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pág. 0 6-12-2019 TERAPIAS ALTERNATIVAS NO FARMACOLÓGICAS PARA EL MANEJO DEL PATRÓN DEL SUEÑO ALTERADO [00198] EN EL PACIENTE ADULTO INTERNADO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO Manuel Alejandro Granada Gómez UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA pág. 1 TERAPIAS ALTERNATIVAS NO FARMACOLÓGICAS PARA EL MANEJO DEL PATRÓN DEL SUEÑO ALTERADO EN EL PACIENTE ADULTO INTERNADO EN LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO Manuel Alejandro Granada Gómez Enfermero. Magister en Ciencias Básicas Biomédicas con énfasis en: Bioquímica – Farmacología - Fisiología Asesora María Eugenia Hincapié Zapata Magister en Epidemiología Universidad de Antioquia Facultad de Enfermería Especialización Cuidado de Enfermería al Adulto en Estado Crítico de Salud Departamento de Posgrado Medellín 2019 pág. 2 AGRADECIMIENTOS “A Dios, a mi familia y todos aquellos que hicieron posible este trabajo con su apoyo incondicional” "Debe evitarse hablar a los jóvenes del éxito, como si se tratase del objetivo principal en la vida. La razón más importante para trabajar en la escuela y en la vida es el placer de trabajar, el placer de su resultado y el conocimiento del valor del resultado para la comunidad" Albert Einstein pág. 3 Tabla de contenido AGRADECIMIENTOS ............................................................................................................... 2 RESUMEN ............................................................................................................................... 5 INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 6 ANTECEDENTES ...................................................................................................................... 8 JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................................... 15 OBJETIVO GENERAL .............................................................................................................. 18 Objetivos específicos: ....................................................................................................... 18 METODOLOGÍA .................................................................................................................... 19 Presentación descriptiva del material bibliográfico ......................................................... 19 Documentos seleccionados .............................................................................................. 20 Enfoque metodológico de las publicaciones .................................................................... 21 ANALISIS INTERPRETATIVO DE LOS DATOS .......................................................................... 20 Capítulo 1. Patrón del sueño ................................................................................................ 21 1.1 El sueño y sus características .................................................................................. 21 1.2 Efectos del sueño .................................................................................................... 22 1.3 Trastornos asociados a la falta de sueño en la unidad de cuidado intensivo ... 24 1.4 Causas de los trastornos del sueño asociados a las intervenciones en las unidades de cuidado intensivo ..................................................................................................... 27 Capítulo 2. Terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño alterado en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo..................... 30 2.1 Musicoterapia ......................................................................................................... 31 2.2 Aromaterapia .......................................................................................................... 36 2.3 Masoterapia ............................................................................................................ 39 Capítulo 3. El proceso de enfermería como metodología para el manejo del patrón del sueño alterado (00198) en el paciente adulto internado en la UCI, basado en terapias alternativas no farmacológicas: musicoterapia, aromaterapia y masoterapia. ...................................... 44 3.1 Valoración de enfermería ....................................................................................... 45 3.2 Diagnóstico, intervenciones y resultados esperados de enfermería: Taxonomías NANDA, NIC y NOC........................................................................................................ 46 pág. 4 CONSIDERACIONES ETICAS .................................................................................................. 51 CONCLUSIONES .................................................................................................................... 52 RECOMENDACIONES ............................................................................................................ 53 ANEXOS ................................................................................................................................ 54 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ............................................................................................ 55 pág. 5 RESUMEN El sueño es la suspensión periódica natural de la conciencia durante la cual se recupera el organismo. El sueño de los adultos internados en la unidad de cuidado intensivo (UCI) es constantemente interrumpido por condiciones ambientales, de salud y derivadas del cuidado. Esto tiene efectos negativos sobre el funcionamiento del sistema inmune, respiratorio, cardiovascular y neurológico. Clásicamente el manejo del patrón del sueño alterado es la administración de fármacos que a su vez con llevan a efectos adversos, en este contexto las terapias alternativas han mostrado utilidad en mejorar la calidad del sueño del paciente crítico. El objetivo de este trabajo fue describir las tendencias en el uso de la musicoterapia, aromaterapia y masoterapia en el manejo del patrón del sueño alterado [00198] contribuyendo al papel del profesional de enfermería en el cuidado del paciente adulto en la UCI. En esta revisión documental se analizó el texto completo de 91 artículos y mediante un análisis se definieron tres grandes temáticas: 1) Patrón del sueño; 2) Terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño alterado en el paciente adulto internado en la UCI (musicoterapia, aromaterapia y masoterapia) y 3) El proceso de enfermería como metodología para el manejo y el cuidado del adulto internado en la UCI con patrón del sueño alterado. En conclusión los artículos analizados encontraron una diferencia estadísticamente significativa con valores de p< 0,05 que sugieren que la musicoterapia, aromaterapia y masoterapia son una herramienta importante en el manejo del patrón del sueño alterado en los adultos internados en la UCI. pág. 6 INTRODUCCIÓN El sueño es una necesidad biológica que permite la recuperación de energía y la restauración de las condiciones de la mente. Promover el descanso y el sueño es esencial para el cuidado integral del paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo (UCI). Con el avance de la edad, los periodos de descanso suelen ser más cortos, pero igualmente necesarios. Sin embargo, con la intervención constante para los cuidados de enfermería, el sueño de los pacientes adultos internados en la UCI se ve constantemente interrumpido (Hardin, 2009). Así también, se relacionan condiciones ambientales como, las alarmas de los monitores, la intensidad de luz, la baja temperatura, el tamaño del colchón dela cama, el entorno no familiar y las intervenciones terapéuticas, con el incremento del riesgo de sufrir alteraciones del sueño como el insomnio en diferentes grados de afectación, que suele ser el trastorno del sueño más común de los pacientes en la UCI (Gras y col., 2009). Sumado a lo anterior, los adultos mayores internados en la UCI presentan cambios fisiológicos que afectan su ciclo circadiano, definido como las actividades biológicas durante un periodo de tiempo; en los seres humanos suele ser de 24 horas, dependientes de la duración del día y la noche terrestre (Nader y col., 2010), y que además tienen la necesidad de un consumo de múltiples medicamentos, con cambios en la alimentación debido a la alteración del estado de salud y en consecuencia suelen tener el sueño fragmentado y más corto (Sanz, 2013). Por esto se considera importante identificar terapias alternativas aplicables al que hacer de enfermería, “el cuidado”, que permitan mejorar la calidad del sueño de los pacientes ingresados en la UCI para que estos no modifiquen su patrón de descanso habitual y así puedan tener una mejor recuperación. En este trabajo, se parte de una breve descripción de las características y la fisiología del sueño para pág. 7 luego discutir los diferentes factores de la UCI que lo alteran, permitiendo al profesional de enfermería diagnosticar patrón del sueño alterado [00198] definido en la International Nursing Diagnoses: Definitions and Classifications 2015-2017; Herdman T.H. (NANDA) (BV, 2019) como, “Interrupciones durante un tiempo limitado de la cantidad y calidad del sueño debidas a factores externos”. Por otro lado describir las intervenciones de enfermería (NIC) en terapias alternativas como musicoterapia (4400), aromaterapia (1330) y masoterapia (1480) sobre la calidad del sueño en el contexto de cuidados intensivos. Finalmente se propone un plan de atención de enfermería basado en estas alternativas terapéuticas en el paciente adulto internado en UCI. pág. 8 ANTECEDENTES La investigación básica biomédica y clínica durante los