadores o como tropas irregulares, aptas para la lucha 
contra otras tropas de similares características y especialmente en operaciones 
de contrainsurgencia o en el sitio de ciudades amuralladas. En el combate 
convencional su misión estaba referida a la transferencia de un fuego de 
proyectiles eficaz para desorganizar a las formaciones enemigas. 
Las fuerzas de carros de combate eran otra tropa aparte. La fuerza de carros 
de combate en el ejército egipcio fue parte de un proceso de modernización 
que estuvo relacionado con la experiencia de la derrota en campañas 
anteriores; y fue durante el Imperio Nuevo que se llevaron a cabo estas 
modificaciones militares de crear una fuerza de carros de guerra. 
Los primeros carros utilizados por los egipcios eran una copia de los 
canaánitas, y fue el carro que tecnológicamente tuvo el mejor diseño de todos 
los de la antigüedad, cuya estructura ligera lo capacitaba para ser utilizado 
como una plataforma de fuego capaz de transportar un arquero equipado. Su 
diseño ligero y altamente móvil no lo hacían adecuado para combatir contra 
otros carros o en formaciones cerradas. 
Para el ejército egipcio la infantería llevaría el peso de los combates, pero el 
carro era ligado íntimamente con la aristocracia militar, y las ceremonias de la 
elite hacían de su uso algo que marcaría la estructura social de Egipto. 
Los carros eran agrupados en las Compañías de infantería en número de 25 
por cada una de ellas y operaban como base de fuego de la misma; también se 
los podía agrupar en una fuerza de combate aparte del tamaño de Batallón que 
contaba con unos 250 carros y se los conocía con el nombre de Pediet. Los 
egipcios contaron con fuerzas de carros de otros reinos como los Neharin 
amorreos que participarían en batallas como la de Qadesh. 
El armamento utilizado por la infantería egipcia, las fuerzas auxiliares y las 
de carros de combate eran similares a las de sus estados vecinos, debido 
probablemente a la transferencia de tecnología lógica en los intercambios. La 
21 
 
lanza era el arma principal del infante, junto al hacha de guerra, el arco y las 
jabalinas. Con el Imperio Nuevo se agregarían los carros de combate y las 
espadas como arma secundaria del soldado. Algunas de las armas de la 
infantería nos pueden dar una descripción de la forma de combatir de ésta, tal 
como el hacha a dos manos que utilizaban los egipcios, o también la maza de 
bronce que se utilizaba para aplastar los cráneos de los enemigos. No estamos 
seguros que ambas armas fueran utilizadas en el Imperio Nuevo, debido a que 
ambas no eran aptas para combatir contra enemigos que portaran escudos y 
corazas, sí para luchar contra organizaciones tribales que no poseían infantería 
pesada sino hombres ligeramente armados y sin protección alguna. Las más 
adecuadas para el período del Imperio nuevo son las lanzas, arcos y espadas 
de las que había dos modelos principales: la tipo Kopesh o espada de hoz y la 
falcata; otros modelos de menos uso por su tamaño eran las espadas cortas y 
las espadas anchas. 
Probablemente la infantería pesada, con lanza y escudo, ocupaba el centro 
del dispositivo con los arqueros detrás para que los primeros les brindaran 
algún tipo de protección ante la carencia de ésta por parte de estas tropas. Los 
primeros arcos egipcios no tenían un alcance mayor a los 100 metros y con 
poca capacidad de penetración, no había habido una evolución debido al 
enemigo al que se habían enfrentado siempre los egipcios que eran tribus de 
montañeses sin armadura alguna; es por ello que dependían de la protección 
de la infantería pesada para poder lanzar sus flechas con alguna protección. Su 
misión consistía en darle potencia de fuego al ataque frontal de la infantería y 
obligar al enemigo a tomar alguna formación de protección que dificultara el 
enfrentamiento cuerpo a cuerpo de las infanterías. 
En las alas se ubicaban las fuerzas milicianas reclutadas entre los estratos 
más bajos de la población o entre tribus aliadas. Armados ligeramente con 
hondas y jabalinas su misión principal era cubrir los flancos de la infantería 
pesada en falange y evitar un envolvimiento. Es probable, y lo veremos en las 
batallas, que los carros se ubicarán delante de todo el dispositivo en forma 
lineal para arremeter a la primera línea enemiga y desarticularla para permitir 
posteriormente a la infantería romper su formación. 
22 
 
