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Caracol Radio - Por Que Triunfan Los Lideres

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Caracol Radio
Por qué triunfan los líderes
Hombres y mujeres que están cambiando el mundo
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Prólogo
Por José Manuel Restrepo Abondano
Rector de la Universidad del Rosario
En un debate acerca del futuro del periodismo, David Simon, creador del
show de televisión “The Wire”, pero quien antes trabajó por años como
periodista en The Baltimore Sun, expresó su preocupación acerca de la
carencia de incentivos para los periodistas que se encargaban de las noticias
políticas y de las “aburridas” noticias de los sistemas económicos y de los
interminables debates parlamentarios. En buena medida, este declive se debía
a la incesante presión de los medios por atraer público y por publicar noticias
que agradaran a las masas. Noticias, por ende, más divertidas, a veces de
farándula, a veces de deportes, pero ciertamente lejanas a los debates que se
estaban llevando en el Capitolio. Su preocupación se basaba en que sin
periodistas que indagaran acerca de estos debates, sobre los movimientos que
hay tras ellos y los hechos que los circundan, una cierta forma de vigilancia y
llamado a rendición de cuentas que presta el periodismo estaba destinada a
desaparecer, y si desaparecía, las malas acciones, la corrupción, tendrían
rienda suelta. “Los próximos diez o quince años serán una dulcería para la
corrupción política; va a ser una era de oro para ser un político corrupto”, dijo
Simon al terminar su intervención.
Es verdad: un cierto mercado de consumo dicta en buena medida el
contenido y la dedicación de ciertos medios informativos a las noticias.
Muchos de nuestros noticieros dedican más de media hora a hablar de
deportes, y apenas unos pocos minutos a las noticias internacionales. Pero,
pese a ello, el vaticinio de Simon no se ha hecho aún realidad. Sigue
habiendo una vigilancia atenta a la política y a los políticos, el periodismo
sigue prestando ese invaluable servicio de vigilancia, haciendo la pregunta
incómoda, sacando a la luz el hecho que otros han querido ocultar,
exponiendo aquello que, de otro modo, estaba destinado a permanecer en las
sombras.
Con lo que tal vez no contaba Simon era con la aparición de otra amenaza,
muy diferente esta vez, pero tal vez igual o incluso más peligrosa que aquella
de las tendencias del consumo. Me refiero a ese fenómeno que hemos llegado
a conocer como la “posverdad” y, triste y más recientemente, como la era de
los “hechos alternativos”.
Se ha hecho común, no demasiado común, pero sí peligrosamente común,
es decir, común en aquellos lugares de poder —aquellos donde se puede
hacer daño—, una cierta actitud de desdén a la verdad. Y para entender la
gravedad de esta situación se requiere hacer un breve paréntesis para recordar
un escrito que el gran filósofo Harry Frankfurt publicó en 1986 y que se titula
“On Bullshit”, que, en una traducción inexacta pero decorosa, sería “Sobre la
charlatanería”. Decorosa, por obvias razones, pero inexacta porque el término
“Bullshit” tiene una fuerza peyorativa de la que tristemente “charlatanería” es
apenas una copia desteñida. Frankfurt se propone estudiar el fenómeno del
charlatán, del bullshitter, y, en buena medida, su deseo es diferenciarlo del
mentiroso.
La diferencia fundamental que encuentra es que el mentiroso, pese a
mentir, y pese a engañar, tiene un compromiso con la verdad. Literalmente,
Frankfurt dice: “El mentiroso está inevitablemente conectado con los valores
de verdad. Para poder inventar una mentira en absoluto, debe pensar que
conoce la verdad” (p. 130). Hay, entonces, un cierto respeto a la verdad, así
sea para desmentirla, para negarla, para ocultarla, pero se reconocen su
existencia, su valor.
En cambio, el charlatán, el bullshitter, no tiene un compromiso tal. La
verdad le es indiferente. Dice Frankfurt: “El charlatán no rechaza la autoridad
de la verdad, como lo hace el mentiroso, sino que no le presta atención en
absoluto. En virtud de esto, la charlatanería es un enemigo más peligroso para
la verdad, de lo que lo son las mentiras” (p. 132).
Al mentiroso se lo puede enfrentar con la verdad, pues tiene un
compromiso con ella. Ha de reconocerla, y mostrar las evidencias en su cara
han de llevarlo a reconocer su mentira. Pero, ¿qué hacer con el charlatán? He
ahí el problema. A quien la verdad no le importa, mal puede enfrentársele con
la verdad.
No han sido pocos los ejemplos que hemos presenciado recientemente,
aquí, y en otros países, de la ardua labor que ha tenido que enfrentar el
periodismo al intentar encarar a políticos con los hechos, solo para
encontrarse con una indiferencia a la verdad, a su valor y a su autoridad. Se
trata de un diálogo con alguien que no juega con las mismas reglas, que no
acepta los mismos estándares. Es jugar ajedrez con quien juega damas chinas.
Regresemos entonces al periodista David Simon. Tal vez la crisis más
grave no estuvo donde él pensó que iba a estar. Pero, tal como la
charlatanería es una amenaza más grande para la verdad que la mentira, ¿no
es acaso el desinterés por la verdad una amenaza mayor para esa labor de
vigilancia y rendición de cuentas que cumple el periodismo, que las
tendencias de mercado que lo llevan a hablar más de moda, farándula y
deportes?
Enfrentamos períodos de incertidumbre, y tal vez no hay nadie en la línea
de batalla, más cerca de la metralla, que el periodismo. El periodismo ha
gozado siempre de una fuerza abrumadora. Carl Bernstein y Bob Woodward
lograron que el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, renunciara
a su cargo al exponer el escándalo de Watergate. Los periodistas del Boston
Globe, Bradlee, Rezendes, Pfeiffer y Robinson, lograron desenmascarar los
casos de pederastia de la Iglesia católica en Boston. Pero esa fuerza siempre
estuvo ligada, respaldada, por la autoridad y el peso de la verdad.
Es admirable entonces cómo en tiempos como estos hay periodistas, y
cadenas que los apoyan, que se niegan a desfallecer en el intento de cumplir
con esta valiosa función de vigilancia y exigencia de rendición de cuentas
que cumple el periodismo. Se trata de gente convencida de que la integridad
y el respeto por la verdad han de mantenerse a toda costa, en vez de caer en la
tentación fácil de jugar al juego del otro, de desmentir sus mentiras con otras
mentiras, más grandilocuentes y populares, que llamen más audiencia y
produzcan enormes olas en el mar de las redes sociales. Un ejemplo nuevo de
esta persistencia es el que podemos presenciar cada día, cuando al encender
la radio sintonizamos Caracol Radio y somos testigos de esa difícil pero muy
necesaria labor de enfrentarse al interlocutor armado únicamente con los
hechos, para clarificarlos, para hacerlos visibles, para sacarlos a la luz. A
veces el enfrentamiento no pasa de ser justamente eso, un frente a frente, un
cara a cara (en la medida en que la radio permite hablar metafóricamente de
algo así), en el que el diálogo se rige por las mismas normas y de parte y
parte se hace venia a la verdad. Pero en otros podemos sentir la tensión de ese
enfrentamiento con el charlatán, con el bullshitter, y logramos sentir el afán
de una verdad que quiere ser oída pero es ignorada. El periodista, incólume,
sabe que no puede hacer más que su labor, persistir, seguir haciendo la
pregunta incómoda y seguir ofreciendo la evidencia disponible.
Ya que se me ha dado la honrosa oportunidad de escribir el prólogo para
este libro, no puedo hacer menos que tomarme parte de mis palabras para
alabar esta admirable actitud y agradecer esta labor de vigilancia, de
información y de terco, pero encomiable, compromiso con la búsqueda y
defensa de la verdad, que Caracol Radio nos muestra día a día, mañana a
mañana.
Hay, sinembargo, una segunda labor que también deseo destacar. El
periodismo es increíblemente versátil, y la vigilancia de la que he hablado es
solo una de sus múltiples facetas, de sus múltiples caras, de sus muy variados
colores. Así como el periodismo puede ser inspirador mediante esta actitud
de perseverancia y resiliencia, puede inspirar también de otras maneras.
Puede recordarnos lo más humano y lo más noble de nuestros congéneres.
Puede inspirarnos mediante los relatos y las historias de quienes, a su vez,
han vivido vidas ejemplares. En una realidad tan llena de malas noticias, de
infortunios y de dolor, es esencial que se nos recuerden la grandeza y la
nobleza de las que es capaz el espíritu humano. Eso es justamente lo que ha
hecho Caracol Radio por años mediante las entrevistas a personajes
ejemplares, de las cuales este libro es una excelente muestra. En un mundo en
donde parece primar la sed de poder desmesurado, de acumulación de
riquezas, no puede uno sino conmoverse por las palabras de José (Pepe)
Mujica, quien llegó a ser el personaje más poderoso políticamente de
Uruguay, y con su ejemplo demostró que no es verdad que el poder siempre
corrompe. Demostró que un buen gobernante es aquel que pone las
necesidades de su pueblo por delante de las propias, y en una muestra de
estoicismo contemporáneo, nos recordó que la felicidad, la verdadera
felicidad, es la que viene con un alma ligera y tranquila, y no con dinero y
riquezas. Al recordar la entrevista que le hizo Darío Arizmendi, no puede uno
sino recordar la célebre frase que ese gran filósofo estoico, Séneca, plasmó en
su hermoso tratado La tranquilidad del alma: “Nunca hay nada tan cerrado
que no tenga sitio para una acción honesta” (p. 58).
¿Cómo no emocionarse por el testimonio de Carlos Raúl Yepes,
expresidente de Bancolombia, al explicar su decisión de renunciar a su cargo
—envidiado por muchos— porque una carta de su hija le recordó el valor y la
importancia de pasar tiempo con su familia y de cuidar de su propia salud?
