Logo Studenta

021347411797361266

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Full Terms & Conditions of access and use can be found at
http://www.tandfonline.com/action/journalInformation?journalCode=rrps20
Download by: [UAM University Autonoma de Madrid] Date: 06 November 2015, At: 01:22
Revista de Psicología Social
International Journal of Social Psychology
ISSN: 0213-4748 (Print) 1579-3680 (Online) Journal homepage: http://www.tandfonline.com/loi/rrps20
La estructura del bienestar: el encuentro empírico
de tres tradiciones
Darío Díaz, Amalio Blanco & M. Mar Durán
To cite this article: Darío Díaz, Amalio Blanco & M. Mar Durán (2011) La estructura del
bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones, Revista de Psicología Social, 26:3, 357-372,
DOI: 10.1174/021347411797361266
To link to this article: http://dx.doi.org/10.1174/021347411797361266
Published online: 23 Jan 2014.
Submit your article to this journal 
Article views: 37
View related articles 
Citing articles: 1 View citing articles 
http://www.tandfonline.com/action/journalInformation?journalCode=rrps20
http://www.tandfonline.com/loi/rrps20
http://www.tandfonline.com/action/showCitFormats?doi=10.1174/021347411797361266
http://dx.doi.org/10.1174/021347411797361266
http://www.tandfonline.com/action/authorSubmission?journalCode=rrps20&page=instructions
http://www.tandfonline.com/action/authorSubmission?journalCode=rrps20&page=instructions
http://www.tandfonline.com/doi/mlt/10.1174/021347411797361266
http://www.tandfonline.com/doi/mlt/10.1174/021347411797361266
http://www.tandfonline.com/doi/citedby/10.1174/021347411797361266#tabModule
http://www.tandfonline.com/doi/citedby/10.1174/021347411797361266#tabModule
La estructura del bienestar: el encuentro
empírico de tres tradiciones
DARÍO DÍAZ1, AMALIO BLANCO2 Y M. MAR DURÁN3
1Universidad de Castilla la Mancha; 2Universidad Autónoma de Madrid;
3Universidad de Santiago de Compostela
Resumen
El estudio del bienestar constituye hoy en día uno de los capítulos de mayor relevancia y futuro más prometedor en el
campo de la Psicología. Con la ayuda de dos estudios hemos analizado las relaciones existentes entre los constructos más
empleados para su medición: el bienestar subjetivo (BS), el bienestar psicológico (BP), y el bienestar social (BSo). Los
resultados de los análisis factoriales exploratorios indicaron una estrecha relación entre el BS y el BP, mientras que los
confirmatorios nos señalaron que un modelo compuesto por dos factores oblicuos denominados bienestar personal (que inclu-
ye el BS y el BP) y bienestar social fue el que mejor se ajusta a los datos. Los resultados del segundo estudio, empleando
análisis de ecuaciones estructurales, confirmaron la naturaleza relacionada pero distinta del bienestar social y la necesi-
dad de emplear modelos que lo incluyan para aumentar su capacidad predictiva sobre variables sociales relevantes como la
acción social o la anomia. 
Palabras clave: Bienestar psicológico, bienestar social, bienestar subjetivo, capital social.
The Structure of well-being: The empirical
encounter of three traditions
Abstract
The study of Well-Being has been for some decades one of the most promising constructs of positive psychology. Two
studies analyse the relationships between the three main traditions approaching Well-Being: subjective well-being
(SWB), psychological well-being (PWB), and social well-being (ScWB). Factor analyses confirmed the related and
the close theoretical status of SWB and PWB (study 1), and confirmatory factor analyses showed the probability of an
oblique-factor model we called personal well-being, as a result of SWB and PWB, and social well-being. Structural
equations model (study 2) confirmed the related-but-distinct status of ScWB, and shows that any model of Well-Being
should take into account some social dimensions.
Keywords: Psychological well-being, social well-being, subjective well-being, social capital.
Agradecimientos: Esta investigación se ha llevado a cabo con la ayuda del proyecto de investigación PSI2009-12108 del
Ministerio de Ciencia e Innovación. 
Correspondencia con los autores: Darío Díaz. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. Ciudad Universita-
ria de Cantoblanco. 28049 Madrid. Teléfono: 914978750. E-mail: dario.diaz@uclm.es
Original recibido: 08/11/2010. Aceptado: 05/01/2011
© 2011 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0213-4748 Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), 357-372
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 357
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
El estudio del bienestar en la Psicología ha sido una constante desde la década de
1930. El primer capítulo se escribió en el marco de la Psicología del trabajo (Brief y
Weiss, 2002). Bien distinta, y bastante más relevante para nuestros propósitos, sería la
propuesta que hiciera George Miller, en calidad de Presidente de la “American Psycho-
logical Association”, y con él un selecto grupo de investigadores (Campbell, 1969;
Deutsch, 1969, etcétera). En ella, el bienestar hace su aparición en el marco de lo que se
dio en llamar la “crisis de relevancia” (Elms, 1972; Ring, 1967; Silverman, 1971, entre
otros) y la necesaria llamada a la responsabilidad y al compromiso social que atañe a la
Psicología como ciencia y como profesión. La Psicología, dirá George Miller, no puede
ser otra cosa que una ciencia comprometida con el bienestar humano. 
En los términos manejados en la actualidad, el estudio del bienestar tiene sus antece-
dentes más inmediatos en el interés surgido en la década de los setenta del pasado siglo
por la calidad de vida (Casas, 2010; Keyes, Ryff y Shmotkin, 2002), constructo origi-
nalmente elaborado desde la economía del bienestar. Siguiendo precisamente su estela,
Diener y Seligman (2004) han señalado los inconvenientes de confiar el bienestar a indi-
cadores puramente económicos sin prestar la debida atención a los indicadores sociales
(Veenhoven, 1994). Sin desdeñar la importancia de los indicadores y de las dimensiones
económicas (véase a este respecto el meta-análisis de Howell y Howell, 2008), la Psico-
logía acaba por centrar su interés en la emergencia de los “valores postmateriales”
(Inglehart, 1991) para abordar desde ahí la calidad de vida. De hecho, Campbell, Con-
verse y Rodgers (1976, p. 2), en la que puede ser considerada la investigación de refe-
rencia, confiesan que la calidad de vida “ha cambiado su centro de atención de las nece-
sidades de cobijo, vestido y alimento [necesidades materiales] a necesidades de equidad,
participación, respeto y crecimiento personal”, un campo del que no sólo forman parte
indicadores objetivos, sino que engloba fenómenos subjetivos: afectos, atribuciones,
actitudes, cogniciones, representaciones (Casas, 2010; Cummins y Cahill, 2000).
En un intento por clarificar el enredo terminológico y ordenar, siguiendo criterios
teóricos consensuados, el campo de la investigación sobre bienestar, Ryan y Deci (2001)
han propuesto una organización de las investigaciones llevadas a cabo en las dos últimas
décadas en dos grandes tradiciones: la primera estaría relacionada con el placer y la feli-
cidad (bienestar hedónico); la segunda estaría ligada al desarrollo del potencial humano
(bienestar eudaemónico). Autores tan significativos en este terreno como Corey Keyes y
Carol Ryff han utilizado el constructo bienestar subjetivo como principal representante de
la tradición hedónica, y el de bienestar psicológico como representante de la tradición euda-
emónica (Keyes et al., 2002).
