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Los desplazamientos de la década del ochenta1 I. Hoy voy a dar el teórico introductorio de los dos que le vamos a dedicar a la década del ´80 respecto al campo de la comunicación y la cultura en América Latina. Si uno tuviese que elegir un momento clave en estos 40 años de comunicación y cultura en Latinoamérica (de análisis cultural y comunicacional), es probable que elija por varias razones lo que se denomina ¨los desplazamientos¨, las rupturas o el corte de los años ´80. En principio como ustedes saben en América Latina (desde comienzos de los años ´60 hasta los 2000) el campo de la comunicación y la cultura (el análisis cultural y comunicacional) estuvo muy condicionado por los vaivenes políticos e institucionales (golpe de estado, exilio intelectual, censura teórica, atraso tecnológico, renovación tecnológica) y también obviamente por las llamadas transiciones democráticas, es decir por la vuelta a la democracia, y sobre todo por las condiciones en las que se volvió. No es aleatorio, no es insignificante trazar un mapa de esos movimientos políticos para advertir cómo podemos ubicar estos desplazamientos. En 1962 hubo un golpe de estado en la Argentina que derrocó a Arturo Frondizi, al desarrollismo (que de todas maneras siguió influyendo en la economía del país), al año siguiente hubo elecciones con la proscripción del peronismo pero con una suerte de escenario electoral. Uno sitúa en 1964 un golpe de Brasil (que acaba de celebrar el propio Jefe del Ejército de Brasil como fecha de su fuerza) hasta el ´89 que vuelve la democracia directa en este país, hay 25 años donde se producen toda una serie de vaivenes políticos. Se podría situar el comienzo de la inestabilidad en el ´64 y el comienzo de la transición probablemente en el ´79 en Bolivia, cuando vuelve la democracia allí. Los golpes de estado en América Latina significan también vaivenes institucionales, exilios intelectuales y desplazamientos teóricos. Siempre está en juego eso, uno se va de su lugar, se va apurado y cuando llega a otro empieza a pensar. Si piensa revisa, y si revisa se va desplazando teóricamente. La propia peripecia de la revista Comunicación y Cultura al editarse en Buenos Aires, Chile, México, etc., muestra a Mattelart, a Schmucler tratando de salir de la situación. No sólo es un desplazamiento de la sede de la revista, sino que también muchas veces es un desplazamiento de los temas, un cambio de objeto, un cambio de perspectiva. Las transiciones democráticas en América Latina estuvieron signadas por dos procesos. El primer condicionamiento (el más fuerte) es la vuelta a la democracia, ésta vuelve con un dato que hasta ese momento no existía: una formidable deuda externa. América Latina no tenía deuda externa significativa, hasta que de vuelta de los gobiernos militares todos los países quedan condicionados por una deuda importantísima. Argentina no tenía deuda externa en el ´45, tenía muy poquita en el ´55, cuando asume Videla en el poder había alrededor de 6000 millones de deuda externa, cuando entregan el poder los militares había 44 mil, Menem también la agrandó muchísimo. Una deuda externa aumentada pero no sobre una base de inversiones reales de 1 Desgrabación de la clase teórica dictada por el Prof. Carlos Mangone el 4 de abril de 2006. crecimiento económico (salvo en Brasil). El otro condicionamiento (más bien una perspectiva teórica sobre la política) es una revalorización muy fuerte de la democracia formal, cosa que no había ocurrido en los ´60 ni por el lado de la derecha ni por el lado de la izquierda (que había apelado a teorías vinculadas a tomar el poder, a movilizaciones políticas, insurrecciones, etc.). Digo, deuda externa / revalorización de la democracia. El factor interno al campo que influye en las transiciones (los otros dos factores son externos) es que los ´80 coinciden con la etapa que definimos como “institucionalización de los saberes”. Habíamos hablado de autonomización de la disciplina, pasamos a la institucionalización de los saberes, como paso previo a lo que va a ser la profesionalización de las prácticas en los ´90. Nosotros el primer día de clases agregamos una cuarta etapa a la que denominamos “burocratización de los sujetos”. Ustedes saben que todo proceso de institucionalización tiene lado positivo que es contar con recursos, estabilidades institucionales, carreras, currículas, disciplinas, reconocimiento, investigación, programas de investigación. Eso es un elemento positivo, diferencia de estar afuera de la institución a estar adentro. Ahora, no lo negativo pero sí como condicionamiento interno es que la institución funciona mediante un mecanismo reproductivo, hasta podríamos decir inercial, que como tal tiene que garantizar que las condiciones por las cuales existe un proceso se mantengan para que ese proceso siga existiendo. ¿Qué me llevó hasta aquí? Si me trajo el colectivo 65 de alguna manera tengo que garantizar que mañana esté el colectivo 65 o algo similar para traerme ¿Qué me trajo a la institución? ¿Un reconocimiento académico, una disciplina en la cual estoy especializado, un tema que investigo, es decir, un cargo, una materia, o la juventud, el rock, la política? ¿Qué me trajo? Entonces tengo que garantizar que esas condiciones iguales o similares se mantengan para que yo mantenga mi situación. Esto es un funcionamiento objetivo, no hay un juicio de valor (Pierre Bourdieu escribió miles de páginas sobre esto y no fue refutado). Entonces, esta cualidad hay que mantenerla como vigilancia atenta para advertir el verdadero carácter de los cambios teóricos. No es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo. Quiero decir con esto, que cuando uno reflexiona autocriticamente hay que ver hasta que punto esa reflexión tiene un carácter genuino de quitar el lastre de aquello que obnubiló el análisis, que dogmatizó la perspectiva, que nos impidió conocer lo real y como el objeto (diría Hegel) cambia en su eterno devenir, es evidente que si me quedo fijo en la mirada sobre el objeto con los mismos instrumentos, con los mismos métodos, no voy a poder conocerlo. Pero la cuestión es preguntarse si mis cambios se deben a este eterno devenir del objeto o a un devenir del sujeto. Es decir, la realidad cambió, la pregunta es si cambiamos nosotros en función de la realidad o si empieza a cambiar la realidad en función de nuestros cambios. Un poco como el combate bíblico entre cínicos y dogmáticos. Los dogmáticos acomodan toda la realidad a sus ideas y los cínicos acomodan todas sus ideas a la realidad. Este es un combate casi perpetuo en cuanto a la crítica ideológica, la crítica intelectual, etc. ¿quedó clara esta idea? Es decir, tiramos el agua sucia cuando bañamos al bebé y a veces se nos va el bebé también. Esa imagen con respecto a descargar el lastre ideológico, las anteojeras, etc. II Entonces quería hacer esta introducción para ubicarnos. Visualizamos que hay carreras de periodismo, carreras de comunicación, cátedras, materias, disciplinas, programas de investigación, financiamientos, y estamos prevenidos, esto no quiere decir que el condicionamiento sea definitorio. Pero también estamos en la democracia formal donde se van a asimilar (preparándose para los ´90 que van a ser una celebración de esto, en los ´80 todavía es una cuestión polémica pero en los ´90 con el auge del neoliberalismo, la privatización de los medios, el auge del consumo, la ciudad shoping, etc., habrá una celebración de esto hasta la crisis del ´97, ´98, en los libros de comunicación y cultura también se ve eso). En los ´80 se van a empezar a asimilar términos como votar, elegir y zapear. Es decir, elegimos un producto, votamos un candidato y desde el control remoto seleccionamos un programa. Esa idea es muy fuerte en el sentido de que habría una actividad de recepción tanto en el consumo de bienes, en las sesiones electorales, como en las actitudes de audiencia. Fíjense que en los tres casos estaríamos visualizando