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Apuntes de metodología de la investigación científica: un enfoque para la administración de negocios WILLIAM CAMPOS LIZARZABURU Serie Materiales de investigación Perú, agosto 2017 Apuntes de metodología de la investigación científica: un enfoque para la administración de negocios William Campos Lizarzaburu Magister en Docencia Universitaria, profesor invitado de la Escuela de Posgrado de la Universidad San Pedro (Chimbote, Perú). Formato recomendado para citar: Campos L., William. (2017). Apuntes de metodología de la investigación científica: un enfoque para la administración de negocios. Magister SAC. Recuperado de http:// Las opiniones que se presentan en este trabajo, así como los análisis e interpretaciones que en él se contienen, son de responsabilidad exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de Magister SAC ni de las instituciones a las cuales se encuentran vinculados. 3 Índice Índice ............................................................................................................. 3 Presentación .................................................................................................. 4 1 ..................................................................................................................... 6 La administración ........................................................................................... 6 como disciplina científica ............................................................................... 6 La administración y su objeto de estudio .................................................... 7 Las variables en torno a la organización .................................................. 10 2 ................................................................................................................... 13 Antecedentes y fundamentación científica ................................................... 13 Una aproximación al apartado de Antecedentes y fundamentación científica ................................................................................................... 14 Ejemplificando este apartado ................................................................... 16 A modo de conclusiones y comentarios finales ........................................ 25 3 ................................................................................................................... 26 La justificación .............................................................................................. 26 Los criterios utilizados en la justificación de un estudio ............................ 27 Entendiendo qué es la justificación de un estudio .................................... 29 Ejemplificando la justificación ................................................................... 31 4 ................................................................................................................... 35 La matriz de consistencia ............................................................................. 35 Los elementos básicos de la matriz de consistencia ................................ 36 Modelos de matrices de consistencia ....................................................... 37 5 ................................................................................................................... 51 Acerca de los objetivos ................................................................................ 51 Los objetivos de investigación .................................................................. 52 Referencias .................................................................................................. 55 4 Presentación Como otros materiales de esta serie, este documento tiene un fin práctico. En principio, constituye un material preparado para los estudiantes de la Maestría en Administración de Negocios de la Universidad San Pedro (Perú). Hoy se pone al alcance general. Considerando su carácter práctico, se enfoca en orientar la formulación y exposición de algunos elementos temáticos que implican mayor dificultad para los estudiantes de una maestría o doctorado cuando se elabora la propuesta de un proyecto de investigación. El telón de fondo en el cual se desarrolla este documento es la Administración, en su concepción general, y la Administración de empresas, en su forma específica. Los ejemplos que se abordan refieren esta disciplina. En consecuencia, aunque los conceptos que se manejan pertenecen al dominio de la metodología de la investigación científica, en general, la aplicación de estos conceptos corresponde a la Administración de empresas. Cabe señalar que este documento se elabora al amparo directo de uno de los documentos de nuestra autoría, Apuntes de metodología de la investigación científica, que recibió una inesperada acogida desde que fue puesto en circulación en la red en diciembre del año 2010, por medio de issuu. Ese documento, a la fecha, ha conseguido más de mil lecturas y más de 17 mil impresiones (considerando los indicadores bibliométricos actuales de issuu), fue incorporado a 11 stacks, también en issuu, y fue subido a Scribd, por gente que no conocemos, a pesar de los errores de digitación que se filtraron y de las limitaciones en los ejemplos que, entonces, consideramos convenientes. Al igual que su predecesor, en este documento se abordan los siguientes tópicos: La matriz de consistencia lógica, herramienta que permite formular las preguntas, objetivos e hipótesis de investigación considerando como fundamento una estrecha correspondencia entre esos elementos. Sin embargo, aquí se han ampliado los ejemplos de matrices de consistencia a los casos de estudios con diseños descriptivos, específicamente, los diseños comparativos, que constituyen uno de los modelos de estudio de especial relevancia y aplicación en la Administración. La justificación del estudio, que, en este caso, se reinterpreta en una forma en la que se hace notable su total vinculación con la exposición de la fundamentación del problema. La redacción de los objetivos de investigación, proceso acerca del cual hay que reconocer que, a pesar del tiempo transcurrido, todavía sigue siendo objeto de variadas opiniones sin mayor objetividad. 5 Por otro lado, a diferencia de su predecesor, en este documento se incluyen dos tópicos que no se habían considerado anteriormente: La Administración como una disciplina científica. En este caso se delimita el objeto de estudio de la disciplina en la cual se quiere realizar investigación, la Administración de empresas; y se propone un acercamiento a los componentes, dimensiones y variables que configuran este objeto de estudio. Consideramos que esta exposición es necesaria para entender varios contenidos de la propuesta de una investigación, que se derivan de la comprensión del objeto de estudio: la fundamentación científica, también conocida como identificación de la situación problemática o, mejor aún, planteamiento del problema; y la justificación del estudio. La fundamentación científica de un problema de investigación, que implica, en nuestra perspectiva, efectuar un abordaje sistémico y dialéctico de los trabajos previos y las bases teóricas en torno al problema. Para cumplir con la finalidad orientadora de su predecesor, se sigue la premisa de adoptar un enfoque expositivo de cariz práctico, que procura evitar la discusión teórica en torno a los tópicos mencionados, excepto cuando se considera necesario exponer los argumentos de la perspectiva que aquí se ha adoptado. Se advierte, asimismo, que para evitar mayores complicaciones de redacción, se utilizará la expresión administración y, cuando sea necesario, administración de empresas, a secas y sin mayúsculas, aunque sí en cursiva, parareferir la disciplina de la Administración. En tanto se trata de un documento de trabajo, queda abierto a la introducción de modificaciones posteriores, en la medida que las necesidades de precisión y exposición lo requieran. Esperamos, con este esfuerzo, mejorar hasta donde sea posible los logros conseguidos por ese documento previo, hoy ya un veterano de las redes, Apuntes de metodología de la investigación científica. Palabras clave: administración de empresas, objeto de estudio, organización, metodología de la investigación, matriz de consistencia, fundamentación científica, justificación, objetivos, antecedentes, sistematización, análisis. 6 1 La administración como disciplina científica 7 La administración y su objeto de estudio Todas las disciplinas científicas identifican, a grandes rasgos, un objeto de estudio que las define. La biología, los seres vivos; la física, los fenómenos físicos; la química, los fenómenos químicos; la psicología, la conducta; la zoología, la vida animal; etc., como se muestra en la siguiente tabla: Tabla 1. Objeto de estudio de algunas disciplinas científicas disciplina objeto de estudio biología los seres vivos física los fenómenos físicos química los fenómenos químicos psicología el comportamiento zoología la vida animal antropología el hombre arqueología restos arqueológicos sociología la sociedad pedagogía el acto educativo Fuente: Elaboración propia. La administración no es una excepción. Como se puede colegir de la tabla, muchas de las disciplinas científicas tienen un objeto de estudio definido, que delimita claramente su estatus científico; sin embargo, no ocurre así con algunas disciplinas que no nacieron exactamente como ciencias, sino como praxis sociales; este es el caso de la medicina, la pedagogía y, evidentemente, la administración. Antes que la medicina se convirtiera y se entendiera como una ciencia con todas sus letras, primero fue sólo una praxis cuyo fin era curar la enfermedad, en otras palabras, restablecer el estado de salud. Sólo después de entender su propósito social, fue posible ir más allá del mismo para poder delimitar su objeto de estudio (el estado de salud) e iniciar un camino de acercamiento progresivo a éste. Lo mismo sucede con la pedagogía; si sólo se entiende como una praxis cuyo propósito es producir aprendizajes en un colectivo humano, no alcanza un estatus científico. Pero cuando se empieza a entender que tiene un objeto de estudio claramente definido, sin importar, en principio, su aplicación práctica ni la coyuntura inmediata en la que se da; y se aborda ese objeto de estudio tratando de delimitar los aspectos que lo componen, tratando de identificar las relaciones que se producen entre ellos, tratando de determinar la influencia que esos aspectos reciben de agentes o factores ajenos a ellos, entonces, su estatus científico empieza a hacerse evidente. En consecuencia, el hecho de que la pedagogía se apoye en otras disciplinas científicas (como la biología y la psicología), deja de tener mayor sentido, en la medida que su objeto de estudio está claramente delimitado. 