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STELLA MARTINI
LA COMUNICACIÓN ES INTERACCIÓN
Cuando comunicar es hacer: Interaccionismo simbólico, Erving Goffman y apuestas en juego.
La comunicación es interacción. Una historia desde las Ciencias. Sociales.
El concepto de interacción en relación con el hombre y la sociedad ha sido trabajado en
este siglo por una corriente de las ciencias sociales en los EEUU, constituida especialmente por
sociólogos, psicólogos y filósofos, hacia fines de la década del ´30. Inspiradas en el individualismo
contractual de los S XVII Y XVIII europeos. “El interaccionismo simbólico (...) se inspira en la
creencia, o al menos la esperanza, de que es posible organizar la sociedad alrededor de una
identidad natural de intereses” (Alexander.1990: 162)
Goffman desarrolló casi toda su trayectoria en los EEUU, trabaja en el campo de la
microsociología, a partir de la categoría de interacción y no adhiere, de una manera “partidaria” al
interaccionismo simbólico (I.S.).
El planteo básico del I.S., que es una teoría individualista, es que el hombre se constituye
socialmente en su relación o interacción con los otros hombres con y considerando cualquier
objeto con el que se encuentra como un símbolo que significa o representa la relación de un
sistema más general de significado con su particular circunstancia. El individuo conoce y
constituye su subjetividad según su propia interpretación de la interacción de sí mismo con los
otros, y también de la actuación e interpretación de los otros.
Y para Goffman, “la interacción posee sus mecanismos autorreguladores que mantiene el
orden y el orden de la interacción. Pero estos mecanismos son frágiles como el orden que
protegen (...) Para Goffman el mundo social es precario, nunca tiene garantizado el orden. En
caso de la interacción, los actores harán cualquier cosa para evitar el embarazo, la sanción que
afectan tanto a las víctimas como a los causantes cuando éstos infringen las reglas, provocando
desorden.
Goffman habla de un solo tipo de orden social, el que ve en la interacción, los demás órdenes no
son cosa suya, no tratará de articularlos con aquello que le preocupa. (Winkin. 1991: 57)
Se ocupa en especial de la interacción a la que llama “conversacional”; se fija como objeto
el lenguaje como conducta, no el enunciado de un discurso, sino la forma de producirlo.
Para Goffman cuando fija como objeto de análisis el lenguaje en acto, no es para limitarlo
al lenguaje oral, referencial e intencional; incluye también las diversas formas de la “conducta
expresiva” a la que se podría calificar de espontánea y cuyo soporte es el propio cuerpo del
hablante. Para él, el lenguaje oral y el no oral se encuentran dentro de la misma entidad, la
conducta comunicativa y de ésta va a tratar.
El objeto ahora ya no será el sentido lingüístico, o el sentido literal (objeto de la semántica),
sino el sentido comunicado. (Austin: enunciados performativos. Pág. 34 del mismo apunte)
Al concepto de dimensión performativa de la comunicación verbal, se unen propuestas
como las realizadas por los científicos de Palo Alto, en los campos de la sociología, la
comunicación, antropología, psiquiatría y la filosofía, sobre la comunicación no verbal, el
significado de los gestos, los movimientos del cuerpo, la ubicación espacial (proxémica), que
permitirán la ampliación del objeto a toda conducta de los individuos, y observando la premisa de
que “todo comunica”.
En este recorrido de las investigaciones sobre la comunicación, que sólo refiere la concurrencia de
teorías fundamentales por sus aportes al estudio de la dimensión interactiva de la comunicación,
hay una marca distintiva a señalar: el cruce de los campos y las disciplinas para el abordaje
del objeto y el carácter de novedad y de complejidad que ofrecen los estudios sobre la
comunicación planteada como objeto integrador.
La comunicación es comunicación social.
En el acto comunicativo se produce una interacción entre varios individuos, interacción del orden
de lo simbólico que construye las diversas instancias de las redes sociales. Cada acto de
transmisión de mensajes se integra a una matriz mucho más vasta. Esta matriz, que recibe
el tan vapuleado nombre de comunicación social, constituye el conjunto de los códigos y
las reglas que hacen posible y mantienen la regularidad y la previsibilidad de las
interacciones y las relaciones entre los miembros de una misma cultura. Así concebida la
comunicación en la sociedad es pues permanente: no sostiene en la acción del individuo, permite
que la acción individual se inserte en una continuidad. El individuo es visto como un "actor
social”, como participante de una entidad que lo subsume.
En la medida en que el individuo es un actor social, con roles a cumplir o a
representar, el contexto situacional adquiere un estatus fundamental. Por ello, lo que
interesa es trabajar sobre el contexto y el significado, a los que se considera isomorfos
(tienen la misma forma). Ningún significado es fijo; ningún elemento es unívoco.
