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Revista Estudiantil Huella Teológica – Vol. 5, No. 2, pp. 95-118 – Julio/Diciembre 2023
LA TEOLOGÍA NO ES UNA CIENCIA MÁS
Apuntes sobre los tipos de teología y la teología práctica
Katherine Fiorella Ayala Laurente*
kayalalaurente@gmail.com 
THEOLOGY IS NOT JUST ONE MORE SCIENCE
Notes on the types of theology and practical theology
Aprobación del artículo: 30 de junio 2023
Recepción del artículo: 05 de mayo de 2023
* Originaria de Perú. Es estudiante del programa de Bachillerato en Ciencias Bíblicas de la 
Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL). Es de profesión médico cirujana. Actualmente 
se congrega en la Iglesia Centro Evangelístico de la denominación “Asambleas de Dios del 
Perú”.
La teología no es una ciencia más
Apuntes sobre los tipos de teología y la teología práctica
Huella Teológica – Vol. 5, No. 2, pp. 95-118 – Julio/Diciembre 2023
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Katherine Fiorella Ayala Laurente
Resumen
En el presente ensayo se hace una reflexión sobre la teología como una cien-
cia especial y la teología práctica como una disciplina teológica específica. 
Para lograr tal objetivo, en primer lugar, se hace una breve reflexión sobre las 
características que hace de la teología una disciplina o ciencia. En segundo 
lugar, se describen y analizan de forma general las diferentes áreas de la teo-
logía práctica, las cuales son las siguiente: teología bíblica, teología histórica, 
teología sistemática y teología práctica. Por último, se hace una reflexión adi-
cional sobre la función de la teología práctica, tanto en el ámbito académico 
como desde la perspectiva de la práctica pastoral cristiana. En esta última se 
plantea el compromiso que la teología práctica tiene con la elaboración de 
un discurso teológico que cuente con estrategias de acción para promover la 
justicia e inclusión social desde la experiencia de la fe cristiana.
Palabras clave: disciplina teológica, teología bíblica, teología histórica, teolo-
gía sistemática, teología práctica.
Theology is not just one more science
Notes on the types of theology and practical theology
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Katherine Fiorella Ayala Laurente
Summary
In the present essay a reflection is made on theology as a special science and 
practical theology as a specific theological discipline. In order to achieve this 
objective, first of all, a brief reflection is made on the characteristics that make 
theology a discipline or science. Secondly, the different areas of practical the-
ology are described and analyzed in a general way, which are the following: 
biblical theology, historical theology, systematic theology and practical theol-
ogy. Finally, a further reflection is made on the role of practical theology, both 
in the academic field and from the perspective of Christian pastoral practice. 
In the latter, the commitment that practical theology has with the develop-
ment of a theological discourse that has action strategies to promote justice 
and social inclusion from the experience of Christian faith is discussed.
Keywords: theological discipline, biblical theology, historical theology, sys-
tematic theology, practical theology.
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La teología no es una ciencia más
Apuntes sobre los tipos de teología y la teología práctica
Katherine Fiorella Ayala Laurente
El presente ensayo parte de la siguiente tesis: la relevancia de la teología latinoamericana de la liberación radica en que permi-tió contextualizar las imágenes de Dios que heredamos a través 
de las generaciones. Un aspecto novedoso de este enfoque teológico 
es que también abrió la posibilidad de tomar como punto de partida 
teológico el potencial creador e imaginativo de la niñez y adolescencia. 
Las reflexiones que aquí se presentan tienen como base diferentes con-
sultas y registros tomados durante procesos educativos. La intención 
es compartir con ustedes las imágenes de Dios que niños, niñas y ado-
lescentes van construyendo a partir de su formación personal, sea esta 
religiosa o no. En varios de los casos, estos imaginarios de Dios tienen 
la influencia de la teología de la liberación, la cual está muy presente en 
toda Latinoamérica y, específicamente, en Uruguay. Este enfoque teo-
lógico nos ha mostrado nuevos rostros de Dios, es decir, un Dios que 
ama y libera. Asimismo, esta teología nos ha desafiado a preguntarnos 
cómo es ese Dios en el cual creemos.
Muchas veces se ha relacionado la teología con el estudio científico 
de Dios, algo así como cuando se estudia otra disciplina científica. Esta 
forma de argumentar que la teología es una disciplina científica tiene 
dificultades metodológicas casi imposibles de superar. Si tomamos el 
ejemplo de la biología, como ciencia, se puede indicar con bastante 
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claridad que su objeto de estudio son los seres vivos, su anatomía, las 
relaciones entre ellos y su evolución. Sin embargo, en la teología esto es 
más complicado, ya que su objeto de estudio no puede definirse a tra-
vés de un ser (Dios) que no se puede descomponer en sus partes para 
estudiarlo. Por esa razón, es importante indicar las características que 
hace de la teología una disciplina científica.
Por otra parte, también hay que tomar en cuenta que la teología tie-
ne diferentes áreas de estudio, las cuales están vinculadas, sobre todo, 
a conceptos teológicos, enfoques socio-religiosos, acciones pastorales, 
métodos, etc., lo cual hace más complicado elaborar una definición 
única. Por esa razón, es importante indicar que las reflexiones que aquí 
abordamos parten de la afirmación que el objeto de estudio de la teo-
logía no es Dios, sino su manifestación o revelación en la historia hu-
mana, revelación que tiene diferentes fuentes y que, por eso mismo, se 
estudia desde diferentes áreas teológicas. En este ensayo analizaremos 
de forma breve algunos aspectos que permiten, precisamente, describir 
la teología como disciplina científica y explicar los tipos o áreas disci-
plinarias en las que está compuesta esta disciplina.
