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Definición de Entorno Informático

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Definición de Entorno Informático 
Cuando hablamos del “entorno” en aplicaciones informáticas, nos referimos a un 
todo, pero un todo compuesto por varias partes que podemos enumerar y definir. 
Un entorno informático consiste en la combinación de hardware y software para 
acometer una tarea o una serie de tareas. 
Pese a que la expresión puede ser aplicada a cualquier situación y usuarios (tanto 
domésticos como corporativos), lo más habitual es que nos refiramos a entorno 
informático vinculado a una empresa o una institución, como pueden ser un 
organismo gubernamental o una ONG, por ejemplo. 
La misión última del entorno es facilitar el trabajo diario o la realización de tareas 
específicas en un lapso de tiempo determinado, por la cual cosa los componentes 
deben ser compatibles y satisfacer los requisitos y necesidades del 
proyecto/organización a la que sirven. 
Por ejemplo, de nada nos servirá disponer de unos potentísimos servidores y unas 
estaciones de trabajo competentes, si después resulta que el sistema operativo que 
elegimos no es compatible con dicho hardware, que los periféricos elegidos no se 
pueden conectar, y que el software no puede correr. Que no podamos trabajar, vaya. 
En el apartado de hardware deberemos tener en cuenta tanto servidores como 
estaciones de trabajo (workstations), la red local, y los periféricos de todo tipo. 
En los entornos profesionales en empresas, por ejemplo, se deberán tener en cuenta 
unidades de copia de seguridad (backup), los switches y puntos de acceso necesarios 
para prestar servicio a todas las computadoras que conectemos, o las impresoras. 
Hay que tener en cuenta que no necesariamente todo el hardware es compatible con 
todo el resto; tenemos diferencias de bus, de conector, o de arquitectura que pueden 
impedir la interconexión. 
El sistema operativo debe responder a las necesidades operativas del entorno y sus 
usuarios. 
No es lo mismo planificar el entorno de un centro de supercomputación para 
proyectos científicos, que el de una empresa de creación de software, o el de gestión 
de una cadena de centros de videojuegos. 
Y, más que de sistema operativo, en propiedad deberíamos hablar de sistemas 
operativos, en plural, ya que en un mismo entorno pueden -y a menudo deben- 
coexistir varios distintos. 
Es el caso de los entornos en los cuales, y por poner un ejemplo, encontramos 
servidores UNIX/Linux con estaciones de trabajo Windows para la mayoría de los 
trabajadores, y alguna estación de trabajo Apple con macOS para el departamento 
de diseño gráfico, por ejemplo. 
Aquí también entrarían en juego plataformas propietarias o específicas. Por ejemplo, 
el entorno informático de una central nuclear probablemente incluirá computadoras 
equipadas con QNX, un sistema operativo para trabajo en tiempo real altamente 
profesional, o alguna otra plataforma similar. 
Finalmente, el software es la expresión última de una plataforma informática, pero 
también la más importante, ya que permite a los usuarios desarrollar su tarea. 
Dicho software debe cumplir con las necesidades del trabajo que deben desempeñar 
los usuarios, además de ser compatible, por motivos obvios, con el hardware y los 
sistemas operativos elegidos. 
No existe un único perfil de software para un entorno informático, ni estos se 
encuentran limitados en número; la combinación de programas elegidos acabará 
conformando una herramienta para resolver los trabajos diarios. 
En los últimos años, los responsables de la planificación de los entornos de trabajo 
han tenido que empezar a tener en cuenta el BYOD. 
Bring your own device (trae tu dispositivo), que no responde a una filosofía concreta 
(aunque a posteriori ha acabado derivando, precisamente, en ello), y que consiste en 
que son los propios trabajadores quienes utilizan dispositivos particulares de su 
propiedad para tareas del trabajo. 
Esto ha crecido a medida que aumentaba la penetración de la telefonía móvil, y no 
sólo con los smartphones; los trabajadores no quieren acarrear dos teléfonos, pero 
tampoco pasar del portátil particular a otro de la empresa, y lo mismo con el tablet. 
Ello conlleva problemas de seguridad, ya que el uso particular de dispositivos que 
también se utilizan para el trabajo, los hace más vulnerables a entrar en páginas web 
poco recomendables e instalarles aplicaciones de dudoso origen. 
Es por ello que, de tendencia, el BYOD ha pasado a convertirse en una suerte de 
“filosofía” en el trabajo, y muchas compañías han integrado herramientas 
administrativas, de control y de seguridad para facilitar el uso de estos dispositivos 
particulares en las redes corporativas.

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