Metáfora de la interacción: juego y ritual.
En la teoría de la comunicación como interacción la metáfora fuerte es la del juego: así se
fijan reglas, el rol de los interlocutores y las apuestas, las ganancias, se establece qué está en
juego.
Según G. Bateson (1956), la actividad lúdica requiere la posibilidad de usar un marcador
metacomunicativo, el mensaje “esto es un juego”. En realidad, para Bateson, toda
comunicación implica la existencia, en un nivel superior de abstracción, de un mensaje
metacomunicativo que da las indicaciones sobre la forma de comprender el mensaje de
base. En la medida que aquella se va produciendo.
Las reglas que organizan la interacción remiten a la idea de ritual, de rito, términos
empleados para designar una formalización de la actividad social.
Goffman considera el ritual, tanto en su dimensión simbólica como en su dimensión
conductual. Presta minuciosa atención a los comportamientos llevados a cabo, y analiza también
la resonancia simbólica de esos actos. Observa que lo cotidiano puede interpretarse como hechos
sagrados, parece establecer una relación entre la macroestructura social y la microestructura
interaccional, de la que en general, poco se ocupa en su obra.
Hacia un ordenamiento de la interacción: las reglas del intercambio comunicacional.
Analizando las elecciones de los modos de expresión, cada grupo social permite a sus
miembros una posible explicación de su comportamiento. Por ello se puede hablar de reglas que
organizan el intercambio comunicacional.
Las reglas son enunciadas sobre esta oferta de posibilidades: constituyen el conjunto de
conductas permitidas, preferidas, esperadas y/o proscritas en una variedad de situaciones de
comunicación.
La vida comunicativa está basada en reglas que permiten la existencia de cierta
regularidad en las interacciones. Las reglas son pues estatutos y exigencias culturales
implícitos de comportamiento social.
La relación entre los individuos y las reglas es normativa, casi imperativa: las reglas
constituirán una fuerza que ciñe la vida de cada uno. Aparecen en consecuencia formuladas a
menudo en forma imperativa.
Las reglas normativas tienen carácter prescriptivo, es decir, que los miembros de una
comunidad están sujetos a ciertas obligaciones relacionadas con el resto de las reglas, aquel que
no las observa se sitúa “fuera de la ley” y al no poder comunicarse de manera eficaz, perderá en
la apuesta comunicacional.
Las reglas normativas son también situacionales, exigen el conocimiento del contexto en el
que rigen; definen una conducta apropiada en los diferentes contextos.
Existe también la hipótesis de que la relación entre los individuos y las reglas que ordenan
la comunicación es de utilidad, en el sentido del empleo estratégico de las reglas. Es decir, es
posible la existencia de fórmulas prescriptivas, fijas, pero cada individuo hará uso de ellas según
la estrategia que construya para moverse, a la vez queda implícita la facilidad de adecuar las
normas a la situación y a la propia conveniencia.Esto sugiere que no hay correspondencia directa
entre regla y situación, ya que un individuo utilizará y/o exigirá el cumplimiento de determinadas
reglas según la intencionalidad de su conducta.
Se plantea pues, la noción de preexistencia de la situación con respecto a los
comportamientos humanos, implica que los actores sociales tienen que reconocer una situación y
actuar en consecuencia.
La interacción comunicativa presupone un contrato entre los interlocutores.
La existencia de reglas implícitas permite hablar de la noción de contrato, pacto o
acuerdo de comunicación, también en general, implícito en el juego de la interacción.
Aquí hay que recordar la diferenciación entre lo dicho (enunciado) y las modalidades del
decir (enunciación). Todo soporte de interacción contiene su dispositivo de enunciación, al
que se denomina contrato o pacto de comunicación.
De saberes y competencias.
La idea de códigos preexistentes y compartidos remiten al concepto de competencia
comunicacional. Esta es la capacidad de un individuo de mantener una comunicación
coherente, es la aptitud que implica el conocimiento de los códigos y de su uso y el manejo
creativo de situaciones de comunicación y de reglas implícitas en la sociedad.
P. Bourdieu, se opone a la categoría de competencia, la de capacidad estatutaria. Se trata
de una aptitud determinada por la pertenencia de clase del sujeto, por el estatuto o status en el
interior del sistema social.
Goffman estudia la capacidad de interacción subyacente en la conducta de los individuos,
que, en parte, está normada por reglas sociales.
En Garfinkel está presente el concepto de competencia y se interesa por la facultad de
interpretación que cualquier individuo tiene y pone en práctica en las actividades cotidianas.
Los “ruidos” en la interacción: el estigma.
