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Universitas Médica
ISSN: 0041-9095
revistascientificasjaveriana@gmail.com
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia
Arroyave, Pilar; Riveros, Mónica
Enfermedad de Huntigton
Universitas Médica, vol. 47, núm. 2, 2006, pp. 121-130
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, Colombia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=231018675003
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UNIVERSITAS MÉDICA 2006 VOL. 47 Nº 2
Resumen
La enfermedad de Huntington es una enfer-
medad de etiología genética con herencia
autosómica dominante en la que la repetición
anormal de la tripleta CAG produce de una
proteína anormal (huntingtina). Se caracteri-
za por manifestaciones clínicas como corea,
ataxia y demencia.
Presenta morbilidad asociada con múltiples
alteraciones psiquiátricas, la más frecuente de
las cuales es la depresión, que se presenta en la
mitad de los pacientes, aproximadamente. Se
presentan, también, psicosis, irritabilidad, apa-
tía, síntomas obsesivos y delirium.
No existe cura para la enfermedad y las inter-
venciones se dirigen al tratamiento sintomáti-
co de las alteraciones del movimiento y de la
sintomatología psiquiátrica.
Abstract
Huntington disease is an autosomal dominantly
transmitted disorder. Huntingtin is the
abnormal protein produced by the repeat of
the CAG triplet. It is characterized by motor
abnormalities, cognitive dysfunction and
dementia.
Enfermedad de Huntington
Pilar Arroyave*
 Mónica Riveros*
“I have drawn your attention to this form of chorea, gentleman, not that I considered it of any
great practical importance to you, but merely as a medical curiosity, and as such it may have
some interest”. George Huntington, 1872[1].
It has comorbidity with psychiatric
manifestations like depression, present in half
of the patients. Psychosis, irritability, apathy,
obsessive symptoms and delirium may be
present too. There is no cure for the disease.
Interventions are aimed to treat symptoms like
motor abnormalities and psychiatric
manifestations.
Introducción
George Huntington (1850-1916) hizo su
contribución a la investigación médica a sus
22 años, al publicar su reporte sobre una for-
ma hereditaria de corea[1, 2]. En sus escritos
describió las características esenciales de la
enfermedad: su naturaleza hereditaria, la ten-
dencia a la locura y el suicidio; asimismo, a,
ser una grave enfermedad en la edad adulta.
Notó que la enfermedad era confinada a unas
cuantas familias y que ésta se había transmi-
tido de manera hereditaria. Observó, además,
que en los familiares sanos esta situación no
se volvía a presentar[1].
* Residente de III año de Psiquiatría. Pontificia
Universidad Javeriana. Hospital Universitario
San Ignacio.
122
ARROYAVE P., RIVEROS M., ENFERMEDAD DE HUNTINGTON
La enfermedad de Huntington es de in-
terés en la neuropsiquiatría por su causa y
sus cambios manifiestos en el comporta-
miento, la cognición y el afecto[1, 3]. Se es-
tima una prevalencía entre 4,1 y 7,5 por
100.000 y su inicio es, típicamente, entre
los 35 y 50 años[2, 4].
 La enfermedad de Huntington es una
enfermedad autosómica dominante con
penetrancia completa, que se caracteriza por
la tríada de sintomatología motora,
cognitiva y psiquiátrica[2, 4-6].
Se sabe que es causada por una muta-
ción resultante en la repetición CAG
(poliglutamina) en la proteína del
Huntington, huntingtina, almacenada en el
brazo corto del cromosoma 4[1, 6, 8]. Los
residuos de poliglutamato (poli-Q) son alta-
mente tóxicos para las células neuronales
cuando entran al núcleo. Los mecanismos
por los cuales inducen neurodegeneración
incluyen la unión de la proteína anormal
(huntingtina) a la adenofosfatasa monofos-
fato cíclica, que hace que falte la capacidad
para iniciar la transcripción de otros genes,
que son necesarios para la actividad de la
acetiltransferasa e inhiben la histona
acetilasa de la histona, lo cual altera el siste-
ma ubicuitina-proteosoma, con la posterior
manifestación de la enfermedad[6, 7].
