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Fundamentos de la clinica en la psicosis

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96 Nnda es para siempre. Pensando la clínk;'.Y3'~coanalítica 
Bibliografía 
Clase dictada por Ricardo Rodríguez Ponle en la Escuela Freu-
diana de Buenos Aires: Tres respuestas a la cuestión de lo 
trn.nsfcrenc1:a en la psico~ás. 
Clase dictada por tTosé Zubern1an en un sen1inario sobre Tra-
ta1nien,to posible de la psicosis en la Escuela Frcudiana de 
Buenos Aires. 
Fernández) l1~lida: Diagnosticar las Psfr:osi, Data Editora, 1993. 
Freud, Sigmund: "Las Neuropsicosis de Defensa VII" (1894) 
Obras Completas, Traducción de López Ballestero, Madrid, 
Biblioteca Nueva. 
-"La interpretación de los Sueüos" (1898), ídem. 
-"Neurosis y Psicosis~~ (1923-4) íde1n. 
-"La pérdida de Realidad en Neurosis y Psicosis", (1924), ídem. 
-"Observaciones psica,analítícas sobre un caso de paranoia au-
tobiográficamente descrito. Caso Schreber", (1910/11), ídem. 
Kanmar, Cristina: I)sic'psis: ten.iativas de curación) Publicación 
de la Escuela Frcudiana de la Argentina. 
Lacan, Jacques: El seáánario deJacques Lacan, Libro 3 Las 
Psicosis, 1955/6, Texto establecido por J. A. Miller, Paidós. 
-De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la 
psicosis (versión castellana, Escritos IL 
Pomn1icr, Gcrard: La transferencia en la psicosis, Sen1inario 
dictado en 1997 bajo el auspicio de la Fundación del Campo 
Lacaniano) Kliné. 
Rabinovich, Norberto: Producción Simbólica, Amnlgama. Ima-
ginaria y Nombre Propio, del libro Lacan ... efectos en la cff-
nica de las psicosis, Lugar Editorial, 1993. 
Schreber, Daniel P.: Memorias de un Neurópata, Leipzig, Ar-
got, 1903. 
Soler, Colette: iQ¡té lugar para el analista?, Capítulo 2 del libro 
Estudios sobre las Psicosis, Manantial (Col. Los Ensayos). 
Vegh, Isidoro: Estructura y transferencia en las psicosis del 
libro Las Psicosis, Horno Sapiens. 
Fundamentos de la clínica en la psicosis* 
Silvia Vázquez 
1. Introducción 
L a presente clase tiene por objeto entender el mecanisn1o 
de la psicosis y poder sostener, desde allí, la posibilidad 
de tratmmento. Para dar cuenta de los fundamentos d , . e una 
practica, resulta preciso situar las coordenadas que dan ori-
gc.n a la ~structura que se abordará. En este sentido se co-
m1.ei:z.a situando el mecanisn10 constitutivo de la estructura 
ps1cobca para 1uego considerar el lugar del analista. 
2. Mecanisn10 constitutivo 
2.1. Desarrollos Freudianos 
Freud.plantea en "Neurosis y Psicosis" (1923) qu<J las dife-
rentes entidades clínicas resultan de un conflicto entre las in _ 
tan;::ias psí~uicas comprendidas en su segunda tópica. La ne~­
rosis estarui dada. por un conflicto entre el Yo y el Ello; !as 
psiconeurosis narcisistas (n1elancolía) por un conflicto entre el 
Yo Y el Superyó y por último las psicosis por un conflicto entre 
el Yo y el mundo exterior. 
Freud (1923) plantea el siguiente interrogante: 
"Para concluir, cabe apuntar un problen1a: ¿cuál será el 
n:ecanisn10, análogo a una represión, por cuyo intenne-
d10 el Y~ se desl:ace del n1undo exterior? Pienso que sin 
nuevas 1ndagac10nes no puede darse una respuesta, pero 
*Clase dictada para el concurso de ,JTP - Cátedra Adultos U. 
