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Factores físicos medioambientales 4 ISABEL LÓPEZ BARRIO Y M. KARMELE HERRANZ-PASCUAL El ambiente físico en un sentido amplio englo ba las condiciones externas que circundan nuestra vida y contempla aspectos tales como temperatura, sonido, olor e iluminación, los cuales constituyen rasgos estables del ambiente. Estos factores, perci bidos generalmente de manera no consciente, tienen una indudable influencia interactiva sobre la perso na y, en determinadas situaciones, pueden afectar negativamente a nuestra salud y comportamiento. Es por esto que el conocimiento de los efectos del medio ambiente físico sobre la persona representa una área importante de investigación de la Psicolo gía Ambiental. El estudio de la incidencia de los factores am bientales se inició a principios de los años sesenta cuando, como consecuencia del progreso técnico y la industrialización generada por éste, se inicia la crisis de nuestro entorno. El deterioro de la calidad de nuestra atmósfera, la contaminación acústica, el agotamiento de algunos recursos naturales y en ge neral la degradación del medio a causa del hombre son algunos de los problemas ambientales que están directamente relacionados con el trato desconsidera do que se ha tenido con el medio ambiente, consti tuyendo una fuente importante de agresiones físicas, psicológicas y sociales. Ante esta situación, la Psi cología Ambiental se plantea el análisis de las con secuencias que para nuestra vida tienen los cambios de las condiciones físicas, con el objetivo de com prender nuestra interacción con el medio y de obte- © Ediciones Pirámide ner informaciones útiles que ayuden a crear un medio ambiente adecuado a nuestras necesidades. A conti nuación se introducen algunos temas de investigación desarrollados por la Psicología Ambiental en relación a las variables físicas que tienen una mayor inciden cia sobre la persona: las temperaturas, la contamina ción atmosférica, la iluminación y el ruido, centrán donos de manera especial en este último factor. 1. EL MEDIO AMBIENTE ATMOSFÉRICO El estudio del medio ambiente atmosférico in cluye diferentes factores climáticos: temperatura, precipitaciones, humedad, presión atmosférica, viento, polución, etc. Estos factores, según se ha comprobado en diferentes investigaciones, inciden en nuestro estado físico, intelectual y emocional y, por tanto, en nuestra conducta. En relación a este tema se van a tratar dos variables importantes: la temperatura y la contaminación atmosférica. 1.1. Temperatura ambiental Comparado con el enorme rango de temperatura existente en el universo, el rango compatible con la vida es muy estrecho. El hábitat terrestre no siempre nos ofrece el rango óptimo. Es por esto que la expo sición a temperaturas adecuadas en el medio sea de - 78 / Psicología Ambiental suma importancia para nuestro bienestar y super- • • v1venc1a. El frío y el calor son cuali·dades subjetivas que se sustentan en procesos fisiológicos bien diferencia dos. Los estímulos térmicos se registran a través de los termorreceptores. Hay termorreceptores tanto en la superficie de la piel como en el hipotálamo. Los termorreceptores de la piel son terminaciones ner viosas libres que se hallan en la superficie y, por tanto, en situación óptima para recibir estímulos tér micos, respondiendo en función de la diferencia en tre la temperatura de la piel y la ambiental. Es decir, estos receptores periféricos proporcionan la informa ción proveniente del ambiente, reaccionando rápida mente a los cambios repentinos de la temperatura externa. Los receptores de la temperatura que hay en el hipotálamo desempeñan un papel importante en la regulación de la temperatura corporal. Si ésta aumen ta, ciertos centros del hipotálamo inician reacciones de sudoración, jadeo, vasodilatación cutánea y des censo del metabolismo, aun en el caso de que la tem peratura de la piel se mantenga constante. Por otro la�o, .,el _ enf�amiento de la sangre induce procesos fis1ologicos mvoluntarios tales como escalofríos, in cremento de la temperatura muscular, de la absorción de oxígeno y de la producción de adrenalina. Me diant� este termostato biológico el cuerpo humano mana.ene una temperatura relativamente constante. Se han realizado numerosas investi.gaciones (Griffiths, 1978, Robles, 1975) con el fin de defini·r el r�n�o de temperaturas que puedan determinar sent1nuentos _, de_ agr��o _Y confort y que permitan e�ta�lecer cnter1os d1ng1dos a conseguir ambientes t�rrrucos adecuados en relación a los espacios ha b!tados. S�gú� se desprende de estos estudios, el bienestar terrruc� depende no sólo de la temperatu ra, esta?d? relacionado asimismo con la humedad el mov1m1�nto del ai_re, el tipo de vestido ue s� las variables sociodemográficas sexo y edad. , rec t · . · no pa en ener ninguna influencia (Griffith M I e 1 . ., dª mo est1a n re ac1on a if e rentes temperaturas obt . d . Stevens, Adair y Marks (1970) '. en1 o por 1 d . partiendo de los resu ta os de diferentes investigac· til. ., 1 . ., . - iones en las que se u izo a tecn1ca de la estimación d ·1 . - e a magnitud como medida de la sensación calórica. De acuerd · . d 1 o a estos 1nvest1ga ores, a temperatura óptima se halla alrededor de los 22º C. Un resultado simila !izando la escala numen ca de Bedf ort en la medida de la sensación de calor (véase la tabla 4.1). En esta escala las puntuaciones varían linealmente con la temperatura, comprobándose que el paso de un ni vel a otro en la escala corresponde aproximadamen te a 3º C. La temperatura óptima, obtenida median te este procedimiento, se sitúa en tomo a los 23º e para personas sedentarias con vestido ligero. TABLA 4.1 Escala de sensación calórica de Bedfort . r/ .- ,.- . : . • - , ":' ,. ,, -;,. ..,. ,,. • . ! i l • -,, - ' , n ..... ..,.ó� •·' · .IJ.C:t,,;:-: � .,.,,;,;1001 -' 1 Valor numérico Frío insoportable Demasiado frío Frío aceptable Bienestar, no frío ni calor Tibio, calor agradable Demasiado calor Calor insoportable FUENTE: tomado de Griffiths, 1978, p. 64. 60 1 2 3 4 5 6 7 o ��� -----r-----.-------- 0 20 40 Temperatura ( ºC) Figura 4.1.-R 1 ·,, d . e acion entre la temperatura ambiente y el grac.io e molestia (extr "d d S · · a1 o e tevens, Ada1r y Marks, 1970) . • © Edicio11es Pir::1n 1 ide l ' 1 Por otro lado, los cambios abruptos de tempe ratura, en particular si se parte de una temperatura distante de la de confort, se experimentan con gran placer. Esto puede darse en ambas direcciones; por ejemplo, cuando entramos en una habitación con una temperatura elevada tras haber estado expues tos por mucho tiempo al frío de la calle, o cuando en un día de calor entramos en una habitación re frigerada. Por ello se dice que el calor y el frío pueden tener también connotaciones hedónicas. Asimismo, se ha con1probado que la humedad de la atmósfera puede afectar a la sensación de calor. Griffiths y Mclntyre (1973) comprobaron que a tern pe1·aturas agradables la humedad no afecta a la es timación del grado de calor, aunque sí tiene una i11cidencia significativa en el caso de temperaturas elevadas. En este caso, un incremento del 20 al 75 por 100 en el grado de humedad resulta subjeti vamente equivalente a una elevación de 1,5º C de la temperatura. Generalmente, a temperaturas agra dables se prefieren niveles moderados de humedad (50 por 100 de humedad relativa), mientras que con temperaturas superiores a 28º C se prefieren niveles de humedad más bajos. En relación a la incidencia de la temperatura sobre el rendimiento, la mayor parte de los estudios se han dirigido a valorar los efectos del calor en diferentes tipos de tareas, entre otras: vigilancia, memoria, cálculo mental y tiempo de reacción. Por el contrario, se ha prestado escasa atención al estu dio de los efectos de las temperaturas bajas, lo que puede deberse al hecho deque el frío puede ser fácilmente compensado mediante el uso de vestido apropiado, lo que haría pos.ible soportar temperatu ras bajas sin disminuir los rendimientos. No está claro el modo en que la temperatura afecta al ren dimiento en el trabajo, dado que los resultados de los estudios no son coincidentes. Así, aunque un gran número de estudios ponen de manifiesto que las tem.peraturas elevadas afectan negativamente al rendimiento, otros no han constatado ningún efecto negativo y otros incluso han comprobado que el incremento de las temperaturas mejora el rendi miento (Fine y Kobrick, 1987; Hohnsbein, Pierkar ski, Kampman y Noack, 1984; Poulton, 1976). En general, podría decirse que el calor afecta negativa- © Ediciones Pirámíde Factores físicos medioambientales I 79 mente a la realización de tareas complejas pero no a las se·ncillas. Además del tipo de tarea, existen otros factores que actúan modulando los posibles efectos de la temperatura sobre el rendimiento, tales como la motivación hacia el trabajo, la duración de la exposición y los cambios en el nivel de activación producido por la temperatura. Las temperaturas ele vadas y la prolongad.a exposición a éstas influióan negativamente en el rendimiento al producir senti mientos de fatiga, cansancio e irritabilidad .. La relación entre temperatura y rendimiento no es lineal, pudiendo explicarse con una función en forma de <<U>> invertida, modulada por los f ac tores antes comentados y fundamentalmente por la complejidad de la tarea. Así, los aumentos mo derados de temperatura aumentan la activación, favoreciendo los rendimientos en las tareas fáciles y dificultando las difíciles. Al alcanzar un cierto nivel, en torno a los 35º C, el rendimiento en la actividad comenzaría a disminuir. La temperatu ra óptima se sitúa alrededor de 20-22º C para tra bajos sedentarios y entre 16-18º C para trabajos que requieren fuerte intensidad muscular; una di ferencia de 5º C por encima o por debajo de estos umbrales se traduciría en una alteración del rendi miento. Cuando el ambiente térmico es muy elevado pueden producirse trastornos tér1nicos agudos o crónicos con síntomas tales como inestabilidad cir culatoria y desequilibrio del agua, deshidratación, agotamiento de la sal y calambres. Estos trastornos pueden ocurrir en cualquier ambiente cálido, sea interior o exterior. El riesgo de su aparición aumen ta con el trabajo físico fuerte pero se reduce con la aclimatación. No obstante, los efectos a largo plazo de los climas cálidos sobre la salud no se conocen bien. Asimismo, los trastornos cardíacos observa dos en algunos estudios por la exposición a tempe raturas excesivas podrían explicarse por la continua demanda impuesta al sistema cardiovascular en este tipo de ambientes, siendo las personas con antece dentes en este tipo de problemas extremadamente sensibles a las temperaturas altas. Schuman ( 1972) comprobó una correlación positiva entre las olas de calor y las tasas de mortalidad en varias ciudades norteamericanas. 