La teología como ciencia
Quiero comenzar esta reflexión indicando que, según mi propia 
percepción, la teología no es una ciencia cualquiera ni mucho menos 
una serie de pensamientos raros, sino más bien es el estudio científico 
que, desde la fe y la experiencia cristiana, intenta comprender y expli-
car la realidad social, como espacio de la manifestación de Dios, con el 
fin de dar respuestas religiosas a los desafíos que nos plantea el mundo 
actual. Por eso, la teología no se puede reducir a una definición en la 
que aparece como una disciplina científica que aparentemente tiene a 
Dios como objeto de estudio, ya que esto le ha generado un problema 
histórico, el cual está relacionado con la necesidad de intentar explicar 
constantemente quién es ese Dios al que estudia y qué significa exacta-
mente estudiarlo. Por esa razón, en el contexto académico y científico, 
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la teología siempre se ha enfrentado a la dificultad de tener que expli-
car apropiadamente por qué se considera una disciplina científica:
Durante su historia, como disciplina académica, la teología se ha 
enfrentado constantemente al debate sobre la validez de su estatus 
científico. Esto obedece a la dificultad que tiene –y ha tenido– para 
aclarar qué es lo que estudia y con qué propósito lo hace.1 
En consecuencia, la teología es una ciencia que, por un lado, busca 
aprehender a Dios para entenderlo y expresarlo, pero, al mismo tiem-
po, necesita explicar quién es y cómo es ese Dios al que estudia. Esto 
significa que la función central de la teología es explicar cómo cono-
cemos al Dios en el cual creemos y eso solamente se puede hacer a 
través de su manifestación en la historia, ya sea en la revelación bíblica, 
en la formacomo lo percibieron las primeras comunidades cristianas, 
en la forma en que se ha experimentado en las diferentes épocas de la 
historia de la iglesia, pasada del cristianismo o en la forma como las 
personas lo perciben en la realidad actual.2 
En resumen, para poder entender o para estudiar a Dios, es necesa-
rio detallar diversos enfoques o formas que permiten explicarlo, ya sea 
a través de la historia de la iglesia, de la interpretación bíblica, según 
la sistematización de sus conceptos teológicos o a través de la práctica 
cotidiana de las personas. Esto implica que la función científica de la 
teología es la de intentar explicar la revelación de Dios de diferentes 
formas, las cuales van desde la fe y espiritualidad, la tradición y la sis-
tematización de experiencias, hasta las acciones comunitarias que ge-
neran transformaciones sociales. 
Teniendo claro que la teología, como disciplina científica, se encar-
ga de estudiar a Dios a través de su revelación en la historia humana, 
1 Angel Eduardo Román-López Dollinger, “Teología, áreas de estudio y la persona 
teóloga”, en El quehacer teológico latinoamericano (San José, Costa Rica: Apuntes 
del curso CTX 106 El quehacer teológico, UBL, 2023), 16.
2 Cf. Justo L. González y Zaida Maldonado Pérez, Introducción a la teología cris-
tiana (Nashville: Abingdon Press, 2003), 7s; Román-López Dollinger, “Teología, 
áreas de estudio y la persona teóloga”, 16–18.
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también es importante indicar que, para lograr tal objetivo, ha sido 
necesario dividir esta disciplina en diferentes áreas de estudio:
En la academia y en el mundo religioso cristiano existen diferentes 
clasificaciones de la teología. La división más aceptable (…) es la 
que está formada por las siguientes áreas: teología bíblica, teología 
histórica, teología sistemática y teología práctica. Estas áreas de la 
teología tienen como punto de partida metodológico los diferentes 
procesos de reflexión y cambios de paradigma que ha experimenta-
do el cristianismo desde su emergencia y hasta la actualidad. En ese 
sentido, cabe destacar que la fe cristiana y el mismo cristianismo 
se han desarrollado –y lo siguen haciendo– en la historia humana 
como revelación (acontecimiento histórico) y como creencia (en-
señanza de la fe).3 
Sobre la base de esta clasificación general de la teología, vamos a 
concentrarnos en la teología práctica, con el fin de analizar su relevan-
cia como conocimiento científico y como experiencia pastoral.
Fuentes y áreas disciplinarias de la teología
Aunque la teología se puede analizar o explicar como una experien-
cia de fe que puede tener una persona, una comunidad o una sociedad, 
para que sea considerada una ciencia tiene que contar, como ya se in-
dicó anteriormente, con un objeto de estudio claramente definido y, 
asimismo, debe tener un sistema conceptual que permita comprender 
sus postulados científicos y, además, es necesario que cuente con un 
método fiable que permita vincular sus postulados con su objeto de 
estudio. Sobre esta base, se puede indicar que toda persona que razo-
na su fe y trata de explicarla con los instrumentos anteriores se puede 
considerar que es una persona teóloga y el producto de lo que hace es 
teología. Por esa razón, la teología no se limita al estudio especulativo 
de un Dios o de varios dioses, sino al estudio teórico y empírico de la 
3 Román-López Dollinger, “Teología, áreas de estudio y la persona teóloga”, 20.
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revelación de Dios en la historia.4 Es desde esta perspectiva, que ha 
sido necesario y para tener una mejor comprensión de su valor como 
disciplina científica, que la teología se ha clasificado en diferentes áreas 
de estudio.
