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Familia y psicología social: una relación sin formalizar ENRIQUE GRACIA Y GONZALO MUSITU Universidad de Valencia Resumen En este artículo se reflexiona sobre la escasa atención que la psicología social ha prestado tradicionalmente a la familia. En primer lugar, se analiza si la familia está presente en los terrenos que tradicionalmente acota la psicología social. En segundo lugar se realiza un estudio cuantitativo y cualitativos de la categoría “familia” en el Psychological Abstracts. En tercer lugar se hace una revisión de la principales áreas de investigación que han configurado el estudio de la familia en las ciencias sociales. Se constata que aunque la relación de la fami- lia y la psicología social no se ha formalizado o institucionalizado (en términos de su presencia en manuales o en su formato como disciplina), si que se puede decir que existe una larga relación de hecho por la abundante investigación científica. Se finaliza con algunas reflexiones sobre algunos de los objetivos y metas de la psicolo- gía social de la familia. Palabras clave: Familia, psicología social, psicología social aplicada, psicología social de la familia Family and social psychology: A non- formalized relationship Abstract This article reflects on the little attention that social psychology has paid traditionally to the family. First, it analyzes whether the family is present in the areas that social psychology has paid attention to traditionally. Second, a quantitative and qualitative study of the category “family” in the Psychological Abstracts is carried out. Third, a revision of the main research areas that have configured the study of the family in the social sciences is made. It is shown that although the relationship between the family and social psychology has not been formalized or institutionalized (in terms of its presence in manuals and textbooks or in its format as a discipline), a long relationship exists in fact for the large body of scientific investigation. Finally, some objectives and goals of a social psychology of the family are proposed. Keywords: Family, social psychology, applied social psychology, social psychology of the family Correspondencia con los autores: Enrique Gracia Fuster. Universitat de València. Facultad de Psicolo- gía. Área de Psicología Social. Avda. Blasco Ibáñez, 21. 46010 Valencia © 2000 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0213-4748 Revista de Psicología Social, 2000, (15) 2, 137-152 INTRODUCCIÓN Como psicólogos sociales, de vocación aplicada, no deja de sorprendernos la escasa atención que la psicología social ha prestado tradicionalmente a la familia; basta echar un vistazo a los manuales de psicología social tradicionales, o a los de psicología social aplicada, o notar su paradójica ausencia en los manuales de psi- cología social de los grupos (si se está de acuerdo en que la familia puede conside- rarse como un grupo social). También nos resulta sorprendente que uno de los principales contextos sociales del desarrollo humano y uno de los principales predictores del ajuste psicosocial de la persona, haya tenido tradicionalmente tan escasa presencia en nuestros curriculums académicos. Tampoco deja de sorpren- dernos que los psicólogos sociales, sobre todo aquellos preocupados por cuestio- nes sociales relevantes, no se pregunten con mayor frecuencia estas mismas cues- tiones. En todo caso, si se trata de dar razones que justifiquen la importancia del estudio psicosocial de la familia valgan, por el momento, algunas de las siguien- tes consideraciones: 1. Probablemente todo psicólogo social compartiría la noción de que a la per- sona hay que comprenderla y estudiarla teniendo en cuenta su contexto social y su mundo de relaciones, aunque también es cierto que muchos psicólogos socia- les han olvidado que las familias son un componente esencial de ese contexto social y de ese mundo de relaciones. De hecho, para la mayoría de las personas en el mundo occidental industrializado, y probablemente para la mayoría de las personas en el mundo, la familia es uno de los aspectos más importantes de sus vidas. Esta no es una afirmación gratuita. Como ha señalado Lluís Flaquer (1998), todas las encuestas coinciden en señalar que la familia es uno de los valo- res que más aprecian los ciudadanos. Este autor cita, por ejemplo, un informe elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas, en el que se comparan diversas encuestas realizadas entre 1985 y 1994, según el cual los españoles valo- ran la familia por encima del trabajo, el dinero y los amigos. Estudios similares realizados en España (García Ferrando, 1987; Cantero, 1995) y en otros países europeos (Scott y Perren, 1994), reflejan resultados similares. Asimismo, el informe de la Comisión Europea “Europeans and the family” demostraba que el 96% de una muestra representativa de todos los países miembros de la Unión (12.800 personas), situaba a la familia en el primer lugar de una lista de áreas importantes de la vida (Comisión de la Comunidades Europeas, 1993). 2. Además de esta centralidad de la familia en la vida de la persona, habría que mencionar también los importantes cambios que se han operado reciente- mente en las instituciones del matrimonio y de la familia en Europa. Cambios que incluyen, por ejemplo, la tendencia cada vez mayor a retrasar el matrimonio, el incremento del número de parejas de hecho, el incremento de nacimientos fuera del matrimonio, el declive de la tasa de natalidad, el aumento del número de divorcios (Bjornberg, 1992; Comisión de las Comunidades Europeas, 1993; Alberdi, 1995). Se podría destacar aquí el acusado crecimiento del número de familias monoparentales, considerado con frecuencia como un indicador de la crisis de la familia y que ha dado lugar a una nueva forma de pobreza. Estas fami- lias representan el 10% de las familias con niños en la Unión Europea y en el 85% de los casos están encabezadas por una mujer, lo que en los estratos socioe- conómicos más desfavorecidos ha dado lugar a lo que se ha denominado la femi- nización de la pobreza (Parlamento Europeo, 1995). 