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1 2 La Historia Militar en el Mundo Antiguo Introducción Mg Esteban Darío Barral Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires La guerra en el mundo antiguo es muy extensa y abarca un período que podíamos marcar entre la primera batalla registrada y con una cierta documentación de la misma, la batalla de Meggido (en 1476 a.C), hasta la caída del Imperio Romano de Occidente, cuya última batalla importante fue la de Chálons o de los campos Cataláunicos (también se la conoce como batalla de la llanura de Mauriac, en el 451 d.C.). Hablar de guerra en el mundo antiguo conlleva muchas veces en la creencia que la misma era un mal endémico en los estados de la antigüedad, sin embargo no era mucho más frecuente de lo que lo es hoy en día. La guerra fue un elemento estructurante en las distintas sociedades y tal como expresará Clastres sobre su visión de la guerra en las sociedades pre estatales, condicionaba la posición social de los hombres en base a su función guerrera. La Historia Militar de la antigüedad, una de las más complejas y largas, ha derivado en el estudio, en muchos casos, sólo en los asuntos estrictamente militares o estrictamente sociales con connotaciones político-militares de acuerdo al trabajo que se haya realizado. Para una mejor comprensión del estudio de la Historia Militar antigua podemos establecer que es necesario tener en cuenta ciertos aspectos que creemos fundamentales para poder comprender mejor el fenómeno de la guerra. En primer lugar, debemos comprender que hay terminología y consideraciones políticas o militares de lenguaje actual que no encastran correctamente en la antigüedad. Hablar de conceptos tácticos o estratégicos en todos los niveles como si de un manual militar se tratara es un error en el que no podemos caer académicamente, pues no estaríamos comprendiendo el contexto socio cultural de la época que analizamos. La táctica y la estrategia son aspectos militares que están dentro de las decisiones políticas de un 3 estado, pero siempre teniendo en cuenta la contextualización temporal que analizamos. Si analizáramos la toma de la ciudad de Platea por una fuerza tebana en el 431 a.C y que dio lugar al inicio de la guerra del Peloponeso, de acuerdo a la estructura temporal de Tucídides, en base a conceptos tácticos y estratégicos, sin tener en cuenta la decisión política y el por qué de dicha acción, el resultado sería muy subjetivo, como también si no tuviéramos en cuenta el significado de la guerra en las distintas poleis griegas, el papel fundamental que llevaba a una ciudad estado al estado de beligerancia, etc. Es decir, los aspectos militares no pueden ser analizados simplemente desde una óptica simple y particular sin ver el todo. En un segundo lugar, y uno de los errores más comunes en muchos historiadores militares, son la limitaciones que los ejércitos de la época tenían, o por el contrario, de la sobrevaloración de las mismas. Los soldados o guerreros antiguos tenían capacidades físicas que en muchos casos sobrepasaban a un soldado regular de los ejércitos actuales y esto era debido al contexto en el que éste se desarrollaba físicamente desde que nacía hasta su muerte. La masa del trabajo realizado por el hombre antiguo era netamente mecánica y de fuerza, auxiliándose en pocos casos de la escasa tecnología imperante. Eso le brindaba una adaptación mayor a las inclemencias del tiempo y al trabajo físico por excelencia. Si bien es cierto que su estructura física era más pequeña, una altura promedio era de 1,65 mts, su entorno de trabajo mecánico los hacía fuertes. Si estudiamos la batalla de Maratón en 490 a.C. nos viene a la mente el nombre de Fidípides, el corredor griego que fue de una polis a otra transmitiendo mensajes hasta caer extenuado al costo de su vida a las puertas de Atenas, tomando dicha acción como un acto excepcional de capacidad física. Sin embargo, pocos hablan de los 10.000 hoplitas restantes del ejército griego que cubrieron los 42 kilómetros que hay desde Maratón a Atenas antes de que las fuerzas persas de asalto que se trasladaban por mar llegaran a su objetivo. Estos hombres marcharon a una velocidad y a un ritmo agotador, y con todo su equipo al completo, haciendo dudar de cuantas fuerzas militares actuales estén en capacidad de repetir dicha acción. Por el contrario, también encontramos ejemplos de exageración en la sobrevaloración de las capacidades militares de ciertos ejércitos y se los 4 compara con fuerzas actuales a modo de establecer paralelismos, sin tener en cuenta la distancia temporal y de contextos donde unos y otros se desarrollaron. Esto mismo sucede con los conductores militares, donde incluso se ha llegado a establecer una especie de ranking de los mejores generales de la historia como si de un concurso de baile se tratara. Si tomamos una lista de los diez mejores comandantes, probablemente los nombres de Alejandro, Aníbal y Cesar no faltarán en la misma. Se harán comparaciones de Alejandro con Napoleón, o de Rommel y Aníbal, sin tener en cuenta la distancia temporal y de contextos que separan a unos y otros. Es algo poco serio y probablemente de aficionados, pero no del mundo académico. Los comandantes militares antiguos se regían por conductas y normas de la época que les tocó vivir y con muchísima menos información que un comandante del siglo XIX o el XX, de Alejandro a Aníbal había una distancia enorme en formas de luchar, en maneras de ver la guerra, en la composición de los ejércitos y en muchos aspectos más, como para poder comparar a uno y a otro. Ese es otro error fundamental, creer que cuando hablamos del mundo antiguo todos los períodos del mismo fueron iguales. Los tiempos cambiaban de una manera radical de un período a otro, si bien en forma mucho más lenta que en los momentos actuales; sí había cambios, aunque muchas veces la información tardara años de llegar de un lugar a otro, meses o tal vez pocos días de acuerdo a la distancia, geografía u otros factores a tener en cuenta. De la misma manera la información, como base del conocimiento, tardaba mucho tiempo en adquirirse y tal o cual procedimiento de combate sólo se conocía cuando se enfrentaba a nuevos enemigos. Los ejércitos romanos lograron vencer en las guerras de insurgencia1 o rebellio,2 tal como la llamaban los romanos, adaptándose a la nueva forma de lucha que encontraron en sus provincias. Como nunca antes habían combatido de esa forma y contra un enemigo que combatía distinto, los comandantes 1 Insurgencia proviene del latín insurgere, supino del verbo isurrectum (levantarse), y que puede traducirse como levantarse hacia dentro. Insurrectio, (levantarse) o insurrectionis (levantamiento) 2 Rebellio significa rebelarse como sinónimo de resistencia a algo. 5 romanos debieron adaptarse sobre el terreno, pues el conocimiento aún no había llegado a ellos tal como nos llegaría ahora a nosotros a través de un manual de contrainsurgencia. Con esto intentamos demostrar que es incomparable poner en un mismo plano a un general romano que a un general de la Segunda Guerra Mundial, pues el primero debió adaptarse a la guerra a medida que la misma se hacía, en tanto que el segundo lo pudo hacer debido a su preparación previa y a la información con que contaba y que le permitiría adaptarse en mucho menos tiempo. Otra manera de caer en error es intentar dar consejos de táctica y lo que debiera haber hecho tal o cual general en el desarrollo de una batalla, sin tener en cuenta que muchas maniobras que hoy se pueden realizar debido a los elementos de mando y control, en el mundo antiguo hubieran sido imposibles. Adaptar los principios de la guerra actuales para comprender una campaña antigua es otra manerade inducir a errores de apreciación durante el análisis de la misma, ya que los mismos no existían como tales, sino que en cada período de la guerra antigua hubo principios propios de cada pueblo y que se adaptaron de acuerdo a la forma de guerrear que tenían. Hablar de sorpresa estratégica durante la batalla de Qadesh en el 1290 a.C, tal como aparece en muchos textos sobre la batalla, es una falacia ya que no existió tal cosa, pues los ejércitos de la época no buscaban tal efecto sino todo lo contrario, enfrentarse al enemigo y batirlo en campo abierto, pues esa era su manera de luchar. Las batallas eran más ritualizadas de lo que se presume actualmente, y buscar un campo para medirse era más común de lo que se piensa. Ramsés no buscaba la sorpresa estratégica, simplemente, porque no tenía idea de que era eso. En tercer lugar, y uno de los puntos más importantes a tener en cuenta, es lo que sucedía en el propio campo de batalla. Para ello haremos un breve resumen de la guerra. La táctica de combate y los elementos de la misma tal como los conocemos ahora, se iniciaron