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i Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, AC CONFORMACIÓN DEL PAISAJE ALIMENTARIO URBANO. CAMPO GASTRONÓMICO Y CULINARIO EN LA CIUDAD DE HERMOSILLO, SONORA __________________________________________ Por: Emmanuel Blanco Cervantes TESIS APROBADA POR LA: COORDINACIÓN DE DESARROLLO REGIONAL Como requisito parcial para obtener el grado de MAESTRÍA EN DESARROLLO REGIONAL Hermosillo, Sonora Marzo 2015 APROBACIÓN Los miembros del comité designado para la revisión de la tesis de Emmanuel Blanco CeNantes, la han encontrado satisfactoria y recomiendan que sea aceptada como requisito parcial para obtener el grado de Maestría en Desarrollo Regional Dra. Juana M a~ a Meléndez Torres Directo a de Tesis _¿~=!a ti= Asesor ¡¡ iv AGRADECIMIENTOS Quiero empezar dando un primer agradecimiento al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) que gracias a su gran apoyo es como se pudo llevar a cabo la realización del presente proyecto de investigación. De igual manera extiendo un fuerte reconocimiento al Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) que brindó el conocimiento y herramientas para lograr cumplir los objetivos planteados para esta investigación. Así como a todo el personal que labora en el edificio de Docencia. En especial quiero agradecer a Laura García y Vero Araiza por su gran sentido del humor animan a todas las personas y que con sus bromas siempre buscaban la manera de hacer reír a uno, prometo luego llevarles más comida igual o más buena que la que les llevé. Asimismo quisiera agradecer a todo el equipo de trabajo que me apoyaron en todo momento durante la realización de la tesis. Mis asesores de tesis y mi directora de tesis. De manera personal e individual quiero agradecer primeramente a la Maestra Gloria Cáñez de la Fuente que siempre fue una gran guía durante todo el proceso de la maestría, buenas pláticas tanto sobre temas pertinentes de la tesis como temas fuera de la misma. Sin duda una gran persona y con muchos temas de conversación y sobre todo grandes enseñanzas. El Doctor Guillermo Núñez Noriega que desde el momento de su intervención en la clase de métodos cualitativos con el uso de herramientas cualitativas, una gran experiencia el aprendizaje con la observación realizada de tarea, una de las mejores experiencias vividas durante el período de la maestría, aprendí tanto de esa tarea que aún lo sigo aplicando hoy en día. El Doctor Ernesto Camou Healy que se podría decir fue por quien me decidí a entrar en esta maestría, como modelo y ejemplo a seguir, al escucharlo en una ponencia de un evento llamado Sonora Fusión realizado en Los Lagos hace algunos años me encantó la manera de expresarse de la cocina sonorense y fue ahí donde despertó mi inquietud por conocer más, por saber más sobre la historia, costumbres y recetas de mi propio v lugar de nacimiento, que debo ser honesto desconocía casi por completo. La Doctora Juana María Meléndez Torres que su grandísima ayuda, guía, sabiduría, apoyo incondicional fue cómo se pudo lograr la realización de todo esto plasmado aquí, bien dicen que el maestrante se hace al asesor o director y que más orgullo saber que uno puede llegar a ser como tan gran persona. Le agradezco todo lo que hizo por mí, pero sobre todo el apoyarme incondicionalmente y nunca dejarme aun en mis momentos más oscuros porque bien sabemos que fueron algunos. Usted que siempre se desvive por sus alumnos y les apoya por sobre todas las cosas. Bien decíamos una vez platicando Ale, Marissa, Denisse, Luis y yo que usted es alguien muy especial para todos nosotros, ha llegado a formar parte de nuestras vidas y con usted hemos vivido muchos momentos llenos de alegría pero al mismo tiempo momentos de tristeza dónde uno solo ocupa un hombro o alguien en quien confiar y siempre ha estado ahí usted para todos nosotros, incluso para alumnos que no son ni sus estudiantes. En verdad de todo corazón le digo un MUCHAS GRACIAS POR TODO. Ale, Denisse, Luis gracias por brindarme su amistad y su total apoyo para la realización de este trabajo que aunque no lo crean sin ustedes no lo hubiera logrado. Espero podamos seguir teniendo la fuerte amistad que nos une hasta hoy en día. Marissa te agradezco toda la ayuda que nos diste tanto a la doctora como a mí con la realización de los mapas, tu ayuda fue por así decirlo un rescate y un nuevo respiro al trabajo. En verdad muchas gracias por todo tu apoyo y ánimos, sobre todo las largas pláticas que luego teníamos y aunque siempre terminaban en un día de trabajo perdido la amistad crecía más, aunque la doctora al final nos regañaba y nos separó de cubículos jaja. Un gran agradecimiento a las personas de INEGI que nos enseñaron a utilizar la base de datos de DENUE y el mapa digital de México con el cual pudimos obtener información muy valiosa para la finalización de la tesis. vi Quiero agradecer a mi familia que siempre ha estado apoyándome y aunque llegaron momentos en que más que apoyo lo sentía como presión por sus insistentes preguntas de “¿cómo va la tesis?” aunque sé que no era con esa intención, lo que generaba mayor presión en mí. Pero siempre han estado ahí para mí, apoyándome, dándome ánimos mis tíos, tías, mis primos, mis primas, pero sobre todo mi papá, mi mamá, mi hermano y mis hermanas. Mi lela que llena de orgullo lo puedo ver en su mirada, siempre me presume con sus amigas y siempre me apoya en todas las decisiones que tomo y locuras que pretendo hacer. Y una persona muy importante que sé que aunque no está presente en carne y hueso siempre está a mi lado, siempre acompañándome en todo momento y situación porque siento su presencia cerca, te extraño mucho lelo y este es un gran logro que espero estés celebrando dónde quiera que estés, y que estés muy orgulloso de lo que he logrado hasta ahorita, te agradezco por todo lo que siempre haces y siempre guiarme por el buen camino y ayudarme a corregir lo que hago mal. Gracias por todo También quiero agradecerte a ti vida, Erika que sé que fue realmente casi un martirio para ti todo el proceso de la maestría al sentir que me alejaba a veces por estar completamente inmerso en el mundo paralelo llamado tesis de maestría y que por ello vivimos malos momentos al no estar sintonizados en el mismo canal, pero he vuelto a tu lado y creo que estamos mejor que nunca, hemos superado muchos obstáculos y baches a lo largo de estos años pero sobre todo lo que más importa es que estamos juntos y que todo eso nos ha hecho más fuertes que antes y al mismo tiempo nos ha unido mucho más, te amo con todo mi corazón, en verdad no sabes todo lo que significa para mí tu apoyo durante este largo proceso que vivimos juntos, tu gran ayuda al momento de analizar desde fuera el tema de investigación y aunque muchas veces no me entendías lo que te trataba de decir y eso mismo te desesperaba sé qué hacías un gran esfuerzo por hacerlo, aunque no siempre estuvimos del todo juntos quiero que sepas que nunca te dejé de amar y que siempre estuviste presente en mi vii corazón, tu apoyo incondicional fue de gran ayuda para lograr todo esto que ya culmina. Las comidas que hacías diario para que tuviera que comer y así poder quedarme hasta tarde trabajando de corrido, te lo agradecen todos en el edificio y sobre todo tus postres jeje. MUCHAS GRACIAS POR TODO TU APOYO INCONDICIONAL, TU AMOR, TU CARIÑO Y COMPRENSIÓN. Un último agradecimiento dirigido para todos mis compañeros de la maestría en desarrollo regional y algunos de las otras áreas, que sin su apoyo creo que no hubiera disfrutado tanto estos 2 años de incesante trabajo, tanto que vivimos juntos, experiencias aprendidas y recuerdos creados, memoriasque quedarán ahí para siempre y de ello las fotos son la evidencia. Viajes, bromas, en fin muchísimas cosas que solo nosotros sabemos lo que pasó. viii DEDICATORIA Quiero dedicar esta tesis a varias personas que son una parte muy importante de mi vida y que si no fuera por ellos y su apoyo creo que esto no se hubiera logrado del todo. Primeramente va para ti Erika que siempre has sido mi fuente de inspiración y búsqueda de fortaleza, tu apoyo en verdad significa muchísimo para mí es por eso que mediante este pequeño escrito te dedico todo mi esfuerzo puesto en el mismo. Con tu apoyo siento que puedo lograr hasta lo imposible y por ello te digo que te amo con todo mi ser. Eres todo para mí. También quiero dedicarles este trabajo a mi familia, que creo es gracias a ellos que estoy aquí, mis papás primeramente por enseñarme a ser quien soy hoy en día y que aunque a veces tenemos diferencias creo es por la manera tan iguales de ser que tenemos. A mis abuelos, mi lela y mi lelo que como si fueran mis segundos padres me criaron a su modo, con ellos viví grandes momentos de mi vida y si pudiera volverlos a repetir con mucho gusto lo haría. Lela, muchas gracias por tu apoyo y tus momentos que me brindas para platicar de lo que sea. Lelo donde quiera que estés este trabajo lleva una enorme dedicatoria para ti. ix INDICE Listado de figuras xi Lista de tablas ........................................................................................................................... xii RESUMEN.................................................................................................................................. xiii ABSTRACT................................................................................................................................. xv INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 1 Objetivo general .................................................................................................................... 