3. Mención aparte merece una “faceta” de la vida familiar, demasiado frecuente y, de desgraciada actualidad: la violencia familiar. Tan frecuente que “es más proba- 138 ble que una persona sea asesinada, atacada físicamente, golpeada, abofeteada o azo- tada en su propio hogar por otro miembro de la familia que en cualquier otro lugar o por cualquier otra persona en nuestra sociedad” (Gelles y Cornell, 1985, p. 12). Opinión que comparte un reconocido sociólogo: “la familia es de hecho el lugar más peligroso en la sociedad moderna. En términos estadísticos, una persona de cualquier edad o sexo tiene, con mucho, una mayor probabilidad de ser objeto de un ataque físico en el hogar que en una calle por la noche. Una de cada cuatro muertes en el Reino Unido se comete por un miembro de la familia contra otro” (Giddens, 1993, p. 417). De hecho, esta elevada incidencia de la violencia en el seno de la familia llevó a dos eminentes estudiosos de la violencia familiar, Richard Gelles y Murray Strauss (1979), a considerar la familia como la institución más violenta de nuestra sociedad, exceptuando el ejército en tiempos de guerra. Y es que sólo este hecho (a lo que habría que añadir los abusos sexuales en el seno de la familia, los malos tratos físicos, la negligencia, el maltrato psicológico de los hijos o el maltrato a los ancianos), la necesidad de comprenderlo y la urgente necesidad de desarrollar programas efectivos de prevención e intervención social, serían suficien- tes para dar carta de naturaleza a una psicología social de la familia. No cabe duda de que un acercamiento psicosocial, con las herramientas con- ceptuales y metodológicas que nos proporciona, puede ser particularmente útil y fructífero tanto para comprender o representarnos fenómenos y problemas socia- les como los señalados anteriormente como para influir sobre ellos (Blanco y De la Corte, 1996). Sin embargo, curiosamente, como veremosa continuación, la psicología social, al menos desde un punto de vista formal o institucional, tradi- cionalmente le ha dado la espalda al estudio de la familia. LA FAMILIA EN LA PSICOLOGÍA SOCIAL: AUSENCIAS SORPRENDENTES Una pequeña demostración de la escasa atención que la psicología social (entendida en términos de los terrenos que tradicionalmente ha acotado) ha pres- tado al estudio de la familia nos la proporciona un examen de todos los libros y capítulos de libro con el término “psicología social” en el título referenciados en la base de datos Psyclit durante los últimos 10 años (1987-1997). Como puede comprobarse (ver Tabla I), y descontando los manuales básicos de psicología social, aunque podemos encontrar psicologías sociales sobre temas como la reli- gión, el fanatismo y las palizas (bigotry and bashing), reglas de la guerra, de los espectadores de programas deportivos, del tiempo o del prefijo ‘inter’, sólo pode- mos encontrar una psicología social del matrimonio como aproximación a una psicología social de la familia. ¿Tendremos, pues, que buscar a la familia dentro del ámbito aplicado de la Psicología Social? Aquí podríamos mencionar al análisis que Jiménez Burillo y cols. (1992) realizaron de los contenidos de manuales de Psicología Social publi- cados tanto en Europa como en Estados Unidos. Así, por ejemplo, mientras que en Estados Unidos el porcentaje de manuales que dedicaron un capítulo inde- pendiente a la familia como área de aplicación fue de 0,00%, en Europa fue de un 6,25%, lo que nos da un porcentaje total de 3,12%, un resultado no demasia- do esperanzador. Pongamos un ejemplo. En uno de los últimos manuales de Psi- cología Social publicados en nuestro país, el coordinado por Morales (1994), la sección dedicada a las aplicaciones de la psicología escoge únicamente dos temas que ocupan sendos capítulos, a saber: el estudio psicosocial de la delincuencia y la participación política no convencional. 139 Por otra parte, en el análisis de los temas de preferencia en el Journal of Applied Social Psychology durante los años 1985-1995 realizado por Blanco y De la Corte (1996), tampoco aparece la familia como tema específico de estudio. Los tres temas de preferencia de esta publicación son, en primer lugar, la salud (también hay que decir, como nos advierten Blanco y De la Corte que el editor trabaja en un Departamento de Psicología Médica), seguido de la Psicología de las Organizaciones y del Trabajo e investigación sobre procesos básicos (lideraz- go, atribución, el refuerzo, las actitudes o el poder). En España, Blanco y De la Corte (1996), para ofrecernos un perfil de las áreas de aplicación de la psicología social toman como indicador las áreas temáticas de los Congresos de Psicología Social celebrados en España. Así, por ejemplo en el V Congreso Nacional celebrado en Salamanca no podemos encontrar ninguna área temática dedicada específicamente a la familia (podemos encontrar, no obs- tante, algunas áreas próximas como socialización o comunitaria). Tampoco encontramos un área específica dedicada a la psicosociología de la familia en el último Congreso Nacional de Psicología Social celebrado en San Sebastián. Finalmente, si buscamos la relevancia de la familia en el ámbito aplicado de la psicología social en el volumen recientemente editado en España sobre Psicolo- gía Social Aplicada y coordinado por Álvaro, Garrido y Torregrosa (1996), tam- poco la encontraremos. De las 13 áreas seleccionadas en este volumen, como 140 TABLA I Libros y capítulos de libro con “psicología social” en el título (Psyclit 