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EXCEPCIONALISMO EN GEOGRAFIA
Colecci6n "PENSAMIENTO y METODO
GEOGRAFICO", n.O l
Departamento de Geografia
Los trabajos incluidos en la colecciôn "Pensarniento
y Método Geognificos" se publican sin ninguna c1ase
de beneficio econôrnico para los autores 0 colaboradores.
Traducci6n y estudio introductorio
por Horacio Capel Sâez
Fred K. SCHAEFER
EXCEPCIONALISMO EN GEOGRAFIA
UNIVERSITAT DE BARCELONA
PU BLICACIONS
Schaefer y la nueva Geografia
par Horacio Capel Sciez
ESTUDIO INTRODUCTORIO
 
INTRODUCCION
Schaefer y la nueva Geografia
La Geografia es una ciencia que, coma ta l, puede
resultar muy poco satisfactoria -y, desde luego no
10 es en absoluto,-si pensamos en la forma en que,
en ocasiones, se practica en determinados poises.
Esta constatacion, que ha atormentado a tantos
profesionales de la Geografia, se encuentra en la
base de toda una corriente de pensamiento que en
los ultimos quince 0 veinte anos ha tratado de plan­
tearse seriamente ellugar exacto que corresponde a
la Geografia dentro dei conjunto de la ciencia y de
precisar el campo propio y especifico de la inves­
tigacion geogrâfica.
En el arranque de la nueva formulacion teorica y
epistemolôgica de esta corriente aparece en forma
destacada el trabajo de Fred. K. Schaefer Excep­
cionalism in Geography, publicada en la revista
"Annals of the Association of American Geogra-
9
10 H. Capel Sâez
phers" en 1953. El autor, profesor dei Depar­
tamento de Geografia de la Universidad dei Estado
de Iowa, Estados Unidos, murio prematuramente,
antes de ver incluso publicado su articulo.
En este trabajo Schaefer planteo con claridad y
decision la mayor parte de los problemas episte­
molôgicos que las mas destacadas figuras de la
"nueva Geografia "Ean ido desarrollando posterior­
mente. En su importante obra Theoretical Geo­
graphy ' el sueco Willian Bunge utilizo ampliamen­
te las ideas dei articulo, incluso uso manuscritos
inéditos conservados en la "American Geographical
Society" de Nueva York. Posteriormente otros
muchos trabajos han ido desarrollando las ideas de
Schaefer, y puede decirse sin exagerar que es en
estos trabajos donde la escuela cuantitativista an­
glosajona y escandinava encuentra una parte de sus
principios teôricos.
El propôsito esencial de Schaefer es el de poner de
relieve que la Geografia es una ciencia como las
demâs y que debe adoptar cuanto antes métodos
verdaderamente cientificos y originales. La exp re­
sion excepcionalismo, que se utiliza en el titulo dei
trabajo, la ideo Schaefer para designar la linea de
pensamiento que atribuye a la Geografia un caràc­
ter singular entre las ciencias. Dicha posicion hunde
sus raices en una obra temprana e inmadura de
Kant, la Geografia fisica, redactada al parecer
1. BUNGE, William: Theorical Geography, Lund, The Royal Uni­
versity of Lund, Department of Geography. l.a ed. 1962. 2.a ed
ampliada, 1966, 285 pags.
Schaefer y la nueva Geografia 11
en 1756. En el/a el filosofo, convertido en geôgrafo
por necesidades de la docencia, clasifica a la Geo­
grafia y a la Historia como ciencias particulares,
distintas a las demâs y considera que su objeto es la
descripciôn de fenomenos que se dan juntos en el
tiempo 0 en el espacio. Siglo y medio mâs tarde
Hettner, influido por la escuela neokantiana, se
apoyo en la autoridad de Kant para defender el
carde ter excepcional de la Geografia como ciencia;
al igual que él, considera que la Historia y la Geo­
grafia eran excepcionales en el sentido de que am­
bas estudian fenômenos heterogéneos, que ademàs
son irrepetibles y ûnicos, bien en el tiempo 0 en
el espacio. Lo caracteristico de estas ciencias es que
se
_ enfrentan con el problema de explicar 10
ûnico y por consiguiente no pueden tratar de bus­
car leyes, ya que éstas no existen para 10 ûnico.
Es esta idea, que fue posteriormente. . ecogida y
defendida por Hartshorne, la que Schaefer ataca en
su articulo, considerando que la renuncia a la bus­
queda de leyes y la resignaciôn a la simple "des­
cripcion" y "comprensiôn" de los fenomenos es 10
que da a la Geografia su carâcter no cient ifico. 2
2. HARTSHORNE replic6 con su articule Excepcionalism in Geo­
graphy reexamined, "Annals of the Association of American
Geographers", vol. 45, 1955, pags. 205-244, y posteriormente
con la ediciôn de su obra Perspectives on the Nature of Geo­
graphy, Chicago, Rand Mc Nally and Co., 1959. 201 pags, Esta
constituye un resumen y revisiôn de su obra anterior The Nature
of Geography, publicada parcialmente en foma de art iculos y
luego como libro por la Association of American Geographers.
Aunque el nombre de Schaefer es citado una sola vez en el texto
de Perspectives (pâg. 2), es evidente por 10 que se dice a 10 largo
12 H. Capel Sàez
La renuncia a la formulacion de leyes se da sobre
todo en la Geografia regiona 1. Es a ésta a la que
Hartshorne atribuye un carâcter de estudio idiogrâ­
fico, por su dedicacion fundamental a describir las
regiones a las que se consideran como casos unicos,
que no pueden ser explicados mediante leyes. Para
Schaefer el enfoque es erroneo, ya que si bien es
cierto que las regiones son todas diferentes, tam­
bién 10 es que son distintas las piedras y, sin em­
bargo, cabe aplicar a todas ellas la ley de la gra­
vedad. Mas aûn: el hecho de que en algùn casa la
ley de la gravedad parezca no cumplirse, como su­
cede con los aviones, no es prueba de la falsedad de
dicha ley. Lo que ocurre es que resuZta necesario
aplicar en cada casa leyes diversas que expliquen
las variables senciales del casa de que se trate.
Posteriormente la idea fue desarrollada por Bun­
ge
3 el cual piensa que Hartshorne, y con él mu­
chos otros geôgrafos, confunden 10 ûnico con 10
individu al. Las regiones pueden ser individuales,
pero no ùnicas. Siguiendo el camino de Schaefer, el
autor sueco insiste en que los fenomenos ûnicos no
pueden ser explicados mediante leyes generales y
que. por ello la concepciôn de Hartshorne conduce
a la realizacion de una geografia no cient ifica.
\
� .
Para Schaefer la Geografia esta todavia en la fase
juvenil de las clasificaciones, sin haber pasado a la
de la obra que el libro se concibe en buena parte como contes­
taciôn al art iculo de este autor y que muchos de los nuevos
enfoques de la obra se deben a la influencia deI mismo.
3. BUNGE, op. cit., pag. 7 y ss.
Schaefer y 10 nueva Geograf'ia 13
fase adulta de la formulaciôn de leyes. Muchos
otros autores han puesto de relieve igualmente que
la simple acumulaciôn de hechos y la descripcion
de los mismos, aun aceptando que esto se realice
objetivamente, no basta para dar a la Geografia un
carâcter cientifico. De todas formas, Bunge ha ma­
tizado la afirmaciôn haciendo observar el carâcter
cientifico de la descripciôn geogrâfica por el hecho
de que ésta es siempre altamente selectiva, esco­
giendo de entre la multitud de hechos que nos
rodean aquéllos que se consideran significantes de
acuerdo con un cuerpo =mâs 0 menos formulado 0
explicito= de teorias. Es la misma idea que luego
ha desarrollado L. Curry," al recordar el carâcter
selectivo de la descripcion geogrâfica y la condicion
de teorias implicitas y de cuasi-modelos que po­
seen todas las descripciones de relaciones y de pro­
cesos que realizan los geôgrafos.
A pesar de todo, el carâcter verdaderamente cien­
tifico de una disciplina solo aparece cuando se pasa
de la simple descripciôn y clasificaciôn de feno­
menos a su consideraciôn como ejemplos de leyes.
Desde el punta de vista de la Geografia, las leyes
que interesan son las que gobiernan la distribucion
espacial de ciertas caracteristicas en la superficie
terrestre, es decir, las que hacen referencia a la or­
ganizacion espacial s. El olvido de esta por muchos
4. CURRY, Leslie: Quantitative Geography "Canadian Geographer"vol. XI, nùrn. 4,1967, pâgs. 265-279.
5. La delicada cuestiôn de qué ha de entenderse por organizaciôn
espacial y cuâl es el significado de relaciones espaciales ha sido
14 H. Capel Sâez
geografos es =comenta Schaefer- 10 que ha produ­
cido latremenda confusion que existe acerca de la
relacion de la Geografia con las otrassciencias.
La actitud critica ante la descripcion geogrâfica
tradicional y la preocupacion por el establecimien­
to de leyes generales son ideas expresadas por
Schaefer en 1953 y que hoy se encuentran amplia­
mente aceptadas. Sin embargo, desde entonces, se
ha avanzado aùn mas. El gran paso que la "nueva
Geografia" ha dado con respecta al trabajo de
Schaefer, consiste en afirmar que en cierta manera
el conocimiento de las leyes deberâ preceder a la
descripciôn de la realidad, ya que solo de esta
forma sera posible orientarse en el aparente caos de
la realidad. Como se dice en una frase de Sigwart,
ampliamente repetida, y que podria considerarse
uno de los lemas de la nueva Geografia: "Existe en
la naturaleza mas orden dei que aparece a primera
vista, pero el/o no se descubre hasta que este orden
es buscado" 6. La mayor parte de los trabajos de la
nueva escuela parte de esta idea, la cual, por otra
parte, habia sido ya explfcitamente formulada en
1933 por W. Ch ris taller en el prologo de su libro,
que ha pasado a ser una especie de Biblia de la
nueva Geografia. Christaller al plantearse el pro­
blema de explicar el tamaiio, numero y distribu-
arnpliarnente discutida por BUNGE en un cap itulo de su Theore­
tical Geography (op. cit. pàgs. 203 y ss.).
6. Citada por P. HAGGETT y R. J. CHORLEY: Models in Geo­
graphy, Londres Methuen and Co. Ltd. 1967 (cap, I, Models,
paradigms and the New Geography, pag. 20).
15Schaefer y la nueva Geograf'ia
cion de los nùcleos urbanos y tratar de descubrir
las leves que los rigen rechaza la investigacion geo­
grâfica tradicional. En lugar de ello trata de [or­
mular una teoria "con una validez completamente
indep endient e de 10 que la realidad aparenta, pero
valida solo por virtud de su logica"; esta teoria
podria ser entonces "confrontada con la realidad. ..
