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2014 EstrategiaspsicoterapeuticasinicialesparaeltratamientodelTrastornodeAnsiedadGeneralizadaEtchebarne

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Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el 
tratamiento del Trastorno de Ansiedad 
Generalizada 
 
Tesis doctoral 
 
 
 
 
Doctorando: 
Lic. Ignacio Etchebarne 
 
 
 
Director de tesis y consejero académico: 
Dr. Andrés J. Roussos 
 
 
 
 
Doctorado en psicología, 
Facultad de Psicología, 
Universidad de Buenos Aires 
 
2014 
Tesis doctoral defendida y 
aprobada con 10 (máxima 
calificación), el 16 de junio del 
2014.
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 II	
Resumen: 
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es el trastorno de ansiedad 
que más modificaciones ha recibido en su definición, y el que peor respuesta ha 
presentado a los tratamientos actuales. Nuevas propuestas de tratamiento se 
desarrollaron en contextos experimentales, destacándose elementos de la fase 
inicial del tratamiento; pero se desconoce su grado de aceptación clínica. 
El objetivo de la presente investigación consistió en explorar el vínculo entre 
las estrategias psicoterapéuticas iniciales, la orientación teórico-clínica y el estilo 
personal de los psicoterapeutas, al entrevistar a un paciente con TAG. Para ello, 
15 psicoanalistas y 15 terapeutas cognitivos simularon una primera entrevista, 
fundamentando cada una de sus intervenciones, a partir de un material estímulo 
cuasi-clínico inspirado en la viñeta de TAG del libro de casos del DSM-IV-TR. 
Se realizó un análisis cualitativo y cuantitativo de los datos. Los resultados 
indican la presencia de estrategias globales y temáticas comunes entre los 
participantes de cada orientación teórica, así como elementos diferenciales entre 
los mismos, destacándose una interacción diferenciada por marco teórico entre el 
estilo personal y las estrategias de los terapeutas, a nivel micro-analítico. 
Asimismo, los resultados sugieren tanto congruencias como divergencias respecto 
de las propuestas experimentales para el tratamiento inicial del TAG. 
 
Palabras clave: 
Trastorno de Ansiedad Generalizada; Estrategias psicoterapéuticas; Primera 
entrevista; Orientación teórico-clínica; Estilo personal del terapeuta. 
 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 III	
Abstract: 
Generalized Anxiety Disorder (GAD) is the anxiety disorder that has 
undergone greater amount of modifications in its definition, and the one with worst 
response to current treatments. New proposals for treatment were developed in 
experimental contexts, emphasizing elements of the initial phase of treatment; but 
it is unknown their degree of clinical acceptance. 
The goal of the present study consisted in exploring the link among initial 
psychotherapeutic strategies, clinical-theoretical orientation, and personal style of 
psychotherapists, when interviewing a patient with GAD. For this purpose, 15 
psychoanalysts and 15 cognitive therapists simulated a first interview, presenting 
the rationale of each of their interventions with a quasi-clinical stimulus material 
inspired by the GAD vignette published in the DSM-IV-TR Casebook. 
A qualitative and quantitative data analysis was carried out. Results indicate 
the presence of common global strategies and themes among participants of each 
theoretical orientation, as well as differential elements between these two groups, 
highlighting an interaction differentiated by theoretical framework between the 
personal style and therapists’ strategies, at a micro-analytic level. Also, results 
suggest both congruences and divergences with respect to the experimental 
proposals for the initial treatment of GAD. 
 
Keywords: 
Generalized Anxiety Disorder; Psychotherapeutic strategies; First interview; 
Clinical-theoretical orientation; Personal style of the therapist.
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 IV	
Agradecimientos y dedicatoria: 
 
En primer lugar, quiero agradecerle al Consejo Nacional de Investigaciones 
Científicas y Técnicas por el auspicio recibido a través de las becas doctorales tipo 
1 y tipo 2, y a la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires que le 
dio sede a la presente investigación. En segundo término, quiero agradecerle a mi 
director de tesis, consejero académico, director de equipo, y mentor. Su guía 
durante estos años, me permitió crecer profesionalmente y desarrollar una 
capacidad de liderazgo y auto-organización que no conocía en mí (gracias por 
apostar en mí). Sus ideas sobre la investigación y la psicoterapia se han grabado 
en mí, y me motorizaron a encontrar mi propio perfil profesional y teórico-clínico 
(libertad que pocos directores posibilitan). Este trabajo es solo el cierre de una 
etapa de trabajo con él y el inicio de futuros y estimulantes proyectos. 
También quiero agradecerle a todos mis co-equipers de investigación que 
me ayudaron y acompañaron durante todo este proceso, y a mis jueces 
independientes quienes sufrieron mi persecución para lograr un buen acuerdo 
inter-jueces en tiempo y forma. 
Por otra parte, quiero agradecerle a los participantes de mi investigación, 
quienes desinteresadamente me abrieron sus puertas, regalaron su tiempo y, 
apasionadamente, me mostraron su labor clínica (experiencia invaluable). 
También quiero agradecerle a todas las personas que actuaron de intermediarios, 
contactándome con los participantes de esta investigación. 
En lo personal, quiero agradecerle a mi madre y a mi mujer que con su 
apoyo incondicional de todos los días, y a pesar de las circunstancias, me dieron 
fuerza y un lugar de refugio para completar este trabajo. Sin ellas, nada de esto 
sería posible. En segundo lugar, quiero agradecerle a mis hijas que, sin saber ni 
poder entender lo que sucedía, debieron soportar los humores cambiantes de este 
doctorando, y encima, me alegraban en días de amargura. Por último, también 
quiero agradecerle a mi hermano que este último año debió hacerse cargo por 
completo de una difícil situación familiar, para que yo pudiera terminar esta 
investigación. 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 V	
 
Índice: 
 
 
Introducción..............................................................................................................1 
0.1. Objetivos del presente estudio......................................................................3 
0.2. Estructura de la tesis.....................................................................................4 
0.3. Sobre el uso de expresiones en inglés.........................................................5 
 
1. El Trastorno de Ansiedad Generalizada: caracterización diagnóstica y 
evolución histórica...............................................................................................7 
1.1. Resumen del capítulo...................................................................................7 
1.2. Sobre el uso de los términos “Angustia”, “Ansiedad” y “Pánico” en esta 
tesis. .............................................................................................................7 
1.3. Síntesis del estatus actual del Trastorno de Ansiedad Generalizada 
(TAG)............................................................................................................8 
1.4. Antecedentes históricos del TAG................................................................10 
1.4.1. El TAG y la Neurastenia....................................................................10 
1.4.2. El TAG y la Neurosis de Angustia.....................................................12 
1.4.3. El TAG y la Histeria de Angustia.......................................................15 
1.5. El TAG en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) y en el 
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM).......15 
1.5.1. El TAG en la CIE-6 y el DSM-I: Losantededentes directos del 
TAG......................................................................................................15 
1.5.2. El TAG en la CIE-8 y el DSM-II: Un retorno coordinado a la neurosis 
de angustia/ansiedad...........................................................................17 
1.5.3. El TAG en la CIE-9, DSM-III y el DSM-III-R: La división de la neurosis 
de ansiedad, la instalación del “TAG”, y el rol de la preocupación.......18 
1.5.3.1. El TAG en el DSM-III...............................................................20 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 VI	
1.5.3.2. División de la “Neurosis de Ansiedad” y el origen de la 
denominación “TAG”.....................................................................21 
1.5.3.3. La “Ansiedad Flotante” y la “Ansiedad Generalizada”............22 
1.5.3.4. El TAG en el DSM-III-R y el rol de la preocupación................23 
1.5.3.5. El TAG en la CIE-9..................................................................24 
1.5.4. El TAG en la CIE-10 y el DSM-IV: El TAG preocupado y restrictor vs. 
el TAG hiperactivo y corporal...............................................................25 
1.5.4.1. El TAG en el DSM-IV..............................................................25 
1.5.4.2. El TAG en la CIE-10................................................................27 
1.5.4.3. El TAG en el DSM-IV-TR........................................................30 
1.5.5. El TAG en la CIE-11 y el DSM-5......................................................31 
1.5.5.1. El desarrollo del DSM-5 y la CIE-11.......................................31 
1.5.5.2. El TAG en los borradores del DSM-5......................................32 
1.5.5.3. El TAG en el DSM-5 (versión final).........................................36 
1.5.5.4. El TAG en el borrador de la CIE-11........................................39 
1.5.5.5. Síntesis de la evolución histórica del TAG..............................40 
1.6. Incidencia, prevalencia, comorbilidad, curso y pronóstico del TAG............44 
1.6.1. Incidencia y prevalencia del TAG......................................................44 
1.6.2. Comorbilidad del TAG.......................................................................45 
1.6.3. El curso del TAG................................................................................46 
1.6.4. Pronóstico del TAG............................................................................47 
 