80 / Psicología Ambiental 1.2. Contaminación atmosférica El Consejo de Europa dio en 1967 la siguiente definición de la contaminación atmosférica: <<el aire se considera contanunado cuando la pr·esencia de una sustancia extraña o una variación notable en la proporc.ión de sus componentes sea tan acusada que pueda ·causar efectos y molestias perjudiciales>>. La mayor parte de los contaminantes atmosféri cos proceden fundamentalmente de tres fuentes: la industtia, el transporte y los combustibles fósiles utilizados para generar electricidad o para la cale facción. En las áreas metropolitanas, dada la gran concentración de vehículos, el incremento de la con taminación del aire se debe cada vez más a las emi siones de los medios de transporte. Los gases de escape de los motores contienen óxido de carbono, óxido de nitrógeno, aldehídos e hidrocarburos. Ade más, los problemas de contaminación atmosférica en las zonas urbanas se ven agravados por una com binación de factores climáticos y geográficos que concentran los contaminantes en la ciudad e impiden su dispersión en la atmósfera. Las condiciones me teorológicas y topográficas inciden de manera sig nificativa en la concentración de los contaminantes. En condiciones de inversión térmica, cuando capas de aire caliente se superponen a capas frías, se ori gina una turbulencia mínima y una pronunciada es tabilidad atrnosf érica. Las inversiones pueden af ec tar a un área bastante extensa, y cuando persisten durante horas o incluso días tienden a elevar las concentraciones d.e contaminantes debido a la falta de turbulencias. Asimismo, la contaminación atmos fé�ca de las ciudades contribuye de manera signifi catJ.va al problema de la lluvia ácida mediante las emisiones de azufre proveniente de la combustión del carbón utilizado en las calefacciones con un fuerte impacto negativo en los ecosistema; dado su gran poder de corrosión. Del mismo modo la acu mulación de dióxido de carbono en la at�ósf era conduce _ a cambios climáticos co.mo el conocido <<�fecto invernadero>> , dando lugar a un recalentanuento de nuesn:� planeta con graves consecuencias sobre la v�g�?1c1on, la fauna y la persona. La rev _ 1s10�, de la literatura sobre los efectos de la contam1nac1on atmosférica sobre la salud· . 1· , rea 1- zada por Evans (1981), permite comprobar qu 1 •/ d 1 e a c?ntaminac1on p�� u ce en_ a persona ef e_ctos muy diversos en func1on_ , del tipo d� ��ntanunante, el grado de concentrac1on y la sens1b1l1dad de las per sonas afectadas. En general, los ancianos, los niños los fumadores y los enfermos de bronquitis crónic . a, cardiopatía coronaria y asma son más vulnerables a la exposición de la contaminación. La mayor par te de los síntomas relacionados con la contamina ción son producidos por el monóxido de carbono emitido fundamentalmente por los vehículos. Este contaminante reacciona con la hemoglobina de la sangre y es absorbido por ésta, formando la car boxihemoglobina. La exposición prolongada a con centraciones que superan las 250 partes por millón pueden afectar al sistema respiratorio y producir fuertes dolores de cabeza, vértigos, debilidad y co lapsos. Estudios epidemiológicos (Goldsmith y Fri berg, 1977) han relacionado la exposición al mo nóxido de carbono con la reducción de peso en los recién nacidos y el incremento de abortos y de en fermedades ·cardiovasculares. Asimismo, algunos de los efectos negativos producidos por el hun10 del tabaco se relacionan con el monóxido de ca1·bono, tales como cambios en la presión arterial y acele ración del proceso de arteriosclerosis. Las concen traciones de monóxido de carbono en locales llenos de humo de tabaco pueden alcanzar e incluso reba sar el límite permisible; tales concentraciones pue den ser nocivas para la salud, sobre todo en el caso de personas afectadas por enfermedades crónicas broncopulmonares. De acuerdo a las estadísticas� se puede constatar que la frecuencia del cánce1· bron quial es cincuenta veces superior en los fumadores. Los efectos de una fuerte contaminació11 atmos férica pueden ser devastadores. Uno de los peo1·es �esas tres causados por la contaminación atn1osf é nca ocurrió en Londres en diciembI·e de 1952. Dti rante cuatro días una densa niebla invadió la citid,ld. dando lugar a un repentino aumento de la tasa de mo�alidad por encima de lo esperado. Durante e�e pen�do c�rca de cinco mil personas murieron Y n� as de diez mil fueron internadas en hospitales aqtit�_,,i- das de graves dificultades respiratorias a causa dc'I <<smog>> producido por· emisiones de C02. C011 �1t: terioridad a este suceso de Londres, h,1bí,1r1 t)ctii·i·t- . . , p1·1•"1t1iJe © EdtCit)Ill'S 41 do otros de la misma naturaleza en el Valle del. Mosa, en Bélgica, en diciembre de 1930, y en Do nora, Pensilvania, en octubre de 1948. Se conoce muy poco ace.rca de�los efectos de la contaminaciónatmosférica en la conducta. Los es casos estudios realizados sobre este tema indican qu.e los estados de desagrado producidos por la mala calidad del aire pueden reducir los sentimien- . ,, . tos de atracc1on interpersonal (Evans y Jacobs, 1981). Asimismo, Jones (1978) comprobó que la contaminación atmosférica, producida por el humo del tabaco, favorecía en los no fumadores los sen timientos de irritabilidad, ansiedad y fatiga. Otros estudios, como el realizado por Jones y Bogart (1978), han constatado que el humo del cigarrillo favorecía los sentimientos de agresión en los no fumadores. 2. EL MEDIO AMBIENTE LUMINOSO La luz es una energía que se manifiesta de múl tiples maneras, siendo un elemento vital para la orientación de los organismos en su medio y para la comunicación entre los individuos. El sistema visual es el encargado de analizar y transf orn1ar la energía luminosa, iniciando de esta manera el pro ceso de la percepción visual. La visión, por tanto, es una experiencia subjetiva que depende de la luz. El concepto de iluminación se refiere al fenómeno físico provocado por la luz y se mide en bujías-pies o decalaux; (!bujía-pie= 1.076 decalaux). La lumi nosidad (intensidad subjetiva) es el parámetro psi cofísico que hace referencia a la percepción subje tiva de la iluminación. La cantidad de energía luminosa necesaria para provocar el umbral de la sensación visual no sólo depende de la intensidad sino también de la duración del estímulo, es decir, del tiempo de presentación. En una presentación prolongada se requiere menor intensidad para lo grar el umbral vis·ual que si la exposición es breve. En relación a la iluminación, el objetivo de las investigaciones se ha centrado fundamentalmente en conocer la incidencia de las características lumi nosas en el rendimiento en el trabajo (Boyce, 1975; Fletcher, 1983; Munson y Ferguson, 1985). Asimis- © Ediciones Pirámide Factores físicos medioambientales I 81 mo, ha sido objeto de interés, aunque en menor medida, el estudio del efecto de las características luminosas en la evaluación de ambientes tanto in teriores como urbanos (Flynn, Spencer, Martyniuk y Hendrick, 1973; Chelkoff, 1992). La iluminación puede afectar negativamente al re·ndimiento de dos maneras. En primer lugar, mo dificando directamente la dificultad de la tarea cuando se den unas condiciones de luz insuficientes (impidiendo ver) o excesivas, alterando, en este caso las condiciones de actuación del sistema vi-' sual al provocar deslumbramientos y originar re- flexiones velantes y puntos de bril.lo sobre la tarea, incidiendo negativamente en nuestra capacidad de detección, reconocimjento y discriminación. En se gundo lugar, puede afectar indirectamente al rendi miento al crear condiciones de trabajo incómodas, distractoras o fatigantes, de manera especial cuando se produce un parpadeo o fluctuación de ]a fuente luminosa. El efecto de la iluminación sobre el ren dimiento sigue una ley logarítmica, análoga a la ley de Weber-Fechner. Así, cuando la iluminación es baja, un determinado cambio de iluminación inci dirá en un incremento de la agudeza visual y, por tanto, en. un mayor rendimiento, al permitir ejecutar la tarea de manera más rápida y precisa. Conforme aumenta la iluminación, el cambio en la agudeza visual se hace más pequeño, hasta llegar a un valor óptimo por encima del cual cualquier incremento de la iluminación incidirá negativamente en el ren dimiento. A niveles 1nuy altos de iluminación, los incrementos en ésta reducen el rend·imiento al pro ducir deslumbramientos, impidiendo distinguir al gunas señales de información relevantes en relación a la tarea. El objetivo de los estudios dirigidos ·a la valo ración subjetiva del ambiente luminoso, tanto de espacios interiores como exteriores, se ha orienta do hacia la identificación de las condiciones desea das del medio ambiente luminoso, tratando de identificar las va1·iables (físicas, espaciales y sub jetivas) y los criterios más relevantes que inciden en dicha valoración. Flynn y otros (1973), en un estudio realizado con 96 personas evaluaron me diante la técnica del diferencial sem.