1987-1997) The social psychology of counterfactual thinking The social psychology of interpersonal discrimination The social psychology of HIV infection Social psychology of cross-cultural research The social psychology of health and disease The social psychology of aging Cultural social psychology The social psychology of personal relationships The social psychology of science The social psychology of science and technology The social psychology of scientific validity The chaos in social psychology A social psychology of rules of war Transgressive social psychology The social psychology of repression The social psychology of collective action The social psychology of everyday life The social psychology of prejudice The social psychology of mental health Social psychology of cognitive functioning The social psychology of religion Social psychology of cognitive constructions Humanist social psychology Social psychology foundations of consultation The social psychology of bigotry and bashing The social psychology of minority influence The social psychology of membership and intimacy The social psychology of innovation in groups The social psychology of public opinion The social psychology of watching sports The social psychology of racial and cultural diversity The social psychology of dream reporting The discursive social psychology of evidence The social psychology of the prefix `inter’ The social psychology of physical disability The social psychology of using research reviews The social psychology of marriage The social psychology of creativity The social psychology of work The social psychology of person perception and The experience of valued relationships Social psychology of education Applied social psychology Basic and applied social psychology Social psychology of authority and responsibility. The social psychology of health A social psychology of everyday thinking A social psychology of intergroup relations and group processes The social psychology of knowledge Environmental social psychology Experimental social psychology The social psychology of the workplace The social psychology of procedural justice The social psychology of time The social psychology of everyday life The social psychology of working situations Social psychology of terrorist groups The social psychology of Chinese people Social psychology of the crowd Social psychology of self-referent behavior The social psychology of groups The social psychology of cross-cultural counseling representativas de las inquietudes aplicadas de la Psicología Social, ninguna se corresponde con el grupo familiar, encontraremos psicologías sociales de los pro- cesos migratorios, psicologías social de la educación, del ocio y el tiempo libre de las relaciones internacionales o del prejuicio, pero no de la familia. No obstante, los autores que contribuyen a este volumen nos proporcionan suficientes argu- mentos para “denunciar” su ausencia o para reivindicar su presencia. Así, por ejemplo, y si nos permite Anastasio Ovejero que tomemos prestado el argumento que utiliza, en su defensa de la importancia de un Psicología Social de la educación, sustitúyase “procesos educativos” por “familia” y nos encontra- remos con una, más que aceptable, justificación de la relevancia de una Psicolo- gía Social de la familia: “si estamos de acuerdo en que la psicología social debería estudiar cómo hemos llegado a ser lo que somos, cómo el mero organismo bioló- gico que éramos al nacer se ha convertido en la persona que somos ahora, enton- ces los procesos educativos deberían constituir el corazón de la Psicología Social” (1996, p. 318). También estaríamos de acuerdo con Ovejero, esta vez sustituyen- do “educación” por “familia” en que “si... la educación debería ser un tema cen- tral de la Psicología Social, igual tenemos que subrayar que también la Psicolo- gía Social debería ser un enfoque imprescindible para abordar la educación” (p. 340). También, y para referirnos a una de las psicologías sociales aplicadas más con- solidadas, es de mención obligada la Psicología Social de la Organizaciones y la definición que hace uno de sus máximos representantes en nuestro país, a quien también pediremos prestada su definición/justificación de la importancia de esa disciplina. Así, para Peiró (1996), el estudio de las organizaciones es un campo privilegiado para adquirir conocimientos básicos sobre la conducta social y pro- fundizaren la comprensión y análisis de los complejos procesos psicosociales que tienen lugar en ese ámbito. Nosotros pensamos que el estudio de las familias es también un campo privilegiado para conseguir objetivos semejantes. Aún más atractivas nos parece las dos razones que Peiró nos da para estudiar las organiza- ciones desde la psicología social. Razones que compartimos para justificar la necesidad del estudio de la familia desde la psicología social: “la primera, porque sin contemplar estas formaciones sociales desde esta perspectiva, no es posible obtener un conocimiento cabal sobre ellas y la segunda, porque sin estudiar las organizaciones formales (y las familias) no es posible en la actualidad lograr una psicología social en toda su extensión. En efecto, el estudio de las organizaciones (y de las familias) es necesario para la Psicología Social si ésta pretende ahondar en la riqueza de lo psicosocial, es decir de la interacción social y de la compleja articulación entre lo individual y lo colectivo” (Peiró, 1993, III, los paréntesis son nuestros). Parafraseando a Peiró (por supuesto sustituyendo de nuevo organi- zaciones por familia), también en una psicología social de la familia el término “social” resulta redundante, puesto que no es fácil imaginar otra aproximación disciplinar desde la propia psicología para comprender, interpretar, explicar y/o intervenir en el ámbito de la