2. El trastorno de Ansiedad Generalizada: Críticas y debates actuales................50 
2.1. Resumen del capítulo.................................................................................50 
2.2. Debates relacionados con la delimitación diagnóstica del TAG.................50 
2.2.1. Contexto de las críticas y debates actuales sobre el diagnóstico de 
TAG......................................................................................................50 
2.2.2. El TAG: ¿Tastorno de ansiedad o de personalidad?.........................50 
2.2.3. El TAG: ¿Trastorno de ansiedad o de preocupación?......................51 
2.2.4. La comorbilidad del TAG: diagnóstico válido, mixto o 
epifenómeno?.......................................................................................53 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 VII	
2.2.5. El TAG, el DSM y el problema de la comorbilidad en psiquiatría......56 
2.2.6. Síntesis de los debates actuales sobre el diagnóstico de TAG.........58 
2.3. Debates relacionados con el rol de la preocupación en el mantenimiento 
del TAG.......................................................................................................58 
2.3.1. Situación actual................................................................................58 
2.3.2. La preocupación y la evitación cognitiva...........................................58 
2.3.3. La preocupación y la intolerancia a la incertidumbre.........................59 
2.3.4. La preocupación y la aceptación de las experiencias internas..........61 
2.3.5. La preocupación y el tema relacional conflictual nuclear..................62 
2.3.6. La preocupación y la meta-preocupación..........................................64 
2.3.7. La preocupación y la evitación de las experiencias de contraste......64 
2.3.8. Crítica de los modelos existentes respecto del rol de la 
preocupación........................................................................................65 
 
3. La primera entrevista y fase inicial del tratamiento del Trastorno de Ansiedad 
Generalizada.....................................................................................................67 
3.1. Resumen del capítulo.................................................................................67 
3.2. Primera entrevista o fase inicial de la psicoterapia: Su relevancia en el 
proceso psicoterapéutico............................................................................67 
3.2.1. Relevancia de la primera entrevista o fase inicial para el psicoanálisis 
y la terapia psicoanalítica.....................................................................67 
3.2.2. Relevancia de la primera entrevista o fase inicial para las terapias 
cognitivo-conductuales.........................................................................68 
3.2.3. Relevancia de la primera entrevista o fase inicial de la psicoterapia 
desde una visión genérica....................................................................69 
3.2.4. Investigaciones empíricas sobre la primera entrevista o fase inicial en 
psicoterapia..........................................................................................70 
3.3. Características de la primera entrevista o fase inicial de los tratamientos 
psicoterapéuticos........................................................................................72 
3.3.1. Características de la primera entrevista o fase inicial de la 
psicoterapia desde una visión genérica...............................................72 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 VIII	
3.3.2. Características de la primera entrevista o fase inicial del tratamiento 
en psicoanálisis tradicional, contemporáneo y psicoterapia 
psicoanalítica........................................................................................73 
3.3.2.1. Características de la primera entrevista en el psicoanálisis 
freudiano.......................................................................................74 
3.3.2.2. Características de la primera entrevista en el psicoanálisis 
contemporáneo y la psicoterapia psicoanalítica (permanencias y 
apartamientos del dispositivo original freudiano)..........................76 
3.3.3. Características de la primera entrevista o fase inicial de la terapia 
cognitiva...............................................................................................80 
3.4. Elementos comunes de la primera entrevista en tratamientos 
psicoanalíticos y tratamientos cognitivos....................................................83 
3.5. Peculiaridades de la primera entrevista o fase inicial de los tratamientos 
psicoterapéuticos específicos para el abordaje del Trastorno de Ansiedad 
Generalizada...............................................................................................85 
3.5.1. La primera entrevista o fase inicial del tratamiento específico del TAG 
según el abordaje cognitivo de Wells (1997)........................................86 
3.5.2. La primera entrevista o fase inicial del tratamiento específico del TAG 
según el abordaje cognitivo de Dugas y Robichaud (2007).................87 
3.5.3. La primera entrevista o fase inicial del tratamiento específico del TAG 
según el abordaje cognitivo de Westra et al.(2009)............................88 
3.5.4. La primera entrevista o fase inicial del tratamiento específico del TAG 
según el abordaje psicodinámico de Crits-Christoph et al. (1995).......89 
3.5.5. La primera entrevista o fase inicial del tratamiento en pacientes con 
TAG que aún no han sido diagnosticados............................................90 
 
4. Investigación empírica sobre intervenciones psicoterapéuticas........................92 
4.1. Resumen del capítulo.................................................................................92 
4.2. Introducción.................................................................................................92 
4.2.1. Intervenciones psicoterapéuticas en contextos académicos vs. 
contextos naturales..............................................................................93 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 IX	
4.2.2. Implicancias de intervenciones psicoterapéuticas propias de 
contextos naturalísticos........................................................................94 
4.3. Dificultades inherentes a la investigación empírica sobre intervenciones 
psicoterapéuticas........................................................................................96 
4.3.1. Definición y delimitación del acto de intervenir o de la comunicación 
psicoterapéutica...................................................................................96 
4.3.2. Dimensiones del acto de intervenir....................................................99 
4.3.3. Presentación de las intervenciones psicoterapéuticas en su contexto 
natural.................................................................................................105 
4.3.4. Polisemia y especificidad de las intervenciones 
psicoterapéuticas................................................................................106 
4.3.5. Alcance de las investigaciones sobre intervenciones 
psicoterapéuticas................................................................................112 
4.4. Criterios clasificatorios de intervenciones más utilizados actualmente: 
Clasificaciones genéricas vs. clasificaciones específicas.........................113 
4.4.1. Clasificaciones de intervenciones en abordajes psicoanalíticos.....113 
4.4.2. Clasificaciones de intervenciones en abordajes cognitivos-
conductuales......................................................................................114 
4.4.3. Clasificaciones genéricas de intervenciones...................................115 
4.5. Estado actual y crítica a las investigaciones sobre intervenciones sobre 
intervenciones psicoterapéuticas..............................................................116 
 
5. Investigación empírica sobre Estrategias Psicoterapéuticas..........................120 
5.1. Resumen del capítulo...............................................................................120 
5.2. Vínculo entre la micro y macro acción de los terapeutas: Estrategia y 
táctica en psicoterapia..............................................................................120 
5.3. Definición de “Estrategia psicoterapéutica” en el presente estudio..........125 
5.4. Estrategias psicoterapéuticas y proceso psicoterapéutico.......................130 
5.4.1. Estrategias psicoterapéuticas: Intervenciones y su 
intencionalidad....................................................................................130 
5.4.2. Estrategias psicoterapéuticas y conceptos afines...........................137 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 X	
5.4.3. Estrategias psicoterapéuticas y Orientación teórico-clínica-referencial 
de los terapeutas................................................................................142 
5.4.4. Estrategias psicoterapéuticas macroanalíticas: Integración en 
psicoterapia........................................................................................149 
5.4.5. Estrategias psicoterapéuticas microanalíticas: ¿es posible comparar 
distintos procesos psicoterapéuticos?................................................151 
5.5. Dificultades inherentes a la investigación empírica sobre estrategias 
psicoterapéuticas......................................................................................154 
5.6. Vigencia y utilidad de las investigaciones sobre el aspecto privado de las 
estrategias psicoterapéuticas: ¿Estrategias psicoterapéuticas y 
responsividad?..........................................................................................158 
 
6. Métodos involucrados en la presente investigación........................................165 
6.1. Aspectos éticos.........................................................................................165 
6.2. Diseño muestral........................................................................................165 
6.2.1. Características de los sujetos participantes....................................165 
6.2.1.1. Criterios de inclusión y exclusión utilizados para la prueba 
piloto. ..........................................................................................166 
6.2.1.2. Muestra de la prueba piloto. .................................................167 
6.2.1.3. Muestra definitiva de la Tesis doctoral..................................167 
6.3. Materiales. ................................................................................................167 
6.3.1. Material estímulo. ...........................................................................167 
6.3.2. Cuestionario del Estilo Personal del Terapeuta (EPT-C)................167 
6.3.3. Listado de intenciones de los terapeutas –versión observador (LIT-
O)........................................................................................................168 
6.3.4. Nivel de análisis descriptivo de la Clasificación Multidimensional de 
Intervenciones Psicoterapéuticas (CMIP-M)......................................170 
6.3.5. Cuadernillo de entrevista.................................................................172 
6.3.6. Transcripciones de entrevistas........................................................173 
6.3.7. Equipamiento de sonido..................................................................173 
6.4. Procedimientos.........................................................................................173 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 XI	
6.4.1. Pasos en el dispositivo de investigación.........................................173 
6.4.2. Diseño metodológico.......................................................................174 
6.4.3. Construcción del material estímulo..................................................176 
6.4.4. Prueba piloto del dispositivo............................................................177 
6.4.5. Método de muestreo........................................................................181 
6.4.6. Protocolo de entrevistas para la muestra del estudio......................182 
6.4.7. Entrenamiento de los jueces, construcción del listado de intenciones 
para observadores (LIT-O) y codificación de los datos......................183 
 
