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CASOS CLÍNICOS DE PATOLOGÍA IMPORTADA © Grupo para el Estudio de la Patología Importada y la Salud Internacional de la SAEI (GEPISI). © Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas (SAEI). Título: CASOS CLÍNICOS DE PATOLOGÍA IMPORTADA. Editores: Marcelino González Padilla. Médico Residente de Medicina Interna. Hospital Universitario Reina Sofía, Córdoba. Ángel Domínguez Castellano. Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas y Microbiología. Hospital Universitario Virgen Macarena, Sevilla. Eva Mª León Jiménez. Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas y Microbiología. Hospital Universitario de Valme, Sevilla. Elías José Cañas García-Otero. Servicio de Enfermedades Infecciosas. Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla. Secretaría de redacción: Manuel Milla Martín. Secretaría técnica de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas. Sevilla. ISBN: 978-84-694-3527-4 Depósito Legal: SE 4024-2011 Producción: Germán López. Servicios gráficos. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o transmitida total o parcialmente sin el permiso por escrito del titular del Copyright. A todo aquel que deja su tierra por necesidad Los casos incluídos en este libro han sido presentados en las Jornadas anuales organizadas conjuntamente por el Grupo de Estudio de la Patología Importada y Salud Internacional (GEPISI) de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas (SAEI) y la Sociedad Andaluza de Microbiología y Parasitología Clínica (SAMPAC) entre los años 2006 y 2010. PRÓLOGO Desde el año 2006 y con carácter anual se han venido celebrando sucesiva- mente en las ciudades de Córdoba, Málaga, Cádiz, Jaén y Sevilla las Jornadas de Casos Clínicos en Medicina Tropical y Salud Internacional organizadas por el Grupo de Estudio de Patología Importada y Salud Internacional (GEPISI) de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas (SAEI) en colaboración con la Sociedad Andaluza de Microbiología y Parasitología Clínica (SAMPAC). El Dr. Marcelino González Padilla, el Dr. Ángel Domínguez Castellano, la Dra. Eva León Jiménez y el Dr. Elías Cañas García-Otero, como editores, recogen en este libro los casos clínicos presentados durante estas jornadas. Ellos son profesionales de reconocido prestigio, queridos y respetados por sus caracte- rísticas personales, por sus aportaciones científicas y por su trabajo continuado en el campo de las enfermedades infecciosas y han contribuido decisivamente al desarrollo de las Enfermedades Infecciosas Importadas en la Comunidad de Andalucía. Considero un acierto este libro de casos clínicos. Es un libro abierto y demo- crático que cuenta con la participación en simbiosis de muchos compañeros, tanto residentes como adjuntos y tanto infectólogos como microbiólogos-para- sitólogos. Durante las jornadas, la presentación del caso clínico fue seguida de una discusión entre los numerosos asistentes, para posteriormente mostrarse el diagnóstico no sin discusión y comentarios. Se recogen un total de veintinueve casos agrupados por continentes de origen y por patologías. En todos se sigue el mismo esquema: antecedentes perso- nales, enfermedad actual, exploración física, exploraciones complementarias, pruebas diagnósticas, juicio clínico, evolución, comentarios y bibliografía. Los casos son eminentemente docentes, escritos de manera concisa y directa que desde el primer momento incitan al lector a tapar la respuesta y a ofrecer su diagnóstico. Los casos se acompañan de excelente iconografía y de las citas bibliográficas más relevantes. 8 Casos ClíniCos de patología importada El mundo de hoy cambia rápidamente, vivimos en continuo movimiento. La movilidad global del hombre ha aumentado más de mil veces en los dos últi- mos siglos. Nuestra época es la de la globalización, con un trasiego de personas y mercancías como nunca antes en la historia del hombre. Ya somos más de quince millones los que viajamos al extranjero cada año y un 10% lo hacemos a destinos tropicales o subtropicales. El 12% (que en las grandes ciudades alcan- za el 18%) de los casi 47 millones de nuestra población residente es de origen extranjero. Todo esto hace que las enfermedades del viajero y del inmigrante hayan dejado de ser raras para convertirse en cotidianas. Además, recibimos más de sesenta millones de turistas cada año y el cambio climático y la proxi- midad al continente africano nos podrían hacer más susceptibles a padecer infecciones exóticas… Este libro pone de manifiesto la importancia de las enfermedades infecciosas importadas por viajeros e inmigrantes y nos muestra el camino de cómo la aso- ciación entre grupos multidisciplinares puede mejorar nuestro conocimiento. Felicito a los editores y a los autores por la oportunidad del libro y que hago extensiva a GEPISI por esta demostración de ciencia sencilla y eficaz y por su empeño en mejorar la calidad asistencial. El lector tiene asegurada la diversión y el aprendizaje con la lectura de estos casos clínicos. Dr. Rogelio López-Vélez Responsable de la Unidad de Medicina Tropical del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. 9 Autores Autores: Mª Dolores Almenara Escribano. José Manuel Aparicio Oliver. Carmen Arana Romero. Mª del Mar Berenguel Ibáñez. Mª Teresa Blanco Blanco. Mª Teresa Cabezas Fernández. Elías J. Cañas García-Otero. Francisco Javier Casas Ciria. Manuel Causse del Río. Juan de Dios Colmenero Castillo. Marcial Delgado Fernández. Angel Domínguez Castellano. José Miguel Díaz Iglesias. Luis Felipe Díez García. Yamilé Fáez Herrera. Elisa Fernández Fuertes. Mª Carmen Gálvez Contreras. Francisco Luis Gil Muñoz. Trinidad González Cejudo. José Antonio González Nieto. Marcelino González Padilla. Mercedes González Serrano. Emilio Guirao Arrabal. Daniel Gutiérrez Saborido. Juan Luis Haro González. Juan Manuel Hernández Molina. Carmen Herrero Rodríguez. Carmen Hidalgo Tenorio. José María Kindelán Jaquotot. Ana Mª Lazo Torres. Juan Ramón León Cámara. Eva Mª León Jiménez. Mª Dolores López Prieto. Ana Belén Lozano Serrano. Carmen Manzano Badía. Adolfo Martín Farfán. Luis María Martín Rodríguez. Montserrat Montes de Oca Arjona. Javier Moreno Izarra. Julián Muñoz Alonso. Clara Natera Kindelán. Guillermo Ojeda Burgos. José Carlos Palomares Folía. Iván Pérez de Pedro. Emilio Pujol de la Llave. Luis Rodríguez Félix. Agustín Rodríguez Sánchez. Carolina Roldán Fontana. Fátima Ropero Pinto. Ana Mª Ruiz Arias. José Mª Saavedra Martín. Joaquín Salas Corona. Abel Saldarreaga Marín. Mª Dolores Sancha Díez. Waldo Sánchez-Yebra Romera. Francisco Téllez Pérez. María de Toro Crespo. Adoración Valiente Méndez. José Vázquez Villegas. Francisco Javier Velasco Albenda. Ruth Yeste Martín. ÍNDICE ÁfRICA SubSAhARIANA Caso 1. Paciente cooperante en el Congo que presenta prurito en miembros inferiores ..................................................... 15 Caso 2. Fiebre y hematuria en paciente ucraniano .................................... 19 Caso 3. Lesiones cutáneas en inmigrante nigeriana ................................... 25 Caso 4. Biólogo con emisión de cuerpos extraños con las heces tras estancia en Senegal ............................................................... 31 Caso 5. Dolor abdominal, insuficiencia renal aguda y eosinofilia en un varón procedente de Mali .................................................. 35 Caso 6. Síndrome febril al regreso de viaje por África Occidental .............. 41 Caso 7. Dolor abdominal y fiebre en un paciente nigeriano ...................... 47 Caso 8. Síndrome anémico en una paciente joven procedente de Kenia ... 53 Caso 9. Dolor abdominal en paciente nigeriano ........................................ 57 Caso 10. Fiebre, bicitopenia y esplenomegalia en misionera tras regreso de Camerún ................................................................................. 61 Caso 11. Viajero con urticaria febril tras estancia en Mali ............................65 Caso 12. Fiebre en paciente natural de Ghana ............................................ 71 Caso 13. Edema asimétrico de miembros inferiores en un varón senegalés ..................................................................................... 77 AMéRICA Caso 14. Paciente peruano que presenta pérdida de peso y dolor abdominal de larga evolución ...................................................... 83 Caso 15. Paciente de 47 años con diarrea crónica ...................................... 87 Caso 16. Varón con cefaleas, paresia facial, ataxia y disestesia a los diez días de un viaje a la República Dominicana ...................... 93 Caso 17. Meningoencefalitis linfocitaria crónica en paciente boliviano con infección VIH .......................................................... 99 Caso 18. Varón de 36 años con fiebre, cefalea y bicitopenia ....................... 105 Caso 19. Mujer latinoamericana con eosinofilia de larga evolución ............. 109 Caso 20. Varón peruano con infección por VIH conocida y cefalea .............. 115 Caso 21. Meningitis crónica linfocitaria en misionero peruano ................... 121 ASIA Caso 22. Fiebre en ingeniero agrónomo estadounidense que viajó a Laos .......................................................................................... 129 Caso 23. Síndrome constitucional con infiltrado pulmonar cavitado en joven pakistaní de 16 años ...................................................... 133 EuROPA y NORTE DE ÁfRICA Caso 24. Fiebre, expectoración y anorexia en paciente lituana ................... 143 Caso 25. Síndrome febril y pancitopenia tras viaje a Marruecos ................. 149 Caso 26. Varón marroquí de 28 años con hemoptisis ................................. 155 Caso 27. Sepsis de origen desconocido tras accidente de tráfico ................ 