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60 . CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA Mayo – Agosto 2006
Pautas de actividad física e inter-
vención básica para afectados de
Espondilitis Anquilosante.
Navarro García, R.; Ruíz Caballero, J.A.; Izquierdo Ramírez, J.M.; Batista Velásquez, M.; Rodríguez Pérez, M.C.; Brito Ojeda, M.E.
Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria. Departamento de
Ciencias Médicas y Quirúrgicas y Departamento de Educación Física. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Introducción
La espondilitis anquilosante es
una enfermedad artrítica degene-
rativa que afecta a la columna ver-
tebral y a las articulaciones perifé-
ricas, causando rigidez y dolor de
tipo inflamatorio en la espalda y
está asociada con otras enfermeda-
des inflamatorias de la piel, ojos e
intestino. Afecta a adultos jóvenes,
principalmente hombres, y suele
presentarse antes de los 30 años.
Su diagnóstico resulta difícil en sus
fases iniciales pasando desapercibi-
da. Cerca de 3 millones de perso-
nas en Europa están afectadas por
esta enfermedad.
Al ser una enfermedad degene-
rativa, el ejercicio físico es básico y
primordial para retrasar los efectos
que conllevan, como el anquilosa-
miento de la columna vertebral.
Por ello es necesario un programa
diario de ejercicios que prevengan,
retarden o corrijan las deformida-
des del aparato locomotor, tratando
estas patologías ya sea en forma de
estiramiento, ejercicios respirato-
rios o simple fortalecimiento. El
ejercicio parece ofrecer a los afec-
tados tanto alivio físico como be-
neficio psicológico.
El sedentarismo y la inactividad
conllevan pérdida del tono muscu-
lar y deterioro óseo, creando una si-
tuación de riesgo para los que pa-
decen espondilitis anquilosante
puesto que acelera los efectos dege-
nerativos y dolorosos. Demasiado
ejercicio puede provocar más dolor
y también es contraproducente, de-
bemos permitirnos el suficiente
descanso.
A continuación se tratarán los
fundamentos básicos relacionados
con la espondilitis anquilosante 
Fundamentación teórica
Según las fuentes existentes el
concepto de espondilitis indica la
inflamación que afecta a las articu-
laciones de la columna vertebral.
Anquilosante significa que tiende a
la fusión rígida de dos o más partes
(anquilosis). No obstante, cabe se-
ñalar que la soldadura total de la
columna vertebral que el nombre
de la enfermedad implica no es la
norma, puesto que muchos pa-
cientes solamente sufren una fu-
sión parcial, a veces limitada a los
huesos de la pelvis.
El proceso inflamatorio ocurre
donde hay una articulación o
donde los tendones y/o ligamen-
tos se insertan como por ejemplo
en el hueso (isquial) de las nalgas
sobre el que nos sentamos, en el
esternón, o donde el tendón se in-
serta en el talón. Como resultado
de la inflamación se produce una
pequeña erosión del hueso.
Cuando la inflamación disminuye,
se produce una cicatrización que
ocasiona el crecimiento del hueso
(hueso reactivo). Tras repetidos
ataques, este hueso desarrollado
puede llegar a rodear el disco ver-
tebral, de esta manera, dos vérte-
bras pueden convertirse en una
mediante un proceso de fusión.
Los ejercicios que deberíamos re-
alizar pretenden evitar o reducir
este proceso.
La causa aún se desconoce aun-
que existen diferentes hipótesis
que se derivan de descubrimientos
importantes desde el comienzo de
los años setenta. La sintomatología
de la espondilitis anquilosante es la
siguiente:
RESUMEN
El pilar básico que consigue retrasar los efectos degenerativos que la es-
pondilitis anquilosante trae consigo es la rehabilitación permanente me-
diante la realización de ejercicios físicos reglados y ejercicios respiratorios
que permitan fortalecer y flexibilizar la espalda para evitar la rigidez y
pérdida de movilidad de la caja toráxica y de la columna vertebral.
La natación es una de las prácticas deportivas más recomendables puesto
que ayuda a ejercitar de una forma equilibrada todos los músculos y articu-
laciones. La práctica deportiva debe estar encaminada a permitir la exten-
sión de la espalda, manteniendo la movilidad de los hombros y caderas.
