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Diferenciales salariales entre hombres y muieres no asalariadas durante el período 1984 - 1994* Mauricio Perfetti** Este trabajo muestra que, al contrario de lo sucedido con los trabaja- dores asalariados, el diferencial salarial entre hombres y mujeres no asalariadas está, en gran parte también, determinado por las diferen- cias de las características entre ambos sexos. En otras palabras, el aumento en el logro educativo de las mujeres en Colombia, si bien ha contribuido a la disminución de los diferenciales entre trabajadores hombres y mujeres asalariados, no ha sido suficiente para reducir los diferenciales en características entre ambos para el segmento del mercado laboral compuesto por trabajadores no asalariados. Las estimaciones realizadas en la presente investigación indican, por una parte, que los hombres y las mujeres no asalariadas poseen dife- rentes características o dotación de capital humano y esto determina una proporción importante del diferencial salarial. Por otra parte, dado que las ocupaciones se relacionan con la educación, dicha rela- ción podría estar desempeñando un papel importante en el diferen- cial salarial. * La presente investigación fue financiada por Fonade (contrato No de 1995) para el DNP-UDS. El trabajo y las opiniones aquí expresadas no comprometen al DNP ni a Fonade y son exclusiva responsabilidad del autor, así como sus insuficiencias y errores. El autor quiere agradecer, de manera muy especial, a Barry Reilly por su permanente asesoría y comentarios. Igualmente, a Phi! Warren-Tucker por su colaboración para la lectura de las encuestas en Inglaterra. A la UDS, en particu- lar, a Margarita Peña, Marta Luz Henao, Jesús Duarte, Juan Carlos Ortega, por su permanente colaboración. A Luis Carlos Mera y sus colegas por el envío de las encuestas y la contribución a la solución de algunos problemas en el procesamien- to de ellas. Mi deuda de gratitud con Juan Carlos Ramírez. Por supuesto, con Gloria mi esposa y conJuanJosé, Merce y Aída por las interminables gestiones en la administración del contrato. Este trabajo se dedica a Aura Rivera, una de las mujeres que más ha contribuido por muchos años a la equidad desde el sector público Finalmente, ojalá que el presente estudio contribuya, de alguna manera, a un mejor entendimiento de la equidad entre hombres y mujeres. ** Consultor. Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 Introducción L os países latinoamericanos expe-rimentaron shocks en el sector externo, variaciones en los térmi- nos de intercambio y la crisis de la deuda externa al final de los setenta y comienzos de los ochenta. En vista de lo anterior, la mayoría de estos países no tuvo otra op- ción que establecer políticas de estabiliza- ción macroeconómica y la liberalización del comercio internacional. El impacto de la estabilización macroeco- nómica y la apertura económica podría ha- ber tenido efectos en el mercado laboral adicionales a aquellos básicos o primarios señalados por Horton et al. (1991)1, y co- múnmente aceptados por los analistas del mercado laboral. En primer lugar, existe evidencia interna- cional que el ajuste estructural afectó tam- bién los retornos a la calificación de la mano de obra, y alteró los diferenciales entre hombres y mujeres y entre trabajadores formales e informales. Lo anterior fue seña- lado por Horton et al (1991) para una mues- tra de países que no incluyó a Colombia. En segundo lugar, Robbins (1995) encon- tró que, en el caso de Bogotá, la demanda relativa por mano de obra, calificada/no ca- lificada, fue sesgada hacia mayores niveles de calificación después del ajuste ma- croeconómico; esta mayor demanda, según el mismo autor, provino del crecimiento de exportaciones manufactureras intensivas en mano de obra calificada. Un efecto simi- lar2 ha sido analizado recientemente por Cárdenas y Gutiérrez (1996) para los años noventa. Estos cambios en la demanda re- lativa parecen haber afectado las tasas de retorno a la educación, al menos para los trabajadores asalariados (Perfetti, 1996). Finalmente, muchos países, incluido Co- lombia, adelantaron reformas tendientes a flexibilizar el mercado laboral. La inciden- cia de la reforma laboral ha sido importan- te, desde el punto de vista del mayor em- pleo generado, tal como lo han señalado Lora y Henao (1995). Así mismo, Hommes ' La distinción entre dichas clases de ajustes o políticas fue introducida por Horton et al (1991), y es impor- tante pues ambas tienen efectos diferentes en el mercado laboral. La estabilización macroeconómica recae en el nivel de desempleo o salario real, y ambas variables son vistas como indicadores del compor- tamiento del mercado laboral durante dicho proceso. Otra forma de ajuste en el mercado laboral consiste en movimientos del sector formal a segmentos no asalariados. Por contraste, durante la apertura el mer- cado laboral es afectado por cambios en el empleo sectorial y en lo5 salarios relativos. Se esperaban movimientos del empleo desde el sector no-transable hacia el transablc. Similar en el efecto, mas completamente diferente en las causas. Cárdenas y Gutié1Tez (1996) insisten, por ejemplo, en el efecto que tuvo el aumento de las cotizaciones a la seguridad social en los costos laborales. 68 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 et al (1994) muestran que el sector infor- mal se redujo entre 1992 y 1994 como con- secuencia de dicha reforma. No cabe duda que los efectos anteriores en el mercado laboral podrían haber alterado el tratamiento salarial de trabajadores de distinto sexo. A pesar de ello no se ha rea- lizado ninguna investigación que analice qué ha sucedido con los diferenciales sala- riales entre hombres y mujeres, de los tra- bajadores no asalariados durante dicho pe- ríodo. De acuerdo con el único estudio pre- vio que ha investigado el tema, dichos di- ferenciales eran extraordinariamente ele- vados hacia finales de la década del 80. Esta investigación busca, de alguna mane- ra, llenar ese vacío, teniendo en cuenta que uno de los objetivos explícitos del Plan de Desarrollo El Salto Social es el pago de la deuda social con la mujer y la promoción de la equidad entre hombres y mujeres. El objetivo principal de la presente investiga- ción consiste, por tanto, en estimar el dife- rencial salarial entre hombres y mujeres entre 1984 y 1994 para el segmento del mercado laboral compuesto por trabajado- res no asalariados:i. La evidencia presentada en este trabajo muestra que, al contrario de lo sucedido con los trabajadores asalariados, el diferen- cial salarial entre hombres y mujeres no asalariadas está, en gran parte, también de- terminado por diferencias en característi- cas entre ambos sexos. En otras palabras, el aumento en el logro educativo de las mujeres, en general, en Colombia, si bien ha contribuido a la disminución de los dife- renciales entre trabajadores asalariados hombres y mujeres no ha sido suficiente para reducir los diferenciales en caracte- rísticas entre ambos para el segmento del mercado laboral compuesto por trabajado- res no asalariados. En la primera sección se presenta la defi- nición más comúnmente aceptada de dis- criminación, y algunas de los modelos e in- terpretaciones que permitirían explicarla. En la segunda sección se presenta la me- 3 Esta investigación no sigue la tradicional definición del sector informal por dos razones fundamentales. En primer lugar, los problemas conceptuales y empíricos que surgen del uso de definiciones meramente estadísticas han sido extensamente ilustrados y discutidos recientemente. Básicamente, tal tipo de defi- niciones no tiene en cuenta la heterogeneidad del sector informal (Fields, 1990) y hace que existan gran- des riesgos de que no estén todos los que son ni sean todos los que están (Smith, 1992). En segundo lugar, y no menosimportante, es la necesidad de poder hacer comparaciones con estudios previos. Dado que los escasos estudios previos calcularon el diferencial salarial para trabajadores no asalariados y no para el sector informal, tal como se define en Colombia, se prefirió, igualmente, seguir tal desagregación. Sin embargo, una contribución adicional de esta investigación fue que hizo las estimaciones separadamente para el total de trabajadores no asalariados, los cuenta-propia y los empleadores. 69 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 todología utilizada. Esta, fundamentalmen- te, sigue la descomposición de Oaxaca (1973) con el fin de hacer comparaciones con los estudios previos. En la sección tres se presenta la información y la muestra utilizada. Se enfatiza en la presentación de la rr,.edia de las características de los traba- jadores no asalariados, y las dos sub-mues- tras: cuenta-propia y empleadores. En la cuarta sección se presentan los principa- les resultados de las estimaciones realiza- das para la totalidad de los trabajadores no asalariados y para cuenta-propia y emplea- dores. Finalmente, se presentan conclusio- nes y algunos aspectos de política. Definición de discriminación y modelos que explican diferenciales salariales entre género, raza o grupos mayoritarios y minoritarios La definición de discriminación1 más co- múnmente aceptada es la definición suge- rida por Becker (1971): la diferencia entre el salario que sería ofrecido a una mujer o trabajador del grupo minoritario relativo al salario de un trabajador hombre o del gru- po mayoritario, igualmente calificado. Para tal efecto, el coeficiente de discriminación para un empleador que puede contratar a una mujer o a un trabajador del grupo mi- noritario al salario w, sería dado por: donde wm es el salario que el empleador está dispuesto a ofrecer a la mujer o el tra- bajador del grupo minoritario. Cuando d. es mayor que uno, los emplea- ' dores incurren en costos adicionales como consecuencia del mayor costo de los traba- jadores del grupo mayoritario o no discri- minado. Este mayor costo es la consecuen- cia del prejuicio, por gusto o inclinación, por parte de los empleadores en contra de los grupos minoritarios. El costo de la discri- minación es, por tanto, d,w1i y, en este caso la restricción de presupuesto sería más pendiente. La firma operará a lo largo de esa nueva línea de presupuesto contratando solo hombres trabajadores. Este comporta- miento produce mayores costos salariales que si mujeres trabajadoras fueran contra- ' Uno de los problemas con la definición de discriminación es la existencia de diferentes conceptos e inter- pretaciones. Sin embargo, los especialistas están de acuerdo que la discriminación surge del lado de la demanda en el mercado laboral. Además de dicho problema cor.ceptual, existe un problema empírico con la definición de discriminación: ésta es estimada como un residuo, después de tener en cuenta todas las otras variables relevantes que se conocen como causantes de los diferenciales salariales. En otras pala- bras, la discriminación e:; inferida más bien que observada directamente (Sloane, 1985). 