antes del mundo antiguo, específicamente, cuando el hombre aprendió a maniobrar en grupo y contra otro grupo humano de similares características. El empleo de tácticas de caza para combatir, de la 6 misma forma que la utilización de las armas, fue una larga adaptación del hombre al combate. A medida que la tecnología avanzaba, de la piedra al bronce y de este al hierro, también avanzaba la manera de maniobrar en el campo de batalla, naciendo procedimientos tácticos que se irán puliendo con el tiempo. El fuego y el choque serán los principios que rijan los campos de batalla de oriente, en tanto que la masa y el choque regirán el mundo occidental de la mano de los griegos. El paso del nomadismo al sedentarismo permitió contar con un excedente de producción tal que les permitió a los diferentes grupos humanos un mayor grado de complejidad y estructurar de manera distinta su organización social. El comercio entre distintos grupos establecidos fue un elemento fundamental para el crecimiento de estas poblaciones, pues el excedente no sólo les permitía dicha actividad sino que también acrecentaba el poder en base a la capacidad que esto daba. El comercio y el acopio de excedentes en mercancías de distinto tipo hicieron necesaria la aparición de las primeras organizaciones militares, tanto para su defensa como también para incursionar en otro territorio y tomar lo necesario de otros pueblos. De esa manera se formó un matrimonio muy difícil de evitar, el del desarrollo de un pueblo y el poder militar que podía mostrar. La agrupación social en aldeas era una manera de protección del colectivo, pero la erección de defensas de las mismas fue un elemento fundamental para poder contrarrestar al accionar militar enemigo. Las incursiones con fines de pillaje, de capturar prisioneros o adueñarse de la producción económica de otros, era uno de los objetivos de las fuerzas militares y que de alguna manera obligaron a conformar las primeras fortificaciones. Contar con fuerzas militares fue una necesidad imperante. Ahora, contar con fuerzas militares es una cosa y contar con una eficiente fuerza militar es otra. Las primeras organizaciones militares eran grupos de hombres armados que concurrían ante un llamado para satisfacer una necesidad bélica, ya sea, para la defensa de un grupo o para incursionar sobre otro grupo social. Pero a medida que las sociedades fueron complejizando sus estructuras, también se 7 complejizó el entramado militar que debía sostenerla. Colocar un ejército en campaña llevaba implícitas ciertas dificultades a resolver: 1. La instrucción. 2. El equipamiento. 3. La conducción, que requería de hombres con conocimientos para tal actividad. 4. La logística necesaria para poder sostener a una fuerza militar en campaña por un breve tiempo. Satisfacer estas necesidades no era fácil en las primeras civilizaciones. La instrucción militar estaba a cargo de un núcleo de soldados a sueldo que debían ser costeados por la ciudad-estado de acuerdo a sus posibilidades, en tanto que el resto de los integrantes de una fuerza militar eran, normalmente, campesinos que se reclutaban en ciertos períodos para una campaña y que al finalizar la misma debían retomar sus tareas. La instrucción de estos era mínima y es por ello que las primeras organizaciones militares contaban con mayor cantidad de hombres que luchaban en tácticas irregulares por sobre las maniobras lineales en un campo de batalla. Para conformar una fuerza con posibilidades de éxito en una operación militar se requería disciplina y conocimientos militares que eran impartidos por los militares a sueldo, pero que tenían una serie de deficiencias difíciles de subsanar. La materia prima con la que trabajaban eran básicamente campesinos-milicianos, en muchos casos, y dependiendo de las sociedades que hablemos, eran propietarios que se costeaban su propio equipo y que podían aportar una pequeña parte de su tiempo a la instrucción militar y a la guerra. Esto limitaba mucho las decisiones políticas de los gobernantes en caso de que fuera necesario ir a la guerra o utilizar la violencia en provecho de una estructura social dominante. La centralización de las actividades político-militares-sociales en torno al palacio, permitió un tejido complejo de relaciones permitiendo a su vez la división de las responsabilidades políticas, militares y religiosas. Esto fue fundamental para la práctica guerrera compleja y que la diferenciaba sustancialmente de la guerra de bandas en las sociedades pre-estatales. 8 Las habilidades militares debían adquirirse a través de una centralización de un núcleo duro de combatientes que se debían mantener pagos a expensas del estado. Los milicianos debían aprender ciertas técnicas y procedimientos de combate que llevaban tiempo, por lo tanto lo mejor era adaptar las cualidades de labradores al uso de las armas para lograr una mayor confiabilidad entre los combatientes. Al ser el hombre reacio a matar a un semejante, el guerrero debe pasar por un proceso de entrenamiento tal que le permita ver al enemigo no como un semejante, sino como una amenaza. Lograr eso es el primer paso para entrenar combatientes. El segundo, es mantenerlos formados en el combate, ya que como el hombre es reacio a matar a un semejante, también tiene miedo a morir y por lo tanto tiende a escapar del campo de batalla. Esta disciplina era muy difícil de lograr entre tropas no profesionales y por lo tanto quedaban los mismos expuestos a una rígida disciplina y a códigos de valor sociales que los conminaran a mantener su puesto en la formación. En los primeros ejércitos de la edad del Bronce, los lanzadores de armas arrojadizas eran más numerosos que la infantería de choque, debido en gran parte a costumbres regionales de grupos cazadores de donde eran reclutados dichos hombres. Pero esto a su vez requería una cierta especialización por lo que muchas veces se debería requerir la contratación de mercenarios que eran generalmente, quienes poseían la mayoría de las habilidades guerreras. Sociedades como la egipcia, hitita o asiria, lograron crear ejércitos con un alto grado de complejidad y con un elevado tecnicismo militar que les permitía realizar campañas de conquista sobre pueblos vecinos. La logística militar necesaria para llevar a cabo operaciones militares fue posible gracias a la centralización palacial de la que ya hicimos mención anteriormente; pero fue también esa centralización política la que llevó a los ejércitos de la Edad del Bronce a no poder mantener los territorios conquistados y ser derrotados por pueblos que desarrollaron una cultura guerrera superior. El autoritarismo y la estricta jerarquización de las estructuras militares, donde lasdecisiones estaban en manos normalmente de una casta guerrera, y donde la responsabilidad recaía en el propio soberano, llevó a las principales 9 organizaciones militares a la derrota, debido a que de esa manera no se aseguraba una eficiente conducción militar. Otra debilidad de este sistema jerarquizado y centralizado era la sucesión real, que hacía muchas veces de las intrigas y golpes palaciegos el elemento principal de la política interna, descuidando la capacidad militar para terminar con posibles rivales de estados vasallos o de provincias rebeldes. La logística y el mando y control de las fuerzas eran muy primitivos y por lo tanto hacían de las maniobras acciones difíciles de llevar a cabo; cuanto más estrecho era el campo de batalla, mejor era para el comandante. Esto llevó a conformar dispositivos lineales y a restringir las maniobras en forma frontal, pues dicha rigidez estaba en concordancia con la capacidad casi nula de redirigir fuerzas en el campo de combate. El comandante planificaba la batalla y una vez que la misma comenzaba a desarrollarse ya no tenía manera de influir en ella, por lo tanto lo único que le quedaba era la disciplina de sus fuerzas y la acción de los mandos subordinados para mantener la línea en formación. Cuando comenzaba el combate los hombres debían soportar el fuego producido por las armas arrojadizas, flechas, hondas y jabalinas; posteriormente aguantar el embiste de los carros que también lanzaban proyectiles y que intentaban romper la línea formada. La nube de polvo y la confusión creaban en los combatientes el terror lógico de la posible muerte, y cuando se producía el choque cuerpo a cuerpo quien primero desasiera la formación estaba condenado. La mayor cantidad de bajas se producían cuando una fuerza rompía su línea e intentaba escapar del enemigo. La falta de uniformidad en los milicianos, la ausencia de comunicaciones fiables y la poca visibilidad del campo de batalla creaban un ambiente paralizante para la fuerza menos entrenada; y es en ese momento cuando se producía la ruptura del dispositivo y la derrota de un ejército. La guerra primitiva