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UNPeriodico152

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http://www.unperiodico.unal.edu.co • un_periodico@unal.edu.co
Bogotá D.C. No. 152, domingo 12 de febrero de 2012
Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987
Pág. 22
Si bien todavía falta mucho por conocer sobre la bio-
diversidad del país, la UN tiene una de las colecciones 
más completas sobre la historia natural de Colombia. 
Muestra de ello es la lista zoológica de 241 ejemplares, 
única en su tipo, de la cual se desprenden docenas de 
investigaciones científicas. 
Menú de colecciones biológicas
21Ciencia TecnologíaSalud
Amputados
contarán con
prótesis biocompatibles
Los medicamentos 
inútiles del POS
118
Sahara Occidental:
el conflicto olvidado
de África
Internacional2
Pág. 12
Aunque la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la UN lleva 
más de 15 años diseñando programas de protección y conservación del 
caimán llanero, en peligro de extinción, una organización española es-
tá usurpando los créditos del cuidado de la especie, desconociendo el 
trabajo científico realizado en el país.
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Agotadas direcciones
de internet
en el mundo
¿Quién cuida
los cocodrilos de la Orinoquia?
152 12 de febrero de 2012 
Director: Carlos Alberto Patiño Villa
Coordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño Guzmán
Comité editorial: Jorge Echavarría Carvajal � Egberto Bermúdez � Paul Bromberg � Alexis de Greiff � Fabián Sanabria 
Diagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Verónica Barreto Riveros - Sandra Uribe Pérez 
Gestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca 
Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo
Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico
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Teléfonos: 316 5348 - 316 5000 extensión: 18384 / Fax: 316 5232 Edificio Uriel Gutiérrez Carrera 45 Nº 26-85, piso 5º. ISNN1657-0987
2
Sahara Occidental:
el conflicto olvidado de África
La ex colonia española, ocupada por Marruecos hace 35 años, 
sueña con la independencia o, al menos, con la autonomía 
administrativa. Sin embargo, el camino será largo y minado 
debido a los múltiples intereses regionales sobre esta desér-
tica región, dueña de una historia complicada.
Marcos Peckel, 
Profesor de Relaciones Internacionales
Universidad Externado de Colombia
Uno más de esos conflictos 
inmanejables (intractable conflict) 
como el palestino–israelí y el de Ca-
chemira, herencia de la descoloniza-
ción. Se trata del Sahara Occidental, 
territorio ocupado y anexado por 
Marruecos, que exhibe todos los in-
gredientes de complejidad sin solu-
ción a la vista. 
Entre otros, narrativas contra-
dictorias, intervención extranjera, 
drama humanitario, legados de la 
Guerra Fría, refugiados, violaciones 
a los Derechos Humanos, innume-
rables resoluciones del Consejo de 
Seguridad de la ONU, fuerzas de paz, 
enviados especiales, interminables 
negociaciones, recursos naturales y 
ventajosa ubicación geoestratégica. 
Aunque en África subsisten de-
masiados conflictos y guerras, este 
es uno de los de mayor relevancia 
geopolítica, que ocupa poco espacio 
en los medios y en la agenda inter-
nacional, excepto por las reuniones 
de entes de la ONU que infructuosa-
mente buscan una salida.
Se trata de un territorio desérti-
co de 284 mil kilómetros cuadrados, 
con una población de 260 mil habi-
tantes de lengua árabe que profe-
san el Islam; está ubicado al sur de 
Marruecos, con amplias costas en 
el océano Atlántico e importantes 
riquezas en fosfatos, pesca marina y, 
posiblemente, petróleo en la plata-
forma continental.
Es una región que, desde la 
repartija colonial de África, en la 
Conferencia de Berlín (1884–1885), 
conoce solo violencia y agitación. Se 
mantuvo bajo el dominio de España, 
de 1935 a 1976, cuando las fuerzas 
ibéricas abandonaron el país. 
Acuerdos de Madrid
En el foco del conflicto están el 
Reino de Marruecos, que argumenta 
centenarios lazos con el Sahara Oc-
cidental, y El Polisario (Frente Popu-
lar de Liberación de Saguía el Hamra 
y Río de Oro), creado en 1973, que 
lucha por la independencia. Este úl-
timo fue, junto con los movimientos 
palestinos, uno de los consentidos 
de la izquierda durante la Guerra 
Fría, por lo que recibió apoyo militar 
y financiero de Libia, Argelia y Cuba, 
entre otros. 
Un confuso dictamen de la Cor-
te Internacional de Justicia de La Ha-
ya (CIJ), en octubre de 1975, indica 
que el Sahara tiene vínculos legales 
e históricos con la nación marroquí 
y con Mauritania. Se fundamenta 
en el hecho de que tribus nómadas 
que transitaban por el territorio en 
conflicto eran leales al sultán de 
Marruecos o al rey de pueblos mau-
ritanos.
Pero también se afirma que no 
hay evidencia del “ejercicio de so-
beranía” por parte de esas naciones 
sobre la región. El último párrafo 
señala que la “Opinión Consultiva” 
apoya el derecho a la autodetermi-
nación mediante la expresión libre y 
soberana de los habitantes actuales. 
Tras varias resoluciones del 
Consejo de Seguridad, la Asamblea 
General de la ONU y la Opinión 
Consultiva de la CIJ, España decide 
Internacional
abandonar la zona y firma los Acuer-
dos de Madrid, por medio de los 
cuales Marruecos se queda con dos 
terceras partes al norte del Sahara y 
Mauritania con un tercio al sur; esto 
se concretó a inicios de 1976, cuando 
la península puso fin a su última po-
sesión colonial. 
Un año antes, el rey Hassan II de 
Marruecos, padre del actual monar-
ca Mohamed VI, organizó la Marcha 
Verde, en la que 350 mil marroquíes 
emigraron voluntaria y pacíficamen-
te al Sahara en una gran coloniza-
ción, alterando la composición de-
mográfica del territorio. 
Se agudiza la lucha
Tras la retirada española, en 
los campos de refugiados de Tinduf 
(Argelia), el Frente Polisario declara 
la independencia de la República 
Árabe Democrática del Sahara, reco-
nocida por varios países. Comienza 
la guerra de liberación contra las 
muy superiores fuerzas marroquíes, 
lo que convierte al Polisario más en 
una guerrilla que en una fuerza mi-
litar. Mauritania cedió sus derechos 
y se retiró en 1978. Marruecos ocupó 
esa parte. 
Al término de la guerra de gue-
rrillas, la cual arreció entre 1976 y 
1987, el Gobierno de Rabat comenzó 
la construcción de un gran muro de 
defensa de 2.500 km, que incluye 
en su interior casi todo el territorio 
saharaui (Sahara Occidental). Esto le 
ha servido para mantener al margen 
al Polisario –con lo que el conflicto 
se ha reducido en intensidad– y ais-
lar al Sahara de sus vecinos Argelia 
y Mauritania, creando, de facto, la 
frontera actual.
En 1991, bajo los auspicios de 
la ONU, se firmó una tregua que 
aún se mantiene, a excepción de 
algunas escaramuzas. En el área hay 
estacionadas fuerzas de la Misión de 
Naciones Unidas para el Referendo 
en el Sahara Occidental y Cascos 
Azules. Por su parte, el Polisario, de 
clara orientación marxista, controla 
los campos de refugiados en los que 
hay entre 30 y 60 mil personas (cifra 
no verificada) en la ciudad de Tindo-
uf, parte del Sahara, pero ocupada 
por Argelia.
En 1983, la Unión Africana per-
dió la posibilidad de ser un mediador 
neutral en el conflicto al admitir a la 
República Saharaui como miembro 
pleno de la organización. Marrue-
cos optó por retirarse. El Consejo de 
Seguridad de la ONU ha adoptado 
varias resoluciones en las que, en 
general, hace un llamado al referen-
do para que la población decida si 
quiere independencia total o auto-
nomía dentro de Marruecos; las dos 
partes han accedido. El gran punto 
de contención es sobre quiénes pue-
den participar. 
Para Marruecos, a favor de la 
autonomía, deben hacerlo todos los 
habitantes menos los refugiados de 
Tindouf por estar “fuera del país”. 
Para el Polisario, que desea la inde-
pendencia,no deben votar los que 
llegaron con la Marcha Verde, por ser 
“extranjeros”, pero los refugiados sí. 
El resultado dependería claramente 
de quiénes puedan votar. 
Varias mediaciones y negocia-
ciones entre las partes, misiones de 
la ONU y enviados especiales no han 
logrado ponerle fin al conflicto; la 
posibilidad de que la República Ára-
be Democrática del Sahara vea la luz 
es hoy remota.
Marruecos tiene importantes 
apoyos como el de Francia –su anti-
guo colonizador–, Estados Unidos, 
Reino Unido y Arabia Saudita; últi-
mamente, España, que apoyaba la 
independencia, ahora favorece la au-
tonomía bajo la soberanía marroquí. 
El estallido de la Primavera Ára-
be (serie de protestas a favor de la 
democracia en varias repúblicas ára-
bes) ha llevado a las monarquías 
sunitas –propias de esa región– a 
cerrar filas para preservar sus tro-
nos, con lo que se ha fortalecido la 
posición estratégica de Marruecos, 
que hace unos meses se adhirió al 
Consejo de Cooperación del Golfo 
junto con Jordania. 
El rey Mohamed VI da pasos 
importantes en una apertura demo-
crática dentro del reino. En noviem-
bre pasado se realizaron elecciones 
parlamentarias en las que un partido 
islamista obtuvo la mayoría de esca-
ños, lo que puede ser la llave para 
que el Sahara finalmente encuentre 
salida. Esta no podría ser otra que 
una autonomía amplia bajo la sobe-
ranía marroquí, junto con el retorno 
de miles de refugiados, la inclusión 
del Polisario en la estructura local 
del poder y una repartición adecua-
da y justa de las riquezas naturales. 
Como en conflictos similares, la 
solución parece sencilla en el papel 
pero es difícil en la práctica. Hay tal 
cantidad de obstáculos que requie-
ren una magnitud de compromisos 
tan amplia, que la hacen inalcan-
zable, pues algunos tocan lo más 
profundo de la narrativa e identidad. 
¿Ocurrirá lo mismo en el Sahara?
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3Internacional
Límite de los
rankings universitarios
Actualmente abundan las clasificaciones mundiales que 
pretenden destacar el rol de las instituciones acadé-
micas desde distintos ángulos. Las mediciones pueden 
traer ventajas, pero también desinformación y riesgos; 
por ejemplo, que la academia trabaje en función de los 
listados más que de la formación.
