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kobie_6_vol_1y2_anejos_PERSPECTIVAS Y SOMBRAS, _ TRES DÉCADAS DE NUESTRA

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KOBIE (Serie Anejos). Bilbao 
Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia 
N.º 6 (vol. 1), pp. 71 a 82, año 2004. 
ISSN 0214-7971 
Web http://www.bizkaia.eus/kobie 
PERSPECTIVAS Y SOMBRAS: TRES DÉCADAS DE NUESTRA , , 
ARQUEOLOGIA PREHISTORICA 
Perspective and Shades: three decades of Prehistoric Archaeology in the 
Basque Country 
Ignacio Barandiarán (*) 
RESUMEN 
Se analiza el desarrollo de la Prehistoria en el País Vasco durante las tres últimas décadas (1974-2004). Se 
reconoce la importancia de la larga actuación precedente (en excavaciones sobre todo) de José Miguel de Baran-
diarán y se repasa el estado actual de la Arqueología, multiplicados los equipos de investigación y ampliados 
los campos de interés. Se valoran los equipos, orientaciones y programas de trabajo en Prehistoria. Se critican 
nuevas situaciones (sociales, administrativas, de 'política científica'. etc.) que afectan muy negativamente al 
desarrollo de la investigación. 
Palabras clave: Prehistoria, País Vasco, Historiografía, estado actual. 
ABSTRACT 
The aim .of this paper is to review the development of the investigation of Prehistory during last three deca-
des (1974-2004). The relevance of proceding long period of José Miguel de Barandiaran's activity (mainly in 
field archaeology) is recognized, and we review current state of the research in regional Archaeology, with the 
multiplication of research teams and increase of fields of interest. Finally, we will evaluate all the circumstan-
ces of work in Archeology and criticize new situations (social, administrative, of "science policy", etc.) that 
have affected in a very negative way the development of investigation. 
Key words: Prehistory, Basque Country, Historiography, current state. 
LABURPENA 
Azken hiru hamarkadan (1974-2000) emandako Euskal Herriko Historiaurrean bilakaera aztertuko dugu, 
Joxemiel Barandiaranen eskutik (batez ere, indusketetan) aurreko jarduera luzearen garrantzia aitortzen da, 
egungo Arkeologiaren egoera jarraian aztertuz, behin ikerketa taldeak aniztu eta arakatzen diren gaiak zabaldu 
direlarik. Historiaurreari buruzko talde, jokabide eta ikerketa ildo nagusiak aztertzen dira. Amaitzeko, egungo 
ikerkuntzaren gaineko eragin oso ezkorra duten egoera berriak (gizarte, Administrazio, "zientzia politika" mai-
lakoak, etab.) kritikatzen dira. 
Gako-hitzak: Historiaurrea, Euskalherria, Historiografia, egungo egoera. 
(*) Grupo Consolidado 9/UPV/EHU 00155.130-14570/2002. Área de Prehistoria. Universidad del País Vasco. 
http://www.bizkaia.eus/kobie
72 IGNACIO BARANDIARÁN 
Intento una reflexión generalista sobre los cam-
bios experimentados en los tres últimas décadas por 
nuestra Arqueología prehistórica. Es el tiempo acota-
do en el programa de estas jornadas de homenaje a 
Juan María Apellániz y el que, coincidiendo con el 
desarrollo de sus estudios sobre nuestro Pasado, 
supone el marco social (institucional y científico) que 
le ha tocado vivir. 
Conocí exactamente a J.M.Apellániz el 3 de julio 
de 1961 cuando, con otros (Jesús Altuna, Francisco 
Femández García de Diego y Fermín Leizaola y, 
algunos días, con José María Jimeno Jurío), fuimos 
convocados, como colaboradores, por don José 
Miguel de Barandiarán a su tercera campaña de exca-
vaciones del yacimiento paleolítico de la cueva de 
Aiztbitarte IV (Guipúzcoa). Como Apellániz, he sido 
testigo y, en algunos casos, agente del desarrollo de 
esos estudios: viendo y viviendo las situaciones de la 
disciplina en estos años, que pretendo evaluar. 
En excusa de estas reflexiones debo advertir: 
- a, que no es fácil juzgar, desde la perspectiva del 
tiempo presente, un conjunto de actuaciones dilatadas 
en el tiempo ni el detalle de investigaciones concretas 
(o sea el influjo y responsabilidad de las personas e 
instituciones); tampoco es justa la comparación sin 
más de lo que se está haciendo hoy con los estudios 
prehistóricos de hace unas décadas pues disponemos 
de recursos que habrían de ser bastante más eficaces 
que los de entonces. 
- b, que centraré mi reflexión en lo más próximo 
a mis intereses y dedicación (las manifestaciones cul-
turales de la Prehistoria leptolítica) recurriendo a 
ejemplos concretos de la crónica de las investigacio-
nes de los últimos años (1988-2002) cuyas aportacio-
nes están perfilando nuestro conocimiento del Paleo-
lítico y Epipaleolítico/Mesolítico de Vasconia meri-
dional (toda vez que apenas se está avanzando al otro 
lado del Pirineo): lo sustancial de estas reflexiones lo 
he ido desgranando en otras ocasiones (p.e. Barandia-
rán 1989, 1994 y 1997). 
Para evaluar lo que esos últimos años han supues-
to en el contexto de las investigaciones prehistóricas 
en medios especializados de Europa hay que servirse 
de varios recursos de calificación. Primero, de los 
resultados inmediatos del trabajo de campo y de 
interpretación: o sea, las actuaciones de prospección 
y las excavaciones sistemáticas, las memorias de 
excavación y las obras de síntesis. En segundo lugar, 
de la dinámica/filosofía de los trabajos (que dejo a 
otros 'evaluadores'). Por fin, de la repercusión que en 
estas líneas de trabajo tienen: los equipos, las institu-
ciones públicas, los centros de investigación y docen-
cia superior, la conservación/exposición de las colec-
ciones y de los sitios y las publicaciones. 
l. EL PROCESO DE LA PREHISTORIA 
VASCA: ANTECEDENTES 
¿Y CONTINUIDAD? 
1.1. El proceso de consolidación del conocimiento 
Los datos de localizaciones y materiales que 
estructuran el conocimiento de la Prehistoria occiden-
tal se han ido reuniendo en la primera mitad del siglo 
XX. Fueron aportados, en buena parte, por la tenaci-
dad e inteligencia de la investigación regional que, 
con no muchos medios, prospectó, excavó y publicó 
importantes yacimientos. "Solemos reconocer (así en 
Barandiarán 1988 y 1994) cinco etapas en la historia 
de las investigaciones sobre la Prehistoria vasca (la 
que, para entendemos, se dedica al estudio de la Cul-
tura y las Gentes del tiempo más remoto en estas tie-
rras): 
- La primera, de iniciación, en que se empiezan a 
listar algunos sitios y materiales, culmina con las 
excavaciones y estudios de E.Passemard al norte del 
Pirineo y llega hasta 1917. 
- La segunda, de consolidación y madurez, 
durante dos decenios (1917 a 1936), es protagoniza-
da casi exclusivamente por T.de Aranzadi, J.M.de 
Barandiarán y E.de Eguren. Ofrece un trabajo impre-
sionante de recuperación de datos en los yacimientos 
a través del estudio que abordan aquellos directores 
de excavaciones desde una sólida especialización 
profesional personal1. Hemos destacado (Barandiarán 
1988.71-76) tres tipos de valores especiales en estos 
veinte años de Arqueología: la idoneidad de la meto-
dología, el abrumador incremento de datos que se 
aportan y el esfuerzo de esos prehistoriadores para 
llevar adelante la empresa. 
- La tercera, de transición hasta mediada la déca-
da de los 50, en que casi todo se paraliza. 
Advirtió el propio J.M.Apellániz (1974.8-9) en este período de 
investigaciones 1917-1936 varias innovaciones con respecto a lo 
precedente: "intervienen por primera vez en la excavación de los 
yacimientos personas especializadas en Arqueología y Etnogra-
fía y de formación universitaria y docente ... los cuales lograron 
unir los aspectos arqueológicos, etnográficos y antropológicos 
de la Prehistoria ... las excavaciones se suceden con frecuencia a 
los descubrimientos, lo cual hace de este período un tiempo 
especialmente fecundo ... esta fecundidad se ve coronada por la 
aparición de una teoría general acerca del País Vasco". 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
PERSPECTIVAS Y SOMBRAS: TRES DÉCADAS DE NUESTRA ARQUEOLOGÍA PRESHISTÓRICA 73 
- La cuarta, de continuidad con J.M.de Baran-
diarán, son los veinte años que median de 1954 a 
1974 (en que él excava por última vez, con 84 años 
de edad, en el abrigo de Axlor), cuando dirigió las 
excavaciones de buenos yacimientosde Guipúzcoa, 
Alava ·y Vizcaya, acogiendo en su equipo a varios de 
los que asumiríamos pronto la continuación de las 
investigaciones. Aquí está el germen del proceso de 
consolidación de las informaciones y de organización 
y especialización de equipos, cuya responsabilidad 
fue en buena parte de los de aquella 'generación' de 
colaboradores inmediatos de don José Miguel. 
- Se abre así la quinta etapa, de la actualidad (que 
nos toca ahora juzgar), a partir de avanzados los 70. 
1.2. l:Jnicuique suum: partiendo de J.M. 
de Barandiarán 
Cuantos han analizado el desarrollo de los estu-
dios de Prehistoria vasca reconocen que la interven-
ción de J.M.de Barandiarán los hizo pasar de un esta-
dio inicial, en que se disponía de conocimientos poco. 
articulados sobre datos muy aislados, a su etapa de 
madurez y a los umbrales del desarrollo actual, en 
que otros ejercemos algún tipo de protagonismo. 