Se deben evitar los deportes y ejercicios de contacto y colisión física, por
la posibilidad de traumatismo articular y óseo. Así mismo, no son reco-
mendables los deportes asimétricos que tienden a descompensaciones
musculares.
CANARIAS MÉDICA Y QUIRÚRGICA Mayo – Agosto 2006 . 61
Navarro García, R.; Ruíz Caballero, J.A.; Izquierdo Ramírez, J.M.; Batista Velásquez, M.; Rodríguez Pérez, M.C.; Brito Ojeda, M.E.
- Ataques lentos o graduales de
dolor de espalda y rigidez que
duran semanas o meses más que
horas o días
- Edad del ataque poco antes de y
durante la década de los 20
años, más que a cualquier otra
edad. Los síntomas pueden co-
menzar en otros períodos de la
vida, pero es más probable que,
en estos casos, los inicie una en-
fermedad, una herida o se deri-
ven de la necesidad de guardar
cama por alguna convalecencia.
- Rigidez y dolor matutinos, que
desaparecen o disminuyen du-
rante el día con el ejercicio físi-
co.
- Persistencia durante más de tres
meses (más que sobrevenir con
ataques).
- Mejora con el ejercicio, y em-
peora con la inactividad. En los
problemas mecánicos ocurre a
la inversa.
La espondilitis suele comenzar
con dolor en las nalgas, la parte
posterior de los muslos y la pierna
y la parte inferior de la espalda.
Por lo general un lado suele ser
más doloroso que el otro. El dolor
parte de las articulaciones sacroilía-
cas donde la columna se une a la
pelvis.
Cuando se sospecha un diag-
nóstico de espondilitis, el médico
examina la columna, postura y mo-
vilidad del paciente buscando indi-
cios de la enfermedad en otras par-
tes del cuerpo. Existen tres diagra-
mas de la pelvis que ilustran los di-
ferentes estadios del transcurso de
la enfermedad:
- Antes de la enfermedad las arti-
culaciones entre el sacro y la
parte superior de la pelvis o
ilium presentan un aspecto y
una movilidad normal.También
existe este aspecto entre las vér-
tebras.
- La enfermedad en sus etapas
iniciales presenta cambios en el
sacro y la parte superior de la
pelvis.También se observan in-
dicios de cambios que empiezan
a producirse en las articulacio-
nes de las vértebras inferiores.
- La enfermedad en su estadio
avanzado presenta soldadas las
articulaciones sacroilíacas y las
articulaciones de las vértebras se
han unido mediante desarrollos
óseos (osificación) dando lugar
a la conocida “columna de
bambú”.
El tratamiento a seguir sigue
una doble vertiente; una médica y
otra terapéutica rehabilitadora.
Nuestra atención se centrará en la
segunda vertiente que será la que
desarrollaremos a continuación.
Pautas de intervención
Un programa de ejercicios físi-
cos diario y adecuado es funda-
mental para los pacientes con es-
pondilitis anquilosante puesto que
le ayudan a conservar la movilidad
adecuada de cada articulación afec-
tada, así como la funcionalidad en
general de cada paciente. La reali-
zación rutinaria de este programa
tiene un gran beneficio.
El objetivo fundamental es la
movilización general del aparato
locomotor y la ejercitación especí-
fica de aquellas articulaciones más
afectadas como pueden ser la co-
lumna vertebral, la cadera y la caja
toráxica.
Los ejercicios posturales y los
encaminados a fortalecer los mús-
culos del tronco y el desarrollo de
una “conciencia de la postura”
pueden combatir el encorvamien-
to.
Los ejercicios de estiramiento
son beneficiosos en el tratamiento,
así como el ejercicio aeróbico que
ha demostrado un valor superior
como el aeróbic de bajo impacto,
la natación, el acuaerobic, camina-
tas sobre tartán o piso de tierra, sin
olvidar nunca los ejercicios respira-
torios, básicos para el estado salu-
dable de las articulaciones de la
caja toráxica puesto que su anqui-
losamiento dificultaría la respira-
ción.
