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origen_especias-145

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en estado fósil. Pero en las regiones intermedias que tienen condiciones
intermedias de vida, ¿por qué no encontramos actualmente variedades
intermedias de íntimo enlace? Esta dificultad, durante mucho tiempo,
me confundió por completo; pero creo que puede explicarse en gran
parte.
En primer lugar, tendríamos que ser muy prudentes al admitir que un
área haya sido continua durante un largo período, porque lo sea actual-
mente. La geología nos llevaría a creer que la mayor parte de los conti-
nentes, aun durante los últimos períodos terciarios, han estado divididos
formando islas, y en estas islas pudieron haberse formado separadamen-
te especies distintas, sin posibilidad de que existiesen variaciones inter-
medias en zonas intermedias. Mediante cambios en la forma de la tierra
y en el clima, regiones marinas hoy continuas tienen que haber existido
muchas veces, dentro de los tiempos recientes, en disposición mucho
menos continua y uniforme que actualmente. Pero dejaré a un lado este
modo de eludir la dificultad, pues creo que muchas especies perfecta-
mente definidas se han formado en regiones por completo continuas,
aun cuando no dudo que la antigua condición dividida de regiones aho-
ra continuas ha desempeñado un papel importante en la formación de
especies nuevas, sobre todo en animales errantes y que se cruzan con
facilidad.
Considerando las especies según están distribuidas en una vasta re-
gión, las encontramos por lo general bastante numerosas en un gran te-
rritorio, haciéndose luego, casi de repente, más y más raras en los límites,
y desapareciendo por último. De aquí que el territorio neutral entre dos
especies representativas es generalmente pequeño, en comparación con
el territorio propio de cada una. Vemos el mismo hecho subiendo a las
montañas, y a veces es muy notable lo súbitamente que desaparece una
especie alpina común, como ha hecho observar Alph. de Candolle. El
mismo hecho ha sido observado por E. Forbes al explorar con la draga
las profundidades del mar. A los que consideran el clima y las condicio-
nes físicas de vida como elementos importantísímos de distribución de
los seres orgánicos, estos hechos debieran causarles sorpresa, pues el cli-
ma y la altura y la profundidad varían gradual e insensiblemente. Pero
cuando tenemos presente que casi todas las especies, incluso en sus reg-
iones primitivas, aumentarían inmensamente en número de individuos
si no fuese por otras especies que están en competencia con ellas; que ca-
si todas las especies hacen presa de otras o les sirven de presa; en una pa-
labra, que cada ser orgánico está directa o indirectamente relacionado
del modo más importante con otros seres orgánicos, vemos que la
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