Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
690 E C O L O G Í A M I C R O B I A N A Y M I C R O B I O L O G Í A A M B I E N T A L Como la oxidación abiótica del hierro reducido es rápida a pH cercano a la neutralidad, las bacterias oxidadoras de hie- rro que viven en ambientes que no son ácidos están limitadas a una región redox muy pequeña en la que el agua rica en hie- rro ferroso no se mezcla con el agua que tiene mucho oxígeno (Figura 20.10). Entre estos hábitats microóxicos se encuen- tran sedimentos de agua dulce y sedimentos marinos costeros, corrientes lentas de agua, aguas de manantial ricas en hierro ferroso o las fumarolas hidrotermales (Figura 20.13). Por ejem- plo, cuando las aguas subterráneas ricas en hierro ferroso se exponen al aire, el Fe2+ es oxidado en la interfase de estas dos zonas por bacterias oxidadoras del hierro como Gallionella y Leptothrix (Figura 20.13b, c, d; Secciones 13.9 y 14.15). Así, su fisiología impone que mantengan una posición en el pequeño hábitat con bajos niveles de O 2 y altos niveles de metales reduci- dos. No se sabe cómo estos organismos mantienen su posición Cables microbianos C uando las bacterias respiran llevan a cabo oxidaciones y reducciones que generan electricidad, independiente- mente del tipo de aceptor de electrones que usen. Esto ocurre cuando oxidan un dona- dor de electrones orgánico o inorgánico y separan los electrones de los protones du- rante el transporte de electrones. Finalmen- te, los electrones reducen algún aceptor y los protones generan la fuerza protonmotriz. En cualquier forma de respiración, la eli- minación de los electrones es necesaria para la generación de energía. Cuando el aceptor de electrones es el oxígeno (O 2 ), un nitrato (NO 3 −) o alguna de las muchas otras sustancias solubles ( Secciones 13.16- 13.21), el producto final se difunde lejos de la célula. Muchas bacterias reducen el hie- rro férrico (Fe3+), que actúa como acep- tor de electrones en condiciones anóxicas, como el caso de Geobacter sulfurreducens (Figura 1). Sin embargo, a diferencia de los aceptores de electrones solubles, el Fe3+ se suele presentar en la naturaleza como un mineral insoluble del tipo del óxido de hie- rro (Figura 20.11) y por lo tanto la reducción del Fe3+ ocurre fuera de la célula. En tales condiciones, el hierro férrico actúa como un ánodo eléctrico y la célula bacteriana facilita la transferencia de electrones desde el do- nador al ánodo1. Una investigación ha demostrado que Geobacter forma conexiones eléctricas di- rectas con materiales insolubles que pueden aceptar o donar electrones. En la transfe- rencia de electrones intervienen citocromos localizados a lo largo de los pelos o fimbrias, que suelen tener una longitud de entre 10 y 20 μm ( Figura 14.35c). Estas estruc- turas conductoras de electricidad funcio- nan como nanocables eléctricos, de modo semejante a como lo hace un cable de co- bre en cualquier circuito eléctrico domésti- co. Como son estructuras conductoras, es- tos nanocables pueden formar conexiones eléctricas directas con materiales insolubles que acepten o donen electrones o, alterna- tivamente, conexiones entre las células. De ese de modo, los electrones obtenidos por Geobacter en la oxidación de donadores or- En la naturaleza, la comunicación eléctri- ca entre las células bacterianas puede ser un modo importante por el que los electro- nes generados por el metabolismo micro- biano en hábitats anóxicos se desplazan hasta regiones óxicas. Además, estudios de la microbiología del proceso indican que esta electricidad microbiana podría ser em- pleada en forma de «celdas de combusti- ble» microbianas que podrían oxidar com- puestos de carbono tóxicos y de residuos en ambientes anóxicos, con el acoplamien- to de los electrones resultantes para gene- rar energía. En dicho esquema, las bacterias serían explotadas para que actuasen como catalizadores para encauzar los electrones desde los donadores directamente hasta ánodos artificiales, y la corriente eléctrica producida podría ser captada para el sumi- nistro de una parte de las necesidades hu- manas de energía. 1Lovley, D.R. 2006. Bug juice: Harvesting elec- tricity with microorganisms. Nat. Rev. Microbiol. 4: 497-508. 2Pfeffer, C., S. Larsen, J. Song, M.D. Dong, F. Be- senbacher, R.L. Meyer, K.U. Kjeldsen, L. Sch- reiber, Y.A. Gorby, M.Y. El-Naggar, K.M. Leung, A. Schramm, N. Risgaard-Petersen, and L.P. Nielsen. 2012. Filamentous bacteria transport electrons over centimetre distances. Nature 491: 218-221. gánicos de electrones, o de H 2 , se pueden enviar a un aceptor de electrones adecua- do. Aunque para la reducción, por ejemplo, de óxido de hierro como aceptor, se nece- sitan citocromos en la transferencia de elec- trones, varios estudios del proceso sugie- ren que la materia orgánica que forma las fimbrias es por sí misma conductora de la electricidad. Resulta sorprendente que el trasva- se bacteriano de electrones puede ocu- rrir a distancias espaciales bastante gran- des, mucho mayores que las de la propia célula. En estudios realizados en sedimen- tos anóxicos marinos sobre la oxidación del sulfuro de hidrógeno (HS 2 ) (el sulfuro es el producto de bacterias reductoras de sulfa- to), la oxidación del H 2 S hundido en el se- dimento liberaba electrones que reducían el O 2 en la interfase entre el agua y el sedi- mento, a una distancia de unos 20 cm (véa- se «Cables eléctricos microbianos» en la pá- gina 679)2. Los conductores eléctricos del sedimento son bacterias filamentosas rela- cionadas con la familia Desulfobulbaceae de bacterias reductoras de sulfato ( Sección 14.9). Aunque filogenéticamente están rela- cionadas con las bacterias reductoras de sulfato, estas bacterias filamentosas funcio- nan realmente como oxidadoras de sulfuro, empleando el O 2 como aceptor terminal de electrones. La superficie de las células de las bacte- rias filamentosas tiene una especie de cor- doncillos que recorren por completo su lon- gitud. Observadas al microscopio, estos cordoncillos se parecen mucho a cables, y cada filamento microbiano está rodeado por 15-17 de estas estructuras de entre 400 nm y 700 nm de ancho que lo recorren con- tinuamente a lo largo. Dichas estructuras intervienen en el transporte de electrones desde el sulfuro que se oxida en un extre- mo del filamento hasta el lugar de reducción del O 2 , que ocurre en el otro extremo, cerca de la superficie del sedimento. Pese a que esto recuerda a los nanocables de Geobac- ter, se desconoce el mecanismo del trans- porte de electrones a lo largo de distancias tan grandes. EXPLORANDO EL MUNDO MICROBIANO Figura 1 Células de Geobacter fijadas a óxido férrico precipitado (flechas) que reduce el Fe3+ a Fe2+. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
Compartir