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Manual-del-Psicologo-Clinico (2)

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CONTENIDO 
1. Consideramos que un psicólogo nos puede ayudar en dos momentos: 
2. Preguntas frecuentes 
3. Tipos de terapias 
4. Como realizar las sesiones 
5. Algunos casos y su desarrollo 
6. Citamos estos casos para observar desde el Angulo del paciente 
7. Porque algunas terapias fracasan 
8. Ejemplos de fracasos y abandonamientos 
9. Terapia psicológica para afrontar intervenciones físicas 
10. Vivir una relación de pareja saludable 
11. Análisis de las crisis de relaciones de pareja actual 
12. Afectación psicológica por moobing 
13. El uso del diagnóstico psicológico 
14. Terapia psicológica para el estrés del cuidador 
15. Tratamiento psicológico para enfermos crónicos 
16. Las enfermedades crónicas y las discapacidades físicas 
17. Terapia psicológica para trasplantes e intervenciones quirúrgicas 
18. Terapia Psicológica para el Síndrome de la fatiga crónica, fibromialgia y 
dolor crónico 
19. Caso clínico de depresión 
20. Caso psicológico, análisis de la problemática del sujeto. 
21. Bibliografía 
 
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El Manual del Psicólogo Clínico es un libro para aquellos interesados en ejercer 
la psicología teniendo en cuenta que la piscología clínica es la base de todas 
las ramas. 
Contiene varios capítulos que explican, los mitos de por qué los temores de las 
personas en visitar al psicólogo, las preguntas frecuentes que suelen hacer en 
consulta. Incluye 
como desarrollar las terapias , la elaboración de sesiones ,mostraremos casos 
para ver desde la perspectiva del paciente, porque algunas terapias pueden 
fracasar Abarcaremos también los fracasos y los abandonos y mencionaremos 
unos ejemplos , la descripción de algunas terapias , el uso adecuado de un 
diagnostico psicológico, ejemplos de terapia y tratamiento psicológico incluso 
casos de enfermos crónicos y en etapa terminal , descripción de casos clínicos 
,análisis de la problemática, el modelo de cómo llevar de manera correcta un 
tratamiento . 
En definitiva es un material que te ayudara a desarrollar de manera adecuada 
la práctica de Psicólogo Clínico. 
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MANUAL DEL PSICÓLOGO 
CONSIDERAMOS QUE UN PSICÓLOGO NOS PUEDE AYUDAR 
EN DOS MOMENTOS: 
1. cuando la persona quiere mejorar algún aspecto de su carácter, 
personalidad o vida (crecimiento personal) 
2. cuando se sufre algún tipo de problema o malestar. 
Creemos que es muy recomendable que en algún momento u otro de la vida, 
acudamos al psicólogo a mejorarnos. Así prevenimos problemas y evitamos 
futuras crisis que nos pueden provocar malestar. Pero sobretodo aumentamos 
nuestra calidad de vida y satisfacción vital. 
Cuando nos encontramos ante un problema o una situación difícil intentamos 
utilizar los recursos de los que disponemos. Primero recurrimos a nuestro 
propio esfuerzo e inventiva; cuando esto no funciona le explicamos nuestro 
problema a algún familiar o amigo. Pero cuando este recurso también nos falla 
es el momento en que nos planteamos ¿quién nos puede ayudar? 
No es necesario tener muchos problemas para ir al psicólogo. Tampoco hace 
falta pasar por una situación muy difícil. A veces, son las pequeñas cosas las 
que nos pueden estar provocando un continuo malestar que a pesar de no ser 
muy intenso, reducen nuestro bienestar y por tanto nuestra felicidad. 
Aquí mencionamos algunos ejemplos de dificultades donde podría intervenir un 
psicólogo para mejorar o eliminar el sufrimiento: malestar en la pareja, 
insatisfacción vital, apatía generalizada, ansiedad moderada, alguna dificultad 
sexual, un miedo que va apareciendo a menudo y un largo etcétera de 
dificultades que pueden agravarse con el paso del tiempo. 
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Muchas personas se resignan a encontrarse mal o a no sentirse bien del todo 
porque no han encontrado una explicación de lo que les pasa. También hay 
gente que cree que lo que padece es una característica de su personalidad y 
no tiene solución. Algunos no se dan cuenta de que tienen un problema, y son 
los familiares o los amigos los que piden ayuda a un especialista. Otros a pesar 
de que saben que tienen un problema, aún se resisten a ir al psicólogo ya que 
creen, equivocadamente en la gran mayoría de casos, que con el tiempo y 
“fuerza de voluntad” su malestar desaparecerá, o bien tienen miedo de lo que 
dirán sus familiares y amigos, viéndose como personas con pocos recursos o 
débiles. 
A través de mi experiencia, veo como todas estas creencias van cambiando, 
pero hace falta todavía dar mucha más información sobre la función de la 
psicología clínica en la sociedad. 
Los psicólogos tenemos como objetivo ayudar a las personas que presentan 
algún problema en su bienestar psicológico. Desde aquí animamos a todas 
aquellas personas que quieran mejorar su calidad de vida a consultar un 
profesional de la psicología clínica. Como se suele decir, pedir ayuda 
psicológica es el primer paso para solucionar el problema. 
Ahora, recibir terapia psicológica es más asequible económicamente. Los 
psicólogos contribuimos a enriquecer la oferta de tratamiento psicológico 
económico y de calidad. 
PREGUNTAS FRECUENTES 
1-¿Una terapia es siempre larga? 
Una terapia no necesariamente tiene que ser larga. Dependerá de muchos 
factores, como el tipo de problema o si hay más de uno, el tiempo que hace 
que se mantiene, la confianza en el cambio, la confianza en la psicología, la 
capacidad de introspección y la implicación de la persona en la terapia, entre 
otros. 
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Puede haber muchos motivos de consulta. Algunos pueden ser dudas 
puntuales en algún tema (ej.: laboral o de pareja) que con muy pocas sesiones 
se pueden resolver. Otros pueden formar parte de un trastorno psicopatológico 
y entonces su tratamiento puede ser largo. 
Cuando decimos “largo” no nos referimos a una cuestión de años sino que con 
unos meses puede quedar resuelto. 
2- ¿Es muy caro ir al psicólogo? 
En general sí que supone un desembolso económico, pero la buena salud 
tendrá un límite de costo. 
Seguimos una filosofía de precios razonable y nuestras sesiones individuales 
tienen un coste módico. 
3- ¿Cuántas veces tengo que ir? 
El número de sesiones de penderá de muchos factores. La mayoría los hemos 
comentado en la primera pregunta. 
Normalmente hacemos una sesión a la semana durante el proceso de 
evaluación. En la fase de terapia dependerá de la interferencia del problema en 
la vida del paciente para aconsejar una sesión semanal o quincenal. En el 80% 
de los casos las sesiones son semanales. 
4- ¿Cuánto dura una sesión? 
La duración de una sesión, tanto de evaluación como de tratamiento, es de una 
hora. 
5- ¿Sólo hablo yo en la terapia? 
En general se establece un diálogo, pero dependerá de la problemática y de las 
características del paciente. En las sesiones de evaluación habla más el 
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paciente y en el resto puede haber muchas sesiones en donde el psicólogo 
interviene más que el paciente. 
6- ¿Es normal tener vergüenza por ir al psicólogo? 
Es muy habitual. La mayoría de personas evitan ir al psicólogo a pesar de 
necesitarlo, ya que aún hay muchos prejuicios sociales. Aún está mal visto ir al 
psicólogo y mucha gente no explica que acude. En las primeras sesiones 
muchas personas están nerviosas porque sienten vergüenza por los motivos de 
consulta y por no ser capaces de resolverlos. Son errores importantes que se 
han de afrontar. Es importante plantar cara a los tabúes, aceptar la vergüenza 
y romper el hielo viniendo a la primera visita. La confianza con el psicólogo 
eliminará la vergüenza y la ansiedad en las siguientes visitas. 
7- ¿Sólo se habla del pasado y de los traumas? 
En nuestra orientación no trabajamos exclusivamente en el pasado, sino en el 
presente y el futuro. A pesar de esto necesitamos evaluar muchos aspectos del 
pasado para entender pensamientos, emociones y conductas del presente y 
así poder modificarlas haciéndolas más adaptativas. 
No esnecesario que hayamos sufrido traumas para tener problemas 
psicológicos. 
8- ¿Qué quiere decir orientación cognitivo-conductual? 
Es nuestra orientación fundamental dentro de la psicología. Parte del supuesto 
que los pensamientos son la base de nuestras emociones y conductas. 
Interviniendo en las creencias o en los esquemas cognitivos, podremos reducir 
mucho el sufrimiento y las problemáticas. 
Esta orientación es la que más se enseña en las universidades catalanas y es 
una de las que muestra más eficacia en la mayoría de problemas psicológicos. 
9- ¿Cuántas tendencias hay en la psicología? 
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La cognitivo-conductual, la Gestalt (o humanista), la terapia breve estratégica y 
las nuevas tendencias del psicoanálisis. 
10- ¿Cuál es la más adecuada? 
Dependerá del problema que se tenga y de las características de la persona. 
Nosotros creemos que lo más importante es que el psicólogo sea un buen 
profesional porqué entonces la mayoría de tendencias son adecuadas. 
Defendemos la cognitivo-conductual ya que es la que para nosotros nos resulta 
más eficaz. 
11- ¿Las personas podemos cambiar? 
Las personas podemos cambiar si queremos y lo intentamos con 
perseverancia. 
12- ¿“Somos así” por genética o por aprendizaje? 
Es la gran pregunta, una de las más frecuentes. Hay muchos aspectos 
genéticos, pero a pesar de eso, la psicología aporta estrategias para evitarlos y 
evitar que interfieran. 
La mayoría de aspectos o rasgos de personalidad los hemos ido adquiriendo a 
través de la experiencia y de la inculcación de nuestra familia, amistades, 
entorno y cultura. Por lo tanto, creemos que somos una suma de hábitos 
adquiridos de pensamientos, emociones y conductas que interaccionan con los 
genéticos. Entonces, podemos desaprender los que nos perjudican y aprender 
de nuevos y más saludables. 
13- ¿Pueden haber recaídas? 
Sí que se puede volver a recaer si la persona no ha automatizado y aprendido 
las estrategias enseñadas o si deja de practicarlas hasta que queden del todo 
fijadas. 
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14- ¿Qué diferencia hay entre un psicólogo y un psiquiatra? 
La principal diferencia es que el psicólogo no puede recetar porque no es 
médico y el psiquiatra en cambio, sí. El psicólogo suele ser más experto en las 
terapias ante los trastornos mentales no severos. Mientras el psicólogo utiliza el 
diálogo y la reestructuración, el psiquiatra suele utilizar más la medicación para 
provocar la mejoría. 
15- ¿He de tomar medicación? 
Dependerá del grado de severidad o intensidad del problema o problemas. En 
caso necesario, desde aquí yo solo aconsejo sobre este aspecto y le 
derivamos a la persona adecuada. 
16- ¿La terapia me puede cambiar la personalidad y hacerme 
ser diferente? 
La terapia intenta cambiar los aspectos que la persona quiere y lucha por ellos, 
pero no cambia la estructura de la personalidad, ya que éste no es el objetivo 
de la persona ni de la terapia. 
17-¿Siempre tendré el mismo psicólogo? 
Sí, esto es crucial. Sólo se podría producir un cambio de psicólogo en caso de 
que el paciente lo solicitara. 
18- ¿Cuando una pareja va al psicólogo, sirve de algo? 
Es verdad que la mayor parte de parejas que acuden a consulta para seguir 
una terapia de pareja están muy deterioradas. Acuden, a veces, demasiado 
tarde. Por eso tenemos un porcentaje elevado de separaciones a pesar de 
haber realizado la evaluación o terapia psicológica (como en cualquier otro 
centro). Todo y eso, las personas se convencen de la separación y ayudamos a 
realizarla. En otros casos y gracias a la terapia de pareja, esta mejora sus 
incompatibilidades y su estado de ánimo y sale reforzada con mucho bienestar. 
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Para nosotros el éxito terapéutico consiste en que las personas sean felices y 
tengan calidad de vida. Por eso aconsejamos la lucha por salvar la relación en 
algunos casos y la separación en otros. Siempre después de un proceso 
intenso de evaluación y objetividad por parte del psicólogo de pareja. 
TIPOS DE TERAPIAS 
Terapia individual 
Consiste en un proceso de evaluación y tratamiento entre el/la paciente y el 
psicólogo. Cada dificultad o trastorno tendrá su proceso, sus estrategias y su 
duración. 
Terapia de pareja: hay varias opciones: 
Los dos miembros separados: Es la que alterna las visitas entre los dos 
miembros de la pareja, haciendo sesiones individuales y puntualmente 
sesiones con los dos juntos. Es la que habitualmente más utilizamos. 
Un solo miembro: terapia de pareja donde sólo acude uno de los miembros, 
ya que el otro o bien no lo sabe (que la persona acude a consulta), o no quiere 
colaborar. Esta terapia también se muestra muy eficaz porque la persona que 
viene aprende una serie de estrategias a la vez que se trabaja la compatibilidad 
de la relación y la aclaración de dudas. 
Los dos miembros juntos: La pareja acude conjuntamente a la mayoría de 
las sesiones pero también se hacen sesiones individuales para evaluar el 
estado de cada miembro. 
Terapia familiar 
Pueden venir todos los implicados a la vez, los padres, o un padre/madre y un 
hijo/hija. Se trabaja con estrategias y técnicas para mejorar la relación entre los 
miembros. 
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Terapia grupal 
Es muy importante hacer un buen diagnóstico de las personas integrantes del 
grupo para conseguir que tengan un perfil compatible. 
Hemos hecho terapias grupales sobre la ansiedad, los ataques de pánico, la 
fobia social y el insomnio. Suelen durar unas 10 o 15 sesiones con una 
duración de una hora y media cada una. Se proponen técnicas y debates entre 
los asistentes. Presenta muchas ventajas como el hecho de conseguir salir del 
pensamiento “sólo me pasa a mí” o “no lo puedo controlar”. En la mayoría de 
casos se suele complementar con alguna sesión individual. 
Sesiones de análisis y de mejora (crecimiento personal o 
coaching) 
Tenemos claro que no es necesario estar mal para acudir al psicólogo. Igual 
que acudimos al médico o al dentista para hacernos revisiones, creemos que ir 
al psicólogo tendría que ser también una actitud inteligente para prevenir, en un 
futuro, problemas emocionales o, simplemente, para mejorar nuestra calidad de 
vida actual. 
Hemos pensado en 5 tipos de sesiones que creemos que resumen las 
principales áreas de importancia para las personas y dónde la psicología puede 
ayudar más. 
TIPOS DE SESIONES 
 
