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PONENCIA 2 2023

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Seminario Pedagógico Cultural 
“TOMA DE APUNTES VISUALES: EL REGISTRO GRÁFICO COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA 
 
 
 
 
“ELEMENTOS ESENCIALES PARA 
ABORDAR EL APRENDIZAJE” 
 
 
 
 
Expositora: ADRIANA SOSA 
 
 
Año 2023 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN 
En la escuela se producen intercambios humanos intencionados al 
aprendizaje de nuevos conocimientos, al desarrollo de competencias cognitivas, 
socio- afectivas, comunicativas, etc. y a la construcción de la identidad de los 
sujetos como individuos y de la escuela como comunidad que convoca y genera 
adhesión. En la escuela se producen intercambios humanos intencionados al 
aprendizaje de nuevos conocimientos, al desarrollo de competencias cognitivas, 
socio afectivas, comunicativas, etc y a la construcción de la identidad de los 
sujetos como individuos y de la escuela como comunidad que convoca y genera 
adhesión. 
La escuela es una institución que fabrica subjetividades. Todos los que 
hemos asistido a la escuela, sabemos que es una experiencia que deja huellas 
y que en algunos estudiantes deja una marca negativa y otra positiva. Entonces 
la pregunta siempre es ¿Cómo hacer de esa experiencia tan vital como es la 
escuela, un espacio de socialización que sea de esperanza que sea habitable 
por todos, con las diversidades que incluye nuestra sociedad? ¿Y cómo hacer 
para que la convivencia sea con inclusión democrática, es decir, que todos los 
niños, niñas, jóvenes, adolescentes y adultos puedan habitar en el mismo 
espacio siendo una escuela que albergue a las grandes mayorías? 
La escuela es un lugar de relaciones. Podemos pasar por ella sin 
vincularnos con otros, sin intentar generar lazos sociales, sin generar una 
grupalidad. Este interactuar con otros, es un espacio de tiempo en el que 
pasamos muchas horas de nuestras vidas. Entonces es importante ver cómo se 
tejen los vínculos en la escuela, qué sienten los estudiantes, lo interesante de su 
vida emotiva, cómo es su experiencia vincular subjetiva, cómo configuran una 
estructura emotiva, cómo pueden incluso fabricar una auto valía social y escolar, 
es decir, fabricar una autoestima más alta de la que poseen, por ejemplo por ser 
de sectores más desfavorecidos que en general no son reconocidos o no son 
valorados. 
La escuela es una institución que puede dotar de valía social y hacer 
visibles a sujetos o a grupos que son casi invisibilizados en la sociedad, y 
entonces puede darles más poder aquellos que no lo tienen dentro de esa 
sociedad. Vivir junto a otros nos cuesta en la sociedad y nos cuesta también en 
la escuela y es todo un aprendizaje, quiere decir que la convivencia es un 
aprendizaje. Lo cierto es que hay veces que ese aprendizaje se hace con formas 
de violencia y en ese sentido hay que tramitar esta forma de violencia porque se 
percibe como un dolor social. En general quienes son violentados en la escuela 
son niños que sufren que les genera un daño psíquico. Entonces la escuela es 
un lugar para reparar estas situaciones que cada días son más frecuentes y 
difíciles de resolver. 
Por eso es tan importante poner foco en los niños que cada vez son más 
vulnerables y la escuela es un lugar donde se focalizan más estas cuestiones. 
 
 
 
