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KOBIE (Serie Anejos). Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º 6 (vol. 1), pp. 203 a 216, año 2004. ISSN 0214-7971 Web http://www.bizkaia.eus/kobie LA ADOPCIÓN DE LA ECONOMÍA DE PRODUCCIÓN: LA APORTACIÓN DE LA ARQUEOBOTÁNICA The adoption of farming: Archaeobotanical data RESUMEN Mª José Iriarte (*) Lydia Zapata (*) El inicio de la aplicación de la arqueobotánica en Euskal Herria tiene lugar en la década de los años 50 pero no será hasta la década de los 80/90 cuando se generalice. A partir de la década de los 90 comienza de un modo más intensivo su utilización en depósitos holocenos, fundamentalmente arqueológicos, obteniéndose interesan- tes aportaciones sobre la evolución del paisaje vegetal y sobre la adopción de la economía de producción. Los primeros cultivos cerealistas se documentan en la costa desde al menos el VI milenio BP a la vez que se obser- va una progresiva antropización del paisaje. En este trabajo se expone la información disponible sobre estos temas así como las nuevas líneas de investigación originadas. Palabras clave: Paleobotánica, Agricultura, Neolítico, Holoceno, Antropización. SUMMARY First archaeobotanical analyses in the Basque Country were carried out during the 50s but it is not until the 80/90s that they spread. From the 90s they become general in Holocene deposits, particularly archaeological ones, which provide interesting contributions on past vegetal landscape and on the adoption of farming. First cereal crops are documented on the coast from at least the Vlth rnillenium BP along with a progressive human impact on the landscape. This work reviews the available information on these issues and on the new research subjects. Key words: Palaeobotany, Agriculture, Neolithic, Holocene, Anthropization. LABURPENA Euskal Herriko lehenengo analisi arkeobotanikoak 50 hamarkadakoak dira baina 80/90 hamarkadetara arte ez dira ohiko bihurtuko. 90 hamarkadatik aurrera haien erabilpena zabaldu zen depositu holozenoetan, batez ere arkeologikoetan, landare paisaiari eta produkzio ekonomiaren hasierari dagokienean emaitza interesgarriak lortuz. Lehenengo zerealak gutxienez VI. milurtekotik egiaztatzen dira kostaldean. Honekin hatera, paisaiaren jarraikako antropizazioa ikusten da. Lan honetan datu erabilgarriak eta sortutako ikerketa ildo berriak azaltzen dira. Gako-hitzak: Paleobotanika, Nekazaritza, Neolito Aroa, Holozenoa, Antropizazioa. * Grupo de Investigación (9/UPV 155.130-14570/2002). Área de Prehistoria. Dpto. Geografía, Prehistoria y Arqueología UPV/EHU. Apdo. 2111. 01006 Vitoria-Gasteiz E-mail: fgpirchm@vc.ehu.es http://www.bizkaia.eus/kobie 204 M.' JOSE IRIARTE-LYDIA ZAPATA l. BREVE RESEÑA IDSTÓRICA DE LA ARQUEOBOTÁNICA EN EUSKAL HERRIA La aplicación de los estudios arqueobotánicos en yacimientos de Euskal Herria se remonta a la década de los años 50. En este período se realizan el estudio palinológico de los niveles pleistocénicos de la cueva de Isturitz (Isturitz, Baja Navarra)1 y el estudio carpo- lógico de parte del material recuperado en el poblado de la Edad del Hierro de Alto de la Cruz (Cortes, Navarra). Durante las dos siguientes décadas los estudios palinológicos se concentran en secuencias, tanto de origen antrópico como no, del País Vasco Continental (Secuencia litoral de Biarritz y yacimien- to arqueológico de Duruthy) mientras que dentro de la analítica carpológica se continúa con el estudio del poblado de Alto de la Cruz y se añade el de Castillo de Henayo (Alegría, Alava). A partir de 1980, se produce un considerable aumento de la aplicación de este tipo de estudios. En un primer momento, década de los 80, el incremento de los análisis arqueobotánicos se basa en el aumen- to de análisis paliqológicos. Fundamentalmente se aplican sobre yacimientos en cueva, con niveles estratigráficos correspondientes al final del Pleistoce- no y Tardiglaciar (Amalda, Ekain y Erralla - Gipuz- koa-; Abauntz, Berroberria, La Peña y Zatoya -Navarra-). Por su parte, la escasa información exis- tente sobre el Holoceno proviene sobre todo de los niveles superiores de algunas de las secuencias ya mencionadas (Amalda, Abauntz, Zatoya y La Peña). Al final de esta década, esta carencia de información sobre el Holoceno se ve reducida tras los estudios realizados sobre depósitos de origen no antrópico (lago de Arreo -Álava-; turbera de Saldropo -Biz- kaia-; marisma de Inurritza -Gipuzkoa-; turberas de Atxuri y Be late -Navarra-), así como por el. inicio de la aplicación de la Palinología en secuencias arqueo- lógicas holocénicas (Mulisko Gaina y Herriko Barra -Gipuzkoa-). Respecto al estudio de macrorrestos se continúa con el estudio del Alto de la Cruz y se tra- baja también