Jimmy Antonio Corzo S.,
Profesor Departamento de Estadística
Universidad Nacional de Colombia
Los rankings mundiales de 
universidades son puntajes que se 
asignan ponderando criterios del 
quehacer investigativo y académi-
co. Desde que surgió el primero en 
19981 es notoria su proliferación 
y, por supuesto, las entidades y 
empresas de consultoría que los 
calculan.
En una búsqueda sistemáti-
ca realizada por la profesora Mar-
cela Sánchez, de la Vicerrectoría 
de Investigación, y su alumna de 
maestría Giovana Moreno, se han 
identificado y caracterizado 21, 
cuatro surgidas hasta 2003, cinco 
en 2004, cuatro en 2006 y las res-
tantes desde 2007 hasta la fecha. 
Nueve son de cobertura mundial, 
ocho nacional, tres regionales y 
uno subinstitucional. De estos, 18 
son de periodicidad anual.
Los seis listados más utiliza-
dos y reconocidos actualmente in-
cluyen, al menos, dos tipos de cri-
terios comunes, identificados por 
medio de indicadores: uno de pro-
ductividad, calculado a partir del 
número de publicaciones hechas 
por los académicos–investigado-
res, y uno de impacto, que incluye 
información acerca del número de 
citas bibliográficas derivadas de 
publicaciones de la institución.
En la mayoría la información 
se obtiene de las bases de datos 
Scopus, SCI y SSCI2. Los rankings 
tienen otros criterios diferenciado-
res. Por ejemplo, el Scimago com-
prende uno de cooperación inter-
nacional, calculado por el número 
de publicaciones realizadas en co-
laboración con investigadores ex-
tranjeros.
El Webometrics tiene indica-
dores de presencia en la Web; el 
HEEACT tiene los dos comunes, 
pero se distingue por su especia-
lizada forma de ponderarlos; el 
Times Higher Education (THE) 
introduce una encuesta sobre la 
reputación en investigación (pre-
supuesto público, aportes de la 
industria e internacionalización 
–calculada a partir del número de 
profesores y estudiantes extranje-
ros–), mientras el QS es más que 
todo una guía de opinión.
Por último, el más exigente, el 
ARWU, complementa los dos in-
dicadores comunes con otros dos 
de reconocimiento de la comuni-
dad académica internacional por 
la obtención de premios Nobel o 
medallas Field.
Sujeto 
a interpretaciones
Como se aprecia, aparte de 
los dos criterios comunes, los de-
más, así como las ponderaciones 
asignadas a ellos dentro de las me-
diciones, varían con las metodolo-
gías utilizadas, pero también con 
los objetivos e intereses buscados, 
los campos temáticos para los que 
se calcula y las regiones geográfi-
cas para las cuales son construidos 
(el QS latinoamericano incluye el 
tamaño y la antigüedad de las ins-
tituciones, el número de profeso-
res con doctorado, etc.).
En síntesis, se diseñan de 
acuerdo a un modelo de univer-
sidad predefinido por la entidad 
o los productores del ranking3. De 
manera curiosa, todos se acercan 
al modelo norteamericano de “uni-
versidad para la investigación”4.
Para ilustrar cómo la variedad 
y diversidad de los rankings con-
duce a percepciones e interpreta-
ciones confusas sobre las institu-
En el mundo cada región elabora sus propios rankings para evaluar diversos aspectos de las universidades.
ciones, consideremos la siguiente 
situación sobre las posiciones de 
las cinco universidades colombia-
nas que mejor puntúan en Améri-
ca Latina.
La Universidad Nacional de 
Colombia, la de Antioquia, los An-
des, la del Valle y la Javeriana ocu-
pan los lugares 13, 29, 30, 49 y 52, 
respectivamente, en el Scimago, en 
el cual predomina la productividad 
científica y su impacto, así como 
la cooperación internacional. En 
Webometrics, que mide la produc-
tividad, impacto y presencia en la 
Web, se sitúan en los puestos 29, 
46, 71, 80 y 116.
Al consultar el QS, que se ca-
racteriza por privilegiar la percep-
ción sobre los egresados de las 
instituciones entre pares académi-
cos y empleadores, las cinco uni-
versidades quedan en el siguiente 
orden: Andes, Nacional, Javeriana, 
Antioquia y Valle, que ocupan los 
puestos 6, 9, 23, 27 y 54.
Según Scimago y Webome-
trics, la UN y la de Antioquia son 
las mejores en cuanto a investi-
gación, impacto y presencia en la 
Web, pero no informan de la buena 
reputación con la que cuentan los 
egresados de los Andes, variable 
que sí mide el QS.
Riesgos
Ello invita a reflexionar sobre 
varios temas: por una parte, los 
sesgos de interpretación en los que 
se puede incurrir al utilizar par-
cialmente los indicadores, como 
ocurrió en un programa radial en 
el que algunos periodistas califica-
ron y descalificaron instituciones 
sin ninguna responsabilidad, por 
sus posiciones en estos rankings, 
sin aclarar su especificidad.
Por otra parte, cabe discutir 
sobre los criterios utilizados para 
construir las mediciones: ¿Deben 
incluir indicadores del prestigio 
de las instituciones obtenidos por 
medio de encuestas? Si es el caso, 
¿qué proporción del ranking deben 
tener? ¿Hay que incluir indicadores 
del impacto social de las institucio-
nes? ¿Cómo identificarlo? ¿Se debe 
utilizar el sistema Publindex de 
Colciencias para indexación de re-
vistas o nos acogemos a otros más 
reconocidos internacionalmente? 
¿Hacemos una fusión de indexa-
ciones nacionales y extranjeras?
Una tercera reflexión sería la 
pertinencia de estas herramien-
tas dentro del estricto sistema de 
acompañamiento y seguimiento 
de la calidad de la educación en 
las universidades (como el retirado 
Proyecto de Reforma de la Ley 30), 
contexto en el cual podrían ser uti-
lizadas para juzgar la calidad o el 
diseño de políticas y –lo que sería 
más grave– para la asignación de 
presupuestos.
Naturalmente, es posible un 
uso positivo y optimista de los ran-
kings para identificar debilidadeso falencias, y asignar presupuestos 
que les permitan a las universida-
des superarse y mejorar.
También podría discutirse si 
las instituciones evaluadas estarán 
reorientando su investigación ha-
cia paradigmas que conlleven a un 
buen posicionamiento, dejando de 
lado los temas regionales de su 
objeto social y misional. Es decir, 
si las universidades no estarán en-
trando en una especie de producti-
vismo académico, en deterioro de 
la autonomía universitaria y des-
pojando de su carácter sustantivo 
a la investigación y a la docencia–
formación.
No se trata de dejar de evaluar 
ni de diseñar escalafones en los que 
nuestras instituciones queden bien 
posicionadas (lo que se conoce co-
mo endogamia académica), pero sí 
de cuestionar y discutir los criterios 
con los que se deben construir ran-
kings regionales o locales, o adaptar 
los existentes, y de identificar su 
utilidad en mejora de la calidad de 
la educación superior.
Referencias 
1. Centrum für Hochschulentwicklung 
(CHE), creado para proporcionar informa-
ción acerca de maestrías y doctorados, así 
como indicadores de internacionalización 
de un grupo seleccionado de universidades 
europeas. 
2. Science Citation Index y Social Science 
Citation Index. 
3 Concepto del profesor Imanol Ordorika, 
director general de Evaluación Institucional 
de la Universidad Nacional Autónoma de 
México, en un seminario realizado por la 
Vicerrectoría de Investigación de la UN so-
bre la pertinencia de los rankings. 
4. Así lo señalaba también el profesor Fé-
lix de Moya, investigador principal de la 
Unidad Asociada del grupo Scimago, en el 
seminario sobre pertinencia de los rankings.
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Colombia, rezagada
en formación doctoral
César Enrique Herrera De la Hoz,
Unimedios
Las universidades colombia-
nas graduaron a 162 doctores entre 
1960 y 2000. El número fue supera-
do ampliamente entre el 2001 y el 
2010 con la formación de 909 doc-
tores, según cifras del Observato-
rio Laboral para la Educación del 
Ministerio de Educación Nacional 
(MEN), presentadas en octubre del 
2011. De estos últimos, se destaca 
que el 41,6% se graduaron de las 
áreas de Ciencias Básicas; 18,6% 
de Ingenierías, Arquitectura y Ur-
banismo, y el 17,4% de las Ciencias 
Sociales y Humanas (ver gráfico).
De igual forma, aumentaron 
los programas y alumnos en este 
nivel de posgrado. En el 2011 esta-
ban matriculados 2.784 estudian-
tes en el país, mientras que en el 
2003 eran 583. Actualmente exis-
ten 226 doctorados inscritos en el 
Sistema Nacional de Información 
de la Educación Superior (SNIES), 
pero la cifra disminuye al contar 
aquellos que se dictan en conve-
nio entre varias universidades.
En suma, 39 de las 80 univer-
sidades existentes (32 públicas y 48 
privadas) ofrecen al menos un doc-
torado, aunque muy pocas tienen 
una oferta variada. De estas, según 
los datos tomados del SNIES (doc-
torados activos e inactivos), en pri-
mer lugar se encuentra la Univer-
sidad Nacional de Colombia (51), 
seguida de la de Antioquia (25), Los 
Andes (15) y la del Valle (14).
Sin embargo, y muy a pesar 
del crecimiento doctoral en la úl-
tima década, Colombia sigue ale-
jada de los indicadores y la pro-
ducción científica mundial que 
exhiben países líderes tanto en la 
región como en el mundo.
Doctores del planeta
Según la Red Iberoamericana 
de Indicadores de Ciencia y Tecno-
logía (RICyT), en el 2009 en Améri-
ca Latina y el Caribe se graduaron 
15.249 doctores, principalmen-
te en las áreas de Humanidades 
(3.281) y las Ciencias Naturales y 
Exactas (3.231). Sin embargo, estos 
datos no indican que en todos los 
países de la región exista una po-
lítica estratégica de fomento a la 
formación doctoral, que enfatice 
además en las áreas clave para el 
desarrollo como las Ingenierías o 
las Ciencias.
Del total de graduados ese 
año, 14.092 provienen de dos paí-
ses: 80,66% de Brasil y 19,34% de 
México. Según RICyT, el gigante 
sudamericano graduó en ese año 
a 11.368 doctores, la mayoría en el 
área de Humanidades, con 2.686; 
le siguieron las Ciencias Naturales 
En el 2011, la Universidad de São Paulo (USP) en Brasil contaba con 13.101 
doctorandos y otorgó 2.338 títulos en este nivel de posgrado.