familia distinto al de la psicología social (Peiró, 1996, p. 156). ALGUNAS RAZONES DE SU AUSENCIA A tenor de lo anterior, no es extraño que autores como Crosbie-Burnett y Lewis (1993) hayan afirmado, no sin cierta sorna, que la psicología social estudia los grupos no familiares de individuos, convirtiéndose así, en términos de Daly y Wilson (1998), en una psicología social de la interacciones entre extraños. Arle- 141 ne Vetere y Anthony Gale (1987), titulaban el capítulo introductorio de su edi- ción sobre estudios ecológicos de la vida familiar como ”La familia: un fracaso en la teoría e investigación psicológica” y, obviamente, se preguntaban por qué la psicología en general ha ignorado el estudio de la familia y, más sorprendente- mente, por qué la psicología social ha esquivado o evitado el estudio de un grupo social “natural” como la familia. De acuerdo con Vetere y Gale, “la psicología social experimental se ha desarrollado a partir de interacciones creadas artificial- mente, escenificadas en el laboratorio, con frecuencia entre sujetos que no se conocían con anterioridad, que no tienen una historia de afiliación y que no han invertido en un futuro común. En contraste, se puede afirmar que en las familias existe una implicación personal profunda, una larga historia de asociación, un feroz compromiso con el futuro y una resistencia a aceptar extraños sin que medie un largo período de iniciación” (p. 4). No obstante, estos autores deposi- taban sus esperanzas en el conjunto de psicólogos sociales que rechazan el acerca- miento experimental basado en el laboratorio, para reivindicar la familia como un verdadero contexto social en el que los actos sociales tienen significados per- sonales y compartidos. Más recientemente, Daly y Wilson (1998) observan que los libros de texto y tratados de Psicología Social carecen casi completamente de referencias a las rela- ciones familiares o de parentesco y se preguntan como es posible que estas relacio- nes hayan atraído tan poco la atención de los psicólogos sociales. Atribuyen este desinterés a las dos razones siguientes: La primera, más relacionada con la comodi- dad que con la conceptualización, se fundamenta en la tradición de investigación académica de la psicología social que ha estado durante gran parte de su historia centrada en la realidad disponible, habitualmente con muestras cautivas, general- mente estudiantes universitarios, interactuando entre sí o con los colaboradores del experimentador. Es obvio que este sistema de selección de extraños es mucho menos complejo que el seleccionar un grupo de parientes, o incluso conocidos, y esta es seguramente la principal razón de que la principal corriente de la Psicología Social siga siendo en nuestros dias casi exclusivamente una psicología social de interacciones entre extraños. La segunda, es una razón más conceptual que tiene que ver según los citados autores con el persistente vínculo de la Psicología Social con el legado conductista de la “parsimonia” en la formación de constructos ” (p. 436) y la familia es un grupo que no se aviene con facilidad a ese principio. Bien sea por estas u otras razones, el hecho es que la psicología social “tradi- cional”, ha prestado una escasa atención a un grupo social (de hecho el primer grupo social al que la mayoría de nosotros pertenecemos) que, como la familia, parecería inicialmente reunir todas las condiciones para suscitar un más que dis- creto interés. LA FAMILIA EN LA PSICOLOGÍA SOCIAL. PRESENCIAS REVELADORAS Como hemos visto, aunque la relación de la familia y la psicología social no se ha formalizado o institucionalizado (en términos de su presencia en manuales o en su formato como disciplina), si que se puede decir que existe una larga rela- ción de hecho por la abundante investigación que en el ámbito de la familia y el matrimonio se ha llevado a cabo desde una perspectiva psicosocial. Tanto es así, que casi podría decirse que aunque es una relación no formalizada, la psicología social y la familia (y nunca mejor dicho en este contexto) constituyen una pareja de hecho. Una relación que podemos constatar, examinando la presencia de la 142 subcategoría “Familia y Matrimonio” en la categoría de “Psicología Social” del Psychological Abstracts, reflejo probable del período de la revolución cognitiva y al que nos hemos referido anteriormente. En 1967 aparece por primera vez la subcategoría “Familia” en la categoría de Psicología Social, (acompañada de Rol Social, Comparación transcultural, Estructura socioeconómica y Religión). Esta subcategoría se mantendrá dentro de esa categoría hasta 1972. Durante un tiempo la familia se incluirá en la cate- goría Developmental Psychology bajo la denominación “Social behavior and family relations”, hasta que reaparece de nuevo en el año 1976 como la subcate- goría “Matrimonio y Familia” dentro de la categoría “Procesos Sociales y Proble- mas Sociales”, una de las tres subcategorías de la categoría general “Psicología Social”. Si comparamos en ese año las distintas subcategorías de “Procesos Socia- les y Problemas Sociales” podemos comprobar que la subcategoría “Matrimonio y Familia” es la que presenta un mayor volumen de publicaciones (ver Tabla II). TABLA II Procesos sociales y problemas sociales (Psychological Abstracts, 1976) Estructura Social y Organización 168 Cultura, Etnología y Religión 252 Matrimonio y Familia 303 Procesos Políticos y Legales 130 Conducta Psicosexual y Roles Sexuales 199 Droga y alcohol 199 En 1989 la categoría “Matrimonio y Familia” se amplía con dos nuevas sub- categorías: “Divorcio y nuevo matrimonio”, “Educación del niño y cuidado del niño”, subcategorías que se mantienen en la actualidad. Esta nueva subcategori- zación responde a la necesidad de ampliar la categoría para recoger el volumen de publicaciones que aparecen sobre