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http://www.unperiodico.unal.edu.co • un_periodico@unal.edu.co Bogotá D.C. No. 152, domingo 12 de febrero de 2012 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Pág. 22 Si bien todavía falta mucho por conocer sobre la bio- diversidad del país, la UN tiene una de las colecciones más completas sobre la historia natural de Colombia. Muestra de ello es la lista zoológica de 241 ejemplares, única en su tipo, de la cual se desprenden docenas de investigaciones científicas. Menú de colecciones biológicas 21Ciencia TecnologíaSalud Amputados contarán con prótesis biocompatibles Los medicamentos inútiles del POS 118 Sahara Occidental: el conflicto olvidado de África Internacional2 Pág. 12 Aunque la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la UN lleva más de 15 años diseñando programas de protección y conservación del caimán llanero, en peligro de extinción, una organización española es- tá usurpando los créditos del cuidado de la especie, desconociendo el trabajo científico realizado en el país. Fo to : R ic ar do G on zá le z A ng ul o/ U ni m ed io s Agotadas direcciones de internet en el mundo ¿Quién cuida los cocodrilos de la Orinoquia? 152 12 de febrero de 2012 Director: Carlos Alberto Patiño Villa Coordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño Guzmán Comité editorial: Jorge Echavarría Carvajal � Egberto Bermúdez � Paul Bromberg � Alexis de Greiff � Fabián Sanabria Diagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Verónica Barreto Riveros - Sandra Uribe Pérez Gestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico Página Web: http://www.unperiodico.unal.edu.co Versión Internet: UNDigital Correo electrónico: un_periodico@unal.edu.co Teléfonos: 316 5348 - 316 5000 extensión: 18384 / Fax: 316 5232 Edificio Uriel Gutiérrez Carrera 45 Nº 26-85, piso 5º. ISNN1657-0987 2 Sahara Occidental: el conflicto olvidado de África La ex colonia española, ocupada por Marruecos hace 35 años, sueña con la independencia o, al menos, con la autonomía administrativa. Sin embargo, el camino será largo y minado debido a los múltiples intereses regionales sobre esta desér- tica región, dueña de una historia complicada. Marcos Peckel, Profesor de Relaciones Internacionales Universidad Externado de Colombia Uno más de esos conflictos inmanejables (intractable conflict) como el palestino–israelí y el de Ca- chemira, herencia de la descoloniza- ción. Se trata del Sahara Occidental, territorio ocupado y anexado por Marruecos, que exhibe todos los in- gredientes de complejidad sin solu- ción a la vista. Entre otros, narrativas contra- dictorias, intervención extranjera, drama humanitario, legados de la Guerra Fría, refugiados, violaciones a los Derechos Humanos, innume- rables resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, fuerzas de paz, enviados especiales, interminables negociaciones, recursos naturales y ventajosa ubicación geoestratégica. Aunque en África subsisten de- masiados conflictos y guerras, este es uno de los de mayor relevancia geopolítica, que ocupa poco espacio en los medios y en la agenda inter- nacional, excepto por las reuniones de entes de la ONU que infructuosa- mente buscan una salida. Se trata de un territorio desérti- co de 284 mil kilómetros cuadrados, con una población de 260 mil habi- tantes de lengua árabe que profe- san el Islam; está ubicado al sur de Marruecos, con amplias costas en el océano Atlántico e importantes riquezas en fosfatos, pesca marina y, posiblemente, petróleo en la plata- forma continental. Es una región que, desde la repartija colonial de África, en la Conferencia de Berlín (1884–1885), conoce solo violencia y agitación. Se mantuvo bajo el dominio de España, de 1935 a 1976, cuando las fuerzas ibéricas abandonaron el país. Acuerdos de Madrid En el foco del conflicto están el Reino de Marruecos, que argumenta centenarios lazos con el Sahara Oc- cidental, y El Polisario (Frente Popu- lar de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro), creado en 1973, que lucha por la independencia. Este úl- timo fue, junto con los movimientos palestinos, uno de los consentidos de la izquierda durante la Guerra Fría, por lo que recibió apoyo militar y financiero de Libia, Argelia y Cuba, entre otros. Un confuso dictamen de la Cor- te Internacional de Justicia de La Ha- ya (CIJ), en octubre de 1975, indica que el Sahara tiene vínculos legales e históricos con la nación marroquí y con Mauritania. Se fundamenta en el hecho de que tribus nómadas que transitaban por el territorio en conflicto eran leales al sultán de Marruecos o al rey de pueblos mau- ritanos. Pero también se afirma que no hay evidencia del “ejercicio de so- beranía” por parte de esas naciones sobre la región. El último párrafo señala que la “Opinión Consultiva” apoya el derecho a la autodetermi- nación mediante la expresión libre y soberana de los habitantes actuales. Tras varias resoluciones del Consejo de Seguridad, la Asamblea General de la ONU y la Opinión Consultiva de la CIJ, España decide Internacional abandonar la zona y firma los Acuer- dos de Madrid, por medio de los cuales Marruecos se queda con dos terceras partes al norte del Sahara y Mauritania con un tercio al sur; esto se concretó a inicios de 1976, cuando la península puso fin a su última po- sesión colonial. Un año antes, el rey Hassan II de Marruecos, padre del actual monar- ca Mohamed VI, organizó la Marcha Verde, en la que 350 mil marroquíes emigraron voluntaria y pacíficamen- te al Sahara en una gran coloniza- ción, alterando la composición de- mográfica del territorio. Se agudiza la lucha Tras la retirada española, en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia), el Frente Polisario declara la independencia de la República Árabe Democrática del Sahara, reco- nocida por varios países. Comienza la guerra de liberación contra las muy superiores fuerzas marroquíes, lo que convierte al Polisario más en una guerrilla que en una fuerza mi- litar. Mauritania cedió sus derechos y se retiró en 1978. Marruecos ocupó esa parte. Al término de la guerra de gue- rrillas, la cual arreció entre 1976 y 1987, el Gobierno de Rabat comenzó la construcción de un gran muro de defensa de 2.500 km, que incluye en su interior casi todo el territorio saharaui (Sahara Occidental). Esto le ha servido para mantener al margen al Polisario –con lo que el conflicto se ha reducido en intensidad– y ais- lar al Sahara de sus vecinos Argelia y Mauritania, creando, de facto, la frontera actual. En 1991, bajo los auspicios de la ONU, se firmó una tregua que aún se mantiene, a excepción de algunas escaramuzas. En el área hay estacionadas fuerzas de la Misión de Naciones Unidas para el Referendo en el Sahara Occidental y Cascos Azules. Por su parte, el Polisario, de clara orientación marxista, controla los campos de refugiados en los que hay entre 30 y 60 mil personas (cifra no verificada) en la ciudad de Tindo- uf, parte del Sahara, pero ocupada por Argelia. En 1983, la Unión Africana per- dió la posibilidad de ser un mediador neutral en el conflicto al admitir a la República Saharaui como miembro pleno de la organización. Marrue- cos optó por retirarse. El Consejo de Seguridad de la ONU ha adoptado varias resoluciones en las que, en general, hace un llamado al referen- do para que la población decida si quiere independencia total o auto- nomía dentro de Marruecos; las dos partes han accedido. El gran punto de contención es sobre quiénes pue- den participar. Para Marruecos, a favor de la autonomía, deben hacerlo todos los habitantes menos los refugiados de Tindouf por estar “fuera del país”. Para el Polisario, que desea la inde- pendencia,no deben votar los que llegaron con la Marcha Verde, por ser “extranjeros”, pero los refugiados sí. El resultado dependería claramente de quiénes puedan votar. Varias mediaciones y negocia- ciones entre las partes, misiones de la ONU y enviados especiales no han logrado ponerle fin al conflicto; la posibilidad de que la República Ára- be Democrática del Sahara vea la luz es hoy remota. Marruecos tiene importantes apoyos como el de Francia –su anti- guo colonizador–, Estados Unidos, Reino Unido y Arabia Saudita; últi- mamente, España, que apoyaba la independencia, ahora favorece la au- tonomía bajo la soberanía marroquí. El estallido de la Primavera Ára- be (serie de protestas a favor de la democracia en varias repúblicas ára- bes) ha llevado a las monarquías sunitas –propias de esa región– a cerrar filas para preservar sus tro- nos, con lo que se ha fortalecido la posición estratégica de Marruecos, que hace unos meses se adhirió al Consejo de Cooperación del Golfo junto con Jordania. El rey Mohamed VI da pasos importantes en una apertura demo- crática dentro del reino. En noviem- bre pasado se realizaron elecciones parlamentarias en las que un partido islamista obtuvo la mayoría de esca- ños, lo que puede ser la llave para que el Sahara finalmente encuentre salida. Esta no podría ser otra que una autonomía amplia bajo la sobe- ranía marroquí, junto con el retorno de miles de refugiados, la inclusión del Polisario en la estructura local del poder y una repartición adecua- da y justa de las riquezas naturales. Como en conflictos similares, la solución parece sencilla en el papel pero es difícil en la práctica. Hay tal cantidad de obstáculos que requie- ren una magnitud de compromisos tan amplia, que la hacen inalcan- zable, pues algunos tocan lo más profundo de la narrativa e identidad. ¿Ocurrirá lo mismo en el Sahara? A FP 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 3Internacional Límite de los rankings universitarios Actualmente abundan las clasificaciones mundiales que pretenden destacar el rol de las instituciones acadé- micas desde distintos ángulos. Las mediciones pueden