• Sesiones de análisis y mejora de la vida. 
Se realiza un análisis del estilo de vida actual, las prioridades, el estilo 
cognitivo, la autoestima y la personalidad, las satisfacciones actuales e 
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insatisfacciones, y se dan un seguido de consejos y orientaciones para 
favorecer un mayor bienestar. Pueden ser entre 2 y 5 visitas. 
• Sesiones de análisis y mejora de la autoestima. 
Es más específica que las sesiones de mejora de la vida. Se evalúa la 
autoestima en todas sus vertientes: Inteligencia, físico, habilidades 
sociales, capacidades, habilidades comunicativas,….Se analizan las 
posibles distorsiones cognitivas que produce la persona y se entrena en 
una mejora de los aspectos anteriormente citados acompañado de la 
técnica de la reestructuración cognitiva. Pueden ser entre 5 y 10 
sesiones. 
• Sesiones para mejorar la inteligencia emocional. 
La buena relación con los otros y el autocontrol son esenciales para 
favorecer una buena felicidad. El control de la impulsividad, el desánimo, 
la exigencia, la irascibilidad, la conducta verbal y no verbal son 
esenciales. Se aplican estrategias específicas de la psicología cognitiva. 
Pueden ser entre 5 y 10 sesiones. 
• Sesiones de orientación para resolver dudas y problemas. 
Todos tenemos problemas que nos preocupan y que no sabemos cómo 
resolver. Dudas que nos pueden provocar un gran malestar. 
• Sesiones de análisis y mejora de la relación de pareja. 
Tiene como objetivo hacer una evaluación de la relación de pareja y dar 
orientaciones y estrategias para mejorar tantola relación de pareja 
actual, como futuras. Se trabajan también las dudas y miedos que 
genera una relación. 
Pueden ser entre 1 y 5 visitas. 
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COMO REALIZAR LAS SESIONES 
Pueden ser: 
• Presenciales 
• Telefónicas 
• Vía internet: e-mails o chats 
• Domiciliarias ( en trastornos graves o limitaciones físicas importantes) 
Las hemos ordenado en función del orden de recomendación. 
Las dos primeras tienen la misma duración y el mismo precio. 
La terapia vía internet dependerá de la duración y tipología de la sesión. 
Presentamos un seguido de ejemplos de terapias que hemos realizado. Hemos 
intentado proporcionar una selección de diferentes trastornos o dificultades. En 
cada caso se explica el motivo o motivos de consulta y luego se explican las 
técnicas y estrategias utilizadas terminando con la finalización de la terapia y el 
estado del/la paciente. 
ALGUNOS CASOS Y SU DESARROLLO 
C.20 
Carlos, 20 años. Dudas en la orientación sexual + timidez (17 
sesiones) 
C. es un chico de 20 años que está repitiendo primer curso de una carrera 
técnica; el motivo de consulta que presenta inicialmente es un bajo estado de 
ánimo, insatisfacción con sus relaciones sociales, relaciones de pareja y sus 
estudios. Presenta dudas en todas las áreas de su vida: académica, sexual, 
social...; y una falta de motivación general. 
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Analizamos esta insatisfacción y sus ideas respecto a la vida que le gustaría 
tener, la que cree que debería tener, y la que realmente tiene. En este análisis 
vemos los muchos prejuicios y creencias erróneas que tiene y que le suponen 
una barrera para conseguir lo que realmente quiere. Todas ellas tienen en 
común un tema que se repite en las sesiones: dudas en su orientación sexual. 
El tratamiento consistió principalmente en identificar sus creencias irracionales 
y sus miedos, aplicar la técnica de reestructuración cognitiva de todos ellos y 
exponerse gradualmente a las situaciones que temía, con aumento de las 
actividades gratificantes. Y para enfrentarse con éxito a las situaciones sociales 
se hizo un entrenamiento en habilidades sociales y asertividad. De esta forma 
consiguió contrastar sus creencias con la realidad y poder escoger libre de 
miedos lo que realmente quería. 
Su insatisfacción fue cambiando a medida que desaparecían sus miedos, y que 
aumentaba la confianza en sí mismo. Una vez finalizado el tratamiento su 
calidad y satisfacción de vida mejoró notablemente. 
B.31 
B.31 Berta, 31 años. Trastorno de ansiedad de agorafobia con 
ataques de pánico (continúa con terapia) 
B. es una mujer de 31 años que trabaja como representante de una firma de 
cosméticos. La paciente acude a nuestra consulta por ansiedad. B. se describe 
como una persona que siempre ha tenido “manías”: no le ha gustado nunca 
utilizar el ascensor, viajar en avión, o coger el metro. En caso de que se viera 
obligada a enfrentarse a estas situaciones se ponía muy nerviosa, se le 
aceleraba el ritmo cardiaco, la respiración y tenía sensación de mareo. B. no 
recordaba cuando empezó el problema, pero poco a poco estas sensaciones 
se empezaron a dar en más situaciones y de forma totalmente inesperada. 
En el momento en que se presenta a la consulta el problema le interfería en 
todas las áreas de su vida, hasta el punto en que su vida social se había 
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anulado prácticamente del todo y se estaba planteando dejar el trabajo. B. 
presentaba un trastorno de agorafobia con ataques de pánico. 
El tratamiento consistió principalmente en identificar las situaciones 
ansiógenas, así como los pensamientos que le aparecían en éstas y sus 
reacciones. Después trabajamos los pensamientos irracionales con 
reestructuración cognitiva, exposición imaginal y en vivo a las sensaciones y 
situaciones. Todo esto apoyado por técnicas de relajación e información sobre 
la ansiedad y la agorafobia. 
Después de tres meses de tratamiento su ansiedad en las situaciones 
problemáticas se redujo considerablemente. Empezó a entender qué le pasaba 
y a sentirse más animada para enfrentarse a más situaciones. 
Actualmente B. continua en tratamiento, y sesión a sesión va viendo como la 
interferencia de su problema cada vez es más pequeña. 
L. 44 
L. 44 Laura, 64 años. Miedo a hablar en público. (Continúa con 
terapia) 
L. es una mujer de 34 años y profesora universitaria. Le costó muchos años 
decidirse a pedir ayuda a un psicólogo. Su motivo de consulta era 
principalmente una sensación de inseguridad ante las otras personas. Ella no 
sabía defender sus ideas, no sabía decir que no y siempre acababa haciendo 
cosas que no quería; además de estos problemas sufría ansiedad cuando 
hablaba delante de determinadas personas, especialmente catedráticos y otros 
compañeros de la facultad. L. nos comenta que a pesar de los muchos años de 
experiencia nunca había llegado a superar del todo su miedo a hablar en 
público. 
La paciente nos explica que esta dificultad había sido más acusada cuando era 
más joven, hasta el punto que estuvo a punto de dejar las clases. 
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Ella siempre había querido consultar un psicólogo, pero la vergüenza y el 
hecho de no saber si la podrían ayudar, hizo que evitase ir hasta este 
momento. 
Decidió acudir con nosotros porque aparte de estos problemas se le ha 
añadido un bajo estado de ánimo. 
El tratamiento que está siguiendo L. consiste en un entrenamiento en 
habilidades sociales a través de ensayos y aplicaciones en la vida real, así 
como un perfeccionamiento en las técnicas de hablar en público y una 
reestructuración de todos sus pensamientos ansiógenos ante estas 
situaciones. Paralelamente también se trabaja su bajo estado de ánimo a 
través de una resolución de problemas, planificación de actividades y 
reestructuración cognitiva. 
E.25 
E.25 Elia, 25 años. Fobia social + vaginismo (continúa con 
terapia) 
E. es una chica de 25 años. Dependienta de unos grandes almacenes. Acude a 
consulta por un problema de ansiedad social pero a lo largo de las sesiones de 
evaluación vemos que hay muchos otros problemas. Un problema sexual de 
vaginismo (dolor intenso en la penetración) nos lleva a asociarlo con abusos 
sexuales que la paciente sufrió en la infancia. 
Se empezó a tratar el problema que más interferencia le estaba provocando: la 
ansiedad social, ya que no le permitía trabajar sin ansiedad. E. pensaba que la 
gente la evaluaba o se burlaba de ella, esto le generaba mucha ansiedad. 
Posteriormente y mientras se continuaba trabajando el primer problema, se 
empezó a trabajar su problemática sexual, ya que E. nunca había podido tener 
relaciones coitales con su novio. 
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Para cada problema se aplicaron unas técnicas diferentes. Mientras en el 
abuso sexual la resolución de problemas y eliminar la culpa son las que se 
utilizaron más, en el problema de vaginismo se estableció un programa 
concreto sesión a sesión, igual que en el de ansiedad social que combina 
técnicas cognitivas y conductuales. 
Actualmente E. después de siete meses de terapia, ha mejorado 
moderadamente en su problema de ansiedad social, y en cambio ha habido 
unos progresos importantes en el problema de vaginismo y para poder 
mantener relaciones coitales. 
M. 57 
M. 57 Marta, 57 años. Fobia a las operaciones (17 sesiones) 
M. es una mujer de 57 años, casada y con tres hijos. Cinco semanas antes de 
venir le dijeron que en el plazo de seis meses le tendrían que realizar una 
delicada operación de hígado debido a un malestar crónico que sufría. M. nos 
comentaba que nunca le habían operado y que siempre había tenido pánico a 
las operaciones, hecho que le generaba una gran ansiedad. Nos comentó que 
no se veía con la suficiente decisión para enfrentarse a la operación y en 
primer lugar buscó la ayuda de un psiquiatra y éste le aconsejó en tratamiento 
psicológico para reducir este miedo. 
Desde el día que le comunicaron que se tenía que operar casino dormía y no 
se podía concentrar en nada, tenía problemas intestinales y dolores de cabeza. 
Además tenía muchas ganas de llorar debido al miedo que sentía. 
Iniciamos el tratamiento entrenándole en técnicas de relajación y respiración 
controlada para favorecer una reducción de la ansiedad y de todo su 
componente somático. En la tercera sesión de tratamiento empezamos a 
valorar si sus miedos eran realmente lógicos y si le resultaban útiles, en 
definitiva, empezamos los pasos de la reestructuración cognitiva. Pautamos 
charlas que M. tenía que hacer con familiares, amigos o vecinos que también 
tenían que ser operados. Fuimos extrayendo conclusiones y continuamos con 
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la reestructuración. Se buscó información sobre el pronóstico de las 
operaciones de hígado, recuperación, dolor y contratiempos que podían surgir. 
Al finalizar el tratamiento también se pautaron visitas a hospitales y a 
asociaciones de trasplantados. 
Destacamos que una técnica que ayudó mucho a M. fue imaginarse y simular 
la situación de la operación, los imprevistos que podían surgir y todos los 
detalles que a ella le preocupaban. 
El miedo a las operaciones de M. se fue reduciendo a pesar de que no 
desapareció completamente, pero le permitió enfrentarse a la operación sin el 
miedo inicial que le incapacitaba y que ella se resignaba a sufrir como 
inevitable. 
R. y S. 127 
R. y S. Raúl y Sandra, 42 y 39 años. Problemas de pareja. (09 
sesiones) 
R. y S. vienen solicitando hacer una terapia de pareja. Son pareja desde hace 
15 años y de estos, 11 han estado viviendo juntos. Hace un año, 
aproximadamente, que han aparecido problemas de relación que se han ido 
agravando y últimamente se han empezado a plantear la separación. Como a 
último recurso quieren intentar salvar su relación acudiendo a un psicólogo. 
Una vez hecha la evaluación, su situación, sintetizándola, es la siguiente: 
Los dos miembros de la pareja tienen alrededor de los 40 años, estando en el 
mejor y más decisivo momento de su carrera profesional. Esto hace que estén 
sometidos a una presión destacable, ya que los dos quieren tener una familia 
pero nunca encuentran el momento más oportuno. 
A lo largo de la evaluación identificamos los problemas que están interfiriendo 
en la pareja: 
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En el caso de la R. encontramos estrés y presión laboral, con un sentimiento de 
frustración hacia sus expectativas personales y familiares. Con todo eso, sus 
“válvulas de escape” son a través de actividades exclusivamente individuales 
que provocan un distanciamiento más grande con la pareja. 
Los problemas de S. consisten en un exceso de responsabilidad en el trabajo, 
relaciones sociales inexistentes y baja autoestima. 
Estos factores independientes causan en la pareja una falta de espacio común 
para las ilusiones y un proyecto de pareja, pasando a ser las obligaciones el 
único lazo de la pareja. Todo esto les genera un sentimiento de frustración y 
apatía hacia la pareja, favoreciendo la mala comunicación a través de muchas 
discusiones y poca comunicación. 
La terapia consistió, primero, en unas sesiones individuales para poder tomar 
conciencia de los factores que estaban afectando y poder intentar resolver los 
respectivos problemas, potenciando conseguir un bienestar y satisfacción 
individual. 
Como consecuencia de trabajar la parte personal e ir obteniendo resultados 
positivos, salió fortalecida su decisión de continuar juntos como pareja y luchar 
por ella. 
En este momento es cuando hemos podido empezar a trabajar paralelamente 
la parte de pareja, que consistió principalmente, en reconstruir el espacio de los 
dos a través de actividades conjuntas, ilusiones y un proyecto común de pareja 
y familia donde se puso énfasis en priorizar lo que resultaba importante para 
ellos, en su escala de valores. 
Paralelamente se dieron estrategias para mejorar la comunicación, 
favoreciendo la comunicación positiva y evitando los malentendidos. 
A.48 
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A.48 Albert, 30 años. Trastorno obsesivo-compulsivo + 
depresión. (Continúa con terapia) 
A. es un hombre de 30 años que acude porqué está muy triste y se preocupa 
mucho por todo. No sabe qué hacer con su vida. Dice que todo está parado 
desde hace 10 años y no es capaz de tomar decisiones en nada; tiene mucho 
miedo a equivocarse. 
Duda de casi todo: su trabajo, si estudiar o no, si irse a vivir solo, si dejar a su 
pareja, si le atraen los hombres o no, etc. Delante de toda esta situación, se 
observa un estado depresivo moderado-grave y un estado ansioso moderado. 
Su autoestima es muy baja sintiendo mucha desconfianza hacia sí mismo. 
La terapia se está llevando a término desde el 2012. Comenzamos a trabajar 
en los miedos y los motivos de ellos, trabajando creencias como las del deseo 
de experimentarlo todo en la vida. Creamos una jerarquía de acciones a hacer 
y poco a poco, A. está rompiendo el hábito de posponer y está aprendiendo a 
tomar decisiones cada vez más importantes. Además, es más consciente de 
que quererlo experimentarlo todo en su vida solo le provoca y le provocaría un 
gran sufrimiento. 
R. 143 
R. 143 Raquel, 33 años. Problemas de pareja manifestados a 
través de vaginismo y Falta de deseo. (13 sesiones) 
R. es una mujer de 33 que decidió volver a probar una terapia después de 
haber seguido una durante 5 meses y no obtener resultados. El problema que 
presentaba R. era una falta de deseo sexual hacia su pareja y también un 
vaginismo. Esto le provocaba un gran sentimiento de culpa y le aparecían 
dudas de todo tipo: si le gustaba su pareja, si le gustaban los hombres, si tenía 
un problema orgánico,... 
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Comenzamos evaluando la historia del problema, su relación con la pareja y el 
concepto sobre la sexualidad. A partir de aquí vimos que la relación de pareja 
era demasiado monótona, aburrida y que su concepto sobre el sexo era muy 
represivo. A parte de esto, ella era una persona muy poco expresiva a nivel 
emocional. 
En lugar de empezar una terapia típica conductual sobre el vaginismo, se optó 
por dar unas pautas para variar su relación de pareja y tener nuevas ilusiones. 
Se trabajó el concepto del sexo experimentándolo de nuevo a través de la 
masturbación y sacando sentimientos de culpabilidad. También se hizo un 
entrenamiento en expresión de sentimientos para desbloquearla. Las 
variaciones sexuales con la pareja, sumadas a todo lo anterior, contribuyeron a 
eliminar el problema de la falta de deseo sexual y a evitar la grave interferencia 
en la vida de pareja y a su autoestima que le habrían provocado a la R. 
M. 97. 
M. 97. Miquel, 38 años. Trastorno del estado de ánimo 
secundario por acoso laboral (26 sesiones) 
El motivo inicial del paciente es bajo estado de ánimo. 
Al largo de la evaluación identificamos otros problemas, como una importante 
crisis de pareja, donde M. se está replanteando su continuidad. Así como una 
desmotivación laboral. 
Conforme avanzamos en la evaluación y el tratamiento, se pone de manifiesto 
que el factor disparador que origina toda la situación problemática es un 
proceso de moobing laboral de dos años. 
Las consecuencias de este acoso son una baja autoestima, bajo estado de 
ánimo, irritabilidad, y una apatía total para hacer cualquier tipo de actividad 
fuera del ámbito estrictamente laboral. 
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Esta situación al no ser identificada se mantiene y cronifica, ocasionando 
problemas de pareja y una importante interferencia en el resto de sus ámbitos 
personales. 
La terapia consiste en diferentes fases. 
La primera es la identificación y toma de consciencia de los factores 
originadores del problema. 
A continuación fijamos los objetivos, donde toma una gran relevancia el ámbito 
profesional. Ésta consiste en una revaloración de les expectativas laborales, 
reestructuración de las distorsiones cognitivas, y un intento de adaptación en 
su lugar de trabajo, que tuvo que finalizaren un cambio de departamento por 
la imposibilidad de reconducir las conductas viciadas y poco saludables. 
Paralelamente se va trabajando la autoestima. 
Estas dos líneas de actuación tuvieron una repercusión directa sobre una 
mejora muy destacada en su estado de ánimo y en la relación de pareja. 
La valoración de este tratamiento es muy positiva por parte del paciente y el 
terapeuta. Ya que una vez identificado el factor encubierto que desencadenaba 
toda la situación problemática se origina un cambio drástico en el resto de 
problemas. 
La duración total de la terapia es de 8 meses. 
L. 112 
L. 112 Laia, 28 años. Anorgasmia secundaria por vaginismo 
(18 sesiones) 
La paciente de 28 años nos describe su problemática que consiste en que no 
consigue llegar al orgasmo con ningún tipo de práctica sexual. 
Durante la evaluación también identificamos un problema de vaginismo. 
23 
 
