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músculos oblicuos discurren sobre todo lateralmente para insertarse en la mitad lateral del bulbo ocular, posteriormente a su ecuador. Debido a que transcurren inferior y superiormente al eje anteroposterior al pasar lateralmente, el oblicuo inferior es el principal rotador lateral, y el oblicuo superior es el principal rotador medial del ojo. Sin embargo, en la posición primaria, los oblicuos también discurren posteriormente por el eje transverso (fig. 8-54 B) y posteriormente al eje vertical (fig. 8-54 C), lo que otorga al oblicuo superior una función secundaria de descenso, al oblicuo inferior una función secundaria de elevación, y a ambos una función secundaria de abducción (fig. 8-54 B y C). Si la mirada se dirige primero medialmente (aducida por el recto medial) de modo que la línea visual coincida con el plano de los tendones de inserción de los oblicuos superior e inferior, el oblicuo superior produce sólo descenso (y es el único causante de este movimiento) (fig. 8-56 C) y el oblicuo inferior produce sólo elevación (y de igual modo es el único causante) (fig. 8-56 D). En la exploración física, el médico indica al paciente que siga el dedo medialmente (con lo que comprueba el recto medial y el nervio oculomotor), y luego inferior y superiormente para aislar y comprobar la función del oblicuo superior y el recto inferior, y la integridad del nervio troclear (NC IV), que inerva el oblicuo superior, y de la división inferior del NC III, que inerva el oblicuo inferior (fig. 8-56 E). En la práctica: La acción principal del oblicuo superior es el descenso de la pupila en la posición aducida (p. ej., al mirar hacia la parte baja de la página cuando la mirada de ambos ojos se dirige medialmente [convergencia] para la lectura). La acción principal del oblicuo inferior es la elevación de la pupila en la posición aducida (p. ej., al mirar hacia la parte alta de la página durante la convergencia para la lectura). Aunque las acciones producidas por los músculos extrínsecos del bulbo ocular se han considerado por separado, todos los movimientos requieren la acción de varios músculos del mismo ojo, que se ayudan entre sí como sinérgicos o se oponen como antagonistas. Los músculos sinérgicos para una acción determinada pueden ser antagonistas para otra diferente. Por ejemplo, no existe ningún músculo que por sí solo pueda elevar la pupila directamente desde la posición primaria (fig. 8-54 D). Los dos elevadores (recto superior y oblicuo inferior) actúan sinérgicamente para realizar esa acción. Sin embargo, estos dos músculos son antagonistas como rotadores y se neutralizan entre sí, de modo que no se produce ninguna rotación cuando actúan conjuntamente para elevar la pupila. De modo similar, ningún músculo puede descender la pupila directamente por sí solo desde la posición primaria. Los dos depresores, oblicuo superior y recto inferior, producen depresión cuando actúan solos, y también dan lugar a acciones opuestas de aducción-abducción y rotación medial-lateral. Sin embargo, cuando el oblicuo superior y el recto inferior actúan simultáneamente, sus acciones sinérgicas descienden la pupila, debido a que sus acciones antagonistas se neutralizan entre sí; por lo tanto, se produce un descenso puro. 1623 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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