Existen circunstancias, marcas contextuales que pueden desfavorecer y hasta entorpecer,
torcer y/o cambiar una interacción comunicacional. Una de esas marcas es lo que Goffman (1975)
llama el estigma, este arroja un descrédito sobre aquel que lo lleva. Distingue tres tipos de
estigmas, las deformidades físicas, las deficiencias de carácter y los estigmas tribales como la
raza, la nacionalidad y la religión. Todo individuo que no es portador de un estigma es considerado
un hombre normal.
Cuando en una interacción un individuo es portador de algún estigma, introduce con él una
diferencia en la situación que perturba a la persona normal y la obliga a salir de las normas
habituales, se produce una cierta quiebra en el contrato de comunicación.
En la teoría goffmaniana el concepto de estigma resulta un analizador de la comunicación, en
tanto se manifiesta como un desafío a las reglas y escapa, a pesar de él, a la normalización que
rige todo intercambio comunicacional.
Visto como una “desviación de”, nos permite desplazarnos en primera instancia hacia la
realidad de la diferencia, la diversidad, al Otro y se engancha con el gran tema del
multiculturalismo. Aparece en las situaciones de globalización “no elegida” y es excusa en el caso
de agudos conflictos étnicos, por ej.
MARIO WOLF
Harold Garfinkel, o la evidencia no se cuestiona.
1- La etnometodología. (Pág. 42, si interesa, buscar dos ejemplos del texto)
¿Cómo puede ser que una pequeña porción de interacción cotidiana y una simple frase no
muestren sólo la adhesión a normas de comportamiento, sino que desempeña también estas otras
importantes funciones? Especialmente porque el contexto y el lenguaje, la escena social y la
acción, se determinan recíprocamente, están conectadas entre sí. Reciprocidad y provincias de la
realidad son dos temas presentes en la etnometodología, a la que está dedicada este capítulo.
Garfinkel es el fundador de tal corriente sociológica.
“Metodología” en “etnometodología”, indica un tema, un conglomerado de datos, más que
un aparto científico. En este sentido, los jurados muestran poseer, en cuentos a los miembros de
la sociedad, los métodos para manifestar, reclamar, hacer observar la competencia necesaria en
la vida cotidiana.
En la palabra etnometodología el término “etno” se refiere a la disponibilidad que un sujeto
tiene de conocimientos de sentido común sobre su sociedad: la metodología en cambio, está
compuesta por las prácticas y por sus propiedades formales, por su conocimiento del sentido
común, por el razonamiento práctico. La etnometodología es el estudio de los modos en que
se organiza el conocimiento que los individuos tiene de los cursos de acción normales, de
sus asuntos habituales, de los escenarios acostumbrados. La “metodología” que todo
miembro social posee como fundamento de la propia competencia, está compuesta por las
prácticas comunes con las que las propiedades racionales de la vida cotidiana y del sentido
común permanecen como susceptibles de observación y se hacen objetos de informe.
(por lo hablado, esto último puede ser relacionado con la def. de cultura de Williams)
2- Los hechos sociales como realizaciones prácticas:
La ETN. Tiene como objeto de estudio empírico las actividades prácticas, las
circunstancias de cada día, el razonamiento sociológico que habitualmente desplegamos en los
asuntos ordinarios: reserva para las actividades más comunes de la vida cotidiana la atención
normalmente concedida a los sucesos extraordinarios. (Garfinkel). El interés de la
etnometodología es poner en el candelero “las estructuras formales de las actividades comunes”.
El etnometodólgo ve y trata de ver los proceso mediante los cuales se crean y se sostiene de
manera constante las características (percibidas como estables) de los escenarios socialmente
organizados. Analiza las prácticas y los modos en que los individuos construyen la estabilidad,
normalidad y continuidad de su mundo social, de la realidad de la vida cotidiana. La
etnometodología se presenta como un viaje por el mundo del sentido común.
La etnometodología indica el estudio, de la actuación práctica de la vida cotidiana y los
fenómenos, problemas, resultados y métodos que acompañan el uso de tal actuación. Los
siguientes puntos caracterizan el estudio ETN
1) La ETN se propone analizar cualquier coyuntura social (ritos, por ej.)
2) Toda observación sobre la racionalidad del comportamiento en la vida cotidiana no es sino una
glosa acerca de fenómenos de organización sobre conjuntos de prácticas realizadas por los
sujetos.
3) Toda propiedad “racional” de la acción, todo aspecto del sentido de una actividad, de su
factibilidad, objetividad, explicabilidad, de su comunicabilidad, es considerada como una
realización contingente de prácticas comunes organizadas socialmente.
4) La ETN propone la hipótesis de que cada situación social ha de ser considerada como
autoorganizada en cuanto al carácter inteligible de sus propias apariencias.