traer ventajas, pero también desinformación y riesgos; por ejemplo, que la academia trabaje en función de los listados más que de la formación. Jimmy Antonio Corzo S., Profesor Departamento de Estadística Universidad Nacional de Colombia Los rankings mundiales de universidades son puntajes que se asignan ponderando criterios del quehacer investigativo y académi- co. Desde que surgió el primero en 19981 es notoria su proliferación y, por supuesto, las entidades y empresas de consultoría que los calculan. En una búsqueda sistemáti- ca realizada por la profesora Mar- cela Sánchez, de la Vicerrectoría de Investigación, y su alumna de maestría Giovana Moreno, se han identificado y caracterizado 21, cuatro surgidas hasta 2003, cinco en 2004, cuatro en 2006 y las res- tantes desde 2007 hasta la fecha. Nueve son de cobertura mundial, ocho nacional, tres regionales y uno subinstitucional. De estos, 18 son de periodicidad anual. Los seis listados más utiliza- dos y reconocidos actualmente in- cluyen, al menos, dos tipos de cri- terios comunes, identificados por medio de indicadores: uno de pro- ductividad, calculado a partir del número de publicaciones hechas por los académicos–investigado- res, y uno de impacto, que incluye información acerca del número de citas bibliográficas derivadas de publicaciones de la institución. En la mayoría la información se obtiene de las bases de datos Scopus, SCI y SSCI2. Los rankings tienen otros criterios diferenciado- res. Por ejemplo, el Scimago com- prende uno de cooperación inter- nacional, calculado por el número de publicaciones realizadas en co- laboración con investigadores ex- tranjeros. El Webometrics tiene indica- dores de presencia en la Web; el HEEACT tiene los dos comunes, pero se distingue por su especia- lizada forma de ponderarlos; el Times Higher Education (THE) introduce una encuesta sobre la reputación en investigación (pre- supuesto público, aportes de la industria e internacionalización –calculada a partir del número de profesores y estudiantes extranje- ros–), mientras el QS es más que todo una guía de opinión. Por último, el más exigente, el ARWU, complementa los dos in- dicadores comunes con otros dos de reconocimiento de la comuni- dad académica internacional por la obtención de premios Nobel o medallas Field. Sujeto a interpretaciones Como se aprecia, aparte de los dos criterios comunes, los de- más, así como las ponderaciones asignadas a ellos dentro de las me- diciones, varían con las metodolo- gías utilizadas, pero también con los objetivos e intereses buscados, los campos temáticos para los que se calcula y las regiones geográfi- cas para las cuales son construidos (el QS latinoamericano incluye el tamaño y la antigüedad de las ins- tituciones, el número de profeso- res con doctorado, etc.). En síntesis, se diseñan de acuerdo a un modelo de univer- sidad predefinido por la entidad o los productores del ranking3. De manera curiosa, todos se acercan al modelo norteamericano de “uni- versidad para la investigación”4. Para ilustrar cómo la variedad y diversidad de los rankings con- duce a percepciones e interpreta- ciones confusas sobre las institu- En el mundo cada región elabora sus propios rankings para evaluar diversos aspectos de las universidades. ciones, consideremos la siguiente situación sobre las posiciones de las cinco universidades colombia- nas que mejor puntúan en Améri- ca Latina. La Universidad Nacional de Colombia, la de Antioquia, los An- des, la del Valle y la Javeriana ocu- pan los lugares 13, 29, 30, 49 y 52, respectivamente, en el Scimago, en el cual predomina la productividad científica y su impacto, así como la cooperación internacional. En Webometrics, que mide la produc- tividad, impacto y presencia en la Web, se sitúan en los puestos 29, 46, 71, 80 y 116. Al consultar el QS, que se ca- racteriza por privilegiar la percep- ción sobre los egresados de las instituciones entre pares académi- cos y empleadores, las cinco uni- versidades quedan en el siguiente orden: Andes, Nacional, Javeriana, Antioquia y Valle, que ocupan los puestos 6, 9, 23, 27 y 54. Según Scimago y Webome- trics, la UN y la de Antioquia son las mejores en cuanto a investi- gación, impacto y presencia en la Web, pero no informan de la buena reputación con la que cuentan los egresados de los Andes, variable que sí mide el QS. Riesgos Ello invita a reflexionar sobre varios temas: por una parte, los sesgos de interpretación en los que se puede incurrir al utilizar par- cialmente los indicadores, como ocurrió en un programa radial en el que algunos periodistas califica- ron y descalificaron instituciones sin ninguna responsabilidad, por sus posiciones en estos rankings, sin aclarar su especificidad. Por otra parte, cabe discutir sobre los criterios utilizados para construir las mediciones: ¿Deben incluir indicadores del prestigio de las instituciones obtenidos por medio de encuestas? Si es el caso, ¿qué proporción del ranking deben tener? ¿Hay que incluir indicadores del impacto social de las institucio- nes? ¿Cómo identificarlo? ¿Se debe utilizar el sistema Publindex de Colciencias para indexación de re- vistas o nos acogemos a otros más reconocidos internacionalmente? ¿Hacemos una fusión de indexa- ciones nacionales y extranjeras? Una tercera reflexión sería la pertinencia de estas herramien- tas dentro del estricto sistema de acompañamiento y seguimiento de la calidad de la educación en las universidades (como el retirado Proyecto de Reforma de la Ley 30), contexto en el cual podrían ser uti- lizadas para juzgar la calidad o el diseño de políticas y –lo que sería más grave– para la asignación de presupuestos. Naturalmente, es posible un uso positivo y optimista de los ran- kings para identificar debilidadeso falencias, y asignar presupuestos que les permitan a las universida- des superarse y mejorar. También podría discutirse si las instituciones evaluadas estarán reorientando su investigación ha- cia paradigmas que conlleven a un buen posicionamiento, dejando de lado los temas regionales de su objeto social y misional. Es decir, si las universidades no estarán en- trando en una especie de producti- vismo académico, en deterioro de la autonomía universitaria y des- pojando de su carácter sustantivo a la investigación y a la docencia– formación. No se trata de dejar de evaluar ni de diseñar escalafones en los que nuestras instituciones queden bien posicionadas (lo que se conoce co- mo endogamia académica), pero sí de cuestionar y discutir los criterios con los que se deben construir ran- kings regionales o locales, o adaptar los existentes, y de identificar su utilidad en mejora de la calidad de la educación superior. Referencias 1. Centrum für Hochschulentwicklung (CHE), creado para proporcionar informa- ción acerca de maestrías y doctorados, así como indicadores de internacionalización de un grupo seleccionado de universidades europeas. 2. Science Citation Index y Social Science Citation Index. 3 Concepto del profesor Imanol Ordorika, director general de Evaluación Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México, en un seminario realizado por la Vicerrectoría de Investigación de la UN so- bre la pertinencia de los rankings. 4. Así lo señalaba también el profesor Fé- lix de Moya, investigador principal de la Unidad Asociada del grupo Scimago, en el seminario sobre pertinencia de los rankings. 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 4 Colombia, rezagada en formación doctoral César Enrique Herrera De la Hoz, Unimedios Las universidades colombia- nas graduaron a 162 doctores entre 1960 y 2000. El número fue supera- do ampliamente entre el 2001 y el 2010 con la formación de 909 doc- tores, según cifras del Observato- rio Laboral para la Educación del Ministerio de Educación Nacional (MEN), presentadas en octubre del 2011. De estos últimos, se destaca que el 41,6% se graduaron de las áreas de Ciencias Básicas; 18,6% de Ingenierías, Arquitectura y Ur- banismo, y el 17,4% de las Ciencias Sociales y Humanas (ver gráfico). De igual forma, aumentaron los programas y alumnos en este nivel de posgrado. En el 2011 esta- ban matriculados 2.784 estudian- tes en el país, mientras que en el 2003 eran 583. Actualmente exis- ten 226 doctorados inscritos en el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), pero la cifra disminuye al contar aquellos que se dictan en conve- nio entre varias universidades. En suma, 39 de las 80 univer- sidades existentes (32 públicas y 48 privadas) ofrecen al menos un doc- torado, aunque muy pocas tienen una oferta variada. De estas, según los datos tomados del SNIES (doc- torados activos e inactivos), en pri- mer lugar se encuentra la Univer- sidad Nacional de Colombia (51), seguida de la de Antioquia (25), Los Andes (15) y la del Valle (14). Sin embargo, y muy a pesar del crecimiento doctoral en la úl- tima década, Colombia sigue ale- jada de los indicadores y la pro- ducción científica mundial que exhiben países líderes tanto en la región como en el mundo. Doctores del planeta Según la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecno- logía (RICyT), en el 2009 en Améri- ca Latina y el Caribe se graduaron 15.249 doctores, principalmen- te en las áreas de Humanidades (3.281) y las Ciencias Naturales y Exactas (3.231). Sin embargo, estos datos no indican que en todos los países de la región exista una po- lítica estratégica de fomento a la formación doctoral, que enfatice además en las áreas clave para el desarrollo como las Ingenierías o las Ciencias. Del total de graduados ese año, 14.092 provienen de dos paí- ses: 80,66% de Brasil y 19,34% de México. Según RICyT, el gigante sudamericano graduó en ese año a 11.368 doctores, la mayoría en el área de Humanidades, con 2.686; le siguieron las Ciencias Naturales En el 2011, la Universidad de São