ántico una sala de juntas iluminada de seis maneras diferentes y ía Ambiental 1 ._2. Contam inación atmosférica El Consejo de Europa dio en 1967 la siguiente definición de la c.ontaminaci·ón atmosférica: <<el aire se considera contaminado •cuando la presencia de una sustancia extraña o una variación notable en la proporción de su·s co1nponentes sea tan acusada que pueda causar efectos )" n1oles·tias perjudiciales>>. La ma)ror parte d,e los contaminantes atmosféri cos proceden fundamentalmente de tres fuentes: la industria .. el transporte )' los combustibles fósiles utilizados para generar electricidad o para la cale t"acción. En las áreas n1etropolitanas, dada la gran concentración de vehículos, el incremento de la con ta,ninaci,ón del aire se debe cada vez más a las emi siones de los medios de transporte. Los gases de escape .de los motores contienen ó-xido de carbono, óxido de nitrógeno, aldehídos e hidrocarburos. Ade más, los problemas de contaminación atmosférica en las zon.as urbanas se ven agravados por una com binación de factores 1climáticos y geográficos que conc.entran los contaminantes en la ciudad e impiden su dispersión en la atmósfera. Las condiciones me teorológicas y topográficas inci-den de manera sig nificativa en la concentra,ción de los contaminantes. En condiciones de inversión térmica, cuando capas -de aire caliente se superponen a capas frías, se ori gin.a una turbulencia mínima y una pronunciada es tabilidad atmosférica. Las inversiones pueden af ec tar a un área bastante extensa, y cuando persisten durante hora·s o incluso dí.as tienden a elevar las concentraciones de contaminantes debido a la falta de turbulencias. Asimismo, la contaminación atmos férica de las ciudades contribuye de manera signifi ·Cativa al problema de la lluvia ácida mediante las emisiones de azufre prov.eniente de la combustión del carbón utilizado en las calefacciones, con un fuerte impacto negativo en los ecosistemas dado su gran poder de corrosión. Del mismo modo, la acu mulación de dióxido de carbono en la atmósfera conduce a cambios climáticos como el conocido <<efecto invernadero>>, dando lugar a un recalenta miento de nuestro planeta con graves consecuencias sobre la vegetación, la fauna y la persona. La revisjón de la literatura sobre los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud, reali- zada por Evans ( 1981), permite comprobar que la contaminación produce en la persona efectos muy diversos en función del tipo de contaminante, el grado de concentración y la sensibilidad de las per sonas afecta-das. En general, los ancianos, los niños, los fumadores y los enf e1·rr10s de bronqui·tis crónica, cardiopatía coronaria y asma son más vulnerables a la exposición de la contaminación. La mayor par te de los síntomas relacionados con la contamina ción son producidos por el monóxido de carbono emitido fundamentalmente por los vehículos. Este contaminante reacciona con la hemoglobina de la sangre y es abs·orbido por ésta, for1r1ando la car boxihemoglobina. La exposición prolongada a con centraciones que superan las 250 partes por millón pueden afectar al sistema respiratorio y producir fuertes dolores de cabeza, vértigos, debilid.ad y co lapsos. Estudios epidemiológicos (Goldsmith y Fri berg, 1977) han relacionado la exposición al mo nóxido de carbono con la reducción de peso en los recién nacidos y el incremento de abortos y de en f errr1edades cardiovasculares. Asimismo, algunos de los efectos negativos producidos por el humo del tabaco se relacionan con el monóxido de carbono, tales como cambios en la presión arterial y acele ración del proceso de arteriosclerosis. Las concen traciones de monóxido de carbono en locales llenos de humo de tabaco pueden alcanzar e inclusoreba sar el límite permisible; tales concentraciones pue den ser nocivas para la salud, sobre todo en el caso de personas afectadas por enfermedades crónicas broncopulmonares. De acuerdo a las estadísticas, se puede constatar que la frecuencia del cáncer bron quial es cincuenta veces superior en los fu111adores. Los efectos de una fuerte contanlinación a·tmos f érica pueden ser devas·tadores. Uno de los peo1·es desastres causados por la contaminación atn1oste rica ocunió en Lond1·es en diciemb1·e de 1952. D11- rante cuatro días tina densa niebla i11vadió la ciudad, dando lugar a un 1·epentino aumento de la tasa de mortalidad por encima de lo esperado. Du1·ante ese período cerca de cinco mil pe1·sonas n1t11·ie1·on y más de diez mil fueron inte1nadas en hospitales aqt1eja das de graves dificultades res ·pirato1·ias a cat1sa del <<smog>> producido por emisiones de C02. Co11 ,1n- • terioridad a este suceso de Lond1·es, había11 oct1rr1- © Edicit)11es Pir;.i111idt 82 / Psicología Ambiental encontraron tres dimensiones básicas. La primera era un factor general asociado a la presencia de múltiples dispositivos de iluminación. La segunda, claridad perceptiva o .luminosidad espacial, está asociada con niveles altos de iluminación. Y la tercera, complejidad espacial , está relacionada con fuentes periféricas de iluminación. Los ambientes más apreciados fueron aquellos que proporciona ban iluminación sobre la mesa y a la vez un cierto grado de iluminación sobre las paredes de la sala. Por el contrario, los ambientes menos apreciados fueron los que presentaban una i luminación difusa sobre la mesa. Los resultados de este tipo de estu dios son de gran importancia para formular crite rios de diseño del medio luminoso, contribuyendo al logro de espacios que resulten agradables y ade cuados de acuerdo a los usos y actividades para los que se destinen. Asimismo, otros estudios han comprobado la incidencia positiva de la iluminación, tanto natural como artificial, sobre ciertos desórdenes psicológi cos como la depresión (Heerwagen, 1990; Rosen thal, Sack, Skwerer, Jacobsen y Wehr, 1989). Ac tualmente, la fototerapia ( exposición a la luz durante los meses de invierno) se utiliza como un tratamiento efectivo en aquellas personas que su fren desórdenes afectivos estacionales, que son una forma de depresión que se experimenta en los me ses de invierno al disminuir las horas de luz. El color es otro factor que incide en los senti mientos de las personas y en el rendimiento en el trabajo. Sin e .mbargo, a diferencia de la ilumina ción, se han realizado pocas investigaciones con el fin de conocer cómo las personas reaccionan ante este factor del medio. Cuando se describen los co lores, por lo general se hace referencia a atributos de la sensación cromática, como tono, luminosidad y saturación, los cuales se consideran parámetros subjetivos de las dimensiones físicas del estímulo. Así, el tono se corresponde con la longitud de onda de la luz, l a luminosidad y el brillo con la i ·ntens.i dad, y la saturación con la pureza del color. Mehra bian y Russell ( 197 4) han constatado una relación positiva entre el sentimiento de placer y los atribu tos de brillo y saturación. Los estudios que han analizado las preferencias en cuanto al color (Ben- nett, 1977; Mehrabian y Russell, 197 4) han consta tado que la población prefiere en mayor m.edida los colores <<fríos>>, tales como el verde o el azul, que los <<calientes>> (naranja, rojo). No obstante� las pre ferencias hacia el color se hallan moduladas por el factor de iluminación. Así, con iluminación artifi cial y de baja intensidad se prefieren colores calien tes, mientras que con iluminación potente se prefie ren colores fríos. El efecto del color en el aprendizaje ha sido objeto de escasas investigaciones. En relación a los espacios de enseñanza, los criterios estéticos actua les están a favor de los colores bril lantes. No obs tante, esta preferencia no refleja nada más que una moda, ya que la jncidencia del color en el aprendi zaje es poco conocida. 3. EL MEDIO AMBIENTE ACUSTICO Vivimos en un mundo de sonidos. Nuestro sis tema auditivo está siempre abierto, lo que impl ica una recepción continuada de estímulos y de infor maciones sonoras de las que no podemos sustraer nos. Gran parte de nuestra experie.ncia está relacio nada con el sonido. En la actualidad es difícil enc-ontrar, en la mayor parte de los ambientes que rodean 11uestra vida co tidiana, el equilibrio sonoro que caracterizaba a los a1nbientes sonoros del pasado. La contaminación acústica, una de las n1ás comunes e importantes que afecta a nuestro medio a_mbiente, ha roto esta armo nía, transformándola en tina cacofonía en la que los sonidos más diversos se entremezclan compitiendo por su elevada intensidad. E11 esta situación, la per sona se sie11te i ncapaz de discriminar aquel ]as se ñales sonoras que en su interacción con e] medio desea o 11ecesita escuchar, lo que provoca un estado de ten.sión crónica que puede situar al organismo al borde del fracaso adaptativo, dando lugar a graves problemas sociales y emocionales. El progreso técnico, la proliferación de los me dios de transporte, el hacinamiento o el crecimiento urbano carente en muchos casos de una planifica ción adecuada son, entre otros, algunos de los t�ac tores que han contribt1ido en gran medida a la de- © Edici(1nes Pirámi de gradación acústica del medio y al deterioro de las relaciones entre la persona y su entorno. En lo que concierne al medio ambiente urbano� entre los f ac tores señalados el ruido de los transportes (tráfico rodado, aéreo y ferrocarri l ) es, sin duda, el más im portante. En particular, la circulación rodada cons tituye el sonido dominante del paisaje sonoro urba no, afectando a un gran número de personas. Se c<.)nsidera que en las grandes ciudades el 80 por 100 de )os ruidos que percibimos provienen del tráfico. 