Estos testimonios nos centran, nos devuelven a tocar tierra y nos recuerdan
qué tan lejos se puede llegar cuando los valores se encuentran con una
voluntad que los defienda incansablemente. Ya sea para avanzar el
conocimiento científico en pro del beneficio de la humanidad, como es el
caso de Rodolfo Llinás; bien sea para escalar los siete picos más altos del
mundo (como es el caso de Nelson Cardona, Adriana Restrepo y Juan Pablo
Ruiz), en una demostración de cómo la fuerza del ser humano y su estatura
no dependen de su cuerpo sino de su espíritu; o para demostrarnos cómo el
trabajo en equipo puede producir proyectos de enorme envergadura y
extensión en el tiempo, como es el caso de las científicas de la NASA Luz
María Martínez y Adriana Ocampo. La grandeza es posible en todas las
áreas: la culinaria, el ciclismo, la administración de empresas, por solo
mencionar algunos ejemplos presentes en este libro, y el periodismo de
Caracol Radio nos lo recuerda mediante cada una de estas entrevistas.
Las dos funciones de las que he hablado se encuentran entonces justo en
este punto. Por un lado, periodismo como este inspira por su resiliencia en la
actitud vigilante, en la defensa de la verdad, aun ante las circunstancias más
adversas; y, por el otro, nos recuerda por qué esta lucha es importante, por
qué esta resistencia vale la pena; porque hay que proteger aquello que permite
que el espíritu humano se desarrolle para alcanzar la grandeza de la que es
capaz.
Estoy seguro de que el lector encontrará en este libro múltiples razones,
múltiples ejemplos y relatos variopintos que le recordarán por qué la lucha
por la paz, por el bien común, por la solidaridad, por la dignidad humana, por
la verdad, por la reconciliación, es una lucha que vale la pena, por costosa y
ardua que pueda ser.
Referencias
Frankfurt, Harry. “On Bullshit” (1986). En: The Importance of What We Care About.
Nueva York: Cambridge University Press, pp. 117133.
Séneca. “La tranquilidad del alma”. En: La constancia del sabio, La tranquilidad del
alma, El ocio. (Traducción del latín de Noel Olaya Perdomo). Bogotá: Norma, 1996, pp.
4389.
Expresidente de Uruguay
José “Pepe” Mujica
“Pienso que nunca hay ningún triunfo definitivo, ni
ninguna derrota definitiva. Hay una escalera, y el premio
está en la escalera misma, no al final”.
Es un gusto saludarlo, señor expresidente del Uruguay, Pepe Mujica.
Es un gusto saludarlos, y a través de ustedes, al pueblo de Colombia, y
agradecerles la hospitalidad.
Encantadísimo, señor, tiene toda nuestra admiración, nuestro cariño,
nuestro respeto, desde hace mucho tiempo, presidente Mujica. ¿Cómo se
siente como un ciudadano de a pie, del común y corriente?
Me siento un poco más liviano de equipaje, y los zapatos me aprietan un poco
menos. Camino con más displicencia al tener menos responsabilidad, y me
parece muy bien. En mi país usted sabe que no existe la reelección; yo soy
enemigo de la reelección porque la vida me enseñó que el problema no es el
rey, en general, el problema es la Corte, y hay que renovar la Corte, no sé si
se me entiende.
Sí, por supuesto que sí, hay que dar otras oportunidades, y usted lo cifra
en las Cortes, ¿en las Altas Cortes?
Sí, cuando se tiene un poco de poder se hace mucha sombra, y ahí se cobija
mucha cosa que se refugia, y es bueno renovar todo eso. En una sociedad, me
parece que el buen mensaje fundamental de la República es: "Nadie es más
que nadie", y la renovación tiene que ser periódicamente ensayada a fondo y
empezar de nuevo, y eso me parece que es bueno.
Pues mire usted, que una de las cosas que los líderes de izquierda más
han cuestionado de la derecha en el continente es precisamente que la
gente de la derecha se atornilla en el poder. Nos parece muy grato que no
está con la reelección, pero qué es lo que pasa con Evo, con Correa, con
Maduro, con Ortega, ¿por qué la izquierda se atornilló al poder ahora en
la región?
Ellos tienen otra visión, como en tantas cosas se tiene otro punto de vista. Yo
sé que al llevar adelante una tarea se puede pensar que el tiempo no alcanza,
y yo creo que no alcanza la vida, y yo pienso que nunca hay ningún triunfo
definitivo, ni ninguna derrota definitiva. Hay un subir, una escalera, y el
premio está en la escalera misma, no al final, porque el progreso humano ni
empieza con nosotros, ni termina con nosotros, es una lucha constante,
entonces es una manera de ver la vida, entonces ellos tienen todo el derecho a
verlo de otra forma.
Expresidente José Mujica, hay muchos estilos de expresidentes, por
ejemplo, en México, cuando un presidente termina su mandato, adiós, a
dictar conferencias o a disfrutar de su riqueza. En los Estados Unidos se
dedican a dictar conferencias, a escribir libros, pero pocos se entrometen
en la vida política siguiente, casi que se convierten en muebles viejos. En
Colombia ha sido una costumbre cultural, una actitud, que los
expresidentes siguen comportándose como si fueran presidentes en
ejercicio; mantienen una nostalgia del poder, opinan de lo divino y de lo
humano, es como si hubieran ganado esa distinción de por vida, y lo peor
es que los medios de comunicación les prestamos mucha atención y los
hacemos protagonistas de algo que ya no son, ya no son protagonistas del
presente ni del futuro. En su caso, ¿usted se preocupa del día a día del
Uruguay o realmente deja que las cosas se hagan?
Yo fui electo Senador y fui el Senador más votado, y tengo una
responsabilidad con la gente que me votó. Ahora estoy en una edad en la que
ya no empieza a motivarme esa tarea interna. Siempre he definido que el
mejor dirigente no es el que hace más, sino aquel que cuando se va deja gente
que lo suplanta con ventaja, porque no hay ningún triunfo a la vuelta de la
esquina. Hay que formar gente que recoja las banderas y continúe, y eso es
una manera de pensar. Entonces yo estoy pensando, me puse una fecha para
endilgarme la tarea legislativa, veremos si puedo cumplirla, si mis
compañeros me lo permiten. Pero más bien me dedicoa opinar mis cosas
sobre América. No ando dando conferencias y cobrando caché por ahí, yo le
aclaro. Voy a cosas que me gustan, no me puedo pagar los pasajes porque no
tengo fondos para eso, pero yo no le cobro un peso a nadie cuando decido ir a
charlar a una universidad con los jóvenes, o esto o lo otro. Ahora vengo de
Turquía; en Turquía viví de tener sorpresas y aprender permanentemente, y
bueno, me tocó para integración de América mucho, mucho, mucho, mucho,
y en todo caso estoy militando un poco para eso porque no puedo cambiar mi
carácter a esta altura del partido. Tengo una vocación interior que me
conduce hacia la política, pero no hacia el escenario de mi país.
Presidente, cómo ha sido su participación en el proceso de paz en
Colombia, luego de haber sido invitado directamente por las FARC.
¿Cómo ve este partido?
Yo siempre respaldé la actitud del Presidente de abrir una puerta, sé que el
problema es difícil, pero bien vale parirse una misa, porque son cincuenta
años de conflicto. Las guerras se terminan cuando alguno de los contendores
desaparece, o cuando existe un acuerdo de alguna forma en que se les dice
adiós a las armas. Las condiciones de Colombia y estos cincuenta años
demuestran que la resistencia puede ser infinita, y el anacronismo de una
guerra no creo que pueda ser el ideal de ninguna sociedad. Colombia, por
otro lado, es un país maravilloso con una potencialidad tremenda, y me
parece que la paz es una causa, porque la paz no es ni de izquierda ni de
derecha, ni de centro, la paz es una cuestión de destino humano por el cual
hay que luchar. Yo sé que todavía vivimos la prehistoria; yo defino que el
hombre no ha salido de la prehistoria porque tiene que acudir al recurso
guerra frecuentemente, pero no debe ser el ideal que perseguimos. Por el
contrario, el ideal tiene que ser la capacidad de negociar y la capacidad de
aprender a andar con una diversidad de opiniones en una sociedad,
convivirlo, lo cual no quiere decir estar de acuerdo, porque para estar
totalmente de acuerdo nos quedábamos con los reyes. Precisamos libertad y
democracia para discrepar, no para estar de acuerdo, pero esa discrepancia
llevada a un nivel que nada tiene que ver con las armas, y aprender a
convivir. Bueno, yo sé que esto cuesta, pero ningún valor es más importante
que la paz, ningún valor, ¿y por qué?, porque la vida es un milagro, estar vivo
es el bien mayor que podemos tener, y todo lo que conspire contra la vida hay
que tratar de acotarlo y eliminarlo o de mitigarlo en todo lo posible; además
están las heridas morales que quedan, que son insalvables, entonces yo creo
que la historia de Colombia de estos últimos cincuenta, sesenta años, es una
lección inolvidable para quienes sepan pensar. Es como si una nación
navegara rodeada de témpanos, y aquello que empezó con el asunto de
Gaitán, en el marco de la Guerra Fría, la vuelta se fue tomando, etcétera,
etcétera. En definitiva, hasta se pierde el rastro de cómo se encadenaron los
hechos, y me parece que la cuestión de la lucha por la paz pasa a ser una cosa
muy central. Solamente les tiro un dato, un dato escalofriante: gastamos dos
millones de dólares por minuto en presupuestos militares en el mundo; con la
mitad de esa plata terminamos con la pobreza. Sin embargo nos damos el lujo
de despilfarrar eso. Por eso, toda mi simpatía y mi apoyo a un proceso que es
difícil porque hay gente con dolor que tiene deudas, que ha sufrido, que
clama por justicia, que clama por verdad, y esos sentimientos son auténticos,
y no se puede pedir tampoco a la gente que olvide, porque hay cosas que no
se olvidan. Hay que aprender a andar por la vida con una mochila, cada cual
por su vereda. Todo eso son dificultades que existen, y todavía aparece el
derecho internacional como coartando la soberanía que tiene que tener una
sociedad para arreglar sus problemas con cierto tipo de amenazas, pero
bueno, todo el apoyo a esta Colombia que lucha por la paz.
Usted está muy enterado de la situación política de Colombia; sabe que
pasamos por unas elecciones; en Bogotá, particularmente, la izquierda,
después de doce años de estar en el poder, fue desplazada. ¿Cómo ve
usted el futuro de personajes como Gustavo Petro, uno de los líderes de
la izquierda colombiana? Él aspiraría algún día a la Presidencia de
Colombia, ¿usted ve eso posible?