8 Precisamente, por esta razón, los métodos de indagación o investigación de las disciplinas que contribuyen a estudiar ese objeto de estudio no terminan estudiando los objetos de estudio que las definen a ellas mismas, sino el objeto de estudio de aquella, la pedagogía. En consecuencia, tanto en la medicina como en la pedagogía se identifican dos sentidos claramente diferenciados en lo que respecta a su definición: un sentido de praxis social, que no tiene mucho que ver (posiblemente nada) con su estatus científico; y un sentido que se sustenta en el hecho de que cuentan con un objeto de estudio, que no se identifica ni se corresponde con el objeto de estudio de otras disciplinas. Ni el estado de salud, ni el acto pedagógico, son objetos de estudio de otras disciplinas, aun cuando muchas disciplinas científicas puedan contribuir a que estos objetos de estudio sean mejor conocidos. La biología, la psicología o la antropología son disciplinas científicas que contribuyen en gran medida a la medicina, tanto como praxis y como ciencia, pero ninguna de ellas ha adoptado el estado de salud como su objeto de estudio. Lo mismo ocurre con la pedagogía; tanto la biología, la psicología, la antropología e incluso la sociología han efectuado constantes aportes a la pedagogía entendida como una praxis social; pero ninguna de ellas ha asumido como objeto de estudio único y delimitado el acto educativo, aquella situación que se define por el hecho de que existe alguien que aprende, alguien que enseña y un marco en el cual se enseña. Ese hecho es lo que se conoce como acto educativo, y con un nombre quizá algo más pretencioso, proceso enseñanza – aprendizaje, que implica los mismos componentes para que se produzca. En el caso de la administración ocurre una situación similar. De buenas a primeras, constituye sólo una praxis, tanto que el mismísimo Mario Bunge la califica como una disciplina sociopráctica. Claro, en la medida que sólo se limite al aprendizaje de formas, procedimientos y métodos sobre cómo potenciar sus alcances, constituye una praxis. Pero cuando se adopta la otra perspectiva, aquella en la que se intenta definir un objeto de estudio, al cual se apunta sin que éste se identifique, se aproxime o se superponga con el objeto de estudio de otra disciplina, entonces, podemos decir sin temor a equivocarnos que nos estamos aproximando al estatus científico de esta disciplina. Ésa es precisamente la perspectiva que se adopta aquí; no se pretende hacer acciones de intervención social (praxis social), si primero no se ha delimitado claramente qué se está estudiando, si primero no se conoce cuál es el objeto cuyo entendimiento cada vez más profundo y certero permite, entonces, y sólo entonces, efectuar propuestas de intervención sobre él, que puedan mejorar algunos de los aspectos que lo definen e integran. Entonces, ¿cuál es el objeto de estudio de la administración, en tanto disciplina científica? El objeto de estudio, que se identifica sólo en el caso de la administración como disciplina, es la organización, pero la organización entendida como entidad, como un organismo que surge en una sociedad, 9 sobre la base de la conjunción de esfuerzos de diferentes actores individuales, con el propósito de alcanzar objetivos mayores, que no se conseguirían con los esfuerzos de cada uno de los individuos por separado. Nótese que el objeto de estudio identificado, la organización, no se identifica, ni coincide ni se superpone con el objeto de estudio de otras disciplinas que se podrían considerar más o menos emparentadas, como la economía u otras. Nadie podría decir que la organización es el objeto de estudio de la economía; ni tampoco se podría decir que, por el hecho de que una organización constituye un grupo social, una forma en pequeño de una sociedad, es el objeto de estudio de la sociología. Que estas disciplinas puedan abordarla como parte de su acercamiento a sus respectivos objetos de estudio es otra cosa, pero por ningún lado se verifica ni identificación ni superposición de lo que le corresponde a cada una. Cabe hacer una aclaración aquí: no se habla, entonces, de una acción realizada con el propósito de modificar una entidad, una organización, y no se habla tampoco del proceso general que define esa intervención, al que se conoce como proceso administrativo. Se habla aquí de la organización entendida como un objeto que debe ser escudriñado, analizado en sus componentes, en las relaciones que se dan entre ellos, y en los impactos que recibe de agentes o factores ajenos a ella. Un detalle adicional. Hay que considerar que cuando se habla de la administración como disciplina científica, se reconoce, entonces, que su objeto de estudio es la organización. Objeto de estudio dela Administración El objeto de estudio de la Administración es la organización, entendida como entidad. Cabe preguntarse, sin embargo, qué ocurre cuando ese objeto de estudio tiene una cualidad intrínseca que lo define todavía con mayor precisión. Piénsese, por un momento, que existen organizaciones que, en esencia, se diferencian entre sí por los fines que persiguen en una sociedad; por ejemplo, una municipalidad es una organización, pero no persigue los mismos fines que un centro comercial o una agencia de viajes, aun cuando éstas también son organizaciones. Lo que las diferencia es que mientras las segundas tienen como propósito obtener un rédito de sus actividades, es decir, beneficio económico, la primera no tiene ese fin; su fin se identifica con una eficiente provisión de servicios a su comunidad. Lo que las diferencia, entonces, es que mientras algunas organizaciones tienen como fin obtener un lucro, otras no tienen ese fin. En consecuencia, de lo dicho, se extrae una primera aseveración: La búsqueda del lucro define a una empresa. Considerando que, aquí, la noción de lucro no se entiende en un sentido peyorativo, ni refiere la incursión de una organización en actividades ilegítimas, sino únicamente en el sentido de obtención de un beneficio a partir 10 de una inversión, habría que aclarar que ese beneficio o lucro se obtiene por la realización de aquellas actividades específicas que permiten a una organización producir un bien, ya sea fabricar un producto o prestar un servicio, y ofrecerlo a un mercado. En consecuencia, de lo expuesto, se extrae una segunda aseveración: Una empresa es una organización que realiza una serie de actividades específicas para producir un bien, el cual pone en el mercado con el objeto de conseguir lucro. En consecuencia, en este estudio, todo el análisis efectuado se refiere a aquellas organizaciones que tienen como propósito obtener lucro: las empresas. Por lo tanto, cuando hablamos de administración, ya no estamos hablando de la administración en general, sino de la administración de empresas, cuyo objeto de estudio se circunscribe, entonces, a la organización con fines de lucro, la empresa. En consecuencia, de lo dicho, se extrae una tercera aseveración: El objeto de estudio de la administración de empresas es la empresa, que se define como organización con fines de lucro. Las variables en torno a la organización Toda empresa tiene componentes que necesariamente deben existir para que las actividades que realiza, le permitan concretar sus fines. A grandes rasgos, se identifican, por lo menos, cinco grandes componentes: un componente propietario, un componente directivo, un componente productivo, un componente económico, y un componente de ventas. El componente propietario está constituido por el dueño o dueños de la empresa. El componente directivo está constituido por quienes dirigen la empresa. El componente productivo está conformado por quienes participan en el proceso de producción de la empresa, es decir, por quienes dan forma al producto que ofrece la empresa. El componente económico o, con más precisión, el componente financiero, constituido por quienes velan porque los recursos económicos de la empresa se asignen de la manera más eficiente. El componente de colocación o ventas, que lleva el producto hacia quienes lo adquieren. Sin hacer un gran esfuerzo de razonamiento, es claro que cada uno de esos componentes se compone, a su vez, de otros componentes de menor dimensión o, como se ha mencionado en otro apunte (Campos, 2016), de aspectos que integran el componente. 