últimos años se ha propuesto documentar el rol fundamental que tiene el sueño y el descanso en las esferas de la salud biológica, psicológica, emocional y social. Esto, debido a la importancia del sueño como proceso fisiológico regulador de la energía necesaria para la homeostasis del organismo. Desde 1862, con los aportes de Kohlschutter, se ha estudiado como se desarrolla el sueño durante el tiempo en el que permanecemos dormidos (citado por Bonnet, 1978); sin embargo, solo con la invención de la polisomnografía se logró registrar que durante el sueño se presentan diferentes etapas de acuerdo a la actividad cerebral (Vizcarra, 2000). Es así como Loomis, en 1937, inicialmente logró distinguir cinco etapas del sueño, y las nombró según las cinco primeras letras del abecedario (Loomis, Harvey, & Hobart, 1937). Dement & Kleitman, en 1957, distinguieron y clasificaron dichas etapas como I, II, III y IV dentro del sueño Non-Rapid Eye Movement (NREM, por sus siglas en inglés) o movimiento lento de los ojos, eliminando una de las etapas de Loomis; esta clasificación es la más aceptada actualmente. Los estadios A y B de Loomis, corresponden a la etapa I de Kleitman, las demás etapas coinciden perfectamente. Los estadios I y II hacen referencia al sueño superficial o inicial y las etapas III y IV al conocido frecuentemente como sueño profundo (Dement y Kleitman, 1957). Años más tarde, Jouvet (1965), reportó la existencia del sueño Rapid Eye Movement (REM por sus siglas en inglés) o de movimiento ocular rápido (MOR) a la que se le atribuye ser indispensable para la recuperación emocional y psicológica de la persona (Jouvet, 1965) y que se describen más adelante. En este sentido, dentro del equipo de salud, el profesional de enfermería debe enfocarse en que el paciente críticamente enfermo logre un sueño reparador (Basco, 2010). pág. 9 El interés por conocer la dinámica del sueño ha ido en aumento con la aparición de los trastornos que se han relacionado a la falta de un adecuado descanso. Es así como Pisani y col. (2015) revisaron las anormalidades asociadas al sueño reportadas en pacientes de la UCI y relacionaron los métodos por los cuales resulta eficaz medir el sueño. Ellos encontraron reportes previos donde usan métodos como la polisomnografía, la actigrafía y algunos cuestionarios, para indagar y evaluar alteraciones del sueño relacionadas con la permanencia de los pacientes en la UCI o sí, por el contrario son propias de su ciclo circadiano regular. Así también analizaron el impacto de los obstáculos ambientales modificables para el sueño del paciente, como la luz, el ruido, la temperatura y las intervenciones del cuidado de enfermería y revisaron algunos métodos descritos para mejorar el patrón del sueño alterado en el contexto de una enfermedad crítica. Así pues, logran concluir que dentro de las manifestaciones de disfunción cerebral frecuentes en la UCI, como delirio, uno de los principales factores de riesgo son las alteraciones en el patrón del sueño. Por lo anterior, proponen un enfoque multidisciplinario para comprender y tratar los problemas en el patrón del sueño, así como mejorar el compromiso por parte de los profesionales de la UCI y los administradores del hospital por mejorar las condiciones ambientales que permitan el adecuado descanso, lo que a su vez puede conducir a una mejora significativa en la atención de la UCI y los resultados en la salud del paciente. El número de interrupciones del sueño en los pacientes internados en la UCI ha sido reportado por varios autores, Woods (1972) reporto en 4 pacientes en posoperatorio de bypass cardiopulmonar que las actividades de enfermería entre las 11 pm y las 7 am infieren en el sueño de los pacientes, siendo el mayor numero 56 interrupciones en el sueño durante la primera noche luego de la cirugía disminuyendo hasta 5,5 en la octava noche posoperatoria, las principales interrupciones correspondieron a actividades de monitoreo e higiene de la vía aérea. Por su parte, Tamburri y col. (2004), realizaron una revisión retrospectiva aleatoria de los registros médicos de 50 pacientes ingresados en cuatro UCI, los resultados pág. 10 se obtuvieron de un registro de estancia de 147 noches estudiadas desde las 7 pm hasta las 7 am donde la media de interrupciones derivadas de la atención fue de 42.6 siendo la hora más común la media noche, además el 62% de los baños de los pacientes se realizó en la noche siendo una de las interrupciones más relevantes del cuidado. Así también, registraron hasta 42,6 intervenciones en una noche para el cuidado de pacientes en la UCI. Estos autores aseguran que un número de horas de sueño suficientes es considerado importante para el descanso, y que el sueño interrumpido no permite la reposición de la energía adecuadamente. Por otro lado, Basco y col. (2010), describen las características del sueño propias de los pacientes en una unidad de cuidados intensivos y también hacen referencia a los cambios en el ritmo circadiano de estos pacientes atribuidos a la estructura de las UCI que están alteradas por un elevado nivel de ruido permanente y exceso de luces ambientales que dificultan la orientación entre el día y la noche influyendo sobre la aparición de dificultades para conciliar el sueño durante su permanencia en la UCI, causando estrés e incomodidad que a la vez dificultan su mejoría. Gracias a la revisión realizada por Basco y col. (2010), se puede notar que existen discrepancias en cuanto a la causa de las dificultades para conciliar el sueño en los pacientes de la UCI. También describieron los factores propios de las UCI que influyen en el patrón del sueño alterado que encontraron en los artículosrevisados; los factores fueron: el ruido de las alarmas, la luz, las interrupciones frecuentes del sueño derivada de la atención, la posición, la sed, el dolor, la preocupación por el estado de salud. Esto debido a la percepción de diferentes autores, referidos por Basco y col. (2010), frente a la influencia de los factores ambientales y el estrés fisiológico en el sueño, pues algunos de los investigadores referidos por este autor consideran que el ruido y la luz no son un impedimento para conciliar el sueño. Otras investigaciones más fundamentadas, como el trabajo de Alvarado y col., (2003, citado por Basco, 2010), determinaron la intensidad media de los niveles sonoros en una UCI durante 24 horas, siendo éstos fijados en 65 decibeles (dB), con picos pág. 11 de más de 95 dB, cuando el Consejo Internacional del Ruido, perteneciente a la OMS, sugiere 45 dB de ruido en el día y máximo 40 dB en la noche en los hospitales. En el contexto de Colombia, Saldaña y col. (2014), realizó una compilación de posibles factores que fueron descritos por los propios pacientes y que estos consideran que tienen efectos en la privación del sueño en pacientes en estado crítico y que serán ampliados más adelante. En este sentido, otros autores consideran la edad como el factor más importante; sin embargo, los hallazgos de Saldaña y col. (2014) permiten considerar que la percepción del sueño no depende exclusivamente de factores intrínsecos, como la edad y su relación con el patrón del sueño, sino que existen factores extrínsecos como el ambiente, las intervenciones de cuidado y medicamentos que pueden afectarlo, puesto que muchos de los pacientes reciben tratamiento farmacológico con medicamentos que afectan el patrón normal de sueño. En su trabajo, también describen algunas herramientas como la encuesta a los pacientes, para la valoración de la calidad y la cantidad del sueño. Otra de las herramientas para valorar el sueño utilizada por los investigadores de dicho estudio fue el cuestionario del sueño de Richards-Campbell, el cual está constituido por 5 ítems, cada uno de los cuales se puntúa de 0 (peor sueño) a 100 (óptimo sueño). Se logró determinar que los trastornos del sueño son más frecuentes en pacientes mayores de 60 años. No obstante, el 40 % de los pacientes tenía menos de 60 años y también refirieron dificultades para dormir. Lo anterior podría indicar que la percepción del sueño no depende solo de la edad, sino que también se ve afectado por las condiciones de los pacientes que generalmente son remitidos a esta unidad debido a que padecen de patologías de manejo médico, como infarto agudo de miocardio, diabetes mellitus, falla respiratoria y falla cardiaca. Además, se encontró que la mayoría de los pacientes corresponden al sexo masculino, con una media de edad de 58 años y una estancia promedio mayor de 72 horas en la UCI. Mientras que, Cordero y col. (2009), realizaron un estudio observacional descriptivo transversal, en el cuál aplicaron una encuesta a diferentes profesionales de pág. 12 enfermería para saber si ellos tenían conocimientos sobre las etapas del sueño y si eran capaces de reconocer si los pacientes bajo sus cuidados descansaban adecuadamente. Con esta investigación se logró determinar que un 75% de los enfermeros sí conocen teóricamente las fases NREM y REM del sueño, pero el 55% no tienen claro o no logra identificar cuando un paciente está en sueño NREM o REM. Además, los enfermeros consideran que los pacientes que se despiertan en alguna fase cuando vuelven a dormir comienzan por la fase I del sueño NREM iniciando de nuevo el reposo, sin embargo, ellos afirman que esto no implica que las personas no puedan descansar. Con esta investigación, se logra conocer que las condiciones estructurales de las UCI y la falta de capacitación del personal de enfermería no permiten que dichos profesionales de la salud puedan desarrollar sus funciones garantizando el adecuado descanso de los pacientes internados en la unidad de cuidado