una escena casi anarquista, un individuo solitario. Es decir, es poco probable, esimposible desde el punto de vista legal (salvo que haya algo que lo justifique) que entremos al cuarto oscuro de a dos, siempre estamos solos. Si bien siempre podemos ir a comprar acompañados, la clásica opción de la góndola es una sola. El control remoto... si bien hay un combate por el control remoto, por género, por edades, podría sufrir un menoscabo el aparato si lo empezamos a usar de a varios. Digo esta situación es muy fuerte porque uno podría reponer sobre esta escena la idea de que cuando más creo estar autónomo de las presiones más influyen los imaginarios sobre lo que voy hacer. Si yo entro al cuarto oscuro y pienso “acá nadie me va a obligar a votar, voy a elegir lo que yo quiero”, habría que traducir también qué puedo elegir, esto vale para los 65 canales y las 40 marcas de mayonesa. Pasa muchas veces que los 65 canales se empiezan a parecer mucho, la mayonesa de por sí ya se parece y los candidatos electorales cada vez también se parecen más. Entonces los que se produce en los ´80 en este marco de condicionamientos económicos y políticos, teóricos e intelectuales e institucionales, es una suerte de inversión de ejes de análisis que vamos a ir viendo entre hoy y el martes a partir de autores que tienen ahí (como una revisión teórica moderada que hace Mattelart, y una revisión teórica profunda que hace Barbero). Ahí tenemos dos situaciones. El inconveniente que tenemos con Barbero es que la revisión crítica que hace no menciona explícitamente aquello con lo cual discute. Esto es muy fuerte. En uno de sus últimos libros Oficio de cartógrafo, Martín Barbero hace 460 citas bibliográficas. Ninguna es referida a un autor que critica, todas son autores que elogia, mientras al mismo tiempo habla de marxismo vulgar, dogmatismo, semiótica limitada, estructuralismo ahistórico, denuncismo ideológico, etc. Cuando menciona esas frases no hay una nota que diga “Mattelart”, “Schmucler”, no, cuando tiene que hablar bien de algo de Mattelart dice “Mattelart”. Este es un elemento muy importante porque hay otra cuestión de los ´80 que es que empieza desarrollarse un fantasma polémico. Va a ser muy común a partir de los ´80 que en nombre de la defensa del receptor, de la mediación cultural, de la actividad del receptor, se hable de que hay un pensamiento crítico de origen frankfurtiano que iluminiza, o un pensamiento de izquierda (digamos) teórica o un pensamiento aristocrático de derecha que no se da cuenta de la actividad del receptor. ¿Por qué ocurre esto? Cuando se invoca a este fantasma polémico se utilizan ejemplos. Por ejemplo Adorno ya muerto, alemán y lejano, o alguno viejo del funcionalismo muerto, norteamericano y lejano, o peor aún en el caso de Barbero, y en el caso de Jorge Rivera en Argentina... este último en su muy importante libro de investigación de la comunicación en la Argentina del 1987 (libro imprescindible que ustedes generalmente ven en Historia de los medios), en la introducción de ese libro hace todo un relevamiento y al final para criticar a los que niegan a la cultura de masas elige a un periodista insignificante del diario La Prensa (ya de por sí en este momento insignificante) y le dedica cinco páginas a rebatir sus posturas. Estrategia de la polémica: yo elijo un extremo, es como si en este momento yo para mostrar la importancia de la televisión, elijo a alguien que dice hay que destruir la televisión, con esa postura todas las posiciones aunque sean moderadas aparecen como racionales o con sentido común. Muchos años después Barbero en Los ejercicios del ver, en un artículo que se llama “El mal de ojo de los intelectuales”, comienza el artículo refutando las posiciones de los intelectuales frente a los medios y elige frases de una artista de vanguardia de Bogotá, y empieza toda una refutación fácil. Es como si yo agarrara a Fernando Peña que dice en un momento dado “la televisión es una mierda” y a partir de ahí hago todo un relevamiento de sentido común, de los estudios culturales, de la intervención, de Gramsci, de Umberto Eco, etc. ¿Qué tiene que ver? ¿Qué significa alguien que hace una performance en Recoleta desde el punto de vista de la dinámica de la polémica cultural? Bueno, este es otro elemento importante que comienza en los ´80, la construcción de fantasmas polémicos. Nosotros cuando salimos con una revista en el ´94 Causas y Azares, dijimos “no somos ludditas, no rompemos las máquinas, y tampoco tenemos la televisión de Adorno”, muy ingeniosa frase (ustedes se ríen pero yo tomé un examen final hace muchos años en esta facultad y le pregunté a una alumna sobre algún autor de Frankfurt, y no me podía decir ninguno (Comunicación II, ya había hecho la I) y en un momento dado le digo “¿vos tenés los libros de Adorno en tu biblioteca?”, para jugar con la palabra adorno – Adorno, y como que se ofendió). III Bueno, inversión de ejes. En los ´80 (Barbero en este caso fundamental con sus libros Procesos.. y De los medios a las mediaciones del ´87) se produce un desplazamiento de ejes del análisis. No quiere decir esto que en los ´60 y ´70 no hayan advertido el funcionamiento de la cultura en el consumo de los medios masivos. Ya Schumcler lo había planteado en el n° 4 de Comunicación y Cultura, ustedes tienen un párrafo ahí donde plantea la dimensión de la vida cotidiana como un mecanismo a tener en cuenta en la relación de las personas con la cultura masiva. Muraro también manifiesta efectivamente que en la cultura masiva hay un programa de alfabetización cultural, de alguna manera una ciudadanía que se está construyendo, una forma de hablar, costumbres, etc., pero como dijo Verón en un reportaje célebre “nosotros veíamos la recepción pero no teníamos plata para investigarla”. Esto es muy importante tenerlo en cuenta, investigar la recepción es más caro que investigar la emisión. Lo mismo ustedes cuando hagan una tesina o una monografía si van a hacer una de trabajo cualitativo, etnográfico, de campo, necesitan más recursos operativos que analizar las tapas de Clarín un mes. A lo sumo las tapas, las fotocopiarán, harán un corpus, instrumentos semióticos, discursivos y sacarán conclusiones. Entonces, al no estar institucionalizado el campo, si no tengo recursos es probable que privilegie un análisis accesible, o sea haga análisis de corpus más que de universo o de campo. En el primer desplazamiento aparece el receptor. Hay una serie de autores que influyen para que aparezca el receptor. Autores que algunos vieron en Comunicación I y otros no, autores que vienen de los estudios culturales, fundamentalmente Richard Hoggart y Raymond Williams, que al trabajar sobre la lectura popular de lo masivo y sobre todo a partir de la noción de “experiencia” (palabra clave de los estudios culturales). Poner en juego mi experiencia en la decodificación de la cultura de masas implica una actividad, si ustedes quieren un desplazamiento, algunos plantearán una lectura “aberrante”, la “decodificación aberrante”, un desplazamiento de la intención que el emisor tuvo para que yo lo entienda de una manera determinada. Por ejemplo en los ´80 uno podría decir Nuevediario (con José de Zer buscando a los enanitos o dramatizando peleas familiares) no era visto como un noticiero. Esto es muy interesante porque en los ´80 para explicar la teoría de la manipulación... uno puede decir que el noticiero de Nuevediario con Corso Gómez, José de Zer y toda esa farándula periodística no influía ideológicamente porque era decodificado como un melodrama semanal, uno podría decir “efectivamente, el receptor ahí se defiende de la influencia periodística de Nuevediario con la puesta en común de una experiencia, melodrama, la comedia, la tragicomedia, etc, ahora el problema era que canal 9 no tenía otro noticiero. Por lo tanto esa gente no miraba el noticiero de canal 13 y a la vez Nuevediario, se informaba por Nuevediario. Uno podría decir que la frase clave de los ´80, la frase clave de los