Para poder establecer ciertos parámetros de la utilización de las armas de 
combate, la táctica y los procedimientos de combate realizaremos un breve 
análisis de la primera batalla documentada de la que se tiene registro: la batalla 
de Megido. 
A la muerte de Tutmosis II le siguió su hijo Tutmosis III, aunque gobernaría 
Hatshepsut en su lugar debido a la corta edad e inexperiencia de éste, cuya 
función como principal líder político era la conducción del ejército; y liderarlo en 
campañas militares no solo aumentaba la popularidad del faraón sino que 
también era una obligación. Al poco tiempo murió Hatshepsut y estallaron una 
serie de revueltas en Canaán cuyas ciudades-estado le rendían vasallaje, 
pensando tal vez en la debilidad del estado egipcio y la llegada al poder de 
Tutmosis III, decidieron tentar la suerte para lograr su emancipación. 
Sin embargo Tutmosis III demostró una gran capacidad de organización y 
según las fuentes antiguas pudo poner en campaña unos 20.000 hombres. Es 
curiosa la cifra ya que si tomamos que cada Cuerpo de Ejército contaba con 
unos 5.000 efectivos, probablemente esa sea la cantidad de Cuerpos de 
Ejército en capacidad de formar que poseían los egipcios. También cuatro 
cuerpos van a ser los utilizados en la batalla de Qadesh posteriormente y la 
cifra es acorde a la cantidad de hombres en capacidad de reunirse para el 
período que nos toca. Teniendo en cuenta que para estas fechas reunir y 
mantener un ejército de semejante tamaño es muy difícil y complejo, por eso se 
deben tener en cuenta las cifras cuando analizamos la capacidad de una fuerza 
en combate y la que realmente poseía o podía llegar a poseer. 
23 
 
Ejército Cananeo
Megido
Ejército Egipcio
Yaham
Batalla de Megido
1457 a.C.
 
Batalla de Megido (1457 a.C). Hasta el momento es la primera batalla 
documentada de la historia militar. 
El rey de Kadesh, en el Oronte, había desafiado el poder de Egipto y con su 
ejército se dirigió hacia el sur, donde se encontraban varias ciudades aliadas 
que le proveerían de más hombres y recursos. Además, con esta maniobra 
intentaba bloquear a las fuerzas egipcias que se dirigirían hacia el norte bajo el 
mando de Tutmosis. El ejército del rey de Kadesh era una amalgama de varios 
grupos tribales que respondían a cada jefe difuminando y complicando la 
cadena de mando necesaria para la eficiencia en combate. La fuerza que había 
logrado reunir era similar a la de los egipcios, y tal vez un poco menos pero 
despreciable a la hora de la batalla, pues su número no era el problema, sino la 
organización necesaria para el combate. 
24 
 