11 Figura 1. Componentes de la organización como objeto de estudio. Se tiene un objeto de estudio, en este caso la organización, o mejor aún, la empresa, a la que se ha denominado O. La empresa está constituida por cinco grandes componentes, O1, O2, O3, O4 y O5. Como se observa en la figura, cada uno de esos grandes componentes se subdivide a su vez en subcomponentes que lo identifican y que pueden ser estudiados por separado, o11, o12, o13, o1n, para el caso del componente O1, y otros subcomponentes similares para los otros componentes. Cabe preguntarse cómo se pueden estudiar esos subcomponentes. Lo cierto es que esos subcomponentes pueden ser estudiados en función de diferentes aspectos que los caracterizan. Estos aspectos son susceptibles de medición o clasificación; cuando ese proceso de medición o clasificación hace posible identificar valores diferentes en las unidades de observación, se les conoce como variables (Campos, 2016). Entonces, se define una variable en los siguientes términos: Variable Aspecto de interés en el estudio de una población, que es susceptible de medición o clasificación, y asume valores distintos en cada unidad de observación. Considerando que el objeto de estudio es demasiado amplio para abordarlo completamente en una investigación en particular, se decide estudiar sólo uno de los grandes componentes, a modo de ejemplo, el componente directivo, designado por O2. Sin embargo, como se puede pensar intuitivamente, también el componente O2 resulta demasiado amplio para abordarlo completamente. Por lo tanto, se decide estudiar un solo aspecto del 12 objeto de estudio, por ejemplo, el director, designado como o21. Como lo que se pretende es conocer uno o más aspectos específicos del objeto de estudio, y específicamente del componente y subcomponente identificado, se debe pensar qué aspectos específicos (o variables) se pueden estudiar en torno al director de una empresa. Considérese que, para un subcomponente como el director (o gerente, según el caso), se pueden identificar diferentes aspectos susceptibles de medición o clasificación; se mencionan a continuación algunas de las variables o aspectos que se pueden estudiar: liderazgo, eficiencia gerencial, capacidad de gestión, estilo de dirección, capacidad de delegar tareas, trabajo en equipo, estilo de la toma de decisiones, capacidad para formar equipos, etc. Hay un sinnúmero de variables que se pueden identificar tan sólo para estudiar (para tener un conocimiento mucho más profundo de) el subcomponente conformado por el director y las funciones que cumple en la organización. En este caso, se está ante un tipo de estudio que apunta a describir un componente o subcomponente en función de una o más variables que se identifican en él. A este tipo de estudios cuyo propósito es describir un objeto de estudio en función de una o más variables que lo identifican, se le conoce como investigación descriptiva. Evidentemente, a medida que el propósito de un estudio se hace más elaborado y complejo, se pasa de los estudios descriptivos a otros tipos de estudio. Para un acercamiento más preciso a algunas tipificaciones (que consideramos relevantes) de los estudios, se recomienda una lectura más profunda de los textos de Hernández, Fernández y Baptista (1997, 2006, 2014), así como de algunos de nuestros breves textos (Campos, 2010, 2016). 13 2 Antecedentes y fundamentación científica 14 Una aproximación al apartado de Antecedentes y fundamentación científica Éste es uno de los apartados que la propuesta del proyecto de investigación en su forma actual, ha traído más complicaciones a los estudiantes de postgrado. Las reminiscencias de los modelos tradicionales (separar la revisión de trabajos previos de la revisión de bases teóricas) hacen de este apartado una suerte de monstruo bicéfalo que no responde al propósito de integrar en un solo cuerpo discursivo, sistemático y dialéctico al mismo tiempo, el conocimiento que existe en torno a un problema que se quiere investigar. En otro documento, hemos defendido que la revisión de antecedentes (trabajos previos) tiene como función ofrecer un estado de la cuestión en torno a un problema (Campos, 2015). Aquí entendemos estado de la cuestión como el estado alcanzadoen una disciplina científica respecto de un tema o problema que se pretende investigar. Precisamente, esa revisión permite identificar lo que ya se ha consolidado teóricamente respecto del tema en el cual se inscribe el problema a investigar, y lo que en la actualidad se está investigando en torno a ese tema y problema. Eso supone que el estado de la cuestión o estado del arte, como se le llama en algunos textos, refiere fundamentalmente dos grandes contenidos: bases teóricas que enmarcan el problema y trabajos previos que se realizan en torno al problema. Pero cabe preguntarse cuál es la manera adecuada de efectuar esa revisión; ¿debe hacerse como un listado de trabajos previos y una exposición de contenidos teóricos copiados de diferentes autores? Esto es costumbre en la enorme mayoría de las tesis de postgrado tanto de las universidades peruanas como de otros países de la región. Consideramos que ésta no es la mejor manera de abordarlos, sino que debiera hacerse el esfuerzo por integrar ambos contenidos (bases teóricas y antecedentes) en un cuerpo expositivo único, organizado y sistematizado en función de un criterio dialéctico. Evidentemente, eso supone no como se acostumbra una revisión de cinco, nueve o 12 trabajos previos (según sea la regla que se enuncie en cada universidad en particular), mal organizados y a veces sin ninguna relación con el problema que se quiere abordar; sino una revisión de una cantidad de fuentes, entre bases teóricas y trabajos previos, lo suficientemente grande como para identificar hasta dónde se ha avanzado en esa disciplina particular respecto del tema o problema que se quiere investigar. Supone también que la revisión no se limita al entorno más cercano al investigador, sino que se extiende hasta donde el marco de nuestra cultura e incluso civilización puede alcanzar. Demás está decir, entonces, que la revisión de trabajos previos no se limita a los trabajos publicados en el idioma del investigador, sino que debieran tomarse en cuenta los trabajos publicados en los idiomas de autores cuyos países, instituciones o universidades e 15 incluso investigadores individuales marchan a la vanguardia de un campo o dominio científico específico. Y supone, evidentemente, que el investigador (y sus jurados, si se trata de una tesis de grado) no serán tan descomunalmente necios como para sostener esa terrible y trasnochada acción de pedir que el investigador refiera como antecedentes o trabajos previos sólo aquellos trabajos de tesis que aparecen en las universidades, y no los artículos científicos o artículos especializados en torno a un problema de investigación o una disciplina, que se publican en revistas científicas o académicas. Esta incomprensible acción, negarse a aceptar el uso de los estudios publicados, gobernó el entorno académico peruano durante algunos lustros, y posiblemente décadas, en algunas universidades que se pretendían prestigiosas y serias. La ignorancia era tal que ninguno de esos docentes podía argüir alguna razón de peso para estimar como valiosas las tesis, en su mayoría epítomes de la mediocridad intelectual y académica, y se negaban a aceptar como antecedentes los hallazgos más recientes en torno a un problema o un tema de una disciplina científica sólo por el hecho de ya estaban publicados en revistas especializadas. No hay que ser un genio para darse cuenta de que estas ideas, por absurdas que hoy puedan parecer, no solo primaron en el ámbito académico peruano, sino que frenaron la capacidad de alcanzar un nivel de ejercicio de la investigación que pudiera calificarse de internacional. Como dirían algunos amigos del mundo artístico: se conformaban con recibir la palmadita en la espalda de parte del pariente cercano, sin entender que la universalidad de la ciencia no puede limitar la investigación de la manera en que lo hacían. La consecuencia generada de todo ese barullo es evidente: aún hoy, los estudiantes de postgrado, y ni qué decir los de pregrado, tienen dificultades enormes para entender cómo sería recomendable aproximarse a los antecedentes y hacer uso de ellos. Volvamos al punto que guía esta sección: la exposición del apartado referido a los antecedentes y fundamentación científica. Al respecto, podemos sintetizar lo siguiente: El apartado de antecedentes y fundamentación científica es un ejercicio dialéctico de exposición de contenidos teóricos (bases teóricas), que se apoyan en su argumentación en una exhaustiva revisión de trabajos empíricos previos (antecedentes). ¿Existen ejemplos al respecto? Pues, sí; casi cualquier libro de texto de alguna de las disciplinas ligadas con el estudio del comportamiento muestra este tipo de revisión; véanse, por ejemplo, los libros de Comportamiento Organizacional de Hellriegel y Slocum (2009) o el de Robbins y Judge (2013), o el libro de Desarrollo Humano, de Papalia, Feldman y Olds (2009). Claro que esos textos no abordan un solo tema ni un solo problema, sino varios, y por eso mismo son libros de texto para sus respectivas disciplinas e incluso para las carreras profesionales vinculadas a esas disciplinas. Pero la idea es que esos libros dan un buen ejemplo de lo que sostenemos, cómo integrar en 16 un todo sistemáticamente organizado tanto las bases teóricas como los trabajos previos. También se identifican ejemplos de este tipo de aproximación en una buena cantidad de libros de Administración y de Administración Estratégica, aunque el nivel de argumentación dialéctica es menor que en el caso de los textos vinculados con el estudio del comportamiento. Se observa en estos libros mucho más opinión del autor, o construcción teórica del autor (para no desmerecer su capacidad analítica y de síntesis de la información que seguramente ha revisado), que de revisión de trabajos previos, como sí se hace en los libros de Psicología. A modo de síntesis, lo que se venimos sosteniendo puede resumirse en los siguientes pasos: Exposición del problema a investigar. Exposición de las posiciones teóricas que