con materiales de La Hoya (Laguardia, Ala va). Será a finales del siglo XX cuando en el País Vasco se desarrolla un mayor número de estudios arqueobo- tánicos a la vez que se van consolidando los laborato- rios en los que poder realizar los análisis (Sociedad de Ciencias Aranzadi, Área de Prehistória de la Universi- dad del País Vasco, Museo Arqueológico Etnográfico e Histórico Vasco). De este modo, el volumen de Remitimos al lector al Anexo 1 para consultar las reseñas biblio- gráficas de los estudios arqueobotánicos mencionados en el texto. información disponible tanto sobre el Pleistoceno como el Holoceno va creciendo considerablemente (Mapa 1), permitiendo tener un mayor conocimiento sobre la evolución vegetal del paisaje durante el Cua- ternario. Además, un aspecto a destacar es el desarro- llo que conocen la Carpología y Antracología, disci- plinas que hasta este momento se habían utilizado poco (Carpología) o nada (Antracología). Este incre- mento cuantitativo y cualitativo permite diversificar el tipo de información obtenida de estos análisis, ampliando las líneas de investigación: evolución del paisaje vegetal y del clima a lo largo del Cuaternario; la antropización del paisaje; la adopción de la agricul- tura y el desarrollo de las prácticas agrarias; recursos vegetales alimentarios; empleo de vegetales como materia prima para diferentes usos económicos; evolu- ción de las distintas especies vegetales; introducción de especies alóctonas a nuestro entorno; etc. 2. EL PAISAJE VEGETAL El ámbito cronológico del presente texto se centra en el Óptimo Climático, período del Holoceno carac- terizado por unas excelentes condiciones climáticas, durante el que tiene lugar la adopción de la economía de producción por parte del Ser Humano. Tras la conclusión del último glaciar, el clima evoluciona progresivamente hacia una neta mejoría que conlleva una recuperación del bosque dentro del paisaje vegetal. De hecho, el elemento definitorio del Holoceno es la progresiva expansión del bosque caducifolio. En esta colonización del espacio por parte de las masas boscosas, iniciada durante el Tar- diglaciar, el papel jugado por las diferentes especies arbóreas ha ido variando. Ya en los coletazos finales de la última glaciación, Pinus y Betula son importan- tes elementos pioneros en el inicio de la expansión arbórea, colonizando los espacios abiertos en los pri- meros momentos de ll;l recuperación climática. Rápi- damente, taxones caducifolios como Corylus y Quer- cus robur tp., les sustituirán en este cometido. , Esta expansión arbórea alcanza su clímax en el Optimo Climático, período en el que se registran las condiciones idóneas para ello: aumento de la hume- dad y de la temperatura media anual 2 o 3° c por encima de la actual. Es en este momento cuando el bosque caducifolio alcanza su máxima representa- ción y se detecta la propagación de las especies arbó- reas integrantes del robledal mixto, variedad de bos- que caducifolio dominante aunque, como es lógico, dependiendo del área geográfica, existirán variacio- nes en el grado de representación de los diferentes KOBIE (Serie Anejos n,º 6. Vol. I), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz LA ADOPCIÓN DE LAECONOMÍA DE PRODUCCIÓN: LA APORTACIÓN DE LA ARQUEOBOTÁNICA 205 1 m.s.n.m. 1400 . 800 400 o Mapa 1. Localización de los yacimientos con estudios paleobotánicos. taxones caducifolios: Quercus robur tp., Corylus, Tilia, Fraxinus, U/mus, etc. Una característica común a la mayoría de los depósitos analizados es la importancia de Corylus y Quercus t. robur dentro del estrato arbóreo, fenóme- no registrado ya desde los niveles epipaleolíticos de Ekain, Urtiaga, Arenaza y Pareko Landa. En ocasio- nes el predominio del avellano sobre el roble es neto, pero en secuencias no afectadas por las interferencias humanas la codominancia de estos taxones, principa- les representantes del bosque caducifolio, es lo más usual. En nuestro territorio, el tilo (Tilia) está presente desde el 10.000 BP2, manifestando una presencia esporádica en los depósitos de Ekain, Playaundi - estuario del Bidasoa-, Herriko Barra, Saldropo, Kan- panoste Goikoa y Peña Larga, y una representación 2 Todas las referencias cronológicas están sin calibrar. KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. I), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz más continuada en Arnalda, La Cabaña 4, Ilso Betaio y en la estación dolménica de Ataun-Burunda. El fresno mantiene una presencia esporádica que en el caso del estuario del Bidasoa tiene lugar desde el 7.810 BP, mientras que en la turbera de Saldropo, ésta se produce con posterioridad de 3.500 BP. Su madera se utiliza como combustible en Kobeaga Il c 7 .690 y en Mendandia c 