Es una figura formidable, pero no tengo la bola de cristal para poder vaticinar
eso. Me doy cuenta de que es un capital enorme que tiene Colombia, y yo le
quiero señalar que en el fondo más profundo de la realidad, lo del término de
izquierda y derecha son comodines que agarramos con la Revolución
Francesa, por la manera de sentarse en el Parlamento, pero yo creo que son
dos viejas actitudes humanas que están en el seno del desarrollo de la
civilización. Siempre ha habido gente que está por el cambio, por la
renovación, por distribuir mejor, cada cual con las herramientas de su tiempo
y las limitaciones. Les diría, Sokar era un rey de izquierda, Epaminondas,
Cristo. Se puede recorrer toda la historia humana, y siempre ha habido una
pata conservadora que cumple una función porque no se puede estar
cambiando todos los días, tiene que haber estabilidad. Y hay patologías para
un lado y para el otro. La que puede ser más sensible al reparto y a la justicia
social puede caer en el infantilismo de confundir deseo con realidad
frecuentemente; y la otra pata puede caer en la actitud reaccionaria que cierra,
que tranca todo, que violenta, lo que llamamos fascismo. Pero por ahí
pendula la historia de la humanidad. Nunca la izquierda va a triunfar ciento
por ciento porque tampoco puede triunfar lo conservador ciento por ciento, es
un ir y venir. Yo, que soy un hombre de izquierda, que pertenezco a esa
formación, siento que no hay espacio para la derrota definitiva porque
tampoco hay espacio para el triunfo definitivo. La vida me enseñó una cosa
maravillosa: se aprende más de las derrotas que de los triunfos, siempre y
cuando uno tenga la voluntad de volver a empezar. Eso vale no solo en la
política, vale en el amor, en el trabajo, en todo. Volver a empezar, vivir con
ganas, pero aprender por qué pasaron las cosas, por eso es que confío en
Colombia. Yo tengo un pensamiento en lo económico probablemente un poco
distanciado del presidente Santos, sin embargo le tengo un respeto y un
cariño enormes por el esfuerzo que está haciendo. Está poniendo la carne en
la parrilla. A veces me pregunto: “Este señor está trabajando para…”,
seguramente que no lo hace deliberadamente ni nada por el estilo, se ha
convencido de que es una causa justa para el futuro de Colombia y está
llevando un esfuerzo con mucho coraje. Bueno, mi país, yo sé que está
trabajando bien, en silencio, como debe ser.
Usted fue un preso político. ¿Qué opina de las irregulares condenas
impuestas durante el régimen de Maduro contra la oposición venezolana,
y específicamente en el caso de Leopoldo López?
Bueno, yo creo que los venezolanos tienen que velar los problemas entre
ellos, tienen que hacer lo posible, y mi actitud siempre está enfocada en
quitarles decibeles. Por eso, a veces me piden cosas que no quiero hacer,
porque quiero colaborar con Venezuela, la quiero mucho, me duele.
Muchísimos compatriotas míos hicieron su vida ahí, en los años de dictadura;
todavía viven muchísimos, y yo espero que de alguna manera Venezuela
encuentre su destino. En términos generales, le quiero decir una cosa, no le
voy a opinar de eso, pero no me gustan los presos políticos en ninguna parte
de la Tierra, ¿está claro?
Vengo de Turquía, y me encuentro con un país, por un lado, que, ¡qué
notable, es una potencia! pero duelen también los presos políticos que hay, y
hay que luchar para superar esa etapa.
En México se acaba de abrir la puerta para legalizar la marihuana, como
ya sucedió en su país; en Colombia, parejas homosexuales podrán
adoptar; en Chile se realizó el primer matrimonio gay; en Brasil se habla
sobre el avance en el Congreso de leyes un poco conservadoras, ¿usted
cómo ve el avance en AméricaLatina de estas luchas sociales?
Mire, Uruguay es un pequeño país, y tal vez por ser pequeño, sobre todo en
masa, no tan pequeño en recursos y en potencialidad, hace mucho tiempo que
decidimos ser poco, por lo visto, y no tenemos vuelta. Por eso mismo tiene
una historia de reforma muy audaz en América Latina; a veces la gente se
olvida de que fue un país que tuvo el coraje de reconocer la prostitución en la
década de 1910 y organizarla, que estableció el divorcio tempranamente por
la voluntad de la mujer, que le dio el voto a la mujer, que fundó una
universidad para que las familias conservadoras se animaran a mandar a las
hijas a estudiar, etcétera, etcétera. Les podría hablar de la nacionalización del
alcohol, y cincuenta años el Estado produciendo alcohol de boca [alcohol
etílico] para financiar salud pública, y no caer en el error que cometió Estados
Unidos con la ley seca, y cuestiones por el estilo. Nosotros heredamos esa
cultura, y tal vez por las dimensiones del país —así como le pusimos una
caravana a cada vaca que hay en Uruguay y está registrada con la cédula de
identidad, y le podemos dar un churrasco y decirle: “esta es la historia de esta
vaca, pasó por tal campo, etcétera”—, también decidimos que no podíamos
derrotar al narcotráfico porque estábamos aburridos de meter gente presa, y
como la tasa de ganancias es tan grande que no hay caso, decidimos atacar.
Fíjense ustedes, la base argumental más fuerte que he leído me la dio
[Milton] Friedman (y yo en el pensamiento estoy en la vereda de enfrente de
Friedman), pero hay que ser abierto porque el tipo hace un análisis en la
década del noventa de lo que significa el monopolio de la droga y la tasa de
ganancia que tiene. Entonces decidimos no legalizar la marihuana sino tratar
de robarle el mercado al narcotráfico, porque el enemigo número uno es el
narcotráfico, es peor que la droga, y detectar al consumidor a tiempo, por
aquello de que si yo me tomo dos whiskies, tal vez no sea bueno pero se
aguanta; ahora, si me tomo una botella todos los días, soy un alcohólico. Lo
mismo pasa con la marihuana: si el tipo se descarrila, lo tengo que tener
localizado para poderlo incidir y tratarlo a tiempo, que no siga el viaje largo
de una cosa que después es irrecuperable. Eso es lo que estamos haciendo,
pero no tiene nada que ver con una libertad de mercado, que se venda
olímpicamente y que sos libre y fumás lo que querás, no, no, es otra cosa: tú
eres consumidor, te doy una ración; si querés más de esa ración, vamos a
tener que conversar, me parece que te tenés que atender. Y ¿qué pasó? Te voy
a vender una droga que la puedo identificar, que no vaya a un país fronterizo,
y para eso tengo que trabajar con clones y etcétera, etcétera. Tiene muchas
dificultades hacer una experiencia que se la volcaremos al mundo, y si no da
resultado, también le diremos al mundo: “Este camino no sirve, así que
busquen otro”, ¡qué sé yo!
Usted ha dicho que el hombre es el único animal capaz de destruirse a sí
mismo, que es el único animal que tropieza veinte veces con la misma
piedra. De cara al posconflicto aquí en Colombia, que hemos cometido
tantos y tantos errores en medio de esta violencia que nos ha desgarrado
a lo largo de tanto tiempo, ¿cómo hacer para que si nos caemos nos
volvamos a levantar y sigamos creyendo que la paz es la mejor salida y la
convivencia es la única arma que tenemos para seguir adelante?
Construir políticas de convivencia y buscar acuerdos nacionales, trabajar
duro en eso, no cansarse, no desmoralizarse porque siempre va a haber
alguno que se pone el puñal entre los dientes, es inevitable eso, pero hay que
aprender a lidiar con eso y cultivarlo. Mi pequeño país vivió casi cien años de
guerra, se hartó de guerra, se deshizo en guerra. Hay un dicho que dice que
“la patria se hizo a caballo”. Pues también se deshizo varias veces, pero a
partir de 1904 se puso a construir, y los mismos partidos que habían hecho la
guerra y que habían guerreado construyeron el Uruguay moderno porque
aprendieron del dolor. Y lo construyeron con tire y afloje, con errores
humanos y con todo eso, pero establecieron líneas de juego que aún influyen
en nosotros. Por eso yo soy optimista, hay que influir mucho en el ánimo de
la juventud, mucho en que las nuevas generaciones aprendan de nuestros
errores y que cometan los de su tiempo, no del nuestro.
Don Pepe, un compañero nuestro, Steven Arce, estuvo en su casa hace
poco con motivo del partido entre Colombia y Uruguay, y nos contó
cómo vivía: la mitad de su casa se la dio a una persona que trabaja con
usted, a una familia que necesitaba la casa; su Volkswagen se lo regaló a
una persona que trabaja con usted, ¿por qué si lucha contra la pobreza
de los pueblos, le gusta ser pobre, por qué no le gusta la plata que le
gusta a tanta humanidad?
No, no se equivoque, no se equivoque, yo no soy pobre; soy rico en libertad,
en tiempo para hacer lo que me gusta, y vivo liviano de equipaje, muy
sencillo para no tener ataduras materiales que me robarían tiempo, tiempo de
mi vida que lo quiero gastar en las cosas que me motivan y que me gustan.
Mi definición de pobreza es la de Séneca: pobre es aquel que quiere mucho
porque entonces no le alcanza nada, y yo lo que quiero es tiempo para vivir.
No le quiero imponer a nadie mi forma de vivir, pero la sencillez y la
sobriedad terminan siendo una brutal comodidad, es mi manera de ver las
cosas; por eso tengo ochenta años, en cualquier momento salgo del partido y
no me voy a llevar la plata en el cajón, para qué quiero, no tiene sentido.
Entonces, compartir con la gente amiga me parece una cosa maravillosa, una
forma de vivir, y por lo menos a mí me hace feliz, y la felicidad es algo que
hay que pelearlo arriba de la tierra porque esta es la única vida que tenemos.
Para mí, la definición de libertad individual es tener el mayor margen de
tiempo libre para gastarlo en aquellas cosas que a uno le gustan; ahora bien,
como en la vida hay que vivir, hay que consumir algo, y eso tiene que salir de
nuestro trabajo, y si no sale de nuestro trabajo es porque estamos viviendo a
costillas del trabajo de algún otro. Entonces trabajar, hay que trabajar, pero
hay que dejar tiempo para vivir, y ahí es donde está la cuestión, entonces no
confunda, yo no vivo en la pobreza, vivo en una riqueza tremenda porque doy
muchísimo y me hace feliz.
¿Usted no le tiene miedo a la muerte? ¿Usted cree que esta es la única
vida y que después de la muerte no sigue nada?
