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Caracol Radio Por qué triunfan los líderes Hombres y mujeres que están cambiando el mundo Conecta SÍGUENOS EN Me Gusta Leer Colombia @megustaleerco @megustaleerco http://www.megustaleer.com.co/ https://www.facebook.com/megustaleerColombia https://www.facebook.com/megustaleerColombia https://twitter.com/MegustaleerCo https://twitter.com/MegustaleerCo https://www.instagram.com/megustaleerco/ https://www.instagram.com/megustaleerco/ Prólogo Por José Manuel Restrepo Abondano Rector de la Universidad del Rosario En un debate acerca del futuro del periodismo, David Simon, creador del show de televisión “The Wire”, pero quien antes trabajó por años como periodista en The Baltimore Sun, expresó su preocupación acerca de la carencia de incentivos para los periodistas que se encargaban de las noticias políticas y de las “aburridas” noticias de los sistemas económicos y de los interminables debates parlamentarios. En buena medida, este declive se debía a la incesante presión de los medios por atraer público y por publicar noticias que agradaran a las masas. Noticias, por ende, más divertidas, a veces de farándula, a veces de deportes, pero ciertamente lejanas a los debates que se estaban llevando en el Capitolio. Su preocupación se basaba en que sin periodistas que indagaran acerca de estos debates, sobre los movimientos que hay tras ellos y los hechos que los circundan, una cierta forma de vigilancia y llamado a rendición de cuentas que presta el periodismo estaba destinada a desaparecer, y si desaparecía, las malas acciones, la corrupción, tendrían rienda suelta. “Los próximos diez o quince años serán una dulcería para la corrupción política; va a ser una era de oro para ser un político corrupto”, dijo Simon al terminar su intervención. Es verdad: un cierto mercado de consumo dicta en buena medida el contenido y la dedicación de ciertos medios informativos a las noticias. Muchos de nuestros noticieros dedican más de media hora a hablar de deportes, y apenas unos pocos minutos a las noticias internacionales. Pero, pese a ello, el vaticinio de Simon no se ha hecho aún realidad. Sigue habiendo una vigilancia atenta a la política y a los políticos, el periodismo sigue prestando ese invaluable servicio de vigilancia, haciendo la pregunta incómoda, sacando a la luz el hecho que otros han querido ocultar, exponiendo aquello que, de otro modo, estaba destinado a permanecer en las sombras. Con lo que tal vez no contaba Simon era con la aparición de otra amenaza, muy diferente esta vez, pero tal vez igual o incluso más peligrosa que aquella de las tendencias del consumo. Me refiero a ese fenómeno que hemos llegado a conocer como la “posverdad” y, triste y más recientemente, como la era de los “hechos alternativos”. Se ha hecho común, no demasiado común, pero sí peligrosamente común, es decir, común en aquellos lugares de poder —aquellos donde se puede hacer daño—, una cierta actitud de desdén a la verdad. Y para entender la gravedad de esta situación se requiere hacer un breve paréntesis para recordar un escrito que el gran filósofo Harry Frankfurt publicó en 1986 y que se titula “On Bullshit”, que, en una traducción inexacta pero decorosa, sería “Sobre la charlatanería”. Decorosa, por obvias razones, pero inexacta porque el término “Bullshit” tiene una fuerza peyorativa de la que tristemente “charlatanería” es apenas una copia desteñida. Frankfurt se propone estudiar el fenómeno del charlatán, del bullshitter, y, en buena medida, su deseo es diferenciarlo del mentiroso. La diferencia fundamental que encuentra es que el mentiroso, pese a mentir, y pese a engañar, tiene un compromiso con la verdad. Literalmente, Frankfurt dice: “El mentiroso está inevitablemente conectado con los valores de verdad. Para poder inventar una mentira en absoluto, debe pensar que conoce la verdad” (p. 130). Hay, entonces, un cierto respeto a la verdad, así sea para desmentirla, para negarla, para ocultarla, pero se reconocen su existencia, su valor. En cambio, el charlatán, el bullshitter, no tiene un compromiso tal. La verdad le es indiferente. Dice Frankfurt: “El charlatán no rechaza la autoridad de la verdad, como lo hace el mentiroso, sino que no le presta atención en absoluto. En virtud de esto, la charlatanería es un enemigo más peligroso para la verdad, de lo que lo son las mentiras” (p. 132). Al mentiroso se lo puede enfrentar con la verdad, pues tiene un compromiso con ella. Ha de reconocerla, y mostrar las evidencias en su cara han de llevarlo a reconocer su mentira. Pero, ¿qué hacer con el charlatán? He ahí el problema. A quien la verdad no le importa, mal puede enfrentársele con la verdad. No han sido pocos los ejemplos que hemos presenciado recientemente, aquí, y en otros países, de la ardua labor que ha tenido que enfrentar el periodismo al intentar encarar a políticos con los hechos, solo para encontrarse con una indiferencia a la verdad, a su valor y a su autoridad. Se trata de un diálogo con alguien que no juega con las mismas reglas, que no acepta los mismos estándares. Es jugar ajedrez con quien juega damas chinas. Regresemos entonces al periodista David Simon. Tal vez la crisis más grave no estuvo donde él pensó que iba a estar. Pero, tal como la charlatanería es una amenaza más grande para la verdad que la mentira, ¿no es acaso el desinterés por la verdad una amenaza mayor para esa labor de vigilancia y rendición de cuentas que cumple el periodismo, que las tendencias de mercado que lo llevan a hablar más de moda, farándula y deportes? Enfrentamos períodos de incertidumbre, y tal vez no hay nadie en la línea de batalla, más cerca de la metralla, que el periodismo. El periodismo ha gozado siempre de una fuerza abrumadora. Carl Bernstein y Bob Woodward lograron que el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, renunciara a su cargo al exponer el escándalo de Watergate. Los periodistas del Boston Globe, Bradlee, Rezendes, Pfeiffer y Robinson, lograron desenmascarar los casos de pederastia de la Iglesia católica en Boston. Pero esa fuerza siempre estuvo ligada, respaldada, por la autoridad y el peso de la verdad. Es admirable entonces cómo en tiempos como estos hay periodistas, y cadenas que los apoyan, que se niegan a desfallecer en el intento de cumplir con esta valiosa función de vigilancia y exigencia de rendición de cuentas que cumple el periodismo. Se trata de gente convencida de que la integridad y el respeto por la verdad han de mantenerse a toda costa, en vez de caer en la tentación fácil de jugar al juego del otro, de desmentir sus mentiras con otras mentiras, más grandilocuentes y populares, que llamen más audiencia y produzcan enormes olas en el mar de las redes sociales. Un ejemplo nuevo de esta persistencia es el que podemos presenciar cada día, cuando al encender la radio sintonizamos Caracol Radio y somos testigos de esa difícil pero muy necesaria labor de enfrentarse al interlocutor armado únicamente con los hechos, para clarificarlos, para hacerlos visibles, para sacarlos a la luz. A veces el enfrentamiento no pasa de ser justamente eso, un frente a frente, un cara a cara (en la medida en que la radio permite hablar metafóricamente de algo así), en el que el diálogo se rige por las mismas normas y de parte y parte se hace venia a la verdad. Pero en otros podemos sentir la tensión de ese enfrentamiento con el charlatán, con el bullshitter, y logramos sentir el afán de una verdad que quiere ser oída pero es ignorada. El periodista, incólume, sabe que no puede hacer más que su labor, persistir, seguir haciendo la pregunta incómoda y seguir ofreciendo la evidencia disponible. Ya que se me ha dado la honrosa oportunidad de escribir el prólogo para este libro, no puedo hacer menos que tomarme parte de mis palabras para alabar esta admirable actitud y agradecer esta labor de vigilancia, de información y de terco, pero encomiable, compromiso con la búsqueda y defensa de la verdad, que Caracol Radio nos muestra día a día, mañana a mañana. Hay, sinembargo, una segunda labor que también deseo destacar. El periodismo es increíblemente versátil, y la vigilancia de la que he hablado es solo una de sus múltiples facetas, de sus múltiples caras, de sus muy variados colores. Así como el periodismo puede ser inspirador mediante esta actitud de perseverancia y resiliencia, puede inspirar también de otras maneras. Puede recordarnos lo más humano y lo más noble de nuestros congéneres. Puede inspirarnos mediante los relatos y las historias de quienes, a su vez, han vivido vidas ejemplares. En una realidad tan llena de malas noticias, de infortunios y de dolor, es esencial que se nos recuerden la grandeza y la nobleza de las que es capaz el espíritu humano. Eso es justamente lo que ha hecho Caracol Radio por años mediante las entrevistas a personajes ejemplares, de las cuales este libro es una excelente muestra. En un mundo en donde parece primar la sed de poder desmesurado, de acumulación de riquezas, no puede uno sino conmoverse por las palabras de José (Pepe) Mujica, quien llegó a ser el personaje más poderoso políticamente de Uruguay, y con su ejemplo demostró que no es verdad que el poder siempre corrompe. Demostró que un buen gobernante es aquel que pone las necesidades de su pueblo por delante de las propias, y en una muestra de estoicismo contemporáneo, nos recordó que la felicidad, la verdadera felicidad, es la que viene con un alma ligera y tranquila, y no con dinero y riquezas. Al recordar la entrevista que le hizo Darío Arizmendi, no puede uno sino recordar la célebre frase que ese gran filósofo estoico, Séneca, plasmó en su hermoso tratado La tranquilidad del alma: “Nunca hay nada tan cerrado que no tenga sitio para una acción honesta” (p. 58). ¿Cómo no emocionarse por el testimonio de Carlos Raúl Yepes, expresidente de Bancolombia, al explicar su decisión de renunciar a su cargo —envidiado por muchos— porque una carta de su hija le recordó el valor y la importancia de pasar tiempo con su familia y de