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Acontecimientos_adversos_causados_por_me

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Revista Clínica
Española
ORIGINAL
Acontecimientos adversos causados por medicamentos
en pacientes ingresados en medicina interna
A. Zapatero Gaviriaa, R. Barbab,�, J.M. Ruiz Giardina, J. Emilio Losa Garciac,
J. Marco Martinezd, S. Plaza Cantelie y J. Canora Lebratoa
aHospital Universitario Fuenlabrada, Fuenlabrada, Madrid, España
bHospital Infanta Cristina, Parla, Madrid, España
cHospital Universitario Fundación Alcorcón, Alcorcón, Madrid, España
dHospital Clı́nico San Carlos, Madrid, España
eHospital Severo Ochoa, Leganés, Madrid, España
Recibido el 23 de septiembre de 2009; aceptado el 20 de diciembre de 2009
PALABRAS CLAVE
Acontecimientos
adversos por
medicamentos;
Reacciones adversas a
medicamentos;
Errores de
medicación;
Medicina Interna
Resumen
Objetivo: Los acontecimientos adversos causados por medicamentos (AAM) son un
problema de salud pública, cuya magnitud es difı́cil de cuantificar debido a su
infranotificación. Nuestro objetivo fue identificar y describir los AAM registrados en el
conjunto mı́nimo básico de datos de los servicios de medicina interna durante los años
2005–07.
Pacientes y métodos: Estudio transversal. Se seleccionaron los episodios codificados,
según la CIE-9-MC, como tales en los informes de alta de todos los pacientes hospitalizados
durante 2005–07 en todo el territorio español. Se describieron y analizaron las variables
sociodemográficas, las categorı́as diagnósticas y los tipos de fármacos, entre otras.
Resultados: De las 1.567.659 altas codificadas en el conjunto mı́nimo de datos, se
registraron 96.607 AAM en 86.880 episodios (5,55%) de los cuales un 82,86% eran no
prevenibles y un 17,14% prevenibles. Un 4,5% de los episodios registraron una reacción
adversa a medicamentos. Los AAM fueron más frecuentes en mujeres y la aparición de una
reacción adversa a los medicamentos durante el ingreso se acompaña de prolongación de
la estancia hospitalaria.
Conclusiones: El conjunto mı́nimo básico de datos es una herramienta útil para la
identificación, la cuantificación y el análisis de las reacciones adversas a los
medicamentos, aunque limitada por el bajo registro en los informes de alta.
& 2009 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
ARTICLE IN PRESS
0014-2565/$ - see front matter & 2009 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rce.2009.12.010
�Autor para correspondencia.
Correo electrónico: Raquel.barba@salud.madrid.org (R. Barba).
Rev Clin Esp. 2010;210(6):263–269
dx.doi.org/10.1016/j.rce.2009.12.010
mailto:Raquel.barba@salud.madrid.org
KEYWORDS
Adverse drug events;
Adverse drug
reactions;
Medication error;
Internal Medicine
Adverse drug events in patients hospitalized in internal medicine
Abstract
Objective: Adverse drug events (ADE) are a public health problem, the dimension of which
is difficult to quantify because it is under-reported. We have aimed to identify and
describe the ADEs recorded in the minimum basic data set (MBDS) of the Internal Medicine
Services during the years 2005–7.
Patients and methods: A cross-sectional study. Those episodes coded as such, according to
the ICD-9-CM, in the discharge reports of all the patients hospitalized during 2005–07 in
the entire Spanish territory, were selected. The sociodemographic variables, diagnostic
categories and types of drugs, among others, were described and analyzed.
Results: Of the 1,567,659 discharges coded in the Minimum Basic Data Set" (MBDS), 96,607
ADEs were recorded in 86,880 episodes (5.55%). Of these 82.86% were not preventable and
17.14% were preventable. A total of 4.5% of the episodes recorded an adverse drug
reaction (ADR). The ADE’s were more frequent in women and the appearance of an ADR
during admission was accompanied by an increase in the hospital stay.
Conclusions: The MBDS is a useful tool for the identification, quantification and analysis of
the ADRs, however, it is limited by the low recording of the discharge reports.
