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La disponibilidad de la canasta básica de alimentos en la central de abastecimiento Mercasa, Pereira

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La disponibilidad de la canasta básica de alimentos en la central de abastecimiento 
Mercasa, Pereira 
 
Isabella Quintero Vargas1*, Sarita Cortes Hernández 1* 
1 Semillero de Seguridad Alimentaria (SISA), Universidad Libre, 660001 Pereira, Colombia. 
Resumen 
Introducción: La malnutrición es un desafío global que afecta a millones de niños y adultos. 
A pesar de iniciativas como la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en 
Colombia, la inseguridad alimentaria persiste. Aunque Colombia tiene una alta 
disponibilidad, las posibles disfunciones y escasez de conocimiento sobre los sistemas 
agroalimentarios limitan la eficiencia de estos. Para abordar esta problemática es crucial 
reconocer como se comporta la disponibilidad de los alimentos en cada región de Colombia. 
Objetivo: Identificar el comportamiento del abastecimiento de productos de la canasta básica 
en Mercasa- Pereira durante los tres primeros trimestres entre 2019-2022. 
Métodos: Es un estudio retrospectivo con datos del DANE sobre el abastecimiento de 
alimentos en Mercasa-Pereira durante los primeros trimestres de 2019 a 2022. Utilizamos 
variables discretas y aplicamos porcentajes de participación y medias de volumen en 
toneladas para el análisis. Además, un análisis bibliométrico y búsqueda bibliográfica, 
enfocándonos en la disponibilidad de alimentos y nutrición en Colombia y América Latina. 
Resultados: En los primeros tres meses de los años 2019-2022, se observan notables 
fluctuaciones en los niveles de suministro principalmente para "otros grupos" presentando 
una alta disponibilidad tanto en el 2019, como 2020 en el mes de febrero, pero redujo 2021 
alrededor de 1/3 en comparación a los años anteriores. También en los otros grupos se notó 
una ligera disminución. Sin embargo, en marzo del 2022 hubo una tendencia al aumento 
similar a la disponibilidad del 2019 para los diferentes grupos. 
Conclusión: Durante el 2019-2022 la disponibilidad de alimentos en Pereira y por tanto, el 
abastecimiento de la canasta básica de los pereiranos presentó grandes fluctuaciones en los 
volúmenes de alimentos debido a cambios en la distribución, impactando a todos los grupos, 
especialmente "otros grupos" con productos variados. Se destaca la influencia de múltiples 
factores que repercutieron en el abastecimiento durante este periodo, en especial la pandemia. 
Además, la escasez de estudios en Colombia subraya la necesidad crítica de investigaciones 
exhaustivas en este ámbito para lograr comprender este fenómeno de manera más integral. 
Palabras clave: Acceso a Alimentos Saludables, Seguridad Alimentaria, Colombia, 
Demanda de Alimentos, Abastecimiento de Alimentos. 
 