Actualmente la asociación del dolor en sus experiencias sexuales le ha 
provocado una inhibición del placer sexual con la consecuente anorgasmia. 
La terapia consiste en un trabajo individual y de pareja. 
La parte individual se trabaja a nivel cognitivo con reestructuración de las 
distorsiones, y potenciando su líbido sexual. Paralelamente se hace un 
tratamiento progresivo de concentración sensitiva de su propio cuerpo. Y por 
último, de forma gradual vamos introduciendo ejercicios a nivel de pareja para 
crear una nueva complicidad, con nuevas estrategias, habilidades sexuales y 
eliminar los hábitos no saludables que se habían llegado a “viciar”. 
Damos por finalizada la terapia al cabo de 11 meses. El resultado es un 
redescubrimiento de la sexualidad, y respecto a la anorgasmia la paciente 
consigue alcanzar el orgasmo a través de la estimulación manual y oral. 
Mediante el coito L cada vez alcanza unos niveles de placer más elevados y es 
cuando decidimos finalizar la terapia., ya que ahora tienen un dominio de las 
herramientas para continuar mejorando sus relaciones sexuales y muy buen 
pronóstico. 
Abel 165 
Abel, 43 años, eyaculación precoz (32 sesiones) 
El paciente se presenta en la primera sesión muy angustiado por el hecho de 
tener problemas en sus relaciones sexuales. Comenta que le ha costado casi 
un año decidirse a consultar a un especialista y que se siente un poco 
incómodo al hablar del tema. 
Nos comenta que cuando mantiene relaciones con penetración con su mujer, 
no tarda más de 30 segundos en eyacular y esto les hace sentir terriblemente 
mal. Ya hace 2 años que pasa. Se deprime y piensa que no está “rindiendo” en 
las relaciones y que está fallando a su mujer. Cada vez se exige más duración 
y se culpabiliza más. 
24 
 