intensivo. En este sentido y buscando mejorar las condiciones de sueño de los pacientes durante la hospitalización, se ha aplicado diferentes terapias: Terapia farmacológica convencional: los fármacos más utilizados para el tratamiento del patrón del sueño alterado son las benzodiacepinas y los hipnóticos no benzodiacepínicos (de la Guía, 2009) (Botargues, 2005). Las benzodiacepinas se clasifican como depresores del sistema nervioso central (SNC), sus efectos se ejercen sobre el receptor ácido gammaaminobutírico A (GABA-A) causando hipnosis, ansiolisís, relajación muscular y dependiendo de la dosis efectos antiepilépticos (de Castro, Rodríguez, Ortega, & Agüero, 2012). Pero a pesar de estos efectos benéficos, poseen efectos no deseados como alteración de la arquitectura del sueño acortando las fases del sueño, además su uso prolongado conlleva a taquifilaxia (de la Guía, 2009). Los hipnóticos no benzodiacepínicos causan solo hipnosis (Medina-Chávez et al., 2014). Terapia farmacológica alternativa: buscando mejorar las condiciones de estos pacientes durante la hospitalización, se ha aplicado farmacología alternativa que pág. 13 ayude a mejorar su estado de salud; es así como se han aplicado tratamientos convencionales que no benefician a todos los pacientes, y existe incertidumbre acerca de los efectos de su uso a largo plazo. Dentro de los informes médicos, se han llegado a reportar terapias que incluyen tratamientos con melatonina, kava, valeriana, lavanda, lúpulo, compuestos herbales chinos y japoneses, piridoxina, hierba de San Juan y manzanilla alemana, y terapias no farmacológicas, que incluyen magnetismo, masajes, acupuntura, musicoterapia, tai chi, y ruido blanco, aromaterapia (Lindahl, 1989; Williamson, 1992; Sack, 1998; Levin, 1998; Chen, 1999; Holsboer, 2000; Pelka, 2001; Sok, 2003; Li, 2004; citados por Cherniack, 2006). Ya que los efectos de los fármacos convencionales no son benéficos por completo, un artículo de revisión, describió diferentes fármacos alternativos usados para el manejo de los trastornos del sueño los tratamientos incluyen la hormona natural melatonina como una de las más estudiadas, sus efectos se ejercen sobre el SNC prolongando el sueño y mejorando su eficiencia, otro medicamento alternativo es la hierba de valeriana que puede interactuar con la neurona presináptica inhibiendo la recaptación del ácido γ-aminobutírico (GABA) en el hipocampo para así inducir el sueño. También se ha usado valeriana en combinación con lúpulo, pero este último solo tuvo efectos sobre la calidad del sueño en un estudio por esto su efecto no es concluyente. Otra de las combinaciones usadas fue valeriana con Kava un derivado de la raíz Piper methysticum, pero por sus efectos de hepatotoxicidad se descartó su uso (Cherniack, 2006). Terapias no farmacológicas: Actualmente se encuentran terapias no farmacológicas alternativas que ofrecen ventajas potenciales como bajo costo y bajos efectos secundarios, las investigaciones sobre estas han sido aún menos rigurosas y por lo tanto no generan confianza para su aplicación por el personal de enfermería. Por lo anterior, en este trabajo se realizará una relación de diferentes investigaciones basadas en el efecto de dichas terapias para mejorar las condiciones de sueño y mitigar los trastornos del mismo en pacientes internados en pág. 14 UCI. dentro de estas se incluyen magnetismo (Pelka, Jaenicke, & Gruenwald, 2001), acupuntura (Sok, Erlen, & Kim, 2003), tai chi (Li et al., 2004), pero para fines de este documento se ampliarán las intervenciones de enfermería en terapias alternativas no farmacológicas, musicoterapia, aromaterapia y masoterapia. pág. 15 JUSTIFICACIÓN Los trastornos del sueño son referidos por los pacientes adultos internados en la unidad de cuidadosintensivos como uno de los factores físicos que más provocan estrés. Según diferentes investigaciones (Finlay, 1991; Tembo y col., 2009; De Almeida y Ribas, 2009), la privación del sueño tiene efectos negativos sobre el funcionamiento del sistema inmune, el sistema respiratorio, cardiovascular y neurológico llegando a producir delirio y psicosis. Por esto, es necesario integrar al modelo de cuidado tradicional biomédico, medidas poco exploradas en nuestro medio, que coadyuven en la prevención y/o manejo del patrón del sueño alterado en pacientes en estado crítico de salud, de tal forma que favorezcan su estado de confort físico, cantidad y calidad del sueño. El paciente críticamente enfermo tiene una condición clínica y necesidades de cuidados especiales, se caracteriza por presentar una patología grave que amenaza su vida, pero por su disfunción actual que afecta uno o varios órganos requiere un tratamiento adecuado y oportuno para recuperar su salud (Beltrán-Salazar, 2009). Por estas condiciones, requiere ser ingresado a una unidad especializada donde se le brindaran una serie de cuidados y tratamientos personalizados, con el uso de equipos de tecnología y la mayoría a través de procedimientos invasivos (Kiarie, 2011). Desde las teorías de enfermería de Virginia Henderson, de Marjory Gordon o desde la NANDA, se contempla el sueño como una necesidad, un patrón o un dominio que debe ser satisfecho por el profesional de enfermería a través de sus intervenciones de cuidado, cuando este objetivo no se cumple conlleva a una disrupción del sueño que aumenta la morbilidad y mortalidad del paciente critico (Pulak & Jensen, 2016). Como se mencionó anteriormente, clásicamente el manejo del patrón del sueño alterado, se enfoca en la administración de fármacos como las benzodiacepinas, los agonistas de los receptores de benzodiacepinas, los antihistamínicos, los pág. 16 antidepresivos, la melatonina y los antipsicóticos, estos fármacos a su vez pueden con llevar a un aumento en efectos adversos como: taquifilaxia, sedación diurna, retardo cognitivo y motor, incluso insomnio prominente y síndrome de abstinencia (Romero & García, 2005). Aunque el tratamiento farmacológico es útil en algunos contextos, no siempre alcanza el objetivo terapéutico ayudar a conciliar el sueño, es aquí donde las terapias alternativas han demostrado utilidad (Hu y col., 2015), pero intervenciones terapéuticas alternativas como la musicoterapia, la aromaterapia y la masoterapia han sido poco aprovechadas, y podrían presentarse como coadyuvantes para la prevención o por si solas como tratamiento del patrón del sueño alterado en el paciente adulto internado en la UCI; el profesional de enfermería puede jugar un rol interesante en la administración de estas terapias que han mostrado utilidad, efectos placenteros y buenos resultados en diferentes contextos, además que son de fácil aplicabilidad y de bajo costo (Choedon, Mathan, & Kumar, 2015). Su y col. (2013), evaluaron los efectos de la musicoterapia en la calidad del sueño y la relajación, incluyendo la frecuencia cardiaca, presión arterial media y frecuencia respiratoria, se encontró que el grupo de estudio n=14 que recibieron musicoterapia tenían un tiempo más corto en la etapa del sueño NREM II, pero más tiempo en la etapa III de sueño profundo y reparador vs el grupo control n=14 pacientes sin música para dormir (p=0,014), además también presentaron frecuencias cardiacas más bajas indicador de sueño profundo (p<0,003) (Su y col., 2013). En cuanto a estudios relacionados con aromaterapia, (Moeini, Khadibi, Bekhradi, Mahmoudian, & Nazari, 2010), realizaron un estudio clínico ciego, en pacientes hospitalizados con enfermedad cardiaca, el grupo control recibió aromaterapia con aceite de lavanda 9 horas y el grupo control sin recibir la intervención, además este ensayo describió características a tener en cuenta antes de implementar la intervención como el tiempo, cuando la enfermedad pase la fase aguda, el no haber recibido fármacos como las benzodiacepinas y otros hipnóticos, no tener adicciones. Estos autores reportaron una diferencia estadísticamente significativa pág. 17 en la calidad del sueño de pacientes internados en UCI con enfermedad isquémica del corazón los cuales recibieron aromaterapia en comparación con el grupo control (Moeini et al., 2010). En cuanto a masoterapia la evidencia es más reducida en el contexto de las UCI, pero se conoce que estas intervenciones mejoran la calidad del sueño en comparación con pacientes que no reciben la terapia (Shinde & Anjum, 2014). Además actualmente existe la intensión de brindar confort a través de cuidados alternativos a pacientes en UCI, aunque es una tarea nueva y en constante desarrollo, se ha observado un impacto positivo cada vez mayor en el estado de salud de los pacientes (Cherniack, 2006). En Colombia, se requiere ampliar el modelo de cuidado de enfermería, de modo que se incluyan las terapias alternativas en la prevención del trastorno del sueño en los pacientes de UCI, esto permitirá aportar evidencia científica que enriquezca la profesión de enfermería, favoreciendo la calidad de vida del paciente críticamente enfermo. Basados en lo anterior y considerando que la musicoterapia, la aromaterapia y la masoterapia tienen efectos benéficos en la calidad del sueño de los pacientes críticamente enfermos, se planteó la siguiente pregunta: ¿Las terapias alternativas como la musicoterapia, aromaterapia y masoterapia previenen el trastorno del patrón del sueño en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo? pág. 18 OBJETIVO GENERAL Describir las tendencias en el uso de la musicoterapia, aromaterapia y masoterapia en el manejo del patrón del sueño alterado [00198] contribuyendo al papel del profesional de enfermería en el cuidado del paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo. Objetivos específicos: Describir