cuidar de su propia salud? Estos testimonios nos centran, nos devuelven a tocar tierra y nos recuerdan qué tan lejos se puede llegar cuando los valores se encuentran con una voluntad que los defienda incansablemente. Ya sea para avanzar el conocimiento científico en pro del beneficio de la humanidad, como es el caso de Rodolfo Llinás; bien sea para escalar los siete picos más altos del mundo (como es el caso de Nelson Cardona, Adriana Restrepo y Juan Pablo Ruiz), en una demostración de cómo la fuerza del ser humano y su estatura no dependen de su cuerpo sino de su espíritu; o para demostrarnos cómo el trabajo en equipo puede producir proyectos de enorme envergadura y extensión en el tiempo, como es el caso de las científicas de la NASA Luz María Martínez y Adriana Ocampo. La grandeza es posible en todas las áreas: la culinaria, el ciclismo, la administración de empresas, por solo mencionar algunos ejemplos presentes en este libro, y el periodismo de Caracol Radio nos lo recuerda mediante cada una de estas entrevistas. Las dos funciones de las que he hablado se encuentran entonces justo en este punto. Por un lado, periodismo como este inspira por su resiliencia en la actitud vigilante, en la defensa de la verdad, aun ante las circunstancias más adversas; y, por el otro, nos recuerda por qué esta lucha es importante, por qué esta resistencia vale la pena; porque hay que proteger aquello que permite que el espíritu humano se desarrolle para alcanzar la grandeza de la que es capaz. Estoy seguro de que el lector encontrará en este libro múltiples razones, múltiples ejemplos y relatos variopintos que le recordarán por qué la lucha por la paz, por el bien común, por la solidaridad, por la dignidad humana, por la verdad, por la reconciliación, es una lucha que vale la pena, por costosa y ardua que pueda ser. Referencias Frankfurt, Harry. “On Bullshit” (1986). En: The Importance of What We Care About. Nueva York: Cambridge University Press, pp. 117133. Séneca. “La tranquilidad del alma”. En: La constancia del sabio, La tranquilidad del alma, El ocio. (Traducción del latín de Noel Olaya Perdomo). Bogotá: Norma, 1996, pp. 4389. Expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica “Pienso que nunca hay ningún triunfo definitivo, ni ninguna derrota definitiva. Hay una escalera, y el premio está en la escalera misma, no al final”. Es un gusto saludarlo, señor expresidente del Uruguay, Pepe Mujica. Es un gusto saludarlos, y a través de ustedes, al pueblo de Colombia, y agradecerles la hospitalidad. Encantadísimo, señor, tiene toda nuestra admiración, nuestro cariño, nuestro respeto, desde hace mucho tiempo, presidente Mujica. ¿Cómo se siente como un ciudadano de a pie, del común y corriente? Me siento un poco más liviano de equipaje, y los zapatos me aprietan un poco menos. Camino con más displicencia al tener menos responsabilidad, y me parece muy bien. En mi país usted sabe que no existe la reelección; yo soy enemigo de la reelección porque la vida me enseñó que el problema no es el rey, en general, el problema es la Corte, y hay que renovar la Corte, no sé si se me entiende. Sí, por supuesto que sí, hay que dar otras oportunidades, y usted lo cifra en las Cortes, ¿en las Altas Cortes? Sí, cuando se tiene un poco de poder se hace mucha sombra, y ahí se cobija mucha cosa que se refugia, y es bueno renovar todo eso. En una sociedad, me parece que el buen mensaje fundamental de la República es: "Nadie es más que nadie", y la renovación tiene que ser periódicamente ensayada a fondo y empezar de nuevo, y eso me parece que es bueno. Pues mire usted, que una de las cosas que los líderes de izquierda más han cuestionado de la derecha en el continente es precisamente que la gente de la derecha se atornilla en el poder. Nos parece muy grato que no está con la reelección, pero qué es lo que pasa con Evo, con Correa, con Maduro, con Ortega, ¿por qué la izquierda se atornilló al poder ahora en la región? Ellos tienen otra visión, como en tantas cosas se tiene otro punto de vista. Yo sé que al llevar adelante una tarea se puede pensar que el tiempo no alcanza, y yo creo que no alcanza la vida, y yo pienso que nunca hay ningún triunfo definitivo, ni ninguna derrota definitiva. Hay un subir, una escalera, y el premio está en la escalera misma, no al final, porque el progreso humano ni empieza con nosotros, ni termina con nosotros, es una lucha constante, entonces es una manera de ver la vida, entonces ellos tienen todo el derecho a verlo de otra forma. Expresidente José Mujica, hay muchos estilos de expresidentes, por ejemplo, en México, cuando un presidente termina su mandato, adiós, a dictar conferencias o a disfrutar de su riqueza. En los Estados Unidos se dedican a dictar conferencias, a escribir libros, pero pocos se entrometen en la vida política siguiente, casi que se convierten en muebles viejos. En Colombia ha sido una costumbre cultural, una actitud, que los expresidentes siguen comportándose como si fueran presidentes en ejercicio; mantienen una nostalgia del poder, opinan de lo divino y de lo humano, es como si hubieran ganado esa distinción de por vida, y lo peor es que los medios de comunicación les prestamos mucha atención y los hacemos protagonistas de algo que ya no son, ya no son protagonistas del presente ni del futuro. En su caso, ¿usted se preocupa del día a día del Uruguay o realmente deja que las cosas se hagan? Yo fui electo Senador y fui el Senador más votado, y tengo una responsabilidad con la gente que me votó. Ahora estoy en una edad en la que ya no empieza a motivarme esa tarea interna. Siempre he definido que el mejor dirigente no es el que hace más, sino aquel que cuando se va deja gente que lo suplanta con ventaja, porque no hay ningún triunfo a la vuelta de la esquina. Hay que formar gente que recoja las banderas y continúe, y eso es una manera de pensar. Entonces yo estoy pensando, me puse una fecha para endilgarme la tarea legislativa, veremos si puedo cumplirla, si mis compañeros me lo permiten. Pero más bien me dedicoa opinar mis cosas sobre América. No ando dando conferencias y cobrando caché por ahí, yo le aclaro. Voy a cosas que me gustan, no me puedo pagar los pasajes porque no tengo fondos para eso, pero yo no le cobro un peso a nadie cuando decido ir a charlar a una universidad con los jóvenes, o esto o lo otro. Ahora vengo de Turquía; en Turquía viví de tener sorpresas y aprender permanentemente, y bueno, me tocó para integración de América mucho, mucho, mucho, mucho, y en todo caso estoy militando un poco para eso porque no puedo cambiar mi carácter a esta altura del partido. Tengo una vocación interior que me conduce hacia la política, pero no hacia el escenario de mi país. Presidente, cómo ha sido su participación en el proceso de paz en Colombia, luego de haber sido invitado directamente por las FARC. ¿Cómo ve este partido? Yo siempre respaldé la actitud del Presidente de abrir una puerta, sé que el problema es difícil, pero bien vale parirse una misa, porque son cincuenta años de conflicto. Las guerras se terminan cuando alguno de los contendores desaparece, o cuando existe un acuerdo de alguna forma en que se les dice adiós a las armas. Las condiciones de Colombia y estos cincuenta años demuestran que la resistencia puede ser infinita, y el anacronismo de una guerra no creo que pueda ser el ideal de ninguna sociedad. Colombia, por otro lado, es un país maravilloso con una potencialidad tremenda, y me parece que la paz es una causa, porque la paz no es ni de izquierda ni de derecha, ni de centro, la paz es una cuestión de destino humano por el cual hay que luchar. Yo sé que todavía vivimos la prehistoria; yo defino que el hombre no ha salido de la prehistoria porque tiene que acudir al recurso guerra frecuentemente, pero no debe ser el ideal que perseguimos. Por el contrario, el ideal tiene que ser la capacidad de negociar y la capacidad de aprender a andar con una diversidad de opiniones en una sociedad, convivirlo, lo cual no quiere decir estar de acuerdo, porque para estar totalmente de acuerdo nos quedábamos con los reyes. Precisamos libertad y democracia para discrepar, no para estar de acuerdo, pero esa discrepancia llevada a un nivel que nada tiene que ver con las armas, y aprender a convivir. Bueno, yo sé que esto cuesta, pero ningún valor es más importante que la paz, ningún valor, ¿y por qué?, porque la vida es un milagro, estar vivo es el bien mayor que podemos tener, y todo lo que conspire contra la vida hay que tratar de acotarlo y eliminarlo o de mitigarlo en todo lo posible; además están las heridas morales que quedan, que son insalvables, entonces yo creo que la historia de Colombia de estos últimos cincuenta, sesenta años, es una lección inolvidable para quienes sepan pensar. Es como si una nación navegara rodeada de témpanos, y aquello que empezó con el asunto de Gaitán, en el marco de la Guerra Fría, la vuelta se fue tomando, etcétera, etcétera. En definitiva, hasta se pierde el rastro de cómo se encadenaron los hechos, y me parece que la cuestión de la lucha por la paz pasa a ser una cosa muy central. Solamente les tiro un dato, un dato escalofriante: gastamos dos millones de dólares por minuto en presupuestos militares en el mundo; con la mitad de esa plata terminamos con la pobreza. Sin embargo nos damos el lujo de despilfarrar eso. Por eso, toda mi simpatía y mi apoyo a un proceso que es difícil porque hay gente con dolor que tiene deudas, que ha sufrido, que clama por justicia, que clama por verdad, y esos sentimientos son auténticos, y no se puede pedir tampoco a la gente que olvide, porque hay cosas que no se olvidan. Hay que aprender a andar por la vida con una mochila, cada cual por su vereda. Todo eso son dificultades que existen, y todavía aparece el derecho internacional como coartando la soberanía que tiene que tener una sociedad para arreglar sus problemas con cierto tipo de amenazas, pero bueno, todo el apoyo a esta Colombia que lucha por la paz. Usted está muy enterado de la situación política