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... 
AMERICA LATINA EN LA DECADA DE 
LOS OCHENTA 
Jaime Estay Reyno '* 
En el presente artículo, entregaremos un balance inicial acer­
ca de lo ocurrido en las economías de América Latina durante la 
década de los ochenta, para 10 cual veremos' en primer lugar algu­
nas de. las cifras disponibles, para presentar posteriormente un 
conjunto de consideraciones de carácter' generál.' '. 
l. LAS CIFRAS DE LA DECADA DE LOS OCHENTA 
Los latinoamericanos estamos ingresando a la última década 
del presente siglo, sin motivos para sentirnos satisfechos de lo ocu­
rrido en los años ochenta en las economías de nuestros respectivos 
países. Cualquier balance de lo sucedido, difícilmente podría mi­
nimizar el deterioro que la región ha sufrido en los distintos nive­
les de su funcionamiento económico durante la década que recién 
finalizó. Para ver dicho deterioro, entregaremos álgunas cifras de 
la déoada de los ochenta, haciendo con ellas un doble ejercicio de 
comparación: por una parte, las conÍrontaremoscon las correspon­
dientes al comportamiento económico regional en los setenta; por 
otra parte, las ubicaremos en el contexto de lo ocurrido en los úl. 
timos diez años a nivel del sistema capitalista mundial. 
* Economista chileno, ganador del premio Raúl Prebisch, 1990, otorgado 
por la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe. 
11 
1. Los anos oekenta en eomparacion con la deeada anterior If 
cion I 
los 0A finales de los anos setenta, en los ambitos academicos y po­
de Ulliticos dominaban ampliamente Jas posiciones optimistas respecto 
a las perspectivas de las economias latinoamericanas para los anos 
ochenta. A partir del reconocimiento de que la region habia cre­
cido de manera importante durante los setenta, que habia logrado 
sortear con relativa facilidad la crisis del mercado mundial de 
1974-75, yque los graves problemas por los cuales atravesaba el ca­
pitalismo no se habian expresado con fuerza en nuestros paises, 
la gran mayoria de los anal isis centraba la atencion en las posi­
bilidades de mantener el ritmo de crecimiento y en las condiciones 
que debian cumplirse para que la deeada de los oehenta constitu­
yese un transito definitivo hacia el desarrollo en America Latina. 
Diez anos despues, es claro que todo resulto diferente a 10 -i 
I 
pronosticado y que en los anos oehenta, lejos -de haberse manteni­
do y consolidado lit situacion· de I()s setenta, esta se revirtio y dio 
Iugar a una crisis econ6mica que en muchos sentidos no tiene pre­
cedenteshistOricos. 
En 10 que respecta a la comparacion con los niveles de activi­
dad que se dieron en los anos setenta, en el Cuadro 1 se present a 
un conjunto de cifras que da clara cuenta -del violento cambio oeu­
rrido en dichos niveles durante la decada de los oehenta. Al res­
pecto, parael conjunto de la region basta tener presente situacio­
nes eom'o las siguientes: 
- De un creeimiento promedio de 5.6% en el PIB y de 3% en 
el produeto per capita durante los anos setenta, se pas a en la 
decada de los ochenta a tasas ptomedio -de 1.4% y de -1.1% 
respectivamente. Ello significa que La produccion promedio 
por cada habitante de America Latin-a fue en 1989 inferior a 
La de 1978. 
La caida ocurrida en los ochenta es aun mas notoria en los 
indieadores de la produecion industrial y, particularmente, 
de la inversion. ,En 10 que respecta a la produecion industrial, 
la' tasa' promedio anualde' creeimiento parael periodo ·1980­
88 iue apenas superior a medio punto porcentual, en tanto 
que en los setenta dicha tasa fue de 6.2%; en 10 que se re­
fiere a 1a inversion, esta paso de un erecimiento anualde 
7.4% en los setenta a una caida de 2.6% anual entre 1980 
y 1988. Asi, la inversion por habitante eJ'l, Amerioa Latina fll1e 
en 1988 apenas Sll1perior a La die 1975. 
12 
1. 	 Los alios ochenta en comparaci6n con la decada anterior A despecho de los violentos programas de ajuste y estabiliza­
cion aplicados en la mayor parte de la region durante la decada de 
los ochenta, el deterioro de los niveles de actividad se acompauo 
de una acentuacion de los desequilibrios macroeconomicos: . 
La inflacion alcanzo niveles que en la region no tienen pre­
cedentes historicos, y que a nivel mundial solo admiten com­
paracion con 10 ocurrido en economias devastadas por la gue­
rra, en las cuales por cierto la explosion in£1acionaria duro .. 
considerablemente menos que en America Latina. Asi, en los 
ochenta para el promedio de la region se paso de un nivel de 
.. crecimiento anual de los precios de 41 % en los setenta, a un 
crecimiento anual de 217%, de tal manera que el termino 
"hiperin£1acion" quedo integra do en los auos ochenta al len­
guaje cotidiano en no pocos paises de America Latina. 
Durante los auos ochenta persistieron elevados niveles de de­
sequilibrio en las finanzas publicas, a tal punto que, para to­
da la region, el deficit gubernamental como porcentaje del 
PIB aumento a mas del doble en los aiios ochenta respecto a 
la decada anterior, pasando de 2.1 % a 4.7%. En ese incre­
mento del deficit, el nuevo componente de mayor importancia 
estuvo del lado del gasto, y consistio en el sorpresivo incre­
mento de los pagos de intereses por la deuda publica interna 
y externa. 