Por la extensión de las poliglutaminas,
se expresa la huntingtina que se caracteriza
por poseer glutaminas extra en el extremo
terminal de la proteína, lo cual la hace
antiapoptótica[6]. Su función se desconoce
y, posiblemente, es la responsable del défi-
cit neurotrófico, probablemente por la fu-
sión anormal de las vesículas y las
inclusiones amiloideas en las células
estriatales[3, 6, 8, 9]. La proteína mutante
entra en el núcleo, pierde su función
antiapoptótica y genera productos tóxi-
cos[6, 10]. La tasa de formación de fibrinas
amiloides aumenta a medida que las repeti-
ciones poli-Q se expanden de un grado nor-
mal a uno mutante, lo cual lleva a proponer
que los procesos de agregación son funda-
mentales en la patogénesis de la enferme-
dad de Huntington. Una proteína anormal,
con más de 40 repeticiones de la tripleta,
produce una enfermedad clínica de
Huntington[6].
En la búsqueda de la literatura se ha en-
contrado que, según la expansión individual
de CAG, puede existir una anticipación
genética que produzca un inicio más tem-
prano de la enfermedad[3, 4, 8].
En una gran expansión de tripletas, por
encima de 60, se presenta el 4% del total del
espectro de mutaciones y la aparición antes
de los 20 años. La enfermedad juvenil de
Huntington tiene una frecuencia estimada
en 8 a 10% de los casos. El transmisor es el
padre en 70% a 80% de los casos. Cuando la
expansión de tripletas se da por encima de
80-100, se da un cuadro clínico con apari-
ción por debajo de los 10 años (5% de todos
los casos) y una progresión devastadora[10]
tienen una presentación atípica con proble-
mas en el aprendizaje, rigidez, distonía y
convulsiones[9].
Las mutaciones de gran expansión tam-
bién se han asociado con alteración en el
metabolismo de los tejidos periféricos, con
aumento de los agregados neuronales[9, 10].
En contraste con otras enfermedades
genéticas, la variabilidad de la repeti-
c ión de tripletas apunta a un espectro
neurobiológico y comportamental, asocia-
do a una carga genética importante[2, 8]. La
compleja interacción de este defecto
genético particular con múltiples factores
ambientales, implica que existan múltiples
fenotipos entre pacientes con la misma en-
fermedad. De ahí que lo tradicionalmente
conocido para la enfermedad de Huntington,
corea más demencia, no se encuentre fácil-
mente en los estadios iniciales de la enfer-
medad[3, 10].
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UNIVERSITAS MÉDICA 2006 VOL. 47 Nº 2
Las alteraciones patofisiológicas inclu-
yen la degeneración de la cabeza del núcleo
caudado y otras áreas del cuerpo estriado
[9], así como atrofia cortical frontal altamente
pronunciada sin compromiso temporal, pér-
dida selectiva de las neuronas GABAérgicas
y degeneración de las capas profundas de la
corteza, principalmente frontales[3, 4].
Un estudio analizó las células sanguí-
neas para buscar procesos biológicos anor-
males en la enfermedad de Huntington. Se
encontraron 322 ARNm con alteración de la
expresión en las muestras sanguíneas de los
pacientes con enfermedad de Huntington
comparadas con los controles, pero no se
encontró que éstos pudieran ser utilizados
para hacer seguimiento del tratamiento o la
respuesta a los medicamentos[9].
No se ha encontrado una asociación en-
tre la expansión de la tripleta y el trastorno
psiquiátrico o motor[4]. Las alteraciones
motoras son una de las fuentes principales
de incapacidad. Dentro de éstas, se encuen-
tra la hipercinesia motora, incluida en lapri-
mera descripción de Huntington en 1872[3].
Otras manifestaciones son la hipocinesia y
la acinesia[11]. En un estudio de casos y con-
troles, realizado para evaluar la iniciación
de la marcha y evaluar la acinesia, se eva-
luaron diferentes parámetros en 15 pacien-
tes. Se encontró acinesia en todos, con
reducción en la velocidad del primer paso,
con dificultad en la iniciación voluntaria e
inducida del movimiento y con alteracio-
nes en los movimientos anticipatorios de la
marcha[11].
El funcionamiento diario puede estar al-
terado por problemas coexistentes que tie-
nen que ver con la iniciación y la ejecución
de movimientos voluntarios, el déficit
oculomotor, la acatisia y, particularmente,
la bradicinesia[3, 11]. La bradicinesia pare-
cería estar asociada con la característica pér-
dida de la unión del receptor D2 en el
estriado[3].