Paulo (USP) en Brasil contaba con 13.101 doctorandos y otorgó 2.338 títulos en este nivel de posgrado. Brasil y México concentran el 90% de la graduación anual de los docto- res en América Latina, con cerca de 14 mil. Nuestro país, en cambio, solo formó 909 en los últimos diez años. Este evidente rezago no da espera, urgen políticas que permitan formar al capital humano que pueda orien- tar el desarrollo económico, tecnológico y científico de la Nación. Educación y Exactas (2.388), Ciencias Médi- cas (2.125), Ciencias Agropecua- rias (1.424), Ingenierías (1.284) y las Ciencias Sociales (952). Por su parte, México tituló 2.724 docto- res: 747 en Ciencias Sociales, 547 en Ingenierías, 530 en Ciencias Naturales y Exactas, 474 en Huma- nidades, 285 en Ciencias Médicas y 141 en Ciencias Agropecuarias. Los resultados de América La- tina, a excepción de Brasil, palide- cen frente a los países desarrolla- dos, aun teniendo en cuenta las diferencias en los tamaños de la economía o de la población. Por ejemplo, Estados Unidos, que bajo el liderazgo del presidente Barack Obama ha apostado al fortaleci- miento del sistema de educación superior como una de las estrate- gias para salir de la crisis econó- mica de la última década, graduó a 48.069 doctores en el 2010. De estos, 20.776 se titularon en las áreas de Ciencias (Bioquí- mica, Biología Molecular, Neuro- ciencias, Física y Astronomía, en- tre otras) y 7.552 de Ingenierías. En estas dos áreas se graduó el 68,9% de los doctores. El porcentaje res- tante se tituló de Ciencias Sociales, Humanidades (como Lenguas Ex- tranjeras y Literatura) y Ciencias de la Educación, según la agencia federal estadounidense National Science Foundation (NSF). A su vez, China supera a Esta- dos Unidos como el país que más doctores gradúa anualmente. En el 2009 graduó 50.000 doctores, de los cuales 15.300 lo hicieron en Ciencias e Ingenierías (en el 2000 graduó 4.500 en estas áreas). Por su parte, India, uno de los grandes protagonistas de la economía y la política internacional en la actua- lidad, graduó en el 2011 un total de 8.900 doctores en Ingenierías, Ciencias Básicas y Tecnologías, y espera graduar un promedio de 20.000 en el año 2020. Producción científica y desarrollo La inmensa brecha existente entre países como Estados Uni- dos o China frente al resto del mundo también es evidente con la producción científica mundial, que en gran parte está sustentada en los investigadores egresados de doctorados. En efecto, según el Informe sobre la Ciencia 2010 de la Unesco (que utiliza el número de publica- ciones científicas registradas en el Science Citation Index (SCI) de Thomson Reuters), Estados Uni- dos sigue siendo el país líder con el 28% de la producción científica mundial, aunque el porcentaje de participación de la Unión Euro- pea, cuyo dato es el agregado de los Estados miembros, es de 37%. Les siguen China con el 10%, ade- más de Japón y Alemania con poco menos del 8%. A nivel continental, América Latina pasó del 3,8% al 4,9% de la producción científica mundial entre los años 2004 y 2009, princi- palmente por Brasil. En el mismo periodo, África creció del 0,25% al 2% del total mundial, especial- mente por Sudáfrica y las naciones del Magreb. Con los datos anteriores, la Unesco concluye que en los próxi- mos años se dará una nueva tríada en cuanto a producción científica mundial: Estados Unidos, Europa y Asia. A su vez, los analistas pre- vén que Asia, dado el tamaño de su población, se convertirá rápida- mente en el continente dominante en el ámbito científico. Entretanto, Colombia con- tinúa rezagada en el panorama científico latinoamericano y mun- dial. Las necesidades del país muestran que no se puede seguir posponiendo la implementación de políticas que permitan mejorar las capacidades doctorales actua- lespara contribuir con innovación a superar los principales desafíos sociales y económicos del país. En el 2011 este tema fue mencionado pocas veces en los debates sobre la reforma a la Ley 30, a pesar de los múltiples análisis realizados por rectores de universidades públicas y privadas. Ojalá en el 2012 no bri- lle por su ausencia. Fo to : M ar co s Sa nt os /U SP Im ag en s Ciencias básicas 41,3 18,6 8,1 6,5 5,9 2,2 17,4 Ingeniería, Arquitectura, Urbanismo Ciencias Sociales y Humanas Ciencias de la Salud Ciencias de la Educación Agronomía y Veterinaria Economía, Administración y Contaduría Participación doctorados graduados en Colombia 2001-2010 Fuente: Observatorio Laboral para la Educación - Ministerio de Educación Nacional. 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 5Coyuntura Tumaco: educación contra violencia Carlos Fernando Álvarez C., Unimedios El bombazo en Tumaco, que dejó nueve personas muertas, de- cenas de heridos y millonarias pérdidas económicas, también aturdió los corazones de sus ha- bitantes y volvió a generar miedo, uno que amarra las voluntades y provoca la peor de las conse- cuencias: la inmovilidad, situa- ción que la Universidad Nacional de Colombia quiere cambiar con educación de calidad. El atentado terrorista es el nuevo capítulo de una guerra no declarada entre los grupos arma- dos ilegales y el narcotráfico, que se enfrentan por el poder del terri- torio y un negocio multimillonario. Según cifras de la ONU, desde el 2009 Tumaco es el municipio líder en producción de hoja de coca, seguida de Nariño y de Barbacoas, localidades ubicadas en el mismo departamento. Hoy cuenta con 5 mil hectáreas sembradas y, a pesar del esfuerzo de las autoridades por erradicarlas, la cifra no afloja, co- mo ya pasó en otras regiones del sur de Colombia. Lo de la extensión de los cul- tivos también tiene una respues- ta geográfica: Tumaco es, junto a Puerto Carreño (12.409 km2), ca- pital del Vichada, los municipios más grandes de Colombia. Tiene 3.778 km2, incluyendo sus tres is- las. Así que su control es demasia- do complejo. Incluso, la guerra ya ha sido retratada y divulgada en diferentes informes periodísticos y de acción comunitaria, entre ellos el boletín Salud y Desplazamiento, de la Con- ferencia Episcopal de Colombia. En el documento del 2004, la Iglesia Católica recogió cientos de testi- monios de víctimas de la violencia: “En nuestra comunidad hubo un desplazamiento por el enfren- tamiento del Ejército y la guerri- lla; tuvimos que salir huyendo de nuestras casas y esto sucedió en la comunidad de Río Piedras, en El Rincón ocurrió lo mismo: subió un grupo de paramilitares y las perso- nas salieron corriendo, pero prin- cipalmente lo primero que se hizo fue salvar a los niños. Sufrimos mucho por culpa de los grupos ar- mados”, afirmó en el informe una habitante de Río Piedras. Realidades UN Periódico estuvo en Tuma- co y al preguntar a sus habitantes sobre la presencia de los neopa- ramilitares, el miedo aflora y hace bajar la voz. “Ellos dicen que son como Dios: todo el mundo sabe que existen, pero nadie los ve”, dicen al referirse a los llamados ‘Rastrojos’, el nuevo poder armado en la población y el peligroso refe- La apuesta de la Universidad Nacional de Colombia es llevar educación a una región que ha sido olvidada histó- ricamente en este campo, así como en salud. Los recientes atentados terroristas cometidos contra la población civil del puerto nariñense aceleran el interés de la UN en cimentar su presen- cia en esta vital región del Pacífico colombiano. Con formación en cien- cia, tecnología y cultura se puede desarmar a los violentos. Un convenio con Japón es el inicio de esta tarea. rente de poder que tienen miles de jóvenes sin oportunidades. No obstante esta dura rea- lidad, la esperanza prevalece en Tumaco, una región en la que el 95% de sus 170.000 habitantes son afrocolombianos (DANE) y de ese total, 61,4% están entre los cero y los 24 años de edad. Es, además, una tierra rica en biodiversidad, con ríos caudalosos como el Patía, el Mira y el Telembí, además de otros afluentes menores. Estos son factores que la Uni- versidad Nacional de Colombia quiere aprovechar para romper con esa inmovilidad social, cul- tural, económica y educativa que aqueja a los habitantes del Pacífi- co. Por eso, cimentar la presencia académica en Tumaco es una prio- ridad estratégica. En ese sentido, la Institución cuenta con un terreno propio de 44,7 hectáreas, ubicado en la zona rural, y se alista para la construc- ción del Centro de Estudios del Pa- cífico, la primera estructura física del futuro campus, desde donde se generarán estrategias, planes y proyectos que propendan por el desarrollo regional, en llave con las autoridades locales, departa- mentales y la sociedad civil. La edificación se concretó con la firma de un convenio entre Ja- pón y la UN el pasado 6 de febrero, como resultado de una convoca- toria que abrió el Gobierno nipón con el objetivo de conceder recur- sos no reembolsables para obras de infraestructura. El país asiático otorgará $ 200 millones, mientras que la UN, como contrapartida, pondrá $ 130 millones. “Tendremos tres aulas to- talmente dotadas. Es la primera construcción de nuestro campus del futuro, que beneficiará a una región ávida de capacitación, por- que tradicionalmente ha sido muy mal atendida y presenta gravísi- mas falencias en educación y sa- lud”, resalta el rector de la UN, Moisés Wasserman. El Rector sostiene que la cons- trucción del Centro es importante porque va a atender a 20 mil alum- nos de los colegios de las zonas rurales, que en la actualidad están muy mal calificados en el escala- fón nacional. “Ellos, con tan solo 100 horas de capacitación, logra- ron unos muy buenos puntajes para acceder a la UN”, dice. Apoyo Entretanto, el embajador ja- ponés en Colombia, Kazumi Suzu- ki, asegura que el interés de su país es estrechar los vasos comunican- tes entre Oriente y Colombia, a través del océano Pacífico, donde las relaciones entre los