Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1/13/2016 Temas de historia de la Psiquiatría Argentina http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Indice.htm 1/1 Temas de historia de la Psiquiatría Argentina Directores: Juan Carlos Stagnaro y Norberto Aldo Conti Comité de Redacción: José Luis Fitó, Antonio Gentile, Daniel Matusevich, Mabel Sánchez, Carlos Dellacasa No 10 Primavera 1999 Los orígenes de la Liga Argentina de Higiene Mental Indice Primera parte El movimiento de la higiene mental y los orígenes de la Liga Argentina de Higiene Mental Hugo Klappenbach Segunda parte Nuestros propósitos Los propósitos de la "Liga Argentina de Higiene Mental" 1930 [Fragmentos] Gonzalo Bosch Higiene Mental en la Argentina (1928) Fernando Gorriti Profilaxis e higiene mental. Necesidad de su organización en la República Argentina (1929) Gonzalo Bosch, Arturo Mó http://www.polemos.com.ar/docs/temas/home.htm javascript:close() http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%201%20prop%F3sitos.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%201%20prop%F3sitos.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%202%20prop%F3sitos%20de%20la%20liga.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%202%20prop%F3sitos%20de%20la%20liga.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%203%20higiene%20mental.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%203%20higiene%20mental.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%204%20profilaxis.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%204%20profilaxis.htm 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 1/12 Primera parte El movimiento de la higiene mental y los orígenes de la Liga Argentina de Higiene Mental Hugo Klappenbach(1) Introducción El 6 de diciembre de 1929, en la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, una de las filiales de la Asociación Médica Argentina, se constituía la Liga Argentina de Higiene Mental, bajo la presidencia de Gonzalo Bosch. No era el primer intento de organizar una institución similar en nuestro medio, ni la primera vez que se discutía la mejor organización institucional para nuclear a los interesados en la problemática. Por lo pronto, puede considerarse que la constitución de la propia Sociedad de Neurología y Psiquiatría, había significado un primer acercamiento a la cuestión. La Sociedad de Neurología y Psiquiatría había surgido en 1921 como la novena Sección de la Asociación Médica Argentina, bajo la presidencia de José Antonio Estévez, la vicepresidencia de José T. Borda y con Adolfo Sierra como secretario (Sociedad de Neurología y Psiquiatría, 1921). Y cada uno de ellos, a su manera, jugaría un rol importante en la organización del movimiento de la higiene mental en el país, como más adelante analizaremos. En dicha Sociedad, la eventual constitución de un comité o liga centrada en la higiene mental se había discutido en dos oportunidades. Es de destacar que ambas discusiones se habían producido luego de dos viajes de reconocidas personalidades del campo neuropsiquiátrico argentino a dos de los países que aparecían a la vanguardia en la cuestión de la higiene mental: Francia y Estados Unidos. En tal sentido, puede ser oportuno referirse, mínimamente, al desarrollo de la higiene mental en ambos países. En realidad Francia, recién había organizado la Liga Francesa para la Higiene Mental a instancias de Toulouse y de GenilPerrin, en 1920. Y si, por una parte, el movimiento de la higiene mental presentaba algunos rasgos casi contrapuestos con el alienismo –por ejemplo en lo relacionado con la legislación sobre alienados– por otra, no sólo mostraba la organización ejemplar del Hospital Henri Roussel en dependencias del asilo de Sainte Anne de París, con su servicio de puertas abiertas (Belbey, 1927; Thenon, 1937), sino que mantenía intacto el prestigio del mítico gesto liberador de cadenas de Pinel, el cual sería permanentemente evocado por los teóricos del higienismo. La Higiene Mental en Estados Unidos En cuanto a Estados Unidos, había organizado su National Committee for Mental Hygiene en 1909 y la obra de Clifford Beers era reconocida en el mundo entero. Beers se había graduado en la Universidad de Yale en 1897, y dominado desde muy joven por la pasión de hacer fortuna (Beers, 1908/1969, pág. 27), caería en un estado depresivo que lo llevaría a un intento de suicidio el 23 de junio de 1900. Beers permanecería recluido desde septiembre de 1900 hasta septiembre de 1903; en enero de 1905 tuvo una pequeña reinternación voluntaria en instituciones de agudos y de crónicos, pasó por habitaciones privadas, salas colectivas para enfermos tranquilos, salas para exaltados, celdas acolchadas, etc. En tal http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Indice.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/home.htm javascript:close() 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 2/12 sentido, y más allá de sus particularidades, el testimonio que volcó en las páginas de su libro The mind that found, puede considerarse una historia de vida representativa de la de los internados psiquiátricos por aquellos años. Una vez dado de alta, Beers comenzó a interesarse acerca de la manera de mejorar la asistencia a los internados psiquiátricos. En realidad, ya había manifestado tal interés anteriormente. Y aun durante su reclusión, muchos de sus delirios megalomaníacos habían estado concentrados en la cuestión (Beers, op. cit.). En todo caso, lo que resulta de interés es la capacidad que evidenció Clifford Beers en publicar su propio testimonio, en interesar a numerosas personalidades destacadas en el mismo tema, y en la organización efectiva del movimiento. El 6 de mayo de 1908 en New Haven, Connecticut, se organizaba la primera sociedad de higiene mental: la Connecticut Society for Mental Hygiene (Beers, 1921; Ridenour, 1961). Interesa destacar la composición de las primeras doce personas que asistieron a aquella asamblea constitutiva, ya que da un índice de la amplitud de este movimiento el cual incluía representantes de la Iglesia, de establecimientos escolares y universitarios, de la cátedra, de los tribunales, del hospital, y de los campos de la medicina general, psiquiatría y trabajo social como así también a un exenfermo mental y miembros de su familia (Winslow, 1934/1969, pág. 233). Menos de un año después, el 19 de febrero de 1909, se organizaba el National Committe for Mental Hygiene, también convocado por Clifford Beers, y que se prolongaría hasta 1950, cuando se fundiría con la Psychiatric Foundation y la National Mental Health Foundation, originando la National Association for Mental Health (Ridenour, 1961, 1953/1969). La intensa actividad desplegada por el Comité Nacional de Higiene Mental, ha sido reseñada en varios trabajos clásicos (Beers, 1919, 1921, 1931, 1908/1969; Ridenour, 1961, 1953/1969; Winslow, 1934/1969; Woodwarth, 1948/1969), inclusive en castellano (Sacristán et al., 1930). A los efectos de nuestro trabajo, bastaría con señalar tres características que presentaba el movimiento en los Estados Unidos. La primera, está relacionada con la amplitud del campo a abarcar; la segunda, con su carácter lego o profano, que desbordaba los límites del campo médico y, más todavía, que aparece impulsado por personalidades ajenas al campo médico; la tercera, por su vinculación con el movimiento filantrópico norteamericano. En relación con los campos de interés del movimiento de la higiene mental, es oportuno señalar que el objetivo inicial de mejorar la situación de los internados psiquiátricos, pronto se ampliaría hasta límites insospechados. Entre los grandes campos o temas de interés pueden al menos, señalarse los siguientes. Un primer gran tema, fue precisamente el del enfermo mental.El conjunto de actividades en esa área, estuvo dirigido a lograr el mejoramiento de la situación de los internados, a la prevención de los trastornos mentales y a la creación de nuevas formas de asistencia para los enfermos leves (los pequeños psicópatas de la literatura francesa) que no requerían internación en los asilos. Para el logro de este objetivo, y respondiendo al modelo de la medicina social en general, y de la lucha contra la tuberculosis en particular, se desarrollaría el dispensario, como así también el consultorio externo y el hospital de puertas abiertas, instituciones que consolidarían la ruptura jurídica con la figura del alienado, carente de derechos civiles y obligado a la reclusión contra su voluntad. Un segundo campo, lo constituía el de la deficiencia mental o debilidad mental. Aun cuando la bibliografía anglosajona a partir de Ireland, Wilbur y Goddard, entre otros procuraba establecer clasificaciones nosográficas de las diferentes amentias (clásicamente diferenciadas, a su vez, de las dementias), se utilizaban indistintamente las nociones de mental deficient y feebleminded (Zenderland, 1990). En dicho campo –que la nueva historiografía está analizando desde las posiciones que tanto los expertos como los legos sostenían (Brockley, 1999)– las relaciones con la psiquiatría y la psicología frances4 serían manifiestos, y ya desde 1908, en el Training School de Vineland, New Jersey, Henry Goddard había comenzado a utilizar el test y la escala de Binet y Simon, junto con el concepto de edad mental (Ridenour, 1961; Zenderland, 1990). Un tercer campo, estaba conformado por la psicopatología del crimen, y, más ampliamente, el problema de la delincuencia y la criminalidad. Las hipótesis de numerosos estudios en esta temática, situaban el problema del delito y la criminalidad en una dimensión principalmente psicológica, de allí el interés con 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 3/12 que varias fundaciones americanas promovieron investigaciones en dicho campo (Beers, 1919). Un cuarto campo de interés, lo