161 Caso 28. Varón con máculas hipocromas dispersas, rinorrea y pérdida de sensibilidad distal . ................................................................... 167 Caso 29. Varón natural de Mali con lesiones papulosas y síndrome constitucional ............................................................................... 173 ÁfRICA SubSAhARIANA 15 África SubSahariana Caso Nº 1 Paciente cooperante en el Congo que presenta prurito en miembros inferiores Carmen Hidalgo Tenorio Hospital Universitario Virgen de las Nieves, Granada Antecedentes personales Paciente de 28 años, de origen español, cooperante en el Congo desde hace tres años. Trabajaba en una región selvática del país y, a pesar de haber rea- lizado correctamente profilaxis antipalúdica con artesumato-savarine y atova- quona-proguanil, había tenido más de diez episodios de malaria en los últimos dos años por Plasmodium falciparum. El último fue en diciembre de 2005, pero ninguno con afectación neurológica. Refería haber tenido también sarna, fiebre tifoidea y una fractura abierta de miembro inferior izquierdo por accidente de tráfico allí en el Congo. Tenía vacunación correcta de la hepatitis B, hepatitis A, fiebre amarilla y tétanos. Enfermedad actual La paciente refería que, desde hacía unos tres meses tenía prurito en miembros inferiores, sin nódulos, ni otras lesiones cutáneas, sólo algunas lesiones de rasca- do. Tenía, desde hacía unos días, un leve síndrome miccional. No presentaba nin- gún síntoma ocular. El resto de anamnesis por órganos y aparatos era normal. Exploración física Estaba consciente y orientada, con buen estado general. La auscultación car- diorrespiratoria fue normal, así como el fondo de ojo y la exploración abdomi- nal. No había adenopatías. En los miembros inferiores se apreciaban múltiples lesiones de rascado. Exploraciones complementarias El hemograma era normal. En la bioquímica destacaba una GOT 38 U/L, GPT 40 U/L, GGT 107 U/L, y unos triglicéridos de 39 mg/dL. El resto de bioquímica, así como las inmunoglobulinas IgG, IgA e IgM fueron normales. La ecografía abdominal fue normal. 16 Casos ClíniCos de patología importada En el sedimento urinario se detectaron nitritos positivos y leucocituria. En el urocultivo se aisló un Escherichia coli multisensible. Las serologías solicitadas para hidatidosis, Entamoeba y Fasciola fueron negativas. La búsqueda de hue- vos y parásitos en heces fue negativa en tres ocasiones. La gota gruesa fue negativa en dos ocasiones. Por último, se le propuso una biopsia de piel en las zonas con signos de rasca- do, pero fue rechazada por la paciente. Prueba diagnóstica Ante la negativa de la paciente a someterse a una biopsia cutánea (más bien un simple “pellizco” cutáneo), se inició un tratamiento empírico con ivermectina, con desaparición total del prurito. Juicios clínicos Posible oncocercosis. Infección urinaria por E. coli multisensible. Evolución Recibió tratamiento con ivermectina en una dosis única en la consulta y una nueva dosis a los seis meses. También se pautó profilaxis con proguanil-atova- cuona, para cuando volviera al Congo y se trató la infección urinaria. La pacien- te permaneció asintomática desde el inicio de tratamiento. Comentarios En inmigrantes y en viajeros/cooperantes con estancias prolongadas se deben tener en cuenta a las filariasis como etiología potencial de cuadros cutáneos no bien definidos o anodinos, como prurito, pápulas inespecíficas, edemas re- currentes, linfangitis de repetición, problemas oculares o eosinofilias sin causa evidente (figura 1). En pacientes con estancia en áreas endémicas de loasis (África Occidental y Central) es necesario descartar la presencia de microfilarias en sangre periférica antes de administrar un tratamiento empírico con ivermectina, ya que en los pacientes con microfilaremia pueden ocurrir reacciones alérgicas sistémicas gra- ves, así como a nivel de sistema nervioso central, por lo que es recomendable asociar corticoides para evitar dichas complicaciones. 17 África SubSahariana El fármaco de elección para el tratamiento empírico del prurito tras la estancia en el trópico es, por tanto, la ivermectina, ya que es útil en la oncocercosis, los casos de larva migrans, la sarna o la loasis, con las matizaciones antes señaladas. La técnica de leucoconcentración con saponina para las filarias sanguíneas (te- niendo en cuenta la periodicidad de la microfilaremia) y el “pellizco” cutáneo para la oncocercosis, son las técnicas de elección ante la sospecha de una filariosis. Otro tema a considerar es el de la quimioprofilaxis antipalúdica. En viajeros o cooperantes con estancias prolongadas, superiores a seis meses, en áreas dónde exista transmisión palúdica, es necesario individualizar las recomenda- ciones de profilaxis, valorando, entre otros factores, el riesgo de adquisición de la enfermedad (permanente o estacional), las enfermedades y medicaciones concomitantes, perfil de toxicidad, el precio y disponibilidad de los fármacos antipalúdicos, el acceso a una posible atención médica precoz o la disponibili- dad de las medidas de barrera antimosquitos (repelentes, mosquiteras impreg- nadas de insecticida, etc.). No existe ningún régimen que haya demostrado una eficacia del 100%, y en este grupo de viajeros probablemente haya que considerar la posibilidad de usar solo medidas de barrera antimosquitos o reco- mendar el uso estacional de quimioprofilaxis o el autotratamiento de emergen- cia. Si decidimos no recomendar profilaxis antipalúdica en áreas de malaria con P. falciparum resistente a la cloroquina, es fundamental el acceso a un centro sanitario donde se pueda determinar de forma rápida y fiable la existencia o no de un paludismo. Bibliografía - Freedman MD. Malaria prevention in short-term travelers. N Engl J Med. 2008; 359: 603-12. - Chen LH, Wilson ME, Schlagenhauf P. Prevention of malaria in long-term travelers. JAMA. 2006; 296: 2234-44. - Treviño B, Cabezos J. Protocolo diagnóstico del prurito en pacientes con riesgo de parasitosis. Medicine. 2002; 70: 3873-5. 18 Casos ClíniCosde patología importada Figura 1. Manejo del prurito en el paciente de regreso del trópico. Manejo del prurito en el paciente de regreso del trópico Prurito Pápulas Lesiones migratorias Incubación corta Incubación larga Pápulas zonas descubiertas Prurito nocturno + pápulas interdigitales , genitales Papulas eritematosas tronco y piernas Picaduras artrópodos Sarna Oncocercosis Incubación corta Incubación larga Desplazamiento lento Desplazamiento rápido Larva migrans cutánea Larva currens Asia, ingesta de pescado Gnastomiasis Erupción cutánea Incubación corta Incubación larga Baño en ríos, eosinofilia Fiebre de Katayama Loasis África occidental y central (Adaptado de Treviño B, Cabezos J. Medicine 2002 (8); 70:3873-3875). 19 África SubSahariana Caso Nº 2 Fiebre y hematuria en paciente ucraniano Iván Pérez de Pedro Juan de Dios Colmenero Castillo Juan M. Hernández Molina Adolfo Martín Farfán Hospital Regional Universitario Carlos Haya, Málaga Antecedentes personales Varón de 36 años, de nacionalidad ucraniana, residente en España desde hacía seis años. No había realizado ningún viaje durante este periodo de tiempo, salvo el que motivó la patología actual. No tenía otros antecedentes personales patológicos de interés. Enfermedad actual El paciente refería que había regresado de un viaje de cuatro meses por África (Marruecos, Mauritania, Mali y Burkina Faso). Durante estos meses pasó parte de la estación húmeda y de la seca y se hospedó habitualmente en zonas rura- les. No realizó ningún tipo de profilaxis, ni vacunación, viviendo a la “manera local”, con las mismas medidas higiénico-dietéticas de los naturales de la zona. Negaba contactos sexuales de riesgo. Durante el viaje ha presentado cuadros febriles autolimitados con “medicina tradicional”. A su regreso a Europa, presentó un síndrome febril que fue atendido en un hos- pital de París, donde fue diagnosticado de una enfermedad que desconocía y tratado con medicación que no recordaba. A los 25 días de su regreso de África acudió a nuestro servicio por un cuadro fe- bril intermitente, mal definido y similar a los presentados previamente y que se acompañaba de dolor abdominal, diarrea y tos, de predominio matutino, con expectoración mucosa muy abundante. El paciente desapareció durante seis meses y consultó de nuevo por cuadros de fiebre intermitente, dolor abdominal bajo sobre todo con la micción y la defe- cación, que se acompañaba de hematuria y rectorragia aislada. 