pueblos han existido desde hace siglos. El diplomático agrega que la pesca es la clave de ese futuro y asegura que la acuicultura es la llave de la despensa. Señala que en Chile la crianza de salmón fue un éxito con el apoyo japonés y que hay casos igualmente notorios en Ecuador y Perú. El rector Wasserman manifies- ta que en Colombia el tema no ha sido tan afortunado, pero reafirma el compromiso de la UN en desa- rrollar proyectos al respecto. Por ejemplo, en la Sede Tumaco, este año entrará en vigencia la segunda etapa del proyecto de extensión e investigación con las sardinas plu- muda y carduma. Por su parte, el director del Instituto de Estudios del Pacífi- co, Petter Lowy Cerón, considera que con este aporte se cumple una de las fases más importantes de todo el proyecto. Y la tecno- logía será clave. Las aulas conta- rán con todos los aditamentos de nuevas tecnologías y dos megas de internet, inicialmente. Lowy ratifica que la UN tam- bién ganó la convocatoria del Go- bierno de Países Bajos, conocida como ORIO (The Facility for In- frastructure Development) por $ 13 millones de euros (de un total de $ 36 millones) para proyectos de infraestructura y que se destina- rán a la edificación total del nuevo campus. La convocatoria se divide en tres partes: diseño (más de $ 1,05 millones de euros); la cons- trucción de la infraestructura como tal ($ 3,2 millones de euros) y el res- to ($ 8,6 millones de euros) para el funcionamiento y mantenimiento del proyecto durante 10 años. “Es la primera vez que Colom- bia gana esta convocatoria y así consolidaremos más nuestra pre- sencia en Tumaco y en el Pacífico”, concluye. Fo to : V íc to r M an ue l H ol gu ín /U ni m ed io s 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 6 Salud Se reactiva atención en el Hospital San Carlos Luego de tiempos difíciles, este centrode tercer nivel de atención en salud vuelve a convertirse en protagonista de la praxis médica de cientos de estudiantes. Un recorrido por sus pasillos evidencia el empeño de la UN por garan- tizar la formación médica de alto nivel. “Las condiciones académicas y clínicas están dadas para trabajar”, destaca el Decano de Medicina. Carlos Fernando Álvarez C., Unimedios María Duarte*, de 91 años, llegó prácticamente desahuciada al Hospital San Carlos, al sur de Bogotá. Presa de una gran depre- sión, producto del maltrato y de una dolencia cardiaca, su cuerpo presentaba problemas coronarios que hacían peligrar su vida. De inmediato, el equipo mé- dico integrado por residentes, in- ternos y profesionales de planta en geriatría, psiquiatría y de las unidades especializadas de la Uni- versidad Nacional de Colombia que laboran en el lugar, lograron salvarla y recuperar en parte su calidad de vida con un tratamiento que lleva cinco meses. La mejoría de María coinci- dió con el renacimiento del centro hospitalario, que soportó una ad- ministración nada afortunada y se vio afectado, además, por el paro de los estudiantes a mediados del 2011, lo que motivó su cierre con las respectivas consecuencias para la academia y la comunidad. La junta directiva de la Funda- ción Hospital San Carlos, integra- da por la UN, la Iglesia Católica, la Academia Colombiana de Medi- cina, la Sociedad San Vicente de Paul, representantes de los traba- jadores y el Distrito Capital de Bo- gotá (este último con voz, pero sin voto), decidió cambiar la adminis- tración y optó por firmar un nuevo convenio Docencia–Servicio entre la Universidad y la entidad. Hoy el hospital se recupera. El decano de la Facultad de Medicina, Carlos Alberto Agudelo, reconoce lo agudo de la crisis y afirma que el semestre nunca de- bió suspenderse. Según él, las condiciones aca- démicas para las prácticas clínicas estuvieron y están dadas. Es más, asegura que se superaron las pe- ticiones centrales de los estudian- tes, como la reapertura de un hos- pital propio (ver recuadro Se abre el Santa Rosa) o el establecimiento de un convenio con la Secretaría Distrital de Salud. “Esa crisis duró tres a cuatro semanas y las directivas hicieron el llamado a los estudiantes para reiniciar labores, pero ellos dijeron que no. Esa actitud fue lo que llevó a la pérdida del semestre y no otra. Lo que estaba planteado por escri- to se cumplió”, recalca. A pesar de su delicado nivel y de que aún está en ley de quiebra, son 12 los convenios entre la UN y el San Carlos, que se convierten en la punta de lanza para garantizar la docencia y el servicio. Hoy los pactos con otros centros asisten- ciales llegan a 130. “Esta administración priori- zó los convenios y los concentró, pues era evidente que teníamos una gran dispersión. Incluso, mu- chas de las alianzas con hospitales seguirán vigentes y harán parte de esa red. No competiremos con ins- tituciones de atención primaria, la ciudad está llena de ellas”, aclara. Vibra la academia Renán Morales, residente de primer año, reconoce que, aunque no es estudiante de la UN, el con- tacto académico con personas de este centro educativo es enrique- cedor. Él fue quien tuvo a su cargo la atención de la señora María. “Mi experiencia aquí ha sido muy formativa, personal y profe- sionalmente. He tenido la oportu- nidad de compartir con docentes de la UN de altísima calidad. Creo que la práctica hace al maestro. No hay otra forma de hacer medicina, que es un arte y una ciencia”, pun- tualiza. Agrega que semanalmente hay reuniones entre los estudian- tes, profesores y doctores de dife- rentes especializaciones para revi- sar casos complejos, así a veces se topen con la falta de recursos o los muros infranqueables del sistema actual de salud. Los estudiantes, residentes e internos adelantan una labor pro- fesional que es equiparable a un apostolado, como lo pregonaba el santo patrón del hospital, el arzo- bispo de Milán Carlos Borromeo, quien fuese llamado en vida ‘el padre de los pobres’. Para Carlos Alberto López, egresado de Medicina de la UN y hoy interno, la vivencia ha sido satisfactoria. “Llevo ocho meses y cada día llegan más y más pacien- tes. Así practicamos aspectos bási- cos para nuestra formación como médicos generales. El internado lo empecé en el mes de la crisis y he presenciado su caída y recupera- ción. Creo que ya salió de cuida- dos intensivos”, dice. Angélica Ochoa, de séptimo se- mestre de Medicina, considera que cuenta con todo el espacio y los elementos necesarios para hacer una buena pasantía, como el con- sultorio, la camilla y el tensiómetro (existen hospitales que ni siquie- ra tienen utensilios). “Estamos en consulta externa y atendemos a los pacientes programados”, afirma. La historia y las cifras Sorprende arribar al Hospital San Carlos, pues está lejos de la apariencia tradicional de un sa- natorio. El complejo, compuesto por dos torres, queda enclavado en medio de lo que subsiste del bosque de San Carlos (hoy parque metropolitano), lugar que se salvó de la voracidad del cemento en la localidad de Rafael Uribe Uribe. Sus límites oscilan entre las calles 27A sur y 34 sur, y entre las carre- ras 13 y 13A. Allí funcionó un centro pa- ra tuberculosos, cuya obra fue la donación del bogotano Gustavo Restrepo. En ese entonces, la en- fermedad se presentaba con alta incidencia, por eso, el filántropo pensó en un sitio de atención a las afueras de la ciudad, en medio de la naturaleza, con el fin de contri- buir a la rápida recuperación de los pacientes. El director del programa de Medicina Interna de la UN, Ger- mán Pérez, comenta que los la- drillos con que fue edificado el complejo de San Carlos eran “re- quemados”, es decir, dejados más tiempo dentro de los chircales (fo- gones). De esta forma, el bacilo de Koch, responsable de la tuberculo- sis, no se podía adherir a los muros y propagarse. Junto a Jaime Hernández, di- rector del posgrado de Medicina Interna, el doctor Pérez otorgó da- tos que confirman la recuperación del gigante. “En este momento, luego de la reapertura, dispone- mos de 150 camas. Avanzamos en el soporte diagnóstico para los pa- cientes, de manera que reducimos los tiempos de atención. Contamos con radiología básica y laboratorio clínico las 24 horas del día, que incluyen pruebas especializadas. A corto plazo, esperamos adquirir un tomógrafo. Además, tenemos 25 camas en cuidados intensivos y 7 en intermedios”. Reconoce que se adelantaron muchas y largas conversaciones para concretar la vinculación de Los médicos internos de las tres unidades de Cuidados Intensivos del San Carlos trabajan en pro de la comuni- dad de adultos mayores que llegan al hospital. 