(para ver) en qué parte la realidad corresponde a la
teoria, en qué parte es explicada por el/a y en qué
aspectos la realidad no corresponde con la teoria. ..
Los hechos inexplicados, deberân ser entonces ela­
sificados utilizando los métodos geogrâficos e his­
toricos porque implican resist encias condicionadas
por razones personales, historicas y naturales
- factores todos que causan desviaciones de la teo­
ria. Estos hechos no tienen nada que ver con la
teoria en si, y no pueden ser esgrimidos coma
pruebas contra la validez de la teoria". 7 La idea es
auténticamente revolucionaria y conduce a una re­
vision dei método geogrâfico la cual de hecho cons­
tituye un auténtico giro copernicano: [rente al
método tradicional que primero describe los hechos
y luego se preocupa de interpretarlos y compren­derlos, el nuevo método formula hipotesis y luego
procura observar si los hechos se corresponden a la
7. CHRISTALLER,W.: Die zentralen Orte in "Süddeustchland,Jena, Fischer 1953 (Trad. inglesa por C. Baskin, The Central
Places of Southem Germany, Englewod Cliffs, Prentice Hall,1966, pâgs. 1 a 7). La cita apa.rece reproducida en la nota necro­lôgica realizada por B. J. L.'BERRY y Ch. D. HARRIS: WalterChristaller: an appreciation, "Geographical Review" vol. LX,enero 1970, pâgs. 116·17.
16 H. Capel Sciez
teoria establecida, comprobando de esta forma la
validez de las hipotesis.
En la polémica tradicional que en ocasiones ha
opuesto, dentro de nuestra disciplina, a la Geogra­
fia regional y sisternâtica, Schaefer toma partido
decididamente sefialando los defectos de este enfo­
que dualista que, desde lu ego, no constituye nin­
gun carâcter que dé originalidad a la ciencia geo­
gràfica. Para élla primera solo tiene sentido cuando
se aplican los principios de la Geografia sistemâtica
al ârea en cuestion, ya que unicamente as! es po­
sible establecer leyes de valor general. La Geografia
sistemàtica es la que formula las leyes que luego se
aplican en el anâlisis regional. Desde luego, queda
clara que estas leyes solo podràn formularse a par­
tir dei anâlisis de cierto numero de regiones y no
del examen de una sola.
El valor principal dei estudio regional, piensa
Schaefer, es que permite la experimientacion en
Geografia. En realidad, la region es coma el labo­
ratorio en el que la validez de las leyes formuladas
par el geografo sistemâtico ha de ser comprobada.
Par el/a, para que los estudios regionales sean fruc­
t iferos debe existir primera un cuerpo de leyes
formuladas y unas hipotesis que verificar. Eviden­
temente, recuerda Schaefer, cada region sera dis­
tinta, en el sentido de que se dard en el/a una com­
binacion particular de fenomenos y habrâ que re­
currtr a leyes diferentes para explicarlas. En cual­
quier casa, Schaefer piensa que una region no es un
todo distinto de sus partes, coma algunos han po­
dido sostener. Coma se ve, es éste un enfoque muy
Schaefer y la nueva Geografia 17
diferente al que se ha dada tradicionalmente par
muchas autores a los que, siguiendo singularmente
las ideas de la escuela francesa de las anos 1920-40,
no es raro air proclamar la necesidad dei es tudio
regional coma un trabajo completa par si mismo
realizado coma una especie de culminacion de la
investigacion geogràfica.
En relaciôn con esta critica de la nocion tradi­
cional dei estudio regional 8 esta la oposicion de
Schaefer a otra idea que también es frecuentemen­
te repetida par muchas geografos: la de que el
geografo se enfrenta a una tarea mucha mas corn­
pleja que la de otros cient ificos sociales al tener
que "integrar" hechos "camp lejas
"
de tipo muy
diverso, de caràcter fisico y humano. Coma el
8. En relaciôn con la linea de pensamiento expuesta por Schaefer
ha surgido en la Geograf ia norteamericana un interés creciente
por el estudio de sistemas, en detrirnento de los estudios regio­
nales que han sufrido una cierta desvalorizaciôn. Véase, como
ejemplo, la escasa atenciôn que se presta a la Geografia regional en
la obra colectiva The Science of Geography, "Report of the Ad
Hoc Committee on Geography, Earth Sciences Division, Na­
tional Acaderny of Sciences-National Research Council", Publi­
caciôn 1277, Washington, D. C. 1965, 80 pâgs. En ella se adopta
el punto de vista de limitar el estudio geografico, como trabajo
cien tifico, al anâlisis de sistemas. Naturalmente esta tendencia
no es compartida por todos los geôgrafos, como 10 prueba el
comentario realizado por Richard S. THOM AN a la ob ra ante­
rior (Sorne comments on "The Science of Geography" "The
Professional Geographer", Washington, XVII, 1965, n.? 6, pags.
8-10) en el que no acepta que éste sea el ûnico enfoque
posible en la Geograffa y en el que Hama la atenciôn sobre el
hecho curioso de que los geôgrafos abandonen la preocupaciôn
por la region en cl preciso momento en que otros cient ificos
descubren el intcrés de su estudio.
18
H. Capel Saez
geografo solo tiene que tratar con variables espacia­
les, su tarea puede resultar, en realidad, mucho mâs
sencilla que la de otros cient ificos sociales, como
por ejemplo el sociologo 0 antropôlogo. En cierta
manera, piensa Schaefer "el geografo proporciona
solo el marco para posteriores estudios de otros
cient ificos sociales" y ùnicamente cuando el traba­
jo de éstos se ha realizado también, es cuando
podrâ conseguirse plenamente la comprension de
un ârea.
Lo que constituy e la peculiaridad de la Geografia
es que las leyes que le interesan, ademâs de hacer
referencia a la organizacion espacial, son esen­
cialmente de tipo morfologico. "Las leyes estricta­
mente geogràficas no tienen referencias al tiempo y
al cambio ". dice Schaefer. El anâlisis de los proce­
sos que conducen a la situacion presente cae fuera
dei campo de la Geografia, y para investigar éstos
el geografo debe .contar con la cooperacion de
otros cient ificos sociales 9. Mâs adelante, sin em­
bargo, el mismo Schaefer se ve obligado a matizar
esta grave afirmaciôn cuando acepta la preocupa­
ciôn por las leyes de procesos dentro dei campo
geogrâfico. AI clasificar las leyes que interesan a la
Geografia distingue tres tipos. En primer lugarlas
9. Este aspecto dei pensamiento de Schaefer no ha sido seguido, sin
embargo, pOT otros au tores que consideran que el analisis de los
procesos es también esencial en la investigaciôn geografica. Véa­
se, por ejemplo, HARVEY, D.:Models of the evolution of spatial
patterns in Human Geography, in HAGGETT an CHORlEY:
Models in Geography, op. cit., 1967, pâgs. 549-808.
Schaefer y la nuevo Geografia 19
leyes que interesan a la Geografia [isica, que no
son propiamente geogrâficas, sino tomadas de otras
ciencias, en segundo lugar leyes humanas, que en
parte son de interés comûn con la economia, como
la teoria de la localizacion espacial, aunque la
Geografia insistiria sobre todo en los aspectos
morfolôgicos; por ultimo, las leyes de procesos que
pertenecen a todo el campo de las ciencias sociales.
En cualquier caso, para que la Geografia tenga un
caràcter verdaderamente cient ifico, las leyes que
descubre y formula han de permitir realizar previ­
sion es. Al igual que otras muchas ideas de Schaefer,
ésta ha sido también aceptada y repetida posterior­
mente por otros muchos autores, como es el casa
de Bunge. 10
El problema de la predicciôn conduce a plantear
desde una perspectiva inédita el viejo y debatido
problema dei determinismo'}. Schaefer sefiala que
el determinismo geogrâfico no es mas que una teo­
ria cient ifica que puede ser discutida, pero que el
atacarlo no representa atacar también la idea, esen­
cial para la ciencia, de la existencia de ley es de
valor universal. También aqu i el camino abierto al
plantear asi la cuestiôn ha sido decididamente se­
guido después por otros. Burton, en su conocido
10. BUNGE, op. cit., pàg. 7 y ss.
11. TERAN, M. de: Determinismo, probabilismo y posibilismo,
"Estudios Geogrâficos" Madrid, vol. XVIII, 1957, n.o 67-68,
pâgs. 151-308.
20
H. Capel Sâez
" 12
articulo sobre la "revoluciôn cuantitativa,
. .. ûni-pzensa que la reacciôn contra el determlnzsmo
camente sirvio para retrasar la ilegada de la �evo­
lucion cuantitativa Y el establecimiento dei caracter
cicnt ifico de la Geografia. Mas recientemente,
W K D. Davies 13 sostiene igualmente que la escue-:
la posibilista francesa signifiee un grave retroceso
desde el punto de vista cient ifico frente a la co­
rriente determinista de fines dei siglo XIX, que
tiene sus raices en la obra de Darwin. Segûn dicho
autor el determinismo intenta "expresar sus con­
clusiones coma leyes, conectadas deductivamente
dentro de un cuerpo de teorias, al tiempo que se
insistia en la importancia de las generalizaciones".
Para Davies, el posibilismo de -la escuela francesa,
con su insistencia en la libertad individual humana
condujo inevitablemente a la consideraciôn de
casos ûnicos e irrepetibles y a la insistencia equi­
vocada en la descripcion regional, a partir de la cual
es imposible establecer leyes generales. Indepen­
dientemente de 10 que se piense de estas ideas debe
reconocerse su ex traordinario valor como saludable
revision de conceptos que entre nosotros habian
pasado a estar firmemente aceptados.
12. BURTON, lan: The quantitative revolution and theorical Geo­
graphy, "The Canadian Geographer" vol. 7, 1963, pàgs,
151-162.
13. DA VIES, Wayne K. D.: Theory, Science and Geography, Tijd­schrift voor Economische en Sociale Geografie", vol. 57, julio­
agosto 1966, pâgs. 125-130. Este trabajo y el de BURTON
aparecen reproducidos en la obra de Peter AMBROSE: Analy­tical Human Geography, Londres, Longman, 1969, pags.
26-43 y 44-56.