en las sociedades pre-estatales se diferenció de la guerra organizada de los primeros estados en la ausencia de una organización apta para maniobras y campañas fuera de los raids y las emboscadas que la caracterizaron, marcando un posible horizonte militar que las diferenciara. La 10 guerra en las sociedades pre-estatales era un estado permanente de hostilidad entre comunidades políticas autónomas (Meggitt)3 con un alto nivel de recurrencia a estas prácticas guerreras y no por ello menos violentas o sangrientas tal como lo expresaran Keegan o Turney High4 dejando a estas sociedades en un plano inferior en sus capacidades guerreras. Sin embargo, los campos de batalla del mundo antiguo no se diferenciarían de los combates entre bandas, como muchos creen, por la cantidad de muertos o la letalidad del modo occidental de hacer la guerra, sino por la capacidad prolongada de mantener ejércitos en una operación militar, por el desarrollo tecnológico necesario y por la logística atinada. Pero por sobre todas las cosas, por la estructuración social y la capacidad intelectual y cultural de un estado para desarrollar todo lo anterior. Los sumerios fueron los primeros en organizar una civilización tal como hoy en día la podemos conocer, ya que no sólo implementaron los primeros métodos para trabajar el suelo y llevar a cabo la revolución agrícola, sino por sus leyes y su religión que legaron a pueblos posteriores como los asirios y caldeos. La organización militar sumeria puede apreciarse en una de las principales fuentes de la antigüedad: la estela de los buitres. Una piedra caliza tallada de 1,80 metros de alto por 1,30 de ancho y que narra la victoria del Rey Eannatum de Lagash sobre Umma. Datada sobre el 2500 a.C., nos deja ver que hay una posible organización militar en los ejércitos con una especie de formación en falange de una infantería de choque y carros de combate con lanceros. De la misma manera, podemos apreciar en el llamado estandarte de Ur, 2600 a.C, una caja trapezoidal que en la llamada “cara de la guerra” se pueden ver los componentes del ejército sumerio con carros de guerra e infantería de choque. 3 Mervyn Meggitt, antropólogo que entre sus tantos trabajos etnográficos también estudió la guerra entre los Mae Enga en Nueva Guinea. 4 Ver las obras de John Keegan Historia de la Guerra y Halbert Turney High The Primitive War. 11 Parte de la estela de los buitres donde se aprecia la organización de una proto- falange. Un ejército compuesto con carros de combate, infantería de choque y armas arrojadizas y que podía adoptar formaciones en el campo de batalla, requería de disciplina, organización, logística y un mando y control especializado. Esto es lo que diferenciaba a los ejércitos de la guerra organizada de los compuestos por bandas en las sociedades pre-estatales. La guerra de bandas nómades pasaba de esa manera a constituir el monopolio de la violencia de los estados, y tal como dijimos anteriormente, las armas que se utilizaban para cazar, de la misma manera que los útiles agrícolas, pasarán a utilizarse para la guerra debido a la familiaridad de los hombres con las mismas. Es por ello que los lanceros y los arqueros predominarán en los campos de batalla de la Edad del Bronce. A las armas ofensivas siempre se le opusieron ciertas defensas, ya sea para protección individual o colectiva. Los hombres de la infantería sumeria estarían equipados en apariencia con una pequeña coraza de bronce y un casco de cobre que estaría acolchado con fieltro por dentro para proteger la cabeza de su usuario. No sabemos si todos los infantes de las fuerzas de choque irían equipados de la misma manera o sólo algún núcleo de profesionales contratados lo harían así. A medida que la tecnología suplía las necesidades del combate las estructuras sociales permitían un mayor grado de complejización de la guerra, debido a su necesidad obvia de mantener ejércitos con profesionales permanentes que nuclearan las levas necesarias para una campaña. La 12 superioridad en armas y organización de los sumerios les permitió a estos imponerse sobre sus vecinos que no contaban con una sociedad preparada como la de estos. Los estados colindantes incluían a toda la sociedad para llevar a cabo una guerra, en forma similar a como lo hacían los grupos pre- estatales, sin una estructuración y organización debida para llevar a cabo una guerra abierta contra un estado como Sumer. A diferencia de los primeros, los sumerios preferían involucrar ejércitos más pequeños pero con profesionales adiestrados, equipados y organizados para una campaña coherente. El resultado en el campo de batalla no se hizo esperar y la totalidad de los estados adyacentes cayeron bajo las huestes sumerias uno tras otro. Pero a los sumerios les sucedería algo que es propio de la lógica y la dinámica de la guerra, tarde o temprano el enemigo aprende de sus derrotas y comprende que la mejor forma de luchar es imitando al vencedor. En pocas palabras, sin querer se enseña al enemigo a luchar. Y cuando los conocimientos militares de los sumerios se expandieron a estados vecinos, el poder de sus fuerzas militares quedó sellado. Un ejemplo de ello fue Sargón quien hacia el año 2270 a.C al frente del reino de Kish inició una campaña contra Uruk a la que conquistó luego de un asedio. Para ello seguramente debió contar no solo con los conocimientos propios para combatir en un terreno restrictivo como lo es una ciudad amurallada, sino de ciertos conocimientos básicos del arte de sitiar ciudades, algo que para la fecha que nos corresponde era muy difícil de concretar.5 Las campañas deSargón lo llevaron a dominar ampliamente la región que hoy conocemos como el Golfo Pérsico y probablemente a fundar la ciudad de Acad. Su imperio dominó a todos los estados vecinos, y esto fue posible gracias a contar con una organización social y administrativa tal que le permitía mantener fuerzas profesionales adiestradas para emprender largas campañas de conquista. 5 El arte de sitiar ciudades se basaba en una serie de procedimientos que incluían la preparación territorial, el cerco, la excavación de trincheras, minar la muralla y contar con ciertos ingenios que les permitiera a las tropas de asalto ingresar a la ciudad. Las primeras ciudades amuralladas, de acuerdo a los hallazgos arqueológicos realizados hasta el momento, datan del 8000 a.C., por lo tanto los conocimientos para contrarrestar las defensas de una ciudad deberían haberse ido puliendo y perfeccionando para el 2500 a.C., a un grado tal que la mayoría de los ejércitos poseyeran estos conocimientos. 13 La unidad socio-económica básica podría haber sido la aldea a lo largo de toda Mesopotamia, conformada a su vez por una cierta cantidad de familias de tipo nuclear, donde la religión ocupaba un lugar preponderante dando al templo la calidad de elemento recaudador alrededor del cual se constituía la comunidad. Esto probablemente no se haya dado en todos los lugares de la misma manera y probablemente varió de una región a otra. La aldea dio paso a las agrupaciones más grandes que constituyeron las ciudades, tal el caso de Uruk que fue el resultado de la fusión de Kullaba y Eanna.6 El rey cumplía funciones de sacerdote-soberano y el templo y el palacio pasarán a constituir el estado. El excedente de las ganancias agrícolas que no se guardaban como reservas, eran para pagar diversos gastos entre ellos a los damgar, los soldados profesionales que llevarían a cabo las principales campañas militares. Este complejo entramado social va a marcar la diferencia en recursos para ir a la guerra. Sargón va a realizar, de acuerdo a las crónicas, unas 34 campañas militares, muchas de ellas de conquista, aunque la mayoría será de contrainsurgencia contra territorios rebeldes. El ejército se conformaba, tal como dijimos anteriormente, por un núcleo de infantería profesional equipados con casco, coraza, escudo y lanza y con capacidad para combatir en una formación de proto-falange. A estos hombres se los acompañaba con un mayor número de soldados de infantería miliciana de levas obligatorias y que probablemente no estarían ni instruidos, ni equipados como los profesionales. Otras habilidades necesarias se debían tercerizar o bien se utilizaban de los hombres reclutados en ciudades aliadas o conquistadas, tales como los arqueros, cuyos operadores eran en su mayoría mercenarios contratados. Los acadios fueron los que en algún momento durante el reinado de Naram-Sin, incorporaron el arco compuesto un arma avanzada para la época y que podía llegar a alcanzar los 150 metros de efectividad. Las tácticas se basaban en la potencia de fuego y en el choque. Se utilizaban gran cantidad de arqueros que abrían fuego sobre las concentraciones enemigas con el objetivo de desacomodar a la línea de 6 Roux, George. Mesopotamia. Historia