Sí, todavía no he creído en Dios. Pienso que el hombre es un animal utópico,
porque no hay civilización que no haya inventado algo para creer, y de creer
en un más allá. Esa actitud permanente de los seres humanos la respeto
enormemente, porque que yo no crea no quiere decir que no respete el mundo
de las creencias y de la religión. Yo creo que eso tiene sentido por el amor a
la vida que le tenemos, pero como la vida se nos va, tenemos que creer en
algo, porque no podemos pensar que todo se termina acá. Y como quiero a
los hombres, entiendo que necesiten inventar algo para el trance de la muerte,
y lo respeto enormemente, pero bueno, yo pienso que el cielo y el infierno
están en esta Tierra, y entonces no comparto eso de que esto es un valle de
lágrimas, vamos a ir a un paraíso, no, no. El paraíso está acá, hay que vivir la
vida con la mayor intensidad, no perjudicar a otro, ser feliz, y dejar en todo
caso un recuerdo de un alguien que recoja alguna cosa y siga andando.
Claro, y usted ha vivido el cielo y el infierno en esta Tierra; pero don
Pepe, usted es un ateo que se ha reunido con el papa Francisco, que es un
hombre que tiene ideas con las que me imagino se siente identificado.
Sí, totalmente, y creo que el Papa es un personaje que le hace bien a este
mundo tan falto de gente removedora y altamente carismática; el Papa es una
excepción, y bueno, yo me felicito, y además latinoamericano, y toma mate y
escucha tango.
Una vez leí que usted y su esposa Lucía tenían amigos millonarios y
amigos recontra pobres y que podían ser amigosde los dos. ¿Son mejores
amigos quienes tienen mucho o quienes poco tienen?
Sí, porque no existe lo absolutamente malo ni lo absolutamente bueno; yo me
he encontrado con gente en todas las escaleras de la sociedad que son
notables, con las cuales puedo tener concordancia, y a veces tengo
diferencias, pero son funcionales, y bueno, lo peor, yo creo que hay que
desinstalar los fanatismos y el rasurar que todo lo mismo, no, no todo es lo
mismo, tengo mi ojeriza con Estados Unidos, pero cuando voy a Estados
Unidos y camino en el mundo de las universidades, me encuentro con ese
capital de investigación y de seres humanos inteligentes, profundos,
removedores, hay también un Estados Unidos que me enamora, por eso le
digo, no, no, hay que superar el infantilismo.
Y hablado del amor, usted lleva casi medio siglo amando a la misma
mujer, a Lucía, a quien conoció incluso desde la clandestinidad; ayer los
vieron pasear por Medellín tomados de la mano como dos novios
primerizos. ¿Cuál es la clave del amor?
Bueno, ese asunto creo que tiene claves, como las canas, como las arrugas, y
cuando se es joven, es una tormenta muy creadora, y cuando se es viejo, es
una dulce costumbre que es un verdadero refugio, que los seres humanos
precisamos, por eso cada cosa en su tiempo. Uno de los peores castigos
humanos que existen más allá de la muerte, y el peor castigo para el derecho
antiguo, es la expulsión de la comunidad, es decir, la condena a la soledad;
por eso me parece que estas cosas tan cotidianas son al final las más
importantes y las más trascendentes; hay que procurar que la vida sea lo más
posible feliz, y eso significa enfrentar la soledad y compartir la soledad y
nunca olvidarse de los que están solos.
Presidente, ¿cuál es su percepción de la vida híperconectada? ¿Usted
tiene celular, anda con teléfono inteligente?
Sí, tengo un celular, lo necesario, lo imprescindible. Cuando era presidente lo
tenían todos los ministros, los secretarios, y unas cinco o diez personas que
me llamaban a cualquier hora. Tengo celular para hablar, no para todo eso
que se usa ahora, no, me supera, soy de otra época.
¿Ni correo electrónico, ni nada de eso?
No, hay gente que lo tiene a costillas mías, y todo, pero, sabe una cosa, en los
años de cárceles, para mantenerme vivo tuve que aprender a conversar mucho
conmigo mismo, con el que llevamos adentro, ese que [Antonio] Machado
define, el que me enseñó el secreto de la filantropía, bueno, y eso me quedó,
eso me ha quedado, y entonces, si no hubiera habido una experiencia tan
dura, no sería el que soy, nunca aprendí tanto como en esos años, mire usted,
y esto es como un canto a la vida para las nuevas generaciones: del dolor
también se aprende; por eso le insisto: qué linda que es la vida, qué hermosa
que es la vida.
Qué hermosa, por supuesto, y entro un momento en la intimidad de su
chacra, o de su pequeña finca, como se conoce aquí en Colombia. Usted y
su esposa comparten todos los deberes, hacen el mercado los sábados,
compran el abono de las flores, la hierba para el mate, cocinan, lo hacen
todo. ¿Cómo acabar definitivamente con el machismo, expresidente
Mujica, con ese machismo que lleva a la violencia de género y que ha
cobrado la vida de tantas mujeres en nuestro continente y en el mundo?
Sí, sí, son disparates de formación de la fuerza y que no tienen ningún
sentido. En mi país está pasando una cosa: el setenta y cinco por ciento de los
nuevos profesionales que se avecinan son mujeres; las mujeres están
demostrando que son más tenaces; los hombres desertan por las dificultades
materiales, y las mujeres terminan las carreras; dentro de poco vamos a tener
un problema: la judicatura va a quedar toda en manos de mujeres, es
impresionante; la medicina, por el estilo, y bueno, el mundo está cambiando
también en eso y cambia para bien, pero hay partes del mundo que les cuesta
enormemente cambiar en eso.
Expresidente, usted que está tan liviano de equipaje en la vida, que no es
esclavo de tantas otras necesidades de los seres humanos, ¿cuál es su
placer en estos momentos de la vida, más allá de la libertad y de hacer lo
que se le da la gana? Un vino, una buena comida, un poema, una
música…
Me gusta tomar buen vino.
Argentino o chileno, presidente.
Siendo bueno, ahora estoy tomando un argelino, mire usted.
¿Ha probado los australianos o los californianos?
Sí. En todos lados, en mi país ahora ha salido, pegaron un salto por la
competitividad, y antes eran unos jarabes insoportables, y ahora mejoraron
bastante. Bueno, a mí me gusta el vino, y en la comida, y la comida simple,
pero prefiero la comida que prepara mi compañera; a veces, cuando andamos
por ahí, vamos a comer a cualquier lado, pero no es lo mismo, y por ejemplo,
ahora hice un viaje como de quince, dieciséis días, y ya me propuse, no, no
más de una semana, no puedo, porque tengo nostalgia de volver a mi rancho,
de volver a mi perrita que está vieja, muy vieja, y cosas chicas para el mundo
pero que son grandes para uno, y bueno, así vamos andando.
Presidente, usted ve noticias, lee periódicos, oye radio.
Sí, sí, leo lo que puedo, frecuentemente pongo la televisión alemana, la
Deutsche Welle, que tiene un programa en español, para enterarme de cosas
que pasan en otra parte del mundo, y trato de informarme en lo que puedo, y
leo también lo que puedo, y trato de removerme, y en eso ando, pero sé que
estamos entrando aceleradamente en otra época a la cual yo no pertenezco.
En veinticinco, treinta años más, todo el mundo va a hablar dos idiomas, uno
va a ser el inglés, como una necesidad de intercambio, porque la juventud
está pasando las fronteras sin amigos que no conocen; eso va a producir un
cambio civilizatorio de consecuencia que va a tener probablemente hasta
repercusiones institucionales; lo que está pasando en el mundo de hoy no es
una cosa de más cantidad, es una calidad distinta; la formación en tipo de
hombres y de sociedad va a ser distinta, mucho más abierta, probablemente
los viejos Estados nacionales pierdan prerrogativas y ganen responsabilidades
los municipios y el mundo tenga que funcionar por acuerdos, si logra
sobrevivir, y si no, lloraremos.
Presidente, ¿de dónde le nace a usted —ha sido de siempre, de
formación, por educación de sus padres, de su familia— ese desapego
por el dinero?
¿Cómo me dice?
Sí, ¿su desapego por el dinero es de formación, es heredado de sus
padres, aprendido en la vida?
No, no, eso lo aprendí, eso lo aprendí razonando, la noche que me tiraba en
un colchón para dormir estaba como en la gloria, no tenía nada, tuve que
vivir ocho años sin libros, llegué a tener hasta cuatro ranitas, les hacía
jueguito y se bañaban en un vasito de agua que les ponía, llegué a ahorrar
para tener algo vivo, guardaba algunas migajas, y había unas ratas que venían
como a la una de la mañana y les daba de comer, y mantuve arañas; aprendí
que las hormigas gritan, en fin, en fin, mi querido amigo, entonces mi manera
de ver el mundo es otra, no se la puedo imponer a nadie, ni se la quiero
imponer a nadie, pero aprendí esta ley: si no logras ser feliz con poco no lo
lograrás porque la felicidad está dentro de tu cabeza, y esta discusión es muy
vieja. La Biblia decía que el hombre feliz no tenía camisa, y habría que
pensar que sería en un país tropical, pero no, quería volcar una imagen, y en
la Odisea, Aquiles, cuando está en el infierno y lo visita Odiseo, le dice que
hubiera preferido tener una vida larga y no ser un rey glorioso y haber muerto
tan joven, y prefería haber sido un criador de cabras; por eso yo creo que esta
discusión es viejísima, y estamos en un mundo muy superlativo que nos hace
comprar cosas, vivir desesperado, y bueno, es que yo creo que si queremos
cuidar el mundo tenemos que saborear más la vida.
Presidente, ¿alguna vez se ve en el espejo?
¿Cómo?
¿Alguna vez se ve en el espejo?
En el espejo, sí.
¿Y hay algo que no le guste de usted cuando se ve en el espejo?
Sí, no me gustan las arrugas, las canas, la panza que se me está formando. Es
lamentable, pero no, traicionéen el fondo algo vil que llevaba dentro, de mis
años mozos, perdí la inocencia y la ingenuidad; seguramente era más utópico,
más creyente, y creía que el camino era más simple, y tuve que aprender que
hay que ser humilde y que vamos avanzando a tientas y aportamos algo, y
otros recogerán los pedazos de bandera y seguirán, y así definitivamente.