A ese deterioro generalizado de los niveles de actividad y a 
esa acentuacion de desequilibrios, se agrega una modificacion 
tanto 0 mas violenta de las relaciones externas de la region para 
los ochenta. Del Cuadro 2 se desprende que: 
A pesar de que las cifras de exportaciones e importaciones es­
tan calculadas sobre la base de dolares corrientes, y por tan­
a to las tasas correspondientes a la decada de los setenta tienen 
un alto componente inflacionario, es notoria la caida ocurri­
da en los ochenta en los ritmos de crecimiento de las expor­
s taciones e importaciones regionales, a tal punto que en esa de­
cada el crecimiento anual en el valor total de las importacio­
nes fue negativo en el promedio de America Latina yen 9 pai­
ses de la regiOn, en tanto que para el caso de las exportacio­
nes dicho crecimiento fue negativo en 8 paises. 
En el terreno del comercio exterior de America Latina, el 
indicador mas claro del deterioro ocurrido en los ochenta, fa 
el referido a la relacion de precios del intercambio. En 1a de­
cad a de los setenta, para America Latina la relaci6n de ter­
13 
minos del intercambio mejoro a una tasa promedio anual cer­
cana al 2%, en tanto que duran~ los aiios ochenta la relacion 
se deterior6 a un ritmo anual de 3.1 %, con 10 cual dicha 
relacion alcanzo a fines de los ochenta el nivel que tenia apro­
ximadamente en 197L 
- En 10 que respecta a la deuda externa, es notoria la disminu­
cion de su ritmo promedio anual de crecimiento en la decada 
de los ochenta. En efecto, en el Cuadro 2 puede verse que di­
cho ritmo pasa de 24% en el periodo 1972-80 a 7% en el 
periodo 80-89. En las ultimas columnas del mismo cuadro 
2 se presentan l'os montos promedio de pagos netos de utilida­
des e intereses, de los cuales la mayor parte corresponden a 
intereses sobre la deuda externa. Alli puede verse que dichos 
montos, para el total de la region, aumentan en mas de 5 ve­
ces durante los aiios ochenta, pasando de un promedio de 
6.100, millones a un promedio superior a los 32.000 millo­
nes. 
Teniendo presente la contundencia de las cifras entregadas 
para el conjunto en los Cuadros 1 y 2, para terminar este apar­
tado solo nos limitaremos a agregar dos elementos, referidos a la 
homogeneidad de la crisis y a la distribucion de su peso. 
- Respecto a 10 primero, 10 que interesa destacar es 1a notable 
homogeneidad con que 1a crisis economica se expreso duran­
te los ochenta en los paises latinoamericanos. Pese a las di­
ferencias existentes entre las economias que componen la re­
gion, en la decada de los ochenta la crisis ha sido un feno­
meno claramente presente en practicamente todas ellas. Las 
especificidades nacionales en el funcionamiento previo del 
capitalismo, lasdiferencias existentes en las politicas econo­
micas previamente apl'icadas, los distintos escenarios politi­
cos y sociales, etc., no parecen haber sido elementos que ha­
yan determinado la presencia 0 ausencia de crisis, ni que ha­
yan empujado a que esta se presentara con variaciones impor­
tantes de profundidad y duracion. A la generalidad del dete­
rioro ocurrido en las importaciones y exportaciones, y que se 
vio al presentar el Cuadro 2, se agrega el que, segun e1 Cua­
dro 1, la caida de los niveles de actividad en los ochenta res­
pecto a la decada anterior ocurri6 en 18 de los 19 paises con­
siderados; Chile aparece como la unica excepcion, explicada 
tanto par los bajos ritmos de crecimiento que tuvo durante la 
decada de los setenta, como por las elevadas tasas que logro 
en 1984 y desde 1986 en adelante. 
14 
En todos los demiis paises considerados en los Cuadros 1 y 2, 
el crecimiento de las principales variables macro-economicas 
durante la dec ada de los ochenta fue considerablemente me­. . ~-. -_--..&._----- .~ 
I 
minos del intercamhio mejoro a una tasa"" pro~dio anual eer­
...cana. Sill '1OL. .- ...-. " • "la relacion 
al dicha 
disminu­
decada.. 
que di­." o en el 
cuadro 
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apar­
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la re­
feno­
. Las 
del 
gro 
En todos los demas paises considerados en los Cuadros 1 y 2, 
el crecimiento de las principales variahles macro-economicas 
durante la decada de los ochenta fue considerahlemente me­
nor a} de los setenta, ahundando las tasas negativas: cinco 
paises tuvieron un crecimiento promedio anual negativo del 
PIB y ocho 10 tuvieron en la produccion industrial, en tanto 
que -de los 19 paises considerados- solo cinco tuvieron ta­
sas positivas de crecimiento promedio en la inversion y uni­
camente dos en el producto por habitante. As! tamhh~n, la dis­
minucion 0 reversion de la mejoria de los terminos del inter­
camhio ocurrio en todos los paises de la region, y en 15 de 
los 19 paises considerados se incrementa ron los niveles de 
inflacion durante los anos 80. 
Respecto a 10 segundo, 10 que interesa tener presente es que 
la crisis ha estado lejos de constituir un proceso "neutro" res­
pecto a la distrihucion de sus efectos negativos entre las dis­
tintas clases y fracciones de las sociedades latinoamericanas. 
Los asalariados han sido, con mucho, el sector mas golpeado 
por la crisis, y al respecto sobran la& evidencias. En el Cuadro 
1 se ve que durante la decada de los ochenta el salario real 
ha tendido a una rapida disminucion, y que ello se ha acom­
panado de elevados niveles de desempleo. 
En relacion a los salarios, basta mencionar que a nivel regio­
nal' ellos se han deteriorado a un ritmo cercano a12% pro­
medio anual; en 10 que respecta al desempleo -area est a en 
la cual las estadisticas son particularmente incompletas y po­
co confiahles-, las cifras oficiales disponibles indican que 
para el conjunto de la region la tasa promedio de desempleo 
para los ochenta fue cercana al 9%. 
