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Gobierno aristocrático

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Gobierno aristocrático
Contenido
Características de un gobierno aristocrático	2
Etimología	2
Definición de nobleza	2
Ejemplos	3
Manejo del poder político	3
Estratificación social	3
Riesgos	4
La Revolución Francesa	4
Diferencias con la democracia	4
Diferencias con la monarquía	5
Usos contemporáneos del término	5
Características de un gobierno aristocrático
Se habla de un gobierno aristocrático cuando el poder político y de conducción de la sociedad reside en una élite social y/o económica que se supone mejor dotada en materia de sabiduría y conocimientos para ejercer dicho rol.
Esta casta suele definirse a sí misma como nobleza o aristocracia, y la pertenencia a ella suele ser hereditaria, constituyendo así una sociedad de castas como lo fue la sociedad feudal europea durante el medioevo.
Durante dicha época la aristocracia se compuso de reyes, príncipes, condes y otros ciudadanos con hidalguía, pertenecientes a familias con abolengo, comúnmente ganado durante guerras o gracias al matrimonio.
Todo gobierno aristocrático es, en términos prácticos, un gobierno oligárquico, en que unos pocos deciden por la mayoría y les imponen su visión de la sociedad.
Etimología
La palabra aristocracia se compone de dos vocablos griegos: aristos, que traduce “sobresaliente, mejor” y kratos, que traduce “poder, gobierno”. Dicho así, sería “el gobierno de los mejores”.
Esto alude al origen del término, empleado por los filósofos griegos de la antigüedad helénica, Platón y Aristóteles, para referir al gobierno de las élites intelectuales y académicas, cuya sabiduría y conocimientos los harían los más aptos para conducir a la República.
Se hablaba entonces de una república aristocrática que era la forma de gobierno ideal para la época.
Definición de nobleza
El término aristocracia se transformó durante las monarquías europeas de los siglos XVIII y XIX en sinónimo de nobleza, es decir, de pertenencia a una casta familiar y social de privilegiados (económica, social y profesionalmente) por larga tradición, descendientes por lo general de los grandes terratenientes del medioevo, o de familias que obtuvieron un título nobiliario de manos del Rey durante alguna gesta militar, o por matrimonio con alguna persona noble. La nobleza era aludida como la “sangre azul” de la sociedad, o a menudo como los “Patricios”, término proveniente de las épocas del Imperio Romano.
Ejemplos
Algunos ejemplos históricos de gobiernos aristocráticos fueron el Estado de la ciudad de Esparta, en la Antigua Grecia, cuyas instituciones y reyes (había dos) eran regidos por un concilio de ancianos o “gerusía”, a los cuales se confiaba la toma de las decisiones más trascendentales.
También lo hubo en ciertas épocas del Imperio Romano, en las que los Patricios, vale decir, la nobleza militar, ejercía su poder en la selección de los herederos al trono y era capaz de reemplazar a la fuerza algún gobernante que se les opusiera.
En la actualidad, ciertas monarquías constitucionales del Medio Oriente y, paradójicamente, ciertos regímenes autoritarios populares, operan muy a la usanza de una aristocracia, excepto que en este último caso el poder se reserva para los altos miembros de un partido político “revolucionario”.
Manejo del poder político
La aristocracia gobierna mediante un control político y militar semejante al de la monarquía absolutista, ya que todas las instituciones y los poderes públicos se encuentran sometidos a la voluntad de la minoría regente.
Esto suele conducir a concilios o consejos de gobierno, que son reuniones periódicas entre los nobles para tomar las decisiones de rigor o enfrentar alguna situación determinada.
El lugar en este consejo era comúnmente heredado a los descendientes de la nobleza y rara vez algún plebeyo o ciudadano de a pie ascendía hasta formar parte del mismo.
Estratificación social
Dado que la aristocracia se distingue del resto de las capas sociales a partir de su supuesta “mejoría”, esto deriva necesariamente en una sociedad de castas o clanes, en la que ciertas fidelidades familiares se imponen como manejo político por encima de las instituciones del Estado.
Así, el linaje nobiliario se constituye en un valor que distingue a los ciudadanos comunes del aristócrata, valorando sus orígenes por encima de sus logros o trayectoria en la sociedad.
Riesgos
Los principales riesgos que entraña un gobierno de aristócratas es que al haber realizado ya una concentración del poder en el consejo nobiliario, alguno de ellos podría tramar los pasos necesarios para hacerse con todo y convertir la aristocracia en una tiranía.
Esto ha ocurrido numerosas veces en el pasado aristocrático, y tiene que ver con el debilitamiento de los contrapesos en la sociedad, algo similar a lo que ocurre en ciertas revoluciones, que tras demoler el estado no pueden erigir sino una nueva monarquía.
La Revolución Francesa
Otro riesgo importante de los gobiernos aristocráticos son las revoluciones populares. Algo semejante ocurrió en la Francia del absolutismo (s. XVIII) en la cual las masas hambreadas y sometidas decidieron arrasar con el sistema político monárquico.
Sostenido también en una vasta aristocracia, y luego de deponer el orden político y capturar al Rey, los ejecutó en señal del término del orden feudal y la abolición de la aristocracia.
Diferencias con la democracia
La democracia se distingue fundamentalmente de la aristocracia, ya que en la primera es la masa del pueblo la que elige a sus propios gobernadores y representantes en comicios libres y secretos.
Mientras que el gobierno aristocrático concentra ese poder de elección en las autoridades mismas, es decir, el consejo nobiliario elige quienes lo integran y quiénes no, por lo que no hay ningún margen de participación popular en ello.
Diferencias con la monarquía
A pesar de que van muy de la mano, la monarquía y el gobierno aristocrático no son para nada lo mismo. De hecho, los reyes suelen provenir de una cierta aristocracia histórica o militar, ya que no suelen ser ciudadanos del vulgo.
Pero una monarquía como tal, que no es otra cosa que el gobierno de un Rey supuestamente elegido por Dios, concentra en esta figura toda la autoridad del Estado, y no en un consejo nobiliario.
Usos contemporáneos del término
Hoy en día se emplea el término aristocracia para designar a cualquier forma de ciudadano privilegiado, cuyos beneficios no provienen del propio esfuerzo sino de la clase social o la familia a la que pertenece.
Así, se habla de “aristócratas financieros” (a pesar de que realmente son de la alta burguesía) o de “aristócratas del saber” (para referir a ciertos tecnócratas y académicos).

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