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104 Maltrato infantil Orientación MIR Hay que saber reconocer las situaciones en las que se debe sospechar, así como los mecanismos más frecuentes de producción de lesiones y las pruebas que se deben llevar a cabo en estos pacientes. 9.1. Definición El maltrato infantil se define como la acción, la omisión o el trato negligente, no accidental, que prive al niño de sus derechos o de su bienestar, que amenace su desarrollo físico, psíquico o social, y cuyos autores pueden ser personas, instituciones o la propia sociedad. La negligencia es la forma más frecuente de maltrato, produciéndose cuando las necesidades físicas básicas del menor no son cubiertas por ningún adulto responsable. Existen tres objetivos fundamentales en la valoración de estos pacientes: 1. Establecer el diagnóstico o sospecha diagnóstica de maltrato. 2. Administrar un tratamiento específico, pudiendo ser médico, quirúr- gico, psicológico… 3. Asegurar la protección del niño y dar parte judicial. 9.2. Factores de riesgo Pueden destacarse los siguientes: • Relacionados con el niño. Varón, RN pretérmino, retraso psicomotor, discapacidades o minusvalías psíquicas, enfermedad crónica, hiperac- tividad, fracaso escolar, hijos adoptivos. • Relacionados con los padres. Padres maltratados en la infancia, alcoholismo, drogadicción, padres adolescentes, bajo nivel socioeco- nómico, aislamiento social, carencia de experiencia en el cuidado del niño. • Relacionados con el entorno y el nivel cultural. Desempleo, haci- namiento, aprobación cultural de la violencia o el castigo, cambio de domicilio frecuente, exceso de trabajo o de vida social, hijos no desea- dos, familia numerosa, exceso de disciplina. 9.3. Indicadores de malos tratos (MIR 15-16, 216) Pueden distinguirse los siguientes indicadores de malos tratos: • Físicos (Figura 9.1): - Abuso sexual: infecciones de transmisión sexual (ITS) en niñas prepúberes, embarazo en adolescente joven, lesiones genitales o anales sin traumatismo justificable - Cutáneas: heridas o hematomas con formas definidas de objeto, quemaduras no accidentales, hematomas en distinto momento evolutivo - Neurológicos: irritabilidad o alteración del nivel de conciencia sin causa aparente, abombamiento de la fontanela (puede tradu- cir una hemorragia intracraneal), - Síndrome del niño zarandeado (shaken baby): se produce tras sacudir a un niño agarrándolo por el tórax. El movimiento de aceleración/deceleración del encéfalo secundario a la sacu- dida de la cabeza puede producir hematomas subdurales, hemorragias retinianas y fracturas a distintos niveles (Figura 9.2). - Oftalmológicos: puede afectar al área periocular (p.ej, hema- toma secundario a golpes), al segmento anterior o posterior, o incluso a la corteza occipital (ceguera cortical). La manifesta- ción más importante es la presencia de hemorragias retinianas, como consecuencia de la tracción vitreorretiniana inducida por el zarandeo. - Traumatológicos: fracturas costales posteriores, fracturas diafi- sarias espiroideas o fracturas en un lactante donde no sea con- gruente el mecanismo de la lesión (p.ej, fémur en lactante que no camina) - Inespecíficos. Dolor o sangrado vaginal o rectal, enuresis o encopresis, dolor abdominal Hematomas Quemaduras Alopecia circunscrita Hemorragias retinianas Fracturas Fracturas Figura 9.1. Indicadores de malos tratos 09 105 09. Maltrato infantil. PD Figura 9.2. Niño zarandeado • Comportamentales. Agresividad, ansiedad, desconfianza, conductas autolesivas, fracaso escolar, “actitud paralítica” en la consulta (se deja hacer todo sin protestar) o, por el contrario, reacción exagerada ante cualquier contacto. • Paternos. Retraso en buscar ayuda médica (demanda diferida), his- toria contradictoria o no coincidente con los hallazgos médicos, cam- bios frecuentes de médico. 9.4. Diagnóstico/pruebas complementarias La anamnesis es fundamental y se debe intentar realizar por separado a los padres y al menor, siempre con un testigo. En la exploración física se deben buscar signos de malnutrición, poca higiene, ropa inadecuada, equi- mosis que pueden reproducir la forma del objeto agresor y fuera de las zonas habituales de traumatismo (orejas, glúteos, cara…), alopecia circunscrita por arrancamiento. En los huesos se han de localizar signos de fracturas (huesos largos, costillas, vértebras, cráneo). Se deben buscar hemorra- gias retinianas en el fondo del ojo (sín- drome del niño zarandeado). Las pruebas complementarias que pueden llevarse a cabo son las siguientes: • Análisis de sangre con hemo- grama, bioquímica y coagula- ción. La hipertransaminasemia y el aumento de CPK pueden encontrarse en niños en los que se produzcan lesiones muscula- res y magulladuras de manera frecuente. • Ecografía transfontanelar/TC/RM craneal. En el caso de un paciente con irritabilidad sin causa aparente, alteración de conscien- cia, fontanela abombada, alteración de la exploración neurológica con clínica sugerente de malos tratos está indicada la realización de una prueba de imagen para valorar hemorragias intracraneales que pue- den comprometer la vida del paciente. • Radiografías/serie ósea. Además de la realización de las pruebas que requiere el paciente, por ejemplo radiografía de muñeca por una deformidad a este nivel, se debe valorar un estudio radiográfico de diferentes partes del cuerpo, denominado serie ósea, para valorar fracturas o callos de fractura a otros niveles (Figura 9.3). • Fondo de ojo. Se debe realizar siempre ante una sospecha de malos tratos, el hallazgo de hemorragias retinianas puede dar información del mecanismo lesional. 