Si a 10 anterior se agregan los sustanciales recortes ocurridos 
en los gastosestatales en salud, vivienda, etc., el resultado 
final es un importante cambio en la distribucion del ingreso, 
en el cual las ganancias se han mantenido, 0 han atenuado 
considerablemente su caida, a costa de la masa salarial y de 
las condiciones de vida de la mayor parte de los latinoame­
ricanos. 
2. La regiOn en el coniexto mundial 
A comienzos de los ochenta, tambien dominaba el optimismo 
en los analisis respecto a la ubicacion de America Latina en la 
15 
economia mundial. En la gran mayoria de esos analisis, el en£a­
sis estaba puesto en la mayor presencia latinoamericana lograda 
en las relaciones econ6micas internacionales y en los vohimenes 
mundiales de la producci6n, en una supuesta mayor capacidad de 
de£ensa y de crecimiento de los niveles intern os- de actividad que 
poseia la regi6n y en una relaci6n cada vez mas "entre iguales" 
con el capitalismo desarrollado cuya mas clara sintesis eran las 
propuestas acerca de la "interdependencia". 
Tambien en ese ambito la realidad se movi6 en una direcd6n 
opuesta a la esperada. Al respecto, 10 que interesa destacar en el 
presente articulo es que durante la mayor par.te de la decada de los 
ochenta, especi£icamente desde 1982, el deterioro ocurrido en 
America Latina se ubic6 en un marco no de crisis 0 de recesi6n 
ciclica de la economia mundial, sino de recuperaci6n y de tasas 
relativamente elevadas de crecimiento, y que como consecuencia 
de ello, la propia realidad se encargo de desmentir y / 0 de rever­
tir la existencia de cualquier tendencia previa a una mayor in£luen­
cia, autonomia y relad6n de igualdad con el resto del mundo. En 
tal sentido, conviene tener presentes tres elementos: 
Primero. Segtin se puede observar en las tiltimas £ilas de los 
cuadros 1 y 2, durante la decada de los ochenta el comportamiento 
de las economias latinoamericanas iue notoriamente peor al del 
promedio mundial y al' del capitalismo desarrollado, situaci6n es­
ta que es claramente contrastante con 10 sucedido en los alios seten­
ta, cuando las economias de America Latina crecieron sustancial­
mente mas que el resto del mundo. Asi, por ejemplo, para los alios 
80 el crecimiento promedio anual del PIB de America Latina tu­
vo una tasa menor a la mitad de la correspondien~e a los paises 
industrializados, la diferencia de crecimientos de la produccion 
industrial fue de 4 aI, y la inflaci6n promedio en America Latina 
iue superior a la del capitalismo avanzado en una proporcioo de 
44 a 1. 
Segundo. Como consecuencia de 10 anterior, la partidpaci6n 
de America Latina en el producto mundial y en los flujos interna­
cionales de mercancias y de capitales cay6 de manera importante 
en la decada de los ochenta, revirtiendose 1a tendencia a una mayor 
participacion que se habla dado en los setentas. 
Una sintesis de esa situaci6n puede verse en el cuadro 3, en 
el cual se presentan, para algunos arios de las dos tiltimas decadas, 
los porcentajes de participaci6n de America Latina en el pro duc­
16 
to mundial y en los £lujos internacionales de mercancias y de ca­
pitales. 
En 10 que se re£iere al Product,o, la comparaci6n de los p~r­
centajes de participacion correspondlentes a 1970, ~ 1980 'permne 
ver claramente el mejor comportamiento de AmerIca Latma :es­
pecto at caDitalismo de.sarr911~do en Jos set~ntas. En esos 11 ano~, 
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SIS estaba p~esto en la, n;ayor, presencia latinoamericana lograda 
en las relaclOnes economlcas mternacionaJ.eg v __ 1'....... 
00 ' I d- L ~nesmu Ia es .C-Uf. nw...l.·--!' ..., . e 
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to mundial y en los £lujos internacionales de mercancias y de ca­
pitales. 
En 10 que se refiere al Producto, la comparaci6n de los por­
centajes de participacion correspondientes a 1970 y 1980 permite 
ver claramente el mejor comportamiento de America Latina res­
pecto al capitalismo desarrollado en los setentas. En esos 11 anos, 
1a participaci6n de la region en el producto mundial pasa de 6.0% 
a 7.5%, 10 que indica la mayor presencia de la region, amparada 
en un crecimiento ininterrumpido de iJUS niveles de actividad que 
ocurri6 al mismo tiempo que en el capitalismo desarrollado se die­
ron incluso reducciones absolutas del Producto durante la crisis 
ciclica de 1974-75. Por el contrario, a partir de comienzos de los 
auos 80 los porcentajes de participacion de America Latina en el 
Producto mundial disminuyen, llegando para 1989 a un nivel de 
6%, 10 cual refleja la distancia cad a vez mayor que existe entre 
el escenario de recuperaci6n en las economias desarrolladas y el 
escenario de crisis en nuestras economias. 
En 10 que respecta al comercio internacional, las cifras del 
cuadro 3 tambicn permiten diferenciar el violento cambio de si­
tuaci6n ocurrido en AmericaLatina. En 10 que se refiere a la par­
ticipaci6n de America Latina en el total de importaciones, en el 
Cuadro se observa para los ochenta una importante caida de sus 
importaciones respecto del total mundial, de alrededor del 6% de 
ese total a fines de los 70, a 2.8% de ese total a fines de los ochen­
tao En el caso de las exportaciones, tambien Se da una importante 
disminuci6n en la participaci6n de America Latina, si bien ella es 
mucho menos acentuada que para el caso de las importaciones, 10 
cual es una clara indica cion del supenivit comercial que se ha ge­
nerado en la regiOn para hacer frente al pago de intereses de la 
deuda externa. 
