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Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 70 estos países a los Estados Unidos. Así, por ejemplo, la población salvadoreña residente en los Estados Unidos muestra un crecimiento sostenido al pasar de 941.000 inmigrantes en 2004 a 1,4 millones en 2017. La inmigración guatemalteca y hondureña muestran una tendencia similar aunque a menores niveles, de manera que pasan de 593.000 y 317.000 inmigrantes en 2004 a 979.000 y 660.000 en 2017, respectivamente. 2. Causas y determinantes estructurales de la migración a los Estados Unidos En la región del norte de Centroamérica hay una confluencia de factores que impulsan la migración y de manera más general la movilidad poblacional. En las dos últimas décadas se ha hecho referencia al impacto creciente de la violencia y la inseguridad, que se suman a las ya conocidas y persistentes causas económicas y estructurales (ACNUR y OEA, 2016). La situación se ve agravada por los desastres ocasionados por fenómenos naturales, plagas y enfermedades que afectan los cultivos. No solo hay una mayor afectación, sino que además la vulnerabilidad social y ambiental a las crisis se han constituido en elementos de fragilidad, inseguridad, inestabilidad e incertidumbre para amplios sectores de la población. Causas estructurales de la migración Entre los factores estructurales desencadenantes de las migraciones, los determinantes económicos y productivos tienden a ser los más señalados y analizados (Delgado Wise, 2014; Márquez, 2010; Canales, 2015). En el caso de la migración de los países del norte de Centroamérica los datos reafirman muchas de estas tesis. En primer lugar, la migración parece estar directamente vinculada con los niveles de pobreza e insuficiencia de crecimiento y desarrollo socioeconómico. En concreto, el nivel de pobreza en los países del norte de Centroamérica es significativamente superior al promedio latinoamericano. En Honduras y Guatemala la incidencia de la pobreza es del 74% y el 68%, respectivamente, niveles que son casi 2,5 veces superiores al promedio latinoamericano. En el caso de El Salvador, aunque la pobreza es menor, alcanza al 42% de la población, cifra también muy superior al promedio de la región latinoamericana. Asimismo, si se usa el producto interno bruto (PIB) per cápita como indicador del nivel de desarrollo económico-productivo, la situación es casi la misma. Honduras y Guatemala tienen un PIB per cápita de menos de 3.000 dólares al año en el quinquenio 2010-2015, cifra que es menos de un tercio del promedio latinoamericano. Asimismo, El Salvador tiene un PIB per cápita ligeramente superior pero es casi 2,5 veces inferior al promedio de la región, que bordea los 9.000 dólares por persona en el mismo período. El nivel de crecimiento económico no es tan desfavorable, pero ilustra las condiciones de precariedad y debilidad de la base económico-productiva de los países del norte de Centroamérica. Para el período entre 2000 y 2015, por ejemplo, el PIB per cápita de América Latina creció en promedio en 2% anual. En cambio, en El Salvador y Guatemala el crecimiento del PIB per cápita fue de apenas 1,5% y 1,2% anual en promedio, respectivamente. Solo Honduras mostró un ritmo de crecimiento económico relativamente importante, con 2,4% anual en promedio, cifra que lo sitúa por encima del promedio latinoamericano. Capítulo I Dinámicas binacionales y relaciones transfronterizas en la migración en los países del norte de Centroamérica (NCA) E. Migración desde los países del norte de Centroamérica a los Estados Unidos 2. Causas y determinantes estructurales de la migración a los Estados Unidos Causas estructurales de la migración
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