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Período terciario

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Período terciario
¿Qué fue el período terciario?
En la escala temporal geológica, se llamó período terciario a la primera etapa de la era cenozoica, iniciada hace 66 millones de años y que se extiende hasta la actualidad, también conocida antiguamente como era terciaria. Sin embargo, ambos términos (tanto era terciaria como período terciario) han caído en desuso hoy en día.
En la actualidad, se utiliza el nombre de era cenozoica para el lapso de tiempo total entre la extinción de los dinosaurios y el presente, que a su vez se divide en tres períodos. Lo que antes se llamaba período terciario hoy se subdivide en dos períodos llamados Paleógeno y Neógeno. El tercer y último período de la era cenozoica es el Cuaternario.
Durante el Paleógeno y el Neógeno los mamíferos se diversificaron y expandieron por todo el planeta. Por esa razón, la era cenozoica (cuyo nombre proviene del griego kainos, “nuevo”, y zoe, “vida”, “animal”) es conocida como “la era de los mamíferos”.
Característica del período terciario
Las principales características del período terciario son: 
· Comenzó hace 65 millones de años y terminó hace 1,8 millones, por lo cual tuvo una duración de 63,2 millones de años, aunque esta periodización se ha reformulado en la actualidad. 
· Tuvo un clima cambiante y épocas cálidas alternadas con períodos de glaciaciones. 
· Se formaron las principales cadenas montañosas del planeta. 
· Aparecieron los angiospermas (plantas con flores) y se diversificaron y expandieron los mamíferos. Por esa razón, se conoce como “el período de los mamíferos”. 
· Se inició el proceso de hominización con la aparición de los primeros primates antecesores de la especie humana.
Desuso del término Terciario: A principios del siglo XX, los términos Terciario y Cuaternario se utilizaban para nombrar a dos grandes períodos de la era cenozoica. Sin embargo, en 2008, la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS, por sus siglas en inglés) decidió abandonar el uso del término Terciario. En su lugar, se establecieron dos nuevas subdivisiones para remplazarlo: el Paleógeno y el Neógeno. Por su parte, el término Cuaternario se mantuvo. La subdivisión de la era cenozoica quedó entonces establecida de la siguiente manera: Palógeno, Neógeno y Cuaternario.
División de la era Cenozoica
La era cenozoica se dividió en tres períodos, cada uno dividido a su vez en distintas épocas:
· PERÍODO PALEÓGENO. Se inició hace 65 millones de años y se extendió hasta hace 23,8 millones. Comprende tres épocas:
· Paleoceno. Comenzó hace 65 millones de años y terminó hace 54,8 millones.
· Eoceno. Comenzó hace 54,8 millones de años y terminó hace 33,7 millones.
· Oligoceno. Comenzó hace 33,7 millones de años y terminó hace 23,8 millones.
· PERÍODO NEÓGENO. Se inició hace 23,8 millones de años y se extendió hasta hace 1,8 millones. Comprende dos épocas:
· Mioceno. Comenzó hace 23,8 millones de años y terminó hace 5,3 millones.
· Plioceno. Comenzó hace 5,3 millones de años y terminó hace 1,8 millones.
· PERÍODO CUATERNARIO. Se inició hace 1,8 millones de años y se extiende hasta la actualidad. Se divide en dos épocas:
· Pleistoceno. Comenzó hace 1,8 millones de años y terminó hace 11.000 años. 
· Holoceno. Comenzó hace 11.000 años y se extiende hasta la actualidad. 
Geología del período terciario
Tanto el Paleógeno como el Neógeno fueron épocas de enormes cambios geológicos y oceanográficos. En primer lugar, se completó la fragmentación de lo que era un único supercontinente denominado Pangea, proceso que se había iniciado hacía 100 millones de años, en particular con la separación de su parte sur, conocida como Gondwana. A su vez, el océano Atlántico se ensanchó y se juntaron América del Norte y América del Sur, lo que dio lugar a la formación de América Central.
