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GranadaManuel_2019_TerapiasAlternativasSueño

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6-12-2019 
 
 
TERAPIAS ALTERNATIVAS NO 
FARMACOLÓGICAS PARA EL MANEJO 
DEL PATRÓN DEL SUEÑO ALTERADO 
[00198] EN EL PACIENTE ADULTO 
INTERNADO EN LA UNIDAD DE 
CUIDADO INTENSIVO 
 
Manuel Alejandro Granada Gómez 
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA 
 
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TERAPIAS ALTERNATIVAS NO FARMACOLÓGICAS PARA EL MANEJO DEL 
PATRÓN DEL SUEÑO ALTERADO EN EL PACIENTE ADULTO INTERNADO EN 
LA UNIDAD DE CUIDADO INTENSIVO 
 
 
Manuel Alejandro Granada Gómez 
Enfermero. Magister en Ciencias Básicas Biomédicas con énfasis en: Bioquímica 
– Farmacología - Fisiología 
 
 
Asesora 
 
María Eugenia Hincapié Zapata 
Magister en Epidemiología 
 
 
Universidad de Antioquia 
Facultad de Enfermería 
Especialización Cuidado de Enfermería al Adulto en Estado Crítico de Salud 
Departamento de Posgrado 
Medellín 
2019 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
“A Dios, a mi familia y todos aquellos que hicieron posible este trabajo con su apoyo 
incondicional” 
 
 
 
 
 
 
 
"Debe evitarse hablar a los jóvenes del éxito, como si se tratase del objetivo 
principal en la vida. La razón más importante para trabajar en la escuela y en la 
vida es el placer de trabajar, el placer de su resultado y el conocimiento del valor 
del resultado para la comunidad" 
 
Albert Einstein 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Tabla de contenido 
AGRADECIMIENTOS ............................................................................................................... 2 
RESUMEN ............................................................................................................................... 5 
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 6 
ANTECEDENTES ...................................................................................................................... 8 
JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................................... 15 
OBJETIVO GENERAL .............................................................................................................. 18 
Objetivos específicos: ....................................................................................................... 18 
METODOLOGÍA .................................................................................................................... 19 
Presentación descriptiva del material bibliográfico ......................................................... 19 
Documentos seleccionados .............................................................................................. 20 
Enfoque metodológico de las publicaciones .................................................................... 21 
ANALISIS INTERPRETATIVO DE LOS DATOS .......................................................................... 20 
Capítulo 1. Patrón del sueño ................................................................................................ 21 
1.1 El sueño y sus características .................................................................................. 21 
1.2 Efectos del sueño .................................................................................................... 22 
1.3 Trastornos asociados a la falta de sueño en la unidad de cuidado intensivo ... 24 
1.4 Causas de los trastornos del sueño asociados a las intervenciones en las unidades 
de cuidado intensivo ..................................................................................................... 27 
Capítulo 2. Terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño 
alterado en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo..................... 30 
2.1 Musicoterapia ......................................................................................................... 31 
2.2 Aromaterapia .......................................................................................................... 36 
2.3 Masoterapia ............................................................................................................ 39 
Capítulo 3. El proceso de enfermería como metodología para el manejo del patrón del sueño 
alterado (00198) en el paciente adulto internado en la UCI, basado en terapias alternativas 
no farmacológicas: musicoterapia, aromaterapia y masoterapia. ...................................... 44 
3.1 Valoración de enfermería ....................................................................................... 45 
3.2 Diagnóstico, intervenciones y resultados esperados de enfermería: Taxonomías 
NANDA, NIC y NOC........................................................................................................ 46 
 
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CONSIDERACIONES ETICAS .................................................................................................. 51 
CONCLUSIONES .................................................................................................................... 52 
RECOMENDACIONES ............................................................................................................ 53 
ANEXOS ................................................................................................................................ 54 
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ............................................................................................ 55 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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RESUMEN 
 
El sueño es la suspensión periódica natural de la conciencia durante la cual se 
recupera el organismo. El sueño de los adultos internados en la unidad de cuidado 
intensivo (UCI) es constantemente interrumpido por condiciones ambientales, de 
salud y derivadas del cuidado. Esto tiene efectos negativos sobre el funcionamiento 
del sistema inmune, respiratorio, cardiovascular y neurológico. Clásicamente el 
manejo del patrón del sueño alterado es la administración de fármacos que a su vez 
con llevan a efectos adversos, en este contexto las terapias alternativas han 
mostrado utilidad en mejorar la calidad del sueño del paciente crítico. El objetivo de 
este trabajo fue describir las tendencias en el uso de la musicoterapia, aromaterapia 
y masoterapia en el manejo del patrón del sueño alterado [00198] contribuyendo al 
papel del profesional de enfermería en el cuidado del paciente adulto en la UCI. En 
esta revisión documental se analizó el texto completo de 91 artículos y mediante un 
análisis se definieron tres grandes temáticas: 1) Patrón del sueño; 2) Terapias 
alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño alterado en 
el paciente adulto internado en la UCI (musicoterapia, aromaterapia y masoterapia) 
y 3) El proceso de enfermería como metodología para el manejo y el cuidado del 
adulto internado en la UCI con patrón del sueño alterado. En conclusión los artículos 
analizados encontraron una diferencia estadísticamente significativa con valores de 
p< 0,05 que sugieren que la musicoterapia, aromaterapia y masoterapia son una 
herramienta importante en el manejo del patrón del sueño alterado en los adultos 
internados en la UCI. 
 
 
 
 
 
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INTRODUCCIÓN 
 
El sueño es una necesidad biológica que permite la recuperación de energía y la 
restauración de las condiciones de la mente. Promover el descanso y el sueño es 
esencial para el cuidado integral del paciente adulto internado en la unidad de 
cuidado intensivo (UCI). Con el avance de la edad, los periodos de descanso suelen 
ser más cortos, pero igualmente necesarios. Sin embargo, con la intervención 
constante para los cuidados de enfermería, el sueño de los pacientes adultos 
internados en la UCI se ve constantemente interrumpido (Hardin, 2009). Así 
también, se relacionan condiciones ambientales como, las alarmas de los 
monitores, la intensidad de luz, la baja temperatura, el tamaño del colchón dela 
cama, el entorno no familiar y las intervenciones terapéuticas, con el incremento del 
riesgo de sufrir alteraciones del sueño como el insomnio en diferentes grados de 
afectación, que suele ser el trastorno del sueño más común de los pacientes en la 
UCI (Gras y col., 2009). Sumado a lo anterior, los adultos mayores internados en la 
UCI presentan cambios fisiológicos que afectan su ciclo circadiano, definido como 
las actividades biológicas durante un periodo de tiempo; en los seres humanos suele 
ser de 24 horas, dependientes de la duración del día y la noche terrestre (Nader y 
col., 2010), y que además tienen la necesidad de un consumo de múltiples 
medicamentos, con cambios en la alimentación debido a la alteración del estado de 
salud y en consecuencia suelen tener el sueño fragmentado y más corto (Sanz, 
2013). 
 
Por esto se considera importante identificar terapias alternativas aplicables al que 
hacer de enfermería, “el cuidado”, que permitan mejorar la calidad del sueño de los 
pacientes ingresados en la UCI para que estos no modifiquen su patrón de 
descanso habitual y así puedan tener una mejor recuperación. En este trabajo, se 
parte de una breve descripción de las características y la fisiología del sueño para 
 
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luego discutir los diferentes factores de la UCI que lo alteran, permitiendo al 
profesional de enfermería diagnosticar patrón del sueño alterado [00198] definido 
en la International Nursing Diagnoses: Definitions and Classifications 2015-2017; 
Herdman T.H. (NANDA) (BV, 2019) como, “Interrupciones durante un tiempo 
limitado de la cantidad y calidad del sueño debidas a factores externos”. Por otro 
lado describir las intervenciones de enfermería (NIC) en terapias alternativas como 
musicoterapia (4400), aromaterapia (1330) y masoterapia (1480) sobre la calidad 
del sueño en el contexto de cuidados intensivos. Finalmente se propone un plan de 
atención de enfermería basado en estas alternativas terapéuticas en el paciente 
adulto internado en UCI. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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ANTECEDENTES 
 
La investigación básica biomédica y clínica durante los últimos años se ha propuesto 
documentar el rol fundamental que tiene el sueño y el descanso en las esferas de 
la salud biológica, psicológica, emocional y social. Esto, debido a la importancia del 
sueño como proceso fisiológico regulador de la energía necesaria para la 
homeostasis del organismo. Desde 1862, con los aportes de Kohlschutter, se ha 
estudiado como se desarrolla el sueño durante el tiempo en el que permanecemos 
dormidos (citado por Bonnet, 1978); sin embargo, solo con la invención de la 
polisomnografía se logró registrar que durante el sueño se presentan diferentes 
etapas de acuerdo a la actividad cerebral (Vizcarra, 2000). Es así como Loomis, en 
1937, inicialmente logró distinguir cinco etapas del sueño, y las nombró según las 
cinco primeras letras del abecedario (Loomis, Harvey, & Hobart, 1937). Dement & 
Kleitman, en 1957, distinguieron y clasificaron dichas etapas como I, II, III y IV dentro 
del sueño Non-Rapid Eye Movement (NREM, por sus siglas en inglés) o movimiento 
lento de los ojos, eliminando una de las etapas de Loomis; esta clasificación es la 
más aceptada actualmente. Los estadios A y B de Loomis, corresponden a la etapa 
I de Kleitman, las demás etapas coinciden perfectamente. Los estadios I y II hacen 
referencia al sueño superficial o inicial y las etapas III y IV al conocido 
frecuentemente como sueño profundo (Dement y Kleitman, 1957). Años más tarde, 
Jouvet (1965), reportó la existencia del sueño Rapid Eye Movement (REM por sus 
siglas en inglés) o de movimiento ocular rápido (MOR) a la que se le atribuye ser 
indispensable para la recuperación emocional y psicológica de la persona (Jouvet, 
1965) y que se describen más adelante. En este sentido, dentro del equipo de salud, 
el profesional de enfermería debe enfocarse en que el paciente críticamente 
enfermo logre un sueño reparador (Basco, 2010). 
 
