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ENFERMERfA* 
CURSOS PREPARATORIOS Y SUPLEMENTARIOS DE 
SALUBRIDAD PARA PERSONAL ESCOLAR 
CONTRIBUCIÓN DE LA ESCUELA DE ENFERMERÍA Y DEL CURSO 
POST-GRADUADO DE EmmmxmfA DE SALUBRIDAD** 
El presente an8lisis de la contribución que hace la escuela de enfermería 
y el curso post-graduado de enfermeria de salubridad en la preparación y 
especialización de enfermeras para las actividades de higiene escolar, se 
basa en la premisa de que la enfermera asumirá una responsabilidad 
cu&druple en la escuela: 
1. Aconsejará sobre higiene a las estudiantes. 
2. Moviliiará todos los recursos de la escuela, del hogar y de la colectividad 
para resolver problemas de salubridad. 
3. Servid al personal escolar como ‘kentro de informaci6n.” 
4, Ayudar& a controlar los factores ambientales que afectan la higiene. 
Para poder cumplir satisfactoriamente con estas responsabilidades, la enfer- 
mera escolar deberá poseer la siguiente preparaci6n: 
1. Amplio conocimiento de los patrones de desarrollo social, mental y ffsico 
del niño y del adolescente. 
2. Conocimiento de las facilidades para una buena asistencia médica preven- 
tiva y de salubridad en la colectividad. 
3. Estar familiarizada con los métodos actualmente en uso para la evaluación 
de la salud. 
4. Conocer la filosoffa general que posee el país sobre educación pxíblica y 
administración educacional. 
5. Poseer habilidad para aconsejar. 
La contribución de la escuela de enfermería en la preparaci6n de enfermeras 
se limita a proporcionarles la instrucción básica y la habilidad en que descansara 
una preparacibn más especifica. La enfermera graduada que no ha recibido 
adiestramiento especial en salubridad, deberá por lo menos, poseer conoci- 
mientos de las ciencias b&icas relacionadas con la enfermerfa, de los factores 
sociológicos y económicos en lo que afectan la salud y la asistencia médica, y 
comprender las necesidades médicas y psicológicas del niño sano. 
* Esta sección del Boletín est& a cargo de la enfermera Srta. Mary J. Alberti, 
de la División de Enfermeria de la Oficina Sanitaria Panamericana en Washing- 
ton, D. C. 
** “Contribution of the School of Nursing and the Graduate Course in Public 
Health Nursing in the Preservice and Inservice Preparation in Health of School 
Personnel.” Presentado por Ruth Freeman, R.N., en una Sesión Conjunta de las 
Secciones de Salud Escolar, Salud Maternoinfantil, Educación de Salubridad, 
Enfermería de Salubridad y Alimentación y Nutrición, en el 750. Congreso Anual 
de la Asociación Americana de Salubridad celebrado en Atlantic City, en octubre 
de 1947. La Srta. Freeman es actualmente Administradora Nacional de los Servi- 
cios deEnfermeríade IaCrus RojaAmericana. 
8’26 
Agosto 194.91 ENFERMERfA 827 
El grado en que las estudiantes adquieren estos conocimientos es 
variable. Hay unas 1,300 escuelas de enfermería en los Estados Unidos 
que varían grandemente en cuanto a la cantidad y calidad de las facili- 
dades de educacidn de que disponen. Las oportunidades para la adquisi- 
ción de experiencia clínica también están desigualmente distribuidas. 
Si suponemos que la escuela universitaria de enfermería es el summum 
de la perfecci6n, y estudiamos su contribución potencial, observaremos 
que mucho puede hacerse para perfeccionar la habilidad de la enfermera 
en la vigilancia de la salud del escolar. 
El perbodo preclinico proporciona instrucción en las ciencias básicas 
que ayudan a la enfermera a desarrollar técnicas sobre una base sólida, y 
más tarde interpretar a los alumnos la relación existente entre ciertas 
prácticas recomendadas de higiene y las ciencias que estén estudiando. 