A las muchas excavaciones de don José Miguel 
entre 1917 y 1936 se añade, tras sus años de exilio, el 
efectivo de estratigrafías, materiales e interpretacio-
nes producido por los trabajos que dirigió en la 
segunda mitad de los años 50 y a lo largo de los 602• 
2 Tal como escribí (Barandiarán 1994): "Concluído su exilio en 
1953, J.M.de Barandiarán será quien reactive con energía toda la 
investigación prehistórica en Guipúzcoa, Alava y Vizcaya pro-
tagonizando, como director, las excavaciones de estas provin-
cias durante cerca de veinte años. Entonces se constituye en el 
impulsor de una real 'escuela', a través de quienes, estudiantes de 
especialidad en varias universidades en los años del paso de la 
década de los 50 a los 60, se incorporan a la colaboración en sus 
trabajos de campo: ellos irán constituyendo a su vez los· grupos 
que empezarán a hacerse cargo a fines de los 60 de la dirección 
de las excavaciones y de la coordinación de las más recientes 
generaciones de estudiosos. Las excavaciones y publicaciones 
de la segunda época de las investigaciones de J.M.de Barandia-
rán ofrecen, en el contexto del panorama de la Prehistoria penin-
sular de mediados los 50 a inicios de los 70, una seria garantía 
de precisión en el método de recuperación de los datos y de rigor 
en su interpretación": se trata, entre otros, de las excavaciones y 
estudio de yacimientos tan importantes como los de las cuevas 
de Lezetxiki (entre 1956 y 1968), Atxeta (en 1959 y 1960), Aitz-
bitarte IV (de 1960 a 1964), Marizulo (de 1962 a 1967), Ekain 
(entre 1969 y 1972) y los abrigos del Montico de Charratu (en 
1965 y 1966) y Axlor (entre 1967 y 1974), los depósitos de Kur-
tzia (1959), los conjuntos rupestres de Altxerri (1962) y Ekain 
(1969) y-en lo postleptolítico - los dólmenes riojanos (en 1963 
y 1964) o el castro de Intxur (de 1957 a 1959) y, reiterando nue-
vas campañas en los yacimientos que había empezado a excavar 
Se debe destacar, como balance ejemplar del 
método de los trabajos de ese tiempo: a, que se apli-
ca el sistema de las coordenadas cartesianas (con cua-
drícula y referencia al plano O, control tridimensional 
de los datos y extracción por tallas); b, que se utiliza 
un utillaje menor (cuchillos, raspadores, punzones, 
brochas, ... ) para el levantamiento de los niveles y 
recuperación de las evidencias muebles y se criba en 
seco con cedazos de trama reducida la tierra extraída; 
c, que se conservan todos los restos antrópicos y de 
.fauna; d, que se retienen muestras suficientes de los 
elementos contextualizadores de lo arqueológico; e, 
que se inscribe sobre cada pieza con sigla individual 
la referencia de las circunstancias de hallazgo (yaci-
miento/cuadro y, eventualmente, sector/profundi-
dad/número de registro en el nivel); f, que se deposi-
ta la totalidad de lo recuperado en museos públicos; y 
g, que se publican pronto (normalmente en fascícu-
los, por cada campaña, en el caso de trabajos dilata-
dos en el tiempo) las memorias de excavación3• 
Se aprecia la corrección metodológica de las exca-
vaciones de J.M.de Barandiarán entre 1954 y 1974 
que - pese al silencio de algunos historiógrafos - está 
por encima de los usos habituales entonces en la Pre-
historia occidental. Sobresalen (según se explaya en 
Barandiarán 1994), como importante contribución a 
la actualización de los métodos de recuperación de 
datos en la Prehistoria peninsular, tres aspectos de su 
'modernidad': 
- que fuera uno de los primeros arqueólogos que se 
sirvió de 'coordenadas cartesianas' en la excavación 
de yacimientos prehistóricos en la Península Ibérica4 ; 
antes de la guerra civil, de las cuevas de Urtiaga (en 1954, 1955 
y 1959), Santimamiñe (de 1960 a 1962) y Lumentxa (en 1963 y 
1964). 
3 En estas memorias se ofrece una definición de los niveles deter-
minados (como depósito y como continente cultural), un listado 
de las evidencias arqueológicas con su identificación tipológica 
(con dibujo de todas las piezas clasificables ), una referencia 
sobre las especies animales presentes y las condiciones del 
depósito de algunos yacimientos (como, p.e., las de la cueva de 
Atxeta) y un repertorio gráfico complementario discreto de pla-
nos, cortes y fotografías. Tales memorias de excavación son 
escuetas en la descripción de los hechos controlados inmediata-
mente en el proceso de la excavación y no incluyen análisis e 
interpretaciones complementarios (como dataciones absolutas o 
estudios de arqueozoología, paleobotánica y sedimentología) 
que hoy parecen imprescindibles en el estudio 'integral' de un 
yacimiento; ¡de hecho, empezaremos a encontrarlos en algunos 
de los textos publicados por otros prehistoriadores occidentales 
a lo largo de los 7Ó y sólo se hace práctica casi común al final 
de esta década!. 
4 Así en sus campañas de la segunda mitad de los 50 (en Urtiaga, 
Lezetxiki, Atxeta o Aitzbitarte IV); mientras que ese sistema de 
control arqueológico sólo dentro de los 60 empezaría a utilizar-
se en la excavación de algunos otros lugares de la comisa can-
tábrica (como en Morín, en Cantabria, por L.G.Freeman y 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
74 IGNACIO BARANDIARÁN 
- que levantó inventario individualizado de cada 
evidencia; 
- su obsesión por la puntual publicación de los 
resultados de sus excavaciones y su depósito en 
colecciones públicas5 • 
En la historia de estos tres decenios se suceden, a 
partir de las iniciativas y sistemas de don José 
Miguel, dos generaciones de investigadores: 
a, la de quienes empezamos a colaborar en la 
década de los 60 en sus excavaciones y prospecciones 
de yacimientos. El "Instituto de Investigaciones 
Arqueológicas Aranzadi" (que Barandiarán creó en 
1962: con reunión fundacional en Lequeitio), agrupa-
ba a quienes por entonces nos iniciábamos en la 
investigación sobre Prehistoria vasca, consiguió cier-
ta homogeneización de los sistemas de excavación y 
de criterios de interpretación de las evidencias; sus 
reuniones anuales fueron en esa década aglutinador 
de los grupos facilitando el conocimiento e intercam-
bio de opiniones sobre los trabajos en los diversas 
provincias e intentando establecer líneas y programas 
de investigación conjunta. 
b, la de los investigadores formados en los centros 
donde nos establecimos a partir de los años 70 J.Altu-
na (Sociedad de Ciencias Aranzadi, en San Sebas-
tián), J.M.Apellániz (Universidad de Deusto y Museo 
de Vizcaya, en Bilbao), I.Barandiarán (sucesivamen-
te en las Universidades de Zaragoza, de Cantabria y 
del País Vasco en Vitoria) y A.Llanos (Instituto Ala-
vés de Arqueología, en Vitoria) o bien en los equipos 
muy relacionados con ellos que se articulan en Pam-
plona en tomo a Enrique Vallespí (Universidad de 
Navarra), a José María Merino en Guipúzcoa y a 
Georges Laplace (Centre de Palethnologie Stratigrap-
hique 'Eruri', en Arudy) y Jacques Blot (Saint-Jean 
de Luz) en Iparralde. 
2. EL CAMBIO DEL PANORAMA 
En estas tres décádas he sido testigo de la presen-
cia de condiciones generales (sociales: instituciona-
J.GonzálezEchegaray o en Cava Rosa y otros siúos asturianos 
por F.Jordá) generalizándose al final de los 70 a los yacimientos 
prehistóricos peninsulares (en cuya difusión 'tuvieron notable 
protagonismo los prehistoriadores formados en las excavaciones 
que dirigieron en los 60 J.M.de Barandiarán y en los 70 los que 
habíamos sido sus inmediatos colaboradores). 
5 Lo cual contrasta con lo sucedido a bastantes de las memorias de 
sitios peninsulares muy interesantes excavados en los 50 y 60, 
que o no han sido todavía publicadas o lo fueron muy parcial-
mente. 
les, científicas, culturales s.l.) nuevas que, más o 
menos inmediatamente, inciden en el quehacer del 
investigador: 
- la emergencia y consolidación del 'Estado de las 
Autonomías' con lo que conllevan no de descentrali-
zación sino de cambio de centros, en complejos pro-
cesos de dejación/transmisión/asunción de poderes; 
- el asentamiento y arraigo de la 'Arqueología de 
Intervención'; 
- la multiplicación y afianzamiento de centros y 
equipos universitarios; 
el crecimiento de la Administración/Leviatán 
cuyos brazos progresivamente ramificados (en pode-
res y gestores) complican (dificultan, atosigan y hasta 
impiden) el ejercicio de la Investigación; 
- el trasvase de competencias e intereses (en 
diversos niveles de decisión y gestión administrati-
vas) de la Arqueología desde 'Educación y Ciencia' 
o 'Investigaciones' hacia 'Cultura' o 'Patrimonio'; 
- el creciente ( desasosegante, arrollador y agosta-
dor) impacto de los mass media y de las 'políticas 
culturales' en las orientaciones - y modas - de la 
'política científica'; 
- la aplicación (invasión y contagio) desbordada 
de criterios y recursos de ejecución empresarial (de 
control y de evaluación) a la gestión y funcionamien-
to de la Investigación ... al quehacer del pensamiento; 
llegan a ser, en casos, epidemia que asfixia y asola el 
curso habitual de u:n trabajo intelectual con sus siste-
mas de evaluación de calidad, de determinación de 
areas de atención (subvención y promoción) prefe-
rencial, de criterios de referenciación y de impacto, 
de concepción prioritaria de la investigación como 
desarrollista (I+D) etc.; 
- la 'entrada' en Europa (hasta ahora poco direc-
tamente decisoria para nosotros); etc. 
Advierto que, a partir de tales coyunturas, se han 
ido gestando y hoy se generalizan varias situaciones 
de confrontación (conflicto o desequilibrio: dialécti-
ca, dicen algunos): 
- entre teoría y datos (la prospectiva frente al tra-
bajo de campo; lo hipotético deductivo frente a lo 
percibido comprobado); 
- entre io que se excava y lo que finalmente llega 
a publicarse in extenso; 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.• Apellániz 
PERSPECTIVAS Y SOMBRAS: TRES DÉCADAS DE NUESTRA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA 75 
- entre arqueología/intervención (¿por qué sólo 
ella es calificada 'de protección patrimonial'?) y 
arqueología/investigación; 
- entre actuaciones vendibles (las que acogen y 
publicitan - vocean y amplifican - los media) y progra-
mas asentados de trabajo intelectual (que no muchas 
veces son accesibles - ni se destinan - al gran público); 
- en fin, entre lo que es considerado 'de importan-
cia social' (avalado en 'referentes', citas y controles 
de calidad o excelencia al uso) y lo que ciertamente 
vale para el progreso del conocimiento. 