Presidente Mujica, cuando usted no está ni en Turquía, ni en Medellín,
en ninguno de estos sitios donde a usted lo invitan, usted qué hace allí en
su casita en las afueras de Montevideo, ¿cómo es un día en la vida de
Pepe Mujica?
Cuando puedo salgo al campo, porque me gustan los yuyos; converso con la
naturaleza; si bien le dije que no creía en Dios, soy casi panteísta, adoro la
naturaleza; para mí, los yuyos hablan, los animalitos hablan, y quien cree que
en el campo hay soledad no se da cuenta que el campo es un conventillo, un
emporio de vida, y a mí todo eso me alucina, gozo con eso, y cuando puedo
hago una tarea de campo, me subo en un tractor, revuelco un poco de tierra.
Me cuesta cada vez más subir en el tractor pero voy andando, las cosas me
cuestan más por los años, pero me refugio en esas cosas, son parte de mi
gusto; tengo alma de campesino, lo confieso, y trato siempre de hacer algo
con las manos; creo que el conocimiento no debe ser tan unilateral y que las
manos tienen un papel para cumplir, y hay un curso general de hombre, de
hombre elemental que puede cambiar una canilla, poner un pestillo en una
puerta, cambiarle el auxiliar a un auto, poner un enchufe, qué sé yo, es que
las manos nos las puso la naturaleza y nos ayudó a desarrollar el
conocimiento, y después, bueno, la tarea política… del birrete, la carrera de
los honores, las cuestiones humanas, en fin.
Presidente, le agradecemos tanto esta lección de vida, esa participación
de su filosofía política, de la manera como usted encara la existencia de
las lecciones de su pasado.
Saben, uno de mis reproches contemporáneos es que, hasta Adam Smith,
filosofía, ética y economía iban juntas en el mismo paquete; con la aparición
de la importancia del mercado se empezó a separar la economía de la ética y
de la filosofía. Yo creo que la política nunca debiera de separarse de la
filosofía; no es que la economía no tenga importancia, valga que la tiene,
pero cuando uno analiza su vida individual se ve que a veces toma decisiones
importantísimas para el destino de su vida sin que tuviera nada que ver lo
económico, ¿verdad?
Total.
El día que se enamoró en una esquina, qué tenía que ver lo económico, nada,
bueno, y así es la cosa, por eso lucho para que la gente salga del
esquematismo, y hago lo que puedo, les agradezco mucho.
Presidente, a usted. Pero antes quisiera recordarle unas palabras que
tenemos grabadas, suyas, y que tiene que ver con la problemática de la
FIFA: “La FIFA es una banda de viejos hijos de puta”. Bueno, ahí está, y
además yo creo que presumió todo lo que el mundo entero está pensando
después de conocer los escándalos.
Sí, sabía algo, pero además me indignó porque está bien, si metió uno la pata
en la calle [se refiere al jugador uruguayo Luis Suárez], que lo castiguen, está
bien, yo acepto, tiene que haber disciplina, pero que no lo dejen estar con los
compañeros, que no lo dejen estar en una tribuna, lo echen como un perro, es
una cosa increíble, es un tipo de dictadura, yo a mi país no le puedo prohibir
que vaya a una cancha de fútbol, a nadie, siendo presidente de la República, y
en la FIFA, a un tipo lo larga. Es que me pareció una grosería humana, a un
muchacho que tiene la inteligencia en los pies, que es hijo del pobrerío, y
que, bueno, tiene ese virtuosismo y lo tratan de esa forma, me pareció
horrible y me salió ese exabrupto que después la historia confirmó que me
quedaba corto.
Se quedó corto, pero lo describió con rigor y con precisión. Lo queremos
despedir con su tango favorito, con su música, el “Che Bandoneón”,
presidente Mujica. Presidente Mujica, bienvenido siempre a Colombia, a
Caracol.
Muchas gracias.
A usted, un abrazo muy cariñoso y de verdad con admiración y respeto.
Muchas gracias.
Periodista de CNN en español
Ángela Patricia Janiot
“Hay que ser consecuente con lo que uno cree y piensa;
yo creo que ahí está la clave de la felicidad”.
Quién no conoce a Ángela Patricia Janiot, esa mujer extraordinaria,
gran periodista, gran presentadora, gran entrevistadora, gran mujer,
vinculada durante los últimos veinte años ya, pareciera que fue ayer, a
CNN. Una mujer nacida en Bucaramanga, que había sido virreina
nacional de la belleza, que representó a Santander en esa competición, y
también en Miss Mundo, y quedó entre las quince finalistas del concurso.
Patricia, una mujer que desde el principio marcó huella por su carácter,
por su temperamento, por su personalidad, aparte de su inteligencia y de
su belleza.
Qué linda presentación, muy agradecida por esta invitación, encantada de
estar con ustedes a través de Radio Caracol, un lugar que es también como mi
casa; tengo maravillosos amigos allí, incluyéndolos a ustedes, y por supuesto,
recuerdos lindos de mis épocas cuando comencé en esto del periodismo que
tanto nos apasiona. Gracias de nuevo.
Encantadísimos de conversar con usted, Ángela Patricia Janiot, además
conserva el mismo timbre, la misma dulzura, pero el mismo vigor en su
voz; yo me acuerdo cuando usted fue presentadora de Criptón en
Colombia, los fines de semana. ¿Cómo entró a la CNN?
Bueno, supe que estaban buscando el anchor principal o el co-anchor
principal, y mandé un demo, un reel de las cosas que había hecho en
Colombia, en Univisión, en Los Ángeles, donde estaba, y tuve que esperar
unos seis meses porque había una selección que incluía entrevistas, viajes
aquí a Atlanta para hacer pruebas de texto, en fin, entrevistas a muchas
candidatas, y poquito a poquito me iban avisando que yo estaba dentro las
finalistas; yo digo que eso fue como ganar otro concurso de belleza, no por la
belleza sino por la angustia y por la espera y la selección, y bueno, tuve la
fortuna de ser la seleccionada. Al final me dijeron: “Mire, está entre usted y
otra persona. Venga a hacer otra prueba de cámaras”, entonces tuve que
viajar a Nueva York y entrevistarme con algunos directivos hasta que me
llamaron a darme la magnífica noticia; de eso ya hace ya más de veintitrés
años, no me lo hubiera imaginado…
Perdón que la interrumpa, pero le faltó la parte del amor, porque el
amor jugó un papel muy importante en esa decisión suya de buscar una
oportunidad también por fuera, para estar cerca de su novio, que hoy es
su esposo.
Claro, eso fue antes de entrar a CNN, eso fue cuando me fui a Estados
Unidos y empecé a trabajar en el canal de Univisión, en Los Ángeles, y claro,
esa fue la principal razón. Yo conocí a Miguel y habíamos comenzado esta
relación a larga distancia. Miguel, quien es hoy en día mi esposo de
veinticinco años, estaba en Los Ángeles. Yo estaba en Bogotá, y dijimos:
“Bueno, si nos vamos a casar, qué tiene más sentido, que tú vengas a
Colombia —cuando estábamos en medio de esta guerra narcoterrorista—, o
que yo me traslade a Los Ángeles”, donde tenía la intención de hacer una
especialización. Así que comencé a hacer todos mis trámites para entrar a la
Universidad de California, Los Ángeles, UCLA, donde hoy en día estudia mi
hija. Las vueltas que da la vida. Y me dijo Miguel: “Mira, ya que vienes a
hacer las vueltas de la universidad, tráete también una hoja de vida, un reel,
un video de todo lo que has hecho, porque aquí hay unos canales hispanos, y
muy cerca de donde yo vivo están los estudios de Univisión”, con tan buena
suerte que también estaban buscando una presentadora. Jorge Ramos me dijo:
“Mira, acá en Univisión Cadena no hay nada como vacante, pero en el local
sí, y tienes que hablar con tal persona”; llegué un viernes a la prueba y el
domingo siguiente me estaban ofreciendo trabajo, así que lo que yo pensé que
se iba a tardar mucho tiempo se resolvió en tres meses en mi viaje a Estados
Unidos.
Lo que es para uno, nadie se lo quita,ella ha entrevistado a
personalidades como el expresidente Hugo Chávez, como Fidel Castro,
como Álvaro Uribe, como el mismo Lula da Silva. Yo creo que no hay
personaje del mundo periodístico que ella no haya entrevistado. Incluso
a su mamá, a su propia mamá, la entrevistó en alguna oportunidad, a
Zunilda. Cómo fue eso de tener ahí al frente a la mujer que le dio la vida
y hacerle esas preguntas también tan agudas y tan sensibles, como
ocurrió en aquella entrevista.
Es increíble, yo he entrevistado a muchos presidentes, a muchos personajes
de actualidad, a muchos protagonistas de la noticia, pero la entrevista que
mayor repercusión ha tenido, que aún hoy me comenta la gente, es la que le
hice a mi mamá, entonces eso te da un poco la idea de que la gente quiere
saber un poquito más de la persona que lo informa todas las noches. Fue muy
difícil porque yo al principio tampoco quería hacerlo, porque dije: “Va a ser
una entrevista difícil”, en fin, entrevistar a la persona que te conoce, y a la
que conozco de toda la vida, y resultó ser una excelente idea, algo muy lindo,
y no fue fácil porque yo le dije a mi mamá: “Mami, no vamos a llorar, porque
yo sé que usted y yo somos lloronas”, y mi mamá aguantó hasta el último
momento muy juiciosa siguiéndome mi consejo, y resulta que la que primero
se derrumbó fui yo, porque entrevistar a mi mamá no solamente era un
desafío periodístico sino una manera de hacerle un hermoso homenaje, de
decirle obviamente cuánto la quiero, cuánto la aprecio, pero sobre todo
cuánto me hace falta, pues por la distancia, y ahora más que nunca, uno se da
cuenta cómo pasan los años, y uno no puede recuperar sus días, esas horas de
sobremesa, esos momentos en familia que me los perdí, pero bueno, yo trato
de que cuando estamos juntas sea mucha calidad para compensar la cantidad,
y ahora con toda la tecnología es mucho más fácil estar más cerca, pero fue
una entrevista bellísima, y para mí fue sorpresivo ver la repercusión tan
amplia que sigue teniendo, cada vez que viajo hay alguien que me comenta la
entrevista, esto hace ya cinco, seis años.