Recientemente la psicología que ha sido incluída en el programa de 
muchas escuelas, ayuda a la enfermera a comprender mejor los impulsos, 
las necesidades emocionales y los patrones de desarrollo de los niños. La 
sociología le permite comprender las necesidades y problemas de salu- 
bridad en relación con los patrones ambientales, así como el lugar que 
corresponde al niño en la familia y en la colectividad. Por medio del 
servicio de salud que ella misma recibe, la enfermera también se orientará 
en la medicina preventiva, preparándose a la vez para los estudios m&s 
intensos que emprenderá más tarde. 
Hay que admitir la posibilidad de que la estudiante no derive estos 
resultados de los cursos que estudie. Las horas asignadas al estudio de la 
psicología podrian usarse para distinguir entre las escuelas de psicologfa 
Bond y Gestalt, o para estudiar los descubrimientos de la experimenta- 
ción animal, en vez de hacer un verdadero esfuerzo para comprender al 
ser humano y su comportamiento. El estudio de la sociología podría 
limitarse a enseñar una serie interminable de definiciones que deberán ser 
aprendidas de memoria, ignorando tal vez las fascinantes interrelaciones 
del ambiente cultural con la adaptación personal. Es igualmente cierto 
que algunas escuelas de enfermeria que no poseen medios palpables para 
su sostenimiento en sentido académico, pueden lograr estos objetivos 
gracias a la paciencia y sabidurfa de sus instructores, quienes, ya sea 
con intención o por intuición, enseñan estas apreciaciones en forma in- 
formal. Si estos cursos requeridos se relacionan adecuadamente a las 
necesidades de la vida ordinaria, contribuyen significativamente a 
aumentar el equipo intelectual de la enfermera e, indirectamente, a 
mejorar su habilidad para cooperar con el programa de salud escolar. 
Durante el perfodo de instrucción clfnica hay muchas oportunidades- 
algunas percibidas y otras ignoradas-para el desarrollo de habilidades y 
conocimientos útiles en la enfermería escolar. El aspecto más importante 
es, naturalmente, la tendencia a enseñarle a todas la asistencia del 
enfermo en su relación con la persona sana. La mayoría de los instructores 
de pediatría, antes de estudiar las enfermedades típicas de los niños, 
828 BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
tratan primero de presentar un cuadro del niño sano-su comportamiento, 
la historia de su desarrollo, y sus necesidades ffsicas y emocionales. La 
asistencia del niño enfermo se enfoca entonces desde el punto de vistadel 
modo cómo dijere de la asistencia del niño sano. La estudiante tiene la 
oportunidad de ayudar en la asistencia del niño sano como parte básica de 
su trabajo. Desgraciadamente, para facilitar el curso esta experiencia se 
ofrece al nivel pre-escolar, y la estudiante encuentra menos oportunidades 
para adquirir experiencia con el niño de edad escolar. 
Un segundo progreso de la educación de enfermerfa que está íntima- 
mente relacionado con nuestra discusión, es el uso generalizado del 
“estudio del enfermo” en el punto cuando se empieza a integrar la in- 
formación de enfermería con el caso general. Por ejemplo, la estudiante 
recibe cursos de enfermerla de asistencia médica en los cuales se destacan 
la enfermedad y sus manifestaciones. Más tarde, como parte de su 
adiestramiento clinico, estudiará el caso del niño Fulano de Tal, quien 
sufre de reumatismo. Vemos, pues, cómo el enfoque ha cambiado de la 
enfermedad al enfermo. Se concede la debida importancia a la enferme- 
dad en sí, discutiéndose a la vez los múltiples factores que envuelve la 
orientación de enfermería, los hábitos alimentarios del enfermo, los 
alimentos que le agradan y le desagradan, lo que para él significan sus 
limitaciones físicas, el efecto de la actitud de sus padres sobre su condi- 
ción emocional, las adaptaciones escolares necesarias, etc. Este enfoque 
constituye la base de técnicas de consultorfa más complejas que necesita 
la enfermera escolar. 