La tradición hedónica concibe el bienestar subjetivo como “una amplia categoría de
fenómenos que incluye las respuestas emocionales de las personas, la satisfacción con los
dominios y los juicios globales sobre la satisfacción con la vida” (Diener, Suh, Lucas y
Smith, 1999, p. 279). Dos serían, pues, los componentes fundamentales en la estructura
del bienestar subjetivo: las respuestas emocionales (los afectos), y la satisfacción con la vida.
En las primeras aproximaciones (Bradburn,1969) se señalaba que, a pesar de estar estre-
chamente relacionados, el afecto positivo y el afecto negativo eran factores independien-
tes que, como tal, requerían una medición por separado. Posteriormente, Diener, Smith
y Fujita (1995) demostraron esta afirmación empleando modelos de ecuaciones estruc-
turales concluyendo que los dos afectos estaban moderada e inversamente correlaciona-
dos, pero eran independientes. Otros estudios han presentado también evidencias consi-
derables de la separación funcional del afecto positivo y negativo (e.g. Cacciopo, Gardner
y Bernston, 1999), en especial al aumentar el marco temporal de referencia.
El tercer componente de la estructura del bienestar subjetivo es la satisfacción con la
vida. Veenhoven (1994, p. 91) la define como “el grado en que una persona evalúa la
calidad global de su vida en conjunto de forma positiva”, y Diener y Seligman (2004, p.
4) corroboran, de manera algo más explícita, la presencia de componentes cognitivos
(juicio y evaluación) y afectivos: “la satisfacción con la vida es un juicio global de bienes-
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372358
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 358
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
tar basado en información que la persona considera relevante. El bienestar incluye todas
las evaluaciones, cognitivas y afectivas que la gente hace de su vida en sus diversos com-
ponentes”. Con ello no hacen sino confirmar lo que Andrews y Whitney habían señala-
do en 1976: la satisfacción con la vida saturaba en un factor diferente del afecto positivo
y el afecto negativo, algo que ha sido ratificado desde entonces por numerosos estudios
(Keyes et al., 2002).
Mientras la tradición del bienestar subjetivo ha mostrado especial interés en el estudio
de los afectos y la satisfacción con la vida, el bienestar psicológico ha centrado su atención
en el desarrollo de las capacidades, la consecución de metas y objetivos, y el crecimiento
y maduración personal (autorrealización). Recogiendo las propuestas de autores como
Maslow (1968), Rogers (1961) o Allport (1961) que, a pesar de su importancia teórica,
habían tenido un escaso impacto en el estudio científico del bienestar debido a la ausen-
cia de fiabilidad y validez en los procedimientos de medida propuestos en sus estudios,
Carol Ryff (1989a; 1989b) propone un modelo multidimensional de bienestar psicoló-
gico compuesto por seis dimensiones: auto-aceptación, relaciones positivas con otras
personas, autonomía, dominio del entorno, propósito en la vida, y crecimiento personal,
que ha sido vertida al castellano (Díaz et al., 2006). A pesar del debate sobre su estructu-
ra, la mayor parte de las investigaciones defienden la validez de la propuesta de Ryff y la
existencia de un factor general de segundo orden denominado bienestar psicológico. 
Analizadas en su conjunto, estas dos tradiciones (bastante más la primera que la
segunda) dibujan la imagen de un sujeto aislado del medio y desprovisto de sus inevita-
bles coordenadas socio-históricas, reducidas, en el mejor de los casos, a lo meramente
interpersonal. A pesar de ello, la alusión a la importancia de los factores sociales ha sido
constante dentro y fuera de ambas tradiciones. Baste recordar a este respecto, entre
otras, la importancia que George Miller (1969) concedía a los escenarios sociales, la
invocación reiterada a recursos sociales (Veenhoven, 1994) o al sentimiento de perte-
nencia (Baumeister y Leary, 1995; Inglehart, 1991), la convicción de que las relaciones
sociales positivas y el apoyo social son esenciales para el bienestar (Barrón y Chacón,
1992; Karademas, 2006), la sugerente invocación de Amartya Sen (1996) a la libertad
para el bienestar y la inevitable presencia del marco socio-político a lo largo de este pro-
ceso (Diener y Seligman, 2004; Sen, 1996; Veenhoven, 1994). Todo ello hace impres-
cindible una aproximación al bienestar desde una perspectiva psicosocial. 
El testigo lo cogió Corey Keyes partiendo de la necesidad de que las miradas sobre el
bienestar, como el “self”, tengan en cuenta la cara pública y privada de la vida social, ya
que ambas “son dos fuentes potenciales de retos en la vida, con consecuencias posible-
mente distintas a la hora de juzgar si una vida ha merecido la pena” (Keyes, 1998, p.
121). El bienestar social se convierte en “la valoración que hacemos de las circunstancias
y el funcionamiento dentro de la sociedad” (Keyes, 1998, p. 122), y se compone de una
serie de dimensiones (cinco, en concreto) que tienen la particularidad de colocar al suje-
to en el centro de una red de relaciones sociales y se interesan por la medida en que su
necesidad de pertenencia está convenientemente satisfecha (integración social), por
saber si confía y se siente cómodo en compañía de los otros (aceptación social), si siente
que aporta algo a la sociedad o comunidad en la que vive, y, al tiempo, es tomado en
cuenta (contribución social) y confía en ella (actualización social) y cree que dicha socie-
dad sabe dónde va; por estudiar si tiene interés y curiosidad por saber lo que ocurre en el
mundo (coherencia social). 
Aunque se han realizado una gran cantidad de estudios sobre las estructuras del bie-
nestar subjetivo, bienestar psicológico, y bienestar social por separado, hasta donde conocemos,
no existe por el momento ninguno que haya abordado la relación entre estos tres cons-
tructos. Keyes et al. (2002) estudiaron la relación entre el bienestar subjetivo y el bienestar
psicológico mediante diferentes análisis factoriales, concluyendo que ambos constructos
estaban conceptualmente relacionados pero que eran empíricamente diferentes. Ambos
factores presentaron, sin embargo, una alta correlación estimada. Además, en esta inves-
359La estructura del bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones / D. Díaz et al.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 359
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
tigación se pusieron a prueba mediante análisis confirmatorios diferentes modelos de la
estructura del bienestar, destacando por su ajuste a los datos un modelo de dos factores
ortogonales, denominados bienestar psicológico y bienestar subjetivo. En este estudio, sin
embargo, no se contempló el bienestar social.
La investigación que aquí se presenta consta de dos estudios. En el primero de ellos
se pretende analizar la estructura del bienestar mediante el análisis de la relación exis-
tente entre sus tres constructos centrales: el bienestar subjetivo, el bienestar psicológico y el
bienestar social. Para ello se proponen diferentes modelos teóricos y se analiza su ajuste a
los datos. Nuestra hipótesis de partida es que, dadas las altas correlaciones encontradas
en el estudio de Keyes et al. (2002) entre el bienestar subjetivo y el bienestar psicológico, una
estructura compuesta por dos factores oblicuos denominados bienestar personal (que
englobe al bienestar subjetivo y al bienestar psicológico) y bienestar social será la que mejor se
ajuste a los datos.
En un segundo estudio, se analizarán mediante ecuaciones estructurales las relaciones
existentes entre el modelo de bienestar propuesto por Keyes et al. (2002), y la acción
social y la anomia, y se comparará su capacidad predictiva con la de un nuevo modelo
compuesto por el bienestar personal y el bienestar social. Nuestra hipótesis es que este
nuevo modelo nos permitirá predecir, con mayor exactitud, variables relevantes para el
capital social como son la acción social y la anomia.