temas relacionados con las familias reconsti- tuidas y el cuidado y atención al niño. Finalmente, si comparamos de nuevo en el año 1997 las distintas subcategorías de la categoría más general “Procesos Socia- les y Problemas Sociales” podemos comprobar de nuevo que la subcategorías relacionadas con la familia (“Matrimonio y Familia”, “Divorcio y nuevo matri- monio” y “Educación del niño y cuidado del niño”) representan en su conjunto el mayor número de publicaciones (ver Tabla III) . Tabla III Procesos sociales y problemas sociales (Psychological Abstracts, 1997) Estructura Social y Organización 112 Religión 133 Cultura y Etnología 253 Matrimonio y Familia 251 Divorcio y Nuevo Matrimonio 41 Educación y Cuidado del niño 253 Procesos Políticos yProblemas Políticos 114Roles sexuales y Problemas de la mujer 213 Conducta Sexual y Orientación Sexual 325 Drogas y Consumo de Alcohol 115 Y es que hay que señalar que ya durante la era de la revolución cognitiva, sur- gieron unas pocas voces en psicología defendiendo la importancia y necesidad del estudio psicológico de la familia como una totalidad (Bell y Vogell, 1968; 143 Handel, 1965). Así por ejemplo, Gerald Handel en el Psychological Bulletin demostraba y defendía la necesidad de un acercamiento psicosocial al estudio de las familias. Sin embargo, como han señalado Crosbie-Burnett y Lewis (1993), desafortunadamente, el pobre estatus de la familia como tópico que merezca estudiarse en psicología, así como la carencia de métodos de investigación que puedan acomodarse a datos procedentes de una tríada o de un grupo familiar, o apropiados para el análisis de la interacción fueron otras razones, además de las descritas anteriormente, por las que los psicólogos sociales no prestasen atención a las llamadas de Handel o Bell. De esta forma se generarán dos movimientos dentro de la psicología, uno cen- trado en el estudio de las parejas y otro en el estudio de las familias como siste- mas. El primero, dentro de la psicología social, que se centrará principalmente en el estudio de los aspectos íntimos de las relaciones diádicas. Estudio de las relaciones íntimas entre adultos que dará lugar a un área de investigación reco- nocible y con un instrumento de comunicación propio, el Journal of Personal and Social Relationships. Mientras tanto, los psicólogos sociales y clínicos comienzan a estudiar la con- ducta entre parejas analizando, por ejemplo, la comunicación, el afecto y la reso- lución de conflictos (ver revisión de Weiss y Heyman, 1990). Destaca también en estos años, dentro de la tradición del aprendizaje social, el trabajo desarrollado por Gerald Patterson en el Oregon Social Learning Center sobre la interacción familiar (en particular los procesos coercitivos) y el desarrollo de la conducta antisocial (Patterson, 1976, 1982; Patterson y cols., 1989). Mientras, numerosos psicólogos sociales, con una orientación más básica, se centrarán en el estudio de la cognición social en la pareja. Se examinarán así las cre- encia realistas o irracionales acerca de las relaciones y la eficacia para resolver con- flictos y su relación con la satisfacción marital, la cognición social y la comunica- ción en la pareja, o los procesos de atribución en la pareja con claros precedentes en Kurt Lewin (ver revisiones de Arias y Beach, 1987; Noller y Fitzpatrick, 1990; O’Leary y Smith, 1991; Bradbury y Fincham, 1990). Por otra parte, los psicólogos sociales con una orientación más aplicada comienzan a investigar un amplio rango de aspectos del funcionamiento familiar. Los trabajos que recoge el volumen edita- do por Stuart Oskamp (1987), nos puede servir para ilustrar algunas de esas áreas de interés: el apoyo social en la familia, relaciones maritales y ajuste psicológico, vínculos entre los roles familiares y laborales, la cohabitación, madres solteras, el divorcio, relaciones familiares a lo largo del ciclo vital. Otros temas que desperta- rán un notable interés entre los investigadores serán la familia con enfermos cróni- cos y discapacitados (Doherty y Campbell, 1988), el impacto de la familia en la salud (ver revisión de Ross y cols., 1990), el conflicto marital y el ajuste de los hijos (Emery, 1982; Grych y Fincham, 1990), o el estrés en la familia (ver revisiones de McCubbin y cols., 1980, 1982; Burr, 1982; Boss, 1987, 1988). Pero quizás uno de los temas estrella en el estudio psicosociológico de la familia haya sido los procesos de socialización familiar y el impacto de los distintos estilos de socialización paren- tal en diversas áreas del ajuste psicosocial de los hijos como la autoestima, el desa- rrollo moral, el ajuste escolar o la competencia social, y de los que Kurt Lewin es un ilustre precedente (ver revisiones de Rollins y Thomas, 1979; Maccoby y Martin, 1983; Musitu y cols., 1988; Maccoby, 1992). Desde luego, visto lo anterior, no puede decirse que los psicólogos hayan ignorado a la familia como un grupo social de interés para la investigación. Más bien, todo lo contrario. Como hemos podido comprobar existe una estrecha rela- ción entre la psicología social y la familia, al menos desde el punto de vista de la producción científica. No obstante, el por qué esa relación de hecho no ha llega- 144 do a formalizarse o institucionalizarse (en manuales o disciplinas) continúa sien- do una cuestión abierta que invita a la reflexión. No obstante, valga el siguiente dato (con un valor quizá más que anecdótico). Nuestros colegas los sociólogos también tienen una intensa relación con la familia, que es, como revela el estudio de James Ennis (1992), la especialización preferida por los sociólogos, después de (atención) la psicología social. Una relación “bendecida” además institucional- mente en la disciplina Sociología de la Familia (ver Cappell y Guterbock, 1992). EL ESTUDIO DE LA FAMILIA DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES: PRINCIPALES ÁREAS DE INVESTIGACIÓN El estudio de la familia ha dado lugar a un impresionante, por lo voluminoso y por su riqueza, cuerpo de producción científica, tanto teórica como empírica, que se expresa a través de un importante número de vehículos de comunicación científica tanto generales como específicos. Klein y Jurich (1993) nos proporcionan un análisis que revela la impresio- nante expansión que ha experimentado el campo de estudio sobre la familia en años recientes. Así, por ejemplo, el primer volumen del “Inventory of Marriage and the Family Literature” (denominado originalmente International Biblio- graphy of Research in Marriage and the Family) que cubría el período compren- dido entre los años 1900 y 1964 registraba 48 nuevos trabajos en inglés por año publicados durante los primeros 40 años del período y 428 por año durante los siguientes 25 años (Aldous y Hill, 1967, Hill, 1980). Los volúmenes 2-4 que cubren el período 1965-1976 listan alrededor de 1.100 trabajos por año, mien- tras que los volúmenes 5 al 15 que cubren los años 1977-1989 registran casi 3.500 trabajos por año (Ralebipi, 1990). Más llamativo resulta, comparado con los datos anteriores que en un período de dos años, el comprendido entre 1991 y 1993, este inventario registrara 7.600 entradas (Touliatos, 1994). Datos que evi- dencian, sin duda, un curva de crecimiento exponencial que, como han señalado Klein y White (1996) parece indicar que este campo de estudio cambia más rápido incluso que su propio objeto de estudio. Finalmente, la base de datos informatizada “Family Studies Database”, un instrumento que sustituiría en el año 1996 al “Inventory of Marriage and the Family Literature”, recoge anual- mente alrededor de 9.000 nuevos abstracts. Este impresionante volumen de producción científica revela sin duda la amplitud de temas que han despertado el interés de los científicos sociales. A continuación examinaremos la evolución y desarrollo de las áreas de investiga- ción en el estudio de la familia desde las ciencias sociales desde los años 30 hasta la actualidad. Años 30 Ya en 1932 Flora Thurstone publicaría una “Bibliografía sobre las relaciones familiares” de 273 páginas en la que revisaba el estado y las principales áreas de interés de este campo de estudio en aquel tiempo. En esa revisión, su autora incluía 90 tópicos de interés para los estudiosos de la familia, que incluían desde las familias negras o nativas americanas, el orden de nacimiento o las limitaciones de las familias. Como ha señalado Carlfred Broderick (1988), en su revisión de la investigación en el campo de estudio de la familia durante los años 30, aunque en ese período ya se habían realizado trabajos que revisaban y sistematizaban la 145 investigación desarrollada en esos años (por ejemplo, Burguess, 1926; Groves y Ogburn, 1928; Jocher, 1928; Goodsell, 1934; Mowrer, 1941), ninguno alcanza- ría la calidad y amplitud del trabajo de Thurstone.En cualquier caso, en el año 1938 Broderick contabiliza, descontando trabajos de contenido antropológico o sociohistórico, alrededor de 800 trabajos sobre la familia. A partir de las revisiones de Thurstone y de otras realizadas posteriormente por otros autores, Broderick ha identificado los siguientes tópicos que caracterizarían el estudio de la familia durante los años 30, áreas que todavía despiertan el interés de los investigadores en la actualidad: madres y esposas con empleo, envejecimiento y pérdida, matri- monio y sexo, selección de pareja, divorcio y abandono, crisis familiar, relaciones padres hijos, funcionamiento familiar adecuado y relaciones entre hermanos. Años 37-87 En 1988, el Journal of Marriage and the Family, la principal revista científica interdisciplinar con mayor impacto en el ámbito de la investigación sobre la familia, publicaba un número especial conmemorativo del 50 aniversario de su publicación. En uno de los ensayos publicados en este número, Ivan Nye (1988) trató de caracterizar la investigación sobre la familia durante esas cinco décadas. Con ese objetivo, Nye revisaría los artículos publicados en esta revista y en otras cuatro revistas sociológicas en los años 1937, 1947, 1957, 1967, 1977, 1987. Del Journal of Marriage and the Family no utilizaría los artículos de las primeras décadas, puesto que esta revista no se orientaría definitivamente hacia la investi- gación hasta 1954 cuando asumió la dirección editorial Meyer Nimkoff. Las otras revistas revisadas fueron el American Sociological Review, el American Journal of Sociology, Social Forces y Sociology and Social Research. Como puede observarse si se analiza la definición de las categorías de variables utilizadas por Nye, existe un elevado grado de coincidencia con los resultados obtenidos por Broderick para la década de los años 30. Variables Demográficas: incluye clase social, educación, ocupación, ingresos y propiedad, sexo, edad, religión, raza, etnicidad, nacionalidad, estatus marital, tamaño familiar, duración del matrimonio, el ciclo vital de la familia, edad en el momento del matrimonio, entorno urbano o rural, tiempo. Familia y relaciones premaritales: incluye satisfacción marital y conflicto, satis- facción sexual, cortejo y selección de pareja, sexo prematrimonial, relaciones entre esposos, relaciones padres-hijos, solidaridad familiar y relaciones con la familia política y extensa. Familia y problemas individuales, violencia: incluye embarazo y matrimonio en la adolescencia, violación, acoso, violencia familiar, alcoholismo, delincuencia, abuso de drogas, suicidio y otros problemas de los hijos. Roles sexuales, empleo y logro: incluye roles sexuales, roles familiares, empleo esposa-madre, empleo esposo-padre, y logro en el empleo. Valores, necesidades, rasgos, autoconcepto: incluye valores, necesidades, actitudes, rasgos