& 2009 Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Introducción
El proceso de la farmacoterapia es un proceso esencial en el
trabajo hospitalario, pero no exento de riesgos y complica-
ciones. Se pueden producir errores en cualquiera de las
fases de este proceso, ya sea en la prescripción (dosis
inadecuada, selección inapropiada de medicamento, omi-
sión de fármaco necesario, etc.), en el seguimiento de la
prescripción (no tener en cuenta función renal y/o hepática,
reconocimiento de toxicidad, realización de controles
analı́ticos, etc.) y por ultimo en la fase de administración
(errores de vı́a, de velocidad de perfusión, y otros)1–3.
En el estudio nacional sobre los efectos adversos ligados a
la hospitalización (ENEAS) 2005, publicado en el año 20054,
se señala una incidencia de estos efectos en el 9,3% de los
pacientes hospitalizados y de ellos los más frecuentes son los
relacionados con la medicación, que suponen el 37,4%, que
son más frecuentes en los servicios médicos que en los
quirúrgicos, y lo que es más importante, más de un tercio de
ellos serian potencialmente evitables.
Los acontecimientos adversos relacionados con la medi-
cación (AAM) se han dividido en 2 grandes grupos, según
sean o no prevenibles. Los prevenibles son causados en su
mayor parte por errores de medicación (daño y error) y los
no prevenibles son los que se producen cuando los
medicamentos se usan de forma adecuada (daño sin error),
siendo estos últimos los que se corresponden con las
reacciones alérgicas a medicamentos3,5. La aparición de
AAM conlleva un aumento de la estancia media, en algunos
casos de la mortalidad y por tanto de los costes de la
atención sanitaria1.
Además, la morbilidad relacionada con los medicamentos
es causa de ingreso hospitalario en porcentajes variables
que oscilan entre el 0,2–21,7%1,6–8.
La incidencia de AAM es muy variable, dependiendo en
gran parte de la metodologı́a seguida para su detección. Es
conocido que los procedimientos de notificación voluntaria
recogen solo una pequeña parte de la realidad habiéndose
aumentado los registros mediante mecanismos de notifica-
ción fomentada o bien utilizando bases de datos de registros
asistenciales para ser conscientes de la magnitud del
problema3,9. El conjunto mı́nimo básico de datos (CMBD)
es una de las posibles herramientas para la detección de
estos eventos, habiéndose demostrado útil en algunos
estudios previos9 a pesar de que según datos del sistema
español de farmacovigilancia, se sabe que los AAM están
claramente infranotificados en el ámbito hospitalario.
Desde el grupo de trabajo de gestión clı́nica de la
sociedad española de medicina interna (SEMI), hemos
decidido realizar un estudio de la incidencia de AAM, en
los pacientes ingresados en los servicios de medicina interna
(MI), pacientes que reúnen algunos de los factores de riesgo
más frecuentemente asociados con AAM, como son la edad
avanzada, la polimedicación, las comorbilidades y entre
ellas alteración de función renal y/o hepática10,11, mediante
el análisis del CMBD de los años 2005–07,que incluye mas de
un millón y medio de altas, con el objetivo de analizar los
AAM que se producen en nuestros pacientes.
Material y métodos
En este trabajo analizamos los datos del CMBD de los
pacientes dados de alta por todos los servicios de Medicina
Interna (MI) de los hospitales de sistema nacional de salud
del paı́s en los años 2005–07, facilitados por el Ministerio de
Sanidad y Consumo. El CMBD es una base de datos de
obligado cumplimiento que las direcciones de todos los
centros hospitalarios deben enviar a la Consejerı́a de Sanidad
de su comunidad autónoma y al Ministerio de Sanidad y
consumo con cierta periodicidad. El fin es obtener la )norma
estatal*, un grupo de indicadores que definan el funciona-
miento del conjunto de hospitales del sistema nacional de
salud en relación a los episodios de hospitalización, una vez
ARTICLE IN PRESS
A. Zapatero Gaviria et al264clasificados por los grupos relacionados de diagnóstico (GRD)
en la versión en vigor para el año de análisis. Para la
codificación de los diagnósticos y procedimientos se usa
la clasificación internacional de enfermedades, 9.a Revisión
modificación clı́nica, 5. a edición (CIE-9-MC). Para la
agrupación de las altas por procesos se ha utilizado el
sistema de clasificación de pacientes de los GRD en su
versión 21.0. Cada uno de los GRD lleva asociado un peso
relativo que representa el coste esperado de este tipo de
pacientes respecto al coste medio de todos los pacientes de
hospitalización de agudos. Por un problema en la codifica-
ción los pacientes dados de alta en MI en Cataluña en el año
2005 no se incluyen en el estudio.