 
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El interés por conocer la dinámica del sueño ha ido en aumento con la aparición de 
los trastornos que se han relacionado a la falta de un adecuado descanso. Es así 
como Pisani y col. (2015) revisaron las anormalidades asociadas al sueño 
reportadas en pacientes de la UCI y relacionaron los métodos por los cuales resulta 
eficaz medir el sueño. Ellos encontraron reportes previos donde usan métodos como 
la polisomnografía, la actigrafía y algunos cuestionarios, para indagar y evaluar 
alteraciones del sueño relacionadas con la permanencia de los pacientes en la UCI 
o sí, por el contrario son propias de su ciclo circadiano regular. Así también 
analizaron el impacto de los obstáculos ambientales modificables para el sueño del 
paciente, como la luz, el ruido, la temperatura y las intervenciones del cuidado de 
enfermería y revisaron algunos métodos descritos para mejorar el patrón del sueño 
alterado en el contexto de una enfermedad crítica. Así pues, logran concluir que 
dentro de las manifestaciones de disfunción cerebral frecuentes en la UCI, como 
delirio, uno de los principales factores de riesgo son las alteraciones en el patrón 
del sueño. Por lo anterior, proponen un enfoque multidisciplinario para comprender 
y tratar los problemas en el patrón del sueño, así como mejorar el compromiso por 
parte de los profesionales de la UCI y los administradores del hospital por mejorar 
las condiciones ambientales que permitan el adecuado descanso, lo que a su vez 
puede conducir a una mejora significativa en la atención de la UCI y los resultados 
en la salud del paciente. 
El número de interrupciones del sueño en los pacientes internados en la UCI ha sido 
reportado por varios autores, Woods (1972) reporto en 4 pacientes en posoperatorio 
de bypass cardiopulmonar que las actividades de enfermería entre las 11 pm y las 
7 am infieren en el sueño de los pacientes, siendo el mayor numero 56 
interrupciones en el sueño durante la primera noche luego de la cirugía 
disminuyendo hasta 5,5 en la octava noche posoperatoria, las principales 
interrupciones correspondieron a actividades de monitoreo e higiene de la vía aérea. 
Por su parte, Tamburri y col. (2004), realizaron una revisión retrospectiva aleatoria 
de los registros médicos de 50 pacientes ingresados en cuatro UCI, los resultados 
 
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se obtuvieron de un registro de estancia de 147 noches estudiadas desde las 7 pm 
hasta las 7 am donde la media de interrupciones derivadas de la atención fue de 
42.6 siendo la hora más común la media noche, además el 62% de los baños de los 
pacientes se realizó en la noche siendo una de las interrupciones más relevantes 
del cuidado. Así también, registraron hasta 42,6 intervenciones en una noche para 
el cuidado de pacientes en la UCI. Estos autores aseguran que un número de horas 
de sueño suficientes es considerado importante para el descanso, y que el sueño 
interrumpido no permite la reposición de la energía adecuadamente. 
Por otro lado, Basco y col. (2010), describen las características del sueño propias 
de los pacientes en una unidad de cuidados intensivos y también hacen referencia 
a los cambios en el ritmo circadiano de estos pacientes atribuidos a la estructura de 
las UCI que están alteradas por un elevado nivel de ruido permanente y exceso de 
luces ambientales que dificultan la orientación entre el día y la noche influyendo 
sobre la aparición de dificultades para conciliar el sueño durante su permanencia 
en la UCI, causando estrés e incomodidad que a la vez dificultan su mejoría. 
Gracias a la revisión realizada por Basco y col. (2010), se puede notar que existen 
discrepancias en cuanto a la causa de las dificultades para conciliar el sueño en los 
pacientes de la UCI. También describieron los factores propios de las UCI que 
influyen en el patrón del sueño alterado que encontraron en los artículosrevisados; 
los factores fueron: el ruido de las alarmas, la luz, las interrupciones frecuentes del 
sueño derivada de la atención, la posición, la sed, el dolor, la preocupación por el 
estado de salud. Esto debido a la percepción de diferentes autores, referidos por 
Basco y col. (2010), frente a la influencia de los factores ambientales y el estrés 
fisiológico en el sueño, pues algunos de los investigadores referidos por este autor 
consideran que el ruido y la luz no son un impedimento para conciliar el sueño. Otras 
investigaciones más fundamentadas, como el trabajo de Alvarado y col., (2003, 
citado por Basco, 2010), determinaron la intensidad media de los niveles sonoros 
en una UCI durante 24 horas, siendo éstos fijados en 65 decibeles (dB), con picos 
 
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de más de 95 dB, cuando el Consejo Internacional del Ruido, perteneciente a la 
OMS, sugiere 45 dB de ruido en el día y máximo 40 dB en la noche en los hospitales. 
En el contexto de Colombia, Saldaña y col. (2014), realizó una compilación de 
posibles factores que fueron descritos por los propios pacientes y que estos 
consideran que tienen efectos en la privación del sueño en pacientes en estado 
crítico y que serán ampliados más adelante. En este sentido, otros autores 
consideran la edad como el factor más importante; sin embargo, los hallazgos de 
Saldaña y col. (2014) permiten considerar que la percepción del sueño no depende 
exclusivamente de factores intrínsecos, como la edad y su relación con el patrón del 
sueño, sino que existen factores extrínsecos como el ambiente, las intervenciones 
de cuidado y medicamentos que pueden afectarlo, puesto que muchos de los 
pacientes reciben tratamiento farmacológico con medicamentos que afectan el 
patrón normal de sueño. En su trabajo, también describen algunas herramientas 
como la encuesta a los pacientes, para la valoración de la calidad y la cantidad del 
sueño. Otra de las herramientas para valorar el sueño utilizada por los 
investigadores de dicho estudio fue el cuestionario del sueño de Richards-Campbell, 
el cual está constituido por 5 ítems, cada uno de los cuales se puntúa de 0 (peor 
sueño) a 100 (óptimo sueño). Se logró determinar que los trastornos del sueño son 
más frecuentes en pacientes mayores de 60 años. No obstante, el 40 % de los 
pacientes tenía menos de 60 años y también refirieron dificultades para dormir. Lo 
anterior podría indicar que la percepción del sueño no depende solo de la edad, sino 
que también se ve afectado por las condiciones de los pacientes que generalmente 
son remitidos a esta unidad debido a que padecen de patologías de manejo médico, 
como infarto agudo de miocardio, diabetes mellitus, falla respiratoria y falla cardiaca. 
Además, se encontró que la mayoría de los pacientes corresponden al sexo 
masculino, con una media de edad de 58 años y una estancia promedio mayor de 
72 horas en la UCI. 
Mientras que, Cordero y col. (2009), realizaron un estudio observacional descriptivo 
transversal, en el cuál aplicaron una encuesta a diferentes profesionales de 
 
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enfermería para saber si ellos tenían conocimientos sobre las etapas del sueño y si 
eran capaces de reconocer si los pacientes bajo sus cuidados descansaban 
adecuadamente. Con esta investigación se logró determinar que un 75% de los 
enfermeros sí conocen teóricamente las fases NREM y REM del sueño, pero el 55% 
no tienen claro o no logra identificar cuando un paciente está en sueño NREM o 
REM. Además, los enfermeros consideran que los pacientes que se despiertan en 
alguna fase cuando vuelven a dormir comienzan por la fase I del sueño NREM 
iniciando de nuevo el reposo, sin embargo, ellos afirman que esto no implica que 
las personas no puedan descansar. Con esta investigación, se logra conocer que 
las condiciones estructurales de las UCI y la falta de capacitación del personal de 
enfermería no permiten que dichos profesionales de la salud puedan desarrollar sus 
funciones garantizando el adecuado descanso de los pacientes internados en la 
unidad de cuidado intensivo. 
En este sentido y buscando mejorar las condiciones de sueño de los pacientes 
durante la hospitalización, se ha aplicado diferentes terapias: 
Terapia farmacológica convencional: los fármacos más utilizados para el 
tratamiento del patrón del sueño alterado son las benzodiacepinas y los hipnóticos 
no benzodiacepínicos (de la Guía, 2009) (Botargues, 2005). Las benzodiacepinas 
se clasifican como depresores del sistema nervioso central (SNC), sus efectos se 
ejercen sobre el receptor ácido gammaaminobutírico A (GABA-A) causando 
hipnosis, ansiolisís, relajación muscular y dependiendo de la dosis efectos 
antiepilépticos (de Castro, Rodríguez, Ortega, & Agüero, 2012). Pero a pesar de 
estos efectos benéficos, poseen efectos no deseados como alteración de la 
arquitectura del sueño acortando las fases del sueño, además su uso prolongado 
conlleva a taquifilaxia (de la Guía, 2009). Los hipnóticos no benzodiacepínicos 
causan solo hipnosis (Medina-Chávez et al., 2014). 
Terapia farmacológica alternativa: buscando mejorar las condiciones de estos 
pacientes durante la hospitalización, se ha aplicado farmacología alternativa que 
 