han abordado el problema. Exposición de los hallazgos que diferentes trabajos previos han efectuado en torno a cada una de las posiciones teóricas que abordan el problema. Crítica de las posiciones teóricas en función de los hallazgos efectuados en los diferentes trabajos previos. Atención al hecho de que hablamos de hallazgos, y no de autores, aunque estos sean citados para apuntalar la necesidad de referenciar las fuentes utilizadas. Por otro lado, también es conveniente señalar que la crítica también puede hacerse en función del análisis efectuado por el investigador, pues puede haber detectado alguna área del dominio teórico del problema de investigación que no ha sido suficientemente abordada o que ha sido abordada de manera deficiente. Precisamente son estos análisis críticos los que permiten proponer alguna postura explicativa respecto del problema o tema que se investiga; en otras palabras, una modificación de orden teórico o una propuesta teórica respecto de lo establecido o investigado. Ejemplificando este apartado Para tener una idea más clara de lo que se está explicando aquí, se alcanzan algunos ejemplos: Ejemplo 1 Tema: Gobierno en las micro y pequeñas empresas Hoy en día, las MYPES han logrado consolidarse como factor indispensable en el desarrollo de los mercados. Es así que se considera a las MYPES como la columna vertebral de las economías nacionales y de muchas regiones de América Latina, porque aportan producción y empleo, garantizan una demanda sostenida, aportan nuevas tecnologías, motorizan 17 el progreso, aceleran los ciclos económicos, descentralizan el desarrollo, aportan nuevos bienes y servicios, y dan a la sociedad un saludable equilibrio (Cleri, 2014; Filion, Cisneros y Mejía, 2011). En el Perú, las MYPES representan el 99.5% del total de empresas del país, son responsables del 49% de la producción nacionaly producen el 49% del PBI nacional; asimismo, en la última década, el sector MYPES ha sido el más dinámico en relación a la creación de nuevos puestos de trabajo con tasas de 9% anual mientras que la gran empresa creció a tasas de 2% anual (Arbulú, 2012). Sin embargo, las estadísticas de permanencias de las MYPES en el mercado son desalentadoras; el 80% de las MYPES fracasa antes de los cinco años y el 90% no llega a los diez años (Soriano, 2008). Otros teóricos argumentan que cerca del 80% de las MYPES dejan de operar apenas al año de haberse establecido (González, 2007). Para ellos, una eficaz administración de las MYPES son las claves para el desarrollo de los países. No solo se trata de una rentabilidad económica, sino de una rentabilidad social; que su aporte en todo sentido a la sociedad sea mayor que los recursos que extrae de ella (Herrscher y Rébori, 2013). Es así que la Tecnología, el Know-how, la capacitación y desarrollo del personal y del propietario-dirigente, uso de equipos y tecnología, inversión en maquinaria y tecnología de punta, capacitación del personal, lo valioso del capital intelectual, desarrollo de competencias para fabricar nuevos productos, son de los llamados factores internos que la Mype debe buscar para que jueguen a su favor en ese proceso de desarrollo y consolidación que debe buscar para su unidad económica (Carrera, 2012). En este aspecto, el rol del empresario Mype es central tanto en el proceso de toma de decisiones estratégicas como en la etapa de implementación de tales decisiones. Ello es así debido a la naturaleza simbólica del vínculo entre el empresario y la MYPE, personificada en su dueño en su fuerte orientación a la acción y en razones operativas que inciden en la estructura de la organización (Mujica, 2009). Las decisiones financieras en las pequeñas y medianas empresas, en muchas ocasiones, depende de las características y de las circunstancias personales del propietario-gerente, y no tanto de aspectos normativos generalmente aceptados (Vilabella, 2001). Es así que la mayoría de las MYPES son gerenciadas en un modo personalista, implicando que el propietario/socio participa activamente en todos los aspectos decisorios de la empresa; el gerente de una MYPE es una persona clave, y su visión y competencias son de central importancia para el negocio (Johannisson, 1993). El propietario es el motor principal. La mayoría de las cosas que hay que hacer o son hechas por el mismo o bajo su directo control; sin embargo, en cualquier caso, en toda pequeña y mediana empresa, llega un momento en que propietario o gerente tiene que delegar la responsabilidad de las decisiones en alguna otra persona (Bellido, 1989). Las MYPES en el Perú están dirigidas mayormente por hombres y su presencia es de 76,5%; sin embargo, existe un crecimiento sostenido de la 18 presencia de mujeres, de ser 26,1% en 1984, pasaron a ser el 33,8% en 2004. En cuanto a la edad de los conductores de las MYPES se observa una participación creciente de los adultos de más de 54 años. En cuanto al nivel de educación, los empresarios MYPES tienen un 58,1% que cuentan con secundaria seguidamente de un 30,2% que cuentan con educación superior. Además las horas habituales de trabajo las MYPES tienen unas 61.1 horas semanales (Arbulú, 2006). Si bien es cierto las MYPES son parte de la fortaleza productiva del país, se han podido observar una serie de errores, originado muchas veces por una mala gestión en el negocio. (Gonzales, 2014). El problema en las MYPES se deriva de la persona que la encabeza. Es bastante común que la mayoría de los empresarios vean a sus empresas como forma de manutención para ellos y sus familias; debido a que la mayoría de las MYPES son empresas familiares es importante que los directivos no vean a la empresa como una fuente de recursos personales (Lima, 2012), ya que una de las principales limitaciones que atraviesan las MYPES en la etapa inicial es la escasez de recursos y su consecuente subcapitalización (Weston y Brighman, 1981); por ello no es recomendable que el empresario y sus familias se valgan de los recursos generados por el negocio o gran parte de ellos para intereses personales. Otro de los problemas más comunes en las pequeñas empresas y sobre todo en las familiares son los conflictos de interés, ya sea por problemas personales de la familia que interfieren en las decisiones de negocios, este se vuelve un conflicto de interés y una preocupación ética (Arévalo, 2015). Existe favoritismo en la mitad de las MYPES ya que el 53% son MYPES que lo conforman familias y eso hace que no haya igualdad en la empresa, además que ganan más que los empleados realizando las mismas labores (Arévalo, 2015). Dejar de lado la ética en las decisiones empresariales lleva a una cultura de codicia e irresponsabilidad social, cuyo efecto se da en la reputación y los resultados de las empresas. La creciente oleada de escándalos corporativos constituyó una de las mayores amenazas para la salud de la economía a largo plazo (Rosanas, 2012). Existen papeles éticos definidos en documentos tales como la Misión, la Visión, los Valores, las Cartas y Códigos Éticos de la empresa. Y son en realidad la moral aplicada e impuesta por la dirección general o el empresario con la finalidad de conducir, normar y prescribir directrices para la solución a los problemas de la empresa desde el punto de vista moral (Torres, 2009). También se perciben que los empresarios deciden no cumplir con la norma laboral, para reducir costos y ser más competitivo, anteceden su deber frente la ley y las personas, ante esto anticipan el éxito económico del negocio y ante eso su bienestar particular (Arévalo, 2015). Otro problema es la existencia de la informalidad de las empresas, ya que no están acogidas a la ley, lo que significa que se desempeñan al margen de ella; o no están contempladas en la práctica, es decir que, si bien estas personas operan dentro del ámbito de la ley, ésta no se aplica o no se cumple; o por la falta de conocimiento en los incentivos al régimen de las MYPE, en el acceso a las fuentes de financiamiento que ofrecen las entidades 19 financieras (Gonzales, 2014). El fracaso de la MYPES puede tener su motivación en el escaso conocimiento que los empresarios/gerentes de la comunidad MYPE, tiene de los apoyos gubernamentales para el fomento y desarrollo de las mismas (Carrera, 2012). La realidad es que los micros y pequeños empresarios afrontan una serie de dificultades relacionada con la falta de experiencia en competencia técnica y competencia gerencial (Gonzales, 2014). El hecho de que muchas de las Pequeñas y Medianas Empresas no alcancen el pleno desarrollo se da por varias razones: dirección poco o nada motivada, administración ineficiente, insuficiente capital, aptitud mínima, falta de adaptación a cambios circunstanciales y costosos errores (Carrera, 2012). Por ello, el micro y pequeños empresario representan el eslabón más frágil en la cadena productiva y de servicios, debido principalmente a que carecen, por lo general de sistema de planeación, organización, administración y control eficientes, así como de tecnologías propias para la gestión y desarrollo de sus actividades productivas (Kauffman, 2007). La responsabilidad del directivo empresarial presenta algunas características propias, derivadas de su influencia en la organización y su área de dominio (Spaemann, 1995). La organización de la micro y pequeña empresa típica se suele establecer en función de las circunstancias (Bellido, 1989); es por ello que los gestores de MYPES son “empíricos”. Otro aspecto a tener en cuenta al analizar el gobierno de las MYPES es que desde el punto de vista financiero, estos negocios son altamente dependientes de recursos provistos de propietarios, proveedores y compañías de leasing (Mujica, 2009). Es indiscutible que los empresarios no pueden destinar todas las utilidadesa la reinversión pero sí deben mostrar disciplina en establecer un porcentaje significativo y de ser posible, un monto específico basado en decisiones estratégicas concisas (Scheel, 2000). La principal fuente de financiamiento en la formación del negocio son los recursos personales de los propietarios (Weston y Brighman, 1981); por ello, es importante que el micro y pequeño empresario no perciba a su negocio netamente como fuente de recursos personales o familiares. El primer deber del gerente o administrador de una micro y pequeña empresa consiste en crear, y luego dirigir, toda una serie de relaciones entre su empresa y sus trabajadores, proveedores, bancos y clientes (Pérez, 2000). Las MYPES están revalorizadas debido al crecimiento de los servicios en el país por lo que se tiene que tener una estrategia bien definida de la MYPE para poder calzar con el mercado (Villarán, 2000).i Este ejercicio fue realizado por estudiantes de la Maestría en Administración de Negocios de la Universidad San Pedro (Chimbote, Perú), que se desarrolló durante el año 2016. Fue el mejor trabajo presentado como resultado de este ejercicio, e introdujo las propuestas de elaboración que se habían alcanzado. 