70 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 tadas, y los salarios de hombres son mayo- res que aquellos de las mujeres. La mayor conclusión en este caso es que la discriminación por empleadores basados en sus propios gustos y prejuicios implica que estos maximizan utilidad, que es afec- tada por ambos conceptos, las ganancias y el gusto discriminador, en vez de maximi- zar únicamente las ganancias monetarias (Hammermesh y Rees, 1993). Sloane (1985) presentó una formulación matemática del modelo de Becker hacien- do algunos supuestos adicionales5. La prin- cipal conclusión acerca de la discriminación por parte del empleador, de acuerdo con este autor, es que existe una relación in- versa entre el radio de salario entre grupo minoritario/grupo mayoritario y el radio de empleo entre ambos grupos. Entre mayor ocupaciones, profesionales y clericales. Sin gusto discrimmatorio por parte de los em- pleadores, la curva de oferta en cada mer- cado es la usual curva de oferta laboral, con un salario de equilibrio determinado por la oferta y la demanda. Si existe discriminación, las mujeres ten- drían que abandonar el mercado de los pro- fesionales y tendrían que migrar hacia ocu- paciones clericales. Esta migración tiene dos importantes efectos: de una parte, hay una reducción en el mercado de profesiona- les haciendo mover hacia la izquierda la oferta, se contrae, y aumentando al mismo tiempo el salario de equilibrio. De otra par- te, se genera una mayor oferta laboral en las ocupaciones clericales, donde se presenta, precisamente, el exceso ocupacional, redu- ciendo, por tanto, el salario de equilibrio. sea este último radio, menor será el sala- El principal resultado de este modelo es rio del grupo minoritario. que mujeres y hombres en la misma ocu- Existen dos teorías adicionales que tratan de explicar el origen de la discriminación. Estas son conocidas como discriminación explicada por exceso ocupacional y discri- minación estadística. El principal supuesto de la teoría del exce- so ocupacional es la existencia de solo dos pación podrían recibir el mismo pago osa- lario, pero el salario de las mujeres será menor en el agregado, debido al exceso ocupacional en las ocupaciones clericales. El exceso ocupacional surge, debido a la relativa aversión de los empleadores por emplear mujeres en las ocupaciones me- jor pagadas. En este caso, la discriminación existe porque las mujeres o los grupos mi- Este autor reemplaza la expresión para los beneficios totales en la función de utilid;id y maximiza esta última con respecto al <empleo del grupo mayoritario y minoritario. 71 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 noritarios están en diferentes ocupaciones en relación con los hombres o los grupos mayoritariosº. La teoría de la discriminación estadística se basa en el hecho que los empleadores tienen una mayor dificultad en conocer la verdadera productividad de mujeres o gru- pos minoritarios que en conocer la de hom- bres o grupos mayoritarios. Los tests usa- dos para tales propósitos no indican la pro- ductividad probable de los grupos minori- tarios; en el caso de las mujeres, porque estas no tienen la misma permanencia en el mercado laboral que los hombres, debi- do a que las mujeres están algunas veces ocupadas en actividades del hogar, lo que les impide participar en el mercado laboral o determinando permanentes entradas y salidas. De acuerdo con lo anterior, los empleadores le dan preferencia a los hom- bres, aun con un resultado del test de pro- ductividad inferior al de las mujeres. La principal conclusión de este modelo es que las mujeres o los grupos minoritarios recibirán menor salario que los hombres o grupos mayoritarios con iguales habilida- des con el fin de compensar el riesgo que las mujeres o los grupos minoritarios sean menos productivos. El resultado final de la aplicación geométrica de este modelo es que las mujeres devengarán menos que los hombres, a pesar de que las mujeres son tan productivas como los hombres. Ello en razón al riesgo para los empleadores de usar dichos test, pues la productividad de las mujeres o del grupo minoritario podría estar realmente por debajo de la producti- vidad óptima, dado que el test no tiene la capacidad para mostrar la productividad probable de las mujeres. Este último es un riesgo que el empleador no está dispuesto a asumir. Un análisis muy importante que surge para explicar los diferenciales salariales entre hombres y mujeres está relacionado con la teoría del capital humano. Diferente nivel de escolaridad entre el grupo mayoritario y el grupo minoritario, a favor del primero,por supuesto, podría ser una de las causas de la existencia de diferenciales de sala- rios entre hombres y mujeres. Las muje- res o grupos étnicos minoritarios podrían tener menores niveles de salario en com- 6 Sin embargo, la segregación ocupacional resulta, no solamente por un comportamiento discriminatorio de los empleadores hombres sino, también, del reconocimiento que las mujeres son más propensas a aban- donar el mercado laboral durante varios períodos de tiempo durante su vida laboral. Esta particular carac- terística de la participación femenina en el mercado laboral determina que los empleadores invierten menos en la formación profesional y técnica de las mujeres (Cain, 1986). Esta podría ser una razón por la cual las mujeres trabajarían en ocupaciones con menor salario. 72 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 paración con los grupos mayoritarios, si el Estudios previos primer grupo presenta menores niveles de educación. Existen dos posibles razones por las cua- les los grupos minoritarios podrían tener menor educación. Podría existir discrimi- nación en el lado de la oferta, o sea, que las mujeres o los grupos étnicos minoritarios presentan un restringido acceso a la edu- cación. Por supuesto que este tipo de dis- criminación depende de las políticas guber- namentales en materia de cobertura de la educación. Pero, también, podría existir discriminación, desde el punto de vista de la demanda por educación: Un grupo mi- noritario podría tener bajos retornos a la educación y, por tanto, decidiría invertir menos en educación (Addison and Siebert, 1979). Estas menores expectativas de ta- sas de retorno podrían ser el resultado de: i) la existencia de discriminación previa que afecta la valoración de la inversión en edu- cación; ii) expectativas de futura discrimi- nación en el mercado laboral y, finalmen- te; iii) situaciones particulares referidas a la participación laboral de mujeres en el fu- turo y su papel en el hogar. Los trabajos de Tenjo (1992, 1993) y el de Vélez y Winter (1992) son las únicas in- vestigaciones que han estudiado reciente- mente los determinantes y el tamaño del diferencial de salarios entre hombres y mu- jeres en Colombia. El modelo estimado por Tenjo en investi- gación de 1993 utilizó información prove- niente de la Encuesta Nacional de Hoga- res para los años de 1976, 1980, 1984 y 1989. El autor tomó una muestra que in- cluyó solamente a los trabajadores de Bo- gotá. El autor dividió la base de datos en- tre trabajadores asalariados y no asalaria- dos, incluyendo y excluyendo en la prime- ra las empleadas de servicio doméstico. Tenjo estimó dos tipos diferentes de ecua- ciones con el fin de calcular la descompo- sición de Oaxaca7• Tenjo encontró que las mujeres asalariadas tienen mayor nivel de capital humano que los hombres desde 1980. Como consecuen- cia de lo anterior, más del 100 % en, térmi- nos logarítmicos, del diferencial salarial con En la primera se usó la ecuación o función básica de ingresos o salarios de Mincer, usando salario por hora, en la segunda ecuación se adicionó un conjunto de variables dummy para tres grupos de ocupacio- nes. Para la estimación de la función minceriana el autor definió educación como la completada por aque- llos trabajadores que la reportaron en la encuesta y la experiencia fue definida como experiencia potencial, que en este caso es la edad, menos los años de educación completa, menos 5. Cinco es la edad a la que se supone los niños comienzan la primaria. 