Schaefer y la nueva Geografia
La capacidad de predecir es 10 que, segûn Burton,
constituye la prueba decisiva que demuestra la
validez de cualquier teoria' geogrâfica 14 . Pero esta
claro que estas prediceiones no podrân ser abso­
lutas, pues como Davies ha seiialado, en un mo­
mento en que la [isica moderna ha descubierto el
principio de indeterminaci6n no puede pretenderse
que la Geografia realice unas predicciones que
otras ciencias han abandonado. La Geografia se ve
obligada a introducir, como otras ciencias, el azar,
y naturalmente, a tener en cuenta 10 que tanto
preocup6 a los posibilistas: la capacidad humana
para tomar a un nivel individual una decision que
es totalmente imprevisible. La ciencia moderna
permite hoy introducir y aceptar el azar a nivel
individual 0 de detalle y al mismo tiempo reco­
nocer unas probabilidades a nivel colectivo 0 de
conjunto. De aqu i que cada vez mas la nueva Geo­
grafia sustituya los modelos deterministas por los
mode los estocâsticos en los que se introduce 10
aleatorio y en los que la probabilidad desempeiia
un papel fundamental . IS
Se comprende fâcilmente que la exigencia por el
nivel cient ifico de la Geografia conduzca de forma
ineludible al aumento de la cuantificacion y a la
14. BURTON, op. cit., (in AMBROSE, op. cit., pâg. 35). En la
misma linea de pensamiento, un afio antes, BUNGE habla
afirmado: "If a theory can not predict it has not discovered a
rule of reality" (Theoretical Geography, pàg. 2).
15. Véase HAGETT and CHORLEY: Models in Geography,
op. cit., sobre todo pâgs. 501 y ss.
21
22 H. Capel Sâez
matematizacion creciente de la disciplina 16. El
camino, desde el punto de vista reôrico, se encuen:
tra también seiialado en el art iculo de scnceïer. el
cual piensa que la Geografia se encuentra relati­
vamente bien situada, respecto a las otras ciencias
sociales, para adquirir fâcilmente este nivel cicnt i­
fico, debido al caràcter de los objetos que estudia y
a los métodos que puede utilizar. Esta matemati­
zacion creciente=que no significa simplemente una
mayor utilizacion dei câlculo, sino. sobre todo, el
empleo de modelos matemâticos refinados y el usa
de razonamientos lôgicos=, constituye la base de la
que Burton ha llamado la revolucion cuantitativa,
iniciada en la década de los cincuenta, que culmina
entre 1957 y 1960, y segûn él totalmente realizada
ya en 1963, aiio en que escribiô su art iculo. La
afirmacion quizâs sea cierta para los paises anglo­
sajones, pero evidentemente no 10 es para otros
païses europeos, como Francia, donde aun hoy
pueden oirse encendidas discusiones sobre la nece­
sidad de seguir este camino 17. Sin embargo, aun
16. Véase por ejernplo, la obra de John P. COLE y Cuchlaine
A. M. KING, Quantitative Geography, Techniques and Theo­
ries in Geography, Londres, John Wiley and Sons Ltd. 1968, y
la de Peter HAGGET: Locational analysis in Human Geo­
graphy, Londres, Edwar Arnold, 1965, 340 pags. Desde 1969la
revista "Progress in Geography" editada en Londres por
Ch. BOARD, R. J. CHORLEY, P. HAGGETT y D. R. STOD­
DART se ocupa de informar regularmente sobre los progresos
en el campo de la Geograffa cuantitativa.
17. Asi, por ejernplo, en las J ornadas Geograficas de la "Associa­
tion de Geographes Français" celebra da en Aix-en-Provence en
marzo de 1969, se pudieron observar claras reticsncias ante la
Schaefer y la nueva Geograjia
sin negar la justeza de algunas de las criticas, debe
reconocerse que éstas han sido realizadas en su
mayor parte por geografos que no dominan los
instrumentos precisos para el anàlisis cuantitativo.
Frente a estas criticas aumenta cada vez mas el
numero de los geografos que piensan que "la cuan­
tificacion debe llegar a ser un instrumento privi­
legiado en toda investigacion geografica". El autor
de esta frase, 1. B. Racine 18 , un geografo formado
en los métodos tradicionales y convertido al cuanti­
tativismo, piensa que "la formulacion cuantitativa
es la unica que p ermite utilizar plenamente los re­
cursos de la teoria dei anàlisis de los sistemas y, por
consiguiente, dei ordenador, que es en si mismo un
sistema ", y que ademâs, "el método cuantitativo es
el ùnico que permite descubrir las relaciones que
escapan a la observacion emp irica de manera tal
que sea posible verificar su fiabilidad". Lineas atrâs
nos referiamos a la actitud critica, que aparece ya
en Schaefer, ante la descripcion tradicional. La
nueva descripcion, conscientemente selectiva, se
basa fundamentalmente en el empleo de modelos a
través de los cuales se presentan de forma genera-
Geografia cuantitativa por parte de conocidas figuras de la Geo­
graf'ia francesa. Véase un resumen de estas discusiones en
H. CAPEL: La crisis de la Geografia y las Jornadas Geogrâficas
de Aix-en-Provence, "Revista de Geograf'ia". Universidad de
Barcelona, vol. IV n.? l,junio-diciembre, 1970, pâgs. 189-195.
18. RACINE, J. B. Geographie quantitative et Geographie Qualita­
tive: Le sens et la portée d'un debat, y Geographie quantitative
et Geographie qualitative: Une cristallisation prematurée des
points de vue, Universidad de Otawa, 1970 (ejemplar polico­
piado).
23
24 H. Capel Soez
lizada las relaciones a caracteristicas consideradas
significativas de la realidad que se intenta des­
cribir 19. Pues bien, hay se acepta ampliamente
que san precisamente la cuantificacion y ellenguaje
matemàtico las mejores medios para expresar las
modelos y las generalizaciones, puesto que sola asi
se podrân evitar las imprecisiones y las contradic­
ciones de una exposicion literaria a verbalizada.
A lgunos van todav ia mas lejas y consideran que las
técnicas cuantitativas -par ejemplo, el usa de la
estadistica matematica- permiten superar el viejo
problema de la falta de experimentacion en Geo­
grafia, sustituyéndola par el tratamiento estadis­
tico de las observaciones 20. Aunque todavia na
plenamente aceptada, la cuantificacion de nuestra
disciplina ha avanzado considerablemente desde las
dias en que se editaba el trabajo pionero de Schae­
fer. La Geografia cient ifica, cuantitativa y teorica
que deseo . encuentra cada vez mas partidarios.
Esperemos que la publicacion de este trabajo con­
tribuya a popularizar sus ideas entre las geografos
hispanos.
1ft * *
Con la publicacion del presente trabajo el Depar­
tamento de Geografia de la Universidad de Borce­
lana se propone iniciar una serie de publicaciones
de obras esenciales en el p ensamiento geogrâfico,
19. HAGGET y CHORLEY: Models in Geography, op. cit. pâg. 22.
20. Véase RACINE, op. cit.
Schaefer y la nueva Geografia 25
para hacerlas asi asequibles a nuestros estudiantes.
Nuestra atencion se dirigirâ fundamentalmente a
las realizaciones de escuelas geogrâficas hasta ahora
poco conocidas en Espaiia (la inglesa y norteame­
ricana, la escandinava, la alemana, la rusa, la po­
laca ) procurando asi contrapesar la unilateral in­
fluencia que la escuela francesa ha tenido tradi­
cionalmente en nuestro pais.
Solo nos resta agradecer al profesor Nystron, secre­
tario de la "Association of American Geographers"
el permiso. que amablemente ha concedido al De­
partamento de Geografia de la Universidad de
Barcelona y a las Ediciones de la misma Univer­
sidad para la traduccion y reproduccion del trabajo
de Schaefer, publicado originariamente en el
vol. 43, aiio 1953, de los "A nnals".
HORACIO CAPEL
 
EXCEPCIONALISMO EN GEOGRAFIA
UN ANALISIS METODOLOGICO
 
EXCEPCIONALISMO EN GEOGRAFIA.
UN ANALISIS METODOLOGICO*
La metodologia de una disciplina no es un ca­
jon de sastre de técnicas especiales. En geografia,
técnicas tales coma la elaboraciôn de mapas, los
"rnétodos" de ensefianza, 0 las exposiciones histô­
ricas sobre el desarrollo de la ciencia se toman con
frecuencia, erronearnente, coma metodologia. El
proposito de este trabajo es el de contribuir a di­
sipar esta confusion. La metodologia propiamente
trata de la posiciôn y objeto de una disciplina den­
tro deI sistema total de las ciencias, y del caracter y
naturaleza de sus concept os.
La metodologia se enriquece con el cambio y la
evolucion. En una ciencia activa los conceptos es-
* Doy sinceramente las gracias al profesor Gustav Bergmann, dei
Departamento de Filosof ia de The State University of Iowa, por
ha ber lefdo amablemente el manuscrito y haberme hecho suge­
rencias muy valiosas.
29
30 Fred K. scnaeîer
tan siendo continuamente refinados 0 totalmente
desechados. Las leyes y las hipotesis son, segun los
casos, confirrnadas 0 descartadas 0, en ocasiones,
reducidas a la situaciôn de aproximaciones mas 0
menos satisfactorias. La metodologia es la logica de
este proceso. Es por ello por 10 que las discusiones
metodolôgicas son, sobre todo, en las disciplinas
jôvenes, una sefial de salud. Vista bajo esta. pers­
pectiva, la metodologia de la geografia es derna­
siado complaciente. Algunas ideas fundamentales
han permanecido indiscu tidas duran te décadas a
pesar de que existen poderosas razones para dudar
de ellas. Otras, media olvidadas, yacen dispersas,
expuestas a una lenta erosion, coma los tells de la
llanura deI Irak. Spethmann 1 puso esto de relieve
cuando lamentaba en 1928 que la metodologia que
Hettner 2 acababa de publicar era en 10 esencial
una colecci6n de articulos que tenian veinte 0
treinta afios, en un momento en que casi todas las
ciencias experimentaban cambios y progresos casi
febriles. Si pasamos a Norteamérica, podemos afia­
dir que en 1939 Hartshorne ' volvi6 a formular
muchas de las ide as de Hettner con pocos cam bios
y escasa critica. Y 10 que es peor todavia, la propia
1. Hans SPETHMANN Dinamische Lànderkunde, Breslau, 1928.
p.119.
2. Alfred HETTNER, Die Geographie, ihre Geschichte, ihr Wesen
und ihre Methoden, Breslau, 1927.
3. Richard HARTSHORNE, "The Nature of Geography", Annalsof
the Association of American Geographers, XXIX (1939): 171-658
(Se han hecho nuevas ediciones). Las paginas que citamos perte­
necen a la cuarta ediciôn (1951).