20 Casos ClíniCos de patología importada Exploración física Anodina, salvo ligero dolor en flanco derecho a la palpación abdominal pro- funda. Exploraciones complementarias en el primer ingreso El hemograma mostraba una cifra de leucocitos de 11.000/μL (neutrófilos 2.000/μL, linfocitos 1.600/μL, eosinófilos 6.700/μL). La velocidad de sedimen- tación globular era normal, la actividad de protrombina del 86%; en la bioquí- mica destacaban: proteínas totales 7,9 g/dL, triglicéridos 52 mg/dL, colesterol 138 mg/dL, bilirrubina total 0,7 mg/dL, GOT 42 U/L, GPT 55 U/L, GGTP 23 U/L, FA 119 U/L, LDH 250 U/L, hierro 124 μg/dL y amilasa 59 U/L. La radiografía de tórax fue anodina, pero el TAC de tórax mostraba un patrón intersticial con imágenes de vidrio deslustrado. Los cultivos y búsqueda de huevos y parásitos en esputo, heces y orina, en tres muestras, fueron todos ellos negativos. La gota gruesa y la extensión san- gre periférica no mostraron parásitos hemáticos. La serología solicitada fue: Ac AntiVHA negativa y Ac AntiHbs y Ac AntiHbc positiva. Exploraciones complementarias en el segundo ingreso La eosinofilia era ahora de 2.100 células/μL. En el sedimento de orina había 56 hematíes/campo y 42 leucocitos/campo. Los cultivos y búsqueda de hue- vos y parásitos en esputo, heces y orina, en tres muestras, fueron nuevamente todos negativos. La ecografía de abdomen mostraba, sin embargo, un engro- samiento de la pared y una masa intravesical muy vascularizada que no obstruía los uréteres (figura 2). Prueba diagnóstica Además del hallazgo ecográfico, se solicitó la búsqueda de huevos en orina de 24 horas, donde se observó la presencia de varios huevos de Schistosoma hae- matobium (figura 3). Además se solicitó una serología frente al VIH que resultó positiva. Juicios clínicos Fiebre de Katayama. Esquistosomiasis urinaria. Infección por el VIH. 21 África SubSahariana Evolución El paciente recibió tratamiento con praziquantel, a dosis de 40 mg/kg. Tras un mes, el paciente se encontraba asintomático, presentaba una analítica con eosinofilia discreta (800 células/μL) y una ecografía abdominal con vejiga nor- mal. Se inició, así mismo, el seguimiento de su infección por el VIH. Comentarios La fiebre de Katayama o esquistosomiasis aguda debe ser un diagnóstico a con- siderar en viajeros con antecedentes epidemiológicos de baño en aguas dul- ces o salobres, en áreas endémicas, en los 30-45 días previos, que presenten una eosinofilia febril importante (generalmente superior a 1.000 células/μL) asociada a otros síntomas sistémicos como postración, mialgias, sudoración, broncoespasmo, hepatoesplenomegalia y síntomas cutáneos al inicio del cua- dro, como pápulas, eritema leve y prurito localizado. Los síntomas cutáneos se producen al penetrar la cercaria en la piel, también se conoce como “prurito o dermatitis de los nadadores”. Áreas endémicas importantes de esquistosomiasis son el País Dogón (en Mali) y el lago Malawi. La eosinofilia moderada (superior a 800-1000 eosinófilos/μL) en viajeros e in- migrantes requiere un diagnóstico diferencial amplio con resultados, a veces, insatisfactorios. En la aproximación diagnóstica es necesario considerar cuatro grupos etiológicos: las causas no infecciosas (principalmente fármacológicas, alérgicas y dermatológicas, y más raramente neoplásicas o vasculitis/colage- nosis); las causas infecciosas no parasitarias (como infecciones granulomatosas - tuberculosis y lepra - coccidiodiomicosis, sífilis, infección VIH, etc.); las causas parasitarias no helmínticas (entre las que están la escabiosis, miasis y la isospori- diasis) y, finalmente, las helmintiasis. Estas helmintiasis pueden ser cosmopolitas o autóctonas, como la hidatidosis, triquinosis, toxocaridiasis, fascioliasis, cisti- cercosis, anisakiasis, ascaridiasis o estrongiloidiasis) o helmintiasis exclusivamen- te tropicales o endémicas, como la esquistosomiasis, filariasis, gnathostomiasis, paragonimiasis, capilariasis, clonorquiasis, etc. En el caso de la esquistosomiasis aguda, el diagnóstico directo no es posible en el síndrome de Katayama, debido al periodo prepatente de varias semanas, por lo que debemos recurrir a la serología. Tras la fase aguda, existen dos formas de afectación crónica en la esquistosomiasis: la genitourinaria (por S. haema- tobium) y la intestinal (por S. mansoni). En estos casos, el 50% de los huevos producidos se eliminan por las heces y por la orina. El resto se depositan local- mente o embolizan a distancia, formando granulomas que son los responsables de las manifestaciones clínicas crónicas de esta enfermedad. 22 Casos ClíniCos de patología importada En la esquistosomiasis genitourinaria se produce una afectación de las vénulas vesicales, que lesiona la pared vesical y produce hematuria, pudiendo ocasio- nar, incluso, obstrucción ureteral o desarrollar un carcinoma vesical. Para su diagnóstico se recomienda pedir al paciente que recoja la orina tras un ligero ejercicio (genuflexiones repetidas o subida y bajada de una escalera), lo que facilita la expulsión de huevos por la orina. Es recomendable repetir el sedi- mento ante una microhematuria asintomática con antecedentes epidemiológi- cos de estancia en zona endémica. En el caso de la esquistosomiasis intestinal, el depósito de huevos puede dar lugar a granulomas intestinales (pseudopólipos) o incluso hipertensión portal presinusoidal en caso de que los huevos lleguen al sistemaportal. Para su diag- nóstico se debe recoger el material de la periferia del bolo fecal para hacer la técnica de concentración. En el tratamiento de la forma crónica, se recomienda la administración de pra- ziquantel a dosis de 40-60 mg/kg/día en dos dosis, durante un sólo día. Conocer la viabilidad del miracidio es importante para valorar la eficacia del tra- tamiento. Se puede hacer mediante la observación de las “células en llama” o colocando agua entre porta y cubre y ver si existe movilidad de dicho miracidio. Bibliografía - Bou A, Gascón J, Valls ME, Corachán M. Fiebre de Katayama en turistas es- pañoles: análisis de 25 casos. Med Clin. 2001; 6: 116. - Ross AG, Vickers D, Olds GR, Shah SM, McManus DP. Katayama syndrome. Lancet Infect Dis. 2007; 3: 218-24. - Ross AG, Bartley PB, Sleigh AC, Olds GR, Li Y, Williams GM, McManus DP. Schistosomiasis. N Engl J Med. 2002; 346: 1212-20. 23 África SubSahariana Figura 2. Ecografía. Masa intravesical. Figura 3. Examen de orina. Huevos de S. haematobium. 25 África SubSahariana Caso Nº 3 Lesiones cutáneas en inmigrante nigeriana Montserrat Montes de Oca Arjona Abel Saldarreaga Marín Hospital Puerta del Mar, Cádiz Antecedentes personales Mujer de 28 años de edad, con nacionalidad y residencia en Nigeria, sin ante- cedentes de interés. Enfermedad actual Consultó en el Servicio de Urgencias por presentar desde hacía 48 horas una lesión cutánea edematosa, eritematosa y caliente, de unos 4-5 cm de diámetro en la cara interna del brazo izquierdo. Se acompañaba de sensación distérmica y prurito en la zona. Una semana antes de la clínica actual describía que había tenido lesiones migratorias similares en los miembros inferiores y en el tórax, que habían desaparecido en pocos días y que fueron interpretadas como urti- caria aguda. Exploración física En la exploración destacaba un ligero eritema y edema en la cara interna del brazo izquierdo, siendo el resto del examen normal. Exploraciones complementarias En el hemograma presentaba 7.500 leucocitos/μL, con 20% de eosinófilos. La bioquímica básica en sangre, la radiografía de tórax y el examen parasitoló- gico en heces y orina fueron normales o negativos. Prueba diagnóstica El examen microscópico directo de una muestra de sangre en fresco obtenida durante el día, puso de manifiesto la presencia de elementos filiformes con mo- vimiento “serpenteante” identificados como microfilarias del género Loa loa. 26 Casos ClíniCos de patología importada Juicio clínico Loasis. Evolución Se instauró tratamiento con dietilcarbamazina (DEC) a dosis de 8 mg/kg/día en tres tomas, durante tres semanas. No hubo efectos adversos reseñables. Al ter- cer día la paciente se encontraba asintomática, sin evidencia de microfilarias en el examen microscópico de extensiones de sangre periférica. Comentarios El edema migratorio (“edema de Calabar”) en inmigrantes y en viajeros o co- operantes con estancias prolongadas en zonas tropicales es típico de la loasis, sobre todo en África Occidental y Central, pero no patognomónico. Otras po- sibles etiologías incluyen la triquinosis (asociado a mialgias intensas y elevación de la creatinquinasa, con distribución cosmopolita); otras filarias como Manso- nella perstans, endémica en África y América Central y Caribe (ocasionalmente asociada a prurito, artralgias y dolor abdominal); las fases iniciales de la larva migrans cutánea (producida por larvas de Ancylostomas) o de la larva migrans currens (por larvas de Strongyloides stercoralis); la toxocariasis (de distribución cosmopolita tras contacto con heces de perros o gatos); la gnathostomiasis (por ingesta de pescado o marisco crudo en Sudeste Asiático, Caribe y América del Sur; generalmente asociado a otros signos inflamatorios locales) y la espar- ganosis (tras contacto tópico con la carne de pescado o anfibios infectados uti- lizados como “cataplasmas” en el Sudeste Asiático); así como diversas etiologías no infecciosas. Generalmente se acompañan de un grado variable de eosinofilia (en ocasiones superior al 30%), pero su ausencia no excluye la posibilidad de una etiología por helmintos. La loasis está producida por la infestación de un nematodo llamado Loa loa, que es transmitido al hombre por la picadura de una mosca (Chrsysops spp.), de hábitos diurnos. La mosca transmite el helminto en fase larvaria L3, alcan- zando éste la madurez y reproduciéndose en el hombre. Los embriones son expulsados por la hembra a los doce meses, y pasan de nuevo a la mosca tras una nueva picadura. En el vector, la larva madura hasta alcanzar el estadío L3, cerrándose así el ciclo. Muchas de las loasis son asintomáticas. Cuando presentan clínica, son típicos los síntomas cutáneos (prurito, urticaria y angioedema migratorio), la afectación ocular por migración del parásito o más raramente de otros órganos (riñón, co- razón o sistema nervioso central). Hay que hacer el diagnóstico diferencial de 27 África SubSahariana las microfilarias de Loa loa con las de Mansonella perstans, ésta última bastante más frecuente en las regiones donde coexisten ambas filariosis (figura 4). El diagnóstico se realiza mediante el examen en fresco de una muestra de san- gre. Una vez teñida la preparación (figuras 5 y 6) preferiblemente con hema- toxilina de Mayer, es conveniente identificar cómo acaban los núcleos de la cola y la presencia o no de vaina. El tratamiento de elección de la loasis sigue siendo la dietilcarbamacina (DEC) a dosis progresivas y asociado a corticoides para evitar reacciones alérgicas graves sistémicas y a nivel de sistema nervioso central (SNC), dado que es el único fár- maco efectivo frente a macro y microfilarias. Algunos autores recomiendan, en caso de microfilaremias positivas o elevadas (superiores a 50.000 microfilarias/ mL), realizar un ciclo previo con ivermectina (asociado a corticoides o a antihis- tamínicos) o con albendazol, dado su efecto microfilaricida más lento. Bibliografía - Saldarreaga A, García-Gil D, Soto-Cárdenas M, García-Tapia AM. Angioede- ma recurrente en mujer joven. Enf Inf Microbiol Clin. 2004; 22: 430-1. - American Society for Microbiology. Diagnostical Medical Parasitology. Gar- cía LS, Bruckner DA (Editores). Washington 1997. - Nutran TB, Krandin RL. A 24 year old woman with paresthesias and muscle cramps alter a stay in Africa. N Engl J Med. 2002; 346: 115-22. 