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Asociación entre la severidad de lesiones físicas por violencia de pareja hacia la mujer con la recurrencia de episodios reportados en una unidad de medicina forense de Lima, 2016 – 2018 Item Type info:eu-repo/semantics/bachelorThesis Authors Araujo Mestanza, Diana Mercedes Publisher Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) Rights info:eu-repo/semantics/openAccess; Attribution- NonCommercial-ShareAlike 4.0 International Download date 19/02/2024 23:37:45 Item License http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ Link to Item http://hdl.handle.net/10757/658885 http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ http://hdl.handle.net/10757/658885 UNIVERSIDAD PERUANA DE CIENCIAS APLICADAS FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD PROGRAMA ACADÉMICO DE MEDICINA “Asociación entre la severidad de lesiones físicas por violencia de pareja hacia la mujer con la recurrencia de episodios reportados en una unidad de medicina forense de Lima, 2016 – 2018” TESIS Para optar el título profesional de Médico Cirujano AUTOR(ES) Araujo Mestanza, Diana Mercedes (0000-0002-4218-9388) ASESOR(ES) Blitchtein Winicki, Dora (0000-0002-9986-7442) Lima, 12 de noviembre de 2021 I RESUMEN Objetivo: Identificar la asociación entre la severidad de las lesiones del primer episodio registrado de violencia física ejercida por la pareja con la recurrencia de otro episodio en mujeres que acuden a una unidad de medicina legal. Métodos: Estudio de cohortes retrospectivo que incluyó a 201 mujeres, mayores de 18 años, que reportaron violencia física de pareja en una unidad de medicina legal de Lima, en el periodo 2016-2018. Los datos demográficos y de las lesiones se obtuvieron de los informes médicos y de psicología forense tomados de una unidad de medicina legal. La severidad de las lesiones se categorizó según la escala peruana del IML y la escala del Instituto Australiano. Se consideró como recurrencia si se confirmó, mediante examen médico-legal, un siguiente episodio de violencia física de pareja en el mismo centro de medicina legal. Se realizó análisis multivariado utilizando modelos lineales generalizados de la familia Poisson con enlace log y varianza robusta para el modelo crudo y ajustado. Resultados: 201 mujeres cumplieron con los criterios de selección. 37 de ellas (18,4%) reportaron un siguiente episodio de violencia física posterior al evento de referencia. Los factores de riesgo asociados con una mayor probabilidad de recurrencia de violencia física por parte de la pareja incluyeron el acceso del perpetrador a un arma (RR 5,8; IC95% 1,7;19,5, p=0,004) y con menor riesgo fue la localización de las lesiones en la cara (RR 0,4; IC95% 0,2;0,9 p=0,024) y la severidad de las lesiones evidenciadas durante el primer evento registrado (RR 3,5; IC95% 1,07;11,61, p=0,038, según la escala peruana vs. RR 2,3; IC95% 1,1;4,5, p=0,017, según la escala del Instituto Australiano). Conclusiones: Hay mayor riesgo de tener un nuevo episodio de violencia de pareja si la lesión inicial reportada ha sido de moderada a severa. Otro factor de riesgo de recurrencia identificado fue la posesión de arma de fuego por el agresor mientras que como factor protector fue la localización de la lesión en la cara. Palabras clave: violencia de pareja hacia la mujer, recurrencia, violencia doméstica, severidad de lesiones II "Association between the severity of physical injuries due to intimate partner violence against women and the recurrence of episodes reported in a legal medicine unit in Lima, 2016-2018" ABSTRACT Objective To determine associations between the severity of injuries from the first recorded episode of physical violence by the partner with the recurrence of another episode in women who attend a legal medicine unit. Methods This is a retrospective cohort study. We identified 201 women (18+ years) who had experienced intimate partner violence (IPV) and presented at a legal medicine unit between 2016 and 2018. Demographic and injury data were retrieved from forensic medical and psychological reports. Two differents scales (Peruvian and Australian scale) were used to classify general body injuries as mild, moderate or severe. Each episode was analyzed and categorized as recurrence if a subsequent episode of IPV was confirmed by a medical- legal examination in the same forensic center. A multivariate analysis was performed using Poisson regression with robust variance and adjusting for confounding variables. Findings 37 (18.4%) women reported a following episode of IPV since the index event. Risk factors associated with a higher risk of recurrence of IPV included the perpetrator's access to a weapon (RR 5.8, 95% CI 1.7, 19.5, p = 0.004). Others identified factors were head and face injuries (RR 0.4; CI95% 0.2; 0.9 p = 0.024) and the severity of injuries evidenced during the first recorded event (RR 3.5; CI95 % 1.07, 11.61, p = 0.038, according to the Peruvian scale, vs. RR 2.3; 95% CI 1.1, 4.5, p = 0.017, according to the Australian scale). Conclusions There is an increased risk of having a new episode of IPV if the initial reported injury has been moderate to severe. Another risk factor for recurrence identified was the possession of a firearm by the aggressor and as a protective factor was the presence of a head injury. Keywords: Intimate partner violence, Male to female intimate partner violence, Revictimization, Injury Scale III IV TABLA DE CONTENIDOS 1 TABLA DE CONTENIDO 1 INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 1 2 MÉTODOS ................................................................................................................... 3 2.1 DISEÑO DEL ESTUDIO .............................................................................................. 3 2.2 POBLACIÓN ............................................................................................................. 3 2.3 VARIABLES PRINCIPALES ........................................................................................ 4 2.4 COVARIABLES ........................................................................................................ 