4 Objetivos específicos .......................................................................................................... 4 Hipótesis ................................................................................................................................. 4 I.- MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL .................................................................................... 6 1.1 Modernidad y Transformación Alimentaria ............................................................. 6 1.2 La Alimentación desde una Perspectiva sociocultural ........................................ 11 1.3 La Comida y la Cocina como Cultura e Identidad. ............................................... 13 1.3.1.............................................................. Cocinas nacionales, cocinas regionales ............................................................................................................................................. 19 1.3.2....................................................................... El gusto como experiencia cultural ............................................................................................................................................. 22 II. ORÍGENES DE LA COCINA NACIONAL MEXICANA Y LA COCINA REGIONAL SONORENSE ............................................................................................................................ 25 2.1 Orígenes de la cocina mexicana .................................................................................. 29 2.1.1 El espacio culinario .............................................................................................. 30 2.1.2 Mestizaje de la cocina mexicana ...................................................................... 32 2.2 Los inicios de la gastronomía en México .................................................................... 34 2.3 Cocina tradicional sonorense ....................................................................................... 36 III. ESTRATEGIA METODOLÓGICA .................................................................................... 41 3.1 Principales conceptos: ................................................................................................... 42 Paisaje Alimentario, Campo Gastronómico y Campo Culinario .................................... 42 3.2 Procedimiento metodológico ................................................................................... 45 3.3 Descripción sociodemográfica y económica de la Ciudad de Hermosillo ........ 47 3.3.1 Antecedentes sociodemográficos .................................................................... 48 3.3.2 Antecedentes económicos ................................................................................. 49 IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN ......................................................................................... 53 4.1 Descripción del campo gastronómico ......................................................................... 55 x INDICE (Continuación…) 4.1.1 Centros de abasto, distribución y venta de alimentos y bebidas en la ciudad de Hermosillo ..................................................................................................... 55 4.1.2 El auge de la gastronomía en la ciudad y su relación con la profesionalización .......................................................................................................... 60 4.1.3 Abasto de insumos para los restauranteros y preparadores de comida61 4.1.4 Oferta gastronómica en el espacio urbano por tipo de establecimientos y las opciones culinarias que ofrecen....................................................................... 62 4.2 Principales corredores culturares gastronómicos en la ciudad ............................... 70 4.3 Análisis del campo culinario en la ciudad de Hermosillo .................................... 77 4.3.1 Diversidad de cocinas ......................................................................................... 80 4.3.2 Especialidades culinarias en relación con cada tipo de cocina .............. 81 4.3.3 Descripción del gusto y la comida tradicional en Hermosillo .................. 89 4.3.4 Las nuevas tendencias gastronómicas y culinarias en la ciudad ......... 101 4.3.5 Propuestas alternativas .................................................................................... 109 CONCLUSIONES ................................................................................................................... 112 BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 115 Bases de datos .................................................................................................................... 118 Recursos electrónicos ........................................................................................................ 119 ANEXOS ................................................................................................................................... 120 xi Listado de figuras Figura 1 Distribución porcentual de establecimientos comerciales de venta de alimentos en la ciudad de Hermosillo ..................................................... 56 Figura 2 Relación del tipo de tiendas de conveniencia presentes la ciudad de Hermosillo ................................................................................................. 57 Figura 3 Distribución porcentual de los establecimientos de venta de comida en las principales vías de la ciudad ................................................ 75 Figura 4 Oferta gastronómica en los principales corredores gastronómicos en la ciudad de Hermosillo ............................................................................76 xii Lista de tablas Tabla 1 Población ocupada por sector de actividad económica en la ciudad de Hermosillo, 2012 ........................................................................................ 51 Tabla 2 Tiendas de autoservicio de acuerdo al tamaño y nombre comercial ubicadas en la ciudad de Hermosillo Sonora ............................................... 58 Tabla 3 Diferentes tipos de establecimientos comerciales de preparación y consumo de alimentos ................................................................................... 64 Tabla 4 Tipo de local y tipo de cocina que predominan en los principales corredores gastronómicos de la ciudad de Hermosillo .............................. 71 Tabla 5 Organización de la oferta alimentaria en función del tipo de establecimiento ............................................................................................... 72 Tabla 6 Descripción de los entrevistados en relación con el tipo de establecimiento, tipo de cocina, especialidad y el corredor gastronómico .......................................................................................................................... 77 xiii RESUMEN El aumento en el consumo fuera de casa es una de las características principales de la modernidad. En este sentido, en la mayoría de los países han proliferado los establecimientos que expenden alimentos y comida en el ámbito público. La propagación de supermercados y restaurantes, en el contexto de los cambios culturales más amplios, probablemente ha tenido un efecto significativo en lo que comemos, tanto en el tipo como el contenido de los platillos. En este escenario, la gastronomía tiene nuevos retos ya que las migraciones, la urbanización, el mercado y los medios de comunicación, principalmente, han favorecido nuevas y más variadas opciones culinarias, tipos de comida y de lugares donde comer. A partir de la antropología de la alimentación y bajo una metodología cualitativa, en este trabajo buscamos describir el paisaje alimentario en la ciudad de Hermosillo Sonora, a través de identificar el campo gastronómico y culinario que prevalece en la ciudad. Partimos que este paisaje alimentario está conformado por un campo gastronómico diversificado, por un lado, abierto a nuevas tendencias culinarias, con predominio de la cocina fast food y comida urbana, y por otro, la permanencia de la cocina regional en sus diferentes expresiones. Por medio de bases de datos y de observación identificamos el campo gastronómico y culinario en la ciudad y posteriormente se realizaron entrevistas semiestructuradas a diversos actores. Encontramos que el campo gastronómico en la ciudad es extenso y variado, y que la oferta alimentaria se concentra en espacios muy definidos dentro del área urbana, lo que denominamos “corredores culturales gastronómicos”. La tendencia es concentrar los establecimientos de comida en espacios tipo plazas comerciales o dentro de los centros comerciales en los pasillos gastronómicos. Prevalecen los establecimientos de tacos y tortas, seguidos los de comida rápida así como los alimentos para consumo inmediato. Todos ellos conforman una opción de comida rápida, tanto regional como de influencia norteamericana. Los xiv restaurantes se concentran en las principales vías de la ciudad, sobre todo los de autoservicio. Dentro del campo culinario, hay presencia de una diversidad de cocinas. Prevalece la cocina regional -tanto tradicional como contemporánea-, basada en el uso de productos y preparaciones propias de las diversas regiones del estado. La cocina mexicana, que se caracteriza por la preparación de platillos típicos desde antojitos hasta platillos más elaborados. Algunas cocinas nacionales que incluyen la china, italiana, argentina, japonesa, en su modo más puro como en el fusión. Hay nuevas tendencias como la comida urbana, de autor y opciones para el mercado de la salud. Desde la perspectiva de los involucrados en la preparación y venta de