El ejército cananeo se ubicó en las cercanías de la ciudad de Megido, un 
importante enclave estratégico debido a que el mismo controlaba un nudo de 
caminos. Ubicó a una fuerza de carros de combate importantes en el centro del 
dispositivo y a dos fuerzas de infantería en cada ala del mismo ocupando 
posiciones entre las rutas sur y norte respectivamente. Por su parte, el ejército 
egipcio se acercaba a marchas forzadasy nueve días después de haber salido 
llegaba a Gaza ocupando posiciones en la ciudad de Yaham. Allí Tutmosis 
decidió planificar las acciones a seguir ya que se le presentaba la siguiente 
situación: 
 Avanzar directamente a través del desfiladero de Aruna. 
 Utilizar la ruta norte, por Yefti y maniobrar por el norte de Megido. 
 Avanzar por la ruta del sur que llevaba a Taanacia y permitía 
maniobrar por el sur de Megido. 
Estas tres opciones dificultaban la toma de decisiones de Tutmosis 
agravando la misma los reconocimientos de sus exploradores, que le 
informaban de la disposición del ejército enemigo en torno a Megido y las rutas 
circundantes. Sus oficiales más experimentados asesoraron sobre no usar la 
ruta más corta y directa, ya que la misma era una vía difícil para poder 
maniobrar y las fuerzas deberían marchar encolumnadas. Esto ponía en peligro 
la integridad de todo el ejército, ya que si se producía una emboscada a la 
vanguardia, la retaguardia no llegaría a intervenir, e incluso las fuerzas de 
carros de los Cuerpos no lograrían desplegar para actuar contra la infantería 
enemiga. 
A pesar de todas las contras que la decisión posterior conllevaba, Tutmosis 
tomó la más corta y directa y fue en busca del enemigo. Esto fue un acierto que 
salió bien, no sería la primera vez que el enemigo esperara a una fuerza por las 
avenidas de mayor expectativa y no por la de menor como en este caso. 
Lograron llegar al sur de Megido y decidió esperar la retaguardia para poder 
contar con todas sus fuerzas y poder desplegarlas en el terreno. El 
campamento se estableció a orillas del río Quina al sur de Megido. Atacarían al 
día siguiente. 
25 
 
Inf Lig Inf LigII
Carros
ArquerosArqueros
Ejército Egipcio
I II
I
Infantería tribal Carros
Carros
Ejército Cananeo
Batalla de Megido
1457 a.C.
 
Como dijimos antes, Megido tenía una importancia estratégica debido a que 
ocupaba un nudo de rutas y especialmente la salida al Wadi Ara que conectaba 
con la llanura costera de Palestina. Era una importante vía de comunicación 
que conectaba a Egipto con Mesopotamia y permitía el acceso al creciente 
fértil. El control de Megido permitía el control de esa ruta vital, por lo tanto la 
fuerza cananea debía ser destruida y desalojada de allí. 
Con la madrugada del día siguiente el ejército egipcio inició el ataque. Los 
carros atacaron en primer lugar y lanzaron proyectiles con una precisión 
devastadora sobre las mal conducidas y desordenadas filas cananeas. 
Mientras tanto la infantería pesada egipcia iniciaba la marcha y encontró a la 
primera línea enemiga demasiado desordenada como para aguantar la presión, 
en tanto los arqueros montados en los carros realizaban una verdadera 
matanza en sus filas. En algún momento la línea cananita se quebró y la 
retirada se convirtió en una huída desesperada buscando la seguridad de los 
muros de la ciudad. La persecución no fue efectiva y podría haber aniquilado al 
completo las fuerzas del rey de Kadesh, de no haber sido porque los soldados 
egipcios se dedicaron a saquear el campamento enemigo. Esto dio tiempo a 
26 
 
los cananeos a resguardarse tras los muros de Megido, la que debió ser 
sometida a un sitio de siete meses antes de tomarla. 
Guarniciones y fortalezas fueron dejadas en la zona como para marcar una 
frontera, aunque sea de forma defensiva, pero con el objeto fundamental de 
mantener presencia en la región. Otra batalla que también se puede rearmar en 
base a fuentes de ambos lados es la de Qadesh en 1295 a.C., cuando el 
imperio hitita bajo el liderazgo de Muwatalli se enfrentó al ejército egipcio 
liderado por Ramsés II. La victoria recayó en el lado egipcio pero los hititas no 
serían vencidos completamente. Tal fue así que Muwatalli poco tiempo 
después lanzó una nueva ofensiva con el objetivo de recuperar los territorios 
perdidos pero no logró ningún hecho decisivo como para afianzarse en los 
mismos. 
Con la muerte de Muwatalli hacia el 1288 a.C., Ramsés lanzaría nuevas 
campañas para llegar a Oronte, dominando gran parte de Oriente Próximo. 
Casi dos décadas después ambos adversarios terminaron firmando un tratado 
ante la definición decisiva de la guerra. Estas serían las últimas campañas 
importantes del ejército egipcio, será hasta la campaña contra los pueblos del 
mar que no veremos otras acciones militares de relevancia. 
El ejército egipcio fue uno de los más imponentes del mundo antiguo y no 
sólo tenía capacidad para operar por tierra sino que también lanzó operaciones 
anfibias cuya flota se armaba con madera traída del Líbano y almacenada en 
los depósitos de Tebas. Tutmosis III lanzó una serie de ofensivas para cruzar el 
Éufrates y atacar Mitanni, sus fuerzas fueron transportadas en barco hasta la 
costa Siria y desde allí lanzaron varias acciones ofensivas, tanto terrestres 
como ribereñas. 
La decadencia del Imperio Nuevo cuyas causas son más internas que 
externas repercutió en las fuerzas militares y para el 1100 a.C. Egipto había 
dejado de ser una potencia militar. 
El ejército egipcio había demostrado en batallas como Megido y Qadesh la 
conformación de un sistema militar complejo basado en un alto grado de 
profesionalidad en los mandos y difícilmente igualado por ejércitos posteriores. 
27 
 