política, económica y cultural. Ed Akal. 2002. Pag 146 14 batalla, posteriormente la infantería pesada arremetía contra las líneas dislocadas y abría grandes brechas que terminaban normalmente con la derrota del enemigo. Este sistema de combate dio a los acadios la posibilidad de la victoria, pero a la muerte de Sargón, se sucedieron una serie de guerras insurgentes especialmente en los montes Zagros con los pueblos gutios; los que no pudieron ser controlados y terminaron con controlar Acad, destruyendo la ciudad y ocupando el norte del territorio, pues en el sur habían pactado con los sumerios lo que les permitió a estos resurgir una vez más. Los hititas, que crearon un imperio en parte de la actual Siria, lograron conformar un ejército altamente móvil cuyo fuerte eran los carros de guerra, introduciendo de esta manera esta formidable arma de combate.7 El carro estaba tirado por dos caballos y transportaba a un conductor y un arquero, aunque muchas veces también llevaba soldados equipados con jabalinas. La evolución del carro de guerra fue lenta pero inexorable y estuvo íntimamente relacionada con la cría de caballos capaces de tirar con fuerza y velocidad del mismo. En principio se cree que los primeros carros eran lentos y pesados, con ruedas macizas y tirados por asnos, representando más una base de apoyo que un elemento de maniobra y fuego como era el carro hitita. Podemos decir que los carros hititas con ruedas de radio fueron una verdadera innovación militar para la época ya que los egipcios y todos los ejércitos posteriores también lo adoptarían. El carro conjugaba dos acciones importantes para la táctica militar: la maniobra y la potencia de fuego. También habían logrado una variante en su utilización con lanceros equipados con largas picas para contener a una formación enemiga a la distancia, maniobrando y huyendo cuando era necesario. El carro desarrolló todo su potencial militar entre el 1600 y el 750 a.C., permitiendo a una aristocracia militar en varios estados pivotar entre su estrategia militar y política, y reinando de manera absoluta en las batallas por al menos 1000 años y llegando a extenderse tal práctica hasta China y los Estados del Egeo. 7 La introducción del carro de guerra por los hititas está en duda por varios historiadores que establecen que fueron los hurritas los primeros en introducir el carro de guerra y que los primeros sólo lo hicieron como contramedida después de haber sido derrotados en combate por los segundos. 15 De esta forma el ejército hitita conformaba su fuerza de combate letal en base a los carros, en tanto la infantería pesada y la ligera operaban en apoyo de estos cuando se desarrollaban las acciones militares. Ambas infanterías eran aptas para maniobrar en terrenos donde los carros no podían hacerlo o en los asedios donde éste era inútil. Los hurritas desarrollaron formas de combate similares y fueron a la batalla con ejércitos con alto grado de tecnicismo y un mando y control eficiente basados en una aristocracia ciudadana llamada mariannu. Estos se alistaban para conformar la fuerza de choque de los carros de guerra en tanto que la infantería operaba también en apoyo a estos. Los acadios habían demostrado ser, tal vez, los primeros en desarrollar un imperio, que aunque hoy nos parezca un término común en el 2400 a.C era un paso enorme ya que el mismo significaba superar el marco de la ciudad- estado. A partir de ellos, varios estados van a desarrollar fuerzas militares con el objeto de intentar expandirse sobre sus reinos vecinos formando verdaderas potencias regionales. Uno de ellos es el Egipto faraónico. Hacia el 2900 a.C. el llamado Egipto faraónico entró en la región a tener una importancia político-militar que iría en aumento de acuerdo a su instrumento militar se fuera fortaleciendo.8 Entre el Antiguo Imperio y el Imperio Medio, Egipto no lanzó campañas militares contra sus vecinos con el objetivo de expandirse. En una zona geográfica compleja y dependiendo en gran parte de la situación hídrica del Río Nilo, hasta la invasión de los hicsos no sufriría agresiones externas significativas. Pero cuando estos invadieron hacia el fin del Imperio Medio, 1600 a.C. aproximadamente, Egipto se convirtió en un estado militar. La situación regional a comienzos del segundo milenio ya no lo mantenía aislado de los intereses de sus vecinos y por lo tanto debió adoptar una fuerza militar tal que le permitieramantener su posición geoestratégica favorable en la zona. 8 También se lo conoce como Egipto Imperial, Antiguo Imperio hacia el 2900 e Imperio Medio hacia el 1650 a.C. aproximadamente. 16 Mar Mediterráneo Bajo Egipto Alto Egipto Etiopía Imperio Hitita Asiria Mitani El Imperio egipcio y la posterior expansión militar hacia el fin del Imperio Medio en el segundo milenio. Para fines del segundo milenio los babilonios tras el reinado de Hammurabi (hacia el 1700 a.C.) se encontraban dominando toda la región conocida como de los dos ríos, pero la posterior invasión de los pueblos casitas llegados de las montañas terminó con dicho imperio. Esto alteró la situación geoestratégica de la región y Egipto ya no podía quedar al margen de la expansión de los aguerridos pueblos montañeses. La guerra no era indiferente a los egipcios ya que la misma había estado presente en el valle del Nilo pre-estatal de la misma manera que lo había estado en otras regiones. Los hallazgos arqueológicos así 17 lo demuestran y tal como había sucedido en otros lugares la guerra primitiva también tuvo su lugar en la historia egipcia. La llegada de los hicsos con poderosas fuerzas de carros de combate arrolló a las milicias egipcias del campo de combate y dejó en ellos la marca necesaria para desarrollar posteriormente una fuerza militar que los convertiría en una de las principales potencias del mundo antiguo. La invasión de los hicsos permitió a los egipcios introducir el carro y los caballos, que estos no poseían hasta ese momento y además, aprender que debían poseer un eficaz instrumento militar si querían mantener su soberanía en la zona. La expulsión posterior de los hicsos y la conformación del Imperio Nuevo, 1560 a.C., trajeron aparejadas ciertas modificaciones tales como la instalación de una nueva capital, Tebas, y la conformación de un ejército regular formado por un núcleo profesional, fuerzas mercenarias contratadas y milicias de leva que serían reclutadas de acuerdo a la necesidad. Durante el Imperio Nuevo a los egipcios se le presentaban ciertos problemas de carácter estratégico. Por un lado, se debían ampliar las fronteras para crear lo que podemos denominar como profundidad estratégica, cuyo objetivo principal era el de mantener una zona de amortiguación lejos de las fronteras. En segundo lugar, esa expansión militar era necesaria para ganar nuevos territorios y proveer de materias primas y mano de obra; las mismas estaban dadas por la consecución de territorios que poseían minerales en minas que debían ser explotadas, para ello era necesaria la mano de obra, que muchas veces era esclava y otras contratada. En tercer lugar, la expansión les permitía el control de las principales rutas comerciales. Así la situación y para lograr tales objetivos era necesario conformar una eficiente maquinaria militar capaz de poder llevarlos a cabo. El Ejército egipcio, nos referimos al establecido en el Imperio Nuevo y no en períodos anteriores, contaba como dijimos anteriormente con fuerzas militares estacionadas profesionales, que ocupaban en muchos casos puestos militares de frontera y fortalezas, tal como ha quedado demostrado por los hallazgos en Nubia, y de fuerzas que eran levadas en caso de una campaña. También se 18 recurría a fuerzas mercenarias para fortalecer ciertas operaciones militares que requirieran el empleo de estas fuerzas especializadas. En ése período parece que gran parte de las fuerzas profesionales provienen de una mayor afluencia de voluntarios, muchos de los cuales han heredado la profesión de sus padres o de otro miembro de la familia; también se observa una gran presencia de tropas mercenarias reclutadas entre diferentes grupos étnicos con aptitudes especiales propias de su sociedad. Entre estos combatientes estarían los arqueros, lanzadores de honda y de jabalinas, es decir, de mano de obra especializada que se debía tercerizar. Esto hace suponer que la guerra seguía siendo estacional, de acuerdo a los períodos de siembra y cosecha, que era cuando se realizaban las levas de campesinos para conformar las fuerzas del faraón. Estos milicianos a tiempo estacional, contarían con una preparación militar muy específica pero no especializada, la que quedaría en manos de los profesionales y los mercenarios. El entrenamiento militar de los profesionales era duro y basado en una rígida disciplina, la que también se imponía a las milicias, y se dirigía a mantener una buena forma física y de combate. Ejercicios de lucha cuerpo a cuerpo y maniobras de marchas agotadoras eran normales dentro de la preparación física de los combatientes.9 Los hombres recibían tierras y parte de los botines conquistados, lo que hacía de la vida militar una profesión nada despreciable ya que muchos ex soldados llegaban a tener hasta esclavos, algo que no todos los ciudadanos estaban en condiciones de poseer. La infantería era el arma líder en el ejército egipcio, al revés de lo que muchos piensan que eran los carros de combate, tal como sucedía, por ejemplo, con los hititas. Se puede inferir por los textos de la batalla de Megido y Qadesh que el ejército egipcio se dividía en Cuerpos de Ejército, donde cada uno llevaba un nombre como Amón o Ra. Cada Cuerpo poseía un número de hombres cercanos a los 5.000, aunque como sucede en todos los ejércitos del mundo y de todos los tiempos, su cuadro de organización sería variable y 9 En el papiro Anastasi I se puede observar el entrenamiento a que se sometía un recluta cuando era enviado y acuartelado para una campaña militar. 