La corea se manifiesta como una pérdida
involuntaria y súbita del control, con mo-
vimientos complejos, rápidos, arrítmicos
e irregulares, asociados con hipotonía
muscular[3]. Las anormalidades motoras que
no son de corea, posiblemente, sean conse-
cuencia de un error en el control de retroali-
mentación. Estas anomalías motoras se
encuentran en estadios sintomáticos y no
sintomáticos de la enfermedad. Las altera-
ciones en la postura y en la marcha son im-
portantes y mediante ellas se evalúa la
necesidad de utilizar cuidadores o la ubica-
ción en una casa de reposo y la necesidad de
terapia física en este tipo de pacientes[12].
En la enfermedad de Huntington, las al-
teraciones en el comportamiento son el as-
pecto que más influye en los pacientes y
cuidadores. Usualmente, los índices de gra-
vedad se basan en las medidas motoras y
cognitivas[3].
No todos los casos presentan la clásica
tríada de síntomas. Se encuentra que hay
diferencias entre la enfermedad de
Huntington que aparece en la juventud y la
que lo hace en la adultez. Aproximadamen-
te, 8% de los casos son atípicos. General-
mente, éstos no presentan corea, pero sí
distonías, alteraciones del cerebelo y rigi-
dez, que se producen en las alteraciones ju-
veniles asociadas con atrofia cerebral.
Debido a esto, se ha propuesto que puede
existir un mecanismo patológico diferente
en este tipo de pacientes; aunque no hay
mucha literatura al respecto, lo que se ha
encontrado es que la cantidad de repeticio-
nes entre las tripletas no es lo definitivo a la
hora de establecer la edad de inicio de la
enfermedad de Huntington[7].
Ganglios basales y enfermedad de
Huntington
Los ganglios basales tienen que ver con las
funciones de aprendizaje motor, de secuen-
124
ARROYAVE P., RIVEROS M., ENFERMEDAD DE HUNTINGTON
cias y movimientos, ubicación de la aten-
ción, memoria de trabajo, aprendizaje im-
plícito y memoria. Estas funciones pueden
estar relacionadas con la adquisición de com-
portamientos que se ejecutan automáti-
camente y en aumentar la eficiencia de los
procesos de alto orden en que tienen que ver
la memoria de trabajo; también hay eviden-
cia de que los ganglios basales se relacio-
nan con el sistema de recompensa y el
reforzamiento positivo[4]. Los ganglios
basales, también, tienen un papel en el desa-
rrollo y la integración de los comportamien-
tos psicomotores relacionados con
funciones motoras, memoria, atención y pro-
cesos de recompensa[5, 4].
Las enfermedades de los ganglios
basales se caracterizan por la presencia de
movimientos anormales, signos y síntomas
psiquiátricos y varios grados de alteracio-
nes cognitivas[3, 4, 7]. En estas enfermeda-
des, las características neuropatológicas
incluyen la degeneración de la cabeza del
núcleo caudado y otras áreas del estriado,
así como atrofia cortical frontal pronuncia-
da sin compromiso del lóbulo temporal[4].
Las alteraciones de los ganglios basales
con características genéticas similares a la
enfermedad de Huntington incluyen la atro-
fia dentarubial palidosiana, la enfermedad
de Smith, la enfermedad Machado-Joseph
(ataxia espinocerebelar tipo 3, SCA3), la
enfermedad autosómica dominante y ataxia
espinocerebelar[4].
En la enfermedad de Huntington, los pro-
cesos neurodegenerativos están centrados en
el núcleo estriado. Las alteraciones en el
movimiento voluntario aparecen temprano
en la enfermedad de Huntington y son simi-
lares a las vistas en el daño de la corteza
motora o promotora[7]. Los enfermos tam-
bién muestran problemas en la planeación y
en la selección de movimientos, especial-
mente cuando la respuesta requiere atención,
como procesos secuenciales, nuevos contex-
tos o cuando interfiere con respuestas com-
petentes. Los pacientes con enfermedad de
Huntington muestran problemas con los
movimientos guiados visualmente. En los
movimientos complejos, tienen problemas
haciendo transiciones entre segmentos
de movimientos. En los movimientos
visualmente guiados, muestran menores pro-
blemas de precisión pero son más lentos y
tienen muchas fases de aceleración-
desaceleración para llegar al objetivo[13].