de Colombia; sabe que pasamos por unas elecciones; en Bogotá, particularmente, la izquierda, después de doce años de estar en el poder, fue desplazada. ¿Cómo ve usted el futuro de personajes como Gustavo Petro, uno de los líderes de la izquierda colombiana? Él aspiraría algún día a la Presidencia de Colombia, ¿usted ve eso posible? Es una figura formidable, pero no tengo la bola de cristal para poder vaticinar eso. Me doy cuenta de que es un capital enorme que tiene Colombia, y yo le quiero señalar que en el fondo más profundo de la realidad, lo del término de izquierda y derecha son comodines que agarramos con la Revolución Francesa, por la manera de sentarse en el Parlamento, pero yo creo que son dos viejas actitudes humanas que están en el seno del desarrollo de la civilización. Siempre ha habido gente que está por el cambio, por la renovación, por distribuir mejor, cada cual con las herramientas de su tiempo y las limitaciones. Les diría, Sokar era un rey de izquierda, Epaminondas, Cristo. Se puede recorrer toda la historia humana, y siempre ha habido una pata conservadora que cumple una función porque no se puede estar cambiando todos los días, tiene que haber estabilidad. Y hay patologías para un lado y para el otro. La que puede ser más sensible al reparto y a la justicia social puede caer en el infantilismo de confundir deseo con realidad frecuentemente; y la otra pata puede caer en la actitud reaccionaria que cierra, que tranca todo, que violenta, lo que llamamos fascismo. Pero por ahí pendula la historia de la humanidad. Nunca la izquierda va a triunfar ciento por ciento porque tampoco puede triunfar lo conservador ciento por ciento, es un ir y venir. Yo, que soy un hombre de izquierda, que pertenezco a esa formación, siento que no hay espacio para la derrota definitiva porque tampoco hay espacio para el triunfo definitivo. La vida me enseñó una cosa maravillosa: se aprende más de las derrotas que de los triunfos, siempre y cuando uno tenga la voluntad de volver a empezar. Eso vale no solo en la política, vale en el amor, en el trabajo, en todo. Volver a empezar, vivir con ganas, pero aprender por qué pasaron las cosas, por eso es que confío en Colombia. Yo tengo un pensamiento en lo económico probablemente un poco distanciado del presidente Santos, sin embargo le tengo un respeto y un cariño enormes por el esfuerzo que está haciendo. Está poniendo la carne en la parrilla. A veces me pregunto: “Este señor está trabajando para…”, seguramente que no lo hace deliberadamente ni nada por el estilo, se ha convencido de que es una causa justa para el futuro de Colombia y está llevando un esfuerzo con mucho coraje. Bueno, mi país, yo sé que está trabajando bien, en silencio, como debe ser. Usted fue un preso político. ¿Qué opina de las irregulares condenas impuestas durante el régimen de Maduro contra la oposición venezolana, y específicamente en el caso de Leopoldo López? Bueno, yo creo que los venezolanos tienen que velar los problemas entre ellos, tienen que hacer lo posible, y mi actitud siempre está enfocada en quitarles decibeles. Por eso, a veces me piden cosas que no quiero hacer, porque quiero colaborar con Venezuela, la quiero mucho, me duele. Muchísimos compatriotas míos hicieron su vida ahí, en los años de dictadura; todavía viven muchísimos, y yo espero que de alguna manera Venezuela encuentre su destino. En términos generales, le quiero decir una cosa, no le voy a opinar de eso, pero no me gustan los presos políticos en ninguna parte de la Tierra, ¿está claro? Vengo de Turquía, y me encuentro con un país, por un lado, que, ¡qué notable, es una potencia! pero duelen también los presos políticos que hay, y hay que luchar para superar esa etapa. En México se acaba de abrir la puerta para legalizar la marihuana, como ya sucedió en su país; en Colombia, parejas homosexuales podrán adoptar; en Chile se realizó el primer matrimonio gay; en Brasil se habla sobre el avance en el Congreso de leyes un poco conservadoras, ¿usted cómo ve el avance en AméricaLatina de estas luchas sociales? Mire, Uruguay es un pequeño país, y tal vez por ser pequeño, sobre todo en masa, no tan pequeño en recursos y en potencialidad, hace mucho tiempo que decidimos ser poco, por lo visto, y no tenemos vuelta. Por eso mismo tiene una historia de reforma muy audaz en América Latina; a veces la gente se olvida de que fue un país que tuvo el coraje de reconocer la prostitución en la década de 1910 y organizarla, que estableció el divorcio tempranamente por la voluntad de la mujer, que le dio el voto a la mujer, que fundó una universidad para que las familias conservadoras se animaran a mandar a las hijas a estudiar, etcétera, etcétera. Les podría hablar de la nacionalización del alcohol, y cincuenta años el Estado produciendo alcohol de boca [alcohol etílico] para financiar salud pública, y no caer en el error que cometió Estados Unidos con la ley seca, y cuestiones por el estilo. Nosotros heredamos esa cultura, y tal vez por las dimensiones del país —así como le pusimos una caravana a cada vaca que hay en Uruguay y está registrada con la cédula de identidad, y le podemos dar un churrasco y decirle: “esta es la historia de esta vaca, pasó por tal campo, etcétera”—, también decidimos que no podíamos derrotar al narcotráfico porque estábamos aburridos de meter gente presa, y como la tasa de ganancias es tan grande que no hay caso, decidimos atacar. Fíjense ustedes, la base argumental más fuerte que he leído me la dio [Milton] Friedman (y yo en el pensamiento estoy en la vereda de enfrente de Friedman), pero hay que ser abierto porque el tipo hace un análisis en la década del noventa de lo que significa el monopolio de la droga y la tasa de ganancia que tiene. Entonces decidimos no legalizar la marihuana sino tratar de robarle el mercado al narcotráfico, porque el enemigo número uno es el narcotráfico, es peor que la droga, y detectar al consumidor a tiempo, por aquello de que si yo me tomo dos whiskies, tal vez no sea bueno pero se aguanta; ahora, si me tomo una botella todos los días, soy un alcohólico. Lo mismo pasa con la marihuana: si el tipo se descarrila, lo tengo que tener localizado para poderlo incidir y tratarlo a tiempo, que no siga el viaje largo de una cosa que después es irrecuperable. Eso es lo que estamos haciendo, pero no tiene nada que ver con una libertad de mercado, que se venda olímpicamente y que sos libre y fumás lo que querás, no, no, es otra cosa: tú eres consumidor, te doy una ración; si querés más de esa ración, vamos a tener que conversar, me parece que te tenés que atender. Y ¿qué pasó? Te voy a vender una droga que la puedo identificar, que no vaya a un país fronterizo, y para eso tengo que trabajar con clones y etcétera, etcétera. Tiene muchas dificultades hacer una experiencia que se la volcaremos al mundo, y si no da resultado, también le diremos al mundo: “Este camino no sirve, así que busquen otro”, ¡qué sé yo! Usted ha dicho que el hombre es el único animal capaz de destruirse a sí mismo, que es el único animal que tropieza veinte veces con la misma piedra. De cara al posconflicto aquí en Colombia, que hemos cometido tantos y tantos errores en medio de esta violencia que nos ha desgarrado a lo largo de tanto tiempo, ¿cómo hacer para que si nos caemos nos volvamos a levantar y sigamos creyendo que la paz es la mejor salida y la convivencia es la única arma que tenemos para seguir adelante? Construir políticas de convivencia y buscar acuerdos nacionales, trabajar duro en eso, no cansarse, no desmoralizarse porque siempre va a haber alguno que se pone el puñal entre los dientes, es inevitable eso, pero hay que aprender a lidiar con eso y cultivarlo. Mi pequeño país vivió casi cien años de guerra, se hartó de guerra, se deshizo en guerra. Hay un dicho que dice que “la patria se hizo a caballo”. Pues también se deshizo varias veces, pero a partir de 1904 se puso a construir, y los mismos partidos que habían hecho la guerra y que habían guerreado construyeron el Uruguay moderno porque aprendieron del dolor. Y lo construyeron con tire y afloje, con errores humanos y con todo eso, pero establecieron líneas de juego que aún influyen en nosotros. Por eso yo soy optimista, hay que influir mucho en el ánimo de la juventud, mucho en que las nuevas generaciones aprendan de nuestros errores y que cometan los de su tiempo, no del nuestro. Don Pepe, un compañero nuestro, Steven Arce, estuvo en su casa hace poco con motivo del partido entre Colombia y Uruguay, y nos contó cómo vivía: la mitad de su casa se la dio a una persona que trabaja con usted, a una familia que necesitaba la casa; su Volkswagen se lo regaló a una persona que trabaja con usted, ¿por qué si lucha contra la pobreza de los pueblos, le gusta ser pobre, por qué no le gusta la plata que le gusta a tanta humanidad? No, no se equivoque, no se equivoque, yo no soy pobre; soy rico en libertad, en tiempo para hacer lo que me gusta, y vivo liviano de equipaje, muy sencillo para no tener ataduras materiales que me robarían tiempo, tiempo de mi vida que lo quiero gastar en las cosas que me motivan y que me gustan. Mi definición de pobreza es la de Séneca: pobre es aquel que quiere mucho porque entonces no le alcanza nada, y yo lo que quiero es tiempo para vivir. No le quiero imponer a nadie mi forma de vivir, pero la sencillez y la sobriedad terminan siendo una brutal comodidad, es mi manera de ver las cosas; por eso tengo ochenta años, en cualquier momento salgo del partido y no me voy a llevar la plata en el cajón, para qué quiero, no tiene sentido. Entonces, compartir con la gente amiga me parece una cosa maravillosa, una forma de vivir, y por lo menos a mí me hace feliz, y la felicidad es algo que hay que pelearlo arriba de la tierra porque esta es la única vida que tenemos. Para mí, la definición de libertad individual es tener el mayor margen de tiempo libre para gastarlo en aquellas cosas que a uno le gustan; ahora bien, como en la vida hay que vivir, hay que consumir algo, y eso tiene que