5) Una constante realización de las actividades organizadas de la vida cotidiana es la de
demostrar la racionalidad y comprensibilidad de las expresiones y de las acciones indexicales
( es decir, específicas de un contexto). También, para los ETN –como para Goffman- el centro
del análisis es la vida cotidiana, pero esta vez observada a partir de los modos, los métodos
con los cuales se construye un escenario de sentido común, un ámbito social cuyos caracteres
son los de una realidad preexistente, dada, indiscutible.
Lo que diferencia el estudio etnometodológico de otras (micro)sociologías es que el
centro de su indagación es el proceso con que los miembros sociales producen y
sostienen un sentido de la estructura social en la cual interaccionan. Garfinkel afirma que
el carácter “obvio” y “natural” del mundo social en que los actores operan, es el resultado de
prácticas sociales difundidas que constituyen el elemento esencial de la competencia de
sujetos socialmente educados. Estamos habituados a dar por descontado un cierto número de
conocimientos, asunciones, razonamientos, “cosas que todos saben”, patrimonio común,
enciclopedia difusa en la que se puede confiar: no es necesario una ulterior atención o
reflexión,precisamente porque todo ello supone ya un instrumento inmediato, al alcance, para
la interacción y actuación en el mundo, sin que cada vez haya que volver a poner todo en
discusión.
Uno de los procedimientos usados por Garfinkel para explicitar el papel de las asunciones
de sentido común empleadas en la vida cotidiana, es el de obstaculizar, romper las prácticas y
las expectativas que implícitamente, automáticamente, ejecutamos y planteamos para hacer
comprensibles las escenas de interacción. Convertir en extraño situaciones que en otro modo
pasarían desapercibidas se subraya los procedimientos con los cuales se sostiene la
“normalidad”, la “realidad” del mundo social en que se actúa.
3- Lo que todos saben:
El mundo de la vida cotidiana conocido en común con otros y en conjunto con ellos
dado por descontado, representa la escena de un orden social y moral en que el individuo se
coloca. El análisis etnom. De los conocimientos del sentido común y de la actitud natural trata de
describir el punto de vista del sujeto, su percepción de la realidad social: “el elemento crucial y
más sutil del mundo cotidiano dado por descontado es el hecho de que éste se dé por
descontado” (el sentido común se da por descontado). Se interroga la evidencia.
Lo que cuenta, no son las interacciones y sus momentos (como para Goffman), sino todo
ese conjunto pre- científico que hace reconocible, familiar, un escenario social y lo que en él
sucede. Es un (micro)sociología que se concreta sobre el equipaje de conocimientos y
operaciones mínimas elementales, primarias, originadas que es necesario llevar a cambio en todo
intercambio social.
La etnometodología es así el estudio de los conocimientos de sentido- común que
usamos en las prácticas cotidianas, incluidos los resúmenes, las explicaciones, las glosas con
que reconstruimos la racionalidad de tales prácticas. Por actitud natural, Garfinkel, entiende el
“mundo del sentido común”, el mundo cotidiano como es conocido y visto por el sujeto en el
alcance de los fines prácticos de sus acciones: éste no se presenta como un contexto trasparente
en su totalidad... (pág. )
Los sujetos asumen un común esquema compartido de comunicación.
Cuando un acontecimiento, acción estudio, se presenta como “conocido en común con los
otros”, pertenece en consecuencia a “lo que todos saben”, se funda sobre algunos presupuestos
(válidos hasta haber pruebas en contra) que constituye las caracteres decisivos de los
acontecimientos del mundo del sentido común.- Garfinkel.
Frente a la ruptura de la actitud natural, el sujeto puede asumir otro actitud para
restablecer la “cotidianeidad de los acontecimientos”: “puede” redefinir la realidad social, cambiar
las reglas de juego, estableciendo unas nuevas. Evidentemente hay algunas dificultades, por ej.
Que el proceso de redefinición debe ser llevado a cabo en coordinación y de acuerdo con otros,
que requiere un cierto tiempo y que el sujeto debe suponer y asumir la existencia de una validez
consensual de la nueva realidad así redefinida.
3.1 La reflexividad:
La reflexividad es una práctica cotidiana: esto significa - desde el punto de vista etnom.-
que el uso cotidiano, normal, del lenguaje, representa, inevitablemente, y al mismo tiempo, tanto
una descripción de las escenas de interacción social como un elemento de estas mismas escenas
que aquel consigue ordenar. Un enunciado no “transmite” sólo una cierta información, sino que al
mismo tiempo crea un contexto en el cual la información misma puede aparecer.