19 probablemente nunca llegara a contar con los efectivos completos. A estos hombres de infantería, se les sumaban unos 500 carros por Cuerpo, es decir unos 1000 hombres más. La infantería se formaba alrededor de Compañías de 200 hombres cada una que a su vez se dividían en Secciones de 50 hombres. No se sabe a que respondía esta articulación y organización puesto que la infantería luchaba en orden de falange y por fuera de ella la infantería ligera especializada en escaramuzas y con armas arrojadizas. No solo los egipcios adoptaban estas formaciones cerradas en falange, ya hemos visto como los ejércitos acadios también lo hacían. En toda lucha los hombres tienden a juntarse, o mejor dicho a apelotonarse, buscando normalmente la protección de otros ya que el principal temor de un soldado que lucha en una multitud y con armas de filo y punzantes es quedar aislado. Es por ello que la adopción de la falange en ejércitos poco profesionales era una solución más práctica que táctica. El hombre tiende a huir y evitar matar tanto a un semejante como evitar perder la propia vida, y mantener una formación cerrada es la mejor opción para evitar la deserción en pleno combate. La disciplina y la conformidad al grupo humano con el que se adquiere un compromiso corporativo hacen el resto. Los mandos medios debieron ser tropas profesionales experimentadas que a base de una rígida disciplina impartida y a órdenes sencillas, lograban mantener la formación de la infantería en la lucha. No sabemos la adopción concreta de formaciones de combate que los soldados egipcios estaban en capacidad de realizar, como por ejemplo adoptar una formación en cuadro para contrarrestar el ataque de los carros enemigos. Podemos presuponer que esta formación de falange debería tener variaciones tácticas y procedimentales necesarias para las circunstancias que debieran enfrentar, esto se puede inferir de la articulación en compañías y secciones, aunque la misma podría responder a cuestiones netamente administrativas y no tácticas. Las tropas especializadas combatían fuera de formaciones rígidas y básicamente con armas arrojadizas, siendo laprincipal el arco y las flechas. Estas aptitudes estaban en manos de mercenarios, ya que eran los únicos que poseían estas habilidades debido al tiempo que requería adquirirlas como tales. 20 Los mercenarios que luchaban en varias campañas terminaban especializándose y convirtiéndose en una estructura indispensable para una operación militar de envergadura. La función de estos estaría dada en combatir en forma de escaramuzadores o como tropas irregulares, aptas para la lucha contra otras tropas de similares características y especialmente en operaciones de contrainsurgencia o en el sitio de ciudades amuralladas. En el combate convencional su misión estaba referida a la transferencia de un fuego de proyectiles eficaz para desorganizar a las formaciones enemigas. Las fuerzas de carros de combate eran otra tropa aparte. La fuerza de carros de combate en el ejército egipcio fue parte de un proceso de modernización que estuvo relacionado con la experiencia de la derrota en campañas anteriores; y fue durante el Imperio Nuevo que se llevaron a cabo estas modificaciones militares de crear una fuerza de carros de guerra. Los primeros carros utilizados por los egipcios eran una copia de los canaánitas, y fue el carro que tecnológicamente tuvo el mejor diseño de todos los de la antigüedad, cuya estructura ligera lo capacitaba para ser utilizado como una plataforma de fuego capaz de transportar un arquero equipado. Su diseño ligero y altamente móvil no lo hacían adecuado para combatir contra otros carros o en formaciones cerradas. Para el ejército egipcio la infantería llevaría el peso de los combates, pero el carro era ligado íntimamente con la aristocracia militar, y las ceremonias de la elite hacían de su uso algo que marcaría la estructura social de Egipto. Los carros eran agrupados en las Compañías de infantería en número de 25 por cada una de ellas y operaban como base de fuego de la misma; también se los podía agrupar en una fuerza de combate aparte del tamaño de Batallón que contaba con unos 250 carros y se los conocía con el nombre de Pediet. Los egipcios contaron con fuerzas de carros de otros reinos como los Neharin amorreos que participarían en batallas como la de Qadesh. El armamento utilizado por la infantería egipcia, las fuerzas auxiliares y las de carros de combate eran similares a las de sus estados vecinos, debido probablemente a la transferencia de tecnología lógica en los intercambios. La 21 lanza era el arma principal del infante, junto al hacha de guerra, el arco y las jabalinas. Con el Imperio Nuevo se agregarían los carros de combate y las espadas como arma secundaria del soldado. Algunas de las armas de la infantería nos pueden dar una descripción de la forma de combatir de ésta, tal como el hacha a dos manos que utilizaban los egipcios, o también la maza de bronce que se utilizaba para aplastar los cráneos de los enemigos. No estamos seguros que ambas armas fueran utilizadas en el Imperio Nuevo, debido a que ambas no eran aptas para combatir contra enemigos que portaran escudos y corazas, sí para luchar contra organizaciones tribales que no poseían infantería pesada sino hombres ligeramente armados y sin protección alguna. Las más adecuadas para el período del Imperio nuevo son las lanzas, arcos y espadas de las que había dos modelos principales: la tipo Kopesh o espada de hoz y la falcata; otros modelos de menos uso por su tamaño eran las espadas cortas y las espadas anchas. Probablemente la infantería pesada, con lanza y escudo, ocupaba el centro del dispositivo con los arqueros detrás para que los primeros les brindaran algún tipo de protección ante la carencia de ésta por parte de estas tropas. Los primeros arcos egipcios no tenían un alcance mayor a los 100 metros y con poca capacidad de penetración, no había habido una evolución debido al enemigo al que se habían enfrentado siempre los egipcios que eran tribus de montañeses sin armadura alguna; es por ello que dependían de la protección de la infantería pesada para poder lanzar sus flechas con alguna protección. Su misión consistía en darle potencia de fuego al ataque frontal de la infantería y obligar al enemigo a tomar alguna formación de protección que dificultara el enfrentamiento cuerpo a cuerpo de las infanterías. En las alas se ubicaban las fuerzas milicianas reclutadas entre los estratos más bajos de la población o entre tribus aliadas. Armados ligeramente con hondas y jabalinas su misión principal era cubrir los flancos de la infantería pesada en falange y evitar un envolvimiento. Es probable, y lo veremos en las batallas, que los carros se ubicarán delante de todo el dispositivo en forma lineal para arremeter a la primera línea enemiga y desarticularla para permitir posteriormente a la infantería romper su formación. 