constituía la higiene mental escolar. Bajo el principio de que la prevención debía conducirse inevitablemente a todos los aspectos de la vida comunitaria y especialmente a las escuelas y el hogar (Woodwarth, 1948/1969, p. 259), el movimiento de higiene mental comenzaría a tematizar primero sobre la formación del docente, aunque luego extendería su preocupación hasta las cuestiones relacionadas con la orientación vocacional y, en general, la orientación para la crianza de los niños. El cruce de este orden de cuestiones con las propias del campo de la delincuencia juvenil, derivaría en el Child guidance movement, de vasta aceptación en la sociedad norteamericana (Cravens, 1990; Stevenson & Smith, 1934). Otros campos de preocupación se generaron en diversos aspectos de la vida social e institucional. Por una parte, el trabajo, en el cual se producirían solapamientos con la denominada ingeniería humana, y que iría mucho más allá de la orientación profesional. Por otra, el campo militar, en el cual la higiene mental alcanzaría un reconocido éxito: "The war was indoubtedly done a great deal for the sciences or neurology and psychiatry, specially in the way or securing public recognition of their importance" (Beers, 1919, p. 422). En efecto, al ingresar Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, el Comité Nacional de Higiene Mental designó una Comisión, que se encargaría de organizar las unidades militares neuropsiquiátricas, del examen y tratamiento temprano de los pacientes mentales y de la eliminación de reclutas con enfermedades mentales, deficiencia mental y desórdenes nerviosos. Más de 50.000 reclutas fueron rechazados por esos motivos, y ello colocaría a las fuerzas militares norteamericanas, con el más bajo porcentaje de suicidios o afecciones mentales de todas las intervinientes en la guerra (Beers, 1921). En cuanto a la segunda característica del movimiento de la higiene mental, su carácter lego o profano, fue una particularidad del movimiento norteamericano y diferiría, como más adelante analizaremos, del francés o el argentino. No sólo por el papel rector que le correspondió a un expaciente, más que a su médico, sino también por el papel que ocuparán el juez, el comerciante, el pastor, en todo el dispositivo, como se apreciaba en el perfil de los fundadores del primer Comité en New Haven. Y aun cuando quedaba reservado un espacio privilegiado para el médico, el de Medical Director de la institución de higiene mental,. su función quedaba al mismo tiempo limitada a esa función de dirección médica, pero no la de dirección de todos los asuntos del Comité. En cuanto a la tercera característica, el propio Beers fue comparado con un supervendedor de filantropía, y su muerte, ocurrida en 1943, fue interpretada como el fin de una de las más notables carreras de la filantropía moderna (Komora, 1943, p. 9). Cuando en alguna oportunidad, alguien le señaló a Beers que su propia situación económica ajustada, no le posibilitaría convertirse en un filántropo, se limitó a responder que todo lo que se proponía era proveer ideas a aquellos que estaban en situación de aplicarlas (Beers, 1908/1969, p. 186). Beers lograría que en los primeros diez años de existencia del Comité Nacional de Higiene mental, importantes fundaciones y organizaciones filantrópicas norteamericanas, aportaran alrededor de medio millón de dólares para el logro de los objetivos del proyecto del Confité (véase cuadro l). Para apreciar el significado de tal suma en aquellos años, Ridenour señalaba que su récord en promover fondos durante los años tempranos del Comité Nacional es impresionante hoy día, aun sin tomar en consideración la diferencia en el valor del dólar entonces y ahora (Ridenour, 1961, p. 8). Cuadro 1 Donaciones recibidas por el Comité Nacional de Higiene Mental de los Estados Unidos hasta 1921 Institución donante Monto (en dólares) Destino New York Foundation 3.000 Sin especificar Mr. Henry Phipps 50.000 Higiene mental en general Mr. Henry Phipps 5.000 Uso personal de Clifford Beers 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 4/12 Sra. De Vanderbilt 4.500 Sin especificar Sra. De Vanderbilt 50.000 Sin especificar Mrs. Anderson 50.000 Sin especificar Mrs. Anderson 200.000 Sin especificar Mrs. E. Harriman 45.000 Deficiencia Mental Anne Thompson 15.000 Trabajos de la guerra Mrs. Everyt Macy 10.000 Sin especificar Varios* 55.000 Sin especificar William James Edición del libro de Beers Fundación Rockefeller Trabajos de la guerra Totales 487.000 * incluía donaciones de 5 .000 U$S cada una de once personas o fundaciones diferentes ** no estaba detallado el monto Fuente: Beers, 1921. Es decir que el modelo de financiamiento del movimiento de la higiene mental norteamericano, se apoyaba decididamente en las contribuciones de las grandes fundaciones y donantes y difería del de otras instituciones análogas, por ejemplo la Cruz Roja. La Cruz Roja Argentina, que adhería al modelo internacional de la organización, se autodefinía como una institución eminentemente popular consagrada al alivio y socorro de las clases menos favorecidas de la sociedad, que hace un llamado al mismo pueblo en cuyo auxilio y mejoramiento deseaencausar todos los recursos (Cruz Roja Argentina, 1924, p. 77). En tal dirección, la Cruz Roja procuraba el aporte de la mayor cantidad de socios o suscriptores, aun cuando cada uno de ellos aportara cifras muy pequeñas de dinero. Volviendo a los Estados Unidos, por ejemplo, en 1924 alrededor de veinticinco millones de ciudadanos pertenecían a la institución, aportando cada uno de ellos tan solo un dólar por año, lo cual sumaba 25.000.000 de dólares. El Comité Nacional de Higiene Mental, aunque a partir de los años treinta procuró una base de sustentación económica más extendida, se inclinó por el aporte de las grandes fundaciones. Así, en 1939, el Central Hannover Bank and Trust Company de Nueva York, atraído por las posibilidades y promesas del movimiento de higiene mental, editó como una obra de bien público, un folleto para información y orientación de aquellos que sentían inclinaciones filantrópicas, en el cual se describen los propósitos y actividades del Comité Nacional de Higiene Mental y de otras organizaciones y sociedades que estaban actuando en este campo (Komora, 1943/1969, p. 1 l). Las frases finales de tal folleto son suficientemente expresivas: " ... nosotros nos enfrentamos con un mundo lleno de complicaciones cuyas desdichadas dificultades obedecen en gran parte, quizás en su mayor parte, a los desajustes mentales, físicos y morales de la población... pero la higiene mental no ha avanzado todavía lo suficiente como para jugar un rol esencial. Cuando lo haya alcanzado y los esfuerzos coordinados de aquellos que disminuyen los padecimientos físicos y de aquellos que atenúan los dolores del alma ejerzan su influencia sobre los problemas de nuestro mundo, ¿no veremos nosotros el amanecer de un día más brillante, el surgimiento de una civilización mejor y más estabilizada? (Central Hannover Bank and Trust Company de Nueva York, 1939. Citado por Komora, 1943/1969, p. 11.), Esa misma convicción la expresaban las personalidades ligadas al movimiento. Así, C. Winslow, Profesor de Salud Pública en Yale, señalaba: "Los casos de enfermedad mental y deficiencia mental, tan pronunciados como para requerir internación, constituyen en sí un problema suficientemente grave. Sin embargo, si pudiéramos 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 5/12 medir realmente todas sus consecuencias, observaríamos que la carga impuesta sobre la sociedad por ese problema, es mucho menor que la que crean las desviaciones anormales de mucha mayor prevalencia aunque menor gravedad. Son los innumerables desajustes emocionales menores, que nos estorban en el desenvolvimiento de nuestra vida diaria, los que constituyen la carga más pesada. Los miles de pequeños temores, envidias, prejuicios e inhibiciones, que nos impiden alcanzar, hora tras hora, una total armonía, y una justa y perfecta reacción ante las personas y las condiciones que nos rodean, allí radica el mayor problema de la higiene mental. La nueva ciencia de la mente debe proveer la última clave en todo el campo de las relaciones humanas. Ahora estamos comprendiendo que es en la higiene mental, concebida con esa magnitud, que debemos encontrar la base de un nuevo orden industrial. Existen pocas disputas entre el capital y el trabajo que podrían perdurar después de una discusión de mesa redonda entre patrones y empleados, si todos ellos se hallan libres de complejos de inferioridad y reacciones defensivas. Esa misma afirmación es válida en lo que atañe a las relaciones internacionales. Hemos puesto excesivo acento sobre la economía e ignorado la psicología en cuanto a las causas de las luchas de clases y de las guerras entre las naciones. Representa un supremo valor de la Liga de las Naciones el que ésta constituya un gran experimento en higiene mental (Winslow, 1934, pp. 237238). Es decir, entre los supuestos del movimiento de la higiene mental, al menos en su vertiente norteamericana, se encuentra una sociedad más civilizada, en la cual los conflictos económicos, políticos e internacionales pudieran reducirse a los miles de pequeños temores, envidias, prejuicios e inhibiciones, que nos impiden alcanzar, hora tras hora, una total armonía. En tal sentido, a partir del destino del maridaje entre la higiene mental y las fundaciones filantrópicas, quedarían delineados nuevos objetivos y esferas de acción del movimiento, y se apreciarían en toda su transparencia los fundamentos ideológicos y políticos, que ya hemos examinado en otro lugar (Klappenbach, 1989). La Liga Argentina de Higiene Mental y la Sociedad de Neurología y Psiquiatría Lo que interesa para nuestro análisis, de todos modos, es que los viajes que destacados