28 Casos ClíniCos de patología importada Figura 4. Diagnóstico diferencial de filariasis.Diagnóstico diferencial de filariasis CLÍNICA LOCALIZACIÓN DISTRIBUCIÓN VECTOR ADULTOS MICROFILARIASCutáneo-dérmicas Loa loa Dermis Sangre periférica África Occidental y central Mosca (Chrysops spp) Mansonella perstans Serosas Sangre periférica Áfríca Occidental, central, Norte, Mosquito (Culicoides spp) Linfáticas Wuchereria bancrofti Linfáticos Sangre periférica África subsahariana, Sureste asiático, Pacífico occidental, Caribe, costas de Sudamérica Brugia malayi Linfáticos Sangre periférica Sureste asiático Brugioa timori Linfáticos Sangre periférica Timor, Islas Sonda caribe.Sudamérica NE. Mosquito (Anopheles,Culex, Aedes, Mansonia) Mosquito (Anopheles,Culex, Aedes, Mansonia) Mosquito (Anopheles,Culex, Aedes, Mansonia) Dérmicas Onchocerca volvulus Dermis Dermis África occidental y central. Latinoamérica M.Streptocerca Dermis Dermis África central (selva tropical) Mosquito (Culicoides spp) Mosca (Simullum spp) Loa loa Chrysops spp Culicoides spp Culicoides spp Simullum spp (Anopheles, Culex, Aedes, Mansonia) (Anopheles, Culex, Aedes, Mansonia) (Anopheles, Culex, Aedes, Mansonia) Mansonella perstans Wuchereria bancroftiBrugia malayi Brugia timori Onchocerca volvulus M. streptocerca 29 África SubSahariana Figuras 5 y 6. Microfilarias en sangre con técnica de concentración de May-Grunwals-Giemsa. 31 África SubSahariana Caso Nº 4 Biólogo con emisión de cuerpos extraños con las heces tras estancia en Senegal Clara Natera Kindelán Manuel Causse del Río Hospital Universitario Reina Sofía, Córdoba Antecedentes personales Paciente sin alergias medicamentosas conocidas ni hipertensión arterial o dis- lipemia. Sin ingresos ni cirugía previa ni hábitos tóxicos. Biólogo de profesión que trabajaba como investigador. Estancias intermitentes durante los últimos dos años en Dakar (Senegal), con un tiempo acumulado de seis meses, para la realización de proyecto de investigación. Actualmente en España, última visita a Dakar en junio hace unos meses. Durante su estancia allí no ingirió carne de cerdo pero sí de vaca y pollo, así como pescado marino salado, con manipula- ción de los alimentos por los propios nativos. Enfermedad actual Durante su última estancia en Dakar observó eliminación de parásitos en heces, siendo tratado empíricamente con albendazol durante tres días, repitiendo una toma de este mismo fármaco a los tres meses. Unas tres semanas antes de la consulta actual refirió aumento del peristaltismo intestinal. Tres días antes de esta fecha presentó lo que el paciente describe como “gusano” en su pierna, sin otras molestias, comenzando a observarlo también en las heces. Presentaba pérdida de peso no cuantificada sin ningún otro síntoma en la anamnesis. Exploración física El paciente tenía un buen estado general, estaba normohidratado y normocolo- reado. No presentaba lesiones cutáneas o adenopatías en ninguna localización. Afebril y normotenso, a la auscultación estaba rítmico a 80 latidos por minuto, sin soplos. El murmullo vesicular estaba conservado sin ruidos añadidos. La ex- ploración abdominal también fue normal. Exploraciones complementarias En el hemograma destacaba hemoglobina 15,3 g/dL, VCM 87,5 fl. Leucocitos 6.220/μL, con 3.530 neutrófilos/μL, 1.950 linfocitos/μL y 400 eosinófilos/μL. La 32 Casos ClíniCos de patología importada bioquímica mostró: AST 18 U/L, ALT 17 U/L, sodio 141 mmol/L y potasio 3,7 mmol/L. La radiografía de tórax fue normal. Prueba diagnóstica Estudio de huevos y parásitos en heces en el que se observan quistes de Giar- dia lamblia. En el análisis de la muestra del “gusano” remitido por el paciente se visualiza una proglótide de Taenia saginata (figura 7). Juicio clínico Parasitosis intestinal por Taenia saginata y Giardia lamblia. Evolución El paciente fue tratado con niclosamida, dos gramos en dosis única (cuatro comprimidos masticados), con excelente respuesta al tratamiento. Tras el inicio del tratamiento, el paciente aportó una nueva muestra de heces, en la que se podía observar una tenia incompleta de unos dos metros de largo, en la que no se apreciaba el escólex, ya que los fármacos cestocidas lo destruyen (figura 8). Comentarios Ante un paciente con expulsión de gusanos con las heces o por el ano, es im- portante interrogar sobre la forma y tamaño de los mismos: 1- aplanados/acin- tados (cestodos o tenias, de tamaño variable según se expulsen proglótides aisladas o varias de ellas; sólo las de Taenia saginata tienen motilidad propia) ó 2- redondos (nematodos) (ascaris, de color blanquecino y de hasta 40 cm de longitud; oxiuros, de color blanquecino y de 1 cm de longitud; adultos hem- bras de Strongyloides, de color oscuro y de 2 mm de longitud). No es infrecuente la consulta de un viajero o inmigrante con prurito anal persisten- te. Tras descartar razonablemente una infección por helmintos (principalmente por oxiuros -Enterobius vermicularis-) y una patología orgánica (hemorroides, proctitis infecciosa o inflamatoria o cáncer de recto-ano, para lo cual ocasionalmente es ne- cesario realizar una rectoscopia), hay que considerar las causas psicológicas, entre ellas la “parasitosis ilusoria” y remitir al paciente al profesional adecuado. La identificación de las proglótides se realiza inyectando tinta china en el inte- rior de la cavidad uterina y contando el número de ramificaciones por un solo lado (más de doce: Taenia saginata, menos de doce: T. solium) (figura 7). 33 África SubSahariana La transmisión de Taenia saginata ocurre a través de la ingesta de carne de vaca poco cocinada o cruda donde existan quistes larvarios de este helminto. Es en- démico en Asia, Oriente Próximo, África central y oriental. El helminto adulto mide unos diez metros de largo en total, y está dividido en más de 1.000 pro- glótides. La mayoría de los pacientes portan el parásito de forma asintomática. Otra teniasis menos frecuente es la provocada por Diphyllobothrium latum, o te- nia del pescado. Las proglótides maduras son más anchas que largas y el adulto puede medir varios metros. Al exprimir una proglótide entre dos portas saldrán los huevos, que son claramente diferentes a los de T. solium y T. saginata. El tratamiento de elección es la niclosamida en dosis única (2 gramos para adul- tos y 1,5 gramos para niños). Los efectos secundarios más frecuentes (10%) son de tipo gastrointestinal y por lo general son leves (náuseas, molestias abdo- minales). Como alternativa se puede emplear praziquantel en dosis única (5-10 mg/kg). Sus efectos secundarios más frecuentes son la aparición de cefalea, náuseas y vértigo (10-50%). Es rara la aparición de sedación, vómitos, diarrea, exantema o elevación de las transaminasas (<10%). El albendazol tiene una ac- tividad variable frente a la forma adulta de la tenia. Bibliografía - Schuster H, Chiodini PL. Parasitic infections of the intestine. Curr Opin In- fect Dis. 2001;14: 587-91. - Juckett G. Intestinal protozoa. Am Fam Physician. 1996; 53 :2507-18. - Hänscheid T, Valadas E. Adequately performed stool ova and parasite exa- minations: is the best the enemy of the good? Clin Infect Dis. 2006; 43: 117-8. 34 Casos ClíniCos de patología importada Figura 7. Proglótide de Taenia saginata, con más de 20 ramificaciones de cavidad uterina por la técnica de inyección de tinta china. Figura 8. Taenia saginata. 35 África SubSahariana Caso Nº 5 Dolor abdominal, insuficiencia renal aguda y eosinofilia en un varón procedente de Mali Luis Felipe Díez García1 Ana Mª Lazo Torres1 Mª del Mar Berenguel Ibáñez2 Francisco Javier Velasco Albenda2 Mª Carmen Gálvez Contreras1 Waldo Sánchez-Yebra Romera3 Servicios de Medicina Interna1, Anatomía Patológica2 y Microbiología3 Complejo Hospitalario de Torrecárdenas, Almería Antecedentes personales Paciente de treinta años, de raza negra, natural de Mali, que refería que desde los seis años presentaba episodios intermitentes de orinas oscuras no estudiados anteriormente. Vivía en España desde el año 2002. No tenía otros antecedentes de interés. Enfermedad actual El paciente ingresó en julio de 2003 por dolor de tipo cólico en fosa renal dere- cha y hematuria macroscópica de varios días de evolución, sin fiebre. No refería otra sintomatología. Exploración física En la auscultación cardiorrespiratoria no había hallazgos reseñables. El abdo- men era blando y depresible, sin palpación de masas ni organomegalias. No se observaban edemas en miembros inferiores. Exploraciones complementarias El hemograma mostraba una discreta eosinofilia (1.110 eosinófilos/μL), sin otros hallazgos. El estudio de coagulación fue normal. En la bioquímica des- tacaba una urea de 109 mg/dL y creatinina de 6,1 mg/dL. En el sedimento de orina había proteinuria, hematuria y piuria, con nitritos negativos. 