Los datos recogidos en el CMBD incluyen:
� Clasificación del hospital por tamaño (Grupo 1: menos de
200 camas, Grupo 2: 200–500 camas, Grupo 3: 501–1.000
camas, Grupo 4: más de 1.000 camas), a las circunstan-
cias del ingreso (1: Urgente, 2: Programado).
� Circunstancias del alta (1: domicilio, 2: traslado a
hospital, 3: alta voluntaria, 4: éxitus).
� Diagnóstico principal, codificado mediante la CIE-9-MC,
considerado como aquel que tras el estudio del paciente
se establece que fue causa del ingreso en el hospital de
acuerdo con el criterio del servicio clı́nico o del
facultativo que atendió al enfermo. Todo ello aunque
durante su estancia apareciesen complicaciones impor-
tantes e incluso otras afecciones independientes que
serán consignadas como diagnósticos secundarios. Estos
son aquellos diagnósticos (hasta 12), que no siendo el
principal, coexistan con él en el momento del ingreso o se
desarrollen a lo largo de la estancia hospitalaria e
influyan en la duración de la misma o en el tratamiento
administrado. Deben excluirse los diagnósticos relacio-
nados con un episodio anterior que no afecten al actual
ingreso.
� Procedimientos diagnósticos y terapéuticos (se incluyen
hasta 20 por episodio, catalogados mediante la clasifica-
ción de procedimientos de la CIE-9-MC).
Para determinar la comorbilidad de los pacientes se
utilizó el ı́ndice de Charlson12, un ı́ndice desarrollado en
1987 y que ha demostrado la relación entre la comorbilidad
y la mortalidad al año en diferentes cohortes de pacientes.
El ı́ndice, que ha sido adaptado para su uso con bases de
datos administrativas13, valora la presencia de 19 condicio-
nes médicas, con un peso de 1–6, y una puntuación total que
oscila de 0–37. Una puntuación superior a 2 se relaciona con
una mortalidad al año superior al 50%.
Se seleccionaron los episodios de hospitalización, con al
menos un AAM como diagnóstico principal o secundario. En
el momento actual se define como reacción adversa14 a
cualquier reaccion a un medicamento que sea nociva y no
intencionada, y que tenga lugar a dosis que se apliquen
normalmente en el ser humano para la profilaxis, el
diagnóstico o el tratamiento de enfermedades, o para la
restauración, corrección o modificación de funciones fisio-
lógicas. Este término incluye también todas las consecuen-
cias clı́nicas perjudiciales derivadas de la dependencia,
abuso y uso incorrecto de medicamentos, incluyendo las
causadas por el uso fuera de las condiciones autorizadas
y las causadas por errores de medicación. Según esta
nueva definición de RAM, los errores de medicación y
envenenamientos estarı́an incluidos dentro de las reacciones
adversas a medicamentos (RAM) en este término ampliado.
Sin embargo además del análisis global, que incluirı́a la
definición ampliada, se decidió desglosar los AAM en
2 subtipos, con el fin de mejorar su comprensión y de
evaluar la capacidad de actuación (diferente en efectos
prevenibles y no prevenibles).
Efectos adversos no prevenibles
� Reacciones adversas a medicamentos (RAM): dichas
reacciones están codificadas en la CIE-9-MC con los
códigos E930-E949. Además se incluyeron los episodios
con el código 995.2, que indica un efecto adverso no
especificado de un fármaco correctamente administrado.
Efectos adversos prevenibles
� Errores de medicación: codificados con los códigos
E850.0-E858.9, que se refieren a intoxicación accidental
por drogas y fármacos, sustancias medicamentosas y
sustancias biológicas.
� Envenenamientos por drogas, sustancias medicamentosas
y sustancias biológicas, incluyendo sobredosis y las
sustancias incorrectas dadas o ingeridas por equivoca-
ción. Incluye los códigos CIE 960–979 y E980.
