Logo Studenta

folleto-a2-compressed

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

De nombre «carabela»
 
Marcus Rediker en Barco de esclavos: 
la trata a través del Atlántico analiza el 
papel de estas «cárceles flotantes» dentro 
del sistema económico que fomenta 
la trata esclavista en época moderna. 
Describe cómo en medio de la agobiante 
desesperación que debía reinar en el 
ambiente de estas embarcaciones, la 
«carga» humana trataba de sobrevivir 
a una penosa travesía, incluso de 
ofrecer resistencia, o simplemente 
buscar la muerte para escapar de un 
futuro tenebroso. Los seres humanos, 
convertidos en mercancía, procedían 
de distintos puntos de África, de muy 
diferentes ámbitos culturales y hablaban 
idiomas extraños entre sí, lo que 
dificultaba la comunicación entre ellos. 
Pero el estrecho contacto en los barcos 
generaba redes y lazos entre gente 
desconocida. Pasaban a convertirse 
en «carabelas», término con el que 
se autodenominaban quienes habían 
compartido embarcación -al principio, 
carabelas, luego otros tipos, pero el 
nombre subsistió- en tan penoso viaje.
C A R A B E L A S
Crónica de la esclavitud moderna en el Reino de España
Edición especial con ocasión del proyecto El gran experimento de Miguel Ángel García
La esclavitud, de Roma 
a la Edad Media
La esclavitud no fue ajena a la historia 
antigua de los pueblos asentados en 
la península Ibérica. Buena parte del 
sistema económico y social descansaba 
en una esclavitud institucionalizada 
y normalizada. En el mundo romano, 
la esclavitud podía ser una condición 
adquirida por nacimiento, pero también 
por otras muchas causas: por deudas 
económicas, como castigo a algún delito 
o a causa de la derrota en cualquier tipo 
de conflicto. 
Los reinos peninsulares durante la 
Edad Media fueron destino habitual 
de población esclavizada. Los 
prisioneros capturados en la batalla 
eran frecuentemente esclavizados por 
parte de los vencedores. Además, los 
reinos peninsulares, tanto andalusíes 
como cristianos, eran destino de las 
rutas que partían de los principales 
centros comerciales al sur del 
Sahara. Las relaciones económicas 
transaharianas, controladas por árabes 
y beréberes, descansaban en buena 
medida en el tráfico de personas 
esclavizadas, capturadas al sur del 
gran desierto y luego vendidas en los 
puertos magrebíes, desde donde eran 
trasladadas a Sevilla, Málaga, Valencia, 
Barcelona o Mallorca. 
También eran muy apreciada la mano de 
obra esclavizada procedente de Oriente 
y el mundo eslavo, sobre todo a partir 
de la expansión del Imperio otomano, 
que también llegará a controlar los 
mercados norteafricanos. 
El gran experimento nos revela que no solo la 
población africana fue esclavizada en el sistema 
económico colonial, pero sí fue la que lo sufrió 
de forma más masiva y 
despiadada.
El comercio de seres 
humanos tuvo un especial 
vigor en el ámbito del Imperio 
británico, pero no sólo 
en él: todas las potencias 
europeas que se repartieron 
el continente americano y 
otros territorios por todo 
el planeta en su expansión 
colonial permitieron esta 
práctica inhumana, incluido 
el Reino de España.
La mano de obra esclava era 
necesaria para la explotación 
extensiva de productos como 
la caña de azúcar, el algodón, el cacao, el tabaco…, 
muchos de los cuáles se introdujeron con ella en 
ecosistemas con climas propicios pero a los que 
eran ajenos, cambiándose el mapa agrícola del 
mundo para siempre.
Una vida sin derechos
Editorial
Cuando “fuimos” esclavistas
Todavía no está plenamente asimilado en el imaginario popular el protagonismo que tuvo el tráfico de se-
res humanos en época moderna en los dominios del Reino de España, en especial entre África y América. 
Es mucho mejor conocido el papel que tuvieron los traficantes británicos, gracias al cine y la televisión y 
a los procesos de reconocimiento público realizados como respuesta a la presión ejercida por la población 
afroamericana. Pero decenas de millones de afrodescendientes en el Caribe, América Central y América 
del Sur nos revelan que llegaron muchas embarcaciones con traslados forzados de población africana a los 
territorios virreinales españoles. Incluso hubo presencia de población esclavizada en territorio peninsular, 
aunque a veces sea difícil de rastrear. 
La investigación está arrojando luz desde hace años sobre el verdadero peso que el comercio esclavista 
tuvo en la economía virreinal española y la importancia de la esclavitud en su estructura social e incluso 
cultural. Esta edición de Carabelas ofrece una visión sintética, actual y divulgativa de los resultados de esa 
investigación. 
La esclavitud hunde sus raíces en la noche de los tiempos, en la formación de las primeras sociedades jerar-
quizadas del planeta, y se prolonga en todas las culturas hasta la apertura de las rutas comerciales atlánticas 
a finales del siglo XV, pero en ese momento adquiere nuevas características y se define por nuevos rasgos 
marcados, sobre todo, por la racialización de las personas sometidas a ella y, como señala Isabel Durán, por 
la “industrialización” de su comercio y explotación. 