4. ASPECTOS FISICOS DEL SONIDO El sonido se define como una variación de la presión del aire que puede ser detectada por el oído humano y proviene de la vibración de un cuerpo que genera una serie de ondas acústicas que se transmi- r· ...... L<)Jlgitud . -, de onda + ·- Factores físicos medioambientales / 83 ten por cualquier tipo de medio l iquido, sólido o gaseoso. Estas ondas acústicas, al poner en vibración la membrana de l tímpano� dan lugar a la sensación sonora. Las principales propiedades acústicas de las ondas sonoras son la frecuencia y la in tensidad. La frecuencia representa el número de ciclos de variación de presión por segundo y se expresa en herzios (Hz); 1 Hz corresponde a una vibración completa o c iclo por segundo; 1 Ki loherzio (kHz) corresponde a 1 .000 Hz (véase la figura 4.2). Cuando un sonido tiene una frecuencia muy e le vada se percibe como agudo, 1nientras que una fre cuencia baja corresponde a un sonido grave. Esta sensación subjetiva del sonido se define como altura o tono. Nuestro sistema auditivo tiene un campo de audición li1nitado en frecuencias, no percibiendo to das las v ibraciones acústicas presentes en e l aire, si bien la banda de sonidos audibles varía según e l su- • 11 ,· 1 � = ----- ���- -----� ---- ---- -- -- ---- ---- � 1 f P.,. f 1 - J 1 ' 1 1 1 L4 . •' Lo ºtud ngi de onda Tiempo Figura 4.2.-Representación sinusoidal de las compresiones y enrarecimientos sucesivos producidos por una onda acústica. jeto. Por regla general, el ser humano está capacitado para percib,ir frecuencias en el rango de 20 a 20.000 Hz; por debajo de los 20 Hz se encuentran los infra sonidos, y por encima de los 20.000 el campo de los ultrasonidos. Ambos campos del espectro no son audibles por la persona. Dentro del espectro audible, los sonidos se clasifican en graves (de 20 a 200 Hz; © Ediciones Pirámide por ejemplo, el sonido de un trueno o un avión leja no), medios (de 200 a 2.000 Hz, lavoz) y agt1dos (de 2.000 a 20.000 Hz, un s ilbato). El oído hun1ario no es igual de sensible a todos los tonos con1prendi dos en dicho espectro. Es decir, la 1·espuesta del oído no es l ineal ni en frecuencia ni en intensitlad, exis tiendo una sensación auditiva diferente para tonos • - 84 / Psicología Ambiental puros de igual nivel sonoro y dis�inta frecuenc_ia. Fletcher y Munson ( 1 933), y posteriormente Rob1n son y Dadson ( 1 957), determinaron, medi�!1te e11�� yos subjetivos, la magnitud de una sensac·1on �ud1t1- va en función de la intensidad y la frecuencia del sonido. La relación entre estas magnitudes fue repre sentada gráficamente por medio de las curvas isofó nicas (igual sonoridad o sensación sonora) . En la figura se puede comprobar que la sensación subjeti- - ·- z 200 kHz 100 kHz va varía en función de la frecuencia, encontrándose la mayor sensi.bilidad auditiva en tomo a los 3.000 Hz. Por encima y por debajo de esta frecuencia la sensibil idad desciende progresivamente, de manera que para alcanzar el umbral de audición se necesita una presión sonora más elevada. Así, un tono puro de 100 Hz y nivel sonoro 50 dB tiene la misma so noridad (magnitud de la sensación auditiva) que un tono de 1 .000 Hz y 40 dB. 1 kHz 20 kHz Frecuencia (en Hz) Figura 4.3.-Curvas de igual sonoridad para tonos puros en campo libre, de Robinson y Dadson ( extraído de Eargie, l 990). La intensidad hace referencia a la magnitud de las variaciones de presión de la onda sonora. Dado que el oído humano es capaz de captar variaciones de presión sonora en un rango muy amplio, en acús tica se recurre a una magnitud logarítmica, el deci belio (dB), que se define como el logaritmo decimal de la razón entre dos intensidades o energías. Ello se adapta además a las características del sistema perceptivo humano, que responde de fo·rma logarít mica a los estímulos. Como las intensidades acústi cas están relacionadas con los cuadrados de las pre siones, la relación en funci.ón de las presiones será: Nivel de presión sonora = 20 l.og P/Po dB siendo Po la presión sonora de referencia. El umbral absoluto de audición se halla repre sentado por O dB, que es el nivel a partir del cual se percibe el sonido, y el umbral del dolor se sitúa aproximadamente en 140 dB. El parámetro psico acús·tico que corresponde a la intensidad se deno mina sonoridad. El umbral diferencial para la sonoridad se sitúa en tomo a 1 dB , pero, como en el caso de la altura, existen personas con un oído muy sensible que pue den percibir diferencias de 0,2-0,4 dB . ·En relación a la medida del ruido, dado el carác ter no lineal de la respuesta del oído humano a la frecuencia, el nivel de intensidad en dB puede ser corregido mediante un ·filtro de ponderació·n con el fin de conseguir que dicha medida se aproxime a la experiencia subjetiva de la audición. Las mediciones © Ediciones Pirátnide • j realizadas con aparatos que llevan incorporados es tos filtros se expresan en decibelios ponderados A ( dBA), y éstos se relacionan más estrechamente con la intensidad subjetiva (sensación del nivel de ruido). 5. PERCEPCION SONORA A pesar de que el sonido puede ser definido mediante los parámetros físicos antes mencionados, numerosos estudios han mostrado que estos pará metros no resultan suficientes para explicar la gran variabilidad de la respuesta de molestia sentida ante un mismo nivel de ruido, ni la gran diversidad de efectos psicológicos y fisiológicos (no auditivos) producidos incluso a niveles de ruido considerados bajos, dado que la valoración subjetiva del evento sonoro es una importante variable moduladora de la respuesta a este factor del medio y, por consi guiente, de los efectos derivados de la exposición al mismo. La valoración del sonido depende no tanto de lo que es <<en sí>> ( características físicas objetivas), sino de lo que dicho ambiente represen ta para uno. Es decir, a las características o rasgos objetivos se sobrepone la percepción del oyente (variables subjetivas). La subjetividad en la valoración del ambiente sonoro se pone claramente de manifiesto cuando se aborda el análisis de la respuesta subjetiva de mo lestia frente al ruido. Así, las diferentes investiga ciones (Fidell, Barber y Schultz, 1991; Herranz, 1994; Job, 1988; Schultz, 1978) que han abordado este tema coinciden al encontrar una baja correla ción entre estas do.s variables (r = 0,4), lo que indi ca que el nivel de ruido sólo explica un pequeño porcentaje de la variabilidad de la respuesta ante el mismo (< 20 por 100), confirmándose la existencia de amplias diferencias individuales en la respuesta de las personas ante este contaminante. La valoración subjetiva, junto con los paráme tros físicos, determinará q.ue un ambiente sonoro sea valorado como ruido (rechazado por el receptor al provocar una sensación desagradable), convir tiéndose en este caso en un factor de estrés y, por consiguiente, de desajuste psicofisiológico, o como sonido cuando su percepción es aceptada o deseada, © Ediciones Pirá1nide = Factores físicos medioambientales I 85 pasando en este caso a ser un elemento inf or1nativo y enriquecedor del medio donde es percibido, sie.n do positiva la respuesta de la persona ante el mismo. Por consiguiente, la diferencia entre ruido y señal no depende de los parámetros físicos objetivos del sonido, sino que está relacionada con la forma en que es percibido e interpretado. Un mismo sonido puede producir amplias y variadas clases de reac ciones. Así, un estudio sobre la identidad sonora urbana (López Barrio y Carles, 1997) permitió comprobar cómo el ruido de tráfico de las grandes arterias, aunque la mayor parte de las personas lo asocian con contaminación y derroche de energía, . . / valorándolo de forma negativa, para una rm·nona representa, por el contrario, el cosmopolitismo y la vitalidad de una gran ciudad, lo que lleva a valorar lo de manera positiva. Es decir, en función del sig nificado, un mismo ambiente sonoro puede trans formarse en sonido o en ruido. Es por esto que el ruido se defme como todo sonido no deseado o, de manera más compleja, como un fenómeno acústico que produce una sen sación auditiva considerada como molesta y des agradable. Estas definiciones ponen de manifiesto el componente subjetivo del concepto de ruido. Por tanto, la valoración del impacto del ruido y de los posibles efectos derivados de la exposición al · mismo implica considerar, junto a las variables estrictamente físicas del sonido, una serie de varia bles no acústicas relacionadas con la situación y contexto donde es percibido el ruido, así como con las características personales, sociales y culturales de la persona que lo percibe, las cuales modulan la respuesta del sujeto trente al ambiente de ru_ido. Entre las características físicas del ruido, la inten sidad y la frecuencia son las más importantes en cuanto a la dete1minación del impacto sobre la persona. Los sonidos de elevada intensidad y con predom·inio de con1ponentes de altas o bajas fre cuencias (agudos o graves) son los que producen un mayor impacto negativo. Otra importante carac terística del rt1ido es su continuidad o intermiten cia. Por lo general, los ruidos intermi·tentes son más negativos que los continuos o estables, y si la in termi,tencia es aperiódica (imp14edecib . le) su im pacto negativo todavía es 1nayor. Esto puede ser 86 / Psicología Ambiental explicad.o por la mayor dificultad que supone la adaptación a este tipo de ruidos. En cuanto a las variables no acústicas que inci den en la respuesta al ruido, de acuerdo a los resul tados de las investigaciones llevadas a cabo sobre este tema ca·be señalar las relacionadas con las ca racterísticas personales del sujeto y aquellas vincu ladas con la situación y el contexto social y cultural donde se percibe el ruido. En lo que concierne a las característicasperso