Para el grado de tecnificación propia de la Edad del Bronce podemos decir que 
los egipcios habían demostrado poseer cualidades militares muy eficientes y la 
capacidad manifestada para organizar y mantener ejércitos de gran tamaño en 
operaciones nos dicen mucho de su estructura social y calidad de su Imperio. 
Tanto los sumerios como los acadios y posteriormente los egipcios fueron 
potencias que desarrollaron sendos ejércitos y sistemas militares eficientes, 
pero el primer Imperio militar del mundo antiguo fueron los Asirios. No hay 
fuerza militar que llame más la atención después de griegos y romanos que el 
imperio asirio; muchos ejércitos posteriores copiarán su complejo y eficiente 
sistema militar, aunque sus campañas militares aún despierten la indagación 
científica en los historiadores militares por la eficiencia adquirida en el campo 
de batalla. 
La civilización asiria asimiló mediante un amplio proceso de aculturación, las 
costumbres, leyes y conocimientos de babilonios y sumerios; especialmente de 
los babilonios, en una proporción tal como Roma lo hizo con la Grecia clásica. 
Una de sus políticas principales y más controvertidas fue la de crear colonias 
mediante el desplazamiento de grupos humanos y reasentándolos donde 
estratégicamente convenía. Estos desplazamientos se ejecutaban sobre 
pueblos dominados que habían sido sojuzgados militarmente. 
Asiria conoce dos períodos: el primero abarca desde el siglo XIV al siglo XI, 
donde demostrará su capacidad militar hasta su caída posterior a la invasión de 
los pueblos del mar en el 1170 a.C. aproximadamente. El segundo, y tal vez el 
más interesante para la historia militar, es el denominado como Imperio 
Neoasirio cuyo período abarca desde el siglo XI al VII a.C. Es en éste momento 
donde mediante una serie de brillantes campañas militares dominaron el 
mundo antiguo de esa época. 
La estrategia asiria se basaba fundamentalmente en neutralizar las 
amenazas inminentes sobre sus fronteras. Entre el 900 y el 800 a.C., Asiria se 
encontraba con potenciales o reales problemas en tres frentes: El frente 
occidental, donde la región del actual Israel englobaba una serie de ciudades 
estados aguerridas y altamente tecnificadas, pues habían sido de los primeros 
en dominar el hierro, cuya amenaza de expansión era latente, o al menos eso 
28 
 