36 Casos ClíniCos de patología importada Se practicaron las siguientes serologías: anticuerpo frente al antígeno de super- ficie de la hepatitis B positivo; virus de la hepatitis C y VIH negativos. Pruebas reagínicas frente a sífilis (RPR) positivas (1/80) con pruebas treponémicas posi- tivas. En el líquido cefalorraquídeo tras punciónlumbar: VDRL negativo y el estudio citoquímico fue normal. La ecografía abdominal y TAC sin contraste mostraban una dilatación ureteral bilateral con hidronefrosis bilateral grado IV/V. El riñón izquierdo apenas tenía cortical, estando adelgazada la del riñón derecho (figura 9). Prueba diagnóstica En la detección de parásitos en orina se observan abundantes huevos de S. haematobium. Juicio clínico Esquistosomiasis urinaria. Sífilis latente de duración indeterminada. Evolución Se colocó una sonda de nefrostomía en el riñón derecho, con mejoría parcial de la función renal (creatinina 2,5 mg/dL). El paciente recibió además tres dosis de penicilina benzatina 2,4 millones UI im./semanal y praziquantel 40 mg/kg en dosis única. En los meses siguientes, el paciente presentó múltiples complicaciones como episodios repetidos de ITU, cólicos nefríticos, pérdida y reposición de la nefros- tomía, urinoma perirrenal derecho y empeoramiento de la función renal, con parásitos en orina repetidos negativos. Por ello, en mayo de 2004 se realizó ureterectomía derecha distal y reimplante del uréter en vejiga. El informe de Anatomía Patológica reflejaba una estenosis severa ureteral secundaria a es- quistosomiasis. Por esta razón se decidió prescribir de nuevo praziquantel a la misma dosis (40 mg/kg). A pesar de ello, el paciente continuó con ITU, cólicos renales y agravamiento de la función renal (creatinina 14 mg/dL), anemia y eosinofilia, pero con pará- sitos en orina negativos, por lo que ingresó en programa de hemodiálisis y en marzo de 2006 se realiza nefroureterectomía proximal derecha laparoscópica. En el nuevo estudio anatomopatológico se observaron numerosos huevos de S. hematobium en la pared de la pelvis renal y del uréter con variable grado de desarrollo, y predominio de formas calcificadas (figura 10). 37 África SubSahariana Desde octubre de 2006 el paciente estaba asintomático, en anuria completa y en hemodiálisis. En la analítica continuaba con eosinofilia (810 eosinófilos/μL) y con una creatinina de 15,3 mg/dL. Se decidió revisar la pieza de la nefrourete- rectomía derecha y se observaron algunos huevos viables, por lo que se decidió administrar un nuevo ciclo de tratamiento con praziquantel a la misma dosis de 40 mg/kg/día en dos tomas. Comentarios La esquistosomiasis urinaria se debe sospechar en todo paciente inmigrante de una zona endémica, o en viajeros que hayan estado recientemente en dichas zonas, y que presenten hematuria como síntoma principal. La esquistosomiasis es una parasitosis producida por un trematodo cuyo huésped intermedio son caracoles de agua dulce. La entrada se produce a través de la piel sana en con- tacto con el agua y la sintomatología de la infección aguda se conoce como la Fiebre de Katayama (fiebre, tos y disnea). La eosinofilia aparece en uno o dos tercios de los pacientes y se relaciona con el estadío, la intensidad y la duración de la infección, aunque puede persistir meses tras la curación. La esquistosomiasis no tratada puede producir complicaciones graves en su forma crónica, en función de la localización de los huevos del parásito (que forman granulomas al depositarse): hidronefrosis bilateral, insuficiencia renal, calcificación vesical o cáncer de vejiga si los huevos se depositan en el tracto urinario (S. haematobium) y complicaciones digestivas si se depositan en vénu- las intestinales (S. mansoni). El tratamiento en fases tempranas puede evitar e incluso revertir estas complicaciones. La visualización de huevos de S. haematobium en la orina es diagnóstica aunque poco sensible. La ecografía es útil para valorar la gravedad y evolución de las lesiones vesicales. Para aumentar la sensibilidad de la técnica se recomienda la recogida de la muestra tras la realización de ejercicio físico (genuflexiones repetidas o subir y bajar escaleras) y recogerla entre las 10 y las 14 horas. La detección de anticuerpos frente a Schistosoma spp. es útil en viajeros pero no en inmigrantes procedentes de zonas endémicas, pues no diferencian entre in- fección pasada o activa. La detección de antígenos de Schistosoma en orina y en suero pueden ser útiles para el diagnóstico de las infecciones activas y su concentración se correlaciona bien con la intensidad de la infección y la severidad de la enfermedad. Tiene al menos la misma sensibilidad que las técnicas cuantitativas de detección de huevos en orina. La combinación de ambos métodos aumenta la probabilidad de diagnosticar infecciones de baja intensidad. La detección y cuantificación de antígenos de Schistosoma también parece útil para valorar la eficacia del trata- 38 Casos ClíniCos de patología importada miento, puesto que desaparecen rápidamente con la curación de la enferme- dad, siguen positivos a bajas concentraciones si persiste y aumentan en caso de reinfección. En los últimos años también se están empleando las técnicas de biología molecular para el diagnóstico y seguimiento de la esquistosomia- sis, con una alta sensibilidad y especificidad en orina (94% y 99,9% respecti- vamente). El praziquantel a la dosis de 40 mg/kg es el fármaco de elección para el trata- miento, con una tasa de curación del 85%. El tratamiento además reduce la intensidad de la infección en un 90% en los no curados. El retratamiento de los pacientes con infecciones residuales cura el 80% de las mismas. No es necesa- rio ajustar la dosis en la insuficiencia renal o diálisis. En los últimos años se está detectando resistencia a praziquantel después de tratamientos poblacionales en masa por lo que sería aconsejable elevar la dosis a 60 mg/kg. Además, los derivados de la artemisina tienen actividad in vitro an- tiesquistosoma y podrían ser una alternativa de tratamiento en estos casos. Bibliografía - Chitsulo L, Engels D, Montresor A, Savioli L. The global status of schistoso- miasis and its control. Acta Trop. 2000; 77: 41-51. - Karin Leder K, Wller PF. Diagnosis and treatment of schistosomiasis. UpTo- Date; Diciembre 2006; www.uptodate.com (04/04/07). - Ross AG, Bartley PB, Sleigh AC, et al. Schistosomiasis. N Engl J Med. 2002; 346: 1212-20. - Al-Sherbiny MM, Osman AM, Hancock K, Deelder AM, Tsang VC. Applica- tion of immunodiagnostic assays: detection of antibodies and circulating antigens in human schistosomiasis and correlation with clinical findings. Am J Trop Med Hyg. 1999; 60: 960-6. 39 África SubSahariana Figura 9. TAC sin contraste: dilatación ureteral bilateral con hidronefrosis bilateral grado IV/V. El riñón izquierdo apenas tiene cortical, estando adelgazada la del riñón derecho. Figura 10. Pieza de nefroureterectomía derecha. Huevos de S. haematobium. 41 África SubSahariana Caso Nº 6 Síndrome febril al regreso de viaje por África Occidental José Manuel Aparicio Oliver Juan Ramón León Cámara Hospital Universitario de Puerto Real, Cádiz Antecedentes personales Varón de treinta años, gaditano, fumador de veinte cigarrillos al día, sin criterios de bronquitis crónica y bebedor social. Realizó un viaje turístico tipo “mochilero” con su pareja durante cuarenta días por África noroccidental, visitando tanto zonas rurales como urbanas: Marrue- cos, Sahara Occidental, Mauritania, Mali y Guinea Ecuatorial. Recibió consejos al viajero en el Centro de Salud Internacional, con quimioprofilaxis bien cumpli- mentada con cloroquina. Recibió vacunación tetravalente meningocócica, fie- bre amarilla y tifoidea oral. No refería conductas de riesgo específicas durante el viaje salvo baños en agua dulce en Bamako. Enfermedad actual A las 24 horas tras el regreso, acudió al Servicio de Urgencias, aquejado de fiebre elevada, con escalofríos, cuadro catarral y cefalea holocraneal. Tras eva- luación básica inicial y sin foco aparente, es dado de alta con tratamiento con amoxicilina/clavulánico. Volvió a consultar 24 horas después, por persistencia de la clínica febril, cefalea holocraneal, sudoración profusa, rinoconjuntivitis y tos no productiva.Exploración física El paciente presentaba una tensión arterial 100/60; frecuencia cardíaca 110 lpm; temperatura 37,8ºC; saturación O2 basal 98%; Glasgow score 15/15. Es- taba consciente y orientado, eupneico y bien perfundido, con adenopatías pequeñas y elásticas laterocervicales y sin puntos craneofaciales dolorosos. La auscultación cardiopulmonar y la exploración del abdomen fueron normales. En la piel se apreciaba un discreto exantema macular eritematoso en tronco y cuello, sin lesiones petequiales (incluido test del torniquete). La exploración neurológica no mostró signos meníngeos ni focalidad. 42 Casos ClíniCos de patología importada Exploraciones complementarias En el hemograma presentaba una serie roja normal, unos leucocitos de 3.360/ μL con neutrofilia relativa, plaquetas de 58.000/μL. Los tiempos de coagulación fueron: tiempo de protrombina 76%; tiempo de tromboplastina parcial activa- da normal; fibrinógeno 450 mg/dL. En la bioquímica mostró unos niveles de glucosa, iones, CPK, urea y creatinina normales. GOT/GPT 140/176 U/L; LDH 691 U/L; PCR 12,24 mg/dL. En la gasometría venosa se detectó un pH 7,41; pCO2 34 mmHg; HCO3 16 mEq/dL. En el sedimento de orina presentaba indicios de proteinuria. La radiografía de tórax y la ecografía abdominal fueron normales. La gota gruesa y el frotis de sangre periférica fueron negativos, así como los hemocultivos seriados. La serología frente a los virus de la hepatitis A, B y C, Coxiella, Borrellia, Rickettsia, dengue y VIH fue negativa. Prueba diagnóstica En la segunda gota gruesa (tras ocho horas de la primera, en pleno pico febril) se observó Plasmodium falciparum, con un índice de parasitación del 1%. Juicio clínico Paludismo grave y complicado por Plasmodium falciparum. Evolución Se realizó cobertura antibiótica empírica inicial con ceftriaxona 2 g/24 h y do- xiciclina 100 mg/12 h. Una vez confirmada la infección por Plasmodium falcipa- rum, el inicio del tratamiento específico con quinina se retrasó 29 horas para la vía oral y 48 para la vía endovenosa ante la falta de existencias en nuestro hos- pital y todos los hospitales de la comarca (Cádiz, Jerez, Algeciras y Sanlúcar). Una vez conseguido el fármaco, se inició el tratamiento por vía oral primero y luego por vía intravenosa con infusión lenta de quinina (10 mg/kg/8 horas) más doxiciclina 100 mg/12 horas vía oral, completándose siete días de tratamiento. Durante las primeras 36 horas en planta, presentó una mala evolución clínica, con desarrollo de complicaciones sucesivas que precisaron su ingreso en UCI al segundo día: - Hipoglucemias refractarias pese a la administración de suero glucosado al 20%. 