73 Diferenciales salariales entre hombres y muieres no asalariadas durante el período l 984 - 1994 respecto a los hombres es debido a discri- minación. Adicionalmente, dichos resulta- dos muestran una disminución en el dife- rencial salarial total, lo cual se explica, fun- damentalmente, por una reducción en el diferencial generado u originado por carac- terísticas diferentes entre ambos grupos. Este autor argumenta que dicha reducción ha sido consecuencia de la mayor educación alcanzada por las mujeres. Finalmente, muestra que mientras la reducción en la discriminación, debido a diferentes carac- terísticas ha sido un permanente proceso entre 1976 y 1989, este no es el caso para el componente de discriminación propia- Finalmente, es importante decir que sólo Tenjo (1993) ha estudiado el diferencial salarial para trabajadores no asalariados. Sus resultados sugieren que dicho diferen- cial es mucho mayor que para trabajadores asalariados, excluyendo las empleadas de servicio doméstico; en contraste con dicho grupo, las mujeres no asalariadas presen- tan una mayor disminución en el factor dis- criminación durante los años ochenta, y este último explica cerca del 72.3<7c del di- ferencial total en 1989. Metodología mente, pues disminuyó dramáticamente en Descomposición de Oaxaca 1980, pero ha permanecido casi constante durante los años ochenta. Tal como ha sido mencionado por Tenjo (1993), la forma tradicional de estimar di- Tenjo (1993) y Vélez y Winter (1992) es- ferenciales salariales es a través de la me- tán de acuerdo que para Colombia en los todología propuesta por Oaxaca (197:-n, la años ochenta, las diferencias en la estruc- cual ha sido extensamente utilizada en la tura del mercado laboral son más impor- economía laboral. tantes que las diferencias en la dotación de capital humano, como explicación de los di- ferenciales de salarios entre hombres y mujeres. Por tanto, gran parte de dicho di- ferencial puede ser atribuido a pura y fran- ca discriminación. Sin embargo, la reduc- ción en el diferencial total, así como en la discriminación propiamente dicha, ha sido mucho más lenta. 74 La pregunta fundamental de la cual se par - te es si los salarios entre hombres y muje- res trabajadores comparables, difieren o no entre sí. Por tanto, al analizar los diferen- ciales salariales entre hombres y mujeres tiene que permitirse que los salarios difie- ran por dos razones o fuentes diferentes de variación: El primero es que los sala- PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 rios pueden diferir entre hombres y muje- res porque las características de educación y experiencia difieren entre ellos. Es de- cir, las mujeres pueden tener más o me- nos educación en comparación con los hom- bres y las mujeres podrían tener menos ex- periencia debido al tiempo que estas, en general, dedican a la matermdad y crianza de los hijos. Podría decirse que no hay ra- zón para preocuparse por dicho tipo de di- ferencial, pues este meramente indica que los trabajadores más calificados, sean mu- jeres u hombres, reciben mayor pago. La segunda fuente de variación es que los sa- larios podrían diferir si los retornos a las características individuales difieren entre géneros. Este es el diferencial salarial neto de los efectos de diferencias en caracterís- ticas y es considerado como una cuasi ren- ta pagada al trabajador solamente por el gé- nero, en este caso por el hecho de ser hom- bre. Este último componente es el que tra- dicionalmente se considera como una me- dida de la discriminación en el mercado la- boral. La forma como Oaxaca (1973) propone tal descomposición fue previamente presen- tada y explicada por Tenjo (199:·3) 8• Sin embargo, la presente investigación utilizó cuatro tipos de ecuación para la descom- posición de Oaxaca9• Dichas ecuaciones son semilogarítmicas de ingresos tipo mince- rianas (Mincer, 1974) y se estimaron se- paradamente para hombres y mujeres. Las funciones mincerianas fueron originalmen- te introducidas con el fin de analizar qué variables determinan los ingresos salaria- les, en particular la relación entre capital humano e ingresos, donde el capital huma- no es, en forma general, definido como edu- cación y experiencia laboral. Estas funcio- nes mincerianas se pueden estimar usan- do las técnicas econométricas standard y cross-section data definida para individuosen un punto particular del tiempo. En esta investigación dicha función se estimará usando el método de mínimos cuadrados ordinarios. Unos cálculos adicionales son requeridos con el fin de poder obtener la significancia estadística de los componentes resultan- tes de la descomposición de Oaxaca. Dado que los estimadores de los componentes del diferencial son funciones lineales de p, la matriz de los coeficientes reales, la va- rianza de cada componente estimado pue- de ser obtenida como una función lineal de los estimadores de p. Por tanto, la varian- za del diferencial estimado, y que se origi- na en las diferencias en características Para la explicación y representación gráfica de la metodología de Oaxaca ver Tenjo /1993), pp ll 7-119. " Para la especificación de la ecuaciones uti!i?adas ver Anexo Metodológico. 75 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 entre hombres y mujeres es medido a tra- de Hogares (ENH) realizada por el Dane vés de: en las diez principales ciudades en junio111 de 1984, 1988, 1992 y 199411 • Esto signifi- XIX' (1) donde X= (Xh - Xm) = y I: es la matriz de varianza-covarianza obtenida de la ecuación de ingresos salariales de hombres. La varianza del otro componente del dife- rencial es luego medida como: XIX' (2) ca que la cobertura de la muestra es exclu- sivamente del mercado laboral urbano. La mayoría de los estudios previos ha tomado solo en consideración a Bogotá. Las muestras originales incluyen respec- tivamente 42.202, 37.420, 32.918, y 32.948 individuos entre 12 y más años que decla- raron cualquier actividad laboral, sin impor- tar la percepción de un salario, durante la semana anterior a la recolección de la donde X es el vector de los valores de las muestra. El análisis está restringido a tra- medias de las mujeres y I: es la suma de bajadores no asalariados entre 15 y 65 años las matrices de varianza y covarianza de de edad, con ingresos diferentes o mayo- las ecuaciones para hombres y mujeres. res a cero de quienes reportaron tener solo una ocupación principal. Por tanto, la mues- Base de datos y muestra tra utilizada para el análisis está limitada para aquellos que ya tienen un solo trabajo La base de datos usada en esta investiga- u ocupación12 • Este hecho debe ser tenido ción es extraída de la Encuesta Nacional en cuenta al evaluar y hacer conclusiones. 1º La razón para utilizar los junios es que las encuestas de dichos años incluyen el módulo al sector informal. Dicho módulo permite obtener información usualmente no disponible en las encuestas de hogares de otros meses diferentes. Estas preguntas incluyen importantes variables para la estimación de la funcio- nes de ingreso salarial extendidas, tales como tamaño de planta. 11 Existen dos razones para escoger dichos años: Primero, el ajuste estructural (estabilización más liberali- zación del comercio internacional) fue realizado durante dicho período. Más aún. algunos efectos de la apertura económica ya se habían presentado en la economía para 1994 (Hommes et al., 1994, Cárdenas y Gutiérrez, 1996). En segundo lugar, existen varios problemas estadísticos en la encuesta de 1990 que afectan la compatibilidad de la serie (Caro, 1994). La encuesta de 1986 se eliminó con el fin de mantener dos períodos de tiempo comparables: 1984-1988 y 1992-1994. 11 La exclusión de aquellos trabajadores que reportaron más de un trabajo podría truncar la muestra; sin embargo, de acuerdo con Psacharopoulos et al (1992) es posible decir que aquellos que tienen más de un trabajo u ocupación están similarmente distribuidos entre asalariados y no asalariados, y entre mujeres y hombres, por lo tanto las estimaciones no estarían sujetas a un serio sesgo estadístico. 76 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 Un potencial sesgo de selección aparece cuando mujeres son incluidas en la mues- tra. Mujeres con menor educación tienen mayores tasas de fertilidad, disminuyendo la participación de estas mujeres en el mer- cado laboral; en este último caso surge el problema de la estimación de los retornos a características usando funciones mince- rianas, lo cual se relaciona con cómo la mujeres destinan su tiempo al mercado la- boral. Por tanto, algunos de los resultados deben evaluarse a la luz de dicha conside- ración. Un problema empírico que resulta es que no se puede seguir o utilizar la tradicional definición de sector informal. De una par - te, los trabajadores familiares sin remune- ración no tienen ingresos y, por tanto, no podría establecerse una comparación en- tre los salarios devengados por los hom- bres versus el de las mujeres. De otra par- te, en el caso de las empleadas domésti- cas, esta es una actividad mayoritariamen- te femenina en Colombia y, por tanto, los salarios de las mujeres no tendrían una con- traparte para establecer la comparación13 • Por tales razones, se excluyó a los trabaja- dores familiares sin remuneración y a las empleadas de servicio doméstico. La pertinencia de la muestra utilizada en esta investigación se corrobora al compa- rar los resultados de las medias estimadas de las principales características de traba- jadores no asalariados hombres con los obtenidos por Psacharopoulos et al (1992) en una muestra que solo incluyó hombres. Los autores construyeron una muestra de 6.727 trabajadores no asalariados, utilizan- do la Encuesta Nacional de Hogares para 10 ciudades en junio de 1984. Las medias para años de escolaridad, edad y horas de trabajo semanales son casi idénticas. No fue posible comparar el ingreso salarial, debi- do a que se desconoce el deflactor, y su base, utilizado por dichos autores. Los Cuadros 1, 2 y 3 presentan las medias de las principales características de hom- bres y mujeres para la muestra y sub-mues- tra utilizada en la presente investigación. Lo primero que es necesario notar es que existe un diferencial en años de escolari- dad entre trabajadores no asalariados, hom- bre y mujeres, estadísticamente significa- 11 Adicionalmente las empleadas de servicio doméstico corresponden a un grupo atípico de trabajadores. Además de ser una ocupación mayoritariamente femenina con bajos salarios y bajos niveles educativos, su salario incluye salarios en especie, cuyo valor puede estar viciado por problemas metodológicos en el cuestionario y la recolección de la información. Los resultados de Tenjo (1993) muestran cómo son de sensibles tanto la tasa de retorno a la educación como los diferenciales salariales entre hombres y muje- res a la inclusión y exclusión de las empleadas de servicio doméstico. 