Analizamos los pensamientos anticipativos de las relaciones sexuales y 
observamos, como en la mayoría de disfunciones sexuales masculinas, que 
hay un exceso de ansiedad y de auto exigencia en los futuros contactos 
sexuales y una híper vigilancia a las expectativas negativas de “actuación” que 
terminan por producir lo que la persona no desea: eyacular demasiado rápido. 
Nos encontramos delante de la “profecía que se auto cumple”. 
El tratamiento consistió en hacer consciente al paciente de la secuencia de 
preocupación y de la importancia de no híper vigilar a los pensamientos 
negativos. También se entrenó en centrar y descentrar la atención en las 
sensaciones (focalización sensorial) y un entrenamiento en la parada de la 
eyaculación. Se hizo una jerarquía de “fallos” permitidos y también una 
variación en las relaciones sexuales que contribuyó que a partir de la 14 
sesión, el paciente empezara a tomar el control de la situación retardando cada 
vez más la eyaculación hasta que pudo volver a tener relaciones con una 
durada satisfactoria para los dos. 
Batís 214 
Batís, 53 años. Duelo por la muerte de su pareja en accidente 
de tráfico (17 sesiones) 
La paciente presenta un cuadro depresivo grave. Asiste a consulta al cabo de 9 
meses de la muerte de su marido en un accidente de coche. Ha perdido las 
ganas de vivir y presenta un sentimiento de culpa importante. La gente de su 
alrededor ya no sabe como ayudarla y se están distanciando de ella. Se siente 
sola e incomprendida. Está recibiendo tratamiento psiquiátrico importante para 
parar la ideación suicida. 
Analizamos sobretodo, el sentimiento de culpa y observamos que B. no 
estaban pasando por unos buenos días con su marido. Ella cree que el 
accidente se pudo producir por la repercusión de esta situación. La familia de él 
la ha dejado de apoyar y se han peleado por temas de herencia. El hecho de 
25 
 
no tener hijos y que la mayoría de la familia viva lejos, agrava el sentimiento de 
soledad y dificultan el proceso de duelo. 
El tratamiento consistió en valorar la relación de pareja que tenían, sobretodo 
analizando la mala temporada que estaban pasando. Concluimos, al cabo de 
muchas sesiones, que la responsabilidad de la situación no recaía totalmente 
en ella y analizamos las causas del accidente. Así, la culpa se redujo y B. 
empezaron a sentir un poco de energía para reestructurar su vida. En este 
momento, la terapia se centró en plantear-se “qué era la vida para ella antes” 
cómo tendría que ser ahora. La hicimos reflexionar sobre la fórmula de la 
felicidad y sus ingredientes. Empezó a hacer variaciones, a enriquecer su 
entorno y a coger nuevas ilusiones. También trabajamos muchos valores, 
creencias y actitudes para hacerlos más adaptativos. Paralelamente se trabajó 
la profunda decepción hacia la familia del marido. 
Al final de una terapia larga, B. Pudo salir de un estado de ánimo depresivo 
aceptando y resignándose a la pérdida de su marido pero ganando una vida 
más rica, segura y autónoma. 
Carlos 29 
Carlos, 41 años. Dudas de pareja con infidelidad propia (18 
sesiones) 
 C. acude presentando un cuadro ansioso importante. Se encuentra llevando 
una doble vida. Casado con su mujer desde hace 9 años pero desde hace un 
año, mantiene una relación sentimental con una compañera de trabajo. Él se 
siente enamorado tanto de su mujer como de esta última y no sabe qué hacer: 
si dejar a una o a la otra o mantener esta vida. Se siente una mala persona y 
no entiende lo que le está sucediendo. 
En las primeras sesiones de evaluación, le preguntamos sobre qué aspectos le 
atraían más de una y otra y con cuál tenía más afinidades. Hicimos un análisis 
profundo de las dos relaciones y concluimos que las dos eran muy compatibles 
26 
 
con él. Además, el grado de conocimiento de la segunda mujer era muy 
importante. Nos encontrábamos delante de una elección difícil. 
Durante la terapia analizamos las expectativas que él tenía depositadas en las 
relaciones de pareja y el concepto de pareja de él y de ellas. Reflexionamos 
sobre el concepto de monotonía vs. Novedad y de cuál podría ser la opción 
más buena para él. Al inicio de la terapia él se decantaba por la compañera de 
trabajo pero al final de la terapia concluyó que sería más feliz con su mujer ya 
que él creía que buscaba en la segunda, salir de la monotonía en la que se 
había convertido su vida y su pareja. Esta monotonía la trabajamos a través de 
variaciones y mejorías en su relación de pareja sin tener que hacer una terapia 
de pareja. También variamos ciertos aspectos de su vida, aumentando la 
satisfacción. 
Por último, se le ayudó en el proceso de separación con la compañera de 
trabajo mejorando la asertividad y la culpabilización para poder decirle que 
renunciaba a ella. 
Actualmente, C. continúa convencido con su mujer después de aquella época 
de dudas. 
 