Al respecto, también cabe recordar que la teología de todo el cris-
tianismo tiene diferentes fuentes, entre ellas, la más importante es la 
Biblia, por eso la teología cristiana es también teología evangélica, es 
decir, estudia el mensaje de Dios en los Evangelios, así como su impac-
to en las acciones y actitudes del cristianismo a través de la historia. En 
ese sentido, para que la teología cumpla su función científica requiere 
de la implementación de tres criterios, los cuales Karl Barth considera 
fundamentales:
La teología evangélica trabaja con tres presupuestos subordinados: 
a) El primero es el acontecimiento general de la existencia humana 
en su indisoluble dialéctica, que la teología ve confrontada con la 
automanifestación de Dios en el Evangelio. b) En segundo lugar 
se encuentra la fe particular de aquellas personas a quienes les fue 
dada y que quieren y están dispuestas a reconocer la automanifes-
tación de Dios. Ellas saben y confiesan que Dios se autentifica a sí 
mismo para todas las personas y especialmente para sus testigos es-
cogidos. e) En tercer lugar está el presupuesto general y el particu-
lar de la razón, la capacidad de percepción, de juicio y de lenguaje 
que poseen todos los hombres, y por tanto también los creyentes.5
Estos presupuestos deben estar indisolublemente ligados en la teo-
logía, de lo contrario se corre el riesgo de que el producto de la re-
flexión no pueda ser considerado teología en el sentido científico. Por 
ejemplo, si la teología estudia solamente la existencia humana y su re-
lación con Dios, puede resultar un discurso puramente especulativo, 
el cual quizá sea un tema para la filosofía. Si se estudia exclusivamente 
4 Cf. Jaime Flórez, “La teología como logos hermenéutico del Theos: aproximación 
desde su estatuto epistemológico”, Theologica Xaveriana 58, núm. 165 (el 5 de 
julio de 2008): 158–60.
5 Introducción a la teología evangélica (Salamanca: Sígueme, 2006), 25.
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a partir de la fe cristiana, el producto final puede ser un discurso apo-
logético conservador o, inclusive, hasta fundamentalista. Si se aborda 
solamente a través de la razón, el resultado puede ser un discurso tan 
mecánico y alejado de la sensibilidad humana, que no logre responder 
a las preguntas existenciales del ser humano ni a su sistema de valores 
religiosos.
Desde la perspectiva anterior, se puede comprender mejor la im-
portancia que tiene la división de la teología en diferentes tipos y áreas 
disciplinarias. Esta división contribuye a definir con mayor claridad la 
parte específica del objeto de estudio que le corresponde a cada área 
teológica. Asimismo, permite explicar la función o funciones especí-
ficas de la teología y, a la vez, le sirve de apoyo para describir desde 
diferentes perspectivas históricas y metodológicas el aporte que hace a 
la sociedad. Para abordar más de cerca lo que se ha expresado hasta el 
momento, en el siguiente apartado se describen brevemente las áreas 
tradicionales de la teología: teología bíblica, teología histórica, la teo-
logía sistemática y la teología práctica.
Teología bíblica
La teología bíblica es la encargada de estudiar sistemática, analítica 
y críticamente los textos que forman parte del libro que es el referente 
central del cristianismo: la Biblia. Para lograr tal objetivo, presta mu-
cha atención no solo al mensaje original de los textos, sino a los con-
textos históricos en los que fueron escritos, a los comentarios que se 
han sistematizado en diferentes versiones bíblicas, a las traducciones 
y los idiomas originales, a las relaciones entre las tradiciones de que 
contienen esos textos, a los estilos literarios, así como a la estructura 
que se presentan en su versión final. 
Para lograr el objetivo anterior, la teología bíblica también toma en 
cuenta el sistema de valores y significados que los textos sagrados tie-
nen para las personas cristianas. Este aspecto es fundamental, pues es 
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en es mediadas por esa interpretación que las personas depositan su fe 
en el mensaje de estos textos.6 
En consecuencia, se puede decir que la teología bíblica investiga to-
dos los sucesos y contenidos que se encuentran narrados en los libros 
de la Biblia, con el fin de comprender la dimensión histórica del men-
saje cristiano, así como para identificar las bases en que el cristianis-
mo basa sus creencias y para establecer criterios de interpretación para 
cada uno de los textos. Por ejemplo, un área disciplinaria específica de 
la teología bíblica la crítica bíblica, la cual puede dividirse en crítica 
alta y crítica baja, también conocidas como crítica histórica y crítica 
textual respectivamente. La crítica baja o textual tiene como objetivo 
estudiar minuciosamente los textos originales, con el fin de intentar 
construir lo más cercanamente posible el mensaje original, atendiendo 
a sus componentes lingüísticos y textuales. La crítica alta o histórica 
utiliza los resultados de la crítica textual, para corroborar la forma en 
que está expuesto el contenido del mensaje final del texto, atendiendo 
a la autoría, fecha en que fue escrito, unidad de su estructura literaria y 
el contenido original del mensaje, tomando en cuenta que el texto final 
es la forma como lo recibimos hasta la época actual. 
Sobre la base de los ejemplos anteriores, se puede inferir que la 
teología bíblica, como disciplina teológica, requiere de métodos espe-
cíficos para poder analizar e interpretar los textos que estudia. Estos 
métodos pueden ser hermenéuticos, exegéticos, literarios e históricos 
y, aunque en algunos momentos se cruzan entre ellos, generalmente 
cumplen una función disciplinaria específica, por lo que pueden ser 
estudiados de forma separada. Por esa razón, el estudio de los textos 
bíblicos desde la perspectiva de la teología bíblica, tiene que estar nece-
sariamente vinculado a su composición original y a su desarrollo his-
tórico. Aquí cabe recordar que, generalmente, los mensajes contenidos 
en los textos bíblicos están compuestos por narraciones, descripciones 
y discursos teológicos. Por ello, las exigencias exegéticas son muy utili-
6 Cf. Román-López Dollinger, “Teología, áreas de estudio y la persona teóloga”, 21s.
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zados en la teología bíblica, ya que ellas ayudan a ubicar las diferentes 
formas que se han tenido para interpretar la Biblia, teniendo en cuenta 
las tradiciones y costumbres del contexto en el que fue escrito el texto.