Solo a partir de principios del siglo XIX se abre una nueva etapa, como vemos en El gran experimento de 
Miguel Ángel García, una etapa marcada por la ilegalidad de la trata esclavista, pero no por su desapari-
ción, pues, con distintas formas, sigue vigente en la actualidad. 
La colmena
 
Hasta el siglo XIX, en la mayor par-
te del territorio peninsular, se uti-
lizó como edulcorante la miel. El 
paisaje rural se completaba, entre 
otros muchos recursos asociados 
a la explotación del medio, con los 
colmenares. Su tipología y su com-
posición dependían del espacio 
geográfico concreto que ocupaban, 
pero los había en todas las regiones 
de una punta a otra de la península 
hasta tal punto su producción era 
indispensable para la alimentación. 
En el noroeste, las colmenas solían 
aprovechar troncos huecos de los 
árboles, llamados en algunas zonas 
«truébanos». En Castilla, corrales o 
pequeñas construcciones, deno-
minadas “hornilleras”. En el Medi-
terráneo, se hacían con cestería. El 
progresivo abandono de los colme-
nares comienza a finales del siglo 
XIX, cuando un nuevo edulcorante 
llega al mercado español: el azúcar. 
Quizás el auge de la explotación 
azucarera en la Cuba española, una 
actividad que descansaba entera-
mente en la mano de obra escla-
vizada, pueda ponerse en relación 
con este hecho en apariencia inco-
nexo.
La vida de las personas esclavizadas, una a una, 
no tenía gran valor, de ahí que se les sometiera a 
traslados en condiciones infrahumanas y a trabajos 
de una extrema dureza, 
como el que les esperaba 
en las plantaciones.
Pero lo más grave es que 
no tenían ningún derecho, 
ni tenían libertad de 
movimientos, ni recibían 
una remuneración por su 
trabajo, y trasladaban su 
alienación sin esperanzas 
a su descendencia.
Sin embargo, muchas de 
estas personas, dotadas 
de una gran fortaleza y 
capacidad de sufrimiento, 
lograron sobrevivir, y con 
el tiempo contribuyeron 
a generar formas culturales mestizas que hoy 
representan una gran riqueza para la humanidad, 
lo que, en cualquier caso, no debería servir para 
justificar de forma retroactiva el trato despiadado 
del que fueron objeto.
2. La esclavitud hasta 
la «conquista» del Atlántico 
(hasta el siglo XV)
La esclavitud, de finales del siglo XV a 
principios del XIX, se caracterizó por su 
carácter masivo y racializado. Millones 
de hombres y mujeres africanos fueron 
sometidos al desgarrador proceso que 
supuso el traslado forzado y sistemático 
de un lado al otro del Atlántico. La corona 
española participó activamente en este 
comercio, casi siempre a través de 
intermediarios de otras nacionalidades a 
quienes se otorgaba “licencias” para que 
proporcionaran la preciada “mercancía”. 
Los puertos comerciales de la “Carrera de 
Indias”, Cádiz, Sevilla y las Canarias o Lisboa 
y Cabo Verde, fueron frecuentemente escala 
en el tráfico de personas esclavizadas a lo 
largo de toda la Edad Moderna. Según Eloy 
Martín Corrales, un total dedos millones 
La esclavitud moderna, “industrializada”
La magnitud de la tragedia
Cuesta admitir que parte del progreso de Europa se haya basado en un comercio 
tan inhumano y de penosas consecuencias para África y otras regiones del planeta, 
pero es así. La magnitud de la catástrofe que en concreto supuso el tráfico esclavista 
para las poblaciones africanas no puede expresarse solo en cifras, pero éstas ayudan 
a comprenderla. José Antonio Piqueras estima que, de los entre 12 y 14 millones de 
personas que fueron trasladadas forzosamente desde África a América, al menos 2 
millones (un 15%) fallecieron en el trayecto o al poco de llegar a su destino. Catherine 
Coquery-Vichovitch y Éric Mesnard establecen las siguientes fases: 1’4 millones de 
africanos esclavizados son trasladados en una red dominada por portugueses y 
españoles entre 1500 y 1650; 7’7 millones entre 1650 y 1800 en un comercio ahora bajo 
control francés, portugués, británico y holandés; y 3,6 millones entre 1800 y 1870 bajo 
bandera española o portuguesa, fundamentalmente con destino en Brasil y el Caribe.
¿Amistad? 
En 1839, un barco con matrícula espa-
ñola y un nombre paradójico, el Amis-
tad, transportaba personas esclavizadas 
de origen africano desde La Habana 
hasta Puerto Príncipe. En el trayecto, las 
personas que formaban parte de la “car-
ga”, lideradas por Sengbe Pieh, se amo-
tinaron, dando muerte a la tripulación. 
El barco fue apresado por las autorida-
des estadounidenses, que, en un juicio 
celebrado en New Haven (Connecticut), 
absolvieron a los y las rebeldes al consi-
derar que previamente habían sido ob-
jeto a su vez de un delito ya que en ese 
estado ya había sido abolida la escla-
vitud y de hecho era perseguida como 
actividad criminal. Y fueron trasladados 
posteriormente a tierras de la actual 
Sierra Leona gracias a la intervención 
de sociedades misioneras, inaugurando 
una práctica que tendrá continuidad y 
que incluso dará lugar al nacimiento de 
un estado africano con el significativo 
nombre de Liberia y cuya bandera está 
inspirada por ese motivo en la de Esta-
dos Unidos. 