salir de nuestro trabajo, y si no sale de nuestro trabajo es porque estamos viviendo a costillas del trabajo de algún otro. Entonces trabajar, hay que trabajar, pero hay que dejar tiempo para vivir, y ahí es donde está la cuestión, entonces no confunda, yo no vivo en la pobreza, vivo en una riqueza tremenda porque doy muchísimo y me hace feliz. ¿Usted no le tiene miedo a la muerte? ¿Usted cree que esta es la única vida y que después de la muerte no sigue nada? Sí, todavía no he creído en Dios. Pienso que el hombre es un animal utópico, porque no hay civilización que no haya inventado algo para creer, y de creer en un más allá. Esa actitud permanente de los seres humanos la respeto enormemente, porque que yo no crea no quiere decir que no respete el mundo de las creencias y de la religión. Yo creo que eso tiene sentido por el amor a la vida que le tenemos, pero como la vida se nos va, tenemos que creer en algo, porque no podemos pensar que todo se termina acá. Y como quiero a los hombres, entiendo que necesiten inventar algo para el trance de la muerte, y lo respeto enormemente, pero bueno, yo pienso que el cielo y el infierno están en esta Tierra, y entonces no comparto eso de que esto es un valle de lágrimas, vamos a ir a un paraíso, no, no. El paraíso está acá, hay que vivir la vida con la mayor intensidad, no perjudicar a otro, ser feliz, y dejar en todo caso un recuerdo de un alguien que recoja alguna cosa y siga andando. Claro, y usted ha vivido el cielo y el infierno en esta Tierra; pero don Pepe, usted es un ateo que se ha reunido con el papa Francisco, que es un hombre que tiene ideas con las que me imagino se siente identificado. Sí, totalmente, y creo que el Papa es un personaje que le hace bien a este mundo tan falto de gente removedora y altamente carismática; el Papa es una excepción, y bueno, yo me felicito, y además latinoamericano, y toma mate y escucha tango. Una vez leí que usted y su esposa Lucía tenían amigos millonarios y amigos recontra pobres y que podían ser amigosde los dos. ¿Son mejores amigos quienes tienen mucho o quienes poco tienen? Sí, porque no existe lo absolutamente malo ni lo absolutamente bueno; yo me he encontrado con gente en todas las escaleras de la sociedad que son notables, con las cuales puedo tener concordancia, y a veces tengo diferencias, pero son funcionales, y bueno, lo peor, yo creo que hay que desinstalar los fanatismos y el rasurar que todo lo mismo, no, no todo es lo mismo, tengo mi ojeriza con Estados Unidos, pero cuando voy a Estados Unidos y camino en el mundo de las universidades, me encuentro con ese capital de investigación y de seres humanos inteligentes, profundos, removedores, hay también un Estados Unidos que me enamora, por eso le digo, no, no, hay que superar el infantilismo. Y hablado del amor, usted lleva casi medio siglo amando a la misma mujer, a Lucía, a quien conoció incluso desde la clandestinidad; ayer los vieron pasear por Medellín tomados de la mano como dos novios primerizos. ¿Cuál es la clave del amor? Bueno, ese asunto creo que tiene claves, como las canas, como las arrugas, y cuando se es joven, es una tormenta muy creadora, y cuando se es viejo, es una dulce costumbre que es un verdadero refugio, que los seres humanos precisamos, por eso cada cosa en su tiempo. Uno de los peores castigos humanos que existen más allá de la muerte, y el peor castigo para el derecho antiguo, es la expulsión de la comunidad, es decir, la condena a la soledad; por eso me parece que estas cosas tan cotidianas son al final las más importantes y las más trascendentes; hay que procurar que la vida sea lo más posible feliz, y eso significa enfrentar la soledad y compartir la soledad y nunca olvidarse de los que están solos. Presidente, ¿cuál es su percepción de la vida híperconectada? ¿Usted tiene celular, anda con teléfono inteligente? Sí, tengo un celular, lo necesario, lo imprescindible. Cuando era presidente lo tenían todos los ministros, los secretarios, y unas cinco o diez personas que me llamaban a cualquier hora. Tengo celular para hablar, no para todo eso que se usa ahora, no, me supera, soy de otra época. ¿Ni correo electrónico, ni nada de eso? No, hay gente que lo tiene a costillas mías, y todo, pero, sabe una cosa, en los años de cárceles, para mantenerme vivo tuve que aprender a conversar mucho conmigo mismo, con el que llevamos adentro, ese que [Antonio] Machado define, el que me enseñó el secreto de la filantropía, bueno, y eso me quedó, eso me ha quedado, y entonces, si no hubiera habido una experiencia tan dura, no sería el que soy, nunca aprendí tanto como en esos años, mire usted, y esto es como un canto a la vida para las nuevas generaciones: del dolor también se aprende; por eso le insisto: qué linda que es la vida, qué hermosa que es la vida. Qué hermosa, por supuesto, y entro un momento en la intimidad de su chacra, o de su pequeña finca, como se conoce aquí en Colombia. Usted y su esposa comparten todos los deberes, hacen el mercado los sábados, compran el abono de las flores, la hierba para el mate, cocinan, lo hacen todo. ¿Cómo acabar definitivamente con el machismo, expresidente Mujica, con ese machismo que lleva a la violencia de género y que ha cobrado la vida de tantas mujeres en nuestro continente y en el mundo? Sí, sí, son disparates de formación de la fuerza y que no tienen ningún sentido. En mi país está pasando una cosa: el setenta y cinco por ciento de los nuevos profesionales que se avecinan son mujeres; las mujeres están demostrando que son más tenaces; los hombres desertan por las dificultades materiales, y las mujeres terminan las carreras; dentro de poco vamos a tener un problema: la judicatura va a quedar toda en manos de mujeres, es impresionante; la medicina, por el estilo, y bueno, el mundo está cambiando también en eso y cambia para bien, pero hay partes del mundo que les cuesta enormemente cambiar en eso. Expresidente, usted que está tan liviano de equipaje en la vida, que no es esclavo de tantas otras necesidades de los seres humanos, ¿cuál es su placer en estos momentos de la vida, más allá de la libertad y de hacer lo que se le da la gana? Un vino, una buena comida, un poema, una música… Me gusta tomar buen vino. Argentino o chileno, presidente. Siendo bueno, ahora estoy tomando un argelino, mire usted. ¿Ha probado los australianos o los californianos? Sí. En todos lados, en mi país ahora ha salido, pegaron un salto por la competitividad, y antes eran unos jarabes insoportables, y ahora mejoraron bastante. Bueno, a mí me gusta el vino, y en la comida, y la comida simple, pero prefiero la comida que prepara mi compañera; a veces, cuando andamos por ahí, vamos a comer a cualquier lado, pero no es lo mismo, y por ejemplo, ahora hice un viaje como de quince, dieciséis días, y ya me propuse, no, no más de una semana, no puedo, porque tengo nostalgia de volver a mi rancho, de volver a mi perrita que está vieja, muy vieja, y cosas chicas para el mundo pero que son grandes para uno, y bueno, así vamos andando. Presidente, usted ve noticias, lee periódicos, oye radio. Sí, sí, leo lo que puedo, frecuentemente pongo la televisión alemana, la Deutsche Welle, que tiene un programa en español, para enterarme de cosas que pasan en otra parte del mundo, y trato de informarme en lo que puedo, y leo también lo que puedo, y trato de removerme, y en eso ando, pero sé que estamos entrando aceleradamente en otra época a la cual yo no pertenezco. En veinticinco, treinta años más, todo el mundo va a hablar dos idiomas, uno va a ser el inglés, como una necesidad de intercambio, porque la juventud está pasando las fronteras sin amigos que no conocen; eso va a producir un cambio civilizatorio de consecuencia que va a tener probablemente hasta repercusiones institucionales; lo que está pasando en el mundo de hoy no es una cosa de más cantidad, es una calidad distinta; la formación en tipo de hombres y de sociedad va a ser distinta, mucho más abierta, probablemente los viejos Estados nacionales pierdan prerrogativas y ganen responsabilidades los municipios y el mundo tenga que funcionar por acuerdos, si logra sobrevivir, y si no, lloraremos. Presidente, ¿de dónde le nace a usted —ha sido de siempre, de formación, por educación de sus padres, de su familia— ese desapego por el dinero? ¿Cómo me dice? Sí, ¿su desapego por el dinero es de formación, es heredado de sus padres, aprendido en la vida? No, no, eso lo aprendí, eso lo aprendí razonando, la noche que me tiraba en un colchón para dormir estaba como en la gloria, no tenía nada, tuve que vivir ocho años sin libros, llegué a tener hasta cuatro ranitas, les hacía jueguito y se bañaban en un vasito de agua que les ponía, llegué a ahorrar para tener algo vivo, guardaba algunas migajas, y había unas ratas que venían como a la una de la mañana y les daba de comer, y mantuve arañas; aprendí que las hormigas gritan, en fin, en fin, mi querido amigo, entonces mi manera de ver el mundo es otra, no se la puedo imponer a nadie, ni se la quiero imponer a nadie, pero aprendí esta ley: si no logras ser feliz con poco no lo lograrás porque la felicidad está dentro de tu cabeza, y esta discusión es muy vieja. La Biblia decía que el hombre feliz no tenía camisa, y habría que pensar que sería en un país tropical, pero no, quería volcar una imagen, y en la Odisea, Aquiles, cuando está en el infierno y lo visita Odiseo, le dice que hubiera preferido tener una vida larga y no ser un rey glorioso y haber muerto tan joven, y prefería haber sido un criador de cabras; por eso yo creo que esta discusión es viejísima, y estamos en un mundo muy superlativo que nos hace comprar cosas, vivir desesperado, y bueno, es que yo creo que si queremos cuidar el mundo tenemos que saborear más la vida. Presidente, ¿alguna vez se ve en el espejo? ¿Cómo? ¿Alguna vez se ve en el espejo? En el espejo, sí. ¿Y hay algo que no le guste de usted cuando se ve en el espejo? Sí, no me gustan las arrugas, las canas, la panza que se me está formando. Es lamentable, pero no, traicionéen