20 Como se verá, este ejercicio desafía muchos de los comentarios típicos que se han extendido en los ambientes de posgrado del país (Perú). Lo primero que se observa es que no separa en apartados distintos la exposición de trabajos previos y bases teóricas; en ese sentido, se considera aquí que la fundamentación científica de un problema, de un tema o tópico a investigar se basa en la fusión de esos dos grandes contenidos. Esta forma de asumir el tratamiento de un tema o problema tiene su razón de ser: el conocimiento es único, y la única distinción entre lo que se califica como trabajos previos y las bases teóricas es el estatus del conocimiento obtenido en cada uno de ellos respecto del tema o tópico que se quiere investigar: en el caso de las bases teóricas, se trata de conocimiento establecido, conformado por un cuerpo de teorías en torno al tema o tópico que, por lo general, se expone en los libros de texto; y en el caso de los trabajos previos, se trata de conocimiento que todavía no se ha integrado al conocimiento establecido; sus resultados y hallazgos se ubican en una zona que podemos denominar frontera del conocimiento. Nótese que, en el ejemplo, el discurso fluye a medida que emergen los puntos específicos que se quieren abordar en la determinación y delimitación del problema a investigar. Lo segundo que se observa es que se recoge información de autores de habla hispana y autores de habla inglesa. Esto se hace al amparo del principio de universalidad del conocimiento. Si el conocimiento es universal, y el desarrollo de este apartado se hace considerando una fusión de conocimiento establecido y hallazgos en la frontera del conocimiento, tampoco tiene sentido separar la exposición de trabajos previos en función de su procedencia; se recomienda, sí, asumir un criterio expositivo, pero éste no tiene por qué ser, como se ha venido haciendo, en función de su proximidad con el entorno en el cual se quiere abordar el tema (antecedentes internacionales, nacionales y regionales o locales). En tercer lugar, se abordan más de 20 referencias en sólo tres páginas. Esto es comprensible porque muchos autores abordan muchas veces el mismo problema o problemas similares, de modo que no tiene sentido exponer los hallazgos individuales, cuando lo que importa es el conocimiento que se va generando respecto del problema o de sus aspectos particulares. Este tipo de abordaje permite entender mejor el problema. Y finalmente, lo último que se puede rescatar es que introduce eficazmente referencias nada recientes, algunas incluso de los años 80, en contra de esa absurda limitación, dada en tono autoritario y autosuficiente, de no referenciar trabajos previos con más de cinco años de antigüedad. En contra de esa irracional práctica que se estila en muchas de las escuelas de postgrado del país (Perú), se debe sostener contundentemente tres razones por las cuales sí es posible, e incluso recomendable y hasta exigible tener en cuenta trabajos previos de cualquier antigüedad: Primero, analizar trabajos previos de una antigüedad considerable (dependiendo del problema que se investiga), digamos, unos 10, 15 o más años, ofrece al investigador una perspectiva evolutiva acerca del 21 problema, y le permite apreciar cuáles son las líneas de investigación que emergieron en torno al problema, y las que quedaron pendientes. Segundo, ofrece al investigador una perspectiva definitivamente más amplia del problema y de cómo se ha abordado en diferentes espacios a lo largo del tiempo. Y tercero, exige recurrir a aquellos investigadores y autores clásicos respecto de un problema que se investiga. En otras palabras, enseña y exige ir a las fuentes originales de las referencias que se tienen en cuenta. Y enseña a no conformarse con esa práctica ladina y mediocre de citar lo que otro citó, sólo porque la fuente es muy antigua. Nada es más absurdo y desfachatado que esos pésimos ejemplos de citas y recitas, como los siguientes: “La administración consiste en darle forma, de manera consciente y constante, a las organizaciones.” (Stoner, 1996, citado en Pepino, 2015, p.15). “Las rápidas pinceladas sobre los pasos graduales de la TGA muestran el efecto acumulativo y paulatinamente comprensivo de las diversas teorías con sus contribuciones y enfoques. Todas las teorías administrativas son válidas, aunque cada una valore una o a algunas de las seis variables básicas.” (Chiavenato, 2007, citado en Gumercindo, 2016). ¿Qué? ¿Se prefiere citar a un par de tipos a quien nadie conoce, autores de alguna tesis de alguna oscura universidad de medio pelo, como las denominó un presidente peruano, Ollanta Humala? ¿Y se deja de lado al autor original, sólo porque su texto es muy antiguo? En realidad, creemos que lo que se esconde detrás de esa práctica es el hecho de que nunca se accedió a la fuente original, y se utiliza las citas o la versión de algún autor de pacotilla para asumir que se está referenciando a los autores reconocidos. Lo lamentable de esto es que los jurados, asesores y profesores universitarios prefieran este tipo de aberraciones, antes que la recurrencia a los autores originales, sólo por el hecho de que sus textos tienen más de cinco años de antigüedad. Y por eso mismo, un texto, de las dimensiones de un clásico, como el de Stoner, termina siendo citado de esa mala manera sin reconocer que en, en realidad, los autores son Stoner, Freeman y Gilbert (1996). Por último, volviendo al ejercicio desarrollado, cabe preguntarse si así como se muestra está completo… ¿o es que, quizá, puede mejorarse? Lo cierto es que puede mejorarse mucho más; sin embargo, hay que tener en cuenta que fue un ejercicio introductorio al modo como se recomienda abordar la fundamentación científica de un estudio, en un curso que se extendía apenas a lo largo de cuatro fines de semana. En consecuencia, el análisis pudo ser más completo, mucho más exhaustivo, y pudo arribar a una sistematización de los contenidos en función de diferentes criterios. 22 Ejemplo 2 Desde hace unas tres o cuatro décadas, la pequeña empresa ha representado y representa una gran oportunidad para el desarrollo social y económico del Perú. Desde la década de 1970, el sector de la pequeña empresa a la que luego se incorporaría la microempresa como una nueva entidad de producción ha ido creciendo hasta convertirse en una suerte de “salvación para millones de personas que no tenían acceso a un puesto de trabajo en el Estado o en las empresas formales” (Villarán, 1998). Ha tenido y tiene características que pesan sobre ella como estigmas sociales, pero que, en cierto modo, definen su carácter y extienden su permanencia en los mercados peruanos(Huatta, 2009). Este sector, como bien explica Villarán (1998), se ha levantado “sin los privilegios y subsidios del Estado, sin el apoyo del resto de la sociedad; en medio de la indiferencia y muchas veces con el rechazo de los que mandan y deciden”. Y está constituido por emprendimientos que nacen como pequeños negocios (Coltman, 1995), o simples esfuerzos que se identifican con lo que Kiyosaki y Lechter (2003) califican como autoempleo, antes que como una empresa. Si bien una regla empírica común sostiene que el 95% de nuevos emprendimientos fracasa antes de los cinco años. Se dice comúnmente que el 90% desaparece antes del primer año, mientras que el 5% restante no consigue superar la barrera de los cinco años. Esto supone que de cada cien emprendimientos, por lo menos 90 no consiguen superar el primer año de existencia. Lo cierto es que la realidad no es tan desalentadora. En un estudio de principios de los años 90, llamado Serie para Seguir la Información de Negocios, se reportó que 66 por ciento de empresas sobreviven durante dos años o más; un 50 por ciento sobreviven durante cuatro años o más; y un 40 por ciento perduran más de seis años (Whetstone, 2003). Un reportaje de Dun & Bradstreet recibió unos resultados semejantes: 76 por ciento de empresas perduran más de dos años, 47 por ciento perduran más de cuatro años, y 38 por ciento perduran más de seis años. Sin embargo, aun cuando las cifras muestren discrepancias con el criterio común, lo cierto es que todavía existe una gran proporción de emprendimientos que fracasan. En el plano regional, Moquegua cuenta con una gran cantidad de micro y pequeñas empresas formales e informales, que se concentran casi totalmente en los distritos de Moquegua, en el caso de la Provincia Mariscal Nieto, y Pacocha en Ilo, en la provincia de Ilo. Por lo general, estas empresas no pasan de 20 trabajadores, y tienen una capacidad gerencial y tecnológica limitada (Gobierno Regional de Moquegua, 2005). Eso hace que la