5 2.5 ANÁLISIS ESTADÍSTICO ........................................................................................... 5 2.6 CONSIDERACIONES ÉTICAS ..................................................................................... 6 3 RESULTADOS ............................................................................................................ 6 4 DISCUSIÓN ................................................................................................................. 8 5 LIMITACIONES ....................................................................................................... 12 6 CONCLUSIONES ..................................................................................................... 12 7 RECOMENDACIONES ........................................................................................... 13 8 REFERENCIAS ........................................................................................................ 14 9 ANEXOS .................................................................................................................... 17 V ÍNDICE DE TABLAS 9 ANEXOS .................................................................................................................... 17 9.1 TABLA 1A .......................................................................................................... 17 9.2 TABLA 1B .......................................................................................................... 19 9.3 TABLA 1C ..........................................................................................................20 9.4 TABLA 2 ............................................................................................................. 21 9.5 TABLA 3A .......................................................................................................... 21 9.6 TABLA 3B .......................................................................................................... 22 VI ÍNDICE DE FIGURAS 9.7 FIG. 1. FLUJOGRAMA DE SELECCIÓN DE POBLACIÓN DEL ESTUDIO .......................... 1 1 1 INTRODUCCIÓN La violencia de pareja contra la mujer es un problema de salud pública, común en todas las sociedades, que representa una falta contra los derechos humanos y conlleva consecuencias en la salud física, sexual, reproductiva y mental de la mujer con repercusiones en su familia y en la sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido en su vida violencia física y/o sexual por sus parejas (1). Además, una gran proporción de estas mujeres son victimizadas repetidamente. En 2010, la CDC reportó que, entre las mujeres que sufrieron algún tipo de violencia por su pareja en su vida, el 72,3% informó haber experimentado múltiples episodios de eventos abusivos dentro de la relación (2). Asimismo, otros estudios mostraron una tasa de recurrencia de 10 a 25% en un periodo de 2 a 5 años (3). En la última década, se han identificado diversos factores de riesgo relacionados con la violencia de pareja. Uno de los predictores reconocidos asociados a dicho fenómeno es haber tenido un episodio previo de maltrato durante la infancia (4). Asimismo, se incluyen mujeres con aislamiento social, pertenecientes a minorías étnicas, con enfermedades de salud mental, abuso de sustancias, discapacidades y embarazo (5). Sin embargo, pese a su naturaleza repetitiva, escasas investigaciones han volcado su atención a las diferencias entre las etapas iniciales y posteriores de la violencia de pareja, con consecuencias en el corto y mediano plazo, incluyendo la muerte por homicidio (6). Es así que a pesar de que se conocen los factores asociados a la severidad (7), poco se sabe acerca de la recurrencia de la violencia (8, 9). Existen vacíos con respecto a la severidad de la violencia física de pareja y cómo se relaciona con la recurrencia de esta misma (6). Algunas características de los episodios de violencia tales como historia previa de abuso, frecuencia, uso de armas, separación/ruptura con la pareja y elevado nivel socioeconómico del hombre se asocian más a episodios de violencia severa. Además, la severidad de los sucesos puede verse incrementada cuando la mujer reporta el hecho y/o abandona la relación (10, 11). La aceptación del abuso físico por las víctimas perpetúa el ciclo de la violencia, la cual de por sí provoca repercusiones negativas a corto y largo plazo en la salud y calidad de vida de la mujer. En Australia, por ejemplo, en mujeres de 18 a 44 años, la violencia de pareja se asocia con un 7,9% de la carga de enfermedad (12). Asimismo, las mujeres que reportan 2 abusos graves repetitivos tienen más probabilidades de experimentar múltiples comorbilidades en comparación con las víctimas de abusos menos frecuentes o menos graves (13). Esto implica costos enormes para la sociedad en términos de productividad, ausentismo en el trabajo y un mayor uso de los servicios de salud. El resultado más severo de la violencia de pareja es el homicidio por la pareja que, a pesar de ser mucho menos común, tiene consecuencias catastróficas en las familias y en la sociedad, pues se trata de un tema relevante para la salud pública (14). Por ejemplo, las mujeres que sufren violencia por las parejas son tratadas frecuentemente en unidades de emergencia o en servicios de atención primaria (15, 16). A corto plazo, los efectos físicos de la violencia pueden incluir desde lesiones leves como hematomas y heridas superficiales hasta afecciones graves como huesos fracturados y lesiones a diversos órganos. Igualmente, las víctimas reportan enfermedades crónicas como dolor crónico y síntomas que comprometen al sistema nervioso central tales como desmayos y convulsiones, probablemente por episodios de estrangulamiento y golpes en la cabeza con varios eventos de pérdida de conciencia (16, 17). También, se describen diferentes respuestas somáticas como el síndrome del intestino irritable y el dolor de pecho. Por otro lado, las mujeres que atraviesan una relación violenta son usualmente diagnosticadas de depresión, ansiedad, estrés postraumático y tienen mayor riesgo de abuso de alcohol y drogas (18, 19). En algunos países se han categorizado las características