Finalmente podemos asegurar que la teología bíblica se caracteriza 
por ordenar las Escrituras de forma temática según los años de vigen-
cia, la persona o comunidad autora de los libros, las diferentes reve-
laciones realizadas cronológicamente y los mensajes teológicos que 
trasmite, lo cual también es importante, pues ayuda ubicar esos men-
sajes teológicos en épocas históricas diferenciadas y sistematizarlos en 
categorías teológicas, lo cual ya corresponde a la teología histórica y la 
teología sistemática.
Teología histórica
Otro tipo de teología o área disciplinaria de la teología es la his-
tórica, que se encarga netamente de procesos y etapas históricas del 
cristianismo y su respectiva teología en esas etapas. Por esa razón, no 
le interesan textos bíblicos específicos, sino los contenidos teológicos 
que han surgido en contextos y tiempos específicos. Estudia etapas de 
la historia de la salvación, a través de identificar y describir el impacto 
que ha tenido el mensaje cristiano en las diferentes etapas y contextos 
de la iglesia: “Por eso también se dice que la teología histórica estudia 
la historia de la iglesia, pues es a través de ella que se hace y sigue ha-
ciendo presente la revelación de Dios”.7
En algunos contextos de enseñanza teológica, la teología histórica 
también es conocida como teología dogmática o teología de la histo-
ria de las doctrinas, ya que estudia los principios religiosos cristianos 
que se han elaborado desde que inició la iglesia, con el cristianismo 
primitivo, hasta la actualidad, pero de manera más formal, es decir, 
estudiando las diversas posturas teológicas que han surgido dentro del 
cristianismo frente a un tema específico de la iglesia, poniendo aten-
7 Román-López Dollinger, 22.
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ción a los problemas que han generado la defensa o el ataque a un 
pensamiento teológico.8 
Además, esta teología esta correlacionada con la teología sistemá-
tica, ya que la teología sistemática, por dedicarse al estudio ordenado 
(sistemático) de las categorías teológicas del cristianismo, también se 
fundamenta en el pensamiento teológico que se ha ido desarrollando a 
lo largo de la historia del cristianismo y que, a la vez, ha tenido un im-
pacto diferenciado en las comunidades cristianas. Por ello, la teología 
histórica es muy importante para el conocimiento de los hechos pasa-
dos, lo cual sirven para una mejor construcción de identidad cristiana 
al día de hoy.9
En la teología histórica se ve a un Dios que se revela a través de la 
historia, ya que se toca diversos temas teológicos como la naturaleza de 
Dios, Jesús, la iglesia, la historia del cristianismo, etc. La teología his-
tórica se preocupa por estudiar pensamiento teológico de una época y 
su impacto en contextos específicos, por esa razón, puede contribuir a 
analizar críticamente esos hechos y a responder a las preguntas históri-
cas que generaron, por ejemplo: ¿Por qué tuvo un impacto muy fuerte 
la teología de la liberación en Latinoamérica en los años 1960 y 1970? 
Esta pregunta refleja claramente el objetivo de la teología histórica, ya 
que, esta área teológica, trata de indagar el por qué ocurrió con ciertas 
características un evento teológico concreto en un contexto y período 
específico.
Teología sistemática
La teología sistemática, comprendida como un área disciplinaria de 
la teología, intenta construir una base epistemológica científica de la 
teología, a partir de una experiencia mística (empírica), la cual le per-
mite interpretar y formular conceptualmente los contenidos del men-
8 Cf. Román-López Dollinger, 23.
9 Román-López Dollinger, 22–24.
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saje cristiano. Para lograr su objetivo científico, la teología sistemática 
necesita aplicar un método, como el del círculo teológico, el cual le 
permite unir la experiencia empírica con el conocimiento teórico o 
especulativo. Es en este sentido metodológico que Paul Tillich afirma 
que la teología sistemática “debe dejar de justificar su decisión tanto 
por caminos empírico-inductivos, como por caminos metafísico-de-
ductivos”.10
La teología sistemática es una teología que ordena sistemáticamen-
te los conocimientos teológicos, para estudiarlos desde la perspectiva 
de los fundamentos de la fe cristiana y desde la evolución que dichos 
conocimientos han tenido a través de la historia del cristianismo. En 
otras palabras, es una exposición de las doctrinas o dogmas del cristia-
nismo que se encuentran en forma ordenada, que son el resultado de la 
aplicación de una metodología integral y correlativa, que hace uso ade-
cuado de la Biblia, que refleja la experiencia de fe cristiana y que utiliza 
otras fuentes para presentar esos dogmas de forma sencilla y compren-
sible para que las personas creyentes puedan comprenderlos.11
Un aspecto importante de la teología sistemática, es que ofrece a 
las personas que la estudian la posibilidad de tener una síntesis de las 
categorías teológicas que representan y han representado la fe cristiana 
en la historia humana, lo cual constituye la dogmática. Sobre la base 
de esas categorías, la teología sistemática permite comprender las exi-
gencias del compromiso cristiano en la historia de lasalvación, lo cual 
constituye la ética cristiana. Esto es relevante, pues ayuda no solo a 
tener una mejor comprensión de esas categorías, sino también permite 
seguirlas construyendo y actualizando, según el pensamiento cristiano 
de cada época. Algunas categorías que estudia la teología sistemática 
son la pneumatología, soteriología, escatología, eclesiología y otras ca-
tegorías más.12 
10 Teología Sistemática I. La razón y la revelación. El ser y Dios, 3a ed., Verdad e Ima-
gen 73 (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1982), 24.