7 .200 BP. Igualmente su polen está presente en el asentamiento neolítico al aire libre de Herriko Barra, en el poblado calcolítico de Ilso Betaio y asimismo en el nivel calcolítico de la cueva de Urtia- ga. Este carácter puntual de representación se encuen- tra en el caso del olmo y castaño. En el primer caso, encontramos este taxon desde el Tardiglaciar (Arenaza I) hasta la Edad del Hierro (La Hoya e Intxur). La pre- sencia del castaño se restringe al yacimiento de Herri- ko Barra y la turbera de Saldropo desde el 6.000 BP. Otro tipo de bosque que se desarrolla a lo largo del Holoceno es el hayedo. El haya (Fagus) está pre- 206 M.' JOSE IRIARTE-LYDIA ZAPATA sente en la vertiente atlántica al menos desde el Mag- daleniense. Durante el Holoceno, en el área litoral es donde se registran las dataciones más antiguas (Pare- ko Landa -con anterioridad al 8.000 BP-; Estuario Bidasoa -7.800 BP-, Kobeaga II c 7600-7000 BP) mientras que hacia el interior, en Mendandia se utili- za su madera como combustible c 7200 BP. En los valles atlánticos, se detecta en el norte de Navarra hacia el 6.600 BP (Belate), en el área del Gorbea con anterioridad al 5.600 BP (Saldropo) y en Karrantza en niveles adscritos al Neolítico (dólmenes de La Cabaña 4 y La Boheriza 2) y al Calcolítico (Ilso Betaio). Será en torno al 3.000 BP cuando en algunos registros polínicos experimente un mayor desarrollo (Saldropo, Belate, Atxuri). El bosque de ribera está presente en mayor o en menor medida en todos los análisis, siendo su princi- pal componente el aliso -Alnus- (sus valores porcen- tuales pueden variar bastante dependiendo del depó- sito), acompañado generalmente por el sauce -Salix- con mucha menor representación y de aparición dis- continua (Arenaza I, Urtiaga, Pareko Landa, Herriko Barra, Pico Ramos, Ilso Betaio, Kanpanoste Goikoa), aunque en la turbera de Saldropo entre el 5.630 y el 3.590 la reaparición de este taxon llega a alcanzar, de un modo puntual, el 30%. Respecto a taxones xerófilos como Quercus ilex tp., su representación varía en función a la vertiente en la que se localice el depósito. En la vertiente atlán- tica, ésta es más puntual (Arenaza I y Urtiaga) y se relaciona con el carácter esclerófilo de este taxon aso- ciado a las áreas de solana de los macizos calizos, pobres en suelo pero bien drenados. Sin embargo, en la vertiente mediterránea su representación cambia. Debemos indicar que por el momento el número de estudios arqueobotánicos de este área, y en concreto del ámbito cronológico en el que se centra la presen- te exposición, no es muy amplio, por lo que la mayor parte de la información disponible corresponde a yacimientos de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro. En estos registros el encinar-coscojar junto a las cupresáceas son los principales componentes del estrato arbóreo, el cual evidencia un importante grado de antropización del paisaje que afecta a la represen- tación de estos taxones característicos del paisaje mediterráneo. Junto a las características mencionadas del paisa- je vegetal a lo largo de la primera mitad del Holoce- no, otro elemento distintivo del Óptimo Climático es la antropización del paisaje. Durante este período tiene lugar la adopción de la economía de producción por parte del Ser Humano. La neolitización supuso un cambio trascendente en la actividad económica humana y asimismo, determinante para la evolución cultural y paisajística. El cambio de una economía predadora a una economía de producción (agricultura y ganadería) implica un nuevo tipo de relación entre el Ser Humano y el medio ambiente en el que vive. A partir de este momento, en la evolución del paisaje vegetal junto a las condiciones climáticas, orográfi- cas, etc., influirá la presión antrópica generada por las nuevas condiciones económicas (necesidad de espa- cios abiertos para las prácticas agrícolas y ganaderas; necesidad de materia prima: combustible, material de construcción; etc.). Esta incidencia del factor humano se aprecia en diferentes aspectos de la evolución vegetal: retroceso de la masa arbórea; aumento para- lelo de aquellos taxones herbáceos y arbustivos característicos de las diferentes etapas de degradación del bosque maduro; desarrollo de taxones ruderales y nitrófilos; introducción de especies alóctonas a nues- tro entorno; etc. 3. AGRICULTURA Y GANADERÍA Un tema importante sobre el que la Arqueobotáni- ca aporta una interesante información, es el del pro- ceso de adopción de la agricultura en Euskal Herria. El avance acaecido en la investigación de macro y microrrestos vegetales recuperados, tanto de contex- tos arqueológicos como de depósitos de origen no antrópico, en las últimas décadas, ha permitido obte- ner una visión del