The availability of the basic food basket at the Mercasa supply center, Pereira 
 
Isabella Quintero Vargas1*, Sarita Cortes Hernández 1* 
1 Semillero de Seguridad Alimentaria (SISA), Universidad Libre, 660001 Pereira, Colombia. 
Abstract 
Introduction: Malnutrition is a global challenge affecting millions of children and adults. 
Despite initiatives such as the National Food Security and Nutrition Policy in Colombia, food 
insecurity persists. Although Colombia has a high availability, possible dysfunctions and lack 
of knowledge about agro-food systems limit their efficiency. To address this problem, it is 
crucial to recognize how food availability behaves in each region of Colombia. 
Objective: Identify the behavior of the supply of basic basket products in Mercasa-Pereira 
during the first three quarters between 2019-2022. 
Method: It is a retrospective study with DANE data on food supply in Mercasa-Pereira 
during the first quarters of 2019 to 2022. We used discrete variables and applied percentages 
of participation and average volume in tons for the analysis. In addition, a bibliometric 
analysis and bibliographic search, focusing on the availability of food and nutrition in 
Colombia and Latin America. 
Results: In the first three months of the years 2019-2022, notable fluctuations in supply 
levels are observed mainly for "other groups" presenting a high availability both in 2019, and 
2020 in the month of February, but reduced 2021 by about 1/3 compared to previous years. 
There was also a slight decrease in the other groups. However, in March 2022 there was an 
increase trend similar to 2019 availability for different groups. 
Conclusión: During 2019-2022 the availability of food in Pereira and therefore, the supply 
of the basic basket of pereirans presented great fluctuations in food volumes due to changes 
in distribution, impacting all groups, especially "other groups" with varied products. It 
highlights the influence of multiple factors that affected the supply during this period, 
especially the pandemic. In addition, the scarcity of studies in Colombia underscores the 
critical need for exhaustive research in this area to achieve a more comprehensive 
understanding of this phenomenon. 
Keywords: Access to Healthy Foods, Food Security, Colombia, Food Demand, Food Suply. 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN: 
La malnutrición constituye un desafío 
global que cobra un elevado número de 
vidas anualmente(1). Según la 
Organización Mundial de la Salud (OMS) 
en 2020, aproximadamente una cuarta 
parte de los niños menores de 5 años, es 
decir, unos 149 millones, experimentaron 
retraso en el crecimiento, indicativo de un 
desarrollo insuficiente para su edad. 
Además, se registraron 45 millones de 
niños con emaciación, lo que señala un 
exceso de delgadez en relación con su 
altura y, 38.9 millones de niños padecieron 
sobrepeso u obesidad (2). 
En el ámbito adulto, las estimaciones 
indican que alrededor de 462 millones de 
personas a nivel mundial padecieron 
desnutrición, lo que equivale alrededor del 
8.9% de la población adulta global 
afectada por esta problemática. Es 
relevante notar que las tasas de 
desnutrición varían considerablemente 
entre diferentes países, siendo 
particularmente altas en regiones como el 
África subsahariana y el sur de Asia(3). 
Estos patrones sugieren un avance 
insuficiente para alcanzar los objetivos 
globales delineados en el Informe Global 
de Nutrición(4). Paralelamente, en 
Colombia, la prevalencia de malnutrición 
refleja un problema de magnitud y 
naturaleza similar a nivel global. Según 
datos del Banco Mundial, la prevalencia 
de desnutrición en Colombia es del 8% (5). 
La última Encuesta Nacional de Situación 
Nutricional (ENSIN) realizada en 2015 
desveló que 7 de cada 100 menores en 
edad escolar presentaban retraso en el 
crecimiento. Esta cifra se eleva a 30 de 
cada 100 en la población indígena y a 11 
de cada 100 en los hogares más 
empobrecidos del país (6). 
La proporción de menores en edad escolar 
con exceso de peso aumentó del 18.8% en 
2010 al 24.4% en 2015 según la ENSIN. 
En el caso de la población adulta, se estima 
que un tercio tiene sobrepeso (37.7%), y 
uno de cada cinco es obeso (18.7%). 
Consecuentemente, el 56.4% de la 
población colombiana padece sobrepeso, 
siendo más común entre las mujeres 
(22.4%) que entre los hombres (14.4%). 
Estos valores representan un incremento 
de 5.2 puntos porcentuales desde 2010(6). 
Es crucial tener en cuenta que diversos 
factores interconectados contribuyen a la 
malnutrición, incluyendo la pobreza, el 
desempleo, el cambio climático, los 
conflictos armados, la corrupción y la falta 
de educación nutricional (7). Abordar esta 
problemática exige la formulación y 
aplicación de políticas y programas que 
faciliten el acceso a alimentos nutritivos, 
promuevan la educación nutricional y 
mejoren las condiciones socioeconómicas 
de la población. Ejemplificando esta 
iniciativa está la Política Nacional de 
Seguridad Alimentaria y Nutricional 
establecida por el Conpes 113 de 2008, 
cuyo propósito es asegurar que todos los 
ciudadanos colombianos cuenten con 
acceso constante y oportuno a alimentossuficientes, variados, de calidad y seguros. 
No obstante, una evaluación de la 
seguridad alimentaria para la población 
colombiana llevada a cabo por el 
Programa Mundial de Alimentos de las 
Naciones Unidas (WFP) entre agosto y 
noviembre de 2022 reveló que la 
prevalencia de inseguridad alimentaria 
moderada y severa en Colombia llega al 
30%, con porcentajes más altos en las 
regiones del Pacífico y el Atlántico (8). 
Esto implica que alrededor de 15.5 
millones de personas en el país 
experimentan algún nivel de inseguridad 
alimentaria(9). 
Dentro de los determinantes destacados en 
el aumento de la inseguridad alimentaria 
descritos por la FAO esta; la pandemia, la 
desigualdad económica, la exclusión 
social y las dinámicas de mercado, 
repercutiendo en mayor medida en las 
poblaciones más pobres y vulnerables, 
donde la disponibilidad y el consumo de 
alimentos se ve desfavorecido por el 
comportamiento de productividad de la 
canasta básica y los factores que 
establecen su suficiencia y 
sostenibilidad(10). 
Teniendo en cuenta lo anterior, para 
garantizar el acceso a alimentos 
suficientes, nutritivos e inocuos para todos 
los colombianos, la seguridad alimentaria, 
debe contar con varios componentes clave 
como: 
1. Acceso: El acceso a los alimentos 
implica que las personas cuenten 
con los medios económicos y 
físicos para obtenerlos. Las 
desigualdades económicas y la 
pobreza afectan negativamente 
este componente, lo que resulta en 
dificultades para acceder a 
alimentos adecuados. 
2. Consumo: Este componente se 
refiere a la capacidad de las 
personas para utilizar los alimentos 
de manera adecuada y beneficiarse 
nutricionalmente. Incluye aspectos 
como la preparación adecuada de 
los alimentos, la diversificación de 
la dieta y la promoción de prácticas 
de alimentación saludable. 
3. Aprovechamiento o utilización 
biológica de los alimentos: Se 
centra en la capacidad de los 
alimentos para proporcionar los 
nutrientes esenciales necesarios 
para el crecimiento, desarrollo y 
mantenimiento de la salud. Esto 
desde una perspectiva que 
involucra el estado de salud de la 
persona, del tipo de alimentación y 
de diferentes condiciones 
ambientales. 
4. Calidad e inocuidad de los 
alimentos: La calidad hace 
referencia a las características que 
determinan que un producto sea 
deseable para los consumidores. 
Por otro lado, la inocuidad se 
refiere a la seguridad de los 
alimentos para el consumo 
humano, previniendo la presencia 
de sustancias como 
microorganismos patógenos, 
toxinas químicas o contaminantes 
biológicos. 
5. Disponibilidad de alimentos: Es la 
producción y distribución de 
alimentos suficientes para 
satisfacer las necesidades de la 
población. Incluye la producción 
agrícola, la ganadería, la pesca y 
otras actividades relacionadas con 
la obtención de alimentos. 
Paradójicamente, Colombia ostenta el 
segundo lugar en disponibilidad biológica 
a nivel mundial(11). No obstante, presenta 
disfunciones en los sistemas 
agroalimentarios que están estrechamente 
vinculadas con esta disponibilidad, este 
componente puede verse afectado al igual 
que el acceso, ya que estos dos 
componentes guardan una estrecha 
conexión con el abastecimiento y la 
distribución de alimentos, lo cual en 
muchas ocasiones resulta en incrementos 
notables e injustificados en los precios, 
mayores pérdidas y desperdicios de los 
alimentos, dificultando cada vez más 
cumplir con el pilar I del Plan para la 
Seguridad Alimentaria, Nutrición y 
Erradicación del Hambre 2025 y al 
Objetivo Estratégico 4 de la FAO que 
busca crear un entorno propicio para el 
establecimiento de sistemas agrícolas y 
alimentarios más integradores y eficientes 
a nivel local, nacional e internacional(12). 
De hecho, investigaciones recientes en 
Colombia reflejan que, desde una 
perspectiva territorial, las interacciones 
entre las zonas de producción y consumo 
no se realizan de manera eficiente en 
términos de proximidad, lo que repercute 
tanto en la disponibilidad como en el 
acceso a los alimentos limitando la 
adquisición de la Canasta Básica de 
Alimentos (CBA) definida por la FAO, 
como el conjunto de alimentos esenciales 
que una familia puede adquirir con un 
salario mínimo, está conformado por 
diferentes grupos de alimentos que 
representan el patrón de alimentación 
usual en cantidades que pretenden 
satisfacer los requerimientos nutricionales 
de energía y nutrientes(13). 
En ese orden de ideas, nuestro artículo se 
enfocará en la disponibilidad y el acceso, 
más específicamente en identificar el 
comportamiento del abastecimiento de 
productos de la canasta básica en Mercasa- 
Pereira durante el primer trimestre entre 
los años 2019-2022, para dar a conocer y 
dar mayor exposición con respecto a cómo 
es la alimentación de una familia 
Pereirana, que alimentos son los que más 
se abastecen en el mercado mayorista y 
cuales se encuentran en época de escasez. 
Adicionalmente, se realizará un análisis 
bibliométrico acerca de seguridad 
alimentaria y los sistemas 
agroalimentarios para mayor 
entendimiento del fenómeno en general. 
 