de personalidad, medidas globales de felicidad, autoconcepto y evalua- ción, y conducta religiosa. Década de los 90 Finalmente, trataremos de completar este recorrido a lo largo de siete déca- das, tratando de identificar las principales áreas de interés que caracterizan el 146 estudio de la familia desde la ciencias sociales en la década que cierra este siglo. Para ello hemos seleccionado, en primer lugar, el último volumen editado en forma impresa del “Inventory of Marriage and Family Literature” (en el año 1996 se convertiría en una base de datos informatizada, el Family Studies Data- base) y, en segundo lugar utilizaremos el “Family Studies Database”. El volumen XX, último de la serie en forma impresa fue editado por Toulia- tos. y Ralebipi (1995) y contiene 2.127 artículos y 252 libros publicados desde Diciembre de 1993 hasta Diciembre de 1994. De acuerdo con la evaluación que realizan los editores de este volumen de las tendencias que reflejan las citaciones en las 142 categorías que se recogen, los tópicos de investigación más populares fueron: servicios de salud física, aspectos relacionados con la mujer, familias con personas que tienen desórdenes emocionales, servicios de salud mental para las familias, familias étnicas, roles familiares y sexuales, relaciones padres-hijos y matrimonio y terapia familiar. Como señalan los editores, seis de estas categorías se encuentran entre las categorías más populares en los últimos años. Las categorías más citadas desde 1978 son: servicios de salud física y familias, matrimonio y terapia familiar, roles familiares y sexuales, relaciones padres-hijos, empleo y familias, tercera edad y envejecimiento, familia y aspectos legales, estrés familiar y afrontamiento, acti- tudes y conductas sexuales y servicios de salud mental y familias (Touliatos y Ralebipi, 1995). Por otra parte, Touliatos y Ralebipi (1995) también evalúan las tendencias en la literatura sobre matrimonio y familia mediante el examen de las palabras clave en los títulos de los artículos y libros. Así, y aparte de palabras clave como fami- lia, hijos o padres, algunas de las palabras clave más utilizadas son: sexo, abuso, salud, género, terapia, vejez y divorcio. Por otra parte, el Family Studies Database es el recurso de obtención de infor- mación sobre la investigación y la práctica en el ámbito de la familia más com- pleto y comprensivo disponible en la actualidad. Esta base de datos incorpora información publicada desde 1970 hasta el presente. Contiene toda la informa- ción de la versión impresa del Inventory of Marriage and Family Literature desde su segundo volumen hasta que dejó de publicarse, así como de otros abstracts que no se encontraban disponibles en forma impresa. Esta base de datos incorpo- ra además el “Australian Family and Society Abstracts” con información desde 1980 hasta el presente. En su conjunto el “Family Studies Database” proporcio- na más de 181.000 abstracts y entradas bibliográficas obtenidas a partir de cerca de 1.000 publicaciones que incluyen revistas profesionales, libros, conferencias, informes gubernamentales y otras fuentes (algunas de las cuales sólo las referen- cia esta base de datos). Los CD-Rom incorporan anualmente alrededor de 9.000 abstracts. Los principales tópicos que incluye esta base de datos son los que figu- ran en la tabla IV. Estudios psicosociológicos de la familia en España Durante esta década pueden identificarse en nuestro país diferentes áreas de estudio de la familia desde la perspectiva psicocial en ámbitos tan diversos y paradójicamente tan complementarios como los siguientes: Cambio en las estructuras familiares. Se trata de estudios que analizan las pautas y cambios en las estructuras familiares en relación a los rápidos cambios sociales y políticos en las últimas décadas (Flaquer, 1990; Flaquer y Soler, 1990; Iglesias de Ussel, 1990; Borobio, 1994). 147 Informes sobre la familia en España. En su mayoría son informes realizados a par- tir de encuestas en relación con la familia o ámbitos afines, subvencionados por las instituciones y que son de obligada referencia en los estudios sobre la familia (Garrido y Gil, 1993; Alberdi, Flaquer e Iglesias de Ussel, 1994; Iglesias de Ussel y Flaquer, 1994; Sarasa y Moreno, 1995; Alberdi, 1995, 1999). Estructura familiar, cambio familiar y roles familiares. Se analizan aspectos rela- cionados con la estructura familiar a partir de la composición de los hogares, ciclo familiar, cohabitación, familias monoparentales y otras formas de familia, y elección de pareja y noviazgo (Requena y Díez de Revenga, 1990; Solsona y Tre- viño, 1990; Flaquer, 1991; Alberdi, 1999; Iglesias de Ussel, 1998a y b; Coller, 1991; Meil, 1999; Gimeno, 1999). Historia de la familia. Se estudia la historia de la familia en España. Es por otra parte uno de los ámbitos que más investigación requiere (Reher, 1996; Iglesias y Flaquer, 1993; Rodríguez Sánchez, 1996; Buenaventura, 1998). Socialización familiar. Se trata de estudios en los que se analizan las interaccio- nes padres hijos y sus relaciones con la autoestima, valores, ajuste... y la violencia y malos tratos a la infancia(Martínez, 1996; Rodrigo, 1994; Musitu y Allatt, 1994; Casas, 1998; Pérez Delgado, 1994; López, 1994; Pérez, 1996; Cantón y Cortés, 1997; Rodrigo y Palacios, 1998; Gracia y Musitu, 2000). Violencia familiar. Son estudios que analizan predominantemente dos aspectos de este problema: los malos tratos a la infancia y la violencia contra la mujer. (Gracia, 1995; Gracia y Musitu, 1993, 1997, 1999; Arruabarrena y De Paúl, 1996; Blanco, 1996; Cortón, 1993; De Paúl y Arruabarrena, 1996; Larrauri y Varona, 1996; Morago, 1996). Intervención familiar. Son trabajos en su mayoría sistémicos, referidos a progra- mas de intervención en el ámbito familiar (Millan, 1996; Navarro Góngora, 1992; Polaino-Lorente y García Villamisar,1993; Ríos González, 1994; Garrido y Espina, 1995; Ochoa de Alda, 1995; Navarro Góngora y Beyebach, 1995; Espina y Pumar, 1996; Linares, 1996; Gracia, 1997; Gracia y Musitu, 1999). A pesar de este volumen de investigaciones que no tienen parangón con perí- odos anteriores, Iglesias de Ussel y Flaquer (1993) consideran que todavía es mucho lo que falta por hacer y varios los ámbitos en los que sería de interés pro- fundizar: 1. Un análisis en profundidad y sistematización de los datos procedentes de encuestas e informes nacionales. 