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ayude a mejorar su estado de salud; es así como se han aplicado tratamientos 
convencionales que no benefician a todos los pacientes, y existe incertidumbre 
acerca de los efectos de su uso a largo plazo. Dentro de los informes médicos, se 
han llegado a reportar terapias que incluyen tratamientos con melatonina, kava, 
valeriana, lavanda, lúpulo, compuestos herbales chinos y japoneses, piridoxina, 
hierba de San Juan y manzanilla alemana, y terapias no farmacológicas, que 
incluyen magnetismo, masajes, acupuntura, musicoterapia, tai chi, y ruido blanco, 
aromaterapia (Lindahl, 1989; Williamson, 1992; Sack, 1998; Levin, 1998; Chen, 
1999; Holsboer, 2000; Pelka, 2001; Sok, 2003; Li, 2004; citados por Cherniack, 
2006). Ya que los efectos de los fármacos convencionales no son benéficos por 
completo, un artículo de revisión, describió diferentes fármacos alternativos usados 
para el manejo de los trastornos del sueño los tratamientos incluyen la hormona 
natural melatonina como una de las más estudiadas, sus efectos se ejercen sobre 
el SNC prolongando el sueño y mejorando su eficiencia, otro medicamento 
alternativo es la hierba de valeriana que puede interactuar con la neurona 
presináptica inhibiendo la recaptación del ácido γ-aminobutírico (GABA) en el 
hipocampo para así inducir el sueño. También se ha usado valeriana en 
combinación con lúpulo, pero este último solo tuvo efectos sobre la calidad del 
sueño en un estudio por esto su efecto no es concluyente. Otra de las 
combinaciones usadas fue valeriana con Kava un derivado de la raíz Piper 
methysticum, pero por sus efectos de hepatotoxicidad se descartó su uso 
(Cherniack, 2006). 
Terapias no farmacológicas: Actualmente se encuentran terapias no 
farmacológicas alternativas que ofrecen ventajas potenciales como bajo costo y 
bajos efectos secundarios, las investigaciones sobre estas han sido aún menos 
rigurosas y por lo tanto no generan confianza para su aplicación por el personal de 
enfermería. Por lo anterior, en este trabajo se realizará una relación de diferentes 
investigaciones basadas en el efecto de dichas terapias para mejorar las 
condiciones de sueño y mitigar los trastornos del mismo en pacientes internados en 
 
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UCI. dentro de estas se incluyen magnetismo (Pelka, Jaenicke, & Gruenwald, 2001), 
acupuntura (Sok, Erlen, & Kim, 2003), tai chi (Li et al., 2004), pero para fines de este 
documento se ampliarán las intervenciones de enfermería en terapias alternativas 
no farmacológicas, musicoterapia, aromaterapia y masoterapia. 
 
 
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JUSTIFICACIÓN 
 
Los trastornos del sueño son referidos por los pacientes adultos internados en la 
unidad de cuidadosintensivos como uno de los factores físicos que más provocan 
estrés. Según diferentes investigaciones (Finlay, 1991; Tembo y col., 2009; De 
Almeida y Ribas, 2009), la privación del sueño tiene efectos negativos sobre el 
funcionamiento del sistema inmune, el sistema respiratorio, cardiovascular y 
neurológico llegando a producir delirio y psicosis. Por esto, es necesario integrar al 
modelo de cuidado tradicional biomédico, medidas poco exploradas en nuestro 
medio, que coadyuven en la prevención y/o manejo del patrón del sueño alterado 
en pacientes en estado crítico de salud, de tal forma que favorezcan su estado de 
confort físico, cantidad y calidad del sueño. 
El paciente críticamente enfermo tiene una condición clínica y necesidades de 
cuidados especiales, se caracteriza por presentar una patología grave que amenaza 
su vida, pero por su disfunción actual que afecta uno o varios órganos requiere un 
tratamiento adecuado y oportuno para recuperar su salud (Beltrán-Salazar, 2009). 
Por estas condiciones, requiere ser ingresado a una unidad especializada donde se 
le brindaran una serie de cuidados y tratamientos personalizados, con el uso de 
equipos de tecnología y la mayoría a través de procedimientos invasivos (Kiarie, 
2011). Desde las teorías de enfermería de Virginia Henderson, de Marjory Gordon 
o desde la NANDA, se contempla el sueño como una necesidad, un patrón o un 
dominio que debe ser satisfecho por el profesional de enfermería a través de sus 
intervenciones de cuidado, cuando este objetivo no se cumple conlleva a una 
disrupción del sueño que aumenta la morbilidad y mortalidad del paciente critico 
(Pulak & Jensen, 2016). 
Como se mencionó anteriormente, clásicamente el manejo del patrón del sueño 
alterado, se enfoca en la administración de fármacos como las benzodiacepinas, los 
agonistas de los receptores de benzodiacepinas, los antihistamínicos, los 
 
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antidepresivos, la melatonina y los antipsicóticos, estos fármacos a su vez pueden 
con llevar a un aumento en efectos adversos como: taquifilaxia, sedación diurna, 
retardo cognitivo y motor, incluso insomnio prominente y síndrome de abstinencia 
(Romero & García, 2005). Aunque el tratamiento farmacológico es útil en algunos 
contextos, no siempre alcanza el objetivo terapéutico ayudar a conciliar el sueño, 
es aquí donde las terapias alternativas han demostrado utilidad (Hu y col., 2015), 
pero intervenciones terapéuticas alternativas como la musicoterapia, la 
aromaterapia y la masoterapia han sido poco aprovechadas, y podrían presentarse 
como coadyuvantes para la prevención o por si solas como tratamiento del patrón 
del sueño alterado en el paciente adulto internado en la UCI; el profesional de 
enfermería puede jugar un rol interesante en la administración de estas terapias que 
han mostrado utilidad, efectos placenteros y buenos resultados en diferentes 
contextos, además que son de fácil aplicabilidad y de bajo costo (Choedon, Mathan, 
& Kumar, 2015). 
Su y col. (2013), evaluaron los efectos de la musicoterapia en la calidad del sueño 
y la relajación, incluyendo la frecuencia cardiaca, presión arterial media y frecuencia 
respiratoria, se encontró que el grupo de estudio n=14 que recibieron musicoterapia 
tenían un tiempo más corto en la etapa del sueño NREM II, pero más tiempo en la 
etapa III de sueño profundo y reparador vs el grupo control n=14 pacientes sin 
música para dormir (p=0,014), además también presentaron frecuencias cardiacas 
más bajas indicador de sueño profundo (p<0,003) (Su y col., 2013). 
En cuanto a estudios relacionados con aromaterapia, (Moeini, Khadibi, Bekhradi, 
Mahmoudian, & Nazari, 2010), realizaron un estudio clínico ciego, en pacientes 
hospitalizados con enfermedad cardiaca, el grupo control recibió aromaterapia con 
aceite de lavanda 9 horas y el grupo control sin recibir la intervención, además este 
ensayo describió características a tener en cuenta antes de implementar la 
intervención como el tiempo, cuando la enfermedad pase la fase aguda, el no haber 
recibido fármacos como las benzodiacepinas y otros hipnóticos, no tener 
adicciones. Estos autores reportaron una diferencia estadísticamente significativa 
 
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en la calidad del sueño de pacientes internados en UCI con enfermedad isquémica 
del corazón los cuales recibieron aromaterapia en comparación con el grupo control 
(Moeini et al., 2010). En cuanto a masoterapia la evidencia es más reducida en el 
contexto de las UCI, pero se conoce que estas intervenciones mejoran la calidad 
del sueño en comparación con pacientes que no reciben la terapia (Shinde & Anjum, 
2014). 
Además actualmente existe la intensión de brindar confort a través de cuidados 
alternativos a pacientes en UCI, aunque es una tarea nueva y en constante 
desarrollo, se ha observado un impacto positivo cada vez mayor en el estado de 
salud de los pacientes (Cherniack, 2006). En Colombia, se requiere ampliar el 
modelo de cuidado de enfermería, de modo que se incluyan las terapias alternativas 
en la prevención del trastorno del sueño en los pacientes de UCI, esto permitirá 
aportar evidencia científica que enriquezca la profesión de enfermería, favoreciendo 
la calidad de vida del paciente críticamente enfermo. 
Basados en lo anterior y considerando que la musicoterapia, la aromaterapia y la 
masoterapia tienen efectos benéficos en la calidad del sueño de los pacientes 
críticamente enfermos, se planteó la siguiente pregunta: ¿Las terapias alternativas 
como la musicoterapia, aromaterapia y masoterapia previenen el trastorno del 
patrón del sueño en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo? 
 
 
 
 
 
 
 
 
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OBJETIVO GENERAL 
 
Describir las tendencias en el uso de la musicoterapia, aromaterapia y masoterapia 
en el manejo del patrón del sueño alterado [00198] contribuyendo al papel del 
profesional de enfermería en el cuidado del paciente adulto internado en la unidad 
de cuidado intensivo. 
 
Objetivos específicos: 
 
 Describir las características de las terapias alternativas musicoterapia, 
aromaterapia y masoterapia, en el contexto del patrón del sueño en los 
adultos internados en la unidad de cuidados intensivos. 
 
 Conocer el impacto de las terapias alternativas musicoterapia, aromaterapia 
y masoterapia sobre el trastorno del patrón del sueño en los pacientes 
adultos hospitalizados en la unidad de cuidado intensivo. 
 
 Proponer un plan de atención de enfermería basado en musicoterapia, 
aromaterapia y masoterapia, para la prevención del trastorno del patrón de 
sueño en el paciente adulto internalizado en la unidad de cuidado intensivo. 
 