alienistas argentinos habían realizado a Francia y Estados Unidos, les permitieron conocer de primera mano las características más salientes del movimiento. De tal manera, el primer intento de constituir una organización destinada exclusivamente a la higiene mental dentro de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, tuvo lugar tan sólo un año después de constituida tal Sociedad, en 1922, cuando después de un viaje del Dr. Arturo Mó a París, se creó una comisión para estudiar la participación de una representación argentina en el Comité Organizador del Comité Internacional de Higiene Mental. El segundo intento del que exista registro, tuvo lugar en 1924, luego de un viaje de Gonzalo Bosch a los Estados Unidos, durante el cual había tomado contacto con Clifford Beers, quien propusiera lo siguiente: "Sería conveniente que la Liga Internacional de Higiene Mental se estableciera en la República Argentina en el próximo año, así a los que se interesan en psiquiatría, neurología, psicología e higiene mental, les convendría poder participar oficialmente en el Congreso Internacional de Higiene Mental y tomar parte también más tarde, la Argentina, en una de las organizaciones afiliadas, representativas del Comité Internacional o Liga de Higiene Mental (Bosch, 1924, p. 76). Tal invitación, que también incluía un pedido de colaboración económica, sería rechazada por la mayoría de los miembros de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, en la sesión del 29 de agosto 1924 y sólo sería respaldada por el propio Bosch, Arturo Mó y Fernando Gorriti. En efecto, el Dr. Cisternas había 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 6/12 llegado a argumentar que por ser la Sociedad de Neurología y Psiquiatría apenas una filial de la Asociación Médica Argentina, no podía siquiera discutir el asunto, ya que carecía de fondos propios. En todo caso, como propondría en una moción el Dr. Obarrio, finalmente aprobada, sólo se podría llegar a enviar un apoyo moral al Congreso por realizarse, "sin comprometer en sentido concreto la adhesión formal de nuestra sociedad" (Bosch, 1924). En verdad, más allá de dichos argumentos formales, el criterio que se había impuesto había sido establecido por Arturo Ameghino y Adolfo Sierra. Para el primero, el problema de la higiene mental en la Argentina no era ni podía ser un asunto común, de igual sentido o alcance que para los angloamericanos o franceses (Bosch, 1924). Coincidente con tal posición, Sierra entendía que tales problemas debían ser contemplados y resueltos con criterio y alcance netamente argentinos (Bosch, 1924). Cuadro 2 Trabajos presentados en la Sociedad de Neurología y Psiquiatría en 1922 y 1923. Sesión Autores Título del trabajo presentado 451922 Rómulo Chiappori Poliomielitis Crónica: recidiva tardía 451922 G. Bosch & A. Mó Un caso de psicosis sifilítica del período secundario 4961922 Rómulo Chiappori Compresión medular por meningitis serosa quística & Robertson Lavalle 961922 Juan C. Montanaro Paraplejía cervical polineurítica 961922 José A. Estévez Poliomielitis crónica 791922 Juan M. Obarrio Hidrocéfalo interno lateralizquierda 791922 G. Bosch y A. Mó La representación en la afasia 2151923 Rómulo Chiappori Enfermedad de Wilson 2151923 Rómulo Chiappori Miastenia bulbo espinal 2151923 M. Alurralde Tratamiento de la contractura facial & César Allende 2151923 A. Ameghino El incremento de la locura en la Argentina después de la guerra Fuente: Revista de la Asociación Médica Argentina, 1922 y 1923. Tales posiciones, ponían de manifiesto la impronta netamente neurológica con la cual había surgido mayoritariamente la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, que se iría modificando muy lentamente. Así, los trabajos que se discutieron en la Sociedad en las sesiones de los dos primeros años, eran de neto corte neurológico, con la excepción de una célebre ponencia de Arturo Ameghino (véase cuadro 2). En ese marco fuertemente neurológico, la creación de la Liga Argentina de Higiene Mental en diciembre de 1929, fue el resultado de un proceso de transformaciones en el campo psiquiátrico argentino, que paulatinamente se iría acercando a posiciones más próximas a la medicina social. Interesa destacar que, comparado con su par norteamericano, el movimiento de la higiene mental en nuestro país, aparecía legitimado en un espacio puramente médico, el de una filial de la Asociación Médica Argentina, y en tal sentido se encontraba bien lejos de aquel carácter profano que había caracterizado al movimiento en los Estados Unidos. Así, Gonzalo Bosch podía definir a la Liga Argentina de Higiene Mental, en términos de un organismo moderno de sentida necesidad en nuestro ambiente médico (Bosch, 193la). Al mismo tiempo, el movimiento de la higiene mental argentino, tampoco presentaría ese definido rasgo de institución filantrópica que había caracterizado al norteamericano. En tal sentido, el financiamiento económico intentaría resolverse por dos vías principales. La primera, tratando de captar recursos propios, a través de la creación –un año después de constituida la Liga– de una Comisión Auxiliar de Señoras. Tal 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 7/12 Comisión, reproducía el modelo de las damas de la Sociedad de Beneficencia, que también serviría como inspiración de la Comisión de Damas Cooperadoras de Asistencia Social en los Hospitales Municipales. La titular de esta última Comisión, Lucrecia Campos Urquiza de Travers, definía con nitidez el lugar que ocupaban ese tipo de comisiones en el sistema de salud, que establecía la asistencia científica del médico, unida al Servicio Social de las Damas Cooperadoras (Travers, 1940, p. 13). Es decir, se trataba de reunificar el orden de la ciencia y el de la caridad que habían estado fusionados en algún momento del proceso histórico. Así por ejemplo, como señalaba Osvaldo Loudet, dos instituciones como la Academia de Medicina y la Sociedad de Beneficencia, habían sido ambas hijas gemelas del proyecto rivadaviano (Loudet, 1975, p. 200). Expresión de tal reunificación, sería la presencia en tales comisiones de las esposas e hijas de los médicos más renombrados, y, más ampliamente, esposas e hijas de los hombres más renombrados de la oligarquía. Y una segunda manera de resolver la cuestión económica, complementaria con la anterior, fue la de convertirse en grupo promotor de proyectos a ser ejecutados por el Estado, a través de la Liga. Un testimonio de ello, lo constituyó la inauguración el 26 de septiembre de 1931 de los consultorios externos de la Liga, en dependencias cedidas por el Hospicio de las Mercedes. O con mayor generalidad, las actividades que pondría en funcionamiento dicho hospital, a partir de la asunción como director del mismo de Gonzalo Bosch, al mismo tiempo Presidente de la Liga Argentina de Higiene Mental. Las dos formas de financiamiento coexistían, aun cuando la segunda hubiera sido la privilegiada. Ello en realidad, no consistía en una peculiaridad del movimiento de la higiene mental argentino, sino que, por el contrario, constituía una nota general del cuerpo médico argentino desde las épocas de la Revista Médico Quirúrgica, fundada en 1864. Dicha publicación comenzaría a ser dirigida en 1878 por Emilio Con¡ y luego contaría con la subdirección de Lucio Meléndez, quien lideraría la primera conformación de una matriz disciplinar propiamente psiquiátrica en el país (Stagnaro, 1997). Es decir que los primeros alienistas argentinos participaban de esa identidad del cuerpo médico, fuertemente tamizada por la función de reformadores del sujeto social, para lo cual su intervención en el Estado resultaba decisiva. Ese sobreinvestimiento político de su papel técnico (Vezzetti, 1983, p. 29), atravesaría toda la historia de la medicina argentina, y se acentuaría en el caso de la higiene mental, favorecido por la multiplicidad de campos, desde la locura hasta el delito, desde la educación al trabajo, que requerían la atención del higienista. El programa de la Liga Argentina de Higiene Mental Si, entonces, el movimiento de higiene mental en Argentina, difería en las dos características apuntadas de su similar norteamericano, conservaría, en cambio, la otra nota saliente: la extendida amplitud de su campo de trabajo. En los Estados Unidos esa amplitud había surgido luego de un largo proceso, que se había iniciado en las preocupaciones en torno al internado en instituciones mentales; en nuestro país, fue un punto de partida originario del movimiento, como lo evidenciaban las secciones que preveía el Estatuto de la Liga de Higiene mental aprobado en su Asamblea constitutiva: asistencia de psicópatas (su organización y vigilancia); inmigración (vigilancia y orientación); patología regional (estudio de las afecciones regionales y su profilaxis); higiene industrial y profesional; enfermedades generales (su estudio en relación con las enfermedades mentales); sífilis, alcoholismo y toxicomanía; psiquiatría infantil y auxología; sociología (legislación del trabajo: particulares y Estado; medicina legal, estadística); organización científica del trabajo y psicotécnica; antisociales: vagabundaje y delincuencia (su clasificación y orientación social); higiene naval; higiene militar; higiene social e individual de la infancia (estudios relacionados con la educación e instrucción de la infancia, en las vinculaciones de la escuela con el hogar); propaganda (divulgación e instrucción psiquiátrica popular); higiene sexual; patronatos (Liga Argentina de Higiene Mental, 1930, p. 21). Esa notable extensión del campo propio de la higiene mental, no dejaría afuera prácticamente ninguna cuestión de interés público, y testimoniaba aquella vocación reformadora del cuerpo médico argentino, 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 8/12 que encontraría en la higiene