Brasil y México concentran el 90% de la graduación anual de los docto-
res en América Latina, con cerca de 14 mil. Nuestro país, en cambio, solo 
formó 909 en los últimos diez años. Este evidente rezago no da espera, 
urgen políticas que permitan formar al capital humano que pueda orien-
tar el desarrollo económico, tecnológico y científico de la Nación.
Educación
y Exactas (2.388), Ciencias Médi-
cas (2.125), Ciencias Agropecua-
rias (1.424), Ingenierías (1.284) y 
las Ciencias Sociales (952). Por su 
parte, México tituló 2.724 docto-
res: 747 en Ciencias Sociales, 547 
en Ingenierías, 530 en Ciencias 
Naturales y Exactas, 474 en Huma-
nidades, 285 en Ciencias Médicas 
y 141 en Ciencias Agropecuarias.
Los resultados de América La-
tina, a excepción de Brasil, palide-
cen frente a los países desarrolla-
dos, aun teniendo en cuenta las 
diferencias en los tamaños de la 
economía o de la población. Por 
ejemplo, Estados Unidos, que bajo 
el liderazgo del presidente Barack 
Obama ha apostado al fortaleci-
miento del sistema de educación 
superior como una de las estrate-
gias para salir de la crisis econó-
mica de la última década, graduó 
a 48.069 doctores en el 2010.
De estos, 20.776 se titularon 
en las áreas de Ciencias (Bioquí-
mica, Biología Molecular, Neuro-
ciencias, Física y Astronomía, en-
tre otras) y 7.552 de Ingenierías. En 
estas dos áreas se graduó el 68,9% 
de los doctores. El porcentaje res-
tante se tituló de Ciencias Sociales, 
Humanidades (como Lenguas Ex-
tranjeras y Literatura) y Ciencias 
de la Educación, según la agencia 
federal estadounidense National 
Science Foundation (NSF).
A su vez, China supera a Esta-
dos Unidos como el país que más 
doctores gradúa anualmente. En 
el 2009 graduó 50.000 doctores, 
de los cuales 15.300 lo hicieron en 
Ciencias e Ingenierías (en el 2000 
graduó 4.500 en estas áreas). Por 
su parte, India, uno de los grandes 
protagonistas de la economía y la 
política internacional en la actua-
lidad, graduó en el 2011 un total 
de 8.900 doctores en Ingenierías, 
Ciencias Básicas y Tecnologías, y 
espera graduar un promedio de 
20.000 en el año 2020.
Producción científica 
y desarrollo
La inmensa brecha existente 
entre países como Estados Uni-
dos o China frente al resto del 
mundo también es evidente con 
la producción científica mundial, 
que en gran parte está sustentada 
en los investigadores egresados de 
doctorados.
En efecto, según el Informe 
sobre la Ciencia 2010 de la Unesco 
(que utiliza el número de publica-
ciones científicas registradas en 
el Science Citation Index (SCI) de 
Thomson Reuters), Estados Uni-
dos sigue siendo el país líder con 
el 28% de la producción científica 
mundial, aunque el porcentaje de 
participación de la Unión Euro-
pea, cuyo dato es el agregado de 
los Estados miembros, es de 37%. 
Les siguen China con el 10%, ade-
más de Japón y Alemania con poco 
menos del 8%.
A nivel continental, América 
Latina pasó del 3,8% al 4,9% de 
la producción científica mundial 
entre los años 2004 y 2009, princi-
palmente por Brasil. En el mismo 
periodo, África creció del 0,25% 
al 2% del total mundial, especial-
mente por Sudáfrica y las naciones 
del Magreb.
Con los datos anteriores, la 
Unesco concluye que en los próxi-
mos años se dará una nueva tríada 
en cuanto a producción científica 
mundial: Estados Unidos, Europa 
y Asia. A su vez, los analistas pre-
vén que Asia, dado el tamaño de 
su población, se convertirá rápida-
mente en el continente dominante 
en el ámbito científico.
Entretanto, Colombia con-
tinúa rezagada en el panorama 
científico latinoamericano y mun-
dial. Las necesidades del país 
muestran que no se puede seguir 
posponiendo la implementación 
de políticas que permitan mejorar 
las capacidades doctorales actua-
lespara contribuir con innovación 
a superar los principales desafíos 
sociales y económicos del país. En 
el 2011 este tema fue mencionado 
pocas veces en los debates sobre la 
reforma a la Ley 30, a pesar de los 
múltiples análisis realizados por 
rectores de universidades públicas 
y privadas. Ojalá en el 2012 no bri-
lle por su ausencia.
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Ciencias básicas
41,3
18,6
8,1
6,5
5,9
2,2
17,4
Ingeniería, Arquitectura, Urbanismo
Ciencias Sociales y Humanas
Ciencias de la Salud
Ciencias de la Educación
Agronomía y Veterinaria
Economía, Administración y Contaduría
Participación doctorados graduados en Colombia 2001-2010
Fuente: Observatorio Laboral para la Educación - Ministerio de Educación Nacional.
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5Coyuntura
Tumaco: educación contra violencia
Carlos Fernando Álvarez C.,
Unimedios
El bombazo en Tumaco, que 
dejó nueve personas muertas, de-
cenas de heridos y millonarias 
pérdidas económicas, también 
aturdió los corazones de sus ha-
bitantes y volvió a generar miedo, 
uno que amarra las voluntades 
y provoca la peor de las conse-
cuencias: la inmovilidad, situa-
ción que la Universidad Nacional 
de Colombia quiere cambiar con 
educación de calidad. 
El atentado terrorista es el 
nuevo capítulo de una guerra no 
declarada entre los grupos arma-
dos ilegales y el narcotráfico, que 
se enfrentan por el poder del terri-
torio y un negocio multimillonario. 
Según cifras de la ONU, desde el 
2009 Tumaco es el municipio líder 
en producción de hoja de coca, 
seguida de Nariño y de Barbacoas, 
localidades ubicadas en el mismo 
departamento. Hoy cuenta con 5 
mil hectáreas sembradas y, a pesar 
del esfuerzo de las autoridades por 
erradicarlas, la cifra no afloja, co-
mo ya pasó en otras regiones del 
sur de Colombia.
Lo de la extensión de los cul-
tivos también tiene una respues-
ta geográfica: Tumaco es, junto a 
Puerto Carreño (12.409 km2), ca-
pital del Vichada, los municipios 
más grandes de Colombia. Tiene 
3.778 km2, incluyendo sus tres is-
las. Así que su control es demasia-
do complejo.
Incluso, la guerra ya ha sido 
retratada y divulgada en diferentes 
informes periodísticos y de acción 
comunitaria, entre ellos el boletín 
Salud y Desplazamiento, de la Con-
ferencia Episcopal de Colombia. En 
el documento del 2004, la Iglesia 
Católica recogió cientos de testi-
monios de víctimas de la violencia:
“En nuestra comunidad hubo 
un desplazamiento por el enfren-
tamiento del Ejército y la guerri-
lla; tuvimos que salir huyendo de 
nuestras casas y esto sucedió en la 
comunidad de Río Piedras, en El 
Rincón ocurrió lo mismo: subió un 
grupo de paramilitares y las perso-
nas salieron corriendo, pero prin-
cipalmente lo primero que se hizo 
fue salvar a los niños. Sufrimos 
mucho por culpa de los grupos ar-
mados”, afirmó en el informe una 
habitante de Río Piedras.
Realidades
UN Periódico estuvo en Tuma-
co y al preguntar a sus habitantes 
sobre la presencia de los neopa-
ramilitares, el miedo aflora y hace 
bajar la voz. “Ellos dicen que son 
como Dios: todo el mundo sabe 
que existen, pero nadie los ve”, 
dicen al referirse a los llamados 
‘Rastrojos’, el nuevo poder armado 
en la población y el peligroso refe-
La apuesta de la Universidad Nacional de Colombia es llevar educación a una región que ha sido olvidada histó-
ricamente en este campo, así como en salud.
Los recientes atentados terroristas cometidos contra la población civil 
del puerto nariñense aceleran el interés de la UN en cimentar su presen-
cia en esta vital región del Pacífico colombiano. Con formación en cien-
cia, tecnología y cultura se puede desarmar a los violentos. Un convenio 
con Japón es el inicio de esta tarea.
rente de poder que tienen miles de 
jóvenes sin oportunidades. 
No obstante esta dura rea-
lidad, la esperanza prevalece en 
Tumaco, una región en la que el 
95% de sus 170.000 habitantes son 
afrocolombianos (DANE) y de ese 
total, 61,4% están entre los cero y 
los 24 años de edad. Es, además, 
una tierra rica en biodiversidad, 
con ríos caudalosos como el Patía, 
el Mira y el Telembí, además de 
otros afluentes menores. 
Estos son factores que la Uni-
versidad Nacional de Colombia 
quiere aprovechar para romper 
con esa inmovilidad social, cul-
tural, económica y educativa que 
aqueja a los habitantes del Pacífi-
co. Por eso, cimentar la presencia 
académica en Tumaco es una prio-
ridad estratégica. 
En ese sentido, la Institución 
cuenta con un terreno propio de 
44,7 hectáreas, ubicado en la zona 
rural, y se alista para la construc-
ción del Centro de Estudios del Pa-
cífico, la primera estructura física 
del futuro campus, desde donde 
se generarán estrategias, planes y 
proyectos que propendan por el 
desarrollo regional, en llave con 
las autoridades locales, departa-
mentales y la sociedad civil. 
La edificación se concretó con 
la firma de un convenio entre Ja-
pón y la UN el pasado 6 de febrero, 
como resultado de una convoca-
toria que abrió el Gobierno nipón 
con el objetivo de conceder recur-
sos no reembolsables para obras 
de infraestructura. El país asiático 
otorgará $ 200 millones, mientras 
que la UN, como contrapartida, 
pondrá $ 130 millones. 
“Tendremos tres aulas to-
talmente dotadas. Es la primera 
construcción de nuestro campus 
del futuro, que beneficiará a una 
región ávida de capacitación, por-
que tradicionalmente ha sido muy 
mal atendida y presenta gravísi-
mas falencias en educación y sa-
lud”, resalta el rector de la UN, 
Moisés Wasserman.
El Rector sostiene que la cons-
trucción del Centro es importante 
porque va a atender a 20 mil alum-
nos de los colegios de las zonas 
rurales, que en la actualidad están 
muy mal calificados en el escala-
fón nacional. “Ellos, con tan solo 
100 horas de capacitación, logra-
ron unos muy buenos puntajes 
para acceder a la UN”, dice. 