desarrollo de esta actividad econó- mica en nuestro territorio en el que se ponen de mani- fiesto diferentes aspectos algunos de los cuales no concuerdan con teorías previas. En primer lugar, en ambas vertientes de Euskal Herria se constata, que el proceso de antropización tiene lugar desde las primeras etapas del Neolítico y que se irá intensificando en los periodos culturales posteriores (Calcolítico, Edad del Bronce), culminan- do en la Edad del Hierro donde en todas las secuen- cias estudiadas el grado de deterioro del paisaje vege- tal por parte humana, es muy importante y queda ple- namente reflejada en todo tipo de depósitos (Intxur, Buruntza, Kosnoaga, Berreaga, San Miguel de Atxa, La Hoya, Sansol, El Castillar, turberas de Saldropo, Belate y Atxuri, y el estuario del Bidasoa). Igualmente, desde el Neolítico, la práctica de la Agricultura está atestiguada en ambas vertientes de Euskal Herria (Mapa 2). El hecho más llamativo es que los registros arqueobotánicos de prácticas agríco- las (polen y semillas de cereal) no presentan un des- fase cronológico entre los depósitos de la vertiente mediterránea y los de la atlántica, existiendo gran similitud entre las dataciones obtenidas (Tabla 1). KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol.!), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz LA ADOPCIÓN DE LA ECONOMÍA DE PRODUCCIÓN: LA APORTAOÓN DE LA ARQUEOBOT ÁNICA 207 Yacimiento Dataciones 14C BP Herriko Barra 5960 ± 95; 6010 ± 90 Los Cascaios 6185 + 75 BP Los Husos 1 Entre 6.130 ± 60 v 5.810 ± 60 Kobaederra 5.630 ± 100 Nivel IV 5.375 + 90 Pico Ramos 5370 ± 40 Nivel 4 Pico Ramos 4.790 ± 110 a 4.100 ± 110 Nivel 3 Lumentxa 5180 + 70 liso Betaio Calcolítico3Saldropo anterior a 3.590 Tabla l. Yacimientos neolítico-calcolfticos con presencia de cereal m.s.n.m. ~::º 400 o Mapa 2. Yacimientos neolftico-calcolíticos con presencia de cereal. 3 Las dataciones de Carbono "C resultaron aberrantes. Material para la datación 14C Restos óseos Restos humanos Restos óseos Carbón Cebada (semilla) Cebada (semilla) Restos humanos Carbón Carbón Carbón KOBIE (Serie Anejos o.° 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. DI. J. M.' Apellániz Tipo de resto Polen de cereal Hordeum vulfwre (cebada) Polen de cereal Hordeum vulgare (cebada) Triticum dicoccum ( ezkandia) Hordeum vulgare (cebada) Polen de cereal Hordeum vulJwre (cebada) Polen de cereal Polen de cereal 208 M.' JOSE IRIARTE-LYDIA ZAPATA Al observar los datos arqueobotánicos disponi- bles, se constata que las fuentes literarias (y por con- siguiente, las lecturas lineales de las mismas) no son fiables en su caracterización económica y cultural de los pueblos indígenas de la vertiente cantábrica de Euskal Herria. Ya desde los inicios de la Prehistoria con cerámica la interferencia del Ser Humano en su medio ambiente fue determinante y cuando llegaron los romanos a este territorio se encontraron una población con una economía productora plenamente desarrollada a ambos lados de la divisoria de aguas, la cual ya se practicaba, al menos, desde el comienzo del cuarto milenio a.c. En los análisis arqueobotánicos resulta difícil poder establecer con certitud la existencia o no de acti- vidades directas relacionadas con las prácticas ganade- ras, dado que los taxones herbáceos que suelen confor- mar los pastos para el ganado son elementos propios de las últimas etapas de degradación del bosque madu- ro. Sin embargo, de un modo indirecto sí se pueden detectar procesos de nitrificación del suelo (aparición de taxones herbáceos propios de suelos nitrófilos) aso- ciados a la existencia de animales domésticos. 4. CULTIVOS Y PRÁCTICAS AGRARIAS EN EL NEOLITICO VASCO Focos de origen de los cultivos neolíticos vascos Los principales cultivos prehistóricos que cono- cemos son cereales y leguminosas, plantas originarias de Oriente Próximo y de Asia central y, por lo tanto, exóticas en Europa occidental. Su presencia aquí se explica exclusivamente por la acción humana. Desde Asia, estos cultivos se dispersaron gradualmente por el continente europeo y están presentes en las costas atlánticas desde al menos el VI milenio BP. Además de los cereales y las leguminosas, con- viene recordar que existe otra serie de cultivos de huerta de cuya historia prácticamente no sabemos nada debido a su baja visibilidad arqueológica. Las verduras y los tubérculos son fácilmente perecederos. Además, de ellos se suele consumir la parte blanda y no la semilla por lo que tienen pocas posibilidades de carbonizarse y de esta forma conservarse arqueológi- camente. La información acerca de estas plantas pro- cede casi exclusivamente de fuentes literarias. Gra- cias a ellas sabemos que al menos desde el primer milenio a.c. las huertas