mental, uno de sus instrumentos más modernos. Otro de los precursores de la organización de la higiene mental en el país, Fernando Gorriti, lo expresaba nítidamente: "La tarea que tiene que realizar la Higiene Mental es inmensa; abarca todas las actividades humanas, a todas las edades y sexos, por cuanto en todos ellas toman parte, en mayor o menor escala, las funciones psíquicas del individuo, y la forma más adecuada de ejercitarlas, en relación con las demás funciones orgánicas, resulta indiscutiblemente en beneficio de la persona, de la familia, colectividades, pueblos, y de cada nación en particular; los principios de la higiene mental no solamente se aplican a los normales, sino también a los predispuestos, desviados de la norma en la criminalidad, vagabundaje, toxicomanías y hasta a los afectados de diferentes clases de psicosis, etc." (Gorriti, 1928, p. 1378). Gorriti, entonces, destacaba un segundo aspecto de la amplitud del movimiento de la higiene mental; no sólo amplitud de campos, sino también de sujetos sobrelos cuales recaería la higiene mental. Y un tercer aspecto todavía, amplitud y variedad de sujetos sociales interesados en la aplicación de la higiene mental; desde los hombres de ciencia hasta los gobernantes y parlamentarios (Bosch y Mó, 1929); desde médicos y pedagogos, hasta abogados, legisladores o sacerdotes (Delgado, 1924). En síntesis, preocupación capital de los estadistas, psiquiatras y de toda persona verdaderamente interesada en la salud de sus contemporáneos (Bermann, 1931, p. 837). Señalemos que si algunas de las operaciones de la higiene mental argentina estaban dirigidas a la prevención de la tuberculosis (Massa, 1939), o a la prevención del suicidio (H. Pifiero, 1939), sus intervenciones privilegiadas encuadraban en el campo de la niñez y la maternidad (Bosch, 193ld); el de la pedagogía (Barrancos, 1938; Ciampi, 1939; Delgado, 1924); del trabajo (Beltrán, 1929; Bosch y Mó, 1929; Delgado, 1924; Gorriti, 1928); de la criminología, la eugenesia y, fundamentalmente, la enfermedad mental. En cualquier caso, el objetivo principal del movimiento, alrededor del cual se elaboraría un conjunto doctrinario de relativa envergadura y se organizaría todo el corpus institucional del mismo, era el mejoramiento de las condiciones que rodeaban al enfermo mental. El discurso del movimiento, como así también sus instancias institucionales alcanzarían un notable desarrollo entre las dos guerras mundiales, y se subsumirían a partir de la segunda mitad del siglo, en el movimiento de la salud mental: El Congreso Internacional de Salud Mental, que se realizó en Londres entre el 11 y el 21 de agosto de 1948, pudo, en cierto sentido, ser considerado como sucesor de los dos Congresos Internacionales de Higiene Mental (Krapf, 1949, p. 69). Y la Federación Mundial de Salud Mental que se constituyó a partir de aquel Congreso continuó, en cierto modo, la labor del antiguo Comité Internacional de Higiene Mental (ibídem, p. 74). Desde el punto de vista teórico, la noción central que dominaba gran parte de las consideraciones psiquiátricas de la higiene mental, era la de los grados intermedios en la enfermedad mental. La oposición definitiva entre el hombre sano y el enfermo, tenía sus consecuencias jurídicas en la ley francesa de 1838, impulsada por Esquirol, y que también inspiraba la legislación argentina. Según ella, la internación del alienado en el asilo o manicomio exigía doble certificado médico, diagnóstico de insanía y demás requisitos legales que de tal declaración emanan (Sierra, 1930, p. 19). En cambio la noción francesa de pequeños psicópatas (Barrancos, 1938; Bosch, 1931b y 193ld), de formas ligeras transitorias (Belbey, 1927), de locura con conciencia (Marie, 1922), disolvían la necesidad de internación en el asilo y del certificado de insanía. Desde el momento en que, jurídicamente, el enfermo mental –en sus formas leves– recuperaba su libertad y sus derechos civiles, posibilitaría su pasaje a un campo dominado enteramente por la lógica médica, al menos en los aspectos asistenciales y de profilaxis. El renacimiento de la psiquiatría (Bosch, 1930 y 1931c; Krapf, 1939) volvería a insistir en que el loco había dejado de ser culpable para convertirse en enfermo. Esto permitía colocar el campo de la enfermedad mental en el mismo plano que el de otros 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 9/12 problemas médicos, estableciendo una analogía entre el campo de la higiene mental y el de otros movimientos de la medicina social, como los organizados en torno a la lucha contra la sífilis, la lepra, el paludismo y, fundamentalmente, la tuberculosis (Bermann, 1931; Bosch, 1931c; Bosch y Mó, 1929: González, 1941; Gorriti, 1928; Marie. 1922; Williams, 1922). Y junto a nuevas consideraciones teóricas y jurídicas, el movimiento de la higiene mental posibilitaría la emergencia de nuevas instancias tecnológicas para el tratamiento de la enfermedad mental. Las consecuencias que podían derivarse de la noción de formas leves de la locura eran varias. En primer término, surgió la necesidad del tratamiento precoz (Bermann, 1931; Bosch, 193,1b, 193ld; Marie, 1922; Thenon, 1937) como instrumento apto para impedir la mayor cristalización de un cuadro sintomático. Tratamiento precoz tanto para las formas inaugurales de la enfermedad mental, como para los grupos evolutivos en riesgo, niños y adolescentes. Según estadísticas locales, el tratamiento, precoz permitía disminuir la internación en un 80 6 90% de casos, y, cuando ello no resultara posible, reducir la internación a sólo seis u ocho semanas (Bosch, 1931c). Y según datos de Weygantd, el 42% de los enfermos mentales asistidos en el primer mes de declarada su enfermedad curaban; si eran asistidos a partir del segundo o tercer mes, el porcentaje de curados se reducía al 32%; y luego del primer año sólo curaban el 2% (Sierra, 1930, p. 18). Y correlativamente al tratamiento precoz, aparecería una renovada organización institucional, que planteaba la superación del asilo. Esta corriente extramanicomial descansaba sobre el principio de la asistencia abierta y se desplegaba en diversas figuras: dispensarios, servicios sociales anexos, hospitales psiquiátricos, hospitalización temporaria en servicios abiertos, consultorios externos. Tal vez haya constituido lo más característico de la higiene mental y lo que más renombre le otorgara al movimiento. "Los dispensarios están destinados a la asistencia libre de los psicópatas frustros, de los predispuestos, desequilibrados y anormales, a los afectados de diversas enfermedades neuropsiquiátricas, que se presentan espontáneamente o traídos por sus parientes, así como a la profilaxis de semejantes estados" (Bermann, 1931, p. 842). Así concebidos, y modelados en su organización de los dispensarios antituberculosos, los dispensarios psiquiátricos constituían el punto de entrada al sistema asistencial y realizaban la selección en tres direcciones: hacia el tratamiento ambulatorio; hacia la hospitalización en servicios abiertos; hacia la internación en el asilo. Arquitectónicamente, los dispensarios debían edificarse con acceso directo a la calle, procurando evitar la entrada al asilo, con todos los prejuicios que ello implicaba. En 1931, en dependencias del Hospicio de las Mercedes, la Liga Argentina de Higiene Mental abriría consultorios externos con estas disposiciones (Liga Argentina de Higiene Mental, 1931, p. 114). Otra modalidad asistencial de la higiene mental sería la de los servicios de hospitalización libres, para cuando fuera necesaria la internación durante períodos relativamente pequeños. En esos casos, se propone al enfermo y a su familia la libre internación que aquél deberá firmar; cuando desee salir puede hacerlo, pero siempre llega oportunamente el consejo del médico; es así como, pudiendo salir, los más refractarios muchas veces se quedan (Belbey, 1927, p. 1236). El servicio de hospitalización abierto o de puertas abiertas –open door– presuponía la noción de enfermedad mental leve, y sólo en estos casos podía ser utilizado. El asilo, en realidad, tampoco debía desaparecer, ya que el dispensario y el servicio de puertas abiertas constituían un eslabón de un mecanismo más amplio... un complemento indispensable de los asilos (Barrancos, 1938, p. 981, subrayado en el original). De todas maneras, la organización de las instituciones de internación también experimentaría importantes modificaciones. Desde cambios terminológicos –se insistiría en que el nombre manicomio debía reemplazarse por el de hospital o instituto psiquiátrico– hasta renovación en la disposición arquitectónica, los hospitales psiquiátricos constituyen los grandes centros de investigación, de enseñanza y de aplicación terapéutica del porvenir (Bermann, 1931, p. 843). En ellos, el enfermo mental debía encontrar también un ámbito de libertad, por lo que se insistiría en la construcción de pabellones relativamente pequeños, que permitieran mantener aisladas las distintas patologías, y rodeados todos1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 10/12 ellos de amplios y soleados espacios verdes. En cualquier caso, estas sugerencias aquitectónicas, permitían erigir modelos y contramodelos, según su mayor o menor cercanía a las mismas. Así, el hacinamiento y abandono que caracterizaba a los más grandes hospicios del país, el Hospicio de las Mercedes y el Hospital Nacional de Alienadas, el Asilo Colonia de Oliva (Córdoba) y la Colonia Domingo Cabred (Bosch, 1930; 1931b; Cabeza, 1928; Esteves y D'Oliveira Esteves, 1927), podía ser contrapuesto a los modelos institucionales siempre citados: el Hospital Henri Roussel en dependencias del Asilo Sainte Anne de París (Belbey, 1927; Thenon, 1937) y, localmente, el Hospital dependiente del Instituto Psiquiátrico de la Facultad de Medicina de Rosario, inaugurado