Nada es Pensando la clínica 
su contenido debería ser, cmno el de la represión, un dé-
bito de la investidura enviada por el yo" 
En "La pérdida de la realidad en la neurosis y 18: psic_osis'> 
. d F d (1924) considera que en ambas entidades ch-S1g1nun reu , . "' , 1 
. ºdenc1·a una pérdida de la realidad. Es as1 como a 
n1cas se ev1 . · 1 
diferencia esencial no está en la pérdida sino en o ~ue se rea-
liza a artir de esta pérdida como intento reparatono. En am-
bas sepobserva una incapacidad del yo para adaptarse a la rea-
lidad, con un fracaso en el segu~cl~ tiempo. . -
E 1 Cu
adro con1parativo s1gu1ente se resun1en las carac 
ne ·a d l' . 
terísticas constitutivas de ambas enh a es e 1n1cas. 
· Psicosis Neurosis ___ .. _ j_. ____ __.::.=.::_c .. -·----·-· _, 
r-------
Huida: desmentida 
(Obediencia - represión) Arranca al yo de la realidad 
Patológico (enfermedad) 
Tien1po 
Tie1npo 
(Rcparatorio) 
Afán de 
poder del 
Ello 
Fracaso 
parcial 
1 
Reacción contra 
la represión 
Afloj anüento del 
nexo con la realidad 
Intento de huida: 
Evita un fragmento 
1 de la realidad 
\sustitución de la realidad: 
1 Mundo de fantasía 
Se apuntala en un 
fraginento de la realidad 
Fracaso de la 
represión (enfermedad) 
Sinto1na 
Creación de una realidad 
nueva: Fase activa 
de reconstrucción 
Reen1plaza a 
la realidad 
Delirio 
alucinación 
(Retorno de lo reprinlid~~ '-.. -~----·---·-
L.--···--···-~----·---
Silvia Fwidamcn/os de lo clínica en 
2.2. Desarrollos Lacanian.os 
Lacan (1955-6) retoma estos plantees referidos al meca-
nismo psicótico en su se1ninario tercero: "Las Psicosis''. En el 
primer capítulo refiere lo siguiente: 
.. en lo inconsciente, todo no está tan sólo reprimido, es 
decir desconocido por el sujeto luego de haber sido verbali-
zado, sino que hay que ad1nitir, detrás del proceso de verba-
lización, una Bejahung prünordial, una ad1nisión en el sen~ 
tido de lo simbólico que a su vez puede faltar(. . .) lo que cae 
bajo la represión retorna, pues la represión y el retorno de 
lo reprin1ido no son sino el derecho y el revés de una inisn1a 
cosa. Lo repriinido siempre está ahí, y se expresa de nlodo 
perfectarncnte articulado en los sínton1as y en inultitud de 
otros fenón1enos. En can1bio, lo que cae bajo la acción de la 
Verwerfung tiene un destino totalmente diferente(. .. ) todo 
lo rehusado en el orden sin1bólico en el sentido de la Ver-
werfung, reaparece en lo real." 
La can toma del vocabulario jurídico el término forclusión 
para traducir Verwerfung (en los textos de Freud corresponde 
al rechazo). Con forclusión se refiere al rechazo de la repre-
sentación intolerable. Esta representación no es ni más .ni 
menos que la castración en el Otro, encarnado primordiahnen-
te por la madre. La representación rechazada vuelve desde el 
exterior y se transforma en algo alucinado (Ej.: dedo meñique 
cortado de El Hombre de los Lobos). 
Cabe aclarar que el término forclusión no es una traduc-
ción directa del vocablo Verwerfung sino más bien una inter-
pretación, o una traducción que resulta de una interpretación 
y una reelaboración teórica. 
.Lacan (1955-6) ubica la forclusión como mecanismo fundan-
te de la psicosis. Se trata de un proceso primordial de exclusión, 
rechazo o expulsión de aquella p1imera marca a partir de la cual 
se ordena el psiquismo y que permite la legalidad y la sexualidad. 
La forclusión se ejerce sobre un significante, más específi-
camente sobre ese significante particular que es el que Lacan 
denomina "Significante del Nombre del Padre". 
