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Biologia de los microorganismos (1165)

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M I C R O B I O L O G Í A D E L A M B I E N T E A N T R O P I Z A D O 715
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mediante la eliminación completa de los nutrientes (sustratos 
necesarios para el crecimiento, que se originan en la fuente de 
procedencia del agua y a partir de los materiales estructurales 
de los sistemas de distribución). O bien manteniendo los nive-
les apropiados de cloro a lo largo de los sistemas de distribución. 
Pero ninguno de ellos es alcanzable. El crecimiento es inevita-
ble, como consecuencia de la reducción de la concentración de 
cloro a medida que aumenta la distancia al punto de produc-
ción. Además está la tendencia de los microorganismos para 
formar biopelículas en las paredes de las tuberías. En las bio-
películas, los microorganismos son más resistentes a la desin-
fección ( Sección 19.4), y se acumulan en todos los sistemas 
de distribución, en los que el 90 % están formando biopelículas 
recubriendo las paredes de las tuberías.
Con la disponibilidad actual de técnicas moleculares inde-
pendientes de cultivo, como el análisis de las secuencias del 
16S rRNA ( Sección 18.5), empiezan a identificarse total-
mente las especies que colonizan comúnmente las tuberías de 
distribución de agua. Aunque esos estudios muestran que las 
especies patógenas son raras, se encuentran algunos patógenos 
oportunistas ( Sección 23.6), y pueden infectar a las perso-
nas susceptibles, como niños, ancianos o personas inmunode-
ficientes. Los patógenos oportunistas que se han encontrado en 
los sistemas de distribución de agua incluyen (1) micobacterias 
no del grupo de la tuberculosis (como Mycobacterium avium, 
M. intracellulare, M. kansasii, y M. fortuitum) asociados con
muchos miles de casos clínicos cada año en los Estados Unidos; 
(2) Legionella pneumophila (agente etiológico de la enfermedad 
de los Legionarios, Sección 31.4); (3) Pseudomonas aeru-
ginosa (que puede infectar los ojos, los oídos, la piel y los pul-
mones); y (4) protozoos patógenos oportunistas, tal como 
Naegleria y Acanthamoeba ( Sección 32.3), que puede cau-
sar queratitis y encefalitis. 
Dado que las infecciones causadas por estos y otros patóge-
nos oportunistas a menudo no tienen un origen claro, y que la 
mayoría de las enfermedades transmitidas por el consumo de 
agua no se declaran, la importancia de los sistemas de distribu-
ción de agua como fuente (o reservorio) de microorganismos 
patógenos no es evidente. No obstante, debido al riesgo a gran 
escala para la salud, el tema de los patógenos en el agua para el 
consumo humano ha venido recibiendo muchísima atención en 
los últimos años, incluyendo la utilización de la ecología micro-
biana molecular (Capítulo 18) para investigar el problema. 
Los sistemas de distribución de agua también favorecen a 
numerosos protistas que subsisten consumiendo bacterias. En 
algunos sistemas de distribución de agua se han observado hasta 
300 amebas/cm2. Las bacterias que sobreviven y se multiplican 
en el interior de estos protistas, tras su ingestión por los mismos, 
también son menos susceptibles de ser eliminados por el sistema 
inmunitario de los mamíferos. El mejor ejemplo de esto lo tene-
mos en Legionella, un patógeno oportunista emergente que se 
ha convertido en un nuevo riesgo para la salud pública, debido 
a su capacidad para residir y multiplicarse en los protistas que 
viven en los sistemas que emplean agua (Figura 21.21), como las 
tuberías de las instalaciones, el rociador de las duchas y los sis-
temas de aire acondicionado. Los mismos mecanismos celulares 
básicos que Legionella usa para lograr entrar y multiplicarse en 
una gran variedad de protistas (como Acanthamoeba, Hartman-
nella, Naegleria y Tetrahymena), también le permiten infectar 
21.9 Sistemas de distribución de agua 
municipales y privados
Una vez que el agua potable abandona la instalación de trata-
miento, a menudo el agua viaja a través de muchos kilómetros de 
tuberías públicas e instalaciones interiores, desde las instalacio-
nes hasta el consumidor (Figura 21.20). Además de los problemas 
del sabor y del olor, a menudo asociados con la fuente del agua, 
los tiempos largos de tránsito y de residencia también pueden 
contribuir a los sabores y olores indeseables debidos a procesos 
biológicos y químicos. Aunque sean desagradables el sabor y el 
olor por sí solos habitualmente no indican ningún peligro para la 
salud. Sin embargo, los sistemas de distribución también pueden 
estimular el crecimiento de patógenos oportunistas o estrictos, 
secuestrar o proteger patógenos, o seleccionar formas más pató-
genas y resistentes de microorganismos. Aun cuando las enfer-
medades transmitidas por el agua a menudo no se declaran, solo 
en los Estados Unidos, entre 2007-2008, 36 brotes de enferme-
dades asociadas al consumo de agua afectaron al menos a 4.000 
personas y están relacionadas con tres muertes.
Microbiología de los sistemas públicos 
de distribución de agua
El crecimiento microbiano en los sistemas de distribución 
de agua para el consumo humano, solo puede ser suprimido 
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