el fondo algo vil que llevaba dentro, de mis años mozos, perdí la inocencia y la ingenuidad; seguramente era más utópico, más creyente, y creía que el camino era más simple, y tuve que aprender que hay que ser humilde y que vamos avanzando a tientas y aportamos algo, y otros recogerán los pedazos de bandera y seguirán, y así definitivamente. Presidente Mujica, cuando usted no está ni en Turquía, ni en Medellín, en ninguno de estos sitios donde a usted lo invitan, usted qué hace allí en su casita en las afueras de Montevideo, ¿cómo es un día en la vida de Pepe Mujica? Cuando puedo salgo al campo, porque me gustan los yuyos; converso con la naturaleza; si bien le dije que no creía en Dios, soy casi panteísta, adoro la naturaleza; para mí, los yuyos hablan, los animalitos hablan, y quien cree que en el campo hay soledad no se da cuenta que el campo es un conventillo, un emporio de vida, y a mí todo eso me alucina, gozo con eso, y cuando puedo hago una tarea de campo, me subo en un tractor, revuelco un poco de tierra. Me cuesta cada vez más subir en el tractor pero voy andando, las cosas me cuestan más por los años, pero me refugio en esas cosas, son parte de mi gusto; tengo alma de campesino, lo confieso, y trato siempre de hacer algo con las manos; creo que el conocimiento no debe ser tan unilateral y que las manos tienen un papel para cumplir, y hay un curso general de hombre, de hombre elemental que puede cambiar una canilla, poner un pestillo en una puerta, cambiarle el auxiliar a un auto, poner un enchufe, qué sé yo, es que las manos nos las puso la naturaleza y nos ayudó a desarrollar el conocimiento, y después, bueno, la tarea política… del birrete, la carrera de los honores, las cuestiones humanas, en fin. Presidente, le agradecemos tanto esta lección de vida, esa participación de su filosofía política, de la manera como usted encara la existencia de las lecciones de su pasado. Saben, uno de mis reproches contemporáneos es que, hasta Adam Smith, filosofía, ética y economía iban juntas en el mismo paquete; con la aparición de la importancia del mercado se empezó a separar la economía de la ética y de la filosofía. Yo creo que la política nunca debiera de separarse de la filosofía; no es que la economía no tenga importancia, valga que la tiene, pero cuando uno analiza su vida individual se ve que a veces toma decisiones importantísimas para el destino de su vida sin que tuviera nada que ver lo económico, ¿verdad? Total. El día que se enamoró en una esquina, qué tenía que ver lo económico, nada, bueno, y así es la cosa, por eso lucho para que la gente salga del esquematismo, y hago lo que puedo, les agradezco mucho. Presidente, a usted. Pero antes quisiera recordarle unas palabras que tenemos grabadas, suyas, y que tiene que ver con la problemática de la FIFA: “La FIFA es una banda de viejos hijos de puta”. Bueno, ahí está, y además yo creo que presumió todo lo que el mundo entero está pensando después de conocer los escándalos. Sí, sabía algo, pero además me indignó porque está bien, si metió uno la pata en la calle [se refiere al jugador uruguayo Luis Suárez], que lo castiguen, está bien, yo acepto, tiene que haber disciplina, pero que no lo dejen estar con los compañeros, que no lo dejen estar en una tribuna, lo echen como un perro, es una cosa increíble, es un tipo de dictadura, yo a mi país no le puedo prohibir que vaya a una cancha de fútbol, a nadie, siendo presidente de la República, y en la FIFA, a un tipo lo larga. Es que me pareció una grosería humana, a un muchacho que tiene la inteligencia en los pies, que es hijo del pobrerío, y que, bueno, tiene ese virtuosismo y lo tratan de esa forma, me pareció horrible y me salió ese exabrupto que después la historia confirmó que me quedaba corto. Se quedó corto, pero lo describió con rigor y con precisión. Lo queremos despedir con su tango favorito, con su música, el “Che Bandoneón”, presidente Mujica. Presidente Mujica, bienvenido siempre a Colombia, a Caracol. Muchas gracias. A usted, un abrazo muy cariñoso y de verdad con admiración y respeto. Muchas gracias. Periodista de CNN en español Ángela Patricia Janiot “Hay que ser consecuente con lo que uno cree y piensa; yo creo que ahí está la clave de la felicidad”. Quién no conoce a Ángela Patricia Janiot, esa mujer extraordinaria, gran periodista, gran presentadora, gran entrevistadora, gran mujer, vinculada durante los últimos veinte años ya, pareciera que fue ayer, a CNN. Una mujer nacida en Bucaramanga, que había sido virreina nacional de la belleza, que representó a Santander en esa competición, y también en Miss Mundo, y quedó entre las quince finalistas del concurso. Patricia, una mujer que desde el principio marcó huella por su carácter, por su temperamento, por su personalidad, aparte de su inteligencia y de su belleza. Qué linda presentación, muy agradecida por esta invitación, encantada de estar con ustedes a través de Radio Caracol, un lugar que es también como mi casa; tengo maravillosos amigos allí, incluyéndolos a ustedes, y por supuesto, recuerdos lindos de mis épocas cuando comencé en esto del periodismo que tanto nos apasiona. Gracias de nuevo. Encantadísimos de conversar con usted, Ángela Patricia Janiot, además conserva el mismo timbre, la misma dulzura, pero el mismo vigor en su voz; yo me acuerdo cuando usted fue presentadora de Criptón en Colombia, los fines de semana. ¿Cómo entró a la CNN? Bueno, supe que estaban buscando el anchor principal o el co-anchor principal, y mandé un demo, un reel de las cosas que había hecho en Colombia, en Univisión, en Los Ángeles, donde estaba, y tuve que esperar unos seis meses porque había una selección que incluía entrevistas, viajes aquí a Atlanta para hacer pruebas de texto, en fin, entrevistas a muchas candidatas, y poquito a poquito me iban avisando que yo estaba dentro las finalistas; yo digo que eso fue como ganar otro concurso de belleza, no por la belleza sino por la angustia y por la espera y la selección, y bueno, tuve la fortuna de ser la seleccionada. Al final me dijeron: “Mire, está entre usted y otra persona. Venga a hacer otra prueba de cámaras”, entonces tuve que viajar a Nueva York y entrevistarme con algunos directivos hasta que me llamaron a darme la magnífica noticia; de eso ya hace ya más de veintitrés años, no me lo hubiera imaginado… Perdón que la interrumpa, pero le faltó la parte del amor, porque el amor jugó un papel muy importante en esa decisión suya de buscar una oportunidad también por fuera, para estar cerca de su novio, que hoy es su esposo. Claro, eso fue antes de entrar a CNN, eso fue cuando me fui a Estados Unidos y empecé a trabajar en el canal de Univisión, en Los Ángeles, y claro, esa fue la principal razón. Yo conocí a Miguel y habíamos comenzado esta relación a larga distancia. Miguel, quien es hoy en día mi esposo de veinticinco años, estaba en Los Ángeles. Yo estaba en Bogotá, y dijimos: “Bueno, si nos vamos a casar, qué tiene más sentido, que tú vengas a Colombia —cuando estábamos en medio de esta guerra narcoterrorista—, o que yo me traslade a Los Ángeles”, donde tenía la intención de hacer una especialización. Así que comencé a hacer todos mis trámites para entrar a la Universidad de California, Los Ángeles, UCLA, donde hoy en día estudia mi hija. Las vueltas que da la vida. Y me dijo Miguel: “Mira, ya que vienes a hacer las vueltas de la universidad, tráete también una hoja de vida, un reel, un video de todo lo que has hecho, porque aquí hay unos canales hispanos, y muy cerca de donde yo vivo están los estudios de Univisión”, con tan buena suerte que también estaban buscando una presentadora. Jorge Ramos me dijo: “Mira, acá en Univisión Cadena no hay nada como vacante, pero en el local sí, y tienes que hablar con tal persona”; llegué un viernes a la prueba y el domingo siguiente me estaban ofreciendo trabajo, así que lo que yo pensé que se iba a tardar mucho tiempo se resolvió en tres meses en mi viaje a Estados Unidos. Lo que es para uno, nadie se lo quita,ella ha entrevistado a personalidades como el expresidente Hugo Chávez, como Fidel Castro, como Álvaro Uribe, como el mismo Lula da Silva. Yo creo que no hay personaje del mundo periodístico que ella no haya entrevistado. Incluso a su mamá, a su propia mamá, la entrevistó en alguna oportunidad, a Zunilda. Cómo fue eso de tener ahí al frente a la mujer que le dio la vida y hacerle esas preguntas también tan agudas y tan sensibles, como ocurrió en aquella entrevista. Es increíble, yo he entrevistado a muchos presidentes, a muchos personajes de actualidad, a muchos protagonistas de la noticia, pero la entrevista que mayor repercusión ha tenido, que aún hoy me comenta la gente, es la que le hice a mi mamá, entonces eso te da un poco la idea de que la gente quiere saber un poquito más de la persona que lo informa todas las noches. Fue muy difícil porque yo al principio tampoco quería hacerlo, porque dije: “Va a ser una entrevista difícil”, en fin, entrevistar a la persona que te conoce, y a la que conozco de toda la vida, y resultó ser una excelente idea, algo muy lindo, y no fue fácil porque yo le dije a mi mamá: “Mami, no vamos a llorar, porque yo sé que usted y yo somos lloronas”, y mi mamá aguantó hasta el último momento muy juiciosa siguiéndome mi consejo, y resulta que la que primero se derrumbó fui yo, porque entrevistar a mi mamá no solamente era un desafío periodístico sino una manera de hacerle un hermoso homenaje, de decirle obviamente cuánto la quiero, cuánto la aprecio, pero sobre todo cuánto me hace falta, pues por la distancia, y ahora más que nunca, uno se da cuenta cómo pasan los años, y uno no puede recuperar sus días, esas horas de sobremesa, esos momentos en familia que me los perdí, pero bueno, yo trato de que cuando estamos juntas sea mucha calidad para compensar la cantidad, y ahora con toda la tecnología es mucho más fácil estar más cerca, pero fue una entrevista bellísima, y para mí fue sorpresivo ver la repercusión tan amplia que sigue teniendo, cada vez que viajo