Es así que Lacan (1956-1957) en el capítulo XXI: "Las bra-
gas de la madre y la carencia del padre", del Seminario 4: "La 
relación de objeto", enuncia: 
Nada es para siempre. Pensando la clínica psiroanalítica 
----- ---- --·-·-·-------·~--·----------- ------ -- ---- -
.- ·""El padre sünbólico, es el Nombre del Padre. Es el cle-
111cnto inediador esencial del inundo simbólico y de su 
CHt.ructuración. Es necesario para este destete, inás esen-
cial que el destete prin1itivo, por el que el niño sale de su 
puro y sünplc acoplanüento con la 01nnipotcncia mater-
na. El Nombre del Padre le es esencial a toda articula-
ción del lenguaje hu1nano." 
A partir de este desarrollo, comienza a conceptualizar la "Fun-
ción del Padre", el 11l_;'alc1' y el "D~sco de la Madre", en que el falo es 
el elemento ordenador de la reláción entre la madre y el hijo y es 
la madre quien posibilita la entrada del padre en la estructura. 
a) La función del Padre: 
Al hablar de la fun/iión del Padre Lacan (1956-1957) no se 
refiere a la persona dclpadre, ni a su carácter o personalidad, 
tampoco rernile a la presencia del padre real o al lugar que 
ocupa en la fa111ilia. Dicha función puede constituirse aunque 
el padre real no esté. 
En tanto es una función, ella puede ser ocupada por un 
significante. De esta manera, la funcióndel Padre no se 
ubica en la dünensióU del registro de lo real, sino en la 
din1ensión sin1 bólica. 
La función paterna, se encuentra en el núcleo del Comple-
jo de Edipo, instaurando una prohibición que vehiculiza una 
Ley. El padre en tanto representante de la Ley, funciona corno 
agente de la Prohibición del Incesto. Esta función es ejercida a 
través de la amenaza de castración, prohibiendo a su hijo el 
acceso a la n1adre e instaurando por consiguiente la exogarnía. 
Es así corno la Función paterna, permite la unión del deseo 
a la Ley estableciendo que algunos objetos de deseo queden 
prohibidos para el hijo, pero a la vez da lugar a que otros obje-
tos queden permitidos. Esta ley posibilita un ordenamiento en 
el linaje, y en la sucesión de las generaciones. 
b) El Deseo de la Madre: 
La operatoria de la función paterna se encuentra íntüna-
mente vinculada con el lugar que el padre tenga en el Deseo de 
Silvia hmdwnl•ntos de la clínic(! en 101 
la Madre. Es la madre quien funda al padre como mediador de 
algo que va más allá de su capricho. , 
A partir de este fenómeno el niño ingresa en la estrnctura 
como objeto, objeto del Deseo de la Madre. Es ella quien a través_. 
de sus cuidados, sus palabras y su deseo imprinle las prin1~ras 
inarcas en el cuerpo de su hijo y de esa n1ancra va despertando 
su de~eo. El X:ifio se ubica allí, no solamente como queriendo 
ser cmdado, smo queriendo ser deseado por ella. Intentará ins-
talarse allí corno objeto que colme el Deseo de ia Madre. 
Larn expresa claramente la dimensión de este Deseo de m 
Madrelfm el capítulo VII: "Edipo, Moisés, y el Padre de la Horda" 
del Seminario XVII (1969-1970): "El Reverso del Psicoanálisis" 
"El papel de la madre es el deseo de la madre. Esto es 
capital. El deseo de la 1nadrc no es algo que pueda so~ 
portarse tal cual, que pueda resultarles indiferente 
Sien1prc produce estragos. Es estar dentro de la boc~ 
de un c~codrilo, eso es la n1adrc. No se sabe qué 1nosca 
puede picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el 
deseo de la n1adre". 
Entonces, traté de explicar que había algo tranquilizador. 