En cuanto a los flujos internacionalcs de capitales, tambien 
en elIos es claramente distinguible la menor participaci6n de Ame­
rica Latina durante la decada de los 80, particularmente respecto 
a los flujos de credito. Segun pucae verse en el mismo Cuadro 3, 
la participacion de America Latina en los flujos mundiales de cre­
dito se redujo de un nivel de 12% a mediados de los setenta a un 
nivel inferior al 4% para 1988. 
Tercero. Paralelamente a la menor presencia de America La­
tina en la economia mundial, durante los ochenta tambien se han 
dado cambios de la mayor importancia en la composici6n por des­
tino y origen de las exportaciones e importaciones respectivamen­
17 
http:mternacionaJ.eg
te, de America Latina y del capitalismo desarrollado. Para ver 
esos cambios hemos construido el Cuadro 4, en el cual se entregan 
cifras que dan cuenta de la importancia relativa del comercio in­
ternacional entre el capitalismo desarrollado y America Latina. 
De dichas cifras se desprenden claramente cuatro tendencias para 
la decada de los ochenta: 
Un porcentaje cada vez mayor de las importaciones latinoa­
mericanas tiene como origen al capitalismo desarrollado. 
Un porcentaje cada vez mayor de las exportaciones latinoa­
mericanas tiene como destino al capitalismo desarrollado. 
Un porcentaje cada vez menor de las importaciones del capi­
talismo desarrollado tiene como origen a America Latina. 
Un porcentaje cada vez mayor de las exportaciones del cap i­
pitalismo desarrollado tiene como destino a America Latina. 
La conclusion, no por simple deja de ser grave: durante los 
aoos Qchenta, en el ambito de las relaciones comerciaies, America 
Latina es cada vez menos importanie para el capitali3mo desarro­
llado, r el capitalisTTW desarrollado es cada vez mas import-ante 
para America Latma. 
Para terminar este apartado, interesa destacar que las cifras 
disponibles para 1989, las cuales han sido consideradas en la eIa­
boracion de los Cuadros 1 al 4, permiten asegurar que ese fue un 
ano mas de crisis en America Latina. En el Cuadro 5, en el cual 
se presenta la informacion especifica para el ano 1989, se ve que 
en esc ano nuevamente el producto per capita a nivel regional tu­
vo un crecimiento negativo y que el I. P. C. alcanzo un record his­
torico cercano al 1.000%, a 10 cual se agrega que los pagos netos 
de utilidades e intereses alcanzaron un monto de 38.3 mil millo­
nes de dolares, que es el mayor desde 1982. Si esos pagos no em­
pujaron a un violento aumento de la transferencia neta de recur­
sos desde America Latina hacia el resto del mundo, ello se debio 
a un mayor ingreso de capitales ocurrido en 1989 y a que en ese 
ano nuevamente la region incremento su superavit comercial. 
II. BALANCE GLOBAL Y PERSPECTIVAS 
Un balance global de 10 ocurrido en los an os ochenta en Ame­
rica Latina, nos parece que deberia tener como algunos de sus 
principal'es nudos de analisis a los siguientes: 
18 
te, de A"?erica Latina y del capitalismo desarrollado. Para ver 
e~fos camblOs hemos construido el Cuadro 4, en el eual Be entregan
CI ras que dan cuenta de J.. :._---. • • • 
t .._--!- 'merclO In-
Latina. 
as para 
atllloa­
, do. 
..­ atinoa­
ado. 
cap i­
ina. 
capl­
atina. 
e los 
erica 
arro­
nte 
fras 
ela­
un 
ual 
ue 
tu-
IS-
os 
0­
1­
6 
e 
1. El reconocimiento, por cierto bastante simple, de que la cri­
sis que ha vivido la region desde los primeros anos de la de­
cada ha tenido principalmente causas y contenido economicos. Lo 
significativo de ese reconocimiento, es que permite tener presente 
dos elementos: 
- Primero. El hecho de que el deterioro de las economias de la 
region Be ha dado simultaneamente con un mejoramiento de 
los espacios politicos, encabezados por el' retorno a la demo­
cracia en vados paises. Ello, ademas de significar que son 
principalmente los regimenes democraticos los que "se saca­
ron el tigre en la rifa", y que es sobre ell os y sobre el funcio­
namiento mismo de la democracia que recae el costo politico 
de 1'a crisis economica en situaciones en las cuales la apari­
cion 0 el regreso del autoritarismo esta latente (cuestiones 
estas que no abordaremos en el presente trabajo), plantea una 
aguda contradiccion entre los rumbos que efectivamente ha 
seguido la economia y aquellos otros, notablemente distintos, 
que eran esperables de acuerdo al nuevo panorama politico 
regional. Dicha contradiccion no es solo un resultado obliga­
do de la crisis, sino que tambien ha sido provocada, 0 al me­
nos notablemente exacerbada mas alIa de 10 que el desarro­
llo objetivo de la realidad exigia, por la direccion que han 
seguido las estrategias para enfrentar 1a crisis economica y 
por el conjunto de practicas estatales que se ha definido y 
a plicado en funcion de esa estrategia. Mas adelante retoma­
remos esle punto. 