Apoyo
Entretanto, el embajador ja-
ponés en Colombia, Kazumi Suzu-
ki, asegura que el interés de su país 
es estrechar los vasos comunican-
tes entre Oriente y Colombia, a 
través del océano Pacífico, donde 
las relaciones entre los pueblos 
han existido desde hace siglos.
El diplomático agrega que la 
pesca es la clave de ese futuro y 
asegura que la acuicultura es la 
llave de la despensa. Señala que en 
Chile la crianza de salmón fue un 
éxito con el apoyo japonés y que 
hay casos igualmente notorios en 
Ecuador y Perú. 
El rector Wasserman manifies-
ta que en Colombia el tema no ha 
sido tan afortunado, pero reafirma 
el compromiso de la UN en desa-
rrollar proyectos al respecto. Por 
ejemplo, en la Sede Tumaco, este 
año entrará en vigencia la segunda 
etapa del proyecto de extensión e 
investigación con las sardinas plu-
muda y carduma.
Por su parte, el director del 
Instituto de Estudios del Pacífi-
co, Petter Lowy Cerón, considera 
que con este aporte se cumple 
una de las fases más importantes 
de todo el proyecto. Y la tecno-
logía será clave. Las aulas conta-
rán con todos los aditamentos de 
nuevas tecnologías y dos megas 
de internet, inicialmente.
Lowy ratifica que la UN tam-
bién ganó la convocatoria del Go-
bierno de Países Bajos, conocida 
como ORIO (The Facility for In-
frastructure Development) por 
$ 13 millones de euros (de un total 
de $ 36 millones) para proyectos de 
infraestructura y que se destina-
rán a la edificación total del nuevo 
campus. La convocatoria se divide 
en tres partes: diseño (más de $ 
1,05 millones de euros); la cons-
trucción de la infraestructura como 
tal ($ 3,2 millones de euros) y el res-
to ($ 8,6 millones de euros) para el 
funcionamiento y mantenimiento 
del proyecto durante 10 años. 
“Es la primera vez que Colom-
bia gana esta convocatoria y así 
consolidaremos más nuestra pre-
sencia en Tumaco y en el Pacífico”, 
concluye.
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6 Salud
Se reactiva atención en el 
Hospital San Carlos
Luego de tiempos difíciles, este centrode tercer nivel de 
atención en salud vuelve a convertirse en protagonista de 
la praxis médica de cientos de estudiantes. Un recorrido 
por sus pasillos evidencia el empeño de la UN por garan-
tizar la formación médica de alto nivel. “Las condiciones 
académicas y clínicas están dadas para trabajar”, destaca 
el Decano de Medicina.
Carlos Fernando Álvarez C.,
Unimedios
María Duarte*, de 91 años, 
llegó prácticamente desahuciada 
al Hospital San Carlos, al sur de 
Bogotá. Presa de una gran depre-
sión, producto del maltrato y de 
una dolencia cardiaca, su cuerpo 
presentaba problemas coronarios 
que hacían peligrar su vida.
De inmediato, el equipo mé-
dico integrado por residentes, in-
ternos y profesionales de planta 
en geriatría, psiquiatría y de las 
unidades especializadas de la Uni-
versidad Nacional de Colombia 
que laboran en el lugar, lograron 
salvarla y recuperar en parte su 
calidad de vida con un tratamiento 
que lleva cinco meses.
La mejoría de María coinci-
dió con el renacimiento del centro 
hospitalario, que soportó una ad-
ministración nada afortunada y se 
vio afectado, además, por el paro 
de los estudiantes a mediados del 
2011, lo que motivó su cierre con 
las respectivas consecuencias para 
la academia y la comunidad.
La junta directiva de la Funda-
ción Hospital San Carlos, integra-
da por la UN, la Iglesia Católica, la 
Academia Colombiana de Medi-
cina, la Sociedad San Vicente de 
Paul, representantes de los traba-
jadores y el Distrito Capital de Bo-
gotá (este último con voz, pero sin 
voto), decidió cambiar la adminis-
tración y optó por firmar un nuevo 
convenio Docencia–Servicio entre 
la Universidad y la entidad. Hoy el 
hospital se recupera.
El decano de la Facultad de 
Medicina, Carlos Alberto Agudelo, 
reconoce lo agudo de la crisis y 
afirma que el semestre nunca de-
bió suspenderse.
Según él, las condiciones aca-
démicas para las prácticas clínicas 
estuvieron y están dadas. Es más, 
asegura que se superaron las pe-
ticiones centrales de los estudian-
tes, como la reapertura de un hos-
pital propio (ver recuadro Se abre 
el Santa Rosa) o el establecimiento 
de un convenio con la Secretaría 
Distrital de Salud.
“Esa crisis duró tres a cuatro 
semanas y las directivas hicieron 
el llamado a los estudiantes para 
reiniciar labores, pero ellos dijeron 
que no. Esa actitud fue lo que llevó 
a la pérdida del semestre y no otra. 
Lo que estaba planteado por escri-
to se cumplió”, recalca.
A pesar de su delicado nivel y 
de que aún está en ley de quiebra, 
son 12 los convenios entre la UN y 
el San Carlos, que se convierten en 
la punta de lanza para garantizar 
la docencia y el servicio. Hoy los 
pactos con otros centros asisten-
ciales llegan a 130.
“Esta administración priori-
zó los convenios y los concentró, 
pues era evidente que teníamos 
una gran dispersión. Incluso, mu-
chas de las alianzas con hospitales 
seguirán vigentes y harán parte de 
esa red. No competiremos con ins-
tituciones de atención primaria, la 
ciudad está llena de ellas”, aclara.
Vibra 
la academia
Renán Morales, residente de 
primer año, reconoce que, aunque 
no es estudiante de la UN, el con-
tacto académico con personas de 
este centro educativo es enrique-
cedor. Él fue quien tuvo a su cargo 
la atención de la señora María.
“Mi experiencia aquí ha sido 
muy formativa, personal y profe-
sionalmente. He tenido la oportu-
nidad de compartir con docentes 
de la UN de altísima calidad. Creo 
que la práctica hace al maestro. No 
hay otra forma de hacer medicina, 
que es un arte y una ciencia”, pun-
tualiza.
Agrega que semanalmente 
hay reuniones entre los estudian-
tes, profesores y doctores de dife-
rentes especializaciones para revi-
sar casos complejos, así a veces se 
topen con la falta de recursos o los 
muros infranqueables del sistema 
actual de salud.
Los estudiantes, residentes e 
internos adelantan una labor pro-
fesional que es equiparable a un 
apostolado, como lo pregonaba el 
santo patrón del hospital, el arzo-
bispo de Milán Carlos Borromeo, 
quien fuese llamado en vida ‘el 
padre de los pobres’.
Para Carlos Alberto López, 
egresado de Medicina de la UN 
y hoy interno, la vivencia ha sido 
satisfactoria. “Llevo ocho meses y 
cada día llegan más y más pacien-
tes. Así practicamos aspectos bási-
cos para nuestra formación como 
médicos generales. El internado lo 
empecé en el mes de la crisis y he 
presenciado su caída y recupera-
ción. Creo que ya salió de cuida-
dos intensivos”, dice.
Angélica Ochoa, de séptimo se-
mestre de Medicina, considera que 
cuenta con todo el espacio y los 
elementos necesarios para hacer 
una buena pasantía, como el con-
sultorio, la camilla y el tensiómetro 
(existen hospitales que ni siquie-
ra tienen utensilios). “Estamos en 
consulta externa y atendemos a los 
pacientes programados”, afirma.
La historia 
y las cifras
Sorprende arribar al Hospital 
San Carlos, pues está lejos de la 
apariencia tradicional de un sa-
natorio. El complejo, compuesto 
por dos torres, queda enclavado 
en medio de lo que subsiste del 
bosque de San Carlos (hoy parque 
metropolitano), lugar que se salvó 
de la voracidad del cemento en la 
localidad de Rafael Uribe Uribe. 
Sus límites oscilan entre las calles 
27A sur y 34 sur, y entre las carre-
ras 13 y 13A.
Allí funcionó un centro pa-
ra tuberculosos, cuya obra fue la 
donación del bogotano Gustavo 
Restrepo. En ese entonces, la en-
fermedad se presentaba con alta 
incidencia, por eso, el filántropo 
pensó en un sitio de atención a las 
afueras de la ciudad, en medio de 
la naturaleza, con el fin de contri-
buir a la rápida recuperación de 
los pacientes.
El director del programa de 
Medicina Interna de la UN, Ger-
mán Pérez, comenta que los la-
drillos con que fue edificado el 
complejo de San Carlos eran “re-
quemados”, es decir, dejados más 
tiempo dentro de los chircales (fo-
gones). De esta forma, el bacilo de 
Koch, responsable de la tuberculo-
sis, no se podía adherir a los muros 
y propagarse.
Junto a Jaime Hernández, di-
rector del posgrado de Medicina 
Interna, el doctor Pérez otorgó da-
tos que confirman la recuperación 
del gigante. “En este momento, 
luego de la reapertura, dispone-
mos de 150 camas. Avanzamos en 
el soporte diagnóstico para los pa-
cientes, de manera que reducimos 
los tiempos de atención. Contamos 
con radiología básica y laboratorio 
clínico las 24 horas del día, que 
incluyen pruebas especializadas. 
A corto plazo, esperamos adquirir 
un tomógrafo. Además, tenemos 
25 camas en cuidados intensivos y 
7 en intermedios”.
Reconoce que se adelantaron 
muchas y largas conversaciones 
para concretar la vinculación de 
Los médicos internos de las tres unidades de Cuidados Intensivos del San Carlos trabajan en pro de la comuni-
dad de adultos mayores que llegan al hospital.
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7Salud
Se abre el Santa Rosa
El decano de Medicina, Carlos Alberto Agudelo, anunció que en dos o tres meses se abrirá la pri-
mera fase de la clínica-hospital Santa Rosa, propiedad de la UN, en las instalaciones del antiguo 
Cajanal, ubicado en el Centro Administrativo Nacional (CAN).
“Consiste en el reforzamiento estructural del edificio y, seguramente, tendremos habilitada un 
área de diagnóstico. Luego viene la habilitación del recinto”.
Convenios vigentes
Hay tres líneas de acción de la Universidad Nacional de Colombia con respecto al manejo académico y 
asistencial en medicina: convenios docencia−servicio con el Hospital San Carlos, la red distrital hospi-
talaria (públicos y privados) y el hospital−clínica propio.