La tercera tendencia importante que hallamos en la preparación de la 
enfermera escolar es la inclusión de experiencia en la colectividad como 
parte del curso de enfermería clfnica, lo que se logra en varias formas. 
Con frecuencia la estudiante acompaña a la enfermera de salubridad en 
sus visitas, o a la trabajadora social, o tal vez es enviada a una agencia de 
salubridad o aun hospital de la colectividad a adquirir experiencia, la 
cual luego es aumentada al aplicarla a la colectividad, o tal vez en los 
aspectos del trabajo escolar rutinario. Estas oportunidades de trabajar 
con niños se presentan tanto en la escuela, junto a la enfermera escolar, 
como enseñando enfermerfa del hogar o clases de primeros auxilios a los 
alumnos. 
De lo anteriormente expuesto, resulta obvio que la experiencia y la 
instrucción que ofrece aún el mejor plan de estudios de enfermeria, no 
prepara a la enfermera eficientemente para rendir el servicio experto que 
requiere un programa de higiene escolar. Sin embargo, resulta igual- 
mente obvio que una sólida instrucción b&sica de enfermería es indis- 
pensable para la instrucción más avanzada. Debe hacerse un esfuerzo 
máximo por estimular el progreso de escuelas de enfermería académica- 
mente bien situadas y económicamente solventes. En otras palabras, es 
necesario ser primero una buena enfermera, y luego una buena enfermera 
escolar, y cursos superiores son necesarios en la preparación eficaz y 
comprensiva de enfermeras para el desempeño de trabajo escolar. 
Agosto r9&] ENFERMERa 829 
Se ofrecen cursos de salubridad tanto al nivel no-graduado, como post- 
graduado. Hay una creciente tendencia a considerar la preparación para 
puestos subalternos como de naturaleza no-graduada, y la preparación 
para la labor de supervisión y consulta, como de carácter realmente 
post-graduado. 
Con el propiisito de examinar los cursos de salubridad que ofrecen las 
escuelas de enfermería, se han enviado cuestionarios a los directores de 
aquellos cursos que han sido aprobados para la Organización Nacional 
de Enfermerfa de Salubridad, y a las escuelas de salubridad, observándose 
en las treinta respuestas recibidas, ciertas tendencias generales. 
1. En general, se considera que la enfermería escolar es parte integral 
de la enfermería de salubridad, y no una especializaciún. 
De estas 30 escuelas, 6 informaron que ofrecían cursos especiales de 
enfermería escolar, y 2 indicaron que tenían cursos de educación en salud 
escolar abierto a enfermeras. Solamente 8 recomendaban una serie de 
cursos para las interesadas en especializarse en enfermerfa escolar. 
2. La mayorfa de las escuelas ofrecen instrucción en enfermerfa 
escolar como parte del curso de salubridad; 18 ofrecían el curso separada- 
mente, y en 14 de Bstas era requisito indispensable. Veintiuna escuelas 
brindan experiencia de campo en la materia, 13 de ellas en forma obli- 
gatoria para todas las estudiantes. La mayoría de las escuelas que no 
ofrecen dicho curso, señalan que cubren el tema dentro del curso general 
de enfermería de salubridad. 
3. En algunas escuelas se observa un esfuerzo por ofrecer cursos 
preparatorios y suplementarios. Trece escuelas ofrecen el curso de 
enfermería escolar en las últimas horas de la tarde o por la noche. 