 
 
 
 
 
 
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METODOLOGÍA 
 
Presentación descriptiva del material bibliográfico 
 
Se realizó una revisión documental para obtener la información más reciente en la 
producción científica sobre el manejo del patrón del sueño por medio de terapias 
alternativas. Se utilizaron como fuentes de información la base de datos, Medline 
(Pubmed), Cinhal, Web of Science, Scielo, Lilacs, Sociological Abstracts, Cuiden, 
Embase, PsycoInfo, ISI Web of Knowledge, y la base de datos de monografías de 
la facultad de enfermería de la Universidad de Antioquia. Para la estrategia de 
búsqueda, se utilizaron palabras claves en términos Mesh en inglés: sleep, 
aromateraphy, music therapy and massage therapy y español, sueño, 
musicoterapia, aromaterapia y masoterapia. Como estrategia de búsqueda se 
utilizaron combinaciones de los términos y los idiomas: sleep in the ICU (sueño en 
la UCI), disrupted sleep, massage therapy on the sleep (Masoterapia para el sueño), 
music therapy in the sleep. 
En las bases de datos que lo permitían se utilizaron los siguientes criterios de 
búsqueda específicos: idioma del documento (inglés, español, portugués, persa), 
investigación en seres humanos, estudios en las UCI adultos y documentoscon 
texto completo disponible, entre los años de 1930 y 2019. Para la selección de los 
artículos se establecieron como criterio de inclusión el objetivo o hipótesis 
considerada y que tuviera relación con el uso de terapias alternativas para mejorar 
el patrón del sueño en pacientes internados en la UCI. 
 
 
 
 
 
 
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Documentos seleccionados 
 
Se seleccionaron aquellos artículos cuya temática central estuviera relacionada con 
el sueño en pacientes internados en unidades de cuidado intensivo. A su vez, eran 
de interés aquellos artículos de enfermería que mostraran los efectos y experiencias 
del uso de la música, los aromas y los masajes en la calidad del sueño de dichos 
pacientes o de personas con problemas para conciliar el sueño en los hospitales, 
aunque con la idea de ampliar el material bibliográfico la búsqueda tuvo que ser 
ampliada a otras disciplinas como medicina y psicología, además se tomaron 
estudios en otros contextos como pediatría, ginecología y geriatría. 
Inicialmente se revisaron un total de 140 artículos, pero fueron citados y usados 
para el desarrollo de la temática 91 de estos con información relevante para la 
revisión como se muestra en el flujograma 1 [Proceso de los criterios de inclusión y 
exclusión]. Las razones de la exclusión de los artículos fue que no contaban con el 
texto de manera gratuita. 
 
 
 
Flujograma 1. Proceso de los criterios de inclusión y exclusión adaptados por el 
investigador. 
# Artículos 
Hallados:
Artículos 
excluidos:
Total de 
Artículos 
Admitidos en el 
Estudio:
91
Artículos 
en español 
Artículos en 
inglés 
4 63 28 140 
 
pág. 21 
 
Se analizó el texto completo de 91 artículos para ser incluidos en la revisión 
documental. La información de interés se extrajo mediante la aplicación de una ficha 
analítica (ver archivo anexo A) que recogía información sobre características 
generales de los estudios seleccionados y sus principales resultados; una vez 
realizada la búsqueda, se rechazaron los artículos que no tenían una relación con 
el objetivo del estudio y se definieron tres grandes temáticas: 1) Patrón del sueño; 
2) Terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de sueño 
alterado en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo 
(musicoterapia, aromaterapia y masoterapia) debido a su facilidad de aplicar en el 
contexto clínico y a su bajo costo; y 3) El proceso de enfermería como metodología 
para el manejo y el cuidado del adulto internado en la UCI con patrón del sueño 
alterado, ya que el PAE permite describir las necesidades humanas de una manera 
más amplia y no se limita a un grupo, situación o individuo en particular y al ser más 
general, permite a través del análisis explicar los diferentes fenómenos de interés 
para la enfermería con una metodología científica organizada, con unos objetivos 
claros, unas intervenciones de cuidado para lógralos (NIC) y finalmente evaluar la 
efectividad de las mismas (NOC). 
 
Enfoque metodológico de las publicaciones 
 
Se entiendo por enfoque metodológico el diseño propuesto por los investigadores 
para el desarrollo de los objetivos propuestos en la investigación. En la revisión 
encontramos 32 artículos observacionales descriptivos transversales, 5 estudios 
observacionales analíticos retrospectivos y 9 prospectivos, 20 artículos 
observacionales analíticos de cohorte prospectivos, 15 artículos analíticos de 
ensayos clínicos prospectivos, revisiones de la literatura 4 revisiones de tema y 6 
revisiones sistemáticas. 
Como criterios de rigor para la realización de esta monografía se contemplaron la 
credibilidad o autenticidad, que hace referencia a la relación que hay entre lo que 
 
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se buscó, almacenó y analizó e interpretó del material, con la interpretación del 
material por los autores permitiendo darle fundamento y comprensión a la temática 
expuesta (Castillo & Vásquez, 2003). Aplicabilidad entendida como la capacidad de 
transferir los resultados de un contexto a otros, a través de una descripción 
exhaustiva de los sujetos y del contexto donde se realizan los estudios, permitiendo 
a otros investigadores realizar comparaciones con otros estudios y con sus objetivos 
(Noreña, Alcaraz-Moreno, Rojas, & Rebolledo-Malpica, 2012). Relevancia para 
evaluar el logro de los objetivos planteados y poder mejorar el conocimiento del 
fenómeno estudiando (Noreña et al., 2012). Finalmente la difusión de los resultados 
de la investigación, enfocados en la transferencia, y aumento de la evidencia que 
permita al profesional de enfermería en formación, el clínico o el académico elaborar 
protocolos aplicables al cuidado fortaleciendo así el que hacer de enfermería en las 
unidades de cuidado intensivo. 
Como consideraciones éticas se siguió la Ley 23 de 1982 y la Ley 1403 de 2010, 
dentro de las cuales esta el reconocimiento de los derechos de autor y el 
reconocimiento siempre la propiedad intelectual de los autores. 
 
 
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Gráfica 1. Línea de tiempo patrón del sueño en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo. 
 
Las publicaciones referenciadas comprenden estudios base para el desarrollo de las investigaciones relacionadas con 
el sueño que van desde el año 1930 hasta estudios del presente año que relacionan terapias para mejorar la calidad 
del sueño en los pacientes internados en UCI como se presentó en la línea de tiempo en la gráfica 1. 
 
 
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ANALISIS INTERPRETATIVO DE LOS DATOS 
 
Para el análisis de la información encontrada en los artículos seleccionados, se 
determinaron los hallazgos más relevantes de cada investigación que ayudaran a 
orientar el desarrollo del tema de interés, permitiendo realizar una discusión 
posterior. Para esto, se organizó la información por capítulos. Inicialmente en el 
Capítulo 1. que corresponde al patrón del sueño se describen el sueño y sus 
características, los efectos del sueño, así como las causas de los trastornos del 
sueño y sus efectos en la UCI. Seguidamente, en el capítulo 2, se relacionan 
algunas terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del patrón de 
sueño alterado en el paciente adulto internado en la unidad de cuidado intensivo, 
entre las que se hace énfasis en la musicoterapia, la aromaterapia y la masoterapia. 
Por último, en el capítulo 3 se realiza una propuesta sobre el proceso de atención 
de enfermería para los casos de trastornos del sueño (00198) en la UCI basado en 
terapias alternativas no farmacológicas: musicoterapia, aromaterapia y 
masoterapia. 
 
 
 
 
 
 
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Capítulo 1. Patrón del sueño 
 
1.1 El sueño y sus características 
 
La palabra sueño proviene del latín somnum que se relaciona con el deseo y el acto 
de dormir (Diccionario de la lengua española, 2001). Desde la antigüedad se ha 
indagado sobre este evento natural por lo cual se ha logrado determinar que este 
evento fisiológico es un fenómeno temporal que está regulado por el hipotálamo y 
que se coordina de acuerdo a los procesos homeostáticos (regulación de los 
procesos fisiológicos que mantienen en condiciones estables a un organismo) 
(Cooper, 2008) y al ritmo circadiano. El ser humano tiene la necesidad de sueño 
proporcional al tiempo anterior al despertar y se considera “normal” cuando ocurre 
en periodos constantes siguiendo el patrón del sueño REM y al NREM. 
 
Gráfica 1. Ciclo del sueño (Bernal, 2014). Imagen tomada y modificada de: 
https://drbernalneurologo.net/2014/03/28/sonambulismo/ 
 
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En circunstancias normales, el sueño comienza en la etapa NMOR, que representa 
el sueño continuo y se clasifica en 4 etapas de acuerdo a la frecuencia ondulatoria 
de las ondas cerebrales durante esta fase. La primera etapa se da después de una 
fase de latencia de 10 a 20 minutos o periodo de transición de la vigilia del sueño o 
fase de adormecimiento,la etapa 1 NMOR tiene una duración de aproximadamente 
4 a 5 minutos, se considera la etapa más ligera y el inicio del sueño. Cuando esta 
etapa se prolonga, suele indicar fragmentación del sueño debido a un trastorno 
asociado al sueño. La etapa 2 representa del 40% al 55% del tiempo total de sueño 
y comprende la desaceleración ondulatoria en el electroencefalograma, esta etapa 
dura entre 10 a 25 minutos progresando hacia el sueño profundo que comprenden 
la etapa 3 y 4 del sueño NMOR; estas dos etapas se conocen también como etapas 
de onda lenta y suelen presentarse en un sueño más profundo con altos umbrales 
que indican que es un sueño reparador. Suelen ocurrir durante la primera parte de 
la noche y comprende entre el 13% y el 23% del sueño y se sabe que va 
disminuyendo con la edad (Bijwadia, 2009). La Academia Americana de Medicina 
del Sueño eliminó la etapa 4, considerando de la 1 a la 3 como N1, N2 y N3, está 
última surgió de fusionar las etapas 3 y 4 de onda lenta (Pulak, 2016) (ver gráfica 1. 
Ciclo del sueño). Por otro lado, el sueño REM se caracteriza por movimientos 
oculares rápidos, durante esta fase el tono muscular disminuye en comparación con 
la fase NREM y la frecuencia respiratoria fluctúa (Navarrete, 2013). 
 