7. Análisis de datos y Resultados. ......................................................................187 
7.1. Datos demográficos de los participantes..................................................188 
7.2. Diagnóstico presuntivo asignado al paciente ficticio (material 
estímulo)...................................................................................................189 
7.3. Resultados asociados a los objetivos de la presente investigación..........191 
7.3.1. Objetivo específico #1. ...................................................................192 
7.3.1.1. Síntesis de los resultados para el objetivo específico#1......194 
7.3.2. Objetivo específico #2. ...................................................................196 
7.3.2.1. Síntesis de los resultados para el objetivo específico #2......203 
7.3.3. Objetivo específico #3.....................................................................204 
7.3.3.1. Síntesis de los resultados para el objetivo específico #3......216 
7.3.4. Objetivo específico #4. ...................................................................218 
7.3.4.1. Síntesis de los resultados para el objetivo específico #4......222 
 
8. Discusión. .......................................................................................................224 
8.1. Conclusiones sobre la relación entre las intervenciones psicoterapéuticas e 
intenciones de los terapeutas durante una primera entrevista de un 
paciente con TAG. ...................................................................................224 
8.2. Conclusiones sobre el impacto de la orientación teórica del terapeuta y su 
estilo personal en la relación entre sus intervenciones e intenciones, y su 
secuenciamiento, durante una primera entrevista de un paciente con TAG. 
..................................................................................................................228 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 XII	
8.3. Preguntas para futuras investigaciones....................................................230 
8.4. Limitaciones del estudio............................................................................230 
 
9. Referencias.....................................................................................................232 
 
10. Apéndice A: Cuadernillo de entrevista............................................................279 
10.1. Presentación de la investigación y Tarea #1...................................279 
10.2. Transcripción temporizada del material estímulo............................281 
10.3. Tarea #2: Viñeta clínica para evaluar la representatividad del material 
estímulo.....................................................................................................283 
10.4. Cuestionario sobre el Estilo Personal del Terapeuta (EPT-C)........284 
10.5. Registro de datos demográficos......................................................286 
 
11. Apéndice B: Materiales para evaluar Intenciones de los terapeutas...............287 
11.1. Listado de Intenciones del Terapeuta – Versión Observador 
[LIT-O].......................................................................................................287 
11.2. Modificaciones realizadas al LTI durante la construción del 
LIT-O.........................................................................................................292 
 
12. Apéndice C: Clasificación Multidimensional de Intervenciones 
Psicoterapéuticas (CMIP-M)............................................................................294 
12.1. Tabla de resumen de la CMIP-M.....................................................294 
12.2. Glosario de Intervenciones de la CMIP-M.......................................296 
 
13. Apéndice D: Evolución del acuerdo inter-jueces Kappa..................................306
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 XIII	
Índice de Tablas: 
Tabla 1. Evolución histórica del diagnóstico del TAG......................................41 
Tabla 2. Clasificación de factores de mantenimiento del TAG........................66 
Tabla 3. Categorías del Listado de Intenciones del Terapeuta.....................132 
Tabla 4. Representatividad del material estímulo..........................................183 
Tabla 5. Datos demográficos de los participantes.........................................189 
Tabla 6. Grupo de pertenencia de los participantes......................................189 
Tabla 7. Diagnóstico asignado por los Psicoanalistas al material 
estímulo...............................................................................................191 
Tabla 8. Diagnóstico asignado por los Terapeutas Cognitivos al material 
estímulo...............................................................................................191 
Tabla 9. Vínculo entre intervenciones Comunes e Intenciones en la muestra 
total......................................................................................................194 
Tabla 10. Vínculo entre intervenciones Psicoanalíticas e Intenciones en la 
muestra total........................................................................................194 
Tabla 11. Vínculo entre intervenciones Cognitivas e Intenciones en la muestra 
total......................................................................................................194 
Tabla 12. Presencia de Intervenciones e Intenciones en los 
Psicoanalistas......................................................................................198 
Tabla 13. Presencia de Intervenciones e Intenciones en los Terapeutas 
Cognitivos............................................................................................198 
Tabla 14. Distribución de las Intervenciones psicoterapéuticas en la muestra 
completa..............................................................................................200 
Tabla 15. Distribución de las Intenciones psicoterapéuticas en la muestra 
completa..............................................................................................200 
Tabla 16. Correlaciones entre Intervenciones e Intenciones de los 
Psicoanalistas......................................................................................202 
Tabla 17. Correlaciones entre Intervenciones e Intenciones de los Terapeutas 
Cognitivos............................................................................................203 
Tabla 18. Media, mediana y DS de Intervenciones por segmento temporal en la 
muestra completa................................................................................206 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 XIV	
Tabla 19. Media, mediana y DS de Intenciones por segmento temporal en la 
muestra completa................................................................................206 
Tabla 20. Secuencia de Intervenciones de los Psicoanalistas........................209 
Tabla 21. Secuencia de Intervenciones de los Terapeutas Cognitivos...........211 
Tabla 22. Secuencia de las Intenciones de los Psicoanalistas.......................213 
Tabla 23. Secuencia de las Intenciones de los Terapeutas Cognitivos..........215 
Tabla 24. Estilo Personal de los Terapeutas (EPT) de orientación 
Psicoanalítica.......................................................................................219 
Tabla 25. Estilo Personal de los Terapeutas (EPT) de orientación 
Cognitiva..............................................................................................219 
Tabla 26. Vínculo entre las Intervenciones, Intenciones y EPT en 
Psicoanalistas......................................................................................222 
Tabla 27. Vínculo entre las Intervenciones, Intenciones y EPT en Terapeutas 
Cognitivos............................................................................................222 
 
Índice de Figuras: 
Figura 1. Dificultades entre los marcos teóricos psicoanalíticos y cognitivo 
conductual para la clasificación de intervenciones..........................106 
Figura 2. Diagrama de la relación entre estrategias psicoterapéuticas y 
conceptos implicados......................................................................142 
Figura 3. Fórmulas utilizadas para establecer el coeficiente de acuerdo 
interjueces Kappa Estimado............................................................185 
Figura4. Frecuencia de Intervenciones por participante................................197 
Figura 5. Presencia de las categorías de Intervenciones (CMIP-M) en la 
muestra completa............................................................................199 
Figura 6. Presencia de las categorías de Intenciones (LIT-O) en la muestra 
completa..........................................................................................199 
Figura 7. Proporción de grupos de Intervenciones (CMIP-M) en la muestra 
completa..........................................................................................201 
Figura 8. Proporción de Intenciones (LIT-O) en la muestra completa............201 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
	
	 XV	
Figura 9. Segmentación y análisis de contenido del material estímulo generado 
a partir del libro de casos del DSM-IV.............................................205 
Figura 10. Proporción de interrupciones e Intenciones a lo largo del material 
estímulo...........................................................................................207 
Figura 11. Secuencia de las Intervenciones de los psicoanalistas...................209 
Figura 12. Secuencia de Intervenciones de los Terapeutas Cognitivos...........211 
Figura 13. Secuencia de las Intenciones de los Psicoanalistas.......................214 
Figura 14. Secuencia de las Intenciones de los Terapeutas Cognitivos..........216 
Figura 15. Valores promedio en las funciones del Estilo Personal del 
Terapeuta........................................................................................220 
 