las características de las terapias alternativas musicoterapia, aromaterapia y masoterapia, en el contexto del patrón del sueño en los adultos internados en la unidad de cuidados intensivos. Conocer el impacto de las terapias alternativas musicoterapia, aromaterapia y masoterapia sobre el trastorno del patrón del sueño en los pacientes adultos hospitalizados en la unidad de cuidado intensivo. Proponer un plan de atención de enfermería basado en musicoterapia, aromaterapia y masoterapia, para la prevención del trastorno del patrón de sueño en el paciente adulto internalizado en la unidad de cuidado intensivo. pág. 19 METODOLOGÍA Presentación descriptiva del material bibliográfico Se realizó una revisión documental para obtener la información más reciente en la producción científica sobre el manejo del patrón del sueño por medio de terapias alternativas. Se utilizaron como fuentes de información la base de datos, Medline (Pubmed), Cinhal, Web of Science, Scielo, Lilacs, Sociological Abstracts, Cuiden, Embase, PsycoInfo, ISI Web of Knowledge, y la base de datos de monografías de la facultad de enfermería de la Universidad de Antioquia. Para la estrategia de búsqueda, se utilizaron palabras claves en términos Mesh en inglés: sleep, aromateraphy, music therapy and massage therapy y español, sueño, musicoterapia, aromaterapia y masoterapia. Como estrategia de búsqueda se utilizaron combinaciones de los términos y los idiomas: sleep in the ICU (sueño en la UCI), disrupted sleep, massage therapy on the sleep (Masoterapia para el sueño), music therapy in the sleep. En las bases de datos que lo permitían se utilizaron los siguientes criterios de búsqueda específicos: idioma del documento (inglés, español, portugués, persa), investigación en seres humanos, estudios en las UCI adultos y documentoscon texto completo disponible, entre los años de 1930 y 2019. Para la selección de los artículos se establecieron como criterio de inclusión el objetivo o hipótesis considerada y que tuviera relación con el uso de terapias alternativas para mejorar el patrón del sueño en pacientes internados en la UCI. pág. 20 Documentos seleccionados Se seleccionaron aquellos artículos cuya temática central estuviera relacionada con el sueño en pacientes internados en unidades de cuidado intensivo. A su vez, eran de interés aquellos artículos de enfermería que mostraran los efectos y experiencias del uso de la música, los aromas y los masajes en la calidad del sueño de dichos pacientes o de personas con problemas para conciliar el sueño en los hospitales, aunque con la idea de ampliar el material bibliográfico la búsqueda tuvo que ser ampliada a otras disciplinas como medicina y psicología, además se tomaron estudios en otros contextos como pediatría, ginecología y geriatría. Inicialmente se revisaron un total de 140 artículos, pero fueron citados y usados para el desarrollo de la temática 91 de estos con información relevante para la revisión como se muestra en el flujograma 1 [Proceso de los criterios de inclusión y exclusión]. Las razones de la exclusión de los artículos fue que no contaban con el texto de manera gratuita. Flujograma 1. Proceso de los criterios de inclusión y exclusión adaptados por el investigador. # Artículos Hallados: Artículos excluidos: Total de Artículos Admitidos en el Estudio: 91 Artículos en español Artículos en inglés 4 63 28 140 pág. 21 Se analizó el texto completo de 91 artículos para ser incluidos en la revisión documental. La información de interés se extrajo mediante la aplicación de una ficha analítica (ver archivo anexo A) que recogía información sobre características generales de los estudios seleccionados y sus principales resultados; una vez realizada la búsqueda, se rechazaron los artículos que no tenían una relación con el objetivo del estudio y se definieron tres grandes temáticas: 1) Patrón del sueño; 2) Terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño alterado en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo (musicoterapia, aromaterapia y masoterapia) debido a su facilidad de aplicar en el contexto clínico y a su bajo costo; y 3) El proceso de enfermería como metodología para el manejo y el cuidado del adulto internado en la UCI con patrón del sueño alterado, ya que el PAE permite describir las necesidades humanas de una manera más amplia y no se limita a un grupo, situación o individuo en particular y al ser más general, permite a través del análisis explicar los diferentes fenómenos de interés para la enfermería con una metodología científica organizada, con unos objetivos claros, unas intervenciones de cuidado para lógralos (NIC) y finalmente evaluar la efectividad de las mismas (NOC). Enfoque metodológico de las publicaciones Se entiendo por enfoque metodológico el diseño propuesto por los investigadores para el desarrollo de los objetivos propuestos en la investigación. En la revisión encontramos 32 artículos observacionales descriptivos transversales, 5 estudios observacionales analíticos retrospectivos y 9 prospectivos, 20 artículos observacionales analíticos de cohorte prospectivos, 15 artículos analíticos de ensayos clínicos prospectivos, revisiones de la literatura 4 revisiones de tema y 6 revisiones sistemáticas. Como criterios de rigor para la realización de esta monografía se contemplaron la credibilidad o autenticidad, que hace referencia a la relación que hay entre lo que pág. 22 se buscó, almacenó y analizó e interpretó del material, con la interpretación del material por los autores permitiendo darle fundamento y comprensión a la temática expuesta (Castillo & Vásquez, 2003). Aplicabilidad entendida como la capacidad de transferir los resultados de un contexto a otros, a través de una descripción exhaustiva de los sujetos y del contexto donde se realizan los estudios, permitiendo a otros investigadores realizar comparaciones con otros estudios y con sus objetivos (Noreña, Alcaraz-Moreno, Rojas, & Rebolledo-Malpica, 2012). Relevancia para evaluar el logro de los objetivos planteados y poder mejorar el conocimiento del fenómeno estudiando (Noreña et al., 2012). Finalmente la difusión de los resultados de la investigación, enfocados en la transferencia, y aumento de la evidencia que permita al profesional de enfermería en formación, el clínico o el académico elaborar protocolos aplicables al cuidado fortaleciendo así el que hacer de enfermería en las unidades de cuidado intensivo. Como consideraciones éticas se siguió la Ley 23 de 1982 y la Ley 1403 de 2010, dentro de las cuales esta el reconocimiento de los derechos de autor y el reconocimiento siempre la propiedad intelectual de los autores. pág. 23 Gráfica 1. Línea de tiempo patrón del sueño en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo. Las publicaciones referenciadas comprenden estudios base para el desarrollo de las investigaciones relacionadas con el sueño que van desde el año 1930 hasta estudios del presente año que relacionan terapias para mejorar la calidad del sueño en los pacientes internados en UCI como se presentó en la línea de tiempo en la gráfica 1. pág. 20 ANALISIS INTERPRETATIVO DE LOS DATOS Para el análisis de la información encontrada en los artículos seleccionados, se determinaron los hallazgos más relevantes de cada investigación que ayudaran a orientar el desarrollo del tema de interés, permitiendo realizar una discusión posterior. Para esto, se organizó la información por capítulos. Inicialmente en el Capítulo 1. que corresponde al patrón del sueño se describen el sueño y sus características, los efectos del sueño, así como las causas de los trastornos del sueño y sus efectos en la UCI. Seguidamente, en el capítulo 2, se relacionan algunas terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño alterado en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo, entre las que se hace énfasis en la musicoterapia, la aromaterapia y la masoterapia. Por último, en el capítulo 3 se realiza una propuesta sobre el proceso de atención de enfermería para los casos de trastornos del sueño (00198) en la UCI basado en terapias alternativas no farmacológicas: musicoterapia, aromaterapia y masoterapia. pág. 21 Capítulo 1. Patrón del sueño 1.1 El sueño y sus características La palabra sueño proviene del latín somnum que se relaciona con el deseo y el acto de dormir (Diccionario de la lengua española, 2001). Desde la antigüedad se ha indagado sobre este evento natural por lo cual se ha logrado determinar que este evento fisiológico es un fenómeno temporal que está regulado por el hipotálamo y que se coordina de acuerdo a los procesos homeostáticos (regulación de los procesos fisiológicos que mantienen en condiciones estables a un organismo) (Cooper, 2008) y al ritmo circadiano. El ser humano tiene la necesidad de sueño proporcional al tiempo anterior al despertar y se considera “normal” cuando ocurre en periodos constantes siguiendo el patrón del sueño REM y al NREM. Gráfica 1. Ciclo del sueño (Bernal, 2014). Imagen tomada y modificada de: https://drbernalneurologo.net/2014/03/28/sonambulismo/ pág. 22 En circunstancias normales, el sueño comienza en la etapa NMOR, que representa el sueño continuo y se clasifica en 4 etapas de acuerdo a la frecuencia ondulatoria de las ondas cerebrales durante esta fase. La primera etapa se da después de una fase de latencia de 10 a 20 minutos o periodo de transición de la vigilia del sueño o fase de adormecimiento,la etapa 1 NMOR tiene una duración de aproximadamente 4 a 5 minutos, se considera la etapa más ligera y el inicio del sueño. Cuando esta etapa se prolonga, suele indicar fragmentación del sueño debido a un trastorno asociado al sueño. La etapa 2 representa del 40% al 55% del tiempo total de sueño y comprende la desaceleración ondulatoria en el electroencefalograma, esta etapa dura entre 10 a 25 minutos progresando hacia el sueño profundo que comprenden la etapa 3 y 4 del sueño NMOR; estas dos etapas se conocen también como etapas de onda lenta y suelen presentarse en un sueño más profundo con altos umbrales que indican que es un sueño reparador. Suelen ocurrir durante la primera parte de la noche y comprende entre el 13% y el 23% del sueño y se sabe que va disminuyendo con la edad (Bijwadia, 2009). La Academia Americana de Medicina del Sueño eliminó la etapa 4, considerando de la 1 a la 3 como N1, N2 y N3, está última surgió de fusionar las etapas 3 y 4 de onda lenta (Pulak, 2016) (ver gráfica 1. Ciclo del sueño). Por otro lado, el sueño REM se caracteriza por movimientos oculares rápidos, durante esta fase el tono muscular disminuye en comparación con la fase NREM y la frecuencia respiratoria fluctúa (Navarrete, 2013). 