1.2 Efectos del sueño 
 
Durante el sueño NREM, la presión arterial, la función y la frecuencia cardiaca 
disminuyen; durante este estado del sueño hay más actividad del sistema nervioso 
parasimpático con disminución del sistema nervioso simpático. Mientras que 
durante el sueño REM hay mayor variabilidad de la presión arterial, con 
fluctuaciones y elevaciones cortas; A continuación, en el cuadro 1, se describen los 
cambios fisiológicos durante el sueño NREM y REM resumidos por Navarrete 
 
pág. 23 
 
(2013). Cuadro 1. Cambios fisiológicos relacionados con el sueño. (tomado de 
Navarrete, 2013). 
Función fisiológica Sueño NREM Sueño REM 
Presión arterial (PA) 
Desciende en el 5-16%, menos 
variable en el estado 3 de sueño 
NREM 
Fluctúa, elevaciones cortas PAS 
(hasta 40 mmHg) + en el REM 
fásico. Mayor variabilidad. 
Frecuencia cardiaca 
Disminución debido al predominio 
de la actividad parasimpática. 
 
Inestable con incremento en la 
variabilidad del ritmo circadiano 
debido a una alteración de la 
actividad simpática del REM. 
Brotes de movimientos oculares 
rápidos acompañados de breves 
taquicardias seguidas de 
bradicardias (bloqueos, pausas, 
bradiaritmias, etc.). 
Función cardiaca 
Cae la contracción cardíaca 
progresivamente. 
 
Vasodilatación 
La contracción cardíaca baja con 
frecuencia en el último ciclo de 
REM temprano en la mañana. Hay 
una vasoconstricción transitoria en 
el REM fásico. 
Sistema nervioso 
autónomo 
+ del parasimpático con - del 
simpático. 
+ parasimpático con breves brotes 
de + simpático durante REM. 
 
En este cuadro se relaciona las diferentes fluctuaciones de algunos parámetros 
fisiológicos durante el sueño REM, en el que la frecuencia cardiaca es inestable con 
incremento en la variabilidad del ritmo circadiano debido a una alteración de la 
actividad simpática del REM. Así también, la contracción cardíaca baja con 
frecuencia en el último ciclo de REM, el sistema nervioso parasimpático aumenta su 
actividad con breves brotes de actividad aumentada en el sistema nervioso 
simpático durante el sueño REM. 
 
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1.3 Trastornos asociados a la falta de sueño en la unidad de cuidado 
intensivo 
 
El sueño es una necesidad vital por lo que los trastornos asociados a este provocan 
consecuencias graves para la salud de quienes los padecen. Sin embargo, el sueño 
de los pacientes hospitalizados puede no ser refrescante o reparador. Las razones 
para esto se pueden clasificar en tres grupos: ambientales, fisiológicos y 
psicológicos. Así pues, las intervenciones por parte del personal de salud en la UCI, 
causan una molestia psicológica y fisiológica que, según lo describen varios autores, 
pueden implicar trastornos fisiológicos que no permiten la mejoría del paciente 
(Fontana, 2010). Esto, sumado a la intermitencia en el tiempo de descanso o la falta 
de disposición fisiológica para dormir de manera saludable común en los adultos 
mayores. Por tal motivo, lograr conciliar el sueño estando hospitalizado es un gran 
desafío para los pacientes, y es un reto mayor cuando se trata de adultos mayores 
que se encuentran internos en la unidad de cuidados intensivos (Arufe, 2000). 
Bijwadia y col. (2009), ratifican que no dormir bien puede ocasionar enfermedades 
sistémicas y complicar el estado de salud de los pacientes llevándolos incluso a la 
muerte. A su vez, diferentes investigaciones, han relacionado daños en la función 
del sistema inmune con la pérdida del sueño y con mayor susceptibilidad a 
infecciones. Se ha encontrado alteración del metabolismo con el incremento de la 
liberación de proteína C reactiva, interleuquina (IL) 6 y factor de necrosis tumoral 
(TNF), moléculas activadoras del factor NF- Κb, y desencadenantes de 
enfermedades inflamatorias crónicas y metabólicas. Así también, las citoquinas pro 
inflamatorias como IL-1, IL-6 y TNF aumentan el sueño NREM y las antiinflamatorias 
como la IL-4 e IL-10 lo disminuyen. Así también, se considera que el sueño es 
particularmente muy importante para iniciar respuestas inmunes adaptativas 
efectivas que eventualmente producen memoria inmunológica duradera. Además, 
se han encontrado cambios en el eje hipotálamo, hipófisis y el sistema nervioso 
simpático; a su vez, hormonas que favorecen las actividades del sistema inmune 
(como el cortisol y la adrenalina) funcionan de acuerdo al ritmo circadiano 
 
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descendiendo en la noche, por lo cual, si se ve afectado este ritmo, el 
funcionamiento de estas hormonas también se alteran (Rico-Rosillo & Vega, 2018). 
La restricción del sueño también puede provocar una reducción de la actividad 
antioxidante (catalasa y glutatión), disminución del peso del bazo, alteraciones en 
los recuentos de leucocitos y linfocitos, y la producción de anticuerpos séricos sin la 
presencia de un antígeno (Mathangi, 2012). De acuerdo a su causa, los trastornos 
del sueño se clasifican en trastornos de tipo orgánico y no orgánico, ya sea por 
enfermedad física o por enfermedad mental. Según la Organización Mundial de la 
Salud (OMS), en los países industrializados occidentales, entre 20 a 30% de la 
población padece trastornos del sueño y pueden ser un síntoma importante de 
enfermedades primariamente psiquiátricas y neurológicas (enfermedad de 
Parkinson, enfermedades cerebrales degenerativas, problema de espalda), así 
como de cuadros clínicos (bronconeumopatía crónica obstructiva, reflujo 
gastroesofágico, entre otros) (Organization, 2006). Los trastornos del sueño más 
comunes en la UCI son el insomnio y el delirium. Se considera la presencia de 
insomnio cuando el sueño tiene una duración y calidad insuficientes, presentando 
dificultades para dormir y para mantener el sueño durante un periodo de tiempo 
prolongado que garantice un adecuado descanso. Es el patrón del sueño alterado 
más común en la población general, se ha reportado con mayor incidencia en 
mujeres, adultos mayores, pacientes con ansiedad y depresión (Chuquimia y 
Vargas, 2018 p. 1820). Por otro lado, el delirium se manifiesta con gran estado de 
somnolencia y letargia, con alteraciones de la función cerebral llevando a un 
deterioro cognitivo con desorientación espacio-temporal, alucinaciones y 
pensamiento desorganizado (Alonso, 2012). 
Así también, las alteraciones en el patrón del sueño están altamente relacionadas 
con la edad debido a que también cambian los hábitos de sueño, se modifica el 
ritmo circadiano y son más frecuentes las enfermedades y por tanto aumenta el uso 
de medicamentos e intervenciones médicas. Según Friese (2008), la arquitectura 
del sueño se altera en pacientes en estado de salud crítico, aumentadoel sueño 
 
pág. 26 
 
superficial o NREM en las fases 1 y 2 y con una disminución del sueño NREM 
profundo o sueño “restaurador”, correspondiente a las fases 3 y 4 y muy poco sueño 
REM. Por su parte, Hilton (1976 citado por Pulak, 2016), encontró una disminución 
significativa en el tiempo total de sueño (TTS) en los pacientes, mientras que 
tuvieron un sueño nocturno fragmentado en el cuál no alcanzaban a entrar en la 
fase 4 del NREM, y el sueño REM reducido o ausente y con anormalidades del ritmo 
circadiano. Freedman y col. (2001), también encontraron que los pacientes de la 
UCI llegan a descansar más en el día, en tiempos cortos, pero si logran llegar al 
sueño REM. 
Diferentes investigaciones evalúan el sueño del paciente en el hospital; así como 
Dogan y col. (2005), compararon la calidad del sueño de los pacientes 
hospitalizados en el hospital de la Universidad de Cumhuriyet en Turquía. Ellos 
analizaron el patrón de sueño de grupos de cincuenta pacientes hospitalizados en 
diferentes especialidades médicas comparándolos con grupos de control sanos. 
Ellos encontraron que los pacientes de la unidad de psiquiatría tienen peor calidad 
del sueño que otros pacientes. Así también identificaron que las mujeres tienen 
peores características del sueño en comparación con los hombres. 
Pardo y González (2017), determinaron que el insomnio de mantenimiento 
(despertar una o más veces durante la noche) fue el diagnóstico de insomnio más 
frecuente en una población de adultos mayores de 65 años; los autores también 
identificaron que los pacientes con diabetes, tienen más prevalencia de trastornos 
asociados con el sueño. Sin embargo, no encontraron relación entre el consumo de 
psicofármacos y una mayor prevalencia de insomnio como lo reportan otros autores 
(López, 2013, citado por Pardo y González, 2017). Así mismo, la mayoría de 
pacientes dijeron no haber recibido capacitación ni recomendaciones asociadas a 
terapias o estrategias para dormir mejor por parte de los profesionales de la salud 
de dichas entidades hospitalarias. Saldaña y col. (2014), aplicaron el cuestionario 
Richards-Campbell para cuestionar las condiciones del sueño de 35 pacientes de 
una UCI en un hospital de Bogotá; ellos encontraron que la puntuación total media 
 
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del sueño fue de 41, lo que corresponde a un sueño regular. Al analizar las 
puntuaciones obtenidas en cada uno de los ítems del cuestionario se observa que 
el sueño de estos pacientes se caracterizó por ser ligero, con dificultades para 
conciliarlo y con despertares frecuentes. Los resultados del estudio reportaron una 
puntuación total media que clasificaba a los pacientes con un sueño regular, el 
sueño de estos pacientes se caracterizó por ser ligero, con dificultades para 
conciliarlo y con despertares frecuentes que pueden estar o no asociados a la 
atención en salud. Por tanto, a pesar de que el sueño percibido por los pacientes en 
la UCI es regular, se considera que este no es reparador; es fundamental que el 
profesional de enfermería incluya en su plan de cuidado diario la valoración del 
sueño e identifique las posibles causas que desencadenan su privación, con el fin 
de minimizarlas mediante la implementación de acciones de cuidado que 
promuevan un entorno tranquilo y propicio. Esto nos lleva a indagar si el profesional 
de enfermería tiene en cuenta lo importante que es el buen descanso para la mejoría 
del paciente en estado crítico y con necesidad de cuidado o si, por el contrario, al 
tener desconocimiento de su importancia, llevan a cabo los procedimientos sin tener 
en cuenta estos aspectos. 
 