comida en el espacio urbano, en la ciudad prevalece una cultura que privilegia lo basto, las porciones grandes, que busca “llenar” al comensal. En un principio hay una apertura a la novedad pero luego se repliega en lo ya conocido, lo regional, lo tradicional. Los alimentos preferidos son la carne, queso, mantequilla, harina y chile. Privilegia lo picante, lo cremoso, lo dulce, lo salado. En cuanto a las preferencias culinarias, hay un asunto generacional, los jóvenes prefieren los nuevos sabores, lo que está de moda, la comida de la calle, la urbana; mientras que los mayores buscan la comida tradicional y los restaurantes de servicio completo. Pudiéramos decir que el paisaje alimentario en Hermosillo es producto de la inserción en el mercado global, que ha propiciado un giro, un cambio y un dinamismo de las fuentes culturales de alimentos; así como un cambio en las prácticas alimentarias, nuevas tendencias y discursos gastronómicos, modos de comer y cambios en la comensalidad y convivialidad. Palabras clave: campo gastronómico, campo culinario, cultura, identidad, cocina, paisaje alimentario. xv ABSTRACT The increase of eating out is one of main characteristics of modern life. In a wider context of cultural changes, the propagation of restaurants and supermarkets, probably, has been a significant effect in what we eat, both in the preparation and in the ingredients of meals. At present, gastronomy has new challenges derived from migration, urbanization, market and media, which have favored the diffusion of new and diverse culinary options, type of meals and places where to eat. From a cultural perspective, in this research we describe the urban foodscape in Hermosillo city, a place in the northwest of Mexico, through the identification of the gastronomic and culinary fields. Our hypothesis was that foodscape in Hermosillo city consists in a diversified gastronomic field, open to new culinary tendencies, with predominance of fast and street food, but still there is a permanence of regional cuisine in their different expressions. To carry out this research, we used official data bases, observation, and semi structured interviews with different actors involved in the public food sector. We found that the gastronomic field in the city is extensive and varied, and the meal establishments are concentrated in well-defined spaces within the city, which we proposed to call "cultural gastronomic corridors”. Furthermore, the trend is to locate these meals establishments in commercial places or inside shopping malls, the food court. The commercial establishments that dominate in the city are tacos and tortas, followed by fast food and quick consumption meals. These types of foods, both regional like North American food, fall within the classification of fast food. . Most restaurants are situated on main avenues in the city, specially the self-service restaurants and those of fast food option. Within the culinary field, in Hermosillo there is a diversity of cuisines. There is a permanence of regional cuisine based on the use of products and own preparations of the diverse regions of the state. The Mexican cuisine consisted by the preparation of antojitos and more elaborate meals. Furthermore, we found some cuisines including Chinese food, Italian food, Argentinian food, and xvi Japanese food, all of them mainly fused with the local food culture. In the city, we found new trends such as urban cuisine, chef's cuisine, and those related to the healthcare market. From the point of view of food retailers in the city, in Hermosillo prevails the culture in favor of the large, large portions, and satisfy until satiety and fullness. At first, the commensals are open to the newest, but later come back to whatthey really know, in this case the regional and traditional food. They consider that in the local culture the favorite foods are meat, cheese, butter, flour and chili. The Sonoran people prefer the spicy, creamy, sweet and salty flavors. As for culinary preferences, there is a generational issue: young people prefer new flavors, trendy foods, street and urban food; while older people are seeking traditional food and full service restaurants. In general, the foodscape in Hermosillo is the result of insertion of the city into the global market, which has led to a shift and dynamism of cultural food sources; and a change in dietary practices, new trends and gastronomic speeches, eating patterns and changes in the commensality and conviviality. Keywords: culture, cuisine, gastronomic field, culinary field, foodscapes, Mexico 1 INTRODUCCIÓN La modernidad alimentaria ha planteado nuevas tendencias que van dirigidas hacia la recomposición global y local de los sistemas alimentarios, la incorporación de nuevos productos y la homogeneización de la dieta; lo cual ha ido generando, transformando, estructurando y actualizando diversas concepciones de producción, preferencia y consumo de alimentos (Meléndez y Sandoval, 2008). El aumento en el consumo fuera de casa es una de las características principales de la modernidad. Dentro del sector económico, el de los alimentos es uno de los más dinámicos. En este sentido, en la mayoría de los países han proliferado los establecimientos que expenden comida en el ámbito público y con ello se ha diversificado el tipo de cocinas que ofrecen (Warde y Martens, 2000). La propagación de restaurantes, en el contexto de los cambios culturales más amplios, probablemente ha tenido un efecto significativo en lo que comemos y en el cambio en el tipo y contenido de los platillos. De acuerdo con Warde y Martens (2000) en un mundo de movilidad geográfica, hogares pequeños, familias más pequeñas e inestables, comer fuera es uno de los conductos principales de la interacción social, ya que ofrece un contexto para la sociabilidad y el mantenimiento de las redes sociales. En este nuevo escenario es donde la gastronomía tiene nuevos retos ya que las migraciones, la urbanización, el mercado, los medios de comunicación, entre otros aspectos, han favorecido la aparición de nuevas y más variadas opciones de comida y de lugares donde comer, así como cambios en la alimentación, tanto en el campo gastronómico como en el culinario, principalmente en las áreas urbanas. 1 En relación con la cultura alimentaria y en especial con la cocina de los pueblos, Duhart (2002) menciona que las regiones culinarias son el producto de la historia de las distintas sociedades y de sus relaciones con el sistema ecológico al cual pertenecen. En el caso de México, es posible distinguir la región norte como una zona marcada por la especialización agrícola regional (ganado vacuno y trigo), al sur y al este, una región donde los ambientes naturales y los contactos marítimos han dado lugar a una cocina muy variada. En el centro-oeste, usos culinarios ligados a una menor diversidad ecológica, a un pasado menos abierto a los intercambios y a un desarrollo de la ganadería (Ávila Palafox, 1996: 294- 295). Así mismo, al interior de cada región también se encuentran ciertas particularidades en relación con los ingredientes usados, en las técnicas empleadas, en los saberes que los distinguen, entre otros, por lo que pudiéramos hablar de cocinas locales o cocinas regionales locales. Una forma de conocer la culinaria de una región es a través de su oferta alimentaria (campo gastronómico), por el tipo de restaurantes y de negocios de comida establecidos en el espacio público (eating out). Por el tipo de productos que se consumen o que se ofertan, se pueden conocer algunos aspectos de la cultura y de la identidad alimentaria de una región determinada, además de en qué horarios se come, quiénes asisten a estos locales, cuáles son sus técnicas culinarias, los ingredientes usados, entre otros. México se encuentra inserto dentro de este proceso globalizador que ha venido a transformar tanto la producción como el consumo alimentario. Elementos como la inversión extranjera y las empresas transnacionales en el ramo alimentario, además del predominio de formas de consumo norteamericanas son los principales elementos que han llevado a que se produzca una homogeneización del sector industrial alimentario de este país; aunado a los diversos esquemas de distribución alimentaria urbana y la publicidad que promueven la compra de productos industrializados con gran peso en la industria alimentaria nacional (Torres, 1997, 2001). 