1.2 Efectos del sueño Durante el sueño NREM, la presión arterial, la función y la frecuencia cardiaca disminuyen; durante este estado del sueño hay más actividad del sistema nervioso parasimpático con disminución del sistema nervioso simpático. Mientras que durante el sueño REM hay mayor variabilidad de la presión arterial, con fluctuaciones y elevaciones cortas; A continuación, en el cuadro 1, se describen los cambios fisiológicos durante el sueño NREM y REM resumidos por Navarrete pág. 23 (2013). Cuadro 1. Cambios fisiológicos relacionados con el sueño. (tomado de Navarrete, 2013). Función fisiológica Sueño NREM Sueño REM Presión arterial (PA) Desciende en el 5-16%, menos variable en el estado 3 de sueño NREM Fluctúa, elevaciones cortas PAS (hasta 40 mmHg) + en el REM fásico. Mayor variabilidad. Frecuencia cardiaca Disminución debido al predominio de la actividad parasimpática. Inestable con incremento en la variabilidad del ritmo circadiano debido a una alteración de la actividad simpática del REM. Brotes de movimientos oculares rápidos acompañados de breves taquicardias seguidas de bradicardias (bloqueos, pausas, bradiaritmias, etc.). Función cardiaca Cae la contracción cardíaca progresivamente. Vasodilatación La contracción cardíaca baja con frecuencia en el último ciclo de REM temprano en la mañana. Hay una vasoconstricción transitoria en el REM fásico. Sistema nervioso autónomo + del parasimpático con - del simpático. + parasimpático con breves brotes de + simpático durante REM. En este cuadro se relaciona las diferentes fluctuaciones de algunos parámetros fisiológicos durante el sueño REM, en el que la frecuencia cardiaca es inestable con incremento en la variabilidad del ritmo circadiano debido a una alteración de la actividad simpática del REM. Así también, la contracción cardíaca baja con frecuencia en el último ciclo de REM, el sistema nervioso parasimpático aumenta su actividad con breves brotes de actividad aumentada en el sistema nervioso simpático durante el sueño REM. pág. 24 1.3 Trastornos asociados a la falta de sueño en la unidad de cuidado intensivo El sueño es una necesidad vital por lo que los trastornos asociados a este provocan consecuencias graves para la salud de quienes los padecen. Sin embargo, el sueño de los pacientes hospitalizados puede no ser refrescante o reparador. Las razones para esto se pueden clasificar en tres grupos: ambientales, fisiológicos y psicológicos. Así pues, las intervenciones por parte del personal de salud en la UCI, causan una molestia psicológica y fisiológica que, según lo describen varios autores, pueden implicar trastornos fisiológicos que no permiten la mejoría del paciente (Fontana, 2010). Esto, sumado a la intermitencia en el tiempo de descanso o la falta de disposición fisiológica para dormir de manera saludable común en los adultos mayores. Por tal motivo, lograr conciliar el sueño estando hospitalizado es un gran desafío para los pacientes, y es un reto mayor cuando se trata de adultos mayores que se encuentran internos en la unidad de cuidados intensivos (Arufe, 2000). Bijwadia y col. (2009), ratifican que no dormir bien puede ocasionar enfermedades sistémicas y complicar el estado de salud de los pacientes llevándolos incluso a la muerte. A su vez, diferentes investigaciones, han relacionado daños en la función del sistema inmune con la pérdida del sueño y con mayor susceptibilidad a infecciones. Se ha encontrado alteración del metabolismo con el incremento de la liberación de proteína C reactiva, interleuquina (IL) 6 y factor de necrosis tumoral (TNF), moléculas activadoras del factor NF- Κb, y desencadenantes de enfermedades inflamatorias crónicas y metabólicas. Así también, las citoquinas pro inflamatorias como IL-1, IL-6 y TNF aumentan el sueño NREM y las antiinflamatorias como la IL-4 e IL-10 lo disminuyen. Así también, se considera que el sueño es particularmente muy importante para iniciar respuestas inmunes adaptativas efectivas que eventualmente producen memoria inmunológica duradera. Además, se han encontrado cambios en el eje hipotálamo, hipófisis y el sistema nervioso simpático; a su vez, hormonas que favorecen las actividades del sistema inmune (como el cortisol y la adrenalina) funcionan de acuerdo al ritmo circadiano pág. 25 descendiendo en la noche, por lo cual, si se ve afectado este ritmo, el funcionamiento de estas hormonas también se alteran (Rico-Rosillo & Vega, 2018). La restricción del sueño también puede provocar una reducción de la actividad antioxidante (catalasa y glutatión), disminución del peso del bazo, alteraciones en los recuentos de leucocitos y linfocitos, y la producción de anticuerpos séricos sin la presencia de un antígeno (Mathangi, 2012). De acuerdo a su causa, los trastornos del sueño se clasifican en trastornos de tipo orgánico y no orgánico, ya sea por enfermedad física o por enfermedad mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países industrializados occidentales, entre 20 a 30% de la población padece trastornos del sueño y pueden ser un síntoma importante de enfermedades primariamente psiquiátricas y neurológicas (enfermedad de Parkinson, enfermedades cerebrales degenerativas, problema de espalda), así como de cuadros clínicos (bronconeumopatía crónica obstructiva, reflujo gastroesofágico, entre otros) (Organization, 2006). Los trastornos del sueño más comunes en la UCI son el insomnio y el delirium. Se considera la presencia de insomnio cuando el sueño tiene una duración y calidad insuficientes, presentando dificultades para dormir y para mantener el sueño durante un periodo de tiempo prolongado que garantice un adecuado descanso. Es el patrón del sueño alterado más común en la población general, se ha reportado con mayor incidencia en mujeres, adultos mayores, pacientes con ansiedad y depresión (Chuquimia y Vargas, 2018 p. 1820). Por otro lado, el delirium se manifiesta con gran estado de somnolencia y letargia, con alteraciones de la función cerebral llevando a un deterioro cognitivo con desorientación espacio-temporal, alucinaciones y pensamiento desorganizado (Alonso, 2012). Así también, las alteraciones en el patrón del sueño están altamente relacionadas con la edad debido a que también cambian los hábitos de sueño, se modifica el ritmo circadiano y son más frecuentes las enfermedades y por tanto aumenta el uso de medicamentos e intervenciones médicas. Según Friese (2008), la arquitectura del sueño se altera en pacientes en estado de salud crítico, aumentadoel sueño pág. 26 superficial o NREM en las fases 1 y 2 y con una disminución del sueño NREM profundo o sueño “restaurador”, correspondiente a las fases 3 y 4 y muy poco sueño REM. Por su parte, Hilton (1976 citado por Pulak, 2016), encontró una disminución significativa en el tiempo total de sueño (TTS) en los pacientes, mientras que tuvieron un sueño nocturno fragmentado en el cuál no alcanzaban a entrar en la fase 4 del NREM, y el sueño REM reducido o ausente y con anormalidades del ritmo circadiano. Freedman y col. (2001), también encontraron que los pacientes de la UCI llegan a descansar más en el día, en tiempos cortos, pero si logran llegar al sueño REM. Diferentes investigaciones evalúan el sueño del paciente en el hospital; así como Dogan y col. (2005), compararon la calidad del sueño de los pacientes hospitalizados en el hospital de la Universidad de Cumhuriyet en Turquía. Ellos analizaron el patrón de sueño de grupos de cincuenta pacientes hospitalizados en diferentes especialidades médicas comparándolos con grupos de control sanos. Ellos encontraron que los pacientes de la unidad de psiquiatría tienen peor calidad del sueño que otros pacientes. Así también identificaron que las mujeres tienen peores características del sueño en comparación con los hombres. Pardo y González (2017), determinaron que el insomnio de mantenimiento (despertar una o más veces durante la noche) fue el diagnóstico de insomnio más frecuente en una población de adultos mayores de 65 años; los autores también identificaron que los pacientes con diabetes, tienen más prevalencia de trastornos asociados con el sueño. Sin embargo, no encontraron relación entre el consumo de psicofármacos y una mayor prevalencia de insomnio como lo reportan otros autores (López, 2013, citado por Pardo y González, 2017). Así mismo, la mayoría de pacientes dijeron no haber recibido capacitación ni recomendaciones asociadas a terapias o estrategias para dormir mejor por parte de los profesionales de la salud de dichas entidades hospitalarias. Saldaña y col. (2014), aplicaron el cuestionario Richards-Campbell para cuestionar las condiciones del sueño de 35 pacientes de una UCI en un hospital de Bogotá; ellos encontraron que la puntuación total media pág. 27 del sueño fue de 41, lo que corresponde a un sueño regular. Al analizar las puntuaciones obtenidas en cada uno de los ítems del cuestionario se observa que el sueño de estos pacientes se caracterizó por ser ligero, con dificultades para conciliarlo y con despertares frecuentes. Los resultados del estudio reportaron una puntuación total media que clasificaba a los pacientes con un sueño regular, el sueño de estos pacientes se caracterizó por ser ligero, con dificultades para conciliarlo y con despertares frecuentes que pueden estar o no asociados a la atención en salud. Por tanto, a pesar de que el sueño percibido por los pacientes en la UCI es regular, se considera que este no es reparador; es fundamental que el profesional de enfermería incluya en su plan de cuidado diario la valoración del sueño e identifique las posibles causas que desencadenan su privación, con el fin de minimizarlas mediante la implementación de acciones de cuidado que promuevan un entorno tranquilo y propicio. Esto nos lleva a indagar si el profesional de enfermería tiene en cuenta lo importante que es el buen descanso para la mejoría del paciente en estado crítico y con necesidad de cuidado o si, por el contrario, al tener desconocimiento de su importancia, llevan a cabo los procedimientos sin tener en cuenta estos aspectos. 