El curso postgraduado de enfermerfa de salubridad puede hacer una 
contribución notable en la educación de las enfermeras aspirantes a 
puestos escolares asf como de las ya empleadas. Como estos cursos 
funcionan bajo administraciones tan distintas, es natural que se ponga 
énfasis a temas muy diversos en cada uno de ellos no obstante el hecho de 
que los cursos son aprobados por un consejo nacional. En las escuelas de 
pedagogía se ofrecen cursos comprensivos sobre filosoffa y psicología de 
la educación, organizaci6n y administración escolar, con menos énfasis 
en los aspectos epidemiológicos, análisis estadfstico, y organización 
administrativa de salubridad. Sin embargo, los cursos que se ofrecen en 
escuelas de salubridad hacen hincapit? en las medidas de control y de 
organización en la colectividad, con interés secundario en la estructura y 
función educativa. No obstante, deben considerarse algunos fundamentos 
como requisitos mínimos para la labor de salubridad escolar, haciendo los 
reajustes administrativos necesarios para asegurar a la enfermera escolar 
la preparación más adecuada. 
Primero, se ofrecerá preparación intensa y rigurosa sobre aspectos 
generales de la asistencia médica preventiva. Esta preparación será 
objetiva, comprensiva y lo suficientemente concentrada para asegurar 
idoneidad en la aplicación de esta información a las necesidades de la 
830 BOLETfN DE LA OFICINA BANI!MRIA PANAMERICANA 
colectividad escolar. No hay substituto para el conocimiento completo 
de los métodos de control de enfermedades infecciosas y los estudios 
epidemiológicos, para los fundamentos de un buen saneamiento ambien- 
tal, y para los procedimientos y problemas de salubridad en relación 
con enfermedades no-transmisibles, 
Xegundo, deberían ofrecerse oportunidades para efectuar estudios 
especializados en el desarrollo y psicología del niño y del adolescente, 
combinados, si es posible, con observación clfnica y experiencia de 
campo. Este estudio deberá poner énfasis en los frecuentemente olvidados 
años medios de la niñez, así como al período pre-escolar y el adolescente, 
permitiendo la observación del comportamiento bajo tensión en la 
forma que se observan en la clínica de comportamiento y de higiene 
mental, y que tanto valor tiene en la comprensi6n de la conducta del 
niño normal. 
Tercero, deberfa profundizarse en los métodos actuales para evaluar la 
salud, y participar en ellos, aprendiendo a utilizar el audiómetro, a 
examinar la vista, y observar las pruebas de laboratorio usadas para 
determinar algunos aspectos de la nutrición. La enfermera escolar deberá 
familiarizarse con el uso de microrroentgenografias, en comparación con 
las de tamaño estándard, con las pruebas tuberculinicas en comparación 
con los rayos X para descubrir casos tuberculosos, así como también a 
interpretar con facilidad los m&odos usados para descubrir avitaminosis 
y otros procedimientos de evaluación similares. Muchas escuelas en 
este país estAn situadas en colectividades pequeñas, razón por la cual 
deberán conocer las observaciones ikcnicas simples que podrán utilizarse 
en ausencia de equipo’m& completo. 
Cuarto, la enfermera poseerá un conocimiento general sobre educación. 
Por lo menos, deberá conocer los fundamentos filos6ficos y psicol6gicos 
de las prácticas pedagógicas modernas y de estructura dentro de la cual 
funciona la educación pública. 
La enfermera no podr& actuar como consultora para maestros y 
directores escolares sin antes conocer algo del tipo de trabajo que éstos 
hacen. Deberá comprender que no debe interrumpirse una unidad de 
estudio importante para realizar una enseñanza de salubridad ajena al 
estudio; que los directores escolares no pueden ajustar el presupuesto 
escolar a su voluntad, ni fijar requisitos más allá de los que señala eI 
departamento de salubridad, sin antes considerar la actitud que sobre el 
particular puede tener la Junta Escolar. Tendrá que comprender por qué 
el director escolar tiene que asumir la responsabilidad total de todo lo que 
sucede dentro de la escuela. 
Serfa sumamente ventajoso que tanto las enfermeras, como los 
maestros y los directores escolares pudieran asistir a las mismas clases, ya 
que estudiando juntos aprenden también a trabajar juntos. 