nales, la sensibilidad al ruido y las actitudes hacia la fuente productora del ruido se reconocen como las variables moduladoras más importantes en relación a la respuesta ante este factor del medio (Fields, 1990; Job, 1988; MacKennell, 1980). Diversas inves tigaciones han comprobado que las personas que se definen como sensibles al ruido, en mayor medida que los no sensibles o neutrales, manifiestan mayores grados de molestia ante cualquier tipo de sonido. En relación a las actitudes, Borsky ( 1980) sugiere que la molestia experimentada por las poblaciones próxi mas a un aeropuerto se incrementa cuando: Se percibe el ruido como innecesario. Se considera a los responsables del aero puerto y autoridades locales indiferentes ante el bienestar de la población. Se asocia con temor (miedo a los accidentes aéreos). Se cree que afecta a la salud. Interfiere en el desarrollo de actividades im portantes para el individuo (dormir, conver sar, etc.). MacKennell ( 1980) comprobó cómo los senti mientos patrióticos acerca del Concorde explica ban, en mayor medida que el nivel de n1ido, la molestia sentida hacia esta fuente de ruido aéreo. En cuanto a la incidencia de las caracterís·ticas del entorno en la valoración del ambiente de ruido, diferentes investigaciones (Bradley y Jonah•, 1979; Fields y Walker, 19.82; Fields, 1992; López Barrio Y Carles, 1993) han comprobado, en relación al ruido de tráfico, que para un mismo nivel de expo sición la molestia depende del grado de satisfacción del sujeto con otros aspectos d.el entorno residencial (espacios verdes, centros escolares y hospitalarios, facilidades de comunicación del barrio, vecindario ' etcétera). A mayor insatisfacción con el ambiente residencial, mayor grado de molestia en relación al ruido. Asimismo, otras investigaciones (Augoyard, 1992 ; López Barrio y Carles, 1997; Pascal, 199 1) han constatado la importancia de la adecuación en tre el sonido y el contexto en la valoración del am biente sonoro de los espacios urbanos, siendo ade cuado o congruente cuando el sonido nos resulta familiar, esperado y apropiado al aspecto y función del lugar. Esta adecuación emana tanto de la mate ria sonora escuchada (sonidos presentes en el lugar) como de la forma en que el entorno responde a tales sonidos (propagación, reverberación, absor ción, etc.). El diseño arquitectónico y urbano tienen propie dades sonoras, las cuales pueden armonizar o dis torsionar un espacio al perrnitir la presencia o ausen cia de determinados sonidos, creando una interacción entre las formas construidas, el medio ambiente so noro y la percepción auditiva del espacio. Contexto y sonido son dos variables fuertemente relacionadas. El sonido define y cualifica el tiempo y el espacio y, a la vez, refleja y mediatiza las relaciones de la persona con el entorno. Esta relación puede ser al tamente interactiva, o por el contrario alienante y opresiva, como ocurre en las situaciones caracteri zadas por altos niveles de ruido, pudiendo llegar a provocar lo que Truax ( 1983) denomina <<claustro fobia aural>> . El grado de control (real o percibido) sobre la fuente de ruido constituye otra importante variable mediadora de la respuesta al ruido. Así, se ha com probado que los ruidos imprevisibles e inesperados (incontrolables) molestan y perturban las activida des en mayor medida que los continuos o periódicos de igual inte11sidad, dado que los ruidos impredeci bles dema11dan mayor atención que los predecibles o controlables y, a la vez, producen una mayor ac tivación, lo que dificulta en mayor medida la adap tación de las personas al mismo. Cohen, Evans, Stokols y Kranzt ( 1986) compro baron que los ni.ños de las esct1elas ubicadas en las / proximidades del aeropuerto de los Angeles Y ex- © Ediciones Pirámide d puestas a elevados niveles de ruido de avio11es, con picos de intensidad s011ora que podían alcanza1· los 95 dB (ruido incontrolable), n1anifestaban n1ayores rasgos de indefe11sión (baja tole1'"ancia a la f1·t1stra ción) en comparación con los de escuelas 110 ex pt1estas al ruido. Esto puede ser explicado como una co,nsecuencia del fracaso 1·epetido experimentado por los niños en su i11tento de cont1·ola1 .. el ruido. Glass y Singer ( 1 972) observaron que los efectos psicológicos adversos de un ruido impredecible dis minuían cuando a las personas se les daba la posi bi_lidad de hacer cesar el ruido oprimiendo un botón, independientemente de que esta conducta se reali zase. El sentimiento de control del ruido, es decir, la posibilidad de predecir o gobernar su presencia, disminuye la aversión hacia el ruido y, por tanto, las 1·espuestas negativas de las personas tanto a nivel fisiológico como psicológico y conductual. La in fluencia de estos factores acústicos en la valoración del sonido muestra que l a calidad sonora, que pue de definirse como la adecuación o apropiación de un sonido a un contexto, tarea o situación específi ca, no es una propiedad inherente al sonido sino que surge de los juicios emitidos por las personas al valorarlo en relación a sus expectativas en una si tuación determinada. Esto indica, en orden a st1 evaluación, la necesidad de realizar análisis subje tivos a fin de conocer cómo las _personas perciben e interpretan este factor ambiental. El hecho es que el ruido, aunque no sea de in tensidad elevada, en función de los factores antes reseñados, p·uede transf armarse en un factor de agresión y estrés, al mismo nivel que otros factores estresantes medioambientales como el hacinamien to, el calor o el frío, o la contaminación del aire, con consecuencias negativas e·n la salud de las per sonas (física, psicológica y social). 6. EFECTOS DEL RUIDO El ruido es uno de los factores ambientales que más se ha investigado, con el fin de conocer sus efectos en la salud y en la conducta de la persona. Los nume·rosos efectos evidenciados a través de los diferentes estudios pueden agruparse en torno a <O Ediciones Piiámjde Factores ti sicos medioambientales I 87 dos categorías. La p·rimera incluye aquellos efec tos en los que se da una relación causal directa entre la exposición al ruido y el deterioro de la sa lud. Este es el caso de las pérdidas de audición in ducidas por exposiciones breves a sonidos muy intensos (> 1 40 dBA), o bien exposiciones prolon gadas a ruidos mayores de 85 dBA. Una segunda categoría corresponde a aquellos efectos fisiológi cos no auditivos, psicológicos o conductuales que vendrían determinados por una reacción de estrés desencadenada por la valoración del ruido como una agresión sonora, siendo estos efectos comunes a los generados por otros factores estresantes. De acuerdo al modelo ecológico, la salud se define como <<un estado de equilibrio entre la per sona y el entorno físico en el que vive>>. Desde este planteamiento, el ambiente sonoro, al transformar se en ruido, puede l legar a romper ese equilibrio o armonía, convirtiéndose en un factor de estrés y, como tal, provocar numerosas perturbaciones tanto en la salud como en el comportamiento. La respues ta de estrés se produce cuando el sujeto se encuen tra sometido a un estímulo sonoro objetivamente aversivo, por ejemplo de intensidad elevada, o bien cuando es valorado como tal, independientemente de sus características físicas. 6.1 . Pérdida auditiva producida por el ruido La incidencia del ruido en la audición consti tuye uno de los efectos más estudiados y definidos. Desde hace mucho tiempo se sabe que las condi ciones a1nbientales d.e ruido de determinadas pro fesiones entrañan riesgos de pé1·didas auditivas para los trabajado1·es, siendo en la industria, sobre todo, donde los niveles de ruido pueden alcanzar unas intensidades peligrosas para el oído. La ex posición co·ntinuada a un nivel s11perior a 80 dBA durante ocho horas al d·ía puede producir un des plazamiento permanente (DPUIR) del umbral de at1dición.Este desplazamiento se establece lenta y p·rogresivamente a lo .largo de meses e incluso años, de fo1 .. ma que las pe1 .. sonas afectadas no lo acusan i11mediatamente. La pé1·dida de a11dición 88 / Psicologf a Ambiental inducida por el ruido se denomina hípoacus ía sen sorial o de percepción y es i rreversible e irrecupe rable; afecta en primer lugar a la frecuencia de 4.000 Hz, extendiéndose posteriormente a las de más frecuencias y especialmente a las más bajas (3.000 a 500 Hz), las cuales son fundamentales 1 0 30 40 dB 50 60 - - - - - - L - - - - - - � - - - - � -� - - - - � 1 � • 1 1 l para la inteligibilidad del habla &ta _ nn1a: par cial p11ede ír o no aco111pañada de ��OJOS (111111- bidos y silbidos) y conducir a una total si persiste la exposición al ruido. La fig,na tra l a pérdida de audición por ruido en tiempo de expo ición. 1 t: ' 70 - - - - - - � - - - - - - +� � - - � - �--��-��-- - --� 1 r l l @ < l año @ t a 5 años © 6 a IO años @ 1 1 a 20 años 1 g t J 80 ----- -�--�---f�-�-�-�---�--�---- ---�------ © 21 a JO años (!) > 30 años . i . . 1� .,.-,,z:, 1, 1 1 1 1 . ,. ) 1 90 ....__----"' J--��.::__.....:.'�l ��_:..:l __ ____,;.I __ _. 250 500 1 .000 2.000 4.000 8.000 3.000 6.000 Frecuencia (en Hz) Figura 4.4.