Les ?rgo cosas simples, irnproviso, debo decirlo. Hay un palo, 
de piedra por supuesto, que está ahí, en potencia, en la boca, y 
eso la contiene, la traba. Es lo que se llama el falo. Es el palo 
que te protege si, de repente, eso se cierra." 
e) El Falo 
En un primer momento el niño capta lo que él es para el 
deseo de la Madre y se presenta ante ella como si él mismo 
fuera lo que ella desea, se ofrece corno un objeto: el Falo. En 
esa ?osíción el niño intenta cohnar a la n1adre con lo que ella 
no tiene. Tanto el niño corno la niña localizan tempranamente 
es:a dialéctica y se identifican con este Falo. Hasta aquí el 
n1no se encuentra en el paraíso del señuelo capturado en esa 
relación a la vez tramposa y estructurante con su madre. 
Esta relación que se establece entre madre e hijo, y que 
por ende parece ser dual, tiene un tercer elemento que es esencial 
a esta dialéctica, un elemento organizador y ordenador: el Falo. 
102 Nada es para siempre. Pensando Ja clínica psicoanalítica __ __ ... , ... ----------"-----------··------··--·----~-
El Falo en principio, no es el pene. El Falo es definido por 
Freud con10 la "premisa universal del pene". Premisa por la 
cual todos los seres aniinados e inanimados poseen pene. En 
premisa dicho elemento se encuentra radicalmente. sep~rado 
del órgano y se ubica por entero dentro del campo s1mbohco. 
El Falo es entonces, un operador sin1bólico, un ordenador, 
un ordenador que pone en juego una falta en la madre. Es un 
elemento mediador y tercero. A partir de allí se mueven todas 
las relaciones de los distintos personajes que conforman este 
núcleo (madre, padre, hijo). En este sentido, esta dialéctica 
incluye cuatro elementos. 
A partir de la alternancia de presencias y ausencias la 
madre con1ienza a instalar un movimiento que es fundamen-
tal con relación a la "ilusión de falicización recíproca", es decir, 
el niño identificado con el Fal.o completando la falta materna. 
La madre hará surgir así en el niño la pregunta estructurante: 
"¿Qué otra cosa desea, y que no soy yo?", con la consiguiente 
resignación: "Hay algo que mi persona no recubre"; si ella a veces 
no está, "Ella desea otra cosa, pues tiene una falta más allá de 
mí." g 8ta vivencia de imposibilidad del chico de colmar el deseo 
de Ja inadre, es decir, que el deseo de ella pern1anezca insatisfe-
cho, es fundamental para su advenimiento como sujeto. 
La relación madre -hijo entra en una situación de conflic-
to, puesto que el falo se pasea; está en otro lado, ni lo tiene la 
madre, ui lo es el niño. El niño supone pues, que el padre es el 
portador, el que detenta el falo, y éste ni lo cambia. ni lo dona. 
Aquí no hay circulación. Es aquello que debe existir para ~u.e 
co1no dice Lacan, el falo sea otra cosa que un meteoro. La un1-
ca función del padre en este trío es hacerse preferir por la madre 
prohibiendo al niño el acceso a ella, y poniendo en claro que la 
madre como objeto es para él, no para el niño. 
La función paterna entonces es normativa. Posibilita la 
identificación sexual: el tipo viril o el femenino, ambos vincu-
lados a la función del Ideal. Por esta razón le otorga al sujeto 
un "títulon. Es una función en reserva que va a ser utilizada 
por el sujeto cuando tenga que hacer frente a la sexualidad. Va 
a necesitar de ella cuando se tenga que ubicar enfrente de un 
hombre, una mujer, o a algo relacionado con la paternidad y el 
orden de las generaciones. 
" ,, _"; ,¡ 
La operatoria de la función paterna es por estructura siem-
pre fallida. Ningún padre puede estar a la altura de la función, lo 
cual implica que siempre algo quede por fuera de la ley. gsto no 
legalizado está en relación a lo que conforma la base de los llama-
dos síntomas neuróticos. Cuando esta función no es solan1ente 
fallida, sino que no opera, da lugar a la no-inscripción de la fUn-
ción del padre (Nombre del Padre) en el psiquismo. Se constituye 
así, la base de la estructura subjetiva conocida como Psicosis. 