Hay ocasiones en las que la es-
pondilitis anquilosante es muy
activa y la rigidez muy molesta
haciéndose necesario pasar una
temporada sin trabajar o en el
hospital. Esto no significa que-darse inmóvil porque el coste
que conlleva sería acelerar la an-
quilosis de la columna. Por esta
razón, el periodo de descanso
conlleva la realización de ejerci-
cios para la espalda, el pecho y las
extremidades con el fin de man-
tenerlos flexibles.
La rigidez matutina que viven-
cian los afectados de espondilitis
desaparece a lo largo del día, pero
suele ser la causa de la interrupción
del sueño por el dolor. Por ello es
aconsejable levantarse de la cama y
pasear para tratar de superar la rigi-
dez con ejercicios de torsión y fle-
xo-extensión siempre sin forzar las
articulaciones. Es frecuente sentir
dolor y rigidez crecientes después
de largos períodos sentados, por
ejemplo en el cine o durante un
largo viaje en coche, por ello es re-
comendable realizar paradas cada
espacio de tiempo inferior a 20
minutos para estirar las piernas y
movilizarnos un poco. Luego trata-
remos el tema de los estiramientos
un poco más en profundidad.
Con respecto a las recomenda-
ciones a la hora de acostarse, es
importante que se acueste com-
pletamente llano sobre la espalda y
también que pruebe todos los días
antes de levantarse y antes de acos-
tarse 20 minutos a permanecer en
tendido prono. Esta posición al
principio puede resultar incómo-
da, pudiendo necesitar un cojín
debajo del pecho, pero con la
práctica, a medida que la columna
se relaja, será más fácil. Convertir
esto en un hábito ayudará a evitar
que la espalda y las caderas se de-
formen. Echarse sobre la cama de
espaldas con las piernas colgando
hacia el suelo puede constituir
también un buen ejercicio de esti-
ramiento. A continuación reco-
mendamos realizar ejercicios res-
piratorios intentando concentrar-
nos en la respiración visualizando
su proceso.
Es recomendable una ducha o
baño caliente antes de acostarse y a
primera hora de la mañana porque
reducen el dolor y la rigidez, sobre
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Canarias Médica y Quirúrgica | Vol. 4 - Nº 10 - 2006
todo si se realizan ejercicios de es-
tiramiento al mismo tiempo.
Muchos usan una botella de agua
caliente o una manta eléctrica en la
cama. Algunos también notan que
el frío aplicado a una zona inflama-
da les alivia.
A la hora de las posiciones,
cuando realice cualquier actividad,
preste especial atención a la espalda
de forma que no tenga que incli-
narse. Si se sienta junto a una mesa
fíjese en la altura de la silla.
Procure mover la columna regular-
mente, enderécela y extiéndala
sentándose en postura vertical con
los hombros hacia atrás.
Resulta fundamental estimular
al enfermo a que se mueva y reali-
ce ejercicios físicos hasta donde le
permita el dolor y el trastorno fun-
cional. La realización de deportes
que no entrañen un contacto físico
es recomendable como la natación
que se considera el deporte ideal
para los pacientes espondilíticos
siempre y cuando se realice en pis-
cinas climatizadas porque además
de ejercitar todos los músculos y
articulaciones también ayuda a
mantener la capacidad pulmonar,
que en la espondilitis tiende a re-
ducirse por debajo de lo normal.
A continuación, vamos a efec-
tuar un repaso algunos métodos
utilizados para mejorar la elastici-
dad muscular que han demostrado
la mejor relación eficacia-riesgo.
- Método pasivo estático: el estira-
miento se realiza mediante la
asistencia de un compañero que
moviliza el segmento interesado
hasta alcanzar el tope articular.
El sujeto pasivo no ejerce nin-
gún tipo de fuerza, lo que per-
mite una casi total relajación,
condición indispensable para
conseguir un buen estiramien-
to. Una vez alcanzado el máxi-
mo estiramiento, se mantiene la
posición durante unos segun-
dos y a continuación se regresa
a la posición de partida. La úni-
ca dificultad en la aplicación de
este método surge de la necesi-
dad de contar con un compa-
ñero experto que conozca los
músculos y la técnica correcta
del estiramiento. A partir de
aquí, la comunicación entre su-
jeto pasivo y sujeto activo debe
ser constante a fin y efecto de
sacar el máximo partido de la
técnica y no causar ningún
daño articular, muscular o ten-
dinoso durante su desarrollo.