hay alguien que me comenta la entrevista, esto hace ya cinco, seis años. Qué maravilla, además, hacerlo con calidez, con elegancia, con tacto, sin lambonería, con espontaneidad, es algo que no se puede lograr fácilmente si uno no es un veterano del oficio. ¿Qué fue lo que logró sacarle a su mamá que usted no sabía, en esa entrevista? Cosas que uno nunca le pregunta a la mamá, por ejemplo, cómo le gustaría que la recordaran, si hay algo de lo que se arrepiente en la vida. Me llamó mucho la atención cuando le dije al final: “Bueno, mami, yo le he hecho ya muchas preguntas, ahora hágame usted una a mí”, y por la simpleza de la pregunta pero la profundidad y el alcance, la pregunta me desarmó porque no me la esperaba, básicamente me hace una pregunta inmensa en contenido porque me dice: “Bueno, de todas las cosas que yo te he enseñado, qué ha sido lo más importante para ti”. Imagínate que te pregunte eso tú mamá, y bueno, no me alcanzaban las palabras, porque hubiera necesitado dos programas para contestarle esa pregunta, y eso me desarmó mucho porque ahí se te vienen a la mente muchísimas cosas que tienes que condensar en una respuesta de treinta segundos. Quienes hemos ido a Bucaramanga y hemos estado en el restaurante La Carreta —nosotros, nuestro equipo de trabajo ha estado allí cenando, además delicioso—, hay que decir que este sitio, este lugar, fue fundado por sus papás, por Zunilda y por Roberto Janiot. En ese sitio usted pasó gran parte de su infancia, en ese sitio usted aprendió a comer yuca frita y arepa con hogao. Cuando llega allí, qué es lo primero que pide, hoy en día. La yuca frita y un asado de tira, que me encanta. Sí, es un lugar maravilloso porque ahí crecí, y tengo los mejores recuerdos; ahí pasamos los momentos memorables en familia y están mis afectos, mis amigos, la gente que es parte de mi familia, los empleados del negocio, allá hay muchos momentos que me marcaron, donde uno forma su identidad, en fin, donde tengo los mejores recuerdos, así que sigue siendo un lugar que cuidamos muchísimo, atesoramos, es el mayor legado que dejó mi papá, y bueno, me encanta, me encanta volver a Bucaramanga a La Carreta. Además, me cuentan que cada vez lo hace con mayor frecuencia, se le ve muy de cuando en cuando ya. Sí, me prometí que cada vez que fuese a Bucaramanga pues iba a hacer la vuelta que hacía mi papá entre todos sus clientes, entonces, en la medida que el tiempo me lo permita, estoy allí y hago las relaciones públicas de don Roberto. Yo le decía: “Papi, cuando yo empiece a hacer esto me va tocar esperarme porque le voy a empezar a robar el show y a usted no le va a gustar”. Se mataba de la risa y decía: “Ya quisiera yo que tú estuvieras aquí atendiendo a los clientes de la misma manera que lo hago yo”. Y se está dando, no con la frecuencia que yo quisiera, pero eso es un homenaje que le hago a él porque sé que se sentiría muy orgulloso de verme allí. Sí, a su papá que nos dejó hace poco tiempo, realmente lo alcanzamos a ver en una de las últimas visitas, y nos saludó como gran anfitrión. ¿Cómo lo recuerda? Nosotros lo recordamos como este hombre dinámico, que además creo que le gustaba andar en carros antiguos, clásicos, descapotados, por Bucaramanga, ¿usted cómo lo recuerda? Mi papá sigue estando al lado mío, no sé, maravilloso, un hombre con una mente y un espíritu joven, un sabio en todo el sentido de la palabra, un hombre positivo, emprendedor, que nada lo achicaba, que se agrandaba en las dificultades, pero que siempre tenía el mejor consejo, siempre te mostraba la visión positiva de la vida. Yo creo que era mi papá, mi amigo, mi entrenador, mi psicólogo, mi psiquiatra, mi confidente, en fin, mi ídolo, dejó un vacío enorme en la familia, pero personalmente a mí, porque fue un pilar fundamental en mi vida, pero lo que más recuerdo de mi papá es su pujanza, un hombre que además tuvo la suerte de que casi todo en la vida le salió bien y trabajó mucho para lograrlo. Ángela Patricia, cuando uno la escucha, uno puede sentir, saborear la sencillez de su espíritu; en realidad, en dónde está la clave para no dejar de tener los pies en la tierra, para no perder el norte. Yo creo que uno tiene que ser uno. Yo no creo que uno tiene que aparentar ser otra cosa que lo que es, y ser un poquito consecuente con lo que uno cree y piensa, yo creo que ahí está la clave de ser feliz, creo que en la medida también en que uno sea sensible con las necesidades de los demás, ¿no? Con los problemas de los demás, creo que también eso lo aterriza un poco más en la tierra y le da la perspectiva de la realidad, a pesar de que somos unos privilegiados de la vida, pero creo que el ser lo que uno es y obviamente tratar de superarse como persona y evolucionar como ser humano con la bondad, con la solidaridad, con la sensibilidad hacia los demás, creo que eso te hace una mejor persona para relacionarte con tu entorno ¿no? Con la gente que te rodea. Ángela Patricia, ahora nos hablaba de que una de sus hijas estaba estudiando precisamente donde usted estudió. ¿Va a seguir sus pasos? Está estudiando donde yo quise venir a estudiar, ciencias políticas. Tábata está estudiando algo que tiene que ver con comunicación. La especialidad de ella va a ser Artes en Medios Digitales; ella quisiera dedicarse a la animación y a la posproducción y a los efectos especiales, pero creo que tiene predilección por la animación para dibujos animados, para audiencias infantiles; entonces está feliz en lo que hace, y yo creo que no solamente Tábata, creo que Tadeo también va a terminar en el mundo de la comunicación porque dice que quiere ser periodista deportivo, está entre ingeniería o ser periodista deportivo; mi esposo es arquitecto, así que, no sé por cuál inclinación se va a decidir, ya se gradúa este año del bachillerato, ya estamos esperando respuestas de algunas universidades, pero creo que si hay alguien que podría seguir en mi carrera sería Tadeo, si es que se decide por el periodismo deportivo. Tábata es una amante de todoel tema digital, de los programas en computador, se mueve como pez en el agua frente a una pantalla, así que también la veo en el mundo de las comunicaciones pero digamos menos visible, detrás de cámaras, no le gusta el protagonismo. A Tadeo lo veo mucho más cómodo en frente de audiencias, así que vamos a ver si me dan la sorpresa. Ha sido maravilloso hablar con usted, es un bálsamo para esta mañana, Ángela Patricia, la colombiana consentida de CNN por más de veinte años, veintitrés años exactamente, y me quedo con una frase que dijo: no perder la bondad y la sensibilidad hacia los demás, ahí está la clave. Gracias Ángela Patricia por estar con nosotros. Gracias a ustedes, un abrazo muy apretado. Un abrazo, Ángela. Médico neurofisiólogo Rodolfo Llinás “Tenemos miles de años de existencia. La pregunta es cuánto tiempo más vamos a sobrevivir”. Es la decisión tomada por la administración del presidente Barack Obama en los Estados Unidos, que ha lanzado un proyecto de una década para examinar cómo funciona el cerebro humano y construir un mapa de su actividad. Esta iniciativa busca hacer lo mismo que el llamado Proyecto Genoma Humano hizo precisamente por la genética. Habíamos conversado con el doctor Leonardo Palacios con respecto a la trascendencia y al alcance de esta importante investigación de la que forma parte el científico, el neurofisiológico colombiano doctor Rodolfo Llinás. Doctor Llinás, gracias por estar en Caracol, sabemos de sus múltiples compromisos, y quisiéramos preguntarle: usted qué espera realmente al término de esta década de investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro humano. En este momento la situación está sumamente interesante. Como usted sabe, no se ha anunciado todavía el tamaño del esfuerzo, y eso es un punto crítico en lo que va a pasar. Es posible que el estudio del cerebro como se está planeando vaya a costar entre mil millones de dólares y diez mil millones de dólares, es decir, muchísimo más que el proyecto de Genoma Humano, de modo que estamos todos esperando que el Presidente anuncie a qué nivel se va a tratar desde el punto de vista económico y desde el punto de vista del número de personas involucradas, es posiblemente el esfuerzo más importante en la historia de la humanidad. Doctor Rodolfo Llinás, ¿el cerebro ha cambiado, ha evolucionado, se ha transformado? El cerebro nuestro tiene más o menos cuarenta millones de años, y más o menos no ha cambiado tanto, porque desde el punto de vista biológico es un tiempo muy corto, pero el hecho es que la evolución ya no es tanto biológica como realmente mental, es decir, la evolución ya dejó de cambiar la anatomía de los sistemas y lo que ha hecho es generar cultura y generar conocimiento, entonces es una postura perfectamente diferente que la naturaleza ha tomado. Se dice que el cerebro, cuando nacemos, aproximadamente pesa trescientos ochenta gramos, y que cuando el ser humano está plenamente desarrollado pesa uno punto trescientos ochenta gramos, un kilo trescientos ochenta gramos. Si uno tiene el cerebro más grande es más inteligente, o realmente el peso del cerebro no depende de la inteligencia, o la inteligencia, del peso del cerebro. No está directamente relacionado. Hay gente que tiene un gran cerebro y es de lo más bruto del mundo, y gente con cerebro un poquito más pequeño, como Einstein, es simplemente muy inteligente. La inteligencia no se puede predecir, porque no solamente es capacidad intelectual, sino también capacidad emocional. La gente inteligente ha sido igual inteligente en el pasado que en el presente, no hemos cambiado la capacidad básica del cerebro, lo que tenemos es más información, y por lo tanto utilizamos el cerebro mejor. Doctor Llinás, a la espera de conocer los detalles de ese plan. ¿Usted es optimista frente a la posibilidad de que a partir de esta investigación se pueda desarrollar toda la tecnología que partiría en dos la historia de millones de personas en el mundo que sufren de Alzheimer, de Parkinson, de otras enfermedades