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Catalogación en la fuente INEGI: 310 Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (México). Época antigua / Instituto Nacional de Estadística y Geografía. -- México : INEGI, c2011. 56 p. : il. -- (Historia de la estadística mundial ; no. 1). 1. Estadística - Historia. 2. Historia antigua. Si requiere más información sobre esta obra, favor de contactarnos a través de: Centros de consulta y comercialización (consulte el domicilio en Internet) Larga distancia sin costo: 01 800 111 4634 www.inegi.org.mx atencion.usuarios@inegi.org.mx DR © 2011, Instituto Nacional de Estadística y Geografía Edificio Sede Av. Héroe de Nacozari Sur Núm. 2301 Fracc. Jardines del Parque, CP 20276 Aguascalientes, Ags. La realización de conteos y censos de población es una práctica antigua, y en civilizaciones como las de Roma y China llegaron a alcanzar un alto grado de perfeccionamiento, aunque no se proponían conocer el número total de la población, sino la cantidad de determinado sector: varones, cabezas de familias, comerciantes, etc, es decir, hasta ese momento tenían el fin de conocer fundamentalmente la inscripción de las personas que podían estar sometidas a impuestos o al servicio militar, así como a la realización de trabajos públicos, y fue hasta el siglo XVIII cuando se aplicó la concepción moderna de los censos. Éste es la primera entrega de una serie de cuatro, cuya temática estará referida al desarrollo de las actividades dedicadas al recuento de la población a nivel mundial; el primer cuadernillo está dedicado a las estadísticas llevadas a cabo en la época antigua; los siguientes tres abordarán la Edad Media y el Renacimiento, la Época moderna y, por último, la estadística efectuada en México. Las fuentes que sirvieron de base para su elaboración son documentos impresos y digitales, es decir, libros de historiadores, demógrafos e investigadores especializados en el tema, localizados en varias bibliotecas, y archivos electrónicos disponibles en Internet. La investigación estuvo a cargo de Julieta C. Orduña Guzmán, Araceli Neyra Real, Ma. Guadalupe Martínez Gómez, Alfredo Ibarra Camacho, Aurora Barco y Jesús Ricardo Esquer Vásquez, quien también fue responsable de la redacción final del documento; el diseño y la edición fue de Alexandrina Vargas Jiménez, mientras que las ilustraciones son creación de Miguel Ángel Tafolla Soriano. La coordinación de edición y corrección de estilo le correspondió a María del Carmen Avilés Díaz y la coordinación técnica a Antonio A. Guerrero Hernández. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . 1 Contexto 3 Época antigua 5 El tercer milenio 9 El segundo milenio 12 El primer milenio 27 Notas 41 Cuadro Época antigua (3800 a. C.–1451 d. C.) 49 Glosario 53 Índice geográfico 55 Índice onomástico IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 1 La estadística es una ciencia tan antigua como la escritura; sus orígenes se remontan a los recuentos de personas, animales y bienes representados en pieles, rocas, maderos y cuevas.1 Para encontrar su primer desarrollo es preciso indagar entre las más antiguas civilizaciones. Se sabe que antes de la invención de los números, en el antiguo Oriente Medio se utilizaban guijarros para contar diferentes objetos con fines mercantiles, lo cual ha permitido identificar dos pasos en la evolución de la contabilidad; el inicial, hacia 8000 a. C., “cuando se utilizaban cuentas de diversas formas para contar diferentes mercancías en una correspondencia de uno a uno”.2 Luego, una vez aparecida la escritura, “los signos impresos que mostraban unidades de medida de granos pasaron a indicar (…) números abstractos”.3 La invención de los números revolucionó la contabilidad y la comunicación porque proporcionó un sistema aplicable a todos los objetos existentes. De ahí la importancia de estos conocimientos para la supervivencia de las sociedades, algu- nas de las cuales lograron un elevado refinamiento, como China y Roma. El término “estadística” es de origen latino,4 pero sus funciones han sido necesarias en los Estados de prácticamente todas las épocas. Cabe recordar que los historiadores distinguen tres grados de de- sarrollo en esta ciencia, según produjera datos protoestadísticos, provenientes de fuentes arqueológicas; preestadísticos, de fuentes concebidas para otros objetivos, como registros de nacimientos y defunciones, aduanas, etcétera; y estadísticos propiamente dichos, derivados de fuentes elaboradas específicamente para registro de la población.5 La estadística cumplía funciones vitales para la existencia de las grandes ciudades. Los gobernantes debían conocer el número IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 2 de personas capaces de trabajar o de tomar las armas, la cantidad de alimentos necesarios para sostenerlas, la producción en granos, ca- bezas de ganado y otros bienes existentes en un momento y lugar determinados. Este conoci- miento se basaba en la realización periódica de conteos y estaba destinada al cobro de tribu- tos, indispensables para sostener los aparatos burocrático, militar y religioso. No obstante, carecemos de información sobre las bases para los conteos, que podían ser de riqueza material y no de gente, o de ciudadanos libres, omitien- do esclavos, mujeres y niños.6 Conviene considerar las ideas de investigadores que, enfrentados al problema de la precisión y credibilidad de las fuentes de información estadística demográfica, optan por jerarquizar- las, asumiendo que los conteos no eran com- pletos y obedecían a criterios muy diferentes entre sí. Para T.H. Hollingsworth, por ejemplo, los censos y los registros de hechos vitales son las fuentes más útiles, seguidos de la documen- tación eclesiástica, fiscal y militar.7 Por otro lado, en ciertos casos debe tomarse en cuenta el valor de la información proporcionada por los documentos literarios, en relación con investigaciones más recientes.8 Hollingsworth da un ejemplo de “demografía primitiva” en la anti- gua China, donde “un rey que imponía contribu- ciones a su pueblo quizá haya mandado contar el número de familias que pagaban impuestos en el país”,9 de manera que dos millones de familias equivalían a diez millones de personas, pues había cinco miembros por familia; cinco millones eran hombres porque la mitad eran del otro sexo; tres millones son adultos y 40% son niños; dos millones son encargados de una casa y queda un millón de hombres adultos aptos para el servicio militar. Pese a la antigüedad de las prácticas estadísticas, gran parte de los conocimientos sobre este tema son relativamente recientes, si se considera que la demografía histórica adquiere autonomía como ciencia a partir de la Segunda Guerra Mundial, en escritos del historiador de la economía Jean Meuvret y el historiador y demógrafo Louis Chevalier.10 Si bien lo anterior presenta serios obstáculos para obtener información desde la perspectiva de este trabajo, no debe justificar sus omisiones y deficiencias. El recorrido por la historia de las principales prácticas estadísticas se organiza por milenios, abarcando las diversas sociedades contem- poráneas de cada periodo, con el propósito de destacar lo más relevante de los casos particu- lares sin perder la visión del conjunto. Los registros estadísticos más remotos en el tiempo se han hallado en asentamientos humanosmuy antiguos descubiertos hasta ahora: Mesopotamia y Egipto. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 3 Época antigua Junto con la agricultura, el sedentarismo aparece en regiones con tierras fértiles y grandes cauda- les de agua disponibles. Las civilizaciones asen- tadas en estas regiones, es decir, los valles de los ríos Tigris y el Éufrates en Mesopotamia, Nilo en Egipto, y Amarillo y Yangtsé en China, debían realizar grandes obras de riego y almacenamien- to de alimentos, además de las construcciones con fines religiosos, como templos y sepulcros, esenciales en las sociedades teocráticas. Las actividades anteriores podían hacerse mediante el trabajo humano y de animales domésticos, con el auxilio de herramientas rudimentarias. Por lo tanto, era necesario organizar grandes contingentes de trabajadores especializados en diferentes tareas, tanto manuales como intelec- tuales, lo cual supone una división del trabajo, jerarquización social y la presencia de cierta ideología. En virtud de las dos primeras, algunos grupos decidían y ordenaban y otros cumplían las órdenes recibidas; por su parte, el cuerpo ideológico constaba de un conjunto de ideas, creencias, leyes y prácticas que aseguraban la perdurabilidad de un determinado estado de cosas. Además del grupo sacerdotal, había que mantener una burocracia que administrara los recursos disponibles, y grandes ejércitos que ga- rantizaran la seguridad de las ciudades y, cuando fuera necesario, conquistaran nuevos territorios en busca de recursos. En la antigüedad hubo grandes desplazamientos de pueblos cazadores o recolectores que por la fuerza se apropiaron de tierras ya pobladas y de sus pobladores, y que con frecuencia se dedicaban a la agricultura la ganadería, el comercio y las artesanías.IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 4 Los registros estadísticos más remotos en el tiempo se han hallado en los asentamientos humanos más antiguos descubiertos hasta ahora: Mesopotamia y Egipto, donde la re- volución neolítica (agricultura, sedentarismo, artesanías) proporcionó las bases materiales e