77 Diferenciales salariales entre hombres y muieres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 tivo en favor de los primeros, así como para los cuenta-propia. Este resultado contras- ta con la media obtenida por Tenjo (1993) para trabajadores asalariados, pues en ese caso las mujeres presentan mayores nive- les de educación. Sin embargo, este dife- rencial ha venido disminuyendo a lo largo del período. En el caso de los empleado- res, dicho diferencial favorece a las muje- res y es también estadísticamente signifi- cativo. En segundo lugar, y después de construir el t-test para diferencias en me- dias y proporciones, es posible decir que el promedio de educación para los trabaja- dores no asalariados ha crecido estadísti- camente a lo largo del período 1984-1994, y también al comparar 1994 y 1988 y 1988 con 1984. Dicho comportamiento es simi- lar, tanto para la totalidad de las trabajado- ras no asalariadas mujeres, como para los dos géneros en cada una de las sub-mues- tras utilizadas. Nótese, sin embargo, cómo la media de los años de educación ha creci- do más rápidamente para las mujeres que para los hombres. La media de la proporción de los diferen- tes niveles de cualificación educativa pre- senta dramáticos cambios. La proporción de trabajadores no asalariados sin educa-ción disminuyó estadísticamente, tanto para hombres, como mujeres a lo largo de todo el período. Dicha reducción es de 40St, en el caso de los hombres entre 1984 y 78 1994, y de 55%, para mujeres (Cuadro 1). Dicha proporción se reduce estadística- mente también para ambos géneros en las respectivas sub-muestras (Cuadros 2 y 3). Adicionalmente, mientras a comienzos del período había más mujeres, tanto en total como cuenta propia, que hombres sin edu- cación, dicho diferencial se vuelve no sig- nificativo estadísticamente en 1994. El comportamiento de la proporción para primaria es más disímil entre géneros y sub-muestra. Mientras la proporción de trabajadores no asalariados hombres con primaria se reduce estadísticamente en el período, esta permanece constante para las mujeres. Algo similar ocurre con la sub- muestra de cuenta-propia y, en el caso de empleadores, dicha proporción decrece entre 1984-1994 para hombres y entre 1988 y 1994 para mujeres. En el caso de las proporciones para secun- daria se presentan incrementos notables y estadísticamente significativos, particular- mente entre 1984 y 1994 y 1988 y 1994, Por tanto, el número, tanto de hombres, como de mujeres con educación secunda- ria completa aumentó en el período para las diferentes sub muestras. Dicho incre- mento fue de 60¼, en el caso de todos los hombres, y de 100%, en el caso de todas las mujeres. Tal incremento determinó que el diferencial en la proporción en educa- PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 Cuadro 1 Características medias de la muestra Total hombres - Total mujeres T rebajadores independientes Varlable 1984 1988 1992 1994 t-test t-test t-test 88,184 94J88 94-84 Total hombres Edad 38.87 39.20 39.30 39.40 0.072 0.192 0.008 Horas semanales 50.90 51.10 51.40 51.30 0.242 0.253 0.082 Años de escolaridad 6.5 6.9 7.3 7.6 0.001 0.000 0.000 Sin educación 0.05 0.04 0.03 0.03 0.004 0.002 0.000 Primaria inicial 0.24 0.22 0.18 0.17 0.005 0.000 0.000 Primaria 0.24 0.25 0.24 0.22 0.102 0.001 0.004 Secundaria inicial 0.26 0.27 0.26 0.28 0.107 0.119 0.007 Secundaria 0.10 0.12 0.15 0.16 0.001 0.000 0.000 Universidad inicial 0.04 0.04 0.04 0.05 1.000 0.006 0.004 Universidad 0.06 0.06 0.08 0.08 1.000 0.000 0.000 Ingreso salarial x hora 299.25 289.77 285.89 400.89 0.177 1.000 1.000 Experiencia potencial 27.3 27.3 26.9 26.8 0.484 0.028 0.078 Total mujeres Edad 38.69 38.30 38.30 38.60 0.091 0.145 0.374 Horas semanales 40.70 41.50 39.50 42.00 0.062 0.165 0.006 Años de escolaridad 5.8 6.3 6.8 7.3 0.001 0.000 0.000 Sin educación 0.09 0.06 0.06 0.04 0.000 0.001 0.000 Primaria inicial 0.27 0.25 0.20 0.18 0.039 0.000 0.000 Primaria 0.23 0.23 0.23 0.22 1.000 0.176 0.172 Secundaria inicial 0.25 0.26 0.27 0.28 0.188 0.040 0.004 Secundaria 0.09 0.11 0.15 0.18 0.005 0.000 0.000 Universidad inicial 0.02 0.04 0.04 0.04 0.000 1.000 0.000 Universidad 0.04 0.04 0.05 0.06 1.000 0.001 0.001 Ingreso salarial x hora 200.56 186.53 198.28 280.36 0.073 0.000 0.00 Experiencia potencial 27.90 27.0 26.6 26.3 0.004 0.017 0.001 Nota: t test = 1- Prob. v. 79 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 Cuadro 2 Características medias de la muestra Hombres - mujeres cuenta-propia Variable 1984 1988 1992 1994 t-test t-test t-test 88184 94188 94-84 Hombres C/propia Edad 38.3 38.6 38.6 39.0 0.122 0.070 0.003 Horas semanales 50.2 50.4 50.4 50.4 0.271 1.000 0.274 Años de escolaridad 6.2 6.4 6.9 7.1 0.007 0.000 0.000 Sin educación 0.05 0.05 0.04 0.04 1.000 0.014 0.009 Primaria inicial 0.26 0.23 0.19 0.19 0.001 0.000 0.000 Primaria 0.24 0.25 0.25 0.23 0.130 0.017 0.126 Secundaria inicial 0.26 0.28 0.28 0.29 0.015 0.155 0.001 Secundaria 0.09 0.11 0.15 0.16 0.001 0.000 0.000 Universidad inicial 0.03 0.03 0.035 0.04 1.000 0.006 0.004 Universidad 0.05 0.04 0.05 0.06 1.000 0.001 0.001 Ingreso salarial x hora 241.30 221.64 218.72 287.1 O 0.011 0.001 0.001 Experiencia potencial 27.0 27.2 26.7 26.9 0.312 0.176 0.001 Mujeres C/propia Edad 38.6 38.1 38.2 38.5 0.035 0.095 0.296 Horas semanales 39.8 40.2 38.3 40.8 0.235 0.137 0.033 Años de escolaridad 5.5 6.0 6.5 6.9 0.001 0.000 0.000 Sin educación 0.09 0.06 0.06 0.05 0.000 0.066 0.000 Primaria inicial 0.29 0.27 0.21 0.19 0.948 1.000 1.000 Primaria 0.23 0.24 0.23 0.23 0.195 0.195 1.000 Secundaria inicial 0.25 0.26 0.28 0.28 0.201 0.050 0.006 Secundaria 0.08 0.10 0.14 0.16 0.006 0.000 0.000 Universidad inicial 0.02 0.03 0.03 0.03 0.001 1.000 0.009 Universidad 0.03 0.03 0.03 0.05 1.000 0.001 0.001 Ingreso salarial x hora 178.95 158.70 172.69 215.60 0.281 0.000 0.001 Experiencia potencial 28.0 27.1 26.7 26.7 0.004 0.128 0.001 Nota: t test = 1- Prob. v. 80 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 Cuadro 3 Características medias de la muestra Hombres - Mujeres empleadoras Variable 1984 1988 1992 1994 t-test t-test t-test 88184 94'88 94-84, Hombres empleadores Edad 41.3 41.1 41.0 40.5 0.354 0.082 0.035 Horas semanales 53.9 53.6 53.9 53.7 0.302 0.430 0.361 Años de escolaridad 7.8 8.4 8.5 8.8 0.001 0.011 0.000 Sin educación 0.03 0.01 0.02 0.02 0.001 0.015 0.047 Primaria inicial 0.17 0.16 0.15 0.11 0.248 0.001 1.000 Primaria 0.23 0.22 0.20 0.20 0.272 0.101 0.028 Secundaria inicial 0.26 0.24 0.24 0.26 0.121 0.115 1.000 Secundaria 0.15 0.16 0.17 0.19 0.242 0.020 0.003 Universidad inicial 0.05 0.07 O.OS 0.06 0.017 0.147 0.123 Universidad 0.11 0.14 0.16 0.16 0.011 0.063 0.001 Ingreso salarial x hora 537.27 517.30 458.38 727.29 0.281 0.001 0.002 Experiencia potencial 28.5 27.8 27.5 26.6 0.076 0.014 0.001 Mujeres empleadoras Edad 40.0 39.8 39.5 39.4 0.394 0.302 0.213 Horas semanales 49.8 51.6 47.7 50.3 0.072 0.109 0.360 Años de escolaridad 8.4 8.4 8.8 9.8 1.000 0.001 0.001 Sin educación 0.03 0.03 0.03 0.007 1.000 0.012 0.021 Primaria inicial 0.17 0.15 0.14 0.08 0.252 0.002 0.001 Primaria 0.17 0.18 0.16 0.14 0.373 0.070 0.148 Secundaria inicial 0.24 0.24 0.21 0.23 1.000 0.374 0.382 Secundaria 0.18 0.21 0.21 0.26 0.175 0.054 0.006 Universidad inicial 0.08 0.10 0.08 0.11 0.194 0.328 0.093 Universidad 0.13 0.10 0.15 0.16 0.126 0.007 0.137 Ingreso salarial x hora 425.43 394.62 382.18 722.66 0.254 0.002 0.001 Experiencia potencial 26.6 26.4 25.7 24.6 0.431 0.030 0.028 Nota: t test = 1- Prob. v. 81 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 ción secundaria completa en favor de las mujeres se tornara estadísticamente sig- nificativo para 1994. Tanto los hombres como las mujeres cuenta-propia también aumentaron en porcentaje similar, pero en el caso de los empleadores los hombres tu- vieron un mayor incremento, a pesar de ello las mujeres empleadoras tienen una mayor proporción con educación completa secundaria que los hombres. Dicho incre- mento para los empleadores hombres tam- poco impidió que para 1994 el diferencial en dicha proporción en favor de las muje- res empleadoras se tornara estadísticamen- te significativo. La proporción de mujeres con educación superior creció un 50.0o/c durante el perío- do, mientras que la de los hombres se in- crementó en un 33.0%. La diferencia en proporciones en favor de los hombres con universidad es estadísticamente significa- tiva y no se redujo en el período. Los hechos más destacables son, por tan- to, el incremento en la proporción de hom- bres y mujeres con educación secundaria y también con educación universitaria. Sin embargo, el incremento en la proporción de las mujeres con secundaria fue mayor que el de los hombres, favoreciendo a las primeras, pues presentaron un diferencial en la respectiva proporción, estadística- 82 mente favorable con respecto a los hom- bres para el final del período. En el caso de la proporción para educación superior, am- bos géneros la aumentaron, pero el dife-rencial en favor de los