Usos y gratificaciones, está como bajada en el libro Devórame otra vez, de Landi, del ´92 (pero que es producto delos ´80), de “qué hace los medios con la gente a qué hace la gente con los medios”. Esta cátedra suele completar esa frase y plantea que el paso de qué hace los medios con la gente a qué hace la gente con los medios debe completarse con qué hacen los medios con aquello que la gente hace con los medios. Es decir, la velocidad de incorporación, de atracción de la audiencia con respecto a lo que le plantean los medios es cada vez mayor (hoy podríamos jugar con la palabra “minuto a minuto”). Entonces el primer desplazamiento es receptor por emisor. Otro autor importante para los estudios culturales es Michel De Certau que trabaja sobre la lectura. La lectura pasa a ser silenciosa en la modernidad, solitaria, produce cierta autonomía relativa, por un lado al trabajar sobre la lectura reposiciona al receptor, el lector no sería pasivo, un efecto de un estimulo (la lectura) sino que participaría, en la entrelínea, en el sobreentendido, en las complicidades, etc., y llevado al campo de la producción De Certau indagará lo que él llama “hurto cultural” o táctica del débil sobre la estrategia del poderoso. Lo que hacen las masas populares con lo que reciben de las clases dominantes, etc. El ejemplo que daba él era el obrero que hacia la cuna de su bebé robando una hora a su trabajo o algún material de desperdicio de la fábrica donde trabajaba. Es decir, ese hurto del sistema productivo es una actividad, nadie niega que en todo comportamiento hay una actividad. El segundo desplazamiento importante, barberiano, clásico de ese libro De los medios a las mediaciones, es desplazar el eje de análisis de los medios masivos de comunicación (sus mensajes, sus contenidos, su ideología) a lo que llama Barbero (y otros) “mediaciones culturales”. Palabra compleja, no tan aclarada, que tiene orígenes diversos (en el marxismo, en el estructuralismo). En el marxismo claramente, la falsa conciencia que produce alienación, el sentido común, etc., oficia como una mediación importante, en el estructuralismo la propia lengua, la estructura es una formidable mediación que deja casi sin intervención al sujeto. Pero el concepto de mediación de Barbero (si es que en algún lugar lo describió) está más vinculado al de experiencia de Williams, es decir una suerte de tejido significativo cultural, un conjunto de prácticas y experiencias que se ponen en juego en el momento en que yo consumo cultura masiva. Hay varios ejemplos que da Barbero que se pueden rescatar. La difusión melodramática de la vida es previa a la difusión del género melodramático, no es que el melodrama construya melodramáticamente la vida del pueblo, sino que hay una dimensión melodramática de la vida que acepta al melodrama y lo permite entender, lo permite leer. Digo, el velorio es previo a la escenificación del velorio, del melodrama o de la tragicomedia, hacer humor en el velatorio, cuando uno va contando chistes a medida que se aleja del cajón para celebrar que uno no está dentro del cajón, como una especie de sublimación de la muerte, en definitiva esa representación mezclada, híbrida, ya está en la vida cotidiana. El chisme, uno podría analizar en los ´80 (hoy ya se lo celebra)... se podría plantear en la matriz analizada por Sunkel, la matriz simbólico-dramática opuesta a la matriz racional-iluminista de la prensa seria frente a la prensa amarillista, que trabaja mucho con el chisme. Uno podría decir, “bueno, la chismografía está vinculada a la experiencia popular, a la experiencia de las masas, el chisme de barrio, el chisme de familia, el chisme de trabajo, el chisme de estudio”. Entonces en los ´80 se empieza a analizar la comunicación de masas sin juicio de valor, sin crítica ideológica, uno podría decir “hay chisme” como hay lacras en todos lados. Por eso hoy cuando se convoca a un experto en medios masivos para hablar por ejemplo de la cámara oculta, los programas de chimentos, etc., ustedes tienen como dos versiones de esos intelectuales, una mayoritaria que se pone a describir los mecanismos de producción de sentido o de atención, por ejemplo “bueno, a la gente le interesa esas cosas y está lo popular, está tal cosa...” y los minoritarios “bueno estamos hablando de una serie de dispositivos mercantiles para atraer la atención, la televisión se ha convertido en una especie de cámara fisgonera, voyeur, trata de mostrar lo que no se ve” y también lo crítica desde el punto de vista ideológico, del punto de vista ético también, pero como esto en el mercado produce una ganancia y hay un gran conjunto de teóricos que no van a cuestionar a los medios la ganancia sino que van a posicionarse como expertos, esto ya no se da. Uno podría decir que los ´60 y ´70 empezarían a mirar ese proceso de manera ideológica como un proceso incluso alienante, la pregunta puede ser claramente esta ¿por qué? Una pregunta filosófica, central. Uno podría decir que a la gente del populacho, del vulgo, de la gleba, le interesa la vida privada de las celebridades ¿por qué? En realidad es una imposición, porque la pregunta es ¿le interesa como hoy se lo ofrecen o le interesa como se lo ofrecían en los ´50 o los ´40? Si siempre le interesó hay formas de habérsela ofrecido mucho más moderada, pudorosa ¿Le interesa como se la ofrecen hoy? No la demandaron, no hicieron una movilización popular en la década del ´80 pidiendo “chisme, chisme”. Estoy volcando esta reflexión por el absurdo porque el tema es fundamental en la formación, porque si yo analizo lo dado puedo analizar la mierda también que es dada sin ponerme a pensar que hay que analizar semioticamente la mierda. Pero esto es así, que los ´80 van preparando, edulcorando, en forma posmoderna, podríamos decir, la legitimación de la cultura de masas. Pero no como existencia sino como perspectiva de tratamiento. Yo no legitimo la televisión diciendo “debe existir”. Hay un artículo que les recomiendo de Ámbito Financiero de este lunes sobre Bután, un país del Himalaya que puso televisión hace tres años y todas las modificaciones que se generaron. Muy linda la reflexión, el rey casi abdica, cambian las costumbres, etc. No existía la televisión en Bután, era uno de los pocos países del mundo donde no existía (bueno, para muchos de ustedes acaba de aparecer como país). IV El tercer desplazamiento es importante teóricamente porque la palabra clave que ustedes van a ver en la discusión de culturas populares es hegemonía. Aquí hay, como diría el viejo Portantiero, “usos de Gramsci”. La palabra hegemonía no es de Gramsci, tratada históricamente es de Vladimir Ilich, más conocido como Vladimir Ulianov, pero mucho más celebre como Lenin. En la tradición marxista Lenin apopléjico, con dos balas en el cuerpo, casi moribundo, dictando con dificultad, le da una entrevista a una periodista inglesa, entonces ella (farandulesca, piensen ustedes en una Coni Ansaldi, en una Viviana Canossa entrevistando a Lenin) le pregunta “¿cómo hicieron la revolución rusa?” (como si fuera un automóvil, un producto, una torta) entonces Lenin, ya no pudiendo decirle con mucha fuerza “estúpida” contesta amablemente y con cortesía lo siguiente “mire, la revolución rusa, fue un golpe de estado que tuvo una dimensión policial una noche de sorpresa y sin muertos, o sea que fue relativamente fácil. Esa fue la revolución política. La revolución económica fue un decreto sobre la propiedad de la tierra. Es decir que fueron unos minutos y después la información a toda Rusia. La revolución social fue el efecto de puesta en funcionamiento de ese decreto, porque una vez que decidimos la propiedad común de los medios de producción ya no hay clases. Así que la revolución política, social y económica fueron relativamente veloces y sencillas, lo que no pudimos hacer hasta este momento es la revolución cultural y eso no sé si se va a poder hacer, es lo único que justificaría haber hecho la revolución política”. Esto se asocia a que posteriormente