percepción que se tiene de los bienes y servicios producidos por éstas es de baja calidad. Como expresa Huatta (2009), con ese panorama, la legislación tributaria constituye una fuerte limitación para la formalización y asociatividad de las mypes. Paralelamente, las altas 23 tasas de interés de las entidades financieras, limitan la accesibilidad a créditos microfinancieros. A pesar de ello, es evidente que el poblador sigue buscando maneras de paliar las dificultades económicas que se le presentan. Considérese que, sobre la base de una población a nivel regional de poco más de 170 mil personas, se estima que la PEA independiente alcanza una proporción del 68.5%, mientras que la PEA ocupada formalmente se ubica en el 37.8%. Según datos oficiales y de estudios realizados se puede sostener que por lo menos entre 1600 y 2000 mypes operan en el distrito de Moquegua, Si a esa cifra se añade una cifra similar o superior en la provincia de Ilo, se puede ver que el fenómeno de las mypes no es algo que se pueda tomar a la ligera en esta Región, sino un hecho que requiere un abordaje no solo político, por medio de programas de apoyo a las mypes, como Procompite u otros, sino sobre todo desde la perspectiva de la investigación. Sin embargo, aunque los intentos por hacer empresa son crecientes, en realidad, “muchas de las micro y pequeñas empresas no consiguen hacer suyos los procedimientos, los procesos, los principios administrativos, que toda empresa con visión de largo aliento y presencia de largo plazo ha conseguido interiorizar” (Huatta, 2009, p.8). Esto las conduce a un estado en el cual o apenas sobreviven o terminan en fracaso, y pone en evidencia las limitaciones que existen en su carrera empresarial. Cabe destacar que se ha descrito e identificado de modo quizá abundante, las razones por las cuales estos nuevos emprendimientos incluyendo la microempresa fracasan en un periodo relativamente corto. Se sostiene que dos son los factores más relevantes que determinan el fracaso: desconocimiento de los principios básicos de administración, y desconocimiento del giro del negocio. Y de igual manera, se ha escrito mucho sobre los factores que determinan o influyen en el éxito de un nuevo emprendimiento, entendiéndose intuitivamente como éxito la permanencia en el mercado por un periodo que supere la barrera que la concepción popular ha señalado: los cinco años. Sin embargo, poco se ha hecho para definir y analizar el éxito de emprendimientos que adoptan formas específicas como la pequeña empresa o la microempresa; a fin de procurar explicaciones a su éxito o fracaso en función de esas definiciones. Y esa carencia puede arrojar errores de interpretación en los cuales no se consigue identificar la situación de micro y pequeñas empresas que, si bien consiguen superar algunas de las barreras temporales, lo hacen no porque hayan alcanzado niveles de rentabilidad o productividad aceptables en términos financieros, sino porque han recurrido a prácticas que, en el fondo, no hablan de éxito, sino de conductas forzadas que permiten proseguir: informalidad, evasión de impuestos, endeudamiento a costa de actividades paralelas del microempresario o de hipotecas, etc. 24 En otras palabras, la ausencia de una definición que permita comprender el éxito, por lo menos en un sentido determinado, impide distinguir aquellos casos en los cuales la microempresa, en efecto, ha conseguido sobrevivir durante un periodo determinado, incrementando algunos indicadores visibles que permiten hablar de autosostenimiento, de aquellos otros en los cuales se ha incurrido en prácticas o situaciones que, si bien prolongan su permanencia en el mercado, también hablan de un compromiso casi total de su patrimonio o, lo que es peor, del patrimonio del microemprendedor. Se han introducido algunos conceptos que permiten aproximarse al éxito de la micro y pequeña empresa; pero éstos todavía son relativamente incipientes y hasta cierto punto limitados. Así, considerando la noción de nivel empresarial, entendida como “la categoría que se determina a partir de la relación entre el conjunto de características o rasgos empresariales que consigue poner en práctica un emprendimiento y el conjunto de rasgos empresariales que caracterizan a una empresa sólida, rentable y sostenible” (Mamani, 2009), que supone un modelo teórico basado en los aportes de Kiyosaki y Lechter (2004) la mayoría de emprendimientos no supera la condición de tales (61,7%, en Moquegua), con apenas un 30% en el nivel de emprendimiento avanzado y solo un 8,3% con un comportamiento en el nivel de empresa (Mamani, 2009). Y considerando la noción de proyección empresarial, entendido como “el atributo de un emprendimiento por el cual se evidencia el nivel de alcance o logro que un emprendimiento consigue en el proceso de constituirse como empresa” (Coaguila, 2010), que se fundamenta en una reinterpretación más específica del modelo de Kiyosaki y Lechter (2004), apenas 20% supera la condición de emprendimiento simple, mientras que 80% no lo hace. En consecuencia, constituye un desafío identificar de qué manera la gestión de la micro y pequeñas empresas se relaciona con su competitividad, a fin de arribar a un modelo basado en un conjunto de premisas que permita mejorar sus nivel de competitividad.ii En este caso, cuya referencia se alcanzará más adelante, se observan aquellos aspectos identificados en el ejemplo anterior: 1) No se separa antecedentes de bases teóricas, sino que las bases teóricas y los trabajos previos se integran en un solo discurso por medio de párrafos sucesivos que se explican consecutivamente. 2) Recurre a autores de habla hispana y autores de habla inglesa, posiblemente no sólo a las traducciones de éstos, sino a los autores originales. 3) Recurre a referencias relativamente antiguas, desde 1998, porque ayudan a entender mejor el problema que se investiga. 25 A modode conclusiones y comentarios finales El apartado de Antecedentes y fundamentación científica constituye un cuerpo expositivo único en el que se integran dialécticamente las bases teóricas y la revisión de trabajos previos. Se recomienda que los trabajos previos no se analicen en función de los autores, sino en función de los hallazgos comunes entre autores, de modo que se aprecien las líneas de investigación que se han generado en torno a un tema de investigación. La revisión de antecedentes no se puede limitar ni en función del tiempo ni en función del idioma; mientras más sean las fuentes revisadas, la perspectiva que se tiene del problema de investigación es más amplia y completa. 26 3 La justificación 27 Los criterios utilizados en la justificación de un estudio En este apartado, en forma general, se siguen las recomendaciones efectuadas en Campos (2010). En ese sentido, insistimos en que la justificación constituye uno de los contenidos más relevantes de un proyecto o informe de investigación, en tanto expresa claramente cuál es el aporte del estudio a realizar o realizado. Sin embargo, en la práctica, no se le concede mayor importancia, y se tiende a considerar como un apartado que sólo tangencialmente se vincula con la exposición de la realidad problemática. Por eso, en muchos proyectos e informes de investigación (sobre todo, tesis) se pueden leer justificaciones que se parecen mucho entre sí, como si este contenido se hubiera convertido en un apartado formal que se debe cumplimentar, sin considerar sus implicaciones. Consideramos que algunos intentos por enseñar cómo enfocar la justificación han terminado convirtiéndose en ejercicios rutinarios, que, sin pretenderlo, alcanzaron la magnitud de reglas. Reglas que se imponen y se siguen sin cuestionamiento alguno y sin verificar su importancia y pertinencia en cada situación a investigar. Esto es lo que ha sucedido con el enfoque asumido por Hernández, Fernández y Sampieri (1997, 2006, 2014), en el cual proponían cinco criterios para evaluar el valor potencial de una investigación; en otras palabras, cinco criterios para enfocar la justificación de un estudio: Conveniencia Relevancia social Implicaciones prácticas Valor teórico Utilidad metodológica Paralelamente, proponían la evaluación de los proyectos de investigación en función de un criterio al que llamaron viabilidad, que otros autores o funcionarios universitarios prefirieron llamar factibilidad. Por increíble que parezca, este último criterio también se convirtió en regla en algunas escuelas de posgrado del país; en consecuencia, al apartado de la justificación que, como expondremos más adelante, había perdido su sentido, se añadió un apartado más, que en la práctica se convirtió en un obstáculo más para la aprobación del proyecto de investigación. Hacia el año 2010, en un documento que hemos citado reiteradamente, y sobre la base de una extensa revisión de tesis y proyectos de tesis (en ese momento, no recurrimos a los artículos científicos, aun cuando los utilizábamos recurrentemente) y una dilatada experiencia en la asesoría de un número cuantioso de trabajos de investigación e informes de tesis, identificamos seis criterios comúnmente utilizados para justificar una investigación: Un punto de vista científico o teórico 28 Un punto de vista metodológico Un punto de vista profesional Un punto de vista institucional Un punto de vista socioeconómico Un punto de vista legal Sostuvimos entonces, y sostenemos ahora, que el punto de vista legal o normativo no constituye un criterio para justificar la realización de un estudio; constituye apenas el marco normativo en el cual se inscribe la investigación a realizar. En otras palabras, no porque exista una ley o norma que contemple el acercamiento a un tópico de investigación, se justifica la realización de un estudio en torno a ese tópico. Si bien es posible reconocer que algunos de los