hombres se mantu- vo a lo largo del período. Las media de edad creció estadísticamen- te solo si se compara 1994 con 1984 y en el caso de los hombres en las distintas submuestras. Tanto los trabajadores no asalariados hombres, como mujeres in- crementaron el número de horas labora- das por semana. A pesar de ello, los hom- bres trabajan un mayor número de horas por semana que las mujeres, diferencia que es estadísticamente significativa. La media de años de experiencia potencial decrece estadísticamente a lo largo del período, salvo en el caso de los cuenta- propia cuya media permaneció estadísti- camente constante. Las cifras muestran que los ingresos labo- rales reales por hora de los trabajadores independientes se redujeron estadística- mente al comienzo del ajuste en los años ochenta, 3.17% en el caso de los hombres y 7% en el caso de las mujeres, salvo en el caso de el total hombres y de las mujeres empleadoras, pero entre 1992 y 1994 cre- cieron de manera apreciable (40.22% en el caso de los hombres y 41.4% en el caso de PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 las mujeres), situándose en niveles supe- riores a los del comienzo del período14• Resultados de las estimaciones Funciones de ingreso salarial Funciones mincerianas Los resultados de las funciones de ingreso tipo minceriano muestran un R2 ajustado de alrededor de 26.5% para los trabajadores no asalariados hombres y un poco menor, al- rededor de 21.3%, en el caso de las muje- res. Dicho coeficiente disminuye ligera- mente entre 1984 y 1994: en el caso de los hombres a 25.2% y en el de las mujeres a 20.8%, lo cual es una disminución mucho menor que la observada, en el caso de los hombres asalariados para el mismo perío- do (Perfetti (1996) y que la observada a lo largo del ajuste para Bolivia y Costa Rica, por ejemplo, (Horton et al, 1991). Los co- eficientes estimados tienen los signos es- perados, es decir, los signos para educación, años de educación en este caso, y experien- cia potencial son positivos, mientras que el del término cuadrático de la experiencia potencial es negativo. De otra parte, los t- estadísticos resultantes para dichos coefi- cientes son considerablemente elevados y, por tanto, son altamente significativos. La muestra de hombres se subdividió en otra sub-muestra: cuenta-propia y emplea- dores. El mismo procedimiento se siguió para las mujeres. En el caso de los cuenta propia y los empleadores hombres, los R2 ajustados son similares a los obtenidos en el caso de los no asalariados hombres; aun- que la disminución en dicho coeficiente es menor. Los coeficientes de las variables, tanto en el caso de los cuenta-propia, como de los empleadores hombres tienen los sig- nos esperados, salvo en el caso del térmi- no cuadrático de la experiencia potencial para los empleadores15• Igualmente los t- estadísticos de los respectivos coeficien- tes son elevados para los cuenta propia. En el caso de la sub-muestra de las muje- res cuenta-propia y empleadoras, los R2 ajustados son menores que para las ecua- 14 La caída en los ingresos salariales reales durante la estabilización macroeconómica de los años ochenta ha sido mostrada por varios autores Robbins (1995), ILO (1989), entre otros. 15 En el caso de los empleadores, sólo el término cuadrático de la experiencia potencial no es significativo entre 1988 y 1992, Jo cual podría estar asociado con el tipo de labor que éstos realizan. Es decir, dicho resultado se podría interpretar en el sentido que para los empleadores el perfil de ingresos laborales durante la vida laboral no necesariamente alcanza un pico para después decrecer. Podría ser que para poder permanecer en el negocio o en el mercado, éstos tienen que estar actualizando permanentemente su conocimiento. 83 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 ciones respectivas de los hombres. El R2 ajustado para las cuenta-propia mujeres permanece casi inalterado al compararse con 1994. En contraste, el R2 ajustado para las mujeres empleadoras cae de manera im- portante entre 1984 y 1994 de 30.7o/c a 15. 77c respectivamente. Esto indicaría, en principio, que las variables de la ecuación minceriana son ahora menos importantes que al comienzo del período en la determi- nación de los ingresos salariales para este grupo particular. Los coeficientes de las variables presentan los signos esperados y con t-estadísticos bastante significativos para las cuenta-propia mujeres16• Funciones extendidas Investigaciones empíricas han mostrado que hombres casados reciben unpremium mayor en comparación con aquellos en otro estado marital (Hamermesh and Rees, 1993, Chapter I y Koreman y Neumark, 1991). El tamaño de planta puede ser utilizado como proxy de pertenencia al sector for - mal de la economía. Trabajadores entama- ños de planta grande están better off que trabajadores en pequeñas empresas, de acuerdo con estudios llevados a cabo acer - ca del sector informal; en otras palabras, entre más pequeño sea el establecimien- to, mayor es la posibilidad de menores sa- larios o ingresos del trabajo debido a la pre- sencia de actividades informales, lo cual se La introducción de la ecuación extendida origina en el hecho que estas no están re- para la estimación de las ecuaciones de in- guiadas. greso salarial se hizo con el fin de incluir en el vector de características otros facto- res que igualmente inciden en los ingre- sos salariales, tales como el estado mari- tal, antigüedad del trabajador, el tamaño de empresa, las ocupaciones, el sector econó- mico y la ciudad de residencia. Finalmente, la inclusión de ocupaciones, sector económico y ciudad de residencia adicionan el efecto de estas variables en los ingresos. La economía laboral ha mos- trado, por ejemplo, cómo trabajadores que laboran en ciertas ocupaciones, industrias, '' Excepto 1994 cuando el coeficiente de la experiencia potencial no es negativo, ni es significativo, como tampoco lo es el de la experiencia. Este es un resultado sorprendente que requeriría un análisis adicional con el fin de establecer los cambios que pueden haber ocurrido al interior de este segmento en cuanto a su composición. De otra parte, al igual que en el caso de los empleadores hombres, la experiencia potencial no es significativa entre 1984 y 1992 y tampoco presenta el signo correcto en 1984. Esto podría tener la misma interpretación que para los hombres, lo cual sería consistente. Sin embargo, en 1994 los t estadís- ticos son altamente significativos y presentan los signos correctos. 84 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 ciudades o regiones reciben salarios más altos debido a los mayores riesgos o inco- modidades generados en la ocupación, in- dustria, ciudad o región respectiva y, por tanto, se asume que el premium recibido compensa ese mayor riesgo o desconfort. De otra parte, es necesario tener en cuen- ta el papel que desempeña la introducción del control por ocupaciones. En general, se concibe que las ocupaciones podrían estar relacionadas con educación, pues ciertas ocupaciones requieren determina- dos niveles de educación. Como era de esperarse, las funciones ex- tendidas presentan un Rz ajustado mayor con respecto a las mincerianas. Para la to- talidad de trabajadores no asalariados hom- bres dicho coeficiente era 34.4% en 1984 y 35.9% en 1994. En el caso de las trabajado- ras no asalariadas mujeres, el Rz ajustado era 29.2% y 30. 7% respectivamente. Esto indica que, al igual que en las funciones mincerianas, las ecuaciones para los hom- bres presentan un coeficiente de determi- nación mayor que para las mujeres. Para ambas sub-muestras se presenta, en con- traste con las mincerianas, un ligero aumen- to en dicho coeficiente. Los coeficientes de educación o años de escolaridad, experien- cia potencial y su términocuadrático pre- sentan los signos esperados y son altamente significativos a lo largo del período. 85 El premium para trabajadores no asalaria- dos hombres en empresas de más de 10 trabajadores con respecto al grupo de con- trol, empresas de 2-5 trabajadores, y tam- bién para aquellos en empresas entre 6- 10 trabajadores, aunque menor, es positi- vo y estadísticamente significativo a lo lar- go del período. Como se mencionó, esta variable podría ser considerada una proxy de pertenencia al sector formal, en el sen- tido que, en promedio, a mayor tamaño menor será el efecto de pertenencia al sec- tor informal en los ingresos del trabajo. La mayor antigüedad en la actividad del tra- bajador no asalariado hombre también ge- nera un premium positivo y estadística- mente significativo con respecto a los que tienen una antigüedad menor de tres años. Los casados reciben un premium positivo y estadísticamente significativo con res- pecto a los solteros para esta misma mues- tra. Este resultado estaría en cierta medi- da en concordancia con los resultados de los estudios empíricos mencionados atrás. Como era de esperarse, los cuenta-propia tienen unpremium negativo con respecto a los empleadores. Los trabajadores no asa- lariados hombres ocupados como adminis- tradores y directores tienen un premium positivo y mayor que el de los ocupados en ocupaciones profesionales, el cual, a su vez, es positivo y casi igual que el de ocu- paciones de profesiones liberales. Este Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 último premium es también positivo y mayor que el de los ocupados como ven- dedores. Dichos premium son estadística- mente significativos y el grupo de control, en este caso, son los trabajadores manua- les no calificados. Ello sería un indicativo de que la teoría del capital humano es váli- da aun para trabajadores no asalariados, en el sentido que a mayor grado de califica- ción, mayores ingresos salariales por hora. Un resultado