contribuían de forma impor- tante a la producción de alimentos tanto en Oriente Próximo como en el Sur de Europa (ZOHARY y HOPF, 2000). Cultivos como el puerro, la lechuga, la berza o la remolacha tienen progenitores silvestres en Europa por lo que bien pudieron cultivarse aquí desde fechas antiguas. Simplificando y centrándonos en los cereales, mejor documentados arqueológicamente, podemos decir que existen dos vías fundamentales de difusión de los cultivos en Europa durante el primer neolítico, ambas con características propias: a) Por un lado, Centroeuropa, con una agricultura basada en Triticum dicoccum. El neolítico de LBK difunde esta especie con un área de influen- cia que llega hasta la cuenca de París y las Islas Británicas. El T. dicoccum, la escanda menor o ezkandia, como se ha denominado en Navarra hasta hace unas décadas, forma parte de un grupo muy arcaico de cereales, los trigos vestidos. Éstos se caracterizan porque después de la trilla la espi- ga no libera el grano y sólo se desprenden las espiguillas que lo envuelven. Éstas deben ser gol- peadas o frotadas para poder extraerlo. Es un paso más que complica el procesado y por ello son especies prácticamente extinguidas en la actualidad. A cambio, ofrecen cierta rusticidad, mejores resultados en suelos pobres y mayor resistencia a los ataques de hongos. b) Por otro lado, el Mediterráneo presenta un con- junto de cultivos mucho más variado en el primer Neolítico. Incluye diferentes especies de trigos y cebadas, tanto desnudos como vestidos, legumi- nosas como el haba, los guijos, el yero, la lenteja o el guisante y otros cultivos como el lino y la adormidera (BUXÓ, 1997). Todo esto llega a la vez no sólo a la costa mediterránea, sino también a zonas del interior peninsular y al Pirineo. Yaci- mientos como Balma Margineda en Andorra muestran en una cronología muy antigua, c 6800 BP, un conjunto de cultivos de origen mediterrá- neo (MARINVAL, 1995). Reflejan una agricultu- ra evolucionada con un sistema agrario importa- do que se muestra complejo desde un primer Neolítico. La agricultura de la costa atlántica francesa, a pesar de los escasos datos que mane- jamos, también parece reflejar las influencias mediterráneas debido al predominio de los trigos desnudos. Los posibles focos de origen de la agricultura en Euskal Herria son por lo tanto en última instancia mediterráneos, bien a través del Valle del Ebro, como tradicionalmente se ha propuesto, bien desde Francia a través de los Pirineos o por la cósta atlántica, y pro- bablemente por todos estos sitios a la vez ya que otros materiales arqueológicos -líticos y cerámicos por ejemplo- señalan la existencia de contactos en todas estas direcciones. KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz LA ADOPCIÓN DE LA ECONOMÍA DE PRODUCCIÓN: LA APORTACIÓN DE LA ARQUEOBOT ÁNICA 209 Datos arqueológicos El desarrollo de la técnica de flotación en los últi- mos años ha permitido contar con muestras carpoló- gicas de yacimientos vascos en los que hemos recu- perado restos de cultivos, fundamentalmente granos de cereal, que pueden ser identificados a nivel de especie y que han sido datados en el VI milenio B.P. Poco podemos decir acerca de estos primeros cultivos porque los datos son todavía muy escasos pero inten- taremos lanzar algunas hipótesis de trabajo que espe- ramos contrastar en el futuro a la luz de nuevos datos arqueo botánicos. En este momento, los datos publicados se cir- cunscriben a yacimientos de la costa vasca como Pico Ramos, Kobaederra y Lumentxa en los que hemos identificado cebadas (Hordeum vulgare) y ezkandia (Triticum dicoccum) en niveles neolíticos. A pesar de que el origen de nuestra agricultura sea el mundo mediterráneo, con una mayor diversidad, es posible que el ámbito atlántico peninsular limite en un primer momento el número de cultivos a aquellos que se adaptan mejor a un medio geográfico húmedo. De hecho, las cebadas y los trigos vestidos son especies rústicas que quizá en un primer momento se adapta- ron mejor a un ambiente atlántico, diferente al medi- terráneo en el que estas plantas fueron domesticadas. Posteriormente, en la Edad del Bronce en Arena- za, alrededor del 2100-1700 a.c. nos encontramos con la presencia importantísima de los trigos desnu- dos (T. aestivum/I'. durum). En este yacimiento y periodo, también hemos identificado Setaria italica, el panizo, que junto al mijo componen una segunda oleada de cereales cultivados, en este caso con un posible origen en Asia centro-oriental. Por el momento, en Euskal Herria carecemos de datos acerca del cultivo de leguminosas durante el Neolítico. Probablemente formaban parte de la pri- mera agricultura vasca pero suelen ser poco abundan- tes en las muestras