31Excepcionalismo en Geografia
obra de Hartshorne, indudablemente un hito im­
portante en la historia del pensamiento geografico
norteamericano, ha permanecido indiscutida en los
trece afios que han transcurrido.
La bibliografia metodolôgica es reducida.
Alexander von Humboldt, que ha sido llamado,
con razon, el padre de la ciencia geogrâfica, fue
también el primer autor relativamente moderno
que presto atencion a la lôgica de sus conceptos.
Dos generaciones transcurrieron antes de que Hett­
ner realizara la siguiente contribucion importante.
Pero solo dos afios después de la aparicion del libro
de Hettner un filosofo de la ciencia austriaco, Victor
Kraft 4, publicô un ensayo sobre esta disciplina
que todavia no ha sido superado en cuanto a ela­
ridad y sintesis. Aparte de estos trabajos, la obra de
Hartshorne en Norteamérica ha sido ia ünica apor­
taciôn y con mucho la mas importante de las re­
cientes. De la discusion que seguirâ a continuacion
quedara claro que mientras Hartshorne sigue a
Hettner, bastante fielmente en algunos aspectos,
puede decirse que Kraf continua mas de cerca las
tradiciones de Humboldt.
4. Victor KRAFT: "Die Geographie als Wissenschaft" in Enzyklo­
padie der Erdkunde, ed. Oskar Kende. Leipzig, Wien, 1929.
1
Los ge6grafos que han escrito sobre el objeto y
naturaleza de la geografïa comienzan con frecuen­
cia de forma apologética, coma si tuvieran que jus­
tificar su misma existencia. Y extrafiamente -0
quizas no tan ex trafiamente, psicol6gicamente
hablando- llegan a reivindicar demasiadas cosas. En
tales escritos la gcografia, junto con la historia,
aparece coma la "ciencia integradora", comple­
tamente distinta a las otras disciplinas y cuya (mica
importancia encuentra su expresi6n en los métodos
especiales que debe usar para alcanzar sus pro­
fundos resultados. Por desgracia, los resultados
reales de la investigaci6n geografica, aunque no
deben ser minimizados, estan un poco faltos de
estas profundas y grandiosas visiones que uno espe­
raria de tan exuberantes caracterizaciones de la
disciplina. En realidad el desarrollo de la geografia
ha sido mas lento que el de algunas de las otras
ciencias sociales, como por ejemplo la economia.
Parte de este retraso quizas se deba a las irreales
32
Excepcionalismo en Geografia
am biciones que ha hecho nacer la confusa idea de
una (mica ciencia integradora con una ùnica rneto­
dologia propia. Por otra parte, no hay necesidad de
defensas que con mucha frecuencia preceden a
lamentaciones exageradas. Después de todo, la exis­
tencia de una disciplina es principalmente un resul­
tado de la divisi6n del trabajo y no necesita nin­
guna justificaci6n"rnetodologica" En este obvio
sentido la geografia es sin ninguna duda un impor­
tante campo.
Con el desarrollo de las ciencias naturales en los
siglos XVIII y XIX quedo claro que la mera des­
cripcion era insuficiente. La descripci6n, incluso si
es seguida por una clasificaci6n, no explica la for­
ma en que se distribuyen los fen6menos en el
mundo. Explicar los fen6menos que se han descrito
significa siempre reconocerlos coma ejemplos de
leyes. Otra forma de decir 10 mismo es insitir en
que la ciencia no esta tan interesada en los hechos
individuales coma en los patrones que presentan.
En geografia las variables fundamentales desde el
punto de vista de la elaboraciôn de patrones son
naturalmente las espaciales, estan regidas por leyes.
Para esta nueva clase de trabajo deben facilitarse
instrument os en forma de conceptos y leyes. De
aqu i que la geografia tenga que ser concebida co­
mo la ciencia que se refiere a la formulaci6n de
leyes que rigen la distribuci6n espacial de ciertas
caracteristicas en la superficie de la tierra. Esta ùl­
tima limitaci6n es esencial: con el notable desarro-
110 de la geofisica, la astronomia y la geologia, la
geografia ya no puede seguir tratando de todo
33
34 Fred K. Schaefer
nuestro planet a, sino solo de la superficie del m is­
mo y "de los f'enômenos terrestres que ocupan su
espacio't.ê
Humboldt y Ritter reconocieron como el obje­
to fundamental de la geografia el estudio de la
forma en que los fenômenos naturales, incluyendo
el hombre, se distribuyen en el espacio. Esto im­
plica que los geôgrafos deben describir y explicar la
forma en que las cosas se combinan "para ocupar
un area". Naturalmente estas combinaciones se
modifican de un ârea a otra. Areas distintas contie­
nen distintos factores 0 los misrnos factores en
diferentes com binaciones. Tales diferencias, bien
en la combinaciôn de factores 0 bien en su dispo­
siciôn de un lugar a otro, constituyen el fun­
damento de la nociôn, de sentido cornûn, de que
las âreas son diferentes. Siguiendo a los geôgrafos
griegos este punto de vista es denominado corogrâ­
fico 0 corologico, segùn el nivel de abstracciôn. La
geografia, pues, debe prestar atenciôn a la disposi­
ciôn espacial de los fenôrnenos en un ârea y no a
los fenomenos mismos. Lo que importa en geogra­
fia son las relaciones espaciales y no otras. Las
relaciones no espaciales existentes entre los feno­
menos en un ârea constituyen el objeto de otros
especialistas tales coma los geôlogos, antropôlogos
y economistas. De todas las limitaciones que afec­
tan a la geografia ésta parece ser la mas dificil de
observar para los geografos. Incluso, a juzgar por
5. Carl RITTER: Uber die historischen Elemente in der geogra­phischen Wissenschaft. Berlin, 1833, p. 45.
Excepcionalismo en Geografia 35
algunas investigaciones recientes, los ge6grafos no
siempre distinguen claramente entre, por ejemplo,
las relaciones sociales, por un lado, y las relaciones
espaciales entre factores sociales por otro. Real­
mente, puede decirse sin exagerar que la mayor
parte de 10 que se encuentra en un ârea determi­
nada es de primario interés para otros cientificos
sociales. Por ejemplo, las conexiones entre ideolo­
gia y comportamiento politico 0 las existentes
entre los caracteres psicolôgicos de una poblaci6n y
sus instituciones econ6micas no conciernen al
ge6grafo. Si intenta explicar tales cuestiones el geo­
grafo se convierte en un aprendiz de todo y oficial
de nada. Lo mismo que los otros especialistas el
ge6grafo haria mejor en cultivar su especialidad, es
decir, el estudio de las leyes referentes a la organi­
zaci6n espacial. Pero ello no significa que algunas
de estas leyes "geogràficas" no sean de interés a
otras disciplinas.
Kraft, comentando a Humboldt ya Ritter, coin­
cide con ellos en que la geografia es, por 10 menos
potencialmente, una ciencia que trata de descubrir
leyes; en que esta limitada a la superficie de la
tierra; y en que es esencialmente corol6gica. Inci­
dentalmente, piensa también que esto basta para
situar a la geografia 16gicamente aparte, coma una
disciplina independiente.
El punto de vista corol6gico enfrenta a la geo­
grafia con un problema que ha producido mas
malentendidos y controversias metodo16gicas que
cualquier otro. Las investigaciones de los ge6grafos,
sean ge6grafos fisicos econ6micos 0 pol iticos, son
36 Fred K. Schaefer
de los diferentes tipos: sistemâticas 0 regionales.
Una region contiene, sin duda, una corn binacion
singular, ùnica, e incluso en algunos aspectos uni­
forme, de especies 0 categorias de fenomenos. El
detalle con que el geôgrafo regional describe,
enumera 0 cataloga estos rasgos al comienzo de su
investigaciôn depende, naturalmente, del tamafio
de la region considerada. A continuaciôn deseara
reunir inforrnaciôn sobre la distribuciôn espacial de
los individuos en cada clase. Pero también esta
inforrnaciôn pertenece a sus datos mas que a sus
resultados, pues en realidad no va mas alla de la
mera descripciôn, Su tarea especifica coma cient i­
fieo social comienza solamente en esta fase. Prime­
ramente debe tratar de hallar estas relaciones exis­
tehtes entre los individuos y las clases en virtud de
las cuales el ârea considerada posee ese caracter
unitario que hace de ella una region. En segundo
lugar, debe identificar las relaciones que existen en
dicha ârea particular coma ejemplos de las interre­
laciones causales que -en virtud de leyes generales
entre tales caracteristicas- mantienen en todas las
circunstancias conocidas los individuos, las clases
o cualesquiera otras categorias que se posean. Este
segundo paso conduce, pues, a una aplicacion de la
geografia sistematica al area en cuestiôn. Solo
cuando se han dado estos dos pasos puede decirse
que se ha logrado un conocirniento cientifico de la
region.
Llegamos as! a la geografia sistematica. Su mé­
todo no es diferente en principio deI de cualquier
otra ciencia social 0 natural que trate de establecer
Excepcionalismo en Geografia 37
leyes 0 -10 que significa 10 mismo- haya alcan­
zado la fase sisternâtica. Las relaciones espaciales
en tre dos 0 mas clases especificas de fen6menos
deben ser estudiadas en toda la superficie terrrestre
para poder obtener una generalizaci6n 0 ley. Acep­
temos, por ejemplo, que encontramos dos fen6-
menos que se dan frecuentemente en el mismo
lugar. Puede entonces formularse una hip6tesis que
establezca que siempre que en un lugar aparezcan
los miem bros de una clase, los de la otra clase apare­
ceran también alli, bajo las condiciones especifica­
das por la hip6tesis. Para comprobar tal hip6tesis el
ge6grafo necesitarâ un numero suficiente de casos
y de variables mas amplio que el que puede en on­
trar en una sola regi6n. Pero si ello es confirmado
en un numero suficiente de casos, entonces la
hip6tesis se convierte en una ley que puede ser
utilizada para "explicar" situaciones aùn no consi­
deradas. Las condiciones actuales de nuestra disci­
plina muestran un estado de desarrollo, bien cono­
cido de otras ciencias sociales, en el cual la mayor
parte de los ge6grafos todavia estân preocupados
con las clasificaciones en lugar de tratar de establecer
leyes. Ya sabemos que la clasificaci6n es el primer
paso en cualquier tipo de trabajo sisternatico. Pero
cuando no llegan a darse los otros pasos que siguen
lôgicarnente y la clasificacion llega a ser el fin de la
investigaciôn cient ifica, entonces el campo cient i­
fico de que se tra ta se hace estéril.
La actual falta de claridad acerca deI papel rela­
tivo y de la importancia de la geograf îa regional y
de la sistematica puede probablemente ser ras-
38 Fred K.
Schaefer
treada segùn la preferencia dada a una u otra en
los
distintos periodos de la historia de la disciplina.