ESTUDIO 1
Método
Participantes y procedimiento
En este estudio participaron voluntariamente, y sin recibir ninguna gratificación,
302 personas procedentes de la Comunidad de Madrid con edades comprendidas entre
18 y 72 años. La muestra estuvo compuesta por 168 hombres y 134 mujeres con una
media de 33 años de edad (SD = 13). El procedimiento de captaciónde la muestra fue
mediante el envío de una invitación a participar en el presente estudio a familiares de
estudiantes de la facultad de Psicología. Del total de 412 invitaciones enviadas respon-
dieron positivamente un total de 302 (73.30%). Los participantes completaron, sin
límite de tiempo, un cuadernillo que contenía las escalas del estudio. 
Medidas
Bienestar Subjetivo
Satisfacción con la vida. Para medir la satisfacción con la vida se empleó la escala pro-
puesta por Diener, Emmons, Larsen y Griffin (1985). Esta escala, compuesta por cinco
ítems, muestra unas excelentes propiedades psicométricas (e.g. Díaz, Horcajo y Blanco,
2009). Los participantes respondieron a cada uno de los ítems utilizando un formato de
respuesta con puntuaciones comprendidas entre 1 (totalmente en desacuerdo) y 5 (total-
mente de acuerdo). 
Afecto positivo y negativo. Los participantes respondieron a las Escalas de Afecto Positi-
vo y a las Escalas de Afecto Negativo (Keyes et al., 2002) indicando cuánto tiempo,
durante los últimos 30 días, habían experimentado seis síntomas positivos y seis sínto-
mas de negativos utilizando para ello un formato de respuesta con puntuaciones com-
prendidas entre 1 (ningún tiempo) y 5 (todo el tiempo).
Bienestar Psicológico 
Se aplicó también la versión propuesta por Díaz et al. (2006) de las Escalas de Bienes-
tar Psicológico (Ryff, 1989a). Este instrumento cuenta con un total de seis escalas para
la medición de otras tantas dimensiones (autonomía, autoaceptación, relaciones positi-
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372360
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 360
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
vas, dominio del entorno, propósito en la vida y crecimiento personal) y consta de un
total de 33 ítems (entre 4 y 6 ítems por escala) a los que los participantes respondieron
utilizando un formato de respuesta con puntuaciones comprendidas entre 1 (totalmente
en desacuerdo) y 6 (totalmente de acuerdo). La validez factorial de este instrumento ha
sido comprobada en diferentes estudios (e.g. Van Dierendonck, Díaz, Rodríguez-Carva-
jal, Blanco y Moreno-Jiménez, 2008).
Bienestar Social 
Los participantes contestaron a las Escalas de Bienestar Social de Keyes (1998), vali-
dadas y traducidas al castellano (Blanco y Díaz, 2005). Este instrumento está compues-
to por cinco escalas empleadas para medir otros tantos factores (integración social, acep-
tación social, contribución social, actualización social y coherencia social; para una des-
cripción completa de cada uno de ellos consultar Blanco y Díaz, 2005). Las escalas han
mostrado en diferentes estudios una buena consistencia interna con valores α de Crom-
bach comprendidos entre 0.83 y 0.69, y la estructura propuesta de cinco dimensiones
ha sido comprobada mediante análisis factorial confirmatorio (Blanco y Díaz, 2005;
Keyes, 1998). Los participantes respondieron a los ítems utilizando un formato de res-
puesta de categorías ordenadas con puntuaciones comprendidas entre 1 (totalmente en
desacuerdo) y 5 (totalmente de acuerdo).
Resultados
En la tabla I se presentan las correlaciones de Pearson de las diferentes medidas de
bienestar. Más allá de debates taxonómicos, el panorama general ofrece una imagen
muy consistente del constructo bienestar; la práctica totalidad de las correlaciones, a
excepción de una, resultan significativas. Esta solidez se ve corroborada cuando centra-
mos la atención en lo que acontece en el seno de cada una de las tres tradiciones con las
que nos estamos manejando: como era de esperar, las dimensiones de las distintas escalas
correlacionan entre sí de manera positiva, aunque destacan las poderosas correlaciones
entre algunas de las escalas que definen el Bienestar psicológico, como es el caso de la
Auto-aceptación con el Dominio del Entorno y con el Propósito en la Vida, y de estas
dos últimas entre sí, configurando un núcleo de gran solidez teórica al que debemos
prestar especial atención y que coincide con la propuesta de Kafka y Kozma (2002) de
reagrupar algunas dimensiones del Bienestar Psicológico. La Satisfacción con la Vida, el
Afecto Positivo y el Afecto Negativo también están fuertemente relacionados entre sí.
Analizando las relaciones entre el Bienestar Psicológico y el Bienestar Subjetivo,
podemos señalar que el Afecto Positivo, el Afecto Negativo y la Satisfacción con la Vida
muestran una estrecha relación con la práctica totalidad de las dimensiones que confi-
guran el bienestar psicológico, aunque cabe destacar la estrecha correspondencia que ambos
afectos (positivo y negativo) tienen con la Auto-aceptación, y el Dominio del Entorno. 
Menos contundentes se muestran las correlaciones de las dimensiones del Bienestar
Subjetivo y del Bienestar Psicológico con el Bienestar social, aunque cabe destacar la
buena relación entre la Integración y el Afecto positivo. 
Para profundizar en el análisis de la estructura del bienestar, y siguiendo las reco-
mendaciones realizadas por Díaz, Blanco, Horcajo y Valle (2007), se analizó la dimen-
sionalidad de los datos obtenidos en el estudio por medio de un Análisis Paralelo de
Horn. Se utilizó para ello un programa de sintaxis que fue ejecutado con el SPSS 17. El
programa generó 100 conjuntos de datos aleatorios de las mismas dimensiones que la
muestra de este estudio. Se generaron, pues, 100 conjuntos de datos con el mismo
número de observaciones (n = 302) y variables (14). Los conjuntos de datos se sometie-
ron a un análisis de componentes principales para extraer los autovalores y el programa
calculó la media y el percentil 95 de cada uno de los autovalores en los 100 conjuntos de
datos generados.
361La estructura del bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones / D. Díaz et al.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 361
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
Posteriormente, se realizó un análisis de componentes principales de los datos
reales de nuestro estudio para extraer los autovalores, y los resultados se compara-
ron con los generados aleatoriamente. Tal y como esperábamos, únicamente los dos
primeros factores presentaron en los datos reales un autovalor mayor que en los
datos generados aleatoriamente (Componente 1: Media = 1.37 y Percentil 95 =
1.44; Componente 2: Media = 1.29 y Percentil 95 = 1.34), por lo que fueron rete-
nidos. Los resultados fueron los mismos empleando cualquiera de los criterios de
selección: media o percentil 95.
Siguiendo por tanto el criterio fijado por el Análisis Paralelo para el número de facto-
res a extraer, se realizó un análisis factorial exploratorio con el método de análisis de
componentes principales. En función de los resultados encontrados en estudios previos
que podrían señalar la existencia de factores correlacionados, se empleó un método de
rotación oblicua, en este caso oblimin directo. Las Escalas de Bienestar Subjetivo, tal y
como muestra la tabla II, saturaron fundamentalmente en el primer factor. Las Escalas
de Bienestar Psicológico saturaron, a excepción de las escalas de Autonomía y Creci-
miento Personal, en ambos factores, aunque presentaron cargas factoriales mayores en el
primer factor. La escala de Autonomía mostró una carga factorial sólo en el primer fac-
tor, mientras que, de manera no esperada, la escala de Crecimiento Personal presentó
una alta carga factorial sólo en el segundo. Como era de esperar, la escala de Relaciones
Positivas con los otros, por su componente de interacción persona x situación, mostró
una elevada saturación en ambos factores. Finalmente, las Escalas de Bienestar Social, a
excepción de la escala de Integración Social, mostraron altas saturaciones únicamente en
el segundo factor. Dados los resultados obtenidos hemos denominado al primer factor
como bienestar personal y al segundo factor como bienestar social. Ambos factores han mos-
trado una relaciónmuy estrecha entre sí, como muestra la tabla II.