en 1927 (Bosch, 193ld; Bosch y Mó 1929; Ciampi, 1927, 1929 y 1965). El Hospital de Rosario, que modernamente había concebido Lanfranco Ciampi, al mismo tiempo titular de la Sección de psiquiatría infantil y auxología de la Liga Argentina de Higiene Mental, constaba de nueve pabellones, desde aquéllos destinados al laboratorio de histopatología, psicología y bioquímica, hasta el pabellón para observación de los recién llegados, para internación de niños, para laborterapia, para escuela de niños retardados, entre otros (Ciampi, 1927; Gentile, 1998). Cada edificio, a su vez, debía ser relativamente pequeño y circundado cada uno de su patio y su jardín (Ciampi, 1927). Esa preocupación por los espacios verdes y las construcciones aisladas, también alcanzaría al ámbito privado. Así, por ejemplo, eran elementos que se incluían en la publicidad de los sanatorios privados, en sendos avisos a toda página en la Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental: el Sanatorio de Flores, dirigido por Gonzalo Bosch y Arturo Mó, y el Instituto Frenopático de Buenos Aires, que había sido fundado en 1880 y que por esos años dirigía técnicamente José T. Borda y Antonio Martínez. El servicio social, por su parte, dependencia del dispensario, implicaba el momento de mayor externación de todo el dispositivo tecnológico de la higiene mental (Belbey, 1927; Bermann, 1931; Bosch, 1931c; Gorriti, 1928 y Marie, 1922). Estaba a cargo de asistentes o visitadores sociales, que intervenían de muy variadas maneras: tanto detectando pequeños psicópatas y trasladándolos al dispensario, como informando respecto a las condiciones del medio y la forma de vida del enfermo; tanto procurando despertar el interés de las familias por los enfermos como encontrando trabajo adecuado a las capacidades de los convalecientes o vigilando a los sospechosos (Bermann, 1931; Gorriti, 1928; Belbey, 1927). Todo este dispositivo tecnológico, requería también de nuevas figuras profesionales. Por una parte, se confirmaba el lugar del psiquiatra como figura rectora de todo el sistema, lo que llevaría a insistir en la necesidad de sancionar una ley de carrera de médicos manicomiales (Bosch, 1931c) o de médicos alienistas (Barrancos, 1938, Raitzin, 1936). Al mismo tiempo, las necesidades propias del tratamiento precoz, obligaban a la formación del médico general en los principios de la higiene mental. Por último, la nueva organización institucional de la enfermedad mental, generaría nuevos auxiliares: la enfermera psiquiátrica y la visitadora o asistente social. En Francia, en el Hospital "Henri Roussel", el Dr. Toulouse organizaba hacia 1927 una Escuela de Profilaxis Mental para la formación de las visitadoras sociales. Similar experiencia se llevaría a cabo en el Hospicio de las Mercedes, en 1932, a instancias de la Liga Argentina de Higiene Mental, presidida por Gonzalo Bosch, lo cual constituyó, en su momento, todo un acontecimiento políticoinstitucional. 1. Profesor Titular de Historia de la Psicología de la Universidad Nacional de San Luis. Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Editor de los "Cuadernos Argentinos de Historia de la Psicología". Email: hklappen @unsl.edu.ar Bibliografía 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 11/12 • BARRANCOS, A. (1939). Dispensarios psiquiátricos. La Semana Médica, 45, 977981. a BEERS, C. (1919). The years of work of The National Commitee for Mental Hygiene. Journal of Nervous and Mental Disease, 49 (S), 420424. • BEERS, C. (1921). The mental hygiene mouvement. New York: Doubleday, Page y Co. • BEERS, C. (1931). Progresos de la higiene mental. La Medicina Argentina, 10, 106. • BEERS, C. (1969). Un alma que se encontró a sí misma. Bs. As.: Liga Argentina de Higiene Mental. (Trabajo original publicado en 1908). • BELBEY, J. (1927). El servicio de profilaxis mental del Sena. Revista de Especialidades, 2, 12331240. • BELTRÁN, J. R. (1929). Los servicios de higiene mental. La Semana Médica, 36, 10591062. • BERMANN, G. (1931). Bases para la organización de la asistencia psiquiátrica y de la higiene mental en la República Argentina. La Semana Médica, 38, 836 844. • BOSCH, G. (1924). Intercambio científico de orden psiquiátrico. Revista de la Asociación Médica Argentina (Sociedad de Neurología y Psiquiatría), 73, 7684. • BOSCH, G. (1930). Los propósitos de la Liga Argentina de Higiene Mental. Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental, 1 (1), 721. • BOSCH, G. (193la). Discurso del Presidente entrante de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría. Revista de Especialidades, 6, 173175. • BOSCH, G. (1931b). Las enfermedades mentales en la República Argentina. Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental, 2 (2), 3942. • BOSCH, G. (1931c). El pavoroso aspecto de la locura en la Argentina. La medicina argentina, 10, 816828. • BOSCH, G. (193ld). Discurso en la Asamblea de la Liga Argentina de Higiene Mental. Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental, 2 (4), 106113. • BOSCH, G. y Mó, A. (1929). Profilaxis e higiene mental. Necesidad de su organización en la República Argentina. Revista de Especialidades, 4, 12521256. • BROCKLEY, J. (1999). History of mental retardation. An essay review. History of Psychology, 2 (1), 2536. • CABEZA, M. (1928). La asistencia de los alienados. El problema del hacinamiento. En, Actas de la Primera Conferencia Latinoamericana de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal, Tomo 11, 476483. • CIAMPI, L. (1927). Un nuevo hospital psiquiátrico en la República Argentina. Revista Argentina de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal, 1, 481949. • CIAMPI, L. (1929). La organización de la enseñanza psiquiátrica en la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. Boletín del Instituto Psiquiátrico, 1, 523. • CIAMPI, L. (1939). Una institución y un programa. La Semana Médica, 46, 117127. • CIAMPI, L. (1965). Sante de Sanctis en la República Argentina. La Cátedra de Psiquiatría Infantil en la Universidad del Litoral. Revista de la Colonia Psiquiátrica Abelardo Freyre, 3 (2), 103107. • CRAVENS, H. (1990). Applied science and public policy: The Ohio Bureau of Juvenile Research and the problem of juvenile delinquency. In M. Sokal (Ed.), Psychological testing and American society. 18901930 (pp. 158194). New Brunswick: Rutgers University Press. • CRUZ ROJA ARGENTINA, (1924). Página consagrada al alistamiento de socios. Revista de la Cruz Roja Argentina, 1, 910. o DELGADO, H. (1924). La higiene mental. Revista Científica Argentina, 3, 3034. • ESTEVES, L. y D'OLIVEIRA, ESTEVES, J. (1927). El hacinamiento. Revista de Especialidades, 2, 701721. • GENTILE, A. (1998). La psiquiatría en Rosario. Temas de Historia de la Psiquiatría Argentina, 5, 312. • GONZÁLEZ, J. M. (1941). Organización de la higiene mental en la Argentina. Boletín Sanitario, V (Suplemento), 503506. • GORRITI, F. (1928). Higiene mental en la Argentina. La Semana Médica, 35, 13751382. • KLAPPENBACH, H. (1989). Higiene mental en las primeras décadas del siglo. Principales lineamientos y fundamentos ideológicos. Anuario de Investigaciones, 1, 189195. • KOMORA, P. (1969). Prefacioa la 29a. edición. En Clifford Beers, Un alma que se encontró a sí misma (pp. 91 l). Bs. As.: Liga Argentina de Higiene Mental. (Trabajo original de 1943). • KRAPF, E. (1939). Doctrina y tratamiento de la alienación a través de los siglos. La Semana Médica, 46, 11491159. • KRAPF, E. (1949). Las reuniones de Salud Mental de Londres y la fundación de la Federación Mundial de Salud Pública. Neuropsiquiatría, 1 (1), 6975. • LIGA ARGENTINA DE HIGIENE MENTAL (1930). Estatutos. Revista de la Liga de Higiene Mental, 1 (1), 2129. • LIGA ARGENTINA DE HIGIENE MENTAL (1931). Memoria y balance correspondiente al ejercicio 19301931, Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental, 1 (4), 114117. • LOUDET, 0. (1975). La Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires. Su obra médico social. En, Ensayos de Crítica e Historia. Bs. As.: Academia Argentina de Letras. • MARIE, H. (1922). La asistencia técnica a los pequeños psicópatas. La Semana Médica, 29, 187196. • MASSA, J. (1939). La higiene mental en la prevención de la tuberculosis. La Semana Médica, 1/13/2016 Primera parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Primera%20parte.htm 12/12 46, 11101111. • PIÑERO, H. (1939). El suicidio en la ciudad de Buenos Aires. La Semana Médica, 46, 840847. • RAITZIN, A. (1936). La organización de la asistencia médica en los hospitales, asilos y colonias y la de la carrera de médico alienista, La Semana Médica, 43, 11661168. • RIDENOUR, N. (1961). Mental Health in the United States. A fifty year history. Cambridge, Massachusets: Harvard Press. • RIDENOUR, N. (1969). El movimiento de higiene mental desde 1948 hasta 1952. En Clifford Beers, Un alma que se encontró a sí misma (pp. 279293). Bs. As.: Liga Argentina de Higiene Mental. (Trabajo original publicado en 1953). • SACRISTÁN, J. M., Germain, J. & Rodríguez Arias (1930). Psiquiatría práctica e higiene mental. Archivos de Neurobiología, 10 (4), 327415. • SIERRA, A. (1930). Problemas médicos actuales sobre tratamiento, profilaxis y eugénesis mentales. Revista Argentina de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal, 4, 139. • SOCIEDAD DE NEUROLOGÍA PSIQUIÁTRICA (1921). Acta de Fundación Revista de la Asociación Médica Argentina, 33 (2), 3435. • STAGNARO, J. C., (1997). Lucio Meléndez y la primera matriz disciplinar de la psiquiatría en Argentina. Temas de Historia de la Psiquiatría Argentina, 1, 315. • STEVENSON, G. & SMITH, G. (1934). Child Guidance Clinics: a quarter century of development. New York: The Commonwealth Fund. • THENON, J. (1937). Observaciones sobre la asistencia psiquiátrica en Francia e Inglaterra. La Semana Médica, 44, 1126 1144. • TRAVERS, L. CAMPOS URQUIZA de (1940). Egreder sal Gen. XIII 1. Bs. As.: López y Cía. • VEZZETTI, H. (1983). La locura en la Argentina. Bs. As.: Folios. • WILLIAMS, L. R. (1922). La higiene mental en América. La Semana Médica, 29, 236237. • WINSLOW, C. E. A. (1969). El movimiento de higiene mental y su fundador. En Clifford Beers, Un alma que se encontró a sí misma (pp. 231240). Bs. As.: Liga Argentina de Higiene Mental. (Trabajo original publicado en 1934). • WOODWARTH, L. (1969). El movimiento de higiene mental. Sus más recientes avances. En Clifford Beers, Un alma que se encontró a sí misma (pp. 245277). Bs. As.: Liga Argentina de Higiene Mental. (Trabajo original publicado en 1948). • ZENDERLAND, L. (1990). The debate over diagnosis: Henry Herbert Goddard and the medical acceptance of intelligence testing. In M. Sokal (Ed.), Psychological testing and American society. 