3. LOS SÍNTOMAS ... ¿TIENEN REMEDIO? 
La investigación sobre el Tiempo Pasado en estas 
provincias participa de preocupaciones y carencias en 
buena parte comunes tanto a las del estudio arqueoló-
gico de otras épocas más recientes de la Prehistoria y 
de la Antigüedad como al estado de la Prehistoria de 
hoy en el mundo. Sin duda la globalización, que faci-
lita los intercambios, uniforma estados de opinión y 
actuaciones. 
Precisaremos la crónica concreta de las investiga-
ciones de los quince años últimos (1988-2002), de las 
aportaciones que están perfilando nuestro conoci-
miento del Paleolítico y Epipaleolítico/Mesolítico de 
la Vasconia meridional. 
3.1. La gestión administrativa 
Las instituciones de gobierno de la Comunidad 
Autónoma de Euskadi (buena parte de sus competen-
cias han pasado, por la Ley de Territorios Históricos, 
a sus Diputaciones) y de la Comunidad Foral de 
Navarra son responsables de la conservación del 
Patrimonio arqueológico: concesión de permisos de 
excavación y de subvenciones a esos trabajos, cuida-
do y custodia de los yacimientos y de los materiales 
obtenidos. Esas instituciones promueven y apoyan a 
algunos de los grupos de investigadores. Se reclama 
a la Administración y sus gestores que aseguren la 
actividad arqueológica defendiendo los intereses de 
los sitios y de los arqueólogos, faciliten la subvención 
y logística de los estudios en campo y laboratorio y 
asuman la expansión de su conocimiento. 
Advertimos que en el panorama de esas responsa-
bilidades administrativas se dibujan zonas de sombra 
que no auguran nada bueno, ni en planificación gene-
ral, ni en subvención ni en coordinación de las actua-
ciones. 
Ya me pareció preocupante hace una docena larga 
de años (Barandiarán 1989) que los intereses y 
demandas de la investigación en Prehistoria (no sólo 
entre nosotros, sino en todo el ámbito estatal y en 
muchos otros países), que se desarrolla por especia-
listas titulados (desde centros superiores de las uni-
versidades o de institutos de investigación), se plan-
teen y resuelvan en un ámbito administrativo (del 
grado que fuere: Consejería, Dirección General, Ser-
vicio o Sección) no decididamente convergente con 
sus intereses. Frente a lo habitual en otras áreas del 
conocimiento especializado, los paleolitistas -como 
los prehistoriadores y arqueólogos en general- depen-
den primariamente para la obtención de los datos que 
les son imprescindibles de centros de coordinación 
cultural, cuyos intereses prioritarios suelen ser otros 
que los de la investigación 'pura' (así las divulgación 
cultural, conservación, promoción turística etc.). De 
ahí deriva la Administración hacia actitudes de exce-
sivo dirigismo, cuando muchas veces son instancias 
(e intenciones) políticas quienes toman las decisio-
nes, no actuando siempre ni exclusivamente por 
motivos prioritariamente científicos 
Ahora los proyectos de investigación sobre yaci-
mientos arqueológicos, que hasta hace muy poco eran 
suficientemente subvencionados, sufren recortes que 
impiden su cómodo desarrollo. La dotación de los 
centros (universitarios y grupos de trabajo) en equipo 
humano y material es sustancialmente superior a la de 
hace un par de decenios, pero no alcanza a cubrir las 
demandas de formación de investigadores ni a pagar 
los elevados costos de la analítica complementaria a 
la Arqueología. Frente a esa restricción de las sub-
venciones a la 'Arqueología de Investigación', la 
Administración prima a la llamada 'Arqueología de 
Intervención' (o 'de urgencia') poniendo a su dispo-
sición presupuestos muy elevados (francamente abu-
sivos en bastantes casos) sin preocuparse demasiado 
por controlar la calidad del trabajo desarrollado ni sus 
resultados científicos. 
La situación de recesión económica (que en los 
80, por ejemplo, se argüía como excusa) ya no se 
puede utilizar como pretexto de restricción de los pre-
supuestos cuando se acompaña de gastos que muchos 
creemos escandalosos (por desproporcionados): 
como son la atención prioritaria a inversiones de apa-
riencia más rentable (como han sido los descomuna-
les proyectos Gugenheim en Bilbao, Artium en Vito-
ria y tanta obra faraónica o atenciones 'culturales' de 
destino multitudinario en otras provincias), o inter-
venciones arqueológicas especialmente patrocinadas 
(como algunos pensamos de Forua, Gastiburu, Iruña 
o de la Catedral Vieja de Vitoria etc.). Se marca el 
fuerte declive de una cobertura económica suficiente 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. I), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
76 IGNACIO BARANDIARÁN 
de la 'Arqueología-investigación', reduciéndosesen-
siblemente las dotaciones de los proyectos en curso y 
de los que se debieran ir potenciando. Recuerdo, 
como ejemplo de estos anni horribiles, el trienio 
1994/97: cuando no se autorizaron varias campañas 
proyectadas en Vizcaya, se cortaron bruscamente las 
subvenciones de las aprobadas en Navarra (de los 10 
a 12 millones de pesetas anuales, habituales prece-
dentes para subvenir las intervenciones de arqueolo-
gía investigación no propias, se pasó en el año 1997 
a 1 millón y de hecho a O en los siguientes) o la res-
tricción generalizada de becas y ayudas a la investi-
gación en los presupuestos que a la Universidad des-
tina nuestro Gobierno Autónomo. 
No confiamos en que el recurso a fondos vicarios 
obtenidos de convenios de colaboración supra-terri-
torial en el seno de la Comunidad Europea pueda 
paliar la recesión doméstica. Pues dudamos de la con-
tinuidad y el calado de estas ayudas a una investiga-
ción 'no rentable' - como son los trabajos en curso 
sobre la Prehistoria occidental - y que no encaja 
demasiado en las· condiciones desarrollistas que se 
consideran prioritarias por los responsables de la 
'política científica' de la CEE. 
Advierto la total falta de coordinación entre las 
administraciones de cada una de estas cuatro provin-
cias en cuanto a programas de excavaciones o a pro-
moción de líneas comunes de investigación. Peor 
aún, y al contrario de lo que caracteriza el estudio de 
la Prehistoria en Navarra, Alava, Guipúzcoa y Vizca-
ya, en las provincias del norte del Pirineo, por diver-
sas causas (de carácter legislativo y administrativo, 
entre otras), sigue siendo la iniciativa individual 
quien mantiene el desarrollo de la mayor parte -¡tan 
pocas! - de las investigaciones de campo, requiriendo 
una admirable dedicación a quienes las llevan adelan-
te con escasos medios humanos, de equipamiento y 
económicos. 
3.2. La investigación: personas y equipos 
Los estudios prehistóricos aquí se habían produci-
do más por iniciativa de personas concretas que por 
impulsos institucionales. Se percibe en estas tres 
décadas un proceso de 'institucionalización' de la 
Arqueología vasca, cuando la mayor parte de las per-
sonas y equipos de trabajo van acogiéndose a centros 
públicos, formando parte de sus plantillas6• Se trata 
6 Los trabajos iniciales de los integrantes de la primera 'genera-
ción' postBarandiarán se produjeron sobre sitios y materiales de 
las diversas provincias: Jesús Altuna, Ignacio Barandiarán, 
Francisco Fernández García de Diego, José Maria Merino o 
de departamentos y seminarios de la Universidad, de 
servicios de conservación del patrimonio y promo-
ción cultural de museos y diputaciones provinciales y 
de otras sociedades y grupos de estudiosos: en casi 
todos ellos hay laboratorios y bibliotecas suficiente-
mente dotados y se editan revistas especializadas en 
la Arqueología regional. 
A varios centros se deben aportaciones importan-
tes al conocimiento de nuestra Prehistoria: como la 
"Institución Príncipe de Viana" creada en 1940 por la 
Diputación Foral de Navarra (que asume hoy todas 
las áreas del Servicio de Cultura del Gobierno Foral), 
la "Sociedad de Ciencias Aranzadi" de San Sebastián 
fundada en 1947 y el "Instituto Alavés de Arqueolo-
gía" que se constituye en 1966 en Vitoria integrándo-
se entonces en el Consejo de Cultura de la Diputación 
Foral de Alava (y que hoy ha sido reducido a socie-
dad privada); y las posibilidades abiertas por el 
Grupo Agiri (de Durango, desde 1994) y por el Cen-
tro de Interpretación Arqueológica de Hasparren 
(inaugurado en 2002). 
Pedro Rodríguez de Ondarra en Guipúzcoa, Juan Maria Apellá-
niz, Armando Llanos, Jaime Fariña o Juan Antonio Agorreta en 
Alava, José Miguel de Ugartechea o Ernesto Nolte en Vizcaya 
etc. Poco a poco en los nuevos equipos de investigación se fue-
ron integrando quienes habían cooperado primero en las excava-
ciones y estudios dirigidos por los que se habían iniciado direc-
tamente con José Miguel de Barandiarán (a saber, Jesús Altuna, 
Juan Maria Apellániz, Ignacio Barandiarán y Armando Llanos) 
quienes iban coordinando, desde mediados los 70, sus propios 
proyectos de trabajo y multiplicándose en otros grupos. Al 
mismo tiempo otros equipos se iban articulando en torno a Enri-
que Vallespí y a José Maria Merino. 