era lo que pensaban los asirios. En el sur se encontraba el frente babilonio, 
donde las tribus elamitas ocupaban las altas mesetas de Persia y al igual que 
los israelitas constituían una verdadera amenaza. En el norte, se hallaba la 
región montañosa de Urartu, que estaba habitada poraguerridas tribus hurritas 
que hacían una guerra de desgaste y se amparaban en una zona de difícil 
acceso. Frente a estas amenazas y ante la política expansionista de los reyes, 
los asirios desarrollarían una de las mayores maquinarias bélicas de la historia 
y uno de los ejércitos más eficientes de la historia militar. 
La respuesta militar asiria se basó en tres elementos para poder neutralizar 
a sus enemigos: 
 Entre el 900 y el 700 a.C. se realizaron varias campañas militares 
limitadas, en forma de grandes incursiones, con el objetivo de 
destruir a las fuerzas enemigas o reducir al mínimo su capacidad 
operativa. Estas campañas eran un modelo de lo que hoy se 
conocería como acciones de guerra preventiva, donde se ataca ante 
una posible amenaza, aunque aún la misma no se haya 
materializado como real. Dentro de estas campañas se encuentran 
las destinadas a destruir a las tribus israelitas y dominar su eficiente 
sistema de fortificaciones. 
 En el frente norte se llevaría a cabo una despiadada guerra de 
contrainsurgencia contra las tribus hurritas que operaban en base a 
procedimientos propios de la guerrilla, por lo tanto los asirios 
desarrollaron los primeros procedimientos contrainsurgentes de la 
historia militar de manera efectiva. 
 Otro de los elementos fundamentales que caracterizaron a los asirios 
fue la campaña de terrorismo interno llevada a cabo sobre las 
ciudades estado sometidas. Si bien el término terrorismo no es 
empleado de la misma manera que en la actualidad, sí fue una 
campaña de terror tal como se llamo al terror jacobino durante la 
revolución francesa en el siglo XIX. 
Para poder dar cumplimiento a los objetivos que se fueron imponiendo por 
los distintos reyes se debía contar con una herramienta eficiente y eficaz, y 
29 
 
para ello se conformó un ejército cuyas características serían imitadas 
posteriormente. 
El ejército asirio era una fuerza integrada básicamente por infantería ligera y 
pesada, pudiendo combinar ambas para diferentes misiones. La infantería 
pesada estaba compuesta por profesionales y tropas reclutadas en levas 
obligatorias de las provincias del imperio. Los especialistas como honderos, 
arqueros y lanzadores de jabalina, tropas de asalto e ingenieros de combate, 
normalmente eran profesionales contratados, llegando a contar con una 
excelente calidad de sus fuerzas. Fueron los primeros en desarrollar una 
caballería como fuerza; en tanto la misma reforzaba a grandes unidades de 
carros de guerra. Los arqueros montados fueron en su momento una de las 
grandes innovaciones, probablemente influenciados por las tribus escitas que 
ya luchaban de esa manera. 
También debieron emprender campañas militares en varios ambientes 
geográficos particulares, como la llanura y la montaña, debiendo innovar en la 
organización militar de sus fuerzas para luchar en dichos terrenos, 
demostrando con ello una flexibilidad apta para lograr maniobras complejas. 
30 
 
Meggido
Gaza
Raphia
Fuerzas egipcias
Campañas 
de Sargón 
713 a.C
Ejército Asirio
Líneas de las 
diversas campañas 
contra las tribus 
israelitas 
Campañas Asirias 
en el Frente 
Occidental
Gath
Jerusalén
 
Uno de los elementos más importantes con que contaba el ejército asirio 
eran los ingenieros de combate, logrando desarrollar no sólo una multiplicidad 
de equipos para franqueo y transporte de tropas en zonas de difícil acceso, 
sino que también desarrollaron grandes capacidades para construir maquinas 
de asedio. Combinados todos los elementos militares hacían de la maquinaría 
bélica asiria una herramienta colosal para poder aplicar su política 
conquistadora. 
31 
 
