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822 P A T O G E N I C I D A D E I N M U N O L O G Í A Propiedades extrínsecas de los inmunógenos Aunque muchas substancias son intrínsecamente inmunóge- nas, algunos factores extrínsecos también influyen. Los tres fac- tores más importantes son la dosis, la vía de administración y el que el inmunógeno sea no propio (ajeno al hospedador). Si bien hay un margen amplio de dosis dentro del cual se obtiene habitualmente una inmunidad satisfactoria, la dosis de un inmunógeno que se administra a un hospedador puede ser importante para que la respuesta inmunitaria sea eficaz. En general, dosis entre 10 μg y 1 g son eficaces en la mayoría de los mamíferos. Dosis menores o mayores podrían no estimular la respuesta inmunitaria e incluso suprimirla o inducir tolerancia. Igualmente importante es la vía de administración. Las vías parenterales (no gastrointestinales), normalmente por inyec- ción, son habitualmente más eficaces que las tópicas (contacto con la piel) u orales. Cuando los antígenos se administran por vía tópica u oral, pueden sufrir una degradación significativa antes de entrar en contacto con los fagocitos. Finalmente, un inmunógeno eficaz deber ser extraño al hués- ped, pues el sistema inmunitario adaptativo solo reconoce y eli- mina antígenos no-propios porque cada individuo es tolerante con sus propias moléculas (Sección 25.2). Unión de los antígenos por los anticuerpos y los receptores de las células T Los anticuerpos o los TCR no interaccionan con la totalidad de la macromolécula antigénica, sino solo con una parte de la misma que denominamos epítopo (Figura 25.6). Los epítopos pueden ser azúcares, péptidos cortos y otras moléculas orgá- nicas. Los anticuerpos interaccionan con secuencias de cuatro a seis aminoácidos, el tamaño óptimo de un epítopo. Por ello, las pro- teínas son secuencias de epítopos solapantes, pues muchas con- tienen cientos o incluso miles de aminoácidos. La superficie de un virus o de una bacteria es un mosaico de proteínas, polisacá- ridos y otras macromoléculas, todas ellas portadoras de epíto- pos individuales. En muchos casos, los anticuerpos reconocen epítopos conformacionales compuestos, por ejemplo, por ami- noácidos de dos secciones distantes en la secuencia primaria 25.3 Inmunógenos y antígenos Los antígenos son compuestos que reaccionan con anticuerpos o con TCR. La mayoría, pero no todos, son inmunógenos, es decir, que inducen una respuesta inmunitaria. En esta sección examinaremos las características necesarias para la inmunoge- nicidad y, a continuación, las de los antígenos que estimulan las interacciones con los anticuerpos y los TCR. Propiedades intrínsecas de los inmunógenos Los inmunógenos comparten varias características intrínsecas que los capacitan para inducir respuestas inmunitarias adapta- tivas. En primer lugar, el tamaño molecular, ya que para que una molécula sea inmunógena, debe ser suficientemente grande. Por ejemplo, los compuestos de bajo peso molecular llama- dos genéricamente haptenos no inducen respuestas inmunita- rias, si bien pueden unirse a anticuerpos. Sin embargo, dado que los anticuerpos se unen a ellos, los haptenos son antígenos aunque no sean inmunógenos. Haptenos como azúcares, ami- noácidos u otros compuestos orgánicos de bajo peso molecu- lar resultan inmunógenos eficaces solo cuando se unen a una proteína grande, generalmente de un peso molecular igual o superior a 10.000. Por tanto, un requisito previo de la inmuno- genicidad es un peso molecular suficiente. Esta y otras propie- dades clave que se comentan a continuación están resumidas en la Tabla 25.1. Los polímeros no repetitivos complejos como las proteínas son inmunógenos eficaces. Los carbohidratos complejos pue- den asimismo ser excelentes inmunógenos. En cambio, los ácidos nucleicos, los polisacáridos sencillos con unidades repe- titivas y los lípidos suelen ser inmunógenos débiles, pues están compuestos de cadenas de monómeros idénticos o casi idénti- cos. Por tanto, otra característica de la inmunogenicidad es un grado de complejidad molecular suficiente. Las macromoléculas complejas, de gran tamaño, en forma agregada o insoluble (por ejemplo, proteínas precipitadas por desnaturalización por calor) son habitualmente excelen- tes inmunógenos. Mientras que los materiales insolubles son capturados fácilmente por los fagocitos, desencadenando una respuesta inmunitaria adaptativa, la forma soluble de la misma molécula puede ser poco inmunógena por no ser ingerida eficazmente por los fagocitos. Por tanto, una forma f ísica apropiada es otra característica de la inmunogeni- cidad. Tabla 25.1 Propiedades de los inmunógenos Propiedades intrínsecas al inmunógeno Tamaño > 10.000 de peso molecular Complejidad Polímeros > monómeros Forma Agregado > soluble Propiedades extrínsecas al inmunógeno Dosis 10 μg a 1 g Vía Intravenosa, intradérmica, subcutánea o intramuscular > oral o tópica Extraño al hospedador No propio >> propio Figura 25.6 Antígenos y epítopos reconocidos por lo anticuerpos. Los antígenos pueden contener varios epítopos diferentes, cada uno capaz de reaccionar con un anticuerpo (AC) distinto. El epítopo 1 reconocido por AC1 es de tipo conformacional y está formado por dos secciones no lineales y distantes del polipéptido que, tras el plegamiento en la proteína nativa, aparecen como adyacentes para formar un solo epítopo. Proteína (antígeno) AC3 AC2 Epítopo 1 AC1 Epítopo 3 Epítopo 2 https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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