de las lesiones, sus tipos y distribución corporal con el fin de identificar patrones y establecer estrategias para reconocer oportunamente potenciales víctimas de violencia de pareja que llegan a los servicios de emergencia o que son revisadas por profesionales de salud (10). En América Latina, no hemos logrado identificar estudios sobre patrones de lesiones físicas en mujeres víctimas de violencia de pareja atendidas en un servicio de medicina legal, ni la severidad de estas como factor asociado a la presentación de episodios recurrentes. Tampoco hemos encontrado publicaciones en Perú sobre las características de las lesiones asociadas a los episodios de violencia de pareja y a su recurrencia, incluso cuando el 30,7% de mujeres reportaron ser víctimas de violencia física por su esposo o compañero en la vida y, es más, no se sabe con exactitud cuántos de estos episodios son recurrentes (20). Tomando en cuenta las diferentes teorías sobre la violencia de pareja contra la mujer se asume que, a partir de su inicio, esta se incrementa en frecuencia y severidad; sin embargo, 3 no queda clara esta progresión (6, 21). En este sentido, el presente estudio busca identificar la asociación entre la severidad de lesiones físicas por violencia de pareja contra la mujer y la recurrencia del siguiente episodio reportado en una unidad de medicina legal de Lima, 2016-2018. 2 MÉTODOS 2.1 Diseño del estudio El diseño de este estudio es de cohorte retrospectivo e incluyó a mujeres mayores de 18 años, en el que el agresor era su pareja (ejemplo, expareja, conviviente, esposo, etc.). Los casos fueron reportados en una unidad de medicina legal entre enero de 2016 y diciembre de 2018, con registro de seguimiento de cuando menos un mes posterior al evento (última revisión de registros: 31 de enero de 2019). Se utilizó información de registros médicos y psicológicos tomados de bases de datos de una unidad de medicina legal. A esa unidad reportaron todas las mujeres que residen en esa jurisdicción. Existe un código que permite conocer los eventos recurrentes en la misma persona y los factores de riesgo que se registran de manera estándar en cada episodio. Todos los datos demográficos de la muestra se midieron en la evaluación inicial (primer evento de referencia). 2.2 Población En el estudio se incluyeron mujeres de18 años o más que acudieron a una unidad de medicina legal de Lima y que fueron evaluadas por médicos, además de psicólogos forenses, entre enero de 2016 y diciembre de 2018, con registro de seguimiento de cuando menos un mes posterior al evento de referencia (última revisión de registros: 31 de enero, 2019). Para evitar duplicidades, previamente se verificaba que en el sistema de información de la unidad no hubiera un registro anterior de violencia de pareja. Por otro lado, el sistema de la unidad de medicina legal comprobaba que el centro correspondía al de referencia de la mujer, según el lugar de residencia registrado. Se excluyeron registros de mujeres en los que no había información de lesiones físicas recientes, registros con información insuficiente de evaluación psicológica,así como de mujeres que al año 2016 ya tenían un antecedente previo de violencia. Para hallar el tamaño de la muestra, se utilizó información del trabajo de Caetano et al., en el cual de 362 mujeres el 11,9% habían sufrido violencia moderada y el 14,1%, violencia 4 severa. Además, la relación entre no expuestas y expuestas era de 0,84. De las víctimas que sufrieron violencia moderada, 42% tuvieron recurrencia, y de violencia severa, 72%. Considerando un nivel de confianza del 95%, con 80% de potencia, se obtiene un tamaño muestral de 85 usando el programa Epidat 4.0. Teniendo en cuenta una pérdida de 15% de pacientes por falta de datos, se necesitará incluir 85/ (1-0.15) = 100 pacientes. El tamaño muestral final fue de 185 personas. Se utilizó muestreo no probabilístico (22). 2.3 Variables principales La variable independiente fue la severidad de las lesiones y se utilizó la clasificación de severidad del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IML) de Perú que toma en cuenta las características de las lesiones según los días de descanso médico legal otorgados a las personas víctimas de violencia. En consecuencia, se dividen en tres grupos: leves, si las lesiones requirieron de 0 a 10 días de descanso (0); moderada, si requirieron de 11 a 29 días (1), y severas (2), si requirieron más de 30 días de descanso médico (23). Para el análisis multivariado, se categorizó la severidad en (0) leve y (1) moderada o severa, como lo realizaron en otros estudios (24,25). Como alternativa adicional, se usó el algoritmo del Instituto Australiano (26, 27) que clasifica los episodios de acuerdo a lo siguiente: (0) si presenta lesiones leves sin impacto en la funcionalidad física y no requieren tratamiento médico (equimosis/abrasiones <3 cm, laceraciones <2cm); (1) si presenta lesiones moderadas que ocasionen pérdida de la funcionalidad y/o requieren tratamiento o referencia a hospital (heridas abiertas, quemaduras, laceraciones >2 cm, signos de estrangulación no fatal, 10 o más equimosis >3cm); (2) si presenta lesiones severas como heridas perforantes, fracturas, estrangulamiento no fatal que requieran tratamiento médico (26). La variable dependiente fue la recurrencia de episodio de violencia de pareja. La recurrencia de violencia física de pareja se clasificó, siguiendo la misma ruta de denuncias del sistema legal de reportes de casos de violencia hacia la mujer, sobre la base de la constatación de que después del registro del primer episodio de violencia de pareja en la unidad médico- legal, se identificó un nuevo reporte de caso de violencia física de pareja en una fecha posterior, clasificándose en 1 “sí”, si se presentó un nuevo episodio en el periodo incluido y 0 “no”, si no se presentó un nuevo episodio. 5 Adicionalmente, se reportó el promedio de tiempo en el que las víctimas regresan a la unidad de medicina legal por un siguiente episodio de violencia física de pareja. 