No hay ejército eficiente si su sociedad, cuyas fuentes humanas nutren al 
mismo del principal elemento de éste, si la misma no estuviera preparada para 
ir a la guerra. El punto principal por el cual Asiria se había convertido en una 
máquina de matar tan eficiente era su sociedad militarizada. Desde el rey hasta 
el último miembro de la comunidad formaban parte de una estructura militar, 
pues la organización jerárquica del ejército se había extendido a la sociedad. 
Podemos decir que fue la primera sociedad militar del mundo. 
Las cargas administrativas eran designadas de acuerdo a términos militares, 
donde el rey debía conducir su ejército en campaña. Los gobernadores de 
provincia también podían conducir a sus fuerzas en operaciones militares más 
limitadas, ya sea en las propias o en regiones conquistadas. Esta 
estructuración de la sociedad para la guerra era el resultado de ésta última 
como un elemento estructurante, de la misma manera que lo había hecho en 
sociedades pre-estatales y tal como habría remarcado Pierre Clastres.10 
 Las campañas militares asirias tuvieron como objetivo primario el control de 
las fronteras y sus zonas adyacentes buscando una profundidad estratégica 
adecuada para su supervivencia, pero posteriormente comenzaron a lanzar 
campañas cada vez más intensas y profundas con el objetivo de conquistar 
nuevos territorios, conseguir esclavos y zonas de recursos que les permitiera 
ampliar sus fronteras nuevamente. Al reemplazar en los campos la mano de 
obra de los campesinos por esclavos, permitió que las campañas militares no 
fueran estacionales y por lo tanto sus ejércitos tuvieron una mayor cantidad de 
mano de obra libre para reclutar y por el tiempo necesario que las mismas 
requiriesen. 
El imperio asirio demostró una gran capacidad de organización para las 
empresas militares. En primer lugar, los recursos humanos con que contaban y 
al haber estructurado su sociedad en forma militar les permitía contar con unas 
fuerzas de alrededor de 150.000 hombres, que por supuesto no podían poner 
en el campo de batalla. No se debe confundir la cantidad de hombres que se 
podían reclutar con los que se podían alinear en un campo de batalla. De los 
 
10 Clastres, Pierre. Arqueología de la Violencia. La guerra en las sociedades primitivas. Ed 
Fondo de Cultura Económica. 2007 
32 
 
150.000 hombres que se podrían reclutar, un 30 % al menos debían estar 
desperdigados en las guarniciones de frontera con el objeto de resguardar las 
mismas ante un ataque en caso de que el núcleo principal del ejército estuviera 
empeñado en una operación. Otro tanto debían permanecer en reserva para 
poder acudir al momento del llamado en caso de que se los necesitase, por lo 
tanto del resto, la mayoría eran tropas auxiliares que cubrían los puntos 
estratégicos a medida que la fuerza principal avanzaba, dejando que para una 
batalla o un asedio, un comandante contaría con entre 30.000 y 35.000 
hombres como mucho. Esta cifra hoy nos puede parecer muy baja, pero para la 
época era un ejército enorme. 
El tren logístico necesario era muy grande, generalmente basado en carros 
tirados por asnos y en camellos que eran los que mejor se adaptaban para la 
lucha en zonas desérticas. Los gobernadores de provincia debían acopiar todo 
tipo de recursos para abastecer al ejército una vez que el mismo pasara por su 
zona de incumbencia, las postas y los lugares de acuartelamiento eran 
necesarios para el reabastecimiento de las columnas. La concentración de las 
fuerzas se hacía en puntos previstos de antemano de los que se han 
identificado como tales a Nínive, Khalu o Khorsabad. 
 
Arquero y lancero asirio. Obsérvese la calidad del equipo y de la panoplia de 
combate. 
Las primeras guerras libradas fueron de carácter defensivo y guerras 
preventivas con el objeto de mantener sus fronteras en la estrecha llanura 
33 
 
ribereña del Tigris, además de mantener abiertas las rutas comerciales que 
eran indispensables para su supervivencia. Pero al finalizar el siglo X, todas las 
rutas comerciales se hallaban cortadas y los pasos de montaña bloqueados por 
tribus rebeldes que realizaban una constante guerrade guerrillas en los montes 
Zagros y las alturas del Tauro, creando sendos frentes en el Norte y el Este. En 
el sur la situación se volvía cada vez más complicada por las constantes 
reivindicaciones del los distintos reyes. Ante estos acontecimientos se 
decidieron lanzar campañas militares de las cuales nombraremos algunas para 
darnos una idea de cómo luchaban los asirios y cómo funcionaba su 
maquinaria militar. 
Las iniciales campañas que realizarán los asirios podemos calificarlas como 
de contrainsurgencia, sin confundirnos con los procedimientos actuales y 
haciendo referencia a que la misma no es un término moderno sino como 
explicamos anteriormente mucho más antiguo de lo que pensamos 
habitualmente. Las tribus del norte hacen una guerra insurgente donde no 
reconocen a la autoridad de Assur y se rebelan en forma constante, utilizando 
procedimientos propios de la guerra de guerrillas tales como incursiones, 
golpes de mano, emboscadas, etc. Pero lo que es peor, es su capacidad para 
levantar en forma constante a otras tribus de la región para que hagan lo 
mismo y con el objeto de crear zonas controladas por ellos y que permitan que 
dicho control se ejerza sobre las rutas comerciales que entran y salen de Asiria. 
Como toda campaña contrainsurgente de la antigüedad, el principal objetivo 
era la destrucción física del adversario o su sometimiento a la esclavitud. Esto 
conllevaba también la destrucción de la infraestructura de las tribus rebeldes y 
la deportación de los no combatientes en regiones designadas como colonias. 
El desplazamiento forzado de pueblos enteros fue parte de la estrategia de 
guerra asiria; en muchos casos fue de población sometida y en otros de 
población designada para tal fin.11 
 