2. Elaborar tipologías en términos del desarrollo vital, estrategias y prácticas sociales con las distintas categorías sociales. 3. Analizar los procesos de homogamiaº y ajuste marital y su relación con la satisfacción conyugal e inestabilidad matrimonial. 148 TABLA IV Principales tópicos que cubre el Family Studies Database – Violencia familar – Reproducción – Familias con problemas especiales – Roles de género y laborales – Terapia familiar – SIDA/VIH – Matrimonios mixtos – Aspectos legales – Grupos minoritarios – Conducta y actitudes sexuales – Relaciones y dinámicas familiares – Familias mixtas – Conducta parental – Educación y orientación familiar – Adolescentes – Tendencias en la familia y el matrimonio – Servicios y organizaciones – Familias en situación de riesgo – Matrimonio y divorcio 4. Analizar la toma de decisiones en el ámbito familiar y en relación con la satisfacción conyugal e inestabilidad matrimonial. 5. Analizar los procesos de alianza y reproducción social a través de las estrate- gias familiares de ubicación de los hijos en un intento de aumentar o conservar el capital familiar. LA FORMALIZACIÓN DE UNA LARGA RELACIÓN: PSICOLOGÍA SOCIAL DE LA FAMILIA Finalizamos pues, este análisis con una breve reflexión sobre algunos de los objetivos y metas de la psicología social de la familia. Un objetivo de la psicología social de la familia es integrarse en esa empresa común (común también a otras disciplinas y de ahí su interdisciplinariedad), que es la de contribuir al conocimiento psicosociológico de la familia. Y la psico- logía social de la familia puede contribuir a construir ese conocimiento, por ejemplo, mediante algo que los psicólogos sociales saben hacer muy bien y para lo cual disponen de importantes herramientas conceptuales y teóricas, a saber: investigar los procesos de interacción entre los miembros de la familia, estudiar las características, procesos y dinámicas grupales del grupo familiar y analizar los procesos de construcción y representación social de la familia. Y para conseguir esos objetivos también disponen los psicólogos sociales de abundantes herra- mientas metodológicas. Pero este objetivo no acaba en sí mismo. Lo que una psi- cología social de la familia puede aportar al conocimiento psicosocial debe entenderse también en el contexto de una psicología social preocupada por cues- tiones y problemas sociales relevantes, especialmente en el ámbito de la familia. Se trata pues de algo más que simplemente satisfacer nuestra curiosidad intelec- tual. Como dirá Crespo, “la psicología social, en tanto en cuanto es igualmente una práctica social de dotación de sentido, se considera como una ciencia cons- tructora y construida, cuyo objeto es definido por su práctica y cuya validez viene determinada por las funciones sociales que desempeña (y no por el descubri- miento de leyes de la naturaleza -psicológica o social-)” (Crespo, 1995, p. 125) Sin duda, es importante la contribución de la psicología social de la familia en la mejora tanto de nuestras preguntas acerca de las familias como de las explica- ciones que proponemos. Pero también es importante mejorar la relevancia prác- tica de nuestras investigaciones y teorías. Como ha manifestado Jetse Sprey en este sentido, la relevancia y credibilidad de nuestras investigaciones dependerá de su potencial para instigar políticas sociales efectivas, para mejorar la calidad de matrimonios y familias, y ayudar a “emanciparse” a aquellos cuyas vidas se encuentran atrapadas en estructuras injustas u opresivas (Sprey, 1988, p. 876). Un punto de vista que comparte Kenneth Gergen (1994) quien considera que “el rol más importante de la investigación en psicología debe estar al servicio de los diversos problemas del mundo y no de las teorías abstractas ” (p. 414). Y esa meta a la que también quiere sumarse la psicología social de la familia queda perfectamente bien definida en la palabras de Jon Bernardes (1997): “Existen fieros debates acerca de la moralidad del divorcio, el aborto, el matri- monio, las madres solteras, la crianza de los hijos y otras muchas cosas. El trabajo de las ciencias sociales no es la moralidad; tenemos otro rol que desempeñar. Nuestro trabajo consiste en estudiar la realidad de esas situaciones más que invo- lucrarnos en un debate moral. Nuestra tarea es comprender cómo podemos minimizar el dolor, el sufrimiento y las desdichas de la vida familiar y como maximizar la alegría, el placer y el amor en la vida familiar” (p. 62). 149 Referencias ALBERDI, I. (1999). La nueva familia española. Madrid: Taurus. ALBERDI, I. (Dir.) (1995). Informe sobre la situación de la familia en España. Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales. ALBERDI, I., FLAQUER, LL. y IGLESIAS DE USSEL, J. (1994). Parejas y matrimonios: Actitudes, comportamientos y experiencias . Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales. ALDOUS, J. y HILL, R. (1967). International bibliography of research in marriage and the family, 1900-1964 . Minneapolis: University of Minnesota Press. ÁLVARO, J. L., GARRIDO, A. y TORREGROSA, J. R. (Coord.) (1996). Psicología social aplicada . Madrid: McGraw-Hill. ARIAS, I. y BEACH, S. R. H. (1987). 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