criterios de justificación que identificamos (Campos, 2010) guardan correspondencia con los criterios de Hernández et al. (1997, 2006, 2014), hay otros en los que simplemente no hay aproximación. Tabla 2. Correspondencia entre criterios de justificación Hernández et al. (1997, 2006, 2014) Campos (2010) Relevancia social criterio socioeconómico Implicaciones prácticas criterio profesional criterio institucional Valor teórico criterio científico o teórico Utilidad metodológica criterio metodológico Fuente: elaboración propia. Se sugiere la lectura de los textos de Hernández et al., en las diferentes ediciones citadas, a fin de conocer en detalle qué refieren estos autores con cada uno de los criterios que señalan. En contraste, aquí se reconoce que en Campos (2010) no se describe qué refiere cada criterio, razón por la cual es necesario detallar su significado: El criterio científico o teórico Este criterio emerge del reconocimiento que todo estudio y toda propuesta de estudio, que se piensa realizar en el marco de la investigación científica, debe apuntar a llenar un vacío de conocimiento respecto de un tema o tópico que se quiere abordar. Esto significa que todo estudio debe partir de un conocimiento suficiente del estado de la cuestión, de modo que la propuesta de estudio se fundamente en la necesidad de abordar uno o más de aquellos aspectos de un tema o tópico que el proceso de aproximación al estado de la cuestión revela que todavía no ha sido abordado. El criterio metodológico El criterio metodológico implica que un estudio resulta valioso en la medida que afronta alguna de las siguientes situaciones: Primero, la adopción 29 de un enfoque de investigación distinto del que tradicionalmente se sigue para un tema o tópico en particular. Segundo, el estudio de un fenómeno, tópico u objeto de estudio desde perspectivas metodológicas no utilizadas anteriormente. Tercero, la construcción de un instrumento de recolección de datos para un contexto en el cual los instrumentos originales no resultan válidos o cuestionan aspectos de su validez; los estudios de adaptación y de validez de instrumentos se identifican con este criterio. El criterio profesional Mejor sería llamarlo criterio disciplinario. Refiere el hecho de que un estudio resulta valioso en la medida que sus resultados pueden contribuir a modificar el estado de una disciplina académica y, en ese sentido, los contenidos de una profesión. Esto, evidentemente, corresponde a estudios que se realizan en centros de enseñanza. El criterio institucional Este criterio refiere el hecho de que los resultados del estudio puedan servir de algún modo como insumo de información, ya sea para la institución en la cual se realiza el estudio, para la institución que encarga el estudio o para ambas. El criterio socioeconómico Este criterio refiere el hecho de que los resultados del estudio constituyan insumo de información para la toma de decisiones respecto de una problemática que afecta a un escenario social (grupo humano, comunidad) en el cual se realiza el estudio; o el hecho de que las acciones mismas del estudio impliquen una modificación de las condiciones identificadas en el escenario en el cual se realiza el estudio. Entendiendo qué es la justificación de un estudio En este punto, consideramos necesario enfatizar que, en realidad, la justificación es sólo una prolongación argumentativa de la exposición de la realidad problemática. En ese sentido, es resultado directo de la delimitación del estado de la cuestión. Una adecuada revisión del estado de la cuestión revelará los siguientes aspectos en torno a un tema o tópico que se pretende investigar: El conocimiento establecido, entendido comúnmente como marco teórico y, actualmente, como bases teóricas, proporcionado generalmente por los libros de texto respecto del tema o tópico. Las fronteras del conocimiento. Esto identifica hastadónde ha llegado la investigación, las líneas de investigación que se han abordado en torno al tema. 30 Los métodos de investigación. Esto identifica los enfoques y procedimientos que se han utilizado para abordar el tema o tópico. Téngase en cuenta que los métodos que guardan correspondencia con el conocimiento establecido, dan forma a los paradigmas establecidos (Kuhn, 1981), mientras que los métodos que apoyan los hallazgos que se producen en las fronteras del conocimiento se identifican con aquellos resultados que pueden impugnar los paradigmas establecidos. Esto se visualiza en la siguiente figura: Figura 3. Representación del estado de la cuestión. Aquí cabe notar que si un estudio apunta a llenar, en alguna medida, la zona de vacío de conocimiento (vacío que siempre existirá respecto de todo tema o tópico a investigar), estará implícitamente justificado. Por el contrario, un estudio que no contribuye en nada a reducir el vacío de conocimiento, simplemente no sirve, no se justifica su realización. Nótese, asimismo, que todo estudio que apunta a introducir alguna modificación de enfoque o de procedimiento de aproximación al tema o tópico, con el propósito de tener un conocimiento más completo o profundo del mismo, también apunta a reducir el vacío de conocimiento; de esa manera, aun cuando sus resultados no se conviertan prontamente en conocimiento establecido, sí pasarán a formar parte de los hallazgos en la frontera del conocimiento. Por lo tanto, también está justificado. En otras palabras, un estudio que apunte a reducir los vacíos de conocimiento respecto de cualquier tema o tópico a investigar, o que propone alguna forma diferente y más precisa o amplia de aproximarse a ese tema o tópico, estará justificado. En consecuencia, esta perspectiva de comprensión 31 de la justificación evita que un nuevo estudio aborde en forma repetitiva temas o tópicos que ya se han investigado. Por otro lado, cabe destacar la conveniencia de que un estudio se justifique desde varios puntos de vista. Sin embargo, eso no significa que se deba inventar puntos de vista poco creíbles para justificar el estudio. Por ejemplo, la resolución de un problema teórico de la geometría de Riemann no tiene nada que hacer con la mejora de la institución donde se presenta el estudio, y tampoco implica una modificación de las condiciones socioeconómicas del entorno en el cual se desarrolle el estudio; en consecuencia, no se puede apelar al criterio institucional. Tampoco tiene relevancia desde el punto de vista socioeconómico. Ejemplificando la justificación En los ejemplos que se enuncian a continuación, orientados a nuestra disciplina, se intenta abordar la justificación de los estudios que sirvieron para el caso, considerando algunos de los puntos de vista considerados. El primer caso corresponde a una tesis doctoral del año 2009, mientras que el segundo caso corresponde a una tesis que se sustentó el año 2015; en este último caso se ha modificado el nombre de la empresa para proteger su confidencialidad. Un caso de justificación lograda Título Factores del emprendedor que determinan el nivel empresarial en la Región Moquegua Nivel: Doctorado Mención: Ciencias Empresariales Institución: Universidad Nacional “San Agustín” de Arequipa La necesidad de transformación de estructuras y desarrollo socioeconómico de los países en vías de desarrollo, ha llevado al reconocimiento de que el asistencialismo, visto tanto desde el plano de las naciones como desde el plano del individuo, constituye un freno para la puesta en marcha de las inquietudes individuales y sociales que permitirían asumir la responsabilidad de optar por mejores condiciones de vida. En consecuencia construye un freno para el desarrollo de los pueblos. Al mismo tiempo, se reconoce que la iniciativa privada constituye el motor de la innovación y transformación social, procesos que conducen necesariamente a niveles y condiciones de vida más altos, saludables y completos. En ese sentido, la creación de empresas en una sociedad específica es reflejo de esos procesos y de las intenciones de su gente por transformar, desde su propia responsabilidad a nivel de individuo, las condiciones de vida y sociedad en que viven. 32 En consecuencia, identificar aquellos aspectos que caracterizan a quienes son los protagonistas de esos procesos de transformación, a quienes asumen el reto de generar emprendimientos que contribuyen a mejorar la economía familiar y social, e identificar aquellos factores que se conjugan en el hecho de crear una empresa, consolidada, rentable, sostenible, constituye un reto cognoscitivo cuando se pretende pasar de las ópticas teóricas elaboradas en países desarrollados, a una elaboración teórica contextualizada y acorde con los principios y valores que guían los pueblos en vías de desarrollo. En ese sentido, el estudio propuesto constituye un punto de partida para una formulación teórica acorde a la realidad nacional y regional respecto a emprendedores, emprendimientos y empresas. Si bien este tópico ha sido tratado en nuestro país, los enfoques adoptados pecan más de prescriptivos adoptando recomendaciones típicas de países noroccidentales, sin que existan propuestas explicativas al respecto. Desde un punto de vista más pragmático, los resultados del estudio constituirán una base sólida sobre la cual efectuar algunas recomendaciones que sirvan a emprendedores y empresarios noveles, en su carrera empresarial, en la medida que permita una reflexión acerca de los aspectos o factores que enmarcan el proceso de creación de empresas, como etapa final de la generación de emprendimientos. El párrafo 1 constituye una presentación de la justificación. En nuestra perspectiva, constituiría un párrafo de transición entre la descripción de la realidad problemática y la exposición de los criterios que justifican el estudio. El párrafo 2 justifica el estudio desde un punto de vista científico: el aporte a la teoría que existe sobre el emprendedor, los emprendimientos y las empresas. El párrafo 3 justifica el estudio desde un punto de vista socioeconómico. Hoy, a siete años de distancia desde la primera vez que estos párrafos fueron propuestos como ejemplo de una justificación eficaz, consideramos que se pudo hacer mejor. En ese sentido, aunque varias de las ideas que sostienen la argumentación dada como justificación son plausibles, pierden fuerza en tanto no están sustentadas en resultados o puntos de vista esbozados o trabajados en estudios previos o bases teóricas. En otras palabras, los argumentos señalados pueden percibirse como una justificación que no se engarza en el estado de la cuestión respecto del tema. Y ésa es precisamente la debilidad que hemos identificado cuando se pretende elaborar una justificación del estudio que se concibe como un apartado distinto de la exposición de la realidad problemática. El siguiente ejemplo supera esta limitación. 