43 África SubSahariana - Parasitación del 12% al tercer-cuarto día, que junto al resto de complica- ciones hicieron plantear exanguinotransfusión. - Datos analíticos precoces de insuficiencia hepática aguda: tiempo de pro- trombina 45%; bilirrubina de hasta 6 mg/dL; GOT/GPT con cifras en torno a 1200 U/L y factor V disminuido. - Anemia grave (hematocrito <20% a las 72 h), precisando la transfusión de cuatro concentrados hematíes. - Acidosis metabólica (pH 7,31; HCO3 11), precisando manejo agresivo con fluidoterapia bajo control de presión venosa central, sin llegar a precisar fármacos vasoactivos. - Deterioro cognitivo con somnolencia y lentitud ideomotora, sin otros da- tos de malaria cerebral, desde segundo al quinto día. - Fracaso renal agudo, con pico de creatinina al quinto día de 5,2 mg/dL, con hemoglobinuria documentada. Conservó diuresis aceptables en todo momento y no precisó de técnicas de depuración extrarrenal. - Náuseas y vómitos incoercibles que precisaron de nutrición enteral duran- te los cuatro primeros días. - Infiltrado intersticial en lóbulo superior derecho (aunque sin datos de insu- ficiencia respiratoria, por lo que se descartó el desarrollo tardío de distrés respiratorio) y repunte febril en torno al quinto día, con resolución radio- lógica tras cobertura antibiótica empírica con ciprofloxacino 200 mg/12 h intravenoso. Tras siete días de estancia en UCI, finalizó el tratamiento con recuperación clí- nica general, presentando al alta insuficiencia renal, con cifras de creatinina en torno a 3 mg/dL (MDRD 20 mL/min). En su seguimiento posterior en Consultas Externas, la función renal se ha normalizado. Comentarios Todo paciente con fiebre al regreso del trópico tiene paludismo, mientras no se demuestre lo contrario; ningún viajero debe abandonar estancias hospitalarias sin la realización de un frotis y gota gruesa. En la anamnesis a un paciente con fiebre tras regreso del trópico, debemos pre- guntar acerca de la zona geográfica que ha visitado, el tipo de viaje, la fecha en 44 Casos ClíniCos de patología importada que realizó el viaje, las medidas antivectores que se han tomado (mosquitera, repelentes) y qué quimioprofilaxis ha tomado (y si su cumplimiento ha sido correcto). Son varias las posibilidades diagnósticas a tener en cuenta dentro del diagnóstico diferencial de la fiebre tras regreso del trópico (figura 11). Hay que tener en cuenta que ninguna quimioprofilaxis frente a malaria es efec- tiva al 100%, alterando en ocasiones la presentación clínica y los tiempos de incubación habituales, y que es importante comprobar la sensibilidad de las especies de Plasmodium de la zona que se ha visitado a la hora de recomendar la quimioprofilaxis. Sólo existe sensibilidad a la cloroquina en Centroamérica, el oeste del canal de Panamá, Haití, la República Dominicana y la mayoría de las zonas de Oriente Medio. En el resto de los países donde existe transmisión palúdica, el Plasmo- dium falciparum es resistente a cloroquina. La malaria tiene una presentación clínica variable, pudiendo presentarse con clí- nica respiratoria, gastrointestinal, cefalea o dolor abdominal, además de fiebre. La gota gruesa y el frotis han de ser extraídos en pico febril y repetidos a las 6-12 y 24 horas, ante toda fiebre en un paciente procedente del trópico. La pa- rasitación superior al 4% en pacientes no inmunes es de por sí un dato sombrío y precoz de mal pronóstico y augura el desarrollo de sucesivas complicaciones, precisando un control médico estrecho y en UCI. Existen varios criterios para clasificar una malaria como grave o complicada (figura 12). Las alteraciones neurológicas que se producen en la malaria complicada tienen un origen multifactorial (hipoperfusión, hipoglucemias, anemia grave) y se re- lacionan con una alta mortalidad (15-30%). La anemia tiene así mismo varias causas (hemólisis, secuestro esplénico y daño medular), y es poco frecuente en viajeros si el diagnóstico es precoz. La insuficiencia renal en la malaria compli- cada puede producirse secundariamente al desarrollo de una necrosis tubular aguda (hipoperfusión, anemia, hemoglobinuria). Existen varios factores que favorecen la aparición de hipoglucemia, como pueden ser el consumo metabó- lico por el parásito, la disminución de la gluconeogénesis y el efecto insulínico de la quinina. Es también frecuente encontrar infecciones intercurrentes en pa- cientes con malaria grave, siendo especialmente frecuentes las infecciones por bacilos gramnegativos como Salmonella spp. Es del todo inconcebible la inexistencia de stocks de fármacos antipalúdicos básicos en las farmacias hospitalarias de nuestro entorno, dada la incidencia emergente de estas patologías en nuestro medio. Debería revisarse y protocoli- zar la labor de los Centros de Salud Internacional ante los consejos a viajeros al trópico. 45 África SubSahariana Bibliografía - Enfermedades infecciosas tropicales. Richard Guerrant y cols. Ed. Harcourt. 2002. - Manuel Corachán. Paludismo. Capítulo 21. Farreras 13º Ed. 2440-4. Edito- rial Elsevier. - Microbiología Clínica. Capitulo 7: Parasitología. G. Prats. Ed. Panamerica- na. 2006. - Puente S. Malaria: conceptos clínicos y terapeuticos. Enf Emerg. 2005; 7: 34-9. Figura 11. Diagnóstico diferencial de la fiebre deregreso del trópico. Fiebre al regreso del trópico Fiebre Ictericia Petequias Máculo-papular Rash Esplenomegalia Adenopatías Sin foco Hepatitis vírica Fiebre amarilla Fiebres hemorrágicas virales Leptospirosis Fiebre recurrente epidémica Tifus epidémico Colangitis Paludismo (hemólisis) Meningococo Paludismo complicado Fiebres hemorrágicas virales Fiebre recurrente epidémica Leptospirosis Dengue Fiebre tifoidea Enfermedades víricas exantemáticas Primoinfección VIH Leptospirosis Rickettsiosis Esquistosomiasis aguda Sífilis Reacción a fármacos S.Mononucleósico (CMV,VEB,VIH) Paludismo Leishmaniasis visceral Tripanosomiasis Esquistosomiasis aguda Leptospirosis Fiebres hemorrágicas virales Dengue Brucelosis Fiebre tifoidea Fiebre recurrente epidémica S.Mononucleósico Brucelosis Leishmaniasis visceral Tripanosomiasis africana Esquistosomiasis aguda Bartonelosis Fiebre de Lassa Filariasis linfática Peste Sífilis secundaria Primoinfección por VIH Absceso amebiano Brucelosis Dengue Fiebre recurrente Esquistosomiasis aguda Fiebre tifoidea Fiebres hemorrágicas Leishmaniasis Paludismo Leptospirosis Rickettsiosis Sepsis bacteriana Tuberculosis 46 Casos ClíniCos de patología importada Figura 12. Criterios de la OMS de malaria grave. Criterios de malaria complicada según la OMS 1. Alteración del nivel de conciencia (escalas de coma de Glasgow, Blantyre). 2. Convulsiones repetidas (>2 diarias). 3. Edema agudo de pulmón o distrés respiratorio. 4. Fracaso renal agudo (diuresis < 12 ml/h, elevación de creatinina tras la rehidratación). 5. Coagulación intravascular diseminada, hemorragias. 6. Anemia grave (hemoglobina < 5 gr/dl; hematocrito < 15%) 7. Hipoglucemia (< 40 mg/dl). 8. Shock. 9. Acidosis metabólica (pH <7,3; HCO3<5 mEq/dl; lactato >5 mEq/L). 10.Hemoglobinuria. 11.Parasitemias elevadas (>4% en no inmunes; >20% en semi-inmunes). HCO3: bicarbonato. 47 África SubSahariana Caso Nº 7 Dolor abdominal y fiebre en un paciente nigeriano Guillermo Ojeda Burgos Fátima Ropero Pinto Mercedes González Serrano Carmen Arana Romero Hospital Universitario Virgen de la Victoria, Málaga Antecedentes personales Varón de 35 años, de raza negra, natural de Nigeria, residente en España desde cuatro meses antes. Solo refería estar apendicectomizado, pero no otros ante- cedentes patológicos de interés. Enfermedad actual Refería un cuadro de dolor abdominal difuso, de una semana de evolución e intensidad progresiva, con náuseas y vómitos biliosos ocasionales, estreñimien- to y sensación febril no termometrada, con sudoración profusa. En las últimas 24 horas presentaba astenia intensa y postración en cama, motivo por el que acudió al hospital. Exploración física En la exploración mostraba una temperatura axilar de 38ºC, una tensión arterial de 85/45 mmHg, una frecuencia cardíaca de 120 lpm y una saturación arterial de oxígeno basal del 99%. Tenía mal estado general, pero estaba orientado y era colaborador. Estaba normonutrido y bien hidratado. La cavidad oral era nor- mal, no se palpaban adenopatías. La auscultación cardiopulmonar fue normal. El abdomen estaba distendido y era doloroso a la palpación en el hipocondrio derecho, con defensa muscular y signos de peritonismo, sin auscultarse peris- taltismo intestinal. No se palpaban masas ni esplenomegalia. Las extremidades eran normales. Exploraciones complementarias En el hemograma destacaba una importante leucocitosis 26.360 células/μL (81% neutrófilos, 5% linfocitos, 13% monocitos, 1% eosinófilos). Así mismo 48 Casos ClíniCos de patología importada presentaba hemoglobina 11,7 g/dL, hematocrito 34% y plaquetas 333.000/μL. El estudio de coagulación fue normal. En la bioquímica presentaba una creatinina 1,45 mg/dL, GOT 70 UI/mL, LDH 589 UI/mL. Glucemia, urea, sodio, potasio, bilirrubina, amilasa y CPK fueron normales. En el sedimento de orina había 10-20 leucocitos por campo. La radiografía de tórax era normal, pero la radiografía de abdomen mostraba una dilatación de asas de intestino delgado, sin otros hallazgos. En la ecografía abdominal había una lesión