&u%o, y último, la enfermera escolar deberá recibir intensa prepara- 
ción sobre tknicas de asesoramiento, lo cual le permitirá aplicar los 
conocimientos y las habilidades que forman parte de su equipo pro- 
Ageato 19.491 ENFERMERIA 831 
fesional. El trabajo académico en la enseñanza individual y de grupos, 
deberá ser complementado con la práctica bajo dirección, ya como parte 
del trabajo de campo de salubridad general, o como entidad separada. 
Para desarrollar esta capacidad, es necesaria la preparación, aunque sea 
en el nivel de orientación, en trabajo social de casos. 
Si ha de trabajar con maestros, padres y estudiantes, la enfermera 
deberá poseer el mayor grado posible de adaptabilidad y de habilidad 
para vigilar la salud de los demás. 
Al examinar todos estos requisitos, observamos que con la excepción 
delcuarto, (el cual es también controvertible), todos estos conocimientos 
y habilidades son fundamentales tanto para el campo general de la 
salubridad, como para el de la enfermería escolar. Esto puede llevarnos a 
la conclusión de que una buena preparación en enfermería de salubridad 
necesita poca instrucción adicional para convertirse en buena preparación 
de enfermería escolar. 
Si el colegio o universidad que auspicia el curso de enfermería de 
salubridad comprende a perfección su responsabilidad para con la 
colectividad, seguramente se interesará en ofrecer cursos comple- 
mentarios, conjuntamente con la enseñanza preparatoria. Esto puede 
lograrse ofreciendo cursos diversos de repaso durante el verano, en 
clases nocturnas, seminarios, proyectos y cursos extramuros que no 
solamente corrigen las deficiencias del adiestramiento básico, sino que 
también desarrollan mayor grado de especialización en la enfermera 
graduada. Se puede añadir, además, que este programa ayuda a renovar y 
a modernizar los cursos regulares universitarios. 
Tanto los cursos regulares de enfermería de salubridad como los 
avanzados, han de desempeñar un importante papel en la preparación de 
la enfermera escolar. Por lo general, esto puede lograrse mejor mediante 
el desarrollo óptimo del programa regular, más bien que estableciendo 
cursos separados sobre enfermería escolar. 
PRESERVICE AND INSERVICE PREPARATION IN HEALTH OF 
SCHOOL PERSONNEL (Summary) 
The contribution of the school of nursing to the preparation of the nurse in 
the school is largely one of providing background information and skills upon 
which more speciíic preparation must rest. 
Since it is the responsibility of the school nurse to (1) provide health counsel- 
ing service to students, (2) mobilise home, school, and community resources to 
deal with health problems, (3) serve as an Tnformation center” for school 
personnel, and (4) assist in the control of environmental factors affecting health, 
she will need certain skills in order to meet these responsibilities, among which 
are (a) thorough knowledge of physical, mental and social developmental 
patterns of the young Child and adolescent, (b) a knowledge of good preventive 
medical care and of community health facilities, (c) a thorough familiarity with 
health appraisal methods in current use, (d) a knowledge of the general philos- 
ophy of public education and of educational administration in her country, and 
(e) a mastery of counseling skills. Advanced instruction, therefore, is necessary 
for effective and comprehensive preparation of nurses for achool health work. 
832 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA 
The postgraduate course in public health nursing at the graduate or under- 
graduate leve1 can make a vital contribution to both the preservice and inservice 
education of the nurse in the school. There are differences in emphasis in the 
approved courses in public health nursing, due in some measure to differences 
in the administrative structure in which they operate, but certain fundamentals 
should be considered as minimum requirements. These are: (1) intensive and 
rigorous preparation in the general aspects of preventive medical care, (2) 
opportunity for advanced study in Child development and Child and adolescent 
psychology, (3) thorough groundig in present-day methods of health appraisal, 
(4) acquaintance with the general field of education, and (5) intensive prepara- 
tion in counseling techniques. Summer workshops, evening classes or seminars, 
extramural projects or studies can be used for the inservice education of nurses 
not only to compensate for deficiencies in basic training, but to develop higher 
levels of skill and appreciation in the more experienced worker. 