Es a partir de esta articulación lógica, que Lacan llega a 
formular la denominada "Metáfora Paterna", cuyo resultado 
es un sujeto afectado por la castración y no un objeto que com-
pleta a la madre. Podemos decir con Lacan que el significante 
del Nombre del Padre es el significante de la castración y que 
el falo es el significante del deseo. 
El significante del Nombre del Padre sustituye a otro sig-
nificante que es el del Deseo de la Madre y produce una nueva 
significación: la Significación fálica. 
2.3) Fenómenos füementales 
El efecto de la forclusión del Nombre del Padre tiene como 
correlato que aquello forcluido en lo simbólico, retorne en lo 
real. Este retorno presenta un estatuto diferente al retorno de 
lo reprimido en la neurosis y que se puede representar en los 
fenómenos elementales. 
Con respecto a ellos Lacan (1955 -1956) en el capítulo XI: 
"Del rechazo de un significante primordial" del Seminario III: 
"Las Psicosis", refiere: 
"La estructura aparece en lo que se puede l1a111ar, en sen-
tido propio, el fenómeno. Sería sorprendente que algo de 
la estructura no apareciese en el modo en que, por ejem~ 
plo, el delirio s·e presenta." 
El valor diagnóstico de los fenómenos radica entonces, en 
que es allí donde aparece la estructura. Estos fenómenos pue-
den ubicarse inclusive antes del desencadenamiento, dado que 
permiten dar cuenta de la estructura psicótica y no necesaria-
mente de la psicosis propiamente dicha (es decir, aquella con-
figurada con posterioridad al desencadenamiento). 
A continuación se presenta una descripción didáctica de 
los n1isn1os: 
a) Fcnón1enos de fronja: 
Se caracterizan por prcscnt~r una fenon1cnología ~1t~s .~in1~ 
ple y rudilncntaria que ]os fcnon~enos ele1ncnta~es. I 01 CJcn1 
plo en el caso de alucinacio.nes ~1s.uales se perciben des.tellos 
1un1ínicos, 0 bien sombras indefinidas, n~n.ca una figu1a de-
terminada; en el casode alucinaciones auditivas, se co1nponc~ 
de sonoridades, también difusas, a la 1nan~ra de n1urmullos 
incntendibles o risas, sin aparecer texto legible alguno. 
b) Fenómenos elementales: 
Estos fcnó1nenos ~e caracterizan por ser neutros, no sen-
soriales y anideicos. Déntro de esta categoría se encuentran: 
b. ll Trastornos' del lenguaje: 
Sus características son: . 
-Indi~lectizables: se percibe µna detención, es decir un cese 
en el deslizamiento de.la cadena. . . 
-Trastornos de la temporalidad: hay un predomm1~ de la 
anticipación en la cadena. No se percibe el modelo comun a la 
neurosis de anticipación-retroacción. . , 
Estos dos puntos hacen referencia a la contmmdad del 
discurso, úS decir a la cadena significante en su sentido 
n1etonín1ico. 
b.2) Neologismos: 
Es en esencia un trastorno del algoritmo sauss:iriano, re-
mitiendo a lo que Lacan denomina plomada del discurso. Se 
presentan bajo dos modalidades: 
Fórn1ulas 0 estribillos: No remite a ninguna significació~, 
podría graficarse como un significa~te en lo real. Es vac1a 
en sentido. Es la fórmula estereotipada que se n1achaca 
con insistencia. 
Intuición delirante: Es un fenón1cno pleno de sentido que tie-
ne para el sujeto un valor inundantc que lo colma. El sujeto 
queda fascinado en esa significación. 
b.3 Delirio: 
Aparece ante la falta de un significante. Su carácter es 
irreductible e indialectizable. La metáfora delirante es una 
forma de estabilización. 
b.4 Certeza: 
Este fenómeno es característico de toda psicosis. Se produ-
ce el llamado fenó1neno de auto referencia, en que todo lo acon-
tecido le concierne al psicótico. Se presenta el carácter diferen-
cial con las neurosis en cuanto el aspecto privilegiado de éstas 
es el de la duda. 
b.5 Infinitización: 
Es un detrimento de la n1etáfora, con1pensada con un au-
mento de la producción n1etonímica. 
b.6 Déficit en lo simbólico: 
Está caracterizado por una regresión tópica al filo mortal 
del Estadio del Espejo cuyas características son: 
La proliferación imaginaria: Por ejemplo los hombrecitos he-
chos a la ligera, en Schreber ). Genera manifestaciones de 
rivalidad, agresividad y transitivis1no, entre otras. 