- Método activo estático: en este
caso es la acción muscular del
ejecutante la que efectúa el es-
tiramiento pudiéndose valer, si
es necesario, de algún medio
material de asistencia (picas,
bancos, espalderas, etc.). Como
en el primer método, se man-
tiene la posición de máximo es-
tiramiento durante unos segun-
dos y a continuación se proce-
de a retirar la tensión. Es el más
utilizado por cuanto no precisa
de la asistencia de ningún com-
pañero y goza, prácticamente,
de las mismas ventajas que cual-
quier método estático.
- Método activo dinámico: el estira-
miento se produce mediante
sucesivos movimientos de ca-
rácter balístico a la acción del
ejecutante. Son bastante comu-
nes en la práctica deportiva.
En lo que movilidad articular se
refiere debemos comprender que
la es una cualidad “involutiva”, esto
significa que nacemos con el máxi-
mo grado de movimiento y con el
paso de los años vamos perdiendo
dicha capacidad, en mayor o me-
nor medida, dependiendo de fac-
tores tales como el sexo, la activi-
dad física, la actividad cotidiana
(sedentaria, activa, moderada etc.),
lesiones, enfermedades como la
que nos ocupa, accidentes etc. La
movilidad articular representa la
posibilidad de mover los segmentos
corporales, a través de sus respecti-
vas articulaciones, en su mayor ran-
go de movimiento posible. La ca-
rencia de movilidad articular en
ciertos músculos, produce severos
inconvenientes tales como:
- Desviación de la postura.
- Dificultad de los músculos a
adaptarse a movimientos explo-
sivos.
- Falta de coordinación.
- Roturas fibrilares ante una exi-
gencia muscular.
Bien, una vez detallados todos
los métodos parece evidente que el
más seguro y eficaz para mejorar la
elasticidad muscular es el estático,
en especial si se realiza de forma
pasiva. Por ello vamos a detallar
una serie de principios destinados a
optimizar el entrenamiento de la
elasticidad basándonos en el men-
cionado método.
1. Antes de proceder al estira-
miento de los músculos hay
que someter a éstos a un ca-
lentamiento de tipo general
mediante alguna actividad
cardiovascular y a un calenta-
miento específico mediante
ejercicios analíticos de inten-
sidad moderada. No es conve-
niente estirar un músculo
hasta límites extremos cuando
ha sido sometido a esfuerzos
de carácter intenso ya que su
capacidad de elongación esta-
rá seriamente reducida.
2. Dedicar unos minutos a rela-
jarse física y mentalmente pero
sin llegar al enfriamiento. No
olvidemos que el músculo se
halla más dispuesto para ser
elongado cuando tiene la tem-
peratura sobreelevada y está
relajado.
3. Comenzar con un estiramiento
suave o "fácil", sostenido por
espacio de unos 20 a 30 segun-
dos y relajar por un espacio de
tiempo que puede oscilar entre
10 y 15 segundos.
4. Después de efectuar uno o dos
estiramientos suaves, pasar al
estiramiento forzado pero sin
llegar al punto de dolor, ya que
esta sensación puede desenca-
denar el reflejo de contracción
involuntaria e impedir la ne-
cesaria relajación. Mantener la
posición de 20 a 30 segundos
y proceder a relajar por un es-
pacio de tiempo de 15 a 20 se-
gundos.
5. El número de estiramientos por
músculo puede oscilar entre
cuatro y cinco pero será el pro-
pio ejecutante quien decida el
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Navarro García, R.; Ruíz Caballero, J.A.; Izquierdo Ramírez, J.M.; Batista Velásquez, M.; Rodríguez Pérez, M.C.; Brito Ojeda, M.E.
número adecuado a sus posibi-
lidades.
Mantener un ritmo respirato-
rio suave y constante, evitando en
todo momento, contener la respi-
ración (bloqueo respiratorio) ya
que ello desencadena la posibili-
dad del fenómeno Valsalva que
eleva la presión sanguínea sistóli-
ca y tiene implicaciones negativas
obvias para las personas hiperten-
sas. El fenómeno Valsalva es defi-
nido como un esfuerzo espirato-
rio contra una glotis cerrada y
puede ocurrir durante la ejecu-
ción de un esfuerzode resistencia
pesada o isométrico.