IPS Nivel Especialidad
Fundación Hospital San Carlos 3 Medicina Interna, Pre y Postcirugía
Engativá (acuerdo estratégico) 2 Ginecología y Medicina Interna
El Tunal 3 Ortopedia y Especialidades Quirúrgicas
Kennedy 3 Neurocirugía
La Victoria (Materno Infantil) 3 Obstetricia
La Misericordia 3 Pediatría
Cancerológico 3 Oncología
Clínica San Rafael 3 Infectología y Hematología
La Samaritana 3 Gastroenterología y Oftalmologíaotros departamentos de la Facul-
tad de Medicina a la fundación. 
Confía en el arribo del de Rehabi-
litación y que se hagan más conve-
nios para el laboratorio de patolo-
gía y la morgue.
En cuestión de cifras, el Hos-
pital San Carlos cuenta con 370 
trabajadores, 230 estudiantes de 
pregrado y 60 de posgrado. De 
este número, entre 30% y 40% es 
población flotante de otras insti-
tuciones. “Tenemos al menos 150 
educandos fijos de la Universidad 
Nacional de Colombia”, revela el 
doctor Pérez.
El “nuevo edificio”
En cuanto a las posibilidades 
de prácticas y la disposición de los 
estudiantes de pre y posgrado, el 
profesor Hernández asegura: “Hay 
buena actitud por parte de ellos, 
tenemos residencia de medicina 
interna en los tres años, en sub-
especialidades como reumatolo-
gía, endocrinología, hematología, 
neurología, dermatología y neu-
mología”.
Pérez destaca que todavía fal-
tan elementos tecnológicos, aun-
que con los actuales equipos se 
trabaja con eficiencia. “Compra-
mos un dispositivo nuevo de prue-
bas de función pulmonar que nos 
dejará bien cubiertos por cinco 
años; asimismo, un fibroloscopio, 
que prestará un buen servicio por 
unos tres años”.
Al hacer el recorrido con el 
profesor Hernández, el hospital 
ofrece un laberinto de historias, 
de reformas locativas, de cuatro 
administraciones diferentes, de 
puertas que van y vienen, algunas 
que comunican a las dos torres 
internamente, por ejemplo, entre 
los pisos de los pacientes y las uni-
dades de cuidados intensivos.
En el octavo piso se encuentra 
el auditorio con capacidad para 
100 personas y el Museo de Cien-
cias de la Salud, y a falta de una, 
el San Carlos cuenta con dos ca-
pillas, una en cada edificio, donde 
millones de oraciones han sido 
escuchadas y otras no.
Una de las puertas de vidrio 
del “nuevo edificio” es la salida a 
un patio posterior, donde se halla 
la sala de urgencias; allí las dife-
rencias con otros centros asisten-
ciales saltan a la vista: no hay un 
solo atropellado, herido por armas 
cortopunzantes o de fuego, ni la 
camilla a toda velocidad rumbo a 
los quirófanos.
“Este sector es habitado por 
personas mayores de 60 años. Su 
atención es diferente, pero si lle-
gan los traumas o accidentes po-
demos atenderlos las 24 horas”, 
precisa Hernández.
En urgencias, hoy por hoy, se 
atienden 27 personas al día en 
promedio, a diferencia de los 5 ó 6 
en octubre, cuando se reabrió. Los 
días pico son los fines de semana 
(sábados), con 35 consultas, y los 
miércoles. Los casos más vistos 
son las diarreas y los problemas 
gástricos, así como dolores abdo-
minales y torácicos.
Cuestión de billete
El doctor Eduardo Arias, sub-
director científico del Hospital San 
Carlos, explica que los líos y ten-
siones entre las partes médica y 
empresarial están presentes, pero 
se trabaja para superarlos. “El con-
venio no arrancó en pleno, pero a 
medida que lo optimizamos, vamos 
acortando el tiempo para que los 
estudiantes de la UN trabajen con 
nosotros y obtengan la mejor ex-
periencia en sus prácticas médicas”.
En cuanto a recursos, afirma 
que se requieren $ 3.500 millones 
mensuales para operar adecuada-
mente.
Arias dedica una parte de su 
disertación para hablar de las dis-
torsiones que la Ley 100 trajo so-
bre el sector de la salud y cómo 
el desbalance ha afectado a las 
Instituciones Prestadoras de Ser-
vicios (IPS), a hospitales y clíni-
cas. La conclusión del experto es 
que, según el más rancio dogma 
darwiniano, hay que adaptarse o 
perecer. En Colombia, las normas 
actuales dejan un angosto y ári-
do espacio de acción y la sed de 
expectativa por unas reformas de 
fondo, que nunca llegan, porque 
se afectarían los jugosos intereses 
de los intermediarios.
El Hospital San Carlos, al igual 
que muchos de sus pacientes, con-
fía en la llegada de mejores tiem-
pos, donde aquel juramento de 
Hipócrates, el principio de toda la 
medicina y que apunta al servicio, 
vuelva a ser respetado.
*Nombre cambiado por petición de la familia de la 
paciente.
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El Hospital San Carlos lleva 71 años prestando servicio a los bogotanos.
Con la reapertura del hospital, la UN otorga los espacios para que los pro-
fesionales de la salud y estudiantes de la Universidad hagan sus prácticas.
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8 Salud
Los medicamentos
inútiles del POS
Son varios los fármacos incluidos en el Plan Obligatorio de 
Salud que, según reportes de organizaciones nacionales y 
extranjeras, tienen efectos secundarios, son más caros o 
no se ajustan al perfil epidemiológico de los colombianos. 
Es el caso de drogas para afecciones gástricas, coronarias y 
Alzheimer, entre otras.
José Julián López G.,
Profesor Asociado Departamento de Farmacia
Universidad Nacional de Colombia
Según la Organización Mundial 
de la Salud (OMS), los medicamen-
tos esenciales son los que “satisfa-
cen las necesidades prioritarias de 
salud de la población”. Por eso, re-
comienda una selección pertinente 
de acuerdo a las características de 
cada país, con evidencia sobre su 
eficacia, seguridad y costo/efecti-
vidad. De lo contrario, se dificulta 
una implementación adecuada, 
truncando el acceso a fármacos 
prioritarios. Además, podría darse 
una administración inadecuada de 
los recursos sanitarios.
El listado del Plan Obligatorio 
de Salud (POS) debe cumplir con 
estas características, explícitas en 
la Ley 100 del Sistema General de 
Seguridad Social en Salud (SGSSS), 
donde se menciona que la actua-
lización debe realizarse con argu-
mentos científicos basados en el 
perfil epidemiológico y la carga 
de la enfermedad de la población, 
la disponibilidad de recursos y el 
equilibrio financiero, entre otros.
El Acuerdo 029 de 2011 señala 
que hay 733 medicamentos en el 
POS, de los cuales 126 fueron in-
cluidos recientemente, 34 fueron 
evaluados con concepto favorable 
y 63 lo tienen condicionado, prin-
cipalmente por la falta de estudios 
económicos y de regulación de pre-
cios. Otros 19 no fueron valorados.
La introducción de la mayoría 
de nuevos fármacos obedeció a un 
criterio económico y no a uno epi-
demiológico, como por ejemplo 
el bosentán (para la hipertensión 
pulmonar) y el etanercept (pro-
ducto de tercera línea para la artri-
tis reumatoidea).
La inclusión del clopidogrel 
y el alendronato (para la preven-
ción secundaria del infarto y las 
fracturas osteoporóticas, respecti-
vamente) constituyó la primera re-
forma del listado del POS, después 
de la sentencia T–760. Se evidencia 
que el estudio obedeció a criterios 
de mayor recobro al Fondo de So-
lidaridad y Garantía (Fosyga) del 
SGSSS.
No se pretende cuestionar la 
eficacia o seguridad de los fárma-
cos mencionados, sino el criterio 
por el cual aparecen en la lista. 
Indudablemente, estos beneficia-
rán a algunos pacientes, pero no 
a la mayoría. Así, al no haber me-
canismos de control (como el que 
ejercían los comités técnico cien-
tíficos), se permitirá su uso indis-
criminado. Las Guías de Práctica 
Clínica, que aún no están desarro-
lladas en nuestro país, no cons-
tituyen un dispositivo de control 
adecuado, como se demostró en 
el pasado.
Ejemplos… de sobra
En el actual POS se encuen-
tran todos los análogos de la in-
sulina aprobados por el Instituto 
Nacional de Vigilancia de Medi-
camentos y Alimentos (Invima). 
Antes de la inclusión de otros sí-
miles, la insulina NPH y la Zinc 
eran las únicas de la categoría 
disponibles, atendiendo a las 
recomendaciones de la OMS. 
Surgen grandes dudas sobre el 
cumplimiento de los criterios 
de “medicamento esencial” por 
parte de estos nuevos produc-
tos, considerando su alto costo 
y sus beneficios marginales en la 
mayoría de pacientes.
The National Prescribing 
Center, del Reino Unido, estimó 
que si se hubiera prescrito insu-
lina humana, en lugar de análogos 
durante el periodo 2000–2009, el 
ahorro habría sido de unos 70 mi-
llones de libras esterlinas anuales 
(210.000 millones de pesos). Enese 
país se recomienda que la NPH sea 
la primera opción y los otros se 
usen solo en pacientes específicos.
Como dato curioso, en los co-
mités técnico científicos de algu-
nos hospitales de Colombia se ha 
detectado la utilización de estas 
insulinas modificadas para el con-
trol glicémico de urgencia, cons-
tituyéndose en una indicación no 
aprobada por el Invima. La intro-
ducción de estos fármacos permi-
tiría una práctica sin restricciones, 
aumentando su consumo. A pesar 
de que dichas insulinas ingresa-
ron con concepto condicionado 
al precio, solo una de ellas (lispro) 
será objeto de control.
Otro caso es el esomeprazol. 
Aunque no se ha demostrado que 
sea más eficaz y seguro –pero sí 
más caro–, este fue comercializado 
antes de que caducara la patente 
del omeprazol, que era el genérico 
utilizado en afecciones gástricas.
Clinical Knowledge Summa-
ries, institución que establece di-
rectrices sobre la dispepsia y el re-
flujo gastroesofágico, afirma: “Son 
mínimas las diferencias en la efi-
cacia clínica y de seguridad entre 
los diversos inhibidores de la bom-
ba de protones (IBP) –responsable 
de la disminución de secreción 
ácida en el estómago–. La eviden-
cia actual muestra que los IBP no 
tienen contraindicaciones graves 
para la mayoría de los usuarios, y 
han sido de uso común desde ha-
ce más de una década”. La Oregon 
Health and Science University da 
una advertencia similar.
¿Faltan estudios?
Otra rareza tiene que ver con 
los fármacos para tratar la demen-
cia y el Alzheimer, males que no 
representaron importancia en el 
análisis de carga/enfermedad del 
año 2005; por eso, no se entienden 
los criterios epidemiológicos que 
permitieron incluir la rivastigmina.