arqueológicas por problemas tafo- nómicos. Los primeros datos acerca del cultivode leguminosas proceden del yacimiento de la Edad del Hierro de Intxur, donde se ha identificado guisante (Pisum sativum) y haba (Vicia faba). Prácticas agrarias En Euskal Herria son prácticamente inexistentes los datos arqueológicos acerca de las prácticas agra- rias prehistóricas (preparación de los campos, escar- da, abonado, técnicas de intensificación ... ) o acerca del uso de útiles como el arado, laia, etc. La escasez de malas hierbas en las muestras podría indicar la existencia de prácticas de escarda -eliminación de las malas hierbas en los campos- o bien la limpieza a fondo de los cereales. Podemos aventurar algo más acerca de los siste- mas de cosecha. En otro trabajo en colaboración con varios autores (IBAÑEZ ET ALII, 2001) planteába- mos la paradoja de la escasez o inexistencia de piezas de hoz, útiles líticos con lustre de cereal, en los con- textos neolíticos vascos, en yacimientos donde se ha recuperado cereal, como Kobaederra y proponíamos la existencia de métodos de cosecha diferentes a la hoz durante el Neolítico vasco. La experimentación y la observación etnográfica en áreas donde todavía se practica una agricultura no mecanizada nos ha permi- tido observar métodos de cosecha diferentes, así como valorar los factores que influyen en que un agricultor, a pesar de conocer la hoz, decida usar otro método. La hoz constituye un sistema más rápido que se prefiere en zonas secas donde la maduración de la planta es rápida y puede haber pérdidas si la recogida no es rápida. En un contexto atlántico la maduración es más lenta y la cosecha se puede prolongar durante varios días. Además, los cultivos de montaña van madurando de forma diferente según la altitud, con variaciones significativas. En estos casos, y más si los campos son pequeños, es posible utilizar métodos de recogida más lentos, como el arrancado con las manos o con las mesarías asturianas (PEÑA- CHOCARRO, 1999), que ofrecen otras ventajas (con las mesorias o con la mano se puede separar sólo la espiga dejando en el campo los tallos del cereal; con la mano se puede arrancar la planta entera para apro- vechar mejor la paja, por ejemplo). Son métodos que se adaptan a los cereales vestidos como la ezkandia (Triticum dicoccum) ya que el raquis semifrágil de esta especie permite la ruptura de la planta a la altura de la base de la espiga. 5. LA RECOLECCIÓN VEGETAL ENTRE LOS PRIMEROS AGRICULTORES: MANZANAS Y AVELLANAS La recolección de plantas silvestres debió seguir siendo una actividad importante entre los primeros agricultores. El material arqueobotánico neolítico recolectado presenta grandes similitudes con el de cronología mesolítica. Los pomos de rosáceas tipo pera, manzana y serbal son relativamente frecuentes en las muestras al igual que lo es la madera de cerezo y de endrino. Por otro lado, es posible que los proce- sos de deforestación favorecieran la presencia de estos árboles frutales silvestres ya que habitan en las KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz 210 M.' JOSE IRIARTE-LYDIA ZAPATA aperturas de los bosques caducifolios y pueden ser utilizados para construir setos. Estos macrorrestos vegetales se conservan carbonizados quizá como con- secuencia de ser tostados para mejorar su sabor o per- mitir su conservación (ZAPATA, 2000). Las bellotas y, sobre todo, las avellanas continúan siendo restos abundantes en los yacimientos y pudieron ser compo- nentes importantes de la dieta humana neolítica. 6. CONCLUSIONES Gracias a la intensificación de los análisis arqueobotánicos y al desarrollo de estudios interdis- ciplinarios, el conocimiento acerca de la primera eco- nomía de producción de Euskal Herria ha mejorado sensiblemente en los últimos años. Sabemos que existe una agricultura cerealista en el Valle del Ebro desde finales del VII milenio BP y en la costa vasca Nota: desde comienzos del VI milenio BP en la que al menos se cultiva cebada (Hordeum vulgare) y ezkan- dia (Triticum dicoccum). Sin embargo, los datos que manejamos son todavía insuficientes para conocer cuestiones·básicas como la cronología de la introduc- ción de otros cultivos o las prácticas agrarias. En lo que respecta al impacto de la economía de produc- ción sobre el medio natural éste se manifiesta desde sus conlienzos, como consecuencia de las necesida- des generadas por el nuevo sistema económico. La intensificación progresiva de los procesos de defores- tación afectará a la expansión del bosque caducifolio produciéndose el deterioro y retroceso del bosque maduro, potenciándose la expansión de las diferentes etapas de degradación del mismo y de los espacios abiertos. A partir de este periodo cultural la antropi- zación del paisaje irá incrementándose progresiva- mente en ambas vertientes de nuestro territorio inten- sificándose el retroceso de la masa arbórea. L. Zapata cuenta con un contrato Ramón y Cajal cofinanciado por el Ministerio de Educación y Ciencia y la universidad del País Vasco (UPV /EHU). KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol.!), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.' Apellániz LA ADOPCIÓN DE LA ECONOMÍA DE PRODUCCIÓN: LA APORTACIÓN DE LA ARQUEOBOTÁNICA 211 BIBLIOGRAFÍA Altuna, J.; Baldeon, A. y Mariezkurrena, K. (eds). 