-Audiograma de la evolución de la pérdida auditiva por ruido en función del tiempo de expo ición. Actualmente, en las sociedades industiiales el riesgo de pérdida de audición por ruido ocupacional se halla bastante controlado debido a las medidas preventivas adoptadas, tanto técnicas (protección del ruido en la fuente con capas i nsonorizantes, amortiguadores, apantallamiento, etc . ) como sanita rias (protección acústica de los trabajadores, control de la audición, rotación en los puestos de trabajo, etc . ) . No obstante, a pesar de las medidas de pre vención, la sordera debida al ruido sigue siendo una de las enfermedades profesionales más frecuentes. Aunque la pérdida de audición por ruido se ha lla relacionada fundamentalmente con la exposición al ruido en el trabajo, el daño en la audición debi do al ruido comunitario ha l legado a ser un proble ma en la sociedad actual , afectando a determinados sectores de la población, principalmente aquello que soportan altos niveles de ruido an1biental, como los que residen en las proxin1idades de un aeropuer to (Evans, 1 990). Asimisn10, Carter, Waugh Keen ( 1 982) han constatado qt1e el nivel de ruido de cier tas manifestaciones mt1sicales ( conciertos de ro ..._ ..... discotecas, etc .) que alcanzan valores entre los 90- 1 1 0 dBA producen una alteración de la ,1udición tanto en los músicos co1110 en los jóvenes asiduos a este tipo de 1nanifestacio11es. Del n1ismo modo� el t1s0 de los rvalkman a elevado volt1 111en pt1ed producir una degradación de la ,1gt1deza at1ditiv,1, Otros estudios han co11statado qt1e e l 1uiclo at' - ta a la capacidad de discri 111 ina ión ,lltdit iva. Moch S ibony ( 1 984) observó, en t 1n estudio co111parati o entre niños qtie ,lsist í,111 a esct1elas ate11u i1<.ias no atenuadas próxi1nas al aeropt1e1 .. to de París, una ca pacidad de atención y de discri 111ina.ción auditiva significativamente men_or e11 los 11iños de las esct1e las 110 atenuadas, es decir, expuestas a 1nayores 11iveles de 111ido. Similat�es i·esultados obtuvieron Cohen, Glass y Singe1· ( 1 973) a.1 co111parar la capa cidad de discriminación auditiva de 54 niños que habitaban en un edificio de 32 pisos expuesto a i11te11s0 ru_ido de tráfico. Los niños que vivían en los pisos más bajos (1nás próximos a la carretera) mos traron u11a ca·pacidad de discrimina.ción auditiva s i�11i ficativarnente 1nenor. "-' Esta n1e11or atención a las señales auditivas o <<sordera psicológica>>, como la define Moch-Sibony ( 1 984 ), se origin_ aría como una consecuencia de las estrategias desarrolladas por estos niños, dirigidas a escapar o desintonizar del ambiente de ruido ' ª fin de lograr la adaptación a estos ambientes. Cohen y colaboradores ( 1 973), partiendo de este argumento, sugieren que esta tendencia a ignorar el ruido l lega .a generalizarse con el tiempo, y con prolongados tiempos de exposición se extiende a cualquier es tímulo sonoro, tanto los aversivos (ruido) como los inforrnativos y relevantes, como la palabra, con gra ves consecuencias para determinados aprendizajes con10 la lectura. La ausencia de res.puestas ante los estímulos sonoros, el no procesamiento de la infor mación que éstos aportan, explicaría, según estos autores, su menor habilidad en la discriminación auditiva. 6.2. Efectos fisiológicos no auditivos: el ru ido como agente estresante El estudio de los efectos no a.uditivos del ruido en comparación con el efecto del ruido en la audi ción ha sido objeto de un menor número de investi gaciones. No obstante, existen datos suficientemen te contrastados que permiten conocer cómo el ruido, aJ actuar como cualquier otro agente estresante, des encadena un conjunto de reacciones y modificacio nes en el organismo .. las cuales se manifiestan tanto a nivel fisiológi,co (alteraciones ho11nonales, cardio vasculares, etc.) como psicológico (anomalías en la atención, alteraciones del sueño, ansiedad, molestia� Factores ffsicos medioambientales I 89 etc .) y co11ductual (deterioro del clima social, irrita bil idad, agresividad, etc.), las cuales pueden ser ana lizadas siguiendo las teorías de Selye sobre las re accio .nes de estrés. De acuerdo con este autor, el estrés es una res puesta no específica del organismo que se produce ct1ando el st1jeto estima que una determinada con d.ición ambiental representa una amenaza o excede su capacidad para enfrentarla. Selye identifica tres diferentes etapas en la respuesta del organ ismo a las condiciones productoras de estrés, a las cuales denomina Síndrome Ge.neral de Adaptación (GAS). En primer lugar, la reacción de alarma, que se ca racteriza por un conjunto de síntomas tanto físicos (activación del tono simpático, aumento de la se creción de adrenalina, del ritmo cardíaco y de la presión arterial . . . ) como psicológicos (inquietud, dispersión de la atención, ansiedad, etc.). A esta fase le sigue la etapa de resistencia o adaptación, durante la cual el organismo desarrolla mecanismo.s de defensa para atenuar la sobreestimulación pro ducida por el agente estresante. La tercera fase, agotamiento, se produce cuando las estrategias de afrontamiento no resultan eficaces para resistir la agresión, en cuyo caso los signos de reacción fisio lógicos y psicológicos descritos en la reacción de alarma son irreversibles. Aun: ·en el caso de que las estrategias de afrontamiento hayan sido válidas y la persona logre la adaptación, ésta tendrá un coste para su organismo. Así, en lo que respecta al ruido, cuando la persona, en una situación concreta, logra la adaptación, los efectos fisiológicos mencionados no se hacen evidentes inmediatamente, pudiendo producirse efectos acumulativos que se manifesta rán posteriormente al cesar la estimulación acústica. Estos postef ectos se explicarían como una conse cuencia de la tensión acumulada en el proceso de adaptación al ruido. Al actuar como un agente estresor, el ruido pt1e de desencadenar una respuesta ínespecífica del or ganismo que se manifiesta, entre otros efectos� a través de los síntomas fisiológicos y psicológicos antes descritos. La aparición y magnitud de estos efectos están determinados además de por las ca racteósticas específicas del rt1ido, por la suscepti bil.idad individual, esti los de vida, antecedentes 90 / Psicología Ambiental familiares, edad, así como por las condiciones am bientales. Numerosos estudios, fundamentalmente de la- boratorio, se han realizado con el fin de analizar los efectos del ruido, tanto ocupacional como comuni tario, mediados por la reacción de estrés. Los resul tados de estos trabajos muestran que el ruido puedeprovocar alteraciones en el ritmo cardíaco y respi ratorio, trastornos hormonales y en el aparato di gestivo, elevación de la presión arterial, etc. En lo que respecta al ruido industrial, de la 1·evi sión de la literatura sobre este tema realizada por Dejoy ( 1984) se comprueba que la frecuencia de enfermedades cardiovasculares, especialmente la hi pertensión, es mayor en los trabajadores expuestos a ruidos de elevada intensidad que en los que traba jan en ambientes no ruidosos. La duración e inten sidad de este efecto, es directamente proporcional a la intensidad y duración del estímulo sonoro, pu diendo persistir hasta una hora después de cesar el ruido. No obstante, este efecto, de acuerdo a los re sultados de Zhao, Zhang, Selin y Spear ( 1 99 1 ), em pieza a manifestarse tras largos períodos de exposi ción al ruido, en ningún caso inferiores a cinco años. Similares resultados han sido obtenidos en rela ción a la exposición a altos niveles de ruido comu nitario (ambientes de ruido no industriales). Cohen ( 1986), en el estudio antes reseñado realizado con niños de escuelas ubicadas cerca del aeropuerto de Los Angeles, observó una presión arterial significa- tivamente mayor en estos escolares ( 142 niños), en comparación con otros no expuestos al ruido ( 1 20 escolares). Estos resultados fueron confirmados posteriormente por este investigador en un estudio longitudinal en el que se compararon los cambios en la tensión arterial tras un año de exposición al ruido. Knipschild ( 1980), en un estudio realizado con poblaciones que habitaban cerca del aeropuerto de Amsterdam, comprobó una elevada prevalencia de hipertensión arterial así como un mayor consu1no de somníferos, tranquilizantes y de medicamentos para problemas cardiovasculares, incluida la hiper tensión, en los residentes de esta zona ruidosa en relación a otras zon,as no expuestas al ruido. Asimismo, algunos investigadores han relacio nado la exposición al ruido con el desarrollo de en- fe1·medades mentales. Abbey-Wickrama� A'Broo� Gattoni y Herridge ( 1 969) comprobaron que las ta sas de ingresos en instituciones psiquiátricas en la zona del aeropuerto d,e Heathrow eran más elevadas que las registradas en zonas menos impactadas por el ruido. Sin embargo, Tamopolsky, Hand, Barker y Jenkins ( 1 980) no pudieron constatar este resultado, no estando suficientemente clara la relación entre exposición al ruido y morbilidad mental. No obstan te, diferentes autores sugieren que si bien el ruido no produce un incremento de las enf errnedades men tal es, sí puede agravar los problemas psíquicos pre existentes y, en especial, la neurosis. Dada la complejidad de los efectos del ruido sobre la salud, actualment,e no está suficientemente claro el alcance y características de los efectos no auditivos, siendo necesario realizar un mayor nú mero de estudios, tanto epidemiológicos como de campo, que permitan avanzar en el conocimiento de las consecuencias sobre la salud física y psíqui ca derivadas de la exposición a este contaminante. 6.3. Respuesta subjetiva al ruido: molestia Entre los diferentes estudios planteados en rela ción a los efectos no auditivos del ruido, la resp11es ta de molestia por exposición a ruidos continuos e intensos, principalmente debidos al transporte y, en tre éstos, al tráfico por carretera y aéreo, es la que ha acaparado el interés de un mayor número de inves tigaciones, dado que en el ámbito urbano la molestia por ex.posición al ruido es una respuesta bastante con1ún en la mayoóa de los habitantes, siendo el efecto más generalizado causado por el ruido am biental. De hecho, el tt·áfico rodado se ha convertido en uno de los principales 1·esponsables de la crisis ambiental en la que se encuentra iru11ersa la ciudad contemporánea, siendo la primera causa de contami nación atmosfé,rica, de ruido, de accidentes, así como de deterioro del paisaje, y 11no de los problemas que más afectan a la calidad de vida de la ciudadanía. En los países de la Unión Europea cerca de un 25 por 100 de la población se halla expt1esta a un ni vel de 1·uido superior a los 65 dBA. Si te11emos en cuenta que el nivel de 65 dBA se considera un nivel © Ediciones Pirámide ! 