Los movimientos en la enfermedad de
Huntington también son sensibles a las ta-
reas concurrentes que aumentan las deman-
das de atención[7]. Los movimientos
simplemente guiados generalmente son bien
practicados y requieren de poca atención,
solamente al principio y al final los proble-
mas basados en la atención en la enferme-
dad de Huntington pueden afectar los
movimientos en contextos de novedad, por
la falta de asociación sensorio-motora bien
aprendida para guiar la selección de movi-
mientos. Hay condiciones en las que los pa-
cientes con enfermedad de Huntington
muestran problemas en los movimientos
nuevos; por ejemplo, no pueden mantener
los niveles de precisión normales al rastrear
blancos en movimiento, excepto a una ve-
locidad muy lenta[7].
En varios estudios se ha demostrado, por
medio de resonancia magnética funcional,
disminución en el volumen del estriado en
los pacientes presintomáticos y con diag-
nóstico de enfermedad de Huntington. Otro
estudio evaluaba la repetición de la tripleta
CAG y la neuromorfología y demostró un
desarrollo lineal de éstos desde el nacimien-
to[13].
En un estudio realizado para evaluar la
morfología de los participantes que tenían
diagnóstico de enfermedad de Huntington
por ADN mas no sintomático, se encontró
que estas personas tenían diferencias
morfológicas con sus controles; mostraron
aumento del volumen de la corteza cerebral,
mientras que el volumen de la sustancia
125
UNIVERSITAS MÉDICA 2006 VOL. 47 Nº 2
blanca y los ganglios basales estaba
sustancialmente disminuido[13].
Alteraciones neuropsiquiátricas
En su descripción original, George
Huntington había establecido que los pa-
cientes tenían “tendencia a la locura y el
suicidio”. Un amplio rango de alteraciones
psiquiátricas se ven en la enfermedad de
Huntington. Un estudio encontró que se pre-
sentan alteraciones del ánimo en aproxima-
damente 98% de los pacientes en el mes
previo a la evaluación[14]. En muchos pa-
cientes las alteraciones psiquiátricas son las
primeras en aparecer, lo que podría ser con-
secuencia de los cambios tempranos produ-
cidos por la enfermedad en las regiones
estriatales más ventrales que reciben las
aferencias de la corteza prefrontal,
involucrada en procesos comportamenta-
les[15]. En pacientes presintomáticos, con
diagnóstico genético de la enfermedad, se
ha encontrado una mayor frecuencia de al-
teraciones psiquiátricas. Sin embargo, mu-
chas de éstas eran subclínicas en número y
gravedad[16]. Se ha encontrado que las al-
teraciones comportamentales son las que
mayor estrés imponen al cuidador y las que
más atención reciben del personal médico
que atiende a los pacientes con enfermedad
de Huntington[17, 18].
Deterioro cognitivo
La demencia fue el principal hallazgo des-
crito por Huntington[1]. De acuerdo con las
descripciones fundamentales de Brandt y
Blysma, la demencia de la enfermedad de
Huntington comprende la reducción inicial
de las funciones complejas (memoria y
planeación), así como las cognitivas bási-
cas (atención); el deterioro mental parecer
estar restringido a los estadosavanzados de
la enfermedad[3].
Sin embargo, en hallazgos recientes se
ha mostrado que hay deterioro cognitivo en
el curso temprano de la enfermedad y que
las primeras alteraciones que se producen se
dan en la atención, la memoria de trabajo, el
aprendizaje verbal, la memoria verbal a lar-
go plazo y el aprendizaje de asociaciones
aleatorias[19]. Las alteraciones de la morfo-
logía cerebral y de las habilidades motoras
inician simultáneamente, 15 años antes
aproximadamente de que la enfermedad sea
diagnosticada por sus síntomas motores.
Posteriormente, ocurrirían disfunciones eje-
cutivas claras[20]. Este patrón sugiere la pre-
sencia de una demencia subcortical.
Sin embargo, en las investigaciones que
se han realizado hay hallazgos equívocos:
mientras que en algunos estudios se ha en-
contrado una relación entre las alteraciones
comportamentales y las medidas de grave-
dad de la enfermedad, en los otros no. Esto
ha llevado a algunos investigadores a con-
cluir que, a pesar de los aspectos cognitivos
y motores de esta condición, los cambios
motores son “heterogéneos, episódicos y sin
una progresión temporal adictiva clara”[3].