2 En el caso particular de Sonora, como expresión de la globalización alimentaria y la apertura comercial en las últimas tres décadas se instalaron grandes corporaciones transnacionales, que han encontrado en el mercado de alimentos un campo fértil para la inversión de capital nacional y extranjero (Meléndez y Cañez, 2012). Además, la apertura en la región de diversos hipermercados, supermercados y clubes de membresía; así como el creciente mercado de las tiendas de conveniencia, principalmente la empresa mexicana Oxxo, en conjunto con el flujo migratorio se ha favorecido una oferta y demanda más diversificada de alimentos tanto locales como nacionales e importados. Este proceso ha ido acompañado con la instalación de una gran cantidad de establecimientos del ramo alimentario, relacionados tanto con la venta de comida como con la venta de productos y alimentos, lo que ha conformado una variada oferta gastronómica en la región, principalmente en las zonas urbanas. Por otro lado, también va a la par con un incremento de los consumidores preocupados por la salud y el hedonismo quienes demandan nuevas opciones alimentarias (Meléndez y Cañez, 2012). Donde existe descontento con las divisiones tradicionales de trabajo, comer fuera es una fuente rica, no falta de civismo, sino de convivencia y cooperación debido a que en el caso de Sonora, es gracias a la afluencia de capital extranjero durante 1991, que el sector agrícola logró su recuperación y los procesos de internacionalización productiva asociados a la globalización, los que favorecieron la entrada de flujos de inversión al sector de producción de alimentos (Wong, Sandoval y León, 1994). Siendo las empresas transnacionales las responsables de estos flujos, multiplicando su presencia en los valles agrícolas y las zonas urbanas, interesadas en obtener el control de todo el circuito de relaciones económicas que abarcaban los sistemas productivos, desde la siembra y procesamiento de productos hasta la venta en el mercado final y su consumo. La inserción de este tipo de empresas y establecimientos ha ido de la mano con una creciente población urbana en el estado. Para 2010, el 86% de su 3 población reside en localidades de 2,500 ó más habitantes, posicionándose entre las 10 entidades más urbanizadas a nivel nacional (INEGI, 2010). Estas situaciones son parte de la transformación alimentaria en la población sonorense lo que puede ayudar a explicar los cambios en la cultura alimentaria local y regional (Pérez, Cáñez y Ortega, 1998; Meléndez y Cañez, 2008, 2010). Esto ha hecho que en la ciudad se conforme un nuevo paisaje alimentario, tanto en el tipo de productos, como en las preparaciones así como en las opciones de consumo. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Cómo está conformado el espacio alimentario urbano en la ciudad de Hermosillo? A su vez, ¿qué tipo de establecimientos de comida hay en la ciudad? ¿Cuáles son los tipos de cocina que están presentes en la ciudad? ¿De dónde se abastecen de materias primas? ¿Cuáles son las preferencias de los consumidores? ¿Cuáles son los nuevos espacios de consumo en la ciudad? Partimos delsupuesto que tanto la cultura como la sociedad es algo vivo y cambiante. Y que las modificaciones en los gustos y las formas de cocinar van aparejadas a los cambios culturales, económicos y sociales que sufren las distintas sociedades. Así mismo, el espacio gastronómico urbano de la ciudad de Hermosillo, representa una síntesis de lo que sería la cultura alimentaria local. En ella se funden tanto los gustos, como las preferencias alimentarias, la comensalidad y la convivialidad de los pobladores de la región. Asimismo planteamos que en el caso de la ciudad de Hermosillo los cambios ocurridos en su estilo de vida, como resultado de los efectos de una acelerada urbanización, se han visto reflejados en su cultura alimentaria y principalmente en el campo gastronómico y culinario en el espacio urbano, en donde se produce una adaptación de saberes y prácticas culinarias que se expresan en la diversidad de cocinas que se encuentran en la ciudad. 4 Objetivo general Describir el paisaje alimentario urbano a través del estudio del campo gastronómico y culinario en la ciudad de Hermosillo, Sonora. Objetivos específicos 1. Ubicar geográficamente el paisaje alimentario de la ciudad de Hermosillo en relación con hipermercados, supermercados y delicatesen, mercados locales, tiendas especializadas que abastecen productos alimenticios y bebidas y los espacios de consumo. 2. Identificar los principales espacios urbanos donde se concentra la oferta alimentaria y su ubicación en la ciudad de Hermosillo. 3. Describir el campo gastronómico urbano en función de los establecimientos de venta de comida, así como categorizar la diversidad gastronómica y culinaria en la ciudad de Hermosillo según el tipo de cocina y de establecimiento. 4. Describir desde el punto de vista de los involucrados en la oferta gastronómica y culinaria, el gusto de los hermosillenses, las preferencias culinarias, así como las nuevas tendencias gastronómicas en la ciudad. Hipótesis El paisaje alimentario urbano en la ciudad de Hermosillo ha conformado un campo gastronómico diversificado, abierto a las nuevas tendencias culinarias, con gran predominio de la cocina fast food tipo franquicia y la cocina urbana además de la “comida de la calle”, pero con una permanencia de la cocina regional en sus diferentes expresiones. Para responder a nuestras preguntas de investigación este trabajo se planteó desde una perspectiva de la antropología de la alimentación y bajo una 5 metodología cualitativa. Se utilizaron bases de datos y observación para conocer el campo gastronómico y culinario en la ciudad de Hermosillo. Además, se llevaron a cabo 24 entrevistas a diversos actores involucrados en el mundo de la gastronomía y la culinaria en el espacio urbano. Este trabajo se estructuró en cinco apartados principales. El capítulo 1 se centra en la revisión de la modernidad y transformación alimentaria y cómo es que se va dando el auge de la comida en el espacio público, en especial la presencia de los restaurantes. El capítulo 2 hace referencia a la cocina como cultura, en especial a los orígenes de la cocina y la gastronomía mexicana y sonorense. La estrategia metodológica que se siguió en este trabajo de tesis se desarrolla en el capítulo 3 y los resultados y discusión se presentan en el capítulo 4. En un apartado por separado se mencionan las conclusiones principales a este trabajo en relación con la hipótesis y objetivos propuestos. 6 I.- MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL 1.1 Modernidad y Transformación Alimentaria En ningún tiempo de la historia de la humanidad se había contado con la gran variedad y disponibilidad de alimentos como con los que cuentan hoy en día. Consecuencia de ello, en las últimas décadas se han producido grandes cambios en los modelos alimentarios y en los patrones de consumo de la población, así como un auge en la gastronomía, que han propiciado varios cambios en la relación con las cocinas. Para poder explicar dichos cambios en los patrones de consumo y todo lo derivado de ellos tenemos que comenzar por explicar los procesos de cambio por los que pasó el sistema alimentario hasta llegar a conformarse en lo que es actualmente y cómo han incidido estos procesos en la conformación del campo gastronómico y culinario de las distintas regiones. Procesos como la modernidad alimentaria y la globalización del sistema alimentario han propiciado una transformación alimentaria en la mayoría de las sociedades. Hablar de esa modernidad alimentaria, como dice Sobal (2000), es hacer referencia a la diversidad de modelos inmersos en ella y donde intervienen diversos aspectos, como lo son el ingreso familiar, la migración rural-urbana, la cultura, el entorno físico, la disponibilidad de recursos, las actitudes y los valores sociales, la tercerización de la economía y publicidad comercial, entre otros. 7 Como producto de ella podemos mencionar un claro ejemplo de cambio en las pautas dietéticas visto en los estadounidenses, quienes atribuyen estos cambios a varios factores como: a) nuevas tecnologías –deshidratación, congelación, pasterurización, liofilización, aditivos químicos, entre otros– b) el aumento de la riqueza –hizo que la gente endulzara y engrasara su régimen alimentario– c) los programas gubernamentales –inversiones en productos alimenticios de subvención para desayunos y almuerzos escolares, así como programas dirigidos a familias de bajos recursos– d) el trabajo de los dos miembros de la pareja conyugal –se hacía más difícil preparar desayuno y más fácil servir un almuerzo elaborado a base de productos ya preparados– e) el final del “baby boom” –declinación o lento incremento de productos populares entre niños por el aumento de la edad media de la población, aumento en la proporción de alimentos para adultos– f) recomendaciones sanitarias –cambios en dietas como consecuencia de problemas de salud como obesidad e hipertensión, etcétera. Gracias a la modernidad alimentaria se ha logrado tener una fácil distribución y disponibilidad de alimentos más no el acceso a los mismos, generando con ello una oferta homogénea, con demanda diferenciada dentro de espacios de consumo y sin problemas de distribución (Meléndez y Cañez, 2012). Aunado a esta modernidad alimentaria, la globalización generó un proceso de transformación alimentaria en la mayoría de los países, favorecida principalmente por el gran desarrollo de la industria junto con la tecnología agroalimentaria y la influencia de grandes consorcios transnacionales de orden alimentario. Es así como se explica la aparición de nuevos patrones de consumo y preferencias alimentarias, las cuales no siempre han sido benéficas para el logro de un desarrollo sano de las diversas sociedades, tanto en términos biológicos como sociales (Meléndez y Cañez, 2012). Para Contreras y Gracia (2005) este fenómeno de globalización no es más que un escenario de gran complejidad cuya característica es la subordinación de sistemas alimentarios locales a las exigencias marcadas por ciclos propios de la 8 economía capitalista de gran escala, teniendo como resultado la integración de todo el mundo en un proceso económico y de espacio, donde se incluye el cambio de poder de comunidades y estados-naciones a instituciones internacionales como corporaciones trasnacionales y agencias multilaterales (McMichael 1994: 277, en Atkins y Bowler, 2001; Entrena Durán, 1997) Mientras que Sobal (2000) describe la globalización como la herramienta tecnológica del sistema alimentario generadora de grandes cambios en el transporte y sistemas de comunicación, que han incidido a su vez en la innovación de la producción, procesamiento y distribución de los mismos alimentos, con grandes consecuencias en su consumo. Gracias a esta “herramienta tecnológica” se ha logradotener una mayor durabilidad de cultivos, productos alimenticios y de los