 
 
Pepe 56 
Pepe, 51 años. Hipocondría (en tratamiento) 
 P. había acudido a lo largo de su vida, a tres terapias psicológicas bastante 
largas. En la última estuvo 4 años. Después de un período de 2 años sin ir a un 
psicólogo, y de haber probado todo tipo de terapias médicas y alternativas, 
decidió volver a intentar reducir el malestar intensoque sufría. 
27 
 
P. tiene un miedo muy importante a todo tipo de sensaciones corporales, 
especialmente las que hacen referencia al corazón, cabeza y estómago. 
Cuando tiene alguna sensación, enseguida se alarma y se pone en estado de 
vigilancia; se controla las pulsaciones, se analiza el estómago y cualquier 
síntoma extraño o de cansancio. Los grandes miedos de fondo que tiene son: 
tener alguna enfermedad importante, el dolor y la muerte. La trampa es pensar 
que cualquier sensación es una señal de que alguna cosa no va bien en su 
cuerpo. 
Esto le afecta a su vida laboral y a su calidad de vida porque le genera mucha 
angustia. En algunas épocas acudía a urgencias y al médico diversas veces a 
la semana pero actualmente se ha reducido. 
El tratamiento está consistiendo en hacer una jerarquía de las sensaciones en 
función de la intensidad, frecuencia, durada y los pensamientos que generan 
con el objetivo de que él las pueda catalogar cuando aparezcan y actuar en 
consecuencia. Estamos llevando a cabo exposiciones voluntarias a 
sensaciones buscadas expresamente para que el paciente se habitúe y 
además, realizamos unas encuestas con la gente del entorno para ver “qué 
sensaciones se consideran normales y cuáles no”. Por último, trabajamos el 
repertorio de estrategias para hacer frente a la híper vigilancia a las 
sensaciones y a las preocupaciones que se derivan de ellas utilizando la 
técnica de la reestructuración cognitiva. 
Hoy en día, la mejoría ha sido de un 70% después de 2 años de terapia pero P. 
todavía presenta algunos miedos importantes que nos demuestran que el 
trastorno es muy resistente y que aún nos quedan algunas semanas para 
convencernos de que no volverá a recaer. 
José Antonio 212 
José Antonio, 42 años. Insomnio grave. (En tratamiento) 
28 
 
El paciente presenta un insomnio muy grave. Duerme unas 5 horas al día con 
interrupciones. Hay días que solo duerme 2 o 3. Le pasa desde hace 2 años y 
el problema se ha ido agravando. 
Durante las sesiones de evaluación, observamos unos rasgos de personalidad 
muy rígidos, exigentes y perfeccionistas con un gran deseo de tenerlo todo 
controlado. Esto nos lleva a pensar que la terapia será difícil. 
El tratamiento está consistiendo en estrategias básicas para el insomnio como 
entender la trampa (mantenimiento) de este trastorno: la preocupación sobre la 
expectativa negativa de: “hoy tampoco dormiré y mañana no me aguantaré”. A 
través de un auto registros diarios, el paciente está apuntando los 
pensamientos previos, durante y de finalización del sueño donde se observan 
una gran cantidad de preocupaciones que le generan mucha ansiedad 
imposibilitándole el sueño. Utilizamos también, técnicas de relajación, análisis 
de distorsiones cognitivas y reestructuración cognitiva. Además, J.A. muestra, 
debido a su exigencia, un problema de adaptación al mundo que le hace sufrir 
en la mayoría de situaciones. Estamos analizando, a lo largo de las sesiones, si 
el paciente presenta también una problemática de pareja que él de momento se 
niega a valorar y que puede ser un gran causante de su problema. 
Actualmente y después de 4 meses de terapia, el paciente no ha mejorado y ha 
empeorado su insomnio y ansiedad. Él continúa exigiéndose estar bien y no 
acepta el insomnio. Cada día le lleva a ser más exigente con el sueño y esta es 
la gran trampa en la que cae. Creemos que si no supera sus creencias 
erróneas y nos hace caso, acabará abandonando la terapia con un trastorno 
mucho más grave que el que tenía junto con una depresión importante. 
Estos son algunos de los comentarios que muy amablemente han hecho 
personas que han finalizado las terapias. Hemos realizado una selección de 
diferentes tipos de problemas, edades y sexo. Obviamente son comentarios 
satisfactorios porqué la terapia ha tenido un éxito moderado o importante. 
29 
 
CITAMOS ESTOS CASOS PAR OBSERVAR 
DESDE EL ANGULO DEL PACIENTE 
Mariela 302 
Mariela, 30 años. Celos y Baja autoestima (14 sesiones) 
Hola, mi nombre es Mariela, comencé a hacer terapia en julio de 2011 por un 
problema de celos, desconfiaba de mi pareja, tenía un auto-estima muy bajo 
por el cual llegaba a pensar que si mi marido miraba a otra mujer era porque yo 
no le era suficientemente linda para él. 
Dejamos de salir a pasear por que siempre discutíamos, si él se giraba para ver 
un auto o una tienda de ropa yo ya pensaba que miraba a otra mujer, por éstos 
motivos, porque nos amamos un montón y queremos seguir juntos decidimos 
que yo hiciera terapia para salvar nuestro matrimonio. 
Comencé a observar a las personas y sobre todo a los hombres, a mirarlos 
como se mira un cuadro, imaginarme situaciones con los hombres que veía en 
el metro, en la calle, etc. y de esa manera comprendí que el amor que siento 
por mi marido no cambia en absolutamente nada. 
También empecé a cuidarme más y a valorar cuando las personas que tengo a 
mí alrededor me dicen que estoy muy guapa, porque mi problema era que 
siempre dependía de las palabras dulces y lindas que podía llegar a decirme 
mi marido. De esa forma ahora me siento más segura de mí misma, me veo 
más linda y me siento atractiva cuando un hombre en la calle me dice algo 
dulce. 
Mi marido me ayudó mucho a superar los celos, él también asistió a un par de 
sesiones con el psicólogo y de esa forma logramos superar la crisis que 
teníamos. En la actualidad reconozco que tengo celos pero ya son como los de 
antes, trato de tener pensamientos alternativos y de ver las cosas de otra 
manera, de ésta forma ya no tenemos las discusiones que teníamos antes. 
30 
 
Me siento muy contenta de haber elegido éste centro y agradezco a mi 
psicólogo por haberme ayudado y orientado en ésta situación, considero que 
hacer terapia ayuda mucho, ser constante en las sesiones y tener voluntad 
sirve para vivir mejor. 
Muchas gracias. 
Mariela. 
Eva, 40 años. Infidelidad (21 sesiones) 
Hay una serie de problemas sobre los que tenía claro cuál es la solución, hasta 
que un día me encontré de cara con uno de ellos 
Infidelidad igual a separación 
Esa era la teoría pero ya no estaba tan claro, yo sentía otra cosa. Necesitaba 
pensar, que me ayudaran con el dolor, con el caos, a enfrentarme a nuevos 
sentimientos: celos, desconfianza, baja autoestima. 
Encontrado a profesionales que han sabido escucharme, orientarme y sobre 
todo a que decidiera libremente que es lo que quería hacer, a poder pasar 
página y a mirar el presente y el futuro desde una perspectiva más serena y 
madura. 
Rosa, 20 años. Fobia social y Baja autoestima (18 sesiones) 
Llevaba tiempo, demasiado tiempo que todo lo veía muy negra (una mierda, en 
perdón) .Había perdido las ganas de salir, de vivir. Mi cama se convirtió en el 
principal REFUGIO. Evitaba cualquier situación social: amigos, instituto, familia. 
Inventaba excusas, excusas... (A veces lloraba, bien casi cada día) 
Celebrar un fin de año, ir a clase, salir con los amigos, conocer gente y un largo 
etc., se me hacía muy duro, muchos nervios. Creía que todo el mundo me 
miraba, me juzgaba, etc. 
31 
 
Y todo sin saber el porqué. Un día MUY desesperada me acerqué a consulta. 
Enseguida me dijeron que no era "loca", ni "rara", ni "tonta". Vieron que tenía 
ANSIEDAD SOCIAL, Y enseguida planificamos un plan para tener estrategias y 
así luchar contra los pensamientos automáticos (todos muy negativos). Lo 
llamamos "Reestructuración cognitiva". 
Poco a poco, fui entienden porque evitaba situaciones sociales, y aprendí a 
prepararme para hacerle frente. Creí en la terapia, no tenía nada que perder. 
Y realmente, cada vez me sentía menos negativa, y estaba más motivada por 
auto superarse me y ganar la ansiedad. 
Con casi dos años, solucionar un problema que arrastraba desde la 
adolescencia. He aprendido que la ansiedad social tiene solución, pero hay que 
trabajar en ello. He aprendido que no todoel mundo nace optimista, pero se 
puede ser positivo. Y lo pongo en práctica cada día. 
Ahora tengo 25 años, y hace 4 que estoy en la flor de la vida, de verdad. 
 
Ana, 27 años. Tristeza y autoestima (52 sesiones) 
 
Me he de curar. Esta es la frase que se me repetía en la cabeza la primera vez 
que fui a un psicólogo, y me equivocaba. No es un concepto de "soy una 
persona enferma, tengo que curar", no hay una palabra mágica llamada 
ansiolítico que te hace entrar en una cómoda vida de FICCIÓN, artificial. No. 
No hay que engañarse, si quieres sentirte mejor has de querer y creerte lo que 
realmente vales. Hacer las cosas ahora, no mañana. No auto flagelado por 
haberse comido un bombón. No. Debes decirte y creerte que puedes vivir y 
estar mejor (porque es la verdad y porque es tu derecho de ser humano). 
Cambiando de pensamientos, de hábitos y creyendo convincentemente que 
uno vale, todo viene rodado. 
De ser una persona cerrada, tímida, bulímica, sintiéndome idiota, tonta y 
horrible entre otros calificativos más destructivos que éstos, sólo trabajando 
para olvidar la vida tan horrible que me había tocado (distorsión de la realidad) 
ir a terapia me ha hecho volver a ser una persona ... y aunque sé que no soy 
perfecta (ni ganas! ahora entiendo que las imperfecciones nos hacen lo que 
somos y nuestra identidad) SÍ creo que explotando los puntos fuertes, los 
32 
 
puntos débiles no me hacen sentir imperfecta. En todos los sentidos, a mí me 
ha cambiado la vida, y el mejor de todo es que mi vida, es REAL. 
Clara, 35 años. Control de la ira (25 sesiones) 
Pedí visita Al Psicólogo por un problema de control de la ira. Me ayudó mucho 
el planteamiento inicial de comprometerse a mantener las sesiones durante un 
tiempo determinado, tres meses por ejemplo, antes de tirar la toalla. 
Reconozco que me costó hacerlo, porque al principio crees que el gran 
esfuerzo que estás haciendo, explicándole tus problemas más íntimos a una 
persona que no conoces de nada, no tiene ningún resultado evidente. Me 
sorprendía mucho la sensación de lentitud, pues estaba impaciente por tener la 
solución y olvidarme del problema. Después entendí que era mi actitud la que 
retrasaba todo el proceso, pues yo era el que tenía que hacer, con la guía 
suave pero firme del psicólogo. El trabajo que hicimos juntos, con paciencia y 
esfuerzo, tuvo éxito, pues aunque la ira es un rasgo ligado a personalidades 
fuertes y difíciles de modelar, dejó de ser un problema para mí en unos cuantos 
meses. En ese momento, lo que supuso un cambio decisivo que condicionó 
completamente el desarrollo de mi proyecto vital, si bien claro. Estoy muy 
agradecido al gran trabajo que hicieron. Pienso que la terapia conductual bien 
aplicada es la única que te puede ayudar a ver las cosas desde otro punto de 
vista, consiguiendo finalmente no "controlar" la ira, si no hacerla desaparecer. A 
la vez, creo que la propia motivación, querer solucionar el problema a toda 
costa, es clave para continuar hasta el final y tener éxito. Buena suerte! 
María, 44 años. Síndrome de fatiga crónica (17 sesiones) 
 