Depresión
Se estima que la prevalencia de la depresión
en la enfermedad de Huntington varía am-
pliamente, entre 95 y 63%[21, 22]. A dife-
rencia de la enfermedad de Huntington, la
depresión es una enfermedad tratable. Sin
embargo, a pesar de su frecuencia, no se le
da adecuada importancia. Ya que el diag-
nóstico de la enfermedad implica alteración
de los movimientos incapacitantes, vergon-
zante, progresiva y con un 50% de probabi-
lidad de transmitirla a los hijos, se acepta
que la depresión haga parte de la enferme-
dad. Además, las tasas de suicidio son cinco
veces mayores que las encontradas en la
población general y se consideran incluso
no sorprendentes, dado el curso de la enfer-
medad y lo común de la depresión[23]. Se
ha encontrado que los períodos de mayor
riesgo para el suicidio de esta enfermedad
son dos, el primero inmediatamente después
126
ARROYAVE P., RIVEROS M., ENFERMEDAD DE HUNTINGTON
de haber recibido el diagnóstico formal de
la enfermedad y el segundo al ver limitada
la independencia[24].
La frecuencia de suicidio en estos pa-
cientes se ha reportado hasta en 12,7% y
debe tenerse en cuenta que puede ocurrir en
pacientes aún no diagnosticados. Se ha en-
contrado que los síntomas psiquiátricos, es-
pecialmente los depresivos, tienen un
componente pronóstico importante y pue-
den preceder a los síntomas de la enferme-
dad de Huntington hasta por 20 años.
Se desconoce la etiología de la depre-
sión en la enfermedad de Huntington. Pue-
de estar causada, además de las causas
psicosociales, por la pérdida neuronal tem-
prana en el núcleo caudado medial[25], y
estar relacionada con disfunción del circui-
to límbico-caudado y fronto-caudado[26].
La tomografía por emisión de positrones
(PET) ha demostrado que la depresión en la
enfermedad de Huntington se asocia con
hipometabolismo prefrontal y disfunción
selectiva de regiones paralímbicas fronta-
les[27].
La aparición de la depresión no se
correlaciona con el deterioro cognitivo, con
los síntomas motores o con la longitud de la
repetición CAG[28, 29]. Sin embargo, los
síntomas depresivos se asocian con un dete-
rioro más rápido de la funcionalidad[30]. Un
estudio realizado por Levy et al., que eva-
luaba la asociación entre apatía y depresión,
encontró que mientras la depresión no se
relacionaba con alteración cognitiva, la apa-
tía sí. También se encontró una relación en-
tre el deterioro motor y el cognitivo, los
cuales se correlacionan con las mediciones
de unión a la dopamina en la PET en la re-
gión estriatal[3].
Manía
Aunque la depresión es el diagnóstico psi-
quiátrico más común en la enfermedad de
Huntington, una pequeña proporción de
pacientes presenta manía o hipomanía. Al-
gunos, incluso, pueden presentar un trastor-
no bipolar clásico con episodios alternantes
de depresión y manía. Se ha encontrado una
frecuencia de manía e hipomanía de 4,8 a
10%[31, 32].
Apatía e irritabilidad
La agresión es un motivo común de hospita-
lización de los pacientes con enfermedad de
Huntington[33]. Puede deberse a diferentes
causas, como el cambio orgánico de la per-
sonalidad secundario a la disfunción
subcortical, la depresión, la manía y la psi-
cosis. La apatía se puede encontrar en cual-
quier momento del curso de la enfermedad y
empeora con el tiempo después de que apa-
rece. La irritabilidad y la agresividad tam-
bién son frecuentes la irritabilidad grave
ocurre hasta en una tercera parte de los pa-
cientes[13]. También, se ha encontrado irri-
tabilidad y hostilidad en sujetos con alto
riesgo de desarrollar la enfermedad de
Huntington[34].
Se ha encontrado que el comportamien-
to violento y criminal en los pacientes
masculinos con enfermedad de Huntington
es más frecuente que en los parientes sanos,
lo que puede sugerir que el comportamiento
violento de los primeros es de causa genética,
pero mediado por los cambios de personali-
dad producidos por la enfermedad[35]. Tam-
bién, el deterioro cognitivo puede preceder
la aparición florida de la enfermedad; este
deterioro se correlaciona con el número de
repeticiones del trinucleólido, lo que podría
sugerir que el deterioro cognitivo puede
aportar en algo a la alteración comporta-
mental[36]. Sin embargo, estos comporta-
mientos se presentan con una baja frecuencia
en los pacientes, a pesar de ser más frecuen-
tes que en la población general.
