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como no entra en el plan de míster Mivart el citar los diferentes hechos y consideraciones opuestos a sus conclusiones, queda no pequeño esfuerzo de razonamiento, y de memoria para el lector que quiera pesar las prue- bas de ambas partes. Discutiendo casos especiales, míster Mivart pasa por alto los efectos del creciente uso y desuso de los órganos, quehe sos- tenido siempre que son importantisimos, y que he tratado en mi obra Va- riation under Domestication con mayor extensión, creo yo, que ningún otro autor. Del mismo modo supone que no atribuyo nada a la variación independientemente de la selección natural, siendo así que, en la obra acabada de citar, he reunido un número de casos bien comprobados, ma- yor que el que pueda encontrarse en cualquier obra que yo conozca. Mi opinión podrá no ser digna de crédito; pero después de haber leído con cuidado el libro de míster Mivart y de comparar cada sección con lo que he dicho yo sobre el mismo punto, nunca me habla sentido tan firme- mente convencido de la verdad general de las conclusiones a que he lle- gado, sujetas evidentemente, en asunto tan complicado, a muchos erro- res parciales. Todas las objeciones de míster Mivart serán, o han sido ya, examina- das en el presente libro. Un punto nuevo, que parece haber llamado la atención de muchos lectores, es «que la selección natural es incapaz de explicar los estados incipientes de las estructuras útiles». Este asunto está íntimamente unido al de la gradación de caracteres, acompañada frec- uentemente de un cambio de función -por ejemplo: la transformación de la vejiga natatoria en pulmones-; puntos que fueron discutidos en el ca- pitulo anterior bajo dos epígrafes. Sin embargo, examinaré aquí, con al- gún detalle, varios de los casos propuestos por mister Mivart, eligiendo aquellos que son más demostrativos, pues la falta de espacio me impide examinarlos todos. La jirafa, por su elevada estatura y por su cuello, miembros anteriores, cabeza y lengua muy alargados, tiene toda su conformación admirable- mente adaptada para ramonear en las ramas más altas de los árboles. La jirafa puede así obtener comida fuera del alcance de los otros ungulados, o animales de cascos y de pesuñas, que viven en el mismo país, y esto tiene que serle de gran ventaja en tiempos de escasez. El ganado vacuno ñato de América del Sur nos muestra qué pequeña puede ser la diferenc- ia de conformación que determine, en tiempos de escasez, una gran dife- rencia en la conservación de la vida de un animal. Este ganado puede ro- zar, igual que los otros, la hierba; pero por la prominencia de la mandí- bula inferior no puede, durante las frecuentes sequías, ramonear las ra- mitas de los árboles, las cañas, etcétera, alimento al que se ven obligados 189
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