mismos alimentos al incrementar su vida de anaquel (Friedmann, 1992; Thompson y Cowan, 1995 en Sobal, 2000). Como resultado de ello al tener más alimentos con una vida más duradera, es más fácil su manejo y almacenaje logrando así superar sus limitaciones de espacio y tiempo. En relación con la globalización alimentaria, Phillips (2006) hace una propuesta en función de dos ejes principales: por un lado está la movilización de los alimentos como una mercancía en la producción mundial y, en ocasiones, dentro de tratados comerciales, que a su vez es gobernada por instituciones globales; por otro lado, él considera que la globalización se ha nutrido particularmente por la movilidad de las personas y las ideas en relación con la cocina y la nutrición, además de la salud y en especial, la importancia que se le da al cuerpo. Este desarrollo de integración internacional, según McMichael (2010), dio lugar a la configuración de un mercado alimentario de dimensiones globales, favorecido por la globalización económica, la apertura comercial y la reestructuración de la división internacional del trabajo, misma que afectó a la agricultura mundial y conllevó a la subordinación de la producción de cada una de las regiones alimentarias a una producción global. Es así como los gustos y 9 las preferencias alimentarias fueron las que demandaban las grandes trasnacionales, que no son otra cosa que organismos organizadores e impulsores del consumo de alimentos a nivel mundial. Todo este proceso de modernización y globalización han venido a constituir un sistema alimentario moderno, que de acuerdo con Warde (2000) puede sintetizarse en cuatro tendencias básicas: a) la homogeneización del consumo en una sociedad también masificada; b) la persistencia de un consumo diferencial socialmente desigual; c) el incremento de una oferta alimentaria personalizada o posfordista, avalada por la creación de nuevos grupos de consumidores que participan de estilos de vida comunes; d) el incremento de una individualización alimentaria causante de la creciente ansiedad del comedor contemporáneo. Como consecuencia de la transformación de una agricultura tradicional en una industrializada Sobal (2000) afirma que dio lugar a un mayor consumo de ciertos macronutrientes en detrimento de otros. La ingesta de fibra y carbohidratos complejos obtenidos mediante el consumo de alimentos de origen vegetal fue desplazada y al mismo tiempo sustituida por un aumento en el consumo de alimentos de origen animal, con esto también se dio un mayor consumo de carbohidratos refinados industrializados y el uso de aceites vegetales para obtener una mayor vida de anaquel de los alimentos procesados. De acuerdo a Contreras (2005) después de siglos de vivir inmersos en una recurrente malnutrición, derivada de la falta de alimentos, hoy en día se puede decir, (salvo por algunas excepciones) que en las sociedades industrializadas todo el mundo come, lo cual ha generado un sentimiento de acumulación e incluso de sobreabundancia alimentaria. Por consiguientemente el "temor de que no alcance la comida" ha disminuido y sumado a ello el consumo de alimentos ha sufrido una paralela transformación en lo que a preparación y adquisición se refiere. Donde se puede mencionar que en varias sociedades tradicionales el consumo de alimentos es una actividad colectiva que ocurre en el hogar, mientras que en las 10 sociedades post-industriales hay un aumento en el alimento consumido fuera de casa o a veces solo. (Sobal 2000) Por ello Contreras (1993) y Entrena Durán (1997), hablan de una homogeneización de la alimentación en cuanto al consumo generalizado de una serie de productos industrializados, así como el uso de determinadas herramientas, técnicas de conservación y preparación de los propios alimentos. Mencionan también que el uso de estas herramientas y técnicas está determinado por el hecho capital de las sociedades industrializadas. La reincorporación de la mujer al trabajo asalariado fuera del hogar también fue un factor importante y con ello se facilitó el uso de alimentos preparados o congelados y así ahorrar el tiempo necesario para realizar otras tareas importantes como madre/esposa moderna. Así es como tareas realizadas en la cocina del hogar se van transfiriendo a la “fábrica”. Por su parte Rappoport (2003) afirma que esta homogeneización alimentaria responde a una ideología que el llama “La Mcdonalización”, que a su vez encierra tres ideologías que, al unirse pueden dar un entendimiento a la mayoría de los significados atribuidos a los alimentos (el hedonismo, espiritualismo, nutricionismo)1. Donde cada una de estas ideología desempeña un papel muy importante en el día a día de las personas, al formar parte de nuestra vida cotidiana. Esta Mcdonalización como la llama Rappoport (2003) es el resultado de la exportación de la cultura americana; el sueño idealizado de modernidad, el querer vivir como los estadounidenses, adoptar su estilo de vida, al igual que su manera de alimentarse. En este sentido concuerda con lo que señala Mintz (2003), quien menciona que la comida tiene una estrecha relación con la cultura de cada sociedad, la cual constituye el contexto que da sentido a las significaciones que orientan estas prácticas (Geertz, 2003). 1 Hedonismo.- En lo alimentario se refiere a la gran experiencia de degustar un alimento más allá del placer sensorial, algo muy presente en las revistas y libros de cocina gourmet. Espiritualismo.- Se refiere a las prácticas religiosas en torno al alimento como el no comer carne en cuaresma por los católicos, solo consumir alimentos certificados kosher por los judíos. Entre otros. Nutricionismo.- Basada en una ideología de una dieta balanceada busca mantener a las personas bajo un régimen de alimentación saludable. 11 1.2 La Alimentación desde una Perspectiva Sociocultural El acto de comer, de alimentarse, es una función biológica vital y al mismo tiempo una función social esencial, y sus diferentes aspectos se ordenan en dos dimensiones básicas. La primera se extiende de lo biológico a lo cultural y la segunda, de lo individual a lo colectivo; el ser humano biológico y el ser humano social están intrínsecamente relacionados en el hecho alimentario (Fischler, 1995). Así, en la alimentación no sólo se involucran factores biológicos y fisiológicos, como respuesta a la satisfacción de una necesidad indispensable para la vida, sino factores sociales y culturales. Sin embargo, no todo lo que se puede comer es consumido por el hombre; sino que realizamos una selección alimentaria, lo que determina que haya sociedades que consuman alimentos que otras aborrecen y viceversa (Garine, 2004). Por su parte Medina (1996) menciona que, la alimentación es la confluencia o la síntesis de tres factores: los sistemas biológicos, la cultura y el medioambiente. En este sentido, la alimentación se convierte desde la perspectiva antropológica en un concepto o marco de referencia; en un concepto mucho más amplio que el de nutrición o el de dieta, y que engloba por una parte los procesos nutritivos, y por otra, la regulación y el control dietético; y, al mismo tiempo, alude al marco social y cultural que tiene que ver con los comportamientos alimentarios y los estilos de vida. Jerome (1969, en Contreras 1993) afirma en su obra “American culture and food habits” que las personas comunican lo que son a través de sus comportamientos y preferencias alimentarias. En Estados Unidos la alimentación es signo de unos temas culturales básicos o recurrentes que son, el individualismo expresado mediante las elecciones individuales entre los miles de alimentos que se ofrecen en los supermercados, aunque setrate de variaciones sobre un mismo tema; el pluralismo a través de multitud de cocinas étnicas 12 diversas y de establecimientos comerciales en los que adquirir esos productos (chinos, italianos, mexicanos, entre otros) así como en las múltiples y diversas influencias étnicas recibidas por la “cocina americana”; el ocio puesto de manifiesto por el incremento en el uso de restaurantes para comer fuera de casa, así como por la popularidad de la conveniencia de la “fast-food” o comida rápida y del “take-away” o comida para llevar; y por último, la juventud exhibida particularmente a través de los llamados “health-foods”. Asimismo, mediante un determinado comportamiento alimentario, un individuo expresa su voluntad de integración en cierto grupo social. Compartir hábitos o preferencias alimentarias proporciona un cierto sentido de pertenencia y de identidad, podría decirse que la comida alimenta también el corazón, la mente y el alma (Contreras, 1993) Igualmente la alimentación no sólo sirve para indicar determinados temas o cuestiones, sino también para señalar situaciones, es decir, “un modo de vida”. Por lo tanto alimentarse es una conducta desarrollada más allá de su propio fin, que sustituye, resume o denota otras conductas, en este sentido constituye un signo, de ahí que cada situación (el trabajo, la actividad, el deporte, el estudio, la fiesta, etc.) tenga su propia expresión alimentaria. Por ejemplo, para Fábregas, (1982 en Contreras, 1993) el “snack” no sólo responde a una necesidad nueva, sino que confiere a ésta una cierta expresión teatral, convirtiendo a quienes consumen los “snack” en “hombres modernos”, “ejecutivos” con poder y control sobre la extrema rapidez de la vida contemporánea. Visto de otra manera: “el “snack” representa una modificación particular regida no por un afán de confraternizar, sino por un afán de economizar. Economizar tiempo, es claro. Esta nueva categoría de comidas desarrolla su propio rito y su propia gestualidad. El self-service funde en una misma persona dos funciones diferentes: la de camarero y la de comensal. Economía de tiempo, economía de mano de obra. El self se decanta hacia la producción de 13 comensales en cadena. Comensales que han de ponerse en fila, aprovisionarse del equipo necesario y avanzar en forma disciplinada. Este hecho transforma profundamente los prolegómenos de la comida e introduce una nueva gestalidad. La consideración del restaurante self permite introducirse en un tema nuevo: la comida que inscrita en el tiempo de ocio tiende a establecer unos lazos de relación; cuando tiene lugar dentro del tiempo de producción adopta unas formas que favorecen el aislamiento, en incluso en la incomunicación y la insolidaridad” (Fábregas, 1982, pp. 58 – 61 en Contreras, 1993). De acuerdo a Contreras (1993), los nuevos hábitos alimentarios desarrollados en los países industrializados están más basados en estrategias de marketing que en las prácticas alimentarias tradicionales o en una racionalidad basada exclusivamente en criterios de carácter dietético y nutricional. Pero desde los años ochenta, las madres de familia y dietistas utilizaban el término equilibrio para caracterizar una buena alimentación. En nuestros días, de acuerdo con Fischler (1995) y Contreras (2005), en el espíritu de los comensales contemporáneos la cuestión crucial es cada vez más saber qué comer y en qué proporción. 