La toma de contacto con la terapia cognitivo fue por medio de mi incorporación, 
hace algo más de un año, a la asociación de Síndrome de Fatiga Crónica de 
Manresa. Una de las actividades que ofrece la Asociación es la terapia de 
grupo, en la que el psicólogo aplica esta técnica. Me propusieron asistir. El 
médico que me diagnosticó el Síndrome de Fatiga Crónica también me la había 
recomendado mucho, así pues, sin dudar ni un segundo dije "sí" enseguida. 
Tanto mi estado físico como psíquico era lamentable. Llegué con una terrible 
33 
 
ansiedad, rabia, ira, impotencia. Mi cuerpo me había dicho "Basta, hasta aquí 
te he traído". Estaba perdida, confusa, sin rumbo y totalmente agotada. 
Aún recuerdo la primera sesión como si fuera ayer. El psicólogo me pidió en el 
que creía que podía ayudar a esta terapia y que quería conseguir. Fui incapaz 
de contestar, realmente no lo sabía. Las siguientes sesiones fueron toda una 
revelación para mí. El hecho de compartir experiencias y situaciones similares 
con mis compañeras de grupo, con las indicaciones que se podía cambiar, y el 
hecho también de darme cuenta que lo que me proponían funcionaba, hizo 
que, de repente, se me abrieran los ojos. 
Una buena parte del sufrimiento, de las exigencias, los patrones adquiridos, de 
los miedos y las emociones que hacía tiempo que arrastraba la podía cambiar 
siguiendo las pautas que nos iban dando. Sesión tras sesión veía ampliada mi 
esperanza y, por primera vez desde hacía 5 años, tenía la sensación de que 
empezaba a ir hacia la dirección adecuada. 
Le pedí al psicólogo de hacer, además, terapia individual para profundizar más 
en aspectos personales y familiares. 
Desde entonces, mi actitud y mi visión de las cosas ha cambiado radicalmente 
en todos los aspectos. Incluso mi familia me dice que no parezco la misma. 
Ahora sé y acepto que mi energía es muy limitada y por eso la invierto en lo 
que es verdaderamente importante para mí y para los míos. Sé que tengo 
mucho trabajo por delante, pero también sé que con la ayuda de toda esta 
gente maravillosa que me apoyan y con un poco de esfuerzo por mi parte voy 
haciendo mi camino día a día. 
Quiero agradecer toda la ayuda que estoy recibiendo y sin la cual no me habría 
mejorado. 
Gracias de todo corazón. 
 
Laia, 31 años. Dudas de pareja y ansiedad (21 sesiones) 
 
Cuando llegué a la consulta me sentía muy baja de moral, desorientada, con 
muchas dudas y un alto grado de ansiedad, me costaba dormir por las noches 
y a menudo tenía sentimientos de culpabilidad. 
34 
 
El problema principal que me hizo decidir ir a un psicólogo fue la relación que 
tenía con mi pareja, esta relación era aparentemente ideal pero, aún así, no me 
sentía enamorada, no tenía ilusiones en un futuro y tenía falta de deseo sexual. 
Esto se agravaba con los recuerdos frecuentes de mi antigua relación. Me 
costaba salir adelante y aclarar mis sentimientos. 
A lo largo de las sesiones analizamos mi personalidad, el modelo de pareja que 
yo tenía con mi actual pareja y las probabilidades de éxito. A lo largo de las 
sesiones descubrí que la causa de mis dudas era la fuerte exigencia en verso a 
mí y en verso los que me rodean y una observación excesiva sobre todos los 
aspectos de mi vida. Con el tiempo entendí que tantas dudas no me dejaban 
avanzar y que debía desbloquear todo este proceso. Finalmente, después de 
muchas charlas y de analizar varios aspectos, decidí terminar con esta 
relación. Dar el paso fue costoso y muy duro pero actualmente me encuentro 
bien, en armonía conmigo misma y sé que me espera un futuro diferente, en el 
que sabré relativizar las dudas, leer en mi corazón y dar pasos pequeños pero 
firmes. Y sobre todo, seguir adelante, continuar el camino y encontrar buenas 
razones para sentirme feliz. 
PORQUE ALGUNAS TERAPIAS FRACASAN 
Existen distintos motivos por los cuales una terapia puede fracasar o ser 
contraproducente (agravar el/los problema/s que presenta la persona). A 
continuación citamos algunos de los más frecuentes ya que explican los 
abandonamientos y fracasos terapéuticos que tenemos (un 18,23% de los 
casos): 
1- El/la paciente no respeta el tiempo de tratamiento. Quiere mejorar en un 
tiempo que su problema no permite. 
2- El/la paciente busca “curarse” o mejorar sin esfuerzo ni implicación. Por 
ejemplo, no realiza las tareas ni aplica las estrategias que proponemos entre 
sesiones. Busca la varita mágica. 
35 
 
3- El/la paciente es muy rígido en sus pensamientos o creencias provocando 
una gran resistencia al cambio. No hace caso de los consejos y opciones del 
psicólogo o no pone en duda los propios pensamientos. 
4- El/la paciente no tiene confianza en el cambio y piensa que “yo soy así” o 
que las personas no cambiamos. Piensa que lo que tiene es genéticoo innato. 
5- El/la paciente puede ser autodestructivo/a.: puede tener mucha tendencia a 
la negatividad y a la pasividad. 
6- El/la paciente no confía en la psicología. 
7- El/la paciente no quiere mejorar porqué encuentra ventajas en su manera de 
ser. Puede ser victimista. 
8- El/la paciente no acepta que el psicólogo le diga ciertas cosas. No acepta 
poner en duda ciertas creencias o principios con el objetivo de mejorar su 
estado. 
9- El/la paciente no sabe cómo funciona una terapia y quiere hacer un 
tratamiento a su medida. 
10- El/la paciente se muestra muy exigente en la terapia. Cuestiona las 
técnicas y el tiempo creando un clima de tensión que provoca un mal trabajo y 
una mala relación terapéutica, dinamitando el tratamiento. 
11- El/la paciente presenta una baja capacidad intelectual o cultural. 
12- El/la paciente presenta una baja capacidad de introspección o de análisis: 
no sabe ver de dónde provienen las emociones que siente y no sabe analizarse 
a si mismo/a. 
13- La limitación de la psicología en la mejoría o curación de determinados 
trastornos. 
14- La cronicidad del problema y las recaídas habidas. 
36 
 
15- Determinados trastornos y dificultades que por su tipología presentan 
algunos de los factores anteriormente mencionados. 
16- Algunos trastornos que presentan un mal pronóstico por si solos. 
17- Algunos rasgos de personalidad o de carácter del /la paciente que dificultan 
la terapia: dependencia, falta de fuerza de voluntad, impaciencia, rigidez, 
exigencia, impulsividad, susceptibilidad, suspicacia,… 
18- No se establece una buena relación terapéutica psicólogo-paciente. 
Aconsejamos que una persona que quiere iniciar una terapia, tenga que tener 
en cuenta estos puntos con el objetivo de favorecer un tratamiento eficaz así 
como saber “qué es una terapia” y “qué es la psicología”. Información que 
Ahora. 
EJEMPLOS DE FRACASOS Y 
ABANDONAMIENTOS 
Pedro, 37 años. Insomnio grave. 
El paciente abandona la terapia y acude a otra psicóloga después de 16 
sesiones habiendo empeorado mucho su estado de ansiedad, depresión e 
insomnio. No funcionan las estrategias para el insomnio. Él siempre nos pide 
nuevas estrategias. 
Su extrema rigidez mental le hace obsesionarse en estar bien de inmediato y 
esto le provoca un deterioramiento severo. No tiene capacidad de introspección 
diciendo: “los pensamientos están ahí”. Además presenta problemáticas de 
fondo importantes que niega i no deja trabajar en la terapia. El insomnio es un 
síntoma de su estado interior. 
 
 
37 
 
María, 31 anos. Depresión. 
La paciente abandona la terapia después de 06 sesiones porqué no respeta el 
tiempo de terapia. Serían necesarias más de 20 sesiones para tratar 
eficazmente su problemática. Además, la paciente no confiaba en el cambio ni 
en la psicología y venía a conformar que fuera “un caso perdido”. En este caso, 
ella misma destruye su vida e impide la posibilidad de mejorar. 
La causa de la depresión era debida a un trastorno paranoide con pronóstico 
grave. 
 Silvia, 41 años. Impulsividad. 
Paciente que presenta una gran impulsividad que le hace abandonar la terapia 
al cabo de 07 sesiones. La propia impulsividad impide trabajar los problemas y 
tener éxito. Presenta un estado de ansiedad y de depresión como 
consecuencia de la impulsividad. 
 Nuria, 36 años. Inmadurez. 
Paciente que continúa buscando su “príncipe azul” después de 3 relaciones 
largas llenas de sufrimiento y malos tratos. Se niega a renunciar el concepto 
waltdisneyano y abandona la terapia al cabo de 12 sesiones enfadada y con 
mucha irascibilidad contra el psicólogo (el cual representa el mundo real). Su 
proceso depresivo continúa porqué vive de espaldas a la realidad. 
Jordi, 43 años. Depresión e irascibilidad (megalomanía) 
Paciente que piensa que “el mundo es una mierda” y que no puede ser feliz de 
ninguna manera. Después de 45 sesiones, se convence que ni la psicología le 
puede ayudar y esto le hace convencerse de que es un “caso perdido”. En el 
fondo, él nunca ha hecho el esfuerzo para variar su vida ni sus creencias 
buscando continuar el proceso autodestructivo. 
 
