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DIARTROSIS

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Malen Horue Histología-Primero Año 2016 
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caracteriza por una gran fortaleza unida a cierta movilidad limitada, como en la sínfisis del 
pubis o los discos intervertebrales. 
 
DIARTROSIS 
En las diartrosis (articulaciones sinoviales) el movimiento ocurre entre superficies 
deslizantes opuestas separadas por una cavidad articular aislada del medio exterior por 
una cápsula articular, por lo que las superficies articulares no están fijas sino que solo en 
contacto. La articulación está totalmente cubierta por una cápsula fibrosa que a su vez 
posee un revestimiento interno de membrana sinovial; dentro de la cápsula fibrosa se 
halla la cavidad articular, que está ocupada por un líquido articular viscoso denominado 
líquido sinovial; éste hace que el coeficiente de fricción entre las superficies articulares 
sea muy bajo, las cuales están recubiertas por una capa de cartílago hialino denominado 
cartílago articular. Es posible encontrar diversas estructuras intraarticulares de cartílago 
fibroso en forma de discos articulares, meniscos y rodetes articulares; y pueden hallarse 
almohadillas adiposas intraarticulares entre la cápsula fibrosa y la membrana sinovial. 
El cartílago articular es un tipo especializado de cartílago hialino que recubre las 
superficies articulares, proporcionándoles una característica lisa, resistente, comprensible, 
elástica y con escasa fricción. Con la edad, éste se hace más delgado, duro y frágil. 
El líquido sinovial es un ultrafiltrado del plasma sanguíneo, transparente o de color 
amarillo pálido. Tiene como función lubricar las superficies articulares para que puedan 
moverse casi sin fricción entre ellas. 
La membrana sinovial constituye la capa interna de la cápsula articular y recubre todas 
las superficies internas de la cavidad articular, a excepción del cartílago articular. Ésta se 
fija a los bordes del cartílago articular. 
La cápsula articular fibrosa forma un manguito o capa exterior alrededor de la 
articulación y se compone de tejido conectivo denso. Se fija a los huesos que participan 
en la articulación a cierta distancia del cartílago y se continua con el periostio. A menudo, 
contiene varios engrosamientos de haces de fibras paralelas denominados ligamentos 
articulares, que ayudan a mantener unidos los huesos. Al estar formados por haces de 
fibras colágenas, tanto la cápsula como los ligamentos son a la vez muy resistentes a la 
tracción y muy flexibles, por lo que no interfieren en los movimientos articulares normales. 
 
TEJIDO ÓSEO 
El tejido óseo es un tejido conectivo altamente especializado. Al igual que el 
cartilaginoso, es un tejido de sostén que se caracteriza por su resistencia a la tracción y 
presión; pero en contraste, es más duro, está vascularizado y se renueva 
constantemente. Está formado por células y sustancia intercelular que sufre calcificación, 
lo que le proporciona dureza. El hueso puede organizarse como hueso esponjoso 
(epífisis de los huesos largos) o como hueso compacto (diáfisis). 
El hueso se halla recubierto por una capa de tejido conectivo denso llamado periostio, y 
el canal medial y el tejido óseo esponjoso están recubiertos por una fina capa de tejido 
conectivo llamado endostio. El periostio está formado por una capa interna de tejido 
conectivo laxo ricamente vascularizado que contiene a las células osteoprogenitoras y por 
una capa externa de tejido conectivo denso con vasos sanguíneos de mayor tamaño que 
se ramifican hacia los conductos de Volkmann; existen haces de fibras de colágeno que 
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unen al periostio con el resto del hueso denominadas fibras de Sharpey. El endostio es 
más delgado que el periostio y está compuesto por una única capa de células alargadas. 
En el tejido óseo hay cuatro tipos de células: células osteoprogenitoras, osteoblastos, 
osteocitos y osteoclastos. Las células osteoprogenitoras tienen la capacidad de 
dividirse y diferenciarse en células óseas maduras; son fusiformes y tienen núcleos ovales 
claros; se encuentran en el endostio y en el periostio. Los osteoblastos son células 
cúbicas que forman láminas en la superficie del hueso; su citoplasma es muy basófilo y el 
núcleo posee un nucléolo excéntrico; producen matriz ósea, quedando incluidos en ella y 
transformándose en osteocitos. Los osteocitos derivan de los osteoblastos; se ubican en 
lagunas alargadas llamadas osteoplastos; tienen núcleos pequeños con cromatina poco 
condensada. Los osteoclastos son células gigantes multinucleadas; se ubican en 
cavidades de la superficie ósea denominadas lagunas de Howship; y tienen como función 
degradar el hueso. 
La osificación implica la formación de tejido óseo y siempre tiene lugar cuando los 
osteoblastos sintetizan y secretan matriz ósea orgánica que poco después se mineraliza. 
El sitio del hueso donde se inicia la formación ósea se denomina centro de osificación, 
siendo el primer punto el centro de osificación primario y los posteriores puntos los 
centros de osificación secundarios. Existen 2 formas: osificación intermembranosa, en 
la que el desarrollo del hueso se produce directamente en el tejido conectivo primitivo del 
feto (mesénquima); y osificación endocondral, en la que el desarrollo del hueso se 
produce sobre un molde preformado de cartílago. 
 
TEJIDO ÓSEO COMPACTO 
La unidad estructural del hueso compacto es el sistema de Havers u osteona, 
constituida por un canal central longitudinal por el que corren capilares y filamentos 
nerviosos amielínicos denominado conducto de Havers. Rodeando a este conducto se 
encuentran laminillas óseas concéntricas que representan la sustancia intercelular 
formada por matriz orgánica (constituida por escasa sustancia fundamental amorfa y 
abundantes fibras colágenas que se disponen en forma ordenada y paralela) y sales 
inorgánicas. 
Entre las laminillas se encuentran los osteocitos, ubicados en lagunas llamadas 
osteoplastos que se comunican entre sí y con el conducto de Havers por medio de los 
canalículos óseos a través de los cuales llega la nutrición a los osteocitos. Los 
conductos de Havers se hallan comunicados entre sí y con los vasos del periostio y del 
endostio por medio de conductos transversales u oblicuos llamados conductos de 
Volkmann. 
 
TEJIDO ÓSEO ESPONJOSO 
El hueso esponjoso está constituido por una malla de trabéculas anastomosadas entre 
sí, con espacios intertrabeculares en los que se encuentra médula ósea. 
 
TEJIDO NERVIOSO 
El sistema nervioso, junto con el sistema endócrino, son los dos grandes sistemas 
coordinadores e integradores del organismo. El sistema nervioso funciona como una 
complejísima red que se caracteriza por su gran velocidad y se divide anatómicamente en

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