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Universidad Santa María – Sede La Florencia Carrera: Comunicación Social Sección: D – Turno: Diurno – Semestre: 3 Faculta: Ciencias Económicas y Sociales Cátedra: Fundamentos de la Economía Estudiante: Francis Chirinos – C.I 31.066.041 Docente: Tina Bonvicini El salario en Venezuela Tal como se ha dado a conocer a lo largo de los años, el tema y efecto del salario mínimo sobre empleo en Venezuela ha resultado ser de gran interés para la realización de estudios acerca del mercado laboral. El salario mínimo es un instrumento utilizado con mucha frecuencia por las autoridades económicas del país, ha sido modificado varias veces a lo largo de los años con diferencias en su nivel, entre urbano y rural, también entre una empresa pequeña y una gran empresa. Razones como estas hacen pensar que, en efecto, el salario mínimo sobre el empleo y la distribución salarial en el país es importante; debido a la gran y diversa disponibilidad de datos de empleo y salarios, pueden ser aplicadas una variada serie de metodologías para poder identificar los efectos del salario mínimo sobre el mercado laboral del país. Teniendo en cuenta esto, el salario se estipulará de forma libre garantizando una distribución justa de la riqueza, es decir, en ningún caso será inferior al salario mínimo que fue fijado por el Ejecutivo Nacional, conforme lo dictó la ley. En América Latina, la gran mayoría de los asalariados son ubicados en la base de lo que se conoce como pirámide salarial. Ahora, el valor del salario mínimo en Venezuela es tan bajo que, en grandes medidas, no alcanza para la subsistencia. La economía venezolana crece, apuntada en una mejora de su PIB petrolero, pero con un ritmo poco constante y claramente insuficiente. Teniendo en cuenta esto, a finales del año pasado se registró una depreciación cambiante que casi congela, nuevamente, la actividad productiva. La explicación radica en que la narrativa dominante en Venezuela ha terminado implementando la idea de que, según el país sería incapaz de retomar la senda de la prosperidad económica sin antes superar el conflicto político en el cual se ha visto inmerso los últimos años. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Esto debido a que a las transformaciones que han venido remodelando la economía venezolana en los años recientes están obrando a profundidad. Creo que un punto que se debería tener en cuenta es la extrema devaluación del bolívar, y más con la integración del dólar en el país, porque, como hemos visto en los últimos años, los establecimientos se han acentuado más hacia el uso del dólar que al uso de su moneda nacional. Actualmente, los sueldos en el ámbito privado están muy por encima de los públicos, pero aun así siguen siendo muy deficitarios. La clara caída salarial tiene otros efectos colaterales, ya que muchos contratos colectivos de las empresas privadas están estructurados en referencia al salario mínimo como tal. Por lo tanto, y a medida de que éste mismo se iba reduciendo por el aumento del dólar, los obreros y empleados fueron abandonando de forma progresiva los contratos colectivos, esto a cambio de la dolarización salarial. Hoy en día, muchísimos asalariados en Venezuela reciben sus salarios en divisas, y esto se ha implementado incluso en el sector público del país en forma de bonificación. Aunque, desde luego, esto va creando una brecha enorme entre la Venezuela que trabaja con remuneración en bolívares y la Venezuela que recibe dólares, en otras palabras, se abandona a la desigualdad. La decisión de incrementar el salario mínimo mueve las piezas de un engranaje bastante complejo, situación que genera distintas reacciones entre los involucrados, es decir, los trabajadores. Teniendo esto en cuenta, creo que lo más acertado que se puede decir es que, aunque el incremento del salario mínimo beneficia a la masa laboral, podría a su vez significar un fuerte detonante para la inflación. Por ello, el Gobierno del país deberá poder implementar planes para la recuperación de empleo y fortalecer a su vez el órgano productivo, y no solo pensar en el salario. ¡Y ojo! No se dice que no se importante, porque ciertamente lo es, pero considero que el hecho de que haya aumento salarial en bolívares no nos ayuda en mucho cuando el dólar no deja de cambiar su precio. La actual devaluación del bolívar es algo que, desgraciadamente, arruina de muchas maneras la idea de un “aumento salarial”. La clara crisis ha impulsado a muchísimos trabajadores a pasar de un trabajo formal a trabajar por su cuenta. Y, aunque es verdaderamente cierto que, ante la caída abrupta de los salarios, el gobierno ha planeado una serie de estrategias que buscan aminorar el efecto de la crisis, como lo son los Bonos de la Patria y el Clap. Además, los servicios públicos comunes; como lo son la luz y el agua, se han sostenido a precios bajos y medianamente accesibles. Pese a ello, el transcurso del día a día se le ha vuelto difícil y mayoría se la pasa buscando la manera de “resolver por algo”. Bien es cierto que estos son hechos de los que cada venezolano tiene consciencia al día de hoy. Debido a la guerra económica, las sanciones, así como la larga recesión económica son los principales factores de la caída del salario. Y, a mí parecer, todos estos datos y elementos se han dado en formas poco vistas en la historia de nuestro país.
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