 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 1 
Introducción 
 
 
La presente investigación es un estudio empírico comparativo, de 
carácter exploratorio, acerca de las estrategias psicoterapéuticas iniciales 
para el tratamiento de personas con un Trastorno de Ansiedad Generalizada 
(TAG), por parte de psicoanalistas y terapeutas cognitivos. El interés 
científico por este fenómeno tiene distintos y variados orígenes. 
Respecto del Trastorno de Ansiedad Generalizada, el mismo ha sido 
descripto en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los 
Trastornos Mentales ([DSM-5], American Psychological Association [APA], 
2013) como un conjunto de síntomas psicopatológicos centrados en torno al 
fenómeno de la preocupación excesiva y crónica, con una prevalencia 
elevada en la sociedad, que genera malestar clínicamente significativo en 
quienes lo padecen. En la población general adulta, su incidencia anual se ha 
situado entre el 1,6% y 5% aproximadamente, mientras que su prevalencia 
ha variado entre el 5% y el 7%, siendo la relación mujer/hombre de 2:1 
(Roemer Roemer, Orsillo, y Barlow, 2002/2004; Cascardo y Resnik, 2005; 
Cía, 2002; Dugas, 2008; DSM-5, 2013-a; Newman y Anderson, 2007). En 
niños, la misma se ha estimado en un rango desde el 3% al 12%, y no 
depende del género (Newman y Anderson, 2007). 
A pesar del gran impacto que este trastorno tiene para la sociedad, los 
tratamientos psicoterapéuticos desarrollados hasta la fecha sólo han logrado 
resultados modestos en la recuperación de personas que presentan este 
trastorno (Newman et al., 2013). Asimismo, la ubicación y delimitación 
diagnóstica de estos síntomas, y la comprensión respecto de la naturaleza y 
funcionamiento del cuadro se ha debatido durante más de 150 años y el 
mismo continúa presentando interrogantes actuales. 
Por otra parte, investigaciones recientes sobre este trastorno han 
planteado que durante la fase inicial del tratamiento de esta problemática 
suceden factores decisivos para el éxito psicoterapéutico del mismo (Dugas y 
Robichaud, 2007; Westra, Arkowitz y Dozois, 2009). Sin embargo, es poco lo 
Introducción. Etchebarne (2013)	
 2 
que se ha investigado empíricamente sobre la fase inicial del tratamiento del 
TAG (Westra, et al., 2009). 
La primera entrevista o fase inicial de una psicoterapia es considerada 
el momento fundacional y decisivo para el desarrollo de un proceso 
psicoterapéutico, tanto en lo referente a los tratamientos psicoanalíticos 
(Freud, 1913/1998; Liberman, 1972; Miller, 1997/2008), cognitivo-
conductuales (A. Beck et al., 1979/1983; J. Beck, 1995; Tang y DeRubeis, 
1999), como para las psicoterapias en general (Hill, 1948/2009). En este 
sentido, la presente investigación también cobra relevancia en cuanto a que 
aporta información respecto del proceso de toma de decisiones en 
psicoterapia y de la vehiculización de un tratamiento psicoterapéutico con una 
población difícil de abordar con éxito. 
Por otra parte, todos los tratamientos que se han desarrollado para 
abordar específicamente al Trastorno de Ansiedad Generalizada, responden 
a manualizaciones del proceso psicoterapéutico, construidos en ámbitos 
experimentales. No obstante, como parte de la práctica clínica habitual, los 
psicoterapeutas continuamente se ven obligados adaptar los tratamientos 
existentes a las características y circunstancias de cada paciente, 
independientemente de su trastorno (Norcross y Wampold, 2011). Si bien las 
primeras investigaciones sugieren que dicho proceso de adaptación aumenta 
la efectividad clínica, aún es poco lo que se ha estudiado al respecto. 
Los terapeutas pueden ser diferenciados a grandes rasgos por sus 
diferentes orientaciones teórico-clínicas (Ettelson, 2002; Goldfried, 1980), las 
cuales prescriben y proscriben en forma global, diferentes modelos respecto 
de cómo habrá de comprenderse a los pacientes, qué debe hacerse con ellos 
y con qué fines. Sin embargo, es difícil sostener una equivalencia entre 
terapeutas cuando se estudia su accionar en mayor detalle. Por ejemplo, 
Strupp y Anderson (1997) han destacado la utilidad limitada de la 
manualización de tratamientos para eliminar la variabilidad introducida por los 
terapeutas. Incluso aquellos más adherentes al manual, combinaban las 
técnicas prescriptas en el mismo con su repertorio previo de intervenciones y 
forma habitual de interactuar y comprometerse con los pacientes, y demás 
variables que hacen a su estilo terapéutico. 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 3 
En este sentido la investigación que aquí se desarrolla permite 
observar como interactúan todos estos elementos y se traducen en variadas 
estrategias psicoterapéuticas, cosa que a pesar de su relevancia clínica, 
también ha sido poco estudiada, en comparación a la inmensa cantidad de 
estudios de resultado o de eficacia que se publican, casi a diario. Por otra 
parte, estudios de proceso como el que constituye esta tesis podría aportar 
información que permita responder los, hasta ahora, incompresibles 
resultados que vienen presentando variados estudios de eficacia y meta-
análisis, sugiriendo que tratamientos sumamente diferentes producen 
resultados equivalentes (MacLeod, 2001/2011; Stiles, 2009). 
 
0.1. Objetivos de la presente investigación: 
Para la actual tesis doctoral se ha definido a las estrategias 
psicoterapéuticas como la articulación entre intervenciones 
psicoterapéuticas e intenciones de los terapeutas, y se han planteado los 
siguientes objetivos de investigación: 
 
- Objetivo general: Explorar el vínculo entre las estrategias 
psicoterapéuticas iniciales, la orientación teórico-clínica y el estilo 
personal de los psicoterapeutas, al entrevistar a un paciente con 
un Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). 
 
- 1er objetivo específico: Explorar si en la entrevista inicial de un 
paciente con un TAG, la frecuencia de las intervenciones 
psicoterapéuticas presentadas por terapeutas cognitivos y 
psicoanalíticos se asocia con alguna intención psicoterapéutica 
en particular. 
 
- 2do objetivo específico: Explorar si en la entrevista inicial de un 
paciente con un TAG, la frecuenciade las intervenciones e 
intenciones psicoterapéuticas presentadas por terapeutas 
cognitivos y psicoanalíticos, se asocia con la identificación con 
distinto marco teórico-clínico. 
 
Introducción. Etchebarne (2013)	
 4 
- 3er objetivo específico: Explorar si en la entrevista inicial de un 
paciente con un TAG, la secuencia de las intervenciones e 
intenciones psicoterapéuticas presentadas por terapeutas 
cognitivos y psicoanalíticos, se asocia con la identificación con 
distinto marco teórico. 
 
- 4to objetivo específico: Explorar si en la entrevista inicial de un 
paciente con un TAG, la frecuencia de las intervenciones e 
intenciones psicoterapéuticas presentadas por terapeutas 
cognitivos y psicoanalíticos, se asocia con su estilo personal. 
 
0.2. Estructura de la tesis: 
En el 1er capítulo de esta tesis, se presenta la evolución histórica del 
síndrome que hoy se conoce como TAG, tanto en términos de su origen 
histórico y antecedentes directos. Asimismo, se expone la sintomatología del 
cuadro junto con las sucesivas críticas y modificaciones que ha recibido en 
las distintas ediciones, tanto del Manual Diagnóstico y Estadístico de los 
Trastornos Mentales (DSM), así como de la Clasificación Internacional de 
Enfermedades (CIE). 
En el 2do capítulo, se presentaron las posiciones mayoritarias y ejes 
actuales de debate respecto del diagnóstico de TAG, desde el marco de la 
psiquiatría, los modelos cognitivo-conductuales, y los modelos 
psicodinámicos y psicoanalíticos contemporáneos. Asimismo, se sintetizaron 
los debates respecto del rol de la preocupación en el mantenimiento del 
trastorno y estrategia principal para su abordaje. 
En el 3er capítulo, se sintetizaron las distintas posturas respecto a (a) 
la relevancia o función principal de la primera entrevista o fase inicial de una 
psicoterapia en general; (b) las características globales que ha de tomar la 
misma según si la orientación del terapeuta es psicoanalítica o cognitiva 
conductual; (c) los elementos comunes y diferenciales de la primera 
entrevista en tratamientos psicoanalíticos y cognitivos; y (d) las 
peculiaridades que se han señalado al respecto y en torno al abordaje inicial 
del Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). Esto se realizó con el fin de 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 5 
presentar la comprensión actual respecto de cuáles son las estrategias 
iniciales de los terapeutas propuestas para el tratamiento psicoterapéutico del 
TAG. 
Como parte del interés por el estudio de toma de decisiones en 
psicoterapia, en el 4to capítulo de esta tesis se analizó críticamente las 
variadas estrategias metodológicas y obstáculos identificados en relación con 
el estudio de las intervenciones psicoterapéuticas, tanto en contextos 
experimentales como clínicos, aportando de este modo, un ordenamiento 
conceptual respecto de esta área de investigación en psicoterapia, y su 
relevancia actual. 
En el 5to capítulo se contextualizaron y definieron los términos 
estrategia y táctica dentro del marco de las psicoterapias. Además, se 
explicitó la interrelación de los mismos con las nociones de intervenciones 
psicoterapéuticas, intención de los terapeutas y demás conceptos afines. Por 
último, se presentaron las críticas, innovaciones metodológicas y perspectiva 
actual respecto de la investigación sobre intenciones del terapeuta, 
encuadradas estas últimas como el componente privado de las estrategias 
psicoterapéuticas. 
En el 6to capítulo del presente estudio, se describe la metodología 
involucrada en la presente investigación, incluyéndose todos los aspectos 
vinculados con la conformación de la muestra, instrumentos utilizados para la 
recolección de datos y procedimientos seguidos para la consecución de esta 
tesis. Asimismo, en el 7mo capítulo, se presentaron tanto la metodología de 
análisis de datos utilizada así como los resultados obtenidos con ella. 
En el 8vo capítulo se discuten las implicancias clínicas en general y 
específicas del TAG, respecto de los resultados obtenidos. También, se 
plantean interrogantes para futuras investigaciones y se explican las 
limitaciones de esta tesis, necesarias para interpretar en forma 
contextualizada sus resultados. 
 
0.3. Sobre el uso de expresiones en inglés: 
 La mayoría de las fuentes bibliográficas consultadas fueron escritas en 
inglés y debieron ser traducidas personalmente por el autor de esta tesis. En 
Introducción. Etchebarne (2013)	
 6 
aquellos casos en los que se debió hacer figurar el término anglosajón 
original, en la presente tesis se resaltó a los mismos, escribiéndolos en letra 
itálica. Asimismo, para diferenciar entre las siglas de la Asociación 
Psicoanalítica Argentina (“APA”) y la American Psychological Association, 
estás últimas también figurarán siempre en itálica (“APA”). 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 7 
Capítulo 1. Definición y evolución histórica del diagnóstico de 
Trastorno de Ansiedad Generalizada 
 
 
1.1. Resumen del capítulo 
En la presente sección de la tesis se rastrea el origen histórico y 
directo del síndrome que hoy se conoce como TAG. Asimismo, se expone la 
sintomatología del cuadro junto con las sucesivas críticas y modificaciones 
que ha recibido en las distintas ediciones tanto del Manual Diagnóstico y 
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), así como de la Clasificación 
Internacional de Enfermedades (CIE). 
 