ideológicas para que prosperaran las socie- dades de entonces. En Las primeras civiliza- ciones leemos: “La aparición de los imperios despóticos de Egipto y de Mesopotamia es el resultado final de un proceso que se sitúa en la larga duración: son la herencia de reinos contemporáneos del Eneolítico [Edad del Cobre] o del primer Bronce, que a su vez surgieron de las mutaciones sufridas por las comunidades aldeanas a finales del Neolítico. Pero -a despecho de ciertas semejanzas muy claras- cada uno de los dos casos tiene su pro- pia especificidad…”11 Las características del despotismo oriental comprenden: a) la autoridad absoluta, emi- nentemente teocrática, del rey sobre la comu- nidad, con base en las fuerzas de fecundidad/ fertilidad que mantienen vivo al universo y permiten su reproducción; b) la articulación del nivel local de los productores con el poder central del Estado, que permite caracterizar el modo de producción asiático “…por la com- binación de la actividad productora colectiva de las comunidades aldeanas y la intervención económica de una autoridad estatal que explo- ta a estas comunidades al mismo tiempo que las dirige”,12 esto significa que el soberano “…tiene el derecho de exigir un sobretrabajo necesario para las tareas de ingeniería hidráulica (canales, diques, presas, albercas…) y, por otra parte, apropiarse del sobreproducto del trabajo de los campesinos, no dejándoles más que el minimum minomorum para su reproducción biológica y la de su familia”. En suma, el Estado adquiere un poder “…en el seno de una estructura en la que (…) lo político, lo religioso y lo económico son realidades homogéneas”; c) las relaciones entre el déspota y sus súbditos se establecen a través de “…dos grupos paralelos: el clero, que justifica el carácter sobrenatural del déspota, y la admi- nistración que ejerce, tanto a nivel central como a nivel regional o local, las pesadas responsabili- dades de la toma de decisiones, la gestión, la re- caudación y el control”. Se construyen grandes sistemas teológicos y se desarrollan sistemas de escritura como instrumentos de trabajo para la Piedra de Palermo. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 5 administración. d) Un régimen de la tierra, que era poseída en común por todos, pero sólo el rey podía expresar la unidad real o imaginaria del territorio bajo su dominio y, por lo tanto, “decidir y controlar la explotación, de percibir y repartir sus frutos.”13 e) La estructura del despo- tismo oriental perduró durante más de tres mile- nios, con mutaciones que le permitieron formar grandes Estados con una organización fuerte pero a la vez muy susceptibles de dividirse o desaparecer, como de hecho sucedió en los pe- riodos intermedios en el Nilo y con los sucesivos imperios que ocuparon el valle del Éufrates.14 En este contexto surgió la necesidad de contar con información confiable para la administración de los recursos, que desde el nacimiento de las ciudades fue una necesidad de los gobernantes, y originó la aparición de burocracias más o me- nos numerosas, encargadas de organizar dicha información, mediante técnicas y procedimientos particulares. El tercer milenio Entre los testimonios de los primeros registros estadísticos estudiados se encuentran frag- mentos de tablillas de arcilla encontrados en Babilonia, datados en 3800 a. C.15 Se trata de cálculos de los ingresos que se esperaba cap- tar por impuestos, es decir, fueron elabora- dos con propósitos fiscales. Otras tablillas, de aproximadamente ocho siglos después, con- tienen información sobre cosechas agrícolas y ventas o intercambios de productos textiles por medio del trueque.16 Algunas fuentes dan fechas más tardías, específicamente para el inicio de los censos, con base en las casi 20 mil tablillas de arcilla descubiertas en 1975 en Ebla (2500 a. C.-2250 a. C.)17, en la actual Siria. El conjunto era “un archivo de provisiones y tributos, casos legales y diplomáticos y contactos comerciales.” Entre otro tipo de datos, las tablillas tratan “so- bre materias económicas: (…) son las cuentas de los ingresos del estado”. Por esos documentos encontrados en el palacio del rey Aghrish se sabe que “la Ciudad de las Piedras Blancas, llegó a tener 260 000 habitantes, floreció en la Edad de Bronce temprana y fue destruida alrededor del año 2300 a. C.”,18 ocupando más de 50 hectáreas en su periodo de mayor desarrollo;19 su economía era básicamente agropastoral, con predominio de cereales, vid, olivo y frutales, así como ganado lanar y bovino, aunque el sector de su economía mejor documentado es el co- mercio, sobre todo con textiles y metales.20 Al mismo tiempo, en los márgenes del Nilo se desarrollaba la civilización egipcia, donde desde hace más de cinco mil años se analizaban datos de la población y de la renta del país.21 Cerca de 3500 a. C., en el periodo predinástico, apareció la escritura con jeroglíficos, se unificó el territorio organizado en nomos o provincias Fue inminente la necesidad de contar con información confiable para la administración de los recursos, que desde el nacimiento de las ciudades fue prioridad de los gobernantes, y originó la aparición de burocracias más o menos numerosas, encargadas de organizar dicha información. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 6 y se alcanzó una sólida organización política.22 Según la Piedra de Palermo,23a finales de este periodo ya se levantaban padrones de pobla- ción y de sus riquezas, llamados “del oro y de los campos”, y se cobraban impuestos sobre la renta. La primera noticia del censo menciona que era el séptimo realizado en Buto, capital del reino del Delta, en el Bajo Egipto. Esta prácti- ca se basaba en un registro público y supone la existencia de un estado civil, un listado de campos, un catastro y un inventario de oro. Dichos registros servían para establecer la con- tribución de cada persona al fisco.24 También permitían conocer la mano de obra disponible; hacia 3050 a. C., según Herodoto, se registró a la población como parte de los preparativos para construir las pirámides.25 Se puede tener una idea de la importancia que esta tarea tenía para los antiguos egipcios si se considera que su religión incluía a Safnkit, diosa de los libros y las cuentas.26 No resulta extraño que el faraón Den (2999 a. C.- 2952 a. C.) haya realizado un empadronamiento general de la población del reino.27 Los censos de población y bienes con cobertura de todo el país se hicieron comunes bajo la segunda dinastía (2853 a. C.- 2707 a. C.). Ninetyer (28l0 a. C.- 2767 a. C.) levantó censos cada dos años, lo que hace suponer que los bienes cambiaban de propietario con frecuencia y su número era considerable. Pronto, la importancia de los censos consistió en que permitían fijar la cronología de los reinados, de modo similar a las grandes fiestas dinásticas, llamadas “procesiones de Horus.” La administración centralizada y estable de las primeras dinastías consolidó la unidad del reino. El desarrollo de la escritura mejoró la contabilidad y el registro de acontecimientos. Se construyeron templos y grandes obras de riego y drenaje; hubo un ligero incremento demográfico, comercio con oriente y artesanías en metales preciosos, madera, marfil y otros materiales.28 Durante la segunda dinastía, en el periodo tinita, el censo parece darle prioridad al ganado.29 A partir de la tercera dinastía surgió la costumbre de construir grandes pirámides como sepulcro de los faraones y su corte. Estas obras requerían de una cuidadosa administración de recursos materiales y humanos, mediante un aparato burocrático que llega a su apogeo en el imperio antiguo, de la tercera a la sexta dinastía, entre 2700 a. C. y 2200 a. C., aproximadamente. De ahí la utilidad de los censos bianuales, operaciones que permitían conocer el número de personas disponibles para la construcción de obras públicas, ya que cada familia aportaba una persona que hacía esos trabajos, así como los impuestos que le correspondía a cada contribuyente, calculados de acuerdo con sus rentas; por eso era tan importante el registro En el Oriente Medio, hacia 2500 a. C. bajo el dominio sumerio, la ciudad de Babilonia tenía unos seis mil habitantes.40 Ahí se han encontrado tablillas de arcilla que registran los negocios y asuntos legales de la ciudad. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 7 Faraón Den. de la propiedad. Hacerlo formaba parte de las tareas de los nomarcas o gobernantes de los nomos. Los impuestos se pagaban en especie: trigo, lino y cuerdas, y eran evaluados según el patrón único, el shat de oro, equivalente a 7.5 gramos de oro.30 La Piedra de Palermo menciona los censos realizados por varios faraones de este periodo: Senefru (2575 a. C. - 2552 a. C.), 16 de población y uno de toros y cabras; Userkaf (2504 a. C.- 2426 a. C.), tres de ganado; Neferirkara (2446 a. C.- 2426 a. C.), cinco de población. Sin embargo, se supone que era una práctica regular que se mantuvo durante el resto de la historia de Egipto antiguo. La relativa autonomía de los nomarcas, el creciente gasto de la corte, prolongadas sequías y revueltas provocadas por hambrunas llevaron al colapso de este sistema y dieron paso al primer periodo intermedio (2250 a. C.- 2050 a. C.). Durante siglos la población ha aumentado y disminuido, de acuerdo con las circunstancias históricas; según algunas estimaciones, se llegó a un millón de habitantes en el Imperio Antiguo (c. 2700 a. C.