Por ejemplo: el ge6grafo fisico, al sentir mas
de
cerca el impacta del desarrollo de las ciencias natu­
rales, sinti6 a veces la necesidad de instrumentos
espec ificamente propios en la forma de funciones,
reglas 0 leyes. La geografia fisica tuvo por ello una
fase, a fines del sigloXIX, en que se concentré
sobre la investigaci6n sistemâtica a expensas de los
estudios regionales. Algunos de estos autores apa­
rentemente sintieron que la investigaci6n regional,
al no conducir directamente a la formulacion de
leyes, no valla la pena de ser realizada y por consi­
guiente deb ia ser abandonada. Posteriormente, a
comienzos de nuestro siglo, cuando el interés
comenz6 a desplazarse hacia la geografia social 0
hum ana, los ge6grafos sociales, en buena parte
coma reacci6n frente a esta exclusiva concentra­
ciôn en los estudios sistematicos por parte de los
ge6grafos fîsicos, desdefiaron los someros esfuerzos
sisternâticos que, en ausencia de una adecuada cien­
cia social a la que. recurrir, intentaban hallar las
leyes que regulaban los aspectos espaciales de las
variables sociales. Cualquier generalizaci6n, clara­
mente reconocida coma tal fue considerada vacia y
poco prâctica por estos autores; la geografia regio­
nal aparec ia ante ellos como la ùnica ocupaci6n
honorable. A estos hombres debernos la masa de la
bibliografia descriptiva que, naturalmente, con­
tiene mucho material valioso. En aquellos casos en
que superaron sus creencias metodol6gicas actua­
ron con gran percepci6n 0 mas bien con una espe­
cie de intuici6n art Istica. Pero, en cam bio, en todos
Excepcionalismo en Geografia
sus escritos metodologicos se alineaban con los
oponentes del método cientifico.
Todas estas confusas controversias duran toda­
via, hasta el punto de que aùn hoy pocos articulos
o libros estan libres de ellas. Hay, sin embargo, un
pequefio progreso. Casi nadie pretende hoy que
uno u otro de los enfoques, el regional y el siste­
mâtico, sea totalmente inûtil y deba ser por ello
abandonado. En su version contemporânea la discu­
sion adopta la forma del viejo cuento deI huevo y la
gallina, discutiendo todavia la importancia relativa
de la investigaciôn sisternâtica y de la regional.
Hettner creia que el nùcleo de la geografia era 10
regional. Hartshorne pensaba que la geografia siste­
mâtica es realmente indispensable para la investi­
gaciôn regional; cualquiera que 10 prefiera, 0 que
por temperamento sea apto para ella, debera al
mismo tiempo cultivar la sistematica, aunque opi­
naba que el corazôn de la geografia es, a pesar de
todo, el estudio regional. Imaginemos, por ejemplo,
a un fisico contemporaneo manteniendo que la
fisica teôrica tiene su lugar y que a sus devotos se
les deberia dejar en paz, pero que el corazon autén­
tico de la fisica es 10 experimiental; 0 un econo­
mista que cree que solo el estudio de la economia
"regional" actual 0 pasada es economia en sentido
propio, mientras que la parte sistematica de la
economia la que formula sus leyes, es simplemente
un esotérico entretenimiento.
Ni Humboldt ni Ritter se preocuparon por
estas pseudodeducciones. Comprendieron con ela­
ridad que la geografia sisternatica trata de formular
39
40 Fred K. Schaefer
las reglas y leyes que son aplicadas en geografia
regional. Humboldt se dia cuenta de que la forrnu­
Iacion y cornprobaciôn de leyes es el mas elevado
objetivo al que puede aspirar un cientifico. El geo­
grafo sistematico, al estudiar las relaciones espa­
ciales entre un limitado numero de clases de feno­
menos, llega por un proceso de abstracci6n a leyes
que representan situaciones que son artificiales en
el sentido de que solo un numero de factores rela­
tivamente reducido son causalmente operativos en
cada una de ellas. Practicamen te ninguna ley indi­
vidual de este tipo, ni incluso un cuerpo de leyes,
convendra completamente a una concreta situa­
cion, En este sentido no polémico cada region es,
desde luego, ùnica. S610 que esto no es peculiar a la
geografia. Como en todos los otros campos de la
ciencia la aplicaci6n conjunta de las leyes dispo­
nibles es el ùnico camino para presentar y explicar
el casa de que se tra te. Hasta qué punto podran
explicar las leyes conocidas y qué corn plejas situa­
ciones podra aprender un cientifico, es una eues­
rion de grado que depende del nivel de desarrollo
de la disciplina. Ritter, uno de los primeros geo­
grafos modernos, no ten ia ningùn conocirnien to
sisternâtico a su disposiciôn. Consciente de esta
lirnitacion, rnantuvo la geografia regional, que fue
la que atrajo particularrnente su atenciôn, en un
nivel puramente descriptivo. Pc 0 desde luego no
elevo a virtud su elecciôn y no dedujo ningùn prin­
cipio metodologico de 10 que era una limitacion
pràctica. Inversamente, la geografia regional no
tiene por qué sentirse inferior a la rama siternatica.
Porque la geografia sisternatica tendra siempre que
Excepcionalismo en Geografia 41
obtener sus datos de la geografia regional, al igual
que la fisica teôrica con tan} siempre con los tra­
bajos de laboratorio. Mas atm, la geografia sistema­
tica recibe una gran orien tacion de la geografia re­
gional en 10 que respecta al tipo de leyes que debe­
ria buscar. Porque, insistimos, la geografia regional
es coma el laboratorio en el que las generaliza­
ciones deI fisico teôrico deben soportar la prueba
de la experimentacion y la verdad. Parece que
puede decirse, pues, coma conclusion que la geo­
grafia regional y sisterna tica son aspecfos insepa­
rables e igualmente indispensables de nuestra
disciplina.
Quizas una de las causas de la innecesaria dis­
cusiôn entre los sisternaticos y los regionalistas sea
puramente psicolôgico. No todo buen fisico teo­
rico sera también un buen fisico experimental, ni
viceversa. Generalmente la habilidad para organizar
una ciencia teoricarnente no va siempre asociada
con un interés igual y una aptitud parecida en la
recoleccion de sus datos. Igualmente, la aplicacion
de leyes a situaciones concretas exige una aptitud
especial. Pero no hay ninguna razôn para que tales
diferencias temperamentales tengan que ser ele­
vadas a posiciones pseudometodologicas.
Hettner, al igual que Kraft, hablo de los enfo­
ques complementarios que originan un "dualisme"
que situa la geografia aparte de todas las otras dis­
ciplinas. Ya deberia estar claro que en realidad no
hay en todo ello nada exclusivo 0 peculiar de la
Geografia. Si el término se utiliza para expresar
oposicion 0 conflicto, entonces es frecuentemente
42 Fred K. Schaefer
confundidor. Sin embargo, este llamado "dua­
lismo" ha sido citado en apoyo de la pretension de
que la geografia es una disciplina metodolôgi­
camente ùnica. Tampoco la complejidad de la si­
tuacion con la que se enfrenta el geografo regional
es en ningùn sentido tan fuera de 10 ordinario para
que éste tenga una tarea singularmente dificil de
"integracion", segùn otro significado deI brillante
término. Muy al contrario; esta al mismo nivel que
los otros cient ificos sociales. Cuando el economista.
aplica sus generalizaciones 0 leyes a un orden eco­
nômico dado no solamente trata con la comple­
jidad de la situacion puramente economica, sino
que tiene en cuenta los factores politicos, psicolô­
gicos y sociales que las influyen. Esta es, después
de todo, la esencial de la Hamada economia insti­
tucional. Similarmente, un sociologo que analiza
una determinada sociedad primitiva, 0 una comu­
nista 0 agraria, se enfrenta con situaciones muy
complejas. En el lenguaje pretencioso de algunos
geôgrafos, tal sociôlogo "integra" no solo feno­
menos heterogéneos, sino tam bién, claramente,
leyes heterogéneas. Decir que la tarea de estos cien­
tificos sociales es menos compleja 0 menos inte­
gradora que la de los geografos no tiene ningùn
sentido. Si acaso es aùn mas compleja. Pues la tarea
especifica dei geôgrafo en el anâlisis de una region
se limita solo a las relaciones espaciales. En con­
secuencia, aun el mas completo analisis geograficode una region proporciona solo un conocimiento
parcial de ella. Después de que la investigacion
geografica haya sido realizada todavia queda mu­
cho trabajo antes de comprender completamente la
Excepcionalismo en Geografia
estructura social de esta region. Esto es obvio;
porque (,como podria alcanzarse tal cornprension
sin considerar ni siquiera factorestales coma la
ecologia, la econom fa, las instituciones y las cos­
tum bres de la region? . En cierta manera, el geogra­
fo proporciona solo el marco para posteriores estu­
dios de otros cientificos sociales. Es por ello absur­
do mantener que los geôgrafos se distinguen entre
los cientificos de bida a la integracion que realizan
de fenôrnenos heterogéneos. La geograf'ia no tiene
nada de extraordinario en este sentido. Puede in­
cluso suponerse que esta nocion es una pervivencia
deI tiempo en que no existian ciencias sociales y las
ciencias naturales estaban poco desarrolladas, y en
que esfuerzos tan pintorescos y enciclopédicos
coma la historia natural y la cosmologia ocupaban
aùn su lugar.
Hemos visto que existe un amj.i.o grupo de
ideas que son variaciones de un mismo tema: là
geografia es muy diferente de las demâs ciencias
sociales, metodolôgicamente ünica, por as! decirlo.
Esta posiciôn influyente y persistente en sus diver­
sas variaciones merece un nombre particular. Yo la
denominaré excepcionalismo y por el momento in­
vestigaré acerca de algunas de sus raices histôricas.
43
II
El padre del excepcionalismo es Immanuel
Kant. Aunque fue sin lugar a dudas uno de los
mayores filosofos dei siglo XVIII, Kant era un
pobre geografo comparado con sus contempora­
neos e incluso con Bernard Varenius que muriô
mas de un siglo y medio antes que él. Kant postulo
la posicion excepcionalista no solo para la geogra­
fia, sino también para la historia. Segûn él tanto la
historia coma la geografia se encuentran en una
posicion excepcional, diferente a la de las Hamadas
ciencias sisternaticas. Esta agrupacion de la geo­
grafia con la historia ha inducido a muchos autores
posteriores a elaborar la pretendida similitud con el
fin de obtener algûn conocimien to acerca de la
naturaleza de la geografia. Esta es sin duda una de
las raices de la variante historicista de la pretensiôn
de singularidad a la que nos vamos a referir ahora.