Basándonos en los resultados anteriores, y teniendo en cuenta las investigaciones pre-
vias, se propusieron diez modelos alternativos de la estructura del bienestar para com-
probar mediante análisis factorial confirmatorio (empleando el programa AMOS 17;
método de estimación: máxima verosimilitud) su ajuste a los datos. 
Los modelos 1 y 2 se proponen como hipótesis nulas. El modelo 1 defiende la ortogo-
nalidad de todos los ítems y por tanto su independencia y la existencia de tantos factores
como ítems. El modelo 2 postula que existe un único factor, llamado bienestar, en el que
saturarían todos los ítems. 
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372362
TABLA I
Correlaciones de las diferentes escalas de bienestar
Escalas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
1.- Satisfac. con la vida .85 .55 -.42 .30 .68 .41 .55 .57 .17 .36 *.07 .26 .26 .18
2.- Afecto Positivo .81 -.68 .33 .66 .41 .64 .53 .25 .38 .17 .24 .32 .24
3.- Afecto Negativo .85 -.36 -.60 -.32 -.58 -.46 -.17 -.27 -.20 -.18 -.30 -.28
4.- Autonomía .75 .46 .23 .48 .34 .30 .24 **.12 .16 .20 .36
5.- Auto-aceptación .84 .52 .77 .71 .31 .41 .22 .32 .32 .33
6.- Relaciones Positivas .80 .45 .44 .38 .43 .38 .31 .35 .26
7.- Dominio del Entorno .72 .74 .38 .39 .20 .33 .35 .40
8.- Propósito en la Vida .83 .45 .44 .19 .39 .38 .31
9.- Crecimien. Personal .70 .37 .34 .42 .38 .41
10.-Integración Social .65 .27 .45 .42 .24
11.-Aceptación Social .85 .26 .47 .41
12.-Contribución Social .82 .40 .28
13.-Actualización Social .67 .39
14.-Coherencia Social .65
Nota. *No significativa. ** p < .05. Todas las demás correlaciones p < .01. En letra resaltada se presentan
los coeficientes de fiabilidad (alfa de cronbach) de las diferentes escalas.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 362
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
Los modelos del 3 al 6 defienden la existencia de tres factores denominados bienestar
subjetivo, bienestar psicológico, y bienestar social. En concreto, el modelo 3 defiende que estos
tres factores son independientes, saturando en el primer factor las Escalas de Satisfacción
con la Vida, Afecto Positivo y Negativo, en el segundo las Escalas de Bienestar Psicoló-
gico, y el tercero las Escalas de Bienestar Social. El modelo 4, como podemos ver en la
figura 1, defiende la misma estructura que el modelo anterior pero propone que los tres
factores están relacionados entre sí; es decir, que son oblicuos. Este modelo podría ser,
por similitud, la extensión del modelo propuesto por Keyes et al. (2002) al considerar
también la necesidad de tener en cuenta el estudio del bienestar social. Es un modelo
similar, sin saturaciones cruzadas, donde cada escala satura en el factor al que teórica-
mente pertenece.
El modelo 5 realiza una propuesta de estructura similar al modelo 4, pero, teniendo
en cuenta los resultados obtenidos en los análisis exploratorios, propone que las escalas
de crecimiento personal y relaciones positivas con los otros saturan tanto en el factor bie-
nestar psicológico como en el factor bienestar social. Finalmente, el modelo 6 postula la
misma estructura, pero proponiendo que la escala de crecimiento personal sature única-
mente en el factor bienestar social.
De acuerdo con nuestra hipótesis, los cuatro últimos modelos (del 7 al 10), corrobo-
ran la existencia de dos únicos factores denominados bienestar personal y bienestar social. El
modelo 7 propone que ambos factores son independientes, saturando las escalas de satis-
facción con la vida, afecto positivo y negativo, y las escalas de bienestar psicológico en el
factor bienestar personal. En el factor bienestar social saturarían las escalas de bienestar
social. El siguiente modelo, el número 8, propone la misma estructura que el modelo 7,
pero sostiene que los tres factores sean oblicuos. El modelo 9 postula una estructura
similar, pero saturando las escalas de crecimiento personal y relaciones positivas en
ambos factores. El último modelo, el 10, como muestra la figura 2, propone la existen-
cia de dos factores oblicuos denominados bienestar personal y bienestar social.
Tal y como recomiendan Hu y Bentler (1999), se calcularon índices de ajuste, tanto
absolutos como relativos, para cada modelo. Los índices absolutos empleados fueron el χ2,
363La estructura del bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones / D. Díaz et al.
TABLA II
Análisis Factorial de Las Medidas de BS, BP y BSo
Medidas 1 2
Satisfacción con la vida .77
Afecto Positivo .82
Afecto Negativo -.74
Autonomía .54
Auto-aceptación .90 .43
Relaciones Positivas .58 .55
Dominio del Entorno .86 .48
Propósito en la Vida .79 .51
Crecimiento Personal .72
Integración Social .48 .62
Aceptación Social .71
Contribución Social .65
Actualización Social .73
Coherencia Social .65
Autovalores 5.96 1.70
% Varianza 42.59 12.14
% Varianza acumulada 42.59 54.73
Nota. Se presenta la matriz de estructura. Método de extracción: Análisis de componentes principales.
Método de rotación: oblimin directo. Correlación entre factores, 46. Se muestran las cargas factoriales
mayores de .40.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 363
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
el SRMR (standarized root-mean-square residual) y, por sus ventajas informativas (e.g.
MacCallum y Austin, 2000), el RMSEA (root mean square error of approximation). Los
índices relativos que hemos calculado son el CFI (comparative fit index) y el IFI (incre-
mental fit index). Aunque se puede considerar que un valor del SRMR < .08, un valor
del RMSEA < .06 y valores del CFI y del IFI > .90 indican un ajuste relativamente
bueno en muestras relativamente pequeñas y con modelos teóricos complejos con
muchos parámetros a estimar, Hu y Bentler (1999) recomiendan valores en los indicado-
res de ajuste SRMR < .06, un valor del RMSEA < .06 y valores del CFI y del IFI > .95.