- Segzmdo. La imposibilidad de achacar el estallido, pro fundi­
dad y duracion de la crisis a factores extraeconomicos, pese 
a 10 que cualquiera podria suponer si tuviera solamente a la 
vista las cifras que dan cuenta de la debacle ocurrida en Ame­
rica Latina. A excepcion de Nicaragua durante toda la deca­
da y de Panama durante los dos ultimos anos -paises en los 
cuales parte importante del deterioro economico se explica 
en el contexto de "conflictos de baja intensidad" con que el go­
bierno de los Estados Unidos ha actualizado la aplicacion re­
gional de su politica del "gran garrote" y a excepcion tam­
hien de El Salvador, en donde el conflicto politico y militar ha 
sido decisivo en el comportamiento de la economia, en los 
restantes paises latinoamericanos la crisis economica ha sido 
resultado no de guerras, con£lictos politicos internos, terre­
motos, sequias, etc., sino del propio funcionamiento de la 
economia, tanto de su funcionamiento interno como de su 
19 
insercion en la economia mundial y de sus relaciones con el 
resto del mundo. Es sobre estos aspectos, que abundaremos 
en los siguientes puntos. 
2. Un segundo nudo del amilisis nos parece que se deberiades­
prender del reconocimiento, tambien bastante obvio, de que 
toda crisis economica, incluida la que han venido atravesando los 
paises latinoamericanos desde hace mas de ocho anos, constituye 
un intento por "sanear" el funcionamiento de la economia, y que 
ese proceso incluye no s&lo la destruccion de 10 viejo, sino tam­
bien el desarrollo de nuevas tendencias y regularidades. En tal 
sentido, consideramos que hay una multitud de illdicios, entre los 
cuales se encuentran varios de los indicadores economicos presen­
tados en los anteriores apartados (y particularmente aquellos re­
feridos a la homogeneidad en la presencia, profundidad y dura­
cion de la crisis y al mayor peso con que ella ha recaido en los 
sectores asalariados), que son expresion de un nuevo escenario 
que a traves de la crisis esta intentando ser construido, de manera 
notablemente uniforme, en la gran mayoria de los paises de la 
region. 
A nuestro juicio, al interior de la crisis regional se ha venido 
desplegando un conjunto de tendencias, que consideramos son muy 
importantes, y que apuntan a la creacion de condiciones para una 
nueva forma de funcionamicnto del capitalismo en America La­
tina. Dichas tendencias, cuya presentacion y alllilisis hemos ido 
desarrollando en distintos Boletines, han tenido tres principa­
les ejes: abril',privatizar y liberalizar. La aplicacion de esos 
tres ejes, articulada en torno al discurso de la "modern i­
dad" cual tambiell ha sido notoriamente homogeneo-, ha 
constituido el aspecto central de la estrategia economica aplicada 
en nuestros paises en los ultimos anos y de los intentos para supe­
rar la crisis. Esa creaci6n de condiciones, que va mucho mas alIa 
de una correecion de desequilibrios macroecon6micos, y que in­
cluso trasciende el ambito de la economia, abarcando al conjunto 
de la actividad social, en 10 economico esta significando profun­
das modificaciones. Al respecto, recordaremos s&lo cuatro elemen­
tos generales: 
Los cambios en marcha incluyen multiples aspectos de los 
procesos individuales y nacionales de produccion, dando lu­
gar a 10 que en anteriores articulos hemos definido como 
"doble apertura": "apertura" de cada capital respecto a los 
demas capitates individuales al interior de las economfas la­
tinoamericanas y "apertura" de cad a ecollomia n~cional de 
_A ......At-il'.. _.l.JIJin~ .r.f'.FiUf'A'ia .ilL resto deLmundo4Al myel de las. 
20 
inserci6n en la economia mundial y de sus relaciones con el 
resto del mundo. Es sobre estol: "~"""dos que abundaremos 
en los siguienfpg -_.. . 	 ' 
e se deberia des­
te obvio, de que 
atravesando los 
afios, constituye 
economia, y que ... viejo, sino tam­
ridades. En tal 
icios, entre los 
omicos presen­
te aquellos re­
idad y dura­
ecaido en los 
evo escenario 
0, de manera 
paises de 1a 
e ha venido 
os son muy 
s para una 
erica La­
hemos ido 
pnnClpa­
de esos 
'modern i­
eo----, ha 
aplicada 
1'a supe­
uis alla 
e los 
o lu­
omo 
los 
la­
tinoamericanas y "apertura" de cada ecollomia nacional de 
America Latina ree-pecto al resto del mundo. Al nivel de las 
relaciones entreel capital y el trabajo, esos cambios se apo­
yan en un aumento sustancial de las tasas de explotaci6n del 
trabajo asalariado, al cual no vemos motivo para asignarle 
un canicter transitorio; al nivel de las relaciones entre frac­
ciones del capital, el apoyo est a dado pOl' un rapido desarro­
llo de la centralizaci6n de capitales, con un claro comando 
del proceso por parte del gran capital transnacionaL 
Las modificaciones apuntan uua restauraci6n plena del mer­
cado como espacio de confrontaci6n de condiciones indivi­
duales y nacionales de valorizaci6n, y de la competencia co­
mo criterio definitorio de la supervivencia de los capitales 
individuales y de las modalidades de funcionamiento de los 
capitales nacionales latinoamericanos. Se trata, desde nues­
tro punto de vista, de un acelerado proceso de imposicion de 
la economia mundialcomo referente no mediado del funcio­
.. 	 namiento economico y, por tanto, de un proceso de desestruc­
turaci6n del complejo sistema de mediacionesde 1a compe­
tencia que acompafio al funcionamiento previo de las eco­
nomias latinoamericanas. . .. . 
La redefinicion del papel del Estado en relaci6n a la econo­
mia constituye un componente central de las nuevas tenden­
cias, as!. como tambien ha sido centralIa gestion desarrolla­
dapor los Estados latinoamericanos para imponer el nuevo 
funcionamiento economico. Son los propios Estado& los que 
han encabezado el proceso de privatizacion de la vida econ6­
mica, y de reducci6n acelerada de su capacidad -y por su 
intermedio, de la capacidad que tiene la naci6n- para de­
finir los rumbos del desarrollo. 