Suerte tuvieron de que el juicio no se 
celebrase en alguno de los estados su-
reños donde aún se permitía la mano de 
obra esclava, diferencia que, como bien 
sabemos gracias a la cinematografía es-
tadounidense, provocará la Guerra de 
Secesión de 1861. Precisamente una pe-
lícula dirigida en 1997 por Steven Spiel-
berg retrata la peripecia del “pasaje” del 
Amistad. No deja de resultar chocante la 
reacción de parte de la audiencia espa-
ñola cuando se estrenó en nuestro país, 
que llegó a calificarla como “antiespaño-
la”, cuando narra un hecho que sucedió 
verdaderamente, nos guste o no.
de personas fueron llevadas a la América 
española entre 1450 y 1750. Probablemente 
otro millón con posterioridad a esa fecha. 
Según José Antonio Piqueras, eso supondría 
un 12% de los entre 12 y 15 millones de víctimas 
estimadas de trata trasatlántica durante ese 
tiempo, lo que otorgaría a la corona española 
el dudoso honor de ocupar la tercera posición 
en el ránking de las exportaciones masivas y 
continuadas de población africana, después 
de la corona portuguesa y la británica. 
También muchas personas esclavizadas 
se quedaban en la Península. Igualmente 
Piqueras asegura que, solo en Cádiz y 
en torno a 1760, se contabilizaban 3.000 
personas esclavizadas dedicadas a tareas 
domésticas.
3. Los siglos de la esclavitud. España y la esclavitud hasta finales del siglo XVIII, el siglo del «oro blanco»
El reino de Ouidah
 
Ouidah es una ciu-
dad costera en la 
actual Benín. Es una 
de las capitales es-
pirituales del país 
y del culto vudú. Su 
historia se relaciona 
dramáticamente con 
el tráfico de perso-
nas esclavizadas. Ya 
a finales del siglo XV 
mantenía estrechos 
lazos con los comer-
ciantes europeos. El 
reino de Ouidah se enriqueció al ejercer de mediador entre aquellos y los proveedo-
res de personas esclavizadas. El MNA conserva una pequeña colección de hachas 
rituales que fueron recogidas durante la expedición Sorela en torno a 1860. Estas 
hachas eran portadas por los emisarios del reino de Ouidah como símbolo de pres-
tigio, de legitimación y de capacitación como intermediarios por parte de la autori-
dad. En su hoja, los signos hacen referencia a atributos asociados al poder del que 
estaría investido el portador. 
Trata ilegal, 
pero tolerada
 
Varios acontecimientos marcarán el 
desarrollo de la economía esclavista en el 
tránsito del siglo XVIII al XIX. En primer 
lugar y a raíz del desarrollo intelectual 
del llamado Siglo de las Luces, en Francia 
culmina un proceso revolucionario que 
marcará el final del Antiguo Régimen y que 
alumbrará un nuevo orden social, fundado 
en el papel de la burguesía urbana, y 
económico, basado en un capitalismo cada 
vez más industrializado. Las máquinas irán 
haciendo cada vez menos necesaria la mano 
de obra masiva (o esta se desplazará hacia 
los complejos fabriles). La Declaración de 
los Derechos del Hombre invalidará en 
teoría que una persona pueda ser esclava 
de otra.
4. España, protagonista de la trata ilegal (siglo XIX)
En este nuevo contexto y tomando como 
fundamento las ideas revolucionarias, los 
esclavos de la colonia francesa de Haití se 
rebelan, logrando su libertad en 1804. Poco 
después las potencias esclavistas europeas 
comienzan el proceso de aprobación 
de diferentes medidas para aboler la 
esclavitud, siendo la primera de ellas el 
Reino Unido en 1807. A partir de entonces, 
el tráfico esclavista es considerado como 
una actividad ilegal y sujeta a persecución 
por parte de los estados que han decretado 
su abolición. 
En el Reino de España, sin embargo, aún 
tardará varias décadas en producirse ese 
paso legal. La firma de varios convenios 
internacionales sobre abolición de la 
esclavitud entre 1817 y 1837 no tuvo 
consecuencias reales. Sí, se debatió 
furibundamente sobre el asunto durante 
ese tiempo y aún mucho más tarde, sin 
que se llegara a adoptar ninguna medida 
contundente ¡hasta casi el siglo XX! En 
1865, se creó la Sociedad Abolicionista 
Española en Madrid, y la ley de represión y 
castigo del tráfico negrero fue aprobada en 
1867. Pero la definitiva abolición no llegó 
hasta la ley promulgada, el trece de febrero 
del año 1880, por Alfonso XII, y el Real 
Decreto, de siete de octubre del año 1886, 
que liberó los 30.000 esclavos que aún 
quedaba en los “territorios ultramarinos” 
españoles. 
Consumada la independencia de la mayoría 
de los territorios americanos de España en 
1822, el antiguo imperio queda reducido a 
las islas del Caribe (Cuba y Puerto Rico), 
Filipinas, Marianas y Carolinas. Y cobran 
una gran importancia las posesiones 
del Golfo de Guinea, obtenidas gracias 
a acuerdos diplomáticos con la corona 
portuguesa. 