Qué maravilla, además, hacerlo con calidez, con elegancia, con tacto, sin
lambonería, con espontaneidad, es algo que no se puede lograr
fácilmente si uno no es un veterano del oficio. ¿Qué fue lo que logró
sacarle a su mamá que usted no sabía, en esa entrevista?
Cosas que uno nunca le pregunta a la mamá, por ejemplo, cómo le gustaría
que la recordaran, si hay algo de lo que se arrepiente en la vida. Me llamó
mucho la atención cuando le dije al final: “Bueno, mami, yo le he hecho ya
muchas preguntas, ahora hágame usted una a mí”, y por la simpleza de la
pregunta pero la profundidad y el alcance, la pregunta me desarmó porque no
me la esperaba, básicamente me hace una pregunta inmensa en contenido
porque me dice: “Bueno, de todas las cosas que yo te he enseñado, qué ha
sido lo más importante para ti”. Imagínate que te pregunte eso tú mamá, y
bueno, no me alcanzaban las palabras, porque hubiera necesitado dos
programas para contestarle esa pregunta, y eso me desarmó mucho porque
ahí se te vienen a la mente muchísimas cosas que tienes que condensar en una
respuesta de treinta segundos.
Quienes hemos ido a Bucaramanga y hemos estado en el restaurante La
Carreta —nosotros, nuestro equipo de trabajo ha estado allí cenando,
además delicioso—, hay que decir que este sitio, este lugar, fue fundado
por sus papás, por Zunilda y por Roberto Janiot. En ese sitio usted pasó
gran parte de su infancia, en ese sitio usted aprendió a comer yuca frita y
arepa con hogao. Cuando llega allí, qué es lo primero que pide, hoy en
día.
La yuca frita y un asado de tira, que me encanta. Sí, es un lugar maravilloso
porque ahí crecí, y tengo los mejores recuerdos; ahí pasamos los momentos
memorables en familia y están mis afectos, mis amigos, la gente que es parte
de mi familia, los empleados del negocio, allá hay muchos momentos que me
marcaron, donde uno forma su identidad, en fin, donde tengo los mejores
recuerdos, así que sigue siendo un lugar que cuidamos muchísimo,
atesoramos, es el mayor legado que dejó mi papá, y bueno, me encanta, me
encanta volver a Bucaramanga a La Carreta.
Además, me cuentan que cada vez lo hace con mayor frecuencia, se le ve
muy de cuando en cuando ya.
Sí, me prometí que cada vez que fuese a Bucaramanga pues iba a hacer la
vuelta que hacía mi papá entre todos sus clientes, entonces, en la medida que
el tiempo me lo permita, estoy allí y hago las relaciones públicas de don
Roberto. Yo le decía: “Papi, cuando yo empiece a hacer esto me va tocar
esperarme porque le voy a empezar a robar el show y a usted no le va a
gustar”. Se mataba de la risa y decía: “Ya quisiera yo que tú estuvieras aquí
atendiendo a los clientes de la misma manera que lo hago yo”. Y se está
dando, no con la frecuencia que yo quisiera, pero eso es un homenaje que le
hago a él porque sé que se sentiría muy orgulloso de verme allí.
Sí, a su papá que nos dejó hace poco tiempo, realmente lo alcanzamos a
ver en una de las últimas visitas, y nos saludó como gran anfitrión.
¿Cómo lo recuerda? Nosotros lo recordamos como este hombre
dinámico, que además creo que le gustaba andar en carros antiguos,
clásicos, descapotados, por Bucaramanga, ¿usted cómo lo recuerda?
Mi papá sigue estando al lado mío, no sé, maravilloso, un hombre con una
mente y un espíritu joven, un sabio en todo el sentido de la palabra, un
hombre positivo, emprendedor, que nada lo achicaba, que se agrandaba en las
dificultades, pero que siempre tenía el mejor consejo, siempre te mostraba la
visión positiva de la vida. Yo creo que era mi papá, mi amigo, mi entrenador,
mi psicólogo, mi psiquiatra, mi confidente, en fin, mi ídolo, dejó un vacío
enorme en la familia, pero personalmente a mí, porque fue un pilar
fundamental en mi vida, pero lo que más recuerdo de mi papá es su pujanza,
un hombre que además tuvo la suerte de que casi todo en la vida le salió bien
y trabajó mucho para lograrlo.
Ángela Patricia, cuando uno la escucha, uno puede sentir, saborear la
sencillez de su espíritu; en realidad, en dónde está la clave para no dejar
de tener los pies en la tierra, para no perder el norte.
Yo creo que uno tiene que ser uno. Yo no creo que uno tiene que aparentar
ser otra cosa que lo que es, y ser un poquito consecuente con lo que uno cree
y piensa, yo creo que ahí está la clave de ser feliz, creo que en la medida
también en que uno sea sensible con las necesidades de los demás, ¿no? Con
los problemas de los demás, creo que también eso lo aterriza un poco más en
la tierra y le da la perspectiva de la realidad, a pesar de que somos unos
privilegiados de la vida, pero creo que el ser lo que uno es y obviamente
tratar de superarse como persona y evolucionar como ser humano con la
bondad, con la solidaridad, con la sensibilidad hacia los demás, creo que eso
te hace una mejor persona para relacionarte con tu entorno ¿no? Con la gente
que te rodea.
Ángela Patricia, ahora nos hablaba de que una de sus hijas estaba
estudiando precisamente donde usted estudió. ¿Va a seguir sus pasos?
Está estudiando donde yo quise venir a estudiar, ciencias políticas. Tábata
está estudiando algo que tiene que ver con comunicación. La especialidad de
ella va a ser Artes en Medios Digitales; ella quisiera dedicarse a la animación
y a la posproducción y a los efectos especiales, pero creo que tiene
predilección por la animación para dibujos animados, para audiencias
infantiles; entonces está feliz en lo que hace, y yo creo que no solamente
Tábata, creo que Tadeo también va a terminar en el mundo de la
comunicación porque dice que quiere ser periodista deportivo, está entre
ingeniería o ser periodista deportivo; mi esposo es arquitecto, así que, no sé
por cuál inclinación se va a decidir, ya se gradúa este año del bachillerato, ya
estamos esperando respuestas de algunas universidades, pero creo que si hay
alguien que podría seguir en mi carrera sería Tadeo, si es que se decide por el
periodismo deportivo. Tábata es una amante de todoel tema digital, de los
programas en computador, se mueve como pez en el agua frente a una
pantalla, así que también la veo en el mundo de las comunicaciones pero
digamos menos visible, detrás de cámaras, no le gusta el protagonismo. A
Tadeo lo veo mucho más cómodo en frente de audiencias, así que vamos a
ver si me dan la sorpresa.
Ha sido maravilloso hablar con usted, es un bálsamo para esta mañana,
Ángela Patricia, la colombiana consentida de CNN por más de veinte
años, veintitrés años exactamente, y me quedo con una frase que dijo: no
perder la bondad y la sensibilidad hacia los demás, ahí está la clave.
Gracias Ángela Patricia por estar con nosotros.
Gracias a ustedes, un abrazo muy apretado.
Un abrazo, Ángela.
Médico neurofisiólogo 
Rodolfo Llinás
“Tenemos miles de años de existencia. 
La pregunta es cuánto tiempo más vamos a sobrevivir”.
Es la decisión tomada por la administración del presidente Barack
Obama en los Estados Unidos, que ha lanzado un proyecto de una
década para examinar cómo funciona el cerebro humano y construir un
mapa de su actividad. Esta iniciativa busca hacer lo mismo que el
llamado Proyecto Genoma Humano hizo precisamente por la genética.
Habíamos conversado con el doctor Leonardo Palacios con respecto a la
trascendencia y al alcance de esta importante investigación de la que
forma parte el científico, el neurofisiológico colombiano doctor Rodolfo
Llinás. Doctor Llinás, gracias por estar en Caracol, sabemos de sus
múltiples compromisos, y quisiéramos preguntarle: usted qué espera
realmente al término de esta década de investigaciones sobre el
funcionamiento del cerebro humano.
En este momento la situación está sumamente interesante. Como usted sabe,
no se ha anunciado todavía el tamaño del esfuerzo, y eso es un punto crítico
en lo que va a pasar. Es posible que el estudio del cerebro como se está
planeando vaya a costar entre mil millones de dólares y diez mil millones de
dólares, es decir, muchísimo más que el proyecto de Genoma Humano, de
modo que estamos todos esperando que el Presidente anuncie a qué nivel se
va a tratar desde el punto de vista económico y desde el punto de vista del
número de personas involucradas, es posiblemente el esfuerzo más
importante en la historia de la humanidad.
Doctor Rodolfo Llinás, ¿el cerebro ha cambiado, ha evolucionado, se ha
transformado?
El cerebro nuestro tiene más o menos cuarenta millones de años, y más o
menos no ha cambiado tanto, porque desde el punto de vista biológico es un
tiempo muy corto, pero el hecho es que la evolución ya no es tanto biológica
como realmente mental, es decir, la evolución ya dejó de cambiar la anatomía
de los sistemas y lo que ha hecho es generar cultura y generar conocimiento,
entonces es una postura perfectamente diferente que la naturaleza ha tomado.
Se dice que el cerebro, cuando nacemos, aproximadamente pesa
trescientos ochenta gramos, y que cuando el ser humano está plenamente
desarrollado pesa uno punto trescientos ochenta gramos, un kilo
trescientos ochenta gramos. Si uno tiene el cerebro más grande es más
inteligente, o realmente el peso del cerebro no depende de la inteligencia,
o la inteligencia, del peso del cerebro.
No está directamente relacionado. Hay gente que tiene un gran cerebro y es
de lo más bruto del mundo, y gente con cerebro un poquito más pequeño,
como Einstein, es simplemente muy inteligente. La inteligencia no se puede
predecir, porque no solamente es capacidad intelectual, sino también
capacidad emocional. La gente inteligente ha sido igual inteligente en el
pasado que en el presente, no hemos cambiado la capacidad básica del
cerebro, lo que tenemos es más información, y por lo tanto utilizamos el
cerebro mejor.
Doctor Llinás, a la espera de conocer los detalles de ese plan. ¿Usted es
optimista frente a la posibilidad de que a partir de esta investigación se
pueda desarrollar toda la tecnología que partiría en dos la historia de
millones de personas en el mundo que sufren de Alzheimer, de
Parkinson, de otras enfermedades neurodegenerativas?