hipoecoica en el lóbulo hepático izquierdo, con material ecogénico en su interior, y líquido libre en el espacio de Morrison. Y en el TAC de abdomen se apreciaba una masa hipodensa de 7x9 cm en el ló- bulo hepático izquierdo, con realce periférico con el contraste y pequeño halo hipodenso, compatible con absceso hepático (figura 13). Había líquido libre en el espacio perihepático posterior. La vesícula y vía biliar intra y extrahepática eran normales, así como el bazo, los riñones y las asas intestinales. Prueba diagnóstica La serología frente a Entamoeba histolytica (técnica de inmunofluorescencia indirecta) fue positiva a un título de 1/640. Juicio clínico Absceso hepático amebiano. Evolución Con el diagnóstico de absceso en el lóbulo hepático izquierdo, de gran tamaño, probablemente complicado y sin posibilidad de drenaje percutáneo urgente, se decidió realizar laparotomía. Durante la cirugía, se confirmó la presencia de un absceso en segmentos III-IV del hígado, abriendo una ventana por la que salió contenido purulento achocolata- do. Se mandó una muestra a Microbiología y se colocó un drenaje externo tras lavado de la cavidad. No se observó rotura del absceso ni signos de peritonitis. Posteriormente se inició tratamiento antibiótico empírico con piperacilina-tazo- bactam 4-0,5 g cada ocho horas y metronidazol 750 mg/8 h. iv. A las 48 horas el paciente quedó afebril. Los hemocultivos y el estudio micro- biológico del absceso hepático mediante tinción de Gram, Ziehl y cultivo en medio aerobio y anaerobio fueron negativos. 49 África SubSahariana Al quinto día, ante los hallazgos serológicos, se retiró el drenaje, manteniéndo- se metronidazol hasta completar diez días. Posteriormente recibió paromomici- na 500 mg/8 h durante diez días. En la revisión en consulta, un mes después, estaba asintomático. Comentarios La infección por Entamoeba histolytica o amebiasis tiene una prevalencia del 1% en países desarrollados frente al 50-80% en los países tropicales y subtropicales (India, África, América Central y del Sur). Es la tercera causa de muerte por pa- rásitos en el mundo, tras la malaria y la esquistosomiasis. Aparte de vivir o visitar una zona endémica, existen diversos factores de ries- go para la adquisición de esta infección, como el hacinamiento, las prácticas sexuales de riesgo o padecer algún tipo de inmunosupresión. La amebiasis se inicia con la ingesta de un quiste maduro, que alcanza el intes- tino y provoca una colonización intestinal inicial. Aunque, el 90% de las ame- biasis son prácticamente asintomáticas, en algunos pacientes primero produce clínica intestinal, hasta que tras unos 2-5 meses comienza a tener manifesta- ciones extraintestinales. La más frecuente es el absceso hepático, siendo más raras la afectación pleuropulmonar (15%), peritoneal (2-7%), cerebral (1%) o pericárdica (1%). Ante el hallazgo de un absceso hepático, hay que hacer el diagnóstico dife- rencial entre el absceso hepático piógeno y el amebiano. El primero es más frecuente en hombres, en pacientes de mayor edad y con mayor patología hepática previa (biliar, cirrosis, alcoholismo, neoplasias, etc.). Los pacientes con un absceso bacteriano tienen, con mayor frecuencia, ictericia o signos de sep- sis. Las bacterias más frecuentemente aisladas son Escherichia coli, Klebsiella spp., Streptococcus spp. y Bacteroides spp. Para el diagnóstico del absceso amebiano, la serología tiene una sensibilidad del 95-100%, aunque puede ser negativa en los primeros siete días, existiendo en zonas endémicas un alto riesgo de falsos positivos. En heces son necesarias al menos tres muestras negativas para descartar la presencia de amebas. El material del absceso es cremoso, rosa y oscurece a la exposición al aire. En el examen en fresco del contenido podemosencontrar trofozoítos o quistes en un 20% de los casos. Suele haber leucocitosis pero sin eosinofilia. La PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para Entamoeba tiene una sensi- bilidad y una especificidad cercana al 100%, lo que permite distinguir Entamoe- ba histolytica de Entamoeba dispar (no patógena). 50 Casos ClíniCos de patología importada El tratamiento de elección del absceso hepático amebiano es metronidazol (750 mg cada ocho horas) durante 7-10 días, y tiene una eficacia superior al 95%. Como alternativas tenemos el tinidazol, dihidroemetina y cloroquina. A este tra- tamiento debemos añadir, a continuación, paromomicina (500 mg cada ocho horas) durante otros diez días, ya que actúa como amebicida intestinal (el pará- sito persiste tras el uso de metronidazol en un 40-60% de los casos (figura 14). Debemos considerar la posibilidad de realizar drenaje del absceso por vía per- cutánea en caso de ausencia de respuesta clínica tras 3-5 días de tratamiento, por la necesidad de excluir otros diagnósticos, como absceso bacteriano o neo- plasia, o si hay un alto riesgo de rotura o complicaciones en caso de abscesos superiores a 5-6 cm o si está localizado en el lóbulo hepático izquierdo. La resolución radiológica se produce a los seis meses de media, aunque puede tardar hasta dos años. Bibliografía - Tinoco I, Brun F. Amebiasis. Medicine. 2006; 9: 3745-50. - Johannsen EC, Madoff LC. Infections of the liver and biliary system. En: Mandell GL, Bennett JE, Dolin R, ed. Mandell, Douglas and Bennett´s Prin- ciples and Practice of Infectious Diseases, 6ª ed. Philadelphia: Churchill Livingstone, 2005: 951-5. - Haque R, Huston CD, Hughes M, et al. Current concepts: Amebiasis. N Eng J Med. 2003; 348: 1565-73. - Díaz-Gonzálvez E, Manzanedo-Terán B, López-Vélez R, Dronda F. Absceso hepático amebiano autóctono: caso clínico y revisión de la literatura médi- ca. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2005; 23: 179-81. 51 África SubSahariana Figura 13. Absceso hepático. Figura 14. Actitud ante un absceso hepático. Actitud ante el absceso hepático Absceso hepáticoClínica TAC / Ecografía Datos epidemiológicos Absceso bacteriano Absceso amebiano - Hemocultivos - PAAF diagnóstico - terapéutica - Antibioterapia Metronidazol + Cefalosporina de 3ª Piperacilina – tazobactam - Drenaje percutáneo / quirúrgico - Hemocultivos - Serología - Antibioterapia Metronidazol +/- cefalosporina 3ª Paromomicina Valorar drenaje percutáneo 53 África SubSahariana Caso Nº 8 Síndrome anémico en una paciente joven procedente de Kenia Eva Mª León Jiménez José Carlos Palomares Folía Hospital de Valme, Sevilla Antecedentes personales Mujer de 25 años, natural de la región oriental de Kenia. Desde hacía seis me- ses residía en Morón (Sevilla), en el seno de una orden religiosa. Sin factores de riesgo parenteral, anteriormente refería relaciones sexuales no protegidas. An- tecedentes de al menos tres episodios de paludismo, el último en el año 2000, siendo diagnosticada y tratada en su país. No había recibido transfusiones y su fórmula menstrual era 3-4/28. Enfermedad actual Consultó por presentar desde dos semanas antes astenia progresiva, cefalea, y ligeros edemas en miembros inferiores. En los últimos días la astenia era de gran intensidad, que incluso le dificultaba la deambulación. No sensación fe- bril. No relataba otros síntomas digestivos, respiratorios, ni urinarios. El número y la consistencia de sus deposiciones era normal. No refería prurito. Exploración física Paciente de raza negra, con buen estado general. A su ingreso se apreciaba palidez conjuntival intensa. Tensión arterial 120/55 mmHg. Frecuencia cardíaca 116 lpm. No presentaba lesiones cutáneas, picaduras, nódulos ni tumoracio- nes, salvo un orzuelo en párpado superior de ojo izquierdo. No adenopatías. Soplo sistólico IV/VI. Auscultación respiratoria normal. Abdomen normal. Sin organomegalias. Exploraciones complementarias En el hemograma al ingreso destacaba hemoglobina 4,3 g/dL, VCM 57,6 fl, HCM 15,9 pg, plaquetas 76.000/μL y eosinófilos 1.200/µL. Se realizó una bio- química de anemias donde destacaban ferritina 3,7 ng/mL, vitamina B12 y ácido fólico normales; sideremia 30 μg/dL e índice de saturación de Fe 6,29%. 54 Casos ClíniCos de patología importada Entre otras determinaciones hematológicas se solicitaron niveles de hemoglo- bina A2, F, S y de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa, que fueron normales. Test Coombs directo negativo. El estudio de coagulación, bioquímica general, radiografía de tórax, sero- logía VIH, virus hepatitis B y C, VSG, y proteína C reativa fueron normales o negativos. La intradermorreacción de Mantoux también resultó negativa y se realizó una gota gruesa en la que no se observan parásitos ni espiroquetas. Prueba diagnóstica Investigación de huevos y parásitos en heces visualizándose huevos de An- cylostoma duodenale. Juicio clínico Parasitación intestinal por Ancylostoma duodenale. Anemia ferropénica grave secundaria a la helmintiasis. Evolución La paciente precisó la transfusión de cuatro concentrados de hematíes a su ingreso. Se pautó tratamiento con albendazol un comprimido de 400 mg en dosis única y se repitió la dosis pasados quince días. Así mismo se pautó trata- miento con sulfato de hierro oral durante tres meses. La paciente se encontraba asintomática un mes después del ingreso. Se repitió una búsqueda de parásitos en heces, que fue negativa, y los niveles de ferritina eran de 24,9 ng/mL. Comentarios Dentro del estudio de la anemia ferropénica en un paciente originario de un país tropical, podemos destacar como posibles etiologías la ingesta reducida (destete tardío, dieta insuficiente), la malabsorción de hierro (tuberculosis intes- tinal, linfoma, giardiasis, sobrecrecimiento bacteriano o enfermedad celíaca) o aumento en las pérdidas sanguíneas (menstruación, hernia hiatal, hemorroides, neoplasia intestinal). Así mismo la infestación intestinal por nematodos o la esquistosomiasis pueden aumentar las pérdidas sanguíneas intestinales y dar lu- gar a una