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Revista Avanzada Científica Vol. 10 No. 1 Año 2007 
 
La educación sexual como preparación del ser humano para la vida. 
Sex education in preparation for the human being to life. 
Oxana Rodríguez Reyes 
Profesora 
ISP “Juan Marinello” 
Cuba 
 
RESUMEN 
La educación por siglos ha tenido un carácter dogmático, rígido, autoritario, 
despersonalizado, ha sido utilizada como un instrumento para enseñar a 
obedecer. En la educación tradicional el educando es sólo un sujeto pasivo, al 
cual nunca le enseñaron a cuestionar, indagar, buscar el porqué de las cosas, 
solamente lo instruían para reproducir los conocimientos y los valores 
tradicionales de la sociedad. Es una educación descontextualizada de su 
cultura y momento histórico por lo tanto es indiscutible que no prepara al 
individuo para afrontar los problemas del presente y del futuro. 
En la contemporaneidad se hizo necesario la reconceptualización de las teorías 
y prácticas educativas despojándola de tradicionalismo para convertirse en un 
proceso activo, reflexivo, democrático, comunicativo, permanente, flexible, 
creativo, personalizado. 
 
INTRODUCCIÖN 
Acerca de lo que es la educación diferentes autores contemporáneos han 
referido lo siguiente: 
“La educación en su sentido más amplio constituye un sistema complejo de 
influencias en las que participa toda la sociedad. Estas influencias que ejercen 
con el objetivo de asegurar la asimilación y reproducción de toda la herencia 
cultural anterior, así como de las relaciones sociales existentes, por regla 
 
 
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general actúan como procesos de cooperación y comunicación social en que 
los hombres desempeñan el papel de sujetos activos y creadores.”(González, 
A.M. Y Cápiro, C., 2002) 
“La educación es un fenómeno social que ha acompañado al hombre a lo largo 
de toda su historia. Este fenómeno se manifiesta desde el momento mismo que 
aparece el hombre en la historia. La educación consiste en la transmisión de 
los conocimientos acumulados por la humanidad y la asimilación de estos por 
las jóvenes generaciones. Al mismo tiempo, tiende a mantener las tradiciones, 
las creencias, los conceptos morales de una sociedad determinada.” 
(Labarrere, G. y Valdivia, G., 1988) 
“La educación representa un complejo fenómeno social que garantiza la 
apropiación por parte del ser humano, de los frutos de la vida espiritual y 
cultural donde se le capacita para vivir en una determinada época y se 
desarrolla la personalidad de modo consecuente con tales fines.” (Castellanos, 
B y González, A, 2003) 
Los autores antes referidos coinciden en que la educación es un fenómeno 
social, a partir del cual el individuo se apropia de conocimientos, de la cultura, 
los conceptos morales de la sociedad en que vive y que influye en el desarrollo 
armónico de la personalidad. 
La educación debe ser capaz de formar al individuo de forma integral, no 
solamente en conocimientos, sino también debe influir positivamente en el 
desarrollo de su personalidad. 
 
DESARROLLO 
Con respecto a la concepción sobre educación de las autoras Alicia González y 
Beatriz Castellanos, en su libro Sexualidad y géneros: alternativas para su 
educación ante los retos del siglo XXI, plantean como fundamentos de su 
posición los siguientes: 
 
 
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1. La educación es el proceso personalizado y contextual de preparación 
del ser humano para la vida, que la capacita, en atención a sus demandas y las 
del entorno, para enfrentar de forma activa los retos vitales, crecer y realizarse 
individual y socialmente, sustentándose en cuatro pilares básicos: aprender a 
conocer, a hacer, a convivir y a ser. 
2. El centro protagónico de la educación lo ocupa el propio ser humano 
como personalidad integral, única, activa y creadora, por cuanto: 
a. Construye y reconstruye nuevos saberes y experiencias, a partir 
de sus saberes y experiencias anteriores, de sus necesidades y 
potencialidades, de sus propios patrones motivacionales, cognitivos y 
conductuales. 
b. Descubre un sentido especial y propio, una singular significación 
afectiva, en las ideas y los hechos, en los conocimientos, valores y preceptos 
conductuales, al vincularlos con su vida, sus problemas, intereses y 
expectativas. 
c. Crea y recrea nuevas realidades respecto a sí mismo, a los 
demás y a su contexto; se trasciende, avanza hacia la autonomía y la 
autorrealización, se enriquece y crece, abriéndose nuevos horizontes que le 
permiten mejorar la calidad de vida individual y social. 
3. El proceso educativo se despliega de forma permanente, recorre todas 
las etapas del eje vital e implica la participación mancomunada de diferentes 
actores sociales, como la familia, la escuela y la sociedad en general, así como 
la integración de los espacios formales, no formales e incidentales. 
No se puede simplificar la educación a la apropiación y reproducción de los 
conocimientos básicos de la ciencia y la cultura, porque se hace necesario 
educar individuos capaces de autovalorarse, con plena confianza en sus 
capacidades, capaces de reflexionar, criticar y enfrentar los problemas del 
conocimiento y de la vida práctica, que puedan tomar decisiones 
 