La Agencia Canadiense de 
Medicamentos y Tecnologías en 
Salud no recomienda los parches 
de dicha droga. Entonces, con una 
eficacia no muy bien comprobada, 
sin una adecuada representación 
en la carga de enfermedad y con 
solo dos oferentes en el mercado 
colombiano, el balance costo–uti-
lidad queda muy comprometido.
Un ejemplo más. En noviem-
bre pasado la Food and Drug Ad-
ministration (FDA) alertó sobre el 
número creciente de casos de Lin-
foma Hepato–Esplénico de Células 
T (LHCT) reportados al sistema de 
vigilancia estadounidense, debido 
al uso de bloqueadores del factor 
de necrosis tumoral alfa (TNF–α): 
azatioprina y mercaptopurina. Los 
medicamentos de este grupo in-
cluyen el infliximab, etanercept, 
adalimumab, certolizumab y el 
golimumab.
La mayoría de pacientes trata-
dos padecían de la enfermedad de 
Crohn o de colitis ulcerativa, pero 
también se han reportado casos 
de artritis reumatoidea o psoriasis. 
El LHCT es usualmente fatal; por 
tanto, el monitoreo de la aparición 
de sus signos y síntomas debe ser 
constante y minucioso. La Uni-
versidad Nacional de Colombia, 
en un concepto técnico solicitado 
por la Comisión de Regulación en 
Salud (CRES) en el 2010, NO consi-
deró favorable la inclusión de este 
fármaco en la lista del POS.
El etanercept también es de 
tercera línea, su uso debe comen-
zar cuando se han agotado los an-
tiinflamatorios no esteroides, los 
corticoides y los modificadores de 
la enfermedad. De nuevo, queda 
el interrogante sobre el criterio 
para el estudio de su inclusión en 
el POS, pues esto supone, a priori, 
un aumento en la exposición al 
mismo, que debe suscitar una 
vigilancia intensiva y del balan-
ce riesgo/beneficio por parte de 
los profesionales de la salud.
Es larga la lista de medica-
mentos sobre los cuales hay gran-
des dudas en relación a la perti-
nencia con el perfil epidemioló-
gico del país. Aspectos de forma, 
como errores de ortografía que 
no deberían estar en un decreto, 
demuestran la improvisación y 
falta de conocimiento de quienes 
redactaron el documento.
Más casos
 Bosentán: medicamento para la hipertensión pulmonar, del cual muy 
pocos pacientes se beneficiarán y a un costo muy elevado. Solo hay un 
oferente en el mercado nacional.
 Atorvastatina: no existe una publicación donde se demuestre su su-
perioridad comparada con la lovastatina en la disminución del riesgo 
cardiovascular.
 Risperidona: (para la esquizofrenia) La evidencia actual apunta a que 
el principal propósito es el mercadeo y solo sigue siendo antipsicótico.
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Parkin y Pink, genes
que alertan aparición de Parkinson
Aún es un misterio la causa de esta 
enfermedad degenerativa. Científi-
cos colombianos les siguen la pista a 
dos genes que intervienen en los ca-
sos heredados. La meta es encontrar 
respuestas para los casos esporádi-
cos, que representan cerca del 95% 
de los diagnósticos.
Hermann Sáenz,
Unimedios
El Parkinson es una enferme-
dad que se presenta cuando las 
neuronas que producen la dopa-
mina se destruyen lentamente. Sin 
esta importante hormona neuro-
transmisora las células del cere-
bro no pueden enviar mensajes 
apropiadamente, conllevando a la 
pérdida de la función muscular, lo 
cual empeora con el tiempo.
Entre el 5% y el 10% de los 
casos son hereditarios; los demás 
surgen de forma esporádica. Se 
especula que el permanente con-
tacto con herbicidas, plaguicidas o 
productos similares podría causar 
el trastorno. En Colombia, unas 75 
mil personas lo padecen y un alto 
porcentaje de los diagnosticados 
supera los 65 años de edad. 
¿Por qué entre el 90% y el 95% 
de los casos registrados son esporá-
dicos? ¿Cuáles son los genes invo-
lucrados? En descifrar este enigma 
trabaja Gonzalo Arboleda, coordi-
nador del Grupo de Muerte Celular 
del Instituto de Genética de la Uni-
versidad Nacional de Colombia.
“Nos interesan, en especial, 
dos genes asociados al Parkinson, 
el Parkin y el Pink1, los cuales 
presentan mutaciones en la forma 
heredada y tienen la particulari-
dad de desarrollar la enfermedad 
en personas menores de 20 años”, 
asegura el investigador. 
La principal característica pa-
tológica es el daño de las neuronas 
dopaminérgicas que constituyen 
la denominada sustancia negra, 
ubicada en el núcleo de una parte 
del cerebro llamada mesencéfa-
lo. Estas células se encargan, en 
gran medida, de controlar los mo-
vimientos del cuerpo.
Dentro de esas neuronas se ha 
detectado la acumulación de una 
proteína a la que se le ha llamado 
Cuerpos de Lewy, cuya manifesta-
ción se inicia en el mesencéfalo y 
que, más adelante, compromete 
En el Laboratorio de Gené-
tica de la UN se experimenta 
con animales y se eviden-
cia cómo el mal de Parkinson 
afecta el sistema motor de 
algunas ratas.
Solo hay dos grupos en el país que trabajan en este tema: la Universidad de Antioquia y el Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia.
Salud
otras áreas del órgano vital como 
las zonas límbicas y corticales.
Con el tiempo aparecen pro-
blemas de movimiento y cuadros 
de tipo cognitivo como la pérdida 
de la memoria. El neurólogo de 
la UN afirma que en etapas muy 
avanzadas los genes presentan 
características clínicas peculiares. 
“Los cerebros con estas mutacio-
nes no tienen Cuerpos de Lewy, 
pero sí evidencian degeneración 
de la sustancia negra, es decir, des-
trucción de las neuronas dopami-
nérgicas”. 
Se sabe que hay una mutación 
en los dos genes que originan la 
enfermedad y que la muerte de 
estas neuronas se presenta en los 
tipos heredados, pero se descono-
ce la causa genética en los casos 
esporádicos. 
“Hemos cultivado neuronas 
de ratón; es un modelo interesan-
te porque son dopaminérgicas que 
expresan marcadores muy particu-
lares que tienen su prolongación y 
potenciales de acción, por lo cual 
queremos averiguar por qué se 
mueren”, comenta Arboleda. 
Lo que se hace en el Laborato-
rio de Genética de la Universidad 
es quitarles a las células los genes 
Parkin y Pink1 para observar qué 
ocurre con la neurona. Eviden-
ciamos que los dos genes están 
involucrados en la dinámica y la 
protección natural de la mitocon-
dria, orgánulo de la célula que 
le proporciona buenaparte de la 
energía. 
“Si la célula no tiene la capaci-
dad de asegurar que la mitocondria 
esté en un determinado lugar, no 
va a contar con la suficiente ener-
gía para cumplir sus funciones. 
Por otro lado, si el orgánulo no se 
degrada cuando tiene que hacerlo, 
se genera un caos que puede llevar 
a una muerte celular prematura 
y llegar a niveles dañinos. Eso es 
lo que nos interesa: ver cómo so-
breviven las neuronas al extraer el 
gen y cómo estos procesos pueden 
regular los genes o al contrario”, 
explica María José Contreras, estu-
diante del Doctorado en Ciencias 
Biomédicas e integrante del grupo 
de investigación.
También se indagó qué pasa-
ba si en lugar de quitarlos se apli-
caban más. “Hallamos una toxina 
de origen medioambiental que se 
ha asociado a un tipo de Parkin-
son. Es un lípido llamado cerami-
da; lo que se observa es que si se 
sobreexpresa el gen, las neuronas 
son más resistentes a la toxina y no 
se mueren”, manifiesta Arboleda.
Si los genes mutan pierden su 
función; por esta razón, pensando 
en una posible terapia para el Par-
kinson, lo ideal sería incrementar 
la función de esos genes dado que 
son los que están protegiendo a la 
neurona y a la mitocondria. 
Contreras aclara que todos los 
humanos tenemos los genes Par-
kin y Pink1, la diferencia es que las 
personas con Parkinson heredita-
rio presentan mutación, por eso 
no cumplen con la función correc-
ta y generan la enfermedad. 
En los casos esporádicos no se 
sabe qué ocurre. Estudios han de-
mostrado que la exposición a her-
bicidas y elementos similares son 
factores de riesgo; por lo general, 
los modelos animales usan esas 
sustancias en los experimentos. 
Trabajamos con ratas a las 
que se les inyectan las toxinas y 
se genera un modelo en el que 
se evidencia el problema; es una 
práctica que hasta ahora se está 
instaurando en la UN. También 
hay modelos transgénicos, es de-
cir, con mutaciones en algunos de 
estos genes que de igual manera 
generan problemas motores, pe-
ro estos se aplican en las moscas 
Drosophila.
A pesar de estar lejos de una 
cura para el Parkinson, como lo 
reconocen los expertos, las inves-
tigaciones contribuyen a descifrar 
paso a paso los misterios de esta 
complicada enfermedad.
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Roberto Martínez,
Profesor Departamento de Física 
Universidad Nacional de Colombia
Si un neutrino viajara más rá-
pido que la luz y no se cuestiona-
ran los errores experimentales, y 
si, además, otros lo corroboraran, 
podríamos dar una explicación al 
fenómeno sin necesidad de cam-
biar la Teoría de la Relatividad de 
Albert Einstein, que establece que 
nada es más veloz que la luz en el 
vacío. Por otra parte, si el universo 
tuviera dimensiones adicionales a 
las del espacio–tiempo, podríamos 
encontrar una explicación a este 
posible nuevo escenario.
Un neutrino es una partícula 
diminuta con masa casi nula, sin 
carga electromagnética, que inte-
ractúa débilmente con la materia. 
Es necesaria para entender la evo-
lución de los astros luminosos, por 
ejemplo, cómo una estrella normal 
se puede convertir en una gigante 
roja o una enana blanca, o trans-
formarse en un hoyo negro. 
Entretanto, las dimensiones 
extras podrían existir. Son tan pe-
queñas que es difícil detectarlas 
con experimentos corrientes, por 
eso habría que diseñar ensayos 
muy sofisticados para ver sus efec-
tos indirectos.
Un ejemplo cotidiano explica 
cómo sería la propagación de un 
neutrino en un espacio–tiempo 
con dimensiones extras. Imagine-
mos a una persona caminando 
por una superficie plana comple-
tamente rígida como el asfalto, y 
a otra por una superficie también 
plana, pero blanda y dúctil como 
la playa. Las dos superficies son 
bidimensionales, sin embargo, hay 
una diferencia en el tiempo reque-
rido para avanzar una distancia. 
