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Clasicismo

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Clasicismo
Contenido
¿Qué es el clasicismo?	3
Contexto histórico del clasicismo	3
Características del clasicismo	4
Estilo y temas del clasicismo	5
	En la música	5
	En la pintura	5
	En la escultura	5
	En la arquitectura	6
	En la literatura	6
Clasicismo y neoclasicismo	6
Clasicismo en México	7
¿Qué es el clasicismo?
El clasicismo es un movimiento cultural, estético e intelectual, que tuvo lugar en la Edad Moderna de Occidente (del siglo XVII al XVIII) y que consistió en el deseo de recuperar o retornar a los patrones filosóficos y artísticos de la Antigüedad clásica.
El clasicismo afectó prácticamente a todos los campos artísticos, desde la literatura y la música hasta las artes visuales y decorativas. Fue la tendencia dominante durante los siglos XVIII y XIX, en los que se le opuso abiertamente el movimiento romántico.
Su incorporación a las academias dio origen al academicismo, y tuvo un período de renovación conocido como neoclasicismo.
Aunque, como su nombre lo indica, este movimiento proponía un retorno al mundo clásico (la Antigua Grecia y la Antigua Roma), en realidad el clasicismo continuó la línea trazada por movimientos culturales surgidos en la Baja Edad Media y el Renacimiento, como fue el humanismo. De hecho, hay una fase del Renacimiento que se conoce con el mismo nombre.
Contexto histórico del clasicismo
El clasicismo surge en un instante en que Occidente deja atrás el orden social, político y filosófico del Medioevo, marcado por la religión y el control de la Iglesia sobre el sistema feudal. Dicha ruptura se denominó Renacimiento, en el sentido de que renació la cultura clásica occidental.
El clasicismo surgió influenciado por las ideas del Renacimiento y también comparte época con la Ilustración francesa, cuyo gran símbolo fue la Revolución Francesa de 1789. En ella se depuso la monarquía de la aristocracia francesa y se fundó el primer gobierno republicano.
La república consagró los derechos universales del ser humano bajo la consigna de “libertad, igualdad y fraternidad”. La Ilustración refleja el desplazamiento de la fe como valor supremo de la humanidad por el de la razón. Para ello fue crucial oponer la tradición grecorromana a la cristiana.
Características del clasicismo
El clasicismo se caracterizó por lo siguiente:
· Propuso volver a los valores estéticos y filosóficos de la antigüedad clásica: simplicidad, unidad, sobriedad, racionalidad, armonía y mímesis (imitación de la realidad).
· Tuvo importantes manifestaciones en las distintas artes: música, literatura, escultura, pintura, arquitectura, etc.
· Aspiró a un modelo de arte universal, idealista, armónico, claro y sobrio, en el que se conservaran las proporciones, y el equilibrio.
· El clasicismo fue contemporáneo al manierismo, y luego al barroco y al rococó, y permaneció como tendencia dominante durante el siglo XIX.
Estilo y temas del clasicismo
El clasicismo favoreció el retorno de motivos, relatos, escenas e ideales grecorromanos, especialmente de su tradición mitológica. Esto implica la pérdida de importancia del imaginario religioso cristiano. En su lugar, la temática se concentró en gestas épicas clásicas y la representación de los sentimientos e inquietudes propias del humanismo.
Por otro lado, el clasicismo introdujo características específicas en cada forma de arte:
· En la música. Se produjo una evolución de la orquesta clásica, con cuerdas, vientos y percusión, y un crecimiento de la ópera bufa. La música clásica fue elegante, contenida, refinada y equilibrada, basada en la simpleza de armonías y melodías, ordenadas, regulares, y dotadas de enormes talentos que aún se consideran entre los más grandes autores musicales de Occidente.
· En la pintura. Como hemos dicho, se privilegió el regreso de los motivos mitológicos grecorromanos, que se recreaban grácilmente, sin brusquedades, mediante planos sucesivos, sin contrastes violentos ni actitudes exageradas, propias más bien del manierismo y el barroco. Se hicieron cuadros sobrios en los que las figuras ocupan el centro de la composición.
· En la escultura. Se recuperó la armonía del cuerpo humano como principio básico de la ejecución escultórica, así como la sobriedad, las formas delicadas y la simetría. En ello tuvo lugar la expresión de los sentimientos, aunque no del modo exagerado propio del barroco.
· En la arquitectura. Se persiguió el equilibrio entre la base y la altura, alejándose de las estructuras puntiagudas del gótico medieval y prefiriendo lo horizontal, lo unitario. Son buenos ejemplos de ello la Puerta de Brandenburgo en Berlín, o el Museo del Prado en Madrid.
· En la literatura. El clasicismo empezó a triunfar a finales del siglo XVI, y es un claro ejemplo de ello el ensayo La poética del francés Nicolás Boileau (1636-1711), cuyo título ya deja ver los nexos con Aristóteles y su Poetika clásica. En este texto se abogaba por una literatura que alcance las emociones a través del lenguaje del intelecto. Esto se tradujo en el predominio de las formas aristotélicas en la dramaturgia, del verso alejandrino en poesía, y la recuperación de algunas formas clásicas como la fábula, la égloga y la elegía.
Clasicismo y neoclasicismo
El neoclasicismo, como su nombre sugiere, fue un movimiento de renovación del clasicismo, surgido en el siglo XVIII, en el seno del pensamiento ilustrado.
Buscaba incorporar al arte los preceptos filosóficos de la Ilustración, como la racionalización de todos los aspectos vitales y ética laica. Sin embargo, coincidiendo con la decadencia del bonapartismo, el neoclasicismo fue perdiendo fuerza en favor del movimiento romántico.
Clasicismo en México
El clasicismo coincidió con los años finales de la Colonia Española en América Latina, y se manifestó con fuerza, a través de la construcción de grandes catedrales, como las de México, Puebla, Cuzco, Mérida, Guadalajara y Lima.
El territorio del entonces Virreinato de la Nueva España ocupaba un lugar importante en la llegada de esta corriente al continente americano, lo cual la planificación urbanística y en la mayoría de las actividades culturales de fines del siglo XVI, preludio al estilo colonial del siglo XVII.
Sin embargo, así como en España, en América Latina toda vibró con mucha más intensidad el movimiento del barroco, que llegó a producir en estas costas el ultrabarroco, cuya abundancia de formas era más propicia para representar la cultura mestiza en formación, que los rigores del clasicismo.

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