1. Buscar información en bases de datos, 
estadísticas y bibliográficas sobre el 
abastecimiento de productos de la canasta 
básica de alimentos en Mercasa-Pereira. 
2. Analizar los datos obtenidos en la base de 
datos SIPSA del DANE durante las 
quincenas de los tres primeros meses de 
cada año entre 2019-2022. 
3. Presentar una discusión alrededor de los 
datos registrados y analizados para lograr 
identificar los patrones de abastecimiento 
de alimentos en Mercasa – Pereira. 
 
 
MÉTODO: 
Nuestro estudio cuantitativo cuenta con 
variables discretas de cohorte 
retrospectivo con un análisis descriptivo. 
Para lograr hacer la primera 
caracterización de los alimentos que se 
abastecen en Mercasa – Pereira, se va a 
tener como principal fuente de 
información al Departamento 
Administrativo Nacional de Estadística 
(DANE) que cuenta con diferentes 
indicadores, los cuales son: 
 
-Precios Mayoristas (SIPSA_P) 
- Abastecimiento de Alimentos 
(SIPSA_A) 
- Insumos y Factores Asociados a la 
Producción (SIPSA_I) 
 
Estos, derivados del Sistema de 
Información de Precios y Abastecimiento 
del Sector Agropecuario (SIPSA) sobre 
los precios, el abastecimiento e insumo y 
factores asociados a la producción de 
alimentos en los principales mercados 
mayoristas del país que reporta su 
disponibilidad de alimentos, en esta 
ocasión Pereira. La información que se 
usará será la recopilada durante las 
quincenas de los primeros trimestres de los 
años 2019-2022. Respecto al análisis 
descriptivo se tuvo presente como medida 
porcentajes de participación y media de 
volumen presentado en toneladas (t) de 
alimentos. 
 
Por otro lado, para el análisis 
bibliométrico se realizó la búsqueda en las 
bases de datos con siguientes las palabras 
claves: "food availability" AND nutrition 
AND colombia OR "latin america" 
 
En cuanto a las búsquedas bibliográficas 
se tuvo presente el uso de operadores 
booleanos y palabras claves. Se realizaron 
búsquedas en las siguientes bases de datos: 
ScienceDirect: food AND availabity AND 
eje cafetero “comida Y disponibilidad en 
el eje cafetero”; Scopus: food AND 
security AND Colombia; Google Scholar: 
Disponibilidad de la Canasta Básica de 
Alimentos en el Eje Cafetero; Redalyc: 
Canasta alimentaria en Colombia; 
CEPAL: Canasta básica de alimentos en 
Colombia. 
 
 
Figura 1. Diseño metodológico. 
RESULTADOS 
La búsqueda en las diferentes bases de 
datos no arrojo los resultados esperados 
con respecto a la situación actual de la 
disponibilidad de la canasta básica de 
alimentos en las regiones del Eje Cafetero, 
por lo cual se realizó una búsqueda 
generalizada y se encontró: 
Figura 2. Diagrama de flujoAnálisis bibliométrico: 
Se encontraron 35 resultados relacionados 
con las palabras clave, se introdujeron los 
resultados en el software de VOSviewer 
para tener una visualización de todas las 
palabras claves relacionadas con el tema. 
 
 
Figura 3. Mapa de superposición por palabras claves de publicaciones. El tamaño de los 
nodos representa la co-currencias de palabras en diferentes artículos o las veces que se 
repite. 
En general, se refleja una baja tendencia en 
la investigación desde el 2014 en adelanta 
en áreas relacionadas a la disponibilidad 
de alimentos en Colombia y latino 
América. Sin embargo, vale la pena 
reafirmar la estrecha que se observa entre 
la disponibilidad de alimentos con factores 
económicos, estado nutricional, seguridad 
alimentaria, entre otros. 
A inicios de febrero de 2012, el Ministerio 
de Agricultura y Desarrollo Rural 
(MADR) entregó la operación del Sistema 
de Información de Precios y 
Abastecimiento del Sector Agropecuario 
(SIPSA) al Departamento Administrativo 
Nacional de Estadística (DANE), con el 
objetivo de generar y compartir datos 
acerca del precio y el abastecimiento de 
alimentos en los mercados mayoristas más 
importantes del país. 
 