La siguiente 'generación' supuso la incorporación, a lo largo de 
los años 80, a los diversos centros (en las universidades, en 
museos o en sociedades de promoción de esos estudios) de nue-
vos prehistoriadores y especialistas en ciencias afines, como 
Maria Amor Beguiristain (Universidad de Navarra), Amelía 
Baldeón (Museo de Arqueología de Alava), Pilar Utrilla y Tere-
sa Andrés (ambas en la Universidad de Zaragoza), Ana Cava 
(Universidad del País Vasco), Pedro Castaños (Museo de Bil-
bao), Genevieve Marsan (Musée de Préhistoire de Lourdes), 
Margarita Muñoz, Eduardo Berganza, Paquita Sáenz de Urturi, 
José Ignacio Vegas o Koro Mariezkurrena (Sociedad Aranzadi). 
Siguiéndoles en el tiempo varios grupos: como Javier Fernández 
Eraso, Andoni Sáenz de Buruaga José Antonio Mujika, Alfonso 
Alday, Alvaro Arrizabalaga, Francisco Echeverría, Andoni 
Tarriño, Lydia Zapata o Maria José Iriarte (todos en la Universi-
dad del País Vasco), Rosa Ruiz ldarraga o José Antonio Fernán-
dez Lombera (Universidad de Deusto), César González Sainz, 
Angel Armendáriz, Jesús Emilio González Urquijo o Juan José 
lbáñez (Universidad de Cantabria), Javier Peñalver (Sociedad 
Aranzadi), Luis Ortiz Tudanca, Javier Gorrochategui, María· 
José Y árritu, José Luis Arribas y otros. Además deben citarse las 
responsabilidades de otros investigadores como los del Centre 
·National de la Recherche Scientifique de Francia (G.Laplace 
desde su centro de Arudy y C.Chauchat del lnstitut du Quater-
naire de Burdeos) o de C.Normand (del Centro de Arqueología 
de Hasparren) que dirigen trabajos de campo e investigaciones 
sobre la Prehistoria de la vertiente ·septentrional del Pirineo. 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. I), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apelláni'z 
PERSPECTIVAS Y SOMBRAS: TRES DÉCADAS DE NUESTRA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA 77 
En las instalaciones y servicios de los museos su 
personal atiende a la conservación de los datos recu-
perados y de los correspondientes fondos bibliográfi-
cos y documentales, coordina muchas intervenciones 
de urgencia y desarrolla sus propios planes de inves-
tigación. La práctica totalidad de los materiales de la 
Prehistoria de Navarra, Alava, Guipúzcoa y Vizcaya 
se conserva en los fondos públicos de los Museos de 
Navarra en Pamplona, de Arqueología de Alava en 
Vitoria, Municipal de San Telmo en San Sebastián y 
Arqueológico, Etnográfico e Histórico Vasco en Bil-
bao. Mientras que las evidencias de Prehistoria del 
territorio septentrional se han dispersado en lotes de 
diversa entidad: como las series menores del labora-
torio del Liceo y del Musée Basque de Bayona, las de 
Olha I e Isturitz que custodia el Musée des Antiquités 
Nationales en Saint Germain-en-Laye y las coleccio-
nes particulares de P.Boucher ( +) en Mauleon, 
C.Chauchat en Bussunaritz, G.Laplace en Coarraze, 
J.Blot en San Juan de Luz o J.Darricau en Saint-Mar-
tín d' Arberoue. 
Avanzada la década de los 60 se asentaron los 
departamentos universitarios que en sus planes de 
estudio incluyen enseñanzas sobre la Prehistoria terri-
torial y sus Ciencias afines y que desarrollan proyec-
tos de investigación en campo y laboratorio: el Semi-
nario de Arqueología de la Universidad de Navarra 
en Pamplona y el Seminario de Arqueología de la 
Universidad de Deusto en Bilbao, que existen desde 
la década de los 60, y el Area de Prehistoria de la 
Universidad del País Vasco en Vitoria, que se consti-
tuye a inicios de los 80. Estos centros superiores de 
docencia e investigación llevan adelante sus progra-
mas en tres aspectos a destacar: 
a, la dirección y coordinación de investigaciones 
de campo (campañas de excavación) en yacimientos 
de interés (por su estratigrafía densa,el valor de los 
items entregados y la analítica aplicada para obtener 
sus informaciones )7. 
b, la consolidación de unos servicios completos en 
algunos sitios, servidos por expertos: como los pro-
gramas de estudios de Autoría en la Universidad de 
Deusto, o los laboratorios de la Sociedad Aranzadi (el 
de Arqueozoología o el de Paleoantropología) y los 
7 Como, en el ejemplo particular de nuestra Área de Prehistoria de 
la Universidad del País Vasco, las excavaciones de los últimos 
quince años en los yacimientos de Arrillor, Kanpanoste, Kanpa-
noste Goikoa, Atxoste, Los Husos o Las Yurdinas en Alava, 
Berroberría, Alkerdi, La Peña, Aizpea o Zatoya en Navarra, Istu-
ritz en Baja Navarra, Labeko Koba, Irikaitz, Lezetxiki o Zerratu 
en Guipúzcoa, Antoliña o Pico Ramos en Vizcaya, o Mendandia 
en Treviño. 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
del Área de Prehistoria de la UPV/EHU (de Tipología 
Analítica, de Arqueobotánica y de Determinación de 
Orígenes del Sílex de yacimientos prehistóricos (con 
sustanciales Antracoteca/Carpoteca, Palinoteca y 
Litoteca). 
c, el amparo, dirección y presentación de Tesis de 
Doctorado fundamentales para la Prehistoria de Vas-
conia en su contexto peninsular y aquitano, sobre un 
amplio abanico de temas, como, entre las últimas 
defendidas: las aplicaciones de la Arqueobotánica al 
conocimiento paleoclimático y cultural (desde la 
Palinología y desde la Antraco- y Carpología), los 
recursos de la Traceología, algunos modelos secuen-
ciales importantes (como Gatzarria o Labeko Koba), 
la forma y técnicas de análisis de los grafismos rupes-
tres y mobiliares paleolíticos o la litología de sopor-
tes industriales leptolíticos8• 
3.3. Hacia una investigación pluridisciplinar 
La especialización del estudio de la Prehistoria 
acoge variados temas, épocas o áreas regionales sus-
ceptibles de investigación por Arqueología tanto 
como las técnicas y metodología específicas que apli-
can muchas otras Ciencias. Son propias de la Arqueo-
logía seria de hoy la progresiva especialización de las 
disciplinas arqueológicas y la consolidación de los 
equipos que integran a esos especialistas. 
Avanzados los 80 empiezan a publicarse aquí las 
primeras memorias pluridisciplinares de yacimientos 
prehistóricos. Es el caso de las que estudian los sitios 
guipuzcoanos de Ekain en 1984 (editada en la serie 
Barandiarán de la Sociedad de Estudios Vascos) -
donde se ofrecen desarrollos especializados (en sen-
dos capítulos firmados por autores distintos) de sedi-
mentología, palinología, arqueozoología (macro- y 
microfauna, avifauna, malacología y herpetología), 
estudio tipológico de las manufacturas y una discu-
sión final, contrastándolos, sobre la ocupación del 
sitio y su explicación crono-cultural - y de Erralla en 
8 En el inventario de Tesis de Doctorado que recuerdo sobre temas 
de nuestra Prehistoria, deben citarse las de los colaboradores de 
José Miguel de Barandiarán en los años 60 (las de Jesús Altuna, 
Juan M. Apellániz e Ignacio Barandiarán) y las de cuantos otros 
se formaron con ellos, como las de (por orden alfabético) Alfon-
so Alday, Teresa Andrés, Angel Armendáriz, Alvaro Arrizabala-
ga, Amelia Baldeón, María Amor Beguiristain, Pedro M.Casta-
ños, Ana Cava, Javier Femández Eraso, José Antonio Femández 
Lombera, Marcos García Díez, César González Sáinz, Jesús 
Emilio González Urquijo, Javier Gorrochategui, Juan José Ibá-
ñez, María José Iriarte, José Antonio Mujika, Javier Peñalver, 
Rosa Ruiz Idarraga, Andoni Sáenz de Buruaga, Andoni Tarriño, 
Pilar Utrilla o Lydia Zapata. 
78 IGNACIO BARANDIARÁN 
1985 (editada en 'Munibe') - con organizac10n y 
alcances similares - o el navarro de Zatoya en 1989 
(editado en 'Trabajos de Arqueología Navarra') - con 
la sucesión de capítulos de analítica (sedimentología, 
palinología, industrias, antropología física, aspectos 
varios de arqueozoología y dataciones absolutas) y la 
reflexión extensa final explicando el sentido del sitio 
en la Prehistoria - . Y, de seguido y ya generalizado 
este tipo/maqueta de monografía arqueológica, los 
casos más destacables de las dedicadas a los yaci-
mientos guipuzcoanos de Amalda (en 1990, por la 
Sociedad de Estudios Vascos) y Labeko Koba (2000, 
por 'Munibe'), vizcaínos de Laminak Il (1994, por 
'Kobie') y Urratxa IIl (1997, en 'Cuadernos de Deus-
to'), alaveses de Peña Larga, Kukuma y Kanpanoste 
Goikoa (1997, 1997 y 1998 en 'Memorias de Yaci-
mientos Alaveses') o al navarro de Aizpea (2001, en 
series maior de 'Veleia'). 