El conocimiento del sentido común de los hechos de la vida social es para los miembros
de la sociedad un conocimiento institucionalizado del mundo real.
3.2 La indexicalidad:
En el uso común y cotidiano del lenguaje, algunos términos dependen para su significado
de la situación específica en que son empleados. Personas, sucesos, hechos, procesos, son así
indicados e identificados con relación a un tema particular, enunciado en circunstancias precisas.
Estos tienen en comun la propiedad de definirse en relación con la situación en la que se
producen, es decir, bajo la dependencia del yo que en ella se enuncia.
Este problema lingüístico se conoce como el aspecto de la enunciación en el lenguaje, y
esto términos se denominan deícticos: Garfinkel, introduce esta problemática en la orientación
sociológica con el término de indexicalidad. La naturaleza indexical del discurso indica que
éste está marcado por las referencias de persona, espacio y tiempo que la sitúan en un
contexto. La indexicalidad, según Garfinkel, constituye uno de los mayores obstaculos que la
elaboración metodológica es sociología está obligada a superar. El hecho crucial (para la
etnom.) es que la naturaleza indexical del discurso común y de las prácticas cotidianas es
ineludible e ineliminable: cualquier actividad, acción, o discurso es una actividad situada,
es decir, realizada en un contexto cuyo significado es descriptible, relatable, demostrable,
exhibible solamente mediante el uso de elementos indexicales.
Lo que nos interesa es cómo los componentes de las diversas organizaciones usan las
ideas y el lenguaje de la racionalidad para encontrar y describir el carácter más o menos ordenado
de esos ambientes organizados en los que actúan.
La indexicalidad no es así una fastidiosa imperfección del lenguaje, por lo demás
irrelevante respecto al funcionamiento social, sino más bien, un elemento que caracteriza
profundamente el trabajo de construcción de la realidad social llevado a cabo por los sujetos.
4.¿Qué orden social?
A la luz de los conceptos de reflexividad y de indexicalidad ¿cómo se configura la relación
entre comportamiento social y normas? Es fácil observa en la realidad cotidiana cómo la
coherencia y el orden de la interacciones son elementos que los sujetos continuamente sostienen,
explican, demuestran (...)
La referencia a reglas se puede ver, como un método de sentido común para explicar o
hacer accesibles al razonamiento las características ordenadas de las actividades cotidianas,
método con el que estas actividades pueden ser interpretadas como ordenadas en algún aspecto.
(...) hay un continuo trabajo de adaptación, ajuste e interpretación del significado y de las
prescripciones de la regla a la situación actual. Más que ser aplicadas las reglas son invocadas
(...) en cada situación particular, adaptar la norma, interpretarla para acerla operativa y para usarla
con el fin de realizar comportamientos descriptibles como coherentes.
El orden social es, por tanto, un “orden descrito”, una “regla declarada”, es en
definitiva, el sentido en que un orden y una regla han sido seguidos al verificarse ciertos
comportamientos: no es un “orden encontrado”, sino más bien “realizado”.
4.1 Los procedimientos “ad hoc”
En este cuadro de fondo se insertan algunos procedimientos para reconocer y usar las
reglas: se trata de prácticas de ad hocing y del etcétera.
El uso competente de una regla (o conjunto de reglas) se basa sobre la capacidad del
sujeto de identificar qué acciones particulares son necesarias en circunstancias específicas para
proporcionar el normal reproducirse de un “normal” estado de cosas.
Los procedimientos ad hoc fundan en este sentido, no sólo la posibilidad de
negociar la aplicabilidad de la regla, sino también la salvaguardia de su definición formal en
presencia de una no-aplicación sustancial. (...) describen el modo en que se reconoce la
existencia de una norma y su significado. (sirven cuando hay quiebre en lo establecido,
funcionan igual que reflexividad, afirman el sentido común.)
4.2 La cláusula del etcétera.
La consistencia y relevancia de la regla del etcétera está generalizada y caracteriza el
orden social, en cuanto conjunto de actividades gobernadas por reglas.
La regla de etcétera consiste en una especie de regla suplementaria que completa todo
enunciación de las reglas válidas en una cierta situación (...) es una especie de acuerdo sobre el
acuerdo.
Los miembros competentes (...) reconocen y emplean formas normales enlas
interacciones cotidianas, partiendo del presupuesto de que existe un sistema normalizada y
común de señales y reglas de codificación, y que toda comunicación se inserta en un corpus de
conocimientos comunes (lo que sabe cada uno).
5. Prácticas de glosa:
(...) montaje de prácticas mediante las cuales los locutores, en las situaciones contingentes
de discurso, significan algo distinto de aquello que ellos mismos pueden decir con ese número de
palabras, es decir, como prácticas de glosa.