El objetivo del SIPSA es recopilar datos 
sobre los precios mayoristas de los 
productos agroalimentarios y su 
disponibilidad en los mercados mayoristas 
del país, así como los precios minoristas de 
los insumos y elementos relacionados con 
la producción. Estos datos son utilizados 
por diferentes actores del sector 
agropecuario para tomar decisiones. Las 
tres operaciones estadísticas que en la 
actualidad componen el SIPSA son: 
 
-Precios Mayoristas (SIPSA_P) 
- Abastecimiento de Alimentos 
(SIPSA_A) 
- Insumos y Factores Asociados a la 
Producción (SIPSA_I) 
 
En la actualidad, SIPSA_P recopila datos 
sobre los productos que conforman una 
selección de alimentos frescos y 
procesados del sector agropecuario. Esta 
selección está sujeta a cambios y depende 
del abastecimiento y constancia de los 
productos en los principales mercados 
mayoristas del país. Los alimentos están 
agrupados en ocho grupos. 
1. Verduras y hortalizas 
2. Frutas 
3. Tubérculos, raíces y plátanos 
4. Granos y cereales 
5. Lácteos y huevos 
6. Carnes 
7. Pescados 
8. Procesados 
Es importante destacar que, en esta 
publicación, los alimentos que pertenecen 
a los grupos de frutas, tubérculos, raíces y 
plátanos, así como verduras y hortalizas, 
se muestran de forma individual debido a 
su mayor participación en el mercado 
mayorista de Pereira-Risaralda (Mercasa). 
Por otro lado, los grupos que incluyen 
carnes, granos y cereales, huevos y 
lácteos, pescados y mariscos, y alimentos 
procesados se presentan de manera 
conjunta bajo la categoría de "otros 
grupos". 
La Canasta Básica Alimentaria (CBA) 
incluye un total de 51 productos, 
organizados en 7 grupos según su 
contenido nutricional: 1. cereales y 
productos de panadería, 2. tubérculos y 
plátanos, 3. hortalizas y legumbres, 4. 
frutas, 5. carnes, 6. pescado y otros 
productos del mar, y 7. lácteos, grasas y 
huevos. 
En los gráficos circulares nos vamos a 
concentrar en la proporción, resaltar que la 
proporción general es similar, siendo 
predominantes los otros grupos entre los 
cuales se encuentran alimentos como los 
granos y cereales, lácteos y huevos, 
carnes, pescados y mariscos, procesados. 
El siguiente grupo predominante son las 
frutas. En general, en Mercasa la mayor 
proporción de elementos esta vinculados a 
otros grupos y frutas. 
Sin embargo, en la primera quincena de 
marzo del año 2021 los “otros grupos” 
perdieron predominancia, ocupando 
únicamente un 21%, siendo frutas (32%), 
verduras y hortalizas (25%), tubérculos, 
raíces y plátanos (22%) más 
predominantes en la quincena de este mes. 
Participación del abastecimiento por 
grupos de alimentos en el mercado 
mayorista Mercasa 
En Mercasa las cantidades de alimentos 
durante la primera quincena del mes de 
enero se destacó una reducción de la 
categoría otros grupos a causa de los pocos 
despachos de maíz amarillo, arroz, azúcar, 
harinas, panela y carne de res desde las 
zonas productoras. Le siguieron los 
tubérculos, raíces y plátanos que 
disminuyeron su aprovisionamiento, 
siendo las papas única, criolla, Betina y 
nevada, el plátano hartón verde, la 
arracacha y la yuca. El grupo de las 
verduras y hortalizas también reportó un 
descenso, a raíz del menor suministro de 
tomate chonto, cebolla cabezona, repollo, 
habichuela, pimentón y pepino cohombro. 
Las frutas frescas presentaron una caída en 
el abastecimiento, como resultado de una 
reducción en el acopio de mandarina 
arrayana, piña gold, manzana importada, 
papaya Maradol y banano criollo. 
 
 
 
En Mercasa los volúmenes de alimentos 
durante la primera quincena de febrero 
aumentaron en un 58,10%, comparado con 
el mismo periodo de enero. Se destacó un 
aumento de la categoría otros grupos en un 
98,31%, a causa de los mayores despachos 
de maíces amarillo y blanco, arroz, azúcar, 
harinas, sal yodad, panela y huevos desde 
las zonas productoras. Le siguieron los 
tubérculos, raíces y plátanos que 
mejoraron su aprovisionamiento en un 
54,88%, siendo las papas única, rubí, 
Betina, criolla y nevada, el plátano hartón 
verde y la arracacha los productos que más 
incidieron en este comportamiento. El 
grupo de las verduras y hortalizas reportó 
un ascenso del 36,06%, a raíz del mayor 
suministro de tomate chonto, zanahoria, 
lechuga Batavia, cebolla cabezona, 
repollo, habichuela, pimentón y chócolo 
mazorca. Las frutas frescas presentaron un 
crecimiento del abastecimiento del 
30,27%, como resultado del mayor acopio 
de mandarina arrayana, naranja Valencia, 
piña gold, aguacate papelillo, manzana 
importada, guayaba pera y papaya 
Maradol. 
 
 
En Mercasa los volúmenes de alimentos 
durante la primera quincena de marzo 
descendieron en un 22,77%, comparado 
con el mismo periodo de febrero. Se 
destacó una disminución de la categoría 
otros grupos en un 51,20%, a causa de los 
menores despachos de maíces amarillo y 
blanco, leche pasteurizada UHT, azúcar, 
harinas, panela y huevos desde las zonas 
productoras. El grupo de las verduras y 
hortalizas reportó una reducción del 
16,52%, a raíz del menor suministro de 
tomate chonto, zanahoria, lechuga 
Batavia, cebolla junca, repollo, 
habichuela, pimentón y pepino cohombro. 
Por el contrario los tubérculos, raíces y 
plátanos que mejoraron su 
aprovisionamiento en un 5,26%, siendo las 
papas única, parda pastusa y suprema, el 
plátano hartón verde y la arracacha los 
productos que más incidieron en este 
comportamiento. Las frutas frescas 
presentaron un crecimiento del 
abastecimiento del 1,93%, como resultado 
del mayor acopio de mandarina arrayana, 
manzana importada, limón Tahití, lulo, 
tomate de árbol, melón y mora. 
 