Despersonalización: Este proceso denota la falla de la imagen 
especular co1110 propia. 
Fragmentación: Característica de las esquizofrenias. Denota 
la falla de Ja imagen especular como unidad. 
H.especto al desencadenamiento de estos fenó1nenos, se 
puede decir que en el momento en que el psicótico se ve obli-
gado a enfrentar determinadas situaciones de compromfao, 
suelen quebrarse, dada su fragilidad, sus posibilidades de res-
puesta en el lugar donde la simbolización no es posible. 
Lacan (1955-1956) denomina "Invocación del Nombre del 
Padre" a estos momentos de especial compromiso vital, con1u-
nes a toda existencia humana, pero desestabilizantes particu-
larn1ente en la estructura psicótica. Estas encrucijadas poseen 
características que evocan de uno u otro inodo a la función 
paterna. Cuando se invoca la posición significante de un pa-
dre, eso que falta, reaparece con10 reconstrucción en lo real. 
A modo de ejemplo en el caso Schreber, podemos ubicar 
dos mo1nentos particulares de las n1encionadas encrucijadas: 
1) Posterior a su matrimonio. Coincide con la aplastante de-
rrota sufrida por el magistrado en las elecciones del 84. La 
infertilidad de la pareja puesta de manifiesto en aquellos 
momentos de presión parece confirmar la hipótesis de Freud: 
El ansia de su paternidad biológica nunca alcanzada, esta-
ría presente en el posterior delirio. El contenido delirante 
incluía la creencia de que el magistrado recibió de un Dios 
implacable el mandato de generar una nueva raza a través 
de ser penetrado por él. 
2) Con el anuncio del inminente nombramiento del magistra-
do como presidente del Senado de la Corte de Dresde, su 
donnir se vuelve intranquilo. Sueña (o mejor recrea en un 
estado fronterizo entre sueño y vigilia) la idea de que "sería 
bello el hecho de ser una mujer en el momento en que es 
penetrada por el hombre". Tres meses después de este perío-
do de sueño difícil, y recién asumida la función de Presiden-
te del senado, Schreber cae en una crisis de insomnio total 
que cursa con angustia. Paulatinamente el insomnio será 
imputado a razones sobrenaturales y enquistado en una se-
rie de ideaciones delirantes por la que los milagros divinos 
tenderían a interferirle el sueño y, más tarde, a obstaculizar 
la curación de Ja enfermedad. 
Se ha planteado hasta ahora el mecanismo que da origen a 
la estructura y sus efectos. Surge la pregunta insoslayable acer-
ca de un tratamiento posible. 
Silvia F1mdmnt'lltos de la c/ínirn en 
3. El lugar del analista 
Para hablar del lugar del analista es necesario comenzar 
por la transferencia. Para Freud la transferencia implica el 
refenr a la persona del analista representaciones y afectos 
relativos a personas significativas en la historia infantil del 
pa~1ente. La transferencia es un desplazamiento, pero no cual-
qmer desplazamiento. Es el desplazamiento <le un deseo in-
conc1ente sobre una representación preconciente (en este caso 
el analista). Freud fue certero en cuanto a la inaccesibilidad 
de la~ r:eurosis narcisistas al tratamiento analítico. Esa in-
acces1b1hdad está basada en la transferencia: el psicótico no 
establece transferencia. 
.Esto, ¿quiere decir que no establece relaciones con el a-
n~hsta? Hay relación con el analista, incluso una relación 
d.1r.ecta, inmediata, masiva, pero es una relación de tipo nar-
c1s1Sta. Hay una relación directa entre el sujeto psicótico y 
sus objetos, pero éstos no son tratados como tales: forman 
parte_ con el mismo sujeto de un Otro infragmentable que no 
permite mnguna diferenciación. Existe una imposibilidad 
de mantener vacíos los espacios, entonces, todas las perso-
nas co::i las que se encuentra en la vida un psicótico, pasan a 
ser el instrumento de un amo omnipotente, al cual nada se 
le puede preguntar debido a que ese amo tiránico no deja 
lugar a la pregunta. 