 
1.2. Sobre el uso de los términos “Angustia”, “Ansiedad” y “Pánico” 
en esta tesis. 
Dado que en el presente trabajo se comparan nociones originadas en 
distintos idiomas y provenientes de diferentes tradiciones psicológicas y 
psiquiátricas, es necesario discriminar el uso que se le dará a los términos 
“Angustia”, “Ansiedad” y “Pánico”. Según Barlow (2002-a/2004, p. 7) ninguna 
discusión terminológica acerca de la ansiedad puede omitir el término alemán 
“angst” ya que, si bien es dificultosa su traducción, “esta palabra forma la 
base de gran parte de nuestro pensamiento acerca del rol de la ansiedad en 
la psicopatología, dado que fue el término utilizado tanto por Kierkegaard 
como Freud”. Según este autor, en la traducción al inglés de las obras de 
Kierkegaard, se alternó entre los términos “terror” (del inglés “dread”) y 
“ansiedad”. 
Strachey (1996-a), señaló que Freud se detuvo a analizar los matices 
de las palabras alemanas “angst” (angustia), “furch” (temor) y “schreck” 
(terror) en, por lo menos, tres de sus obras. En su opinión, si bien Freud 
destacó que en la angustia existía un elemento de anticipación y ausencia de 
un objeto, las distinciones que realizó no resultaron convincentes y no fue 
sistemático en su uso. 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)	
 8 
Por otra parte, Strachey (1996-a) explicó que “angst”, al igual que el 
término en español “angustia”, derivaban del latín “angustus” (estrecho, 
angosto) y se referían a una sensación de ahogo. Asimismo, destacó que, en 
inglés, “angst” había sido traducido como “anxiety” (ansiedad) porque el 
término inglés “anguish” (angustia) se reservaba para un estado más agudo 
que difería del término “angustia”. También, señaló que en sus escritos en 
francés, Freud tradujo “angst” por “angoisse” y “anxiété”. 
En coincidencia con Strachey, Barlow (2002-a/2004, p. 7) afirmó que la 
traducción al inglés más usual del término “angst” en la obra de Freud fue la 
de “ansiedad sin un objeto identificable”. Sin embargo, también destacó que 
el término de “ansiedad” había sido mal utilizado y, en consecuencia, había 
perdido precisión en idioma inglés. 
En vista de estas explicaciones hechas por Strachey (1996-a) y Barlow 
(2002-a/2004), y dado que tanto para la literatura psiquiátrica norteamericana 
como para la literatura cognitiva-conductual, en términos generales, se hatraducido al español “Anxiety”, en forma literal, por “Ansiedad”, en la presente 
tesis se ha resuelto lo siguiente: 
Se utilizarán ambos términos (ansiedad y angustia) funcionalmente 
como sinónimos a los fines prácticos (para evitar ser reiterativos); pero, a la 
vez, intentado respetar el uso que se les ha dado al traducir las obras 
originales al español. Así, cuando en la presente tesis se refiera a la “Anxiety 
neurosis” que aparece en el DSM-II (1980) o a la “Angstneurose” de Freud 
(1894/1996), se hablará de “Neurosis de ansiedad” y “Neurosis de angustia”, 
respectivamente. Asimismo, como única excepción, cuando se haga mención 
del “Panic disorder” presente a partir del DSM-III (1980), se utilizará su 
traducción habitual como “Trastorno de angustia” (por ejemplo, en la edición 
en español del DSM-IV-TR, 2000) o, también, para agilizar la lectura, se hará 
referencia al mismo en términos de “pánico”. 
 
 
1.3. Síntesis del estatus actual del Trastorno de Ansiedad 
Generalizada (TAG). 
De acuerdo al DSM-5 (APA, 2013-a), el Trastorno de Ansiedad 
Generalizada (TAG) es un trastorno de ansiedad, caracterizado por la 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 9 
presencia de preocupaciones crónicas y persistentes acerca de diversos 
ámbitos de la vida cotidiana, que produce deterioro social y/o laboral 
clínicamente significativo. Las estimaciones de la incidencia anual y la 
prevalencia del TAG, lo ubicaron entre los trastornos de ansiedad más 
frecuentes (Roemer et al., 2002/2004; Dugas, 2008; Newman y Anderson, 
2007; Spitzer, Kroenke, Williams, y Löwe, 2006). 
La denominación “TAG” es hoy la designación imperante para referirse 
a los pacientes que presentan la sintomatología descripta en el párrafo 
anterior. Sin embargo, su aceptación fue gradual, ya que, originalmente, en 
las investigaciones de los principales investigadores acerca de este trastorno 
se utilizaban otras denominaciones y debieron publicarse sucesivas 
versiones del DSM, así como de la Clasificación Internacional de 
Enfermedades ([CIE], Organización Mundial de la Salud [OMS]), antes de 
que se incluyera en ellas dicha denominación. 
En los primeros estudios empíricos de los principales investigadores 
actuales acerca del TAG, inicialmente, se conceptualizó a fenómenos 
característicos de este síndrome en términos de "pseudoinsomnio" 
(Borkovec, Grayson, O’ Brien, y Weerts, 1979, p. 37) y de pacientes 
"preocupones" (En inglés, “worriers”, Borkovec, Robinson, Pruzinsky y 
Depree, 1983, p. 15), incluso después de la publicación del DSM-III (1980) 
que ya incluía la denominación “TAG”. De hecho, Newman y Borkovec (2002, 
p. 167) mencionaron que los primeros estudios experimentales controlados 
(en inglés, “Randomized Clinical Trials” o “RCTs”) para el tratamiento del 
TAG se referían a una “ansiedad general”. Asimismo, la noción de “ansiedad 
general” continuó presente en la definición de TAG de la CIE-10 (OMS, 
1994/2000, p. 115). 
De todas formas, hacia fines de la década del 80, ya la mayoría de las 
publicaciones psiquiátricas y de corte cognitivo-conductual sobre este 
fenómeno incluían la denominación actual de TAG (por ejemplo, Borkovec et 
al., 1987). Incluso, a pesar de su inicial rechazo, esta denominación también 
ha sido incorporada en los sistemas clasificatorios psicoanalíticos. Tal es el 
caso del Psychodynamic Diagnostic Manual (McWilliams et al., 2006; Ferrari 
et al., 2006), como se verá en el capítulo siguiente. 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)	
 10 
Si bien en la actualidad existe un alto nivel de consenso entre las 
personas que investigan sobre este trastorno respecto de que la 
preocupación crónica y excesiva es el síntoma patognomónico del TAG 
(Behar et al., 2009; Borkovec, Alcaine y Behar, 2004; Borkovec e Inz, 1990; 
Chrits-Christoph, et al., 1996; Chrits-Christoph, 2002; Newman y Llera, 2011; 
Roemer et al., 2002/2004), aún se debate cómo ésta contribuye al desarrollo 
y mantenimiento del trastorno. Esta situación ha llevado a la construcción de 
modelos teóricos y terapéuticos contrapuestos (Behar et al., 2009; Newman y 
Llera, 2011). Complicando la situación aún más, dicha conceptualización del 
fenómeno de la preocupación como condición sine qua non del TAG, como 
se verá más adelante, no está presente en las últimas versiones de la CIE 
(OMS, 1994/2000, 2012-b, 2012-c, 2012-d). 
De acuerdo a Vetere (2009) aún estamos lejos de aprehender este 
cuadro, evidenciándose esto, en continuos debates internacionales actuales 
acerca de la naturaleza, delimitación y abordaje del TAG. De hecho, este 
síndrome es el trastorno de ansiedad que ha sufrido la mayor cantidad de 
modificaciones desde su primera publicación en el DSM-III (1980) hasta la del 
DSM-IV-TR (2000), y continuó modificándoselo en los borradores del DSM-5 
(APA, 2010, 2011, 2012) y en su versión final (DSM-5, 2013-a). Dichas 
modificaciones no representan una mera cuestión de intereses políticos o 
académicos, sino que repercuten fuertemente en la práctica clínica y en la 
comunicación entre los profesionales de la salud (Vetere, 2009). 
Si bien muchos diagnósticos psiquiátricos han ido mutando con el 
correr de los años, el TAG ha tenido un rol contencioso en lo referente a la 
clasificación psicopatológica y un mayor refinamiento en su definición 
diagnóstica es necesaria (Slade, y Andrews, 2001; Vetere, 2009). Estas 
particularidades del TAG hacen indisolubles la definición diagnóstica del 
cuadro de su evolución histórica y, por esta razón, son descriptas aquí en 
forma conjunta. 
 