Los indicadores de ajuste de los diferentes modelos teóricos propuestos se presentan
en la tabla III. Como podemos observar, los modelos 1 y 2 mostraron un mal ajuste a los
datos. Los modelos 3 y 7, que defendían la existencia de factores independientes, tam-
bién presentaron un ajuste claramente insuficiente, confirmando la necesidad de propo-
ner factores oblicuos. El modelo 4, que podemos observar en la figura 1, mostró unos
indicadores de ajuste relativamente aceptables. En esta extensión del modelo de Keyes et
al. (2002), todas las escalas mostraron cargas factoriales mayores de .40 en sus respecti-
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372364
FIGURA 1
Modelo 4 de la Estructura del Bienestar (basado en Keyes et al. 2002)
B. PSICOLÓGICO
RYPROPOS
,82 RYDOMINI
,86
RYRELAPO,58
RYAUTOAC
,89
RYAUTONO
,52
B. SUBJETIVO
AFECTNEG
AFECTPOS
SATISFAC
-,65
,74
,72
RYCRECIM
,50
B. SOCIAL
BSCOHERE
BSACTUAL
BSCONTRI
BSACEPTA
BSINTEGR
,58
,62
,59
,40
,71
,72
,95
,63
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 364
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
vos factores. Sin embargo, y dada la alta correlación estimada entre los factores bienestar
psicológico y bienestar subjetivo (.95), resulta difícil mantenerlos como factores empírica-
mente diferenciables. Los modelos 5 y 6, similares al 4 pero con saturaciones cruzadas
propuestas en función de los resultados obtenidos en el análisis factorial exploratorio,
lograron una mejora en el ajuste a los datos, pero también presentaron correlaciones >
.94 entre el bienestar psicológico y el bienestar subjetivo. Los modelos 8, 9 y 10, que de acuer-
do con nuestra hipótesis presentan dos factores denominados bienestar personal y bienestar
social, mostraron un buen ajuste a los datos, aunque destacaron por su ajuste los modelos
9 y 10. La diferencia entre estos dos últimos modelos es la saturaciónde la escala creci-
miento personal. A pesar de que esta escala pertenece a las Escalas de Bienestar Psicológico,
representando además un elemento teórico esencial del bienestar eudaemónico, tanto los
análisis factoriales exploratorios como los confirmatorios recomiendan su inclusión en el
bienestar social. Concretamente, en el modelo 9, que defiende su saturación en los dos
factores (bienestar social y bienestar psicológico), las saturaciones de esta escala en el factor
bienestar psicológico fueron > .20, mientras que en el factor bienestar social fueron >.50. Por
365La estructura del bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones / D. Díaz et al.
FIGURA 2
Modelo 10 de la Estructura del Bienestar: El Modelo Bidimensional del Bienestar
B. PERSONAL
RYPROPOS
,81
RYDOMINI
,88 RYRELAPO
,32
RYAUTOAC
,89
RYAUTONO
,51
AFECTNEG
AFECTPOS
SATISFAC
RYCRECIM
B. SOCIAL
BSCOHERE
BSACTUAL
BSCONTRI
BSACEPTA
BSINTEGR
,56
,63
,60
,41
,69
-,64
,72
,73
,59
,36
,66
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 365
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
todo ello, el modelo 10, que muestra unos excelentes indicadores de ajuste, es nuestra
propuesta sobre la estructura del bienestar social. Este modelo cuenta únicamente con
una saturación cruzada, la de la escala de relaciones positivas con otras personas. Este hecho,
tal y como hemos comentado con anterioridad, tiene un importante sentido teórico,
dado que esta escala intenta recoger la interacción persona x situación. A pesar de esta
doble saturación, los pesos factoriales en ambas saturaciones fueron > .30.
TABLA III
Análisis Factorial Confirmatorio
Modelo χ2 df CFI IFI SRMR RMSEA
1. Independencia 2044.36 91 .00 .00 .37 .19
2. Un factor 477.18 77 .80 .80 .10 .10
3. Tres factores ortogonales (BS, BP y BSo) 637.33 72 .71 .71 .20 .15
4. Tres factores oblícuos (BS, BP y BSo) 234.37 68 .92 .92 .07 .07
5. Tres factores oblícuos (BS, BP y BSo)
con RP y CP saturando en BP y BSo 196.14 68 .94 .94 .05 .04
6. Tres factores oblícuos (BS, BP y BSo)
con RP saturando en BP y BSo y CP 
saturando sólo en BSo. 196.27 69 .94 .94 .04 .04
7. Dos factores ortogonales (BPer y BSo) 370.56 72 .85 .85 .23 .16
8. Dos factores oblícuos (BPer y BSo) 232.15 68 .92 .92 .06 .05
9. Dos factores oblícuos (BPer y BSo)
con RP y CP saturando en BPer y BSo. 133.12 65 .96 .96 .05 .04
10. Dos factores oblícuos (BPer y BSo)
con RP saturando en ambos factores y CP 
saturando sólo en BSo. 133.45 66 .96 .96 .05 .04
Nota. Todos χ2: P < 0.001.
ESTUDIO 2
Una vez estudiada la relación existente entre el bienestar subjetivo, el bienestar psicológico
y el bienestar social, se diseñó un nuevo estudio para comprobar si el modelo bidimensio-
nal del bienestar que acabamos de proponer resulta ser una herramienta más eficaz, fren-
te al modelo propuesto por Keyes et al. (2002), para el estudio, comprensión, y predic-
ción de diferentes variables sociales como la anomia o la acción social. 
Método
Participantes y procedimiento
En este estudio participaron voluntariamente, y sin recibir ninguna gratificación,
294 personas con una edad media de 32 años (D.T. = 13). La muestra estuvo compuesta
por 124 estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de
Madrid y por 170 personas de la población general de la Comunidad de Madrid. El pro-
cedimiento de captación de la muestra fue, en el caso de las personas de población gene-
ral, mediante el envío de una invitación a participar en el presente estudio a familiares
de estudiantes de la facultad de Psicología. Del total de 212 invitaciones enviadas res-
pondieron positivamente un total de 170 (80.18%). El estudio fue presentado como
una investigación sobre la relación entre el número de ingresos hospitalarios y el bienes-
tar emocional. Los participantes completaron, sin límite de tiempo, un primer cuader-
nillo que contenía, en este orden, las Escalas de Bienestar Social, las Escalas de Bienestar
Psicológico, la Escala de Satisfacción con la vida y las escalas de Afecto Positivo y Afecto
Negativo. Posteriormente completaron un segundo cuadernillo que incluía las escalas
de Anomia y Acción Social.
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372366
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 366
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
Medidas
Variables independientes 
Se utilizaron las mismas escalas que en el estudio anterior. Bienestar Social, Bienestar
Psicológico. Satisfacción con la Vida y Afecto positivo y negativo.
Variables dependientes 
Anomia. Para medir la anomia (Srole, 1956) se emplearon tres ítems contenidos en la
“General Social Survey” (GSS) (Davis y Smith, 1994). Los participantes respondieron
utilizando un formato de respuesta comprendida entre 1 (totalmente en desacuerdo) y 5
(totalmente de acuerdo) a las siguientes afirmaciones: “muchos empleados públicos no
se preocupan por el ciudadano medio”, “la tendencia del ciudadano medio es ir a peor,
no a mejor”; “mirando hacia el futuro no es adecuado traer niños al mundo teniendo en
cuenta como van las cosas”. Estos ítems han sido utilizados por varios autores (e.g.
Keyes, 1998) para medir anomia y muestran unas propiedades psicométricas aceptables
con una consistencia interna (α) de .57 en el estudio de la GSS. En nuestro estudio la
escala mostró los mismos niveles de fiabilidad (α = .58).
Acción social. Los participantes respondieron empleando un formato de respuesta con
puntuaciones comprendidas entre 1 (nunca) y 4 (habitualmente) a las dos siguientes
preguntas: “¿has trabajado con otras personas de tu entorno para intentar resolver pro-
blemas de la sociedad?” y “¿has realizado algún trabajo social como voluntario en una
ONG o asociación?”. Dada la alta correlación entre ambas respuestas (r = .78) se creó un
único índice.