18901930 (pp. 4674). New Brunswick: Rutgers University Press. 1/16/2016 Segunda parte http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%201%20prop%F3sitos.htm 1/1 Segunda parte Selección de textos Nuestros propósitos (1930)(1) Esta revista es el órgano oficial de la Liga Argentina de Higiene Mental y, por lo tanto, sus propósitos son totalmente afines y concordasteis a los estatuidos en el acta fundamental de la Liga. No pretende intercalarse entre las publicaciones especializadas ni propender a la solución de los intrincados problemas de la psiquiatría. La razón de su existencia involucra zonas más dilatadas de inmediata aplicación social; más que lo particular y lo exclusivamente científico, preferirá la inserción de observaciones, estudios y dictámenes de aplicación colectiva, Y, más que la anormalidad excepcional, casos psicopáticos poco frecuentes de sumo interés para la pura especulación, serán analizadas y estudiadas en estas páginas las medidas racionales de profilaxis y preservación mental, tal cual ha sido claramente especificado en los estatutos de la Liga. En un país de sedimentación y abigarramiento étnico como es el nuestro, son indispensables normas de depuración individual y social. Es preciso aconsejar, remediar y encauzar grandes masas de individuos desamparados de conocimientos elementales, de quienes, sin embargo, depende la salud y la normalidad de las generaciones venideras. La orientación y vigilancia de los caudales inmigratorios es una de nuestras predisposiciones particulares. La higiene industrial y profesional y todos los adyacentes peligros de la vida en común; las consideraciones de la medicina legal; la estadística y el establecimiento de una ecuánime legislación del trabajo son aspectos de la comunidad comprendidos por los rumbos de esta revista. No pretendemos excluir con estas manifestaciones aquellas exposiciones a que el desempeño de la medicina psiquiátrica aboca continuamente al médico. La asistencia de psicópatas, su vigilancia y reclusión; la auxología; la patogenia, higiene y precauciones adoptables para detener el desarrollo de la sífilis, alcoholismo y toxicomanías en general; la psiquiatría infantil y su etiología serán temas de constante dilucidación. Venimos, pues, como la Liga Argentina de Higiene Mental, a ocupar una función descuidada hasta ahora. Es el nuestro un eslabón de enlace entre la ciencia esotérica del laboratorio y de la cátedra y las necesidades elementales de la colectividad. El extraordinario número de individuos mentalmente anormales en un pueblo joven de grandes reservas vitales es el mejor justificativo de nuestra presencia. En este número inaugural nos es grato enviar nuestro saludo a nuestros colegas, de cuya enorme difusión esperamos la colaboración indispensable para el éxito de nuestro labor La Redacción 1. Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental, Año 1, N' 1, pág. 5. http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Indice.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/home.htm javascript:close() 1/16/2016 Los propósitos de la "Liga http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%202%20prop%F3sitos%20de%20la%20liga.htm 1/5 Los propósitos de la "Liga Argentina de Higiene Mental" 1930 [Fragmentos](1) Gonzalo Bosch Desde hace muchos años, la idea de fundar en nuestro país una Liga de higiene mental fue aspiración constante entre los médicos especializados en psiquiatría y neurología, quienes encontrándose a diario con las desventajas de su inexistencia, no comprendían el por qué no habíamos de ponernos al mismo nivel, en el sentido expresado, con los grandes centros de cultura del mundo. En distintas oportunidades llegaron voces de esperanza al seno de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, y aunque tuvieron la aprobación en absoluto, la idea tardaba en convertirse en realidad práctica: quizá el mismo ejercicio de la vida profesional era corriente que alejara la realización de tal propósito. Pero el pavoroso aspecto de la locura que, como dijera Kraepelin, es el mayor exponente del dolor humano; el hecho de estar comprometido el equilibrio básico que sostiene la salud, el progreso y la felicidad de los habitantes de la Nación, llamaron a meditar serenamente a los miembros de la prestigiosa sociedad de Neurología y Psiquiatría –nuestro hogar intelectual que honra a la ciencia médica argentina– apoyados por el deseo de todos los médicos del país, y el seis de diciembre del año pasado, se firmó elacta de fundación de la "Liga Argentina de Higiene Mental", alcanzándome luego el altísimo honor por la benevolencia de mis colegas, de ser el primer presidente de la nueva institución. Honor altísimo, repito, que compromete mi gratitud y mi esfuerzo para brindar a esta empresa altruista las horas más fértiles de mi vida de médico. Con el ánimo de divulgar algunos propósitos que animan a la "Liga Argentina de Higiene Mental", voy a insertar aquí la disertación que hiciera no hace mucho en Buenos Aires, a pedido de mi distinguido amigo el Dr. Roque Orlando. Dividiré mi trabajo en tres partes, siendo la primera un resumen de la historia de la psiquiatría; la segunda, el concepto actual de la locura, para de este modo llegar con provecho a la tercera, en donde expresaré los propósitos de la "Liga Argentina de Higiene Mental". Historia de la Psiquiatría. La historia de la psiquiatría, quizá más que la de otras ramas científicas, nos demuestra la obra cultural que realizaron los hombres para imponer la verdad de nuestros días, tratando de penetrar en el misterio del pensamiento humano e indagar las causas de su silencio, de su incoherencia, o interpretar su inquietante vibración en sí o en la repercusión sobre las multitudes. Y aun más: para borrar de la frente del alienado la palabra "culpable" sustituyéndola por la de "enfermo". Esto que nos parece simple y claro, como un vaso de agua, fue labor intensa que durara siglos, como lo he de comentar a renglón seguido. En cuatro épocas puede dividirse la historia de la psiquiatría, considerándola desde los siglos más remotos, para facilitar de esa manera su mejor conocimiento. Reina la ignorancia y la superstición en la época primitiva; no existían ni nociones de medicina; creíase que la locura era producida por los dioses, y eran los sacerdotes los curadores. Ella abarca desde el origen de las sociedades hasta la aparición de un genio Hipócrates con quien comienza la medicina mental. La excitación maníaca del rey Saúl, entre los judíos, y las transformaciones de la personalidad, de la que padecía Nabucodonosor II, el vencedor de Jerusalén, era consideradas como la posesión de aquéllos por divinidades bienhechoras o vengativas. No obstante, en esta época, y a pesar de que se alzaban ya voces pidiendo piedad para los enfermos, se les trataba como a bestias feroces, procurando domesticarles con privaciones de alimentos y tormentos de la sed. Galeno hubiera podido cimentar la reacción de humanidad que quería establecerse, merced al esfuerzo de http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Indice.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/home.htm javascript:close() 1/16/2016 Los propósitos de la "Liga http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%202%20prop%F3sitos%20de%20la%20liga.htm 2/5 los clarividentes; pero desaparecido prematuramente, su muerte marcó una hora crítica para la ciencia y quizá por ello, por múltiples factores que no hemos de considerar ahora, se presentó nuevamente la confusión y el caos, para subrayar la regresión del progreso hasta entonces alcanzado y así llegamos a la tercera época: la Edad Media, en la cual las ideas absurdas imperan, recrudecen las supersticiones y se aviva el reino de las brujas y la posesión demoníaca. Las ceremonias místicas y la condenación de los alienados se imponen. A la historia de la medicina mental, brillantemente iniciada por Hipócrates, hay que agregar una página de luto, desolación y ruina. Millares de desgraciados eran víctimas de los prejuicios populares, los demonios arrebataban la razón de los insanos, eran enemigos del Dios bueno y las llamas debían abrasarlos. Hasta los mismos parlamentos se complicaban en esta lucha bárbara. Es necesario llegar al Renacimiento, a fines del siglo 16 para observar una reacción del progreso sobre la barbarie; pero solamente en lo que concierne a la interpretación de la locura, pues en cuanto al tratamiento usado para con los enfermos, podemos apreciarlo si tenemos en cuenta que habitaban prisiones y que en París, conducidos primeramente al HótelDieu, se les trataba, invariablemente, con duchas frías, sangrías y purgantes. Si el tratamiento no daba resultado en algunas semanas, se les consideraba incurables y eran entonces alojados en casas que se transformaron después en hospicios y asilos. Hospicio y asilo: dos nombres hijos de la injusticia y la torpeza humanas, que aun usamos con los heredados restos de prejuicios. Asilo: refugio para