1.3 La Comida y la Cocina como Cultura e Identidad. Duhart (2004) sugiere que la alimentación de un grupo social o pueblo determinado se materializa en el tipo de productos que consume, en las técnicas, los enseres y los utensilios que emplea para cocinar; en los platillos, las preferencias y las aversiones a ciertos alimentos y las recetas de cocina que realiza. Es entonces que la alimentación es transformada en situación, mientras la sociedad actual la organiza alrededor de dos grandes polos, por una parte la actividad o actividades en general, ya no el trabajo y por otra parte el ocio y ya no la fiesta. Todo ello pone de manifiesto hasta qué punto la alimentación es un sistema orgánico, incorporado orgánicamente a un tipo definido de sociedad: en 14 este caso la sociedad industrial y de consumo (Barthes, 1961 en Contreras, 1993). Por su parte Uma Narayan nos señala que “pensar sobre la comida nos ayuda sobremanera a revelar cómo entendemos nuestras identidades personales y colectivas. Según parece, el simple acto de comer está condimentado con complejos y muchas veces contradictorios significados” (Citado por Álvarez 2002 en Padilla 2006). Estas cuestiones relativas a la alimentación como sistema de comunicación y como vehículo para expresar una determinada identidad, pueden observarse, en el caso de las sociedades de consumo, analizando la publicidad de la alimentación. Para ello Contreras, (1993) evoca a Barthes (1961) quien considera que un recorrido por la publicidad alimentaria permite considerar tres grupos de temas: 1. La función rememorativa, visto como la permisión del individuo a integrarse cada día dentro de un pasado nacional donde las técnicas (preparación, cocción, fritura, asado, etcétera) poseen una especie de virtud histórica, vienen de lejos. La cuestión histórica tan presente en la publicidad, moviliza dos tipos de valores diferentes: a) una tradición aristocrática y b) la supervivencia sabrosa de una antigua sociedad rural (hecho en casa, como en casa, como lo hacía la abuela, etc.). 2. El conjunto de valores ambiguos, somáticos y psíquicos reunidos alrededor del concepto de salud, donde ésta es vivida a través de la alimentación bajo la forma de disposiciones que implican la aptitud del cuerpo y parten del mismo pero lo sobrepasan: a) la energía b) el descanso c) la animación. 3. La alimentación se caracteriza por la polisemia que a su vez determina una cierta “modernidad alimentaria”. La alimentación señalaba de forma positiva y organizada las circunstancias festivas, por el contrario hoy en día todas las situaciones tienen su alimentación. El trabajo requiere una 15 dieta energética ligera concebida como el signo mismo de una participación activa en la vida moderna. Mintz (2003), señala que la comida tiene una estrecha relación con la cultura de cada sociedad, la cual constituye el contexto que da sentido a las significaciones que orientan estas prácticas. Así, el acto de comer es más que el simple hecho de ingerir los alimentos; además de que existe una necesidad biológica de satisfacer el hambre, también encontramos que el consumo de los alimentos está ligado a necesidades sociales y culturales. Y es a partir de la interacción entre estos aspectos –biológicos, socioeconómicos y culturales– lo que va constituyendo la cultura alimentaria de un pueblo. Por cultura alimentaria podemos entenderla como: …el conjunto de representaciones, de creencias, conocimientos y de prácticas heredadas y/o aprendidas que están asociadas a la alimentación y que son compartidas por los individuos de una cultura dada o de un grupo social determinado dentro de una cultura (Contreras y Gracia, 2005). Este concepto proviene de la perspectiva de Geertz (2003) que define cultura como la dimensión simbólico-expresiva de todas las prácticas sociales, incluidas sus matrices subjetivas (habitus) y sus productos materializados en forma de instituciones o artefactos. En términos más descriptivos diríamos que la cultura es el conjunto de signos, símbolos, representaciones, modelos, actitudes, valores, etcétera, inherentes a la vida social. A su vez Giménez (2009; 1995; 1994) menciona que cultura es el conjunto de significados subjetivos sustentados por los individuos acerca de ellos mismos y del mundo que les rodea, además está constituida por una red de símbolos que permiten la conducta y el otorgar sentido en los diferentescontextos locales e históricos. Al mismo tiempo menciona que el núcleo de cada cultura es su identidad, entendida ésta como el modo de ser particular, la propia y singular modulación de las variantes universales de la cultura en el eje del tiempo y en la dimensión del espacio. 16 Amtmann (1997) y Giménez (2009; 1995; 1994) hablan de la identidad tanto en el nivel del sujeto como en el de la comunidad, y mencionan que no es puramente fruto de un proceso autoreflexivo, sino más bien el descubrimiento de que se es en comunidad. Suponiendo un sentimiento de pertenencia subyacente al auto-reconocimiento del grupo, expresada en la valorización de los elementos que conforman la propia cultura: hábitos, costumbres, creencias, folclor, artefactos, técnicas, organizaciones e instituciones, conocimientos, conceptos e ideas. Para Amtmann (1997) la identidad es un modo de ser que nace no sólo de la pertenencia común, sino también de la diferencia, entendiéndose que ésta existe cuando los actores se sienten profunda y emocionalmente parte de una localidad o región. Además del reconocimiento de un territorio se valoran las actividades tendientes a dar soporte a quienes habitan ese territorio y, especialmente, los elementos culturales que se comparten y que se traducen en tradiciones, historias, paisajes, personajes, expresiones artísticas y folklóricas. En síntesis, la identidad implica un compromiso afectivo vital con el pasado, presente y futuro de los procesos económico-sociales y culturales que acaecen en una localidad o región. Como identidad regional podemos decir que de acuerdo a Amtmann (1997) y Giménez (2009; 1995; 1994) ésta se da cuando una parte significativa de los habitantes de una región ha logrado incorporar a su propio sistema cultural los símbolos, valores y aspiraciones más profundas de su región. M. Bassand (1981: 5 en Giménez, 1994) a su vez la define como la imagen distintiva y específica (dotada de normas, modelos. representaciones. valores. etc.) que los actores sociales de una región se forjan de sí mismos en el proceso de sus relaciones con otras regiones y colectividades. En este sentido, de acuerdo con Montanari (2004) la comida se vuelve cultura en función de tres procesos. Inicialmente es cultura cuando se produce ya que los individuos no utilizan sólo lo que produce la naturaleza sino que crean su propia comida. La comida es cultura cuando se prepara, cuando se transforma mediante el fuego y ciertas tecnologías que se expresan en las prácticas 17 culinarias (cocina). Y por último, la comida es cultura cuando se consume, cuando los individuos eligen su propia comida con criterios ligados ya sea a la dimensión económica y nutritiva o ya sea por los valores simbólicos de la misma comida. De este modo, la comida se configura como un elemento decisivo de la identidad humana y como uno de los instrumentos más eficaces para comunicarla. Haciendo alusión a Fischler, la cocina de un grupo humano puede concebirse como un cuerpo de prácticas, de representaciones, de reglas y de normas que reposan sobre clasificaciones: una de las funciones esenciales de esta construcción es precisamente la resolución de la paradoja del omnívoro (Fischler, 1980; 1983; en Fischler, 1995: 65). Para Fischler (1995), el ser humano en su calidad de omnívoro está sujeto o es dependiente de la variedad alimentaria para satisfacer sus necesidades, al respecto está impulsado a la diversificación, a la innovación, a la exploración, al cambio, que son vitales para él. Pero por otro lado, está obligado a ser prudente, a la desconfianza, al conservadurismo alimentario. Para él, todo alimento nuevo, desconocido es un peligro potencial. A esto es que le llama la paradoja del omnívoro y la sitúa en una permanente tensión, entre la neofobia (prudencia, temor a lo desconocido, resistencia a la innovación) y el de la neofilia (tendencia a la exploración, necesidad de cambio, de novedad, de variedad). ¿Cómo resolver