Se realizó un análisis descriptivo de los datos y se
compararon las variables demográficas entre los pacientes
que habı́an tenido un AAM durante el episodio y los que no lo
habı́an hecho, ası́ mismo se hizo un análisis desglosado por el
tipo de AAM. Se hizo un análisis independiente de aquellos
episodios en los que la AAM era el motivo principal de
ingreso. Se utilizó el test de chi cuadrado para variables
categóricas con corrección de Yates y el test exacto de
Fisher para las variables dicotómicas cuando el valor
esperado de una celda era menor de 5, y la )t* de Student
para las variables cuantitativas. Los análisis univariados se
ajustaron por edad. Las OR y los IC del 95% se estimaron de
los coeficientes de regresión. Para determinar la contribu-
ción independiente de cada variable sobre la proporción de
acontecimientos adversos prevenibles realizamos un análisis
de regresión logı́stica en el que se consideró coma variable
dependiente la presencia de efecto adverso prevenible
e independiente aquellas que se habı́an relacionado en
el análisis univariado con la aparición de dichos eventos.
El análisis se utilizó el programa especı́fico SPSS en su
versión 13.0.
Resultados
Dispusimos de los datos de 1.567.659 altas codificadas en el
CMBD en los servicios de MI durante los años 2005-07, lo que
corresponde aproximadamente al 90% de las altas realizadas
en estos servicios. La edad media de estos pacientes era de
70,84 años (DE 17,23), un 46,60% fueron mujeres, y la
estancia media fue de 9,96 dı́as (DE 11,72). La mortalidad
intrahospitalaria alcanzó el 9,90%. Un 25,82% de los
pacientes tenı́a un ı́ndice de Charlson 42. El coste medio
ARTICLE IN PRESS
Acontecimientos adversos causados por medicamentos en pacientes ingresados en medicina interna 265
de los pacientes fue de 3.602 h (SD 2.485), y el peso del GRD
de 1,74 (DE 1,36).
En total se codificaron 96.607 AAM, en 86.880 episodios
diferentes (5,5%). Por un lado estarı́an los considerados no
prevenibles: las RAM (E930–E949) que fueron 70.766
(4,5% de los episodios), y 8.930 (0,57%) efectos adversos
(CIE-9-MC 995.2). Por otro lado tenemos los acontecimientos
prevenibles que ascienden a 14.880 (0,93%). Dentro de
los prevenibles 2.280 eran errores de medicación
(E850.0–E858.9), y 14.631 envenenamientos (CIE-9-MC
960–979 y E980). En la tabla 1 vemos además en cuantos
eran el motivo principal de ingreso.
Los AAM predominaron en pacientes algo más mayores
(72, 28 vs 70,76) y en mujeres (54,40% de los eventos se
dieron en mujeres, aunque solo representaron el 46,60% de
los ingresos). Conllevaron estancias medias discretamente
más prolongadas (10,64 dı́as vs 9,92 dı́as). Por otra parte se
registraron sobre todo en hospitales de mayor tamaño (6,5%
en los de más de 1.000 camas, 4,8% en los de 501-1.000
camas, 5,4% en los de 201–500 camas y 5,3% en los de menos
de 200 camas).
Las caracterı́sticas demográficas, y la descripción de la
muestra, en los pacientes con efectos adversos prevenibles y
no prevenibles se muestran en la tabla 2. Un 0,95% (14.880)
de los pacientes tuvieron un AAM prevenible. En el análisis
univariado el ser más joven de 65 años (1,5% vs 0,7%), el
sexo femenino (1,1% vs 0,8%), el ı́ndice de Charlson por
debajo de 2 (1,5% vs 0,7%) y los hospitales de 501-1.000
camas (1% vs 0,8%) se comportaron como variables asociadas
a un mayor riesgo de AAM prevenibles. Al introducir estas
variables junto con la comorbilidad en el análisis
multivariado mediante regresión logı́stica, se confirmó
que elsexo femenino (OR 1,65 IC95% 1,53–1,73) y la
menor edad se asocian de forma independiente a estos
AAM prevenibles.