Este proceso comienza con una
inspiración profunda seguida por el
cierre de la glotis y la contracción
de los músculos abdominales.
Consiguientemente, existe un au-
mento de las presiones intratoráci-
ca e intraabdominal que provoca la
disminución del flujo de sangre ve-
nosa hacia el corazón. Esto se tra-
duce en una disminución del re-
torno venoso que origina una re-
ducción del rendimiento cardíaco
seguida de un descenso momentá-
neo de la presión sanguínea y un
aumento del ritmo cardíaco.
Entonces, cuando se produce la es-
piración, tiene lugar un aumento
de la presión sanguínea y un flujo
rápido de sangre venosa hacia el
corazón con la subsiguiente con-
tracción cardiaca enérgica. Las per-
sonas con antecedentes de enfer-
medad arterial coronaria corren el
riesgo de sufrir un derrame cere-
bral y las que sufren presión san-
guínea alta corren el riesgo de is-
quemia aguda.
Cuadro 1
Ejercicios de estiramiento generales (ANDERSON, Bob. Estirándose. Integral Ediciones, 1992)
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Canarias Médica y Quirúrgica | Vol. 4 - Nº 10 - 2006
Cada estiramiento debería rea-
lizarse al menos cinco veces. El es-
tiramiento debe realizarse en tres
fases:
1. Puesta en tensión, suave, sin "ti-
rones" ni "rebotes", notando la
puesta de tensión del grupo
muscular concreto a estirar.
2. Estiramiento, durante 20 ó 30
segundos para permitir la adap-
tación de los sistemas implica-
dos en la elongación muscular
(aparato de Golgi, huso neuro-
muscular).
3. Relajación, sin brusquedad,
volviendo a la posición de re-
poso de la articulación o las ar-
ticulaciones implicadas en el es-
tiramiento.
La capacidad aeróbica debería
incluirse también en el plan de
ejercicios realizándolos como mí-
nimo tres veces en semana tenien-
do en cuenta que se caracterizan
por: carrera a ritmo variado, trote
continúo y uniforme y carreras a
intervalos de 400 metros.
- Carrera a ritmo variado: se refiere
a trotar durante un tiempo, lue-
go caminar, luego volver a tro-
tar, caminar y así sucesivamente
hasta completar el tiempo de-
terminado.
- Trote continúo y uniforme: tratar
de trotar sin detenerse y man-
teniendo la misma velocidad
durante un tiempo que irá au-
mentando progresivamente: se
empieza con 10 minutos y el
trote final deberá ser de 12 mi-
nutos. Para evitar la fatiga de-
bes mantener tu frecuencia
cardiaca al 70% del máximo (es
decir entre 150 a 170 pulsacio-
nes por minuto aproximada-
mente), para ello debes dete-
nerse cada 3 minutos y tomar-
se el pulso. Si se está por enci-
ma de 170 p.p.m, debes dismi-
nuir un poco la velocidad, si se
está por debajo de 150 p.p.m se
debe aumentar.
- Carreras a intervalo: consisten en
realizar alguna actividad física
previa (ejercicios de flexibili-
dad), de manera que el pulso
(frecuencia cardiaca) alcance un
valor aproximado 120 p.p.m,
luego debes correr una distan-
cia de 400mts a media veloci-
dad y al finalizar se toma el pul-
so inmediatamente, el cuál de-
berá estar entre 150 y 170
p.p.m. Luego se descansa entre
1 a 3 minutos, esperando que el
pulso regrese nuevamente a 120
p.p.m; en ese momento, se debe
realizar una nueva carrera de
400mts, descansar y así sucesi-
vamente hasta completar el nú-
mero de carreras previstas. Al
inicio del lapso se debe realizar
3 carreras de 400mts, las cuales
se incrementarán progresiva-
mente hasta llegar a 4 carreras
de 400mts, pero para esto, se
necesita un desplazamiento a
media velocidad, pues de lo
contrario se deberá trotar antes
de finalizar debido a la fatiga
que puede causar.