Precisamente en la isla de Cuba durante 
todo el siglo XIX la industria del azúcar vive 
un auge espectacular, todavía sobre la base 
de un sistema de plantaciones con mano 
de obra esclavizada. Algunos hombres 
de negocios españoles, aprovechando 
el vacío jurídico, no dudaron en seguir 
embarcándose en empresas comerciales 
para transportar seres humanos 
esclavizados de África a Cuba. Algunas 
grandes fortunas españolas del momento 
se crearon gracias total o parcialmente a 
esta actividad mercantil. 
Las personas esclavizadas procedían de 
las citadas colonias africanas. A mediados 
del siglo XIX, en un viaje de ida y vuelta, 
un proyecto gubernamental barajó la idea 
de poblar la isla de Bioko (Fernando Poo) 
con esclavizados liberados procedentes 
de Cuba. Sin embargo, la realidad fue que 
los mismos barcos que desembarcaban 
“libertos” en la isla, embarcaban a 
esclavizados con destino en Cuba.
Mauritania ha sido uno de los últimos países 
en los que se ha ilegalizado la esclavitud. ¡En 
2012! Pero, al margen de las medidas legales, 
que han tardado casi dos siglos en llegar a to-
dos los países, la esclavitud sigue existiendo. 
Así lo consideran numerosas organizaciones 
y observatoriosinternacionales de derechos 
humanos. Ilegal y bajo nuevas y diversas apa-
riencias, pero esclavitud al fin y al cabo. Por in-
audito y terrible que nos pueda parecer, aún 
existen hoy en día personas esclavizadas, es 
decir, cuya vida es posesión de otras. 
La trata de personas es uno de los negocios 
ilícitos más lucrativos a nivel internacional, a la 
altura del tráfico de armas. Descansa en buena 
parte en la situación de vulnerabilidad de las 
víctimas, especialmente mujeres. Va desde la 
explotación sexual a la explotación laboral, el 
tráfico de órganos y de seres humanos o los 
matrimonios forzados. Sin embargo, es difícil 
cuantificar el volumen de estos delitos por 
5. La esclavitud actual en España (siglos XX y XXI)
¿El fin de la esclavitud?
su intrínseco carácter opaco, si bien, por 
ejemplo, la Organización Internacional del 
Trabajo (OIT) estima que ¡4,5 millones de 
personas pueden ser víctimas de explota-
ción sexual forzosa en todo el mundo!
En España, se han llegado a identificar 
11.000 víctimas potenciales de explotación 
sexual entre 2013 y 2014, según informa la 
fundación Anesvad. La gravedad del delito 
y su extensión obligó al Ministerio del Inte-
rior a redactar en 2021 un Plan Estratégico 
Nacional contra la Trata y la Explotación de 
Seres Humanos, el cual establece una serie 
de objetivos prioritarios y “…medidas no 
solo para mejorar la lucha contra este de-
lito, sino también para facilitar la adecua-
da asistencia y protección a sus víctimas.” 
El año pasado, gracias a este plan, esa cifra 
se habría reducido a 4.700, según fuentes 
de la Policía Nacional. Una reducción signi-
ficativa pero aún insuficiente…
Entre los objetos más antiguos del 
MNA se conserva un látigo. Es un obje-
to con un mango de madera recubier-
to de cuero del que salen tres cadenas 
formadas cada una de ellas por ¡cuatro 
tiras metálicas! Según la información 
que conserva el museo, esta pieza fue 
adquirida por el teniente Luis Sore-
la (1858–1930) durante la expedición 
que realizó a las costas occidentales de 
África entre 1887 y 1888 para conocer 
la organización de los establecimientos 
coloniales europeos. El látigo en cues-
tión habría sido recogido en la costa 
de la actual Gambia. No hace falta te-
ner mucha imaginación para suponer 
que fue un instrumento empleado en 
el control de las personas que serían 
esclavizadas y embarcadas para cru-
zar el Atlántico, es decir, que se tra-
ta de un látigo esclavista. Ni para es-
tremecerse pensando en el daño y el 
dolor que pudieron infligir a sus vícti-
mas quienes lo descargaron sobre sus 
cuerpos. En definitiva, este látigo es 
la expresión material de la crueldad 
de un sistema que descansó sobre el 
sufrimiento indecible de millones de 
personas. 
Latigazos en Gambia
Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que 
complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional
Artículo 3: Definiciones
Para los fines del presente Protocolo:
a) Por «trata de personas» se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, 
recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de 
poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el con-
sentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como 
mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, 
la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos;
b) El consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de explotación intencional descrita en 
el apartado a) del presente artículo no se tendrá en cuenta cuando se haya recurrido a cualquiera de los medios enun-
ciados en dicho apartado;
c) La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de un niño con fines de explotación se considerará 
«trata de personas» incluso cuando no se recurra a ninguno de los medios enunciados en el apartado a) del presente 
artículo;
d) Por “niño” se entenderá toda persona menor de 18 años.