Durante toda la dec ada de los ochellta, los illtentos a ultranza 
de servir la deuda externa se han constituido en el "caballo 
de troya" para la imposicion de las nuevas formas de fun­
cionamiento del capitalismo en America Latina. Es enarbo­
lando como consigna al pago de la deuda, que seha inten­
tado justificar la apertura irrestricta a todas las form as del 
capital ext ranj ero, la subita "vocacion exportadora" de las 
economias de la region, la reduccion salarial, el recorte y 
cambio de direccion de la actividad estatal, etc. 
Si bien en ese sentido el pago de la dcuda ha sido eficaz pa­
ra empujar hacia un rumbo distinto a las economias latino­
21 
americanas, al mismo tiempo ese pago se ha constituido en 
el obshiculo mas evidente para la superacion de la crisis y 
para un desarrollo medianamente sostenido de los procesos 
nacionales de acumulacion. Dicho de otro modo, el pago de 
la deuda ha ayudado a la creacion de condiciones para un 
Iuncionamiento distinto, pero el mismo pago de la deuda ha 
impedido el despliegue de ese nuevo Iuncionamiento. 
Una importante conclusion que se desprende de las conside­
raciones entregadas en este segundo punto es que, al contrario de 
10 que aun se plantea en algunos debates sobre la crisis en Ame­
rica Latina, el escenario economico regional no constituye una "tie­
rra de nadie" en la que aun todo este por deIinirse. Si bien la per­
plejidad ante la magnitud del deterioro economico, la falta de una 
respuesta ante los nuevos problemas y en general la incapacidad 
de entender la realidad y de actuar fobre ella, amenazan seguir 
siendo componentes principales de la reaccion ante la crisis para 
una buena parte de las socicdades latinoamerieanas, otros secto­
res de esas soeiedades estan impulsando desde haee ya varios afios, 
con una constancia digna de mejor causa, su salida de la crisis. 
De ahi que cualquier balance de 10 oeurrido en las econo­
mias latinoamericanas deberia inc1uir no solo una evaluacion de 
losestragos eausados por la crisis, sino tambien un analisis de la 
viabilidad, contenido y forma de las nuevas tendcncias que a tra­
yes de la crisis se han intentado imponer. En tal sentido, a las con­
sideraciones arriba planteadas respecto a las nuevas tendencias 
interesa agregar que, en nuestra opinion, la sola continuidad de la 
crisis y del problema de la deuda por mas de ocho afios, y las con­
secuencias que ello ha traido para la presencia de las economias 
latinoamericanas en la economia mundial y en los mercados inter­
nacionales de men.:ancias y de capitales, constituyen el mas seve­
ro de los cuestionamientos que la propia realidad capitalista im­
pone a la viabilidad de un proyecto construido sobre la base de 
lograr una presencia acrecentada de nuestras [conomias en la are­
na mundial. 
3. Un tercer y ultimo nudo del analisis, es aquel relativo al pa­
norama mundial en el cual se ha desenvuelto la crisis de Ame­
rica Latina, y a las relaciones con el resto del mundo que la re­
gion tuvo en los ochenta. Los element05 a destacar al respecto, 
consideramos que son los siguientes: 
Primero. Durante la decada de los ochenta, en el funciona­
miento de la economia mundial se acentuo al extremo el desarro­
22 
no desigual entre regiones siendo evidente el contraste, a partir de 
1982 entre la situacion del capitalismo avanzado por una parte, 
o; otra parte la del capitalismo atrasado y partlcularme~te ?e
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America Latina y Africa. En los do~~pnl!1~~~LilUOS e 
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110 desigual entre regiones siendo evidente el eontraste, a partir de 
1982, entre la situacion del capitalismo avanzado por una parte, 
y por otra parte la del capitalismo atrasado y particularmente de 
America Latina y Africa, En los dos primeros afios de la decada, 
en un escenario de crisis ciclica al interior del cual todos los pai­
ses se veian afectados, 10 que se definia en la arena internacional 
era la distribucion del peso de esa crisis, con el resultado de que 
cuando todos estaban perdiendo nuestros paises perdian mas; des­
de 1982 la situaciOn cambia radical'mente y 10 que nuestros paises 
asumen ya no es el peso de una crisis mundial, sino el peso de la 
recuperacion del capitalismo desarrollado, de tal manera que cuan­
do ellos comienzan a ganar nosotros continuamos perdiendo. 
La sola existencia de esa situacion pl'antea severos interro­
gantes haciael futuro, algunos de los cuales presentaremosposte­
riormente. Por ahora, interesa destacar que ese escenario de recu· 
peracion en el capitalismo desarrollado y de crisis en America 
Latina, nada tiene que ver con una multitud de teorizaciones cuyo 
principal punto de apoyo eran distintas versiones de la "teoria 
de la locomotora", segun la eual el creeimiento de los niveles de 
actividad en los paises desarrollados, y particularmente en los 
Estados Unidos, provocaria de manera obligada la salida de la 
crisis en Latinoameriea. Esas teorizaciones se han mostrado inco­
rrectas al menos para los ultimos siete afios, 10 que no es poco 
decir. 
Segundo. La ausencia durante los afios ochenta de una "pnic­
tica de la locomotora", y con ello el absoluto alejamiento de la 
realidad respecto de la correspondiente teoria, nos parece que cons­
tituye un reto analitico eseasamente abordado, pese a la impor­
tancia que dicho abordaje tiene para una comprension adecuada 
de 10 ocurrido con la insercion mundial y con las relaciones eco­
nomicas internacionales de America Latina durante esa decada. 