 
 
Los volúmenes de alimentos durante la 
primera quincena del mes de enero se 
redujeron en un 18,19%. En cuanto la 
categoría de otros grupos cayó el 
aprovisionamiento en un 26,41%, por la 
menor entrada de leche pasteurizada UHT, 
carne de cerdo, azúcar, aceites, carne de 
pollo, café, carne de res, huevo, panela y 
maíz blanco. En las frutas se redujo su 
abastecimiento en un 15,87%, por 
alimentos como el mango Tommy, el 
tangelo, la mora, la manzana y la pera 
importada, mandarina Arrayana, la uva 
nacional, la fresa, el melón, la patilla y el 
maracuyá. Los tubérculos, raíces y 
plátanos presentaron una caída en su 
suministro del 9,70%, originado por el 
menor aprovisionamiento de las papas 
única, parda pastusa, nevada y rubí, 
también de yuca y plátano hartón verde. 
En las verduras y hortalizas disminuyeron 
sus inventarios en un 8,73%, debido al 
menor ingreso de ajo, arveja verde en 
vaina, coliflor, ahuyama, fríjol verde,tomate chonto, repollo, cebolla cabezona, 
cilantro, pimentón y remolacha. 
En la Plaza de Mercasa, los volúmenes de 
alimentos durante la primera quincena del 
mes de febrero se incrementaron en un 
20,88%. En cuanta la categoría de otros 
grupos subió el aprovisionamiento en un 
31,01%, por la mayor entrada de las carnes 
de cerdo y pollo, además de café, panela, 
azúcar, maíz amarillo y fríjol. Los 
tubérculos, raíces y plátanos presentaron 
un aumento en su suministro del 29,58%, 
originado por el mayor aprovisionamiento 
de las papas única, criolla, Betina, parda 
pastusa y rubí, también de arracacha y los 
plátanos guineo y hartón verde. En las 
verduras y hortalizas se incrementaron sus 
inventarios en un 8,52%, debido al mayor 
ingreso de espinaca, ajo, acelga, brócoli, 
coliflor, repollo, cebolla cabezona, apio, 
arveja verde en vaina, frijol verde, 
cilantro, remolacha, pimentón y lechuga 
Batavia. En las frutas creció su 
abastecimiento en un 8,17%, por 
alimentos como pera importada, fresa, 
mora, tomate de árbol, limón mandarino, 
manzana importada, tangelo, mango 
Yulima, patilla, granadilla, mango común, 
uva nacional y mandarina Oneco. 
 
 
 
 
 
En Plaza de Mercasa, los volúmenes de 
alimentos durante la primera quincena del 
mes de marzo se incrementaron en un 
15,22% comparada con la primera 
quincena de febrero. En cuanto la 
categoría de otros grupos bajó el 
aprovisionamiento en un 38,46%, por la 
menor entrada de harinas, café, productos 
de panadería, carne de cerdo, atún en lata, 
carnes frías, carne de pollo, panela y 
azúcar. Los tubérculos, raíces y plátanos 
presentaron un descenso en su suministro 
del 23,30%, originado por el menor 
aprovisionamiento de las papas nevada, 
Betina, única, criolla y rubí, también de 
plátanos guineo y hartón verde, yuca y 
arracacha. En cambio, las frutas crecieron 
su abastecimiento en un 17,80%, por 
alimentos como naranja Valencia y/o 
Sweet, manzana importada, mandarina 
Oneco, lulo, limón Tahití, mora, banano 
criollo, uva nacional, guayaba pera, mango 
común, patilla, maracuyá y melón. En las 
verduras y hortalizas se incrementaron sus 
inventarios en un 6,95%, debido al mayor 
ingreso de hortalizas de hoja, ahuyama, 
frijol verde, cebolla junca, arveja verde en 
vaina, tomate chonto, chócolo mazorca y 
acelga. 
 
 
En este mercado mayorista el 
abastecimiento de alimentos decreció 
19,86%, al pasar de 5.274 t del 1 al 15 de 
diciembre de 2020 a 4.227 t del 1 al 15 de 
enero de 2021. El acopio de las verduras 
y hortalizas decreció 36,02%, 
comportamiento que se explica por el 
menor stock de la mayoría de los 
alimentos de este grupo como fríjol verde, 
zanahoria, pimentón, cebollas cabezona y 
junca, chócolo mazorca, tomate chonto, 
repollo y lechuga Batavia. El 
aprovisionamiento de los tubérculos, 
raíces y plátanos también bajó 34,00%, a 
consecuencia de productos como papas 
pardas pastusa, R-12, suprema, superior, 
única y criolla; así como yuca y plátano 
guineo. El aprovisionamiento de las frutas 
decreció 25,09%, a causa de la baja en el 
ingreso de alimentos como mangos común 
y Yulima, Tangelo, coco, lulo, granadilla, 
naranja Valencia y/o Sweet, mandarina 
Oneco y piña Gold. Por otro lado, la 
categoría de otros grupos subió 14,30%, 
como resultado de los mayores inventarios 
de granos secos, maíces blanco y amarillo, 
azúcar, sardinas en lata y café, 
principalmente. 
En el mes de febrero no se reporta análisis. 
 