Es, en principio, común la renovación de las téc-
nicas de excavación y de investigación, como conse-
cuencia de la dedicación de grupos más nutridos, del 
apoyo de las instituciones administrativas y de crédi-
to y de las mejores posibilidades de acceso a la infor-
mación ajena (por intercambio de investigadores, 
participación en proyectos ajenos y mejor dotación de 
bibliotecas )9• 
Destacan el cuidado que se tiene en aplicar los 
métodos más solventes actuales de recuperación de 
datos en excavaciones y el incremento decidido de 
precisiones cronológicas, estratigráficas y de carácter 
9 Puedo ejemplificar el lógico progreso en la intensidad de estas 
investigaciones en dos casos que conozco por experiencia per-
sonal de sus excavaciones al haber colaborado en ellas. El pri-
mero es el caso de la primera campaña de la cueva guipuzcoa-
na de Aitzbitarte IV (entre 29 de marzo y 21 de abril de 1960, 
que dirigió J.M.de Barandiarán); el segundo, las excavaciones 
del abrigo navarro de Aizpea (en tres campañas cortas, dirigidas 
por A.Cava, que han culminado con la publicación muy recien-
te de su memoria - de hecho, la última de que disponemos - a 
fines de 2001): en uno y otro casos se extrajo el material con ins-
trumental fino, se cribó en seco, se coordenó de forma similar y 
se invirtió un similar tiempo efectivo de trabajo de campo (704 
horas en aquel sitio y 701 en éste). En Aitzbitarte IV fue el 
director de los trabajos quien coordinó un equipo de uno a cinco 
colaboradores (tres de media) y algún obrero algún día, asumió 
todo el inventario, tipología y dibujo de las evidencias arqueo-
lógicas y firmó en solitario la publicación, al año siguiente 
(1961, en la revista Munibe ), de la memoria correspondiente (de 
26 pp. de texto más 51 figuras aparte). En Aizpea, intervino un 
equipo medio de seis excavadores y se han presentado sus resul-
tados en una extensa memoria interdisciplinar (2001, con texto 
de 539 pp. como monografía de los anejos de Veleia): la firman 
básicamente dos prehistoriadores y se acompaña con capítulos 
concretos desarrollados por dieciseis especialistas distintos 
(ocho arqueozoólogos, dos geólogos, dos arqueobotánicos y 
cuatro paleantropólogos). 
ambiental que acompañan al estudio de los yacimien-
tos10. 
Es fuerte el despliegue de especialidades de Tipo-
logía que superan la mera clasificación formal o la 
descripción de los utensilios, intentando reconocer 
mejor su compleja estructura ergonómica y cultural: 
en lo que, entre otros, destacan los trabajos (tanto 
publicados como en curso) de A.Sáenz de Buruaga, 
A.Cava, C.Mazo, J.J.Ibáñez, J.E.González Urquijo, 
M.Aguirre, A.Tarriño etc., que se dedican a investiga-
ciones de determinación tecnomorfológica desde la 
Tipología Analítica tanto como desde la definición 
del proceso de las Cadenas Operativas, la Traceología 
o el estudio de las Materias Primas. 
El aumento de precisiones cronológicas ha sido 
espectacular, como en tantos sitios, en este último 
10 Como muestra se puede recordar lo actuado: en Sedimentología 
y Geología varios estudios por M.Hoyos (Zatoya y - <+in P.Fuma-
nal - Erralla) y P.Areso (Ekain y Amalda) o aportaciones especí-
ficas de Geología (como las de L.I.Viera y L.M.Aguirrezabala en 
Amalda y J.M.Edeso en Kanpanoste Goikoa) y estaban en curso 
otros análisis por M.Hoyos (Berroberría, Abauntz, Arrillor. Aitz-
bitarte III y Arenaza); en Paleobotánica, los análisis palinológi-
cos porA.Boyer-Klein (Erralla, Berroberría y Zatoya), P.López 
(Abauntz y La Peña), M.Dupré (Ekain y Amalda) y M.F.Sánchez 
Goñi (Labeko Koba, Lezetxiki y Urtiaga) y M.J.Iriarte (Aizpea, 
Kanpanoste Goikoa) y carpológicos por L.Zapata (Aizpea y Kan-
panoste Goikoa) y están en curso los que se desarrollan ahora por 
M.F.Sánchez Goñi (Kanpanoste) y M.J.Iriarte (Mendandia, 
Lezetxiki, Irikaitz etc) y los de carpología por L.Zapata (Men-
dandia, Atxoste, Antoliña etc); en Arqueozoología sistemática-
mente se vienen publicando estudios de macromamíferos por 
J.Altuna y K.Mariezkurrena (Ekain, Erralla, Amalda, Zatoya 
etc.) y por P.Castaños (La Peña, Aizpea o el conjunto de sitios del 
Paleolítico y Epipaleolítico de Vizcaya) y están en curso otros 
tantos análisis arqueozoológicos por J.Altuna y K.Mariezkurrena 
(Aitzbitarte III, Labeko Koba, Antton Koba, Langatxo, ... ) y 
P.Castaños (Santa Catalina, Berroberría, Portugain, Arrillor, 
Kanpanoste, Mendandia, ... ) y es, por otra parte, habitual el aná-
lisis de otros lotes de fauna como los micromamíferos (así lo 
publicado por J.Zabala sobre Ekain, por G .García Valdés sobre 
Zatoya y La Peña y por E.Pemán sobre Amalda y Erralla), las 
aves (por A.Eastham en Ekain, Amalda y Erralla, y por C.Díez, 
A.Sánchez Marco y V.Moreno lo recuperado en la excavación de 
J.Maluquer de Motes en Berroberría), los reptiles (por B.Sanchís 
en Ekain, y por M.Esteban y B.Sanchís en Erralla), los peces (lo 
publicado por A.Morales y E.Roselló en Amalda y Aizpea) o los 
moluscos (por A.Borja en Amalda, por l.Leoz y C.Labadía en 
Ekain y por B.Madariaga en Zatoya, por M.T.Aparicio y R.More-
no en Aizpea); en la Paleoclimatología de la región durante el 
Paleolítico superior y Epipaleolítico/Mesolítico, desde una pers-
pectiva especial de consideración de la fauna en su contexto de 
sedimentología y palinología del litoral cantábrico (Altuna 
1992), mediante las aportaciones· convergentes sobre el paisaje y 
climatología del Cuaternario en el Pirineo occidental (v. v.a.a. 
1992) o a través de la reconstitución del paisaje vegetal (Sánchez 
Goñi en 1993; M.J.Iriarte; L.Zapata); o en Paleantropología los 
estudios de C.de la Rúa (y especialistas de su equipo de la UPV) 
sobre restos de Amalda y de Aizpea, de M.D.Garralda sobre los 
de Urratxa y de J.M.Bermúdez de Castro sobre Arrillor etc. 
KOBIE (Serie Anejos n.° 6. Vol. I), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
PERSPECTIVAS Y SOMBRAS: TRES DÉCADAS DE NUESTRA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA 79 
decenio: se incrementa el n~mero de dataciones y se 
recurre a técnicas de fechación distintas de las del 
C14 convencional, permitiéndose precisiones no 
alcanzables por esta metodología. Examinado el lista-
do de dataciones publicadas en fecha 1 de enero de 
2003 (más alguna otras con noticia segura), se com-
prueba que algo más de las dos quintas partes (sobre 
un total de casi 450) de las fechas absolutas de la Pre-
historia vasca se refieren a depósitos arqueológicos 
del Paleolítico medio y superior y del Epipaleolíti-
co/Mesolítico. Las cinco sextas partes de las datacio-
nes hoy disponibles se han conseguido a partir de 
1984 y - sin ser nunca suficientes - resultan de repar-
to algo desigual (si se consideran su número, validez 
y los ámbitos culturales que ilustran): bastantes en 
Guipúzcoa, Navarra y Alava, algo deficitarias en Viz-
caya y muy escasas en las provincias del norte del 
Pirineo. Entre esas fechas destacan algunas obtenidas 
mediante otras técnicas distintas del C14 convencio-
nal; son ya bastantes las que se precisan por 
Cl4.AMS y se ha recurrido a Uranio/Thorio y termo-
luminiscencia para resolver muestras particulares. 
3.4. El trabajo de campo 
Las excavaciones que se llevan a cabo en nuestros 
yacimientos extreman el control topográfico, cuidan 
de la extracción de las evidencias (con criba y lava-
do) y de la recuperación de muestras complementa-
rias (por flotación y otras tomas específicas) y utili-
zan un sistema homogeneizado de inventario y sigla. 
Suelen pretender el estudio integral del significado 
del sitio en su contexto cultural y ambiental: de forma 
que el análisis arqueológico inmediato del yacimien-
to viene acompañado de las informaciones sobre las 
circunstancias que se daban en el tiempo de su ocupa-
ción y de los necesarios análisis complementarios 11 • 
11 Ciñéndonos al conocimiento del Paleolítico y Mesolítico, entre 
las aportaciones de los últimos quince años (1988-2002) destacan 
las excavaciones (en algún caso prospecciones intensas o son-
deos de entidad) que se han o están llevando a cabo: en Vizcaya 
en las cuevas de Santa Catalina (Lequeitio) por E.Berganza, 
Laminak 11 (Berriatúa) por J.L.Arribas y E.Berganza, Kobeaga 11 
(lspaster) y Atxondo (Cortezubi) por M.Aguirre y J.C.López 
Quintana, Antoliña (Gauteguiz-Arteaga) por M.Aguirre y Venta 
Laperra por R.Ruiz Idarraga, en los abrigos de Axlor (Dima) por 
J.E.González Urquijo y J.J.Ibáñez o de Pareko Landa (Busturia-
Bermeo) por J.C.López Quintana y en los depósitos de Kurtzia 
(Barrica, Sopelana) por M.Muñoz; en Alava en las cuevas de 
Arrillor (Murua/Cigoitia) por A.Sáenz de Buruaga y de Zubialde 
(Murua/Cigoitia: validación de pinturas parietales) por J.Altuna, 
J.M.Apellániz e l.Barandiarán y en los abrigos de Kanpanoste 
(Vírgala) por A.Sáenz de Buruaga, de Kanpanoste Goikoa, de 
Atxoste (ambos en Vírgala) y de Mendandia (en Sáseta/Treviño) 
los tres por A.Alday y en depósitos de Urrúnaga (Villarreal) por 
J.Femández Eraso, A.Sáenz de Buruaga y T.Urigoitia; en Gui-
púzcoa en las cuevas de Aitzbitarte III (Rentería) por J.Altuna, 
Antton Koba (Oñate) por A.Armendáriz, Labeko Koba y Leze-
txiki (ambas en Mondragón) por A.Arrizabalaga, Langatxo 
De cualquier modo, y aquí están de nuevo las 
sombras, hay que reconocer que se excava cada vez 
menos y que no todas las intervenciones de recupera-
ción alcanzan el texto que dé cuenta cabal de lo 
actuado. En paralelo a esa reducción de datos positi-
vos (críticos y publicados al detalle) pienso que hay 
un exceso de interpretaciones (muchas de ellas hue-
ras y mal asentadas) en comparecencias coyunturales 
(avances, comunicaciones y foros de discusión). 