Los corticoides (18,55%) y los antibióticos (17,55%) fueron
los fármacos responsables en más ocasiones de las reaccio-
nes adversas a medicamentos (tabla 3). En cuanto a errores
de medicación o envenenamientos, los más frecuentes
fueron los relacionados con los fármacos tranquilizantes y
psicotropos (15,0%), seguidos de la digoxina (11,2%).
De todos los efectos adversos (tabla 4) codificados, 2.131
(23,85%) fueron el motivo principal del ingreso, lo que supone
un 0,13% del total de los motivos de ingreso en
los servicios de MI. El resto se codificaron como diagnósticos
secundarios. Dentro de los AAM prevenibles, los
envenenamientos 8.045 de los 14.631 (54,99%) fueron
codificados como diagnóstico principal o motivo de ingreso,
lo que supone un 0,51% de las causas de ingreso totales.
Discusión
De los resultados de nuestro estudio se deduce que un 5,5%
de los episodios de MI tienen registrado al menos un AAM, o
RAM según la definición del Real Decreto 1.344/2007 segun
la cual toda respuesta nociva a medicamento se considera
RAM, sin distinguir errores o envenenamientos de reacciones
adversas14. De ellos la gran mayorı́a (73,25%) son las
conocidas habitualmente como RAM, o efectos adversos
no prevenibles y el resto son errores de medicación
o envenenamientos. Supusieron un 0,65% del total de los
ARTICLE IN PRESS
Tabla 1 Distribución de los acontecimientos adversos
Total Como diagnóstico
principal
No prevenibles (74.274)� RAM (E930-E949) 70.766 ninguno
Efectos adversos (995.2) 8.930 2.131
Prevenibles (14.889)� Errores de medicación (E850.0-E858.9) 2.280 ninguno
Envenenamientos (CIE 960-979 y E980) 14.631 8.045
f RAM y efectors adversos.
�Algunos pacientes pueden tener más de un efecto adverso.
Tabla 2 Caracterı́sticas de pacientes con AAM ingresados en los servicios de MI
RAM no preveniblesa
(n¼74.274)
RAM preveniblesb
(n¼21.176)
Total pacientes con AAM
(n¼87.123)
Total
(n¼1.567.659)
Mujeres (%) 53,9% 59,4% 54,4% 46,6%
Edad media (SD) 74,37 (14,62) 60,01 (52,07) 72,23 (16,92) 70,84 (17,33)
Estancia media
(SD)
11,03 (11,05) 8,34 (10,52) 10,63 (11,05) 9,91 (11,75)
Peso medio 1,77 (SD 1,26) 1,64 (1,64) 1,78 (1,37) 1,77 (1,42)
Exitus (%) 5,0% 6,5% 5,2% 9,9%
CCI�42 22,2% 17,3% 21,4% 23,7%
�Índice Charlson.
aRAM y efectos adversos.
benvenenamientos y errores de medicación.
A. Zapatero Gaviria et al266
motivos de ingreso. Estudios previos realizados con
metodologı́as diferentes, observacionales y prospectivos,
encotraron una incidencia de AAM algo mayor en pacientes
hospitalizados que la hallada en nuestro trabajo, oscilando
entre el 7,23–10,9%15, oscilando la incidencia publicada
referente a las hospitalizaciones en los servicios de MI entre
el 6,2–23,2%16.
Para el presente estudio hemos diferenciado los AAM,
siguiendo la metodologı́a clásica de estudios de este tipo, en
2 grandes grupos, los prevenibles, causados por error de
medicación (daño y error) y los no prevenibles, que son
fundamentalmente las RAM3,17, porque al existir más
posibilidades de actuar sobre los efectos prevenibles, tiene
interés su análisis independiente. Sin embargo, también se
ha realizado un análisis conjunto, teniendo en cuenta que en
el momento actual en términos de farmacovigilancia no se
hace distinción entre las reacciones adversas, los errores de
medicación y los envenenamientos14.
Si consideramos los AAM en global, vemos que estos
aparecen más en mujeres, en pacientes mayores y en
hospitales de 500–1.000 camas y su aparición implica
estancias medias más prolongadas discretamente más
prolongadas. No hemos encontrado en la base de datos
analizada otros factores que permitan predecir la
aparición de un AAM en la población hospitalizada en los
servicios de MI.