el propio Trostky que era el jefe del Ejercito Rojo, visita una fábrica y claro a medida que se va alejando de los puntos de referenciaempieza a escuchar una serie de cosas (y no lo que le van preparando del protocolo, todo arreglado), se le acerca gente y sobre todo las obreras empiezan a plantearles el maltrato que reciben de los obreros, sus compañeros, el manoseo, el acoso, la grosería, etc. Entonces cuando vuelve de la fábrica, como Mariano Moreno ¿se acuerdan? Va al ayuntamiento de Buenos Aires y ve que Saavedra tiene una corona de laureles y que le están haciendo una celebración, y no entra, vuelve y escribe La cuestión de los honores de un tirón donde dice que “no hay que rendir honores, pleitesías a los gobernantes, etc”. Bueno Trostky vuelve y escribe algo así como que “la revolución no tendrá sentido si un obrero le dice una grosería o le toca el culo a una obrera, no tiene ningún sentido”. Digo esto porque lo que está planteando Lenin, Trostky, lo que a va a retomar Gramsci, lo que va a enunciar Mao, lo que va a retomar Guevara en El hombre nuevo (de los estímulos morales en lugar de los materiales), y lo que va a hacer el Mayo Francés bruscamente, es plantear la dimensión cultural de las prácticas. Esta idea de revolución cultural como la más difícil, la más diferida, la más lenta y la más escasa. Entonces empieza a haber una reflexión sobre los dispositivos de construcción del consenso cultural. Es decir, yo puedo tomar el poder y puedo decretar que no se insulte, que no se manosee, que no se acose, pero eso no garantiza que ese proceso no se siga produciendo, porque está incorporado... véanlo ustedes, las últimas 48 hs en Buenos Aires, trabajo clandestino, explotación, esclavitud, costumbres que se ponen en juego, impotencia de las leyes, impotencia del estado, toda una serie de cosas porque están en juego culturas, costumbres, dispositivos, costo - beneficio. En ese sentido es muy interesante como funciona en la cabeza de los periodistas, las barbaridades que se escuchan. Periodistas de clase media dicen “cómo puede ser que esta gente aguante tanto, cómo puede ser que salgan a manifestar por esos talleres para no morirse de hambre”. Provocativamente yo diría, y no se puede sospechar que yo esté a favor de ningún tipo de explotación (salvo de los explotadores), que hay una lógica en eso. Los periodistas de clase media no lo ven porque, entre otras cosas, ellos no sé autocritican la dependencia que tienen de los financiamientos, de la misma manera que el obrero boliviano dice (y parece un siervo de la gleba) “nos pagan bien” porque teme perder su trabajo. La vanguardia lo que tiene que hacer es luchar contra el que lo explota y luchar contra su condicionamiento mental, ideológico, intelectual. Los periodistas que hablan así también tienen su condicionamiento, sobre su financiamiento, para decir cosas, para hacer investigaciones, para no investigar otra cosa, etc., y eso lo ven como normal también, porque en el plano del que puede comer el condicionamiento está más ligado a lo intelectual e ideológico o a lo creativo y artístico mientras que en el plano del que sólo puede comer está vinculado al sustento mensual. Este es un tema muy interesante como para plantear. Volviendo al tema hegemonía, empieza a releerse Gramsci, porque él como Frankfurt (en parte), como Birmingham, hace una pregunta central ¿cómo puede ser que los subalternos, que los dominados le den tanto consenso a la subalternidad y la forma de dominación? Acaba de venir una reina al país ¿qué es un rey, que es una reina? Cualquier cosa, una ridiculez, una reina mezcla de orígenes divinos con star system farandulesco, igual en Holanda hay gente que sale con la banderita (más mujeres que hombres, más viejos que jóvenes, más campesinos que urbanos). La monarquía parece un dispositivo de consenso que la modernidad, incluso en los ´80 empezó a explicar por el lado de la identificación de las masas, por un origen patriarcal, como un guía espiritual de la nación, con que puede haber monarquías identificadas con su pueblo, etc., pero siguen siendo un conjunto de parásitos, que viven de las rentas, que no trabajan, que tienen bienes que no ganaron y que en algún caso se los relaciona con algún origen trascendente, no terrenal. Es lo mismo que esa identificación fanática con algunos ídolos del star system. Por algo Frankfurt y Birmingham preguntan en la posguerra ¿qué está pasando acá? ¿por qué las clases populares apoyan...? ¿Por qué los bolivianos...? Preguntas claves acerca de cómo funciona la hegemonía. Claro que en los ´80 empiezan a preguntarse si la hegemonía no se aprovecha de algunos beneficios que las clases subalternas advierten en el funcionamiento de la hegemonía. Un antropólogo de una villa, entra en una casilla, le dice al de la casilla que tiene la televisión prendida “¿por qué ve tanta televisión si en ella usted no está?” Esta la clase media urbana alta, de ojos claros, del pelo más bien claro, de colegio privado (ni siquiera está exóticamente en las comedias de Suar). Entonces el tipo de la villa se acerca a la ventana corre la cortinita de cuadros, le muestra y le dice “¿qué quiere? ¿que vea toda esa mierda que hay ahí afuera?”. Esta es la fórmula de Barbero de que la gente en la cultura de masas pone deseo y saca placer, es decir, una recuperación de usos y gratificaciones, Barbero se enoja cuando uno le dice esto, pero hay una reformulación de eso. Se enoja porque usos y gratificaciones vienen del funcionalismo norteamericano o sea de los dominantes, mientras la postura de este desplazamiento hacia el receptor, hacia la hegemonía, hacia la cultura, sería la postura de una actividad conciente, creativa, defensiva y a veces de resistencia de los sectores populares respecto a la cultura de masas. La mediación cultural sería como la explicación, de alguna manera, de la vigencia de la cultura de masas en los sectores populares y del uso que de la cultura popular hace la cultura de masas. Creo, a mi entender, que lo que no advierten los que aparecen en los ´80 (Canclini, Barbero, etc) es que hay una reformulación de la cultura popular por parte de la cultura de masas que le quita aquello transgresor, opositor, cuestionador, subversivo que tuvo la cultura popular en algún momento. V Segundo punto: hay una revisión de los ´70. Esta revisión tiene varias orientaciones. La primera en boca de los Mattelart (Armand y Michel) en un libro que aparece en el ´87 y se llama Pensar sobre los medios. En un apartado que se llama “Nuevos paradigmas”, los Mattelart plantean que hay una nueva situación social, política, económica y cultural que necesita la modificación de las herramientas de análisis, de los instrumentos de interpretación. ¿Cuáles serían las principales complicaciones y cómo se podrían sintetizar? Yo les planteé en la primera clase, una serie de tensiones que están escritas en el programa, una de ellas es lo lineal y lo fluido. Ahí aparece el primer desplazamiento que es que las sociedades empiezan a volverse mucho más fluidas que mecánicas, mucho más descentradas que lineales. Esto está vinculado a los desplazamientos de capital, la flexibilización del trabajo, el uso del tiempo libre. Aparece como una teoría cuántica de lo social: al no haber un centro (esta es la reflexión de algunos) si hay dos centros no hay centros y no habría centro financiero, por lo que va cayendo o debilitándose una noción (no en Mattelart pero sí en los demás) que es la noción de imperialismo que es clave en los ´60 y ´70. El imperialismo cultural empieza a plantearse ya en los ´80 como centro y periferia y en los ´90 se llamará “globalización”, que es la palabra que reemplaza a imperialismo. Ni siquiera la palabra “imperio” en Negri y Hardt en los 2000 significa imperialismo. Entonces una de las revisiones autocríticas es esta, hay como una desestructuración de la vida real. Junto a una disolución del poder en toda la sociedad, empieza a aparecer la noción de sociedad civil en lugar de