1 • crítico e� relación a. la exposición al ruido, dado que a este nivel un tercio de la población puede 1nani festarse altamente molesta, y que la ma.yor parte de las acti,1idades, y de manera especial el sueño y las que implican la percepción de la palabra, se encuen 'trall altrunente interferidas, se comprende la grave situación de nuestras ciudades en relación a este contaminante .. Los estudios planteados en esta línea de investi gación tienen como principal objetivo determinar la relación existente entre el nivel de exposición al rui do )1 la respuesta subjetiva de molestia, con el fin de conocer la dimensión exacta d.e este problema am biental (población afectada, niveles críticos de expo sición, interferencias en las actividades, etc.). Con este tipo de trabajos se pretende asimismo el desa rrollo de estrategias de control del ruido, tanto a nivel legislativo como de actuaciones concretas en el ur banismo y en la planificación territorial. Es decir, estos. estudios tienen como principal objetivo traducir a índices acústicos la molestia experimentada en re lación al ruido, sirviendo de base para el desarrollo de intervenciones preventivas en defensa de la salud y el bienestar de la población. La figura 4.5 muestra la curva de respuesta entre exposición ( diferentes fuentes de tráfico rodado, aéreo y ferrocarril) y la reacción subjetiva, obtenida por Schultz ( 1 978), par tiendo de los resultados de doce investigaciones. 100 ------------ .- 80 � __, 60 Q) ✓ Q) 40 , - - 20 -< • - o 40 50 60 70 80 90 Ldn Figura 4.5.-Curva de relación. entre nivel de ruido y porcenta je de población altamente molesta (extraído de Schultz, 1 978). C Edíciones Pirámide Factores físicos medioambientales I 91 La molestia debida al ruido se define como un sentimiento desagradable o una actitud negativa p1·oducida por un ruido no deseado o juzgado como innecesario en el espacio vital de la persona, o como un sentimiento desagradable que surge al considerar que el ruido puede afectar negativamente a la salud y puede venir acompañado de diferentes síntomas, tales como dolor de cabeza, tensión, irritabilidad, sentimiento de indefensión, etc. , señalando la exis tencia de una reacción de estrés. De acuerdo a los resultados de las investigacio nes que han analizado la relación ruido-molestia, se comprueba, tal como se ha señalado ante·riormente, que dicha relación es relativamente baja inde pendientemente del parámetro físico empleado en la medida del ruido y de la escala utilizada para la medida de la respuesta subjetiva, dada la gran diver sidad de variables no acústicas que modulan dicha respuesta. Aunque no existen diferencias significa tivas entre los diversos índices utilizados en la me dida del ruido, la mayor parte de los investigadores en este tema coinciden en señalar el Leq día-noche ( equivalent sound pressure level día-noche) como el más adecuado en orden a determinar la respuesta de la población, siendo el índice acústico más utilizado. En cuanto a la medida de la reacción subjetiva, la mayor parte de las investigaciones la han valorado mediante escalas sencillas, en términos de molestia o insatisfacción con el ambiente de ruido. Algunos estudios han utilizado escalas combinadas, las cua les generalmente incluyen junto a la medida directa de la molestia las interferencias en las actividades (sueño, conversación, escucha de la radio y televi sión, lectura y estudio, tareas del hogar, etc.) y la percepción subjetiva del nivel de ruido (ruidosidad percibida) , dada la estrecha relación de estas varia bles con la reacción subjetiva. En relación a las interferencias del ruido en las diferentes actividades,se ha comprobado que son el sueño, las actividades que implican la percepción de la palabra y aquel.las que exigen altos grados de atención y concentración las que resultan más per turbadoras por este contaminante. Concretamente, la interferencia en el sueño se puede considerar como el efecto más importante del ruido ambiental. Esta interferencia, que puede producirse a partir de expo- 92 / Psicologf a Ambiental siciones de 45 dBA, se manifiesta en dificultad para donnir, disminución de la profundidad del sueño o incluso el despertar. Se recomienda, en orden a pre servar la calidad del sueño, que el nivel sonoro equi valente no sobrepase en los do1mitorios los 35 dBA con niveles de pico inferiores a 50 dBA. La magni tud de los efectos del ruido en el sueño depende de las características del ruido (nivel, fluctuaciones, tiempo de exposición, contenido informativo), así como de factores individuales tales como el sexo y la edad, siendo los niños y los jóvenes menos af ec tados que las personas mayores o de mediana edad. El ruido reduce la cantidad de sueño paradójico, especialmente en los ancianos, y la del sueño pro fundo en los adultos. En lo que respecta al sexo, los datos indican que la mujer es más sensible al ruido durante el sueño que el hombre (Lukas, 1 972) . •• Ohrstrom ( 1993), en un estudio comparativo entre personas expuestas a elevados niveles de rui do nocturno (72 dBA) con los de áreas menos rui dosas (52 dBA), comprobó que la exposición al ruido durante la noche puede producir efectos se cundarios o postef ectos, los cuales se manifiestan posteriormente durante el día siguiente. Estos efec tos incluyen percepción de la reducción de la cali dad del sueño, sensación de fatiga, disminución del humor o bienestar y disminución del rendimiento. Es decir, exposiciones elevadas al ruido nocturno afectan significativamente al bienestar psicosocial. Otro efecto importante del ruido es la interfe rencia en la comunicación. De todos los recursos de que dispone el ser humano para comunicarse, el habla es sin duda el más importante. La emisión de la voz para la mayoría de las personas y en la ma yor parte de las situaciones se sitúa en los 55 dBA. Cuando el nivel de ruido se eleva 10 dBA por en cima del nivel de emisión de la voz se produce un enmascaramiento, afectando gravemente la inteli gibilidad de la palabra. La interferencia en la co municación constituye uno de los efectos negativos más señalados por la población, ya que el nivel de ruido ambiental supera en muchas ocasiones el ni vel de emisión de la. voz. Este efecto tiene una in cidencia especialmente negativa en aquellas activi dades en las que la percepción de la palabra es parte esencial de las mismas, como la enseñanza. Se recomienda que el nivel máximo de ruido de fondo de una clase no sobrepase los 55 dBA. Sin embargo, el nivel de ruido de los centros escolares ubicados en zonas próximas a un aeropuerto o vías de circulación de intenso tráfico excede en mucho este nivel. En estas condiciones la voz del educador queda enmascarada, siendo incomprensible su mensaje verbal . Esta situación es especialmente crítica en las primeras etapas de la enseñanza. El lenguaje resulta menos redundante para los niños que para los adultos, debido a que el vocabulario infantil es mucho más limitado y no han adquirido un dominio gramatical y sintáctico que les permita suplir las palabras que no han oído, por lo que el sentido de muchas frases se les hace incomprensi ble (Moch-Sibony, 1 986). La revisión de la literatura sobre este tema rea lizada por Evans ( 1 990) permite comprobar que la exposición continuada a elevados niveles de ruido que interfieren en la percepción del habla inciden de manera negativa en la discriminación auditiva, así como en las adquisiciones relacionadas con la alocución, con el dominio de la lengua escrita y con todos los aprendizajes vinculados a los 1nismos, en especial el aprendizaje de la lectura, dada la estre cha correlación existente entre estas dos variables (discriminación auditiva y aptitud lectora) . En este sentido, una investigación realizada con escolares próximos a la base aérea de Torrejón (Ma drid) expuestos a dos importantes focos de contami nación acústica, ruido de aviones ( con niveles de pico de 103 dBA) y de tráfico (65-70 dBA Leq), per mitió comprobar un bajo rendimiento de los alumnos expuestos al ruido en las pruebas de atención y lec tura. En concreto, en lo que respecta a la lectura, el rendimiento de los alumnos se situó entre seis meses y un año por debajo de la media criterio establecida en función del curso escolar, siendo los alumnos de los cursos superiores los que mostraron mayores déficits en este aprendizaje (López Barrio, Carles y Herranz, 1992). Este hecho pone de manifiesto que no existe adaptación al ruido y que con el tiempo de exposición los efectos tienden a incrementarse .. Si milares resultados han sido encontrados en otras investigaciones (Bronzaft y MacCarthy, 1 975; Green, Pasternack y Shore, 1 982; Moch-Sibony, 1 986). © Ediciones Pirámide • ¡ Asitnismo, dite·rentes est.udios, tanto de labora torio como de cru11_po, señalan que los ambientes con elevados 11iveles de ruido afectan negativamen te a la co11ducta social. Mathews y Canon ( 1 975), en una investigación de laborato1io, co11stataro11 que las personas expuestas a u11 1·uido intenso se mos traron 1nenos d.ispuestas a ayudru· a otra persona a recoger los objetos que dejaba caer accidentalmen te, que los sujetos ex_puestos a u11 ruido de 1nenor intensidad� Estos resultados coinciden con los ob tenidos por Page ( 1977), en una investigación simi lar realizada e11 situación real. Moch ( 1990) com probó que las personas exp·uestas a elevados niveles de ruido ( 105 dBA) valoraban de manera más ne gativa a personas desconocidas que las no expuestas al ruido. Es decir, el ruido actúa disminuyendo la sensibilidad y el interés hacia los demás, lo que incide negativamente en la disposición de la gente a manifestar una conducta de solidaridad. 