1.4 Causas de los trastornos del sueño asociados a las intervenciones en las unidades de cuidado intensivo Las causas de la concurrencia de los trastornos del sueño asociados a la pemanencia en UCI se deben a múltiples factores. Algunas investigaciones, han determinado que la población de adultos mayores presenta mayor dificultad para dormir. Esto se atribuye frecuentemente a los cambios en el ritmo circadiano que se presentan con la edad. Sin embargo, la edad no necesariamente debe repercutir como causante de insomnio o de trastornos del sueño, sino que son otros los factores asociados a esta que pueden causar irregularidades en el patrón de sueño (Arufe, 2000). Por un lado, es sabido que en la unidad de cuidados intensivos se pág. 28 encuentran internados pacientes con afectaciones de salud que ponen en riesgo su estado vital y por lo cual deben estar en constante observación médica y bajo diferentes cuidados de enfermería; esto los hace más propensos a tener dificultades para conciliar el sueño o tener un adecuado descanso que favorezca su recuperación (Hardin, 2009). Así también, Drove & col. (2011), determinaron que el ruido, la alta intensidad de luz y el dolor son las variables que más influyen en la interrupción del sueño según lo refieren los pacientes de la unidad de cuidado intensivo; estos autores lograron identificar que, para los pacientes de su estudio, los cuidados de enfermería no son el principal causante de su insomnio, sino que son los factores físicos de su entorno los principales objetivos a tener en cuenta para adecuar y mejorar su descanso. Los factores que, según los propios pacientes, les han resultado más molestos a la hora de dormir han sido el sonido de las alarmas, el dolor, la intubación endotraqueal y la ventilación mecánica. Es necesario poner en marcha iniciativas para intentar limitar lo más posible el impacto de esos factores sobre el sueño de los pacientes. En los ambientes hospitalarios se requiere de buena iluminación y en constante uso de múltiples equipos como ventiladores mecánicos, bombas y monitores, entre otros, aparatos que originan mucho ruido, dificultando el encontrar un espacio tranquilo y silencioso para poder dormir (Gras y col., 2009). La suma de estos factores y demás, ocasionan que los pacientes que están internados en estas unidades presenten alteración en el patrón del sueño, y no logren descansar y así les dificulte obtener una adecuada recuperación. Todos estos son factores modificables, por lo cual fácilmente se pueden intervenir, educando al personal asistencial sobre la importancia que tiene el sueño para los pacientes. Cuando hablamos del ruido como un factor extrínseco por el cual los pacientes no logra la conciliación de un sueño de calidad, se tiene en cuenta que el ruido no solo es el generado por las máquinas y monitores del servicio, sino también por las charlas del personal asistencial, que muchas veces es el que más incómoda e interrumpe el descanso de los pacientes que están en las unidades críticas. El ruido permitido pág. 29 en las Unidades Críticas durante el día es de 45 decibeles y de 40 decibeles en las noches según la OMS; y se encuentra que si éste nivel se sobrepasa, puede ocasionar disminución de la saturación de oxígeno, aumento de la frecuencia cardiaca y cambios en los patrones del sueño. Como lo refieren los pacientes entrevistados en el estudio realizado por Carrillo y col. (2018), entre los ruidos que más les causa molestias para poder conciliar el sueño están los ruidos ocasionados por las máquinas o equipos médicos, los diálogos entre el personal asistencial, de enfermería y las intervenciones de la junta médica, siendo esta última, por la que más se quejan los pacientes. El personal asistencial se debe concienciar, que el descanso de los pacientes depende de sus acciones de cuidado, y que estas acciones son las que caracterizan su profesión (Carrillo y col, 2018). Con ayuda de los profesionales en enfermería los pacientes pueden atenuar muchos de los efectos de los factores estresantes a que son sometidos, entre ellos, la alteración del sueño, aunque algunas causas del ruido no puedan ser eliminadas, sí podrán ser adaptadas y reducidas (Baena, 2006). Por tal motivo,la enfermería debe buscar técnicas que le permitan disminuir los trastornos del sueño de estos pacientes, propiciar un ambiente más confortable, silencioso, y así lograr un descanso más reparador. Se puede propender por minimizar el ruido al realizar las rondas regulares, así como disminuir el volumen a los equipos médicos, sin afectar la seguridad del paciente, fomentar una estrategia de silencio entre el personal asistencial, permitir el uso de tapones en los oídos, entre otros. Otro factor relevante en la estabilización de un sueño reparador es la iluminación, aquella luz artificial ininterrumpida que se encuentra en las UCI. Constantemente, hay una luz permanente, no solo en los puestos de enfermería, sino también en toda la unidad, limitando la consolidación del sueño e impidiendo mantener ciclos de día y noche normal, hay que recordar que esa luz constante altera la liberación de la hormona melatonina, lo que repercute en la consolidación de un sueño adecuado y de calidad (Saldaña, 2014). pág. 30 Capítulo 2. Terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño alterado en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo El tratamiento de las alteraciones del sueño tiene como objetivo principal mejorar el nivel de satisfacción respecto al sueño, haciendo énfasis en las intervenciones que lo promuevan. El término terapia integrativa se define como la combinación de terapias complementarias y alternativas (CAT) con tratamiento estándar (Greenlee y col., 2017). La musicoterapia, la aromaterapia y masoterapia constituyen formas de CAT para promover la relajación y para reducir el estrés fomentado la salud integradora y completa de cualquier paciente que lo requiera. Por lo tanto, considerar un abordaje terapéutico integral implica tener en cuenta todos los factores contribuyentes. Esto permitirá que los pacientes consigan mejorar la calidad y cantidad de sueño, reducir los constantes despertares nocturnos, así como incrementar el tiempo total de descanso para mejorar el funcionamiento del organismo durante las labores diurnas. En la actualidad, se han considerado terapias basadas en la relajación del paciente, de modo que esto le permita conciliar mejor el sueño. Las terapias alternativas no farmacológicas según lo planteado han demostrado ser rentables, convenientes, accesibles y seguras para abordar el patrón del sueño alterado. En este trabajo, se hizo especial énfasis en la musicoterapia, la aromaterapia y la masoterapia, para conocer sus ventajas y su posible utilidad para mejorar la calidad del sueño de los pacientes internados en la UCI. pág. 31 2.1 Musicoterapia El proceso de envejecimiento, los tratamientos farmacológicos, los cuidados de la salud, son los principales causantes de la afectación del estado del sueño. Hoy en día, se incluye el tratamiento con musicoterapia en muchos departamentos de medicina, en los que se ofrecen técnicas para cuerpo y mente, para generar estados físicos y mentales sanos que ayuden a mejorar la calidad del sueño en adultos mayores. Thayer Gaston definió la musicoterapia como “Música es la ciencia o el arte de reunir o ejecutar combinaciones inteligibles de sonidos en forma organizada y estructurada con una gama de infinita variedad de expresión, dependiendo de la relación de sus diversos factores componentes (ritmo, melodía, volumen y cualidad tonal). Terapia tiene que ver con “cómo” puede ser utilizada la música para provocar cambios en las personas que la escuchan o la ejecutan” (Gaston, 1968). Hillecke y col., 2005 destacan factores como la atención, la emoción, lo cognitivo, la conducta y la comunicación que consideran importantes para que la musicoterapia sea efectiva, estos factores se amplían a continuación(Hillecke, Nickel, & Bolay, 2005): Aunque en Colombia no es frecuente su aplicación en la práctica médica, en el mundo, la musicoterapia se ha convertido en un programa de intervención terapéutica para ayudar a los pacientes a promover la salud utilizando experiencias Atencional • La música logra atraer la atención sensorial y producir