En Mercasa el acopio de alimentos subió 
7,16%, pasando de 3.727 t en la primera 
quincena de febrero a 3.994 t en la misma 
quincena de marzo. El abastecimiento del 
grupo de las verduras y hortalizas tuvo una 
variación de 24,66%, debido a los 
inventarios de cebolla cabezona, repollo, 
lechuga Batavia, zanahoria y tomate 
chonto, entre otros. El acopio de los 
tubérculos, raíces y plátanos creció 
14,01%, debido al mayor ingreso de 
productos como papas superior, nevada, 
criolla, capira y rubí; plátano guineo y 
arracacha. El suministro de las frutas tuvo 
una variación de 1,04%, debido a la 
entrada de alimentos como coco, manzana 
importada, tomate de árbol, Tangelo y 
limón Tahití. Por el contrario, la categoría 
de otros grupos decreció 5,30%, debido al 
menor ingreso de pastas alimenticias, 
carne de res, sal yodada, leche 
pasteurizada UTH, maíz amarillo y arroz, 
principalmente. 
 
 
En este mercado mayorista el 
aprovisionamiento de alimentos 
disminuyó en 303 t, lo que representó una 
reducción del 6,83%, El suministro de 
verduras y hortalizas descendió en 
13,66%, debido a un menor stock de 
productos como el tomate chonto, la 
zanahoria, la cebolla cabezona y la 
lechuga Batavia. La oferta en la categoría 
de otros grupos redujo su oferta en un 
9,94%, debido a un menor stock de arroz, 
azúcar, harinas y cervezas. El 
abastecimiento de los tubérculos, raíces y 
plátanos decreció un 4,56%, debido a la 
menor entrada de papas Betina, superior y 
capira, y plátano hartón verde. El acopio 
de las frutas aumentó un 0,13%, por la 
buena oferta de naranja Valencia y/o 
Sweet, limón Tahití, banano criollo, 
manzana importada, lulo y tomate de 
árbol. 
 
 
 
 
En este mercado mayorista el 
aprovisionamiento de alimentos aumentó 
en 800 t, lo que representó un alza del 
19,39%, El suministro de verduras y 
hortalizas ascendió en 33,62%, debido a 
un mayor stock de productos como el 
tomate chonto, la cebolla cabezona y la 
zanahoria. La oferta en la categoría de 
otros grupos mejoró su oferta en un 
22,08%, debido a un mayor ingreso de 
arroz, leche pasteurizada UHT, harinas, 
azúcar, fríjol, aceites y lentejas. El 
abastecimiento de los tubérculos, raíces y 
plátanos creció un 15,24%, debido a la 
buena entrada de papas Betina, criolla y 
capira, y plátano hartón verde. El acopio 
de las frutas aumentó un 10,99%, por la 
buena oferta de limón Tahití, papaya 
Maradol, aguacate papelillo, mandarinas 
arrayana y Oneco, patilla y naranja 
 
En marzo no se reportan datos. 
Figura 13. Volumen de alimentos durante 
los 3 primeros trimestres del 2019-2022. 
 
DISCUSIÓN Y DIRECCIONES 
FUTURAS 
Es esencial reconocer la producción 
nacional de alimentos como la principal 
fuente de suministro. Esto no solo es 
crucial para alcanzar la seguridad 
alimentaria y nutricional, sino también 
para mejorar las condiciones de vida de los 
productores y avanzar hacia la soberanía 
alimentaria, disminuyendo la dependencia 
de las importaciones. Históricamente, la 
producción campesina e indígena ha sido 
fundamental en Colombia, mostrando 
resistencia frente a diversas crisis. A pesar 
de esto, las políticas de apoyo a esta 
población son insuficientes, ya que la 
mayoría de los recursos públicos se 
destinan a las grandes empresas 
agroindustriales y a ciertas importaciones 
de alimentos(14) 
Evidenciando lo anteriormente 
mencionado, dentro de nuestro estudio se 
logró observar el comportamiento 
fluctuante y volátil que puede llegar a 
presentar la central de abastecimiento 
Mercasa, Pereira (revisar gráfico anterior). 
En el primer trimestre que inicia como 
nuestro punto de referencia curiosamente 
los meses de enero y marzo presentan 
menor demanda, en especial en el grupo de 
alimentos de “otros” (donde se encuentran 
los alimentos fuentes de proteína y más 
costosos) en comparación a febrero lo que 
nos permitiría deducir que está 
inversamente asociado al aumento de los 
gastos que culturalmente presentan las 
familias en diciembre y enero por las 
festividades y el reingreso a las actividades 
escolares; implicando gastos en regalos, 
material académico, etc. A su vez esta 
conducta puede ser un reflejo de los 
cambios en las demandas de alimentos de 
la canasta básica debido al aumento 
gravado de los impuestos al valor 
agregado (IVA) en general (incluyendo 
algunos los alimentos)en 2019; pasando a 
ser la 3 cifra de IVA más elevada de 
américa latina solo por debajo de Uruguay 
y Argentina(15,16) 
Como resultado, los impuestos sobre los 
alimentos pueden influir en los costos de 
estos afectando principalmente a las 
personas con ingresos bajos, debido a que 
destinan una cantidad mayor de sus 
ingresos en alimentos básicos y por 
consecuencia reducir la demanda de los 
productos, especialmente si los 
consumidores consideran que los precios 
son inalcanzables(17). Todo esto 
contribuyendo a la inflación general del 
país, ya que los aumentos en los costos de 
los alimentos a menudo se reflejan en el 
índice de precios al consumidor (ICP), 
pudiendo afectar negativamente a toda la 
cadena de producción de alimentos, desde 
el cultivo hasta el consumo.(18) 
Por otro lado, la ley 2277 de 2022, artículo 
54 establece el impuesto a los alimentos 
ultra procesados que irá de 10% a 20% 
entre 2023 y 2025 fijará el precio de los 
productos a partir del costo al que se venda 
alimento al público, como una estrategia 
para reducir el consumo de estos productos 
y abordar problemas de salud pública, 
como la obesidad y la diabetes.(19) 
En Mercasa, Pereira, la cadena de 
producción de alimentos, específicamente 
en el área de abastecimiento, se vio 
afectada desde la emergencia sanitaria, en 
donde se observó que, en el primer 
trimestre de 2020, en el mes de enero, que 
los volúmenes de alimentos se redujeron 
en un 18,19%. Disminuyendo el 
aprovisionamiento de otros grupos en un 
26,41% siendo los más afectados los 
alimentos proteicos. 
Por el contrario, en el mes de febrero, los 
volúmenes de alimentos se incrementaron 
en un 20,88%, y en cuanto a la categoría 
de otros grupos subió el 
aprovisionamiento en un 31,01%. 
Finalmente, en el mes de marzo, los 
volúmenes de alimentos se incrementaron 
en un 15,22% comparada con la primera 
quincena de febrero, y en cuanto a la 
categoría de otros grupos bajó el 
aprovisionamiento en un 38,46%. 
 