9.5. Tratamiento Además del tratamiento específico que requiera el paciente (médico, qui- rúrgico, psicológico, etc.), se debe asegurar la protección del niño, redac- tando un informe completo para entregar a las autoridades judiciales. En los casos en que el diagnóstico no sea definitivo, o existan dudas al res- pecto, se puede ingresar al paciente en el hospital para poder completar el estudio sin riesgo para el niño. En el caso de que la sospecha no sea consistente puede avisarse a los servicios sociales para que realicen un seguimiento por el trabajador social. 9.6. Abuso sexual Se entiende como cualquier actividad con un niño, por debajo de la edad legal de consentimiento, donde una persona de mayor edad busca su pro- pio placer sexual. Incluye no sólo el contacto físico sino también la exhibi- ción de los genitales, de pornografía o la realización de material fotográfico para pornografía infantil. Puede ser llevado a cabo por familiares o conocidos del paciente, por lo que puede ser un tema difícil de abordar por los acompañantes del niño, siendo menos comunes las agresiones por extraños. La anamnesis puede hacer sospechar que exista un abuso, aunque en ocasiones no existen signos físicos claros de éste, siempre que sea dis- cordante con los hallazgos en la exploración física. Es necesario que el niño, si tiene edad para ello, cuente lo ocurrido, nunca presionándolo ni haciendo preguntas directas, tampoco deben sugerirse respuestas por parte del médico. Se debe establecer un clima de seguridad y confianza con preguntas abiertas dejando al paciente expresarse. En la historia clí- nica se deben anotar palabras usadas literalmente por el niño o los cuida- dores usando las comillas para ello, así como los nombres de las personas que citan. En la exploración física se deben buscar lesiones a nivel de la piel, muco- sas, pelo, uñas, dientes, ano y genitales. Si es posible se debe establecer el tiempo de evolución de las lesiones y los mecanismos posibles de produc- ción. Se debe investigar la integridad del himen, la presencia de irregulari- dades sospechosas, lesiones en la horquilla inferior, heridas o hematomas. La presencia de un ano con aspecto distorsionado, pliegues engrosados,fisuras profundas o dilataciones varicosas (en niños pequeños) en ausencia de otra patología que pueda explicar estos hallazgos, deben hacernos sos- pechar de abuso sexual. Figura 9.3. Fractura espiroidea de fémur en lactante de 4 meses 106 Manual CTO de Medicina y Cirugía, 12.ª edición Las pruebas complementarias que pueden llevarse a cabo son: • Analítica sanguínea con hemograma, coagulación, bioquímica inclu- yendo CPK y función hepática. • Cultivos de secreciones a nivel genital, anal y bucal. • Serologías de VHB, VIH, VHC, sífilis y prueba de embarazo en casos seleccionados. El tratamiento de las lesiones depende de la gravedad y mecanismo de producción de las mismas, pudiendo requerir tratamiento quirúrgico, médico o traumatológico. En el caso de que se sospeche un contagio por VHB, se deben aplicar en Urgen- cias gammaglobulina y dosis de vacuna en un paciente no vacunado o con ✔ Hay que sospechar maltrato infantil en caso de ITS en niñas prepúberes, embarazo en adolescente joven, lesiones genitales o anales sin trau- matismo justificable. También ante comportamientos anormales de los niños frente a los padres o al médico durante la consulta. ✔ El síndrome del niño zarandeado (shaken baby syndrome) consiste en producir lesiones al niño sacudiéndolo mientras se le sostiene del tó- rax. Este movimiento produce aceleración y deceleración del encéfalo, pudiendo ocasionar, principalmente, hematomas subdurales y hemo- rragias retinianas. ✔ Ante un lactante con sospecha de malos tratos, se deben realizar prue- ba de imagen cerebral, fondo de ojo y serie ósea. Conceptos Clave Lactante de 4 meses de edad que acude a Urgencias por irritabilidad marcada. En la exploración destaca impotencia funcional de la pier- na izquierda por lo que realiza una radiografía que muestra fractura a nivel del tercio medio del fémur. Los padres niegan traumatismos previos y el niño no deambula ni ha iniciado sedestación dada la edad. Señale la respuesta que considera correcta: 1) Se debe hacer exclusivamente tratamiento traumatológico. 2) Se debe acusar a los padres de malos tratos. 3) Debe realizarse una serie ósea y fondo de ojo. 4) No deben valorarse déficits vitamínicos. RC: 3 Casos Clínicos vacunación desconocida. Si existe posibilidad de contagio por VIH se debe valorar el tratamiento antirretroviral profiláctico si no se dispone de un resul- tado serológico rápido. También se debe valorar pautar tratamiento empírico frente a enfermedades de transmisión sexual como Chlamydia y gonococo. En el caso de que exista riesgo de embarazo se puede valorar la administra- ción de estrógenos a altas dosis. Preguntas MIR ➔ MIR 20-21, 77 ➔ MIR 15-16, 216 Recursos de la asignatura
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