delincuentes, donde se recogen menesterosos, amparados de favor. Hospicio: casa destinada para albergar peregrinos y pobres. Y bien; en aquellos hospicios de París los alienados eran tratados cruelmente; la piedad no llegaba a ellos y, cubiertos de andrajos, durmiendo sobre paja, llevaban en su cuello y miembros, collares y cadenas de hierro. Los días de fiesta se exhibían al público, el que pagaba por contemplar un espectáculo tan triste y salvaje; y así llegamos a la cuarta época, a la de la memorable reforma del año 1793, en que Pinel llena él solo, en Francia, –por no citar otras naciones– la página más brillante de ese período histórico. Cayeron para los enfermos las cadenas y llegó para ellos la dulzura y la paciencia, cimentándose las bases del verdadero tratamiento moral. Se crearon establecimientos especiales para alienados, comenzando la verdadera hospitalización de los mismos. Esta es, a grandes brochazos, la historia de la psiquiatría, que avanza en su progreso cada día, como un torrente de luz en medio de las sombras de una noche surgida en la prehistoria, y quizá por ello es que aun, digámoslo sin temores, no ha llegado para el alienado la constitución del reino que le corresponde. Es un hecho sabido por todos los que hemos tenido oportunidad de estudiar en los países que marchan al frente de la civilización, que los hospitales para esta clase de enfermos no están en relación con los destinados a los enfermos que razonan, diríase con escepticismo que la sociedad en general contempla al alienado igual que a la moneda que ya le ha llegado la prescripción del tiempo y no tiene valor. Esto es injusto: esto es intolerable, y ante esa injusticia y tolerancia se ha de levantar la "Liga de Higiene Mental" con la conciencia serena que no acusa en vano y con la convicción de que puede probar lo que afirma. Tenemos en el país un número considerable de alienados, de acuerdo a nuestra estadística, algo más de 14.000, siendo éstos solamente los que están bajo vigilancia médica, y no tenemos en nuestros hospitales, a pesar de la buena voluntad de los médicos, de su reconocida competencia y admirable dedicación, personal en cantidad suficiente, ni locales cuya capacidad permitan practicar una asistencia digna de llamarse así, y el hacinamiento de enfermos, en monstruosa confusión, de distinta forma de locura, es pavoroso. Parece que la edad media, con su ignorancia, dudas y misterios, cuando se consideraba a la enfermedad mental como producto de culpas imaginarias, pesara sobre nuestra época, para que pueda tolerar la sociedad de hoy que los alienados sufran lo que hoy sufren y se les abandone tan inhumanamente. Tenemos que hacer una distinción respecto al hospital de alienados de Rosario. Inaugurado el año 1927 su moderna construcción, el hecho de contar con personal técnico en proporción numérica con el número de enfermos, permite el prolijo estudio de los mismos, además de contar con un pabellón para niños, 1/16/2016 Los propósitos de la "Liga http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%202%20prop%F3sitos%20de%20la%20liga.htm 3/5 donde se hace el tratamiento médicopedagógico y tener en función consultorios externos y dispensarios. Hace diez años estrenábamos una obra teatral de divulgación científica: "Los Venenos", cuyo prólogo hemos de recordar. Transcurridos diez años, la sociedad permanece –salvo honrosas y pequeñas conquistas– en la misma situación con respecto a estos problemas. "Los Venenos", decíamos entonces, es una obra de divulgación científica que advierte un peligro social, desgraciadamentemás serio de lo que se cree. Los venenos nos rodean, los venenos destruyen nuestros hogares y es necesario poner en marcha, ante todos los ojos y ante todas las conciencias, a una caravana dolorosa, sacarla del gran conjunto, para que su dolor y su miseria invite a meditar. El drama se desarrolla en escenas descarnadas, sorprendidas en la vida real, y así como en ésta las criaturas ruedan desenvolviéndose, ora en comedia, ora en tragedia o con brochazos de gran guiñol, así también han salido "Los Venenos" mostrando por sobre muchas imperfecciones, un anhelo de reforma, un grito de protesta, un llamado a aquellos que por ignorancia son testigos y autores de tantos males involuntarios, y de aquellos otros que por una criminal negligencia o un ridículo pudor no contienen el mal remediable. Se ha escrito esta obra para los gobiernos, para nuestros legisladores, para esa parte de la sociedad que ignora siempre lo que debiera saber, y para esa otra parte que hace creer que ignora. Se ha escrito para los padres, para las mujeres que por su divina misión de la maternidad están obligadas ¡obligadas! a saber lo que pueden tener sus hijos, aun antes de concebirlos. La raza humana se degenera; se llenan los manicomios de infelices y las cárceles... también de infelices, y, sin embargo, flota esta interrogante trágica: ¿Se ha hecho, se hace todo lo necesario para impedirlo? El autor afirma que no. Hemos de ocuparnos ahora someramente, como lo exige la brevedad que debe tener este trabajo, del concepto de la locura, a objeto de desprender luego las verdaderas finalidades que persigue la "Liga de Higiene Mental". Hemos de referirnos, pues, y con una sola cita, a la observación que la psiquiatría formula a la filosofía, y para precisar más aún, citaremos el prefacio de un libro de Fleury, médico ilustre, dedicado a Henri Bergson, ilustrísimo filósofo. Dice éste: "Habéis hecho descender al espíritu tan cerca como os ha sido posible de la materia y no teméis mancharos las manos al manejar un poco de la sustancia cerebral alterada. El espíritu rebosa del cerebro por todas partes y la actividad cerebral no responde sino parcialmente a la actividad mental". Ahora habla el médico: "maestro de la intuición, habéis hecho con una gran penetración la crítica paciente y ajustada a observaciones anatomoclínicas, insuficientemente decisivas. La anatomía patológica nos enseñó un día que la atrofia del cerebro acompaña invariablemente a la supresión de toda la vida moral apreciable, de lo que dedujimos, un poco prematuramente, una relación de causa a efecto. Aún más sencillamente nos preguntamos: ¿dónde podía estar el alma de esos desheredados? Las grandes lesiones progresivas, al invadir el sistema nervioso central, determinan esas psicosis, de evolución en los niños, de involución en los viejos, en los que el espíritu parece seguir exactamente la suerte de la substancia cerebral destruida, desunida o esclerosada". Dejemos, por ahora, este interesante diálogo formado a nuestro capricho con párrafos entresacados del citado prefacio de Fleury que nos llevan al borde de la hondura de un fenómeno interpretativo, y contentémonos con pensar que hay quienes nacen sin luz mental, por detenimiento en el desarrollo cerebral, como hay quienes la pierden en el rodar de la vida. ¿Qué estamos equivocados al querer localizarlo todo, ya que lo propio del alma es existir, sin estar en ninguna parte?... Filósofos y metafísicos, con todo nuestro respeto y hasta simpatía, ya que a veces hacemos incursiones en esos campos para deleitarnos y explicarnos, a nuestro modo, tantas cosas bellas, aceptad el pensar que por esas sendas la realidad de nuestro ser material se escapa: que el tesoro de nuestra ciencia es la verificación en la experiencia controlada, pesada, discutida y aceptada y con ella marchamos y con ella podemos probar y demostrar ante todas las escuelas que si nos preocupamos de que al ánfora sagrada, en donde se plasma el hombre, no lleguen los venenos de la vida para interrumpir el maravilloso fenómeno 1/16/2016 Los propósitos de la "Liga http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%202%20prop%F3sitos%20de%20la%20liga.htm 4/5 fisiológico del desarrollo normal, el hombre tiene que nacer sano, y si nace sano y le apartamos de todo aquello que ha de serle nocivo, a buen seguro ha de vivir feliz. Cuidemos de la constitución, como cuida el sembrador para su siembra. Cuidemos de la semilla y esperemos confiados en que el sol ha de dorar nuestra cosecha. Todas las enfermedades mentales tienen una representación cabal en el organismo; todas podrían ser evitables si se ejerciera la higiene mental perfecta, sobre múltiples generaciones. Estamos seguros que más influye el factor que envenena, que la imperfección desprendida por la destrucción de elementos materiales y siempre y cuando esa se presenta, es secundaria a causales de intoxicación o de infección; de ahí puede inferirse que la locura, en sus diversos aspectos y formas, constituida en variantes de una sola perturbación, puede ser curada con más frecuencia que lo que sospecha el común de las gentes, imbuidas en un pesimismo que tiene sus raíces en épocas pretéritas, de misterios, de dudas y de falsedades. De todo esto debemos por fuerza deducir que la locura, al alcance de nuestra interpretación, es solamente el mal funcionamiento de nuestro cerebro, traducido en ideas, intelectuales o afectivas, actos y sentimientos anormales, y con estas realidades desprendidas del tesoro de la experiencia científica, nos será fácil demostrar la importancia de la obra social que implica la organización de la "Liga de Higiene Mental", con todos los beneficios que ella promete, idénticos y quizá superiores a los obtenidos en los países que la sustentan desde hace años; y decimos superiores porque la nuestra ha podido y podrá aprovechar las ventajas de las similares, agregando a su programa previsiones de que probablemente carezcan las otras. Ante todo, debemos manifestar que la comisión directiva y los presidentes de las diversas secciones que luego enumeramos –hasta ahora están elegidos solamente los presidentes– son médicos que por sus prestigios, reconocida competencia y años de experiencia en el ejercicio de su especialidad, dan garantía suficiente para esperar de ellos una acción inteligente y constructiva. Además, que, como lo establecen los estatutos, por la renovación automática de sus autoridades, desfilarán, aportando su eficiente labor, todos los especialistas del país, quienes si por efecto de limitación numérica no figuran desde ya en la lista de los nombrados, están adheridos en espíritu de solidaridad y prestarán su valioso concurso en bien de la cruzada que emprendemos, sin más interés que el beneficio de la comunidad, singulares cualidades que siempre caracterizaron al cuerpo médico argentino. La Liga tendrá comités en todo el país, que serán representativos del comité central, y de ese modo, se estará en contacto directo, en pensamiento y acción, con toda la república. Las secciones hasta hora constituidas –decimos así porque queda establecido en los estatutos que se podrán nombrar nuevas si las necesidades higiénicas lo exigen– con las siguientes: 1. Asistencia de psicópatas. (Su organización y vigilancia). 