Los datos anteriores nos indican una 
fluctuación tanto de los volúmenes de 
alimentos como en el aprovisionamiento 
de los otros grupos, siendo esta una 
categoría no estable durante los tres 
primeros trimestres del año 2020, y esto se 
podría relacionar directamente con la 
aparición de la pandemia, nosos durante el 
primer trimestre del 2020, sino durante 
todo el año(20). 
Por su lado, los efectos de demanda 
inducidos por la COVID-19 como 
resultado de la reducción de los ingresos 
son un factor impulsor más importante de 
la inseguridad alimentaria que los retos por 
el lado de la oferta. Una amenaza esencial 
para la demanda es la posibilidad de que 
haya grandes pérdidas de ingresos 
resultantes de la imposibilidad de trabajar 
debido a los confinamientos o a la 
enfermedad, y una demanda externa de las 
exportaciones de un país. Todo esto, se ve 
principalmente reflejado en los alimentos 
altos en nutrientes, agravando el impacto 
de estas alteraciones en la malnutrición. 
En los hogares de países con bajos 
ingresos que almacenan alimentos, tienden 
a hacerlo con productos como cereales, 
raíces, tubérculos y legumbres, ya que 
estos pueden almacenarse por largos 
periodos sin necesidad de refrigeración, la 
cual es escasa en países de bajos ingresos. 
Por lo tanto, los aumentos en los precios 
debido a la acumulación afectarán más a 
estos grupos de alimentos que a los 
productos perecederos(20,21). Además, la 
reducción en la demanda de alimentos 
como resultado de la pérdida de ingresos 
no afectará todos los tipos de alimentos de 
la misma manera. 
Los hogares tienden a reemplazar los 
alimentos más caros en términos de 
calorías, como las hortalizas y las frutas, 
cuya demanda es más flexible en función 
de los ingresos, en lugar de los alimentos 
básicos y esenciales. Estos productos son 
también más nutritivos que los alimentos 
básicos, por lo tanto, es probable que su 
mayor sensibilidad a las perturbaciones 
tanto en la oferta como en la demanda 
empeore la deficiencia de micronutrientes 
(20,22). 
Durante períodos de confinamiento, es 
crucial que los gobiernos estatales 
refuercen ciertas acciones, como asegurar 
el monitoreo estadístico de los precios de 
productos esenciales (actualmente 
supervisado por el Departamento 
Administrativo Nacional de Estadística -
DANE-). Un estudio realizado por el 
DANE sobre el aumento de precios de 
cereales resaltó la notoria variabilidad en 
el precio del arroz. Este estudio presentó 
los precios de 26 alimentos básicos, 
señalando un incremento significativo en 
el precio del arroz y los huevos, 
comparado con los precios del 2019 y 
2018. Es esencial destacar que el 
almacenamiento excesivo de productos 
por parte de los consumidores durante el 
aislamiento preventivo exacerbó el alza de 
precios. Este comportamiento de los 
consumidores contribuyó a los problemas 
en la cadena de suministro, transporte y a 
las fluctuaciones en el precio del petróleo, 
así como a las importaciones y 
exportaciones, todos los cuales afectan la 
disponibilidad de alimentos en el mercado. 
En el lapso en que se examinó el 
confinamiento, se observó que los diez 
alimentos principales en la dieta de los 
colombianos, según la percepción de los 
hogares, experimentaron una escasez. 
Además, las frutas y verduras, que son 
ricas en vitaminas, minerales y fibra, 
tampoco estuvieron al alcance de las 
familias para su consumo. 
Otro aspecto de la escasez reportada se 
relacionó a la desigualdad existente en los 
hogares colombianos, al individualismo 
característico de nuestro sistema 
económico y a la incertidumbre que llevó 
a algunos hogares a realizar compras en 
gran cantidad por miedo a quedarse sin 
provisiones. Esta situación dejó a otros 
hogares sin la oportunidad de adquirir los 
productos que estaban disponibles justo al 
comienzo del confinamiento. 
Con base en el artículo de la Universidad 
Industrial de Santander “Percepción del 
comportamiento alimentario en los 
hogares de Cali para el primer trimestre de 
la cuarentena por COVID-19 en 2020”, 
publicado el 23 de mayo del 2022, se 
observó que las interrupciones en los 
sistemas de abastecimiento de Cali 
causaron una escasez significativa en 
frutas y verduras frescas. Además, se 
experimentó falta de otros alimentos ricos 
en proteínas como carnes rojas, huevos y 
leguminosas como frijoles y blanquillo. 
También escasearon alimentos energéticos 
como arroz, junto con productos derivados 
de cereales para desayunos y pastas. 
Tubérculos, raíces y plátanos también 
fueron difíciles de encontrar. La escasez se 
extendió a productos lácteos y endulzantes 
según los reportes de los hogares. En 
última instancia, es importante tener en 
cuenta que la falta de ciertos alimentos 
frescos conduce a cambios en los hábitos 
alimenticios habituales. Esto significa que 
las personas que tienen la posibilidad de 
comprar alimentos tienden a incorporar en 
su dieta productos con una vida útil más 
larga, como alimentos industrializados y 
preenvasados. 
En febrero y la primera quincena de marzo 
de 2020 hubo un descenso del 0,60% de la 
totalidad del volumen de alimentos 
abastecidos en los mercados; en abril se 
