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726 E C O L O G Í A M I C R O B I A N A Y M I C R O B I O L O G Í A A M B I E N T A L y un transportador de tipo ABC de aminoácidos ramificados ( Sección 2.9), lo que sugiere que el acoplamiento metabó- lico entre el epibionte y el bacilo central implica el intercambio de aminoácidos. Aunque aún no se sabe si la bacteria central transfiere algún compuesto orgánico al epibionte, esta hipóte- sis puede ser comprobada ahora que se conoce la secuencia del genoma de la bacteria central. La observación del consorcio con el microscopio electrónico de barrido (Figura 22.5) ha mostrado que extensiones tubulares del periplasma de la bacteria central ( Sección 2.11) cubren gran parte de su superficie y parecen fundirse con el periplasma del epibionte. Si los dos socios bacterianos comparten real- mente un espacio periplásmico común, se facilitaría la transfe- rencia de nutrientes del fotótrofo al quimiótrofo. MINIRREVISIÓN ¿Cuál es la prueba de que el «Chlorochromatium aggregatum» es un producto estable de la evolución? ¿Qué ventaja supone la movilidad para un consorcio fotótrofo? ¿Cómo podrían transportarse los nutrientes entre el fotótrofo y el quimiótrofo en el consorcio? la distribución geográfica de los organismos, en este caso, de los consorcios fotótrofos diferentes genéticamente, en distin- tos lagos. Los epibiontes de lagos próximos presentan idénti- cas secuencias del gen 16S rRNA, mientras que las secuencias de epibiontes morfológicamente parecidos en lagos muy ale- jados, son diferentes. El análisis filogenético ha mostrado que los mecanismos de reconocimiento entre células, que permiten una morfología estable, han evolucionado entre epibiontes par- ticulares y sus bacterias centrales. Filogenia y metabolismo de un consorcio El epibionte de «Chlorochromatium aggregatum» ha sido ais- lado y cultivado en cultivo puro. Aunque esta bacteria verde del azufre, llamada Chlorobium chlorochromatii, puede ser cul- tivada en cultivo puro, no se ha observado ninguna variante en forma libre en la naturaleza, lo que apoya la idea de que el estilo de vida simbiótico es imprescindible para los epibiontes. La bacteria central de «Chlorochromatium aggregatum» perte- nece a las Betaproteobacteria ( Sección 15.2). Es interesante que esta bacteria necesite α-cetoglutarato, un compuesto inter- medio del ciclo del ácido cítrico ( Sección 3.12), que parece ser suministrado por el epibionte. Sin embargo, la célula central solo puede asimilar el carbono fijado en presencia de luz y sul- furo —condiciones en las que los epibiontes son activos y pue- den transferir nutrientes a la bacteria central. Estudios recientes que comparan el transcriptoma y el pro- teoma ( Secciones 6.7 y 6.8) de C. chlorochromatii, creciendo individualmente o en asociación con el bacilo central, han per- mitido identificar algunas características específicamente rela- cionadas con la simbiosis. Unas 50 proteínas son específicas del estado simbiótico. La mayoría de los aproximadamente 350 genes regulados diferencialmente están reprimidos cuando el organismo está asociado simbióticamente, mientras que solo 19 genes están expresados en niveles considerablemente más elevados. Muchos de estos genes cuya transcripción está incre- menta (regulación transcripcional positiva) codifican proteínas para la regulación del metabolismo de los aminoácidos y del nitrógeno. Entre ellos se encuentra la enzima glutamato sintasa J . O v e rm a n n a n d H . v a n G e m e rd e n Figura 22.4 Fotografía al microscopio de contraste de fase de «Pelochromatium roseum» del Lago Dagow (Brandenburgo, Alemania). La muestra se aplastó entre portaobjetos y cubreobjetos para mostrar la bacteria con forma de bacilo (en el centro, flecha). Un consorcio simple tiene un diámetro de aproximadamente 3,5 μm. Con permiso de J. Overmann y H. van Gemerden. 2000. FEMS Microbiol. Rev. 24: 591-599. Figura 22.5 Fotografías al microscopio electrónico de barrido de «Chlorochromatium aggregatum.» (a) Epibiontes Chlorobium chlorochromatii estrechamente arracimados alrededor de una bacteria central. (b) La bacteria central muestra numerosas protuberancias en su membrana externa, en íntimo contacto con los epibiontes, posiblemente con fusión de los periplasmas de los dos organismos gramnegativos. Las células del epibionte tienen un diámetro aproximado de 0,6 μm. Con permiso de G. Wanner et al. 2008. J. Bacteriol. 190: 3721-3730. (a) (b) J . O v e rm a n n , w it h p e rm is s io n f ro m J . B a c te ri o l J . O v e rm a n n , w it h p e rm is s io n f ro m J . B a c te ri o l https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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