2.4 Covariables Dentro del análisis se incluyeron las siguientes variables relacionadas con la violencia de pareja contra la mujer: (i) las relacionadas a la mujer como la edad de la víctima en años, estado civil de la víctima, relación con el agresor, cohabitación con el agresor, tiempo de relación con el agresor en meses, educación de la víctima, empleo de la víctima, número de hijos de la víctima, hijos con el agresor, hijos con otras parejas. (ii) Las relacionadas al episodio de violencia: tipo de lesión, ubicación de las lesiones físicas y si el agresor poseía algún tipo de arma de fuego. Además, la exposición de la víctima a la violencia doméstica durante la infancia y el consumo de alcohol por la víctima y/o por el agresor durante el evento de referencia fueron registrados de acuerdo al auto-reporte de la víctima. 2.5 Análisis estadístico En primer lugar, la data fue ingresada directamente en los dispositivos electrónicos a partir de los registros de información, a los que se accedió de manera remota, utilizando la aplicación Magpi®. Luego, se analizó en STATA/MP versión 16, con nivel de confianza del 95%. Se realizó el análisis descriptivo, presentando frecuencia y porcentajes si eran variables categóricas, y en el caso de las variables cuantitativas, de acuerdo a la distribución normal o no, se utilizó media y desviación estándar o mediana e intervalo intercuartílico, respectivamente. Seguidamente, se efectuó un análisis bivariado para identificar la asociación entre variables categóricas, como la recurrencia de episodios, y las variables sociodemográficas o de tipo de lesiones. Para las variables categóricas se usó la prueba Chi-cuadrado o la prueba exacta de Fisher; si se trataba de variables numéricas, se realizó la prueba de T de Student, previa identificación de normalidad de Shapiro Wilk e igual de varianza con la prueba de Levene; en caso de que alguna no cumpliera, se utilizó U de Mann Whitney. Finalmente, se realizó un análisis multivariado usando modelos lineales generalizados de la familia Poisson con enlace log y varianza robusta con el fin de estimar las asociaciones entre severidad de las lesiones según las dos escalas y la recurrencia de episodios de violencia física, ajustadas por las variables confusoras con evidencia epidemiológica y las otras 6 variables que resultaron significativas (ubicación de la lesión) en el análisis bivariado. Para los modelos ajustados finales, según tipo de escala de severidad, se evaluó la multicolinealidad de las variables independientes consideradas en el estudio utilizando el factor de inflación de varianza (vif con valor de referencia 10). Asimismo, se evaluó la correlación entre ellas sin encontrar ninguna > 0,5. 2.6 Consideraciones éticas El protocolo fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, bajo los estándares de confidencialidad y con autorización de la unidad del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Perú. 3 RESULTADOS Del total de 201 mujeres que cumplieron con los criterios de selección para el estudio (fig. 1), 37 mujeres (18,4%) reportaron recurrencia de eventos durante el periodo de 2016 a 2018, de las cuales 29 (14,4%) tuvieron múltiples recurrencias (> 2 eventos registrados) mientras que 17 mujeres (46%) reportaron violencia física de pareja en los primeros seis meses posteriores al evento de referencia. De acuerdo a los criterios de severidad del IML peruano, 2,5% de las víctimas tuvieron lesiones clasificadas como moderadas en el primer evento de violencia de pareja, mientras que 0,5% presentaron lesiones severas. En el caso de las mujeres en las que se identificaron lesiones moderadas y severas, 60% recurrieron a la unidad de medicina legal. Por otro lado, utilizando los criterios de severidad del Instituto Australiano, 23,4% de las víctimas tuvieron lesiones clasificadas como moderadas en el primer evento de violencia de pareja en tanto que 1,5% reportaron lesiones severas. De las mujeres que reportaron lesiones moderadas y severas, 63,1% recurrieron a la unidad de medicina legal. Características sociodemográficas de la población Las características sociodemográficas de las víctimas y de las lesiones se encuentran en la tabla 1a y 1b. La mediana de edad de las mujeres fue de 37 años (RIC: 29;44 años). La mediana de edad de los agresores identificados fue de 40 años (RIC: 32;48 años). 7 La mayoría de las lesiones del primer evento fueron clasificadas como leves (97%, de acuerdo a criterios del IML peruano; 75,1%, según score del Instituto Australiano). El 99% de las lesiones fueron ocasionadas mediante el uso de agentes contundentes. Solo 3% de las lesiones lo fueron por agentes con punta y/o filo. El 11% de las víctimas autorreportaron historia de estrangulamiento no fatal durante el primer episodio de violencia registrado en la unidad de medicina legal, mientras queel 2,5% autorreportaron que los perpetradores intentaron o usaron contra ellas algún tipo de arma (cuchillo, pistola, vidrios rotos). Características asociadas a recurrencia Utilizando la escala de severidad de Zilkens, con un número total de 201 casos, se encontró un mayor porcentaje de recurrencia entre las mujeres con lesiones graves y moderadas en el primer evento reportado frente a las que tuvieron lesiones leves (33,3% y 29,8% vs. 14,6%, p=0,050). De manera similar, según los criterios de severidad del IML peruano, se encontró un mayor porcentaje de recurrencia en aquellas mujeres con lesiones moderadas en comparación con las que presentaron lesiones leves (60,0% vs. 17,4%, p=0,077). Además, se encontró mayor porcentaje de recurrencia en mujeres que reportaron posesión de arma de fuego por el agresor frente a mujeres que no reportaron (100,0% vs. 17,2%, p=0,006). Por otro lado, mujeres que no presentaron lesiones en la cabeza tuvieron mayor proporción de recurrencia que aquellas que sí las tuvieron (11,6% vs. 2%, p=0,011); mientras que, mujeres que tuvieron lesiones en miembros superiores durante el evento de referencia presentaron mayor proporción de recurrencia frente a aquellas que no tuvieron lesiones en dicha ubicación (22,8% vs. 11,5, p=0,045) (ver tabla 2). Utilizando la escala del IML (tabla 3a), respecto a la asociación entre severidad y recurrencia, en el modelo crudo, se identificó que las mujeres que tuvieron lesiones físicas de moderadas a