38 
 
Anna, 35 años. Vaginismo 
Podríamos decir que la terapia fue exitosa por su problema de vaginismo pero 
no se concluyó. Se realizaron 17 sesiones y la paciente, que al principio había 
probado en 2 otros centros, mejora progresivamente su disfunción hasta el 
punto de haber eliminado el vaginismo. Pero el problema está en cuando tiene 
de mantener una relación con penetración con su marido. Aquí es dónde 
observamos una gran resistencia de la paciente que habiendo superado el 
vaginismo no le queda ninguna otra razón que aceptar los argumentos que el 
damos de que existe una problemática de pareja encubierta o de que no 
quiere a su marido. Ella deja de acudir a la las sesiones después de este 
comentario. 
Creemos que la paciente no quiso aceptar la dura realidad ya que ella en la 
última sesión, nos dijo que no podía ser tan valiente como para volver a 
empezar su vida. El vaginismo era, en este caso, un síntoma de una pareja 
muerta. 
 Marc y Elba. 40 y 37 años. Problemas de pareja. 
Acuden 07 sesiones en la, sólo 4 sesiones conjuntas y el resto individuales. 
Hace 6 meses que se conocieron y se fueron a vivir juntos. Presentan una 
incompatibilidad casi total en muchos aspectos pero ellos quieren continuar 
juntos a pesar del daño que se están provocando. Elba boicotea 
constantemente la terapia y a la 07 sesión les comentamos que no vemos 
ninguna posibilidad que puedan vivir tranquilos, aconsejando la separación. No 
la aceptan. 
(Este caso no lo podríamos considerar como un fracaso terapéutico porqué 
pudimos aconsejar la separación después de un proceso objetivo, pero lo 
comentamos para ver que no logramos lo que nos pedía la pareja: continuar 
juntos. La psicología persigue el objetivo de ayudar a ser felices a las personas. 
En este caso, lo mejor para la felicidad de cada uno era la separación). 
39 
 
A continuación adjuntamos algunos de los programas que hemos elaborado a 
lo largo de estos años, así como una muestra de los artículos que hemos 
publicado. Estos trabajos son el resultado de la colaboración con asociaciones 
de nuestro país y de nuestras especializaciones dentro del campo de la 
psicología clínica. 
TERAPIA PSICOLÓGICA PARA AFRONTAR 
INTERVENCIONES FÍSICAS 
 
Es un gabinete privado de psicología clínica que sigue una orientación 
cognitivo-conductual. Esta es la corriente actual mayoritaria y se ha mostrado 
muy eficaz para tratar la mayoría de trastornos psicológicos. 
 
El objetivo principal por el que fue estamos presentes es el de ofrecer un 
servicio psicológico especializado para mejorar la calidad de vida de las 
personas. 
Ofrecer un apoyo psicológico a las personas que debían someterse a un 
trasplante o que ya la habían sufrido era nuestra carta de presentación. La 
dirección se mostró muy interesada en establecer una colaboración para 
ofrecer apoyo psicológico a todos los miembros del Club y familiares que lo 
desearan. 
Los trasplantes son situaciones poco habituales y complejas. Generan en la 
mayor parte de personas un gran estrés e inestabilidad emocional, así como 
muchas preguntas y muchos miedos: Miedo al dolor, a sufrir más operaciones, 
a la esperanza de vida, la muerte, el rechazo a un órgano no propio y el cambio 
de condiciones vitales, entre otros. 
En el momento en que los médicos comunican que una persona necesita un 
trasplante es cuando surge la ansiedad. 
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En muchos casos aparece un trastorno de ansiedad y/o afectivo como 
consecuencia de la nueva situación. Los pensamientos negativos suelen 
colapsar la mente en estos momentos. 
Mantener un buen estado de ánimo, reducir la ansiedad y asimilar el problema, 
superando la rabia y la impotencia iníciales, son imprescindibles para afrontar 
todas las pruebas e ingresosprevios, disminuir su impacto y favorecer una más 
rápida preparación a la operación. Las personas más cercanas pueden sentirse 
igual o peor que el enfermo por no saber darle un apoyo eficaz. Es en este 
periodo donde la terapia psicológica puede ayudar al afectado y a sus 
familiares a no sentirse colapsada, desesperanzada y atemorizada, 
proporcionándole información (siempre de acuerdo con su médico de 
referencia), reestructurando los temores y los pensamientos negativos y 
proporcionándole estrategias. 
En el post-operatorio es muy importante el estado de ánimo para poder agilizar 
la recuperación. Una mente serena, esperanzada y tranquila favorecerá una 
mejor y más rápida recuperación post-operatoria y una mayor esperanza de 
vida. Desde la aquí queremos felicitar al Club y a todos los miembros que 
forman parte por la gran labor que está llevando a cabo ayudando a personas 
que como ustedes se han de enfrentar a un trasplante de hígado o algún otro 
tipo de órgano. 
Los animamos a continuar con esta energía y estas ganas de vivir. Felicidades! 
VIVIR UNA RELACIÓN DE PAREJA SALUDABLE 
Hoy en día nos encontramos ante la sensación de que las parejas están en 
crisis. Varios especialistas dicen que no es cierto y otros afirmamos que existe 
la misma crisis que ha habido siempre. 
Lo que es diferente, según nosotros, es que la gente ya no sufre tanto en 
silencio a pesar de vivir, muchos, instaurados en el sufrimiento. 
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La gente tiene más opciones para poder establecer límites, contrastarlo con el 
entorno, hablar, hacer una terapia o separarse. 
Se acepta cada día más que es un campo complejo porque las relaciones 
humanas son complejas y más aún las relaciones íntimas donde hay 
depositadas muchas expectativas. Vivir en pareja es una tarea difícil. Una de 
las más difíciles a las que nos podemos enfrentar en la vida. Deben darse 
muchos elementos para hacer una convivencia plácida y agradable. El proceso 
de selección es esencial para evitar caer en una relación llena de malestar. 
Pero antes hay que tener definida qué características queremos en el otro 
además de qué tipo de relación queremos establecer. 
Hemos observado que mucha gente no es consciente de la importancia de 
tener pensado qué concepto de relación quiere. Pero sí hemos detectado que 
muchas personas tienen claras qué características quieren en el otro/a. 
Desgraciadamente, muchas de ellas son utópicas y este es uno de los 
aspectos que explica que haya tantas parejas no armónicas y por tanto, con un 
cierto grado de discrepancias. 
Encontramos claramente en nuestra sociedad, la premisa cultural aceptada de 
"pareja=felicidad". Por tanto, todo está justificado para tener pareja. Quien tiene 
pareja tiene asegurada la felicidad. 
Este es uno de los grandes mitos, un gran error cultural que confunde a las 
personas en su búsqueda de los objetivos vitales. Les hace perder el norte. 
Hemos tenido muchos casos donde los pacientes lo han dejado todo por una 
persona. Una gran temeridad. 
Un atentado a la inteligencia y a la fórmula de la felicidad que todos 
deberíamos tener. Nada justifica perder todo. Pero la fuerza y el peso de 
nuestras tradiciones, junto con el deseo innato del vínculo afectivo (como dice 
Erich Fromm en "El arte de amar"), nos encaminan hacia esta gran presión que 
debe soportar cualquier relación. 
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Si todas las expectativas pasan por un lugar, aquél se presiona, se desgasta y 
se rompe fácilmente. Como decimos desde la psicología, el placer también 
satura, si es en exceso. Cualquier persona que tenga una buena fórmula de la 
felicidad, unos buenos ingredientes, nunca dependerá de una relación de 
pareja, de una amistad o un hobbies importante. No será dependiente de nada. 
Siempre sabrá reorientar su vida y sabrá que podrá ser feliz a pesar de no 
tener una pareja. 
Este es un punto crucial que trabajamos con las personas que vienen con 
problemas de relación. 
Una gran pregunta a hacerse para trabajar dudas o problemas en una relación 
es: "¿Qué es para ti la vida?". A partir de aquí todo se puede entender mejor y 
clarificar el proceso. 
Robert J. Sternberg establecía 10 puntos para dotar de felicidad y armonía una 
pareja. La comunicación, el apoyo, la empatía, los valores compartidos, la 
filosofía de vida, la dinámica de las discusiones, y un largo etcétera de 
aspectos que defendemos también. 
Las relaciones de pareja deben estar basadas en el respeto y en la 
compenetración, la flexibilidad y la tolerancia. Se aceptan los malos momentos 
para construir mejor la relación y nunca se debe perder de vista la utilidad de la 
soledad y la independencia para oxigenar la relación. 
Es imprescindible adquirir estrategias, muchas veces a trompicones, para 
poder vivir en pareja. Quien no haga un proceso de análisis de sí mismo o de la 
relación, difícilmente tendrá una pareja satisfactoria. 
Trabajamos con muchas tipologías de pareja. Las tradicionales, alternativas, 
cerradas, rígidas... todas pueden tener sus pros y contras. 
Lo que siempre se debe tener en cuenta es que la pareja nunca puede sacar 
autonomía, autoestima o autorrealización a la persona. Los límites o la dignidad 
son imprescindibles, como dice el experto Walter Riso. 
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Si tiene en cuenta lo que hemos mencionado, será muy probable que sean 
felices en su relación y que no esté como mucha gente, viviendo una condena. 
ANÁLISIS DE LAS CRISIS DE RELACIONES DE 
PAREJA ACTUAL 
Venimos estudiando cuáles son los motivos que explican por qué una pareja 
entra en crisis o se separa. Hemos asistido a congresos, seminarios, debates, 
tertulias sobre estos temas a la vez que hemos leído una serie de libros de 
psicólogos, filósofos, médicos y economistas que mencionan algunos factores. 
En este artículo, nos centramos en los factores sociales (externos) y no en los 
propios (internos) de una dinámica de pareja. A continuación os mostramos 
una serie de factores que afectan a las parejas actuales y que pueden explicar 
el gran porcentaje de rupturas o conflictos 
-Satisfacción inmediata de deseos y expectativas de nuestra sociedad actual. 
-Mucha necesidad de autorrealización en diversas áreas de la vida. 
-Intolerancia al sufrimiento o malestar vital. 
-Intolerancia al sufrimiento propio de una crisis o mal momento en la pareja 
(menos paciencia). 
-Aumento del egoísmo e individualismo. 
-Cambio de valores sociales y culturales. 
-Expectativas muy elevadas respecto a la pareja y la relación (exigencia). 
-Independencia económica y cultural de la mujer: adiós a la sumisión y 
represión. 
-Menos represión sexual (sobre todo femenina) debido a la pérdida de peso de 
la religión y los valores morales. Aceptación del instinto sexual humano. Deseo 
de experimentación de ambos sexos. 
-Más oportunidades de conocimiento de otras personas a través de nuevas 
tecnologías y de más movilidad e interacción de las personas: aumentan los 
enamoramientos alternativos y las infidelidades (sobre todo femeninas). 
-La sociedad proporciona otras opciones para ser felices: gran repertorio de 
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actividades lúdicas y estilos de vida como los "singles" o grupos de amigos. 
-No tanta idealización en las relaciones de pareja. 
-Progresiva aceptación social de las separaciones como "algo natural". 
-Ventajas y facilidades legales y económicas cada vez más amplias para 
separarse. 
-La pareja ya no es una seguridad económica y emocional imprescindible. 
-El cambio en el modelo de familias y la entrada de la familia mono parental. 
 