El punto clave con el estudio del cerebro humano que se está tratando no es
solamente para mejorar la parte médica, más profundamente, es para saber la
naturaleza de lo que somos, si somos un sistema profundamente diferente
como cerebro de la mayoría de las biologías y de la mayoría de la ingeniería,
es decir, estamos entrando por fin a entender que somos nuestro cerebro,
entonces no es una institución solamente médica, es una institución más
profunda de entender la naturaleza de lo que somos, somos animales
cerebrales.
Doctor Llinás, ya entrando al asunto más práctico de esta investigación,
con qué se va a hacer, con cerebros de personas que los donaron para la
ciencia, va a haber pruebas con personas vivas, voluntarios, quizá.
Sí, es todo lo que acaba de decir, y más. Los primeros cinco años
posiblemente se va a hacer un estudio anatómico funcional. Es el cerebro
humano lo que estamos tratando de entender, entonces va a haber anatomía,
anatomía microscópica, anatomía química, anatomía genética, estudios de
funcionalismo eléctrico, magnético, de estructura, es decir, no solamente va a
haber todo esto, sino que se va a tener que desarrollar nueva tecnología, es
como ir a la Luna, pero imagínese, quizá tan caro como ir a la Luna.
Profesor Llinás, ¿nosotros estamos estudiando el cerebro humano por
una genuina curiosidad, o porque necesitamos desarticularlo para
poderlo copiar y crear la famosa inteligencia artificial?
La inteligencia artificial no tiene la menor posibilidad de competir con la
inteligencia biológica, la complejidad del sistema nervioso del sistema
biológico es órdenes de magnitud más grande que cualquier cosa que
podamos hacer con computación, entonces no es curiosidad, es saber qué
somos, es una cuestión absolutamente necesaria. Tenemos miles de años de
existencia, el Homo sapiens. La pregunta es cuánto tiempo más vamos a
sobrevivir. La Tierra va a durar más o menos cuatrocientos millones de años
más de lo que tiene ahora, total, si miramos para dónde vamos, el punto clave
es cómo funciona el cerebro, cómo hacemos para optimizar las políticas
científicas que usted quiera, el arte, la música, es porque todo eso es el
producto del cerebro.
Doctor Rodolfo Llinás, el cerebro de un ser humano normal en qué se
diferencia del de un criminal, o de monstruos como Hitler, por ejemplo.
No son tan diferentes. Una situación tan sencilla como una droga que cambia
un poco la actividad cerebral puede convertir a una persona muy seria en una
persona criminal, o una persona muy buena en una persona muy mala, total,
todas esas cuestiones no cambian tanto el cerebro humano, son cuestiones
más que todo del cerebro primitivo, o sea el cerebro truhan, del cual se habla
tanto, pero todas esas cosas, lo que finalmente se pregunta, no son lo más
importante, lo más importante es saber a qué tipo de clasificación podemos
poner el cerebro en cuanto a la estructura general del universo, de qué
estamos hablando, porque estamos hablando de un órgano que pesa uno y
medio kilos, que es capaz de entender la kinética universal, es exactamente
increíble.
Doctor Rodolfo, ¿la capacidad de mejorar el cerebro se puede lograr con
elementos químicos, con elementos artificiales?
Se puede aumentar con buena alimentación, con vitaminas, con lo necesario
para optimizar su función, no conozco de ningún sistema fuera de la
educación para mejorar el funcionamiento cerebral.
Doctor Llinás, hay quienes afirman que los niños ahora pueden
desarrollar mejor su inteligencia. ¿Qué efectos tiene la tecnología hoy
para el desarrollo de esas capacidades?
Yo me acuerdo que, de niño, tener acceso a información, siempre
independientemente de donde uno estuviera, era supremamente restringido.
Los niños de hoy pueden poner a oír su computadora y hacer Google y mirar
lo que quieran, donde quieran, a la hora que quieran, total, la capacidad que
tienen de adquirir información es órdenes de magnitud más grande, y por lo
tanto tienen la capacidad de desarrollarun nivel de conocimiento muchísimo
mayor que el que obtuvimos hace cincuenta años, o sesenta años, lo que sea.
Doctor Rodolfo, se ha hablado muchísimo del tamaño del cerebro del
hombre y de la mujer, se dice que son diferentes. ¿Realmente son
distintos? ¿Y desde su investigación, en dónde radica esa diferencia?
El cerebro de las mujeres es un poco más pequeño, pero tienen estructuras
perfectamente diferentes desde algunos puntos de vista, es decir, la capacidad
intelectual me parece que es muy similar. Las mujeres tienen más instinto
materno, digamos, que los hombres, lo tienen que tener, si no, no
existiríamos, porque todos nacimos de mujer, entonces la diferencia entre la
estructura social y la estructura puramente biológica entre un hombre y una
mujer implica que haya diferencias, eso es de esperar, ¿no?
Profesor, se lo pregunto en colombiano: después del cerebro humano,
cuál es el cerebro de otro animal que más lo descresta a usted.
No podría decirle, porque he estudiado muchos tipos de cerebros y todos son
muy interesantes; quizá el cerebro del pulpo. Me parece increíble porque es
totalmente diferente del cerebro nuestro; sí, está hecho de neuronas, pero no
tiene nada de las estructuras que nosotros tenemos. Un pulpo puede ver a otro
pulpo, hacer otra cosa y la puede hacer por haberlo visto solamente, total, la
inteligencia básica del sistema nervioso del cerebro humano, ni siquiera el
cerebro de los vertebrados, el sistema nervioso por sí, es perfectamente
descrestante, es increíble, tendríamos que sentarnos y charlar esto largamente.
Doctor Rodolfo Llinás, cómo cuida usted su cerebro, uno de los mejores
o más brillantes cerebros de Colombia, pues lo sabemos así.
Muchas gracias por el piropo. No cómo se cuida el cerebro, cómo se cuida el
resto del cuerpo, hay que pensar, hay que trabajar, es decir, hay que hacer
gimnasia cerebral, que es lo que estamos haciendo ahora, hay que escribir,
hay que leer y hay que pensar. El trago en exceso es malo, la droga es
malísima, dejarse descrestar por las emociones tampoco es bueno, es decir, la
gente se mete unas enamoradas que ya casi ni pueden ni respirar.
¿Pero usted nunca se ha enamorado, doctor Llinás?
Sí, pero pues sigo respirando.
Pero doctor Llinás, entonces usted a qué dedica su tiempo libre cuando
trata justamente de estimular, de cuidar su cerebro, su vida familiar.
Cuando no hace de científico. Cómo goza.
Yo mi vida he trabajado, yo todo lo que he hecho es pasarla bien. De qué
estoy hablando: para mí la ciencia es pasarla bien, ¿entonces qué hago?
Pienso, trabajo, pero yo no necesito vacaciones, yo he vivido toda mi vida en
vacaciones, amo profundamente lo que hago y por lo tanto no es esfuerzo, lo
que estoy diciendo no sé si se entienda o no, pero me parece que la gente
habla o piensa de trabajo como algo que hay que hacer para subsistir, y que
generalmente no se hace todo el tiempo, porque a uno no le gusta el trabajo.
Yo nunca en mi vida he tenido vacaciones, ¿por qué? Porque vivo en
vacaciones, mi tiempo lo utilizo para entender lo que quiero entender en mi
vida, y no soy el único, muchos científicos tienen ese punto de vista, la vida
es preciosa y hay que utilizarla en cosas que le sirvan a uno y que le sirvan a
los demás, pero no es castigo, es todo lo contrario, es un regalo que a uno le
da la vida.
Y en esas cuestiones del amor, doctor Llinás, ¿uno se enamora con el
corazón o con el cerebro?
No me eche paja usted, hola.
Yo no sé con qué se enamora uno, pero uno se enamora.
Lo más erótico que existe es el cerebro, lo más. Con qué se enamora uno, con
el cerebro, con qué más se va enamorar.
Lo manda todo. ¿Y se enamora uno del cerebro?
Esa es una pregunta interesante. La gente, cuando uno les pregunta por qué se
enamoró, le dicen: “Porque es muy linda, él es muy inteligente”, lo que uno
quiera, eso es solamente verdad hasta cierto punto. El tener una relación real,
humana, requiere mucho más que el momento de pasión, ¿no? Entonces se
requiere realmente una capacidad de entender al otro, y te pones en contexto
de su existencia, no es tan fácil como me dicen enamorarse, ¿no? Enamorarse
seriamente es una relación y tiene espinas, y tiene momentos preciosos, casi
que es una evaluación medio política, además.
Doctor Llinás, el mito de que el cerebro necesita descansar. Qué pasa con
el cerebro cuando se duerme.
Ah, importantísimo, claro que necesita. Cuando se duerme, el cerebro es
como cuando uno después de una fiesta barre la casa, hay que sacar toda
clase de cosas que pasaron todos los días, que simplemente no van a ningún
sitio, entonces hay pedazos de pensamientos, hay pedazos de cosas que
simplemente hay que barrer, entonces el sistema nervioso va a una frecuencia
diferente, no se crean imágenes. Yo les digo a mis estudiantes: “Yo conozco
la muerte en detalle porque yo me muero todas las noches”, cuando uno se
duerme y no sueña simplemente no existe, ni existe uno, ni existe nada.
Doctor Llinás, y cómo limpiamos ese cerebro, cómo hacemos ese
ejercicio de limpieza. Cómo barremos.
Nosotros no barremos, el cerebro barre. ¿Cómo barre? Tiene, a frecuencias
bajas que reorganizan toda la estructura cinética, toda la estructura de
relaciones dentro de las células, es casi realmente un barrido; el cerebro
funciona mucho más lentamente, y de modo más organizado, entonces, en
vez de tener diferencias en lo que se está viendo, y lo que se está oyendo,
todo se convierte en una gran masa que actúa casi de modo coherente del
frente a la parte de atrás del cerebro, es decir, es como las olas del mar,
lentamente, y entonces salen todas aquellas cosas que no se habían terminado
de pensar, no se habían terminado de entender, y ustedes recuerdan que otra
cosa que pasa que es importantísima es el soñar. Si a uno lo despiertan
cuando uno empieza a soñar, se puede ver de afuera con un
manitensfonogafo. Se puede ver que la persona está soñando. Si uno despierta
a la persona y no la deja soñar, en dos o tres días está completamente
esquizofrénica, no entiende, tiene problemas gravísimos psiquiátricos,
entonces qué pasa, que necesitamos dormir y soñar para estar sanos
cerebralmente.