El riesgo es que el psicótico incluya en su delirio al tera-
peuta Y este último se convierta así en el perseguidor 0 en el 
amante. El analista no puede estar en el lugar de Sujeto Su-
pues.to Saber, ni en el lugar de objeto. El desafío se plantea 
en co~o hacer para que se establezca un lazo entre paciente 
Y analista sm que éste último se convierta en el sostén de 
una situación delirante. 
Por otro lado, se sabe que por efecto del mecanismo de for-
clus1ón, el psicótico está en contacto con lo que Lacan llama 
"goce Otro". Esto produce fenómenos de mortificación desen-
frenados. El psicótico es objeto de un goce sin límites de un 
Otro sin barrar. 
Aurelio Gracia en el texto "Psicoanálisis y Psicosis" expresa: 
108 Nada es Pen;;ando b clínie.:1 
"Allí donde e1 neurótico negocia con el fantas1na el psiH 
c6tico encuentra un agujero. No le queda n1ás re1ncdio 
que reconstruir con su.s insuficientes inedias ese agu-
jero de la realidad. Lo hace con el dc1irio. Al contrario 
de có1no opera el fantasn1a en la neurosis, la produc-
ción delirante no separa al psicótico del goce. El psicó-
tico goza en el delirio. La redistribución del goce es 
uno de los efectos de la terapia psicoanalítica en su 
aplicación a la psicosis". 
Se trata entonces de implementar estrategias para ponerle 
un muro al goce, una distancia que separe al psicótico del goce. 
El psicoanalista está puesto en un lugar muy distinto en 
la neurosis que en la psicosis. En éstas últimas se invierte la 
suposición de saber: n~;se le va a suponer un saber al analista, 
no se le interroga aceréa de ningún saber. El sujeto psicótico se 
dirige a un analista a fin de hacerse reconocer como el porta-
dor de una verdad, la verdad constituye su certeza y es él quien 
pretende hacerla sabéW al Otro. 
Un Jugar posible para el analista es el de "testigo" (Colette 
Soler, 199l). El psicótico viene a dar su testimonio y un testigo 
es alguien a quien se supone no sabe, no goza y fundamental-mente alguien que presenta un vacío en el cual el sujeto puede 
alojar su testimonio. 
Vegh plantea el lugar de "amigo" para el analista, es decir, 
un compañero de ruta. La estructura del amor como "dar lo 
que no se tiene a quien no lo es", no está posibilitada. Queda el 
lugar de la amistad que plantea Aristóteles en la Ética a. Nicó-
maco: el amor fuera del sexo. Además, es importante para este 
autor estar muy atentos a la producción creativa del sujeto, 
sosteníendo la posibilidad de generar algún lazo social. 
Otro lugar posible es el señalado por Lacan (1955-1956) 
como "Secretario del alienado". Esto no implica un lugar pasi-
vo, sino el lugar del que acompaña, escucha, lleva la agenda 
por así decir y fundamentalmente organiza. Esto supone un 
modo de introduéir una función de límite. 
El lugar del analista en la psicosis también se puede pen-
sar como el recoriidÜ de un camino inverso al que sigue en las 
neurosis de transferencia. En la neurosis se trata fundamen-
talmente de desorganizar una estructura represiva como paso 
Si!uin 
p:evio a ~a reorganización del aparato psíquico en un nuevo 
mvel de mte ·, E' ¡ · · . grac1on. n a ps1cos1s la desorganización es lo 
que P_r~do1n1na y el camino es hacia la organización. La pro-
z1cn1atica ~o so plantea como en el caso de las neurosis de 
ransfe~enc~a e~:re represión y retorno de lo repri-Inido sino 
en;re o1 gan1zac1on y desorganización, a lo que se agregan los 
es uerzos de reorganización. '

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