 
1.4. Antecedentes históricos del TAG 
1.4.1. El TAG y la Neurastenia. Si bien la noción de TAG es reciente 
en comparación con otros trastornos de ansiedad (como las fobias 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 11 
específicas, el trastorno obsesivo-compulsivo, o el estrés post-traumático), la 
ansiedad o angustia crónica y persistente ha sido objeto de estudio desde el 
surgimiento mismo de la psicoterapia. Varios autores (Barlow, 2002-b/2004; 
Bleichmar, 1999; Rickels y Rynn, 2001; Roemer et al.; 2002/2004) han 
ubicado el origen del TAG en la nomenclatura freudiana clásica de “Neurosis 
de Angustia” –o “Neurosis de ansiedad”, según la traducción- (Freud, 
1893/1996, p. 220; 1895-a/1996, p. 92), la cual fue reinterpretada tanto por 
investigadores de corte cognitivo-conductual, así como por los equipos de 
trabajo de los sucesivos DSMs y CIEs. 
Sin embargo, “Neurosis de angustia” (Freud, 1893/1996, p. 220; 1895-
a/1996, p. 92) no fue el primer nombre que se le asignó a la sintomatología 
comprendida dentro de lo que hoy conocemos como TAG. Con anterioridad a 
Freud, este conjunto de síntomas fue ubicado dentro de un cuadro más 
abarcativo, denominado por Beard (1869, p. 217) como “Neurastenia” 
“agotamiento nervioso” o “agotamiento del sistema nervioso”. De acuerdo a 
ese autor, dichos términos derivaban de la noción rudimentaria de “Astenia 
nerviosa”, introducida por Barker, que, hasta ese momento, solamente 
circulaba en conversaciones informales entre médicos. 
No obstante, según Rebollo Conejo (2002), la noción de neurastenia 
suele atribuírsele erróneamente a Beard cuando, en realidad, la misma 
habría surgido a inicios del siglo XIX. De acuerdo a este autor, la innovación 
de Beard consistiría en haber resumido en un solo cuadro síntomas de 
depresión, fatigabilidad e hipocondría que, hasta aquél entonces, habían sido 
descriptos por separado en distintas clasificaciones sintomáticas. El planteo 
de Rebollo Conejo es interesante, aunque difícil de verificar, ya que Beard no 
afirma nada de esto en su primera publicación sobre el tema, que és el único 
documento del autor a la que se ha tenido acceso en la elaboración de esta 
tesis. 
La Neurastenia se caracterizaba, según Beard (1869,p. 218), por la 
presencia de síntomas de agotamiento nervioso, cuya presentación clínica 
consistía en “quejas de malestar general, debilitación de todas las funciones, 
falta de apetito, debilidad duradera en la espalda y columna, dolores 
neurálgicos fugitivos, histeria, insomnio, hipocondriasis, aversión al trabajo 
mental consecutivo, severos y debilitantes ataques de dolor de cabeza, y 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)	
 12 
otros síntomas similares”, sin presentar patología orgánica. La neurastenia, 
además, podía presentar un curso tanto agudo como crónico, ser tanto el 
efecto de enfermedades agudas o crónicas –tales como fiebre, anemia, y 
dispepsia-, así como la causa de estas mismas enfermedades o de otras 
como el insomnio, dolores de cabeza, parálisis, anestesia, neuralgia, gota, 
espermatorrea en el hombre, e irregularidades menstruales en la mujer 
(Beard, 1869, p. 218). 
 
1.4.2. El TAG y la Neurosis de angustia. Freud (1893/1996, 1895-
a/1996) inició el proceso de fragmentación de categorías psicopatológicas 
más amplias que desembocó en lo que hoy conocemos como TAG, al haber 
separado de la neurastenia al síndrome que denominó y conceptualizó como 
Neurosis de Angustia. Según este autor, dicho cuadro era una “neurosis 
sexual” (Freud, 1893/1996, p. 217) sin tramitación psíquica (Freud, 
1894/1996) provocada por prácticas sexuales inadecuadas (coitus-interruptus 
u onanismo). 
Dada la falta de procesamiento psíquico teorizada por respecto de la 
neurosis de angustia, Freud (1896/1996, p. 168), posteriormente, la 
conceptualizó como una “Neurosis simple” y, subsiguientemente, como una 
“Neurosis actual” (Freud, 1898/1996, p. 271) –junto con la neurastenia y la 
hipocondría (Freud, 1914/1996, p. 80, 1917/1996, p. 355)-, por deberse a 
causas inmediatas, “actuales”. De este modo, las diferenció de las 
“neuropsicosis de defensa” o "psiconeurosis”, que si implicaban una 
formación de compromiso con participación de instancias psíquicas (Freud, 
1896/1996, p. 168, 1898/1996, 1917/1996, p. 354). 
La Neurosis de angustia podía presentarse de dos formas: como un 
“estado permanente” de angustia sobre diversas áreas (el cuerpo, el entorno 
y la autoeficacia), o como una combinación de dicho estado permanente y 
“ataques de angustia” (Freud, 1893/1996, pp. 220-221). Esta formulación, 
junto con otras que desarrolló previamente, convirtieron a Freud en el primero 
en conceptualizar clínicamente a la preocupación excesiva (Rickels y Rynn 
2001, p. 5) y en vincularla a lo que hoy se conoce como TAG entre los 
diagnósticos psiquiátricos. 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 13 
Es interesante notar que Freud (1893/1996, p. 221) incluyó dentro del 
estado permanente de angustia a la agorafobia. De este modo, la asoció al 
TAG. Sin embargo, la agorafobia ha sido vinculada al Trastorno de angustia o 
pánico desde el DSM-III hasta el DSM-IV-TR (APA, 1980, 1987, 1994, 2000), 
en todas las CIEs desde su 9na edición (Hiller, Zaudig, von Bose, y Rummler, 
1989; OMS, 1994/2000, 2012-b, 2012-c, 2012-d) y por la mayoría de 
investigadores y clínicos de orientación cognitiva-conductual (por ejemplo, ver 
White y Barlow, 2002/2004). Nótese, además, que Freud no concibió que lo 
que se conoce actualmente como Trastorno de angustia o pánico, pudiera 
manifestarse en forma aislada, separado del TAG, pero sí postuló lo 
contrario. 
Freud (1895-a/1996, pp. 93-99) clasificó en 10 áreas aquél conjunto de 
síntomas que distinguió bajo la denominación de neurosis de angustia: 
1. Irritabilidad general, expresada mediante una “hiperestesia auditiva” 
que causaba sobresalto e insomnio. 
2. “Expectativa angustiada”, síntoma nodular de este tipo de neurosis y, 
usualmente, “latente para la consciencia”. De la misma, afloraba una 
“angustia libremente flotante” y crónica que, en función de la 
expectativa, gobernaba la selección de representaciones mentales, y 
estaba siempre disponible para “conectarse con cualquier contenido 
que a la representación le convenga”. Dicha expectativa se 
exteriorizaba como una “inclinación a la angustia de la consciencia 
moral, a la escrupulosidad y la meticulosidad pedante … hasta su 
acrecentamiento como manía de duda”. 
3. Ataques de angustia provocados por la súbita irrupción en la 
consciencia de dicho estado de angustia, sin necesaria mediación de 
representaciones mentales. 
4. Formas atípicas de	ataque de angustia. 
5. Terror nocturno (considerado como otra variedad de ataque de 
angustia). 
6. Desde mareos crónicos hasta ataques de vértigo. 
7. Fobias no provenientes de representaciones reprimidas (es decir, 
carentes del mecanismo de substitución simbólica), tales como la 
agorafobia y la aversión a “amenazas fisiológicas comunes”. 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)	
 14 
8. Perturbaciones de la digestión, tales como náuseas, ganas de 
vomitar, hambre insaciable que produce “congestión”, inclinación a la 
diarrea, urgencia por orinar y, en combinación con la neurastenia, 
alternancia entre diarrea y constipación. 
9. Parestesias atípicas y cambiantes, acrecentamiento de la sensibilidad 
al dolor, y una inclinación a alucinaciones, también, atípicas. 
10. Desmayos crónicos y sensación permanente de cansancio. 
 
Como puede observarse, en su descripción sindromática de la 
neurosis de angustia, Freud incluyó fenómenos psicopatológicos que 
actualmente suelen conceptualizarse como múltiples categorías diagnósticas 
individuales en los DSMs y CIEs: TAG, Trastorno de Angustia, Agorafobia, 
Fobias específicas, Trastorno por Dolor, Trastorno Somatomorfo 
Indiferenciado (DSM-IV-TR, 2000) –que incluye al Síndrome del Colon 
Irritable y al Síndrome de Fatiga (o neurastenia) (CIE-10, OMS, 1994/2000)-; 
entre otras. Tal como sucedería con la ulterior fragmentación de la neurosis 
de angustia en dichos cuadros independientes, la separación de la neurosis 
de angustia respecto de la neurastenia, también recibió fuertes críticas, tanto 
desde autores externos al psicoanálisis como dentro de su seno: 
Por ejemplo, en 1895, un par de meses después de la publicación de 
Freud al respecto de la neurosis de angustia (Strachey, 1996-b), Lowenfeld 
(tal como se cita en Freud, 1895-a/1996), rechazó tanto la división hecha por 
Freud, así como su teoría etiológica sexual. Asimismo, 16 años más tarde, 
Donley (1911, pp. 133-134) volvió a criticar la noción de neurosis de angustia 
y la sugerencia de Freud de separarla de la neurastenia. 
De acuerdo a este autor, dicha formulación era defectuosa tanto desde 
un análisis lógico como ontológico. Desde el punto de vista lógico, no podía 
dar cuenta los factores etiológicos en donde la sexualidad no era una causa 
evidente. Desde el punto de vista ontológico, se centraba en un término como 
la “ansiedad” que solía interpretarse en forma multívoca. Por estas razones, 
sentenció lo siguiente respecto de la noción freudiana de neurosis de 
angustia: “Es demasiado inclusiva como para ser útil, mientras que, en 
cualquier sentido en que pudiera ser útil, es demasiado exclusiva como para 
ser verdad” (Donley (1911, 133-134). 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 15 
Por o parte, Laplanche y Pontalis (1967/1997), señalaron que los 
psicoanalistas de su época presentaban ciertas reservas respecto de la 
noción de neurosis actual. No obstante, en su opinión, el cuadro clínico de la 
neurosis de angustia continuaba conservando un valor nosográfico en la 
práctica clínica. 
 