responsabilidad del estado, hay una expectativa (transición democrática) que la sociedad civil se va acercando de manera autogestiva, organizada, conciente a un nuevo tipo defuncionamiento político. Esto termina casi en el ´92 ´93, cuando aparece el zapatismo, aparece la crisis de esta cuestión, porque la antiglobalización de finales de los ´90 (Seatle, Montreal, Génova, Buenos Aires, Praga, etc) no es el lobbismo de los movimientos sociales de los ´80. Los movimientos sociales de los ´80 son movimientos por una cuestión concreta, son reivindicados en los ´80 el movimiento de Derechos Humanos, el movimiento de la Copa de Leche en Lima, el Movimiento Sin Tierra en Brasil, etc., mientras que el movimiento antiglobalización necesita una mayor permanencia y organización. La revisión de los ´70, también es una revisión teórica. Claro, antes uno pensaba que había un imperialismo cultural que dominaba económica y ideológicamente, que transfería una ideología como sentido común a las clases populares mediante un Pato Donald, mediante una serie, mediante una publicidad, que transmitía valores de vida, formas de vida. Al revisarse eso se desplaza la noción de imperialismo cultural y se habla de una actividad del receptor. Claro la comparación es la siguiente: A pesar de la familia Falcón, de la publicidad, de las series, de los jean, de todo eso, la gran población latinoamericana, la parte más dinámica de la población objetó el sistema de vida entre 1960 y 1975. Entonces la reflexión teórica es “no fue así, no hubo manipulación del imperialismo cultural, hubo una especie de negociación donde se tomaba lo necesario y se objetaba con lo que no se estaba de acuerdo”. Al plantearse eso en los ´80, ocurre algo paradójico. Justamente en el momento que cambia la perspectiva, que se empieza a plantear que el receptor es crítico, activo, que resemantiza, que resignifica, que es táctico, etc., es el momento de mayor fragmentación del sujeto social subalterno y donde empiezan a influir más los medios, a tal punto que se corona los ´90 con la video política (la ausencia de políticas en la plaza pública, que todo pasa por los medios). Por eso va a haber otra revisión que vamos a ver en un par de clases que es “nos equivocamos otra vez, pensamos que el receptor es activo (crítico) pero el receptor no es tan activo como nos habíamos imaginado en los ´80”. Hay otra revisión teórica que nos interesa a nosotros que es la que revisa la intervención crítica de los intelectuales. Verón, Schumcler, Traversa, Steimberg, Muraro, Mattelart, Beltrán, Piccini, Ford, en los ´60 ´70 no podían pensar su intervención crítica, teórica, intelectual, con la comunicación de masas, con la cultura popular, la literatura, la filosofía, la sociología, etc., sin la intervención política. Más aún, la discusión Lenguajes - Comunicación y Cultura, es una discusión política sobre la intervención política, pero no es una discusión de la no política y de la política. Al producirse el proceso de institucionalización empieza a volverse autónoma una esfera del funcionamiento: no es lo mismo patear las puertas de la universidad para que la semiótica sea una disciplina y para que el semiólogo sea un profesor que ya tener varios niveles de semiótica y programas de financiamiento como en comunicación. Entonces la intervención política ya se disocia a otro terreno, ya se puede volver autónomamente relativa la esfera de lo teórico, lo académico, lo político, lo ideológico. Para ser muy actuales ¿hay una coherencia importante entre lo que se dice en esta aula ahora, en cualquiera de esta facultad, en cualquiera de Alvear o de Filosofía y Letras con lo que el mismo sujeto publica en un diario, se define con respecto al gobierno o vota en asambleas universitarias? No, es decir, yo acá puedo estar planteando como perspectiva la lucha de clases, etc., me desplazo hacia la intervención en los medios de una manera, me desplazo hacia mi relación con el gobierno de otra, y me desplazo hacia la asamblea universitaria de otra. Esta cuestión, la coherencia, o cohesión de mis ideas, en los ´60 y ´70, era un objetivo, una búsqueda. Uno podía decir que no puede entrar a un lugar al que no lo invitan sino coherentemente ¿me siguen? Uno no puede hacer una mezcla de ideas si todavía no lo reconocen, esto vale para el feminismo, los negros, la clase obrera, etc. La semiología no puede entrar a la universidad diciendo “somos varias, somos muchas perspectivas”, en principio dicen “somos semiología”. Quiero decir esto, una vez que se está en la esfera institucional se puede disociar sin trauma su intervención teórica, disciplinaria, ideológica, política, institucional, administrativa. Esto es muy importante tenerlo en cuenta porque a veces uno dice “¿cómo puede ser que dijo tal cosa, hizo tal otra y está en tal lugar?”. Esta cuestión empieza en los ´80 con este proceso de institucionalización y se fortalece en los ´90 con el proceso la profesionalización de las prácticas, porque hasta los ´90 la palabra mercado todavía seguía siendo proscripta ¿me entienden? La palabra “revolución” se transforma en “estado institucional” después “estado institucional” va a tener una reconversión en “mercado y consumo” en la aceleración de los ´90. Entonces lo que se desplaza es la intervención crítica de los intelectuales ¿quedó claro el proceso? Esto permitiría leer la intervención teórica de Barbero ¿por qué? Insisto que Martín Barbero no trata autores contemporáneos de manera crítica entonces toma las genealogías pasadas. Supuestamente si Benjamín interviene de una manera diferente frente a la comunicación de masas, a las tecnologías, la opción de Barbero es por Benjamín en lugar de Adorno. De todas maneras cuando Barbero elige a Benjamín no lo elige por su intervención política sino por su intervención teórica, en lo mismo que Gramsci lo acompaña en una reflexión teórica pero no en una política. VI El cuarto punto es la legitimación de los usos y gratificaciones. Ustedes vieron en Comunicación I la escuela de usos y gratificaciones, sería la parte más crítica, más cultural y más cualitativa del funcionalismo norteamericano, es decir, técnicas cualitativas, dimensión cultural de las prácticas y crítica a las teorías más organicistas, más positivistas ¿qué traducción tiene eso en nuestra región (porque además coincide con el movimiento de la etnografía de la audiencia)? Los estudios culturales, ustedes vieron a Morley y compañía estudiando cómo la gente ve televisión, en qué situación, en qué ámbito, con qué mediaciones, qué género, cómo maneja la tecnología, cómo decodifica las noticias, cómo se identifica con las ficciones, etc. Ustedes saben que la etnografía de audiencia hoy está puesta bastante en cuestionamiento a partir de lo limitado en número de informantes, toda una serie de cuestiones, de una observación participante bastante distorsionadora, pero en ese momento era una referencia importante porque recolocaron al receptor. Tanto los usos y gratificaciones como la etnografía de audiencia le da un buen lugar al receptor. En la propia palabra uso y gratificación hay un problema porque hay un a priori en gratificación. “Gratificarse”, viene de “gratis”, “gratis” viene de “gracioso”, significa “sin costo”. Es interesante porque cuando los teóricos están pensado en usos y gratificaciones casi siempre piensan en la televisión. La televisión en esa época era un medio casi sin costo. Pensemos que en el sistema de medios el manejo de competencias o, lo que dirían los funcionalistas, los lideres de opinión o intermediarios de grupos que influyen, en general uno acepta más la recomendación de alguien para comprar un libro, para ver una película, incluso para cambiar de diario, incluso porque ese cambio es más costoso que escuchar un programa de radio o ver un programa de TV. Entonces ahí todo lo que cuesta vale en parte. Con la televisión es poco probable eso de alguna manera porque uno tiene un manejo con la televisión casi gratuito (digo en ese momento de televisión