distracción y relajación más que otros estímulos de tipo sensorial. Emocional • Por la capacidad que tiene la música para modular las emociones, como evocar un recuerdo o activar un sentimiento o emoción Cognitivo • La música activa el pensamiento, genera experiencias particulares y puede ayudar a modificar pensamientos previos dándoles otro significado. Conductual • La música activa los movimientos corporales que ayudan a relajar el cuerpo Comunicación • Es una forma de comunicarse de forma no verbal, permitiendo expresar las emociones cuando no se pueden comunicar verbalmente. pág. 32 musicales y su capacidad para dinamizar la mente y relajar el cuerpo. De esta manera, se ha abordado la musicoterapia como una alternativa preventiva; sin embargo no es común su aplicación en el manejo de trastornos del sueño en pacientes internados en UCI. Por lo anterior, a continuación revisaremos algunas investigaciones en las cuales se ha empleado la musicoterapia en pacientes hospitalizados. Múltiples estudios se han centrado en los efectos de la música, un método no farmacológico para mejorar la calidad del sueño en adultos mayores. En 1986, Helen Bonny, evaluó la efectividad de la música grabada programada para reducir el estrés en 26 pacientes internados en la unidad de cuidado intensivo por alteraciones coronarias y crear un enfoque de tratamiento auxiliar disponible para el personal de enfermería. El autor empleó música caracterizada por ritmos regulares, dinámica predecible, armonía y timbre de voz e instrumental reconocidos que previamente se había caracterizado por promover un estado de ánimo positivo y aliviar la ansiedad, la depresión, el insomnio y la preocupación por el dolor. En esta prueba piloto se reportaron hallazgos significativos en la disminución de la frecuencia cardíaca en los pacientes después de escuchar las cintas auditivas, mayor tolerancia al dolor y sufrimiento, disminución de la ansiedad y la depresión en pacientes. Mientras que, otros investigadores confirman la disminución de las frecuencias cardíacas (Bonny, 1986). Estos autores coinciden en lo complejo que es para el paciente interno en UCI disponer de unos minutos para las sesiones de musicoterapia, debido a que los procedimientos constantes interrumpieron seguidamente la relajación por lo que se considera que en esos pacientes la música pareció no ser eficaz para ayudar a mejorar la ansiedad de los pacientes, sin embargo, otros pacientes consideraron una alternativa invaluable que los ayudaba a distraerse y silenciar el ruido del respirador y de otros instrumentos médicos ruidosos. Así también, estas investigaciones permiten conocer que el personal de enfermería si pueden ofrecer terapias, en este caso con música, para ayudar a mitigar las afectaciones de los pacientes internados en UCI. En otra investigación, pág. 33 se encontró que la música sinfónica utilizada en combinación con sonidos de la naturaleza sirvió para disminuir la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la angustia psicológica en pacientes cardíacos con necesidad de reposo absoluto (Cadigan y col, 2001). Estos hallazgos demuestran que la música se viene explorando como una alternativa terapéutica para promover la relajación y mejorar la tranquilidad de los pacientes internado en cuidados intensivo. En otro estudio, se evaluaron los efectos de la música suave en la calidad del sueño en hombres y mujeres mayores que viven en una comunidad de Taiwán, sesenta personas de 60 a 83 años con dificultades para dormir fueron reclutadas a través de líderes de la comunidad y evaluadas utilizando el Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh (PSQI) y la escala Epworth durante 3semanas del tratamiento y 3 semanas posteriores a este. Se excluyeron aquellas personas que informaron depresión, deterioro cognitivo, problemas médicos o ambientales que podían interferir con el sueño; así como, los que usaban medicamentos para dormir, la meditación o la cafeína a la hora de acostarse. Los participantes escucharon su música preferida entre seis cintas de música sedantes que escucharon por 45 minutos antes de acostarse durante 3 semanas. Había cinco tipos de música occidental y una de música china. En este estudio los pacientes comunicaron que escuchar música puede provocar un cambio automático de humor, generando un recuerdo agradable o maravillosos pensamientos. Las puntuaciones preliminares también fueron significativamente más bajas para los que dormían bien en tres de los seis componentes de la calidad del sueño: calidad percibida del sueño, latencia del sueño y eficiencia del sueño (p < 0.05), la respuesta de relajación a la música sedante también puede haber ocurrido de manera diferente entre aquellos que se durmieron bien en comparación con aquellos que no lo hicieron. Aunque igual en la prueba preliminar, después de que comenzó la música introductoria, las frecuencias respiratorias se volvieron significativamente más bajas en los que dormían bien (M = 13.86 ± 1.51 respiraciones / minuto) que en los que dormían mal (M =15.38 ± 1.75, t= 2.53, P=0.01), pero no hubo diferencia en la frecuencia cardíaca. Estos resultados pág. 34 indican que la música resultó en una calidad del sueño significativamente mejor en el grupo de estudio, así como componentes significativamente mejores de la calidad del sueño: mejor percepción calidad del sueño, mayor duración del sueño, mayor eficiencia del sueño, menor latencia del sueño, menos trastornos del sueño y menos disfunción diurna (Lai y Good, 2005). Su y col. (2013), evaluaron los efectos de la música no comercial en la calidad del sueño y los índices de relajación, incluyendo la frecuencia cardíaca, la presión arterial media y la frecuencia respiratoria en pacientes que se encontraban en unidades de cuidados intensivos. Mediante un ensayo aleatorizado con 28 pacientes entre los 39 y los 78 años, fueron sometidos a la escucha de música no comercial por 45 minutos antes del descanso nocturno. El promedio de tiempo total de sueño en las 2 horas de sueño nocturno de todos los participantes fue de 45.03 minutos (SD 16.91). Los porcentajes de sueño en etapas N1 y N2 fueron 21 38% y 62 76% respectivamente. Se produjo una reducción del sueño REM extremadamente severa 0.27%. La eficiencia del sueño fue de 37.03%. La latencia media de inicio del sueño fue de aproximadamente 41 minutos. Todos los participantes pudieron responder a la escala de sueño Verran y Snyder-Halpern y calificaron su calidad de sueño como pobre (puntuación total del sueño: rango 400- 630, media 511.43). Por la ecuación de análisis de estimación generalizada se determinaron las diferencias grupales en los puntajes posteriores a la prueba de calidad subjetiva del sueño y los parámetros del sueño. Previas a la prueba, hubo diferencias estadísticamente significativas en la calidad subjetiva del sueño entre los grupos (Wald v2 = 6.35, p= 0.012), lo que indica que los participantes en el grupo de música percibieron mejor calidad del sueño que las del grupo control. Mientras se controlaban los parámetros de sueño de los pacientes con polisomnografía previos a la prueba, los resultados demostraron que los efectos del grupo fueron estadísticamente significativos para el sueño en etapa N2 (Wald v2 = 6.03, p= 0.014) y el sueño en etapa N3 (Wald v2 = 7 02, p= 0 008). Estos resultados indican que el grupo de música tuvo un sueño de etapa N2 más corto y un sueño de etapa N3 más pág. 35 largo en las primeras 2 horas del sueño nocturno que el grupo de control. Sin embargo, no hubo diferencias estadísticamente significativas en la media de tiempo total de sueño, tiempo de inicio del sueño, eficiencia del sueño y el sueño en estadio N1 entre los grupos. En el grupo de control, los participantes dormían sin música. Los participantes fueron evaluados utilizando monitores de signos vitales, cuestionario estandarizado y polisomnografía. El sueño de polisomnografía fue registrado durante las primeras 2 horas del sueño nocturno. Los participantes en el grupo de música tuvieron un sueño N2 de etapa más corta y un sueño N3 de etapa más larga en las primeras 2 horas del sueño nocturno y mejoraron la calidad del sueño, en comparación con los del grupo control. Los pacientes del grupo de música también tenían frecuencias cardíacas significativamente más bajas que las del grupo control. Los pacientes de las unidades de cuidados intensivos experimentaron un sueño fragmentado con una alta frecuencia de despertares y una reducción severa del sueño de movimiento ocular aleatorio durante las primeras 2 horas del sueño nocturno (Su, 2013). Así también, en una comunidad de Singapur, se examinaron los efectos de escuchar música sobre la calidad del sueño entre adultos mayores. Se pidió a los participantes que escucharan música suave, instrumental, lenta, sedante y sin letras, durante 40 minutos por 6 semanas. Se determinó que el grupo de adultos intervenidos desde el inicio hasta la semana 6 registraron reducciones significativas en las puntuaciones del PSQI, en comparación con el grupo control que no tuvo cambios (p<0.001). El cambio en la puntuación de calidad del sueño fue significativamente diferente entre los grupos en la semana 2 (Beta = −1.32, p = 0.018), semana 3 (Beta = −2.03, p = 0.001), semana 4 (Beta = −2.95, p <0.001), semana 5 (Beta = −3.56, p <0.001) y semana 6 (Beta = −4.21, p <0.001). 