Both schools of nursing and advanced courses in public health nursing have a 
big part to play in the preparation of nurses for school health work. In general, 
this can best be accomplished through fullest possible development of regular 
curricular offerings rather than by the establishment of separate courses of study 
in school nursing. 
EL PAPEL DE LA ENFERMERA DE SALUBRIDAD 
EN PROGRAMAS PARA NIROS LISIADOS* 
El término “niño lisiado” incluye todo individuo menor de 21 años 
de edad que padece algún impedimento ffsico causado por defecto 
congénito, enfermedad o traumatismo, o un individuo que posee una 
condición de la cual puede resultar un impedimento. 
Todo servicio generalizado de enfermería de salubridad deber& tener 
asignaciones especiales para la prevención de invalidaciones innecesarias, 
reconocimiento de defectos ortopédicos, y la asistencia de casos orto- 
pédicos. Para lograr el desarrollo de este programa es necesario mantener 
estrecha colaboración con todos los servicios que trabajan por la salud y 
el bienestar de este grupo etario, incluyendo su rehabilitación vocacional. 
A menudo, la presión de problemas más graves y urgentes, como el de la 
poliomielitis, hacen descuidar los puntos de vista preventivos del pro- 
grama y los aspectos de rehabilitación vocacional. 
¿Cuáles son, pues, las verdaderas responsabilidades de enfermería en 
un programa total para niños lisiados? Primero, el descubrimiento de 
casos, y especfficamente de casos tempranos, para lo cual el certificado 
de nacimiento es el mejor medio. En el estado de Nuevo México, donde 
* “The Role of the Public Health Nurse in Crippled Children’s Programs.” 
Trabajo presentado por la Srta. Portia Irick, Directora de la División de En- 
fermeria de Salubridad, Departamento de Sanidad de Nuevo México, Santa Fe, 
N. Méx., ante la Sección de Higiene Maternoinfantil del Séptimo Congreso Anual 
de la Asociación Fronteriza Mexico-Estados Unidos, Nogales, Sonora y Nogales, 
Arisona, abril 27-29, 1949. 
Agosto 19.491 ENFERMERfA 833 
la mayorfa de los alumbramientos son atendidos por comadronas 
nativas, se recalca la inspección cuidadosa del recién nacido para descu- 
brir anormalidades. La comadrona notifica cualquier desviación de lo 
normal al Departamento de Salubridad del Condado. Por desgracia, no 
siempre descubrimos un caso así de temprano; a menudo pasan varios 
años antes de ser sometidos a atención médica o de enfermería. Un 
ejemplo de esto es la visita de una enfermera de salubridad al hogar de un 
caso prenatal. La enfermera observó que un niño de dos años no hacía 
esfuerzo alguno por moverse o levantarse; al ponerse bajo asistencia 
médica, se descubrió que padecía de parálisis cerebral. En otro caso, 
mientras una enfermera escolar investigaba casos de pediculosis, observó 
lma niña de diez años que tenía un hombro más elevado que el otro. Se 
hizo un diagnóstico de escoliosis postura1 (deformidad fija). Otro caso 
más, de lesión neo-natal, fu6 descubierto por una enfermera de salubridad 
al visitar un caso denunciado de tuberculosis. En el trabyo cotidiano 
de las enfermeras de salubridad se pueden enumerar infinidad de casos 
similares. 
Nuestra segunda responsabilidad en el programa, es la prevención de 
lesiones. Esto puede lograrse en varias formas: 
1. Reconociendo y ayudando a corregir factores ambientales que pueden 
ocasionar invalidez, tales como asistencia maternal adecuada, tuberculosis, 
raquitismo, accidentes, asientos y luz defectuosos en la escuela. 
2. Ayudar a evitar la propagación de enfermedades infecciosas que pueden 
producir invalidez, tales como poliomielitis, tuberculosis y queratitis. 