abierta) ¿qué sería gratificarse ahí? Recuerden la frase de Barbero “pongo el deseo saco el placer”. Bueno ahí se corre el riesgo de advertir prácticas de resistencia defensiva a posturas de posicióny alternatividad. Porque usos y gratificaciones está en línea contraria a alienación. El receptor es consciente, utiliza el medio, su mensaje, su forma en función de una necesidad o solución de problemas y a la vez recibe o tiene un placer determinado. Esta discusión es casi estructural entre los ´80 y ´90 porque implica retomar si los medios le dan a la gente lo que la gente quiere, si hay una adecuación a la demanda y sobre todo está vinculada a la televisión que va a ser el medio más masivo (no se olviden que en los ´80 entramos en la etapa donde sólo el 25 % de la gente lee el diario, el 75 % se informa con televisión). Ya tenemos una etapa en que la radio está conformada según la televisión, no es un medio disociado de la televisión, son las mismas personas que circulan de un elenco estable y ya la prensa gráfica en multimedia se adecuará a la estructura de información de la televisión, a su ritmo, a su secuencia narrativa, etc., es decir, que la televisión es el pivote a través del cual gira todo el sistema de medios. Hay un proceso de legitimación de usos y gratificaciones muy importante en la medida que la privatización de la televisión en América Latina, la construcción de los multimedias, influyó notoriamente en la visión de los académicos, porque mantener una perspectiva crítica de la televisión, en principio, era salirse del circuito de circulación de la palabra experta, es decir ¿qué pasa si la academia se coloca enfrentado a lo que estaba pasando en la televisión? Yo lo viví personalmente dentro de las cátedras de esta facultad ¿en qué medida se podía mantener el discurso crítico de los productos estandarizados televisivos ideológicamente discriminatorios, estéticamente degradados, hasta que punto uno puede desde esa mirada de lo que era la televisión Argentina concentradas en sus horarios, con producciones artesanales y con una escala profesional bajísima donde se suplantaban las incumbencias personales (quien sabía actuar, bailar, cantar, animar conducir)? Ese proceso crítico (que lo podía advertir un chico de 12 años) era suplantado por una descripción semiótico-discursiva-cultural del nuevo fenómeno de la video cultura. Es decir, la importancia de la televisión que construía la agenda política determinaba el sistema de medios, producía impactos mediáticos, etc. ¿quedó clara esta oposición? Una cosa es mantener la mirada sobre los productos y otra cosa es reflexionar qué significan esos productos para la gente. Una cosa sería una investigación crítica y otra una investigación administrativa. Lo que empezó a predominar fue ésta última “¿qué hace la gente con la televisión?, ¿Cómo se siente identificada?, etc” y bajó mucho el nivel de crítica. Por ejemplo Oscar Landi que empezó a adquirir una importancia en la circulación de medios con su libro Devórame otra vez, el propio título del libro se instala dentro de ese sistema televisivo y prácticamente desde los usos y gratificaciones legitima todo ese funcionamiento (y hasta es recibido con beneplácito porque es un filósofo de la academia). A tal punto pasa esto que Barbero (que es el que estructura los ´80 con De los medios a las mediaciones) tiene una relación con la bibliografía muy particular. Cuando sale el libro de Landi, Beatriz Sarlo saca un artículo que se llama “La teoría como chatarra” (violentísimo, lo más violento que se escribió en la década contra alguien) y en ese momento Barbero se identifica solidariamente con Landi. Dos años después, Sarlo publica Escenas de la vida posmoderna, con un capítulo entero dedicado a Landi que se llamaba “El sueño insomne”, y Barbero en su texto celebra la aparición del libro de Sarlo, como celebró la aparición del texto de Landi, incluso coloca a los dos libros en el mismo nivel respecto de la importancia que se le daba a la televisión, es como si dijera “Landi le dedicó todo un libro a la televisión, Sarlo le dedico todo un capítulo, el tema de la televisión es importante” sin reflexionar que uno tenía una perspectiva frente a la televisión completamente diferente a la de la otra. Esto es como la crítica o investigación administrativa, yo describo el funcionamiento del campo sin hacerme cargo de la valoración del mismo. Esto pasó también con la televisión, y fue clave en personas como Pablo Sirven o Carlos Ulanovskly que venían de una crítica de la televisión y empiezan a legitimar, naturalizar la cultura de masas. Sirven escribió una biografía de Goar Mestre, si ustedes siguen los libros de Carlos Ulanovsky sobre la televisión, la radio, la prensa gráfica van a ver que son como textos homenajes, hay muchas cosas buenas y las cuestiones traumáticas son referidas casi en forma generalizada, es decir, “no todo lo que sale en la televisión es bueno, cada uno puede elegir, etc” cuando en realidad la perspectiva es “casi todo lo que sale en la televisión es malo y uno tanto no puede elegir”. Una perspectiva crítica obvia. Hay pocos programas en la televisión abierta, muy pocos, hay muy poca diversificación de géneros y todo está muy encuadrado en la publicidad interna, digo, con solo decir dos o tres cosas uno se puede ubicar, pero ¿dónde decirlas? Porque antes cuando no existía multimedia había un control ínter mediático donde el diario y la radio podían ver a la televisión como objeto de análisis, hoy ya es casi imposible. VII El otro punto es la cultura popular. Los ´80 son clave en la revalorización de la cultura popular. De todas maneras hay que hacer una diferencia que es la siguiente: todavía en los ´80 la cultura popular se percibe, se la analiza, se la considera por fuera de fuertes influencias de la cultura masiva y por supuesto de la cultura alta, se la ve como un campo de resistencia, de apropiación, de actividad, no masivo, es decir, la cultura popular no está identificada con la mayoría sino con un conjunto que es conciente que sus prácticas son agredidas, sea artesanía, el carnaval, el folklore, el fútbol, el juego o el ocio popular, etc., son agredidos y tiene que organizarse para defenderse de esa agresión, se focaliza mucho la noción de comunidad, comunitario, se desarrolla lo alternativo vinculado a lo popular (radios comunitarias, radios alternativas) la geografía empieza a diversificarse, los ´80 incipientemente empieza a recortar el espacio urbano ya no con la movilidad social de los ´60 en donde se mezclaban las clases, sino que empieza recortarse, empieza a haber ghetos urbanos y, claro, el tema de la cultura popular no es lo mismo en los países de tradición campesina, andina, que en los países de tradición urbana del cono sur (esto es cierto también, no es lo mismo la cultura popular en Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Bolivia, que analizar la cultura popular, en Argentina, Brasil y Uruguay que tiene una tradición urbana distinta). La clave del análisis de la cultura popular es nueva relectura de Antonio Gramsci ¿por qué? Porque la cultura popular rescatada por los románticos, tiene una cosmogonía armónica, muchas veces precapitalista, comunitaria, asentada en lo rural y la tierra, tradicionalista, era base de cierto populismo, como un patrimonio nostálgico, aquello que el capitalismo había desarticulado. Mientras que una versión gramsciana de la cultura nacional y popular, era la superación de eso, era la incorporación de aquel aspecto del folklore que tiene sentido, el folletín, la experiencia popular, etc, en una nueva forma científica democrática racional colectiva y cooperativa, que obviamente en Gramsci estaba articulada con una transformación social radical ¿Pero qué ocurre acá? Se toma a Gramsci también en aquello que desarrollaba que era (y acá ligamos lo de hegemonía y revolución cultural) que no se necesitaba tomar el poder para empezar a cambiar la sociedad. Entonces la cultura popular podía ser una escuela