33 Otro caso de justificación lograda Título Método de gestión basado en estrategias para micro y pequeñas empresas del sector de mecánica de producción: caso Empresa JMMC E.I.R.L. Nivel: Doctorado Mención: Economía y Gestión Empresarial Institución: Universidad Nacional “San Agustín” de Arequipa El estudio que se propone se justifica, primero, por su relevancia científica, en tanto sus resultados contribuirán a reducir ese vacío de conocimiento que caracteriza la aproximación al fenómeno de las micro y pequeñas empresas, en esta región y posiblemente en otras regiones del sur del país. Así, este estudio hace un aporte teórico a la línea de investigación en torno al comportamiento de las mypes que, en el plano local y regional, apenas se limita a aproximaciones esporádicas a la noción de éxito de la mype (Campos et al., 2007), a los esfuerzos de éstas por seguir trabajando como empresas en el mercado (Huatta, 2009;Coaguila, 2010) o a la adopción de prácticas netamente empresariales como la incorporación de sistemas en su funcionamiento interno (Mamani, 2009). Al mismo tiempo, aporta evidencia empírica a los supuestos que dan forma al modelo de Kiyosaki y Lechter (2004), en el cual un emprendimiento que se proyecta como empresa que ha alcanzado la condición de empresa creada, o que busca el éxito, cuenta con características propias, entre las cuales destacan haber alcanzado la sostenibilidad en el tiempo y rentabilidad. Esto es más importante todavía si se pretende pasar de concepciones teóricas que proceden de países desarrollados, a concepciones de este fenómeno que se dan en el contexto inmediato de la Región y las provincias que la integran, entre las cuales destaca el hecho de que no siempre es posible enfocar la atención en el emprendimiento por sí mismo, sino también y quizá con mayor razón en el emprendedor (Campos, 2013), dadas las particulares características que identifican la actividad de las mypes en el sur peruano. En ese sentido, hay un aporte teórico adicional, en tanto ofrece información respecto al comportamiento de las mypes y emprendedores mype en función de factores que se deben identificar y delimitar. Por ello, el estudio propuesto constituye un punto de partida para posteriores elaboraciones teóricas que respondan a la realidad nacional, regional e incluso local respecto a los emprendedores, emprendimientos y empresas, que requieren identificar modelos explicativos de su marcha a partir de factores que, si bien pueden darse en la práctica y de una manera intuitiva, no se han formalizado lo suficiente como para aprovechar de una manera 34 óptima sus potencialidades. En este caso, se considera que el logro de un emprendimiento en el proceso de constituirse como empresa y alcanzar el éxito, depende fundamentalmente de sistematizar esos factores, entre las cuales pueden aparecer cualidades del emprendedor, el acceso a financiamiento, el apoyo de entidades estatales u otros, y dar forma a un modelo que permita explicar ese proceso, y formular los principios y procesos necesarios para ello. Finalmente, este estudio adquiere relevancia social, en tanto los resultados a alcanzar permitirán contar con una línea de base para el diseño y propuesta de políticas de intervención sectorial que, desde las esferas de acción de los gobiernos regional y local, contribuyan a fortalecer no sólo los espacios de reflexión y debate en torno a las mypes, entre académicos e investigadores, sino, sobre todo, el desarrollo de competencias empresariales tanto entre emprendedores como entre trabajadores. En ese sentido, los resultados del estudio permitirán efectuar algunas recomendaciones que sirvan a emprendedores y empresarios, en su carrera empresarial, en la medida que hacen posible una reflexión acerca de los aspectos o factores que enmarcan el proceso de creación de empresas, como etapa final de la generación de emprendimientos. En este caso, los párrafos 1, 2, 3 y 4 justifican el estudio desde un punto de vista teórico – científico; y el último párrafo justifica el estudio desde un punto de vista socioeconómico. Es posible que, dada la orientación del estudio y los esfuerzos que supone entender un fenómeno con un enfoque teórico que, en primer lugar, fue propuesto por autores que no proceden de un medio académico (Kiyosaki y Lechter), y en segundo lugar, que se concibió en el marco de un contexto distinto al que se pretende aplicar (Perú), hayan exigido la propuesta y validación de instrumentos de recolección de datos acordes a ese contexto. Esto habría significado que existían razones para justificar el estudio también desde un punto de vista metodológico; sin embargo, no se hizo. 35 4 La matriz de consistencia 36 Los elementos básicos de la matriz de consistencia Siguiendo las directrices dadas en un documento anterior (Campos, 2010), en este apartado se presenta la estructura de la matriz de consistencia lógica. A diferencia de los modelos de matrices de consistencia que presentan algunos textos de metodología de la investigación, aquí se ha optado por reducir esta herramienta a sus elementos básicos: problemas (o preguntas), objetivos e hipótesis. La premisa que subyace a esta presentación es facilitar la comprensión de la coherencia interna que es conveniente que exista entre preguntas, objetivos e hipótesis de investigación. Consideramos que algunos modelos de matrices de consistencia, en los cuales se abunda en información (se presentan variables, indicadores, aspectos metodológicos e incluso marco teórico) no ayudan a clarificar esa consistencia que se busca, sino que más bien dispersan esa intención. Por otro lado, como hemos sostenido en otros documentos (Campos, 2016), consideramos que la matriz de consistencia es sólo una herramienta de apoyo al investigador para que él mismo entienda qué quiere conocer (preguntas), qué persigue (objetivos) y cuál es la respuesta tentativa que ha considerado (hipótesis). Se trata de ayudar al investigador a enfocarse en lo que quiere investigar, y no de crearle más dificultades. Por lo tanto, nos oponemos a su requerimiento con fines de evaluación o a su inclusión obligatoria en los proyectos e informes de investigación, como si se tratara de un contenido exigido por la metodología de la investigación. Asimismo, consideramos que cualquiera de los tres elementos (pregunta, objetivo o hipótesis) de una matriz de consistencia constituye un cimiento suficiente para sostener el principio de la investigación. Por lo tanto, nos oponemos también a la repetición de contenidos que se produce cuando en la revisión del proyecto o del informe de investigación, se exige la presentación de los tres elementos. En cuanto a los modelos expuestos, se ofrece un modelo básico de cada una de las matrices. Y se acompañan ejemplos de enunciados correctamente formulados en relación al modelo. Los modelos que se presentan corresponden a los siguientes tipos de investigación: Descriptiva, con diseño comparativo. Correlacional Explicativa, con diseño preexperimental. Explicativa, con diseño experimental y cuasi experimental. Para la identificación de los tipos de investigación, se sigue la clasificación de Hernández, Fernández y Baptista (1997), como base para la propuesta de las matrices de consistencia. Especificamos la edición de 1997, porque en ella, estos autores denominan a la clasificación que hacen de los 37 estudios sociales como tipos de investigación; en la edición del 2006 hablan de alcance de la investigación, y en ediciones posteriores no vuelven a utilizar la denominación tipo de investigación. Y considerando que, en lo que concierne a metodología de la investigación científica, existe ya una enorme marejada de textos que más que ayudar, confunden, se debe tener el valor de proponer algunas categorías básicas de identificación que contribuyan a facilitar la comprensión de lo que se está investigando. Cabe destacar, además, que Hernández et al. (1997) no consignan el diseño comparativo, pero es fácil advertir que sólo es una cuestión de sentido común considerarlo, a partir de un estudio descriptivo que busca comparar una variable en dos grupos o de un estudio longitudinal en el cual se hacen comparaciones de dos grupos en diferentes momentos (Sierra-Bravo, 1999). Modelos de matrices de consistencia Modelo 1: Investigación descriptiva con diseño comparativo Se presentan tres ejemplos de estudios comparativos; el primero, el más sencillo, propone la comparación de dos organizaciones en torno a la variable de estudio. En el segundo ejemplo, se propone la comparación de grupos en torno a la variable de estudio. En el último ejemplo, sólo un análisis cuidadoso de las variables permite identificar que, en el fondo, se trata de un estudio comparativo. En realidad, este último ejemplo
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