Resultados
Se estudiaron mediante análisis de ecuaciones estructurales, empleando el programa
AMOS 17 (método de estimación máxima verosimilitud), dos modelos diferentes del
bienestar: a) el modelo propuesto por Keyes et al. (2002) que defiende la existencia de
dos factores correlacionados denominados bienestar subjetivo y bienestar psicológico donde
las escalas de Satisfacción con la Vida, Afecto Positivo y Afecto Negativo saturarían en
el factor bienestar subjetivo, y las Escalas de Bienestar Psicológico saturarían en el factor
bienestar psicológico, y b) un nuevo modelo que defiende la existencia de dos factores deno-
minados bienestar personal y bienestar social, y que ha sido presentado en el estudio ante-
rior.
Acción social
Como podemos observar en la figura 3, en el modelo bienestar subjetivo-bienestar psicoló-
gico, la relación entre en el bienestar subjetivo y la acción social no fue estadísticamente sig-
nificativa (β = -.13; p = .59), lo contrario de lo que ocurrió entre el bienestar psicológico y la
acción social (β = .18; p = .04), aunque no se nos oculta que se trata de una relación baja.
Todas las varianzas de los errores de medida de las variables de este modelo estuvieron
comprendidas entre .14 y .87. Este modelo predijo únicamente un 3% (CMC = .03) de
la varianza de la variable dependiente acción social. En el otro modelo (bienestar personal-
bienestar social), no hubo relación significativa entre el bienestar personal (factor en el
que saturan tanto las medidas de bienestar psicológico como las medidas de bienestar subjeti-
vo) y la acción social (β = .15; p = .07). Sin embargo, los análisis revelaron una fuerte
relación entre el factor bienestar social y la acción social (β = .63; p = .00). Las varianzas de
los errores de medida de las variables de este modelo estuvieron comprendidas entre .22
y .82. El modelo bienestar personal-bienestar social predijo un 25% (CMC = .25) de la
variable acción social.
367La estructura del bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones / D. Díaz et al.
05. DIAZ 20/7/1112:12 Página 367
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
Anomia 
En el modelo bienestar subjetivo-bienestar personal no se encontró, de nuevo, relación
significativa entre el factor bienestar subjetivo y la variable dependiente, en este caso, la
anomia (β = -.16; p = .35). El factor bienestar psicológico mostró una conexión significativa
con la anomia (β = .36; p =.00). Las varianzas de los errores de medida de las variables de
este modelo estuvieron comprendidas entre .23 y .88. Este modelo explicó un 13% de
la variable dependiente (CMC = .13). Por otra parte, en el modelo bienestar personal-bie-
nestar social, el primero no mostró una relación significativa con la anomia (β = .01; p =
.94), lo contrario de lo que ocurrió con el factor bienestar social (β = .52; p = .00). Las
varianzas de los errores de medida de las variables de este modelo estuvieron compren-
didas entre .26 y .79. El modelo bienestar personal-bienestar social explicó un 27% de la
varianza de la variable anomia (SMC = .27).
Discusión
Apoyándose en la propuesta del “International Wellbeing Group”, del “Austra-
lian Center on Quality of Life”, que dirige Robert Cummins, Ferrán Casas, el autor
que de manera más sostenida ha abordado el estudio del bienestar en nuestro país,
ha propuesto la denominación “bienestar personal” para referirse al que considera
su hecho nuclear: “que las personas se sientan o no globalmente bien a lo largo del
tiempo vital (…) como consecuencia de la interinfluencia entre aspectos internos
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372368
FIGURA 3
Capacidad Predictiva de los Modelos de Bienestar Propuestos
B. PSICOLÓGICOB. SUBJETIVO
,03
AC. SOCIAL
,18
B. PERSONAL B. SOCIAL
,25
AC. SOCIAL
,63
 
B. PSICOLÓGICOB. SUBJETIVO
,13
ANOMIA
,36
B. PERSONAL B. SOCIAL
,27
ANOMIA
,52
Nota. En la figura se presentan los coeficientes de regresión estandarizados y, en cursiva, el SMC de las
variables dependientes. La ausencia de flechas indica una relación no significativa. Los coeficientes en
negrita indican niveles de significación p < .01. Los coeficientes sin resaltar niveles de significación p
< .05. * χ2 = 170.8; df = 41; CFI = 0.91; IFI = 0.91; SRMR = 0.06; RMSEA= 0.06. ** χ2 = 211.5;
df = 92; CFI = 0.94; IFI = 0.94; SRMR = 0.05; RMSEA= 0.05. *** χ2 = 190.7; df = 51; CFI = 0.91;
IFI = 0.91; SRMR = 0.06; RMSEA= 0.06. **** χ2 = 266.8; df = 105; CFI = 0.93; IFI = 0.93;
SRMR = 0.05; RMSEA= 0.05.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 368
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
(psicológicos) y sus interacciones externas (psicosociales) con otras personas y con el
entorno” (Casas, 2010, p. 86). Aunque no se han tenido en cuenta las dimensiones
clásicas en el estudio de la personalidad, los datos obtenidos en esta investigación
apuntan en esta dirección, con un matiz que podríamos también considerar como
“nuclear”: las correlaciones de Pearson entre las diferentes medidas de bienestar
incluidas en el estudio 1 han señalado la presencia de estrechas relaciones dentro de
las dimensiones que componen cada uno de los constructos (bienestar subjetivo, bie-
nestar psicológico y bienestar social) y apuntan a una importante unidad teórica y con-
ceptual. Si acercamos un poco el punto de mira, observamos que las Escalas de Bie-
nestar Psicológico correlacionaron de manera muy sólida, a excepción de la Escala
de Crecimiento Personal, con las Escalas de Bienestar Subjetivo, lo que sugiere una
estrecha relación conceptual entre ambos constructos. En esa misma dirección se
mostraron los datos de la investigación de Keyes et al. (2002). Las Escalas de Bie-
nestar Social, por su parte, mostraron relaciones igualmente significativas, excep-
ción hecha de la Satisfacción con la Vida y la Aceptación Social, aunque claramente
más moderadas, con las Escalas de Bienestar Subjetivo. Las relaciones entre las
Escalas de Bienestar Psicológico y Bienestar social incrementan sensiblemente su
intensidad, sin llegar al nivel de la conexión establecida entre el bienestar psicológico
y el bienestar subjetivo. Debemos destacar en este caso el comportamiento mostrado
por la escala de Integración Social, sin duda la dimensión con mayor carga factorial
en el bienestar social, que además presenta las relaciones más estrechas con el resto de
dimensiones del bienestar empleadas en este estudio. Estos resultados tienen un
sólido aval teórico en propuestas teóricas de tanta solvencia psicosocial como las del
apego, la afiliación, la pertenencia, y, más recientemente, la percepción de conti-
nuidad (véase; Herrera, Sani y Bowe, 2010; Taylor, 2002). 
La cercanía encontrada entre el bienestar subjetivo y el bienestar psicológico nos invita a
proponer su agrupación bajo un factor al que hemos denominado bienestar personal. La
distancia que ambos muestran con las Escalas del Bienestar Social nos indica que, a
pesar de sus relaciones positivas con el Bienestar Subjetivo y, sobre todo, con el Bienes-
tar Psicológico, el constructo teórico bienestar social mantiene peculiaridades lo suficien-
temente distintivas que es necesario respetar, y reclama su espacio y su significado como
una realidad diferente, aunque relacionada y cercana con el Bienestar Subjetivo y el Bie-
nestar Psicológico. Esta es la dirección que nos muestran los análisis factoriales efectua-
dos.