1.4 Causas de los trastornos del sueño asociados a las intervenciones en las 
unidades de cuidado intensivo 
 
Las causas de la concurrencia de los trastornos del sueño asociados a la 
pemanencia en UCI se deben a múltiples factores. Algunas investigaciones, han 
determinado que la población de adultos mayores presenta mayor dificultad para 
dormir. Esto se atribuye frecuentemente a los cambios en el ritmo circadiano que se 
presentan con la edad. Sin embargo, la edad no necesariamente debe repercutir 
como causante de insomnio o de trastornos del sueño, sino que son otros los 
factores asociados a esta que pueden causar irregularidades en el patrón de sueño 
(Arufe, 2000). Por un lado, es sabido que en la unidad de cuidados intensivos se 
 
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encuentran internados pacientes con afectaciones de salud que ponen en riesgo su 
estado vital y por lo cual deben estar en constante observación médica y bajo 
diferentes cuidados de enfermería; esto los hace más propensos a tener dificultades 
para conciliar el sueño o tener un adecuado descanso que favorezca su 
recuperación (Hardin, 2009). Así también, Drove & col. (2011), determinaron que el 
ruido, la alta intensidad de luz y el dolor son las variables que más influyen en la 
interrupción del sueño según lo refieren los pacientes de la unidad de cuidado 
intensivo; estos autores lograron identificar que, para los pacientes de su estudio, 
los cuidados de enfermería no son el principal causante de su insomnio, sino que 
son los factores físicos de su entorno los principales objetivos a tener en cuenta 
para adecuar y mejorar su descanso. Los factores que, según los propios pacientes, 
les han resultado más molestos a la hora de dormir han sido el sonido de las 
alarmas, el dolor, la intubación endotraqueal y la ventilación mecánica. Es necesario 
poner en marcha iniciativas para intentar limitar lo más posible el impacto de esos 
factores sobre el sueño de los pacientes. 
En los ambientes hospitalarios se requiere de buena iluminación y en constante uso 
de múltiples equipos como ventiladores mecánicos, bombas y monitores, entre 
otros, aparatos que originan mucho ruido, dificultando el encontrar un espacio 
tranquilo y silencioso para poder dormir (Gras y col., 2009). La suma de estos 
factores y demás, ocasionan que los pacientes que están internados en estas 
unidades presenten alteración en el patrón del sueño, y no logren descansar y así 
les dificulte obtener una adecuada recuperación. Todos estos son factores 
modificables, por lo cual fácilmente se pueden intervenir, educando al personal 
asistencial sobre la importancia que tiene el sueño para los pacientes. Cuando 
hablamos del ruido como un factor extrínseco por el cual los pacientes no logra la 
conciliación de un sueño de calidad, se tiene en cuenta que el ruido no solo es el 
generado por las máquinas y monitores del servicio, sino también por las charlas 
del personal asistencial, que muchas veces es el que más incómoda e interrumpe 
el descanso de los pacientes que están en las unidades críticas. El ruido permitido 
 
pág. 29 
 
en las Unidades Críticas durante el día es de 45 decibeles y de 40 decibeles en las 
noches según la OMS; y se encuentra que si éste nivel se sobrepasa, puede 
ocasionar disminución de la saturación de oxígeno, aumento de la frecuencia 
cardiaca y cambios en los patrones del sueño. Como lo refieren los pacientes 
entrevistados en el estudio realizado por Carrillo y col. (2018), entre los ruidos que 
más les causa molestias para poder conciliar el sueño están los ruidos ocasionados 
por las máquinas o equipos médicos, los diálogos entre el personal asistencial, de 
enfermería y las intervenciones de la junta médica, siendo esta última, por la que 
más se quejan los pacientes. El personal asistencial se debe concienciar, que el 
descanso de los pacientes depende de sus acciones de cuidado, y que estas 
acciones son las que caracterizan su profesión (Carrillo y col, 2018). 
Con ayuda de los profesionales en enfermería los pacientes pueden atenuar 
muchos de los efectos de los factores estresantes a que son sometidos, entre ellos, 
la alteración del sueño, aunque algunas causas del ruido no puedan ser eliminadas, 
sí podrán ser adaptadas y reducidas (Baena, 2006). Por tal motivo,la enfermería 
debe buscar técnicas que le permitan disminuir los trastornos del sueño de estos 
pacientes, propiciar un ambiente más confortable, silencioso, y así lograr un 
descanso más reparador. Se puede propender por minimizar el ruido al realizar las 
rondas regulares, así como disminuir el volumen a los equipos médicos, sin afectar 
la seguridad del paciente, fomentar una estrategia de silencio entre el personal 
asistencial, permitir el uso de tapones en los oídos, entre otros. 
Otro factor relevante en la estabilización de un sueño reparador es la iluminación, 
aquella luz artificial ininterrumpida que se encuentra en las UCI. Constantemente, 
hay una luz permanente, no solo en los puestos de enfermería, sino también en toda 
la unidad, limitando la consolidación del sueño e impidiendo mantener ciclos de día 
y noche normal, hay que recordar que esa luz constante altera la liberación de la 
hormona melatonina, lo que repercute en la consolidación de un sueño adecuado y 
de calidad (Saldaña, 2014). 
 
 
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Capítulo 2. Terapias alternativas no farmacológicas para la prevención del 
patrón de sueño alterado en el paciente adulto internado en la unidad de 
cuidado intensivo 
 
El tratamiento de las alteraciones del sueño tiene como objetivo principal mejorar el 
nivel de satisfacción respecto al sueño, haciendo énfasis en las intervenciones que 
lo promuevan. El término terapia integrativa se define como la combinación de 
terapias complementarias y alternativas (CAT) con tratamiento estándar (Greenlee 
y col., 2017). La musicoterapia, la aromaterapia y masoterapia constituyen formas 
de CAT para promover la relajación y para reducir el estrés fomentado la salud 
integradora y completa de cualquier paciente que lo requiera. Por lo tanto, 
considerar un abordaje terapéutico integral implica tener en cuenta todos los 
factores contribuyentes. Esto permitirá que los pacientes consigan mejorar la 
calidad y cantidad de sueño, reducir los constantes despertares nocturnos, así como 
incrementar el tiempo total de descanso para mejorar el funcionamiento del 
organismo durante las labores diurnas. En la actualidad, se han considerado 
terapias basadas en la relajación del paciente, de modo que esto le permita conciliar 
mejor el sueño. Las terapias alternativas no farmacológicas según lo planteado han 
demostrado ser rentables, convenientes, accesibles y seguras para abordar el 
patrón del sueño alterado. En este trabajo, se hizo especial énfasis en la 
musicoterapia, la aromaterapia y la masoterapia, para conocer sus ventajas y su 
posible utilidad para mejorar la calidad del sueño de los pacientes internados en la 
UCI. 
 
 
 
 
 
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2.1 Musicoterapia 
 
El proceso de envejecimiento, los tratamientos farmacológicos, los cuidados de la 
salud, son los principales causantes de la afectación del estado del sueño. Hoy en 
día, se incluye el tratamiento con musicoterapia en muchos departamentos de 
medicina, en los que se ofrecen técnicas para cuerpo y mente, para generar estados 
físicos y mentales sanos que ayuden a mejorar la calidad del sueño en adultos 
mayores. Thayer Gaston definió la musicoterapia como “Música es la ciencia o el 
arte de reunir o ejecutar combinaciones inteligibles de sonidos en forma organizada 
y estructurada con una gama de infinita variedad de expresión, dependiendo de la 
relación de sus diversos factores componentes (ritmo, melodía, volumen y cualidad 
tonal). Terapia tiene que ver con “cómo” puede ser utilizada la música para provocar 
cambios en las personas que la escuchan o la ejecutan” (Gaston, 1968). 
 