interesante es que solo los trabajadores no asalariados hombres en el sector transporte obtienen un premium positivo y estadísticamente significativo con respecto a los ocupados en la construc- ción. Por tanto, los ocupados en la indus- tria manufacturera, comercio y servicios reciben un premium negativo y estadísti- camente significativo17 con respecto al mismo grupo de control. La mayoría de estos trabajadores recibe un premium ne- gativo con respecto a los que viven en Cali18• En otras palabras, los trabajadores no asalariados que viven en Cali tienen un ingreso salarial por hora mayor que los que habitan en muchas de las otras ciudades cubiertas por la encuesta. En el caso de las trabajadoras no asalaria- das mujeres los resultados son bastante similares en cuanto a que mayor el tamaño de empresa, mayor el premium. El diferen- cial entre ambos sexos para dicho premium no es estadísticamente significativo. Lo mismo sucede con la antigüedad. Mientras que el premium derivado del estado mari- tal no era significativo en 1984, este se vuelve positivo para 1994 y es mayor para las mujeres divorciadas que para las casa- das con respecto a las mujeres solteras, pero el diferencial en el premium para ca- sados entre hombres y mujeres no es sig- nificativo. Las mujeres que se desempe- ñan como cuenta-propia tienen un premium negativo y estadísticamente significativo con respecto a las empleadoras. Dicha bre- cha creció entre 1984 y 1994 hasta el pun- to que el diferencial entre hombres y mu- jeres se volvió significativo en 1994. Las mujeres ocupadas como profesionales, las ocupadas en profesiones liberales, direc- toras, y gerentes y vendedoras de servi- cios tienen un premium positivo y estadís- ticamente significativo con respecto a las mujeres trabajadoras manuales sin califi- cación, y cada uno de esos premium se comportan tal como se describió en el caso de los hombres. Ello mostraría que la teo- ría del capital humano también es válida para las trabajadoras no asalariadas muje- res. Además, para 1984 el diferencial en el premium entre hombres y mujeres profe- 1 ' El premium para aquellos ocupados en el sector servicios deja de ser significativo en 1994. '" Dicho premium no es significativo estadísticamente sólo para los que habitan en Medellín, y Bucaraman- ga, y Villavicencio en 1984 y Pereira en 1994. 86 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 sionales, y las que ejercen profesiones li- berales, favorecía a estas últimas y era es- tadísticamente significativo. Para 1994 el premium, tanto para mujeres directoras y administradoras o gerentes, así como para las vendedoras en el sector servicios dejó de ser estadísticamente significativo. En el año 1984, solo el premium de aquellas que laboran en el sector transporte es signifi- cativo estadísticamente y positivo al mis- mo tiempo con respecto al sector construc- ción. Este último resultado debe ser eva- luado con precaución debido al menor nú- mero de mujeres que labora en el sector de la construcción. Para 1994, el premium para aquellas ocupadas en el sector comer- cio es, además, estadísticamente significa- tivo, pero negativo con respecto al grupo de control. El premium por ciudad de resi- dencia es estadísticamente significativo para varias de las ciudades19, pero es nega- tivo con respecto a Cali. te similares respecto a los obtenidos para la totalidad de trabajadores no asalariados hombres, no tanto en cuanto a la magnitud de los diferentes premium, sino en cuanto a las características de significancia esta- dística de los coeficientes, el signo y el ran- king del premium. Una de las pocas excep- ciones es que el premium de los ocupados como vendedores deja de ser significativo para esta submuestra, tanto para 1984 como 1994. Los coeficientes del vector de caracterís- ticas para las cuenta propia mujeres21 tam- bién son bastante similares con respecto a los estimados para la totalidad de trabaja- doras no asalariadas. Quizás una de las di- ferencias más significativas en este caso es que el premium de las mujeres casadas o divorciadas no es estadísticamente sig- nificativo para el 84, aunque sí para el 94. Adicionalmente, solo el premium de aque- llas ocupadas en el sector transporte es Los resultados de los diferentes premium estadísticamente significativo, tanto para para cuenta-propia hombres20 son bastan- 1984, como para 1994. 19 Con la excepción de Barran quilla y Bucaramanga para el 84 y de éstas dos mismas más Bogotá, Medellín, Villavicencio y Pereira para el 94. "' En el caso de los cuenta propia hombres, el R2 ajustado era 27.6% en 1984 y de 28.0% en 1994. Las variables de educación, experiencia potencial y su término cuadrático presentan los signos esperados y son altamente significativas estadísticamente. 21 En el caso de las cuenta-propia mujeres dicho coeficiente es nuevamente menor: 23.3% en 1984 y 22.9':k: en 1994. Los signos de dichas variables también se comportan de acuerdo con la teoría del capital humano y son estadísticamente significativos, aunque tal como en el caso de la función minceriana, el coeficiente del termino cuadrático de experiencia potencial no es negativo, y no es significativo estadísticamente en conjunto con la variable simple de experiencia potencial en 1994. Este es un resultado que amerita una posterior revisión para su interpretación. 87 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 El R2 ajustado para empleadores hombres es 34.9% en 1984 y de 35.2% para 1994. En el caso de las empleadoras mujeres di- cho coeficiente pasa de 40.29c a 33.3% res- pectivamente. Las variables de educación, experiencia potencial y su término cuadrá- tico tienen el signo esperado para los hom- bres en 1984 y 1994, y para la mujeres en este último año. Dichas variables son, ade- más, estadísticamente significativaspara los mismos años, pero los coeficientes de los dos términos de experiencia no lo son para 1984. En el caso de los hombres, el premium para los casados con respecto a los solteros no es estadísticamente significativo en 1984 y 1994. El premium por antigüedad es po- sitivo y estadísticamente significativo para los dos años. El premium para tamaño de empresa muestra que a mayor tamaño de empresa, mayor premium y es estadísti- camente significativo para 1984 y 1994. Los ocupados como profesionales, direc- tores y administradores y los vendedores presentan un premium con signo positivo con respecto al grupo de control y, ade- más, son estadísticamente significativos para 1984. Para 1994 solo el coeficiente para los ocupados como profesionales es significativo estadísticamente, positivo, al igual que para ciertas ocupaciones de tra- bajadores no calificados, negativo. Ello in- dica que la teoría del capital humano tam- bién se aplica, en cierta medida, para los empleadores. Solo el coeficiente o pre- mium para la industria del transporte es significativo. Este último resultado puede estar afectado por el grupo de control uti- lizado. En 1994 el premium para los ocu- pados en el sector financiero y en el sec- tor de los servicios personales y comuna- les también es significativo. Para las mujeres empleadoras tampoco es estadísticamente significativo en ninguno de los dos años el premium originado en el estado marital. Al igual que en el caso de los empleadores hombres, a mayor tama- ño de empresa, mayor premium, el cual es estadísticamente significativo. Un resultado que llama la atención para 1984 es que ninguno de los coeficientes de las variables para ramas ocupacionales son significativas, al igual que para industrias o sectores y regiones22 • Este resultado pue- de estar no solo afectado por el carácter particular de la ocupación de empleadores, en cuanto a la pertinencia de la ecuación del tipo usado sino, también, por el tamaño de la muestra. Para 1994 el premium para ciertas ocupaciones de trabajadores no calificados, para el sector transporte, financiero y de los servicios es significativo. 88 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 Tasas de retorno a la educación Usando funciones mincerianas El Cuadro 4 muestra las tasas de retorno a la educación para trabajadores no asala- riados entre 1984 y 1994. Para dicha esti- mación se utilizó la variable continua de años de educación. Las estimaciones de las diferentes tasas de retorno a la educación son estadísticamente significativas y pre- sentan el signo esperado. Las tasas de retorno para el total de hom- bres fue estimada aproximadamente en 13% para 1984 y permaneció constante a lo largo del período. La tasa de retorno a la educación para el total de las mujeres se estimó en 14.4% para 1984 y disminuye estadísticamente al estimarse para 1994 en 12.5<;f23 • Tal disminución hace que el diferencial, estadísticamente significativo, en las tasas de retorno en favor de las mujeres que existía para 1984 desaparez- ca para 1994. Este resultado de los dife- renciales en las tasas de retorno a favor de las mujeres debe tenerse en cuenta con precaución. Dicho diferencial puede pro- venir de una sobreestimación de las tasas de retorno a la educación de las mujeres debido al problema de sesgo de selección. Este problema ha sido ampliamente docu- mentado por la literatura del tema. Re- cientemente Falaris (1995), muestra para Venezuela cómo, por lo general, las esti- maciones de las tasas de retorno a la edu- cación de las mujeres están sobreestimadas cuando no son corregidas por el sesgo de selección24 • El problema de la participa- ción de la mujer en el mercado laboral y el efecto de la educación en la misma, a tra- vés de distintas variables tiene un papel primordial en dicho resultado. Por tanto, las presentes estimaciones deben ser eva- luadas con precaución. 