0.001), que indica que se ajustó para las otras variables, el puntaje de la calidad del sueño se incrementó en 0.08 y 0.37 por cada aumento de 1 año y en la unidad de puntaje de depresión, respectivamente. Con este estudio se puede apoyar el efecto de la música como una intervención efectiva para que los adultos mayores mejoren la pág. 36 calidad del sueño. Este proceso no solo mejora su calidad de sueño en la vejez, sino que también individualiza y mejora la calidad de la atención brindada por parte de quienes los cuidan (Shum, 2014). Estos hallazgos son similares a los estudios más importantes de Lai y Good, (2005). Estos reportes, nos llevan a contemplar que cuando se selecciona la música como un elemento terapéutico, se debe dar la atención adecuada al tipo de música elegida para garantizar un efecto positivo en el tratamiento deseado. Además, se define que con estos hallazgos se proporciona evidencia para que los profesionales en enfermería usen música relajante como una intervención de enfermería basada en la investigación para la mejora del sueño de los pacientes de la unidad de cuidados intensivos. 2.2 Aromaterapia Los problemas del sueño son tratados a menudo con medicamentos, hierbas medicinales y terapias del comportamiento para mejorar el descanso. Los aceites esenciales con propiedades sedantes o hipnóticas son prometedores como terapia del sueño. Inhalados, sus componentes químicos ingresan al sistema circulatorio a través de los pulmones y la vía neuroquímica a través del sistema límbico. De acuerdo a una revisión sistemática realizada por Lillehei (2014), se identificaron 19 estudios en los cuales se utilizaron diferentes aceites esenciales inhalados para mejorar el sueño. Sin embargo, muchos de ellos hacen referencia a la lavanda como el más efectivo. Se cree ampliamente que la aromaterapia de inhalación de lavanda imparte un efecto hipnótico, actúa como un estabilizador del estado de ánimo y mejora los sentimientos positivos de las madres hacia sus bebés. Sin embargo, la investigación sobre estos y otros posibles efectos terapéuticos del té de lavanda ha sido limitada.En los años 90s, Hudson (1996), empleó aceites esenciales de lavanda para evaluar el efecto en el sueño de pacientes adultos mayores hospitalizados. En este estudio piloto se encontró que el sueño nocturno y el sueño durante la semana con lavanda aumentaron en un promedio por hora del 2%: desde pág. 37 el 75% de las noches sin usar lavanda al 77% de las noches usando lavanda en lo que además los períodos de sueño fueron más sostenidos. Durante la semana sin lavanda, desde la medianoche hasta las 6 am hubo un 7% de vigilia, en comparación con el 4% durante la semana en que se administró lavanda. La evidencia de los ensayos propuestos por Hudson muestra una tendencia hacia una mejor calidad de la vigilia durante el día y un sueño más sostenido por la noche después de la inhalación de aceite esencial de lavanda. Así también se encontró una mejora constante para cada paciente que lo recibió y sugiere que todos los pacientes de edad avanzada se beneficiarían de su inhalación. Estos fueron los primeros reportes oficiales de la aplicación de los aromas de lavanda en la mejora del sueño en pacientes hospitalizados. Varias décadas después, se le ha vuelto a dar importancia al uso de la aromaterapia como un promotor del buen descanso para los pacientes de los centros hospitalarios. Najafi, y col. (2014) plantearon un ensayo clínico con el objetivo de determinar el efecto de la aromaterapia con aceite de lavanda en la calidad del sueño de 60 pacientes con enfermedad renal crónica en terapia de hemodiálisis, de manera aleatoria los pacientes se dividieron en un grupo experimental (30) y un grupo control (30). Este estudio demostró que la aromaterapia con el aceite lavanda ejerce un efecto positivo en la calidad del sueño de estos pacientes (p<0.0001) como conclusión este estudio plantea que la aromaterapia es un método no invasivo, fácil de aplicar y económico para el tratamiento de trastornos del sueño (Najafi, Tagharrobi, & Shahriyari-Kale-Masihi, 2014). Este mismo año Zeighami y col. (2014) realizaron un estudio examinando la aromaterapia con la esencia de neroli en la calidad del sueño de 60 pacientes con cardiopatía ingresados en la unidad cuidados coronarios. De manera aleatoria se conformó un grupo experimental y un grupo control 30 de pacientes cada uno, la intervención de aromaterapia se llevó a cabo durante tres noches sucesivas. Los resultados mostraron que la aromaterapia tiene efecto importante no solo sobre la calidad del sueño sino también sobre la cantidad de sueño y el número de veces de pág. 38 despertar (p <0.05) (Zeighami & Jalilolghadr, 2014). Al investigar el efecto de los aceites esenciales de lavanda en la calidad del sueño y en los niveles de ansiedad de 60 pacientes internados en la UCI con cardiopatías coronarias en un hospital de Turquía, se encontró que el aceite esencial de lavanda aumentó la calidad del sueño y redujo el nivel de ansiedad en pacientes con enfermedad coronaria tras haber recibido durante 15 días las inhalaciones de estos aceites (p< 0,05) (Karadag, y col 2017). Por su parte Hossein Aalami, y col 2018, realizaron un ensayo clínico controlado donde aplicaron la escala de sueño Verran and Snyder-Halpern para medir la percepción de la calidad del sueño, el estudio incluyo un total de 60 pacientes ingresados a la unidad de cuidados coronarios con diagnóstico de síndrome coronario agudo, 30 pacientes recibieron por parte de enfermería la intervención de aromaterapia con aceites esenciales de lavanda, Matricaria recutita y neroli por tres noches consecutivas a las 21:00 y el grupo control recibió la atención de enfermería habitual. Hubo una diferencia significativa en la puntuación media de las alteraciones del sueño pre-intervención (p= 0.005) y pos-intervención (p<0.001). La alteración del sueño aumentó en el grupo de control y disminuyó en el grupo de experimento hubo una diferencia significativa en la puntuación media de pre-intervención (p= 0.01) y pos-intervención (p<0.001); la efectividad del sueño disminuyó en el grupo de control y aumentó en el grupo de experimento hubo una diferencia estadísticamente significativa en la puntuación media de pre-intervención (p= 0.02) y también en cuanto a la suplementación de sueño post-intervención (p<0.001) entre los dos grupos (Aalami, Moghadam, Moghaddam, & Bazeli, 2018). Esto lleva a concluir que la aromaterapia tiene relevancia para la práctica clínica como una intervención de enfermería independiente, no invasiva, económica, fácilmente aplicable y apropiada para pacientes en estado de salud crítica, así también disponer de aceites esenciales aromáticos de lavanda podría aplicarse en la UCI. Sin embargo, es necesario ampliar las investigaciones en otras patologías y con mayor número de personas y así evaluar si sus efectos pueden ser igualmente benéficos para mejorar la calidad del sueño durante la permanencia en UCI. pág. 39 2.3 Masoterapia El masaje es una técnica propia del kinesiterapeuta. Consiste en la manipulación de tejidos orientada a la salud y el bienestar (Rulleau y col. 2017). La hospitalización en la unidad de cuidados intensivos puede afectar fácilmente a los pacientes y causar alteraciones del sueño por irritabilidad y fluctuaciones en diferentes signos vitales entre otros efectos secundarios difíciles de tratar. Por otro lado, el masaje es una estrategia terapéutica estudiada por diferentes profesionales de la salud y de la cual la literatura reporta efectos que redundan en el bienestar físico y emocional. Es una práctica iniciada en China, donde se aplicaba a personas con parálisis, según se encontró descrito en los primeros escritos encontrados sobre prácticas médicas (Serrano-Gomez y col., 2018). Como lo afirma Kimber y col. (2008), el masaje es efectivo para tratar el sistema cardiovascular y resulta causar una sensación de relajación, comodidad y bienestar por lo cual también resulta benéfico para tratar el sistema nervioso. En una investigación dirigida por Choi (2015) se determinó que el masaje por 5 minutos con los aceites esenciales de lavanda, manzanilla y jojoba tienen un efecto positivo en la calidad del sueño y disminuye la ansiedad de pacientes adultos hospitalizados (p= 0,007). Así también, los pacientes críticos necesitan de la aplicación de nuevas técnicas no farmacológicas para promover el sueño en la práctica de cuidados críticos (Kimber, McNabb, Mc Court, Haines, & Brocklehurst, 2008). Es así como Richards, (1998), determinaron los efectos de un masaje de espalda y relajación muscular combinada, imágenes mentales y una cinta de audio en el sueño de hombres mayores con enfermedad cardiovascular que fueron hospitalizados en una unidad de cuidados críticos. Para objeto de esta investigación, seleccionaron setenta y nueve sujetos aleatoriamente. Un grupo recibió un masaje de espalda de 6 minutos (n = 24); un segundo grupo una sesión de enseñanza sobre relajación y una cinta de audio de 7.5 minutos a la hora de acostarse que consiste en relajación muscular, imágenes mentales y música de fondo relajante (n= 28); o un tercer grupo recibió la atención habitual de enfermería pág. 40 que no incluía ninguna de estar terapias (controles, n= 17). Se usó la polisomnografía para medir 1 noche de sueño para cada paciente. El índice de eficiencia del sueño fue la principal variable de interés. Con lo anterior, se encontró una mejor calidad del sueño entre el grupo de masaje de espalda. El análisis inicial mostró una diferencia significativa entre los 3 grupos en el índice de eficiencia del sueño. Las pruebas estadísticas post hoc con el procedimiento Duncan indicaron una diferencia significativa entre el grupo de masaje de espalda y el grupo de control. Entre tanto, los pacientes en el grupo de masaje de espalda durmieron una hora más que los pacientes del grupo control.
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