11 Según Chaliand en los tres siglos que duró el apogeo militar asirio en su imperio, unos 
4.000.000 de personas fueron desplazados en operaciones de deportación masiva. 
Semejantes cifras demuestran posiblemente que los asirios fueron los pioneros en este tipo de 
operaciones, aunque muchas veces la relocalización de colonos no fue violenta, sí lo fue en la 
mayoría de las veces. Si bien muchos autores han minimizado estas acciones, probablemente 
34 
 
De las operaciones contrainsurgentes, los asirios pasaron a lanzar acciones 
de guerra preventiva contra enemigos que quedaban en las fronteras de las 
tribus insurgentes sometidas; pero estos ya no eran el mismo enemigo. 
Estados como los hititas, babilonios, mitanios o egipcios, requerían de 
campañas militares distintas y más largas, puesto que dichos enemigos 
contaban con fuerzas militares similares y por sobre todas las cosas con 
numerosas fortalezas distribuidas en un amplio territorio. 
La justificación de la expansión militar asiria no sólo debe basarse en los 
beneficios económicos que las mismas tienen, sino también en una ideología 
divina regida por el dios Assur que los conminaba a la supremacía por sobre el 
resto de los pueblos. Los asirios no serían ni los primeros ni los últimos en 
utilizar la religión como elemento ideológico para la captación de masas y 
lograr el convencimiento de las principales estructuras sociales de los 
beneficios de la guerra. 
Los asirios basaron la planificación de sus campañas en diferentes aspectos 
militares operacionales tales como: 
1. La flexibilidad táctica de sus fuerzas. 
2. La rapidez en la concentración de los efectivos para lanzar acciones 
preventivas. 
3. Una preparación territorial que les brindaba una cadena logística de 
sostenimiento. 
4. Una configuración estructural de sus fuerzas para combatir en 
formaciones lineales o para asaltar zonas restrictivas como ciudades 
o fortalezas de montaña. 
El imperio asirio asentó sus bases de acuerdo a la política militar de dos de 
sus principales reyes: Asurnasirpal II (883-859 a.C.) y posteriormente su hijo 
Shalmanaser III (859-824 a.C.). Con ellos las fronteras comenzaron a 
ampliarse y un imperialismo basado en la conquista de pueblos adyacentes 
surgió con los mismos. 
 
haya sido peor de los suponemos o sabemos, debido a la brutalidad de la guerra y a una 
política que se distinguía no precisamente por su bondad y misericordia. 
35 
 