6-.. 4. Ruido y rendimiento El efecto del ruido en el rendimiento en el tra bajo ha centrado el interés de numerosas investiga ciones. La mayor parte de las mismas corresponden a estudios de laboratorio, siendo escasas las reali zadas en situaciones reales de trabajo. Aunque la •extrapolación de los datos resulta difícil, por la gran variedad de variables que puedan estar incidiendo en el rendimiento en una situación real, existen ciertas tendencias generales que per1niten predecir con bastante exactitud la incidencia del ruido en un entorno laboral concreto en base a los resultados de los estudios experimentales. Los resultados de los diferentes estudios plan teados en relación a este tema penniten concluir que los efectos del ruido sobre el rendimiento son fun ción tanto de las característjcas del ruido (intensi dad, espectro, duración, continuidad o intermiten cia, etc.) como de la tarea (grado de complejidad, duración de la misma, ·familiaridad con el trabajo, etcétera). En relación a las características del ruido, se puede predecir que los ruidos intensos (> 90 dBA), así como los intennitentes e impredecibles, afectan en mayor medida a la ejecución que los de Factores físicos medioambientales I 93 menor intensidad, continuos o regulares (Broad bent, 198 1 ; Wheaton y Fleishman, 1 974). En lo que respecta a la tarea, se ha comprobado que las tareas mentales o motrices sencillas, sobre todo si no tienen un componente verbal, no se ven afectadas por el ruido (Cohen y Weinstein, 1 98 1 ). Por el contrario, las tareas complejas, en especial aquellas que precisen altos niveles de atención y concentración y las que implican la percepción de señales auditivas, son susceptibles de ser afectadas negativamente por el ruido (Broadbent, 1978; Smith, 1 989). En general, se puede concluir que el ruido incide más enla calidad y precisión que en la can tidad de trabajo desarrollado. Asimismo, la revisión realizada por Jones y Broadbent ( 1 995) acerca de los efectos del ruido en el rendimiento pone de manifiesto un incremento significativo del número de accidentes en ambientes laborales ruidosos. De las diferentes variables vin culadas a los accidentes en el trabajo, el ruido es uno de los principales predictores de la frecuencia, aunque no de la gravedad, de los mismos. Esta in cidencia puede ser explicada por la disminución de la capacidad de atención y concentración en am bientes de ruido, así como por la interferencia del ruido en la percepción de detenninadas señales sig nificativas en relación a la seguridad en el trabajo. Esta incidencia es particularmente elevada entre los trabajadores con menor experiencia laboral y, por tanto, con menos experiencia en relación al ambien te de ruido, para los cuales la exigencia de la dis tribución de la atención impuesta por el ruido su pone una mayor desventaja. Los complejos efectos del ambiente de ruido sobre el rendimiento han sido explicados median te la teoría de la activación (ley de Yerkes-Dod son), que pone en relación la activación que pro voca el ruido, el rendimiento en la tarea y la dificultad de la misma. Es un hecho bien conocido que el ruido tiene la capacidad de elevar el estado general de alerta o reactividad de la persona, sien do las diferencias individuales en activación las que determinan el grado de tolerancia ante un de termin-ado nivel de ruido y, a su vez, configuran los efectos sobre el rendimiento. Desde este plantea miento teórico se puede explicar alguno de los 94 / Psicología Ambiental efectos positivos observados e.n la ejecución de tru·eas en a1nbientes de ru ido. Así, pot" ejemplo, en tareas sencillas y monótonas que 110 exige11 rapidez o gra11 esfuerzo, y, por tanto, no supone11 t111 nivel de activación elevado, se puede espe1·ru· que la in troducción de una esti 1nulación adicional, como es el ruido, pueda favor·ecer la ejecució11, al ayudar a 1nantener un nivel de activación óptimo. Sin em bai·go._ en ta1·eas complejas, qt1e demandan una gran concentración, la estimulación del ruido in cre111e11ta el nivel de activación por encima del valo1· óptimo, produciendo un deterioro en el ren- dimiento. 7. PLANIFICACION AMBIENTAL: , REDUCCION DEL RUIDO URBANO A pesar de que el sonido constituye un elemen to fundamental del medio, no parece recibir la aten ción adecuada en el análisis y en la gestión medio ambiental. Es por ello que, actualmente, el control de la contaminación acústica, así como la incorpo ración de la dimensión sonora en el diseño y la planificación urbana, se perfila como uno de los retos n1ás importantes en relación a la mejora de las condiciones ambientales de la ciudad, a fm de con seguir un ambiente sonoro urbano menos opresivo y más positivo, y acorde con las metas y aspiracio nes de las personas. Entre las medidas a adoptar para la protección frente al ruido, la planificación urbana debe tener en cuenta la zonificación y el aislamjento geográfi co de las actividades ruidosas, tales como las gran des vías de tráfico y los aeropuertos, respecto a las zonas habitadas, prestando especial atención a la ubicación de determinados edificios (como hospi tales, escuelas y parques), los cuales, por las acti vidades que en ellos se desarrollan, necesitan una mayor protección contra el ruido. Otra medida necesaria para la reducción del impacto del ruido es la insonorización de los edifi c ios ( dobles ventanas, techos acústicos, aislamiento de fachadas) como medio de reducción de la trans misión del ruido, tanto exterior como interior a la propia vivienda. Asimismo, la recuperación de la calidad acús- tica de nuestras ciudades implica, tal como señalan los expertos en transporte y planificación urbana, <<pacificar el tráfico>>, es decir, limitar el uso del coche, el cual debe ser una opción y no una nece sidad. Para ello es necesario revisar de manera fun damental los principios en los que se ha basado la práctica de la planificación urbana (funcionalismo urbano), dando paso a estrategias que favorezcan el uso mixto de las áreas urbanas, basado en la coexis tencia de personas y actividades múltiples, así como favorecer la creación de espacios libres de ruido (parques, jardines y zonas verdes) y la peatonaliza ción de determinadas calles y plazas. ACTIVIDADES COMPLEMENTA.RIAS SUGERIDAS • TÉCNICA DE INVESTIGACIÓN Elaboración y aplicación de una escala estandarizada de inipacto social del ruido Para este ejercicio nos basamos en la norma ISO/fS 1 5 .666:2003(E), en la que se recogen dos propuestas de escala estandarizada (una verbal y otra numérica en nueve idiomas distintos) para me dir la molestia por ruido en investigaciones sociales y socio-acústicas, además de otras especificaciones que se deben considerar en este tipo de trabajos. La tarea consiste en aplicar los pasos necesarios para realizar un estudio socio-acústico con el objeto de evaluar el impacto psicosocial que origina el rt1ido en la población, tanto de f arma global como el es pecífico de cada fuente de ruido. 1 . Piensa en las diferentes fuentes de rt1 ido que tú percibes en tu entorno residencial Y haz un listado con ellas. Para esto te pt1ede ayudar hacer unos paseos sono1·os pt)1· tt1 barrio en diferentes momentos ( día, tarde, noche, laborables, fines de semana), pres tando atención a lo que oyes. 2. Selecciona de la lista elaborada las diez fuentes de ruido que consideres más signi ficativas, es decir, las que caracterizan me jor tu entorno residencial. A esta lista añade un ítem en el que preguntes por la molestia sentida por el ruido que se oye en tu entor no residencial de forma global . . 3 . Confecciona con esta lista una escala de impacto según la norma ISOffS 1 5 .666, eligiendo o bien el formato de escala verbal o el de escala numérica. a) Escala verbal : escala ordinal de 5 pun tos en la que todas las opciones de respuesta están etiquetadas ( 1 nada, 2 ligeramente, 3 medianamente, 4 mu cho y 5 extremadamente). b) Escala numérica: escala cuantitativa de 1 1 puntos (0- 1 0) o termómetro de opinión ( cuantía de molestia o pertur bación). 4. Selecciona una muestra pequeña de perso nas de tu entorno residencial, preferible mente de distintas edades y de ambos sexos. 5 . Pásales la escala, no olvidándote de recoger algunas características sociodemográficas y residenciales de las personas que entre vistes, como edad, sexo, nivel educativo, tiempo de residencia en el barrio, etc. Factores físicos medioambientales I 95 6. Una vez recogida la información, puedes grabarla en una base de datos para anali zarla estadísticamente. Puede ser interesan te, por ejemplo, analizar las diferencias en tre jóvenes y mayores a través de una tabla de contingencia o de un análisis de la va rianza si agrupas a las personas entrevista das en varios grupos de edad, o bien anali zar la contribución de cada fuente a la moles·tia general, a través de una análisis de regresión, donde esta última sea la va riable dependiente. 7 . Para ver una comparación de esta esca la con la que se usaba habitualmente en nuestro país puedes recurrir al artículo de Álvarez, Herranz y Proy (2003) . Tam bién sería interesante consultar el artículo de Herranz, López y Páez ( 1 996), donde se comparan otras dos escalas de impacto del ruido, una f or1nulada en términos de molestia y la otra en térrr1inos de satis facción. ISOffS 1 5.666 (2003). Acoustics: Assessment of noise annoyance by means of social and socio-acoustic surveys. Geneva: ISO. Alvarez, I., Herranz, M. K. y Proy, R. (2003). Propuesta de escala ISO de 1nolestia por ruido ambiental: com paración con la más usada en España. Encuentros en Psicología Social, 1, 1 38- 142. Herranz, M. K., López, I . y Páez, D. ( 1996). Bienestar
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