- 2250 a. C.).31 Entre tanto, en el Lejano Oriente había prácticas semejantes con fines similares y casi tan antiguas como las egipcias. Registros censales chinos se remontan tres mil años atrás; el problema princi- pal consiste en su interpretación.32 Para varios autores, los primeros cálculos censales registrados en China datan del segundo milenio a. C.33 En estas fechas se transitaba de la cultura yangshao (5000 a. C.- 3000 a. C.)34 a la cultura longshan (3000 a. C.- 2300 a. C.).35 La organización matriarcal dio paso a una patriarcal; aumentaron las va- riedades y el rendimiento de los cul- tivos agrícolas, hubo más especies animales domésticas, se desarrollaron la cerámica y la fermentación de be- bidas elaboradas a base de cereales. En consecuencia, la producción de alimentos aumentó y se elevó el nivel de vida; se intensificaron la división social del trabajo y el intercambio de mercancías, aparecieron la propiedad privada, las clases sociales y las primeras ciudades.36 La noticia más antigua de actividades estadísticas en China data de estas fechas. Según Confucio, en el clásico Shu King IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 8 Confucio. o Libro de la historia 37, en 2238 a. C. el rey Yao mandó hacer una estadística agrícola, industrial y comercial, además de empadronar a la po- blación.38 El libro analiza el concepto de pobla- ción óptima, vinculado a la agricultura.39 Ocho años más tarde se recolectaron datos sobre productos agrícolas, con el fin de controlar el monto de los impuestos que debían pagar los habitantes del imperio. El censo de la población y el de catastro eran llamados “Censo de la ri- queza” y eran instituciones de los antiguos pue- blos orientales. Se habla de un expediente de IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 9 “registro de casas taxpaying” (que pagan impue- stos), fechado aproximadamente en 2275 a. C. En Mesopotamia, hacia 2900 a. C., la ciudad de Ur ocupaba 50 hectáreas, Uruk 400 y Lagash 500, y se supone que contaban con una pobla- ción de diez mil a 50 mil habitantes.40 En Babilonia han encontrado tablillas de arcilla que registran los negocios y asuntos legales de la ciudad.41 Una tablilla de la época del rey Uruinimgina (2351 a. C.- 2342 a. C.) encontrada en Girsu muestra un censo de ovejas.42 El segundo milenio Según los libros de la dinastía Shang (1766 a. C.- 1027 a. C.), escritos hacia 1110 a. C., el registro de datos estadísticos se remonta a la cultura de Longshan, de 2000 a. C. Según el historiador Sima Quian (145 a. C.- 90 a. C.), en la dinastía Xia (2100 a. C.-1600 a. C.) se elabora el primer calendario chino. Durante la Shang aparece la escritura, y en la Zhou (1045 a. C.- 246 a. C.) se da el esplendor cultural.43 Babilonia prosperó rápidamente; durante el rei- nado de Hammurabi (1728 a. C.-1686 a. C.)44 se realizaron catastros de tierras, se construyeron canales y otras mejoras en los sistemas de rie- go, así como palacios y templos, alhóndigas y su famoso Código. Por su parte, en el vecino reino de Asiria, Samsi-Adat I (1813 a. C.- 1861 a. C.) estableció el primer imperio centralizado en el Antiguo Oriente Próximo. Extendió el territorio bajo su dominio, desde los montes Zagros hasta el mar Mediterráneo y lo dividió en distritos al frente de los cuales colocó ad- ministradores y consejos especiales; además, estableció un sistema de correos y realizó con regularidad un censo de población.45 Sin embargo, la población no apreciaba la utilidadde los censos, pues “llevaban a incrementar los impuestos, aumentar los reclutas para el servi- cio militar y el servicio obrero forzado.” Incluso eran considerados de mala suerte. Los textos de la ciudad de Mari (s. XVIII a. C.), en Mesopotamia, hablan de hombres que huían para evitar ser contados.46 Algunos autores consideran que “el censo y el reclutamiento mi- litar están relacionados con el proceso de frag- mentación de las estructuras gentilicias tribales y el asentamiento de sus miembros”, lo que “pro- voca el recelo de los jefes de tribu, que ven en ella el comienzo de una subordinación política y económica definitiva al palacio real”.47 Se esti- ma que la población de Babilonia era de 300 mil habitantes hacia 1700 a. C., 15 años después de la muerte de Hammurabi;48 sin embargo, un siglo después, hacia 1600 a. C., había descendi- do a 60 mil personas.49 Egipto fue gobernado en diferentes épocas por reyes de orígenes diversos, como hicsos (1800 a. C.- 1555 a. C.), persas (525 a. C.- 404 a. C. y 343 a.C. y 332 a. C.), griegos (332 a. C.- 30 a. C.) y La población no apreciaba la utilidad de los censos pues “llevaban a incrementar los impuestos, aumentar los reclutas para el servicio militar y el servicio obrero forzado.” Incluso eran conside- rados de mala suerte. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 10 romanos (30 a. C.- 640 a. C.),50 que modifica- ron sus prácticas estadísticas en mayor o menor medida. Los hicsos, cuyo origen étnico se de- sconoce aunque se les atribuyen rasgos semitas, respetaron las tradiciones locales.51 Los persas convirtieron el país en una satrapía, introdujeron nuevas leyes y un sistema monetario unificado.52 A su vez, bajo el dominio helénico, los catastros y empadronamientos llegaron a ser sumamente minuciosos,53 mientras que Roma explotó en su propio beneficio las fértiles tierras egipcias, con base en su sistema de tributación, como se verá más adelante.54 Una tumba en Tebas, de la dinastía XVIII (aproximadamente de 1550 a. C. a 1295 a. C.) muestra a un escriba realizando un censo de ocas.55 La población siguió aumentando en el valle del Nilo. En el Imperio Medio (c. 2010 a. C.-1800 a. C.), ascendió hasta 1.5 o 2 millo- nes y, más tarde, en el Imperio Nuevo (c. 1550 a. C.- 1070 a. C.), en la época de Ramsés II, aumentó hasta cinco millones.56 Otras fuentes elevan el cálculo hasta siete u ocho millones en el Imperio Medio, aunque la cifra disminuyó a finales del imperio.57 En la época ptolemaica, según Diodoro Sículo, sumaba entre cuatro y siete millones y, en el siglo IV, en Egipto había un millón de cristianos.58 Bajo el poder roma- no llegó a ocho millones, pero con la caída de Roma la población se dispersó en el campo.59 Restos de archivos encontrados en Siria contie- nen información sobre su organización social y política, así como aspectos jurídicos y económi- cos de las ciudades-estado de Siria y Palestina de los siglos XV a XIII, como Ugarit, Alalakh y Qatna. Las listas censales mencionan a dife- rentes grupos sociales que formaban el grueso del ejército, al mando de oficiales de la clase dominante, y a numerosos gremios de albañi- les, herreros, curtidores, alfareros, tejedores, panaderos, lavanderos y farmacéuticos, entre otros, “cuyo oficio, generalmente, pasaba de padres a hijos”; también había gremios de co- merciantes y sacerdotes.60 Alrededor de 1380 a. C., un incendio destruyó el palacio de Cnosos, en Creta. Ahí se cocieron IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 11 casi cuatro mil tablillas de arcilla que, endure- cidas, llegaron hasta nuestro tiempo.61 Estos antiquísimos documentos contienen listas e inventarios, pues aquella sociedad era gober- nada desde el palacio, el cual administraba los recursos materiales y humanos, materias pri- mas y productos acabados, y controlaba gru- pos de mujeres que hilaban, tejían y decoraban los tejidos; en los intercambios no se utilizaban monedas, sino lana a cambio de cobre, oro, marfil y otros productos. Según un censo de ganado ovino, en la ciudad había cerca de cien mil cabezas.62 Casi la tercera parte de las tablillas se re- lacionan con ovejas y lana; contienen el registro del nombre de la persona responsable, su situación, tamaño y a veces su constitución; aparte, constan la diferencia entre cifras reales y no- minales, casi siempre cerca de la cen- tena. Incluso, incluyen el registro del esquileo de las ovejas, con las deficien- cias por debajo del objetivo cifrado. También hay registros de cabras, cer- dos y bueyes usados como ganado de labor. Algunas tablillas relacionan yuntas de bueyes con los nombres de sus conductores, así como el de los animales. Además, se listan productos agrícolas básicos en la dieta del cam- pesino griego, como higos, aceitunas, aceite de oliva y vino. Muchas tablillas relacionan bienes manufacturados, almacenados o producidos en el palacio, pues se registraban meticu- losamente las cantidades de materias primas entregadas a los trabajadores. Otros objetos listados son carros de guerra, armadu- ras y objetos de cuero, como arneses y arreos para caballos, y pieles de ciervos y animales domésticos utilizadas para fabricar calzado.63 Las tablillas registran también un censo anual de rebaños, de esquileos y de los pastores en- cargados de realizarlos.64 Por motivos desco- nocidos, el mundo micénico al que pertenecía Cnosos desapareció y, entre los siglos XII a. C. Tablillas de arcilla.IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 12 a los príncipes del pueblo: –Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, e informadme sobre el número de ellos, para que yo lo sepa.” Según Samuel II, el encargado recorrió todas las tribus de Israel70 y “…al cabo de nueve meses y veinte días” entregó los siguientes datos: “Había en Israel ochocientos mil hombres fuertes que sacaban espada, y los de Judá eran quinientos mil hombres”.71 Además de estos propósitos militares, el censo en el pueblo judío también servía para calcular el monto de los ingresos del templo, ya que todo varón mayor de 20 años debía pagar medio siclo (un siclo pesaba entre 9.3 y 10.5 gramos de algún metal pre- cioso) para el sostenimiento del santuario.72 Sin embargo, se dice que David levantó este censo para apaciguar la ira de Dios, pero que se arre- pintió de haberlo hecho cuando la respuesta fue más cólera divina.73 El primer milenio Durante el mandato del rey asirio Sargón II (722 a. C.