(...) articular una actividad significa a la vez integrarla a una descripción, en un comentario
que la pone en relación con algún tipo de regla.
A través de las prácticas de glosa, los resúmenes, las explicaciones, el interés de la
etnom.se centra sobre los modos en que los sujetos afirman, reconocen y negocian la existencia
de reglas y de normas sociales, de propiedades ordenadas de las acciones situadas socialmente.
La actuación social es siempre acción relatada, explicada, justificada, glosada. Para
la etnometodología, este fenómeno no coincide con las motivaciones internas de los
sujetos o con su punto de vista sobre la acción, sino que constituye en cambio el conjunto
de los métodos compartidos socialmente ( que forman la competencia social de las
personas) con que se construye el sentido de la realidad social.
Jorge Elbaum
Antonio Gramsci: optimismo de la voluntad y pesimismo de la razón.
Bs. As. Documento de la cátedra. 1997
(Aclaraciones de los apuntes:
- Hace un estudio supraestructural
- Analiza la conyuntura europea
- Analiza el fracaso de la Revolución obrera
- Se pregunta el motivo del avance de la conciencia nacionalista en lugar de la obrera
- Sobre qué área de la teoría marxista no se había trabajado.
- Qué fenómenos ideológicos provocaron la guerra y no la revolución
- Presta atención a los diferentes fenómenos culturales: sentido común, folklore, hegemonía.).
Planteó en las décadas del ´20 y el ´30 algunos de los ejes centrales de discusión referidos al
análisis socio- cultural. Motivado por la búsqueda de cambios políticos - revolucionarios a nivel
social se interrogó acerca de los condicionamientos ideológicos, de su comunicabilidad y de la
posibilidad de su transformación.
Cultura y sociedad civil: hegemonía y legitimidad:
Gramsci dedicó gran parte de su vida a reflexionar sobre la importancia de la cultura en el
acontecer político.
Se enfrentó a aquellas visiones que ven en el sentido común una evidencia del a carencia
y la privación cultural, advirtiendo únicamente imperfección y deformidad en sus producciones
culturales. Superando ambos obstáculos pudo acceder al estudio del folklore, la novela policial y la
literatura popular desde la perspectiva de su uso. Se diferenció de aquellas visiones que tienden a
celebrar – acríticamente – las manifestaciones populares, sin advertir que en éstas no todo es
“autenticidad” y que allí también es posible identificar residuos de una cultura oficial y/o
reproducción conservadora del orden social.
Sólo descartando las posiciones alabatorias y condenatorias de lo pupular es posible
profundizar y comprender los consumos y creaciones de las clases subalternas.
El concepto de hegemonía se vincula a un modo de consebir lo social en tanto
construcción cultural de consensos y simultáneos procesos de resistencia. En tanto
enfrentamientos y negociaciones en los que la legitimidad del orden social se actualiza y se
hace posible.
La hegemonía expresa la situación de una clase que alcanza una sólida unidad de
ideología y de política, que le permite establecer una ascendencia sobre otros grupos y clases
sociales. Implica reforzar constantemente su credibilidad y legitimidad, porque hegemonía implica
siempre resistencia estratégica a tácticas.
De alguna manera, todo bloque histórico , es decir, la hegemonía entendida como un
orden controlado por un grupo o conjunto de grupos sociales a lo largo de un período, está
siempre amenazada y hostigada por sectores disconformes.
El concepto de hegemonía remite al mismo tiempo a las nociones de consenso y de
conflicto. O, en todo caso a la lucha por el mantenimiento o la conquista de un control intelectual
y/o simbólico a nivel social. La hegemonía implica la negativa de pensar el poder en términos
exclusivamente de coerción, es decir, de imposición del poder puramente por la fuerza.
La hegemonía permite tomar distancia del dualismo estructura/superestructura que supone
una determinación causal entre las relaciones sociales de producción y las concepciones sociales
del mundo. Implica así una construcción político- cultural en ciertas ocasiones autónomas de las
estructuras económicas.
La lucha social, intelectual y política es un espacio donde esta hegemonía se conquista,
negocia o se pone en juego.
La hegemonía presenta un modelo menos dicotómico que el economicista marxista, más
apto para explicar las luchas cotidianas y sobre todo, para explicar ciertas convergencias e
identificaciones entre las clases subalternas y los sectores dominantes.