DESARROLLO 
Podemos observar que dentro del ámbito escolar, además de la violencia 
física, surgen formas de violencia simbólica como humillación. En general esta 
idea de “me rebaja con la mirada”, “me hace sentir inferior”, “me mira mal” son 
expresiones que los niños sienten que son humillados y la humillación es una 
forma de violencia simbólica, que es bastante habitual en la escuela y sobre la 
hay que trabajar, porque es una práctica cultural bastante común en nuestra 
sociedad. Establecer un vínculo entre un “ellos y nosotros”, una suerte muro 
simbólico, entre “ustedes que son inferiores y nosotros que nos sentimos 
superiores”. 
En muchas situaciones, los alumnos dicen: “nosotros siempre nos 
llevamos así y en esta escuela nos tratamos así”. Entender que “aprender a 
tratarse bien”, forma parte importante de la convivencia, porque eso tiene una 
consecuencia subjetiva, es decir todos necesitamos identificarnos con un grupo, 
necesitamos pertenece. Muchas veces, la violencia es una expresión de sentirse 
incluido en un grupo. Escuchamos expresiones como: “le pegué al otro porque 
necesito ser reconocido por los demás” o “por tener un lugar” o “necesito el 
liderazgo en este grupo”, entonces la idea de la grupalidad o de los vínculos en 
la escuela es una idea central, porque a veces los niños o los jóvenes no son 
violentos en sí mismos, sino que se establecen relaciones o dinámicas de 
violencia que se van naturalizando. (“le pego porque es negro, porque es pobre… 
etc” 
Una de las características de la humillación es que se hace pública y los 
niños y las niñas, entonces sienten vergüenza. Es aquí donde aparece nuestro 
gran interrogante: cómo va a querer retornar ese niño, esa niña, o ese o esa 
joven a la escuela si siente un sufrimiento profundo? Hay mucho para trabajar 
sobre ese territorio simbólico de los vínculos, porque reproduce aquellas 
expresiones del racismo y de la discriminación que están en la sociedad y la 
escuela es una de las pocas instituciones que produce lazos sociales, que tiene 
el mandato de albergar a todos. Es de imperiosa necesidad, trabajar sobre esas 
prácticas culturales que son pequeñas o parecen pequeñas pero son las que 
constituyen nuestra subjetividad, incluso pasan los años y todos nos acordamos 
de aquel estudiante que nos humilló, que nos rebajó con la mirada, en ese 
sentido la escuela deja marcas y es una experiencia de subjetivación fuerte. 
Debemos “celebrar” la democratización de la escuela porque hay que “celebrar” 
la democratización de cualquier esfera de lo público. Eso quiere decir, que 
hemos decidido como sociedad que el mejor lugar que pueden estar los niños, 
las niñas y los jóvenes es en la escuela, donde se ponen en práctica experiencias 
de aprendizaje necesarias para constituirse como ciudadano y ciudadana, para 
poder aprender acerca de la diversidad, porque a veces los niños y las niñas, 
viven en lugares cerrados o en barrios precarios o guetos o countries y no tienen 
interacción con otros niños de la misma edad que tienen otras formas de vida, 
que tienen otras formas de expresiones culturales en sus hogares. Entonces la 
escuela, es una oportunidad democrática. Siempre es celebratorio que se amplíe 
y se extienda la “obligatoriedad” y la “oportunidad” y el “derecho” de ir a la 
escuela. La “masificación” es una oportunidad democrática, donde una vez 
dentro de la escuela, aparecen retos nuevos. Aquellos que estaban eliminados 
y que veían desde afuera, los que llegaban apenas a la puerta, pero que no 
podían entrar, son sujetos que tienen sus propias experiencias vitales que quizás 
no manejan este valor de ideal escuela, pero lo que hay que hacer es cambiar el 
ideal de esa escuela porque nosotros como docentes, tenemos que trabajar con 
estos niños reales, con estos niños que estaban por fuera, que ahora pudieron 
entrar por la puerta grande. 
Distinguir entre inclusión y calidad es complejo y ficticio porque en realidad 
los docentes vamos encontrando formas de enseñar y los alumnos y las alumnas 
van encontrando formas de aprender, que tienen que ver también con las 
transformaciones en las disciplinas científicas, incluso las disciplinas 
pedagógicas. No es lo mismo la escuela de principios de siglo, incluso hablando 
del tema de violencia, que a los niños se les se les pegaba, se los arrodillaba en 
maíz, se les pegaba con reglas, había orejas de burro, etc, que formaban parte 
de una serie de dispositivos en el castigo físico, que la escuela de hoy. Entonces 
nos preguntamos: y ¿eso era una escuela de calidad? ¿los niños aprendían? Sí, 
aprendían pero a costa del sufrimiento sobre sus cuerpos. Nosotros como 
sociedad hemosavanzado mucho en términos de inclusión y derechos y nos 
paramos en la concepción de que el cuerpo de los niños les pertenece a ellos, 
los adultos no tenemos potestad sobre los niños en ese plano. Eso es un avance 
enorme en la sensibilidad de nuestras sociedades. En muchos países de 
América Latina, aún a los niños se los sigue castigando físicamente para que 
aprendan. En nuestro país, hemos resuelto esa cuestión y entonces lo que 
tenemos que hacer, es enseñar más y mejor en las escuelas y es un desafío 
histórico, porque además las disciplinas y los conocimientos van cambiando. Hay 
nuevas tecnologías de información y comunicación y los estudiantes no son los 
mismos que antes, también han cambiado las infancias y juventudes y entonces 
los adultos tenemos que también ir transformando nuestra práctica como lo ha 
hecho toda la pedagogía. 
El concepto de “trayectoria educativa” da cuenta de la diversidad de la 
condición estudiantil. El oficio de estudiante es muy distinto si los jóvenes 
provienen de los sectores populares o de los sectores medios, varía según la 
identidad de género, según la acción religiosa, con alguna discapacidad, etc. La 
idea de la diversidad tiene que ver con dar cuenta de esas condiciones diversas. 
Si hay algo dignifica en la escuela a todos los niños y jóvenes, que allí, son todos 
estudiantes, a pesar de sus diferencias y esto habla de inclusión igualitaria. En 
cuanto a los educadores, también ofrecen una fuerte apuesta por la inclusión 
democrática, por intentar que estén todos los niños adentro pero que aprendan 
y sobre todo, por llegar con la escuela y con los procesos educativos de calidad 
a todos los sectores sociales que estadísticamente han sido abandonados o 
eliminados por la sociedad pero nunca por la escuela. 
Aún se sigue estudiando cómo influyen las creencias y la idea que se 
hacen y se forman los maestros y profesores sobre los alumnos y cómo impactan 
esas representaciones sociales, esas imágenes, esas miradas que construyen 
los docentes sobre los alumnos, en la autoestima que fabrican en su práctica 
educativa. Provenimos de una tradición que sostiene que la constitución de 
subjetividades, estudiar quiénes son los sujetos, comprenderlos, etc, es 
altamente importante, porque en realidad trabajamos con vínculos, con personas 
concretas y el maestro ocupa un lugar central en la producción de la valía que 
cada uno hace de sí mismo y cuando los niños son más pequeños, esa 
autovaloración a través del espejo en el cual se mira en la figura del maestro va 
a tener mayor impacto en la práctica educativa. A veces, el maestro 
inconscientemente tiene algunos prejuicios que están en la sociedad que, por 
supuesto no lo crea, pero que sí los puede recrear, los puede reproducir en la 
práctica educativa, por ejemplo, respecto a la pobreza, o algunas características 
de los estudiantes que considera como negativas. En ese sentido creemos que 
no son solamente parte de las creencias del maestro, sino que hay ciertas teorías 
científicas del campo psicológico, del campo inclusive pedagógico, que son 
teorías no críticas y que avalan y refuerzan y legitiman muchas de estas ideas 
iban en contra de la democratización. En realidad, todas formas de 
estigmatización en su modo de resaltar la parte negativa que uno cree que tiene 
el otro, deja de lado aquellas capacidades y posibilidades y por lo tanto 
oportunidades y eso se ve muy claramente en este último tiempo en donde la 
consigna es “todos a la escuela”, “todos dentro de la escuela” y “la escuela es de 
todos”, mensajes muy poderosos y positivos de las políticas estatales. Para que 
todos estén adentro, tenemos que tener confianza en las posibilidades de 
aprender de los estudiantes, en ese sentido, todas formas de minimización, de 
inferiorización, van a jugarnos en contra 
Durante mucho tiempo se pensó que la escuela era para para unos 
pocos, para los iluminados, para los más inteligentes, para los meritocráticos, es 
decir, los que tenían algún don o un talento que sobresalen por sobre el resto y 
en los últimos años y sobre todo nuestro país y en los países latinoamericanos 
hay un fuerte mandato de que la escuela es precisamente para todos y que es 
obligación del Estado dar todas las oportunidades para que los niños, los jóvenes 
y los adultos estemos formados y la educación en general, tiene que ver 
precisamente con este mandato no elitista y no meritocrático de la escuela que 
históricamente ha sido seleccionadora. El caso más elocuente para nosotros es 
la escuela secundaria, en donde sólo iba la gente que seguiría la universidad o 
que iban a ser gobernantes o líderes. En realidad, la escuela secundaria, 
empieza a albergar a sectores que han estado excluidos de la escuela, por eso 
muchas veces, los maestros, los directores, los del sistema educativo en general, 
no están no se sienten en condiciones de albergar esa población porque son 
niños y jóvenes que no vienen con formas habituales de relación con la escuela. 
Los maestros, van entendiendo de a poco quiénes son los estudiantes, para 
poder interactuar con ellos mejor y para ofrecerles aquellas herramientas que no 
traen desde su casa, porque la escuela tiende a pensar que los alumnos y las 
alumnas ya vienen socialmente escolarizados desde el hogar. Por supuesto que 
tiene una socialización, pero no escolar. 
Democratizar la escuela y hacer que todos los estudiantes vayan y la 
visten con interés, con ganas, y la sientan propia, implica uno de los desafíos 
más grandes. 
 