Mas alIa de las multiples frases de solidaridad y de condo­
lencia, que se han transformado en componente obligado de los 
discursos de los gobernantes de los paises desarrollados en los fo­
ros bilaterales y multilaterales, y mas aHa de sus reiteradas segu­
ridades de que el' crecimiento de America Latina Ie conviene a 
todos, nos parece que habria que empezar por preguntarse -in­
cluso como un requisito metodolOgico del analisis- si efectiva­
mente la situacion de America Latina ha tenido esa tan clara "dis­
funcionalidad" para la economia mundial que todos Ie atribuyen. 
Sin animo de intentar en este articulo una respuesta, sino tan so­
23 
10 buscando desbrozar el camino para futuros intentos, nos inte­
resa dejar p1anteado 10 siguiente: 
Nada de 10 ocurrido en la decada de los ochenta justifica el 
asumir comO objetivo del funcionamiento del sistema capi­
ta1ista en esa decada, un crecimiento equilibrado de las eco­
nomias llacionales. Dicha asuncion es historicamente falsa, 
y es aun mas falsa para una decada que se caracterizo por la 
agudizacion de la competencia a todos los niveles, por una 
luchaacrecentada en los mere ados internacionales de mer­
candas y de capitales y por una centralizacion de la toma de 
decisiones entre -yen funci6n de los intereses un gru­
po cad a vez mas reducido de paises. Inc1u50 mas alIa de 10 
ocurrido en los mercados y en la competencia, el sentido ill'­
timo de las restructuraciones que se han venido dando en los 
procesos productivos al interior del capitalismo desarrollado, 
sobre todo desde 1a segunda mitad de la decada, es el de crear 
las condiciones para sa1ir victoriosos en un enfren!amiento de 
tapitales individuales y nacionales que promete volverse aun 
mas violento en los anos por venir. 
En los aDOS mas recientes, a esa situaci6n s,: han sumado las 
profundas modificaciones que e8tan ocurriendo en las econo­
mias de Europa del Este. De manera inmediata, dichas mo­
dificaciones estan significando que para e1 capitalismo desa­
rrollado esos paises tiendan a constituirse en un polo de atrac­
cion de mercandas y de capitales, y en tal sentido Ie dispu­
tanin a America Latina la recepci6n de una parte importan­
te de los capitales excedentarios que bus can colocaci6n; en el 
mediano y largo plazos l'as economias de Europa del Este, 
en distinto grado segun el rumbo que finalmente tome cada 
una de eHas, apuntan a tener una presencia cualitativamente 
diferente en los mercados mundia1es y en la competencia in­
ternacional. 
Ante ese panorama, un m mImo de rea1ismo obligaria a no 
asumir aprioristicamente que en los aDOS ochenta el creci­
micnto de America Latina cOllstituy6 algo asi como una prio­
ridad mundial no alcanzada, a aceptar que si de prioridades 
se trata bien pueden haber existido regiones con mayor inte­
res que 1a nucstra para c1 capitalismo desarrollado y a no 
confundir los intereses naciona1es de los paises de America 
Latina, e incluso los intereses de aquellas fracciones de la 
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la crisis, con los intereses y necesidades de las economias ca­
pitalistas desarrolladas y del gran capital transnacional. 
A juzgar por la absoluta primacia que los gobiernos de los 
paises desarrollados y los organismos internacionales que elIos 
dirig n han otorgado a la "modernizacion" de nuestras eco­
nomias, resulta evidente que para ellos 10 mejor son econo­
mias latinoamericanas mas abiertas, mas privadas y con un 
funcionamiento mas libre de sus mercados. Sin embargo, tam­
bien a este nivel habria que preguntarse si 10 que es "bueno" 
para elIos Iambien 10es para nosotros, empezando por tener 
claro quienes componen el "nosotros". 
Partiendo del hecho de que el pago de la deuda externa ha 
constituido la forma dominante de relaci6n entre nuestros 
paises y el capitalismo desarrollado durante los ultimos sie­
te afios, convendria. distinguir entre 10 irracional de ese· pago 
desde el punto de vista de Jos procesos nacionales de acumu­
lacion en .America Latina., y 10 racional que el' pU8.de haber 
.. resultado desde el punto,de vista no solo de losbancos acree­
dores sino . del coujunto del capitalismo desarrollado. Desde 
esa perspectiva, consideramos que la recepcion de intereses 
es la mejor forma derelacionarse con 'economias en crisis. 
Para justificar esa afirmacion, basta tener presente que en 
principio la relacioll1 acreedor-deudor, a diferencia de 10 que 
ocurre con la inversion extranjera directa y con las relacio­
nes de compra y venta demercancias, es la unicaen la cual 
el traspaso de excedentes, en este caso bacia el exterior, se 
desenvuelve con independencia de las condiciones individua­
les y nacionales de la acumulaci6n, 10 que no es mas que un 
resultado directo -llt.vado hasta el extremo con la deuda 
externa de America Latina durante la decada de los ochen­
ta- de la forma exterior aI' proceso de produccion que reo 
viste el movimientode todo capital dinero de prestamo. 
