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Biologia de los microorganismos (1359)

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822 P A T O G E N I C I D A D E I N M U N O L O G Í A
Propiedades extrínsecas de los inmunógenos
Aunque muchas substancias son intrínsecamente inmunóge-
nas, algunos factores extrínsecos también influyen. Los tres fac-
tores más importantes son la dosis, la vía de administración y el 
que el inmunógeno sea no propio (ajeno al hospedador).
Si bien hay un margen amplio de dosis dentro del cual se 
obtiene habitualmente una inmunidad satisfactoria, la dosis 
de un inmunógeno que se administra a un hospedador puede 
ser importante para que la respuesta inmunitaria sea eficaz. En 
general, dosis entre 10 μg y 1 g son eficaces en la mayoría de los 
mamíferos. Dosis menores o mayores podrían no estimular la 
respuesta inmunitaria e incluso suprimirla o inducir tolerancia.
Igualmente importante es la vía de administración. Las vías 
parenterales (no gastrointestinales), normalmente por inyec-
ción, son habitualmente más eficaces que las tópicas (contacto 
con la piel) u orales. Cuando los antígenos se administran por 
vía tópica u oral, pueden sufrir una degradación significativa 
antes de entrar en contacto con los fagocitos.
Finalmente, un inmunógeno eficaz deber ser extraño al hués-
ped, pues el sistema inmunitario adaptativo solo reconoce y eli-
mina antígenos no-propios porque cada individuo es tolerante 
con sus propias moléculas (Sección 25.2).
Unión de los antígenos por los anticuerpos y los 
receptores de las células T
Los anticuerpos o los TCR no interaccionan con la totalidad 
de la macromolécula antigénica, sino solo con una parte de la 
misma que denominamos epítopo (Figura 25.6). Los epítopos 
pueden ser azúcares, péptidos cortos y otras moléculas orgá-
nicas.
Los anticuerpos interaccionan con secuencias de cuatro a seis 
aminoácidos, el tamaño óptimo de un epítopo. Por ello, las pro-
teínas son secuencias de epítopos solapantes, pues muchas con-
tienen cientos o incluso miles de aminoácidos. La superficie de 
un virus o de una bacteria es un mosaico de proteínas, polisacá-
ridos y otras macromoléculas, todas ellas portadoras de epíto-
pos individuales. En muchos casos, los anticuerpos reconocen 
epítopos conformacionales compuestos, por ejemplo, por ami-
noácidos de dos secciones distantes en la secuencia primaria 
25.3 Inmunógenos y antígenos 
Los antígenos son compuestos que reaccionan con anticuerpos 
o con TCR. La mayoría, pero no todos, son inmunógenos, es
decir, que inducen una respuesta inmunitaria. En esta sección
examinaremos las características necesarias para la inmunoge-
nicidad y, a continuación, las de los antígenos que estimulan las
interacciones con los anticuerpos y los TCR.
Propiedades intrínsecas de los inmunógenos
Los inmunógenos comparten varias características intrínsecas 
que los capacitan para inducir respuestas inmunitarias adapta-
tivas. En primer lugar, el tamaño molecular, ya que para que una 
molécula sea inmunógena, debe ser suficientemente grande. 
Por ejemplo, los compuestos de bajo peso molecular llama-
dos genéricamente haptenos no inducen respuestas inmunita-
rias, si bien pueden unirse a anticuerpos. Sin embargo, dado 
que los anticuerpos se unen a ellos, los haptenos son antígenos 
aunque no sean inmunógenos. Haptenos como azúcares, ami-
noácidos u otros compuestos orgánicos de bajo peso molecu-
lar resultan inmunógenos eficaces solo cuando se unen a una 
proteína grande, generalmente de un peso molecular igual o 
superior a 10.000. Por tanto, un requisito previo de la inmuno-
genicidad es un peso molecular suficiente. Esta y otras propie-
dades clave que se comentan a continuación están resumidas 
en la Tabla 25.1.
Los polímeros no repetitivos complejos como las proteínas 
son inmunógenos eficaces. Los carbohidratos complejos pue-
den asimismo ser excelentes inmunógenos. En cambio, los 
ácidos nucleicos, los polisacáridos sencillos con unidades repe-
titivas y los lípidos suelen ser inmunógenos débiles, pues están 
compuestos de cadenas de monómeros idénticos o casi idénti-
cos. Por tanto, otra característica de la inmunogenicidad es un 
grado de complejidad molecular suficiente.
Las macromoléculas complejas, de gran tamaño, en forma 
agregada o insoluble (por ejemplo, proteínas precipitadas 
por desnaturalización por calor) son habitualmente excelen-
tes inmunógenos. Mientras que los materiales insolubles son 
capturados fácilmente por los fagocitos, desencadenando 
una respuesta inmunitaria adaptativa, la forma soluble de 
la misma molécula puede ser poco inmunógena por no ser 
ingerida eficazmente por los fagocitos. Por tanto, una forma 
f ísica apropiada es otra característica de la inmunogeni- 
cidad.
Tabla 25.1 Propiedades de los inmunógenos
Propiedades intrínsecas al inmunógeno
Tamaño > 10.000 de peso molecular
Complejidad Polímeros > monómeros
Forma Agregado > soluble
Propiedades extrínsecas al inmunógeno
Dosis 10 μg a 1 g
Vía Intravenosa, intradérmica, 
subcutánea o intramuscular > oral 
o tópica
Extraño al hospedador No propio >> propio
Figura 25.6 Antígenos y epítopos reconocidos por lo anticuerpos.
Los antígenos pueden contener varios epítopos diferentes, cada uno capaz 
de reaccionar con un anticuerpo (AC) distinto. El epítopo 1 reconocido por 
AC1 es de tipo conformacional y está formado por dos secciones no lineales 
y distantes del polipéptido que, tras el plegamiento en la proteína nativa, 
aparecen como adyacentes para formar un solo epítopo.
Proteína (antígeno)
AC3
AC2
Epítopo 1
AC1
Epítopo 3
Epítopo 2
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