esta paradoja? Uno de los pilares básicos para solucionar este dilema, es lo que Fischler (1995) llama principio de incorporación, que no es otra cosa que, tanto en el plano real como en el plano imaginario, incorporar a nuestro cuerpo todo o parte de las propiedades del alimento en relación con la parte material como de sus significados. Esto representa que llegamos a ser lo que comemos y por ello, podemos asumir que la incorporación funda la identidad individual pero también la colectiva y al mismo tiempo de la alteridad –del otro-. En este sentido, el comensal no sólo incorpora para sí las propiedades de lo que come, sino que lo adentra en un sistema culinario específico y por lo tanto en el grupo social que lo practica. A un sistema culinario le corresponde una 18 visión del mundo, de una cosmología determinada, por lo tanto está inserto en el interior de una cultura. Las clasificaciones, las prácticas y las representaciones que caracterizan a una cocina incorporan al individuo al grupo, sitúan el conjunto en relación con el universo y lo incorporan en él a su vez (Fischler, 1995). Además afirma que este nuevo comedor-consumidor, ya no sabe cómo distinguir lo comestible de lo no-comestible, terminando por casi no reconocerse a sí mismo como consecuencia de ello. De la misma manera que los alimentos que incorporamos nos incorporan a su vez al mundo, el consumidor moderno, al identificar mal los alimentos que toma, tiene cada vez más dudas sobre su propia identidad. Por lo tanto podemos decir que nos encontramos ante una crisis de los criterios de elección, de los códigos y de los valores alimentarios, la crisis de la simbólica alimentaria, la descomposición del comensalismo, lo cual nos conduce hacia lo que Durkheim conoce como anomia. Al desfallecer o relajarse el sistema nomológico alimentario y las "taxonomías" alimentarias, que tendrían que dirigir las elecciones, el individuo-consumidor de alimentos se encuentra librado a sí mismo. Es en ese sentido en el que cabe decir que, en el corazón de la crisis del régimen, se ha pasado de la gastro-nomía a la gastro-anomia (Fischler, 1995, 1979) Es entonces que en los sectores sociales "pilotos" de la sociedad urbana Fischler, (1995) hace mención de cómo la cocina vuelve a ser de nuevo un elemento central, tanto del arte de vivir como del saber-vivir, contrariamente a la falta de sensibilidad mostrada hacia ella por la modernidad alimentaria dominante. A su vez, Giménez (1995) conceptualiza a la cocina como una institución y práctica social que se ubica y distribuye en un espacio geográfico determinado. Misma que constituye uno de los principales ámbitos donde se objetiviza la cultura alimentaria de un pueblo, de una sociedad (Contreras y Gracia, 2005) por medio de las técnicas de preparación de alimentos (Montecinos, 2004) y que perdura y se mantiene a través de una comunidad de personas que la comen, la preparan, tienen opiniones al respecto y entran en diálogo acerca de tales 19 opiniones (Mintz, 2003). A su vez, Mintz (2003) sostiene que la cocina tiene que ver con la manera de comer de una región dentro de la cual existe un discurso activo acerca de la comida y que sirve de base tanto a una comprensión común como a una producción confiable de los alimentos en cuestión. Asimismo una cocina no es un conjunto de recetas agrupadas en un libro, o una serie de alimentos asociados con un entorno determinado, sino que ésta debe tener raíces sociales, raíces en una comunidad. Es por ello que tiene sentido tratar de vincular lo que la gente siente acerca de la comida, en una cultura determinada, con los alimentos que acostumbran comer en esa sociedad (Mintz, 2003). 1.3.1 Cocinas Nacionales, Cocinas Regionales Las cocinas serán también susceptibles a cambios graduales en su conformación, según lo referido por Padilla (2006) quienafirma que así como las culturas sufren un proceso de adaptación, también las cocinas están al centro de procesos de intercambios culturales regionales que van conformando las identidades en el ir y venir de sus pobladores. Aún con la transición gradual de estas cocinas es posible observar la permanencia de ingredientes que han formado parte del repertorio gustativo de la población. Al respecto Giménez (2005) menciona que las culturas están cambiando continuamente por innovación, por extraversión, por transferencia de significados, por fabricación de autenticidad o por “modernización”, pero esto no significa automáticamente que sus portadores también cambien de identidad. Esto refiere a que sin lugar a dudas todo aquello que “toque” la urbanización llegará a crear un proceso de alteración en su cocina y por lo tanto en las rutinas del consumo alimentario de los pobladores , mismo que no tendrá por qué ser visto desde una perspectiva negativa ni a su vez negado por los pobladores. 20 Las cocinas regionales, caracterizadas por incluir en su concepto los elementos que la definen, tales como utilizar productos que se dan en las cercanías o en los límites del territorio, así como conservar las prácticas culinarias2 que se desarrollan a través del tiempo y en un determinado espacio, excluyen aquellos procesos de cambio inminente ante la expansión de las ciudades hacia lo que antes era considerado periferia o en algunos casos, rural, y con ello la incorporación de alimentos industrializados dentro del patrón alimentario de las familias. Este proceso de urbanización que sucede en las ciudades más importantes, tanto a nivel estatal como nacional e internacional recrea un sistema de producción y/o prácticas culinarias al que de la mano se adapta el consumo y el costo de los alimentos por demanda y gastos de operación (Meléndez y Cañez, 2010). Las cocinas regionales de acuerdo a Mintz (2003) son las que contribuyen a la aparición de una cocina nacional ya que los ingredientes, los métodos de elaboración y los platos tomados de las cuisines regionales se convierten en repertorio de chefs que cocinan para personas con conocimientos, gustos y medios que trascienden la localidad. Como ejemplo de ello se menciona que en Estados Unidos la gente casi nunca habla de la cocina norteamericana, pero cuando se habla de ella el término parece adoptar un carácter étnico o nacional: cocina francesa, cocina india, cocina tailandesa, cocina china. Jean-Francois Revel acepta que puede haber ciertas bases para hablar de una cuisine internacional, y que para él las únicas cocinas verdaderas son las regionales, debido a la perdurable singularidad de los ingredientes locales (Revel 1982 en Mintz 2003). Al mismo tiempo que Mintz (2003) afirma que los alimentos de un país, por sí mismos no integran una cocina. Asimismo las cuisines nunca son la comida de un país sino la de un lugar. Es de ahí que provienen los alimentos que componen su cocina, donde esa comida es notablemente regional, 2Concepto según Meléndez y Cañez (2010) que entiende tanto a los sustratos materiales tangibles en cuanto a la acción práctica como la adquisición, las técnicas y procedimientos de elaboración, condimentación, conservación, presentación y consumo de los alimentos. 21 en contraste con lo que se llama grande cuisine o haute cuisine, que es (implícitamente, al menos) nacional. Es así como la gran cocina y la alta cocina surgen del cambio político y social, mientras que las cocinas regionales contribuyen a la aparición de una cocina nacional porque los ingredientes, los métodos de elaboración y los platos tomados de las cuisines regionales se convierten en repertorio de chefs que cocinan para personas con conocimientos, gustos y medios que trascienden la localidad (Mintz 2003). De acuerdo a Mintz (2003) es en las culturas que dan mucha importancia a la comida donde es posible evidenciar un marcado interés en su sabor y que éste antecediese la aparición de las cocinas regionales. En un nivel regional ese interés va más allá de alimentos comunes y se relaciona más bien con la fidelidad a una concepción difundida y comprendida de los alimentos representativos de la región, que es, en mi opinión, donde tiene su mayor sentido la “cocina”. Para Barrau (1983), este auge “erosiona” los patrimonios culinarios, imponiendo un modelo de cocina distinguida y consagrada por algunas guías gastronómicas y por las modernas escuelas de restauración, estamos hablando del esnobismo, que en conjunto con todo lo anterior contribuye al menos parcialmente a “desestabilizar” las cocinas regionales. La gran cocina de los chefs, es elevada de nuevo al rango de las bellas artes. Los cocineros son estrellas sagradas y sus creaciones son exhibidas en papel lustre (como las obras de los grandes diseñadores), son exportadas de un extremo a otro del planeta, son recuperadas, imitadas y caricaturizadas por los industriales o los artesanos del nuevo prêt-à-porter culinario, vulgarizadas bajo la forma de patrones, recetas por las revistas y los libros de cocina. Junto a todo eso se difunde una nueva estética culinaria que predica el reestablecer la "verdad de los productos". Es entonces que el cocinero, desde ese momento se convierte en un mayéutico de la alimentación, alguien que, socráticamente, consigue que los platos den a luz su verdad natural, rompiendo así, con el "chef" a la antigua 22 usanza, gran sacerdote del acomodamiento, brujo del artefacto, que aseguraba el triunfo de la cultura sobre la naturaleza (Fischler, 1995). Referente a las técnicas de cocina, el cocinar a fuego lento los alimentos dependían de la naturaleza misma de la fuente de calor, además de que era el instrumento para cocinar también era el de calefacción del hogar. Ahora con la urbanización esta forma habitual de cocinar se ha ido perdiendo, de ahí la tendencia del abandono de carnes guisadas, que exigían mucho tiempo de cocción (aun con la existencia de las nuevas ollas exprés), de igual manera la renuncia a preparar sopas, potajes y guisos caseros. Todo como consecuencia de modo casi simultaneo al surgimiento de los modernos supermercados e hipermercados que ofrecen una gran variedad de platillos, como guisos conservados, congelados, cocinados, precocinados, preparados, etc. (Contreras, 1993). 