Pero antes veamos 10 que el propio Kant dijo.
44
Excepcionalismo en Geogrofio
Kant explicô a 10 largo de su carrera docente
un curso de geografia fisica casi cincuenta veces. El
texto de sus lecciones, 0 mas bien, las notas de
clase, fue publicado en 1802, dos afios antes de su
muette." Es en esta obra donde se encuentra el
juicio sobre la geografia y la historia que ha sido
tan reverentemente citado una y otra vez por aque­
llos que han hecho de él la pared maestra del mé­
todo geogrâfico. Ritter 7 10 utilizô, al igual que hi­
cieron Hettner y, eventualmente Hartshorne. Hum­
boldt, y esto es interesante, ni cita a Kant ni corn­
parte su punto de vista. Tampoco Kraft. Pero
veamos ahora las palabras del maestro:
"Podemos referimos a nuestras percepciones ernpiricas
bien de acuerdo con conceptos, bien segûn el tiempo y el
espacio en el que se encuentran realmente.
6. Immanuel KANT: Physische Geographie. Ed. F. T. Rink, Koe­
mingsberg, 1802. Para ser justos con Kant, debe decirse que
segûn Adickes, el famoso estudioso de Kant, el texto editado
por Rink y usado por Ritter, Hettner y Hatshorne es dudosa­
mente auténtico. Cuatro quintas partes deI manuscrito no estân
escritas por la mana de Kant. Probablemente consiste en notas
tomadas por alumnos durante el primer semestre en que se dio este
curso. Por otra parte, la ediciôn fue hecha poco antes de la muerte
de Kant cuando, como Adickens sefiala, estaba demasiado enfer­
mo para hacer correcciones en 10 que habla escrito 0 dictado en
clase antes de 1756. Aparte de esto, Enrich ADICKES en su libro
Untersuchungen zu Kant's physischer Geographie (Tuebingen,
1911) esta mas bien incômodo en 10 que respecta a la igno­
rancia geogrâfica que muestra su {dolo filosôfico.
7. HARTSHORNE, op., cit. pâg. 136, mantiene que Ritter "no
pare ce haber expuesto la comparaciôn tan claramente corno
Kant 0 Humboldt".
45
46 Fred K. Schaefer
"La clasificaciôn de las percepciones segûn los con­
ceptos es lôgica mientras que la que se realiza segùn el .tiem­
po y el espacio es una clasificaciôn fisica. Por la pnmera
obtendremos un sistema de la naturaleza, tal coma el de
Linneo, y por la segunda una descripciôn de la naturaleza .
"Por ejemplo, si yo digo que el ganado esta incluido en
la clase de los cuadrùpedos 0 en el grupo de esta clase que
posee pezufias hendidas, esto es una clasificaciôn que yo
realizo a mi mente y, por tanto, una clasificacion lôgica, El
sistema es coma un registro del todo; en él yo coloco cada
cosa en su clase correspondiente incluso si se encuentran en
lugares del mundo diferentes y ampliamente separados.
"Segûn la clasificaciôn fisica, sin embargo, las cosas se
consideran de acuerdo con su localizaciôn sobre la tierra. El
sisterna hace referencia a su lugar en su clase, pero la des­
cripciôn geogrâfica de la naturaleza muestra donde aparecen
en la tierra. Asi el lagarto y el cocodrilo son basicamente el
mismo animal. El cocodrilo es simplemente un lagarto enor­
memente grande. Pero une y otro se encuentran en dife­
rentes lugares. El cocodrilo vive en el rio Nilo y el lagarto
sobre la tierra, también en el mismo pais. En general, aqui
consideramos el marco de la naturaleza, la tierra misma y
los lugares en que las cosas se encuentran realmente, en
contraste con los sistemas en que preguntamos no sobre el
lugar de nacimiento, sino sobre la similitud de formas ...
"La historia y la geografia podrian ser denominadas,
por asi decir, una descnpciôn, con la diferencia de que la
primera es una descripciôn segùn el tiempo y la segunda una
descripciôn segûn el espacio. De aqui que la historia y la
geografia aumenten nuestro conocimiento repecto al tiern­
po y al espacio.
"
... La historia, por consiguiente, difiere de la geografia
s610 respecto al tiempo y al espacio. La primera es, coma se
ha seûalado, una relaciôn de acontecimientos que se suce­
den en el tiempo la otra una relaciôn de hechos que se dan
unos junto a otros en el espacio. La historia es una narra­
ciôn, la geografia una descripciôn ...
Excepcionalismo en Geografia
"Geografia es el nombre para la descripci6n de la natu­raieza y del conjunto del mundo. La geografia y la historia
juntas llenan el area entera de nuestra percefci6n: la geogra­fia la deI espacio, la historia la del tiempo".
Las gigantescas realizaciones de Kant en su
propio campo, asi coma la influencia que este in­
fortunado juicio ha tenido sobre los ge6grafos
requiere una cuidadosa critica, tanto sisternatica
coma hist6rica. La critica sisternâtica puede reali­
zarse siguiendo dos lineas principales. En primer
lugar, la distinci6n tal coma ha sido propuesta, es
en si misma insostenible. Simplemente, no es cierto
que las disciplinas sisternaticas como, por ejemplo,
la fisica, hagan casa omiso 0, al menos, descuiden
las coordenadas espacio-temporales, de los objetos
que estudian. S610 hay que pensar en la astronomia
newtoniana para darse cuenta inmediatamente de
10 equivocado de esta idea. Porque i,qué son las
leyes "sistemâticas" de la astronomia, coma las de
Kepler, sino una serie de reglas para calcular, a
partir de las posiciones de los cuerpos celestes en
un momento dado las posiciones de otro momen­
to? El error es realmente tan obvia que uno se
pregunta inmediatamente por su causa plausible.
La respuesta, me parece, es hist6rica. Cuando Kant
escribi6 este pasaje en su juventud, no habia expe­
rimentado aûn todo el impacta de la ciencia newto­
niana. Por consiguiente él pensaba en las leyes sis­
ternaticas coma leyes esencialmente clasificadoras,
al estilo de las de Arist6teles y Linneo, en lugar de
8. IMMANUEL KANT: Physische Geographie. Ed. F. T. Rink,
Koningsberg, J 802, vol. 1 paginas 6-8.
47
48 Fred K. Schaefer
la variedad de leyes de procesos de Newton. Para el
Kant "precritico" de 1756 esto tiene sentido, por
10 menos biogrâficamente. Pero puede dudarse de
si Kant habria escrito aun este pasaje durante su
periodo critico, en su madurez de los anos setenta
y ochenta del siglo XVIII, tras haber experimen­
tado el impacta completa de Newton y Hume. Es
en este periodo, sinembargo, cuando realiz6 la
obra magistral sobre la que descansa su autoridad.
Resulta, pues, particularmente desafortunado que
tantos ge6grafos hayan utilizado de forma reveren­
cial una idea tan patentemente inmadura de su
juventud.
En segundo lugar, ya observamos que la noci6n
de la geografia resultante es descriptiva en el mas
estricto sentido deI término. Evidentemente, por el
solo hecho de que Kant pensara que no existian
leyes de la geograf'ia 0 de los procesos sociohist6-
ricos, no se sigue que éstas no existan. Los hechos
han probado ampliamente que estaba equivocado.
Hist6ricamente se puede comprender la raz6n de
que mantuviera tales puntos de vista a mediados
deI siglo XVIII. Las ciencias sociales virtualmente
no existian en aquel momento. Su lugar estaba
ocupado por la historia narrativa, por las reflexio­
nes morales 0 por una mezcla de am bas. La obra
pionera de Bodin estaba olvidada; Maquiavelo era
odiado 0 habia sido refutado coma un tentador
diab6lico; Montesquieu era mas frecuentemente
alabado que entendido; las grandes contribuciones
de Voltaire, Hume y Adam Smith pertenecian
todavia al futuro 0 no habian penetrado aùn en los
recin tos académicos de la provinciana Koenigsberg
Excepcionalismo en Geografia
(un simple vistazo a la Geograjia moral de Kant 0,
coma diriamos hoy, antropologia comparativa,
basta para convencer a cualquiera de que es tan
groseramente clasificatoria y enumerativa coma su
Geografia fisica). Las ciencias biologicas eran to­
davia en aquel momento en gran parte clasifica­
torias 0, coma se dice en estos casos, taxonômicas.
Por eso no era anormal después de todo que Kant
concibiera en 1756 la geografia exclusivamente
coma un catâlogo de ordenaciôn espacial y distri­
buciôn de caracteristicas taxonôrnicas. Lo que él
formule era asi no tanto un esquema metodologico
de 10 que hoy llamamos geografia, sino mas bien, y
en términos extraordinariamente abstractos, los
patrones de las cosmologias entonces usados cuya
historia literaria se remontaba a la Edad Media. El
Cosmos de Humboldt es el ultimo y, a causa de sus
méritos estilisticos, el mas famoso especimen de
este género literario. Se ovida asi que el mismo\
Humboldt establecio en otros escritos una clara
distincion entre la descripciôn cosmolôgica, por un
lado, y la geografia por otro. El encanto literario
deI Cosmos ha eclipsado, desgraciadamente, este
hecho. Pero no debe olvidarse que juzgar a Hum­
boldt coma geôgrafo por 10 que dijo en su Cosmos
es coma juzgar la contribucion de Darwin a la bio­
logia a partir deI diario que llevo en el Beagle. Por
ello en el cap itulo introductorio del Cosmos Hum­
boldt" explicô pacientemente al pùblico en general
9. Alexander von HUMBOLDT: Kosmos. Entwurf einer physischen
Welbeschreibung. Stuttgart. Tuebingen, 1845, vol. 1 pâg. 66.
49
50 Fred K. Schaefer
la diferencia entre ciencia y cosmologia. Todas las
ciencias, segùn él, tratan de establecer leyes, es
decir, que son, en ultimo término nomotéticas. La
cosmologia no es una ciencia racional si no en el
mejor de los casos, una atenta conternplaciôn deI
universo. TaI contemplacion posee su lugar. Cual­
quier otro que se atribuya el "pretensioso nombre
de un sistema de naturaIeza" no es mas que taxo­
nomia, un simple catâlogo de fenôrnenos. Tras rea­
lizar brevemente estas observaciones fundamentales
Humboldt -como es lôgico esperar en la intro­
ducciôn a su propia cosmologia- continua su
exposicion y a partir de entonces trata solo ocasio­
nalmente de la geografia. La cosmologia es des­
criptiva, coma una especie de arte. Sefiala que no
deberia estudiarse sin una buena formaciôn previa
en ciencias sistemâticas tales coma la fisica, la
astronomia, la quimica, la antropologia, la bio­
logia, la geologia y la geografia. Es lamentable que
Hettner, y siguiendo a él Hastshorne, confundieran
esta exposiciôn con un examen de la metodologia
de la geografia. Realmente Humboldt no es una
autoridad correctamente citada en apoyo deI
excepcionalismo. No debemos confundirnos por el
hecho de que el gran Kant denominara un dia geogra­
fia a 10 que en la terminologia de Humboldt es
cosmologia.