1990 La cueva de Amalda (Zestoa, País Vasco). 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Buruntza (Iriarte~ 1997c; Olaetxea, 1997) 4. Calle de Santiago (Peña-Chocarro y Zapata, 1996) . 5. Ekain (Dupré, 1984) 6. Erralla (Boyer-Klein, 1985) 7. Herriko Barra (Altuna et alii, 1993; Iriarte et alii, 2005) 8. Intxur (Cubero 1996, Iriarte 1994b) 9. Inurritza (Peñalba, 1989) 10. Irikaitz (Arrizabalaga et alii, en prensa) 11. Labeko Koba (Iriarte, 2000a) 12. Lezetxiki (Sánchez-Goñi, 1993) 13. Mulisko-Gaina (Peñalba, 1987) 14. Playaundi (Sánchez-Goñi, 1996) 15. Urtiaga (Sánchez-Goñi, 1993) Vizcaya 16. Arenaza I (Isturiz, Sánchez 1990; Uzquiano y Zapata 2000) 17. Berreaga (Iriarte,. 1994b) 18. Cotobasero 2 (Zapata, 2002) 19. Hirumugarrieta 1 y 2 (Zapata, 2002) 20. Ilso Betaio (Gorrotxategi et alil, 1999; Zapata 1993) 21. Kobaederra (Zapata, 1999, 2002) 22. Kobeaga II (Zapata, 1998/2000. Iriarte, 1998/2000) 23. Kosnoaga (Iriarte, 1994b) 24. La Boheriza 2 (Iriarte, 1995b) 25. La Cabaña 4 (Yarritu et alii, 1999) 26. Laminak II (Isturiz, 1994; Uzquiano, 1994) 27. Lumentxa (Zapata, 2002) 28. Oiola IV (Zapata, 1997) 29. Pico Ramos (lriarte 1994a; Zapata, 1996) 30. Saldropo (García-Antón et alii 1989; Peñal- ba, 1989) Ala va 31. Arreo (Peñalba, 1989) 32. Castillo de Henayo (Llanos et alii, 1975) 33. Kanpanoste Goikoa (Iriarte 1998; Zapata, 1998) 34. Kukuma (Isturiz, 1997) 35. La Hoya (Iriarte, 2002a) 36. Mendandia (lriarte, 2005; Zapata y Peña- Chocarro, 2005) 37. Peña Larga (Iriarte 1997a) 38. San Miguel de Atxa (Iriarte, 1995a) Navarra 39. Abauntz (López, 1982) 40. Aizpea (Iriarte, 2001a; Zapata 2001) 41. Alto de la Cruz (Iriarte, 1994b) 42. Atxuri (Peñalba, "1989) 43. Belate (Pelñalba, 1989) 44. Berroberría (Boyer-Klein, 1987) 45. Cantera Pichón (Iriarte 1994b; Iriarte y Meaza, 1996) 46. El Castillar (Castiella, 1993) 47. La Peña (López 1988, 1990/91) 48. Longar (Armendáriz e Irigaray, 1994) 49. Monte Aguilar (Iriarte 1994b; Iriarte y Meaza, 1996) 50. Monte Aguilar II (Iriarte 1994b; Iriarte y Meaza, 1996) 51. S ansol (Iriarte, 2000b) 52. Puy Aguila (lriarte, 2001 b) 53. Zatoya (Boyer-Klein, 1989) Iparralde 54. Duruthy (Paquereau, 1978) 55. Isturitz (Leroi-Gourhan, 1959) 56. Secuencia litoral de Biarritz (Oldfield 1962, 1964; Oldfield, Huckerby 1979) KOBIE (Serie Anejos n.º 6. Vol. !), año 2004. Homenaje al Prof. Dr. J. M.ª Apellániz AURKIBIDEA-SUMARIO (*) -TABULA MATERIAE VOLUMEN I PRESENTACIÓN BIOGRAFÍA, LA TRAYECTORIA INTELECTUAL DE JUAN MARÍA APELLÁNIZ PUBLICACIONES DEL PROF. DR. JUAN M.ª APELLÁNIZ. Compiladas por Carmelo Fernández Ibañez LO QUE APRENDÍ DEL PROFESOR APELLÁNIZ. Por José Ignacio Vegas Aramburu ARTÍCULOS DE PRENSA DEL HOMENAJE NUEVOS MÉTODOS, NUEVAS IDEAS. UN BALANCE DE LA ARQUEOLOGÍA PREHISTÓRICA VIZCAÍNA HASTA 1975. Por Jesús Emilio González Urquijo PERSPECTIVAS Y SOMBRAS, : TRES DÉCADAS DE NUESTRA ARQUEOLOGIA PREHISTORICA. Por Ignacio Barandiaran Maestu ANÁLISIS DE UNA TRADICIÓN ESTILÍSTICA: LOS TALLERES DE DECORADORAS DE CERÁMICA DE SLET(RIF OCCIDENTAL, MARRUECOS. Por Rosa Ruiz Idarraga LOS CONJUNTOS PALEOLÍTICOS CON PINTURA DE TRAZO PUNTEADO EN LA REGIÓN CANTÁBRICA: ESTADO DE LA CUESTIÓN. Por Diego Gárate Maidagan METODO ANALISIS CUANTITATIVO DE RECONSTRUCCION PALEOAMBIENTAL. Por J. Furundarena Garcia EL PALEOLÍTICO COMO PRETEXTO TREINTA AÑOS EN TORNO A LA ARQUEOLOGÍA. Por Amelia Baldeón Iñigo ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO SOBRE LAS CULTURAS DEL PALEOLÍTICO MEDIO EN EL PAÍS VASCO PENINSULAR. Por Margarita Muñoz Salvatierra LAS CUEVAS DE AITZBITARTE (LANDARBASO, RENTERIA) (HISTORIA DE LAS INVESTIGACIONES). Por Jesús Altuna HACIA UNA MAYOR DIVERSIFICACIÓN EN LA CAPTACIÓN DE RECURSOS: RECIENTES APORTACIONES AL PALEOLÍTICO SUPERIOR AVANZADO EN BIZKAIA. Por José Luis Arribas Pastor APORTACIONES RECIENTES AL EPIPALEOLÍTICO EN BIZKAIA. Por Eduardo Berganza Gochi LA INVESTIGACION SOBRE LAS CULTURAS PREHISTORICAS CON CERAMICA EN EL PAIS VASCO. ESTADO DE LA CUESTION (1972-2002). Por J.A. Mujika Alustiza EL NEOLITICO INICIAL EN EL PAIS VASCO MERIDIONAL. DATOS RECIENTES. Por Javier Fernandez Eraso LA GESTIÓN DEL SÍLEX COMO UNO DE LOS ELEMENTOS ARTICULADORES DEL