neurodegenerativas? El punto clave con el estudio del cerebro humano que se está tratando no es solamente para mejorar la parte médica, más profundamente, es para saber la naturaleza de lo que somos, si somos un sistema profundamente diferente como cerebro de la mayoría de las biologías y de la mayoría de la ingeniería, es decir, estamos entrando por fin a entender que somos nuestro cerebro, entonces no es una institución solamente médica, es una institución más profunda de entender la naturaleza de lo que somos, somos animales cerebrales. Doctor Llinás, ya entrando al asunto más práctico de esta investigación, con qué se va a hacer, con cerebros de personas que los donaron para la ciencia, va a haber pruebas con personas vivas, voluntarios, quizá. Sí, es todo lo que acaba de decir, y más. Los primeros cinco años posiblemente se va a hacer un estudio anatómico funcional. Es el cerebro humano lo que estamos tratando de entender, entonces va a haber anatomía, anatomía microscópica, anatomía química, anatomía genética, estudios de funcionalismo eléctrico, magnético, de estructura, es decir, no solamente va a haber todo esto, sino que se va a tener que desarrollar nueva tecnología, es como ir a la Luna, pero imagínese, quizá tan caro como ir a la Luna. Profesor Llinás, ¿nosotros estamos estudiando el cerebro humano por una genuina curiosidad, o porque necesitamos desarticularlo para poderlo copiar y crear la famosa inteligencia artificial? La inteligencia artificial no tiene la menor posibilidad de competir con la inteligencia biológica, la complejidad del sistema nervioso del sistema biológico es órdenes de magnitud más grande que cualquier cosa que podamos hacer con computación, entonces no es curiosidad, es saber qué somos, es una cuestión absolutamente necesaria. Tenemos miles de años de existencia, el Homo sapiens. La pregunta es cuánto tiempo más vamos a sobrevivir. La Tierra va a durar más o menos cuatrocientos millones de años más de lo que tiene ahora, total, si miramos para dónde vamos, el punto clave es cómo funciona el cerebro, cómo hacemos para optimizar las políticas científicas que usted quiera, el arte, la música, es porque todo eso es el producto del cerebro. Doctor Rodolfo Llinás, el cerebro de un ser humano normal en qué se diferencia del de un criminal, o de monstruos como Hitler, por ejemplo. No son tan diferentes. Una situación tan sencilla como una droga que cambia un poco la actividad cerebral puede convertir a una persona muy seria en una persona criminal, o una persona muy buena en una persona muy mala, total, todas esas cuestiones no cambian tanto el cerebro humano, son cuestiones más que todo del cerebro primitivo, o sea el cerebro truhan, del cual se habla tanto, pero todas esas cosas, lo que finalmente se pregunta, no son lo más importante, lo más importante es saber a qué tipo de clasificación podemos poner el cerebro en cuanto a la estructura general del universo, de qué estamos hablando, porque estamos hablando de un órgano que pesa uno y medio kilos, que es capaz de entender la kinética universal, es exactamente increíble. Doctor Rodolfo, ¿la capacidad de mejorar el cerebro se puede lograr con elementos químicos, con elementos artificiales? Se puede aumentar con buena alimentación, con vitaminas, con lo necesario para optimizar su función, no conozco de ningún sistema fuera de la educación para mejorar el funcionamiento cerebral. Doctor Llinás, hay quienes afirman que los niños ahora pueden desarrollar mejor su inteligencia. ¿Qué efectos tiene la tecnología hoy para el desarrollo de esas capacidades? Yo me acuerdo que, de niño, tener acceso a información, siempre independientemente de donde uno estuviera, era supremamente restringido. Los niños de hoy pueden poner a oír su computadora y hacer Google y mirar lo que quieran, donde quieran, a la hora que quieran, total, la capacidad que tienen de adquirir información es órdenes de magnitud más grande, y por lo tanto tienen la capacidad de desarrollarun nivel de conocimiento muchísimo mayor que el que obtuvimos hace cincuenta años, o sesenta años, lo que sea. Doctor Rodolfo, se ha hablado muchísimo del tamaño del cerebro del hombre y de la mujer, se dice que son diferentes. ¿Realmente son distintos? ¿Y desde su investigación, en dónde radica esa diferencia? El cerebro de las mujeres es un poco más pequeño, pero tienen estructuras perfectamente diferentes desde algunos puntos de vista, es decir, la capacidad intelectual me parece que es muy similar. Las mujeres tienen más instinto materno, digamos, que los hombres, lo tienen que tener, si no, no existiríamos, porque todos nacimos de mujer, entonces la diferencia entre la estructura social y la estructura puramente biológica entre un hombre y una mujer implica que haya diferencias, eso es de esperar, ¿no? Profesor, se lo pregunto en colombiano: después del cerebro humano, cuál es el cerebro de otro animal que más lo descresta a usted. No podría decirle, porque he estudiado muchos tipos de cerebros y todos son muy interesantes; quizá el cerebro del pulpo. Me parece increíble porque es totalmente diferente del cerebro nuestro; sí, está hecho de neuronas, pero no tiene nada de las estructuras que nosotros tenemos. Un pulpo puede ver a otro pulpo, hacer otra cosa y la puede hacer por haberlo visto solamente, total, la inteligencia básica del sistema nervioso del cerebro humano, ni siquiera el cerebro de los vertebrados, el sistema nervioso por sí, es perfectamente descrestante, es increíble, tendríamos que sentarnos y charlar esto largamente. Doctor Rodolfo Llinás, cómo cuida usted su cerebro, uno de los mejores o más brillantes cerebros de Colombia, pues lo sabemos así. Muchas gracias por el piropo. No cómo se cuida el cerebro, cómo se cuida el resto del cuerpo, hay que pensar, hay que trabajar, es decir, hay que hacer gimnasia cerebral, que es lo que estamos haciendo ahora, hay que escribir, hay que leer y hay que pensar. El trago en exceso es malo, la droga es malísima, dejarse descrestar por las emociones tampoco es bueno, es decir, la gente se mete unas enamoradas que ya casi ni pueden ni respirar. ¿Pero usted nunca se ha enamorado, doctor Llinás? Sí, pero pues sigo respirando. Pero doctor Llinás, entonces usted a qué dedica su tiempo libre cuando trata justamente de estimular, de cuidar su cerebro, su vida familiar. Cuando no hace de científico. Cómo goza. Yo mi vida he trabajado, yo todo lo que he hecho es pasarla bien. De qué estoy hablando: para mí la ciencia es pasarla bien, ¿entonces qué hago? Pienso, trabajo, pero yo no necesito vacaciones, yo he vivido toda mi vida en vacaciones, amo profundamente lo que hago y por lo tanto no es esfuerzo, lo que estoy diciendo no sé si se entienda o no, pero me parece que la gente habla o piensa de trabajo como algo que hay que hacer para subsistir, y que generalmente no se hace todo el tiempo, porque a uno no le gusta el trabajo. Yo nunca en mi vida he tenido vacaciones, ¿por qué? Porque vivo en vacaciones, mi tiempo lo utilizo para entender lo que quiero entender en mi vida, y no soy el único, muchos científicos tienen ese punto de vista, la vida es preciosa y hay que utilizarla en cosas que le sirvan a uno y que le sirvan a los demás, pero no es castigo, es todo lo contrario, es un regalo que a uno le da la vida. Y en esas cuestiones del amor, doctor Llinás, ¿uno se enamora con el corazón o con el cerebro? No me eche paja usted, hola. Yo no sé con qué se enamora uno, pero uno se enamora. Lo más erótico que existe es el cerebro, lo más. Con qué se enamora uno, con el cerebro, con qué más se va enamorar. Lo manda todo. ¿Y se enamora uno del cerebro? Esa es una pregunta interesante. La gente, cuando uno les pregunta por qué se enamoró, le dicen: “Porque es muy linda, él es muy inteligente”, lo que uno quiera, eso es solamente verdad hasta cierto punto. El tener una relación real, humana, requiere mucho más que el momento de pasión, ¿no? Entonces se requiere realmente una capacidad de entender al otro, y te pones en contexto de su existencia, no es tan fácil como me dicen enamorarse, ¿no? Enamorarse seriamente es una relación y tiene espinas, y tiene momentos preciosos, casi que es una evaluación medio política, además. Doctor Llinás, el mito de que el cerebro necesita descansar. Qué pasa con el cerebro cuando se duerme. Ah, importantísimo, claro que necesita. Cuando se duerme, el cerebro es como cuando uno después de una fiesta barre la casa, hay que sacar toda clase de cosas que pasaron todos los días, que simplemente no van a ningún sitio, entonces hay pedazos de pensamientos, hay pedazos de cosas que simplemente hay que barrer, entonces el sistema nervioso va a una frecuencia diferente, no se crean imágenes. Yo les digo a mis estudiantes: “Yo conozco la muerte en detalle porque yo me muero todas las noches”, cuando uno se duerme y no sueña simplemente no existe, ni existe uno, ni existe nada. Doctor Llinás, y cómo limpiamos ese cerebro, cómo hacemos ese ejercicio de limpieza. Cómo barremos. Nosotros no barremos, el cerebro barre. ¿Cómo barre? Tiene, a frecuencias bajas que reorganizan toda la estructura cinética, toda la estructura de relaciones dentro de las células, es casi realmente un barrido; el cerebro funciona mucho más lentamente, y de modo más organizado, entonces, en vez de tener diferencias en lo que se está viendo, y lo que se está oyendo, todo se convierte en una gran masa que actúa casi de modo coherente del frente a la parte de atrás del cerebro, es decir, es como las olas del mar, lentamente, y entonces salen todas aquellas cosas que no se habían terminado de pensar, no se habían terminado de entender, y ustedes recuerdan que otra cosa que pasa que es importantísima es el soñar. Si a uno lo despiertan cuando uno empieza a soñar, se puede ver de afuera con un manitensfonogafo. Se puede ver que la persona está soñando. Si uno despierta a la persona y no la deja soñar, en dos o tres días está completamente esquizofrénica, no entiende, tiene problemas gravísimos psiquiátricos, entonces