11 Román-López Dollinger, “Teología, áreas de estudio y la persona teóloga”, 24s.
12 Cf. Román-López Dollinger, 25.
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La teología sistemática en la actualidad, cuestiona la hermenéuti-
ca de las Sagradas Escrituras. Es más estructurada, para su efecto se 
basa en un método para encontrar con más claridad lógica sobre los 
hechos para comprender los datos que se revelan en las escrituras. La 
Teología sistemática es una disciplina propia de la teología cristiana, 
cuya finalidad es formular en forma coherente, ordenada y racional la 
presentación de la fe y creencias cristianas, inherentes a un sistema de 
pensamiento teológico que se desarrolla con un método, que se aplica 
tanto en lo general como en lo particular, teniendo en cuenta los textos 
sagrados de la fe, mirando el contexto, la historia, la filosofía, la ciencia, 
la ética. Anteriormente la teología sistemática se dividía en la doctrina 
de la Palabra de Dios, la doctrina de Dios, la doctrina del Hombre, la 
doctrina de Cristo, la doctrina del Espíritu Santo, la doctrina de la Re-
dención, la doctrina de la Iglesia y la doctrina de la escatología.
Además, la teología sistemática analiza la forma en que el mensaje 
bíblico es interpretado por las personas cristianas de nuestra época, lo 
cual le permite estructurar mejor los contenidos teológicos de ese men-
saje y, con ello, permite que su formulación teológica sea comprensible 
para las personas actuales. Por esa razón, la teología sistemática puede 
abordarse a partir de diversas áreas de estudio, las cuales tienen la ca-
racterística de estar interrelacionadas. Estas áreas o perspectivas disci-
plinarias de la teología sistemática son, por ejemplo, pneumatología, 
soteriología, escatología, eclesiología, etc.13
Lo expuesto hasta aquí refleja la relevancia de la teología sistemática 
y el valioso aporte que hace a la teología, en cuanto que se puede de-
sarrollar como una teología ordenada, racional, coherente, compren-
sible para la presentación de los contenidos fundamentales de la fe y 
las creencias cristianas. Lo cual ayuda a capacitar personas, ya sea al 
pastor o pastora, a los miembros de una comunidad de fe o incluso 
a cualquier persona en particular que hace teología, pues les ofrece 
un sistema ordenado de los contenidos del mensaje cristiano. Asimis-
13 Cf. Román-López Dollinger, 25.
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mo, la teología sistemática tiene la capacidad de desarrollar un pensa-
miento teológico más crítico, especialmente cuando analiza los temas 
teológicos desde una perspectiva bíblica, histórica y contextual. Esta 
característica también permite explicar detalladamente los contenidos 
del mensaje cristiano en un tiempo y contexto específico, así como la 
forma en que reaccionaron las personas cristianas frente a ese mensaje. 
Por esa razón, teología sistemática tiene mucha asociación con la teo-
logía histórica y con la teología bíblica.
Teología práctica
La teología práctica es otra área de la teología, la cual se encarga de 
estudiar y acompañar los modelos pastorales de la acción cristiana o de 
la práctica pastoral, la cual se realiza en un contexto específico y con 
determinados sujetos sociales que experimentan y viven la fe cristiana 
en ese contexto. Esta área teológica se concretiza en diferentes espacios 
de la vida de las personas, por ejemplo, en la cultura, la educación, la 
salud, la etnia, los géneros, entre otras. Como disciplina científica, la 
teología práctica comenzó a funcionar en forma de curso universitario 
en la universidad católica de Austria a principios del último cuarto del 
siglo XVIII. En su primera etapa se conoció como teología pastoral. 
Posteriormente, con su implementación en las universidades protes-
tantes europeas, adquirió el nombre de teología práctica. Muy pronto 
esta la teología práctica se instituyó formalmente como disciplina teo-
lógica en las universidades católicas y protestantes.14 
Su desarrollo disciplinario ha adquirido diferentes formas, hasta lle-
gar a su forma actual. Una forma interesante de la teología práctica es 
la que la determina como una disciplina de la reflexión crítica de las 
acciones pastorales y de la acción comunicativa del mensaje cristiano, 
14 Cf. Angel Eduardo Román-López Dollinger, “Teología Práctica y praxis eclesial”, 
en El quehacer teológico latinoamericano (San José, Costa Rica: Apuntes del curso 
El quehacer teológico, 2023), 36s.
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lo permite promover el evangelio de la liberación y transformación. En 
cuanto a la práctica pastoral, la teología práctica la estudia a partir de 
las acciones que emprenden los grupos cristianos comprometidos en 
los movimientos sociales, las comunidades de fe y la iglesia oficial. Los 
contextos de acción de la práctica pastoral o, mejor dicho, las áreas de 
estudio la teología práctica, son: la pedagogía de la fe, la homilética, la 
liturgia, el acompañamiento pastoral dirigido a persona y grupos, etc. 