TERRITORIO EN EL MEGALITISMO VASCO. Por A. Tarriño y Dn J.A. Mujika LA ADOPCIÓN DE LA ECONOMÍA DE PRODUCCIÓN: LA APORTACIÓN DE LA ARQUEOBOTÁNICA. Por Mª José Iriarte Chiapusso y Lydia Zapata Peña LA POBLACIÓN DE PASTORES DE CUEVA MAYOR DE ATAPUERCA Y SU RELACIÓN CON LA POBLACIÓN DE CAVERNAS DEL PAIS VASCO DURANTE EL BRONCE FINAL. Por Mª Teresa Minguez Alvaro COMPOSICIÓN DE COLADAS Y TRATAMIENTOS POSTFUNDICIÓN EN LA METALURGIA CALCOLÍTICA Y DE LA EDAD DEL BRONCE DE LA SUBMESETA NORTE ESPAÑOLA: ESTUDIO DE UNA TRAYECTORIA TECNOLOGICA. Por Salvador Rovira Llorens, Germán Delibes de Castro, Julio Fernández Manzano, José Ignacio Herrán Martínez LA CUEVA DE "EL BORTAL" (CARRANZA). UN POSIBLE DEPÓSITO RITUAL ASOCIADO A LAS AGUAS, DE LAPREHISTORIA RECIENTE DE VIZCAYA. Por Carlos Cancelo Mielgo DOS SORTIJAS CUBREDEDOS DE ORO HALLADAS EN EL TUMULO CAMPANIFORME DE TABLADA DEL RUDRON(BURGOS). Por Jacinto Campillo Cueva EL POBLAMIENTO PROTOHISTÓRICO EN EL CANTÁBRICO ORIENTAL: DATOS PARA UNA REFLEXIÓN CRÍTICA (1915-1975). Por Miguel Unuzueta Portilla VIVIENDAPROTOHISTÓRICA EN EL POBLADO DE INTXUR (ALBIZTUR-TOLOSA, GIPUZKOA). Por Xabier Peñalver Iribarren EL POBLAMIENTO DE LA EDAD DEL HIERRO EN EL ENTORNO DE SANTIAGOMENDI (ASTIGARRAGA, GIPUZKOA). Por Mª Teresa Izquierdo Marcoleta ALGUNAS DECORACIONES SOBRE LAS CERÁMICAS, ALGO MÁS QUE SIMPLES ORNAMENTACIONES. Por Armando Llanos Ortiz de Landaluce DATACIÓN DE LOS DEPÓSITOS MONETALES ANTERIORES A AUGUSTO EN EL PAIS VASCO (VIZCAYA, ALAVA Y GUIPUZCOA). Por José Antonio Ocharan Larrondo ECONOMIA GANADERA EN LA ZONA CANTABRICA EN EL FINAL DE LA EDAD DEL HIERRO. Por Jesús (Kechu) Torres Martínez y Teresa Sagardoy Fidalgo MAIRUBARATZ. "MOROS" Y CROMLECHS PIRENAICOS. Por Juan Antonio Urbeltz ARQUEOLOGÍA E HISTORIA DEL PERÍODO ROMANO EN BIZKAIA (1972-2002). Por Ana Martínez Salcedo TENDENCIAS EN LA CREACIÓN DE ASENTAMIENTOS DURANTE LOS PRIMEROS SIGLOS DE LA ERA EN EL ESPACIO LITORAL GUIPUZCOANO. Por Milagros Esteban Delgado EL COMERCIO DE CERÁMICAS EN LA REGIÓN CANTÁBRICO-AQUITANA.: EL TESTIMONIO GUIPUZCOANO. Por Teresa Izquierdo Marcoleta PEÑA CUTRAL (CANTABRIA). LA VÍA Y LOS CAMPAMENTOS ROMANOS. Por Juan José Cepeda VÍAS DE COMUNICACIÓN EN TERRITORIO AUTRIGÓN, CARISTIO Y VÁRDULO(*). Por Markel Gorbea Pérez EL POBLAMIENTO DE EPOCA ROMANA EN LEKEITIO (BIZKAIA): CONTEXTOS ESTRATIGRÁFICOS Y SECUENCIA CRONOLÓGICA. Por Iñaki Pereda García EL RELIEVE ANTROPOMORFO DE VILLAVENTÍN(BURGOS). Por José Angel Lecanda Esteban y L. Alberto Moreal Jimeno LA CIUDAD DE SÉFORIS EN EL PROCESO DE ROMANIZACIÓN DE GALILEA DURANTE EL PERÍODO HERODIANO (37 A.C.-70 D.C.). Por Begoña Echabe Pérez ZARAUZ O GUETARIA COMO POSIBLES LUGARES DEL ANTIGUO OPPIDUM MOROGI. Por Fernando Fernández Palacios MÁSCARA TEATRAL EN BRONCE COMO REMATE DECORATIVO DE UNA LUCERNA, PROCEDENTE DEL YACIMIENTO ROMANO DE FORUA (VIZCAYA). Por Carmelo Fernández Ibáñez INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL ALFAR TARDORROMANO DE VALDEARCOS (MECERREYES, BURGOS). Por C. Basas Faure, M. Unzueta y S. M. Alonso PROPUESTA DE UN PATRÓN MODULAR CONSTRUCTIVO TEÓRICO DE LAS ESCALERAS ORIGINALES DE LA MURALLA ROMANA DE LUGO. Por Enrique J. Alcorta Irastorza TERRA SIGILLATA ITÁLICA DECORADA EN HISPANIA: I, EL ALFARERO ARETINO C. TELLIVS. Por Cesareo Pérez González y Emilio Illarregui VOLUMEN II ARQUEOLOGÍA MEDIEVAL EN BIZKAIA: HIPÓTESIS Y PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIÓN. Por Iñaki Garcia Camino ESTUDIOS REALIZADOS SOBRE ZONAS ARQUEOLÓGICAS DE CASCOS HISTÓRICOS. Por Dona Gil Abad CONTRIBUCION DE LA ARQUEOLOGIA AL CONOCIMIENTO DE LA CIUDAD DE ORDUÑA (VIZCAYA). Por Silvia Cajigas Panera ESTUDIO HISTORICO-ARQUEOLOGICO DE BERMEO(BIZKAIA). Por Armando Llamosas Rubio APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LAS PRODUCCIONES DE ALFARERÍA NO VIDRIADA RECUPERADAS EN YACIMIENTOS MEDIEVALES DE LA VIZCAYA NUCLEAR Y DEL DURANGUESADO. Por José Luis Ibarra Alvarez INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA CERÁMICA MEDIEVAL DEL YACIMIENTO DE ALORIA (ÁLAVA). Por Mª José Zabala Altube CARTA ARQUEOLOGICA DE LAS FERRERIAS DE MONTE EN BIZKAIA: ESTADO DE LA CUESTION. Por Fco. Javier Franco Pérez PAISES VASCOS. Por Armando Besga Marroquín ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN TERRITORIO BIZKAINO. LA CASA TORRE DE LENDOÑO DE ABAJO (ORDUÑA). Por Alberto Plata Montero NUEVAS ESTELAS DISCOIDEAS DE LA HONOR DE SEDANO (BURGOS). Por Jacinto Campillo Cueva ARQUEOLOGÍA DE LA EDAD MODERNA: VALORACIÓN Y REFLEXIONES EN TORNO A UNA DISCIPLINA EN CONSTRUCCIÓN. EL EJEMPLO DE LA C.A.V. Por Belén Bengoetxea Rementeria ARQUEOLOGÍA DE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS: LAS TEJERAS. 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