2.1 Estas tasas no son comparables con las reportadas por Tenjo (1993) debido a que las muestras son dife- rentes. Dicho autor tomó sólo Bogotá, mientras que la muestra utilizada en la presente investigación comprende las diez ciudades cubiertas por la muestra original del Dane. Las tasas estimadas en este reporte y reportadas atrás son comparables a las obtenidas por Psacharopoulos et al (1992) para trabaja- dores no asalariados hombres. Dichos autores utilizaron un muestra muy similar a la utilizada para estas estimaciones. Las tasa de retorno a la educación para trabajadores no asalariados estimada por los men- cionados autores para 1984 es de 12.9'7c, que es bastante aproximada a la reportada en el Cuadro 4. 24 Psacharopoulos et al (1992) encuentran, además, que para una muestra de 6727 trabajadores no asalaria- dos hombres en junio de 1984 de las diez principales ciudades de Colombia (con base en la ENH), las tasas de retorno a la adecuación están sobreestimadas debido al sesgo de selección originado en la manera como los trabajadores mismos escogen ser asalariados o no. Este informe no corrigió por sesgo de selec- ción debido a la insuficiencia de información para tal efecto. 89 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 Cuadro 4 Tasas de retorno a la educación Trabajadores no asalariadc.s (Años de educación- ecuación minceriana) (Variable dependiente: en ingreso salarial por hora) Muestra 1984 1988 1992 1984 t-test t-teat t-test 881114 94114 94188 Total Hombres 0.129 ** 0.124 ** 0.129 ** 0.127 ** 0.066 0.207 0.247 (0.003) (0.003) (0.003) (0.003) Adjust.R2 0.265 0.224 0.267 0.252 Mujeres 0.144** 0.136 ** 0.130 ** 0.125 ** 0.120 0.003 0.071 (0.005) (0.005) (0.005) (0.005) Adjust.R2 0.213 0.201 0.215 0.208 Cuenta propia Hombres 0.112 ** 0.107 ** 0.111 ** 0.108 ** 0.003 0.005 0.037 (0.003) (0.004) (0.004) (0.003) Adjust.R2 0.238 0.174 0.211 0.214 Mujeres 0.131 ** 0.123 ** 0.115** 0.109 ** 0.166 0.002 0.037 Empleados Hombres 0.125 ** 0.118 ** 0.134 ** 0.136 ** 0.209 0.093 0.018 (0.006) (0.006) (0.006) (0.006) Adjust.R 2 0.251 0.225 0.296 0.250 Mujeres 0.152 ** 0.115 ** 0.143 ** 0.119 ** 0.030 0.053 0.423 (0.014) (0.014) (0.013) (0.015) Adjust.R 2 0.307 0.189 0.292 0.157 Nota: (1) Errores estándares entre paréntesis. (2) * Estadísticamente significativo a un 10%; ** Estadística- mente significativo a un 5%. (3) Se reporta 1-Prob value del !-test. La disminución de la tasa de retomo puede estar determinada por el aumento en la edu- cación de las mujeres trabajadoras no asala- riadas (Cuadro 2) y del aumento importante en la participación de las mujeres con edu- cación secundaria dentro del total. Es decir, seria un efecto probable del lado de la ofer - ta. También habria que tener en cuenta el efecto de la reducción del sector informal 90 mencionado por Hommes et al (1994), el cual habria implicado un efecto por el lado de la demanda. Sin embargo, es necesario recor- dar que el método y las funciones utilizadas en la estimación de las tasas de retomo a la educación no permite saber cuál fue la cau- sa de la variación, oferta o demanda o am- bos, pues, como se sabe, dichas funciones son de forma reducida y no estructurales. PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 Las tasas de retorno a la educación esti- madas para cuenta propia hombres es me- nor que para el total de hombres y dicha estimación disminuye estadísticamente entre 1984 y 1988 al pasar de 11.9% a 10.7%. Dicha tasa estimada permanece constante entre 1988 y 1994. En el caso de las mujeres dicha tasa estimada para 1984 es 13.1 % y es mayor que la de los hom- bres. Esta tasa disminuye estadísticamen- te a lo largo del período y se sitúa en 10.9% en 1994, dejando de ser mayor con respec- to a la de los hombres. Las tasas de retorno a la educación para empleadores tiene un comportamiento un poco, errático, pues aumentan y disminu- yen en el período.Tomando solo 1984 y 1994 se observa que la tasa aumentó esta- dísticamente para hombres y disminuyó para mujeres. La primera pasó de una esti- mación de 12.5% en 1984 a 13.6% en 1994 y la segunda de 15.2% a 11.9%, respecti- vamente. La mujeres poseían para esta sub- muestra una tasa de retorno a la educación estimada estadísticamente superior a la de los hombres, pero deja de serlo al final del período. usando la ecuación (2) del Anexo. Al igual que para las ecuaciones mincerianas se utilizó la variable continua de años de edu- cación. Las estimaciones de las diferentes tasas de retorno a la educación son esta- dísticamente significativas y presentan el signo esperado. Un resultado muy importante que se ob- tiene mediante el uso de estas funciones es que las tasas de retorno estimadas son mucho menores que las obtenidas con las funciones mincerianas. Este resultado pue- de estar explicado por el sesgo originado por la posible omisión de variables relevan- tes cuando se usan funciones de ingreso tipo minceriana. La tasa de retorno a la educación estimada para el total de trabajadores no asalariados hombres usando funciones extendidas es 9.6% para 1984 y decrece hasta 8. 7% en 1994, aunque aumentó estadísticamente con respecto al 88. En el caso de las muje- res, la tasa estimada para 1984 es de 10.3% y decrece también hasta 8.3%. Esto signi- fica que en el período estudiado las tasas de retorno cayeron estadísticamente, pero las de las mujeres disminuyeron en mayor Usando funciones extendidas cuantía. No puede decirse, sin embargo, que el diferencial entre hombres y muje- El Cuadro 5 presenta las tasas de retorno res en las tasas de retorno a la educación a la educación estimadas usando funciones estimadas sea estadísticamente significa- extendidas. Dichas tasas se estimaron tivo para dichos años. 91 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres " no asalariadas durante el período 1984 - 1994 Cuadro 5 Tasas de retorno a la educación Traba¡adores no asalariados (Años de educación-ecuación extendida) (Variable dependiente: en ingreso salarial por hora) Muestra 1984 1988 1992 1984 Hest t-test t-test 88/84 94184 94188 Total Hombres 0.096 ** 0.079 ** 0.095 ** 0.087 ** 0.001 0.027 0.053 (0.003) (0.004) (0.004) (0.003) Adjust.R2 0.344 0.342 0.363 0.359 Mujeres 0.103 ** 0.093 ** 0.086 ** 0.083 ** 0.110 0.006 0.102 (0.006) (0.006) (0.006) (0.005) Adjust.R2 0.292 0.295 0.305 0.307 Cuenta Propia Hombres 0.098 ** 0.079 ** 0.093 ** 0.082 ** 0.001 0.002 0.296 (0.004) (0.004) (0.004) (0.004) Adjust.R2 0.276 0.245 0.256 0.280 Mujeres 0.101 ** 0.092 ** 0.081 ** 0.082 ** 0.168 0.014 0.119 (0.007) (0.006) (0.006) (0.005) Adjust.R2 0.233 0.232 0.229 0.229 Empleados Hombres 0.082 ** 0.075 ** 0.093 ** 0.099 ** 0.306 0.032 0.011 (0.007) (0.007) (0.007) (0.007) Adjust.R2 0.349 0.339 0.396 0.352 Mujeres 0.111 ** 0.088 ** 0.109 ** 0.085 ** 0.156 0.138 0.453 (0.018) (0.015) (0.014) (0.016) Adjust.R2 0.402 0.282 0.429 0.333 Nota: (1) Errores estándares entre paréntesis. (2) * Estadísticamente significativo a un 10%; ** Estadística- mente significativo a un 5%. (3) Se reporta 1-Prob value del t-test. La tasa de retorno a la educación estimada para los cuenta-propia tiene un patrón si- milar al anterior. La tasa estimada para 1984 para los hombres es de 9.8% y decre- ce hasta 8.2lk en 1994. Las mujeres, por su parte, tenían una tasa estimada de 10.1 % 92 en 1984 y disminuye hasta 8.2'/t en 1994. Al igual que para la totalidad de los trabaja- dores no asalariados, el diferencial entre hombres y mujeres en las tasas de retorno a la educación estimadas no es significati- vo estadísticamente. PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 Lo anterior significa que las tasas de re- torno a la educación para los trabajadores no asalariados, y también para cuenta pro- pia, disminuyen estadísticamente a lo lar- go del período, tanto para hombres, como para muJeres. En el caso de los empleadores, los resulta- dos de las tasas de retorno a la educación estimadas son diferentes, pues en el caso de los hombres aumentan estadísticamen- te entre 1984 y 1994. Estas pasan de 8.0llc a 9.9% respectivamente. La tasa estimada para las empleadoras mujeres permanece constante a lo largo del período. En conclusión, podría decirse que las ta- sas estimadas de retorno a la educación caen estadísticamente y, en general, a lo largo del período, salvo en el caso de los empleadores hombres cuyas tasas aumen- taron y en el caso de las funciones mince- rianas para el total de trabajadores no asa- lariados hombres y empleadores hombres, cuyas tasas estimadas permanecieron cons- tantes entre 1984 y 1994. Estos resulta- dos contrastan con los obtenidos para tra- bajadores asalariados (Perfetti, 1996), en cuyo caso las tasas de retorno a la educa- ción dejaron de disminuir después de las reformas estructurales de los años noven- ta; dichas tasas venían disminuyendo des- de finales de los años setenta, de acuerdo 93 con distintos autores (Londoño, 1995, Psacharopoulos y Vélez, 1992). Estimación de los diferenciales salariales entre hombres y muieres usando la descomposición de Oaxaca Usando la función de ingreso salarial minceriana El Cuadro 6 presenta la descomposición de Oaxaca usando años de educación y la ecua- ción básica minceriana, para el total de tra- bajadores no asalariados. Tres resultados saltan a la vista. En primer lugar, que el diferencial salarial entre hombres y muje- res en el segmento del mercado laboral compuesto por trabajadores no asalariados es considerablemente elevado. El diferen- cial salarial entre hombres y mujeres así calculado es de 51.96c;f en 1984, y 31.50% en 1994. En segundo lugar, se presenta una permanente reducción en el diferencial salarial; esta reducción es estadísticamen- te significativa en la mayoría de casos y particularmente cuando se compara 1994 con 1984 y con 1988, tal y como se observa en el mismo Cuadro 6. Dicho diferencial