 
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autodeterminadas y proyectar la propia vida y perfeccionarse 
permanentemente. 
El individuo que se educa también se comunica, relaciona, mantiene lazos 
afectivos con las personas de su propio sexo o el otro, por lo tanto dentro de 
las renovaciones educativas también se tiene en cuenta la preparación para 
vivir plenamente y responsablemente la sexualidad. 
En Cuba, el sistema educativo, tiene como fin la formación integral de la 
personalidad; teniendo en cuenta que la sexualidad es una manifestación de la 
personalidad, la educación sexual debe ser incluida en el proceso educativo 
integral. 
“La educación de la sexualidad humana ha de formar parte de la educación de 
la personalidad, pues está contenida en todos los canales informativos de que 
esta se nutre.” (González, F, 1995) 
 Es necesario preparar a las personas para que sean capaces de decidir y 
elegir de manera auténtica, la forma particular de vivir su sexualidad. 
El proceso educativo debe potenciar en el individuo su riqueza personal, sus 
cualidades particulares, propiciarle el encontrarse a sí mismo, en las relaciones 
sociales, las posibilidades para su crecimiento individual, de pareja, familiar y 
social. 
Algunos autores al referirse a la educación sexual han planteado lo siguiente: 
“El objeto de la educación sexual debe ser relacionar la sexualidad con el amor, 
o sea, armonizar las necesidades físicas y psíquicas dirigidas al otro sexo, 
pues solamente en su unidad éstas brindan su aporte a la dicha humana; para 
ello deben tenerse en cuenta y transmitirse las normas de conducta que 
corresponden a las leyes que rigen la convivencia.”(Shnabl, S, 1989) 
“Capacitación del individuo para la relación de la pareja, el amor, el matrimonio 
y la familia en condiciones de igualdad de los integrantes de la pareja.” Álvarez 
Lajonchere, C, 1987) 
 
 
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“La educación sexual formal se entendería como un proceso sistemático, 
intencional y permanente dirigido a promover y recrear los conocimientos, 
actitudes y comportamientos necesarios para vivir la sexualidad en forma 
responsable autónoma, gratificante y constructiva, experiencial, 
problematizadora.” (Romero, L, 1998) 
“La educación sexual debe ser vista como un elemento medular de la 
preparación del ser humano para la vida, que contribuye al logro de una 
sexualidad sana y de relaciones sociales enriquecedoras. También va dirigida a 
influir educativamente en la capacidad de amar, contribuir a ese conjunto de 
sentimientos, motivaciones y actitudes, así como la capacidad dedar amor y el 
disfrute de la felicidad y el amor. Es además, preparar a los jóvenes para que 
desempeñen su futuro papel como padres.”(Castro Alegret, PL, 1998) 
“La educación sexual debe ser parte orgánica e inalienable de la preparación 
del ser humano para la vida, del aprender a ser, mediante el cual cada 
individuo tiene que aprender a ser sexuado, a construir de forma personalizada 
su masculinidad o feminidad y apropiarse creadoramente de valores, actitudes, 
conocimientos, habilidades y destrezas, así como de recursos personológicos 
eficientes, con vistas a vivir su sexualidad de modo autodeterminado y 
enriquecedor.” (Castellanos, B y González, A, 2003) 
En las concepciones anteriores se aprecian diferentes criterios acerca de la 
educación sexual, algunos autores comparten ideas similares al considerar a la 
misma como la preparación del individuo para el amor, el encuentro con el otro 
sexo y el matrimonio. 
Otros autores coinciden en que la educación sexual ha de ser la preparación 
del ser humano para vivenciar su sexualidad de una manera libre, responsable 
y placentera y para el encuentro con sexualidades ajenas teniendo en cuenta 
las potencialidades personales y sociales. 
La educación sexual no debe simplificarse a la preparación de las personas 
para el matrimonio sino que debe educarlas para que sean capaces de 
 