Art 177 bis de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
1. Será castigado con la pena de cinco a ocho años de prisión como reo de trata de seres humanos el que, sea en 
territorio español, sea desde España, en tránsito o con destino a ella, empleando violencia, intimidación o engaño, o 
abusando de una situación de superioridad o de necesidad o de vulnerabilidad de la víctima nacional o extranjera, o 
mediante la entrega o recepción de pagos o beneficios para lograr el consentimiento de la persona que poseyera el 
control sobre la víctima, la captare, transportare, trasladare, acogiere, o recibiere, incluido el intercambio o transferen-
cia de control sobre esas personas, con cualquiera de las finalidades siguientes:
a) La imposición de trabajo o de servicios forzados, la esclavitud o prácticas similares a la esclavitud, a la servidumbre 
o a la mendicidad.
b) La explotación sexual, incluyendo la pornografía.
c) La explotación para realizar actividades delictivas.
d) La extracción de sus órganos corporales.
e) La celebración de matrimonios forzados.
Existe una situación de necesidad o vulnerabilidad cuando la persona en cuestión no tiene otra alternativa, real o 
aceptable, que someterse al abuso.
Cuando la víctima de trata de seres humanos fuera una persona menor de edad se impondrá, en todo caso, la pena 
de inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleve contacto 
regular y directo con personas menores de edad, por un tiempo superior entre seis y veinte años al de la duración de 
la pena de privación de libertad impuesta.
2. Aun cuando no se recurra a ninguno de los medios enunciados en el apartado anterior, se considerará trata de seres 
humanos cualquiera de las acciones indicadas en el apartado anterior cuando se llevare a cabo respecto de menores 
de edad con fines de explotación.
3. El consentimiento de una víctima de trata de seres humanos será irrelevante cuando se haya recurrido a alguno de 
los medios indicados en el apartado primero de este artículo.
6. Normativa 
La Ilustración es un periodo histórico que más 
o menos coincide con la segunda mitad del siglo 
XVI y durante el que las potencias coloniales 
europeas rivalizaron a la hora de desarrollar 
políticas científicas que favorecieran la inves-
tigación y el conocimiento de las “maravillas 
de la creación” y la programación de expedi-
ciones que recogieran muestras y ejemplares 
para las instituciones y gabinetes fundados en 
las grandes capitales con el fin de estudiar-
los y exponerlos. Es la época de la enciclope-
dia y estos gabinetes aspiraban a concentrar 
un muestrario de la diversidad del planeta y 
todos los saberes necesarios para discernir 
todas las potencialidades de todos los ma-
teriales y seres vivos del orbe, también con 
fines económicos a través de su explotación 
en ámbitos que podían ir desde la industria 
farmacéutica a la armamentística y natural-
mente la alimentación. Para ordenar todo este 
conocimiento, se desarrolló un afán clasifica-
torio que se valía de las taxonomías (clasifi-
caciones tipológicas a partir de diferencias y 
semejanzas) de las que no escapó siquiera la 
diversidad humana. Se crearon entonces los 
“tipos raciales”. La corona española no se 
quedó atrás y en esa época puso en marcha 
instituciones tan conocidas y aún existentes 
como las diversas academias, el Real Jardín 
Botánico, el Real Observatorio Astronómico 
y Real Gabinete de Historia Natural, origen 
de numerosas colecciones posteriores como 
las del Museo Nacional de Ciencias Naturales 
y el Museo Nacional de Antropología. Con el 
Mestizaje en la América virreinal
fin de nutrir esascolecciones, también organizó 
numerosas expediciones científicas, como las 
de Malaspina o Mutis, y envió numerosas órde-
nes a los virreinatos para que desde allí también 
se contribuyera a este esfuerzo. El mismo inte-
rés clasificatorio inspiró en esa época que en los 
talleres de pintura de Nueva España (México) 
se creara un esquema de representación pictó-
rica de las diferentes combinaciones de “tipos 
raciales” que formaban parte de los procesos de 
mestizaje, las series de “frutas y castas”, y que 
llegaban a determinar en su delirio taxonómico 
la existencia de hasta 20 combinaciones, mu-
chas de ellas imposibles de detectar en la reali-
dad y que por tanto sólo existían en esta ficción 
artística. Hasta tal punto, pese a ello, resultó un 
“tema” exitoso que se conservan total o par-
cialmente más de 200 versiones de estas series. 
Sólo una excepcionalmente fue producida en 
otra región, en el Virreinato del Perú, comisio-
nada por quien fuera virrey en Lima desde 1761 
a 1776, Manuel de Amat, para enviarla al Real 
Gabinete de Historia Natural, de donde llegó en 
su momento al MNA. Aunque esta serie reali-
zada en unos talleres que no tenían costumbre 
de tratar este tema se diferencia de las novohis-
panas en muchos detalles y denominaciones, sí 
coincide con aquellas en el modo de plasmar 
las dos principales combinaciones “raciales”, 
las que dan paso a todas las demás y las dos 
únicas que realmente se podían identificar con 
claridad: “Español e india producen mestizo” y 
“Español y negra producen mulato”.
Mestizaje en la América virreinal
Cronología de un genocidio
•	 1256. El código de Las Siete Partidas, atribuido a Alfonso X el Sabio, sienta la base legal para el reconocimiento 
de la esclavitud.
•	 1479. El Tratado de Alcaçovas reparte las áreas de influencia de las coronas de Castilla y Portugal, además de re-
conocer a esta última el monopolio sobre el tráfico de personas esclavizadas.
•	 1495. La corona castellana legaliza la servidumbre de las poblaciones indígenas americanas, régimen en vigor 
hasta 1542.
•	 1502. Se autoriza la instalación de personas esclavizadas en la isla de La Española. A partir de 1530, en todas las 
islas caribeñas.