severas tuvieron 2,9 veces el riesgo de recurrencia a diferencia de aquellas que presentaron lesiones leves en el primer evento de referencia, sin ser esto significativo (RRc=2,9; IC95% 0,09;9,3, p=0,08). Al ajustarlo por posesión de arma de fuego por el agresor, consumo de alcohol por el agresor durante el evento y localización de lesiones en cabeza se encontró que las mujeres con lesiones moderadas y severas tuvieron 3,5 veces el 8 riesgo en comparación con aquellas que tuvieron lesiones leves (RRa=3,5; IC95% 1,07;11,6, p=0,038). Utilizando los criterios del Instituto Australiano (tabla 3b), las mujeres que reportaron lesiones físicas de moderadas a severas tuvieron 2,1 veces el riesgo de recurrencia que las que presentaban lesiones leves (RRc=2,1; IC95% 1,1;3,9, p=0,031). Mientras que, en el modelo ajustado por consumo de alcohol por el agresor durante el evento, localización de lesiones en la cara y si el agresor poseía un arma, se identificó que las mujeres que mostraron lesiones de moderadas a severas tuvieron 2,3 veces el riesgo de recurrencia en comparación con aquellas que presentaron lesiones leves (RRa 2,3; IC95% 1,1;4,5, p=0,017). Adicionalmente, en este estudio (tabla 3a) se identificaron que las mujeres que reportaron posesión de arma de fuego por el agresor tienen 5,8 veces el riesgo de recurrencia frente a las mujeres que no (RRa 5,8; IC95% 1,7;11,9, p=0,004). Así como, la ubicación de lesiones en la cara se relacionó con un 60% menos de riesgo de recurrencia que aquellas que no presentaron en esa ubicación (RRa 0,4; IC95% 0,2;0,9, p=0,024). 4 DISCUSIÓN Como resultado de este estudio se identificó que la gravedad entre moderada a severa de las lesiones físicas causadas por la pareja, utilizando la escala del IML o del Instituto Australiano, implica un mayor riesgo de sufrir un nuevo episodio de violencia de pareja en comparación con las mujeres que presentaron lesiones leves en el evento de referencia. Esto difiere a la revisión de Cataneo y Goodman, se encontró que la severidad del primer episodio de violencia de pareja registrado predijo la recurrencia en solo uno de los cuatro estudios que la evaluaron como factor de riesgo (28). Sin embargo, estos hallazgos tuvieron en cuenta las percepciones de las víctimas sobre la respuesta policial y la probabilidad de que en el futuro estas llamaran a la policía. En el estudio, de manera similar, resultó un factor de riesgo la severidad de la lesión en el primer evento con la recurrencia, a pesar del posible subregistro y características del reporte de casos, debido a la ruta de procedimientos desde la denuncia en la comisaria hasta la revisión médica y psicológica en la unidad de medicina legal. Por otro lado, Sonny y Langer si bien no asociaron la gravedad de las lesiones con la recurrencia de estas; la frecuencia de episodios previos al año anterior a la entrevista de referencia aumentó considerablemente las probabilidades de nuevos eventos (8). Por 9 ejemplo, las víctimas que informaron entre 11 a 170 incidentes en un año tuvieron 3,87 más probabilidades de experimentar eventos de violencia física durante el periodo de seguimiento, en comparación con las mujeres que reportaron un único episodio, sugiriendo que los patrones de abuso establecidos en el año anterior a la entrevista inicial continuaron durante el tiempo de vigilancia. Así, algunas investigaciones indican que entre el 22 y el 46% de las víctimas experimentaron nuevos eventos de violencia durante un período de 6 meses (29). Casi la mitad de las mujeres en el presente estudio reportaron episodios posteriores durante los primeros seis meses del evento de referencia. Otra literatura ha evidenciado promedios de tiempo de recurrencia de hasta dos años (3). La diferencia de tiempos encontrada puede deberse a que la mayoría de estas investigaciones se hicieron en unidades de emergencia. Si bien es cierto que se ha podido constatar que las lesiones no son el único elemento por el que las víctimas deciden reportar violencia de pareja en centros policiales o de medicina legal (28), es posible que las mujeres que acudieron a esta unidad registren un mayor número de episodios en un periodo menor, que aquellas que no los reportan. En una muestra de mujeres, durante un estudio de diseño cuasi-experimental, se observó un patrón decreciente entre sucesivos episodios de abuso (30). En otro estudio del Reino Unido del año 2016, el fenómeno de recurrencia se asoció con una tendencia creciente de episodios de violencia, pero sin un aumento significativo en el nivel de severidad (31, 32). Al analizar la asociación entre recurrencia y severidad, según dos diferentes escalas de gravedad de lesiones, se obtuvo que el 97% de los episodios fueron categorizados como leves, y el 3% como moderados a graves según la escala del IML de Perú, En comparación, el Instituto Australiano catalogó aproximadamente el 75% de los episodios como leves y casi el 25% restante como moderados a graves. En el presente estudio, según la escala peruana, se encontró que mujeres con lesiones de moderadas a graves presentaron 3,5 veces más riesgo de recurrencia mientras que, de acuerdo a la Escala Australiana, las víctimas con lesiones de moderadas a graves tuvieron 2,3 veces más riesgo de denunciar otro nuevo episodio de violencia de pareja. Ambas escalas fueron diseñadas específicamente para calificar traumatismos corporales. Los examinadores, por lo general, utilizan métodos empíricos para estimar la probabilidad de que las conclusiones del examen médico legal sean consistentes con la historia 10 proporcionada por la víctima, basándose en los instrumentos y en su experiencia clínica. Existen otras escalas de gravedad de lesiones físicas pero no para evaluar lesiones por violencia de pareja (33, 34). No hay una escala única de referencia internacional. En el caso de las escalas utilizadas para este estudio (IML e Instituto Australiano), ambas se basan en la inspección por examen médico y tienen criterios sistematizados claros para la categorización de las lesiones según tipo y gravedad. En este estudio se identificó que, independientemente de cuál de las dos se utilice, se encontró riesgo de recurrencia de