Otros eventos geológicos importantes durante el Terciario fueron la colisión entre la placa india y la euroasiática hace 50 millones de años, lo que desencadenó la formación de los Himalayas, la cordillera más elevada del planeta. Además, la placa africana colisionó con la eurasiática y se cerró definitivamente el mar de Tetis. Como consecuencia de este proceso, se formaron los Alpes.
Finalmente, por el empuje de las placas sudamericana y norteamericana con las placas de Nazca y del Pacífico, se formó también la cordillera de los Andes, que se extiende de norte a sur en América. 
Clima del período terciario
En los períodos comprendidos en lo que se entendía por Terciario, ocurrió una importante transición climática. Se pasó del mundo cálido y húmedo de los tiempos anteriores a un clima más templado, tal como lo conocemos en la actualidad. Además, tuvieron lugar extensos períodos de muy bajas temperaturas conocidos como “glaciaciones” o “eras de hielo”, que provocaron grandes impactos en la vida animal y vegetal del planeta.
El enfriamiento comenzó luego del Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno, un momento del Cenozoico en el que las temperaturas alcanzaron su punto más elevado de toda la era. Esto se debió a la emisión masiva de gases invernadero a lo largo de 200.000 años, quizás provocada por erupciones volcánicas masivas.
Este aumento fluctuó hasta el término del Eoceno y empezó a descender a lo largo del Oligoceno. Allí comenzó la glaciación en los polos, que convirtió su clima casi tropical en la tundra árida y congelada que conocemos hoy en día. Hacia el final del Mioceno, terminaron de formarse los casquetes polares.
Flora y fauna del período terciario
El inicio del Paleógeno, luego del término de la era mesozoica, estuvo signado por la extinción masiva conocida como Evento K-Pg, la catástrofe que extinguió a los dinosaurios y al 75 % de la vida animal. 
Al principio del período terciario, entonces, predominaban las plantas resistentes, tales como los helechos y las coníferas, que eran las que habían sobrevivido a la gran extinción. Luego, aparecieron y se diversificaron las angiospermas, y por primera vez surgen las plantas con flores en el planeta. Durante el Neógeno, además, se diversificaron y extendieron los pastizales, principalmente en los lugares templados y lluviosos del planeta. 
Así, durante el Paleógeno y el Neógeno la vegetación en general se multiplicó y diversificó, sobre todo durante las primeras épocas, más húmedas y cálidas. Posteriormente, los bosques empezaron a ceder terreno a zonas más secas y áridas que se formaron en el interior de los continentes. 
Respecto de la fauna, nuevas especies de animales se vieron favorecidas por la extinción de los dinosaurios y pudieron desarrollarse y expandirse. Así, aparecieron las grandes aves sin vuelo (género Dyatrima y similares), durante el Paleoceno y el Eoceno, y también se diversificaron, propagaron y evolucionaron los mamíferos. 
Además, en el Neógeno surgieron los primeros primates, y entre ellos los primeros homininos, antecesores del género humano. También los bovinos, antílopes, gacelas y otros mamíferos de buen tamaño florecieron durante dicho período, así como los mamíferos acuáticos, tales como las ballenas.
Sin embargo, los cambios climáticos del Terciario incidieron particularmente sobre la vida marina: entre el 30 % y el 50 % de las especies de mar se extinguieron a medida que las temperaturas oceánicas aumentaron. Asimismo, en los momentos en que la temperatura del agua descendió notablemente durante las glaciaciones, sucedieron nuevas extinciones marinas, en particular entre el Eoceno y el Oligoceno.
El inicio del proceso de hominización
Los primeros simios o especies semejantes a los primates surgieron en el Terciario, en especial en el período eoceno. Diversas familias aparecieron en Europa y el norte africano (Tarsiidae); en América del Norte y Europa (Adapidae); y en América del Norte, Europa, Egipto y Asia (Omomyidae). Las especies asiáticas fueron particularmente importantes para la evolución humana, ya que fueron los ancestros posibles de monos y simios modernos. 
Más adelante, en el Mioceno, apareció el primer ejemplar de simio con rasgos humanoides: el Morotopitecus bishopi, en el lago Victoria,África, hace 20 millones de años. Es posible que en el Plioceno esas especies dieran lugar a las primeras especies de Australopithecus, entre las que están los ancestros mismos de la

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