Estudiando las campañas de Asurnasirpal II podemos vislumbrar que las 
mismas estaban destinadas a conformar una zona de protección en torno la 
capital Khalu y sus regiones adyacentes. En una especie de creación de zona 
de amortiguación, su primer objetivo fue la de dominar a las tribus hostiles del 
norte, este y sur y crear las bases necesarias para posteriormente adentrarse y 
ampliar sus fronteras. En estas campañas el rey asirio desarrolló dos aspectos 
fundamentales para someter a los rebeldes: una guerra psicológica basada en 
el terrorismo,12 y la velocidad para dirigirse de un lugar a otro y derrotar a sus 
enemigos. Su hijo haría exactamente lo mismo. 
Con estas campañas exitosas las fronteras aseguradas y expandidas 
aseguraban controlar una importante vía fluvial como el Éufrates, necesario 
para lanzar operaciones anfibias hasta el Mediterráneo cuando los estados del 
corredor sirio-palestino se rebelaran. La conquista de la región de los montes 
Zagros acabó con la resistencia de los insurgentes montañeses y la frontera se 
logró fijar en Babilonia. 
Posteriormente Asiria viviría un período de guerras civiles y reyes con poca 
capacidad de liderazgo y que muy lejos estaban de parecerse a Asurnasirpal 
II o Shalmanaser III, llevando al imperio a un grado de decadencia que en un 
momento pareció que su derrumbe era inminente. Pero con la llegada al poder 
de Tiglat Pileser III (744-727 a.C.) quien mediante una serie de reformas 
militares y aplicando una estrategia de largo alcance devolvió a Asiria todo su 
poderío; peor aún, hizo del ejército asirio una maquinaria bélica sin parangón y 
sin imitación que podemos decir recién con la legiones romanas la aparición de 
un ejército similar. 
Con la muerte de Tiglat Pileser III le sucedieron una serie de reyes de gran 
capacidad militar que llevaron las fronteras del imperio a su máxima extensión. 
Y fue esa extensión la que comenzó a forjar su decadencia, como también la 
inevitable política interna y estructura fiscal fallida para la administración del 
mismo la que provocaría su decadencia y posterior caída. Pero un factor que 
 
12 La base de esto fue el uso del terror con un fin netamente psicológico para lograr 
rápidamente la sumisión de las regiones rebeldes. La tortura, la decapitación y la mutilación en 
todos sus aspectos, además de una serie de procedimientos horrorosos, fueron ejecutados con 
la finalidad de crear en el enemigo una conciencia de la derrota y la no oposición al poder 
militar asirio. 
36 
 
los historiadores del próximo oriente no han tenido en cuenta al momento de 
evaluar la caída del Imperio asirio ha sido la capacidad de sus enemigos para 
adaptarse a la guerra que Asiria les llevó. Cuando un ejército tan eficiente 
como el asirio se convierte en una máquina de matar imparable, lo más lógico 
es que sus enemigos derrotados lo imiten, tal como había ocurrido con los 
sumerios y acadios. De esa manera y sin buscarlo, los asirios habían enseñado 
a sus vecinos a pelear. Todos los ejércitos que lucharon contra ellos 
comenzaron a imitar sus tácticas, a organizarse de la misma manera y a crear 
en sus sociedades una conciencia militar para la guerra que les brindara los 
recursos necesarios para llevarla a cabo con eficiencia. 
De esa manera los ejércitos medos y babilonios crearon estructuras de 
combate eficientes y con sólidos recursos para poder contrarrestar el poder 
asirio. Luego de 300 añosde esplendor, en el 612 a.C. un ejército aliado 
compuesto de tropas medas, babilonias y escitas entraba en la capital Nínive y 
destruía lo último del poder asirio. 
Los medos darían posteriormente origen a otro de los grandes ejércitos de la 
antigüedad: el ejército persa. Más tarde se haría famoso durante las guerras 
médicas y que gracias al historiador Heródoto conoceríamos mucho más de él 
que de otros ejércitos orientales. La guerra en la antigüedad tenía aún mucho 
camino para recorrer, y Grecia y Roma nos legarían una forma occidental de 
combatir que ellos habían heredado del Oriente Próximo Antiguo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Bibliografía 
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Mediterranean World. Editorial Lam. 2015 
CLASTRES, Pierre. Arqueología de la Violencia. La guerra en el mundo 
primitivo. Editorial Fondo de Cultura Económica. 2007 
CHALIAND, Gérard. Guerras y Civilizaciones. Del Imperio Asirio a la Era 
Contemporánea. Editorial Paidós. 2007 
DAWSON, David. The Origins of Western Warfare. Editorial Westview Press. 
1996 
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Editorial Westview Press. 1997 
KEEGAN, John. Historia de la Guerra. Editorial Planeta. 1995 
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Publications. 1984 
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