•	 1513. La trata de personas esclavizadas de origen africano deja de ser un negocio privado y pasa a someterse a 
un sistema de licencias reales, hasta su liberalización en 1789. 
•	 1518. Carlos I otorga las primeras licencias que autorizan el traslado forzoso de personas esclavizadas desde Áfri-
ca a los territorios españoles en el continente americano.
•	 1713. La corona española suscribe el Asiento de Esclavos Negros por el que los británicos monopolizan el tráfico 
esclavista con destino a América.
•	 1765. La corona española concede el asiento a la Compañía Gaditana de los Negros para efectuar el tráfico escla-
vista entre África y América.
•	 1777. Firma del tratado de San Ildefonso por el que Portugal cede a España territorios en el golfo de Guinea, con 
la posibilidad de establecer puntos de concentración de de mano de obra esclavizada.
•	 1767. La firma de un tratado de amistad entre la monarquía española y el sultanato de Marruecos supone la 
abolición de la esclavitud de súbditos de una en territorio del otro y viceversa. Similares tratados se firmarán con 
el imperio otomano (1782), Trípoli (1784), Argelia (1786) y Túnez (1791).
•	 1789. Una real cédula liberaliza la trata de personas esclavizadas y, por tanto, el comercio directo con África.
•	 1802. Dinamarca prohíbe el tráfico esclavista. Es la primera nación en hacerlo.
•	 1807. La Ley de Comercio de Esclavos pone fin al tráfico negrero en el Reino Unido. Entrará en vigor en 1808.
•	 1817. El Reino de España y el Reino Unido firman un tratado de prohibición del tráfico negrero, estableciendo su 
teórico final en 1820.
•	 1831. Una real orden establece que “los negros” emancipados en Cuba deberán ser enviados a las islas de Anno-
bon y Fernando Poo (Bioko).
•	 1833. Ley de Abolición de la Esclavitud en el Reino Unido, que amplía la de 1807. Comienzo de El gran experi-
mento en Mauricio.
•	 1835. Tratado entre el Reino de España y el Reino Unido por el que se concede la libertad a las personas que arri-
ben a los puertos de los territorios europeos de ambos estados con la condición de personas esclavizadas.
•	 1838. Abolición del sistema esclavista en las colonias británicas.
•	 1848. Francia firma el decreto de abolición de la esclavitud en sus colonias y metrópolis.
•	 1854. Perú abole la esclavitud.
•	 1863. Holanda decreta la abolición de la esclavitud en sus colonias. En Estados Unidos, se proclama la emancipa-
ción de todas las personas esclavizadas en cualquier estado.
•	 1865. Se crea la Sociedad Abolicionista Española.
•	 1870. Ley Moret o de vientres libres, de abolición gradual de la esclavitud, que suponía la libertad de las perso-
nas nacidas de madre esclavizada, que hubieran servido bajo bandera española para sofocar la insurrección de 
Cuba de 1860, mayores de 60 años o que pertenecieran al Estado. 
•	 1886. Se declara el fin de la esclavitud en Cuba y España.
•	 1887. Fin del sistema esclavista en Brasil y de la trata transatlántica de personas esclavizadas.
•	 1949. Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena de la ONU. 
Se establece el 2 de diciembre como el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud.
•	 2001. Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de In-
tolerancia en la que se aprueba la Declaración y el Programa de Acción de Durban. 
•	 2009. Segunda Conferencia Mundial contra el Racismo. 
•	 2015. Comienzo del Decenio Internacional para los Afrodescendientes de la ONU.
Créditos
Equipo de redacción de Carabelas: Luis Pérez Armiño y Raquel Monteagudo (MNA).
Diseño y maquetación: Miguel Ángel García.
Impresión: Producción Gráfica integral y global, S.L.
Imágenes: Slavery Images y MNA.
Si quieres saber más… 
Cobo, Diego: Huellas negras. Tras el rastro de la esclavitud. La línea del horizonte, Madrid, 018,
Coquery–Vichovitch, Catherine y Mesnard, Éric: Ser esclavo en África y América entre los siglos XV y XIX, Los libros de la Catarata, Madrid, 2015.
Franco Ferrán, José Luciano: Comercio clandestino de esclavos. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1980.
López Sanz, Hasán G. y Sánchez Durá, Nicolás: Let’s bring blacks home!. Imaginación colonial y formas de aproximación gráfica de los negros de 
África (1880 – 1968). Universitat de València, Valencia, 2020.
Martín Casares, Aurelia, Benítez Sánchez-Blanco, Rafael y Schiavon, Andrea (eds.), Reflejos de la Esclavitud en el Arte Imágenes de Europa y 
América. Tirant Humanidades, Madrid, 2021.
Moreno Rico, Javier, “Hombres y barcos del comercio negrero en España (1789-1870)”, Drassana: revista del Museu Marítim, 25, 2017, pp. 66-
89: https://www.raco.cat/index.php/Drassana/article/download/337832/428637 
Naranjo Orovio, Consuelo y Puig – Samper, Miguel Ángel: La esclavitud y el legado cultural de África. Ed. Doce Calles, Madrid, 2022.
Piqueras, José Antonio: La esclavitud en las Españas. Un lazo transatlántico, Madrid, 2011.
Piqueras, José Antonio: Negreros. Españoles en el tráfico y en los capitales esclavistas, Madrid, 2021.