En todo caso, el estudio de la teología práctica implica que, a través de 
sus áreas disciplinarias, la iglesia y el cristianismo en general se com-
prometen a trabajar en la construcción de la paz, la justicia, la dignidad 
de las personas, así como en el respeto y la preservación de la naturale-
za, entendida como parte de la creación de Dios.15
Reflexiones particulares sobre la teología práctica
La teología práctica parte de cuatro aspectos esenciales. El primero, 
es en el que se define como una ciencia teológica que analiza la práctica 
cristiana con la suficiente madurez científica, de forma autónoma y, 
además, que está abierta al diálogo. El segundo, es donde desarrolla un 
mensaje teológico de las buenas nuevas orientado a la transformación 
de la vida y la sociedad, para lo cual también toma como referente el 
testimonio de Jesús, transformándolo en un discurso teológico libera-
dor. El tercero, se refiere a la praxis cristiana como objeto específico de 
su reflexión, es decir, estudia la forma en que las personas cristianas 
se sensibilizan y comprometen con una práctica pastoral, la cual no se 
queda solamente a nivel eclesial, sino que trasciende a la sociedad, con 
un sentido humanístico, pero con una preparación previa, ya sea en la 
pedagogía cristiana, la predicación, la liturgia, la asistencia pastoral, 
en la misión de la iglesia y su historia, etc. Finamente, el cuarto aspec-
to, se refiere básicamente a su dimensión política, la cual se refleja en 
el pleno compromiso con las luchas sociales que emprenden los gru-
pos organizados de la sociedad. Luchas que están orientadas a superar 
15 Cf. Román-López Dollinger, “Apuntes sobre teología y la persona teóloga”, 25s.
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las desigualdades e injusticias, con el fin que, desde la fe y la práctica 
cristiana, la teología pueda hacer una contribución en los procesos de 
construcción de un mundo mejor, un mundo de paz y de respeto/cui-
dado de la creación.16
Como constructo histórico y disciplinario, la teología práctica se 
puede dividir en tres períodos teológicos: 1) ciencia sacerdotal, 2) ac-
ción eclesial y 3) praxis de liberación. Como ciencia sacerdotalla teo-
logía práctica, surgió en medio de conflictos políticos entre la iglesia 
y el estado en el último cuarto del siglo XVIII. Con el fin de regular la 
formación teológica, el estado se encargó de evaluar los contenidos y 
procesos de enseñanza, con lo cual apartó a la iglesia de esa función. 
Es así como comienza a funcionar la teología práctica. En esta prime-
ra etapa se consolida en las universidades con la consigna estatal de 
dedicarse a la formación profesional de pastores y sacerdotes con res-
ponsabilidad civil, donde las normas teológicas eran controladas por el 
estado, reflejando así un vínculo estrecho entre teología y estado. Por 
eso, esta etapa se conoce la teología práctica como ciencia sacerdotal:
Algunas características de esta forma de teología práctica son las 
siguientes: es un programa de estudios práctico para pastores o sa-
cerdotes, compuesto por normas canónicas controladas por el es-
tado; reflejaba un vínculo estrecho entre la iglesia y el estado; la in-
fluencia del estado en los programas de estudio estaba orientada a 
formar buenos cristianos, pero, sobre todo, ciudadanos obedientes; 
se constituyó en una educación fundamentalmente clerical, ya que 
el pastor o sacerdote era la persona responsable de representar a la 
16 Cf. Martin Hoffmann, “Fuentes de la Teología Práctica: Escritura, tradición, ex-
periencia y praxis”, en Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña. Fundamen-
tos teóricos, ed. Angel Eduardo Román-López Dollinger (San José, Costa Rica: 
SEBILA, 2022), 106; También se sugiere consultar el aporte de: Angel Eduardo 
Román-López Dollinger, “La teología práctica como constructo histórico. Ha-
cia una teología práctica con identidad latinoamericana y caribeña”, en Teología 
Práctica Latinoamericana y Caribeña. Fundamentos teóricos, ed. Angel Eduardo 
Román-López Dollinger (San José, Costa Rica: SEBILA, 2022), 26–28.
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iglesia y al estado; por el control que ejerce el estado sobre ella, se 
consolida como una disciplina eminentemente nacionalista.17
La otra etapa en la historia de la teología práctica es cuando se desa-
rrolla como acción eclesial, cuyo objetivo es estudiar la práctica pasto-
ral de la iglesia desde la perspectiva de los postulados teológicos de la 
iglesia en su historia y en el presente. Se trata de un intento de formar 
personas del clero o laicas, para que coordinen y apliquen las líneas 
pastorales de la iglesia. Se trata de que la teología práctica permita que 
la iglesia se tenga personas formadas para el trabajo pastoral y para la 
autoconstrucción de la vida eclesial: 