3.5. La comunicación de los resultados 
La investigación produce poco y a plazo muy dis-
tante. La monografía arqueológica tiene una notable 
extensión, requerida por el desarrollo de sus discusio-
nes y de su apoyo documental; y suele resultar poco 
o nada inteligible al no experto. 
En estos tiempos de llamada divulgación (¡cuánto 
derroche de esfuerzos, personas y fondos en nombre 
de la 'cultura popular'!) se ha producido una fuerte 
recesión de las publicaciones especializadas. Está 
haciéndose común en las administraciones responsa-
bles de las publicaciones con los resultados de las 
investigaciones: a, la ralentización (colapso y, hasta, 
muerte) de series/colecciones habituales de monogra-
fías extensas especializadas ('obras mayores'); y b, y 
en paralelo, la multiplicación y engrosamiento de lo 
que antaño eran escuetas reseñas e informes prelimi-
nares abocando a 'avances' muy ilustrados (con más 
figuras que texto, con poca concreción y demasiado· 
balance provisional). Agrupados esos fajos de avan-
ces, se constituyen en referentes anuales del desarro-
llo de las empresas de excavación o prospección sin 
ofrecer lo que ciertamente necesita el colectivo de 
estudiosos para una elaboración científica: que son 
datos analizados/presentados suficientes y conclusio-
nes/propuestas contrastadas12 • 
(Motrico) por F.Zumalabe, Praileaitz (Mendaro) por J.Peñalver y 
Zarratu por A.Sáenz de Buruaga y en el sitio de Irikaitz (Cesto-
na) por A.Arrizabalaga; en Navarra en las cuevas de Berroberría 
y Alkerdi (ambas en Urdax) y de Zatoya (Abaurrea Alta) por 
1.Barandiarán y A.Cava y de Abauntz (Arraiz) por C.Mazo y 
P.Utrilla, en los abrigos de Portugain (Urbasa) y de Aizpea 
(Arive) por A.Cava, del Padre Areso (Bigüezal) por M.A.Begui-
ristain y por J.García Gazólaz y en los yacimientos de aire libre 
de Le gin peay Legintxiki (Ibero) por J.Nuin y terrazas de la cuen-
ca de Pamplona por J. García Gazólaz; y en Baja Navarra las cue-
vas de Bourrouilla (Arancou) por C.Chauchat y por M.Dachary 
y de Isturitz (SaintMartin d' Arbéroue) por I.Barandiarán, 
A.Cava, C.Normand y J.Femández Eraso. 
12 El noticiario de las actuaciones de campo de cada año (excava-
ciones y prospecciones) se produce en dos publicaciones: en el 
anuario "Arkeoikuska" que el Gobierno Vasco edita en Vitoria 
desde 1981, dando noticia de lo actuado con subvenciones de la 
Administración en Alava, Vizcaya y Guipúzcoa; y en la revista 
"Trabajos de Arqueología Navarra" que incluye, desde su volu-
men 7 de 1988, una sección de 'Actividades Arqueológicas en 
Navarra' con la reseña preliminar de esta Comunidad. 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
80 IGNACIO BARANDIARÁN 
Frente a tal promoción desequilibrada de esa 'cul-
tura popular' a costa de la insustituible creación de 
conocimiento, destaca el mantenimiento de las series 
que acogen los textos más extensos - monografías 
sobre yacimientos, conjuntos o problemas - de nues-
tra Prehistoria. Como los monográficos de las revis-
tas 'Munibe' (Sociedad de Ciencias Aranzadi, de San 
Sebastián) y 'Trabajos de Arqueología Navarra' 
(Gobierno Foral de Navarra), los anejos de 'Veleia' 
(Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la U.P.V., 
de Vitoria), los 'Cuadernos de Arqueología de la Uni-
versidad de Deusto', la 'Colección Barandiaráll' 
(Fundación José Miguel de Barandiarán de la Socie-
dad de Estudios Vascos, de San Sebastián) y, desde 
hace muy poco, los anejos de 'Kobie' (Diputación 
Foral de Vizcaya) y la serie de 'Memorias de Yaci-
mientos Alaveses' (del Departamento de Cultura de 
la Diputación Foral de Alava) que, en apenas media 
docena de años, alcanza hoy el número ocho13 • 
Varias revistas acogen las investigaciones sobre 
nuestra Prehistoria (excavaciones, revisiones de 
materiales, síntesis o monografías sobre temas con-
cretos): destacan Munibe, Trabajos de Arqueología 
Navarra, Kobie, Estudios de Arqueología Alavesa, 
Veleia, Cuadernos de Arqueología de la Universidad 
de Navarra, Illunzar y Krei14• 
13 Se han publicado, en los últimos quince años, los resultados de 
los trabajos de campo (memorias de excavación, con estudio de 
materiales a fondo) de sitios importantes: en 1988 de Murba y 
cueva de Alaiz, en 1989 de Zatoya, en 1990 de Amalda, en 1992 
de Peña de Marañón y de Mugarduia norte, en 1993 de Lezetxi-
ki, en 1994 de Laminak 11, en 1997 de Zatoya, Kukuma y Urra-
txa 111, en 1998 de Kanpanoste Goikoa, en 2000 de Bourrouilla y 
Labeko koba y en 2001 de Aizpea. 
14 Con más detalle, son las revistas: "Munibe" de la Sociedad de 
Ciencias Aranzadi (San Sebastián) desde 1949, "Kobie" (patro-
cinada por la Diputación de Vizcaya) desde 1969, los monográ-
ficos "Cuadernos de Deusto" de su Universidad desde 1974, el 
noticiero "Arkeoikuska" del Gobierno Vasco (Vitoria) desde 
1981, "Veleia" del Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la 
Universidad del País Vasco (Vitoria) desde 1984, "Cuadernos de 
Arqueología de la Universidad de Navarra" por esa Universidad 
desde 1993, "Illunzar" de Agiri. Arkeologi Kultur Elkartea de 
Durango desde 1994 y "Krei" del Círculo de Estratigrafía Analí-
tica de Vitoria desde 1996. 
La Sociedad de Estudios Vascos mantiene dos tipos de publica-
ciones normalizadas sobre estos temas: los "Cuadernos de Sec-
ción" correspondientes a las de Prehistoria y Arqueología, que se 
publican desde 1982 (luego bajo el titular "Isturitz") y la Serie B 
(que incluye los estudios desarrollados en los planes de las Becas 
de Investigación J.M.de Barandiarán), desde 1984. Por otro lado, 
los contenidos de Prehistoria que publicaban en Pamplona la 
revista "Príncipe de Viana" (desde 1940) y la serie "Excavacio-
nes en Navarra" (desde 1942) han sido asumidos desde 1979 por 
la revista "Trabajos de Arqueología Navarra" patrocinada por la 
Institución Príncipe de Viana de su Gobierno Foral; los corres-
pondientes en Vitoria de la revista "Boletín de la Institución San-
cho El Sabio" desde 1957 han pasado a "Estudios de Arqueolo-
gía Alavesa" del Instituto Alavés de Arqueología desde 1966 
Promovidos por universidades, museos y socieda-
des de investigación hay ciclos, cursos y seminarios 
de especialización que exponen novedades técnicas y 
metodológicas de la Arqueología prehistórica15 • Ade-
más, por su carácter general, destacan algunas revi-
siones de conjunto16• 
3.6.Las lagunas (desigualdades) del conocimiento 
El panorama percibido desde el Paleolítico infe-
rior hasta el inicio de la Edad Antigua, en estas tierras 
del Pirineo occidental y de la alta cuenca del Ebro, no 
es uniforme: mientras que al conocimiento de algu-
nos períodos y situaciones culturales se ha dedicado 
un esfuerzo especial (mediante excavaciones reitera-
das y el estudio sistemático de sus restos, según el 
interés y la preparación específica de los investigado-
res) de otros aún se sabe muy poco. 
J.M.de Barandiarán (primero en equipo con Aran-
zadi y Eguren y, luego, solo hasta inicios de los 70) 
descubrió y excavó bastantes dólmenes en Alava, en 
Guipúzcoa y en las zonas próximas de Navarra y muy 
pocos en Vizcaya e investigó a fondo un lote muy sig-
nificativo de cuevas habitadas en el Paleolítico medio 
y superior y en el Aziliense en Vizcaya y Guipúzcoa. 
Bastante menos intensa fue su contribución al conoci-
miento de otras etapas, aunque esbozara los primeros 
mapas de distribución territorial de sus yacimientos. 
(añadiéndose hoy, en el panorama de las publicaciones específi-
cas de Alava, la segunda época del "Boletín ... ", a partir de 1991). 
15 Entre otras convocatorias se pueden recordar las Jornadas de 
Antropología (organizadas por la Societé d'Anthropologie du 
Sud-Ouest y la Sociedad de Estudios Vascos, en Bayona y San 
Sebastián, en 1981), las sesiones del 11 Congreso Mundial Vasco 
(en Vitoria, en 1987), las dos convocatorias ya celebradas del 
Congreso General de Historia de Navarra (de 1986 y 1990), 
varios de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco 
(en San Sebastián), la reunión "The Late Quatemary in the Wes-
tern Pyrenean Region" (en Vitoria, de 1990) o las jornadas/ciclos 
que organizan la Sociedad de Estudios Vascos, la Sección de la 
U.N.E.D. de Vergara, la sociedad Agiri de Durango o la Sociedad 
de Ciencias Aranzadi. 