Al analizar los AAM no prevenibles, es decir lo que
clásicamente se ha considerado RAM, excluyendo errores y
envenenamientos, en los pacientes ingresados en MI, la
incidencia es del 4,5%, una incidencia inferior a la notificada
en otros estudios, si bien la metodologı́a utilizada ha sido
diferente, lo que puede explicar en parte estas diferencias.
Ası́ en un estudio multicéntrico prospectivo realizado en
nuestro paı́s, en pacientes mayores de 65 años, se
encontraron RAM en un porcentaje próximo al 10%18. Esta
incidencia en otras series, en pacientes mayores de 65 años,
osciló entre el 3,3–27%19,20. Serı́a esperable por lo tanto,
que en la población motivo de este estudio, pacientes con
edad media superior a 70 años, polimedicados, e ingresados
en MI8,9, factores que se han asociado con la aparición de
RAM, el porcentaje de RAM fuera superior al 4,5%. Creemos
que estas diferencias se podrı́an explicar porque en muchos
informes de alta de MI no aparecen reflejadas todas las RAM
que se producen. De nuestros datos se deduce que parece
necesario mentalizar al internista, para que recoja estas
complicaciones en el informe clı́nico, con el fin de poder
tener una )fotografı́a* más precisa de la realidad, siendo
este un primer paso esencial para poder establecer medidas
correctoras en una segunda fase.
Por otro lado, en estudios previos, las RAM no aparecieron
claramente correlacionadas con otros factores de riesgo,
tales como el sexo y la comorbilidad5. En nuestro estudio,
las RAM fueron más frecuentes en mujeres, y en pacientes
de más edad, aunque los pacientes que desarrollaron una
RAM no tuvieron más comorbilidad, medida mediante la
escala de Charlson. No hemos encontrado ninguna justifica-
ción a esa relación entre el sexo y los efectos adversos, que
se mantiene incluso tras corregir por edad, comorbilidad, y
otros potenciales confusores.
Se observó que la aparición de una RAM conllevó una
mayor estancia media y por tanto un mayor coste por
ingreso, mientras que no afectó a la mortalidad ni a la
complejidad del ingreso medida por el peso del GRD. Los
grupos farmacológicos más frecuentemente implicados en
las RAM de pacientes ingresados en MI fueron los esteroides
(por sus efectos sobre el metabolismo de la glucosa), los
antiinfecciosos, los anticoagulantes, los diuréticos, funda-
mentalmente la furosemida, la digoxina, la quimioterapia,
las insulinas, los antiinflamatorios (indometacina) y los
agentes tranquilizantes y psicotropos, siendo estos
los fármacos señalados como más prevalentes en otros
estudios3.
En cuanto a los AAM prevenibles, los que tendrı́an
mayor importancia desde el punto de vista de seguridad
del paciente, suponen el 17% de los AAM de los registrados
en pacientes hospitalizados en MI, es decir ocurren en casi el
1% de nuestros pacientes ingresados. Los fármacos más
frecuentemente implicados en este grupo son los tranqui-
lizantes y los agentes psicotropos, la digoxina, los anti-
coagulantes y el paracetamol. Son significativamente más
frecuentes en mujeres, y los pacientes afectados son más
jóvenes que la muestra global (60 vs 70 años). Estos 10 años
de diferencia podrı́an explicar que los pacientes estén
además menos tiempo ingresados, que tengan una mortali-
dad inferior y que presenten un menor grado de compleji-
dad, pese a experimentar acontecimientos adversos. De
hecho la mortalidad y la estancia media de los pacientes de
edad inferior a 60 años es inferior a la de los pacientes más
ancianos (mortalidad menor a un 3,5%, estancia media 9,01
dı́as y peso medio de 1,56; datos no mostrados). Estos datos
indican que los pacientes con un AAM prevenible tendrı́an
mayor mortalidad, estancias hospitalarias más prolongadas y
ARTICLE IN PRESS
Tabla 4 Fármacos que se asocian con más frecuencia a
eventos adversos prevenibles
Prevenibles %
Tranquilizantes y agentes psicotropos 3170 15,0
Digoxina 2375 11,2
Anticoagulantes 1975 9,3
Paracetamol 436 2,1
Tabla 3 Principales tipos de fármacos asociados con
RAM en pacientes ingresados en MI
No
prevenibles
%
Esteroides 12778 18,05
Antiinfecciosos 12653 17,88
Anticoagulantes 741910,48
Furosemida 6812 9,62
Digoxina 6432 9,09
Quimioterapia 3508 4,96
Insulina 2755 3,89
Indometacina 2147 3,03
Tranquilizantes y agentes
psicotropos
1146 1,62
Acontecimientos adversos causados por medicamentos en pacientes ingresados en medicina interna 267
un mayor grado de complejidad que los que no lo tienen de
su misma edad. Por lo tanto, se podrı́a considerar que la
edad actuarı́a en nuestro trabajo como un confusor que
impedirı́a una correcta interpretación de los resultados. La
explicación de porqué hay más AAM prevenibles en
pacientes jóvenes podrı́a estar relacionada con una tenden-
cia a notificar más estos procesos en pacientes con
patologı́as menos graves, lo que podrı́a conllevar un sesgo
a nuestros resultados, que nos parece muy importante
destacar.