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 7Salud Se abre el Santa Rosa El decano de Medicina, Carlos Alberto Agudelo, anunció que en dos o tres meses se abrirá la pri- mera fase de la clínica-hospital Santa Rosa, propiedad de la UN, en las instalaciones del antiguo Cajanal, ubicado en el Centro Administrativo Nacional (CAN). “Consiste en el reforzamiento estructural del edificio y, seguramente, tendremos habilitada un área de diagnóstico. Luego viene la habilitación del recinto”. Convenios vigentes Hay tres líneas de acción de la Universidad Nacional de Colombia con respecto al manejo académico y asistencial en medicina: convenios docencia−servicio con el Hospital San Carlos, la red distrital hospi- talaria (públicos y privados) y el hospital−clínica propio. IPS Nivel Especialidad Fundación Hospital San Carlos 3 Medicina Interna, Pre y Postcirugía Engativá (acuerdo estratégico) 2 Ginecología y Medicina Interna El Tunal 3 Ortopedia y Especialidades Quirúrgicas Kennedy 3 Neurocirugía La Victoria (Materno Infantil) 3 Obstetricia La Misericordia 3 Pediatría Cancerológico 3 Oncología Clínica San Rafael 3 Infectología y Hematología La Samaritana 3 Gastroenterología y Oftalmologíaotros departamentos de la Facul- tad de Medicina a la fundación. Confía en el arribo del de Rehabi- litación y que se hagan más conve- nios para el laboratorio de patolo- gía y la morgue. En cuestión de cifras, el Hos- pital San Carlos cuenta con 370 trabajadores, 230 estudiantes de pregrado y 60 de posgrado. De este número, entre 30% y 40% es población flotante de otras insti- tuciones. “Tenemos al menos 150 educandos fijos de la Universidad Nacional de Colombia”, revela el doctor Pérez. El “nuevo edificio” En cuanto a las posibilidades de prácticas y la disposición de los estudiantes de pre y posgrado, el profesor Hernández asegura: “Hay buena actitud por parte de ellos, tenemos residencia de medicina interna en los tres años, en sub- especialidades como reumatolo- gía, endocrinología, hematología, neurología, dermatología y neu- mología”. Pérez destaca que todavía fal- tan elementos tecnológicos, aun- que con los actuales equipos se trabaja con eficiencia. “Compra- mos un dispositivo nuevo de prue- bas de función pulmonar que nos dejará bien cubiertos por cinco años; asimismo, un fibroloscopio, que prestará un buen servicio por unos tres años”. Al hacer el recorrido con el profesor Hernández, el hospital ofrece un laberinto de historias, de reformas locativas, de cuatro administraciones diferentes, de puertas que van y vienen, algunas que comunican a las dos torres internamente, por ejemplo, entre los pisos de los pacientes y las uni- dades de cuidados intensivos. En el octavo piso se encuentra el auditorio con capacidad para 100 personas y el Museo de Cien- cias de la Salud, y a falta de una, el San Carlos cuenta con dos ca- pillas, una en cada edificio, donde millones de oraciones han sido escuchadas y otras no. Una de las puertas de vidrio del “nuevo edificio” es la salida a un patio posterior, donde se halla la sala de urgencias; allí las dife- rencias con otros centros asisten- ciales saltan a la vista: no hay un solo atropellado, herido por armas cortopunzantes o de fuego, ni la camilla a toda velocidad rumbo a los quirófanos. “Este sector es habitado por personas mayores de 60 años. Su atención es diferente, pero si lle- gan los traumas o accidentes po- demos atenderlos las 24 horas”, precisa Hernández. En urgencias, hoy por hoy, se atienden 27 personas al día en promedio, a diferencia de los 5 ó 6 en octubre, cuando se reabrió. Los días pico son los fines de semana (sábados), con 35 consultas, y los miércoles. Los casos más vistos son las diarreas y los problemas gástricos, así como dolores abdo- minales y torácicos. Cuestión de billete El doctor Eduardo Arias, sub- director científico del Hospital San Carlos, explica que los líos y ten- siones entre las partes médica y empresarial están presentes, pero se trabaja para superarlos. “El con- venio no arrancó en pleno, pero a medida que lo optimizamos, vamos acortando el tiempo para que los estudiantes de la UN trabajen con nosotros y obtengan la mejor ex- periencia en sus prácticas médicas”. En cuanto a recursos, afirma que se requieren $ 3.500 millones mensuales para operar adecuada- mente. Arias dedica una parte de su disertación para hablar de las dis- torsiones que la Ley 100 trajo so- bre el sector de la salud y cómo el desbalance ha afectado a las Instituciones Prestadoras de Ser- vicios (IPS), a hospitales y clíni- cas. La conclusión del experto es que, según el más rancio dogma darwiniano, hay que adaptarse o perecer. En Colombia, las normas actuales dejan un angosto y ári- do espacio de acción y la sed de expectativa por unas reformas de fondo, que nunca llegan, porque se afectarían los jugosos intereses de los intermediarios. El Hospital San Carlos, al igual que muchos de sus pacientes, con- fía en la llegada de mejores tiem- pos, donde aquel juramento de Hipócrates, el principio de toda la medicina y que apunta al servicio, vuelva a ser respetado. *Nombre cambiado por petición de la familia de la paciente. Fo to s: V íc to r M an ue l H ol gu ín /U ni m ed io s El Hospital San Carlos lleva 71 años prestando servicio a los bogotanos. Con la reapertura del hospital, la UN otorga los espacios para que los pro- fesionales de la salud y estudiantes de la Universidad hagan sus prácticas. 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 8 Salud Los medicamentos inútiles del POS Son varios los fármacos incluidos en el Plan Obligatorio de Salud que, según reportes de organizaciones nacionales y extranjeras, tienen efectos secundarios, son más caros o no se ajustan al perfil epidemiológico de los colombianos. Es el caso de drogas para afecciones gástricas, coronarias y Alzheimer, entre otras. José Julián López G., Profesor Asociado Departamento de Farmacia Universidad Nacional de Colombia Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los medicamen- tos esenciales son los que “satisfa- cen las necesidades prioritarias de salud de la población”. Por eso, re- comienda una selección pertinente de acuerdo a las características de cada país, con evidencia sobre su eficacia, seguridad y costo/efecti- vidad. De lo contrario, se dificulta una implementación adecuada, truncando el acceso a fármacos prioritarios. Además, podría darse una administración inadecuada de los recursos sanitarios. El listado del Plan Obligatorio de Salud (POS) debe cumplir con estas características, explícitas en la Ley 100 del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), donde se menciona que la actua- lización debe realizarse con argu- mentos científicos basados en el perfil epidemiológico y la carga de la enfermedad de la población, la disponibilidad de recursos y el equilibrio financiero, entre otros. El Acuerdo 029 de 2011 señala que hay 733 medicamentos en el POS, de los cuales 126 fueron in- cluidos recientemente, 34 fueron evaluados con concepto favorable y 63 lo tienen condicionado, prin- cipalmente por la falta de estudios económicos y de regulación de pre- cios. Otros 19 no fueron valorados. La introducción de la mayoría de nuevos fármacos obedeció a un criterio económico y no a uno epi- demiológico, como por ejemplo el bosentán (para la hipertensión pulmonar) y el etanercept (pro- ducto de tercera línea para la artri- tis reumatoidea). La inclusión del clopidogrel y el alendronato (para la preven- ción secundaria del infarto y las fracturas osteoporóticas, respecti- vamente) constituyó la primera re- forma del listado del POS, después de la sentencia T–760. Se evidencia que el estudio obedeció a criterios de mayor recobro al Fondo de So- lidaridad y Garantía (Fosyga) del SGSSS. No se pretende cuestionar la eficacia o seguridad de los fárma- cos mencionados, sino el criterio por el cual aparecen en la lista. Indudablemente, estos beneficia- rán a algunos pacientes, pero no a la mayoría. Así, al no haber me- canismos de control (como el que ejercían los comités técnico cien- tíficos), se permitirá su uso indis- criminado. Las Guías de Práctica Clínica, que aún no están desarro- lladas en nuestro país, no cons- tituyen un dispositivo de control adecuado, como se demostró en el pasado. Ejemplos… de sobra En el actual POS se encuen- tran todos los análogos de la in- sulina aprobados por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medi- camentos y Alimentos (Invima). Antes de la inclusión de otros sí- miles, la insulina NPH y la Zinc eran las únicas de la categoría disponibles, atendiendo a las recomendaciones de la OMS. Surgen grandes dudas sobre el cumplimiento de los criterios de “medicamento esencial” por parte de estos nuevos produc- tos, considerando su alto costo y sus beneficios marginales en la mayoría de pacientes. The National Prescribing Center, del Reino Unido, estimó que si se hubiera prescrito insu- lina humana, en lugar de análogos durante el periodo 2000–2009, el ahorro habría sido de unos 70 mi- llones de libras esterlinas anuales (210.000 millones de pesos). Enese país se recomienda que la NPH sea la primera opción y los otros se usen solo en pacientes específicos. Como dato curioso, en los co- mités técnico científicos de algu- nos hospitales de Colombia se ha detectado la utilización de estas insulinas modificadas para el con- trol glicémico de urgencia, cons- tituyéndose en una indicación no aprobada por el Invima. La intro- ducción de estos fármacos permi- tiría una práctica sin restricciones, aumentando su consumo. A pesar de que dichas insulinas ingresa- ron con concepto condicionado al precio, solo una de ellas (lispro) será objeto de control. Otro caso es el esomeprazol. Aunque no se ha demostrado que sea más eficaz y seguro –pero sí más caro–, este fue comercializado antes de que caducara la patente del omeprazol, que era el genérico utilizado en afecciones gástricas. Clinical Knowledge Summa- ries, institución que establece di- rectrices sobre la dispepsia y el re- flujo gastroesofágico, afirma: “Son mínimas las diferencias en la efi- cacia clínica y de seguridad entre los diversos inhibidores de la bom- ba de protones (IBP) –responsable de la disminución de secreción ácida en el estómago–. La eviden- cia actual muestra que los IBP no tienen contraindicaciones graves para la mayoría de los usuarios, y han sido de uso común desde ha- ce más de una década”. La Oregon Health and Science University da una advertencia similar. ¿Faltan estudios? Otra rareza tiene que ver con los fármacos para tratar la demen- cia y el Alzheimer, males que no representaron importancia en el análisis de carga/enfermedad del año 2005; por eso, no se entienden los criterios epidemiológicos que permitieron incluir la rivastigmina. La Agencia Canadiense de Medicamentos y Tecnologías en Salud no recomienda los parches de dicha droga. Entonces, con una eficacia no muy bien comprobada, sin una adecuada representación en la carga de enfermedad y con solo dos oferentes en el mercado colombiano, el balance costo–uti- lidad queda muy comprometido. Un ejemplo más. En noviem- bre