1.4.3. El TAG y la histeria de angustia. Otra forma, poco destacada, 
de conceptualizar psicoanalíticamente al síndrome descripto como TAG a 
partir del DSM-III es la siguiente: En primer término, Freud (1892-3/1996, 
1893/1996, 1894-a/1996, 1894-b/1996, 1895-a/1996, 1895-b/1996) planteóque la neurosis de angustia y la histeria de angustia eran idénticas a nivel 
sintomatológico y su diferenciación se sustentaba a nivel etiológico. En 
segundo término, a partir del DSM-III, como se describe más adelante, se 
abandonó en dicho manual el recurso de organizar la clasificación 
psicopatológica a partir de teorías etiológicas. Por estas razones, Gómez 
Penedo (2011) ha señalado que el TAG de los DSMs también se 
correspondería con la histeria de angustia. 
 
 
1.5. El TAG en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) y 
en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos 
Mentales (DSM) 
1.5.1. El TAG en la CIE-6 y el DSM-I: Los antecedentes directos 
del TAG. En lo que se refiere a la evolución del diagnóstico de TAG en las 
distintas versiones de la CIE, lamentablemente, no fue posible acceder a las 
publicaciones previas a su décima edición. Consecuentemente, las 
afirmaciones al respecto, en la presente tesis, estarán basadas en 
caracterizaciones hechas por otros investigadores. 
Según Kramer (1968), Kramer, Sartorius, Jablensky, y Gulbinat (1979), 
Marchall y Klein (2002/2003), y Widiger (2005), fue recién en la CIE-6, 
publicada en 1948, que los trastornos mentales obtuvieron un apartado 
propio y que, dentro del grupo de los “Desórdenes Psiconeuróticos”, se 
incluyó a la “Reacción de ansiedad sin mención a síntomas somáticos” 
(Kramer et al., 1979, p. 257). Esta última pareciera ser un precursor del TAG. 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)	
 16 
En contraposición a lo antedicho, Brown, O’ Leary y Barlow (2001) 
afirmaron que el término “ansiedad” se incluyó por primera vez en la CIE-7, 
en 1955, y que fue en esa misma versión de la CIE que se presentó por 
primera vez a la “Reacción de ansiedad sin mención a síntomas somáticos”. 
Al no haber podido acceder a las fuentes originales, se desconoce cuál cita 
es la correcta. Sin embargo, Kramer (1968), Kramer et al. (1979), Marchall y 
Klein (2002/2003), y Widiger (2005) –investigadores altamente vinculados 
con el desarrollo de los DSMs- explicaron que en la CIE-7 se replicó el 
apartado sobre trastornos mentales de la CIE-6, sin modificación alguna. 
Quizás este hecho puede haber confundido a Brown y equipo. 
En lo que se refiere al DSM, Widiger (2005, p.65) y Kramer (1968, p. 
xi) explicaron que la primera edición del mismo, el DSM-I, surgió de la fusión 
de la sección de trastornos mentales de la CIE-6 y la Nomenclatura de la 
Veterans Administration del ejército de EE.UU., desarrollada durante la 
segunda guerra mundial. En este manual, también es posible encontrar un 
precursor del TAG: La sintomatología asociada a este cuadro, fue incluida en 
términos de una “reacción de ansiedad” –equivalente a la noción previa de 
“estado de ansiedad”-, la cual estaba incluida dentro del grupo de los 
trastornos psiconeuróticos (DSM-I, 1952, p. 32). 
En los trastornos psiconeuróticos del DSM-I (1952), la ansiedad se 
conceptualizaba como una señal de peligro percibida por la parte consciente 
de la personalidad, la cual era, a su vez, producto de una amenaza interna de 
la personalidad, que podía darse, incluso, en ausencia de estimulación 
ambiental. Así, las distintas formas en las que los pacientes intentaban 
sobrellevar su ansiedad resultó en el listado de reacciones que comprendían 
a los trastornos psiconeuróticos del DSM-I. Marchall y Klein (2002/2003), 
explicaron que en todos los trastornos psiconeuróticos del DSM-I, los 
síntomas eran percibidos como formados a partir de los mecanismos de 
defensa. Es por eso que se recurrió al uso del término “reacción” a lo largo 
del manual, basado en la idea de “conjuntos de reacciones” desarrollada por 
Meyer (citado en Marchall y Klein, 2002/2003), quien había integrado, en 
dicha noción, teorías psicoanalíticas, sociales, familiares y biológicas. 
Como se mencionó anteriormente, Freud (1898/1996), ubicaba a la 
neurosis de angustia dentro de las neurosis actuales y no entre las 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 17 
psiconeurosis. Consecuentemente, pareciera haber una diferencia conceptual 
entre la reacción de ansiedad del DSM-I y la neurosis de angustia freudiana. 
Sin embargo, como se verá más adelante, esta inclusión de la reacción de 
ansiedad entre las psiconeurosis del DSM-I, pareciera responder más a una 
(sobre)simplificación clasificatoria que a una verdadera reconceptualización 
psicopatológica. 
La reacción de ansiedad se caracterizó en el DSM-I (1952) por la 
presencia de una expectación ansiosa y sintomatología somática, en donde 
la ansiedad era difusa; es decir que no se restringía a situaciones ni objetos 
definidos, tal como la ansiedad focalizada, patognomónica de las “reacciones 
fóbicas”. Asimismo, este cuadro difería de otros trastornos psiconeuróticos 
del DSM-I en cuanto que carecía de un mecanismo de defensa específico o 
propio. Estas dos afirmaciones parecen, de alguna forma, conciliar a la 
reacción de ansiedad con la neurosis de angustia freudiana, en tanto 
neurosis actual, ya que destacan la cualidad libremente flotante de la 
ansiedad en ausencia de un desplazamiento defensivo simbólico. 
En lo que se refiere al Trastorno de Angustia (o pánico) y la 
agorafobia, esta última fue conceptualizada en el DSM-I (1952) como un tipo 
de reacción fóbica; mientras la noción de “pánico” sólo se mencionaba en un 
listado de términos al final del DSM-I y no figuraba inserta en ningún cuadro 
diagnóstico. Consecuentemente, no queda claro si la misma estaba incluida 
dentro de la reacción de ansiedad, tal como en la noción freudiana de 
Neurosis de Angustia (Freud, 1895-a/1996). 
 
1.5.2. El TAG en la CIE-8 y el DSM-II: Un retorno coordinado a la 
neurosis de angustia/ansiedad. Tal como se mencionó en la sección 
anterior, en la CIE-7 –publicada en 1955- se mantuvo intacto el apartado 
sobre trastornos mentales de la CIE-6, a pesar de su baja aceptación por 
parte de los clínicos (Kramer 1968; Kramer et al., 1979, p. 257; Widiger, 2005, 
p. 65). Sin embargo, a partir de la mayor aprobación que recibió el DSM-I, y 
en un intento por proveer un territorio común que satisficiera las necesidades 
de psiquiatras con diferentes orientaciones teóricas, la CIE-8, publicada en 
1968, se desarrolló en forma coordinada con el DSM-II (Kramer, 1968; 
Marchall y Klein, 2002/2003; Widiger, 2005). 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)	
 18 
En el DSM-II (1968, p. 39) la noción de reacción de ansiedad fue 
sustituida por la de “Neurosis de ansiedad” y ubicada dentro del grupo de las 
“Neurosis”. Este síndrome, al igual que su precursor en el DSM-I, estaba 
íntimamente relacionado con el concepto homónimo creado por Freud (1895-
a/1996), y se caracterizaba por la presencia de una aprehensión ansiosa o 
patológica, descripta en términos de una “preocupación excesiva y ansiosa” 
(en inglés, “anxious over-concern”, DSM-II, 1968, p. 39), en donde la 
ansiedad, al igual que en caracterizaciones anteriores de este cuadro, no 
estaba circunscripta a objeto alguno ni a ninguna situación en particular, y 
también se asociaba a sintomatología somática. Dicha aprehensión 
patológica se diferenciaba de la aprehensión o miedo normales en cuanto 
que ocurría ante situaciones sin peligro real. A diferencia del síndrome 
descrito en DSM-I, la Neurosis de ansiedad del DSM-II (1968) se asoció 
explícitamente tanto con una expectación ansiosa, como con reacciones de 
pánico. 
En este sentido, el DSM-II implicó un retorno a la hipótesis original de 
Freud que también incluía a la expectativa ansiosa y al pánico bajo el 
concepto de Neurosis de angustia. Sin embargo, dicho retorno a la 
descripción freudiana pareciera excluir a la agorafobia como parte de la 
neurosis de ansiedad. Ni el término “agorafobia” ni ninguna referencia 
indirecta al mismofiguraron en el DSM-II (1968). En la sección sobre 
“Neurosis fóbicas” se hizo una descripción general de las fobias y se 
mencionó únicamente que “una amplia gama de fobias ha sido descripta” 
(DSM-II, 1968, p. 40). Consecuentemente, no queda claro si se mantuvo la 
ubicación de la agorafobia dentro de las reacciones o neurosis fóbicas, tal 
como en el DSM-I o si se la subsumió dentro de la neurosis de ansiedad, 
como parte de las manifestaciones asociadas al pánico. 
 