La teología práctica como acción eclesial surge a mediados del siglo 
XIX, gracias a la influencia de la escuela de Tubinga. Su objetivo 
fue desarrollar una eclesiología más precisa e integral, pero sin re-
ducirla solamente a lo práctico, pues la relevancia de las acciones 
de la iglesia tiene sentido cuando está orientada a su autoconfi-
guración en su presencia escatológica. Para lograr ese objetivo, la 
teología práctica analiza las acciones de la iglesia desde su pasado, 
estudiado por la teología histórica y la teología bíblica, desde su 
presente, estudiado por la teología sistemática y la ética, y desde su 
autoconstrucción presente y futura, tarea más precisa de la teología 
práctica.18
En consecuencia, esta forma de teología práctica, permite darle una 
identidad eclesial al ministerio cristiano, visibilizada con más énfasis 
en la práctica pastoral de la iglesia y no tanto en los dogmas. Por esa 
razón, la teología práctica puede considerarse como “una teología mi-
sionera y testimonial que se preocupa por la vida humana corporativa 
(iglesia)”.19
La siguiente etapa de la teología práctica es la que se denomina pra-
xis de liberación. Esta etapa inicia simbólicamente con la propuesta 
pastoral que surgió de las reflexiones teológicas realizadas en el Con-
17 Román-López Dollinger, “Teología, áreas de estudio y la persona teóloga”, 26s.
18 Román-López Dollinger, 27.
19 Román-López Dollinger, 27.
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cilio Vaticano II. Estas reflexiones también permitieron reconocer el 
compromiso político de las personas cristianas como una ética cristia-
na responsable y coherente con el ministerio y mensaje del Jesús de los 
evangelios: 
Esto se logra gracias a comprender la acción pastoral como un 
proceso teórico-práctico que, por su complejidad, requiere ser re-
flexionado desde las diferentes realidades humanas de injusticia y, 
por supuesto, desde la responsabilidad que el cristianismo tiene 
frente a esas realidades. Es así como la teología práctica no solo se 
consolidó como un instrumento de formación académica orienta-
do a la praxis humana de liberación, sino también incorporó en su 
reflexión la realidad política y las experiencias de los grupos cristia-
nos de base, asimismo, se apropió de un lenguaje teológico crítico 
y científico.20
A partir de este enfoque, la teología práctica sirvió de instrumento 
para estudiar las acciones cristianas desde el compromiso teológico y 
pastoral de la comunidad de fe, lo cual significó fortalecer no solo los 
aspectos teóricos que acompañan a esta disciplina, sino, sobre todo, 
los aspectos prácticos que se reflejan en la pastoral o práctica cristiana:
En consecuencia, algunas de las características básicas de esta for-
ma de teología práctica son: más que una forma correcta de pensar 
(ortodoxia), busca ser una forma efectiva de actuar (ortopraxis); es 
la actualización solidaria de la praxis de Jesús a partir de su misión 
profética (martyría), servicio liberador (diakonía), vida comunita-
ria (koinonía) y vida sacramental (leiturgía); es teología de la acción 
hecha por la iglesia y en solidaridad con las personas empobrecidas; 
está al servicio del reino de Dios que anunció el Jesús histórico, tan-
to en su dimensión histórica, como en su expresión sacramental.21
Como podemos observar, la teología práctica va más allá del análi-
sis teológico de la práctica cristiana, pues combina aspectos dogmáti-
cos, históricos y bíblicos, los cuales forman parte de la tradición cris-
20 Román-López Dollinger, 27s.
21 Román-López Dollinger, 28.
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tiana, con aspectos vinculados al ejercicio científico y con los que están 
relacionados con la práctica cristiana actual. Esa función de la teología 
práctica es la que ha permitido que algunas personas teólogas la defi-
nan o conceptualicen de la siguiente forma:
La teología práctica es la combinación de los principios de la tradi-
ción-trasmisión cristiana con los saberes que provee la experiencia 
científica (teórica) actual. Esta combinación refleja la responsabili-
dad que tiene la teología práctica con la configuración histórica de 
la iglesia y con la vida comunitaria de las comunidades cristianas. 
(…)
Esta definición es muy importante, porque ayuda a comprender 
el doble compromiso de la teología práctica: 1) Es una disciplina 
teológica sistemática, cuyo objetivo es conectar teóricamente los 
principios y prácticas de la tradición cristiana con las experiencias 
humanas (cristianas) actuales. 2) Su responsabilidad por la confi-
guración histórica de la iglesia la ubica más en el plano de la praxis 
que en el de la teoría y es lo que la diferencia de las otras disciplinas 
teológicas.22
La teología práctica debe reflejar estas circunstancias como condi-
ciones y desafíos de la acción eclesial y de la vida religiosa, ya que esto 
influye en la transformación social, lo cual no sólo se da por parte de 
los miembros congregantes de una iglesia, sino por el mismo servicio 
pastoral o sacerdotal que traspasa los muros eclesiales, ya que el cla-
mor por la justicia, la igualdad y la libertad en todo el mundo no es 
una necesidad individual oparticular de la comunidad de fe, sino un 
desafío mundial al que la iglesia y la teología también deben ofrecer 
una respuesta asertiva.
Asimismo, es importante acotar el valioso aporte que la teología 
práctica, como praxis de liberación, hace a la teología, pues es el medio 
a través del cual la teología no se limita a un concepto teórico, técnico 
y preestablecido, sino en que se abre a la práctica pastoral efectiva del 
cristianismo. Esta práctica tiene que ver con la formación integral de 
22 Román-López Dollinger, “Teología Práctica y praxis eclesial”, 39.
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las personas con liderazgo oficial en una comunidad (pastor, pastora o 
sacerdote), del cuerpo administrativo (diáconos), de las personas laicas 
con liderazgo comunitario y de las personas laicas que se congregan. 
Por ejemplo, en el caso de las personas que participan en la pastoral de 
educación cristiana en una congregación, la capacitación, a través de la 
teología práctica, les permite fortalecer sus capacidades docentes y teo-
lógicas, lo que, a la vez, les permite llevar un mensaje coherente con el 
compromiso que las personas cristianas deben adquirir en la sociedad, 
para contribuir a la vivencia justa e inclusiva.
Por otro lado, la teología práctica es una forma de reflexionar so-
bre la aplicación concreta de los postulados de la fe cristiana, lo cual 
le permite no limitarse a la vida “espiritual” individual de las perso-
nas, lo cual también es importante, sino también reflexionar sobre la 
relación que, a través de su vida espiritual, esas personas tienen con 
su entorno, lo cual se refleja en sus relaciones con las personas de la 
comunidad, fuera de la comunidad y, por supuesto, con la naturaleza. 
En otras palabras, la teología práctica nos ayuda a vincularnos con lo 
que tradicionalmente conocemos como secular o mundano, lo cual no 
es necesariamente negativo, como muchas veces nos hacen creer en 
los contextos religiosos, sino se trata del mundo en el que las personas 
cristianas debemos poner en práctica nuestra fe a través del servicio y 
del acompañamiento pastoral.
Para hacer más eficiente la práctica pastoral de una comunidad de 
fe o de una organización social basada en la fe, la teología práctica se 
apoya en las capacidades profesionales o prácticas de otras personas 
que forman parte de la comunidad u organización. Por ejemplo, si al-
guien es especialista o tiene conocimientos en el campo de la gestión o 
administración de proyectos, puede contribuir a reflexionar teológica-
mente la pastoral cristiana desde esa perspectiva profesional. En efecto, 
este conocimiento también puede ser utilizado como una herramienta 
para elaborar, junto a la comunidad, ciertas estrategias de trabajo que 
permitan hacer el trabajo pastoral más efectivo. Desde esta perspectiva 
de la acción pastoral, lo secular o mundano no contradice lo espiritual, 
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sino que ambos se integran y benefician. En términos sencillos, esto es 
la teología práctica: una teología que se está desarrollando constante-
mente a partir de las experiencias sociales humanas (práctica pastoral) 
y de su reflexión desde la fe o espiritualidad cristiana (teología o teoría 
teológica).