de una nueva sociedad, aparece también Freire, algunos pensadores de América Latina que los toma Barbero, el cooperativismo, los movimientos populares, los ideales comunitarios, etc., pueden ser una escuela de la nueva sociedad antesde tomar el poder, cosas que en los años anteriores se veía que lo cultural estaba subordinado a la toma del poder político, a la toma del poder económico, etc. Todo lo que estamos diciendo ahora se sintetiza en un concepto, que es el concepto básico de la década de los ´80 en la comunicación y la cultura latinoamericana, que es el concepto de mediación. Acá nos vamos a detener más teóricamente. Podríamos decir que los temas de la cultura popular, el lenguaje, los sujetos sociales, estaban proscriptos muchas veces en tres ámbitos: los medios, la escuela y a veces la mesa familiar. Por lo tanto al no reconocerlos, no será reconocida su creatividad, sus formas, sus temas, pero al mismo tiempo se podía suponer que las personas experimentaban todas esas cuestiones y ayudaban a conformar a los sujetos de tal manera que conformados de esa forma consumían los medios masivos. Vamos a dar dos o tres ejemplos de cómo podrían funcionar las mediaciones, es decir, el conjunto de experiencias que conforman a los sujetos y los dispone de tal manera para consumir determinados mensajes. Fue mencionado el chisme, otro, el melodrama, el tema del juego es una formidable mediación. Es cierto que el sistema mediático ha sobredeterminado y saturado de mensajes de juego, lo lúdico, competencias por conocimientos, competencias de azar, casi hoy podríamos decir que no hay programas de radio, no hay programas de televisión que no tenga en algunas de sus partes un estímulo a competir, jugar, a estar atento a una situación que le puede resultar beneficiosa a una persona. Uno podría decir ahí va a haber una mirada ideológica, hay un modelo de sociedad ahí en juego, es el azar por un lado, el enciclopedismo por el otro, o estar atento en forma muy distorsionada (no es por lo que el mensaje dice) uno hasta podría plantearle al sistema de medios “hagan la prueba de borrar todo eso de la programación a ver qué queda”, implicaría guiones, rutinas, contenidos, producción, uno en parte podría decir que la radio hoy la están haciendo muchos oyentes, muchos teléfonos, y la está haciendo menos el movilero... el tema de la consigna, por ejemplo, que ha organizado a toda la AM a toda la FM, parte de la televisión, etc. parecería que eso organiza la cultura popular y en realidad lo que deja de lado es “¿por qué no te pusiste a hacer un programa, a preparar una rutina, una producción, unas conexiones, algunos informes de situación?”, con la consigna trabaja cualquiera. El caso del juego fue interesante porque se dio la discusión sobre si había que fomentarlo o no. Hay una mirada de la mediación en decir que en el juego está la cultura popular, jugar forma parte de una dimensión existencial del sujeto. Por ejemplo, estoy esperando y empiezo a jugar con una tiza, después viene otro y jugamos a ver quien la emboca en la tacita, se acercan dos personas y dicen “a ver quien la emboca mejor”, se acercan más personas y una dice “yo apuesto a que él la va a embocar mejor”, y después alguien organiza lugares para embocar la tiza. O sea, del juego a la competencia, de la competencia al espectáculo, del espectáculo al negocio. En esa secuencia, de alguna manera hay elementos que forman parte de la cultura popular. Un planteo culturalista podría ser que el éxito de determinados programas de entretenimiento formados sobre la base de juegos, la competencia o cierta cuestión de “quién va a ganar”. El mejor ejemplo que tuvimos nosotros fue el corte de la manzana ¿se acuerdan? Con Sofovich, o el Yenga, donde muchas veces había un reloj que decía el tiempo que estaba transcurriendo (1 hora, 2 horas y media, etc., donde claramente Sofovich ganaba mucho dinero), producía una distracción fenomenal, había mucha gente mirando eso, hasta la exacerbación de que el que ganaba el auto ya tenía varios autos (pasaba en Sábado Bus, también), había una doble alienación, una doble subalternización, es como el ciervo de la gleba de la edad media de alguna manera ¿Por qué planteo esto? Porque un análisis culturalista, sobre la base de mediaciones, interpone en el consumo de este programa (que hacen las clases populares masivamente) una experiencia que se tiene con respecto al juego. Incluso hasta pueden observar esta escena: yo paso por un lugar donde se está representando una competencia, es atractivo ver quien termina ganando. Por ejemplo a mí que siempre me gustaron las carreras de caballos (fui en una época burrero) estoy en un bar, pasan las carreras de caballo y en algún momento cuando empieza la carrera yo me detengo y digo “para mí va a ganar aquel”, espero el recorrido y veo si acerté. En el obelisco por ejemplo en la década del ´40 había una sastrería que hacía propaganda con una ruleta que giraba por el viento, la tuvieron que sacar porque en las dos veredas del Obelisco la gente se ponía a apostar en que número caía (si no vayan el 18 de julio a Uruguay y ven que la gente apuesta por cualquier cosa). Digo, está eso en la dimensión de la cultura popular, es una mediación, el problema es la descripción de este funcionamiento con la valoración de este funcionamiento ¿me siguen ahí? Los ´60 y los ´70 desde un modelo ideológico o un sistema de valores miraba el funcionamiento de la industria cultural, los ´80 y los ´90 con el quebramiento de los valores describen el funcionamiento de la industria cultural, fundamentalmente describen, por eso cae la idea de intelectual. Entonces la mediación es explicativa. Así podemos juzgar el teleteatro que es el género clave del desplazamiento de los ´80. Una investigadora, Elizabeth Fox, en un célebre artículo que se llama El fracaso de las políticas nacionales de comunicación describía como habían naufragado los intentos de establecer políticas nacionales de comunicación en las décadas del ´60 y ´70. (...) en Venezuela, Perú con Velazco Alvarado, estatización de los medios en Argentina, etc., justo en el momento en que se privatizaban o reprivatizaban los medios en América Latina e incluso se privatizaban los medios del servicio público europeo. En el final del artículo Fox insinuaba lo siguiente: que la verdadera política nacional de comunicación en América Latina iba a ser producir industria cultural como bien exportable, es como de alguna manera la inmigración hispana “ya que no podemos dominarlos les vamos a mandar gente”, en este sentido sería “ya que no podemos combatirlos les vamos a mandar telenovelas”. Esta situación fue muy interesante porque empezó a coincidir con las llegadas de las telenovelas latinoamericanas a Europa, a las cadenas de Berlusconi, las privatizadas, en su primer momento para abaratar costos de producción. En España, en Francia, en Inglaterra producir una miniserie o un teleteatro era muy costoso porque había sindicatos, Berlusconi lo que hace es “ah, Andrea del Boca, Jorge Martinez” y después caminaban por las calles de Roma o Turín y eran célebres, famosos. Bueno, también estaba ocurriendo algo, los suburbios de Europa empezaban a adquirir características similares a los arrabales latinoamericanos: desarraigo, inmigración, problemas de filiación, maternidad y paternidad social, pobre y rico, tareas domesticas, crecimiento extraordinario de las fortunas posmodernas, financieras y mediáticas, y a la vez suburbios empobrecidos, hacinados, etc. Ese escenario europeo, Latinoamérica lo conocía y era base además de la telenovela clásica. Había una especie de identificación. Por otro lado también eran los costos. Hay una escena famosa que uno podría decir que funda el análisis de los ´80, el mismo Barbero lo dice “yo ahí cambie mi perspectiva”. Con un conjunto de alumnos Barbero va a un cine de Cali a ver una película, en ese momento era muy exitoso un melodrama mexicano (“melodrama mexicano” un cóctel mortal), bueno, empieza la película