En la playa, el pie trata de hun-
dirse e interactúa con todos los de-
fectos de la superficie. Precisamen-
te, las dimensiones extras podrían 
afectar la velocidad de propagación 
de la luz o del neutrino porque 
las dimensiones típicas de estos 
objetos interactúan con las extras, 
generándose pequeñas e instantá-
neas desviaciones locales.
Para entender las dimensio-
nes adicionales usemos la siguien-
te comparación hipotética: la dis-
tancia que separa a la Tierra de la 
estrella más brillante del firma-
mento, Sirio (a ocho años luz), y 
la que existe entre dos puntos en 
una hoja de papel (por ejemplo, 
un centímetro). 
Supongamos que reducimos 
simultáneamente esas dos distan-
cias, de tal forma que la que hay 
entre Sirio y la Tierra se disminuya 
a la longitud existente entre los 
dos puntos del papel, y que a la vez 
estos últimos reduzcan su distan-
cia a dimensiones imperceptibles 
para el ojo humano, a una escala 
infinitamente diminuta; esas se-
rían las dimensiones adicionales 
del cosmos, están ahí aunque no 
las veamos.
Estas ideas son descabelladas 
y complejas, pero se construyen 
para entender la dinámica del 
universo. Muchos se preguntarán, 
¿para qué los científicos se inven-
Los astrofísicos son conscientes de que no se ha dicho la última palabra 
sobre la evolución o la verdadera composición del universo. Todo queda 
por descubrir. 
Ni la Relatividad peligra
ni el universo está “chueco”
tan teorías cada vez más compli-
cadas y difíciles de probar? Podría-
mos hacer paralelos con las comu-
nidades más primitivas: primero 
aprendieron a contar (1, 2, 3...), 
pero se dieron cuenta de que ne-
cesitaban más números (–1/2, 1/3, 
4/5, etc.). Luego, descubrieron los 
números complejos para construir 
los algoritmos requeridos en las 
finanzas.
De igual forma, las teorías 
científicas son construcciones ca-
da vez más elaboradas para en-
tender, por ejemplo, el origen del 
Universo millones de años atrás, 
la formación de las galaxias y el 
origen de la materia, entre otros 
interrogantes. 
Nuevos retos
Podemos pensar que al espa-
cio le nacieron ‘verruguitas’ que 
no vemos –las dimensiones ex-
tras–, pero la luz sí. Esto supondría 
que la velocidad de la luz ya no 
sería igual en todas las direcciones 
como se pensaba, es decir, no sería 
isotrópica. En este sentido, la pre-
gunta podría ser: ¿Una partícula 
como el neutrino puede propagar-
se más rápido que la luz sin cam-
biar la Teoría de la Relatividad de 
Einstein? La respuesta sería sí. 
Que experimentos como el 
CERN (Organización Europea pa-
ra la Investigación Nuclear) o el 
Laboratorio Gran Sasso reporten 
que una partícula se propaga más 
rápido que la luz evidenciarían 
anisotropía del espacio debido a 
la presencia de dimensiones ex-
tras; se podrían construir teorías 
sin cambiar para nada la Relativi-
dad ni pensar que el universo es-
tá “chueco”. La anisotropía indica 
que una determinada propiedad 
se puede medir de diversas formas 
según su orientación.
Habría que tener en cuenta 
pequeñas correcciones, debido a 
que el orden de las nuevas di-
mensiones provocaría cambios 
apreciables en los cálculos sobre 
el tiempo que lleva la luz pro-
pagándose. Una consecuencia di-
recta sería la estimación errada 
en cuanto al tamaño y la edad 
del universo. También estaríamos 
calculando mal la distancia de las 
estrellas más lejanas. 
Estos modelos generan cam-
bios importantes sobre el origen 
del todo. Por ejemplo, resultados 
recientes del satélite Hubble con-
cluyen que nuestro universo es-
tá acelerado y no en contracción 
–como se esperaba de las obser-
vaciones viejas con telescopios in-
terferidos por la atmósfera–, y que 
la cantidad de materia puede ser 
mucho mayor de lo pensado. 
Solo se ha observado el 5% de 
la materia con que están hechas las 
galaxias; otro 15% no se ha visto, 
pero se ha inferido que existe la de-
nominada materia oscura debido a 
los efectos gravitacionales que afec-
tan la dinámica de las galaxias y las 
estrellas. Otro 75% se conoce como 
energía oscura y está asociada al 
hecho, recientemente descubierto, 
de que lasestrellas más lejanas se 
alejan aceleradamente. 
Estaríamos obligados a rein-
terpretar muchos de estos temas y, 
seguramente, también deberíamos 
hacerlo con la cosmología. Pero la 
vida cotidiana no va a cambiar, 
ni las teorías científicas existentes 
dejarán de ser ciertas.
Tiempo relativo
En el experimento llamado 
Super–Kamiokande, en Japón, se 
confirmó que cuando un neutrino 
entra en un tanque con 50.000 
toneladas de agua pura, este viaja 
más rápido que la luz en ese me-
dio. No obstante, la Teoría de la 
Relatividad no se viola. 
Se cree, además, que esto que-
brantaría el concepto de causa-
lidad y habría eventos que ocu-
rrirían antes que la acción que 
los causó. Debemos ser cuidado-
sos cuando hablamos del tiempo; 
existe uno que podemos llamar 
termodinámico y marca el devenir 
de los eventos, nunca va hacia 
atrás. Este es diferente al tiem-
po que asociamos a una partícula 
elemental. El primero, se genera 
como un efecto colectivo de un 
sistema termodinámico (todo lo 
que nos rodea); en cambio, el se-
gundo hace referencia a un pará-
metro de una ecuación y no sirve 
para marcar el devenir. 
Igualmente, cuando se mide el 
tiempo del cosmos y se estudian las 
etapas de su evolución, en lugar del 
tiempo se usa la temperatura o la 
energía promedio de las partículas 
del universo en ese instante. Como 
vemos, el concepto de tiempo se va 
diluyendo y hay muchas formas de 
medirlo o marcarlo. Así, al sistema 
termodinámico podemos llamarlo 
el tiempo universal, el cual marcha 
en la dirección en la que el universo 
se expande.
Ciencia
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Una noticia científica sorpren-
dente es la probabilidad de 
que exista una partícula sub-
atómica más rápida que la luz, 
según sendos experimentos 
en Europa. ¿Se abre la posi-
bilidad de comprobar la exis-
tencia de dimensiones extras 
a las de espacio—tiempo? ¿Se 
caerán las ideas de Einstein?
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11Ciencia
Amputados
contarán con
prótesis biocompatibles
Uno de los problemas de los sustitutos orto-
pédicos de extremidades perdidas, disponi-
bles en el mercado, es que son pesados y poco 
adaptados a la fisiología de cada persona. Un 
nuevo desarrollo con biomateriales supon-
drá, a mediano plazo, el alivio para miles de 
afectados del país.
Harrison Rentería,
Unimedios
Giovanni Quejada alcanzó a 
dar cinco pasos antes de que un 
estallido le quitara el pie derecho 
y la sensación de caminar normal-
mente de por vida. Las prótesis 
ortopédicas que ha usado desde 
hace 14 años no han cumplido 
con devolverle la movilidad de la 
que gozaba antes de toparse con 
una mina antipersonal, mientras 
defendía el uniforme del Ejército 
Nacional de Colombia.
Según datos del Programa 
Presidencial para la Acción Inte-
gral contra las Minas Antiperso-
nal (Paicma), entre 1990 y 2011 se 
registraron 9.584 víctimas, de las 
cuales 10% son niños. Debido a la 
agudeza del problema, la investi-
gación médica en este campo es 
prioritaria, con lo cual se benefi-
ciarían, además, todas las perso-
nas amputadas.
A través de una propuesta tec-
nológica desarrollada por la Uni-
versidad Nacional de Colombia en 
Medellín, muchos podrán recobrar 
su normal movilidad física. 
Desde el 2005, Hugo Estupi-
ñán, docente e investigador de 
la Facultad de Minas, explora las 
ventajas de los biomateriales, un 
recurso utilizado para suplantar 
tejidos de los organismos vivos 
como piel y hueso. Según argu-
menta, en el país se carece de 
propuestas para las necesidades y 
características fisiológicas de cada 
paciente.
El experto explica que “las 
bondades de un biomaterial tie-
nen que ver con su adaptación 
a ambientes fisiológicos como la 
sangre y los tejidos. Desde el pun-
to de vista metalmecánico, es ne-
cesario añadir ciertos componen-
tes para los estudios de superficies 
y los desarrollos de cubrimientos, 
que involucren no solo los metales 
sino también los polímeros y el 
ambiente biológico al que estará 
sometido el material”.
Este avance científico se logra 
por el trabajo interdisciplinario de 
médicos, biólogos, bacteriólogos, 
veterinarios, químicos e ingenieros 
químicos, para lograr un producto 
que cumpla con las expectativas 
de los pacientes.
Este desarrollo “puede solu-
cionar el reemplazo de una ex-
tremidad perdida. Por ejemplo, 
cuando hay amputación de un 
miembro inferior, se debe tener 
una parte que se adhiera al hueso 
que sobrevive y una parte externa 
que reemplace las funciones de 
movilidad y de apoyo. Para ello se 
necesita que el peso del material 
sea el menor posible”, asegura Es-
tupiñán.
Reto médico
En el Batallón de Sanidad, a 
Giovanni le asignaron una próte-
sis que sentía tan pesada como la 
ametralladora que cargaba cuan-
do perdió su pie en las selvas del 
Urabá. “El dolor era sobre todo en 
el hueso, lo más difícil era que to-
davía sentía el pie ahí, incluso me 
rascaban los dedos, pero ensegui-
da me daba cuenta de que no los 
tenía, era desesperante”, recuerda. 
Los afectados son atendidos 
con prótesis o implantes importa-
dos estándar, sin tener en cuenta 
las especificidades físicas de ca-
da paciente. Colombia carece de 
la infraestructura necesaria para 
atender la gran escala de casos co-
mo el de Giovanni, y menos para 
devolverles una calidad de vida 
digna.
Méiser López, médico orto-
pedista del Hospital San Vicente 
de Paúl en Medellín, dice que “las 
prótesis que se usan en hombro, 
cadera y otras extremidades tienen 
como problema la biocompatibili-
dad y el aflojamiento; lo ideal sería 
que tuvieran una mejor fijación y 
menos desgaste de las superficies 
articulares expuestas a la fricción 
continua por los movimientos”.