qué pasa, que necesitamos dormir y soñar para estar sanos cerebralmente. Profesor Rodolfo, cómo es la relación cuerpo-cerebro, qué tan importante es el cuerpo para el cerebro, se lo pregunto por la situación del científico Stephen Hawking. Se sabe que Stephen Hawking tiene un problema de degeneración muscular enorme, su sistema biológico funciona, le funciona el hígado, le funcionan los riñones, no se puede mover bien, entonces ese es el problema gravísimo que tiene. El cerebro puede expresar pensamientos de muchas maneras, de modo que no es que el cuerpo y el cerebro sean diferentes, son partes diferentes de un todo, pero se queman también los músculos como el cerebro; las estructuras bioquímicas y biofísicas son muy similares, entonces son aspectos diferentes del mismo animal, del mismo ser. Profesor, el día en que usted muera, y ojalá la Providencia quiera que esté bien lejos, ¿donaría su cerebro a la ciencia para que lo estudiaran? Lo que le pase a uno con el cerebro, con el cuerpo, ese es problema de los demás; yo creo que no vale la pena, porque las diferencias no van a ser el tamaño o la conectividad, es la mezcla de muchas cosas, ¿no?, es la mezcla de un cerebro, pero la mezcla también de una manera de pensar, de un deseo. Todas estas cosas que son imponderables. Ojalá que no se les ocurra semejante bestialidad. Doctor Llinás, ¿la inteligencia es hereditaria? Hasta cierto punto, desde dos puntos de vista, genéticamente y culturalmente. Los hijos de personas inteligentes tienen la posibilidad de ser inteligentes simplemente por asociación. Gente inteligente aparece en todos los aspectos humanos, en todas las clases, en todas las razas, es una situación casi como la belleza, ¿no? Gente que son bellísimos y tienen hijos que son de esconder, y viceversa. Doctor Llinás, en esta gimnasia mental que usted nos propone, me preguntaba si usted cree que el cerebro se puede conocer a sí mismo, es decir, si la complejidad que tienees conocible por nuestro propio cerebro o si se necesita tal vez un órgano superior para poder develar sus secretos. Es una pregunta sumamente interesante. El cerebro hace bien en no entender cómo funciona él mismo, porque si pudiera hacer eso, definitivamente pararía su capacidad intelectual. A ver si puedo explicar: imagínese que usted tiene una industria, pongamos la IBM, y de pronto le diera a la IBM por ver, por entender exactamente cómo funciona. El problema entonces es que ya deja de ser IBM, se ha convertido en un sistema de introspección, en el cual, a medida que se empiecen a preguntar las cosas, empiezan a cambiar, entonces pues imagínese el cerebro diciendo: “No, por ahí no se vaya porque…”. En fin, sería un problema de tráfico la cosa más espantosa. Doctor Llinás, usted decía hace un momento que la inteligencia es hereditaria hasta cierto punto, entonces como nos explicamos que nazcan niños genios, niños con un coeficiente intelectual más alto que otros. Usted acaba de contestarme la pregunta que me hizo. La situación es que la estructura cerebral se genera con la inteligencia muy local, inteligencia bioquímica, inteligencia de lo que estamos tratando de entender, las neuronas, en fin, pero es al azar. Los cerebros todos son diferentes, entonces el azar hace que un cerebro esté mejor cableado que otro, o de modo más contundente, entonces se hereda la capacidad de un cerebro, pero no se hereda la conectividad. La conectividad es como las huellas digitales, perfectamente diferente entre un cerebro y otro. Doctor Llinás, para usted qué es una persona inteligente. Una persona inteligente es una persona que es capaz de entender el medio que la rodea y cómo utilizarlo, y entonces es una manera de interactuar, la más rápida y la más perfecta entre las otras del mundo externo; entonces hay muchos tipos de inteligencia. Conocemos la inteligencia de Einstein, comparada con la inteligencia de Picasso, en fin, son propiedades que tienen que ver con la eficiencia con las cuales se hacen ciertas cosas. Hay tantos tipos de inteligencia casi como hay maneras de vivir. Finalmente, doctor Rodolfo Llinás, fíjese usted que llevamos treinta minutos hablando, y esto se nos ha ido como si se tratara de un diálogo de cinco minutos, dada esa claridad suya, esa estructura lógica y científica. Por qué cuando uno sueña, a veces se acuerda y a veces no se acuerda, aunque sabe que soñó. Esa es una pregunta que tiene una respuesta muy clara: generalmente recordamos el último sueño que tuvimos; si uno tiene varias etapas de soñar, las etapas que ocurran inmediatamente después, cuando uno empieza a soñar, que son quizá una hora, media hora después de que se duerme, esos sueños no se recuerdan; los que se recuerdan son los que ocurren inmediatamente antes que uno se despierte. Profesor Rodolfo, pero los sueños son realidades que existieron, realidades que pudieron llegar a existir, o simples fantasías. Fantasía, fantasía hecha de pedazos de cosas. Uno sueña en lo que estaba pensando cuando estaba despierto, en lo que se recuerda de niño, son mezclas de muchas cosas. El sueño además es absolutamente esencial. Si uno, como les decía, no permite que una persona sueñe, en muy pocos días la persona tiene problemas psiquiátricos enormes, total, no solamente hay que barrer, hay que además organizar los pensamientos, que es lo que hacen los sueños. Doctor Llinás, ¿es verdad que los pensamientos negativos enferman el cuerpo? Las emociones negativas tienen muy mal efecto en el cuerpo, es decir, la gente que odia, la gente que tiene emociones negativas, los amargados, tienen problemas somáticos, además, porque no se está irrigando bien el cerebro, porque la postura muscular, la postura intelectual no es buena, entonces el odiar es malo, las emociones negativas por largo tiempo dañan, son cosas que hay que tratar de no tener. ¿Dependiendo del tipo de cerebro que uno tiene, oye una persona distinto la música que otra persona, ve distinto los colores? Imposible de decir. Los colores, usted sabe, no existen. Si me preguntan a mí, estaría dispuesto a pensar que todos vemos los colores más o menos iguales, porque es lo más sencillo. Demostrar eso es imposible. Usted me dice: “¿Cómo hace usted para saber si lo que usted ve rojo, yo lo veo verde?”. Yo digo: “No podemos saber”. Quizá después del estudio del cerebro que estamos haciendo se pueda, pero me parece muy difícil porque no hay manera de introducirse en el cerebro de una persona con nuestro cerebro, no es posible porque los cerebros son diferentes. Podemos intercambiar información con lenguaje escrito o hablado, pero es muy diferente. Un autocerebroscopio, pongamos, sería un problema gravísimo, o hacerle a una persona un registro total del sistema nervioso, que si se deja poder hacer, me imagino va a ser muy difícil ver cosas específicas. No se puede decir la persona está triste; eso lo puedo hacer yo, y no hay problema: la persona está triste, la persona está sufriendo, la persona no está sufriendo, en fin, pero son cosas muy grandes, no son los detalles que se necesitarían para poder entender si una persona está sintiendo de modo igual que otra. Doctor Rodolfo Llinás, ha sido realmente refrescante, maravilloso y esclarecedor conversar con usted. Gracias por este regalo, por la clase. Con un enorme placer, me encanta hablar con mis amigos colombianos que son inteligentes. Ciclista profesional Nairo Quintana “El estrés y la ansiedad son difíciles de manejar pero estoy feliz” Estamos saludando al subcampeón del Tour de Francia, al ciclista de Boyacá, que ha hecho historia, una historia limpia, con esfuerzo, con tenacidad, con trabajo, con enorme sacrificio, un comportamiento excepcional y ejemplar, un hombre que ha sido elogiado por todos sus compañeros, los más grandes campeones del ciclismo europeo, Nairo Quintana. Nairo, un abrazo en nombre del pueblo colombiano, muchas gracias por lo mucho y muy bueno que ha hecho por este deporte y por la imagen de Colombia en el exterior. Nairo, después de haber subido en cuatro oportunidades al podio, allí, con el Arco del Triunfo como fondo, Campos Elíseos, una ceremonia que vimos a través de la televisión, que tuvimos todos los detalles en Caracol Radio, ¿uno puede dormir? La verdad que esto es tan emocionante y no me lo puedo ni creer; me llegan mil pensamientos a la cabeza, por lo cual tienes poca oportunidad de dormir, dos días antes de terminar la carrera, igual, un poco de estrés, es difícil poder descansar bien y dormir. Se pierde peso después de un esfuerzo tan excepcional, Nairo. ¿Ya se pesó? Sí, se pierde algo de peso, pero bueno, es hasta que el cuerpo se estabilice, porque el cuerpo, por sus defensas, retiene líquidos, a veces uno o dos kilos de más, o a veces un kilo de menos de lo normal. Entendemos que en su plan de trabajo, Nairo, está correr una competencia el próximo sábado en España, es de un solo día, pero después vendrán treinta días de vacaciones. ¿Ya ha pensado y ha conversado con su director técnico, con su médico, con su equipo, qué hacer en esas vacaciones para evitar también una relajación total? Tengo la carrera ahora, que se llama San Sebastián, a los quince días tengo la Vuelta a Burgos, entonces no regresaré a Colombia todavía, y luego regresaré a Colombia a entrenar fuerte para ir a los Mundiales. ¿Para ir a los Mundiales? No está en la perspectiva de ninguna manera, después de semejante esfuerzo, hacer la Vuelta a España, entonces. Hasta ahora no está dentro de los planes. Nairo, cuando comenzó el Tour, ¿cómo fue la preparación del equipo de Movistar y la proyección que tenían con usted? Recuerdo que alguna vez lo entrevistamos, y dijo: “Vamos a buscar una etapa, es nuestro deseo, y por ahí la camiseta de los jóvenes”, y cómo fue evolucionando el tema hasta llegar a lo que consiguió, a ese extraordinario segundo lugar en la general, el título de los jóvenes, el título de la montaña. Desde el año pasado le he dicho a mi equipo que quería ser el líder, y el equipo me ha dicho que
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