2. Inmigración. (Vigilancia y orientación al respecto). 3. Patología regional. (Estudio de las afecciones regionales y su profilaxia). 4. Higiene industrial y profesional. (Estudio de su patogenia y su profilaxia). 5. Enfermedades generales. (Su relación con las enfermedades psíquicas). 6. Sífilis, alcoholismo y toxicomanía. (Higiene y legislación). 7. Auxología. (Observación y profilaxia del crecimiento y desarrollo físico y psíquico, en sus relaciones con las enfermedades mentales, desde el punto de vista del hogar y acción médica). 8. Sociología. (Legislación del trabajo: particulares y del Estado. Medicina legal. Estadística). 9. Organización científica del trabajo y psicotécnica. 10. Antisociales: vagabundaje y delincuencia. (Su clasificación y orientación social).11. Higiene naval. 12. Higiene militar. 13. Higiene social e individual de la infancia. (Estudio relacionado con la educación de la infancia, en las vinculaciones de la escuela con el hogar). 14. Propaganda. (Divulgación e instrucción psiquiátrica popular). 1/16/2016 Los propósitos de la "Liga http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%202%20prop%F3sitos%20de%20la%20liga.htm 5/5 15. Higiene sexual. (Educación sexual y profilaxia . La sexuología y sus relaciones con las enfermedades mentales). 16. Patronatos. La enumeración de estas comisiones da una idea acabada del vastísimo plan que se propone desarrollar la "Liga Argentina de Higiene Mental", y las responsabilidades que tan grave tarea implica; las dificultades de su ejercicio y el sinnúmero de obstáculos que será preciso sortear, requieren un apoyo decidido de la conciencia colectiva que yo, personalmente, no me cansaré de solicitar. Lo hemos dicho en otra oportunidad: que en lo que se ha convenido en llamar locura, hay una gama de matices como los que median entre la luz y la sombra. La negligencia social es culpable cuando abandona a los vacilantes, a los que están al margen de la sombra, sin apoyo moral. Los futuros alienados, los alienados reclaman hospitales, reclaman asistencia adecuada, propia de hombres a pesar de ser hombres que sueñan, y su reclamación no está expresada. La legislación que debiera tutelarles está en proyectos. La que tenemos actualmente es mala, no consulta las exigencias impuestas por los criterios modernos. Para los predispuestos, para los que comienzan a penetrar en la locura, que están francamente en la edad terapéutica de la enfermedad, abriremos dispensarios gratuitos que no tengan la fachada tétrica del manicomio, que da la idea de lo irremediable. Haremos profilaxia general, el tratamiento médico e higiénico ofrecido ya por todos los facultativos que nos acompañan, contemplaremos la situación de los inmigrantes. Hombres desprendidos de todos los países del mundo, que vislumbraron la América fecunda. Para ellos, para nosotros y para los hijos de aquéllos, la orientación y sagaz vigilancia médica señalará nuevos rumbos y ayudará al esfuerzo de otras instituciones útiles ya formadas. Asomémonos enseguida a otro cuadro, quizá el más cargado de tintas, donde vemos a tres entidades poderosas resueltas a destruir las normales constituciones humanas, a enriquecer las crónicas del delito, a llenar los manicomios y las cárceles, y a algo más monstruoso: a matar, como Herodes, a los niños, a idiotizarlos: son la sífilis, el alcohol y los tóxicos en general. ¡Cuidemos de los niños! ¡Ellos son la realidad y la esperanza! Aquí llegan ellos. Nos acusan, y es más enérgica y eficaz la acusación porque son débiles, son niños argentinos que no se alimentan suficientemente y trabajan, sufren y viven como adultos. La Liga Argentina de Higiene Mental está dispuesta a cumplir sus altos propósitos enunciados y los cumplirá, porque llena de fuerza y entusiasmo espera confiada en el apoyo de los poderes, en la sociedad argentina y en el auxilio de todos los órganos de la prensa, que ha de ser la portadora y divulgadora de nuestra obra a todos los ámbitos de la República n 1. Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental, Año 1, No 1, pág. 7 a 21 1/16/2016 Higiene Mental en la Argentina (1928)(1) http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/2a%20p.%203%20higiene%20mental.htm 1/8 Higiene Mental en la Argentina (1928)(1) Fernando Gorriti En la quinta sesión científica ordinaria de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, realizada el 16 de septiembre del año próximo pasado, el Subdirector del Hospital Nacional de Alienadas Dr. Luis Esteves y el Dr. Julio V. D'Oliveira Esteves, cirujano de primera de la Armada, Encargado del Gabinete Psicofisiológico y Médico del Hospital Nacional de Alienadas, presentaron conjuntamente una comunicación sobre el "Sistema para combatir el hacinamiento en los establecimientos de alienados", con una justeza y amplitud de criterio que despertó el interés de los señores miembros presentes en aquella reunión; se me presentaba una admirable oportunidad para desentrañar de una labor netamente argentina, el motivo originario de un nuevo propósito, y formulé la moción de que la Sociedad de Neurología y Psiquiatría prohijase la formación de una "Liga Social Argentina de Higiene Mental", voto que fue aprobado recién en la séptima sesión científica ordinaria del 21 de octubre del año 1927 de dicha Sociedad, quedando constituida la Comisión organizadora en la siguiente forma: Presidente, Dr. Arturo Ameghino; vicepresidente, Dr. Raúl Sánchez Elía; secretario, doctor Marcelino Sepich; Vocales Dres. Javier Brandam, Fernando Gorriti, Luis Esteves y Julio V. D'Oliveira Esteves. Como en la octava sesión ordinaria del mismo año 1927, habida el 18 de noviembre, el Dr. José Belbey, adscripto a la Cátedra de Medicina Legal, médico legista, presentase una interesante comunicación sobre "El Servicio de Profilaxis Mental del Sena", sugerida con motivo de su reciente viaje a Europa, y en la cual demostraba conocer perfectamente esta nueva forma de asistencia mental, propuse que se le incluyese en la Comisión organizadora anteriormente mencionada, lo que fue aprobado por unanimidad. Este movimiento iniciado por nuestra sociedad con tan felices auspicios, viene a constituir, sin embargo, la resultante de un medio ambiente propicio, formado desde largo tiempo atrás, y que nos viene también de varias partes del país, pues estamos viendo que se inician y efectúan trabajos que tienden a la misma finalidad, es decir, modernizar la asistencia de los alienados en la forma más amplia posible. Aparte de un buen número de trabajos de investigación y estadística tendientes a ese fin, que se vienen realizando por diversos autores desde tiempo atrás en el país, merecen especial mención, del punto de vista relativo a este artículo, las iniciativas que se enumeran a continuación. Hace varios años, por iniciativa del doctor Juan M. Obarrio, se han creado consultorios externos en el Hospital Nacional de Alienadas; jefe del Servicio de Neurología del Hospital Rivadavia, médico del Servicio de Neurología del Hospital de Niños, Director de la "Clínica Obarrio" (mentales), atiende igualmente el Dr. Obarrio consultorios externos de neuropsiquiatría infantil organizados por él, en los anteriores hospitales. El Dr. Antonio A. Martínez, adscripto a la Cátedra de Psiquiatría y Subdirector del 1nstituto Frenopático", ha creado en la Asociación Española de Socorros Mutuos de esta capital, en enero de 1920, un consultorio externo de Psiquiatría, habiendo desarrollado una labor bien ponderable entre los enfermos de la especialidad, aparecidos entre sus 30.000 asociados(2). Siguiendo por orden cronológico, debo decir, que animado de idénticos propósitos de reforma y, con el íntimo deseo que fuese nuestra vieja e histórica casa de estudios psiquiátricos, el Hospital de las Mercedes, uno de sus poderosos centros de acción, formulé un proyecto a su actual Director, creando allí un consultorio externo, un servicio libre de asistencia psiquiátrica, y separadamente, un Dispensario de Higiene Mental el cual fue elevado, ad pedem litteram al Exmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, el 25 de julio de 1923, hasta ahora, infelizmente sin resultado alguno. El lo de octubre de 1927 se inauguró en la Ciudad de Rosario, un moderno Hospital Psiquiátrico con sus consultorios externos, etc., anexo a la joven Facultad de Medicina en dicha ciudad, destacándose entre sus propulsores el Profesor Dr. Rafael Araya, actual Rector de la Universidad del Litoral, primeramente Decano de su Facultad de Medicina. Secundan eficazmente la tarea en dicho Hospital Psiquiátrico, el Profesor de Psiquiatría Infantil Dr. Lanfranco Ciampi, y el Profesor de Psiquiatría Dr. Gonzalo Bosch, http://www.polemos.com.ar/docs/temas/Temas10/Indice.htm http://www.polemos.com.ar/docs/temas/home.htm javascript:close() 1/16/2016 Higiene Mental en la Argentina (1928)(1)
Compartir