 
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disfrutarde una sexualidad personalizada, que sea fuente de goce, placer, 
afecto, comunicación y no de angustias, limitaciones ni discriminaciones. 
Donde cada individuo tenga derecho de manifestar, expresar y vivir su 
sexualidad con libertad y responsabilidad. Por lo tanto no debe limitarse 
solamente a la preparación de las personas para el encuentro con el otro sexo. 
El ser humano debe ser educado para vivir su sexualidad, por lo que deben 
tenerse en cuenta para lograr esta educación conceptos y valores que tienen 
mucho que ver con la comunicación interpersonal y las habilidades sociales, el 
cambio de actitudes y el saber respetar y ser respetado. 
“La educación sexual no se limitará a la mera impartición de conocimientos 
biológicos, a detallar técnicas o procedimientos específicos o a trasladar 
automáticamente valores y normas de educadores a educandos. Tratará sí de 
desarrollar actitudes positivas hacia la sexualidad humana destacando su 
carácter único e irrepetible” (Cerruti, E, 1991) 
 Por lo importante que resulta la educación sexual para el ser humano, no 
podemos simplificarla a la información sobre anatomía y fisiología ya que de 
esta manera no se educa, sino que se ha de tener presente una educación de 
valores para las relaciones interpersonales, la comunicación, la autoimagen, 
enseñar al individuo a aceptar su sexualidad y la de los demás promoviendo el 
respeto mutuo. 
La educación sexual no debe ir encaminada a fijar patrones de 
comportamiento sino a brindar conocimientos y alternativas que permitan al 
individuo elegir con libertad y responsabilidad la forma personal de asumir y 
manifestar su sexualidad; porque educar sexualmente a las personas es 
ayudarlas para que asuman una actitud responsable ante sí mismo y ante los 
demás. 
 “Existen múltiples e intrincadas maneras de moldear las emociones, los 
deseos y las relaciones entre los hombres y las mujeres. La educación sexual 
 
 
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es un campo de construcción social presente en las formaciones 
sociales.”(Consejo Nacional de Población, 1994) 
Son muy diversas las formas en que se desarrollan los sentimientos, 
emociones, las relaciones interpersonales, por lo que la educación sexual no 
puede verse separada de las relaciones sociales, sino que está presente en 
cada formación social. 
La sexualidad como manifestación de la personalidad no puede educarse por 
separado, sino vinculada a lo familiar, lo social, lo cultural, lo afectivo pues se 
educa a personas con diferencias individuales que aman, sienten, se 
relacionan, se comunican. 
Las acciones educativas con respecto a la sexualidad deberán estar 
encaminadas a lograr el desarrollo integral de la persona como ser sexuado y 
sexual en su medio sociocultural específico. 
La educación sexual debe facilitar el desarrollo de actitudes positivas hacia la 
sexualidad, como componente inseparable del individuo, la cual es fuente de 
placer y bienestar y promueve el enriquecimiento de la personalidad. 
Debe permitir a la persona reconocerse, identificarse y aceptarse como ser 
sexual y sexuado, para disfrutar de una sexualidad desculpabilizada, sin 
temores, libre, plena y responsable. 
Ha de estar encaminada al enriquecimiento de las relaciones interpersonales, 
el encuentro con el otro sexo y el propio, en condiciones de igualdad y equidad 
de género. 
Corresponde también a la educación sexual cultivar la capacidad de amar, 
destacando el componente afectivo para el ser humano, así como favorecer la 
vida en pareja y la armonía familiar. 
La educación sexual juega un papel imprescindible para el desarrollo armónico 
de la personalidad. La educación de cada persona está íntimamente ligada a la 
educación sexual con vista a formar personalidades independientes, creativas, 
 
 
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plenas, capaces de autorregularse y autodeterminarse, que sean capaces de 
aceptar a los demás y a sí mismo promoviendo el respeto a las individualidades 
y así preparar al ser humano para la vida. 
 
BIBLIOGRAFÍA 
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2002. 
12. González Rey, Fernando: La personalidad: su educación y desarrollo. 
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Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana, 1995. 
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Fecha de recepción: 25/01/2007 Fecha de aprobado: 06/03/2007