3. Evitando contracciones y deformidades atendiendo la posición de enfermos 
encamados durante enfermedades agudas y crhicas. La enfermera debe conocer 
los efectos dañinos del encarnamiento prolongado en la tonicidad muscular y en 
la extensión de la movilidad articular. 
4. Evitando incapacitación ulterior o permanente como resultado de de- 
formaciones congénitas o lesiones neo-natales, reconociéndolos a tiempo y 
sometiéndolos a atención m&ica. Algunas condiciones tales como la dislocación 
congénita de la cadera, talipes, y labio leporino, responden mejor a tratamientotemprano. 
5. Evitando invalidacih ortopkiica producida por postura deficiente. 
6. Ayudando a conservar la visión, evitar la ceguera, y restableciendo la 
vista. 
Resumamos brevemente algunos métodos empleados por la enfer- 
mera de salubridad en la implantación del programa para niños inválidos. 
Supervisión Sanitaria: 
Rindiendo un servicio completo de salubridad a una familia, donde 
todos los miembros lo reciben. 
Programas de Inmunzka&ón: 
Protección de los niños para evitar condiciones que pueden producir 
invalidez. 
8&i BOLETfN DE LA OFICINA SANITARIA PANAiiERICANA 
Higiene Mental: 
Ayudando al enfermo y a la familia a lograr una adaptación psicológica 
al tratamiento de cualquier incapacidad residual. 
Atención y Supervisión de Enfermer4a a la Cabecera del Enfermo: 
Para enfermos que tienen enyesados, férulas, marcos y soportes. 
Enseñanza y Auxilio a la Familia: 
Para comprender y efectuar órdenes específicas tales como dietas 
especiales, ejercicios, masajes, andar con muletas, baños de sol y períodos 
de descanso. 
, 
Estos métodos promotores se efectúan por medio de la relación en- 
fermera-familia-enfermo. Otros factores serán inclufdos mediante la 
consulta e integración con otras agencias. Algunos factores a considerar 
son recreo, educación, rehabilitación vocacional, problemas sociales y 
económicos, necesidad de reexamen, y cambio de dirección o residencia 
del enfermo para asegurar servicio continuo de enfermería. 
No se ha hecho esfuerzo alguno por entrar en el vasto campo de 
condiciones invalidantes, tales como hemiplejfa, cardiopatia reumática, 
defectos de enunciación, parálisis espástica, etc., que constituyen la 
mayoría de los enfermos crónicos del hogar que tienen que ser atendidos 
por otros miembros de la familia. 
Basta decir que deben proveerse más y mejores enfermeras de salu- 
bridad a las distintas colectividades, para asegurar un mínimo de servicio 
de enfermerfa en este programa de niños lisiados. 
THE ROLE OF THE PUBLIC HEALTH NURSE IN CRIPPLED 
CHILDREN’S PROGRAMS (Summary) 
Every generalized nursing service should include a crippled children’s pro- 
gram. The responsibilities of the nurse in such a program are (1) case finding, 
using birth certificates, if necessary, for locating early cases, and (2) prevention, 
which can be accomplished in various ways, among which are: recognizing and 
assisting with the correction of environmental and other factors which influente 
crippling conditions, assisting in preventing the spread of infectious diseases, 
preventing contractures and deformities by attention to posture of bed patients 
during acute and chronic illnesses, preventing further or permanent disability 
resulting from congenital malformations and birth injuries, preventing ortho- 
pedic disabihties resulting from poor posture, assisting in the conservation of 
vision, etc. The promotional methods are carried out through nurse-family- 
patient relationships in health supervision, immunization programs, mental 
hygiene, bedside nursing care and supervision, and teaching and assisting the 
family to understand and carry out specific orders. Other factors to be con- 
sidered are recreation, education, vocational rehabilitation, social and economio 
problems, need for reexamination, and change of address or residence of the 
patient in order that continuous nursing service can be rendered. These services 
may be included through consultation and integration of the program with 
other agencies.

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