22 Para poder establecer ciertos parámetros de la utilización de las armas de combate, la táctica y los procedimientos de combate realizaremos un breve análisis de la primera batalla documentada de la que se tiene registro: la batalla de Megido. A la muerte de Tutmosis II le siguió su hijo Tutmosis III, aunque gobernaría Hatshepsut en su lugar debido a la corta edad e inexperiencia de éste, cuya función como principal líder político era la conducción del ejército; y liderarlo en campañas militares no solo aumentaba la popularidad del faraón sino que también era una obligación. Al poco tiempo murió Hatshepsut y estallaron una serie de revueltas en Canaán cuyas ciudades-estado le rendían vasallaje, pensando tal vez en la debilidad del estado egipcio y la llegada al poder de Tutmosis III, decidieron tentar la suerte para lograr su emancipación. Sin embargo Tutmosis III demostró una gran capacidad de organización y según las fuentes antiguas pudo poner en campaña unos 20.000 hombres. Es curiosa la cifra ya que si tomamos que cada Cuerpo de Ejército contaba con unos 5.000 efectivos, probablemente esa sea la cantidad de Cuerpos de Ejército en capacidad de formar que poseían los egipcios. También cuatro cuerpos van a ser los utilizados en la batalla de Qadesh posteriormente y la cifra es acorde a la cantidad de hombres en capacidad de reunirse para el período que nos toca. Teniendo en cuenta que para estas fechas reunir y mantener un ejército de semejante tamaño es muy difícil y complejo, por eso se deben tener en cuenta las cifras cuando analizamos la capacidad de una fuerza en combate y la que realmente poseía o podía llegar a poseer. 23 Ejército Cananeo Megido Ejército Egipcio Yaham Batalla de Megido 1457 a.C. Batalla de Megido (1457 a.C). Hasta el momento es la primera batalla documentada de la historia militar. El rey de Kadesh, en el Oronte, había desafiado el poder de Egipto y con su ejército se dirigió hacia el sur, donde se encontraban varias ciudades aliadas que le proveerían de más hombres y recursos. Además, con esta maniobra intentaba bloquear a las fuerzas egipcias que se dirigirían hacia el norte bajo el mando de Tutmosis. El ejército del rey de Kadesh era una amalgama de varios grupos tribales que respondían a cada jefe difuminando y complicando la cadena de mando necesaria para la eficiencia en combate. La fuerza que había logrado reunir era similar a la de los egipcios, y tal vez un poco menos pero despreciable a la hora de la batalla, pues su número no era el problema, sino la organización necesaria para el combate. 24 El ejército cananeo se ubicó en las cercanías de la ciudad de Megido, un importante enclave estratégico debido a que el mismo controlaba un nudo de caminos. Ubicó a una fuerza de carros de combate importantes en el centro del dispositivo y a dos fuerzas de infantería en cada ala del mismo ocupando posiciones entre las rutas sur y norte respectivamente. Por su parte, el ejército egipcio se acercaba a marchas forzadasy nueve días después de haber salido llegaba a Gaza ocupando posiciones en la ciudad de Yaham. Allí Tutmosis decidió planificar las acciones a seguir ya que se le presentaba la siguiente situación: Avanzar directamente a través del desfiladero de Aruna. Utilizar la ruta norte, por Yefti y maniobrar por el norte de Megido. Avanzar por la ruta del sur que llevaba a Taanacia y permitía maniobrar por el sur de Megido. Estas tres opciones dificultaban la toma de decisiones de Tutmosis agravando la misma los reconocimientos de sus exploradores, que le informaban de la disposición del ejército enemigo en torno a Megido y las rutas circundantes. Sus oficiales más experimentados asesoraron sobre no usar la ruta más corta y directa, ya que la misma era una vía difícil para poder maniobrar y las fuerzas deberían marchar encolumnadas. Esto ponía en peligro la integridad de todo el ejército, ya que si se producía una emboscada a la vanguardia, la retaguardia no llegaría a intervenir, e incluso las fuerzas de carros de los Cuerpos no lograrían desplegar para actuar contra la infantería enemiga. A pesar de todas las contras que la decisión posterior conllevaba, Tutmosis tomó la más corta y directa y fue en busca del enemigo. Esto fue un acierto que salió bien, no sería la primera vez que el enemigo esperara a una fuerza por las avenidas de mayor expectativa y no por la de menor como en este caso. Lograron llegar al sur de Megido y decidió esperar la retaguardia para poder contar con todas sus fuerzas y poder desplegarlas en el terreno. El campamento se estableció a orillas del río Quina al sur de Megido. Atacarían al día siguiente. 25 Inf Lig Inf LigII Carros ArquerosArqueros Ejército Egipcio I II I Infantería tribal Carros Carros Ejército Cananeo Batalla de Megido 1457 a.C. Como dijimos antes, Megido tenía una importancia estratégica debido a que ocupaba un nudo de rutas y especialmente la salida al Wadi Ara que conectaba con la llanura costera de Palestina. Era una importante vía de comunicación que conectaba a Egipto con Mesopotamia y permitía el acceso al creciente fértil. El control de Megido permitía el control de esa ruta vital, por lo tanto la fuerza cananea debía ser destruida y desalojada de allí. Con la madrugada del día siguiente el ejército egipcio inició el ataque. Los carros atacaron en primer lugar y lanzaron proyectiles con una precisión devastadora sobre las mal conducidas y desordenadas filas cananeas. Mientras tanto la infantería pesada egipcia iniciaba la marcha y encontró a la primera línea enemiga demasiado desordenada como para aguantar la presión, en tanto los arqueros montados en los carros realizaban una verdadera matanza en sus filas. En algún momento la línea cananita se quebró y la retirada se convirtió en una huída desesperada buscando la seguridad de los muros de la ciudad. La persecución no fue efectiva y podría haber aniquilado al completo las fuerzas del rey de Kadesh, de no haber sido porque los soldados egipcios se dedicaron a saquear el campamento enemigo. Esto dio tiempo a 26 los cananeos a resguardarse tras los muros de Megido, la que debió ser sometida a un sitio de siete meses antes de tomarla. Guarniciones y fortalezas fueron dejadas en la zona como para marcar una frontera, aunque sea de forma defensiva, pero con el objeto fundamental de mantener presencia en la región. Otra batalla que también se puede rearmar en base a fuentes de ambos lados es la de Qadesh en 1295 a.C., cuando el imperio hitita bajo el liderazgo de Muwatalli se enfrentó al ejército egipcio liderado por Ramsés II. La victoria recayó en el lado egipcio pero los hititas no serían vencidos completamente. Tal fue así que Muwatalli poco tiempo después lanzó una nueva ofensiva con el objetivo de recuperar los territorios perdidos pero no logró ningún hecho decisivo como para afianzarse en los mismos. Con la muerte de Muwatalli hacia el 1288 a.C., Ramsés lanzaría nuevas campañas para llegar a Oronte, dominando gran parte de Oriente Próximo. Casi dos décadas después ambos adversarios terminaron firmando un tratado ante la definición decisiva de la guerra. Estas serían las últimas campañas importantes del ejército egipcio, será hasta la campaña contra los pueblos del mar que no veremos otras acciones militares de relevancia. El ejército egipcio fue uno de los más imponentes del mundo antiguo y no sólo tenía capacidad para operar por tierra sino que también lanzó operaciones anfibias cuya flota se armaba con madera traída del Líbano y almacenada en los depósitos de Tebas. Tutmosis III lanzó una serie de ofensivas para cruzar el Éufrates y atacar Mitanni, sus fuerzas fueron transportadas en barco hasta la costa Siria y desde allí lanzaron varias acciones ofensivas, tanto terrestres como ribereñas. La decadencia del Imperio Nuevo cuyas causas son más internas que externas repercutió en las fuerzas militares y para el 1100 a.C. Egipto había dejado de ser una potencia militar. El ejército egipcio había demostrado en batallas como Megido y Qadesh la conformación de un sistema militar complejo basado en un alto grado de profesionalidad en los mandos y difícilmente igualado por ejércitos posteriores. 27 Para el grado de tecnificación propia de la Edad del Bronce podemos decir que los egipcios habían demostrado poseer cualidades militares muy eficientes y la capacidad manifestada para organizar y mantener ejércitos de gran tamaño en operaciones nos dicen mucho de su estructura social y calidad de su Imperio. Tanto los sumerios como los acadios y posteriormente los egipcios fueron potencias que desarrollaron sendos ejércitos y sistemas militares eficientes, pero el primer Imperio militar del mundo antiguo fueron los Asirios. No hay fuerza militar que llame más la atención después de griegos y romanos que el imperio asirio; muchos ejércitos posteriores copiarán su complejo y eficiente sistema militar, aunque sus campañas militares aún despierten la indagación científica en los historiadores militares por la eficiencia adquirida en el campo de batalla. La civilización asiria asimiló mediante un amplio proceso de aculturación, las costumbres, leyes y conocimientos de babilonios y sumerios; especialmente de los babilonios, en una proporción tal como Roma lo hizo con la Grecia clásica. Una de sus políticas principales y más controvertidas fue la de crear colonias mediante el desplazamiento de grupos humanos y reasentándolos donde estratégicamente convenía. Estos desplazamientos se ejecutaban sobre pueblos dominados que habían sido sojuzgados militarmente. Asiria conoce dos períodos: el primero abarca desde el siglo XIV al siglo