- 705 a. C.), en Nínive empezó a construirse una biblioteca que concluyó Asurbanipal (669 a. C.- 627 a. C.)74 que fue la primera biblioteca que recogió y organizó en forma sistemática el material en escritura cuneiforme. Las tablillas de arcilla trataban de historia, religión, astronomía, medicina, arte, literatura, gramática, astronomía y astrología, y VIII a. C., la región balcánica entró en una edad oscura.65 Otra región importante en el registro de infor- mación estadística es Israel, aunque con fines militares y para atender necesidades mate- riales de sus espacios religiosos. En Números, uno de los libros del Pentateuco, del Antiguo testamento, la Biblia menciona dos censos rea- lizados por Moisés66 alrededor del siglo XIII a. C., después de que su pueblo salió de Egipto. El primero se menciona en 4:1-3: “El Señor dijo a Moisés y a Aarón: realiza un censo especial de los levitas hijos de Quehat, por clanes y por familias. Registra a todos los que puedan entrar en servicio, para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, es decir, a los que tengan entre treinta y cincuenta años.”67 El segundo aparece en 26: 1-2: “Cuando cesó la plaga,el Señor dijo a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón: ‘Hagan un censo de toda la comunidad de los israelitas, anotando por familias a todos los que tengan más de veinte años, a los aptos para la guerra en Israel’”. El censo se realizó en las este- pas de Moab, a la altura de Jericó,68 y arrojó un total de 54 400 hombres.69 Tiempo después, otros dos libros del Antiguo testamento men- cionan que el rey David (c.1037-970 a. C.) or- denó que se hiciera un censo de la población de Israel y Judá. Crónicas I, 21:1-2 narra: “Se levantó Satanás contra Israel e incitó a David a que hi- ciera censo del pueblo. Y dijo David a Joab y Además de propósitos militares, el censo en el pueblo judío también sirvió para calcular el monto de los ingresos del templo, pues todo varón mayor de 20 años debía pagar medio siclo (un siclo pesaba entre 9.3 y 10.5 gr. de algún metal precioso) para el sostenimiento del santuario. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 13 incluyendo listas oficiales de ciudades e importantes datos estadísticos sobre producción y cuentas de intercambios co- merciales y mapas para el co- bro de impuestos.75 De esas fechas (siglo VII a. C.) data el fragmento de una tablilla que registra un censo de uno de los distritos del reino de Nínive,76 el cual sólo contaba 269 personas.77 Mientras, en el Mediterráneo oriental y en la región balcáni- ca ocurrían transformaciones importantes que desemboca- ron en el renacimiento griego: “despegue económico, incre- mento demográfico, reanuda- ción de los contactos marítimos a larga distancia, aparición de la escritura alfabética…”78 A partir del siglo VIII a. C. aparece y se desarrolla la polis y em- pieza la expansión griega por las costas del Mediterráneo, llevando consigo una intensa actividad comercial, que igual que el alfabeto fue resultado del contacto con los fenicios.79 Las polis aparecieron por el sinecismo;80 “lo que caracteriza a todas ellas es que se trata de sistemas en los que una serie de individuos deciden darse un Censo de Belén. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 14 marco político e institucional para gobernarse, dentro del cual el poder es compartido por un grupo, más o menos amplio según los casos, y con una alternancia en el desempeño de los cargos públicos.”81 Estas ciudades se regían por un consejo o boule, integrado por aristócratas propietarios de tierras y ganados, que decidían sobre asuntos importantes como el comercio y la guerra; en este consejo destacaba un basileus o rey, pero las relaciones entre sus miembros eran igualitarias. Por otro lado, estaba la asam- blea de individuos libres o demos, que al prin- cipio sólo se reunía para ser informada de las decisiones tomadas, pero que con el tiempo fue adquiriendo facultades. La administración pública era responsabilidad de magistrados elegidos generalmente por un año.82 Sin embargo, las tensiones entre campe- sinos y aristócratas o entre estos mismos pro- piciaron la aparición de los tiranos, líderes que ejercían un poder absoluto, apoyados por los grupos más desfavorecidos económicamente y que bajo su protección adquirieron nuevos derechos.83 Entre las causas de la expansión griega se men- cionan el incremento demográfico en las me- trópolis balcánicas y la necesidad de territorio, generada por un régimen de propiedad que sólo beneficiaba a los primogénitos, dejando al resto de los descendientes sin patrimonio. Entre las nuevas ciudades se hallaba Bizancio, funda- da por nativos de Megara y destinada a jugar un papel central en los siglos venideros. Las nuevas apoikía griegas no eran contro- ladas políticamente por las ciudades que las fundaron, aunque muchas veces mantenían vínculos religiosos y comerciales entre ellas.84 Entre los siglos VII y VI, Solón (638 a. C. - 558 a. C.) retomó la idea egipcia de censar a la población, adaptada a su política reformista de “reducir el poder de la aristocracia quitando al acreedor el derecho de esclavizar al deudor y repartir equitativamente los esfuerzos de guerra”, y establecer el censo de ciudadanos, con base en el cual se definieron tres clases a partir del patrimonio y la capacidad económi- ca: la de bajos recursos, los eupátridas y los hektemori.85 Varios autores mencionan las me- morias redactadas por los magistrados acerca de la población y las riquezas de las ciudades. El historiador Plutarco, por ejemplo, señala un censo anual, en el que se registraban las deu- das de los siervos con sus amos, que Solón usó para mejorar las condiciones de la población y redistribuir el ingreso; también abolió el siste- ma de agricultura tributaria y los créditos que se cubrían con la libertad personal.86 Fustel de Coulanges escribió, refiriéndose a Solón: “Después de él (…) ya no vemos ni al labrador sujeto al censo, ni a la ‘tierra esclava’, y el de- recho de propiedad es accesible a todos.”87 Se le considera el padre de la democracia áti- ca,88 junto con Clístenes,89 quien continuó las reformas y reorganizó Atenas sobre una base territorial que deshizo las antiguas asociaciones gentilicias. Dividió Atenas en cien demos, uni- dad mínima autónoma, cuyo número aumentó posteriormente, al crecer la población. Los ciudadanos con plenos derechos empezaron a ser registrados con el nombre de su demos y los habitantes a ser agrupados por su lugar de IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 15 nacimiento, no por sus ascendientes ni por su fortuna; en consecuencia, las clases sociales se fundieron sin distinción alguna.90 Para estas fe- chas (507 a. C), los griegos ya realizaban cen- sos, cuya información se utilizaba para cobrar impuestos. Se ha calculado que el incremento demográfico fue importante a finales de la época arcaica; en Atenas y su región, por ejemplo, en 480 a. C. aumentó de 120 mil o 150 mil habitantes a 170 mil o 255 mil habitantes hacia 360 a. C. En cambio, en Esparta y su región la población disminuyó entre 480 a. C. y 460 a. C. de 192 mil o 275 mil a 187 mil o 269 mil hacia 371 a. C.91 A princi- pios de la guerra del Peloponeso, en 431 a. C., Atenas estuvo muy poblada; entre hombres, mujeres y niños, libres, forasteros y esclavos, tendría entre 215 mil y 300 mil habitantes.92 Por su parte, Corinto llegó a contar 90 mil per- sonas, mientras que Tebas, Argos, Corcira y Aciagas, entre 40 mil y 60 mil cada una; en el resto de las ciudades habría alrededor de cinco mil moradores y aun menos.93 Comparada con otras culturas, la griega no estaba burocratizada. En su Política, Aristóteles menciona dos niveles en los cargos de la ad- ministración pública griega; en el primer nivel: I) relacionados con el control general de las oficinas públicas; II) generales encargados de la defensa de las puertas de la ciudad; III) fun- cionarios financieros que recibían y revisaban las cuentas de otras oficinas, es decir, conta- dores, auditores, examinadores del fisco. En el segundo nivel había cinco cargos: agoranomos, encargados del cuidado de mercados, supervi- sores de contratos y mantenimiento del orden; astynomos o superintendentes de la ciudad que vigilaban las propiedades públicas y privadas del centro de la ciudad; agronomoi, inspectores rurales (guardabosques); receptores de cuentas y tesoreros; y los relacionados con las ejecucio- nes de sentencias sobre los ofensores, recupera- ción de deudas y custodia de prisioneros.94 Según Diógenes Laercio, historiador del siglo III d. C., los griegos realizaban un censo cada año,95 vinculado a la lustración, una importante ceremonia religiosa que “debía tener por virtud borrar las faltascometidas contra el culto por los ciudadanos (…). El día fijado, todos los ciu- dadanos se reunían extramuros (…) el magistra- do daba tres vueltas en torno de la asamblea, llevando (…) un carnero, un cerdo, un toro (…); la reunión de estos tres animales constituía (…) un sacrificio expiatorio. Sacerdotes y víctimas seguían la procesión; terminada la tercera vuel- ta, el magistrado pronunciaba una fórmula de oración e inmolaba las víctimas. A contar de este momento toda mancha quedaba borrada, toda negligencia en el culto reparada, y la ciu- dad estaba en paz con sus dioses.”96 La ceremonia era realizada por un magistrado, quien consultaba los auspicios para saber si Según Diógenes Laercio, historiador del siglo III d. C., los griegos realizaban un censo cada año, vinculado a la lustración, la cual era una importante ceremonia religiosa, cuyo fin era borrar las faltas cometidas por la población contra el culto. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 16 ésta era aceptada por los dioses y después un heraldo reunía a los jefes de familia. Era importante que no hubiera extranjeros entre los ciudadanos y que todos ellos estuvieran presentes, por lo que antes se hacía el recuento de los habitantes, y “es posible que así como se inscribía este número en el acta que de la ceremonia levantaba el censor, así también fuera antes pronunciado por el magistrado en la fórmula de la oración”. Cada jefe de familia debía entregar una lista de personas y cosas que dependían de él, para que las mujeres, hijos, esclavos y bienes quedaran purificados.97 Era tan rígido el sistema aplicado que, según Dionisio de Halicarnaso, si un ciudadano no había tomado parte en el acto religioso, perdía sus derechos y podía castigársele con varas y venderlo como esclavo.98 Mientras tanto, en la península itálica, Servio Tulio (578 a. C.- 535 a. C.), sexto rey de Roma, instituyó el censo. Tito Livio escribió en la primera de sus Décadas que esta “institución provechosísima (…) imponía a cada cual la obligación de contribuir a las necesidades del Estado, así en paz como en guerra, no por tasas individuales y comunes como antes, sino en proporción de sus rentas”.99 Es decir, la población se ordenaba por clases con base en su riqueza; cada clase conformaba centurias armadas de acuerdo con su nivel: en la primera estaban quienes poseían cien mil ases o más y estaban mejor armados (casco, escudo, botines y coraza de cobre, lanza y espada); la segunda la conformaban quienes tenían entre cein mil y 75 mil ases (igual que la primera pero con escudo más largo y sin coraza); la tercera era para quienes poseían 50 mil ases de renta (igual que la segunda, excepto los botines); en la cuarta se agrupaban quienes tenían 25 mil ases (lanza y dardo); la quinta era para los que tenían 11 mil ases (hondas y piedras) y el resto eran los pobres, exentos de servicio militar. Y continúa: “Terminado el censo, a lo que ayudó mu- cho el miedo a la ley, que amenazaba con prisión y muerte a los que descuidaran inscri- birse, mandó por medio de un edicto a todos los ciudadanos, caballeros y peones que acudiesen al Campo de Marte, desde el amanecer, cada cual con su centuria. Allí les ordenó en batalla y les purificó ofrecien- do a Marte un sacrificio que llamó Condito Lustro, porque se hizo al terminar el censo. Escriba. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 17 Dícese que el número de ciudadanos inscri- tos entonces fue de 80 mil.”100 Es decir, al igual que en las ciudades griegas, el censo se realizaba con una ceremonia de purificación, pero cada cuatro o cinco años, y las omisiones eran severamente castigadas.101 Según Valerio Máximo, en el reinado de Servio Tulio se hicieron cuatro censos, luego su su- cesor Tarquino el Soberbio los suspendió y se restablecieron al segundo año después de la expulsión de los reyes.102 Al mismo tiempo, en Oriente Medio, cuando Ciro reinaba en Persia, los hebreos hicieron un censo de población en 536 a. C., con motivo de su repatriación, después de haber estado cautivos en Babilonia desde 606 a. C. En total hubo 48 897 personas, contando a sirvientes y músicos; las cifras incluyen caballos, mulas, camellos y asnos.103 Un siglo después, durante el reinado de Darío I (521 a. C.-485 a. C.), el imperio se dividió en 20 provincias gobernadas por un sátrapa o “protector del reino”, quien a su vez delegaba sus funciones en un secretario y en un cuerpo de inspectores con su propia fuerza armada para vigilar sus dominios.104 Hay testimonios de un censo militar realizado por Darío el Grande; según Heródoto, agrupó diez mil soldados, trazó un perímetro y levantó un pequeño muro, hizo salir a los soldados y luego volvió a llenar el recinto con lo que se supone fueron otros diez mil soldados. Este procedi- miento fue el mismo que utilizó Jerjes con su ejército.105 Cada satrapía pagaba impuestos de acuerdo con su riqueza en dáricos,106 y gracias a un sistema de caminos que permitía mantener unido el territorio y operar un sistema postal.107 Fue un periodo de crecimiento demográfico, florecimiento comercial y bienestar de los habi- tantes del imperio persa.108 Volviendo a Roma, Tito Livio proporciona algu- nos resultados de diferentes censos realizados durante la República.109 En 465 a. C., en el con- sulado de Tito Quincio y Quincio Fabio, hubo 124 214 ciudadanos, sin contar “célibes de uno y otro sexo”. En 459 a. C., en el consulado de L. Fabio Vibulano y L. Cornelio Maluginense, hubo 132 409 ciudadanos.110 En 443 a. C., ya en la República, durante el consulado de Marco Geganio (por segunda vez) y Tito Quincio Capitolino (por quinta vez) se creó la censura, una magistratura especial, dedicada, entre otras tareas, a levantar el cen- so de población. El censo le dio nombre a la magistratura de la censura, que era diferente de las otras y se consideraba la culminación de una carrera política; su duración rebasaba el tiempo establecido para estos cargos; diez años en el ejército daban derecho a ser elegido cuestor, que administraba fondos públicos y ayudaba a los pretores en prevenir e investigar delitos; Para Tito Livio, los cinco años entre un censo y otro convertían la magistratura censoria en “un pe- queño reinado”,114 lo cual disgustaba a quienes ocupaban las otras magistraturas durante un año. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 18 después se podía ser elegido como edil, que vigilaba edificios, acueductos, calles, mercados, teatros, burdeles, tabernas, tribunales de policía y juegos públicos; más tarde podía ser nom- brado pretor, que conducía tropas en guerra y era juez e intérprete de la ley en tiempos de paz. Hasta entonces podía ser uno de los dos censores (“avaluadores”) elegidos cada cinco años por la asamblea centuriada. El filósofo e historiador William James Durant escribió sobre los censores: “Uno de ellos hacía el censo quinquenal y avaluaba las propiedades para determinar la posición política y militar, y los impuestos que debía pagar cada ciudadano. Otros trabajos de los censores consistían en exa- minar a los candidatos a los cargos públicos, velar por el honor de las mujeres, la educa- ción de los hijos, el trato de los esclavos, la recaudación de tributos, la construcción de edificios públicos, el arrendamiento de pro- piedades públicas, la concesión de contra- tos del estado y el cultivo de las tierras. Se podía rebajar de categoría a un ciudadano y privar de su cargo a un senador culpa- ble de inmoralidad o delito. Podían poner coto al derroche, establecer impuestos sobre el lujo; preparaban y publicaban un presupuestode gastos del estado para el quinquenio. Después de 18 meses, hacían la ceremonia de purificación (lustrum).”111 Tito Livio explica que esta magistratura:“… al principio no tuvo grande importancia, pero (…) tomó más adelante tal desarrollo, que tuvo a su cargo la dirección de las costumbres y de la disciplina romana, decidiendo severamente acerca del honor de los senadores y caballeros y contando entre sus atribuciones la inspección de los lugares públicos y particulares, así como también la administración de las rentas del pueblo romano. Establecióse esta magistratura, porque no habiéndose hecho el censo en muchos años y siendo ya imposible diferirlo más, no teniendo los cónsules, en medio de tantas guerras como amenazaban, tiempo para ocuparse de estas operaciones, (…) exigían un magistrado especial, del que dependerían los escribas; que tendría la custodia y cuidado de los registros y arreglaría a su gusto la manera de hacer el censo.”112 Según Gema Polo, “…el relato tradicional nos ha transmitido que los primeros censores habrían permanecido en el cargo (…) entre la cele- bración de un census y otro, hasta que la lex Aemilia de censura minuenda del dictador M. Aemilius Mamercinus, en el 434 a. C., disminuyó la duración en el cargo magistratual censo- rio a dieciocho meses.”113 Para Tito Livio, los cinco años entre un censo y otro convertían la magistratura censoria en “un pequeño En Roma el censo era una revisión general y periódica de la posición familiar, patrimonial y política de la población y determinaba sus deberes militares y fiscales, el cual se realizaba cada cinco años. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 19 reinado”,114 lo cual disgustaba a quienes ocupaban las otras ma- gistraturas durante un año. La duración de la censura en Roma es tema de especialistas.115 Para Francesco De Martino, originalmente era de un año y la Ley Emilia la extendió seis meses, con el fin de que los censores pudieran terminar su encargo.116 Por su parte, Alan E. Astin distingue tres periodos en la duración de la censura: a) 443 a. C.-318 a. C., con in- tervalos de aproximadamente nueve años; b) 318 a. C.-209 a. C., con intervalos más cortos; desde 253 a. C. hay mayor regularidad, con preferencia por los cinco años; y c) 209 a. C.