episodio de violencia contra la mujer cuando en el primer evento se clasificó como violencia moderada a severa. Asimismo, se analizaron factores sociodemográficostanto de la víctima como del agresor. Un estudio exploratorio (22) en un país desarrollado identificó algunos predictores de recurrencia tales como pertenecer a una minoría, abuso de alcohol por la mujer e historia de abuso físico de los padres durante la infancia. Actualmente, se explica que ciertos factores estresantes durante la infancia, como el maltrato, pueden generar desregulaciones biológicas tales como alteraciones neuroendocrinas, aumento de la respuesta inflamatoria, alteraciones en la función metabólica, estructura y función cerebral atípica, así como envejecimiento celular acelerado (35). Sin embargo, en el presente estudio, estos importantes factores de riesgo sugeridos en investigaciones anteriores no se encontraron asociados con la recurrencia de violencia de pareja. Tampoco hubo diferencias significativas en las variables estudiadas en las mujeres como la edad, la relación con el agresor al momento del evento registrado, la situación laboral o el grado de instrucción. De acuerdo a otros estudios, tener un mayor nivel educativo suele ser un factor de protección contra la violencia, pero conforme a investigaciones realizadas en Perú (36), se demostró que, en comparación con las mujeres con mayor grado formativo, las que poseían nivel primario o secundario tenían más probabilidades de ser víctimas de violencia de pareja. De forma paradójica, el mismo estudio indicó que las mujeres sin instrucción poseían menos probabilidades de ser victimizadas que las mujeres con educación primaria o secundaria. Por lo tanto, se describe una curva en la que la tasa de violencia de pareja es baja al principio, pero aumenta hasta que las mujeres tienen educación secundaria; y, vuelve a disminuir cuando el nivel educativo es alto, también asociado a un mayor grado de riqueza (36). Es necesario recalcar la importancia de futuros estudios que analicen, a la vez, factores propios de la víctima, del agresor y la disparidad entre ambos, así como el 11 estudio de la violencia de pareja en diferentes contextos socioeconómicos de la realidad peruana, pues la presente investigación solo trató con población ubicada en un distrito urbano. Los factores que sí se relacionaron con una mayor recurrencia fueron la ubicación de las lesiones en cabeza y/o en miembros superiores, sumado a la posesión de algún tipo de arma de fuego por el agresor. Este último hallazgo se ha identificado en otros estudios donde la disponibilidad de arma de fuego por la pareja se ha asociado a recurrencia, severidad y escalamiento, llegando incluso hasta homicidio (37), lo que coincidiría con nuestros hallazgos. En otro estudio (38), encuentran que está relacionada con la severidad, pero no con la recurrencia de violencia. Por tal razón, se requieren estudios longitudinales por un periodo mayor para distinguir entre estas discrepancias. De la misma forma, de acuerdo a investigaciones sobre el patrón de lesiones en violencia de pareja, el rostro tiende a ser la región del cuerpo más comúnmente afectada (39). Por ejemplo, un estudio en Cuba determinó que, entre las lesiones principales de tejido blando, sobresalen las heridas bucofaciales; entre las lesiones que comprometen tejidos duros, predominan las fracturas nasales y dentoalveolares (40). En España, una investigación estableció que, como consecuencia de la agresión, el 53% de las mujeres sufrieron lesiones físicas, básicamente contusiones o hematomas (41,2%) localizadas principalmente en los miembros superiores y en la cara (24,4%) (41). Otro reporte de un departamento de emergencias (42) señala la mano y los dedos como los sitios usualmente dañados, ya sea por fracturas, dislocaciones o lesiones de tejidos blandos. Asimismo, las mujeres víctimas de recurrencia de violencia solían tener varias lesiones en múltiples localizaciones (42). En el presente estudio, 61,2% de mujeres presentaban señales de agresión en los miembros superiores y 51,2%, en la cabeza. La combinación de lesiones concomitantes en cabeza, cara y cuello, que puede ser la forma de agredir del perpetrador, más lesiones en miembros superiores, que pueden ser resultado de actos defensivos para protegerse, sugerirían violencia física por la pareja (30, 42). Por otra parte, es posible que las mujeres con lesiones por violencia de pareja no asistan a la unidad de medicina legal, lo que genera una subestimación tanto en la prevalencia de violencia de pareja como en las características de las lesiones encontradas. Sin embargo, en general, las víctimas de violencia de pareja suelen utilizar servicios de atención médica. Pese 12 a que existe evidencia de alta calidad (43) que recomienda la detección de violencia de pareja en servicios de urgencias y de atención primaria, muchas mujeres tratadas en el hospital comúnmente no son identificadas como víctimas de violencia de pareja. La medicina legal tiene un rol activo que involucra un escenario político, legal y social al emitir y presentar informes que pueden apoyar a la toma de decisiones en violencia de pareja, tipificando y valorando las lesiones. Las implicaciones de este estudio pueden contribuir a la identificación de mujeres con mayor riesgo de recurrencia y, en consecuencia, desarrollar estrategias de prevención, así como establecer estándares y coordinaciones de acuerdo al riesgo de repetición de los episodios de violencia. 5 LIMITACIONES En el presente estudio, se reconocen varias limitaciones. En primer lugar, solo es representativo de las mujeres que acudieron a la unidad de medicina legal donde se realizó la investigación. En segundo lugar, debido a que esta base de datos solo incluye mujeres que siguieron la ruta de procedimientos legales para la denuncia de violencia y que, finalmente, reportaron dicho episodio en la misma unidad de medicina legal cuando tuvieron un nuevo evento, esto implica un subreporte de registro de recurrencias de episodios de violencia por parejas. No es posible tener la información completa si la mujer no reporta una nueva agresión en dicha unidad o se muda de residencia fuera de la jurisdicción de la unidad original. Debido a que violencia de pareja es dinámica y solo se consideraron las características de las mujeres y la relación de pareja del primer reporte, es probable que haya otros factores y características diferentes relacionadas al segundo evento o recurrencia que no fueron recogidos en este estudio. De la misma forma, el uso de un periodo restringido puede haber subestimado la recurrencia, pues los posteriores eventos no se pudieron registrar; además, la lesión inicial reportada puede no haber sido la primera lesión por violencia de pareja en la vida de la paciente. 