XI, donde demostrará su capacidad militar hasta su caída posterior a la invasión de los pueblos del mar en el 1170 a.C. aproximadamente. El segundo, y tal vez el más interesante para la historia militar, es el denominado como Imperio Neoasirio cuyo período abarca desde el siglo XI al VII a.C. Es en éste momento donde mediante una serie de brillantes campañas militares dominaron el mundo antiguo de esa época. La estrategia asiria se basaba fundamentalmente en neutralizar las amenazas inminentes sobre sus fronteras. Entre el 900 y el 800 a.C., Asiria se encontraba con potenciales o reales problemas en tres frentes: El frente occidental, donde la región del actual Israel englobaba una serie de ciudades estados aguerridas y altamente tecnificadas, pues habían sido de los primeros en dominar el hierro, cuya amenaza de expansión era latente, o al menos eso 28 era lo que pensaban los asirios. En el sur se encontraba el frente babilonio, donde las tribus elamitas ocupaban las altas mesetas de Persia y al igual que los israelitas constituían una verdadera amenaza. En el norte, se hallaba la región montañosa de Urartu, que estaba habitada poraguerridas tribus hurritas que hacían una guerra de desgaste y se amparaban en una zona de difícil acceso. Frente a estas amenazas y ante la política expansionista de los reyes, los asirios desarrollarían una de las mayores maquinarias bélicas de la historia y uno de los ejércitos más eficientes de la historia militar. La respuesta militar asiria se basó en tres elementos para poder neutralizar a sus enemigos: Entre el 900 y el 700 a.C. se realizaron varias campañas militares limitadas, en forma de grandes incursiones, con el objetivo de destruir a las fuerzas enemigas o reducir al mínimo su capacidad operativa. Estas campañas eran un modelo de lo que hoy se conocería como acciones de guerra preventiva, donde se ataca ante una posible amenaza, aunque aún la misma no se haya materializado como real. Dentro de estas campañas se encuentran las destinadas a destruir a las tribus israelitas y dominar su eficiente sistema de fortificaciones. En el frente norte se llevaría a cabo una despiadada guerra de contrainsurgencia contra las tribus hurritas que operaban en base a procedimientos propios de la guerrilla, por lo tanto los asirios desarrollaron los primeros procedimientos contrainsurgentes de la historia militar de manera efectiva. Otro de los elementos fundamentales que caracterizaron a los asirios fue la campaña de terrorismo interno llevada a cabo sobre las ciudades estado sometidas. Si bien el término terrorismo no es empleado de la misma manera que en la actualidad, sí fue una campaña de terror tal como se llamo al terror jacobino durante la revolución francesa en el siglo XIX. Para poder dar cumplimiento a los objetivos que se fueron imponiendo por los distintos reyes se debía contar con una herramienta eficiente y eficaz, y 29 para ello se conformó un ejército cuyas características serían imitadas posteriormente. El ejército asirio era una fuerza integrada básicamente por infantería ligera y pesada, pudiendo combinar ambas para diferentes misiones. La infantería pesada estaba compuesta por profesionales y tropas reclutadas en levas obligatorias de las provincias del imperio. Los especialistas como honderos, arqueros y lanzadores de jabalina, tropas de asalto e ingenieros de combate, normalmente eran profesionales contratados, llegando a contar con una excelente calidad de sus fuerzas. Fueron los primeros en desarrollar una caballería como fuerza; en tanto la misma reforzaba a grandes unidades de carros de guerra. Los arqueros montados fueron en su momento una de las grandes innovaciones, probablemente influenciados por las tribus escitas que ya luchaban de esa manera. También debieron emprender campañas militares en varios ambientes geográficos particulares, como la llanura y la montaña, debiendo innovar en la organización militar de sus fuerzas para luchar en dichos terrenos, demostrando con ello una flexibilidad apta para lograr maniobras complejas. 30 Meggido Gaza Raphia Fuerzas egipcias Campañas de Sargón 713 a.C Ejército Asirio Líneas de las diversas campañas contra las tribus israelitas Campañas Asirias en el Frente Occidental Gath Jerusalén Uno de los elementos más importantes con que contaba el ejército asirio eran los ingenieros de combate, logrando desarrollar no sólo una multiplicidad de equipos para franqueo y transporte de tropas en zonas de difícil acceso, sino que también desarrollaron grandes capacidades para construir maquinas de asedio. Combinados todos los elementos militares hacían de la maquinaría bélica asiria una herramienta colosal para poder aplicar su política conquistadora. 31 No hay ejército eficiente si su sociedad, cuyas fuentes humanas nutren al mismo del principal elemento de éste, si la misma no estuviera preparada para ir a la guerra. El punto principal por el cual Asiria se había convertido en una máquina de matar tan eficiente era su sociedad militarizada. Desde el rey hasta el último miembro de la comunidad formaban parte de una estructura militar, pues la organización jerárquica del ejército se había extendido a la sociedad. Podemos decir que fue la primera sociedad militar del mundo. Las cargas administrativas eran designadas de acuerdo a términos militares, donde el rey debía conducir su ejército en campaña. Los gobernadores de provincia también podían conducir a sus fuerzas en operaciones militares más limitadas, ya sea en las propias o en regiones conquistadas. Esta estructuración de la sociedad para la guerra era el resultado de ésta última como un elemento estructurante, de la misma manera que lo había hecho en sociedades pre-estatales y tal como habría remarcado Pierre Clastres.10 Las campañas militares asirias tuvieron como objetivo primario el control de las fronteras y sus zonas adyacentes buscando una profundidad estratégica adecuada para su supervivencia, pero posteriormente comenzaron a lanzar campañas cada vez más intensas y profundas con el objetivo de conquistar nuevos territorios, conseguir esclavos y zonas de recursos que les permitiera ampliar sus fronteras nuevamente. Al reemplazar en los campos la mano de obra de los campesinos por esclavos, permitió que las campañas militares no fueran estacionales y por lo tanto sus ejércitos tuvieron una mayor cantidad de mano de obra libre para reclutar y por el tiempo necesario que las mismas requiriesen. El imperio asirio demostró una gran capacidad de organización para las empresas militares. En primer lugar, los recursos humanos con que contaban y al haber estructurado su sociedad en forma militar les permitía contar con unas fuerzas de alrededor de 150.000 hombres, que por supuesto no podían poner en el campo de batalla. No se debe confundir la cantidad de hombres que se podían reclutar con los que se podían alinear en un campo de batalla. De los 10 Clastres, Pierre. Arqueología de la Violencia. La guerra en las sociedades primitivas. Ed Fondo de Cultura Económica. 2007 32 150.000 hombres que se podrían reclutar, un 30 % al menos debían estar desperdigados en las guarniciones de frontera con el objeto de resguardar las mismas ante un ataque en caso de que el núcleo principal del ejército estuviera empeñado en una operación. Otro tanto debían permanecer en reserva para poder acudir al momento del llamado en caso de que se los necesitase, por lo tanto del resto, la mayoría eran tropas auxiliares que cubrían los puntos estratégicos a medida que la fuerza principal avanzaba, dejando que para una batalla o un asedio, un comandante contaría con entre 30.000 y 35.000 hombres como mucho. Esta cifra hoy nos puede parecer muy baja, pero para la época era un ejército enorme. El tren logístico necesario era muy grande, generalmente basado en carros tirados por asnos y en camellos que eran los que mejor se adaptaban para la lucha en zonas desérticas. Los gobernadores de provincia debían acopiar todo tipo de recursos para abastecer al ejército una vez que el mismo pasara por su zona de incumbencia, las postas y los lugares de acuartelamiento eran necesarios para el reabastecimiento de las columnas. La concentración de las fuerzas se hacía en puntos previstos de antemano de los que se han identificado como tales a Nínive, Khalu o Khorsabad. Arquero y lancero asirio. Obsérvese la calidad del equipo y de la panoplia de combate. Las primeras guerras libradas fueron de carácter defensivo y guerras preventivas con el objeto de mantener sus fronteras en la estrecha llanura 33 ribereña del Tigris, además de mantener abiertas las rutas comerciales que eran indispensables para su supervivencia. Pero al finalizar el siglo X, todas las rutas comerciales se hallaban cortadas y los pasos de montaña bloqueados por tribus rebeldes que realizaban una constante guerrade