Hillecke y col., 2005 destacan factores como la atención, la emoción, lo cognitivo, la 
conducta y la comunicación que consideran importantes para que la musicoterapia 
sea efectiva, estos factores se amplían a continuación(Hillecke, Nickel, & Bolay, 
2005): 
 
Aunque en Colombia no es frecuente su aplicación en la práctica médica, en el 
mundo, la musicoterapia se ha convertido en un programa de intervención 
terapéutica para ayudar a los pacientes a promover la salud utilizando experiencias 
Atencional
• La música logra
atraer la
atención
sensorial y
producir
distracción y
relajación más
que otros
estímulos de
tipo sensorial.
Emocional
• Por la
capacidad que
tiene la música
para modular
las emociones,
como evocar un
recuerdo o
activar un
sentimiento o
emoción
Cognitivo
• La música
activa el
pensamiento,
genera
experiencias
particulares y
puede ayudar a
modificar
pensamientos
previos
dándoles otro
significado.
Conductual
• La música
activa los
movimientos
corporales que
ayudan a
relajar el
cuerpo
Comunicación
• Es una forma
de comunicarse
de forma no
verbal,
permitiendo
expresar las
emociones
cuando no se
pueden
comunicar
verbalmente.
 
pág. 32 
 
musicales y su capacidad para dinamizar la mente y relajar el cuerpo. De esta 
manera, se ha abordado la musicoterapia como una alternativa preventiva; sin 
embargo no es común su aplicación en el manejo de trastornos del sueño en 
pacientes internados en UCI. Por lo anterior, a continuación revisaremos algunas 
investigaciones en las cuales se ha empleado la musicoterapia en pacientes 
hospitalizados. 
Múltiples estudios se han centrado en los efectos de la música, un método no 
farmacológico para mejorar la calidad del sueño en adultos mayores. En 1986, 
Helen Bonny, evaluó la efectividad de la música grabada programada para reducir 
el estrés en 26 pacientes internados en la unidad de cuidado intensivo por 
alteraciones coronarias y crear un enfoque de tratamiento auxiliar disponible para el 
personal de enfermería. El autor empleó música caracterizada por ritmos regulares, 
dinámica predecible, armonía y timbre de voz e instrumental reconocidos que 
previamente se había caracterizado por promover un estado de ánimo positivo y 
aliviar la ansiedad, la depresión, el insomnio y la preocupación por el dolor. En esta 
prueba piloto se reportaron hallazgos significativos en la disminución de la 
frecuencia cardíaca en los pacientes después de escuchar las cintas auditivas, 
mayor tolerancia al dolor y sufrimiento, disminución de la ansiedad y la depresión 
en pacientes. Mientras que, otros investigadores confirman la disminución de las 
frecuencias cardíacas (Bonny, 1986). Estos autores coinciden en lo complejo que 
es para el paciente interno en UCI disponer de unos minutos para las sesiones de 
musicoterapia, debido a que los procedimientos constantes interrumpieron 
seguidamente la relajación por lo que se considera que en esos pacientes la música 
pareció no ser eficaz para ayudar a mejorar la ansiedad de los pacientes, sin 
embargo, otros pacientes consideraron una alternativa invaluable que los ayudaba 
a distraerse y silenciar el ruido del respirador y de otros instrumentos médicos 
ruidosos. Así también, estas investigaciones permiten conocer que el personal de 
enfermería si pueden ofrecer terapias, en este caso con música, para ayudar a 
mitigar las afectaciones de los pacientes internados en UCI. En otra investigación, 
 
pág. 33 
 
se encontró que la música sinfónica utilizada en combinación con sonidos de la 
naturaleza sirvió para disminuir la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la 
angustia psicológica en pacientes cardíacos con necesidad de reposo absoluto 
(Cadigan y col, 2001). Estos hallazgos demuestran que la música se viene 
explorando como una alternativa terapéutica para promover la relajación y mejorar 
la tranquilidad de los pacientes internado en cuidados intensivo. 
En otro estudio, se evaluaron los efectos de la música suave en la calidad del sueño 
en hombres y mujeres mayores que viven en una comunidad de Taiwán, sesenta 
personas de 60 a 83 años con dificultades para dormir fueron reclutadas a través 
de líderes de la comunidad y evaluadas utilizando el Índice de Calidad del Sueño 
de Pittsburgh (PSQI) y la escala Epworth durante 3semanas del tratamiento y 3 
semanas posteriores a este. Se excluyeron aquellas personas que informaron 
depresión, deterioro cognitivo, problemas médicos o ambientales que podían 
interferir con el sueño; así como, los que usaban medicamentos para dormir, la 
meditación o la cafeína a la hora de acostarse. Los participantes escucharon su 
música preferida entre seis cintas de música sedantes que escucharon por 45 
minutos antes de acostarse durante 3 semanas. Había cinco tipos de música 
occidental y una de música china. En este estudio los pacientes comunicaron que 
escuchar música puede provocar un cambio automático de humor, generando un 
recuerdo agradable o maravillosos pensamientos. Las puntuaciones preliminares 
también fueron significativamente más bajas para los que dormían bien en tres de 
los seis componentes de la calidad del sueño: calidad percibida del sueño, latencia 
del sueño y eficiencia del sueño (p < 0.05), la respuesta de relajación a la música 
sedante también puede haber ocurrido de manera diferente entre aquellos que se 
durmieron bien en comparación con aquellos que no lo hicieron. Aunque igual en la 
prueba preliminar, después de que comenzó la música introductoria, las frecuencias 
respiratorias se volvieron significativamente más bajas en los que dormían bien (M 
= 13.86 ± 1.51 respiraciones / minuto) que en los que dormían mal (M =15.38 ± 1.75, 
t= 2.53, P=0.01), pero no hubo diferencia en la frecuencia cardíaca. Estos resultados 
 
pág. 34 
 
indican que la música resultó en una calidad del sueño significativamente mejor en 
el grupo de estudio, así como componentes significativamente mejores de la calidad 
del sueño: mejor percepción calidad del sueño, mayor duración del sueño, mayor 
eficiencia del sueño, menor latencia del sueño, menos trastornos del sueño y menos 
disfunción diurna (Lai y Good, 2005). 
Su y col. (2013), evaluaron los efectos de la música no comercial en la calidad del 
sueño y los índices de relajación, incluyendo la frecuencia cardíaca, la presión 
arterial media y la frecuencia respiratoria en pacientes que se encontraban en 
unidades de cuidados intensivos. Mediante un ensayo aleatorizado con 28 
pacientes entre los 39 y los 78 años, fueron sometidos a la escucha de música no 
comercial por 45 minutos antes del descanso nocturno. El promedio de tiempo total 
de sueño en las 2 horas de sueño nocturno de todos los participantes fue de 45.03 
minutos (SD 16.91). Los porcentajes de sueño en etapas N1 y N2 fueron 21 38% y 
62 76% respectivamente. Se produjo una reducción del sueño REM 
extremadamente severa 0.27%. La eficiencia del sueño fue de 37.03%. La latencia 
media de inicio del sueño fue de aproximadamente 41 minutos. Todos los 
participantes pudieron responder a la escala de sueño Verran y Snyder-Halpern y 
calificaron su calidad de sueño como pobre (puntuación total del sueño: rango 400-
630, media 511.43). Por la ecuación de análisis de estimación generalizada se 
determinaron las diferencias grupales en los puntajes posteriores a la prueba de 
calidad subjetiva del sueño y los parámetros del sueño. Previas a la prueba, hubo 
diferencias estadísticamente significativas en la calidad subjetiva del sueño entre 
los grupos (Wald v2 = 6.35, p= 0.012), lo que indica que los participantes en el grupo 
de música percibieron mejor calidad del sueño que las del grupo control. Mientras 
se controlaban los parámetros de sueño de los pacientes con polisomnografía 
previos a la prueba, los resultados demostraron que los efectos del grupo fueron 
estadísticamente significativos para el sueño en etapa N2 (Wald v2 = 6.03, p= 0.014) 
y el sueño en etapa N3 (Wald v2 = 7 02, p= 0 008). Estos resultados indican que el 
grupo de música tuvo un sueño de etapa N2 más corto y un sueño de etapa N3 más 
 
pág. 35 
 
largo en las primeras 2 horas del sueño nocturno que el grupo de control. Sin 
embargo, no hubo diferencias estadísticamente significativas en la media de tiempo 
total de sueño, tiempo de inicio del sueño, eficiencia del sueño y el sueño en estadio 
N1 entre los grupos. En el grupo de control, los participantes dormían sin música. 
Los participantes fueron evaluados utilizando monitores de signos vitales, 
cuestionario estandarizado y polisomnografía. El sueño de polisomnografía fue 
registrado durante las primeras 2 horas del sueño nocturno. Los participantes en el 
grupo de música tuvieron un sueño N2 de etapa más corta y un sueño N3 de etapa 
más larga en las primeras 2 horas del sueño nocturno y mejoraron la calidad del 
sueño, en comparación con los del grupo control. Los pacientes del grupo de música 
también tenían frecuencias cardíacas significativamente más bajas que las del 
grupo control. Los pacientes de las unidades de cuidados intensivos experimentaron 
un sueño fragmentado con una alta frecuencia de despertares y una reducción 
severa del sueño de movimiento ocular aleatorio durante las primeras 2 horas del 
sueño nocturno (Su, 2013). 
Así también, en una comunidad de Singapur, se examinaron los efectos de escuchar 
música sobre la calidad del sueño entre adultos mayores. Se pidió a los 
participantes que escucharan música suave, instrumental, lenta, sedante y sin 
letras, durante 40 minutos por 6 semanas. Se determinó que el grupo de adultos 
intervenidos desde el inicio hasta la semana 6 registraron reducciones significativas 
en las puntuaciones del PSQI, en comparación con el grupo control que no tuvo 
cambios (p<0.001). El cambio en la puntuación de calidad del sueño fue 
significativamente diferente entre los grupos en la semana 2 (Beta = −1.32, p = 
0.018), semana 3 (Beta = −2.03, p = 0.001), semana 4 (Beta = −2.95, p <0.001), 
semana 5 (Beta = −3.56, p <0.001) y semana 6 (Beta = −4.21, p <0.001). 0.001), 
que indica que se ajustó para las otras variables, el puntaje de la calidad del sueño 
se incrementó en 0.08 y 0.37 por cada aumento de 1 año y en la unidad de puntaje 
de depresión, respectivamente. Con este estudio se puede apoyar el efecto de la 
música como una intervención efectiva para que los adultos mayores mejoren la 
 
pág. 36 
 
calidad del sueño. Este proceso no solo mejora su calidad de sueño en la vejez, 
sino que también individualiza y mejora la calidad de la atención brindada por parte 
de quienes los cuidan (Shum, 2014). Estos hallazgos son similares a los estudios 
más importantes de Lai y Good, (2005). Estos reportes, nos llevan a contemplar que 
cuando se selecciona la música como un elemento terapéutico, se debe dar la 
atención adecuada al tipo de música elegida para garantizar un efecto positivo en 
el tratamiento deseado. Además, se define que con estos hallazgos se proporciona 
evidencia para que los profesionales en enfermería usen música relajante como una 
intervención de enfermería basada en la investigación para la mejora del sueño de 
los pacientes de la unidad de cuidados intensivos. 
 