pasado la Food and Drug Ad- ministration (FDA) alertó sobre el número creciente de casos de Lin- foma Hepato–Esplénico de Células T (LHCT) reportados al sistema de vigilancia estadounidense, debido al uso de bloqueadores del factor de necrosis tumoral alfa (TNF–α): azatioprina y mercaptopurina. Los medicamentos de este grupo in- cluyen el infliximab, etanercept, adalimumab, certolizumab y el golimumab. La mayoría de pacientes trata- dos padecían de la enfermedad de Crohn o de colitis ulcerativa, pero también se han reportado casos de artritis reumatoidea o psoriasis. El LHCT es usualmente fatal; por tanto, el monitoreo de la aparición de sus signos y síntomas debe ser constante y minucioso. La Uni- versidad Nacional de Colombia, en un concepto técnico solicitado por la Comisión de Regulación en Salud (CRES) en el 2010, NO consi- deró favorable la inclusión de este fármaco en la lista del POS. El etanercept también es de tercera línea, su uso debe comen- zar cuando se han agotado los an- tiinflamatorios no esteroides, los corticoides y los modificadores de la enfermedad. De nuevo, queda el interrogante sobre el criterio para el estudio de su inclusión en el POS, pues esto supone, a priori, un aumento en la exposición al mismo, que debe suscitar una vigilancia intensiva y del balan- ce riesgo/beneficio por parte de los profesionales de la salud. Es larga la lista de medica- mentos sobre los cuales hay gran- des dudas en relación a la perti- nencia con el perfil epidemioló- gico del país. Aspectos de forma, como errores de ortografía que no deberían estar en un decreto, demuestran la improvisación y falta de conocimiento de quienes redactaron el documento. Más casos Bosentán: medicamento para la hipertensión pulmonar, del cual muy pocos pacientes se beneficiarán y a un costo muy elevado. Solo hay un oferente en el mercado nacional. Atorvastatina: no existe una publicación donde se demuestre su su- perioridad comparada con la lovastatina en la disminución del riesgo cardiovascular. Risperidona: (para la esquizofrenia) La evidencia actual apunta a que el principal propósito es el mercadeo y solo sigue siendo antipsicótico. Fo to : V íc to r M an ue l H ol gu ín /U ni m ed io s 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 9 Parkin y Pink, genes que alertan aparición de Parkinson Aún es un misterio la causa de esta enfermedad degenerativa. Científi- cos colombianos les siguen la pista a dos genes que intervienen en los ca- sos heredados. La meta es encontrar respuestas para los casos esporádi- cos, que representan cerca del 95% de los diagnósticos. Hermann Sáenz, Unimedios El Parkinson es una enferme- dad que se presenta cuando las neuronas que producen la dopa- mina se destruyen lentamente. Sin esta importante hormona neuro- transmisora las células del cere- bro no pueden enviar mensajes apropiadamente, conllevando a la pérdida de la función muscular, lo cual empeora con el tiempo. Entre el 5% y el 10% de los casos son hereditarios; los demás surgen de forma esporádica. Se especula que el permanente con- tacto con herbicidas, plaguicidas o productos similares podría causar el trastorno. En Colombia, unas 75 mil personas lo padecen y un alto porcentaje de los diagnosticados supera los 65 años de edad. ¿Por qué entre el 90% y el 95% de los casos registrados son esporá- dicos? ¿Cuáles son los genes invo- lucrados? En descifrar este enigma trabaja Gonzalo Arboleda, coordi- nador del Grupo de Muerte Celular del Instituto de Genética de la Uni- versidad Nacional de Colombia. “Nos interesan, en especial, dos genes asociados al Parkinson, el Parkin y el Pink1, los cuales presentan mutaciones en la forma heredada y tienen la particulari- dad de desarrollar la enfermedad en personas menores de 20 años”, asegura el investigador. La principal característica pa- tológica es el daño de las neuronas dopaminérgicas que constituyen la denominada sustancia negra, ubicada en el núcleo de una parte del cerebro llamada mesencéfa- lo. Estas células se encargan, en gran medida, de controlar los mo- vimientos del cuerpo. Dentro de esas neuronas se ha detectado la acumulación de una proteína a la que se le ha llamado Cuerpos de Lewy, cuya manifesta- ción se inicia en el mesencéfalo y que, más adelante, compromete En el Laboratorio de Gené- tica de la UN se experimenta con animales y se eviden- cia cómo el mal de Parkinson afecta el sistema motor de algunas ratas. Solo hay dos grupos en el país que trabajan en este tema: la Universidad de Antioquia y el Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia. Salud otras áreas del órgano vital como las zonas límbicas y corticales. Con el tiempo aparecen pro- blemas de movimiento y cuadros de tipo cognitivo como la pérdida de la memoria. El neurólogo de la UN afirma que en etapas muy avanzadas los genes presentan características clínicas peculiares. “Los cerebros con estas mutacio- nes no tienen Cuerpos de Lewy, pero sí evidencian degeneración de la sustancia negra, es decir, des- trucción de las neuronas dopami- nérgicas”. Se sabe que hay una mutación en los dos genes que originan la enfermedad y que la muerte de estas neuronas se presenta en los tipos heredados, pero se descono- ce la causa genética en los casos esporádicos. “Hemos cultivado neuronas de ratón; es un modelo interesan- te porque son dopaminérgicas que expresan marcadores muy particu- lares que tienen su prolongación y potenciales de acción, por lo cual queremos averiguar por qué se mueren”, comenta Arboleda. Lo que se hace en el Laborato- rio de Genética de la Universidad es quitarles a las células los genes Parkin y Pink1 para observar qué ocurre con la neurona. Eviden- ciamos que los dos genes están involucrados en la dinámica y la protección natural de la mitocon- dria, orgánulo de la célula que le proporciona buenaparte de la energía. “Si la célula no tiene la capaci- dad de asegurar que la mitocondria esté en un determinado lugar, no va a contar con la suficiente ener- gía para cumplir sus funciones. Por otro lado, si el orgánulo no se degrada cuando tiene que hacerlo, se genera un caos que puede llevar a una muerte celular prematura y llegar a niveles dañinos. Eso es lo que nos interesa: ver cómo so- breviven las neuronas al extraer el gen y cómo estos procesos pueden regular los genes o al contrario”, explica María José Contreras, estu- diante del Doctorado en Ciencias Biomédicas e integrante del grupo de investigación. También se indagó qué pasa- ba si en lugar de quitarlos se apli- caban más. “Hallamos una toxina de origen medioambiental que se ha asociado a un tipo de Parkin- son. Es un lípido llamado cerami- da; lo que se observa es que si se sobreexpresa el gen, las neuronas son más resistentes a la toxina y no se mueren”, manifiesta Arboleda. Si los genes mutan pierden su función; por esta razón, pensando en una posible terapia para el Par- kinson, lo ideal sería incrementar la función de esos genes dado que son los que están protegiendo a la neurona y a la mitocondria. Contreras aclara que todos los humanos tenemos los genes Par- kin y Pink1, la diferencia es que las personas con Parkinson heredita- rio presentan mutación, por eso no cumplen con la función correc- ta y generan la enfermedad. En los casos esporádicos no se sabe qué ocurre. Estudios han de- mostrado que la exposición a her- bicidas y elementos similares son factores de riesgo; por lo general, los modelos animales usan esas sustancias en los experimentos. Trabajamos con ratas a las que se les inyectan las toxinas y se genera un modelo en el que se evidencia el problema; es una práctica que hasta ahora se está instaurando en la UN. También hay modelos transgénicos, es de- cir, con mutaciones en algunos de estos genes que de igual manera generan problemas motores, pe- ro estos se aplican en las moscas Drosophila. A pesar de estar lejos de una cura para el Parkinson, como lo reconocen los expertos, las inves- tigaciones contribuyen a descifrar paso a paso los misterios de esta complicada enfermedad. Fo to : V íc to r M an ue l H ol gu ín /U ni m ed io s 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 10 Roberto Martínez, Profesor Departamento de Física Universidad Nacional de Colombia Si un neutrino viajara más rá- pido que la luz y no se cuestiona- ran los errores experimentales, y si, además, otros lo corroboraran, podríamos dar una explicación al fenómeno sin necesidad de cam- biar la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein, que establece que nada es más veloz que la luz en el vacío. Por otra parte, si el universo tuviera dimensiones adicionales a las del espacio–tiempo, podríamos encontrar una explicación a este posible nuevo escenario. Un neutrino es una partícula diminuta con masa casi nula, sin carga electromagnética, que inte- ractúa débilmente con la materia. Es necesaria para entender la evo- lución de los astros luminosos, por ejemplo, cómo una estrella normal se puede convertir en una gigante roja o una enana blanca, o trans- formarse en un hoyo negro. Entretanto, las dimensiones extras podrían existir. Son tan pe- queñas que es difícil detectarlas con experimentos corrientes, por eso habría que diseñar ensayos muy sofisticados para ver sus efec- tos indirectos. Un ejemplo cotidiano explica cómo sería la propagación de un neutrino en un espacio–tiempo con dimensiones extras. Imagine- mos a una persona caminando por una superficie plana comple- tamente rígida como el asfalto, y a otra por una superficie también plana, pero blanda y dúctil como la playa. Las dos superficies son bidimensionales, sin embargo, hay una diferencia en el tiempo reque- rido para avanzar una distancia. En la playa, el pie trata de hun- dirse e interactúa con todos los de- fectos de la superficie. Precisamen- te, las dimensiones extras podrían afectar la