registró un descenso del 15,55% y durante 
el mes de mayo se reportó un aumento del 
5,18% de alimentos abastecidos. No 
obstante, según la Oficina de las Naciones 
Unidas de Coordinación de Asuntos 
Humanitarios, la escasez de los alimentos 
derivada de la pandemia se vio aumentada 
por el acaparamiento, que provocó la 
escasez en productos básicos, además del 
aumento de los precios y la 
inconvertibilidad de mano de obra. 
Aunado a lo anterior, la carencia en la 
oferta de alimentos en algunos lugares de 
Colombia se debió a la falta de transporte 
provocada por las cuarentenas 
obligatorias, lo que además implicó un 
alza en elvalor de los productos(23) 
Por otro lado, en el primer trimestre del 
2021, específicamente en el mes de marzo, 
el comportamiento de abastecimiento de 
alimentos llega a su punto más crítico 
donde se observa que la categoría de otros 
grupos decreció 5,30%, debido al menor 
ingreso de pastas alimenticias, carne de 
res, sal yodada, leche pasteurizada UTH, 
maíz amarillo y arroz, principalmente. 
Este decrecimiento está directamente 
relacionado con la crisis social vivida en 
2021, la cual es evidenciada en un estudio 
realizado por la Alianza Universitaria por 
el Derecho Humano a la Alimentación 
Adecuada (ALUDHAA), conformada por 
las universidades colombianas que ofrecen 
programas de formación en Nutrición, y de 
la cual forma parte la Universidad 
Nacional de Colombia (UNAL). Este 
estudio fue realizado con la finalidad de 
medir la prevalencia de inseguridad 
alimentaria desde el enfoque del acceso a 
los alimentos, en donde los resultados 
arrojaron que la prevalencia de la 
inseguridad alimentaria de los hogares 
(INSAH) fue de 71,6 % (7 de cada 10 
hogares). La INSAH leve fue de 31,6%, la 
moderada de 26% y la severa de 14,1%. 
Comparándolo con los datos reportados de 
la Encuesta Nacional de la Situación 
Nutricional (ENSIN) 2015 (13,8 y 8,5 %, 
respectivamente), la INSAH moderada y 
severa aumentó, lo cual muestra el 
agravamiento de la situación, pues no solo 
se incrementaron los hogares inseguros, 
sino la gravedad de la situación de hambre 
para las familias estudiadas. (24) 
Para el año 2022, la prevalencia de 
inseguridad alimentaria moderada o grave 
en los hogares del país fue del 28,1%. Es 
decir, 28 de cada 100 hogares tuvieron que 
disminuir la cantidad y calidad de los 
alimentos consumidos, al menos 1 vez 
durante el último año, por otro lado, la 
prevalencia de inseguridad alimentaria 
grave fue de 4,9%, lo que significa que en 
5 de cada 100 hogares al menos 1 persona 
se quedó sin comer durante todo un día por 
falta de dinero u otros recursos en el último 
año(25) 
En el primer trimestre de este mismo año, 
se evidencia una mejora progresiva en el 
aprovisionamiento de alimentos 
específicamente de los “otros grupos”. En 
el mes de enero, la oferta en la categoría de 
otros grupos redujo su oferta en un 9,94%, 
sin embargo, en el mes de febrero mejoró 
su oferta en un 22,08% debido a mayores 
ingresos. Todo esto refleja un avance en 
cuanto al abastecimiento a comparación 
del año 2021, demostrando que la 
inseguridad alimentaria grave se redujo en 
diversos hogares colombianos. 
Para finalizar agrupamos una serie de 
recomendaciones basadas en lo observado 
durante la construcción de nuestro estudio: 
1. Se requiere que se investigue en mayor 
medida las conductas que se observan 
en los abastecimientos de los 
alimentos durante el año 
correlacionando diferentes factores 
discutidos (políticos, sociales, etc) 
para obtener un mayor entendimiento 
del fenómeno. 
2. Es necesario que se implemente un 
seguimiento más minucioso o con 
mayor número de grupos de alimentos 
en la central de abastecimiento 
mercasa, Pereira como se ha realizado 
en otras regiones (Antioquia) con el 
objetivo de que se describa cuales 
alimentos pueden ser los que más se 
ven afectados(26) 
3. En Colombia sigue habiendo un baja 
exploración e indagación sobre los 
sistemas agroalimentarios y la 
seguridad alimentaria, lo que perjudica 
directamente la implementación de 
políticas y programas de forma 
oportuna. 
CONCLUSIÓN 
En nuestro estudio se observó escasa 
investigación sobre el abastecimiento de la 
canasta básica en la ciudad de Pereira. A 
pesar de esto, al analizar los limitados 
datos obtenidos del DANE, se pudo 
observar que durante los tres primeros 
trimestres de cada año (2019-2022), hubo 
variaciones en los volúmenes de alimentos 
debido a cambios en la distribución, lo que 
afectó el suministro de todos los grupos en 
general. No obstante, el grupo más 
impactado por estas fluctuaciones fue 
"otros grupos", ya que abarca una amplia 
gama de productos, entre los cuales su 
oferta y disponibilidad varían, mostrando 
su cambio constante mes a mes. 
Por otro lado, se evidencia que el 
abastecimiento de la canasta básica en 
Mercasa, está determinado por múltiples 
factores, y a su vez este puede repercutir 
en el desarrollo de la población. 
Vale la pena destacar, que, también hay 
una escasez o ausencia de estudios 
disponibles realizados en Colombia 
relacionados con el tema, lo cual aumenta 
la necesidad de indagar esta área. 
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