Desde el punto de vista psicosocial tiene pleno sentido la distinción que nos
ofrecen los datos. En primer lugar, porque los escenarios y las instituciones sociales
a las que alude Miller (1969) como marco inexcusable del bienestar, quedan muy
diluidos en las propuestas del bienestar subjetivo y del bienestar psicológico. El segundo
estudio nos ofrece una de las claves: el modelo bienestar subjetivo-bienestar psicológico
tan sólo explica una pequeña parte de la varianza de la acción social, mientras que el
modelo propuesto (bienestar personal-bienestar social) da cuenta del 25% de la varian-
za de la acción social y del 27% de la anomia. No basta con señalar la existencia de
factores sociales relacionados con el bienestar; es necesario introducir en la concep-
ción y medición del bienestar “fuerzas socio-estructurales” que “pueden frenar o
facilitar la capacidad y las oportunidades de las personas para responder de manera
eficaz a los retos de la vida social” (Keyes, 1998, p. 123); dimensiones que respon-
dan a la inapelable necesidad de “situar” cualquier aspecto del comportamiento y
de la experiencia humana, el bienestar entre ellos. El sujeto del bienestar es un suje-
to situado cuyo perfil han ido trazando con mano maestra Lewin, Mead, Asch, She-
rif, Festinger, Tajfel, Zimbardo, entre otros. Siguiendo el trazo marcado por estos
autores, resulta fácil entender que la naturaleza y la experiencia del bienestar no se
agota en el papel que pueden jugar los procesos motivacionales y cognitivos (Lyu-
bomirsky, 2001). Necesitamos mirar más allá del componente puramente hedónico
369La estructura del bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones / D. Díaz et al.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 369
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
individual (Diener, Lucas y Scollon, 2006) y dejarnos aconsejar por “esa cualidad
esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de
la historia, del yo y del mundo” a la que Wright Mills (1961, p. 23) dio el nombre
de “imaginación sociológica”, que será la que presida la apuesta teórica de los maes-
tros de la Psicología social. “La psicología social puede y debe incluir, entre sus pre-
ocupaciones teóricas y en relación con la investigación, un interés directo por las
relaciones entre el funcionamiento psicológico humano y los procesos y aconteci-
mientos sociales a gran escala que moldean este funcionamientoy son moldeados
por él” (Tajfel, 1984, p. 23). Es el constructo “bienestar social” el que nos garantiza
ese nexo de unión, el que nos ayuda a conocer en toda su complejidad el fenómeno
del bienestar. Cuando empleamos un modelo que contempla su evaluación, como el
modelo bidimensional bienestar personal-bienestar social, la capacidad predictiva sobre
variables sociales tan relevantes para el bienestar como las relaciones sociales, la
anomia, la acción social, el sentimiento de pertenencia y participación social,
aumenta. 
Se trata, por lo demás, de variables respecto a las cuales cabe una difícil neutrali-
dad: el bienestar se erige en una de las razones de ser teóricas y axiológicas de la Psi-
cología como ciencia y como profesión dando, así, respuesta al inevitable compro-
miso moral de cualquier ciencia (Proctor, 1991), especialmente de la ciencia social
(Nisbet, 1969; Wright Mills, 1961), y confesando, una vez más, la “convicción de
que una psicología social neutral es prácticamente imposible (la neutralidad en las
ciencias sociales a menudo significa la toma de postura implícita)” (Tajfel, 1984, p.
24). Sigue habiendo razones para sostener que “el bienestar, heredero teórico de
aquel principio emancipación que congregó a los grandes pensadores del XIX,
constituye la aspiración moral de la Psicología como ciencia y como profesión, y,
por tanto y al mismo tiempo, es el marco que define la intervención” (Blanco y
Valera, 2007, p. 17). En un gesto casi insólito en la Psicología norteamericana,
Diener y Seligman (2004, p. 24) dedican el último epígrafe de su exhaustiva revi-
sión al compromiso de la Psicología preguntándose “si los indicadores del bienestar
favorecerían una política de derechas o de izquierdas, y, por tanto, representan una
agenda política concreta”. Lo realmente importante no es la respuesta, política-
mente correcta, por la que se decantan (los resultados propugnan tanto una política
de derechas como de izquierdas), sino el hecho de que hayan hecho de manera tan
abierta la pregunta. 
Las variables que hacen acto de presencia cuando activamos las dimensiones del bie-
nestar social nos conducen, de manera prácticamente inevitable, a la salud mental
(Keyes, 1998; 2005; OMS, 1991), a la salud positiva (Gable y Haidt, 2005; Vázquez y
Hervás, 2008), a la positividad de las instituciones, de las organizaciones (Salanova,
2008) y de los escenarios sociales: “una psicología positiva necesita tomar en considera-
ción las comunidades positivas y las instituciones positivas” (Seligman y Csikszent-
mihalyi, 2000, p. 8). Las aplicaciones que tienen los modelos de bienestar que incluyen
el bienestar social son el último punto de reflexión. Estos modelos, al aumentar su capaci-
dad predictiva sobre variables sociales relevantes incrementan enormemente su aplica-
bilidad en el desarrollo de estrategias de intervención, al permitirnos comprender mejor
los procesos sociales. 
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372370
Referencias
ALLPORT, G. W. (1961). Pattern and growth in personality. Nueva York: Holt, Rinehart & Winston.
ANDREWS, F. & WHITNEY, S. (1976). Social indicators and urban policy analysis. Socio-Economic Planning Sciences, 10, 193-
198.
BAUMEISTER, R. & LEARY, M. (1995). The Need to Belong: Desire for Interpersonal Attachments as a Fundamental Human
Motivation. Psychological Bulletin, 117, 497-529.
BLANCO, A. & VALERA, S. (2007). Los fundamentos teóricos y axiológicos de la intervención social. En A. Blanco & J. Rodrí-
guez Marín (Coords.), Intervención Psicosocial (pp. 1-44). Madrid: Prentice-Hall.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 370
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
BLANCO, A. & DÍAZ, D. (2005). El bienestar social: su concepto y medición. Psicothema, 17, 582-589. 
BARRÓN, A. & CHACÓN, F. (1992). Apoyo social percibido: su efecto protector contra los eventos vitales estresantes. Revista de
Psicología Social, 7, 53-59.
BRADBURN, N. (1969). The strucuture of psychological well-being. Chicago: Aldine.
BRIEF, A. & WEISS, H. (2002). Organizational Behavior: Affect in the Workpalce. Annual Review of Psychology, 53, 279-307.
CACIOPPO, J., GARDNER, W. & BERNSTON, G. (1999). The affect system has parallel and integrative processing components:
Form follows function. Journal of Personality and Social Psychology, 76, 839-855.
CAMPBELL, R. (1969). Reforms as Experiments. American Psychologist, 24, 409-429.
CAMPBELL, A., CONVERSE, P. E. & RODGERS, W. L. (1976). The quality of American life: perceptions, evaluations and satisfactions.
Russel Sage Foundation. Nueva York: Wiley.
CASAS, F. (2010). El bienestar personal: Su investigación en la infancia y la adolescencia. Encuentros en Psicología Social, 5, 85-
101.
CUMMINS, R. & CAHILL, J. (2000). Avances en la compresión de la calidad de vida subjetiva. Intervención Psicosocial, 9, 185-
198.
DAVIS, J. & SMITH, T. (1994). General Social Surveys 1972-1974: Cumulative Codebook. Chicago: National Opinion Research
Center. University of Chicago.
DEUTSCH, M. (1969). Socially Relevant Science. Reflections on Some Studies of Interpersonal Conflict. American Psychologist,
24, 1076-1092.