1.3.2 El Gusto Como Experiencia Cultural Con la multiplicación de las elecciones gustativas alimentarias, es necesario considerar que el consumidor hoy, no es más que un conocedor parcial de la variedad de los gustos o sabores de los alimentos cuyas cualidades organolépticas y microbiológicas se mejoran día con día (Contreras, 2005). Desde un punto de vista organoléptico, no sólo los gastrónomos se interesan por la compatibilidad entre la tecnología alimentaria y el mantenimiento del sabor propio de cada tipo de alimentos. Los consumidores tienen la sensación de que la tecnología ha estado exclusivamente al servicio del productor, del transportista, del vendedor (rendimiento, crecimiento rápido, aspecto atractivo, conservación, etc.) pero no al servicio de sus papilas (Gruhier, 1989: 77 en Contreras, 2005). 23 Por otro lado, de acuerdo con Contreras (2005), la artificialización de la alimentación, es la causa principal de algunos problemas en el consumidor, al provocar una ruptura a las reglas ancestrales pero al mismo tiempo se muestra como la oportunidad de hacer evolucionar el perfil del comensal hacia un individuo consciente de su pasado cultural, autónomo (libre de sus elecciones alimentarias en la abundancia de la oferta), responsable (formado en el conocimiento de las características de los alimentos) y promotor de su propia riqueza alimentaria. Además afirma que con el auge de la literatura gastronómica se propicianmás cambios en materia alimentaria. A la par de la evolución de las prácticas alimentarias, el cambio parece tropezar con la insatisfacción del consumidor enfrentado a los alimentos “industriales”, que los encuentra insípidos, faltos de sabor e incluso peligrosos. Los sistemas de representaciones de los consumidores están evolucionando más lentamente que los sistemas de producción-distribución con sus innovaciones tecnológicas relativas tanto a los productos como al empaquetado, y tanto a los lugares de producción como al transporte, al almacenamiento y a la distribución (Contreras, 2005). Todo ello obliga a interrogarse por el futuro de las categorizaciones implícitas que condicionan los gustos y los rechazos alimentarios (Maho y Pinson, 1989: 202 en Contreras y Gracia, 2005). Con la multiplicación de las elecciones gustativas alimentarias, es necesario considerar que el consumidor hoy, no es más que un conocedor parcial de la variedad de los gustos o sabores de los alimentos cuyas cualidades organolépticas y microbiológicas se mejoran día con día (Contreras y Gracia, 2005). Por otro lado, la comida no es buena ni mala en términos absolutos. El órgano del gusto no es la lengua sino el cerebro, un órgano culturalmente (y por tanto históricamente) determinado, a través del cual se aprenden y se transmiten los criterios de valoración. Estos criterios pueden variar en el espacio y en el tiempo. La definición del gusto forma parte del patrimonio cultural de las sociedades humanas. El gusto no es en absoluto una realidad subjetiva e 24 incomunicable, sino colectiva y comunicada. Es una experiencia cultural que se nos transmite desde el nacimiento, junto con otras variables que ayudan a definir los valores de una sociedad (Montanari, 2004). De acuerdo con Fischler (1995), quien menciona que las gastro-nomías están en crisis, propone que es necesario inventar otras nuevas. Dentro de la crisis del régimen alimentario se abre una brecha donde comienzan a surgir contracorrientes dietéticas y estético-culinarias, camarillas y sectarismos alimentarios, creencias o erráticas concepciones individuales y colectivas, huidas contradictorias hacia el porvenir y el pasado, prescripciones y alertas médicas, entre otras. Lo más sorprendente de todo esto es la difusión simultánea de las recetas de cocina y regímenes de adelgazamiento, promovidos en los medios de comunicación y publicidad, mientras que sectores enteros de la sociedad se ponen a régimen o retornan a los fogones, o ambas cosas a la vez; como si el arte culinario y la dietética buscasen reconciliarse. 25 II. ORÍGENES DE LA COCINA NACIONAL MEXICANA Y LA COCINA REGIONAL SONORENSE Para Gilberto Giménez (1995), quien nos dice que la cocina es una de las instituciones y prácticas sociales que se ubican y distribuyen en un espacio geográfico determinado, las recetas de cocinas locales forman parte de los rasgos culturales objetivados o etnográficos, pues se hallan espacialmente localizadas. Para hablar de una cocina en particular, Domingo Guzmán (Citado en Padilla, 2006) propone que debe cumplir con lo siguiente: 1) Crear sus propios utensilios, insumos y materiales. 2) Inventar sus modos y maneras propios de cocinar. 3) Tener en su repertorio platillos que abarquen toda la gama de sabores, del agrio al dulce, del áspero al suave, de lo salado a lo amargo. 4) Integrar la totalidad de los pasos de una comida, desde la entrada, pasando por los caldos, las sopas secas, los guisados y hasta los postres. 5) Establecer sus horarios, costumbres, etiqueta y ordenamiento. 6) Que el gusto por el platillo, el guiso y las viandas, haya rebasado tres generaciones, ceñirse al parecer del tiempo, amo y señor de lo caduco y permanente. 7) Capaz de aprovechar e incorporar los conocimientos de cocina ajenos sin desvirtuar su espíritu. 26 Además, para Guzmán una cocina se transforma en gastronomía cuando ha creado sus propias bebidas con sus insumos y métodos, su panadería y repostería así como también haya originado una literatura. De acuerdo con Meléndez y Cañez (2008), la cocina- está relacionada con la historia, con lo que somos y a lo que pertenecemos, es decir con nuestra identidad. Para las autoras, es en la cocina tradicional en donde se concretan aquellos saberes y prácticas alimentarias y culinarias que permanecen como parte de nuestra herencia e identidad cultural, ella comprende los saberes culinarios, las costumbres y los rituales, así como las formas de preparación de los alimentos reconocidas y transmitidas de generación en generación. El arraigo a nuestras prácticas alimentarias y culinarias no sólo se observa en lo que queremos o no queremos comer, sino también en cómo preparamos nuestra comida; es decir, en la cocina, la cual comprende los procesos materiales e inmateriales de la transformación cultural de nuestros recursos alimentarios en determinados tipos de comida. En dicha transformación se pone en juego todo aquello que tiene que ver con los procedimientos, utensilios, formas de preparación para hacer lo que se come más digerible, agradable o apetecible al paladar, a nuestro gusto, a la manera de cómo lo hemos aprendido. En referencia a los saberes y prácticas culinarias asociados al momento de su transmisión o al hecho mismo de cocinar, Meléndez y Cañez (2010) los definen como: “Los fundamentos inmateriales-subjetivos, no tangibles como las significaciones, representaciones, […] además de los conocimientos adquiridos a través de la experiencia directa o mediante la transmisión […] de un portador de la cultura culinaria o gastronómica determinada son denominados saberes culinarios. Mientras que los sustratos materiales tangibles […] como la adquisición, las técnicas y procedimientos de elaboración, […] y consumo de los alimentos son las prácticas culinarias (Meléndez y Cañez, 2010:191)”. 27 Estas autoras mencionan que las cocinas regionales y nacionales se van modificando con los cambios que ocurren en el ámbito social, político y económico en el contexto donde se desarrollan. El estudio de la cocina de los pueblos y sociedades, como parte fundamental de su cultura, puede dar cuenta de nuestra historia social, familiar e individual. En este sentido, es posible conocerla como un proceso sociocultural, al dar detalle de cómo vivimos cotidianamente en el pasado y el presente (Meléndez y Cañez, 2010). Desde una perspectiva estructuralista, Lévi-Strauss (2002:268 en Meléndez y Cañez, 2010) menciona que lo que se cocina y el cómo se cocina nos da información sobre el contexto en el que se lleva a cabo, así como la condición social y económica de quienes realizan esta actividad. Al mismo tiempo, también nos brinda información sobre las estructuras que dan pie a determinados comportamientos alimentarios. La cocina no es solamente el espacio físico dedicado a la preparación y consumo de alimentos. La cocina es algo mucho más que eso. En un sentido más cultural y social, cocina es todo aquello que engloba las recetas, los usos y costumbres, las maneras del saber-hacer transmitidas o heredadas por generaciones en las sociedades humanas. Faustino Cordón (citado en Stoopen, 2013) en Cocinar hizo al hombre, menciona que "la cocina alumbró la palabra [...] la cocina fue, pues, la partera del hombre". Es decir que el dominio del lenguaje se vio marcado al adoptar patrones de conducta más complejos y es ahí donde la práctica culinaria se convierte en el primer acervo de conocimiento empíricos transmitidos por tradición oral en los pueblos primitivos (Stoopen, 2013). De acuerdo con Jean-François Revel (citado en Stoopen, 2013) el desarrollo de la cocina a lo largo de la historia procede de dos vertientes principales: una popular y otra ilustrada. La primera se caracteriza por estar ligada al territorio, por explotar
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