Rideker, Marcus. Barco de esclavos: la trata a través del Atlántico. Capitán Swing, Madrid, 2021.
Rodrigo y Alharilla, Martín y Chaviano Pérez, Lizbeth (eds.), Negreros y esclavos: Barcelona y la esclavitud atlántica (siglos XVI-XIX). Icaria, Bar-
celona, 2017.
Walvin, James, Breve historia de la esclavitud. Faktoría K de Libros, Madrid, 2020.
Basabe Anuncibay, Gaizka, El comercio esclavista en el siglo XXI, Observatorio de Estudios Africanos Uvaafrica, 6 de abril de 2022: https://uvaa-
frica.uva.es/2022/04/06/el-comercio-esclavista-en-el-siglo-xxi/ 
En la prensa:
Basabe Anuncibay, Gaizka, El comercio esclavista en el siglo XXI, Observatorio de Estudios Africanos Uvaafrica, 6 de abril de 2022: https://uvaa-
frica.uva.es/2022/04/06/el-comercio-esclavista-en-el-siglo-xxi/Contente, Claudia. “La oscura historia del pasado esclavista español”, La Vanguardia, 12 de julio de 2020: https://www.lavanguardia.com/histo-
riayvida/historia-contemporanea/20200712/482206681820/esclavitud-espana-america.html
Fajardo, José Manuel, “Mercancías perecederas”, El Mundo, 24 de junio de 2002: https://www.elmundo.es/elmundo/2002/06/21/
cine/1024652382.html 
Hernando, Silvia, “Lo que queda de la esclavitud en España: estatuas, calles, pinturas y música”, El País, 23 de junio de 2020: https://elpais.com/
cultura/2020-06-23/lo-que-queda-de-la-esclavitud-en-espana-estatuas-calles-pinturas-y-musica.html
https://www.inclusion.gob.es/cartaespana/es/noticias/Noticia_0062.htm
Trata y explotación de seres humanos en España. Balance estadístico 2017-2021, informe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el 
Crimen Organizado (CITCO), Secretaría de Estado de Seguridad, Ministerio de Interior: https://www.interior.gob.es/opencms/pdf/prensa/ba-
lances-e-informes/2021/Balance-Ministerio-TSH-2017-2021.pdf 
Interior presenta el Plan Estratégico Nacional contra la Trata y la Explotación de Seres Humanos, nota de prensa, 12 de enero de 2021: https://
www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/interior/Paginas/2022/120122-plantrata.aspx
Huellas de la esclavitud en la lengua
La relación de nuestra historia con el tráfico esclavista ha encontrado eco en nuestra lengua, 
en forma de expresiones, refranes y dichos donde las referencias esclavistas y racistas son 
innegables. 
 
Trabajo como un negro/a
Mi jefe es un negrero
Me trata como a un/a esclavo/a
Me pone negro/a
Fue una merienda de negros
ALGUNAS HUELLAS DE LA ESCLAVITUD EN MADRID
1. San Ginés / Calle Bordadores. El símbolo de la esclavitud (sine 
iure) aparece en la jamba de la puerta de entrada.
2. Parroquia de Santa Cruz, donde se ubicaba la cofradía de los 
hermanos morenos en época de Felipe II. C/ Atocha, 6, 
3. Sala de Alcaldes de Casa y Corte, donde se subastaban 
esclavos incorregibles (Palacio de Santa Cruz). Plaza de la 
Provincia
4. Se representaban combates navales en el estanque del Retiro 
hasta el siglo XVIII, en los que los esclavos del rey participaban 
como remeros.
5. Estatua de San Benito de Palermo, bajo cuya advocación 
existió en San Francisco el Grande una cofradía de hermanos 
negros.
6. Palacio del marqués de Argudín en la calle Goya nº 63, de 
Madrid, el cual llegó a considerarse el principal traficante de 
esclavos del mundo.
7. Calle de las Negras, que une la calle Princesa con la Travesía 
del Conde Duque. Allí vivían las esclavas de los duques de 
Veragua (nietos de Cristobal Colón)
8. Casa de los Negros, situada en el Palacio Real. Formada por 4 
esclavos escogidos para mostrar la bondad de la educación de 
los esclavos, gracias al paternalismo regio.
9. Canal de Isabel II se construyó en el siglo XIX por 1.500 presos 
(esclavos) carlistas.
10. Palacio de los Goyeneche, en la calle Huertas, 13. Adquirido 
por el marqués de Manzanedo. Amasó una cuantiosa fortuna 
con la trata de esclavos, convirtiéndose en la primera fortuna 
de Madrid y quizás de España.
11.  Manuel Pastor Fuentes, conde de Bagaes, propietario de 
haciendas e ingenios en Cuba (tenía registrados 365 esclavos), 
acumuló fincas en calles como Trajineros y Sordo (hoy Paseo del Prado y Zorrilla).
12. Inmueble de Antonio López, marqués de Comillas (Claudio Coello, 15).
13. Inmueble de Antonio López (Claudio Coello, 3).
14. Parcela de Antonio López en Claudio Coello con Columela y Lagasca.
15. Inmueble de Antonio López (Claudio Coello, 38).
16. Inmueble de Antonio López (Isabel La Católica, 3).
17. El marqués de Manzanedo acomete en 1845 la renovación de la Puerta del Sol.
18. Y también del barrio de Salamanca.
19.  Palacio del marqués de Amboage. Embajada de Italia en 
Madrid. Calle Lagasca, 98. Cuestionado a veces su papel como 
esclavista.