2.2 Aromaterapia 
 
Los problemas del sueño son tratados a menudo con medicamentos, hierbas 
medicinales y terapias del comportamiento para mejorar el descanso. Los aceites 
esenciales con propiedades sedantes o hipnóticas son prometedores como terapia 
del sueño. Inhalados, sus componentes químicos ingresan al sistema circulatorio a 
través de los pulmones y la vía neuroquímica a través del sistema límbico. De 
acuerdo a una revisión sistemática realizada por Lillehei (2014), se identificaron 19 
estudios en los cuales se utilizaron diferentes aceites esenciales inhalados para 
mejorar el sueño. Sin embargo, muchos de ellos hacen referencia a la lavanda como 
el más efectivo. Se cree ampliamente que la aromaterapia de inhalación de lavanda 
imparte un efecto hipnótico, actúa como un estabilizador del estado de ánimo y 
mejora los sentimientos positivos de las madres hacia sus bebés. Sin embargo, la 
investigación sobre estos y otros posibles efectos terapéuticos del té de lavanda ha 
sido limitada.En los años 90s, Hudson (1996), empleó aceites esenciales de 
lavanda para evaluar el efecto en el sueño de pacientes adultos mayores 
hospitalizados. En este estudio piloto se encontró que el sueño nocturno y el sueño 
durante la semana con lavanda aumentaron en un promedio por hora del 2%: desde 
 
pág. 37 
 
el 75% de las noches sin usar lavanda al 77% de las noches usando lavanda en lo 
que además los períodos de sueño fueron más sostenidos. Durante la semana sin 
lavanda, desde la medianoche hasta las 6 am hubo un 7% de vigilia, en 
comparación con el 4% durante la semana en que se administró lavanda. La 
evidencia de los ensayos propuestos por Hudson muestra una tendencia hacia una 
mejor calidad de la vigilia durante el día y un sueño más sostenido por la noche 
después de la inhalación de aceite esencial de lavanda. Así también se encontró 
una mejora constante para cada paciente que lo recibió y sugiere que todos los 
pacientes de edad avanzada se beneficiarían de su inhalación. Estos fueron los 
primeros reportes oficiales de la aplicación de los aromas de lavanda en la mejora 
del sueño en pacientes hospitalizados. Varias décadas después, se le ha vuelto a 
dar importancia al uso de la aromaterapia como un promotor del buen descanso 
para los pacientes de los centros hospitalarios. Najafi, y col. (2014) plantearon un 
ensayo clínico con el objetivo de determinar el efecto de la aromaterapia con aceite 
de lavanda en la calidad del sueño de 60 pacientes con enfermedad renal crónica 
en terapia de hemodiálisis, de manera aleatoria los pacientes se dividieron en un 
grupo experimental (30) y un grupo control (30). Este estudio demostró que la 
aromaterapia con el aceite lavanda ejerce un efecto positivo en la calidad del sueño 
de estos pacientes (p<0.0001) como conclusión este estudio plantea que la 
aromaterapia es un método no invasivo, fácil de aplicar y económico para el 
tratamiento de trastornos del sueño (Najafi, Tagharrobi, & Shahriyari-Kale-Masihi, 
2014). 
Este mismo año Zeighami y col. (2014) realizaron un estudio examinando la 
aromaterapia con la esencia de neroli en la calidad del sueño de 60 pacientes con 
cardiopatía ingresados en la unidad cuidados coronarios. De manera aleatoria se 
conformó un grupo experimental y un grupo control 30 de pacientes cada uno, la 
intervención de aromaterapia se llevó a cabo durante tres noches sucesivas. Los 
resultados mostraron que la aromaterapia tiene efecto importante no solo sobre la 
calidad del sueño sino también sobre la cantidad de sueño y el número de veces de 
 
pág. 38 
 
despertar (p <0.05) (Zeighami & Jalilolghadr, 2014). Al investigar el efecto de los 
aceites esenciales de lavanda en la calidad del sueño y en los niveles de ansiedad 
de 60 pacientes internados en la UCI con cardiopatías coronarias en un hospital de 
Turquía, se encontró que el aceite esencial de lavanda aumentó la calidad del sueño 
y redujo el nivel de ansiedad en pacientes con enfermedad coronaria tras haber 
recibido durante 15 días las inhalaciones de estos aceites (p< 0,05) (Karadag, y col 
2017). Por su parte Hossein Aalami, y col 2018, realizaron un ensayo clínico 
controlado donde aplicaron la escala de sueño Verran and Snyder-Halpern para 
medir la percepción de la calidad del sueño, el estudio incluyo un total de 60 
pacientes ingresados a la unidad de cuidados coronarios con diagnóstico de 
síndrome coronario agudo, 30 pacientes recibieron por parte de enfermería la 
intervención de aromaterapia con aceites esenciales de lavanda, Matricaria recutita 
y neroli por tres noches consecutivas a las 21:00 y el grupo control recibió la 
atención de enfermería habitual. Hubo una diferencia significativa en la puntuación 
media de las alteraciones del sueño pre-intervención (p= 0.005) y pos-intervención 
(p<0.001). La alteración del sueño aumentó en el grupo de control y disminuyó en 
el grupo de experimento hubo una diferencia significativa en la puntuación media de 
pre-intervención (p= 0.01) y pos-intervención (p<0.001); la efectividad del sueño 
disminuyó en el grupo de control y aumentó en el grupo de experimento hubo una 
diferencia estadísticamente significativa en la puntuación media de pre-intervención 
(p= 0.02) y también en cuanto a la suplementación de sueño post-intervención 
(p<0.001) entre los dos grupos (Aalami, Moghadam, Moghaddam, & Bazeli, 2018). 
Esto lleva a concluir que la aromaterapia tiene relevancia para la práctica clínica 
como una intervención de enfermería independiente, no invasiva, económica, 
fácilmente aplicable y apropiada para pacientes en estado de salud crítica, así 
también disponer de aceites esenciales aromáticos de lavanda podría aplicarse en 
la UCI. Sin embargo, es necesario ampliar las investigaciones en otras patologías y 
con mayor número de personas y así evaluar si sus efectos pueden ser igualmente 
benéficos para mejorar la calidad del sueño durante la permanencia en UCI. 
 
 
pág. 39 
 
2.3 Masoterapia 
 
El masaje es una técnica propia del kinesiterapeuta. Consiste en la manipulación de 
tejidos orientada a la salud y el bienestar (Rulleau y col. 2017). La hospitalización 
en la unidad de cuidados intensivos puede afectar fácilmente a los pacientes y 
causar alteraciones del sueño por irritabilidad y fluctuaciones en diferentes signos 
vitales entre otros efectos secundarios difíciles de tratar. Por otro lado, el masaje es 
una estrategia terapéutica estudiada por diferentes profesionales de la salud y de la 
cual la literatura reporta efectos que redundan en el bienestar físico y emocional. Es 
una práctica iniciada en China, donde se aplicaba a personas con parálisis, según 
se encontró descrito en los primeros escritos encontrados sobre prácticas médicas 
(Serrano-Gomez y col., 2018). Como lo afirma Kimber y col. (2008), el masaje es 
efectivo para tratar el sistema cardiovascular y resulta causar una sensación de 
relajación, comodidad y bienestar por lo cual también resulta benéfico para tratar el 
sistema nervioso. En una investigación dirigida por Choi (2015) se determinó que el 
masaje por 5 minutos con los aceites esenciales de lavanda, manzanilla y jojoba 
tienen un efecto positivo en la calidad del sueño y disminuye la ansiedad de 
pacientes adultos hospitalizados (p= 0,007). Así también, los pacientes críticos 
necesitan de la aplicación de nuevas técnicas no farmacológicas para promover el 
sueño en la práctica de cuidados críticos (Kimber, McNabb, Mc Court, Haines, & 
Brocklehurst, 2008). Es así como Richards, (1998), determinaron los efectos de un 
masaje de espalda y relajación muscular combinada, imágenes mentales y una cinta 
de audio en el sueño de hombres mayores con enfermedad cardiovascular que 
fueron hospitalizados en una unidad de cuidados críticos. Para objeto de esta 
investigación, seleccionaron setenta y nueve sujetos aleatoriamente. Un grupo 
recibió un masaje de espalda de 6 minutos (n = 24); un segundo grupo una sesión 
de enseñanza sobre relajación y una cinta de audio de 7.5 minutos a la hora de 
acostarse que consiste en relajación muscular, imágenes mentales y música de 
fondo relajante (n= 28); o un tercer grupo recibió la atención habitual de enfermería 
 
pág. 40 
 
que no incluía ninguna de estar terapias (controles, n= 17). Se usó la 
polisomnografía para medir 1 noche de sueño para cada paciente. El índice de 
eficiencia del sueño fue la principal variable de interés. Con lo anterior, se encontró 
una mejor calidad del sueño entre el grupo de masaje de espalda. El análisis inicial 
mostró una diferencia significativa entre los 3 grupos en el índice de eficiencia del 
sueño. Las pruebas estadísticas post hoc con el procedimiento Duncan indicaron 
una diferencia significativa entre el grupo de masaje de espalda y el grupo de 
control. Entre tanto, los pacientes en el grupo de masaje de espalda durmieron una 
hora más que los pacientes del grupo control.

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