CONCLUSIONES: 
 
La escuela ha transitado históricamente fenómenos complejos como la 
diversidad y la pluralidad de los individuos, pero sobre todo, abre el debate sobre 
el sujeto que subyace a las teorías sociales y pedagógicas que determinaron el 
surgimiento de la escuela. La democracia escolar, soporta un alto grado de 
valoración de la individuación a la vez que implica un gran nivel de 
institucionalización de los aspectos de la vida de los sujetos, por tanto requiere 
clarificar el lugar específico que la escuela ocupa en el proceso global de 
democratización. 
 
 
 
BIBLIOGRAFÍA: 
 Revista Latinoamericana de Cs. Sociales: La escuela: un escenario de formación 
y socialización para la costrucción de identidad moral* 
Echavarría Grajales, Carlos Valerio 
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1692-
715X2003000200006 
 Escuela, poder y subjetivación (Jorge Larosa) 
https://agmer.org.ar/index/wp-content/uploads/2014/07/Itinerario-3-Escuela-poder-
y-subjetivacion.pdf 
 La escuela un escenario de formación y socialización para la construcción de 
identidad moral. 
http://www.scielo.org.co/pdf/rlcs/v1n2/v1n2a06.pdf 
 
 
 
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1692-715X2003000200006
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1692-715X2003000200006
https://agmer.org.ar/index/wp-content/uploads/2014/07/Itinerario-3-Escuela-poder-y-subjetivacion.pdf
https://agmer.org.ar/index/wp-content/uploads/2014/07/Itinerario-3-Escuela-poder-y-subjetivacion.pdf
http://www.scielo.org.co/pdf/rlcs/v1n2/v1n2a06.pdf

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