velocidad de propagación de la luz o del neutrino porque las dimensiones típicas de estos objetos interactúan con las extras, generándose pequeñas e instantá- neas desviaciones locales. Para entender las dimensio- nes adicionales usemos la siguien- te comparación hipotética: la dis- tancia que separa a la Tierra de la estrella más brillante del firma- mento, Sirio (a ocho años luz), y la que existe entre dos puntos en una hoja de papel (por ejemplo, un centímetro). Supongamos que reducimos simultáneamente esas dos distan- cias, de tal forma que la que hay entre Sirio y la Tierra se disminuya a la longitud existente entre los dos puntos del papel, y que a la vez estos últimos reduzcan su distan- cia a dimensiones imperceptibles para el ojo humano, a una escala infinitamente diminuta; esas se- rían las dimensiones adicionales del cosmos, están ahí aunque no las veamos. Estas ideas son descabelladas y complejas, pero se construyen para entender la dinámica del universo. Muchos se preguntarán, ¿para qué los científicos se inven- Los astrofísicos son conscientes de que no se ha dicho la última palabra sobre la evolución o la verdadera composición del universo. Todo queda por descubrir. Ni la Relatividad peligra ni el universo está “chueco” tan teorías cada vez más compli- cadas y difíciles de probar? Podría- mos hacer paralelos con las comu- nidades más primitivas: primero aprendieron a contar (1, 2, 3...), pero se dieron cuenta de que ne- cesitaban más números (–1/2, 1/3, 4/5, etc.). Luego, descubrieron los números complejos para construir los algoritmos requeridos en las finanzas. De igual forma, las teorías científicas son construcciones ca- da vez más elaboradas para en- tender, por ejemplo, el origen del Universo millones de años atrás, la formación de las galaxias y el origen de la materia, entre otros interrogantes. Nuevos retos Podemos pensar que al espa- cio le nacieron ‘verruguitas’ que no vemos –las dimensiones ex- tras–, pero la luz sí. Esto supondría que la velocidad de la luz ya no sería igual en todas las direcciones como se pensaba, es decir, no sería isotrópica. En este sentido, la pre- gunta podría ser: ¿Una partícula como el neutrino puede propagar- se más rápido que la luz sin cam- biar la Teoría de la Relatividad de Einstein? La respuesta sería sí. Que experimentos como el CERN (Organización Europea pa- ra la Investigación Nuclear) o el Laboratorio Gran Sasso reporten que una partícula se propaga más rápido que la luz evidenciarían anisotropía del espacio debido a la presencia de dimensiones ex- tras; se podrían construir teorías sin cambiar para nada la Relativi- dad ni pensar que el universo es- tá “chueco”. La anisotropía indica que una determinada propiedad se puede medir de diversas formas según su orientación. Habría que tener en cuenta pequeñas correcciones, debido a que el orden de las nuevas di- mensiones provocaría cambios apreciables en los cálculos sobre el tiempo que lleva la luz pro- pagándose. Una consecuencia di- recta sería la estimación errada en cuanto al tamaño y la edad del universo. También estaríamos calculando mal la distancia de las estrellas más lejanas. Estos modelos generan cam- bios importantes sobre el origen del todo. Por ejemplo, resultados recientes del satélite Hubble con- cluyen que nuestro universo es- tá acelerado y no en contracción –como se esperaba de las obser- vaciones viejas con telescopios in- terferidos por la atmósfera–, y que la cantidad de materia puede ser mucho mayor de lo pensado. Solo se ha observado el 5% de la materia con que están hechas las galaxias; otro 15% no se ha visto, pero se ha inferido que existe la de- nominada materia oscura debido a los efectos gravitacionales que afec- tan la dinámica de las galaxias y las estrellas. Otro 75% se conoce como energía oscura y está asociada al hecho, recientemente descubierto, de que lasestrellas más lejanas se alejan aceleradamente. Estaríamos obligados a rein- terpretar muchos de estos temas y, seguramente, también deberíamos hacerlo con la cosmología. Pero la vida cotidiana no va a cambiar, ni las teorías científicas existentes dejarán de ser ciertas. Tiempo relativo En el experimento llamado Super–Kamiokande, en Japón, se confirmó que cuando un neutrino entra en un tanque con 50.000 toneladas de agua pura, este viaja más rápido que la luz en ese me- dio. No obstante, la Teoría de la Relatividad no se viola. Se cree, además, que esto que- brantaría el concepto de causa- lidad y habría eventos que ocu- rrirían antes que la acción que los causó. Debemos ser cuidado- sos cuando hablamos del tiempo; existe uno que podemos llamar termodinámico y marca el devenir de los eventos, nunca va hacia atrás. Este es diferente al tiem- po que asociamos a una partícula elemental. El primero, se genera como un efecto colectivo de un sistema termodinámico (todo lo que nos rodea); en cambio, el se- gundo hace referencia a un pará- metro de una ecuación y no sirve para marcar el devenir. Igualmente, cuando se mide el tiempo del cosmos y se estudian las etapas de su evolución, en lugar del tiempo se usa la temperatura o la energía promedio de las partículas del universo en ese instante. Como vemos, el concepto de tiempo se va diluyendo y hay muchas formas de medirlo o marcarlo. Así, al sistema termodinámico podemos llamarlo el tiempo universal, el cual marcha en la dirección en la que el universo se expande. Ciencia M eh au K ul yk /M KU /S ci en ce P ho to L ib ra ry Una noticia científica sorpren- dente es la probabilidad de que exista una partícula sub- atómica más rápida que la luz, según sendos experimentos en Europa. ¿Se abre la posi- bilidad de comprobar la exis- tencia de dimensiones extras a las de espacio—tiempo? ¿Se caerán las ideas de Einstein? 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 11Ciencia Amputados contarán con prótesis biocompatibles Uno de los problemas de los sustitutos orto- pédicos de extremidades perdidas, disponi- bles en el mercado, es que son pesados y poco adaptados a la fisiología de cada persona. Un nuevo desarrollo con biomateriales supon- drá, a mediano plazo, el alivio para miles de afectados del país. Harrison Rentería, Unimedios Giovanni Quejada alcanzó a dar cinco pasos antes de que un estallido le quitara el pie derecho y la sensación de caminar normal- mente de por vida. Las prótesis ortopédicas que ha usado desde hace 14 años no han cumplido con devolverle la movilidad de la que gozaba antes de toparse con una mina antipersonal, mientras defendía el uniforme del Ejército Nacional de Colombia. Según datos del Programa Presidencial para la Acción Inte- gral contra las Minas Antiperso- nal (Paicma), entre 1990 y 2011 se registraron 9.584 víctimas, de las cuales 10% son niños. Debido a la agudeza del problema, la investi- gación médica en este campo es prioritaria, con lo cual se benefi- ciarían, además, todas las perso- nas amputadas. A través de una propuesta tec- nológica desarrollada por la Uni- versidad Nacional de Colombia en Medellín, muchos podrán recobrar su normal movilidad física. Desde el 2005, Hugo Estupi- ñán, docente e investigador de la Facultad de Minas, explora las ventajas de los biomateriales, un recurso utilizado para suplantar tejidos de los organismos vivos como piel y hueso. Según argu- menta, en el país se carece de propuestas para las necesidades y características fisiológicas de cada paciente. El experto explica que “las bondades de un biomaterial tie- nen que ver con su adaptación a ambientes fisiológicos como la sangre y los tejidos. Desde el pun- to de vista metalmecánico, es ne- cesario añadir ciertos componen- tes para los estudios de superficies y los desarrollos de cubrimientos, que involucren no solo los metales sino también los polímeros y el ambiente biológico al que estará sometido el material”. Este avance científico se logra por el trabajo interdisciplinario de médicos, biólogos, bacteriólogos, veterinarios, químicos e ingenieros químicos, para lograr un producto que cumpla con las expectativas de los pacientes. Este desarrollo “puede solu- cionar el reemplazo de una ex- tremidad perdida. Por ejemplo, cuando hay amputación de un miembro inferior, se debe tener una parte que se adhiera al hueso que sobrevive y una parte externa que reemplace las funciones de movilidad y de apoyo. Para ello se necesita que el peso del material sea el menor posible”, asegura Es- tupiñán. Reto médico En el Batallón de Sanidad, a Giovanni le asignaron una próte- sis que sentía tan pesada como la ametralladora que cargaba cuan- do perdió su pie en las selvas del Urabá. “El dolor era sobre todo en el hueso, lo más difícil era que to- davía sentía el pie ahí, incluso me rascaban los dedos, pero ensegui- da me daba cuenta de que no los tenía, era desesperante”, recuerda. Los afectados son atendidos con prótesis o implantes importa- dos estándar, sin tener en cuenta las especificidades físicas de ca- da paciente. Colombia carece de la infraestructura necesaria para atender la gran escala de casos co- mo el de Giovanni, y menos para devolverles una calidad de vida digna. Méiser López, médico orto- pedista del Hospital San Vicente de Paúl en Medellín, dice que “las prótesis que se usan en hombro, cadera y otras extremidades tienen como problema la biocompatibili- dad y el aflojamiento; lo ideal sería que tuvieran una mejor fijación y menos desgaste de las superficies articulares expuestas a la fricción continua por los movimientos”. Aquí es cuando el avance de la UN entra en juego. Son implan- tes que estarán en contacto direc- to con la piel, el sudor y algunas variables como el vello, el peso de la persona y la frecuencia del uso del implante, para obtener la flexibilidad, adaptación y calidad que se requiere para la comodidad humana. El investigador Estupiñán y el ortopedista López