6 CONCLUSIONES Se identificó una asociación entre la severidad de las lesiones de moderada a severa por causa de violencia de pareja contra la mujer en el primer reporte en una unidad de medicina legal y el mayor riesgo de recurrencia de cuando menos un evento posterior. Otro factor de 13 riesgo de recurrencia identificado fue la posesión de arma de fuego por el agresor, mientras que un factor protector del riesgo de recurrencia fue la localización de la lesión en la cara. 7 RECOMENDACIONES Considerar estos hallazgos por la unidad de medicina legal para priorizar y prevenir la recurrencia de violencia. Identificar de manera más dinámica y efectiva las formas de reportar, la recurrencia y el monitoreo a mujeres que denuncian violencia, incluyendo el seguimiento y alertas mediante registros y sistemas virtuales. Realizar nuevos estudios longitudinales en otros ámbitos que incluyan el seguimiento de episodios de violencia con métodos más dinámicos y tecnología virtual durante un periodo más extenso. 14 8 REFERENCIAS 1. World Health O. Violencia contra la mujer 2018 [Available from: http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women.2. Breiding MJ, Chen J, Black MC. Intimate partner violence in the United States- 2010. 2014. 3. Kaufman E, Rising K, Wiebe DJ, Ebler DJ, Crandall ML, Delgado MK. Recurrent violent injury: magnitude, risk factors, and opportunities for intervention from a statewide analysis. The American journal of emergency medicine. 2016;34(9):1823-30. 4. Bowers ME, Yehuda R. Intergenerational transmission of stress in humans. 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Características n (%) Características de la víctima Edad (en años)* 37 (29;44) Departamento de nacimiento Lima 47 (23,4) Fuera de Lima 154 (76,6) Estado civil Soltera 6 (2,9) Conviviente o casada 56 (27,9) Separada o divorciada 139 (69,2) Grado de educación alcanzado Primaria completa o menos 11 (5,5) Secundaria incompleta 25 (12,4) Secundaria completa 67 (33,3) Técnica o superior 98 (48,8) Posee trabajo remunerado 120 (59,7) Número de hijos No tiene hijos 11 (5,5) Tiene 1 hijo 55 (27,4) Tiene 2 hijos 76 (37,8) Tiene 3 o más hijos 59 (29,4) Embarazada 9 (4,5) Consumo de alcohol 4 (2,0) Presenció violencia física de pareja contra su madrea 57 (28,4) Características del agresor Edad (en años)*,b 40 (32;48) Consumo de alcohol 50 (24,9) Consumo de drogas 7 (3,5) Posee arma de fuego 3 (1,5) Características de la relación de la víctima con el agresor Relación con el agresor Conviviente o casado 82 (40,8) Enamorado 1 (0,5) Ex pareja conviviente o casado 116 (57,7) Ex enamorado 2 (1,0) Cohabitación con el agresor Viven juntos 81 (40,3) Separados luego de vivir juntos 118 (58,7) Nunca vivieron juntos 2 (1,0) Tiempo de relación (en meses)*,c 132 (72;234) Tiempo de abuso (en meses)*,d 72 (36;156) 18 Notas. * Variable expresada en mediana y RIC. a 18 sujetos no respondieron. b No se identificó la edad de 20 agresores. c 17 sujetos no respondieron. d 82 sujetos no respondieron. Víctima tiene hijos con el agresor y/o con otra pareja No tiene hijos 11 (5,5) Tiene hijos únicamente con el agresor 143 (71,1) Tiene hijos con el agresor y con otra pareja 40 (19,9) Tiene hijos únicamente con otra pareja 7 (3,5) Hijos presencian violencia física entre la víctima y el agresor 147 (74,2) Abuso físico a hijos por el agresor 10 (5,0) Víctima reporta acoso por parte del agresor 137 (68,2) Tipos de violencia durante el primer episodio Víctima reporta estrangulamiento no fatal 22 (11,0) El agresor utilizó algún tipo de arma 5 (2,5) Víctima reporta abuso sexual 15 (7,5) Víctima recibe atención médica 8 (4,0) 19 9.2 TABLA 1B Tabla 1B. Características de las lesiones físicas del primer episodio registrado de violencia física de pareja en mujeres que acuden a la Unidad de Medicina Legal de Chorrillos II Lima Sur. Ministerio Público. Periodo 2016-2018 (N=201). Características n (%) Localización de las lesiones Cabeza 103 (51,2) Tronco 33 (16,4) Miembros superiores 123 (61,2) Miembros inferiores 65 (32,3) Tipo de lesiones Equimosis 152 (75,6) Laceración 7 (3,5) Abrasión 67 (33,3) Fractura 2 (1,0) Tipo de agente que produjo la lesión Agente contuso 199 (99,0) Agente con punta y/o filo 6 (3,0) Grado de severidad de la lesión del primer episodio de violencia física de pareja reportado, según el IML peruano Leve 195 (97,0) Moderado 5 (2,5) Grave 1 (0,5) Grado de severidad de la lesión del primer episodio de violencia física de pareja reportado, según algoritmo del Instituto Australiano Leve 151 (75,1) Moderado 47 (23,4) Grave 3 (1,5) 20 9.3 TABLA 1C TABLA 1C. Recurrencia de episodios de violencia de pareja reportados en una unidad de medicina legal. Periodo 2016-2018 (N=201). Episodios reportados N (%) Víctima reporta más de un episodio de violencia física de pareja 37 (18,4) Número de episodios reportados de violencia física por persona Un evento 164 (81,6) Dos eventos 29 (14,4) Tres eventos 4 (2,0) Cuatro eventos 4 (2,0) Tiempo de recurrencia Hasta los seis meses 17 (46,0) Seis meses a un año 12 (32,4) Más de un año 8 (21,6) 21 9.4 TABLA 2 TABLA 2. Análisis bivariado de la asociación entre características del primer episodio de violencia de pareja reportado una unidad de medicina legal con la recurrencia de eventos reportados en la misma unidad, periodo 2016-2018. Características No recurrentes (N=164) Recurrentes (N=37) Valor de p N (%) N (%) Características sociodemográficas de la víctima Edad (en años)* 37 (29;44) 38 (27;46) 0,921 Departamento de nacimiento 0,254 Lima 123 (79,8) 31 (20,1) Fuera de Lima 41 (87,2) 