- La natación es una buena op-
ción por diversas razones que ya
hemos mencionado a la vez que
es la actividad y el medio ideal
para ejercitar conjuntamente la
respiración junto a la capacidad
aeróbica, los ejercicios de movi-
lidad articular y estiramientos
en el medio acuático. Hay que
tener en cuenta que la climati-
zación de la piscina es primor-
dial en pacientes que padecen
algún tipo de artrosis puesto
que el frío contrae los músculos
y no permite el amplio grado
de movilidad en las articulacio-
nes.
No olvidamos incluir en
nuestro programa un conjunto de
ejercicios respiratorios que con-
tribuirán a mejorar la mecánica
respiratoria. Contribuyen a evitar
la aparición de enfermedades
bronquiales y pulmonares así
como la anquilosis de las vérte-
bras torácicas. Seguidamente se
expondrán algunos de estos ejer-
cicios respiratorios:
- Inspire por la nariz, con la boca
cerrada, moviendo lentamente
los codos hacia atrás, cuando
llegue atrás traiga los codos ha-
cia delante, espirando lenta-
mente por la boca. Repita estos
movimientos 10 veces.
- Flexione el cuerpo hacia ade-
lante aproximando los codos
hasta lograr contactar con las
rodillas, espirando profunda-
mente, luego eche los codos ha-
cia atrás e inspire lentamente.
Repita estos movimientos 10
veces.
- Sentado con una mano detrás
de la nuca y la otra en la cintu-
ra inspire profundamente, eche
el codo hacia delante y espire,
luego cambie de brazos y repita
la misma operación. Repita es-
tos movimientos 10 veces con
ambos brazos.
- Flexione el cuerpo hacia delan-
te, tocar con el codo la rodilla
opuesta, espirando al mismo
tiempo, desplace el codo hacia
atrás e inspire lentamente, luego
cambie de brazos y repita la
misma operación. Repita estos
movimientos 10 veces con am-
bos brazos.
- Con los brazos en cruz inspire
profundamente y lentamente
vaya bajando los brazos espiran-
do. Repita estos movimientos
10 veces.
- Coloque una mano en la cintu-
ra y la otra estirada por encima
de la cabeza e inspire profunda-
mente, baje la mano lentamen-
te y espire, luego cambie de
brazos y repita la misma opera-
ción. Repita estos movimientos
10 veces con ambos brazos.
- Coloque una mano en la cintu-
ra y la otra estirada hacia el sue-
lo espirando profundamente,
suba la mano hacia la cadera e
inspire, luego cambie de brazos
y repita la misma operación.
Repita estos movimientos 10
veces con ambos brazos.
Conclusiones
La sistematización de la prácti-
ca de un programa de actividades
físicas enfocadas al retraso de la
aparición de las consecuencias
que degeneran de artropatías
como la espondilitis anquilosante
es primordial e indispensable para
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Navarro García, R.; Ruíz Caballero, J.A.; Izquierdo Ramírez, J.M.; Batista Velásquez, M.; Rodríguez Pérez, M.C.; Brito Ojeda, M.E.
los afectados. Este programa debe
incluir actividades de diferente
naturaleza:
- Trabajo de movilidad articular.
- Ejercicios específicos de estira-
miento.
- Ejercicios respiratorios.
- Trabajo aeróbico.
- Actividades acuáticas.
Lo ideal es escoger activida-
des que impliquen el uso de to-
das las articulaciones afectadas. Si
elegimos actividades variadas, la
rutina y la monotonía no nos
aburrirán. Los movimientos de-
bemos realizarlos en forma gra-
dual, lenta y suavemente. Si una
articulación está inflamada, no la
ejercite.
El sobreejercitamiento de las
articulaciones es perjudicial, el
descanso es algo de lo que no
nos podemos olvidar. Es tan im-
portante ejercitarnos diariamen-
te como tomarnos los descansos
adecuados. El proceso ofrece me-
jores resultados si intentamos re-
lajarnos y disfrutar de ese tiempo
libre que le dedicamos a nuestro
cuerpo que lo agradecerá y al fin
y al cabo es el que nos acompa-
ñará hasta el final de nuestros
días. Concéntrese y disfrute en la
libertad de movimiento, sobre
todo en el agua, y sea paciente.
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BIBLIOGRAFÍA

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