anemia ferropénica. Aunque lo más frecuente es detectar una anemia 55 África SubSahariana normocítica-normocrómica, también resulta interesante descartar malaria me- diante gota gruesa en estos pacientes. En esta paciente, al presentar eosinofilia, también debemos plantearnos el diag- nóstico diferencial de eosinofilia en el paciente al regreso del trópico (figura 15). El contagio de Ancylostoma se produce a través de los pies descalzos (“prurito del suelo”) que pisan tierra con restos de heces contaminadas con huevos del parásito, produciendo una dermatitis pápulo-vesicular típica. También podemos encontrar en pacientes afectados por A. brazilense el cuadro cutáneo conocido como larva migrans cutánea. Tras su entrada al torrente sanguíneo, el parásito alcanza la circulación pulmonar, produce un cuadro de neumonitis y asciende por el árbol traqueal para ser deglutido posteriormente por el paciente. Esta in- gesta (que también se conoce como enfermedad de Wakana) se caracteriza por náuseas, vómitos, tos, disnea y eosinofilia (figura 16). El parásito alcanza así el intestino, apareciendo entonces síntomas gastrointestina- les (debido a la adherencia del gusano adulto). Cada uno de los gusanos produce una pérdida de sangre de unos 0,2 mL por gusano y día, debido a la destrucción de capilares y la secreción de polipéptidos con efecto anticoagulante. El tratamiento de elección consiste en el empleo de albendazol, aunque po- demos emplear de forma alternativa mebendazol (100 mg cada doce horas durante tres días o 500 mg en dosis única) o pamoato de pirantel (11 mg/kg/ día durante tres días). Bibliografía - Hotez PJ, Broker S, Bethony JM, et al. Hookworm infection. N Engl J Med. 2004; 19: 799. - Kucik CJ, Martin GL, Sortor BV. Common intestinal parasites. Am Fam Phy- sician. 2004; 69: 1161. 56 Casos ClíniCos de patología importada Figura 15. Patología infecciosa en inmigrantescon eosinofilia según región geográfica de origen. Diagnóstico diferencial de la eosinofilia de causa infecciosa Iberoamérica Norte de África África subsahariana Asia Europa oriental Universales Universales Universales Universales Universales Tuberculosis Hepatitis víricas Fiebre tifoidea ETS / VIH Tuberculosis Hepatitis víricas Diarrea bacteriana o parasitaria ETS Tuberculosis Hepatitis vírica Fiebre tifoidea ETS / VIH Tuberculosis Hepatitis víricas VIH Tropicales Tropicales Parasitosis intestinal Cisticercosis Leishmaniasis cutánea Arbovirus (Dengue, fiebre amarilla) Malaria Parasitosis intestinal Esquistosomiasis Filariasis Tuberculosis ETS / VIH Hepatitis vírica Fiebre tifoidea Tropicales Malaria Parasitosis intestinal Esquistosomi- asis Filariasis Leishmaniasis ETS: enfermedad de transmisión sexual; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. Figura 16. Ciclo de Ancylostoma duodenale. (Tomada de: www.cdc.gov. Centers for Disease Control of the United States). 57 África SubSahariana Caso Nº 9 Dolor abdominal en paciente nigeriano Angel Domínguez Castellano Hospital Universitario Virgen Macarena, Sevilla Antecedentes personales Varón de 23 años, procedente de Nigeria que llevaba en España solo un mes. No refería enfermedades previas, salvo dos o tres episodios de malaria. No tenía hábitos tóxicos ni otros antecedentes patológicos de interés. Enfermedad actual El paciente comenzó con fiebre, dolor abdominal, diarrea “explosiva”, vómitos y distensión abdominal dos días antes del ingreso. Tras 48 horas sin mejoría, acudió a Urgencias donde se le diagnosticó un abdomen agudo, siendo inter- venido esa misma noche. Con el juicio clínico de íleo parético y probable apen- dicitis se programó una laparotomía de urgencias. El diagnóstico quirúrgico fue “laparotomía blanca”. Tras la intervención el paciente continuó con fiebre y distensión abdominal, por lo que se realizó una interconsulta a la sección de Enfermedades Infecciosas. Exploración física En la exploración física, destacaba una taquicardia a 104 lpm y fiebre de 38,5ºC. La auscultación cardiopulmonar fue normal. No había adenopatías a la palpa- ción. El abdomen estaba muy distendido, con peritonismo, muy doloroso a la palpación. El signo de Blumberg era muy positivo. En los miembros inferiores no había edemas ni signos de trombosis venosa profunda y los pulsos arteriales estaban llenos y simétricos. La exploración neurológica fue normal. Exploraciones complementarias En el hemograma había una hemoglobina de 12 g/dL, leucocitos 19.800/μL (eosinofilos 1% (198/μL), plaquetas 210.000/μL. El estudio de coagulación era normal. En la bioquímica destacaba: sodio 149 mmol/L, potasio 2,9 mmol/L, bilirrubina total 1,4 mg/dL, creatinina 1,2 mg/dL. El resto fue normal. 58 Casos ClíniCos de patología importada La radiografía de tórax fue normal, pero la radiografía simple de abdomen mostraba una gran dilatación de las asas del intestino delgado (figura 17). La TAC abdominal mostraba además, niveles hidroaéreos. El coprocultivo, la búsqueda de huevos y parásitos en heces, la toxina de Clostridium difficile y los hemocultivos fueron todos ellos negativos. Pruebas diagnósticas Se realizó un enteroscopia, que alcanzó hasta yeyuno proximal, donde se apreciaba una mucosa con reacción inflamatoria “inespecífica” y se tomaron biopsias. Se obtuvieron, además, varias muestras de aspirado duodenal y yeyu- nal. En el análisis microbiológico no se observaban quistes de Giardia, pero en el estudio anatomopatológico de la muestra se observaron múltiples trofozoí- tos de Giardia spp. Juicio clínico Giardiasis aguda con presentación inusual y grave (íleo parético). Evolución El paciente recibió tratamiento con metronidazol 500 mg/8 horas durante diez días. La respuesta al metronidazol fue muy satisfactoria, siendo dado de alta asintomático. Comentarios La giardiasis es una parasitosis cosmopolita adquirida por la ingestión de quis- tes presentes en el agua, siendo éstos resistentes a la cloración. Se precisa un inóculo muy bajo (menos de cien quistes) para desarrollar la enfermedad. Al igual que otras infecciones adquiridas en zonas tropicales (figura 18), afecta principalmente a duodeno y yeyuno proximal, y su periodo de incubación varía entre 7-10 días. En cuanto a las formas clínicas de presentación, podemos encontrar procesos prácticamente asintomáticos, diarreas agudas “explosivas” autolimitadas o for- mas crónicas. En estas formas crónicas, son más frecuentes las molestias digesti- vas altas, la diarrea intermitente o la malabsorción. Para el diagnóstico se recomienda la búsqueda de quistes y trofozoítos en he- ces. Utilizando tres muestras de días consecutivos, se consigue una sensibilidad 59 África SubSahariana del 90-95%. La detección de antígenos de Giardia y la PCR en heces tienen una alta sensibilidad y especificidad (85-98%, 90-100% respectivamente). Puede ser necesario el estudio del aspirado duodenal y/o la endoscopia digestiva con toma de biopsia. También se dispone de la técnica denominada Entero-test® con cápsula de gelatina, que también puede ser útil para el diagnóstico. El tratamiento de elección es el metronidazol, a dosis de 500 mg cada ocho ho- ras durante 7-10 días. Como alternativas disponemos del tinidazol, a dosis de 2 g en dosis única o la paromomicina (tratamiento de elección en la embaraza- das), a dosis de 500-750 mg cada ocho horas durante siete días. En caso de fallo del tratamiento, se recomienda repetir un segundo ciclo de tra- tamiento, o bien asociar quinacrina (100 mg cada ocho horas) y metronidazol (500-750 mg cada ocho horas) durante 7-21 días. También podríamos utilizar albendazol, 400 mg al día durante cinco días. Bibliografía - López-Vélez R, Aparicio Azcárraga P, Torrús Tendero D, Treviño Maruri B, Zubero Sulibarria Z. Guía de aproximación al viajero con fiebre al regreso del trópico. Guías Clínicas SEIMC, 2006. - Spira AM. Assessment of travellers who return home ill. Lancet. 2003; 361: 1459-69. - Gupta SK, Croffie JM, Pfefferkorn MD, Fitzgerald JF. Diagnostic yield of duodenal aspirate for G. lamblia and comparison to duodenal mucosal biopsies. Dig Dis Sci. 2003; 48: 605-7. 60 Casos ClíniCos de patología importada Figura 17. Radiografía de abdomen, mostrando gran dilatación de asas de intestino delgado. Figura 18. Infecciones adquiridas en países tropicales que causan patología tropical. Principales causas de patología digestiva de origen tropical 1. Intestino delgado Virus Rotavirus Otros virus Bacterias Vibrio cholerae E.Coli Vibrio parahaemolyticus Clostridium perfringens Bacillus cereus Salmonella spp Protozoos Giardia Lamblia 2. Intestino grueso Bacteria Campylobacter E.Coli Shigellas Protozoos Entamoeba histolytica (Adaptado de Darwood R. Travellers’ health. Oxford University Press, 1986. p.24). coli coli lamblia 61 África SubSahariana Caso Nº 10 Fiebre, bicitopenia y esplenomegalia en misionera tras regreso de Camerún Carmen Herrero Rodríguez Mª Dolores Almenara Escribano Carolina Roldán Fontana Hospital Universitario Médico-Quirúrgico “Ciudad de Jaén”, Jaén Antecedentes personales La paciente no tenía alergias medicamientosas conocidas, factores de riesgo cardiovascular ni antecedentes médicos o quirúrgicos de interés. Era residente en Camerún desde hacía dos meses y no realizaba quimioprofilaxis antipalúdica de forma correcta. Enfermedad actual Al cabo de doce días del regreso de Camerún inició un episodio de malestar gene- ral, junto con síndrome febril termometrado (hasta 40ºC) de predominio vesper- tino, acompañado de sudoración profusa. Así mismo presentaba artromialgias y sensación nauseosa. No presentaba otra sintomatología acompañante de interés. Exploración física Tenía regular estado general, estaba consciente y orientada, con palidez mu- cocutánea, normohidratada, eupneica en reposo, con tensión arterial 100/60 mmHg, febril, con temperatura de 39ºC y saturación
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