Para cerrar estas reflexiones sobre la teología práctica, es importan-
te recordar un postulado de la teología de la liberación, refiriéndose a 
la función práctica de la teología y a su responsabilidad con las perso-
nas en la sociedad: la teología debe asumir su responsabilidad y opción 
preferencial por el sujeto pobre. Ahora bien, la interpretación social y 
teológica del sujeto pobre ha cambiado mucho y, actualmente, no se 
refiere solamente a la persona que no tiene los recursos económicos 
para vivir dignamente, aunque este aspecto sigue siendo central en di-
cha interpretación. El sujeto pobre se comprende mejor como la perso-
na o el grupo de personas que por su condición física, mental, econó-
mica, social, cultural, religiosa, de género, geográfica o cualquier otra 
característica, se encuentra en situación de vulnerabilidad y exclusión 
social. Esto es importante, porque a la teología práctica le corresponde 
precisamente comprometerse y solidarizarse, como lo hizo Jesús en su 
tiempo, con estas personas vulnerables y excluidas, con el fin que lo-
gren recuperar la dignidad que la sociedad les ha arrebatado.
Entre las estrategias prácticas y discursivas de Jesús, caben mencio-
nar como importantes para la teología práctica, las enseñanzas comu-
nitarias, las parábolas orientadas a hacer lo “moralmente correcto”, la 
motivación para tomar decisiones acertadas, vivir en armonía con las 
otras personas y con la naturaleza, así como practicar la paz y justicia 
en el entorno inmediato, con el fin que se reproduzca fuera de ese en-
torno.
Una forma de trabajar el compromiso y solidaridad con las perso-
nas empobrecidas de nuestros contextos sociales y religiosos, es evitar 
el desprecio o estigmatizar a las personas por su situación de vulne-
rabilidad y exclusión social. En este contexto, a la teología práctica le 
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corresponde preguntarse: ¿Cómo se puede generar un discurso teo-
lógico que atraviese lo espiritual y lo práctico, para que sea realmen-
te un mensaje vivo y que de vida en abundancia? La construcción de 
este discurso teológico y pastoral es una tarea constante de la teología 
práctica y es lo que nos hace reflexionar sobre nuestra función como 
personas teólogas y, sobre todo, como personas cristianas que tratamos 
de llevar a la práctica nuestra fe en el Jesús de los evangelios. 
Conclusión
La teología tiene una conceptualización basada en la experiencia de 
fe de una persona, de una comunidad, de una organización cristiana 
o de una institución eclesial. Por esa razón, no se trata de una ciencia 
más, sino de una ciencia integral, la cual incluye la experiencia mística 
y práctica de los seres humanos, a partir de la forma como compren-
den y practican su fe en Dios. Esto implica que la teología, como cien-
cia, y la teología práctica, como disciplina específica de la teología, no 
buscan estudiar a Dios en el sentido tradicional, es decir, Dios no es su 
objeto de estudio. Más bien, la teología estudia la manifestación o reve-
lación de Dios en la historia humana y esa revelación es, precisamente, 
el objeto de estudio de la teología. Asimismo, la revelación de Dios 
está compuesta por textos (bíblicos y teológicos), por interpretaciones 
(bíblicas y teológicas) y, sobre todo por prácticas (pastorales o comu-
nitarias). A la teología práctica le corresponde estudiar las prácticas 
cristianas, pero, sin perder de vista los textos bíblicos y/o teológicos, 
así como su interpretación pasada y presente, con el fin de desarrollar 
estrategias orientadas a practicar el compromiso solidario con el pró-
jimo, lo cual conduce a la teología y al cristianismo a ser un referente 
coherente del ministerio de Jesús. 
Sobre la base de lo anterior, es que se comprende la importancia y 
necesidad que el cristianismo ha tenido por sistematizar su teología y 
clasificarla en diferentes posturas teológicas y en diferentes pastorales 
y tradiciones cristianas. En este contexto, y para delimitar con mayor 
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propiedad su objeto de estudio, la teología ha tenido diversas clasifica-
ciones, entre las que destacan dividirlas en las siguientes disciplinas: 
teología bíblica, teología histórica, teología sistemática y teología prác-
tica.
La teología bíblica se dedica a estudiar los textos bíblicos, entendidos 
como la fuente original de la fe cristiana, para lo cual emplea diferen-
tes métodos exegéticos y hermenéuticos. La teología históricaestudia 
los eventos cristianos ocurridos en la iglesia, desde la iglesia primitiva 
hasta la iglesia del presente, con el fin de comprender el impacto de la 
fe cristiana en esas etapas, pero, sobre todo, para comprender por qué 
y cómo es el cristianismo actual. Por su parte, la teología sistemática se 
encarga de trabajar los contenidos teóricos de la fe cristiana, los cuales 
los organiza y estructura de acuerdo al papel que tienen en el mensa-
je cristiano, por esa razón, utiliza grandes líneas conceptuales como 
pneumatología, soteriología, cristología, etc. Por último, la teología 
práctica se encarga básicamente de estudiar la práctica pastoral del 
cristianismo y de desarrollar estrategias teológicas y pastorales, para 
que esa práctica se constituya en un medio de compromiso y solidari-
dad con todas las personas del mundo y con el medio ambiente.
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