6 (12,7) Estado civil 0,327 Soltera 5 (83,3) 1 (16,6) Conviviente o casada 49 (87,5) 7 (12,5) Separada o divorciada 110 (79,1) 29 (20,8) Grado de educación alcanzado 0,567 Primaria completa o menos 10 (90,9) 1 (9,1) Secundaria incompleta 22 (88) 3 (12,0) Secundaria completa 52 (77,6) 15 (22,4) Técnica o superior 80 (81,6) 18 (18,4) Víctima posee trabajo remunerado 0,147 Sí 94 (78,3) 26 (21,7) No 70 (86,4) 11 (13,6) 22 Número de hijos 0,967 No posee hijos 99 (81,8) 2 (18,2) Tiene 1 hijo 46 (83,6) 9 (16,3) Tiene 2 hijos 61 (80,3) 15 (19,7) Tiene 3 o más hijos 48 (81,4) 11 (18,6) Embarazada 0,672 Sí 7 (77,8) 2 (22,2) No 157 (81,8) 35 (8,2) Consumo de alcohol 1 Sí 4 (100) 0 (0,0) No 160 (81,2) 37 (8,8) Características del agresor Edad (en años)* 39 (31;48) 44 (33;50) 0,236 Consumo de alcohol 0,738 Sí 40 (80,0) 10 (20,0) No 124 (82,1) 27 (17,9) Consumo de drogas 0,118 Sí 4 (57,1) 3 (42,9) No 160 (82,5) 34 (17,5) Posee arma de fuego 0,006 Sí 0 (0,0) 3 (100,0) No 164 (82,8) 34 (17,2) Características de la relación de la víctima con el agresor Relación con el agresor 0,652 Conviviente o casado 64 (78,1) 18 (21,9 Enamorado 1 (100,0) 0 (0,0) Ex pareja conviviente o casado 97 (83,6) 19 (16,4) Ex enamorado 2 (100,0) 0 (0,0) Cohabitación con el agresor 23 Viven juntos 63 (77,8) 18 (22,2) 0,570 Separados luego de vivir juntos 99 (83,9) 19 (16,1) Nunca vivieron juntos 2 (100,0) 0 (0,0) Tiempo de relación (en meses)* 132 (72;228) 132 (60;240) 0,664 Tiempo de abuso (en meses)* 72 (36;150) 48 (24;156) 0,853 Víctima posee hijos con el agresor y/o con otras parejas 0,905 No posee hijos 9 (81,8) 2 (18,2) Tiene hijos únicamente con el agresor 118 (82,5) 25 (17,5) Tiene hijos con el agresor y con otra pareja 31 (77,5) 9 (22,5) Tiene hijos únicamente con otra pareja 6 (85,7) 1 (14,3) Hijos presencian violencia física entre la víctima y el agresor 0,291 Sí 44 (86,3) 7 (13,7) No 117 (79,6) 30 (20,4) Abuso físico a hijos de la víctima por el agresor 0,213 Sí 10 (100,0) 0 (0,0) No 154 (80,6) 37 (19,4) Víctima reporta acoso por parte del agresor 0.487 Sí 110 (81,6) 37 (18,4) No 54 (84,4) 10 (15,6) Tipos de violencia durante primer episodio Víctima reporta estrangulamiento no fatal 0,139 Sí 15 (68,2) 7 (31,8) 24 No 149 (83,2) 30 (16,8) El agresor utilizó algún tipo de arma 0,229 Sí 3 (60,0) 2 (40,0) No 161 (82,1) 35 (17,9) Víctima reporta abuso sexual 0,742 Sí 12 (80) 3 (20,0) No 152 (81,7) 34 (18,3) Víctima recibe atención médica 0,165 Sí 5 (62,5) 3 (37,5) No 159 (82,4) 34 (17,6) Características del primer evento registrado de violencia física de pareja Localizaciónde las lesiones Cabeza 0,011 Sí 91 (88,4) 12 (11,6) No 73 (74,5) 25 (25,5) Tronco 0,649 Sí 26 (78,8) 7 (21,2) No 138 (82,1) 30 (17,9) Miembros superiores 0,045 Sí 95 (77,2) 28 (22,8) No 69 (88,5) 9 (11,5) Miembros inferiores 0,238 Sí 50 (76,9) 15 (23,1) No 114 (83,8) 22 (16,2) Tipo de lesión Equimosis 0,207 Sí 127 (83,5) 25 (16,5) 25 No 37 (75,5) 12 (24,5) Laceración 1 Sí 6 (85,7) 1 (14,3) No 158 (81,4) 36 (18,6) Abrasión 0,303 Sí 52 (77,61) 15 (22,39) No 112 (83,6) 22 (16,4) Fractura 1 Sí 2 (100,0) 0 (0,00) No 162 (81,4) 37 (18,6) Tipo de agente Agente contuso 0,335 Sí 163 (81,9) 36 (18,1) No 1 (50,0) 1 (50,0) Agente con punta y/o filo 1 Sí 5 (83,3) 1 (16,7) No 159 (81,5) 36 (18,5) Grado de severidad de la lesión del primer episodio de violencia física de pareja reportado, según IML peruano 0,077 Leve 161 (82,6) 34 (17,4) Moderado 2 (40,0) 3 (60,0) Grave 1 (100,0) 0 (0,0) Grado de severidad de la lesión del primer episodio de violencia física de pareja reportado, según algoritmo del Instituto Australiano 0,050 Leve 129 (85,4) 22 (14,6) Moderado 33 (70,2) 14 (29,8) Grave 2 (66,7) 1 (33,3) 26 1 9.5 TABLA 3A Tabla 3A. Modelo crudo y ajustado de asociación entre severidad de lesiones físicas y recurrencia de violencia de pareja, según escala del IML peruano (a). RRcb IC 95% p RRac IC 95% p Severidad Leve Ref. Ref. Moderada o Severa 2,9 0,9-9,3 0,080 3,5 1,07-11,6 0,038 Consumo de alcohol por el agresor durante el evento No Ref. Ref. Sí 1,1 0,5-2,3 0,762 1,3 0,6-2,7 0,493 Localización de lesión en cabeza No Ref. Ref. Sí 0,5 0,2-0,9 0,026 0,4 0,2-0,9 0,024 Agresor posee arma de fuego No Ref. Ref. Sí 5,8 1,7-18,9 0,003 5,8 1,7-19,5 0,004 (a) Modelo lineal generalizado de la familia y opción de enlace log Poisson varianza robusta. b RR= Riesgo Relativo. RRc = Modelo lineal generalizado de la familia y opción de enlace log Poisson con varianza robusta crudo. c RRa = Modelo lineal generalizado de la familia y opción de enlace log Poisson con varianza robusta ajustado por: consumo de alcohol por agresor durante el evento, localización de lesión en cabeza, posesión de arma de fuego por el agresor. 2 9.6 TABLA 3B Tabla 3B. Modelo crudo y ajustado de asociación entre severidad de lesiones físicas y recurrencia de violencia de pareja, según Algoritmo Australiano (a). RRcb IC 95% p RRac IC 95% p Severidad Leve Ref. Ref. Moderada o Severa 2,1 1,1-3,9 0,031 2,3 1,1-4,5 0,017 Consumo de alcohol por el agresor durante el evento No Ref. Ref. Sí 1,1 0,5-2,3 0,762 1,1 0,5-2,4 0,781 Localización de lesión en cabeza No Ref. Ref. Sí 0,4 0,2-0,9 0,026 0,4 0,2-0,8 0,015 Agresor posee arma de fuego No Ref. Ref. Sí 5,8 1,7-18,9 0,003 5,5 1,6-18,3 0,005 (a) Modelo lineal generalizado de la familia y opción de enlace log Poisson varianza robusta. b RR= Riesgo Relativo. RRc = Modelo lineal generalizado de la familia y opción de enlace log Poisson con varianza robusta crudo. c RRa = Modelo lineal generalizado de la familia y opción de enlace log Poisson con varianza robusta ajustado por: consumo de alcohol por agresor durante el evento, localización de lesión en cabeza, posesión de arma de fuego por el agresor. 1 9.7 Fig. 1. Flujograma de selección de población del estudio *Mujeres agredidas por otro familiar que no fuera la pareja o expareja, mujeres menores de 18 años, sin lesiones recientes, sin registros psicológicos y/o datos incompletos. Todas las visitas por lesiones codificadas como violencia familiar durante los años 2016-2018 n=3429 Mujeres estudiadas n=201 No presentan criterios de inclusión para el estudio*: n=2338
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