Los estados amotivacionales, como la
apatía y la abulia, también son comunes en
la enfermedad de Huntington[32]. La apatía
127
UNIVERSITAS MÉDICA 2006 VOL. 47 Nº 2
aparece como parte del cambio de persona-
lidad que ocurre en la progresión de la en-
fermedad. Se presenta en 48% de los
pacientes[33] y puede ser secundaria al uso
de antipsicóticos, pero la mayoría de las ve-
ces es un síntoma independiente. La apatía
puede manifestarse como abandono de las
situaciones sociales, disminución en la ini-
ciativa y la motivación, y descuido del cui-
dado personal[32]. Este síntoma también se
conoce como “apatía situacional”, porque
mejora con ambientes estimulantes[37].
Psicosis
Los síntomas psicóticos son menos comu-
nes que otros síntomas psiquiátricos en pa-
cientes con enfermedad de Huntington. La
prevalencia de la psicosis en la enfermedad
de Huntington es de 4 a 12%[38]. Los sínto-
mas psicóticos incluyen paranoia pobre-
mente sistematizada, estados delirantes
aislados y episodios psicóticos similares a
los de la esquizofrenia[39]. Parece ser que el
inicio temprano de la enfermedad de
Huntington se relaciona con un mayor ries-
go de psicosis[40]. Se ha encontrado tam-
bién un patrón de agregación familiar de los
síntomas psicóticos en la enfermedad de
Huntington[41].
Es posible que la psicosis se deba a la
relativa hipodopaminergia que resulta de la
degeneración neuronal asociada a la altera-
ción de circuitos subcorticales. También,
parece que hay una disminución en el meta-
bolismo anterior bihemisférico, evidencia-
do en la PET de pacientes psicóticos con
enfermedad de Huntington, similar a la
hipofrontalidad de los esquizofrénicos[42].
Es posible que la atrofia temprana del nú-
cleo caudado medial aporte a la etiología de
la psicosis.
Síntomas obsesivos compulsivos
Se ha reportado su comorbilidad con la en-
fermedad de Huntington. Sin embargo, un
verdadero trastorno obsesivo compulsivo es
raro en la enfermedad de Huntington. Los
pacientes frecuentemente se encuentran pre-
ocupados por la limpieza y la realización
particular de sus actividades. Se ha sugerido
que el desarrollo de los síntomas se explica
con la lesión del núcleo caudado asociada
directamente con la patofisiología de la en-
fermedad de Huntington, pero también, po-
dría presentarse por alteración en las vías
frontoestriatales[43]. Hubo reporte de un
caso de inicio tardío de enfermedad de
Huntington, asociado a la presentación de
trastorno obsesivo compulsivo[44]. Existe
también un reporte de incremento de la pre-
sencia de síntomasobsesivos en la fase
preclínica de la enfermedad[45].
Delirium
El delirio es común en la enfermedad de
Huntington. Los pacientes en estadios tar-
díos de la enfermedad tienen muy limitada
la movilidad y la ingestión oral, lo que pue-
de llevar a una depleción de volumen, po-
bre nutrición, complicaciones médicas,
alteraciones metabólicas y uso de medi-
caciones que producen, a su vez, efectos
adversos. Por lo general, su origen es
multifactorial. Con frecuencia, puede imitar
otras enfermedades psiquiátricas, ya que
puede acompañarse de alucinaciones, para-
noia o labilidad afectiva. Los pacientes con
somnolencia pueden impresionar como
deprimidos, pero, al ser interrogados
cuidadosamente, no reportan un ánimo de-
primido[38].
Trastornos sexuales
El deseo sexual inhibido y la inhibición del
orgasmo se han reportado en hombres con
una frecuencia de 63 y 56%, respectivamen-
te. En las mujeres, se ha reportado disminu-
ción del deseo en 75% e inhibición del
orgasmo en 42%[46]. También, se han des-
crito otras alteraciones como violación, pro-
128
ARROYAVE P., RIVEROS M., ENFERMEDAD DE HUNTINGTON
miscuidad, incesto, exhibicionismo y
voyeurismo[47]. Estas alteraciones pueden
deberse a síndromes psiquiátricos específi-
cos como la manía, al déficit de
neurotransmisores o a los efectos de medi-
caciones.