Gramsci subdivide los ámbitos superestructurales en dos espacios diferentes: sociedad
civil (como lugar de expresión de aquellas instituciones - la iglesia, la escuela, la familia – ligadas
a la conformación y conquista cotidiana de la hegemonía.), y sociedad política ( - o el estado -
encargada de reproducir, administrar o reforzar “legítimamente” el resultado de dichas luchas
hegemónicas. Si la sociedad civil es la lucha por el consenso, la sociedad política (o el estado)
donde la hegemonía busca cristalizarse mediante el uso de la violencia legítima, es decir, la
utilización de la fuerzas represivas o de seguridad. La hegemonía se pone en juego en todas la
facetas de lo social (expresiones estéticas, rumores, sueños compartidos o simples principios
morales) incluso aquellas que aparentas ser triviales.
El modelo gramsciano permite pensar la sociedad como algo más que el resultado de una
simple coacción política militar. Habla de una conflictividad constante por la apropiación de la
legitimidad y del sentido común. De una confrontación que no está únicamente en la
disputa política, sino que se halla presente en la comunicación cotidiana.
La construcción hegemónica es algo que debe ser constantemente reafirmado y definido.
Si hay hegemonía conviven movimientos contrahegemónicos, simples resentimientos y/o
resistencias materiales o simbólicas. Entonces, los hegemónico supone la existencia de
resistencia y de confrontación, porque es en ese terreno de lucha donde la hegemonía se hace
posible.
En todas las áreas de lo cotidiano se constituye la legitimidad. El sentido común aparece
desde esta visión como el resultado o la expresión de complejas luchas que se
desparraman en todo el ámbito de lo social.
El intelectual orgánico:
Ofician como “guías simbólicos”, difusores de cosmovisiones del mundo o defensores de
determinadas verdades sociales. Esto pueden asumir el rol de portavoces, difusores y
legitimadores de determinados órdenes. Colaboran en la conformación de la hegemonía.
La cultura del trabajo/ Cultura:
La concepción de cultura de Gramsci es una concepción dinámica – sea esta cultura
laboral, moral, estética - .
Permite analizar la cultura desde su producción y reproducción. Desarrolla una teoría de la
cultura, alejado de la concepción tradicional que supones al pueblo como un eterno e inmóvil
repetidor de tradiciones o alejándose de la concepción de cultura “culta”. Sumado a esto libró al
marxismo del materialismo vulgar encerrado en fraseologías economicistas y evolutivas. Superó el
determinismo que eliminaba del acontecer social el factor de la voluntad humana, cultural y
política.
GRAMSCI (conceptos básicos)
HEGEMONÍA:
Este concepto se vincula a un modo de concebir lo social en tanto construcción cultural de
consensos y simultáneos procesos de resistencia. En tanto enfrentamientos y negociaciones en
los que la legitimidad del orden social se actualiza y se hace posible.
Permite a su vez, pensar en proceso de conformación de subjetividadescompartidas que
no se cosifican ni se acaban. Al mismo tiempo sugiere la ineludible necesidad de reforzar
constantemente su credibilidad y legitimidad, porque hegemonía implica siempre resistencias
estratégicas o tácticas.
La noción de hegemonía remite a las nociones de consenso y conflicto. O en todo caso a
la lucha por el mantenimiento o la conquista de un control intelectual y/ o simbólico nivel social.
Dominio que implica la movilización de grupos dispuestos a conservar, negociar o tergiversar las
formas de producción y redistribución de los recursos sociales. Implica también, la negativa de
pensar el poder en términos exclusivos de coerción, es decir, la imposición del poder puramente
por la fuerza.
Un proyecto hegemónico se construye a partir de la persuasión, de la articulación
ideológica, y de la transformación de la filosofía (de la cultura) en fuerza material.
La lucha por la hegemonía no es más que un conflicto por la imposición, la difusión, la
generalización – o incluso la prohibición- de formas de entender, juzgar y percibir el mundo.
Implica una construcción político cultural en ciertas ocasiones autónomas de las estructuras
económicas. La hegemonía, según Gramsci, se construye. Los procesos hegemónicos son
construidos a diario. Dentro de la sociedad civil es donde la hegemonía se conforma y se
conquista en forma cotidiana. Algo que debe ser constantemente reafirmado y definido.
SENTIDO COMÚN:
En las sociedades donde el aspecto “civil” se encuentra desarrollado, la hegemonía es el
resultado de múltiples convergencias de sentidos. No todos ellos ideológicos o discursivos.
Gramsci plantea que el sentido común es elaborado pluralmente y no es el efecto de una
imposición verticalizada.
Habla de una conflictividad constante por la apropiación de la legitimidad y el sentido
común. Confrontación no sólo en el campo de la política, sino que se encuentra en el ámbito de lo
cotidiano. El sentido común aparece desde esta visión como el resultado o la expresión de
complejas luchas que se desparraman en todo el ámbito social. No existe un único sentido común.