Profesor Rodolfo, cómo es la relación cuerpo-cerebro, qué tan
importante es el cuerpo para el cerebro, se lo pregunto por la situación
del científico Stephen Hawking.
Se sabe que Stephen Hawking tiene un problema de degeneración muscular
enorme, su sistema biológico funciona, le funciona el hígado, le funcionan
los riñones, no se puede mover bien, entonces ese es el problema gravísimo
que tiene. El cerebro puede expresar pensamientos de muchas maneras, de
modo que no es que el cuerpo y el cerebro sean diferentes, son partes
diferentes de un todo, pero se queman también los músculos como el cerebro;
las estructuras bioquímicas y biofísicas son muy similares, entonces son
aspectos diferentes del mismo animal, del mismo ser.
Profesor, el día en que usted muera, y ojalá la Providencia quiera que
esté bien lejos, ¿donaría su cerebro a la ciencia para que lo estudiaran?
Lo que le pase a uno con el cerebro, con el cuerpo, ese es problema de los
demás; yo creo que no vale la pena, porque las diferencias no van a ser el
tamaño o la conectividad, es la mezcla de muchas cosas, ¿no?, es la mezcla
de un cerebro, pero la mezcla también de una manera de pensar, de un deseo.
Todas estas cosas que son imponderables. Ojalá que no se les ocurra
semejante bestialidad.
Doctor Llinás, ¿la inteligencia es hereditaria?
Hasta cierto punto, desde dos puntos de vista, genéticamente y culturalmente.
Los hijos de personas inteligentes tienen la posibilidad de ser inteligentes
simplemente por asociación. Gente inteligente aparece en todos los aspectos
humanos, en todas las clases, en todas las razas, es una situación casi como la
belleza, ¿no? Gente que son bellísimos y tienen hijos que son de esconder, y
viceversa.
Doctor Llinás, en esta gimnasia mental que usted nos propone, me
preguntaba si usted cree que el cerebro se puede conocer a sí mismo, es
decir, si la complejidad que tienees conocible por nuestro propio cerebro
o si se necesita tal vez un órgano superior para poder develar sus
secretos.
Es una pregunta sumamente interesante. El cerebro hace bien en no entender
cómo funciona él mismo, porque si pudiera hacer eso, definitivamente pararía
su capacidad intelectual. A ver si puedo explicar: imagínese que usted tiene
una industria, pongamos la IBM, y de pronto le diera a la IBM por ver, por
entender exactamente cómo funciona. El problema entonces es que ya deja de
ser IBM, se ha convertido en un sistema de introspección, en el cual, a
medida que se empiecen a preguntar las cosas, empiezan a cambiar, entonces
pues imagínese el cerebro diciendo: “No, por ahí no se vaya porque…”. En
fin, sería un problema de tráfico la cosa más espantosa.
Doctor Llinás, usted decía hace un momento que la inteligencia es
hereditaria hasta cierto punto, entonces como nos explicamos que nazcan
niños genios, niños con un coeficiente intelectual más alto que otros.
Usted acaba de contestarme la pregunta que me hizo. La situación es que la
estructura cerebral se genera con la inteligencia muy local, inteligencia
bioquímica, inteligencia de lo que estamos tratando de entender, las neuronas,
en fin, pero es al azar. Los cerebros todos son diferentes, entonces el azar
hace que un cerebro esté mejor cableado que otro, o de modo más
contundente, entonces se hereda la capacidad de un cerebro, pero no se
hereda la conectividad. La conectividad es como las huellas digitales,
perfectamente diferente entre un cerebro y otro.
Doctor Llinás, para usted qué es una persona inteligente.
Una persona inteligente es una persona que es capaz de entender el medio
que la rodea y cómo utilizarlo, y entonces es una manera de interactuar, la
más rápida y la más perfecta entre las otras del mundo externo; entonces hay
muchos tipos de inteligencia. Conocemos la inteligencia de Einstein,
comparada con la inteligencia de Picasso, en fin, son propiedades que tienen
que ver con la eficiencia con las cuales se hacen ciertas cosas. Hay tantos
tipos de inteligencia casi como hay maneras de vivir.
Finalmente, doctor Rodolfo Llinás, fíjese usted que llevamos treinta
minutos hablando, y esto se nos ha ido como si se tratara de un diálogo
de cinco minutos, dada esa claridad suya, esa estructura lógica y
científica. Por qué cuando uno sueña, a veces se acuerda y a veces no se
acuerda, aunque sabe que soñó.
Esa es una pregunta que tiene una respuesta muy clara: generalmente
recordamos el último sueño que tuvimos; si uno tiene varias etapas de soñar,
las etapas que ocurran inmediatamente después, cuando uno empieza a soñar,
que son quizá una hora, media hora después de que se duerme, esos sueños
no se recuerdan; los que se recuerdan son los que ocurren inmediatamente
antes que uno se despierte.
Profesor Rodolfo, pero los sueños son realidades que existieron,
realidades que pudieron llegar a existir, o simples fantasías.
Fantasía, fantasía hecha de pedazos de cosas. Uno sueña en lo que estaba
pensando cuando estaba despierto, en lo que se recuerda de niño, son mezclas
de muchas cosas. El sueño además es absolutamente esencial. Si uno, como
les decía, no permite que una persona sueñe, en muy pocos días la persona
tiene problemas psiquiátricos enormes, total, no solamente hay que barrer,
hay que además organizar los pensamientos, que es lo que hacen los sueños.
Doctor Llinás, ¿es verdad que los pensamientos negativos enferman el
cuerpo?
Las emociones negativas tienen muy mal efecto en el cuerpo, es decir, la
gente que odia, la gente que tiene emociones negativas, los amargados, tienen
problemas somáticos, además, porque no se está irrigando bien el cerebro,
porque la postura muscular, la postura intelectual no es buena, entonces el
odiar es malo, las emociones negativas por largo tiempo dañan, son cosas que
hay que tratar de no tener.
¿Dependiendo del tipo de cerebro que uno tiene, oye una persona
distinto la música que otra persona, ve distinto los colores?
Imposible de decir. Los colores, usted sabe, no existen. Si me preguntan a mí,
estaría dispuesto a pensar que todos vemos los colores más o menos iguales,
porque es lo más sencillo. Demostrar eso es imposible. Usted me dice:
“¿Cómo hace usted para saber si lo que usted ve rojo, yo lo veo verde?”. Yo
digo: “No podemos saber”. Quizá después del estudio del cerebro que
estamos haciendo se pueda, pero me parece muy difícil porque no hay
manera de introducirse en el cerebro de una persona con nuestro cerebro, no
es posible porque los cerebros son diferentes. Podemos intercambiar
información con lenguaje escrito o hablado, pero es muy diferente. Un
autocerebroscopio, pongamos, sería un problema gravísimo, o hacerle a una
persona un registro total del sistema nervioso, que si se deja poder hacer, me
imagino va a ser muy difícil ver cosas específicas. No se puede decir la
persona está triste; eso lo puedo hacer yo, y no hay problema: la persona está
triste, la persona está sufriendo, la persona no está sufriendo, en fin, pero son
cosas muy grandes, no son los detalles que se necesitarían para poder
entender si una persona está sintiendo de modo igual que otra.
Doctor Rodolfo Llinás, ha sido realmente refrescante, maravilloso y
esclarecedor conversar con usted. Gracias por este regalo, por la clase.
Con un enorme placer, me encanta hablar con mis amigos colombianos que
son inteligentes.
Ciclista profesional
Nairo Quintana
“El estrés y la ansiedad son difíciles de manejar pero
estoy feliz”
Estamos saludando al subcampeón del Tour de Francia, al ciclista de
Boyacá, que ha hecho historia, una historia limpia, con esfuerzo, con
tenacidad, con trabajo, con enorme sacrificio, un comportamiento
excepcional y ejemplar, un hombre que ha sido elogiado por todos sus
compañeros, los más grandes campeones del ciclismo europeo, Nairo
Quintana. Nairo, un abrazo en nombre del pueblo colombiano, muchas
gracias por lo mucho y muy bueno que ha hecho por este deporte y por
la imagen de Colombia en el exterior.
Nairo, después de haber subido en cuatro oportunidades al podio, allí,
con el Arco del Triunfo como fondo, Campos Elíseos, una ceremonia que
vimos a través de la televisión, que tuvimos todos los detalles en Caracol
Radio, ¿uno puede dormir?
La verdad que esto es tan emocionante y no me lo puedo ni creer; me llegan
mil pensamientos a la cabeza, por lo cual tienes poca oportunidad de dormir,
dos días antes de terminar la carrera, igual, un poco de estrés, es difícil poder
descansar bien y dormir.
Se pierde peso después de un esfuerzo tan excepcional, Nairo. ¿Ya se
pesó?
Sí, se pierde algo de peso, pero bueno, es hasta que el cuerpo se estabilice,
porque el cuerpo, por sus defensas, retiene líquidos, a veces uno o dos kilos
de más, o a veces un kilo de menos de lo normal.
Entendemos que en su plan de trabajo, Nairo, está correr una
competencia el próximo sábado en España, es de un solo día, pero
después vendrán treinta días de vacaciones. ¿Ya ha pensado y ha
conversado con su director técnico, con su médico, con su equipo, qué
hacer en esas vacaciones para evitar también una relajación total?
Tengo la carrera ahora, que se llama San Sebastián, a los quince días tengo la
Vuelta a Burgos, entonces no regresaré a Colombia todavía, y luego regresaré
a Colombia a entrenar fuerte para ir a los Mundiales.
¿Para ir a los Mundiales? No está en la perspectiva de ninguna manera,
después de semejante esfuerzo, hacer la Vuelta a España, entonces.
Hasta ahora no está dentro de los planes.
Nairo, cuando comenzó el Tour, ¿cómo fue la preparación del equipo de
Movistar y la proyección que tenían con usted? Recuerdo que alguna vez
lo entrevistamos, y dijo: “Vamos a buscar una etapa, es nuestro deseo, y
por ahí la camiseta de los jóvenes”, y cómo fue evolucionando el tema
hasta llegar a lo que consiguió, a ese extraordinario segundo lugar en la
general, el título de los jóvenes, el título de la montaña.
Desde el año pasado le he dicho a mi equipo que quería ser el líder, y el
equipo me ha dicho que

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