coinciden en que el país tiene una dificultad médica en este campo, debido a que hace falta avanzar en estra- tegias para la fabricación de im- plantes más acordes a las condi- ciones físicas, biológicas y hasta climáticas del entorno local. Con la propuesta, que tiene el aval de la UN, la Universidad de Santan- der y varias empresas privadas, se pretende activar este avance para generar tecnología propia. Alta factibilidad El trabajo está acorde con las políticas que impulsa la Organi- zación Mundial de la Salud (OMS) sobre facilitar el desarrollo y el acceso a dispositivos apropiados que favorezcan la inclusión y la participación de las personas con discapacidad en la sociedad, con aparatos ortopédicos y prótesis, entre otros. Los estudios realizados en animales arrojaron resultados positivos. Estupiñán destaca que para esta innovación médica se llevaron a cabo varios ciclos de prueba: en primer lugar, se prac- ticaron ensayos con una compo- sición sintética del plasma san- guíneo, el cual permite medir la reacción del material, el deterioro, ciertas condiciones de estabilidad y su degradación. Luego, se hicieron pruebas con moléculas de proteínas como colágeno, amilasa y albúmina pa- ra simular una fase denominada osteointegración, que es la for- mación de la matriz extracelular, la cual secreta proteínas y calcio, y además genera un intercambio con los materiales para lograr la biocompatibilidad. Posteriormente, se realizaron pruebas con células especializa- das, bioéticamente aceptadas, que son los osteoblastos fetales huma- nos, cuya función es la formación de hueso; sus cultivos se mantie- nen en condiciones especiales de temperatura para evaluar el grado de adhesión, proliferación y creci- miento. Lo anterior se ha probado con animales criados especialmente para los ensayos, como ratones, conejos y otros roedores, previa aprobación del Comité de BioéticaAnimal. Se practican implantes en cabeza y fémur, principalmente, para conocer el comportamiento de los biomateriales. El trabajo, desarrollado des- de hace seis años, ya cuenta con convenios médicos para realizar las primeras pruebas en humanos al finalizar el 2012. De esta forma, Giovanni, quien añora doblar el pie y caminar con más seguridad, podrá contar con una solución que le permita recuperar su calidad de vida. A FP En las Fuerzas Armadas de Colombia se registran los mayores índices de mutilados por culpa de las minas antipersonal. 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 12 Hermann Sáenz, Unimedios Sin duda, uno de los logotipos más conocidos en el mundo es el de la firma francesa Lacoste. El famoso caimán estampado en las camisas polo y en todas las indu- mentarias de la exclusiva marca textil es símbolo y sinónimo de prestigio y de gran estatus. Por eso, nadie olvida la visita que realizó Michel Lacoste (hijo del fundador de la empresa) a la Estación de Biología Tropical Ro- berto Franco, ubicada en Villavi- cencio, para conocer de primera mano el estado del cocodrilo del Orinoco, que está en peligro de extinción y es criado en cautiverio en esta subsede de la Universidad Nacional de Colombia. El empresario estuvo acompa- ñado de unos españoles debido a la campaña Save your logo (Salve a su logo), iniciativa que busca com- prometer a grandes industrias con el animal que los identifica como marca. En este caso, la compañía francesa hizo una donación de 150 mil euros con el fin de contribuir a la conservación del también cono- cido como caimán llanero. Aunque se podría pensar que el aporte económico representa una buena noticia para los fines de la Estación, resultó que la suma de dinero fue entregada a una fun- dación que lleva muy poco tiem- po investigando estos animales y que, según académicos naciona- les, buscan otros propósitos más allá del supuesto cuidado de los cocodrilos. Preservación del cocodrilo La historia de la conservación de este animal se remonta a los años 60 cuando Federico Medem, profesor de origen lituano, llegó a Colombia para trabajar con anfi- bios y reptiles. Él visitó varios ríos de la Orinoquia y fue testigo de cómo el caimán llanero sufría una caza indiscriminada, debido a que su piel es mucho más fina y, por lo tanto, más moldeable que la de la babilla, una especie de menor tamaño. Entretanto, en la década del 70 la UN inicia su papel de conser- vación del Crocodylus intermedius, logrando establecer un pie paren- tal, que después de innumerables esfuerzos investigativos logra en 1991 obtener las primeras crías de la especie y, poco a poco, se llega a contar con una tercera genera- ción. En ese entonces, Medem ad- vierte sobre la inminente extinción del animal al notar una disminu- Conservación Aunque la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la UN lleva más de 15 años diseñando programas de protección y con- servación del caimán llanero, en peligro de extinción, una orga- nización española está usurpando los créditos del cuidado de la especie, desconociendo el trabajo científico realizado en el país. ción de las poblaciones en su me- dio natural, el cual se encuentra en la cuenca del río Orinoco, que va desde Arauca hasta Vichada y en- tre Venezuela y Colombia, únicos países en donde habita. Cuando el experto realizó censos exhaustivos y profundos, organismos mundia- les que trabajan en el cuidado de las especies, como la Unión In- ternacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), empezaron a alertar sobre el peligro crítico del caimán llanero. Según la Convención sobre el Comercio Internacional de Es- pecies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por sus si- glas en inglés), la regulación en la compraventa de animales debe ajustarse a los siguientes criterios: 1) especies amenazadas de extin- ción, por tanto, está prohibido su aprovechamiento; 2) se puede co- mercializar con cautela; 3) se pue- de emplear sin inconvenientes. De acuerdo con este pacto internacio- nal, el cocodrilo del Orinoco está en el grupo 1. A partir de esta información, las recomendaciones del profesor Medem y de censos adicionales realizados por distintos investi- gadores, incluidos los de la UN, el Ministerio de Ambiente expide una resolución, en 1997, en la cual ratifica que la especie está en vía de extinción. Por ello, establece un programa nacional de conser- vación que involucraba grupos de especialistas, corporaciones regio- nales y parques nacionales natura- les. La UN queda a la cabeza de la investigación. La labor de la UN Cabe destacar que desde 1992, a través de la profesora Myriam Lugo, se habían iniciado las ges- tiones para desarrollar un estudio basado en la conservación de la especie, que sería ejecutado en la Estación con financiación de organismos como Colciencias y la World Wildlife Fund (WWF). El proyecto lo planteó Minam- biente entre los años 93 y 94, pero solo hasta el 2000 se estableció por escrito. Es de resaltar que, mientras la UN continuó con la labor inves- tigativa, se estancaron los grupos de especialistas y no aparecieron los representantes de los parques naturales ni de las corporaciones autónomas regionales. “En el 2003 empezamos a alertar sobre el abandono del pro- grama de conservación. El decano de Ciencias de ese entonces me delegó para averiguar lo que pasa- ba y ese año me encomendó traer a Agroexpo cuatro cocodrilos, con En la Estación Roberto Franco hay cocodrilos de 4 meses hasta 20 años. Los animales se encuentran en tanques donde se hacen recambios pe- riódicos de agua. En la Estación La Terraza, en Villavicencio, hay un me- dio seminatural con arena. Los reptiles se alimentan de carnes rojas y pescados como la cachama, una vez por semana. No comen carne humana, como han dicho algunos medios. Fo to : R ic ar do G on zá le z A ng ul o/ U ni m ed io s Fo to s: V íc to r M an ue l H ol gu ín /U ni m ed io s ¿Quién cuida los cocodrilos de la Orinoquia? 12 d e fe br er o de 2 01 2 15 2 13 Trabajo actual Como miembro del Programa Nacional de Conservación, que lidera el Ministe- rio de Ambiente, la Estación de Biología Tropical Roberto Franco y Cormacare- na desarrollan estudios que permitan culminar con éxito la liberación a la vida silvestre del cocodrilo del Orinoco. La tarea no es fácil, pues implica concatenar aspectos sociales, económicos, ambientales, culturales y biológicos, así como cumplir con la normatividad. Desde la Estación se generan aportes para la comunidad científica a través de publicaciones y charlas en diversos escenarios académicos, que contribuyen con el conocimiento de la especie. Incluso, instituciones extranjeras utilizan su imagen poniéndola como aliada estratégica para conseguir recursos. Conservación el fin de divulgar la labor científica que adelantaba la Institución. En el 2007 trajimos otros y esto causó gran impacto dentro del público, que empezó a conocer la verdade- ra situación de la especie”, recuerda María Cristina Ardila, actual direc- tora de la subsede en Villavicencio. Desde el 2006, el Ministerio de Ambiente se percató de que los únicos nacimientos, huevos y animales existentes eran los de la Estación. “Siempre se había traba- jado con los dineros de la UN, pero desde ese año se vinculó Corma- carena (la Corporación Regional del Meta), que ha patrocinado y colaborado en los proyectos de in- vestigación”, comenta Ardila. Españoles, tras conquista de créditos ajenos Hacia el año 2010, represen- tantes de la asociación españo- la Chelonia (compuesta por una agremiación de biólogos) visita- ron la Estación Roberto Franco y, de manera verbal, reconocieron el trabajo realizado; expresaron su deseo de apoyar la preservación del cocodrilo, asegurando que pre- sentarían un proyecto y que conta- ban con unos dineros para tal fin. Según Ardila, “ellos plantearon el proyecto en Madrid (España)
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