y ellos empiezan a reírse, lo ven en clave de comedia, hasta que se levantan dos o tres espectadores (masculinos, caleños) y les dicen “se callan o se van” a Barbero y sus alumnos. Entonces él comenzó a reflexionar sobre esta cuestión, sobre que estaban viendo dospelículas distintas, hace toda una reflexión que termina en De los medios a las mediaciones, qué pasaba con el melodrama, hay como una resemantización de la novela. Es clave esto porque la telenovela era el género casi por antonomasia en los ´60 y ´70 que demostraba la alienación cultural porque era el más estereotipado vinculado al público más alienado, el segundo proletariado doblemente explotado: la mujer. Ya en los ´80 se empieza a ver la telenovela en otra clave: identificatoria, proyectiva. Por ejemplo en los estudios culturales ingleses se la veía como el programa que la ama de casa ve en el momento del tiempo muerto del trabajo doméstico, como diciendo “dejo de trabajar, veo la telenovela”, sería como antiproductiva, como un cuestionamiento al tiempo productivo burgués doméstico. A tal punto es esto que cuando se empieza flexibilizar el trabajo, los temas de la telenovela ya no se dirigen sólo a las mujeres, como los tiempos, las bandas horarias de la televisión ya empiezan a ser flexibles (incluso dentro del cable), hay hombres en la casa, desocupados, flexibilizados, precarizados, se empiezan a filtrar temas que pueden atraerlos y después finalmente cuando ya el cable dinamita todo el sistema horario, la telenovela busca el prime time (el tiempo principal) que es en donde va atravesar a todo el grupo familiar, con la curiosidad que varios canales en la televisión abierta, en los mismos horarios centrales, proyectan los mismos programas. Después empieza toda una revalorización de la telenovela como que “muestra la realidad”, etc., incluso se llegó a hacer telenovelas que incorporaran el problema de la actualidad inmediatamente. No sé si ustedes se acuerdan la telenovela sobre el poder que sacaba canal 9, en la última época de Romay, incluso sacaba temas de la propia semana, casi construyéndose la telenovela sobre la base de los diarios, alejándose un poco del modelo del cuento de hadas, de cenicienta clásico. Quiero decirles con esto, la resignificación de la telenovela que dejó de ser el lugar estereotipador, alienante, de una mujer como objeto, del machismo y de la prepotencia de los poderosos, etc., donde los ricos en la telenovela clásica, eran un conjunto de egoístas, arbitrarios, después pasaron a ser personas con problemas, humanizados, etc. Uno podría decir que las telenovelas actuales no se alejan del modelo tradicional, la diferencia es el funcionamiento paródico. Quiero decir, la novela de Oreiro y Arana, es la misma de todas, conventillo, empresa, ricos, pobres, pero la diferencia es paródica, es una novela que se cita a sí misma, que construye lo grotesco, la parodia, la exacerbación de papeles, cosas que en la década del ´60 no pasaba. Cito esto porque en el análisis de la mediación la telenovela tuvo un lugar muy importante, hubo una revalorización, una resignificación del placer de ver la telenovela en lugar de estar alienado viendo una telenovela. Esta sería una oposición muy clásica entre los ´60 ´70 y los ´80 ´90. Lo podríamos decir de esta manera: la posmodernidad quitó la vergüenza y el pudor de ver telenovelas, lo que era ocultado y simulado antes, pasó a ser exhibido. Muchas veces con lecturas diversas (una lectura kitsch que determinada clase media urbana planteó). En los ´80 también se revisan las películas de Isabel Sarli, la clase B, lo bizarro, como todas experiencias que son revalorizadas pero que ponen en juego tantos saberes enciclopédicos como cualquier mensaje cultural. Repito que el problema con la mediación es quedarse en la secuencia que la mediación es un conjunto de prácticas que se interponen ante el consumo cultural, decir “bueno, yo tengo mi experiencia, la uso para consumir un programa de televisión” esto se queda a mitad de camino porque no analiza de qué manera mi experiencia hoy como “hijo de la TV”, está condicionada por el consumo de la cultura masiva. No es lo mismo analizar las mediaciones en las décadas del ´60 ´70 y ´80 que los “hijos de la escuela y la cultura popular” ven televisión que, hoy los “hijos de la TV” practican la cultura popular y van a la escuela. El pivote hoy está en el sistema de medios y no en la cultura popular, ni en la cultura política, ni en la cultura sindical, ni en el movimiento artístico o en la escuela. VIII La otra cuestión, ya metodológica, es la de la llamada hibridez cultural de América Latina que se va a vincular con el pensamiento de Canclini sobre todo. Hay un libro que saca en el ´89 ´90 que es Culturas Híbridas. Uno podría adelantar que cuando a una cultura se la define híbrida es porque ya se la conoce mucho. Cuando nosotros no reconocemos la mezcla en una cultura es porque la idealizamos y la volvemos homogénea, decimos “hay mezcla en la cultura de Brasil”, sin embargo cuando comparamos a Brasil con otro país, nos parece bastante homogéneo, “lo francés” ¿qué es “lo francés”? ¿lo marsellés, la Bretania, Normandia, la vascongada, París? Sí, hay una unidad de comunicación, la unificación de la revolución Francesa, unidad de idiomas (que eran seis dialectos paso a ser uno sólo). Digo esto para oponer a países latinoamericanos, donde habría una mezcla de edades, de sistemas económicos, de tradiciones políticas, etc. Lo importante de los ´80 es que la hibridez cultural de América Latina fue una referencia para legitimar, si ustedes quieren, la hibridez metodológica en los análisis. Ayudó para esto el apogeo de los estudios culturales, si yo les digo sociología, más o menos lo reconocen, si les digo antropología, también, si les digo semiótica o lingüística, también, si le digo psicología o incluso psicoanálisis, si les digo economía política, marxismo, estructuralismo, funcionalismo, incluso pueden tener una referencia, pueden organizar conceptos, nociones, si le digo estudios culturales... ¿qué es? Entonces ahí sí, es todo lo anterior ¿no? Ahí está una de las claves ¿qué es América Latina? Es el shopping, es el arrabal, es Maradona, es Evita, es el narco, es el narcocorrido, la cumbia villera, es la energía nuclear, etc. Le vinieron bárbaro los estudios culturales, que no casualmente aparecen en los países centrales cuando se producen las inmigraciones de las ex colonias que van a la metrópoli, India, Pakistán, etc. Se produce un efecto muy claro, Birmingham dice “acá está pasando algo”. A partir de esa mezcla se genera una transdisciplina que no tiene el apremio de dar cuenta de su rigurosidad. Por eso los estudios culturales desde que nacieron se la pasan haciendo balances acerca de qué son. Como la Argentina, a fin de cuentas cuando uno nace muy conformado con la hibridez, está como en una eterna adolescencia, preguntándose qué identidad finalmente adoptar. Esto es muy importante, hibridez cultural, hibridez metodológica, institucionalización de los saberes. Necesidad de que proliferen materias, asignaturas, seminarios, entonces, qué mejor que los estudios culturales que me permiten proliferar, que nazcan cien flores de seminarios, objetos, etc. Es decir, voy a estudiar el rock, después estudio el pop, después el punk, después el heavy, después el rock suburbano, después el rock futbolero, después el rock y el barrio de Belgrano, etc., en esa diversificación eso me lo permito como espacio, generar una plusvalía, o sea una diferencia, como ustedes con la tesina que cuando lleguen van a decir “¿qué investigo? ¿lo que quiero, lo que debo, lo que puedo, lo que falta?” entonces van a ir a la lista de tesinas y van a llegar a un tema quizás “las dos semanas de la página de un diario”. Bueno, vamos a dejar acá, seguimos la próxima, retomen las lecturas. En la próxima vamos a tener muy fuerte cultura popular, pero vamos a seguir hablando de Barbero y compañía.
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