Tras hacer una prescntacion cr itica coma la
que hemos realizado podemos preguntarnos por
qué razon Humboldt, manteniendo tales opi­
niones, dediee tanto tiempo, esfuerzo y en­
tusiasmo a la cosmologia. La cuestion merece una
Excepcionalismo en Geografia 51
respuesta, la cual, por la naturaleza de los hechos,
tiene que ser otra vez histôrica. Humboldt viviô
en un momento en que un hombre- de genio
podia todavia aprehender y hacer contribuciones
importantes a pràcticamente todas las ciencias. Su
propia investigaciôn técnica fue realizada en estre­
cha cooperacion personal con cientificos creadores
de la moderna ciencia, tales coma Gay-Lussac,
Lalande, Arago, Thénard, Fourcroy, Biot, Laplace,
Couvier, Gauss, y otros muchos. Poco después de
esta época tal versatilidad quedô para siempre mas
alla de la capacidad humana. El conocimiento de
Humboldt, sin embargo, era todavïa universal al
mismo tiempo que técnico, en el sentido de que
podia mantenerse en contacto con los descubri­
mientos mas especializados en diversos campos. Un
hombre de este calibre podia muy bien concebir la
idea de una gran sinopsis que contribuyera al goce
intelectual y a la ilustraciôn de un amplio numero
de lectores. Una presentaciôn 0, coma diriamos
hoy, una popularizacion, de este género tendria
que ser descriptiva mas bien que analitica. Esto
puede ser aceptado coma la razôn que existe tras el
entusiasmo de Humboldt por la cosmologia. En
otras palabras, él consideraba su Cosmos coma una
obra literaria, mas que coma una contribucion a la
ciencia. Otra circunstancia puede ser aducida en
apoyo de este punto de vista. Humboldt era, des­
pués de todo, una figura del movimiento roman­
tico, un contemporâneo de Herder y Schelling, y
en su juventud abrazo . al panteismo de Goethe.
Nada es mas caracteristico del romanticismo que la
52 Fred K. Schaefer
pretension de una vision sinôptica del univer o. El
Cosmos de Humboldt y su inclinacion a una co -
molog ia general son, por consiguiente, Iacilmente
comprensibles coma su tributo al "Zeitgeist" ro­
mantico. La obra conocio un gran éxito en todo el
mundo, incluyendo los Estados Unidos. Pero, des­
de nuestro punto de vista, es mas importante ver
claramente que Humboldt no confund ia la cosrn o­
logia con 10 que él claramente reconocia coma la
ciencia geografica, aunque pensara que aquélla
pose ia también un lugar legitimo. En cuanto a la
naturaleza de la geografia no estaba de acuerdo con
Kant. La apariencia superficial de 10 contrario se
debe al hecho de que Humboldt trato la historia y
la cosmologia como disciplinas especiales al margen
de las ciencias. Kant pretendia 10 mismo para la
historia y la geografia. La cueston es que a 10 que
Kant llamo geografia Humboldt le llamo cosmolo­
gia, destacando al mismo tiempo la naturaleza cien­
tifica de la geografia propiamente dicha.
III
El gran prestigio de Hettner ayudo a perpetuar
una confusion que solo recientemente ha sido de­
sentrafiada. Invocando la formidable autoridad de
Kant, Hettner imprimio con éxito a la geografia la
pre tension excepcionalista en analog ia con la his­
toria. Sobre esta falacia basica construyo una ela­
borada argurnentacion. Los principios de la historia
natural 0 cosmolog ia fueron violentamente intro­
ducidos en la geografia. Se elaboraron falsas ana­
logias entre la historia y la geografia. De esta forma
la geografia quedo abierta a toda una serie de ideas
acientificas, por no decir anticientificas: el argu­
mento tipicamente rornantico de la singularidad; la
hipostatizacion del hecho bastante incontrovertible
de que debe esperarse la interaccion de las variables
en un holismo antianalitico; en conexion con esto
la falsa pretension de una funcion integradora es­
pecifica de la geografia; y finalmente, la apelacion
a la intuicion y al esp iritu art istico del investigador
en lugar de la sobria objetividad de los métodos
53
54 Fred K. Schaefercient ificos normales. Examinemos con detalle aho­
ra por 10 menos aigunos de estos puntos.
Comencemos con una breve exposicion de la
posicion de Hettner en uno de sus dos principales
aspectos. La historia y la geografia son ambas esen­
cialmente corologicas. La historia ordena los fe­
nomenos en el tiempo, la geografia en el espacio.
Ambas, en contraste con otras disciplinas, integran
fenômenos heterogéneos entre si. Estos fenomenos
son también ùnicos. Ningùn acontecimiento histo­
rico, ni ningùn periodo histôrico es igual que otro.
En geografia tampoco existen dos fenômenos 0
dos regiones que sean iguales. Am bas ciencias se
enfrentan asi con el problema de explicar 10 ùnico.
TaI explicacion es, por consiguiente, diferente a
todas las explicaciones cientificas que "explican"
de acuerdo con unas leyes. Pero no existen leyes
para 10 ùnico ; es inùtil, pues, tratar de buscar leyes
o predicciones historicas 0 gecgraficas. Lo mejor
que se pue de esperar es, a la manera de Dilthey,
una especie de "comprension" 0, mas francamente,
comprension intuitiva. Una diferencia idiornatica
entre el alcman y el inglés ha contribuido a oscu­
recer el sesgo bâsicamente anticient ifico de esta
doctrina. Hettner denornino a la historia" tiempo­
wissenchaft" y a la geografia "espacio-wissen­
schaft", Hartshorne, utilizando correctamente el
diccionario, tradujo estas expresiones coma "cien­
cias dei tiempo" ("time science") y "ciencia del
espacio" ("space science"). Pero la cuestion es que
el término aleman Wissenschaft es mucha mas
amplio que el inglés science 0 el francés science.
Excepcionalismo en Geografia 55
Para un alcman wissenschaft es cualquier cuerpo
organizado de conocimien to y no solo 10 que
nosotros llamamos ciencia. La ley es denominada
"Rechtwissenschaft"; la critica historica 0 incluso
la nurnismatica si es cultivada concienzudamente y
con la erudicion tipicamente germana pueden
adquirir el carâcter de Wissenschatten por propio
derecho. Esto en 10 que respecta a la posicion de
Hettner y a la terminologia. Vamos ahora a la
critica.
El uso dei término historia en la discusion
metodolôgica es asombrosamente ambiguo. En aras
de la precision se le darâ aqui por el momento un
sentido muy restringido. La historia 0 la investiga­
cion histôrica es la indagacion de acontecimientos
que ocurrieron en el pasado. Naturalmente, no todos
los acontecimientos pasados son de igual interés
para el historiador. Lo que le preocupan son feno­
menos tales como, por ejemplo, el movimiento de
la frontera norteamericana durante el siglo XIX, 0
la recepcion del derecho romano a fines de la edad
media. Sin em bargo, no hay necesidad de comenzar
con una distincion metodologica entre estos y
otros acontecimientos pasados, Los hechos histo­
ricamente significativos son simplemente aquellos
que interesan al historiador de acuerdo con los pa­
trones en los que espera ordenarlos. Deberia acep­
tarse sin discusion que la indagacion de los acon te­
cimientos pasados, incluso si no son tan dificiles de
aprehender coma los pensamientos y motivos de
gente desaparecida, no es de ninguna manera una
cuestiôn sencilla. Muy al contrario. Muchas ciencias
y tam bién los mas elaborados "métodos cient i-
56 Fred K. Schaefer
ficos" que permiten inferir a partir de un vestigio
las caracter isticas de aquel objeto 0 hecho que 10
origine, deben ponerse al servicio de esta muy dificil
empresa de indagar el curso historico de los
acontecimientos. En este no polémico y auxiliar
sentido, la historia, ciertamente, hace uso de la
ciencia y de sus métodos. Pero 10 que consigue de
esta forma es, no obstante, simple descripcion y,
por la naturaleza de los hechos, una muy selectiva
descripcion tam bién. La ciencia, 0 quizàs Wissen­
schaft, comienza solo cuando el historiador no es ya
un historiador en el sentido restringido de término
y trata de ajustar los hechos investigados a mo­
delos. Es esto 10 que todos los historiadores tra­
tan de hacer, tanto si son conscientes de ello coma
si no 10 son. Entonces, desde un punta de vista
logico, cabe preguntarse qué estàn haciendo. En
este punto comienza la discusion. Una confusa va­
riedad de analisis han sido propuestos. Basicarnente
existen dos puntos de vista, el enfoque cientifico y
el historicism o.
El punto de vista cientifico, que es el que aqui
se adopta, pretende que todos los datos -que se
encarga de recoger el historiador en sentido res­
tringido dei término- no son mas que materia
prima para el cientifico social. En otras palabras,
aparte de las dificultades técnicas que han sido
mencionadas, no hay en principio ninguna dife­
rencia entre el uso dei ultimo censo que realiza un
cientifico social, por un lado, y, por otro, el uso
que hace de aquellas variables de un censo romano
que han sido establecidas por los historiadores. Al
Excepcionalismo en Geografia 57
llegar aqu i resulta obvia la torpeza terminolôgica
de definir la historia de forma tan restringida coma
hem os hecho en aras de la precision. Pues ningùn
historiador que valga la pena se detendra aqui.