Aquí es cuando el avance de 
la UN entra en juego. Son implan-
tes que estarán en contacto direc-
to con la piel, el sudor y algunas 
variables como el vello, el peso 
de la persona y la frecuencia del 
uso del implante, para obtener la 
flexibilidad, adaptación y calidad 
que se requiere para la comodidad 
humana.
El investigador Estupiñán y 
el ortopedista López coinciden en 
que el país tiene una dificultad 
médica en este campo, debido a 
que hace falta avanzar en estra-
tegias para la fabricación de im-
plantes más acordes a las condi-
ciones físicas, biológicas y hasta 
climáticas del entorno local. Con 
la propuesta, que tiene el aval de 
la UN, la Universidad de Santan-
der y varias empresas privadas, se 
pretende activar este avance para 
generar tecnología propia.
Alta factibilidad
El trabajo está acorde con las 
políticas que impulsa la Organi-
zación Mundial de la Salud (OMS) 
sobre facilitar el desarrollo y el 
acceso a dispositivos apropiados 
que favorezcan la inclusión y la 
participación de las personas con 
discapacidad en la sociedad, con 
aparatos ortopédicos y prótesis, 
entre otros. 
Los estudios realizados en 
animales arrojaron resultados 
positivos. Estupiñán destaca que 
para esta innovación médica se 
llevaron a cabo varios ciclos de 
prueba: en primer lugar, se prac-
ticaron ensayos con una compo-
sición sintética del plasma san-
guíneo, el cual permite medir la 
reacción del material, el deterioro, 
ciertas condiciones de estabilidad 
y su degradación.
Luego, se hicieron pruebas 
con moléculas de proteínas como 
colágeno, amilasa y albúmina pa-
ra simular una fase denominada 
osteointegración, que es la for-
mación de la matriz extracelular, 
la cual secreta proteínas y calcio, 
y además genera un intercambio 
con los materiales para lograr la 
biocompatibilidad.
Posteriormente, se realizaron 
pruebas con células especializa-
das, bioéticamente aceptadas, que 
son los osteoblastos fetales huma-
nos, cuya función es la formación 
de hueso; sus cultivos se mantie-
nen en condiciones especiales de 
temperatura para evaluar el grado 
de adhesión, proliferación y creci-
miento. 
Lo anterior se ha probado con 
animales criados especialmente 
para los ensayos, como ratones, 
conejos y otros roedores, previa 
aprobación del Comité de BioéticaAnimal. Se practican implantes en 
cabeza y fémur, principalmente, 
para conocer el comportamiento 
de los biomateriales.
El trabajo, desarrollado des-
de hace seis años, ya cuenta con 
convenios médicos para realizar 
las primeras pruebas en humanos 
al finalizar el 2012. De esta forma, 
Giovanni, quien añora doblar el 
pie y caminar con más seguridad, 
podrá contar con una solución que 
le permita recuperar su calidad de 
vida.
A
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En las Fuerzas Armadas de Colombia se registran los mayores índices de mutilados por culpa de las minas antipersonal.
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Hermann Sáenz,
Unimedios
Sin duda, uno de los logotipos 
más conocidos en el mundo es el 
de la firma francesa Lacoste. El 
famoso caimán estampado en las 
camisas polo y en todas las indu-
mentarias de la exclusiva marca 
textil es símbolo y sinónimo de 
prestigio y de gran estatus.
Por eso, nadie olvida la visita 
que realizó Michel Lacoste (hijo 
del fundador de la empresa) a la 
Estación de Biología Tropical Ro-
berto Franco, ubicada en Villavi-
cencio, para conocer de primera 
mano el estado del cocodrilo del 
Orinoco, que está en peligro de 
extinción y es criado en cautiverio 
en esta subsede de la Universidad 
Nacional de Colombia.
El empresario estuvo acompa-
ñado de unos españoles debido a 
la campaña Save your logo (Salve a 
su logo), iniciativa que busca com-
prometer a grandes industrias con 
el animal que los identifica como 
marca. En este caso, la compañía 
francesa hizo una donación de 150 
mil euros con el fin de contribuir a 
la conservación del también cono-
cido como caimán llanero.
Aunque se podría pensar que 
el aporte económico representa 
una buena noticia para los fines 
de la Estación, resultó que la suma 
de dinero fue entregada a una fun-
dación que lleva muy poco tiem-
po investigando estos animales y 
que, según académicos naciona-
les, buscan otros propósitos más 
allá del supuesto cuidado de los 
cocodrilos.
 
Preservación del cocodrilo
La historia de la conservación 
de este animal se remonta a los 
años 60 cuando Federico Medem, 
profesor de origen lituano, llegó a 
Colombia para trabajar con anfi-
bios y reptiles. Él visitó varios ríos 
de la Orinoquia y fue testigo de 
cómo el caimán llanero sufría una 
caza indiscriminada, debido a que 
su piel es mucho más fina y, por 
lo tanto, más moldeable que la de 
la babilla, una especie de menor 
tamaño.
Entretanto, en la década del 
70 la UN inicia su papel de conser-
vación del Crocodylus intermedius, 
logrando establecer un pie paren-
tal, que después de innumerables 
esfuerzos investigativos logra en 
1991 obtener las primeras crías de 
la especie y, poco a poco, se llega 
a contar con una tercera genera-
ción.
En ese entonces, Medem ad-
vierte sobre la inminente extinción 
del animal al notar una disminu-
Conservación
Aunque la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la UN 
lleva más de 15 años diseñando programas de protección y con-
servación del caimán llanero, en peligro de extinción, una orga-
nización española está usurpando los créditos del cuidado de la 
especie, desconociendo el trabajo científico realizado en el país.
ción de las poblaciones en su me-
dio natural, el cual se encuentra en 
la cuenca del río Orinoco, que va 
desde Arauca hasta Vichada y en-
tre Venezuela y Colombia, únicos 
países en donde habita. Cuando el 
experto realizó censos exhaustivos 
y profundos, organismos mundia-
les que trabajan en el cuidado de 
las especies, como la Unión In-
ternacional de Conservación de la 
Naturaleza (UICN), empezaron a 
alertar sobre el peligro crítico del 
caimán llanero.
Según la Convención sobre 
el Comercio Internacional de Es-
pecies Amenazadas de Fauna y 
Flora Silvestres (Cites, por sus si-
glas en inglés), la regulación en 
la compraventa de animales debe 
ajustarse a los siguientes criterios: 
1) especies amenazadas de extin-
ción, por tanto, está prohibido su 
aprovechamiento; 2) se puede co-
mercializar con cautela; 3) se pue-
de emplear sin inconvenientes. De 
acuerdo con este pacto internacio-
nal, el cocodrilo del Orinoco está 
en el grupo 1.
A partir de esta información, 
las recomendaciones del profesor 
Medem y de censos adicionales 
realizados por distintos investi-
gadores, incluidos los de la UN, 
el Ministerio de Ambiente expide 
una resolución, en 1997, en la cual 
ratifica que la especie está en vía 
de extinción. Por ello, establece 
un programa nacional de conser-
vación que involucraba grupos de 
especialistas, corporaciones regio-
nales y parques nacionales natura-
les. La UN queda a la cabeza de la 
investigación.
La labor de la UN
Cabe destacar que desde 1992, 
a través de la profesora Myriam 
Lugo, se habían iniciado las ges-
tiones para desarrollar un estudio 
basado en la conservación de la 
especie, que sería ejecutado en 
la Estación con financiación de 
organismos como Colciencias y la 
World Wildlife Fund (WWF).
El proyecto lo planteó Minam-
biente entre los años 93 y 94, pero 
solo hasta el 2000 se estableció por 
escrito. Es de resaltar que, mientras 
la UN continuó con la labor inves-
tigativa, se estancaron los grupos 
de especialistas y no aparecieron 
los representantes de los parques 
naturales ni de las corporaciones 
autónomas regionales.
“En el 2003 empezamos a 
alertar sobre el abandono del pro-
grama de conservación. El decano 
de Ciencias de ese entonces me 
delegó para averiguar lo que pasa-
ba y ese año me encomendó traer 
a Agroexpo cuatro cocodrilos, con 
En la Estación Roberto Franco hay cocodrilos de 4 meses hasta 20 años.
Los animales se encuentran en tanques donde se hacen recambios pe-
riódicos de agua. En la Estación La Terraza, en Villavicencio, hay un me-
dio seminatural con arena.
Los reptiles se alimentan de carnes rojas y pescados como la cachama, una 
vez por semana. No comen carne humana, como han dicho algunos medios.
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¿Quién cuida
los cocodrilos de la Orinoquia?
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Trabajo actual
Como miembro del Programa Nacional de Conservación, que lidera el Ministe-
rio de Ambiente, la Estación de Biología Tropical Roberto Franco y Cormacare-
na desarrollan estudios que permitan culminar con éxito la liberación a la vida 
silvestre del cocodrilo del Orinoco. La tarea no es fácil, pues implica concatenar 
aspectos sociales, económicos, ambientales, culturales y biológicos, así como 
cumplir con la normatividad.
Desde la Estación se generan aportes para la comunidad científica a través de 
publicaciones y charlas en diversos escenarios académicos, que contribuyen 
con el conocimiento de la especie. Incluso, instituciones extranjeras utilizan su 
imagen poniéndola como aliada estratégica para conseguir recursos.
Conservación
el fin de divulgar la labor científica 
que adelantaba la Institución. En 
el 2007 trajimos otros y esto causó 
gran impacto dentro del público, 
que empezó a conocer la verdade-
ra situación de la especie”, recuerda 
María Cristina Ardila, actual direc-
tora de la subsede en Villavicencio.
Desde el 2006, el Ministerio 
de Ambiente se percató de que 
los únicos nacimientos, huevos y 
animales existentes eran los de la 
Estación. “Siempre se había traba-
jado con los dineros de la UN, pero 
desde ese año se vinculó Corma-
carena (la Corporación Regional 
del Meta), que ha patrocinado y 
colaborado en los proyectos de in-
vestigación”, comenta Ardila.
Españoles, tras conquista 
de créditos ajenos
Hacia el año 2010, represen-
tantes de la asociación españo-
la Chelonia (compuesta por una 
agremiación de biólogos) visita-
ron la Estación Roberto Franco y, 
de manera verbal, reconocieron el 
trabajo realizado; expresaron su 
deseo de apoyar la preservación 
del cocodrilo, asegurando que pre-
sentarían un proyecto y que conta-
ban con unos dineros para tal fin.
Según Ardila, “ellos plantearon 
el proyecto en Madrid (España)

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