se redujo, por tanto, aproximadamente 40% en el período. A pesar de dicha reducción, este continúa siendo elevado. El tercer resultado es que solo una pequeña parte Diferenciales salariales entre hombres y muieres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 del diferencial salarial es explicada por di- ferencias en la cantidad de capital humano, aproximadamente 16% en 1984 y 11 % en 1994, mientras que los residuos no expli- cados, o lo que se aduce como discrimina- ción, explican el porcentaje restante. Po- dría decirse, en primera instancia, o por el momento que aunque el diferencial entre hombres y mujeres disminuyó de manera importante entre 1984 y 1994, la contribu- ción de la reducción en diferencias en las características de educación y experiencia entre hombres y mujeres a la disminución del diferencial total fue mayor que la con- tribución de la reducción de los residuos no explicados y, por tanto, el porcentaje de discriminación relativa aumentó en el mis- mo período. El Cuadro 7 presenta la misma estimación pero para cuenta propia. De acuerdo con dichos resultados el diferencial total en tér - minos logarítmicos es 47.34% en 1984 y se reduce a 27.91 % en 1994. Es decir, la tendencia a la reducción en el diferencial también se presenta para esta sub-mues- tra, pero el diferencial sigue siendo bas- tante elevado a pesar de dicha reducción. Los otros resultados son bastante simila- res que para el total de trabajadores no asa- lariados. El resultado de la descomposición de Oaxaca para empleadores (Cuadro 8) difie- re de manera apreciable con respecto a los anteriores, aunque la tendencia a la reduc- ción en el diferencial se mantiene. En pri- Cuadro6 Descomposicion de Oaxaca Trabaiadores no asalariados (Funciones mincerianas usando años de educación Variable continua) - 1• .1a 11194 .... .... .... ... ... ... Diferencial originado en: Diferentes 0.0834 ** 0.0636 **0.0841 ** 0.0353 ** 0.000 0.000 0.000 característ. (0.002) (0.002) (0.002) (0.001} Diferentes retorn 0.4362 ** 0.4251 ** 0.3687 ** 0.2897 ** 0.350 0.001 0.001 a características (0.020) (0.021) (0.021) (0.019) Diferencial bruto total 0.5196 0.4887 0.453 0.325 Notas: (1) Errores estándares entre paréntesis. (2) * Significativo al 10%. ** Significativo al 5%. (3) t test= 1- Prob. V. 94 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 mer lugar, el diferencial en términos loga- rítmicos es mucho menor: 17.13% y 1.68% en 1984 y 1994 respectivamente. En se- gundo lugar, el diferencial que se origina en características diferentes entre hombres y mujeres es negativo, lo cual significa que la cantidad de educación y/o experiencia potencial de las mujeres es mayor que la de los empleadores hombres. Las medias de las características muestrales presen- tadas atrás, por ejemplo, muestran cómo las empleadoras mujeres tienen una me- dia de años de educación mayor (casi un año más de educación) que los hombres. Por último, este diferencial en capital hu- mano en favor de las mujeres crece des- pués de 1988, diferencial que es estadísti- camente significativo para el sub-período 1988-1994 y también 1992-1994. Sin em- bargo, al analizar estos resultados hay que tener en cuenta que el tamaño de la mues- tra es menor. Estos resultados no son comparables con los estimaciones realizadas por Tenjo (1993) debido, principalmente, a la diferen- cia en la muestra utilizada. Dicho autor re- dujo la muestra solo para la ciudad de Bo- gotá25. Es probable que los diferenciales salariales en el caso de trabajadores no asa- lariados para el total nacional urbano sean mayores que los diferenciales para esta da- Cuadro 7 Descomposicion de Oaxaca Trabajadores cuenta propia (Funciones mincerianas básicas usando años de educación Variable continua) ,l_f.a4 - 1~. .. . .... = Mllill. ' ,;, 1- .. -Diferencial originado en: Diferentes 0.067 ** 0.032 ** 0.045 ** 0.022 ** 0.000 0.001 0.001 características (0.002) (0.002) (0.002) (0.001) Diferentes retorn 0.407 ** 0.395 ** 0.328 •• 0.257 ** 0.354 0.001 0.001 a características (0.021) (0.022) (0.022) (0.019) Diferencial bruto total 0.5196 0.4887 0.453 0.325 Notas: (1) Errores estándares entre paréntesis. (2) • Significativo al 10%. •• Significativo al 5%. (3) t test= 1- Prob. V. 25 Además, no fue posible precisar otros detalles de dicha muestra para poder establecei; ¡.ma comparación adecuada. · ' · 95 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 se de trabajadores en Bogotá. A pesar de grupo o sub-muestra; ii) una reducción lo anterior, los resultados coinciden en la entre 1984 y 1994 en el diferencial logarít- tendencia a una reducción en el diferencial mico total, en particular después de 1988 total en términos logarítmicos, aunque en para el componente que comúnmente se las presentes estimaciones el diferencial denomina discriminación; iii) el diferencial no explicado por los residuos es mayor que explicado por diferentes características el estimado por Tenjo. entre hombres y mujeres es mucho me- Por ahora podría decirse que los hechos más destacados al usar la descomposición de Oaxaca y la ecuación minceriana de in- gresos salariales son: i) el diferencial sala- rial entre hombres y mujeres para trabaja- dores no asalariados es considerablemen- te elevado, sin embargo, al desagregar la muestra entre cuenta-propia y empleado- res se encuentra que dicho diferencial no es tan elevado, en el caso de este último nor en comparación con el generado por los residuos no explicados; y, finalmente, iv) la contribución de la reducción en dife- rencias en las características de educación y experiencia potencial, posesión de capi- tal humano, entre hombres y mujeres a la disminución del diferencial total fue mayor que la contribución de la reducción de los residuos no explicados y, por tanto, el por- centaje de discriminación relativa aumen- tó en el mismo período. Cuadro 8 Descomposición de Oaxaca Empleadores (Funciones mincerianas básicas usando años de educación Variable continua) 1984 1988 1992 1994 t-test t-test t-test 88184 94/84 94/84 Diferencial originado en: Diferentes -0.057 ** 0.016 ** -0.044 ** -0.097 ** 0.000 0.001 0.000 características (0.002) (0.002) (0.002) (0.001) Diferentes retorn 0.229 ** 0.244 ** 0.172 ** 0.114** 0.350 0.001 0.001 a características (0.020) (0.021) (0.021) (0.019) Diferencia bruto total 0.171 0.260 0.216 0.017 Notas: (1) Errores estándares entre paréntesis. (2) * Significativo al 10%. ** Significativo al 5%. (3) t test = 1- Prob 96 PLANEACION & DESARROLLO Vol. XXVII, No. 4, octubre - diciembre 1996 Usando la función de ingreso salarial extendida Los Cuadros 9, 10 y 11 presentan los re- sultados de la descomposición de Oa1rnca usando años de educación y funciones de ingreso salarial extendidas. Los resultados de dicha descomposición difieren sustan- cialmente de los anteriores y esta es, qui- zás, la contribución más importante de la presente investigación. El uso de funciones extendidas mejora la estimación de los residuos no explicados. Esto hace, entonces, que una porción im- portante de lo que aparecía como tal, ha- ciendo uso de las funciones de ingreso sa- larial mincerianas, resulta ahora como di- ferencias en las características entre hom- bres y mujeres. En otras palabras, la por- ción de los residuos no explicados dismi- nuye después de que el vector de caracte- rísticas incluye un conjunto más detallado de variables que, adicionalmente a la edu- cación y experiencia potencial, también in- tervienen en la determinación de los ingre- sos salariales desde el punto de vista del capital humano. El Cuadro 9 para el total de trabajadores no asalariados muestra que la explicación u origen del diferencial salarial entre hom- bres y mujeres cambia sustancialmente. La diferencia en las características o posesión de capital humano entre hombres y muje- res explica para 1984 aproximadamente el Cuadro 9 Descomposición de Oaxaca Traba¡adores no asalariados (Funciones extendidas usando años de educación Variable continua) 1984 1988 1992 1994 Me8t Me8t Me8t 88114 94114 94114 Diferencial originado en: Diferentes 0.228 ** 0.207 ** 0.295 ** 0.153 ** 0.229 0.030 0.004 características (0.002) (0.002) (0.002) (0.002) Diferentes retorn 0.291 ** 0.282 ** 0.156 ** 0.169 ** 0.761 0.002 0.001 a características (0.027) (0.027) (0.031) (0.027) Diferencial bruto total 0.519 0.489 0.453 0.325 Notas: (1) Errores estándares entre parentesis. (2) * Significativo al 10%. ** Significativo al 5%. (3) t test= 1- Prob. V. 97 Diferenciales salariales entre hombres y mujeres no asalariadas durante el período 1984 - 1994 44% del diferencial total. Dicho porcenta- je es de 47.6% para 1994. Es decir, que lo que se había estimado anteriormente como residuos no explicados o discriminación, en realidad corresponde a diferencias en características en capital humano que no son adecuadamente captadas por el uso de funciones de ingreso tipo mincerianas, y las cuales parecieran tener un papel im- portante en la determinación de los ingre- sos salariales de los trabajadores no asala- riados. Es decir, los diferenciales salaria- les entre hombres y mujeres no asalaria- das está también, y en gran proporción, ex- plicado por características o dotación de ca- pital humano diferentes entre ambos gé- neros. Dicho porcentaje contrasta notable- mente con el obtenido anteriormente, y también con los resultados obtenidos por Tenjo (1993) 26, segun el cual solo el 16% del diferencial era explicado por diferen- cias en características. Adicionalmente, el diferencial debido a residuos no explica- dos, o lo que se aduce como discrimina- ción, cae sustancial y estadísticamente, entre 1988 y 1994. Lo anterior hace que, al contrario de lo que sucedía al usar las funciones
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