20. Palacio de Liria. En un cuadro de Goya aparece Cayetana, 
duquesa de Alba, su musa, con la niña cubana María de la Luz, 
hija de esclavo.
21. Calle de los Negros, que iba desde la del Carmen a la de 
Preciados, que pasó a denominarse Tetuán a comienzos del 
siglo pasado.
22. El símbolo de la esclavitud en la cúpula del Oratorio del 
Santo Cristo del Olivar, en la calle Cañizares, 3.
23. Monumento de la reina María Cristina de Borbón-dos Sicilias, 
frente al Casón del Buen Retiro. Junto a su marido, Fernando 
Muñoz, crearon una sociedad para el tráfico de esclavos.
24. Estatua de Carlos III. Fue el mayor esclavista de su época, 
con más de 20.000 esclavos, de los que 18.000 estaban en 
América y unos 2.000 en España. Jardines de Sabatini
25. Leopoldo O’ Donnell, expresidente de gobierno que ejerció 
la Capitanía general de Cuba, ordenó una cruel represión tras 
una revuelta esclava en la isla. Controlaba así un negocio del 
que se lucraba, ya que según el cónsul británico en la isla, por 
cada esclavo desembarcado recibía 51 pesos de los negreros. 
Se calcula que debió acumular hasta 500.000 pesos. Toda una 
fortuna.
26. Felipe V impulsó el negocio de la trata de esclavos y participó 
directamente, reservándose el 25% de los beneficios para él 
mismo. Una estatua ecuestre (a escala) de Felipe V puede verse 
en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
27. Concepción Arenal fue una escritora, jurista y activista por 
los derechos humanos de los presos. Se la considera una de las 
precursoras del feminismo en España y también se involucró 
en la lucha contra la esclavitud. Su poema “La esclavitud de los negros” fue premiado en el concurso literario 
organizado por la Sociedad Abolicionista de Madrid en 1866. Tiene un monumento en el Parque del Oeste.
28. Fray Bartolomé de las Casas fue un precursor en la defensa de los derechos humanos, consiguiendo que fueran 
promulgadas las Nuevas Leyes para el Tratamiento y Preservación de los Indios en 1542, que prohibían la esclavitud 
de los indios y limitaban la autonomía de los conquistadores. Una placa en la Basílica de Atocha lo recuerda.
29. Gertrudis Gómez de Avellaneda. Escritora y poeta cubana, que se trasladó a España y comenzó a publicar bajo 
el pseudónimo de La Peregrina, fué la autora de la primera novela antiesclavista de la Historia (Sab). Puede verse un 
excelente retrato de ella realizado por Federico de Madrazo en el Museo Lázaro Galdiano.
30. Plaza de Emilio Castelar. El monumento incluye un relieve sobre la campaña de Castelar en favor de la abolición 
de la esclavitud en las antiguas colonias españolas. Formado por ocho figuras de hombres y mujeres mostrando sus 
cadenas rotas, puede leerse un fragmento de un discurso de Castelar: «levantáos, esclavos, porque tenéis patria»
Fuentes:
ALTARES, G. La memoria borrada de la esclavitud en España. EL PAIS, 23/10/21.
CAÑAS, J.A. y SOTA, I.: De Medina Sidonia a Goytisolo: las casas y las fortunas que se levantaron en España con el dinero de la 
esclavitud. EL PAIS, 14/11/20.
DE LA CRUZ, L.: Calle de las Negras: con una historia de esclavas y aristócratas. ELDIARIO.es, 13/02/12.
DE LA CRUZ, L. Sí, Madrid fue una ciudad con esclavos. ELDIARIO.es, 05/07/20.
HERNANDO, S.: Lo que queda de la esclavitud en España: estatuas, calles, pinturas y música. EL PAIS, 23/06/20
Negreros y esclavos. Barcelona y la esclavitud atlántica (siglos XVI-XIX) (Icaria).
LÓPEZ GARCÍA, J. M.: La esclavitud a finales del Antiguo Régimen: Madrid, 1701-1837. Alianza Editorial, Madrid, 2020.
LÓPEZ GARCÍA, J. M.: Los 20.000 esclavos de Carlos III. EL PAIS, 25/07/20.
ORGAZ, M.: En Madrid hubo mercados de esclavos al aire libre hasta 1837 (y aún quedan). El Asombrario & Co. 17/09/22
PIQUERAS, J. A. : Negreros. Españoles en el tráfico y en los capitales esclavistas. La Catarata, Madrid, 2021.
PRIETO GRANDAL, V. Escritoras románticas españolas contra la esclavitud. REBELION.org, 09/03/11.
RODRIGO Y ALHARILLA, M.: Un hombre, mil negocios. La controvertida historia de Antonio López, Marqués de Comillas. Ariel, 
Planeta, Barcelona, 2020. 
RODRIGO Y ALHARILLA, M. y CHAVIANOPÉREZ, L.: Negreros y esclavos. Barcelona y la esclavitud atlántica (siglos XVI-XIX). 
Icaria Antrazyt, Madrid, 2017.

Continuar navegando