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otras ocasiones, los antígenos tumorales son glicolípidos de membrana que, con la transformación, han variado parte de su estructura, convirtiéndose en nuevos determinantes antigénicos. Otros antígenos que se asocian a tumores son aquellos que sólo se expresan en células en división, como ocurre en el caso de determinados receptores proteicos. La respuesta inmunitaria más eficiente del organismo es la respuesta inmunitaria celular desencadenada mediante la acción de los linfocitos T. La respuesta inmunitaria humo- ral parece menos efectiva en la defensa frente al desarrollo tumoral. En cualquier caso, el desarrollo del tumor implica que las células tumorales han burlado al sistema inmunita- ria. Las células tumorales diseñan estrategias variadas para evitar la acción del sistema inmunitario en el desarrollo del tumor. A este proceso se le conoce como escape inmunitario y entre las maniobras evasivas de las células tumorales se encuentran las siguientes: 1. Modulación antigénica: en presencia de los anticuer- pos correspondientes, los antígenos desaparecen de la superficie celular pasando al interior de la célula o dejan de expresarse. 2. Liberación de antígenos: los antígenos son secreta- dos por la célula y, en forma soluble, se unen a los anticuerpos correspondientes, secuestrándolos y evi- tando que éstos actúen sobre las células tumorales. Forman los denominados inmunocomplejos circu- lantes. 3. Actividad disminuida de las proteínas asociadas con el transporte de antígenos (TAP-1, TAP-2). 4. Camuflaje: los tumores intentan mimetizar los tejidos del huésped. 5. Supresión de la respuesta inmunitaria por falta de producción de anticuerpos, debido a la propia presen- cia de las células cancerosas y al estado general del organismo. En este proceso se encuentran implicadas situaciones de caquexia y malnutrición. 6. Las células tumorales pueden producir inhibidores de linfocitos y macrófagos, tanto en lo que se refiere a la respuesta frente a antígenos, como en la diferencia- ción, maduración y activación de estas células. Un ejemplo lo constituye el factor beta de crecimiento tumoral (TGF-β). 7. Enmascaramiento de antígenos: sustancias como la sialomucina se unen a la superficie de las células tumorales, enmascaran el antígeno y evitan la adhe- rencia de, por ejemplo, linfocitos citotóxicos. 8. Atrapamiento linfocitario: los linfocitos son atrapa- dos por los ganglios linfáticos en la cercanía de la zona del tumor. 29.3 ASPECTOS GENÉTICOS DEL CÁNCER 29.3.1 Protooncogenes y oncogenes Los protooncogenes son genes celulares normales que cuan- do se modifican o activan hasta oncogenes, originan la pér- dida de regulación de las vías de crecimiento y diferencia- ción, y aumentan la posibilidad de transformación neoplásica (Tabla 29-1). Carcinógenos químicos, físicos, bacterianos o virales pueden conducir a la activación de estos protoonco- genes. Las proteínas codificadas por los oncogenes, denomi- nadas oncoproteínas o proteínas oncogénicas, intervienen usualmente en mecanismos de señalización que regulan la proliferación y diferenciación celulares (véase el Cap. 27). Por convenio, los oncogenes se escriben en cursiva y las pro- teínas que codifican, con mayúscula sin cursiva; los protoon- cogenes se escriben como los oncogenes, pero con una «c» y un guión precediendo al nombre del oncogén. Así, por ejem- plo, existe el protooncogén c-ras, el oncogén ras y la onco- proteína ras. A los oncogenes que proceden de virus se les antepone la letra «v» y un guión, como en el v-ras. En las células cancerosas se han descrito varios tipos de mutaciones y modificaciones, y todas ellas pueden llevar, en principio, a la activación de protooncogenes y su conversión en oncogenes. Las principales son: a. Mutación puntual. Se producen sustituciones de ami- noácidos o el fin prematuro de la traducción. Abunda, por ejemplo, en la familia de los oncogenes ras, impli- cados en la leucemia mieloide aguda (K-ras), el mela- noma (H-ras, N-ras), el carcinoma vesical (N-ras), etc. b. Translocación cromosómica. Puede dar lugar a la trans- locación de genes implicados en el control de la divi- sión celular. Está relacionada con varios tipos de leuce- mia y linfomas. Un protooncogén puede quedar bajo el control de un promotor génico diferente, originando la sobreexpresión de una proteína. Es el caso del linfoma de Burkitt. En este tipo de cáncer, el extremo distal del brazo largo del cromosoma 8 se transloca al cromoso- ma 2, 14 o 22. Ello determina que c-myc sea controla- do por genes de inmunoglobulinas y que se sobreex- prese; y puesto que Myc controla otros genes en el crecimiento celular, da lugar a que se produzca un cre- cimiento incontrolado de linfocitos. En otros casos, como en la leucemia mieloide crónica, en la que está implicado el llamado cromosoma Filadelfia (cromo- soma 22 acortado por translocación con parte del 9), se produce la fusión de dos genes que da lugar a una proteína híbrida oncogénica. En el cromosoma Filadelfia, el resultado es una proteína originada por la fusión del gen c-abl y el c-bcr. 506 | Biología molecular y celular 29 Capitulo 29 8/4/05 12:14 Página 506 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE II: BIOLOGÍA Y PATOLOGÍA MOLECULAR SECCIÓN VI BIOLOGÍA MOLECULAR Y CELULAR 29 CÁNCER. ASPECTOS MOLECULARES 29.3 ASPECTOS GENÉTICOS DEL CÁNCER 29.3.1 Protooncogenes y oncogenes
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