Tratamiento
Desde el descubrimiento de la falla genética
causante de la enfermedad de Huntington,
se ha intentado encontrar una cura para la
enfermedad sin que esto haya sido posible.
A pesar de esto, las opciones de diagnóstico
diferencial se han expandido desde la carac-
terización del locus genético en 1993[5].
Actualmente, el tratamiento se dirige al
control de los síntomas que se presentan con
la enfermedad.
No hay evidencia suficiente para con-
cluir cuál es el tratamiento de las alteracio-
nes neuropsiquiátricas en Huntington. En
2004, Bonelli y colaboradores revisaron la
evidencia disponible y no encontraron da-
tos de relevancia clínica. Sobre la evidencia
disponible, deciden recomendar: riluzola,
olanzapina y amantadita, para el tratamien-
to del trastorno de movimiento; inhibidores
de la recaptación de serotonina y
mirtazapina, para el tratamiento de la depre-
sión mayor, y antipsicóticos atípicos, para
el tratamiento de los síntomas psicóticos y
las alteraciones comportamentales. Propo-
nen también psicoterapia, fisioterapia y te-
rapia del lenguaje como ayudantes[48].
Otros autores sugieren usar dosis pe-
queñas de neurolépticos de alta potencia,
como el héiloperidol y la flufenazina o
tetrabenazlna (que causan disminución de
catecolaminas)[49], para suprimir la corea.
Sin embargo, deben administrarse con
precaución por la posibilidad de causar
distonía aguda, parkinsonismo y disqui-
nesia tardía.
También se ha utilizado exitosamente
para el control de la corea, sin que se
incremente la bradiquinesia, la estimulación
bilateral del globo pálido[50].
Se ha propuesto la posibilidad de que
los ácidos grasos no saturados pueden dis-
minuir la agregación poliQ, con la disminu-
ción de la neurodegeneración de esta
enfermedad[9].
Es de resaltar que en investigaciones re-
cientes han encontrado que los ácidos grasos
esenciales (AGE), como el ácido cis-linoleico
y el alfa-linolénico, ambos de cadena larga,
disminuyen los movimientos involuntarios
inducidos por la terapia crónica con
antipsicóticos (disquinesia tardía). Estos
pacientes tienen concentraciones bajas de
AGE en las membranas celulares de la línea
roja. Estas bajas concentraciones se
correlacionan con aparición de movimien-
tos involuntarios que no han sido expuestos
a un antipsicótico. Estos hallazgos han lle-
vado a proponer que el tratamiento con AGE
disminuye estos movimientos en pacientes
con enfermedad de Huntington. Pareciera
que los AGE disminuyen en parte las
interacciones proteína-proteína, al proveer
un ambiente lipídico poliinsaturado con dis-
minución en la agregación celular. Los estu-
dios realizados al respecto en pacientes con
enfermedad de Huntington han mostrado
disminución en los movimientos anormales
con cambios en las imágenes de RM cere-
bral, al compararlos con un grupo placebo[6].
En el futuro se espera poder recurrir a
nuevos enfoques terapéuticos que examinan
el beneficio del trasplante estriatal fetal, ya
el manejo de esta enfermedad hasta el mo-
mento es enteramente sintomático[3].
Conclusiones
La enfermedad de Huntington es una enfer-
medad genética con alteraciones motoras,
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UNIVERSITAS MÉDICA 2006 VOL. 47 Nº 2
entre las que se destacan las psiquiátricas.
La demencia es parte característica de la en-
fermedad y se encuentra una alta frecuencia
de depresión en este grupo de pacientes y su
riesgo suicida es cinco veces mayor que el
de la población general. En la enfermedad
de Huntington, se presentan también psico-
sis, apatía, irritabilidad, síntomas obsesivo-
compulsivos, delirio y trastornos sexuales.
No hay cura para la enfermedad y el trata-
miento se dirige al control de los síntomas
motores y psiquiátricos. Es necesaria la eva-
luación rutinaria de estos pacientes por un
psiquiatra, para detectar las posibles altera-
ciones y prevenir sus consecuencias, entre
las que se incluye la carga del cuidador.
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