guerrillas en los montes Zagros y las alturas del Tauro, creando sendos frentes en el Norte y el Este. En el sur la situación se volvía cada vez más complicada por las constantes reivindicaciones del los distintos reyes. Ante estos acontecimientos se decidieron lanzar campañas militares de las cuales nombraremos algunas para darnos una idea de cómo luchaban los asirios y cómo funcionaba su maquinaria militar. Las iniciales campañas que realizarán los asirios podemos calificarlas como de contrainsurgencia, sin confundirnos con los procedimientos actuales y haciendo referencia a que la misma no es un término moderno sino como explicamos anteriormente mucho más antiguo de lo que pensamos habitualmente. Las tribus del norte hacen una guerra insurgente donde no reconocen a la autoridad de Assur y se rebelan en forma constante, utilizando procedimientos propios de la guerra de guerrillas tales como incursiones, golpes de mano, emboscadas, etc. Pero lo que es peor, es su capacidad para levantar en forma constante a otras tribus de la región para que hagan lo mismo y con el objeto de crear zonas controladas por ellos y que permitan que dicho control se ejerza sobre las rutas comerciales que entran y salen de Asiria. Como toda campaña contrainsurgente de la antigüedad, el principal objetivo era la destrucción física del adversario o su sometimiento a la esclavitud. Esto conllevaba también la destrucción de la infraestructura de las tribus rebeldes y la deportación de los no combatientes en regiones designadas como colonias. El desplazamiento forzado de pueblos enteros fue parte de la estrategia de guerra asiria; en muchos casos fue de población sometida y en otros de población designada para tal fin.11 11 Según Chaliand en los tres siglos que duró el apogeo militar asirio en su imperio, unos 4.000.000 de personas fueron desplazados en operaciones de deportación masiva. Semejantes cifras demuestran posiblemente que los asirios fueron los pioneros en este tipo de operaciones, aunque muchas veces la relocalización de colonos no fue violenta, sí lo fue en la mayoría de las veces. Si bien muchos autores han minimizado estas acciones, probablemente 34 De las operaciones contrainsurgentes, los asirios pasaron a lanzar acciones de guerra preventiva contra enemigos que quedaban en las fronteras de las tribus insurgentes sometidas; pero estos ya no eran el mismo enemigo. Estados como los hititas, babilonios, mitanios o egipcios, requerían de campañas militares distintas y más largas, puesto que dichos enemigos contaban con fuerzas militares similares y por sobre todas las cosas con numerosas fortalezas distribuidas en un amplio territorio. La justificación de la expansión militar asiria no sólo debe basarse en los beneficios económicos que las mismas tienen, sino también en una ideología divina regida por el dios Assur que los conminaba a la supremacía por sobre el resto de los pueblos. Los asirios no serían ni los primeros ni los últimos en utilizar la religión como elemento ideológico para la captación de masas y lograr el convencimiento de las principales estructuras sociales de los beneficios de la guerra. Los asirios basaron la planificación de sus campañas en diferentes aspectos militares operacionales tales como: 1. La flexibilidad táctica de sus fuerzas. 2. La rapidez en la concentración de los efectivos para lanzar acciones preventivas. 3. Una preparación territorial que les brindaba una cadena logística de sostenimiento. 4. Una configuración estructural de sus fuerzas para combatir en formaciones lineales o para asaltar zonas restrictivas como ciudades o fortalezas de montaña. El imperio asirio asentó sus bases de acuerdo a la política militar de dos de sus principales reyes: Asurnasirpal II (883-859 a.C.) y posteriormente su hijo Shalmanaser III (859-824 a.C.). Con ellos las fronteras comenzaron a ampliarse y un imperialismo basado en la conquista de pueblos adyacentes surgió con los mismos. haya sido peor de los suponemos o sabemos, debido a la brutalidad de la guerra y a una política que se distinguía no precisamente por su bondad y misericordia. 35 Estudiando las campañas de Asurnasirpal II podemos vislumbrar que las mismas estaban destinadas a conformar una zona de protección en torno la capital Khalu y sus regiones adyacentes. En una especie de creación de zona de amortiguación, su primer objetivo fue la de dominar a las tribus hostiles del norte, este y sur y crear las bases necesarias para posteriormente adentrarse y ampliar sus fronteras. En estas campañas el rey asirio desarrolló dos aspectos fundamentales para someter a los rebeldes: una guerra psicológica basada en el terrorismo,12 y la velocidad para dirigirse de un lugar a otro y derrotar a sus enemigos. Su hijo haría exactamente lo mismo. Con estas campañas exitosas las fronteras aseguradas y expandidas aseguraban controlar una importante vía fluvial como el Éufrates, necesario para lanzar operaciones anfibias hasta el Mediterráneo cuando los estados del corredor sirio-palestino se rebelaran. La conquista de la región de los montes Zagros acabó con la resistencia de los insurgentes montañeses y la frontera se logró fijar en Babilonia. Posteriormente Asiria viviría un período de guerras civiles y reyes con poca capacidad de liderazgo y que muy lejos estaban de parecerse a Asurnasirpal II o Shalmanaser III, llevando al imperio a un grado de decadencia que en un momento pareció que su derrumbe era inminente. Pero con la llegada al poder de Tiglat Pileser III (744-727 a.C.) quien mediante una serie de reformas militares y aplicando una estrategia de largo alcance devolvió a Asiria todo su poderío; peor aún, hizo del ejército asirio una maquinaria bélica sin parangón y sin imitación que podemos decir recién con la legiones romanas la aparición de un ejército similar. Con la muerte de Tiglat Pileser III le sucedieron una serie de reyes de gran capacidad militar que llevaron las fronteras del imperio a su máxima extensión. Y fue esa extensión la que comenzó a forjar su decadencia, como también la inevitable política interna y estructura fiscal fallida para la administración del mismo la que provocaría su decadencia y posterior caída. Pero un factor que 12 La base de esto fue el uso del terror con un fin netamente psicológico para lograr rápidamente la sumisión de las regiones rebeldes. La tortura, la decapitación y la mutilación en todos sus aspectos, además de una serie de procedimientos horrorosos, fueron ejecutados con la finalidad de crear en el enemigo una conciencia de la derrota y la no oposición al poder militar asirio. 36 los historiadores del próximo oriente no han tenido en cuenta al momento de evaluar la caída del Imperio asirio ha sido la capacidad de sus enemigos para adaptarse a la guerra que Asiria les llevó. Cuando un ejército tan eficiente como el asirio se convierte en una máquina de matar imparable, lo más lógico es que sus enemigos derrotados lo imiten, tal como había ocurrido con los sumerios y acadios. De esa manera y sin buscarlo, los asirios habían enseñado a sus vecinos a pelear. Todos los ejércitos que lucharon contra ellos comenzaron a imitar sus tácticas, a organizarse de la misma manera y a crear en sus sociedades una conciencia militar para la guerra que les brindara los recursos necesarios para llevarla a cabo con eficiencia. De esa manera los ejércitos medos y babilonios crearon estructuras de combate eficientes y con sólidos recursos para poder contrarrestar el poder asirio. Luego de 300 añosde esplendor, en el 612 a.C. un ejército aliado compuesto de tropas medas, babilonias y escitas entraba en la capital Nínive y destruía lo último del poder asirio. Los medos darían posteriormente origen a otro de los grandes ejércitos de la antigüedad: el ejército persa. Más tarde se haría famoso durante las guerras médicas y que gracias al historiador Heródoto conoceríamos mucho más de él que de otros ejércitos orientales. La guerra en la antigüedad tenía aún mucho camino para recorrer, y Grecia y Roma nos legarían una forma occidental de combatir que ellos habían heredado del Oriente Próximo Antiguo. 37 Bibliografía BRICE, Lee. Brill's Companion to Insurgency and Terrorism in the Ancient Mediterranean World. Editorial Lam. 2015 CLASTRES, Pierre. Arqueología de la Violencia. La guerra en el mundo primitivo. Editorial Fondo de Cultura Económica. 2007 CHALIAND, Gérard. Guerras y Civilizaciones. Del Imperio Asirio a la Era Contemporánea. Editorial Paidós. 2007 DAWSON, David. The Origins of Western Warfare. Editorial Westview Press. 1996 DE SOUZA, Philip. La Guerra en el Mundo Antiguo. Editorial Akal. FERRIL, Arther. The origins of war; from the Stone Age to Alexander the Great. Editorial Westview Press. 1997 KEEGAN, John. Historia de la Guerra. 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