-92 a. C.; cuando se establece el periodo de cinco años; hasta 154 a. C. todos los intervalos son de cinco años.117 Para Theodor Mommsen, “la tradición habría confundido el intervalo entre las censuras con la duración normal de las fun- ciones a ella atribuidas”.118 En 310 a. C. hubo un enfrentamien- to entre el tribuno Sempronio y el censor Apio Claudio, con motivo de la duración del cargo, pues éste se negaba a abandonar la magistratura, argumentando que era más importante concluir varias obras públicas. En efec- to, inició la construcción de una carretera a Capua (Vía Apia) y un acueducto (Aqua Apia); pero también introdujo reformas im- portantes, como fue asignar a los censores la elaboración de las listas senatoriales, donde se inscribían los candidatos para el Senado, tarea que anterior- mente hacían sólo los cónsu- les, y se mantuvo cuatro años en la censura. Autores como Mommsen lo consideran un adelantado a su tiempo, quien modernizó Roma, pues pre- paró a la Ciudad Eterna “para las nuevas expectativas a las que tendría que hacer frente en pocos años”.119 En cuanto al cen- so, según Gema Polo, éste era “una revisión general y periódica de la posición familiar, patrimo- nial y política de cada ciudadano y determinaba los deberes mili- tares y fiscales de la comunidad” y se realizaba cada cinco años: “Lustro es llamado el tiempo quin- quenal de purificar, esto es, de satisfacer, puesto que, también en el quinto año se recaudaban por mediación de los censores los vectigalia120 y los tributos.”121 A su vez, algunos autores afir- man que los registros censales Emperador César Augusto. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 20 se conservaban sin cambios hasta el siguiente levantamiento, mientras que otros consideran que en cada censo se actualizaban los números del anterior, con base en los cambios del perio- do intercensal, de los que daba cuenta el pre- tor, otro magistrado encargado de registrar las situaciones cotidianas de la vida comunitaria en las listas censorias, evitando que se interrum- piera el ejercicio del derecho.122 Tras las conquistas de Alejandro Magno, en el siglo IV a. C., la cultura griega se expandió por un amplio territorio. Heródoto (484 a. C.- 425 a. C.)123 y Aristóteles (384 a. C.- 322 a. C.)124 incentivaron la estadística a través de sus escritos. Platón (428 a. C.-348 a. C.) y Aristóteles estudiaron la cuestión de la pobla- ción óptima; el primero afirmó que el número de ciudadanos más conveniente para las ciudades era de 5 040, “puesto que este núme- ro tiene 59 divisores, y proporciona números para la guerra, para los impuestos y la división de la tierra”.125 En el Lejano Oriente, los restos de un censo rea- lizado en China en 416 a. C., con 38 personas por edad y sexo ha- cen suponer que fue un conteo completo.126 Y después de un periodo de inestabilidad empieza la época imperial, con la dinastía Qin (221 a. C.-207 a. C.), que dejaría como legado la unificación del imperio, basada en una burocracia centralizada, en la homogeneización lingüística y de sistemas de pensamiento, de administración y de pesos y medidas, así como de medios de transporte, que influyó en la mentalidad del país durante los siguientes dos mil años.127 Le sucede la di- nastía Han, de occidente (206 a. C. - 9 d. C.) y de oriente (24 d. C. - 220 d. C.), célebre porque entonces se inventa el papel y Sima Quian escribe sus Memorias históricas.128 Los censos de China ofrecían una estimación del tamaño promedio de las familias a través de una serie doble de “puertas” y “bocas”, según la épo- ca en la que se hacía el censo.129 Bajo los Qin, la centra- lización determinó la celebración de censos para fijar impuestos, lo cual generó registros de cifras estadísticas. Por ejemplo, la depor- tación de dos mil familias de comerciantes por ra- zones económicas, que junto con los artesanos tenían cierto poder en la región, pues el Estado tenía el propósito de beneficiarse con esta medida; asimismo, hay registro de 112 familias Escribano indú Kautilya Chanakya. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 21 nobles también deportadas en 213 a. C., cuyas armas fueron confiscadas y sus fortificaciones destruidas. Con los Han, en 2 d. C. se levantó un censo al que se considera el primero razonablemente exacto, por las siguientes razones: omitía a los menores de dos años, que representaban en- tre 6% y 8 % de la población total; no se to- maba en cuenta a los esclavos, que en algunas regiones eran personas castigadas durante un tiempo por haber participado en una revuelta; después, el monto de la población contada au- mentaba por la inclusión de esclavos liberados; además, esclavos y familias gobernantes esta- ban exentas del censo ordinario, y era posible sobornar a un oficial del Reino del Cielo para que omitiera de su lista el nombre de determi- nada familia.130 Un poco antes, entre los siglos VI a. C. y V a. C., en la India se registraban los primeros datos estadísticos de esas tierras, aunque no con la precisión de sus vecinos. Según el Mahavagga,131 colección de textos sobre las enseñanzas de Sidharta Gautama (620 a. C. - 543 a. C.),132 la ciudad de Vaisali, capital de los licchavi,133 “…tuvo 7 707 casas de varios pisos, 7 707 casas conal- menas, 7 707 pequeños bosques y 7 707 lagos con flores de loto (…), 7 077 rãjan134 (…) elegidos entre los dos veces 84 000 habitantes”.135 Se trata de cifras inverosímiles que dan una idea de la prosperidad de esta urbe gobernada por un régimen republicano. En cambio, durante el Imperio Maurya (320 a. C.- 185 a. C.)136 se lle- vaban registros más precisos, como resultado de un gobierno mucho más racional. Este impe- rio surge en la India tras la muerte de Alejandro Magno, en un periodo de paz y prosperidad. Su fundador, Chandragupta Maurya (340 a. C. - 298 a. C.) tuvo como consejero a Kautilya Chanakya, quien escribió un tratado de política titulado Artha Shastra, que “reúne casi todo lo que ya había sido escrito en la India, en cuanto a la llamada ‘artha’: economía, prosperidad material y riqueza”.137 Varios eru- ditos la traducen como “ciencia de la política” o “ciencia de la economía política”,138 comparable con El príncipe, de Nicolás Maquiavelo. De acuerdo con lo anterior, el reino era ad- mistrado por medio de departamentos; los principales eran: agricultura, bosques, minas, ganado, comercio, depósitos, casa de mo- neda, comunicaciones, navegación, fronteras, pasaportes, ingreso, aduana, alcabalas, juegos públicos, prostitución y bebidas tóxicas. Este esfuerzo es comparable al de los tiempos ac- tuales y se aplicaba en las ciudades del reino. La capital Pataliputra era controlada por una comisión con seis secciones con tareas específi- cas: regulación de la industria; supervisión de los extranjeros; registro de nacimientos y muertes, licenciamiento de comerciantes, con- trol de pesos y medidas, y control de ventas En el periodo de Justiniano (512-556), una plaga proveniente del sur de Egipto se extendió por todo el imperio, matando a la cuarta parte de la población. Según el censo de 540, en el imperio había 26 millones de habitantes; en 556 sólo llegaba a 19.5 millones. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 22 de productos; control de ventas de artículos manufacturados; y recaudación de 10% de im- puesto sobre las ventas.139 Un Estado tan cen- tralizado como éste hace uso de la estadística con base en censos de población, registros de materias primas y de productos fabricados o intercambiados, así como cálculos para su repartición.140 Se estima que en el siglo III a. C. la población llegó a 50 millones de ha- bitantes, distribuidos en lo que hoy son Pakistán y Bangladesh, además de India. A pesar de lo elevado de la producción agrícola y la natalidad, factores como pestes, hambrunas, sequías, inundaciones y guerras civi- les impidieron un rápido crecimiento demográfico en esta región, e inclu- so ocasionaron su disminución. Los especialistas estiman que para el siglo I había en este territorio de 34 millones141 a 75 millones de habitantes.142 En China el panorama era muy dife- rente. Según cálculos históricos, la población de esta región alcanzó los diez millones con los Shang y siguió aumentando hasta sumar entre 13 y 20 millones al final del periodo Zhou, cuando el país se dividió en varios rei- nos. Después, con los Qin llegó a 40 millones y con los Han a 50 millones. El censo del año dos registra 12 356 490 familias, lo que permite estimar una población de entre 57 y 58 millones de perso- nas. Es probable que para el siglo I se llegara a los 60 millones y a principios del siguiente siglo a casi 72 millones. La guerra con los nómadas del norte, sequías y hambrunas provocaron un descenso poblacional, registrado en el censo del año 157, que arrojó 10 677 960 familias, equivalentes a 56 o 67 millones de personas.143 A finales de la dinastía Han oriental, un censo de población estimaba cerca de 56 millo- nes de habitantes; un censo posterior arrojó casi 16 millones. Aun con las imprecisiones de los registros censales de ese tiempo, pue- de asumirse que gran parte de la población Solón. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 23 desapareció durante las constantes guerras de este periodo.144 Se cree que para el siglo V, bajo la dinastía Jin (265-420), la población llegó a 21 millones de habitantes y, varios siglos más tarde, hacia el año mil bajo la dinastía Song, la población llegó a 59 millones y, un siglo después, a 101 millones.145 Este periodo se divide en Song del Norte (960- 1127) y Song del Sur (1127-1279). El crecimiento demográfico se explica por la abundancia de alimentos, principalmente arroz, en todo el territorio.146 Estos datos están registrados en las Veinticuatro historias, colección de libros históricos que cubren del 3000 a. C. hasta el siglo XVII.147 En esta época se aplicaron por primera vez inventos como un reloj astronómico, la imprenta de tipos móviles, la brújula, la pólvora con fines militares, así como la cartografía y el sistema de servicio civil en la burocracia para reemplazar a la aristocracia y a los militares, entre otras mejoras. El arte, la cultura, la educación y, en general, la vida social alcanzaron altos niveles, sobre la base de una riqueza generalizada en todos los niveles de la población. Además, se fundaron grandes ciudades, como la capital Kaifeng, que llegó a albergar a un millón de habitantes. Sin embargo, Gengis Khan invade el territorio entre 1209 y 1215 y sus hordas causan la muerte de hasta 30 millones de chinos.148 En Oriente Medio, el imperio Seléucida (312-63 a. C.) nació cuando Alejandro Magno nombró a Seleuco gobernante de Siria. El territorio había sido ocupado sucesivamente por cananeos, fenicios, arameos y hebreos; asimismo, había sido conquistado por egipcios, sumerios, asirios, babilonios, hititas y persas. Finalmente, desapareció cuando Pompeyo Magno derrotó a Antíoco XIII, convirtiendo a Siria en provincia romana. Durante el tiempo de Augusto se levanta- ron tres censos en el imperio: en 28 a. C., en 8 a. C. y en el año 14.149 El segundo se llevó a cabo cuando Judea era parte del territorio sirio y Cirenio o Quirino fue enviado allá, tras la sustitución de Arquelao como gobernador de Palestina, dada su incapacidad para sofocar las rebeliones populares,150 a levantar un censo de bienes que permitiría establecer impuestos más cercanos a la realidad.151 Al respecto, según la Biblia, en tiempos del emperador César Augusto, cuando Siria era gobernada por Cirenio se ordenó realizar un censo con fines militares,152 pero hay autores que no están de acuerdo con Lucas.153 Según este evangelista, César Augusto ordenó empadronar a la po- blación de todo el imperio.154 El método censal judío requería que la persona se registrara en su lugar de nacimiento y no en el de residen- cia, como lo hacían los romanos, por eso José El método censal judío requería que la persona se registrara en su lugar de nacimiento y no en el de residencia, como lo hacían los romanos, por eso José y María, padres de Jesús, salieron de Nazaret y se empadronaron en Belén, lugar de nacimiento de José; entonces llegó la hora del parto y María dio a luz a su primogénito. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 24 Rey David. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 25 y María, padres de Jesús, salieron de Nazaret y se empadronaron en Belén, lugar de nacimien- to de José; entonces llegó la hora del parto y María dio a luz a su primogénito. Ciertamente, para César Augusto resultaba provechoso co- nocer el número de sus enemigos en Palestina, agitada por la resistencia desde años atrás; esto explica que haya pedido a Herodes levantar un censo.Por su parte, Flavio Josefo155 escribe que Quirino llegó a Siria en el año 6 d. C.156 con la orden de censar a los judíos y sus bienes; al principio la mayoría se resistió, pero el sumo sacerdote Joazar los persuadió de declarar sus bienes, aunque la tentación de rebelarse contra Roma continuó entre los judíos.157 Cuando Constantino convirtió a la antigua Bizancio en capital del imperio romano, la ciu- dad ya tenía nueve o diez siglos de existencia.158 Esta colonia griega, fundada por migrantes de Megara, empezó a prosperar gracias a su em- plazamiento. Según Polibio, producía cereales, frutos, cuero, esclavos, miel, cera y salazones. Con el tiempo, Atenas y Esparta se disputarían su alianza, y otros reinos intentarían controlarla, lo que le daría un importante papel político en el siglo IV a. C.159 La ciudad fue aliada de Roma en 191 a. C. y conoció cierta prosperidad durante el periodo antonino.160 En su correspondencia, Trajano (53 a. C. - 117 a. C.) y Plinio el joven mencionan el desarrollo y cosmopolitismo de la urbe. Pero quedó reducida al nivel de aldea después de la guerra civil que siguió al asesina- to de Cómodo en el año 192, pues había to- mado partido por los perdedores. Saqueada, destruidas sus murallas y sin los privilegios anteriores, quedó en ruinas, sin gobierno local y sometida a Perinto, rival y vecina, por órdenes de Lucio Septimio Severo. No obstante, el castigo fue suavizado gracias a Caracalla, hijo del vencedor, y se restaura- ron los derechos de la ciudad y de sus ha- bitantes. Conservó su importancia durante el siglo III, hasta que en 324, Constantino la re- construyó y en 330, sobre la antigua Bizancio, creó su ciudad: Constantinopla.161 Bizancio siempre debió realizar actividades estadísticas, tanto en su etapa griega como en la romana, dada la importancia de la informa- ción en ambas civilizaciones. A partir del siglo IV, Bizancio adoptó las tradiciones culturales de la metrópoli. De hecho, conservó la civili- zación romana durante un milenio después de la caída del imperio romano de occidente.162 En cuanto a la confiabilidad de las estadísticas de esta época, Warren Treadgold afirma que: “Aparte de las falsificaciones, que son fácilmen- te detectables, la mayoría de las fuentes anti- guas, modernas y bizantinas, son muy fiables en cuanto a la información básica que facilitan, so- bre todo cuando citan estadísticas oficiales.”163 En 312, Constantino amplió la base tributaria con la ley Collatio lustralum, que fue muy impopular pues afectó a senadores, decuriones, artesa- nos, comerciantes, campesinos que vendían sus productos en las aldeas y prostitutas.164 También se gravaba la tenencia de la tierra, las aduanas y los mercados. Para cobrar estos impuestos, que el emperador los recibía en marzo y sep- tiembre,165 era necesario realizar censos quin- quenales. En 330, cuando se le rebautizó como Nueva Roma, la antigua Bizancio contaba con 30 mil habitantes; un siglo más tarde, llegó a IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 26 medio millón; algunos autores le atribuyen hasta un millón en ciertos momentos de su historia.166 Pero también disminuyó por guerras y pestes; con Justiniano (527-565) alcanzó 400 mil, y se recuperó a mediados del siglo VIII, llegando a 300 mil habitantes durante el renacimiento macedónico (867-1056) y a casi medio millón con la dinastía de los Comnenos (1057-1185). Se cree que cuando fue tomada por los turcos contaba con 50 mil habitantes. Algunos autores estiman que, a finales del siglo IV, en el imperio romano de oriente había 25 millones de habitantes, distribuidos en mil 600 km2. En el siglo IX, había 13 millones en 745 mil km2, mientras que en el siglo XIII, con menos territorio aún, la población se redujo a cua- tro millones y disminuyó todavía más, hasta la caída de la capital, en 1453. La población se concentraba en el litoral egeo de Asia menor, y había grandes ciudades en otras regiones del imperio, como Alejandría, con cerca de 300 mil habitantes, y Antioquía, con 250 mil.167 Entre 541-544 y 557-558, en el periodo de Justiniano (512-556), una plaga proveniente del sur de Egipto se extendió por todo el imperio, matando a la cuarta parte de la población. Según el censo de 540, en el imperio había 26 millones de habitantes; en 556 sólo llegaba a 19.5 millones.168 Hay noticias de que en 807, en busca de recursos para sus ejércitos, el rey Nicéforo hizo un censo general del cobro de impuestos, en el que “se contaron graneros, ca- sas, almacenes, tierras y esclavos”, y se revisó el pago de tributos anteriores, se cancelaron exenciones fiscales y se confiscaron propieda- des a quienes no podían pagar.169 En 1451, Constantino XI realizó un censo de los hombres aptos para las armas, incluyendo a monjes. Después de nueve oleadas de peste negra en el siglo anterior, Constantinopla había perdido 40% de su reducida población. El censo arrojó entre cinco mil y siete mil hombres para defender 22 kilómetros de murallas.170 No obstante, los otomanos tomaron la antigua capital, que desde entonces se llamó Estambul. IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 27 Notas 1 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Sergio. Historia de la estadística, en La ciencia y el hombre, revista de divulgación científica y tecnológica de la Universidad Veracruzana, vol. XVIII, núm. 2, mayo-agosto. México, 2005, disponible en: http:// www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol18num2/articulos/historia/index.htm (consultado el 5 de abril de 2011). 2 SCHMANDT BESSERAT, Denise. Dos precursores de la escritura: cuentas simples y complejas, en: SENNER, Wayne M. (comp.) Los orígenes de la escritura. Siglo XXI Editores, cuarta edición 2003, México, 1992, p. 44, disponible en: http://books.google.com.mx/books?id=WBj_BlmNTS8C&pg=PA104&dq=cnosos+tablillas&hl=es&ei=MZqjTL TFNMH58AaR1NSvCg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CCwQ6AEwAA#v=onepage&q=cnos os%20tablillas&f=false (consultado el 29 de septiembre de 2010). 3 Ibídem. 