16 Tales: presentaciones de las culturas del Paleolítico y Epipaleolí-
tico vasco en visiones de conjunto de la Prehistoria de Euskale-
rria (Barandiarán 1988; Mujika 1992; v.v.a.a. 1990), una consi-
deración por zonas sobre la Prehistoria de Vizcaya (Azkarate y 
Femández Eraso 1988) y de Navarra (Barandiarán 1992), valora-
ciones de etapas culturales concretas del Paleolítico/Epipaleolíti-
co/Mesolítico vasco en su contexto como el Paleolítico inferior 
de Navarra (García Gazólaz 1994), el Musteriense vasco (Mon-
tes 1988), el Tardiglaciar de Navarra (Nuin 1992), el Magdale-
niense vasco (González Sáinz 1989; Barandiarán 1989; Fortea 
1989; Utrilla 1989) o el Mesolítico (Cava 1994) y monografías 
sobre la ubicación cronológica de los cráneos de Urtiaga (Rúa 
1988; Altuna y Rúa 1989) y el arte mobiliar del Paleolítico supe-
rior vasco en el ámbito general del de la comisa cantábrica 
(Barandiarán 1994). 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. I), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
PERSPECTIVAS Y SOMBRAS: TRES DÉCADAS DE NUESTRA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA 81 
En los veinte últimos años el impulso de los gru-
pos de arqueólogos ha continuado en aquellas áreas 
de trabajo preferente. Y las ha completado afrontan-
do, además, la investigación de cuevas de enterra-
miento y de habitación de la Prehistoria reciente 
(Neolítico, Calcolítico y Edad del Bronce), sobre 
todo en Vizcaya y Alava, y del poblamiento al aire 
libre, especialmente en Navarra y Alava. 
En general, es importante la aportación de los 
yacimientos de Guipúzcoa, Alava y Navarra ahora en 
excavaciónpara el conocimiento de los modos de 
vida de las poblaciones del Paleolítico superior y del 
Mesolítico (como Aitzbitarte III, Arrillor, Abauntz, 
Berroberría, Aizpea o Atxoste); y destaca la promo-
ción de excavaciones sistemáticas en megalitos del 
Neolítico avanzado al Bronce y en poblados de la 
Edad del Hierro en bastantes zonas. 
4. CONCLUYENDO 
La Prehistoria europea fue asumiendo a lo largo de 
la década de los 50 varias importantes innovaciones 
metodólogicas: el interés por el mejor control tipológi-
co, las técnicas de recuperación de los datos y de afina-
miento de la percepción estratigráfica, las circunstan-
cias ambientales en que los yacimientos se formaron 
etc. Luego, ya en la 'Prehistoria moderna', se intensifi-
carán el conocimiento de las connotaciones paleoconó-
micas, ergológicas o sociológicas de las evidencias, los 
. sitios y las culturas y la preocupación por la situación 
espacial de los datos (topografía a varias escalas, distri-
bución y funcionalidad,. .. ). Gestadas esas tendencias 
innovadoras en otros países, unos u otros prehistoria-
dores peninsulares las irán acogiendo, con desigual 
diligencia, a lo largo de la década de los 6011 • 
En estos años últimos y con cierta frecuencia se 
reitera la necesidad que tiene la Arqueología de reno-
var métodos y preocupaciones. Bastantes de las refe-
rencias críticas señalan excesos o insuficiencias de lo 
bastante bien hasta ahora actuado; pero tambien las 
17 "En un balance final, se puede asegurar que es general hoy entre 
la mayoría de los prehistoriadores de la región cantábrica el cui-
dado por la recogida y el análisis exhaustivo de los datos; se 
considera imprescindible la práctica de la excavación sistemáti-
ca y el incremento de secuencias estratigráficas bien contextua-
lizadas. Buena parte de los prehistoriadores que ahora trabajan 
en esta región intenta que las impresiones no sustituyan a los 
datos, la tertulia al trabajo, el prejuicio a la idea, las doctrinas a 
los hechos, o el marketing y la promoción curricular a la búsque-
da del saber. Todavía siguen siendo aquí más los especialistas en 
el trabajo de campo que los 'especialistas en congresos' (¡tantos 
que topifican o generalizan sobre lo hecho o escrito por otros, no 
aportando datos ni revisiones críticas más sólidas que lo ante-
riormente recuperado!)" (Barandiarán 1994). 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. I), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
hay ligeras, impertinentes o injustas: pues, sin mucho 
conocimiento de lo evaluado, se extienden indiscri-
minadamente a casi todo lo precedente (acaso por el 
hecho de serlo). 
Débense reivindicar hoy valores concretos de la 
Arqueología de siempre: los propios del dato en sí (a 
condición de que haya sido recuperado con finura y 
analizado con solidez), la virtualidad discursiva de 
las informaciones aportadas por él y la presentación 
(es decir, la puesta en común y a discusión) de los 
argumentos derivados. En ese sentido, en el ejercicio 
de la Prehistoria y ante la penuria del caudal de datos 
disponibles, 'todo' es necesario, nada (colección, 
tema o yacimiento) 'menor'. Como recordé (Baran-
diarán 1994), "en la inútil querella entre los que se 
califican a sí mismos de 'arqueólogos' (los que se 
constituyen en debeladores sistemáticos de tantos 
presuntos excesos y desvíos precedentes) y 'arqueó-
grafos' (casi todos los demás) no se ha de olvidar la 
advertencia de uno de los viejos maestros de la Nueva 
Arqueología, David Clarke, sobre la importancia de 
una correcta recuperación de los datos (los hechos) 
con sus atributos (de quienes habrá que decidir su 
pertinencia) como paso previo imprescindible a cual-
quier posterior reconstrucción de las informaciones". 
En las tres décadas que repasamos se advierte un 
notable incremento de datos, al multiplicarse los equi-
pos de prospección y de excavación en los yacimien-
tos. Hay varios estudios sintéticos de interés y se dis-
pone de cartas e inventarios de antigüedades (con apli-
caciones al conjunto de los territorios provinciales de 
Guipúzcoa, Vizcaya, Alava y Navarra). Se desarrollan 
análisis bastante completos de tecnología y tipología de 
los materiales, se escriben revisiones de las grandes 
etapas culturales (en equipamiento y modos de vida, 
periodificación y relaciones en un contexto espacial 
amplio), se precisan las condiciones del paisaje (defini-
ciones de las grandes unidades paleoclimáticas en los 
diversos territorios y de los sistemas de ocupación en 
ámbitos menores - como algunas cuencas guipuzcoa-
nas, o comarcas de Navarra y de Alava ... ) y se han ana-
lizado la expansión y caracteres de determinados com-
portamientos culturales en sus variantes y relaciones. 
En fin, la dotación humana y en medios de los 
centros universitarios, museos y sociedades arqueoló-
gicas ha empezado a acercarse, en algunos casos, a lo 
mínimamente suficiente: desde luego, es sustancial-
mente muy superior a la que se disponía hace un par 
de decenios. Aunque situaciones (bastantes) concre-
tas que se generalizan en los últimos años auguran un 
futuro próximo sombrío: al menos, no suficientemen-
te despejado. 
82 IGNACIO BARANDIARÁN 
BIBLIOGRAFÍA 
Apellániz, J.M. 
1974 El grupo de Los Husos durante la Prehistoria con cerámica en el País Vasco. Estudios de Arqueo-
logía Alavesa vol. 7, Vitoria. 
Barandiarán, l. 
1988 Prehistoria. Paleolítico. Historia General de Euskalerria. Enciclopedia general Ilustrada del País 
Vasco, Editorial Auñamendi, San Sebastián. 
1989 La Prehistoria vasca hoy: valoración crítica. Lección inaugural del curso académico 1989-1990. 
Universidad del País Vasco, Bilbao. 
1994 La actuación en Prehistoria de José Miguel de Barandiarán. SPAL nº 3, pp.9-49. Universidad de Sevi-
lla. 
1997 El Paleolítico y el Epipaleolítico. Arqueología de Vasconia Peninsular. Isturitz. Cuadernos de Sec-
ción S.E. V. nº 7, pp.5-21. Sociedad de Estudios Vascos, San Sebastián. 
KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. 1), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 
	AURKIBIDEA-SUMARIO (*) -TABULA MATERIAE
	VOLUMEN I
	PRESENTACIÓN
	BIOGRAFÍA, LA TRAYECTORIA INTELECTUAL DE JUAN MARÍA APELLÁNIZ
	PUBLICACIONES DEL PROF. DR. JUAN M.ª APELLÁNIZ. Compiladas por Carmelo Fernández Ibañez
	LO QUE APRENDÍ DEL PROFESOR APELLÁNIZ. Por José Ignacio Vegas Aramburu
	ARTÍCULOS DE PRENSA DEL HOMENAJE
	NUEVOS MÉTODOS, NUEVAS IDEAS. UN BALANCE DE LA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA VIZCAÍNA HASTA 1975. Por Jesús Emilio González Urquijo
	PERSPECTIVAS Y SOMBRAS, : TRES DÉCADAS DE NUESTRA ARQUEOLOGIA PREHISTORICA. Por Ignacio Barandiaran Maestu
	ANÁLISIS DE UNA TRADICIÓN ESTILÍSTICA: LOS TALLERES DE DECORADORAS DE CERÁMICA DE SLET(RIF OCCIDENTAL, MARRUECOS. Por Rosa Ruiz Idarraga
	LOS CONJUNTOS PALEOLÍTICOS CON PINTURA DE TRAZO PUNTEADO EN LA REGIÓN CANTÁBRICA: ESTADO DE LA CUESTIÓN. Por Diego Gárate Maidagan
	METODO ANALISIS CUANTITATIVO DE RECONSTRUCCION PALEOAMBIENTAL. Por J. Furundarena Garcia
	EL PALEOLÍTICO COMO PRETEXTO TREINTA AÑOS EN TORNO A LA ARQUEOLOGÍA. Por Amelia Baldeón Iñigo
	ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO SOBRE LAS CULTURAS DEL PALEOLÍTICO MEDIO EN EL PAÍS VASCO PENINSULAR. Por Margarita Muñoz Salvatierra
	LAS CUEVAS DE AITZBITARTE (LANDARBASO, RENTERIA) (HISTORIA DE LAS INVESTIGACIONES). Por Jesús Altuna
	HACIA UNA MAYOR DIVERSIFICACIÓN EN LA CAPTACIÓN DE RECURSOS: RECIENTES APORTACIONES AL PALEOLÍTICO SUPERIOR AVANZADO EN BIZKAIA. Por José Luis Arribas Pastor
	APORTACIONES RECIENTES AL EPIPALEOLÍTICO EN BIZKAIA. Por Eduardo Berganza Gochi
	LA INVESTIGACION SOBRE LAS CULTURAS PREHISTORICAS CON CERAMICA EN EL PAIS VASCO. ESTADO DE LA CUESTION (1972-2002). Por J.A. Mujika Alustiza
	EL NEOLITICO INICIAL EN EL PAIS VASCO MERIDIONAL. DATOS RECIENTES. Por Javier Fernandez Eraso
	LA GESTIÓN DEL SÍLEX COMO UNO DE LOS ELEMENTOS ARTICULADORES DEL TERRITORIO EN EL MEGALITISMO VASCO. Por A. Tarriño y Dn J.A. Mujika
	LA ADOPCIÓN DE LA ECONOMÍA DE PRODUCCIÓN: LA APORTACIÓN DE LA ARQUEOBOTÁNICA. Por Mª José Iriarte Chiapusso y Lydia Zapata PeñaLA POBLACIÓN DE PASTORES DE CUEVA MAYOR DE ATAPUERCA Y SU RELACIÓN CON LA POBLACIÓN DE CAVERNAS DEL PAIS VASCO DURANTE EL BRONCE FINAL. Por Mª Teresa Minguez Alvaro
	COMPOSICIÓN DE COLADAS Y TRATAMIENTOS POSTFUNDICIÓN EN LA METALURGIA CALCOLÍTICA Y DE LA EDAD DEL BRONCE DE LA SUBMESETA NORTE ESPAÑOLA: ESTUDIO DE UNA TRAYECTORIA TECNOLOGICA. Por Salvador Rovira Llorens, Germán Delibes de Castro, Julio Fernández Manzano, José Ignacio Herrán Martínez 
	LA CUEVA DE "EL BORTAL" (CARRANZA). UN POSIBLE DEPÓSITO RITUAL ASOCIADO A LAS AGUAS, DE LAPREHISTORIA RECIENTE DE VIZCAYA. Por Carlos Cancelo Mielgo
	DOS SORTIJAS CUBREDEDOS DE ORO HALLADAS EN EL TUMULO CAMPANIFORME DE TABLADA DEL RUDRON(BURGOS). Por Jacinto Campillo Cueva
	EL POBLAMIENTO PROTOHISTÓRICO EN EL CANTÁBRICO ORIENTAL: DATOS PARA UNA REFLEXIÓN CRÍTICA (1915-1975). Por Miguel Unuzueta Portilla
	VIVIENDA PROTOHISTÓRICA EN EL POBLADO DE INTXUR (ALBIZTUR-TOLOSA, GIPUZKOA). Por Xabier Peñalver Iribarren
	EL POBLAMIENTO DE LA EDAD DEL HIERRO EN EL ENTORNO DE SANTIAGOMENDI (ASTIGARRAGA, GIPUZKOA). Por Mª Teresa Izquierdo Marcoleta
	ALGUNAS DECORACIONES SOBRE LAS CERÁMICAS, ALGO MÁS QUE SIMPLES ORNAMENTACIONES. Por Armando Llanos Ortiz de Landaluce
	DATACIÓN DE LOS DEPÓSITOS MONETALES ANTERIORES A AUGUSTO EN EL PAIS VASCO (VIZCAYA, ALAVA Y GUIPUZCOA). Por José Antonio Ocharan Larrondo
	ECONOMIA GANADERA EN LA ZONA CANTABRICA EN EL FINAL DE LA EDAD DEL HIERRO. Por Jesús (Kechu) Torres Martínez y Teresa Sagardoy Fidalgo
	MAIRUBARATZ. "MOROS" Y CROMLECHS PIRENAICOS. Por Juan Antonio Urbeltz
	ARQUEOLOGÍA E HISTORIA DEL PERÍODO ROMANO EN BIZKAIA (1972-2002). Por Ana Martínez Salcedo
	TENDENCIAS EN LA CREACIÓN DE ASENTAMIENTOS DURANTE LOS PRIMEROS SIGLOS DE LA ERA EN EL ESPACIO LITORAL GUIPUZCOANO. Por Milagros Esteban Delgado
	EL COMERCIO DE CERÁMICAS EN LA REGIÓN CANTÁBRICO-AQUITANA.: EL TESTIMONIO GUIPUZCOANO. Por Teresa Izquierdo Marcoleta
	PEÑA CUTRAL (CANTABRIA). LA VÍA Y LOS CAMPAMENTOS ROMANOS. Por Juan José Cepeda
	VÍAS DE COMUNICACIÓN EN TERRITORIO AUTRIGÓN, CARISTIO Y VÁRDULO(*). Por Markel Gorbea Pérez
	EL POBLAMIENTO DE EPOCA ROMANA EN LEKEITIO (BIZKAIA): CONTEXTOS ESTRATIGRÁFICOS Y SECUENCIA CRONOLÓGICA. Por Iñaki Pereda García
	EL RELIEVE ANTROPOMORFO DE VILLAVENTÍN(BURGOS). Por José Angel Lecanda Esteban y L. Alberto Moreal Jimeno
	LA CIUDAD DE SÉFORIS EN EL PROCESO DE ROMANIZACIÓN DE GALILEA DURANTE EL PERÍODO HERODIANO (37 A.C.-70 D.C.). Por Begoña Echabe Pérez
	ZARAUZ O GUETARIA COMO POSIBLES LUGARES DEL ANTIGUO OPPIDUM MOROGI. Por Fernando Fernández Palacios
	MÁSCARA TEATRAL EN BRONCE COMO REMATE DECORATIVO DE UNA LUCERNA, PROCEDENTE DEL YACIMIENTO ROMANO DE FORUA (VIZCAYA). Por Carmelo Fernández Ibáñez
	INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL ALFAR TARDORROMANO DE VALDEARCOS (MECERREYES, BURGOS). Por C. Basas Faure, M. Unzueta y S. M. Alonso
	PROPUESTA DE UN PATRÓN MODULAR CONSTRUCTIVO TEÓRICO DE LAS ESCALERAS ORIGINALES DE LA MURALLA ROMANA DE LUGO. Por Enrique J. Alcorta Irastorza
	TERRA SIGILLATA ITÁLICA DECORADA EN HISPANIA: I, EL ALFARERO ARETINO C. TELLIVS. Por Cesareo Pérez González y Emilio Illarregui
	VOLUMEN II
	ARQUEOLOGÍA MEDIEVAL EN BIZKAIA: HIPÓTESIS Y PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIÓN. Por Iñaki Garcia Camino
	ESTUDIOS REALIZADOS SOBRE ZONAS ARQUEOLÓGICAS DE CASCOS HISTÓRICOS. Por Dona Gil Abad
	CONTRIBUCION DE LA ARQUEOLOGIA AL CONOCIMIENTO DE LA CIUDAD DE ORDUÑA (VIZCAYA). Por Silvia Cajigas Panera
	ESTUDIO HISTORICO-ARQUEOLOGICO DE BERMEO(BIZKAIA). Por Armando Llamosas Rubio
	APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LAS PRODUCCIONES DE ALFARERÍA NO VIDRIADA RECUPERADAS EN YACIMIENTOS MEDIEVALES DE LA VIZCAYA NUCLEAR Y DEL DURANGUESADO. Por José Luis Ibarra Alvarez
	INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA CERÁMICA MEDIEVAL DEL YACIMIENTO DE ALORIA (ÁLAVA). Por Mª José Zabala Altube
	CARTA ARQUEOLOGICA DE LAS FERRERIAS DE MONTE EN BIZKAIA: ESTADO DE LA CUESTION. Por Fco. Javier Franco Pérez
	PAISES VASCOS. Por Armando Besga Marroquín
	ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN TERRITORIO BIZKAINO. LA CASA TORRE DE LENDOÑO DE ABAJO (ORDUÑA). Por Alberto Plata Montero
	NUEVAS ESTELAS DISCOIDEAS DE LA HONOR DE SEDANO (BURGOS). Por Jacinto Campillo Cueva
	ARQUEOLOGÍA DE LA EDAD MODERNA: VALORACIÓN Y REFLEXIONES EN TORNO A UNA DISCIPLINA EN CONSTRUCCIÓN. EL EJEMPLO DE LA C.A.V. Por Belén Bengoetxea Rementeria
	ARQUEOLOGÍA DE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS: LAS TEJERAS. Por Alfredo Moraza Barea
	TIPOLOGIAS CONSTRUCTIVAS Y USOS FUNERARIOS EN LOS CEMENTERIOS PARROQUIALES VIZCAÍNOS DEL SIGLO XVIII: APUNTES INICIALES PARA SU CARACTERIZACIÓN Y ESTUDIO. Por José Luis Ibarra Alvarez
	LOCALIZACIÓN DEL FRAGMENTO EPIGRÁFICO DEL ÚLTIMO LEGUARIO QUE UNÍA SAN MIGUEL DE BASAURI CON BILBAO, DEL CAMINO REAL QUE DE PANCORBO, PASANDO POR ORDUÑA, CONCLUÍA EN LA CAPITAL DEL SEÑORÍO DE VIZCAYA (S. XVIII). Por E. Nolte y Aramburu
	LAS FERRERÍAS DEL CANTÁBRICO ORIENTAL: PERSPECTIVAS ARQUEOLÓGICAS. Por Mª José Torrecilla Gorbea
	EL PATRIMONIO INDUSTRIAL EN GIPUZKOA: PROBLEMÁTICA Y PERSPECTIVAS DE FUTURO. Por Beatriz Herreras Moratinos
	LAS CANTERAS HISTÓRICAS EN BIZKAIA: EXTRACCIÓN Y DIFUSIÓN DEL "ROJO EREÑO", "NEGRO MARKINA" Y "GRIS MAÑARIA". Por Iñaki Pereda Garcia
	RESTAURACIÓN DE EMBARCACIONES PRESERVANDO EL FUTURO. Por Jesús Llanera Mármol
	MUSEO VASCO DEL FERROCARRIL. Por Juan José Olaizola Elordi
	TRANVIA AEREO DE "DOLOMITAS DEL NORTE" (CARRANZA). Por Garbiñe Aja Santisteban
	PATRIMONIO INDUSTRIAL Y ARQUITECTURA: EL EDIFICIO "CONSERVAS HIJOS DE JOSÉ SERRATS, S.A." (BERMEO). Por Amaia Apraiz Sahagún
	"GRANDES MOLINOS VASCOS", UN HITO EN LA ARQUITECTURA INDUSTRIAL BILBAÍNA. Por Ainara Martínez Matía

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