Sin embargo, hay parejas que se deberían separar por el grado de sufrimiento 
y malestar que tienen y no lo hacen. Estas son algunas de las causas: 
-Miedo a la soledad. 
-Miedo a la vejez, enfermedades. 
-No aceptar el fracaso. 
-Amarse todavía. O uno de los dos ama al otro. 
-Pérdida de estatus económico o social. 
- "El qué dirán" los demás. 
-Problema económico de supervivencia de uno delos dos o los dos. 
-Problema de vivienda. 
-Ser compañeros de trabajo y que uno de los dos tenga que dejarlo. 
-Uno depende económicamente del otro. 
-Pérdida entorno: familiares, amigos. 
-Repercusiones a terceros: especialmente los hijos. 
-No disponer de proyecto vital. 
-No tener estrategias de autonomía. 
-La gran inversión que se ha hecho en la relación: emocional, económica, 
proyecto de futuro. 
-La historia común. 
-No tener una tercera persona "a punto" para sustituir la pareja y evitar el 
sufrimiento. 
-No tener oportunidades de conocimiento de otras personas. 
-No poder contrastar la relación con otras tenidas. 
-Pensar que con otra persona, pasará lo mismo. 
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-Pensar que pareja = felicidad y que no se puede ser feliz sin pareja. 
-Renuncia a ser feliz. 
-Una baja autoestima. 
AFECTACIÓN PSICOLÓGICA POR MOOBING 
El acoso laboral es un conflicto que como muchos otros disfruta de la 
colaboración directa e indirecta de muchos cómplices. 
Los medios de comunicación son un ejemplo, ya que a menudo hacen saltar la 
alarma sobre el acoso en diferentes ámbitos: bien sea escolar, laboral o 
familiar. 
El hecho de que se den a conocer estos fenómenos de origen social, ayuda a 
su concienciación, prevención y confrontación, así como a agilizar que se 
contemple a nivel legal y judicial. 
En muchas ocasiones hemos podido observar desde nuestro ámbito 
profesional de la psicología la repercusión de los medios de comunicación. 
Ésta consiste en un aumento considerable de las demandas de atención por 
malos tratos, abusos a menores, u otras problemáticas. Todas ellas se 
plantean la necesidad de "salir a la luz" y solicitar ayuda gracias a una película 
o documental que provoca un eco en la sociedad. 
De modo que no podemos despreciar la función que desempeñan. Sin 
embargo tratar de forma superficial la problemática, o crear una alarma social 
puede generar confusión social que a largo plazo minimiza su importancia. Por 
ello es necesario hacer un filtro de aquella información que puede llegar a 
distorsionarla hasta llegar a provocar el efecto contrario e infravalorarlo. 
El acoso laboral es un proceso destructivo para la autoestima de la persona. 
Ésta es una consecuencia que podría ser común a otras problemáticas que 
tienen su origen en el ámbito laboral, pero no por ello las debemos confundir 
porque requieren de tratamientos diferentes. A continuación enumeraré 
algunos de los principales conflictos laborales: 
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- Podemos encontrar problemáticas puntuales debido a cambios de funciones o 
condiciones. 
- Un enfrentamiento con alguna persona concreta de la misma categoría 
profesional. 
- Una dirección que hace un abuso de poder de manera indiscriminada a todos 
sus trabajadores. 
- Estrés laboral para intentar alcanzar o mantener un rendimiento. 
- Síndrome del quemado que se caracteriza principalmente por una 
desmotivación. 
Todas ellas tienen en común con el acoso laboral que se originan en el ámbito 
del trabajo y que pueden provocar periodos de ansiedad, depresión y baja 
autoestima, con las consecuentes bajas laborales. Sin embargo lo que 
caracteriza al acoso laboral, y lo hace más denigrante si cabe, es que consiste 
en un mal trato manifiesto o encubierto, de forma constante hacia una persona 
específica, que se prolonga en el tiempo y que persigue el objetivo de eliminar 
a esa persona de su lugar de trabajo. 
En un principio, este proceso provoca una desconfianza laboral en su propio 
trabajo, hasta alcanzar un deterioro grave de la autoestima. 
Habitualmente este tipo de procesos nacen en un medio favorecedor, donde 
abunda una directiva desprovista de habilidades de gestión saludables, con 
muchos conflictos laborales y un medio laboral precario. 
Cuando las personas afectadas dejan de auto culparse por lo que está 
sucediendo, pueden tomar conciencia del proceso al que han sido sometidos. 
Es entonces cuando empiezan a contemplar la idea de solicitar ayuda. Pero 
suelen encontrarse con un escaso reconocimiento del fenómeno y de los 
recursos necesarios para tratarla, tanto a nivel sanitario como legal. 
Para que estas personas víctimas de este tipo de acoso recuperen su 
autoestima y vuelvan a disfrutar de una calidad de vida saludable, requiere 
habitualmente la intervención de un profesional de la Psicología. Y para ello 
depende de la sensibilización social necesaria para que llegue a recurrir a él y 
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seguir avanzando en su erradicación. Por todo ello es necesario dar a conocer 
esta problemática sin por eso caer en el mal uso o trivialización del problema. 
EL USO DEL DIAGNÓSTICO PSICOLÓGICO 
 
Diagnóstico: "Calificación que da el médico a la enfermedad por los 
signos que muestra". 
Diccionario de la Real academia de la lengua española 22 ª ed. 
Esta es la definición que podemos encontrar de diagnóstico en el diccionario. 
El diagnóstico se refiere tanto a las enfermedades físicas como psíquicas. El 
objetivo de diagnosticar es clasificar los síntomas en trastornos, y estos 
agruparlos en familias, para facilitar su estudio y conseguir el tratamiento más 
adecuado. Es una herramienta imprescindible para la comunicación entre 
profesionales, y para la sociedad en general. Con una sola palabra podemos 
entender muchas veces el origen, el desarrollo, la sintomatología actual y la 
evolución aproximada. Podemos decir que es "fácil" y nos facilita. 
La incertidumbre, la ambigüedad, son de las fuentes de estrés más elevados 
que podemos sufrir. Un ejemplo donde se pone de manifiesto son los 
testimonios de padres con hijos desaparecidos que al cabo de cuatro años 
"sólo quieren saber, lo que sea, pero saber". Por eso, cuando no sabemos qué 
nos pasa nos angustiamos, y aún empeora más la sintomatología. El hecho de 
tener un "nombre" nos permite poder anticipar mínimamente, sabemos con qué 
nos enfrentamos. Pero todo esto llevado a un extremo llega a ser perjudicial. 
Las clasificaciones en general nos dan tranquilidad, creemos saber lo que es y 
lo que no es. De esta forma alimentamos nuestra fantasía de "control". Cuanta 
más sensación de control tenemos, menos miedo sentimos, y más aumentan 
los diferentes sistemas de clasificación. Podríamos decir que el grado de miedo 
de una sociedad se puede medir por su número de sistemas de clasificación. 
Pero los sistemas fallan, los diagnósticos pueden fallar. El error fundamental 
consiste en creer que un diagnóstico te dice lo que es y lo que no podrá llegar a 
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ser. Esto provoca que nuestras expectativas sobre esa persona queden 
limitadas a su diagnóstico, sin estimular y explotar sus posibilidades reales. 
- Un esquizofrénico, es una persona con esquizofrenia. 
- Un discapacitado, es una persona discapacitada. 
 
Podríamos decir que es un simple cuestión léxica, pero no se queda sólo aquí, 
sino que también cuando nos relacionamos con él lo hacemos con "el 
esquizofrénico o la discapacidad"; ignorando todo el resto de su persona. 
En los casos de patología dual este problema se complica un poco más. Una 
persona diagnosticada con discapacidad y un trastorno de personalidad, en 
algunos casos será tratada como discapacitada (por .ejm cuando es 
incapacitada judicialmente), otros como trastorno de personalidad (por .ejm 
cuando accede a un centro de día psiquiátrico) , pero difícilmente será tratada 
su persona de forma íntegra. 
Cuando tratamos con ella la intentamos explicar las cosas de forma simple, 
lenta, haciéndole entender las consecuencias de sus actos. Y nos 
sorprendemos cuando de repente un día, nada de lo que hemos hecho hasta 
ahora funciona. Sin darnos cuenta hemos ido creando la expectativa de un 
aprendizaje lento, pero lineal, progresivo, que sería propio de un discapacitado. 
Pero en cambio no sería propio de un trastorno de personalidad, donde éste 
hace una interferencia en todos los aspectos de su vida, y el aprendizaje no es 
lineal. 
Para atender

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