DÍAZ, D., BLANCO, A., HORCAJO, J. & VALLE, C. (2007). Aplicación del Modelo del Estado Completo de Salud al estudio de
la depresión. Psicothema, 19, 286-294.
DÍAZ, D., HORCAJO, J. & BLANCO, A. (2009). Development of an implicit well-being measure using the implicit association
test. The Spanish Journal of Psychology, 12, 604 -617.
DÍAZ, D., RODRÍGUEZ-CARVAJAL, R., BLANCO, A., MORENO-JIMÉNEZ, B., GALLARDO, I, VALLE, C. & VAN DIERENDONCK, D.
(2006). Validación española de las escalas de bienestar psicológico de Ryff. Psicothema, 18, 572-577.
DIENER, E. & SELIGMAN, M. (2004). Beyond Money. Towards an Economy of Well-Being. Psychological Science in the Public
Forum, 5, 1-31.
DIENER, E., LUCAS, R. & SCOLLON, C. (2006). Beyond the Hedonic Treamill. Revising the Adaptation Theory of Well-
Being. American Psychologist, 61, 305-314.
DIENER, E., SMITH, H. & FUJITA, F. (1995). The personality structure of affect. Journal of Personality and Social Psychology, 69,
130-141.
DIENER, E., SUH, E., LUCAS, R. & SMITH, H. (1999). Subjective well-being: three decades of progress. Psychological Bulletin,
125, 276-302.
DIENER, E., EMMONS, R., LARSEN, R. & GRIFFIN, S. (1985). The Satisfaction with Life Scale. Journal of Personality Assessment,
49, 71-75.
ELMS, A. (1972). Social psychology and social relevance. Boston: Little, Brown and Co.
GABLE, A. & HAIDT, J. (2005). What (and Why) Is Positive Psychology? Review of General Psychology, 9, 103-110.
HERRERA, M., SANI, F. & BOWE, M. (2010). Percepción de continuidad e identificación grupal: implicaciones para el bienes-
tar social. Revista de Psicología Social, 12, 203-214.
HU, L. & BENTLER, P. M. (1999). Cutoff criteria for ?t indexes in covariance structure analysis: conventional criteria versus
new alternatives. Structural Equation Modeling, 6, 1-55.
HOWELL, R. & HOWELL, C. (2008). The Relation of Economic Status to Subjective Well-Being in Developing Countries: A
Meta-Analysis. Psychological Bulletin, 134, 536-560.
INGLEHART, R. (1991). El cambio cultural en las sociedades industriales avanzadas. Madrid: Siglo XXI/CIS.
KAFKA, G. J. & KOZMA, A. (2002). The construct validity of Ryff’s scales of psychological well-being (SPWB) and their rela-
tionship to measures of subjective well-being. Social Indicators Research, 57, 171-190.
KARADEMAS, E. (2006). Self-efficacy, social support and well-being: The mediating role of optimism. Personality and Indivi-
dual Differences, 40, 1281-190.
KEYES, C. (1998). Social Well-Being. Social Psychology Quarterly, 61, 121-140.
KEYES, C. (2005). Mental Illness and/or Mental Health? Investigating Axioms of the Complete State Model of Health. Jour-
nal of Consulting and Clinica Psychology, 73, 539-548.
KEYES, C., RYFF, C. & SHMOTKIN, D. (2002). Optimizing well-being: theempirical encounter of two traditions. Journal of
Personality and Social Psychology, 82, 1007-1022.
LYUBOMIRSKY, S. (2001). Why Are Some People Happier Than Others? The Role of Cognitive and Motivational Processes in
Well-Being. American Psychologist, 56, 239-249.
MASLOW, A. H. (1968). Toward a psychology of being. Nueva York: D. Van Norstrand.
MACCALLUM, R. C. & AUSTIN, J. T. (2000) Applications of structural equation modeling in psychological research. Annual
Review of Psychology, 51, 201-226
MILLER, G. (1969). Psychology as a Means of Promoting Social Welfare. American Psychologist, 24, 1063-1075.
NISBET, R. (1969). La formación del pensamiento sociológico. Buenos Aires: Amorrortu.
OMS (2001). Informe sobre la salud en el mundo 2001. Salud mental: nuevos conocimientos, nuevas esperanzas. Ginebra: Organización
Mundial de la Salud.
PROCTOR, R. (1991). Value Free Science? Purity and Power en Modern Knowledge. Cambridge: Harvard University Press.
RING, K. (1967). Experimental Social Psychology. Some sober questions about some frivolous values. Journal of Experimental
Social Psychology, 3, 113-123.
ROGERS, C. R. (1961). On becoming a person. Boston: Houghton Mifflin.
RYAN, R. M. & DECI, E. L. (2001). To be happy or to be self-fulfilled: A review of research on hedonic and eudaemonic well-
being. En S. Fiske (Ed.), Annual Review of Psychology (Vol. 52, pp. 141-166). Palo Alto, CA: Annual Reviews, Inc.
RYFF, C. (1989a). Beyond Ponce de Leon and life satisfaction: New directions in quest of successful aging. International Jour-
nal of Behavioral Development, 12, 35-55.
RYFF, C. (1989b). Happiness is everything, or is it? Explorations on the meaning of psychological well-being. Journal of Perso-
nality and Social Psychology, 57, 1069-1081.
SALANOVA, M. (2008). Organizaciones saludables: una aproximación desde la Psicología Positiva. En C. Vázquez & G. Her-
vás (Eds.), Psicología positiva aplicada (pp. 403-427). Bilbao: Desclée de Brouwer.
371La estructura del bienestar: el encuentro empírico de tres tradiciones / D. Díaz et al.
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 371
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15
 
SELIGMAN, M. & CSIKSZENTMIHALYI, M. (2000). Positive Psychology. An Introduction. American Psychologist, 55, 5-14.
SEN, A. (1996). Capacidad y bienestar. En M. Nussbaum & A. Sen (Eds.), La calidad de vida (pp. 54-83). México: F.C.E.
SILVERMAN, I. (1971). Crisis in Social Psychology: The relevance of relevance. American Psychologist, 26, 583-584.
SROLE, L. (1956). Social integration and certain corollaries: an exploratory study. American Sociological Review, 21, 709-
716.
TAJFEL, H. (1984). Grupos humanos y categorías sociales. Barcelona: Herder.
TAYLOR, S. (2002). Lazos vitales. De cómo el cuidado y el afecto son vitales para nuestras vidas. Madrid: Taurus.
VAN DIERENDONCK, D., DÍAZ, D., RODRIQUEZ-CARVAJAL, R, BLANCO, A. & MORENO-JIMENEZ, B. (2008). Ryff’s six-
factor model of psychological well-being, a Spanish exploration. Social Indicators Research, 87, 473-479.
VÁZQUEZ, C. & HERVÁS, G. (2008). Salud positiva: del síntoma al bienestar. En C. Vázquez & G. Hervás (Eds.), Psicolo-
gía positiva aplicada (pp. 17-39). Bilbao: Desclée de Brouwer.
VEENHOVEN, R. (1994). El estudio de la satisfacción con la vida. Intervención Psicosocial, 3, 87-116.
WRIGHT MILLS, C. (1961). La imaginación sociológica. México: F.C.E.
Revista de Psicología Social, 2011, 26 (3), pp. 357-372372
05. DIAZ 20/7/11 12:12 Página 372
D
ow
nl
oa
de
d 
by
 [
U
A
M
 U
ni
ve
rs
ity
 A
ut
on
om
a 
de
 M
ad
ri
d]
 a
t 0
1:
22
 0
6 
N
ov
em
be
r 
20
15

Continuar navegando