T ace.ro. Para terminar, y tambien a manera de hip6tesis ini­
ciales paradesarrollar en el futuro, interesa dejar planteados al 
menos dos interrogantes respecto a. posibles escenarios ·de las re­
laciones economicas intemacionales de America Latina en 1'a de­
eada que se inicia: 
- Un primer interrogante, euyoanalisis deberia constItUIr 
mucho mas que un ejercicio academico, se refiere a las con­
secuencias que para las economias de America Latina ten­
25 
dria una nueva crisis cic1ica del mercado mundial. En termi­
nos generales, nos parece que dicha crisis, cuya posible ocu­
rrencia en el mediano plazo de ninguna manera puede ser 
descartada, tendria dos tipos de efectos en la region: por una 
parte, como resultado de que esa crisis mundial se superpon­
dria a la crisis por la que viene atravesando America Latina, 
su estallido con toda seguridad que de manera inmediata em­
pujaria aun mas a nuestras economias hacia el abismo, afec­
tando hasta un grado inimaginable los ya deteriorados nive­
les de actividad; por otra parte, y dependiendo de los senti­
dos que tomara esa posible crisis ciclica y de la profundidad 
con que eUa restructurara el actual funcionamiento de la eco­
nomia mundial, podria ocurrir que en el mediano plazo ella 
diera Iugar a un escenario distinto, en cuyo interior el creci­
miento de las economias latinoamericanas tuviera condicio­
nes de existencia mas propicias que las actuales. Por ejem­
plo, si seconsidera que el funcionamiento de la economia 
mundial de las ultimas decadas aun no ha saldado cuentas 
con el rapido desarrollo que ha tenido el credito, con la di­
sociacion entre ese desarrollo y los niveles y ritmos de la acu­
mulacion, con los profundos desequilibrios presentes en el 
capitalismo desarrollado y con los intentos del dolar por fun­
cionar como dinero mundial', bien podria ser que una nueva 
crisis ciclica tuviera entre sus resultados a una profunda de­
preciacio'll del dolar y a un ajuste del sistema de credito que 
incluyera la depreciacion definitiva de los titulos de la deuda 
externa del capitalismo atrasado. 
Un segundo interrogante, tanto 0 mas importante que el 
anterior, es aquel referido a la posibilidad de que Ia situa­
cion de los ochenta se prolongue durante la decada que se 
esta iniciando, esto es, que el capitalismo desarrollado con­
tinue manteniendo su crecimiento a costa de la manutenci6n 
de la crisis en nuestros paises. Mas que apostar pesimista­
mente a favor de esa posibilidad, 10 que nos interesa es que 
ella no sea descartada por un razonamiento tan simple como 
el suponer que en los noventa rendira frutos la supuesta cru­
zada mundial para sacar de la crisis a nuestras economias. 
A ello habria que agregar que si el capitalismo dcsarrollado 
tiende en los noventa a mantener las formas de relacion que 
mantuvo en la decada pasada con America Latina, y si para­
lela mente no hay una modificacion sustancial de la compla­
cenci a con que esas formas de relaci6n han sido asumidas 
26 
internamente en nuestros paises, es perfecta mente posible que 
en Ia decada que se inicia el funcionamiento de Ia economia 
mundi~l. emp' • nU.I:da._re£Li6n s..e mantenga al interior de 
una CrISIS ---. " . 
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dria una nueva crisis ciclica del mercado mundial. En termi­
nos g~nerales, nos parece que dicha crisis, cuya posihle ocu­
rrenCla en el medlano plazo de ninguna manera puede ser 
descartada, tendria dos tipos de efectos en la reg,i6n: nO.[ una 
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intemamente en nuestros paises, es periectamente posihle que 
en la decada que se inicia el funcionamiento de la economia 
mundial empuje a que la region se mantenga al interior de 
una crisis que hasta ahora ha tenido como principales ejes 
la husqueda de una recuperacion que no aparece y la re­
estructuraci6n en direcciones que no logran concretarse. 
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Cuadro 3 
AMERICA LATINA EN LOS TOTALES MUNDIALES 
1970 1975 1980 1985 1989 
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Producto 6.0 7.0 7.5 6.8 6.5 
I. E. D. n.d. n.d. 11.8 8.1 5.8 
Credito Internac. 3 12 4.7 2.9 3.6* 
Exportaciones 5.7 5.7 5.5 5.3 3.9 
1mportaciones 5.7 6.3 5.8 3.9 2.8 
:« 	 Corresponde a 1988. 
Cuadro 4 
IMPORTANCIA RECIPROCA DEL COMERCIO 
INTERNACIONAL ENTRE EL CAPITALISMO DESARROLLADO 
Y AMERICA LATINA 
1972 1976 1980 1984 1988 
Importaciones desde C. D. 
como % de sus Imp. totales 
Exportaciones hacia C. D. 
como % de sus Exp. Totales 
Importaciones desde A. L. 
como % de sus Imp. totales 
Exportaciones hacia A. L. 
como % de sus Exp. totales 
AMERICA LATINA 
75.8 61.6 60.3 62.1 72.6 
72.7 	 68.4 65.3 70.1 72.9 
CAPITALISMO DESARROLLADO 
5.8 5.4 5.6 6.9 4.8 
5.9 5.8 6.0 4.6 4.0 
FUENTE; F. M. I., direction of trade Statistics, Yearbook, varios mimeros 
31 
I 
Cuadro 5 
AMERICA LATINA EN 1989 
P. I. B. 
P. I. B. Per capita 
I. P. C. 
Pr. del Interc. 
Exportaciones 
1mportaciones 
Balanza comercial 
Utilidades e intereses 
Cuenta corriente 
Movimiento de capitales 
Deuda externa 
Transferencia neta 
1987 1988 1989 :1 
(tasas anuales de crecimiento) ,I 
I 
2.9 0.6 1.1 
0.7 -1 
198.5 757.7 994.2 
-0.5 1.9 
(miles de millones de d61ares) 
89.2 101.5 110.3 
67.4 76.2 82.3 
21.8 25.3 28 
-31.4 -34.2 -38.3 
-10.7 -10.3 -11.1 
14.9 5.3 13.7 
416.3 413 415.9 
-16.5 -28.9 -24.6 
FUENTE: Balance preliminar 1989. CEPAL 
32 
	Sin título

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