En otros trabajos la incidencia de AAM prevenibles en
pacientes hospitalizados oscila entre el 0,35–1,6%3. En un
estudio recientemente publicado por el Ministerio de
Sanidad, sobre la validación de indicadores de calidad en el
contexto internacional, se notifica una incidencia de errores
de medicación del 0,04% en pacientes hospitalizados. Debido
a que los códigos relacionados con estos problemas no son de
registro obligatorio en la codificación, es probable que
también aquı́ la incidencia esté infraestimada21.
El uso de bases de datos como el CMBD para la evaluación
de estos indicadores de seguridad del paciente ingresado
tiene una serie de limitaciones, entre otros la limitada
capacidad de atribuir adecuadamente los sucesos encon-
trados en los registros. Además, la definición de los
problemas de seguridad no tiene un correlato exacto en
estas bases de datos, siendo difı́cil diferenciar estos sucesos
de las complicaciones propias de la enfermedad21. Otra
de las limitaciones del estudio es que no recoge los AAM que
se presentan después que los pacientes hayan sido dados
de alta. Por otra parte debemos reseñar la gran potencia de
esta base de datos en lo referente al número de registros
se incluye, que en nuestro estudio incluye a más de un
millón y medio de altas de pacientes hospitalizados en
servicios de MI de toda España.
El CMBD es una de las posibles herramientas para la
detección de los AAM y que puede funcionar como
información complementaria a la notificación espontánea9.
Gracias a esta base de datos, podemos tener una idea
aproximada de la frecuencia de los AAM y saber el impacto
que tienen sobre la prolongación de la estancia hospitalaria,
y sus consecuencias sanitarias y económicas. Por lo tanto,
una vez analizada la magnitud del problema, que señala que
un 5,5% de los pacientes ingresados en los servicios de MI
tiene algún AAM, es importante insistir en la importancia de
comunicar los AAM, y de que al menos aparezcan recogidos
en los informes de alta hospitalaria, que son la fuente de la
que se nutre el CMBD, con el objetivo de posibilitar la
planificación y la puesta en marcha de medidas correctoras
en los servicios de MI, que se han demostrado útiles
para corregir y disminuir estos eventos, tales como pueden
la prescripción electrónica, y el soporte de nuevas
tecnologı́as en la toma de decisiones terapeúticas, que
pueden disminuir los errores de prescripción en mas del
80%10, evitando dosis e intervalos incorrectos y planteando
ajustes en relación con función renal y/o hepática22–25,
programas de seguimiento conjuntos con farmacéuticos en
los servicios de medicina interna3,26, y planes de coordina-
ción de la medicación, al ingreso, pero especialmente en el
momento del alta hospitalaria, en conjunción con atención
primaria27.
En conclusión, los AAM constituyen un evento frecuente
en los pacientes ingresados en MI, probablemente estén
infranotificados, son más habituales en mujeres y conllevan
una prolongación de la estancia hospitalaria.
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Acontecimientos adversos causados por medicamentos en pacientes ingresados en medicina interna 269
	Acontecimientos adversos causados por medicamentos en pacientes ingresados en medicina interna
	Introducción
	Material y métodos
	Efectos adversos no prevenibles
	Efectos adversos prevenibles
	Resultados
	Discusión
	Bibliografía

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