CULTURA:
Gramsci le adjudica a la cultura una concepción totalmente dinámica. Esta cultura puede
ser moral, laboral, estética; permite comprender y analizar racionalmente diversas
manifestaciones. Admite examinar el folklore (la cultura popular), como parte de una consmovición
del mundo donde están latentes ciertas rebeliones que conviven con autorizaciones al poder
hegemónico. Permite analizar la cultura desde su producción y reproducción.
Aleja su concepción de cultura del idealismo romántico que supone al pueblo como un
eterno e inmóvil repetidor de tradiciones y la aleja también de la cultura entendida como aquello
culto.
BLOQUE HISTORICO: es decir, la hegemonía entendida como un orden controlado por un grupo
o un conjunto de grupos sociales a lo largo de un período. Estos están siempre amenazados y
hostigados por sectores disconformes.
LA CUESTION DE LA INFORMACION tiene una importancia fundamental en la articulación entre
Estado y sociedad, porque se refiere a la construcción del consenso, ligada íntimamente con la
hegemonía. Puesto que no sólo hay dirección de las clases aliadas sino también dominación de la
subalternas, tratando de obtener la dominación por vía de consenso pasivo, que se obtendría
entre otros, a través de mensajes que podrían adoptar formas verbales, gráficas o de imágenes.
Este logro del consenso tiene una íntima relación con el aparto comunicacional, regulado
estatalmente. Allí es donde encontraríamos la vinculación entre el estado, la sociedad y los
medios.
IDEOLOGIA: concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, el derecho, en la
actividad económica y en todas las manifestaciones de la vida social y colectiva. La ideología
constituye desde Gramsci el campo de la sociedad civil.
HALL (algunos conceptos)
Racismo y fenómenos sociales conexos.
El racismo y las prácticas y estructuras racistas frecuentemente ocurren en algunos
sectores de la formación social, pero no en todos ello, su impacto es penetrante, pero desigual
Cada vez que nos alejamos del modelo eurocéntrico de desarrollo capitalista, lo que
encontramos son diversas formas en que el capital pude preservar, adaptar a su trayectoria
fundamental, aprovechar y explotar estas cualidades particulares de la fuerza de trabajo, al tiempo
que los incorpora a sus regímenes.
La estructuración étnica y racial de la fuerza de trabajo, como su composición por géneros,
puede ser una inhibición para las tendencias “globales” del desarrollo capitalista racionalmente
concebidas. Sin embargo, estas distinciones han sido mantenidas, por cierto desarrolladas y
refinadas por la expansión global del modelo capitalista.
Aún el momento “hegemónico” ya no es más conceptualizado como un momento de
unidad simple, sino como un proceso de unificación (nunca logrado) basado en alianzas
estratégicas entre diferentes sectores y no sustentado en una identidad pre-existente. Su carácter
está dado por el supuesto funcional que no hay una correspondencia o identidad autónoma entre
las prácticas económicas, políticas e ideológicas. Esto comienza a explicar como la diferencia de
étnica y racial puede ser construida como una serie de antagonismos económicos, políticos e
ideológicos dentro de una clase que está sujeta a duras formas de explotación básicamente
similares con respecto a la propiedad y la expropiación de los medios de producción.
Con respecto a la posición del estado, Gramsci rompe con la forma de concebirlo en forma
coercitiva y conspirativa. Su distinción entre dominación y dirección, su carácter ideológico, su
lugar en la construcción de estrategias hegemónicas podría transformar el estado con relación a
las prácticas racistas. La escolarización, las organizaciones culturales, la flia., la iglesia, las
religiones, instituciones étnicas juegan un rol vital en sostener, reproducir diferentes sociedades en
una forma estructurada racialmente.
CULTURA: el terreno efectivo fundamental de prácticas, representaciones, lenguajes y
costumbres de cualquier sociedad histórica específica. Incluyendo las formas contradictorias de
sentido común que han hecho raíces y han ayudado a las formas de vida popular.
Está claro que el RACISMO no puede considerarse un fenómeno exclusivamente
ideológico, tiene claras dimensiones ideológicas. El muestra como el llamado "si mismo” que
subyace a estas formaciones ideológicas es una construcción social, no es un sujeto unificado
sino contradictorio. De este modo nos ayuda a entender una de las más comunes y menos
explicadas características del racismo: la “sujeción” de las víctimas del racismo a las perplejidades
de las mismas ideologías racistas que las aprisionan y las desafían.
Muestra cómo elementos diferentes y a menudo contradictorios, pueden estar
entrelazados e integrados dentro de diferentes discursos ideológicos, pero tambien la naturaleza y
el valor de la lucha ideológica que busca transformar las ideas populares y el “sentido común” de
las masas. Todo esto es de la más profunda importancia para el análisis de las ideologías racistas
y para la centralidad de la lucha ideológica.

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