Pensemos, por ejemplo, que esta interesado en los
precios que regian en la antigua Roma durante cier­
to periodo. Naturalmente, 10 primero que harâ sera
investigar cuâles fueron estos precios. Pero a con­
tinuacion deseara superar este objetivo limitado y
tratarâ de establecer la forma en que interaccionan
la demanda y los abastecimientos entre si y con los
otros factores sociales pertinentes para producir
tales precios. Las relaciones causales sobre las que
basa tal "explicacion" no son leyes historicas espe­
ciales sino obviamente, tal coma son, las leyes de la
teoria economica. De forma similar ocurriria en
otros ejemplos que pudieran ponerse. Esta es la
cuestion. Con referencia a la geografia, se des­
prende en consecuencia que el historiador que,
coma hacen todos los historiadores, va mas alla del
simple hallazgo de los hechos, es comparable al
geografo regional. Al colectar los heches, el histo­
riador hace 10 que el geografo regional realiza al
reunir los suyos. AI tratar de comprenderlos 0, me­
jor, explicarlos hace exactamente 10 que hace el
geografo regional al aplicar la geografia sistematica
a su region. En este sentido lato de la historia, la
historia es una ciencia 0, de forma menos am bigua,
es ciencia social aplicada a las condiciones de una
"situacion historica especial". Vista de este modo
la analogia de Hettner es aceptable. Pero entonces
hemos seguido simplemente sus palabras, no su
58 Fred K. Schaefer
significado. i.Cuâl es este significado? Ello no
conduce al otro punto de vista, al historici mo.
El historicismo mantiene que hay una manera
alternativa, radicalmente diferen te, de comprender
el pasado 0, en este caso, el presente coma un pro­
ducto del pasado. El fundamento de ello e la cre­
encia de que simplemente ordenando los acon­
tecimien tos pasados en su sucesion temporal apare­
cerà alguna especie de modela "significative", ya
sea ciclico, progresivo, 0 de otro tipo. Para corn­
prender algo es necesario y suficiente conocer su
historia. Una vez mas no hay discusion si se toma
esto para significar que el conocimiento de la si­
tuacion pasada de un sistema y de las leyes de su
desarrollo conduce al conocimiento de su situaci6n
presente. Pero resuIta dificil ver qué tipo de corn­
prensiôn puede ganarse simplemente de la con­
templaciôn de las fases sucesivas de un proceso en
desarrollo. En otras palabras, en la in terpretaci6n
historicista el "método genético" no produce nada.
Para bien 0 para mal el espiritu anticientifico
del historicismo fue una de las mas importantes
fuerzas intelectuales del siglo XIX. A través de
Hettner
. penetro en el pensamiento geogrâfico y,
como hemos visto, afecto poderosamente su curso.
De forma caracteristica, la primera sentencia de la
obra metcdolôgica de Hettner afirma: "El presente
solo puede ser entendido a partir del pasado".
También su obra sobre geografia social y cultural
ejemplifica el método genético aplicado a la geo­
grafia. Y, como puedeesperarse de un hombre de
su aliento y su vision, una parte importante del
Excepcionalismo en Geografia 59
material no es en absoluto geogrâfico, sino antro­
pologico, cultural 0 politico 10. Desde luego, es
una lectura interesante. Pero también el Cosmos de
Humboldt constituye una lectura interesante y, sin
embargo, no es geografia. Entre los geôgrafos nor­
teamericanos, Carl Sauer es quizas el representante
mas notable dei historicismo, basando su geografia .
de forma consistente en la premisa de Hettner ante­
riormente citada.
El argumento en favor de la singularidad del
material geogrâfico se basa tanto lôgica coma hist6-
ricamente en el historicismo. El principal prota­
gonista de esta corrien te en Norteamérica es Harts­
horne. De esta manera se en tiende bien la razon de
que haga resaltar el paralelismo kantiano entre his­
toria y geografia. Si la historia, segùn los histori­
cistas, trata hechos singulares y si la geografia es
coma la historia, entonces la geografia trata tam­
bién 10 ùnico y debe intentar "comprender" en
lugar de buscar leyes. El silogismo anterior no
puede ser criticado. Para refutarlo es preciso, tal
coma hemos tratado de hacer, atacar la premisa en
que se apoya. De esta manera, volvemos a la tesis
de la singularidad coma tal y después al uso que
Hartshorne hace de ella.
La principal dificultad de la tesis en favor de la
singularidad es que, coma dice Max Weber, prueba
demasiadas cosas. �Hay realmente dos piedras corn-
10. Alfred HETTNER: Vergleichende Landerkunde. vol. IV. Leip­
zig, Berlin, 1935; Der Gang der Kultur über die Erde. Leipzig,
Berlin. 1929; Das Europaische Russland. Leipzig, Berlin, 1905 ..
60· Fred K. Schaefer
pletamen te iguales en todos los detalles de color,
forma y composici6n qu imica? Sin embargo, la ley
de la ca Ida de los cuerpos de Galileo es valida para
ambas. Igualmente a pesar de ser limitado nuestro
conocimiento psico16gico, podemos asegurar que
dos personas no registran las mismas reaccione
ante un mismo hecho. (,Significa esto que nuestros
psicologos no han descubierto ni una sola ley? Todo
esto nos viene a decir que se trata de una cuesti6n
de grados. En las leyes fisicas, cuando se han en­
contrado unas leyes 0 un conjunto de variables,
tales que dos objetos 0 situaciones coincidan en
estas variables 0 indices, aunque sean diferentes en
otros aspectos, se admite que el futuro de los obje­
tos respecta a estos indices sera tam bién predecible.
Hasta qué punto y cuânto se alcanzarà en otros
campos un estado tan satisfactorio coma el anterior
es una cuesti6n prâctica, que sera decidida por corn­
probaciones y errores, pero que no puede ser juzgada
por un argumenta pseudometodol6gico. Natural­
mente, las ciencias sociales no estan tan desarrolladas
coma las fisicas. Esto es 10 que significamos cuando
decimos que estan menos desarrolladas. Por otra
parte, tam bién es verdad que las ciencias menos
desarrolladas en este sen tido acuden, a veces, con
gran éxi to a la bùsqueda de leyes est ad isticas. La
cuesti6n de si este tipo de leyes son una medida de
nuestra ignorancia tem poral 0 si resultan defini tivas
es un asunto puramente especulativo. Ciertamente el
recien te desarrollo de las ciencias fisicas deberia
levan tar dudas a cualquiera que tra te de negar sobre
est os supuestos la unidad logica de las ciencias.
Llevando todo esto al campo de la geografia, pcde-
Excepcionalismo en Geografia
mos decir que la diferencia entre las diferencias de
dos regiones "(micas", por una parte y las igualmente
numerosas diferencias en tre nuestras dos piedras,
por otra, es simplemente una cuestion de grado.
Hay todavia otro malentendido que no permite
a algunos valorar este punto. Las piedras no caen,
como tacitamente supone la formula de Galileo, en
el vacio; de hecho caen diferentemente de acuerdo
con sus caracteristicas y el medio que atraviesan.
Los aviones, por ejemplo, no caen normalmente.
(,Significa ello, entonces, que la ley de Galileo es
falsa 0 que hay tantas leyes como condiciones
atmosféricas? (,0 bien que existen otra serie de
leyes para los aviones? Obviamente, ésta no es la
forma como funciona la ciencia. Lo que verda­
deramente hacen los cientificos es esto: aplican
para cada casa concreto juntamente todas las leyes
que conciernen a aquellas variables que consideran
mas importantes. Las reglas por las cuales estas
leyes se combinan, reflejando 10 que se denomina la
interaccion de las variables, se encuentran entre las
regularidades que la ciencia trata de explicar. En
realidad estan entre las mas poderosas leyes de la
naturaleza, y su mera existencia refuta las ex age­
radas pretensiones de varios tipos de holismo y de
gestaltismo. De' esta manera no hay por qué desa­
fiar, com o hace Hatshorne, al cientifico social para
que busque una ley que explique situaciones como
las del puerto de Nueva York. Descriptivamen te, la
situacion es desde luego, ùnica, en el sentido de
que nunca habra una region 0 localizacion exac­
tamen te igual que las del puerto de Nueva York
61
62 Fred K. Schaefer
con todos los servicios que proporciona a su àrea
dependiente. Nunca habrâ una ley que explique
todo esto. Pero l,por qué ha de haber una ley para
un solo caso? ; por otra parte, 10 geôgrafos urbano
conocen ya hoy unos principios sisternatico , que
aplicados conjuntamente al puerto de Nueva York,
explican bastante, aunque no todo, 10 referente a
sus funciones y estructura. Esta es la cuestion.
l,Abandonaremos el intento porque no podemos
explicarlo todo? A este respecta la geografia se
encuentra con las mismas dificultades que las de­
mas ciencias sociales. 0 l,vamos a abandonar la
sociologia porque las predicciones de los resultado
electorales no son tales coma algunos desearian; 0
porque no podemos decir si la Argen tina sera una
dictadura 0 una democracia dentro de cinco anos?
Estos consejos de desaliento se oyen ahora con
frecuencia. Pero sin duda, ello no es mas que una
senal de la crisis in telectual de la época.
Hartshorne, coma todos los grandes pensa­
dores, es bastante consistente. Desde luego, él re­
chaza toda la ciencia social y es bastante escéptico
acerca del futuro de la sociologia. Con respecta a la
singularidad dice: "aunque este margen esta pre­
sente en todos los campos de la ciencia de forma
mas 0 menos amplia, el grado en que los feno­
menos son ùnicos no es solo mayor en geografia
que en otras ciencias, si no que adernas 10 ùnico e
aqui de importancia decisiva"
11
. Por 10 tanto, las
11. HARTSHORNE, op. cit., pâg. 432.
Excepcionalismo en Geografia
generalizaciones en forma de leyes son inutiles, si
no imposibles, y cualquier prediccion en geografia
tiene un valor insignificante 12. De esta manera
llega a la misma conclusion que Kant después de
largas discusiones: "Am bas, la geografia y la his­
toria, podrian ser descritas coma ciencias ingenuas
"naive sciences", examinando la realidad desde un
punto de vista ingenuo, mirando a las cosas tal
coma estan dispuestas actualmente, en contraste
con la mas sofisticada y artificial presentacion de
las ciencias sitematicas que sacan de su situaciôn
verdadera a cierta clase de fenornenos". 13 Podria
decirse que Hartshorne va aùn mas lejos que el mis­
mo Kant. Para Kant la geografia es una descrip­
cion, mientras que para Hartshorne es una "inge­
nua ciencia" 0, mejor -si aceptamos su significado
de ciencia-, una ingenua descripcion. Como se
podria esperar de esto, y coma ya hemos indicado
anteriormente, los estudios regionales constituyen
para Hartshorne el corazôn de la geografia.
La terminologia que emplea tiene su origen, en
# •
gran parte, en el filosofo historicista alcman Rie-
kert, el cual hace la distincion entre las ciencias
idiograficas y las nomotéticas. Las primeras descri­
ben 10 "ùnico" y las segundas busc an las leyes. La
geografia es segùn Hartshorne, esencialmen te idio­
grafica. En el momento en que una ley es descu­
bierta 0 aplicada se abandona al campo de la geo­
grafia. Lo que ésta estudia son hechos. "En su
12. Ibid,433.
13. Ibid.,

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