1.5.3. El TAG en la CIE-9, el DSM-III y el DSM-III-R: La división de 
la neurosis de ansiedad, la instalación del “TAG”, y el rol de la 
preocupación. Marchall y Klein (2002/2003) afirmaron que muchas personas 
han entendido, erróneamente, que el DSM, a partir de su tercera edición, 
pretendió ser ateórico en el sentido más amplio de la expresión. Sin embargo, 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 19 
en la introducción del DSM-III (1980, pp. 6-8) se explicó en detalle que el 
mismo aspiraba a ser ateórico, únicamente, en dos sentidos: 
Por un lado, a diferencia del DSM-I y DSM-II que presentaron una 
fuerte impronta psicoanalítica (Rickels y Rynn, 2001), el DSM-III (1980) se 
construyó con un “abordaje descriptivo” intentando que la formulación de los 
trastornos fuera lo más neutral posible respecto de las teorías etiológicas y 
fisiopatológicas de aquellos trastornos para los cuales se poseyera 
insuficiente documentación sistematizada al respecto (ateoría etiológica). 
Esta posición se fundamentó en que la inclusión de las múltiples teorías 
etiológicas acerca de estos trastornos sería imposible de presentar y, 
consecuentemente, representaría un obstáculo para el uso del manual por 
parte de clínicos de distintas orientaciones teóricas. Además, “los clínicos 
pueden estar de acuerdo con la identificación de trastornos mentales en base 
de sus manifestaciones clínicas sin estar de acuerdo con cómo ocurren los 
disturbios” (DSM-III, 1980, p. 7). 
El segundo sentido en que el DSM-III (1980, pp. 6-8) aspiró a ser 
ateórico –que ya se deja entrever en el párrafo anterior-, se refería a que el 
mismo se elaboró fundado en la creencia de que las evidencias empíricas 
debían tener prioridad por sobre el consenso teórico-clínico (ateoría clínica). 
Es por estas razones que, por ejemplo, se abandonó el diagnóstico de 
“neurosis”, cuyos mecanismos etiológicos no habían sido probados 
empíricamente (Rickels y Rynn, 2001), y las principales características de la 
clasificación de trastornos de ansiedad, fueron derivadas de hallazgos 
provenientes de estudios psicofarmacológicos (Marchall y Klein, 2002/2003). 
Entonces, se considera relevante destacar que el “abordaje descriptivo”, 
presente en el DSM-III, e incluso en sus posteriores ediciones, tampoco es 
descriptivo en todo el sentido de la expresión, sino, como su nombre lo indica, 
estadísticamente descriptivo (es decir, responde a una teoría o visión 
estadística de los fenómenos psicopatológicos y, en este sentido, claramente, 
no es ateórico). 
Según Widiger (2005), el desarrollo del DSM-III se basó en la idea de 
aportar una alternativa a la CIE-9, publicada en 1975, y resultó en la 
construcción de un manual altamente innovador. Sin embargo, este autor 
destacó, además, que la contrapartida de dicha estrategia innovadora 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)	
 20 
consistió en que redujo la compatibilidad de este manual con la nomenclatura 
de la CIE-9, utilizada en el resto del mundo. Así, mientras que en la CIE-9, se 
mantuvo la noción de neurosis de ansiedad, englobando en ella síntomas de 
ansiedad generalizada, pánico y agorafobia (Hiller et al., 1989), en el DSM-III 
(1980, pp. 232-4), apareció por primera vez la denominación de “Trastorno de 
ansiedad Generalizada”, considerada, también por primera vez, como un 
trastorno de ansiedad en sí mismo, separado del Trastorno de angustia y de 
la Agorafobia. 
 
1.5.3.1. El TAG en el DSM-III. El TAG del DSM-III (1980) se 
caracterizó por la presencia de ansiedad generalizada y persistente durante, 
al menos, un mes de duración. Dicha ansiedad generalizada se evidenciaba 
por la presencia de síntomas de ansiedad comprendidos en un listado de 43 
síntomas de ansiedad –34 corporales (79,07%) y 9 cognitivos (20,9%)-, 
agrupados en 4 categorías. Para cumplir el criterio diagnóstico, el paciente 
debía tener síntomas de 3 o más categorías. Éstas son (DSM-III, 1980, p. 
233): 
1. Tensión motora: temblor, sobresalto, fatigabilidad fácil, tensión, dolor 
muscular, inhabilidad para relajarse, contracción nerviosa del 
párpado, expresión facial de agotamiento, inquietud, incansabilidad, 
etc. 
2. Hiperactividad autonómica: transpiración, taquicardia, boca seca, 
mareos, parestesias, malestar estomacal, episodios de frío o calor, 
urinación frecuente, ruborización, frecuencia cardíaca y respiratoria 
elevados durante el reposo, etc. 
3. Expectación aprehensiva: ansiedad, preocupación, miedo, rumiación, 
y anticipación de eventos desafortunados para sí mismo/a u otras 
personas. 
4. Vigilancia y escaneo: hipervigilancia resultando en distraibilidad, 
dificultad para concentrarse, insomnio, sentirse al límite, irritabilidad e 
impaciencia. 
 
Ubicar a la preocupación dentro del grupo de síntomas asociados a la 
expectación aprehensiva, el DSM-III (1980) implicó, en este sentido, un 
Tesis doctoral: Estrategias psicoterapéuticas iniciales para el TAG. Etchebarne (2014) 
 21 
retorno a la reacción de ansiedad del DSM-I (1952), ya que la ubicaba como 
un síntoma optativo del TAG. Como se verá en el capítulo siguiente, el rol de 
la preocupación en este trastorno continúa siendo debatido. 
Dado que en el DSM-III, el TAG sólo podía diagnosticarse en ausencia 
de síntomas propios de otros trastornos de ansiedad, varios autores (Brown 
et al., 2001; Sandín y Chorot, 1995, Vetere, 2009) consideraron que, en la 
práctica, esta condición convertía al cuadro en una categoría diagnóstica 
residual. Además, tal como afirmaron Brown y colegas (2001), el TAG del 
DSM-III, presentaba gran imprecisión diagnóstica, ya que, dada la brevedad y 
diversidad de los síntomas que incluía, cualquier episodio de ansiedad 
elevada que no cumpliera con los criterios diagnósticos de otro trastorno de 
ansiedad podía ser englobado dentro de esta definición de TAG. 
 
1.5.3.2. División de la “neurosis de ansiedad” y origen de la 
denominación “TAG”. Respecto del origen de la subdivisión de la neurosis 
de ansiedad en TAG y Trastorno de angustia, Torgersen (1986) y Hiller y 
equipo (1989), coinciden en que la misma se sustentó en el trabajo de Klein 
(1964), respecto de la respuesta paradójica a los psicofármacos por parte de 
pacientes diagnosticados con una neurosis de ansiedad. En palabras de 
Klein (1964, pp. 405-6): “Estos resultados indican dos categorías de 
pacientes dentro de este síndrome clínico [….] Debe notarse que la respuesta 
a la medicación indica una distinción entre ansiedad expectante o 
anticipatoria y ansiedad panicosa1. [….] El uso del término común ‘ansiedad’ 
puede, consecuentemente, oscurecer una diferencia subyacente en estos 
procesos”. 
En lo referente al origen de la denominación “TAG”, la misma no fue 
acuñada por los principales investigadores en esta temática, sino que fue 
ideada por Spitzer, Endicott, y Robbins (1978), como parte de las tareas 
lideradas por el primera autor, en su rol de director del equipo de trabajo en 
nomenclatura y estadísticas del DSM-III (APA, 1980; Spitzer, Endicott, y 
Robbins, 1978; Spitzer, 1989). Estos autores desarrollaron el Research 
Diagnostic Criteria (RDC), un sistema clasificatorio de trastornos mentales 
																																																								
1 Traducción personal de “Panic anxiety” (Klein, 1964, p. 406). 
Cap. 1: Definición e historia del diagnóstico de TAG. Etchebarne (2013)

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