4 La palabra “estadística” procede del latín statisticum collegium (consejo de Estado) y de su derivado italiano statista (hombre de Estado o político). Ver: Panorámica histórica de la estadística. Desde los orígenes hasta el siglo XX en las ciencias administrativas, en: ESQUEDA TORRES, Elio. Pensamiento divergente, vol. I, núm. 1, abril. Venezuela, 2010, pp. 192-206, disponible en: http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:kfLDAJd4cb4J:www. pensamientodivergente.com/revista/pd1_9_panoramica_estadistica.pdf+stat%C3%ADsticum+coll%C3%A9gium&hl=es& gl=mx&pid=bl&srcid=ADGEESgBIZ1a0h-XWvuGN19mIcx5sy-leg_JGhEcXm3Zwy6VTGT43exe61JWn-_t2dZf99 OQgHzMU2QydwEwuh7L5KhncVxt8OucaSiWcIkknqTOrvJM-p-Ph4I9hXs4QZaxWgHVpPik&sig=AHIEtbTfS v8MYtvdYeRjJ3dECQq J6bGVYA (consultado el 24 de agosto de 2010). No obstante su antigüedad, el término “estadística” empezó a designar el recuento de personas y bienes para el buen funcionamiento de un Estado hasta el siglo XVIII, cuando el académico alemán Godofredo Achenwall (1719-1772) lo usó para una nueva ciencia que definió como “el conocimiento profundo de la situación respectiva y comparativa de cada Estado”. LLINÁS SOLANO, Humberto y ROJAS ÁLVAREZ, Carlos. Estadística descriptiva y distribuciones de probabilidad. Edinorte. Barranquilla, Colombia, 2006, p. 3, disponible en: http://books.google.com.mx/books?id=3Tkb8HJ5toUC&pg=PA3&dq=achen wall&hl=es&ei=vqMkTqitIKrLsQKy2K2fAw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=7&ved=0CEsQ6AEwBg#v= onepage&q=achenwall&f=false (consultado el 18 de julio de 2011). 5 AEDO, Pepe. Nociones generales sobre la demografía, disponible en: http://www.aprendergratis.com/nociones- generales-sobre-la-demografia.html (consultado el 12 de julio de 2011). 6 HOLLINGSWORTH, T. H. Demografíahistórica. Cómo utilizar las fuentes de la historia para construirla. Fondo de Cultura Económica, México, 1983, p. 63. 7 Según este autor, las fuentes de datos de estadísticas demográficas, en orden de utilidad, son: 1. Censos; 2. Datos vitales de registros; 3. Certificados de defunción; 4. Registros eclesiásticos; 5. Documentos fiscales; 6. Registros militares; 7. Inventarios de propiedades; 8. Genealogías; 9. Testamentos; 10. Acuerdos matrimoniales; 11. Estimaciones de testigos presenciales; 12. Precios, a largo plazo; 13. Número y extensión de los pueblos; 14. Restos arqueológicos; 15. Métodos de la economía agrícola; 16. Geografía eclesiástica y administrativa; 17. Edificios nuevos; 18. Colonización de nuevas tierras; 19. Datos de cementerios, de cadáveres y de inscripciones en tumbas. HOLLINGSWORTH, T. H. Op. cit., p. 36. 8 Momigliano, por ejemplo, afirma que, con respecto a los orígenes de Roma “…los historiadores romanos de los siglos III y II a. C. -y Fabio Píctor in primis- conocían muchos hechos auténticos del pasado romano. No hay duda IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . Ép o ca a n ti gu a 28 de que datos aportados por la arqueología y la epigrafía han corregido decisivamente los datos literarios en algunos puntos, pero en gran parte de los datos arqueológicos parecen confirmar el cuadro de los anales…” MOMIGLIANO, Arnaldo. Ensayos de historiografía antigua y moderna. Fondo de Cultura Económica. México, 1997, p. 93. 9 HOLLINGSWORTH, T. H. Op. cit., pp. 40-41. 10 Citado en CARRASCO, Antonio. Tendencias historiográficas actuales. Aportaciones desde las ciencias sociales a la historia, disponible en: http://blogs.ua.es/tendenciashistoriograficas/aportaciones-desde-las-ciencias-sociales-a- la-historia/ (consultado el 12 de julio de 2011). También: “En la confluencia de la demografía y de la historia, nació una disciplina hace más de veinte años: la demografía histórica tomó el relevo de lo que antes no era sino una simple historia de la población. Esta disciplina, particularmente brillante en Inglaterra y sobre todo en Francia, donde nació, fue en un principio la obra de demógrafos e historiadores. Constituida en disciplina autónoma, ha progresado a pasos agigantados…” (cursivas en el original) CHAUNU, Pierre. Historia y población. Un futuro sin porvenir. Fondo de Cultura Económica. México, 1982, p. 23. 11 LÉVÊQUE, Pierre. Las primeras civilizaciones. 1. De los despotismos orientales a la ciudad griega. Ediciones Akal, p. 17. Madrid, España, 1991, disponible en: http://books.google.com.mx/books?id=Ed6VgRbmP10C&pg=PA75&dq=egi pto+predin%C3%A1stico&hl=es&ei=KUndTZqsHsbd0QGJtUQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=3&ved=0C DYQ6AEwAg#v=onepage&q=censo&f=false (consultado el 25 de mayo de 2011)). 12 Definición de J. Chesneaux (Sur le “mode de production asiatique”, París, 1974) citado en Op. cit., p. 19. 13 LÉVÊQUE, Pierre. Op. cit., p. 21. 14 Op. cit., pp. 18-23. 15 AÑEZ, Algimiro. La historia de los impuestos, en Revolución.org.ve, 17 de enero de 2008, disponible en: https:// groups.google.com/group/revolucion-org-ve/browse_thread/thread/3cb647034ac4e8c1?hl=es (consultado el 8 de abril de 2011). 16 VALDÉS, Fernando. Comprensión y uso de la estadística, disponible en: http://web.cortland.edu/flteach/stats/stat- sp.html (consultado el 29 de septiembre de 2010), y ESQUEDA TORRES, Elio. Op. cit. 17 WALTON, John H.; MATTHEWS, Victor H., y CHAVALAS, Mark W. Comentario del contexto cultural de la Biblia. Antiguo testamento. Editorial Mundo Hispano, segunda edición (2006). Texas, E.U.A., 2004, p. 114, disponible en: http://books.google.com.mx/books?id=Ikpopqv4VUoC&pg=PA390&dq=censo+Dar%C3%ADo+I&hl=es&ei=HmGa TPi_FoH78AbzhoGOAQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CCcQ6AEwAA#v=onepage&q=cen so%20Dar%C3%ADo%20I&f=false (consultado el 25 de mayo de 2011). 18 VOUTSSÁS Márquez, Juan. Bibliotecas y publicaciones digitales. UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas. México, 2006, p. 154, disponible en: http://books.google.com.mx/books?id=Gh3hMJIDAqEC&p g=PA154&dq=Paolo+Matthiae&hl=es&ei=eyvdTZu2Dqbc0QHIqM25Dw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum =4&ved=0CDUQ6AEwAw#v=onepage&q=Paolo%20Matthiae&f=false (consultado el 25 de mayo de 2011). 19 LIVERANI, Mario. El antiguo oriente: historia, sociedad y economía. Crítica. Barcelona, 2008, segunda edición, p. 175, disponible en http://books.google.com.mx/books?id=vLbE_jTMAcAC&pg=PA174&dq=Ebla&hl=es&ei=CzHd Td-FIur20gG12ZDBDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=4&ved=0CDIQ6AEwAw#v=onepage&q=Ebla &f=false (consultado el 25 de mayo de 2011). IN E G I. Ép oc a an tig ua . H is to ria de la es ta dí st ic a m un di al . N úm . 1 , 2 0 1 1 . H istoria de la estadística m u n dial 29 20 Op. cit., pp. 178-181. 21 ESQUEDA TORRES, Elio. Op. cit., p. 194. 22 LÉVÊQUE, Pierre. Op. cit., p. 85. 23 Es una losa de diorita negra considerada el documento más antiguo sobre la historia de Egipto. “Su redacción data de la V dinastía e indica los nombres de los faraones, desde finales del predinástico reciente, (…) ofrece año a año el nombre del faraón reinante, el acontecimiento más destacado del año y, al parecer, el nivel alcanzado por la inundación. Se interrumpe con el sexto rey de la V dinastía: Neuserre.” LÉVÊQUE, Pierre. Op. cit., p. 66. 24 Los primeros impuestos sobre la renta. Egiptoforo.com, disponible en: http://www.egiptoforo.com/forums/ showthread.php?t=50 (consultado el 25 de mayo de 2011). 25 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Sergio. Op. cit. 26 Ministerio de Educación Nacional. Pensamiento estadístico y tecnologías computacionales. Colombia, 2004, p. 1, disponible en: http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/articles-113746_archivo.pdf (consultado el 30 de mayo de 2011), y Concepto e historia de la estadística, Gestiopolis.com, disponible en: http://www.gestiopolis. com/recursos/experto/catsexp/pagans/eco/21/estadistica.htm (consultado el 29 de septiembre de 2010). 27 LÉVÊQUE, Pierre. Op. cit., p. 88. 28 Prehistoria y periodo predinástico. Egiptoforo.com, disponible en: http://www.egiptoforo.com/forums/showthread. php?t=183 (consultado el 25 de mayo de 2011). 29 LÉVÊQUE, Pierre. Op. cit., p. 90. 30 Los primeros impuestos sobre la renta. Op. cit. 31 The people of ancient Egypt, disponible en: http://www.reshafim.org.il/ad/egypt/people/index.html (consultado el 26 de mayo de 2011). 32 HOLLINGSWORTH, T. H. Op. cit., p. 34. 33 Op. cit., p. 52. Ver: E. Biot, Sur la population de la Chine et ses variations, depuis l´an 2400 avant J. C. jusqu´au XII siecle de nôtre ere. Journal Asiatique, serie 3, vol. 1, abril de 1836, pp. 369-394, y mayo de 1836, pp. 448-474; Addition au mémoire sur la population de la Chine et ses variations. Ibídem, vol. II, julio de 1836, pp.74-78, y Mémoire sur les recensementes des termes consignés dans l´histoire chinoise et l´usage qu´on en peut faire pour évaluer la population totale de la Chine. Ibídem, vol. V (abril de 1838), pp. 305-331. También se cita el mal estado en el que se encuentran los registros en H. Bielenstein, The census of China during the period 2-742 A. D., Bulletin of the Museum of Far Eastern Antiquities, 19, 1947, pp. 125-163. 34 LÉVÊQUE, Pierre. Op. cit., p. 13. 35 LIU, Li. The Chinese neolithic. Trajectories to early states. United Kingdom, Cambridge Univeristy Press, 2004, p. 198, disponible en: http://books.google.com.mx/books?id=v58-aXz7hDYC&printsec=frontcover&dq=The+Chinese+Ne olithic:+Trajectories+to+Early+States&hl=es&ei=_Q3gTY3VN5OXtwfAs8j7CQ&sa=X&oi=book_result&ct=result& resnum=1&ved=0CCUQ6AEwAA#v=onepage&q=longshan&f=false (consultado el 27 de mayo de 2011), y FUNG, Christopher. Los inicios de la vida sedentaria, disponible en: http://www.upf.edu/materials/huma/central/historia/ monsinic/mateinde/sabermes/yangshao.htm (consultado el 27 de mayo de 2011). IN E G I. Ép oc a an tig
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