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Malen Horue Histología-Primero Año 2016 90 Los párpados son pliegues móviles de la piel que se extienden por encima de la parte anterior del globo ocular; correspondiéndose con la curvatura del globo ocular ambos párpados son convexos hacia adelante, especialmente el párpado superior que es mayor que el inferior. De esta manera cumplen con funciones de protección, y además ayudan a la pupila a limitar la cantidad de luz que penetra en el ojo. Histológicamente, poseen algunas capas, que de afuera hacia adentro son: la piel, una capa subcutánea, el músculo orbicular (porción palpebral), el tarso y el séptum orbitario, además de la conjuntiva. La piel es extremadamente delgada y elástica, presenta vellos finos con sus correspondientes glándulas sebáceas y posee además gran cantidad de glándulas sudoríparas ecrinas. La piel de los párpados es bastante pigmentada y se observa la presencia de numerosos melanocitos en la epidermis. La capa subcutánea es muy laxa y contiene escaso tejido adiposo. La porción palpebral del músculo orbicular de los párpados constituye el músculo de “cierre del ojo”, que como una delgada lámina de fibras musculares concéntricas está ubicado entre la piel y el tarso, al que está unido por tejido conectivo en forma laxa. El tarso y el septum orbitario representan el esqueleto palpebral, puesto que se componen de tejido conectivo denso rico en colágeno. Los bordes convexos superior e inferior en los tarsos superior e inferior, respectivamente, se continúan con el septum orbitario por medio del cual se fijan también a los bordes superior e inferior de la cavidad orbitaria. Incluidas en el tarso se encuentran las denominadas glándulas tarsales o de Meibomio, que son sebáceas modificadas muy grandes sin relación con folículos pilosos. Cada glándula está formada por un tubo largo recto que recorre verticalmente toda la altura del tarso hasta desembocar mediante un pequeño orificio en el borde libre del párpado, inmediatamente por delante de la superficie posterior. Desde el tubo principal parten numerosas ramificaciones que contienen los terminales saculares, y las glándulas distribuidas en una única hilera en cada tarso ocupan casi todo su espesor. La secreción grasa de las glándulas tarsales lubrica los bordes de los párpados e impide así que éstos se adhieran, y que el líquido lagrimal rebase los límites palpebrales, con lo que se protege a la piel de la maceración; además, la secreción hace que el saco conjuntival sea impermeable cuando están “cerrados los ojos”. Desde el borde libre de los párpados, por delante de la desembocadura de las glándulas tarsales, parten las pestañas en 2 o 3 hileras irregulares. Las pestañas son cortas y gruesas, existiendo más largas y numerosas en el párpado superior. A las pestañas están unidas glándulas sebáceas denominadas glándulas ciliares, localizadas cerca de los bordes libres de los párpados: estas son bastante grandes (aunque menores que las glándulas tarsales) y tienen las mismas características que muchas de las glándulas sebáceas relacionadas con pelos en otros sitios. Por último, entre los folículos pilosos de las pestañas se encuentran algunas glándulas sudoríparas apócrinas grandes, las glándulas de Moll, que se abren sobre los bordes palpebrales entre las pestañas o en la parte superior de los folículos de las pestañas. La glándula principal del aparato lagrimal está situada por debajo de la conjuntiva en el ángulo superior externo de la órbita. Consiste en varios lobulillos separados compuestos por adenómeros túbuloalveolares serosos, los cuales tienen una luz grande y están Malen Horue Histología-Primero Año 2016 91 formados por células cilíndricas y por debajo del epitelio (por dentro de la lámina basal) presentan células mioepiteliales. Los conductos excretores se abren en el saco conjuntival y las lágrimas salen por los puntos lagrimales a los conductos lagrimales que desembocan en el saco lagrimal. Este saco se continúa con el conducto lacrimuconasal, que desemboca en la cavidad nasal por debajo del cornete inferior. El saco lagrimal y el conducto lacrimuconasal están tapizados por un epitelio pseudoestratificado ciliado. OÍDO Los órganos del equilibrio y el oído conforman un órgano conjunto: el órgano vestíbulococlear, ubicado en el oído interno. También existen un oído medio y un oído externo, que captan las ondas sonoras hacia los receptores del oído interno. El oído se divide entonces en oído externo, medio e interno. El oído externo incluye el pabellón auricular que capta las ondas sonoras y las conduce hacia el conducto auditivo externo; y el conducto auditivo externo que termina en la membrana timpánica, la cual lo separa del oído medio. El oído medio se compone de la cavidad timpánica o caja del tímpano (en donde se encuentran los tres huesecillos del oído -el martillo, el yunque y el estribo-, a los que se unen dos pequeños músculos -el músculo extensor del tímpano y el músculo estapedio), la membrana timpánica, la trompa auditiva o trompa de Eustaquio, el antro mastoideo y las celdillas mastoideas. Las ondas sonoras hacen vibrar el tímpano, y estas vibraciones son transmitidas al oído interno por los huesecillos del oído, dado que la base del estribo está en contacto con la perilinfa del oído interno. El oído interno se ubica en el peñasco o porción petrosa del hueso temporal y debido a su forma compleja se denomina laberinto; está compuesto por el laberinto óseo (que es externo y actúa como una cápsula de sustancia ósea muy dura) que rodea al laberinto membranoso (que está constituido por un sistema continuo cerrado de cavidades y conductos limitados por membranas y ocupado por un líquido, la endolinfa; otro líquido, la perilinfa, lo separa de las paredes del laberinto óseo circundante). OÍDO EXTERNO El oído externo comprende el pabellón auricular (oreja) y el conducto auditivo externo. El pabellón auricular está constituido por una placa delgada continua de cartílago elástico recubierta por piel fina. El cartílago presenta una forma muy irregular y solo falta en el lóbulo de la oreja. La delgada piel está revestida por finos vellos y sus correspondientes glándulas sebáceas; también se encuentran pelos terminales más gruesos (los pelos del trago) que cubren parte de la entrada al conducto auditivo externo. El conducto auditivo externo se extiende desde el pabellón auricular hasta el tímpano, que lo separa del oído medio. Mide unos 3,5cm de largo: los 3/5 externos se componen de cartílago, mientras que los 2/5 internos se componen de hueso (hueso temporal). El cartílago es de tipo elástico y representa una continuación del cartílago del pabellón auricular. La piel que recubre al conducto es delgada y está unida con firmeza a la capa subcutánea en todo el conducto auditivo externo: en la porción cartilaginosa aparecen pelos terminales gruesos relacionados con grandes glándulas sebáceas (más
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